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Prácticum 2
8 créditos
Departamento de Psicología
Sección Intervención
Psicológica
Titulación Ciclo
Psicología VII
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1. Introducción
Los contenidos, son producto de compilación de diversas fuentes, por ello, al final
del mismo, encontrará el apartado de bibliografía, con las fuentes empleadas en su
elaboración.
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2. Objetivos de Prácticum
Los componentes de Prácticum en todos sus niveles buscan en usted, el desarrollo
de conocimientos, habilidades y competencias que los faculte para una idónea
práctica profesional en diferentes contextos de actuación del Psicólogo, bajo este
contexto, en este nivel de práctica se tienen los siguientes objetivos:
3. Duración
El componente de Prácticum II, cumple con 256 horas de formación, dividas en 128
horas por bimestre, sin embargo, para su desarrollo usted no requiere gestionar
plazas para práctica en ningún tipo de centro o institución, lo que significa, que las
actividades prácticas podrá realizarlas desde su comunidad, y en función a los
horarios y cronograma de trabajo que en base a sus obligaciones usted se plantee.
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4. Generalidades
El psicólogo en su praxis profesional, e, independientemente del contexto de
actuación en el que se encuentre, requiere de una importante formación teórica, y,
de haber desarrollado competencias que le permitan desde un sentido de ética y
responsabilidad social, dar respuesta a las diversas problemáticas psicosociales
inherentes a su perfil profesional; sin duda alguna, el profesional en Psicología,
enfrenta un reto distinto frente a cada caso, problemática o contexto de trabajo en
el que se encuentre inmerso, lo que le permite el desarrollo de mayores niveles de
experticia y pericia en su actuación.
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5. Contenidos
Primer Bimestre
Segundo Bimestre
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PRIMER BIMESTRE
1.1. La Entrevista
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1.1.1. Tipos de entrevista: Por la estructura
Entrevista estructurada
En la entrevista estructurada el investigador lleva a cabo una planificación previa de
todas las preguntas que quiere formular. Prepara, por tanto, una gran batería de
preguntas que irán coordinadas por un guion realizado de forma secuenciada y
dirigida.
El entrevistado no podrá realizar ningún tipo de comentarios, ni realizar
apreciaciones. Las preguntas serán de tipo cerrado y sólo se podrá afirmar, negar
o responder una respuesta concreta y exacta sobre lo que se le pregunta.
Ejemplo:
( ) Profesor Titular
( ) Profesor Adjunto
( ) Auxiliar de 1° categoría
( ) Auxiliar alumno
( ) Otro
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Note en este ejemplo que dada la naturaleza de la información que se requiere
obtener, el entrevistador en la estructura de la pregunta debe generar opciones de
respuestas, para que el resultado de la información sea completo y aporte al
proceso.
Las preguntas tienen algún tipo de estructuración: el guion está formado por áreas
concretas, dentro las cuales el entrevistador puede hacer las preguntas que le parezcan
oportunas, siguiendo algún tipo de orientación algo detallada.
Ejemplo:
¿Cómo podría calificar usted al comportamiento de su hijo, y porqué
considera que el actúa de la manera en que lo hace?
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1.2. Ficha de observación
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Siempre
Para medir intensidad:
Baja
Media
Profunda
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Es un instrumento estructurado que registra la ausencia o presencia de un
determinado rasgo, conducta o secuencia de acciones. La lista de cotejo se
caracteriza por ser dicotómica, es decir, que acepta solo dos alternativas: si, no; lo
logra, o no lo logra; presente o ausente; entre otros.
Es conveniente para la construcción de este instrumento y una vez conocido su
propósito, realizar un análisis secuencial de tareas, según el orden en que debe
aparecer el comportamiento. Debe contener aquellos conocimientos,
procedimientos y actitudes que el estudiante debe desarrollar, y la apreciación que
se le bridará al resultado, por ello es fundamental, elaborar una escala de
apreciación.
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Sugiere ideas, trae materiales y trabaja al máximo
Trabaja, trae materiales pero no toma la iniciativa
Hace lo menos posible en el desarrollo de la actividad
Rúbrica: una rúbrica es una herramienta de evaluación que se emplea para medir
el nivel y la calidad de una tarea. En la rúbrica se hace una descripción de los
criterios utilizados para evaluar el trabajo del estudiante. Así, tanto alumno como
docente, saben qué se debe desarrollar en la actividad y qué se evalúa en ella.
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SEGUNDO BIMESTRE
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Secundaria
Busca reducir la prevalencia. Esto quiere decir acortar la duración del problema.
En este tipo se interviene en las primeras fases del problema para que no se agrave.
Un ejemplo claro sería la Intervención en Crisis. Es como una intervención de
urgencia y un seguimiento posterior. El trastorno o el problema ya ha aparecido.
Terciaria
Busca reducir las secuelas y las consecuencias más negativas del problema. Una
vez que el problema ha aparecido y además se ha desarrollado, se busca reducir
secuelas. Ejemplo: reducción de daños en programas de drogas. Disminuye el
efecto residual, lo significaría que es una intervención por medio de terapia.
