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Resumen
Mejorar el rendimiento en el salto vertical para
muchos científicos, entrenadores o atletas ha sido y
sigue siendo un objeto común. Pero esta acción,
como bien se sabe, depende de muchas variables,
control motor, coordinación intramuscular, acción
multiarticular, elevados niveles de fuerza, altos
grados de potencia, buena técnica de ejecución y
otras. Muchas de las pruebas establecidas para medir
la capacidad del salto vertical, carecen de
especificidad o no se ajustan a la realidad de la
acción deportiva que se quiere medir. Por otro lado,
la correlación del salto vertical con otras variables
donde el componente de potencia es alto, se muestra
significativa. También, la metodología para el
entrenamiento y mejora del salto vertical es variada,
utilizándose el entrenamiento pliométrico, el
entrenamiento con contraresistencia, la combinación
de ambos o técnicas mucho menos habituales como
la electroestimulación. Se deben tener en cuenta,
algunos limitantes del rendimiento en el salto, como
pueden ser el stretching, la fatiga muscular
acumulada, técnicas mal ejecutadas, etc. Todo esto,
nos hace reflexionar y darnos cuenta que para
mejorar el rendimiento del salto vertical, se deben
controlar todas estas variables.
1. Introducción
El rendimiento en el salto vertical ha sido
estudiado por los investigadores durante décadas.
Este interés tan temprano surge en deportes como el
Baloncesto o el Voleibol. Mas recientemente, se ha
profundizado de manera más objetiva y científica,
comenzado a comprender su estrecha relación con el
control motor y los movimientos multiarticulares
(AragónVargas y Gross, 1997). El salto vertical, está
basado en varias variables independientes
específicas, cada una de las cuales puede afectar o
favorecer en el rendimiento final del salto. Si estas
variables son debidamente identificadas, los
investigadores pueden tratar de manipular cada una
de ellas de manera independiente o conjunta para
maximizar el rendimiento en el salto vertical (Weiss,
Relyea, Ashley and Propst, 1997) .Tras identificar
debidamente estas variables, muchas mediciones del
salto vertical (principalmente realizadas en
laboratorio y con plataformas de fuerza) están
restringidas a articulaciones simples como la cadera,
la rodilla o el tobillo, cuando se sabe que el salto es
una acción multiarticular, y como tal, demanda no
solo la producción de fuerza sino también una alta
potencia y coordinación (Hatze,1998). También se
debe subrayar la significación del máximo ratio de
fuerza desarrollada en la mejora de la explosividad
en el salto. En este sentido el entrenamiento
pliométrico ha sido el más recomendado para
deportes donde se requiere explosividad e
incrementar las habilidades en el salto vertical de los
atletas, aunque la combinación de otro tipo de
entrenamientos también se aconseja (Fatouros,
Jamurtas, Leontsini, Taxildaris, Aggelousis,
Kostopoulos, and Buckenmeyer, 2000).
2. Pruebas para medir el salto vertical
Varios métodos son comúnmente utilizados para
evaluar la capacidad miodinámica de la musculatura
del tren inferior, normalmente medido en un salto
vertical al máximo esfuerzo con ambas piernas. Los
métodos más utilizados por sus características
biomecánicas son: el Squat jump con una pierna,
Squat jump con dos piernas (SJ) (ambos saltos con
una posición de Squat inicial); el salto con
contramovimiento (CMJ) (desde una posición inicial
erecta); el salto profundo (DJ) (cayendo desde una
altura determinada y saltando inmediatamente) o
series de saltos continuos y se mide la suma de todos
ellos (Hatze, 1998). Además de estos métodos,
también se deben considerar los parámetros de
medición
Los parámetros más utilizados para caracterizar la
miodinámica del rendimiento en el salto son: la
altura del salto, el trabajo de translación realizado,
la potencia por kilogramo de masa corporal en la
aceleración del centro de gravedad verticalmente
durante la fase de propulsión ascendente, la
potencia máxima de translación por kilogramo de
masa corporal y la potencia máxima total (Hatze,
1998).
Estos métodos y estos parámetros serán puestos
en práctica con la batería de test donde se pretenden
medir varias manifestaciones de la fuerza dinámica
de las extremidades inferiores. La medición del salto
vertical se puede realizar bien sin el apoyo de una
tecnología muy sofisticada: test de Abalakov, test de
Sargent o test de Lewis; o bien utilizando materiales
de alta precisión como las plataformas de fuerzas, o
bien utilizando las plataformas de contacto. La
facilidad de ejecución de las pruebas y su similitud
con gran número de gestos comúnmente utilizados
en la práctica deportiva, permite evitar una gran
cantidad de problemas inherentes en los necesarios
procesos de familiarización con los mismos (García
Manso, 1999)
Tipos de salto y técnicas de ejecución de los mismos
a) Media Sentadilla salto o Squat Jump (SJ): El
sujeto se coloca sobre el tapiz de la plataforma de
contacto con las manos en las caderas y las piernas
flexionadas por la rodilla en un ángulo de 90º.
Después de mantener la posición durante 5" para
eliminar la mayor parte de la energía elástica
acumulada durante la flexión, el sujeto un salto lo
mas alto posible, evitando cualquier acción de
contramovimiento y sin soltar las manos, cayendo en
la misma posición con los pies y las piernas
extendidas. El hecho de colocar las manos en la
cadera pretende amortiguar la acción de los brazos
durante el salto. Kurokawa et al (2001), en su
estudio concluyen que el hecho de ejecutar este tipo
de técnica o test, elimina el mecanismo eficiente
para generar más potencia, que es el
almacenamiento de energía elástica durante la fase
de flexión de piernas.
b) Salto en contramovimiento (CMJ): Es un test
similar al anterior, pero en el que varía la posición de
partida. El sujeto sale de una posición vertical, sin
doblar previamente las rodillas, a partir de la cual se
flexiona y extiende las piernas a una alta velocidad
de ejecución. El objeto de esta acción de
contramovimiento, es aprovechar la energía elástica
que se acumula en el cuadriceps en el momento de
flexionar las piernas. La contribución de la
elasticidad de los músculos y de los tendones es
mucho mayor en aquellas acciones que incluyen un
ciclo de estiramientoacortamiento. Los materiales
elásticos absorben energía de modo reversible
cuando se deformen y muchos actúan como
mecanismos de almacenamiento de energía en los
sistemas mecánicos; así que, durante un salto
vertical simple, el almacenamiento y la recuperación
de energía elástica en el músculo y el tendón
contribuyen en un 2550% a la mejora de la
actuación tras un gesto de contramovimiento
(Kibele, 1999). En la utilización de los test
propuestos por Bosco (1994), los datos nos
demuestran que las ganancias medias están entre
1520%. Los principales grupos musculares que
participan en la capacidad de salto medida durante
el test de CMJ son los extensores de la rodilla,
cadera y tobillo, los cuales contribuyen en valores
aproximados al 49%, 28% y 23% respectivamente
(Hatze, 1998).
c) Test de "Abalakov", test de "Sargent" y fórmula de
Lewis. Estos test nos permiten conocer los beneficios
que la acción de los brazos tiene sobre la capacidad
de salto vertical. Su ejecución es igual a la del CMJ,
pero en este caso el ejecutante no permanece con los
brazos en la cintura, sino que con una acción
coordinada de los mismos deberá incrementar la
capacidad de impulso (Hatze, 1998). Las diferencias
entre el test de Abalakov (1938) y de Sargent (1921)
consisten en la forma de medición. En el primero se
coloca una cinta entre las piernas y unida a un
cinturón y a una pieza metálica sobre la que se
desliza. En el segundo se mide la diferencia de altura
entre el brazo extendido y el punto más alto de
alcance después de un salto (Harman et al, 1991).
d) Salto en profundidad o "drop jump" (DJ).
Este test consiste en caer desde una altura para
posteriormente elevarse lo máximo posible. Para la
ejecución de los saltos en profundidad se adoptan
dos técnicas diferentes, conocidas como: bounce
drop jump (BDJ) y counter mouvement drop jump
(CDJ). En la primera se le pide a los sujetos invertir
la velocidad de descenso elevándose tan pronto
como fuera posible una vez que el deportista tome
contacto con el suelo, mientras que en la segunda, se
les pedía hacer lo mismo de forma mas gradual
mediante una flexión mas acentuada de las piernas a
nivel de la rodilla (Bobbert et al, 1987b). Nos
permite valorar la capacidad de fuerza refleja,
aunque sin poder aislar la participación de
componentes elásticos. En la actualidad la forma
más precisa para poder valorar este componente, en
seres humanos, consiste en el registro de la actividad
eléctrica del músculo durante su contracción
(electromiograma) (Willoughby et al, 1998).