Una vez comprendido los niveles de intervención existentes, hablaremos de los tres
tipos de intervención que establece Heller (1984):
- Tipo Milestone: dirigido a las personas que están pasando por un momento vital
en su vida (Hito Vital). Como la adolescencia, la menopausia, etc. Este tipo de
intervenciones, lo bueno que tiene es que no etiqueta a la gente negativamente, es
decir, evita los efectos negativos del etiquetamiento.
- Tipo Alto Riesgo: se hace en población que es altamente vulnerable, que está en
situación de riesgo. Pueden ser vulnerables por estar en cierto ambiente, o, por
propias disposiciones personales. Ejemplo: intervenir con hijos de padres
portadores del SIDA.
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La Propuesta de Intervención, es una estrategia de planeación y actuación
profesional del psicólogo, que le permite tomar el control de su propia práctica,
mediante un proceso de indagación-solución constituido por fases y momentos
específicos, para ello tomaremos, las establecidas por Barraza 2010:
a) La fase de planeación: Comprende los momentos de elección de la
preocupación temática, la construcción del problema generador de la
propuesta y el diseño de la solución. Esta fase tiene como producto la
Propuesta de Intervención; en ese sentido, es necesario aclarar que si la
elaboración de la solución no implica necesariamente su aplicación entonces
debemos denominarla proyecto.
b) La fase de implementación: Comprende los momentos de aplicación de
las diferentes actividades que constituyen la Propuesta de Intervención y su
reformulación y/o adaptación, en caso de ser necesario. Bajo esa lógica es
menester recordar que la solución parte de una hipótesis de acción que
puede o no, ser la alternativa más adecuada de solución, por lo que
solamente en su aplicación se podrá tener certeza de su idoneidad.
c) La fase de evaluación: Comprende los momentos de seguimiento de la
aplicación de las diferentes actividades que constituyen la propuesta y su
evaluación general. Esta fase adquiere una gran relevancia si se parte del
hecho de que no es posible realizar simplemente una evaluación final que se
circunscriba a los resultados sin tener en cuenta el proceso y las
eventualidades propias de toda puesta en marcha de la propuesta de
Intervención.
d) La fase de socialización-difusión. Comprende los momentos de:
socialización, adopción y recreación. Esta fase debe conducir al receptor a la
toma de conciencia del problema origen de la propuesta, despertar su interés
por la utilización de la propuesta, invitarlo a su ensayo y promover la
adopción-recreación de la solución diseñada. (pp. 24-25)
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la información recogida nos refiere que, el niño aún no ha sido escolarizado, que no
cuenta con espacios de estimulación de pares o profesionales, y, que se descarta
algún tipo de problema médico; podríamos establecer como hipótesis, que la
carencia de estímulos en el entorno inmediato del menor estarían incidiendo en el
resultado de la evaluación, por consiguiente, que la intervención debería
direccionarse en gran medida, a la generación de espacios de estimulación desde
su entorno, y el otro porcentaje, a la intervención propia del profesional.
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Un modelo de intervención, casi por definición, es prescriptivo-normativo, nos aporta
una pauta de acción. Por tanto, los modelos de intervención en orientación y tutoría
deben aportarnos una visión general del proceso, de cómo, sobre quién, desde
dónde y cuándo intervenir. Los modelos básicos de intervención que existen son
tres: clínico, de consulta y de
programas. Otros autores matizan esta clasificación (Rodríguez Espinar y otros,
1993; Álvarez Rojo, 1994; Álvarez y Bisquerra, 1996 y 1998; Jiménez y Porras,
1997), distinguiendo modelos de servicios y tecnológicos. O incluso algunos la
simplifican más quedándose sólo con los dos primeros (Solé y Colomina, 1999).
a) Intervención clínica
Parece que el modelo de orientación que más se propugna actualmente desde los
servicios institucionalizados de orientación es el de intervención por programas.
Supone una evolución y superación del modelo de servicios. Incluso Rodríguez
Espinar y Otros (1993: 164) lo denominan "modelo de servicios, pero actuando por
programas". Si el modelo de servicios suponía una intervención directa sobre un
grupo ante una dificultad manifiesta, el modelo de programas supone también la
intervención directa (a veces, indirecta) sobre un grupo ante necesidades
detectadas expresamente mediante una evaluación previa de necesidades
y mediante un programa. El modelo insiste ya en el carácter preventivo de la
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intervención frente al carácter terapéutico y en una intervención programada frente
a intervenciones puntuales.
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experto interno, asesora a los profesores-tutores, como responsables de la
orientación a nivel de aula, de modo colaborativo para desarrollar una intervención
sobre todo grupal con los alumnos en forma de programas.
2.2.2. Programas de Intervención
¿Qué es un programa?