e) Determinación de la curva fuerza velocidad
con plataforma de contacto. Permite calcular la
curva fuerzavelocidad de las piernas. El test consiste
en medir el tiempo de vuelo (y por lo tanto la altura
de salto) a la vez que se le añaden cargas crecientes
a la persona que lo ejecuta. En la propuesta original,
Bosco (1994) propone ejecutar el test a partir de la
media sentadillasalto, pero con los elementos
adecuados se puede realizar con cualquier otra
variante de salto (contramovimiento, drops, saltos
con ayuda de manos, etc.). Los pesos se
incrementaran hasta el límite de posibilidades, bien
con incrementos estándar (10, 40kg, etc.) o bien en
porcentajes respecto al peso corporal (0%,
25%,50%,75%, o 100%).
Hatze (1998) en su investigación pretende
determinar si las plataformas y los métodos que se
utilizan para evaluar el salto vertical estático (DJ,
CMJ, DJ) pueden aplicarse para medir el
rendimiento en una serie de saltos continuos, que es
como se ejecutan en las acciones deportivas. En
conclusión, determina que el 97% del total de la
potencia (energía) utilizada durante el esfuerzo
máximo de un salto vertical, es usada para pura
propulsión vertical. El resto se pierde en forma de
energía segmental interna y componentes de la
potencia no verticales. Estos resultados demuestran
que los ergometros para medir el salto vertical no
son apropiados para evaluar el salto simple con
contramovimiento, ya que se pierde un tanto por
ciento muy grande de potencia cuando se realiza de
forma aislada.
3. Relación de la fuerza (principal variable del salto
vertical) con otras variables
Alexander (1989), Dowson, Nevill., Lakomy,
Nevill, y Hazeldine, (1998) nos demuestran la
correlación existente entre la marca en la carrera de
100 metros y la fuerza de diferentes grupos
musculares utilizados en otras acciones explosivas
como el salto vertical. Uno de los trabajos más
interesante es el que realiza Alexander en el que
aporta los siguientes resultados: la marca de 100
metros correlaciona de forma inversa (r= 0,71) con
la fuerza extensora de la rodilla a altas velocidades
(230º/segundo) en una contracción concéntrica; los
niveles de fuerza alcanzado por los velocistas de
ambos sexos en este test (230º/s) fueron de 212
(+/ 38) Nm y 127 (+/ 12) Nm respectivamente.
Por otro lado, el autor reporta que los valores de
fuerza que se encuentran en la articulación de la
rodilla a 30º/segundo son de 267 (+/ 42)Nm en las
mujeres. Los extensores de cadera son especialmente
importantes durante la fase de suspensión en el
apoyo de la carrera, momento en el cual la fuerza de
reacción es de tres veces y media el peso corporal.
También, el autor determina elevadas correlaciones
con los flexores de la cadera, flexores de la rodilla y
la fuerza excéntrica y la fuerza concéntrica de los
músculos responsables de la flexión plantar del pie.
Dowson et al (1998) comprobaron que el
resultado en la fase de aceleración de una carrera de
velocidad (015 metros y 3035 metros) correlaciona
estrechamente (Tiempo 015 r= 0,518; P 0,01;
Tiempo 3035 r= 0,688; P 0,01) con la fuerza
isocinética concéntrica, de la articulación de la
rodilla, a la velocidad de 4,19 radianes/segundo.
Esta relación se ve aumentada para los 015 metros,
pero no sobre la otra distancia, cuando la fuerza se
expresa en valores relativos (r= 0,581 y r= 0,659).
También, Alexander encuentra altas correlaciones
al comparar el tiempo en la salida (2,5 metros) y la
potencia/peso ( 0,74: p 0,0004), los niveles de
fuerza alcanzados a los 100 milisegundos/peso (
0,73; p 0,0005) y la fuerza máxima (N) ( 0,72; p
0,07). Por su parte, la fuerza máxima dinámica
relativa correlaciona con la aceleración en los
bloques de salida (0,64; p 0,004) y el tiempo de
empuje en los mismos ( 0,56; p 0,01).