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Área de Apoyo a la Función Tutorial:
2.2.3. Metodología
2.2.4. Evaluación
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Los profesionales de la Psicología, como los de la Educación, necesitamos de un
documento que refrenda el trabajo que queremos iniciar. Asuntos como qué se
pretende con la intervención y cuáles van a ser las funciones de las personas que
la van a desarrollar. Además, con esto podemos analizar cuáles han sido los éxitos
y problemas con los que nos hemos encontrado, aprovechando así toda la
riqueza de la experiencia. Esta es una fuente de información fundamental para el
correcto desarrollo de las intervenciones, de ahí la importancia de que estas no
caigan en el olvido o en el desconocimiento.
-¿Qué queremos hacer? Esta pregunta hace referencia a los objetivos del
programa. Es
fundamental que quede claro qué se pretende conseguir con nuestra intervención
(objetivo general) y que los objetivos específicos que nos proponemos sean
coherentes y posibles.
- ¿Por qué queremos hacerlo?: es de gran importancia mostrar todas las evidencias
que justifican la intervención para la cual solicitamos financiación. Así deberemos
ofrecer información tanto de tipo cuantitativo como cualitativo. Ésta hace referencia
a cómo viven la situación las personas a las que va dirigido el programa.
-¿Para qué queremos hacerlo?: Cuáles van a ser las situaciones que se van a ver
mejoradas con el programa. Una misma situación tiene un abordaje diferente y
busca un resultado distinto si el para qué lo desarrollan un grupo de técnicos o si
en su elaboración participa también la propia comunidad.
-¿Hasta dónde queremos llegar? Cuantificación de los resultados. Estos tienen que
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ser creíbles, posibles, no hay que pecar de utópicos y han de estar muy
relacionados con el apartado de los recursos con los que se cuenta.
-¿Dónde se va a hacer? Comunidad de referencia, ámbito de actuación. Si existe
un trabajo previo y la propia comunidad ha priorizado un sector determinado de
población conviene señalarlo, haciendo referencia al trabajo ya realizado y por qué
se ha llegado a esa conclusión.
También es importante señalar el espacio (o espacios) físico con el que se va a
contar para desarrollar el proyecto.
-¿Cómo se va a hacer? Metodología de la intervención individual, grupal o
comunitaria. Puede que la metodología sea distinta en función a las distintas
acciones que se programen, que han de estar siempre muy relacionadas con los
objetivos. Así, si se pretende que la comunidad participe, no se puede imponer una
metodología jerarquizada y directiva, sino todo lo contrario, participada y horizontal,
aunque esto signifique una menor operatividad. A medio-largo plazo quizá nos
encontremos con resultados no previstos y alguna sorpresa. De cómo se desarrolle
el
programa es decir, del propio proceso, dependerá en gran medida el éxito o fracaso
del mismo.
-¿Cuándo se va a desarrollar? Temporalización y calendarización de las acciones:
Conviene detallar lo máximo posible cuándo se desarrollarán las acciones, aun
teniendo en cuenta que en procesos en los que está implicada la comunidad, estos
serán variables dependiendo de sus ritmos propios, y no sólo de la disponibilidad
de técnicos y recursos.
-¿A quiénes va dirigido? Es importante que se señale a quién se dirige. También es
importante la priorización y participación en el propio diagnóstico de la situación.
-¿Quiénes lo van a hacer? :Si se cuenta con profesionales para desarrollar la
acción, si
trabajarán en grupos, sus responsabilidades y organigrama, así como las funciones.
-¿Con qué se va a hacer?: Se refiere a la financiación específica que se solicita para
poner en marcha el programa, y también, a los recursos que ya se tienen y que
están a disposición del mismo. Todos los programas cuentan con unos recursos
humanos, técnicos y materiales, aunque sean mínimos, que es importante
enumerar y darles la importancia que merecen; no sólo se han de cuantificar lo que
se desearía, sino con lo que se cuenta y han hecho posible llegar a la realidad.
Estas preguntas recogen de una manera muy elemental los datos que ha de recoger
un proyecto. En cualquier caso, no conviene que un proyecto sea excesivamente
voluminoso ni tampoco demasiado esquemático; en cuanto a la extensión máxima,
se recomienda que sea como máximo de unas treinta páginas, cuidando
especialmente los aspectos referidos al lenguaje y a la presentación.
2.2.6. Evaluación de los Programas de Intervención
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La evaluación de programas es un proceso que consiste en valorar si un programa
consiguió o no en alcanzar los objetivos para cuya consecución fue ideado,
Fernández Ballesteros (1995) lo considera como una “sistemática investigación a
través de métodos científicos de los efectos, resultados y objetivos de un programa,
con el fin de tomar decisiones sobre él.
Para lo cual requiere de:
- Recolección de datos.
- Existencia de criterios de valoración.
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Tiene diseños experimentales, pre-experimentales, análisis de costes y método libre
de metas.
Se diferenciará entre evaluación Formativa (orientada a la mejora) y Sumativa
(centrada en el impacto y los resultados del programa).
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6. BIBLIOFRAFÍA
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