Bissas, Cooke, Havenetidis y Paradisis (1996)
estudiaron en ocho sujetos, la relación existente
entre la máxima velocidad alcanzada sobre 60
metros (9,03 m ∙ s) y la capacidad de fuerza reactiva
medida con el test de dropjump desde 30 cm
(logrando 36,9 cm), 50 (35,8 cm) y 80cm (36,0 cm)
de altura, encontrando una correlación positiva con
las dos primeras alturas (r =0,73; p 0,05 vs 0,60; p
0,1). En este estudio no se encontraron correlaciones
entre la máxima velocidad y el resto de los test de
salto analizados (SJ, CMJ y DJ80).
4. La capacidad de salto como expresión o gesto
técnico
específico en una determinada acción
La capacidad de salto es una de las cualidades
más importantes y determinantes en varios deportes
(voleibol, baloncesto, salto de altura, etc.). El
objetivo principal de un entrenamiento es obtener
un elevado alcance de salto y que éste pueda ser
mantenido un largo periodo de tiempo a lo largo de
la temporada y la vida deportiva del sujeto, con el
fin de obtener el máximo de rendimiento en su
transferencia al juego (Iglesias, 1994).
La altura del salto está condicionada por la
velocidad vertical en el momento del despegue y del
ángulo con el que se proyecte el centro de gravedad.
La velocidad vertical, por su parte, depende de la
diferencia de altura del centro de gravedad entre el
principio y final de la batida, y del tiempo en que se
tarda en recorrer esta distancia. Cuanto mayor sea la
distancia y menor el tiempo, mayor será, en
principio el componente vertical de la velocidad,
aunque en cualquier caso se deberán tener en cuenta
las características musculares de los sujetos (Molina
et al., 1994).
La posibilidad de realizar este recorrido en menor
tiempo, de la fuerza que se pueda aplicar a la batida,
y más concretamente, de la facultad de generar
grandes niveles de fuerza en los cortos espacios de
tiempo de que se dispone en la batida, es el objetivo
del entrenamiento. Como parte de la fuerza en la
mayoría de las batidas es de origen reactivo, la
energía cinética que se alcanza durante la fase de
preparación de la batida, constituye un elemento
fundamental para entrenarse de forma eficaz
(Iglesias, 1994).
En cualquier caso, se debe tener presente que hay
que encontrar la forma técnica más eficaz que
permita transformar una translación de elevado
componente horizontal, en otra donde el
componente vertical es lo fundamental. La
importancia de estos tres factores (ángulo de salida,
velocidad de despegue e impulso previo) en los
saltos es clara, variando la de los mismos en función
en que sea proyectado el cuerpo hacia la fase de
vuelo (Molina et al., 1994).
A la hora de plantear un entrenamiento orientado
a la mejora de la capacidad de salto tenemos que
tener en cuenta dos factores, primero disponer de la
fuerza necesaria en la musculatura afectada (trabajo
pliométrico, con contraresistencia,
electroestimulación, etc), y en segundo lugar ser
capaz de realizar una técnica se salto fluida y
automatizada.
5. Metodología para el entrenamiento y la mejora
del salto vertical
El salto es una compleja acción multiarticular que
demanda no solo producción de fuerza sino una
gran potencia. Se ha subrayado la importancia del
máximo ratio de fuerza desarrollado para la mejora
del rendimiento en la explosividad del salto
(Fatouros et al., 2000).
5.1. El entrenamiento pliométrico ha sido
recomendado para deportes que requieren acciones
explosivas y mejoras en la capacidad de salto.
Ejercicios pliométricos o de estiramiento
acortamiento son aquellos que se caracterizan por
una rápida deceleración del cuerpo seguido casi
inmediatamente de una rápida aceleración del
cuerpo en la dirección opuesta. Los ejercicios
pliométricos evocan las propiedades elásticas de la
fibra muscular y del tejido conectivo en el sentido en
que permiten al músculo acumular energía durante
la fase de desaceleración (excéntrica) y utilizar esa
energía durante el periodo de aceleración
(concéntrica) El resultado final es que la
musculatura está entrenada bajo tensión mayor que
aquella que representa un entrenamiento de fuerza a
baja velocidad. De todas maneras, el entrenamiento
pliométrico ha sido recomendado para deportes
donde se generan altas potencias (Fatouros et al.).
Estos autores en su investigación proponen
comparar los efectos de tres protocolos diferentes de
entrenamiento (entrenamiento pliométrico,
entrenamiento con peso libre (estilo Olímpico) y la
combinación de ambos) para determinar cual de
ellos potencia mas la ganancia en al salto vertical. 41
sujetos son seleccionados aleatoriamente, divididos
en 4 grupos, y sometidos a 12 semanas de
entrenamiento, con 3 días de entrenamiento por
semana. Concluyen que con todos los tratamientos
hubo mejoras (p 0,05), sin embargo la combinación
de tratamientos fue la que más mejoro la capacidad
de salto vertical
5.2. El entrenamiento con contraresistencia.
También ha dado buenos resultados en la mejora del
rendimiento en salto vertical, en muchos de los casos
entre 28 cm (o entre 515%) con impulsos más
explosivos y menor peso, siendo más efectivo que
con mucho peso e impulsos más lentos. La
comparación de ejercicios pliométricos y de
entrenamiento con peso han producido resultados
enfrentados. Los protocolos pliométricos pueden
mostrarse como más efectivos, igual de efectivos o
menos efectivos que el entrenamiento con pesas en
la mejora del salto vertical (Weiss, Fry, Wood, Relyea
and Melton, (2000). Estos autores realizan una
investigación con 18 sujetos jóvenes no entrenados a
los que someten a un tratamiento de 9 semanas,
entrenando 3 días por semana, basado en realizar
"Squat training"(con diferentes posiciones de Squat)
para determinar si existen ganancias en el salto
vertical al final del tratamiento. Concluyen que el
entrenamiento de deepsquat aparece como el mas
adecuado (p 0,05), para mejorar la capacidad de
salto de sujetos jóvenes no entrenados previamente.
El trabajo de Hakkinen (1981), un clásico en la
bibliografía especializada para explicar los procesos
adaptativos que se producen con el entrenamiento
de la fuerza, realizado principalmente con
entrenamiento contramovimiento, nos demuestra
que el empleo aislado de grandes cargas de
entrenamiento (concéntricas y excéntricas),
benefician los rendimientos en fuerza máxima
estática y dinámica, pero no se traduce en una
mejora similar de la capacidad de salto. En su
trabajo, de 16 semanas de duración (3
sesiones/semana),utilizó una muestra de 14 sujetos
con experiencia en el trabajo de pesas. Utilizó los
ejercicios de sentadilla concéntrica (carga 80100%)
1 repetición por 6 series; y sentadilla excéntrica
(carga 10012%) 1 repetición por 2 series. Los
resultados la ganancia en hipertrofia (20%), la
fuerza máxima estática y dinámica mejoró un 21% y
25% respectivamente, mientras que la fuerza
velocidad de tipo balístico, sentadilla salto (SJ) y
contramovimiento (CMJ) solo lo hizo un 10,6% y un
7,3% respectivamente.
5.3. La combinación de ejercicios pliométricos y de
entrenamiento de contraresistencia incrementa o
mantiene inalterable el rendimiento del salto
vertical, esta combinación puede proporcionar mas
potencia en el estimulo del salto que el entrenar
cada una por separado. Fatouros et al. en un estudio
donde presentan los resultados de un entrenamiento
conjunto entre pliométricos y entrenamiento con
peso, concluyen que el entrenamiento pliométrico
durante periodos largos puede mejorar la capacidad
de salto, pero que la combinación de los dos
entrenamientos es aun más beneficiosa.
Algunas aplicaciones prácticas expuestas por
Fatouros et al., para el entrenamiento de estas dos
modalidades combinadas y la mejora de la
explosividad son:
El entrenamiento con peso debe incorporar ejercicios
específicos (como saltos de potencia, arrancadas,
jalones, empujes explosivos, etc.).
La intensidad y el volumen del ejercicio deben ser
ajustada en cada uno de los sujetos para que se siga
un proceso de adaptación adecuado. La variación de
la intensidad cada semana parece ser un aspecto
importante para la ganancia en rendimiento.
No es recomendables realizar el mismo día los dos
tipos de entrenamiento juntos (mejor días alternos).
Parece ser que 12 semanas son adecuadas para
comenzar a mejorar el rendimiento en el salto
vertical si el volumen y la intensidad se mantienen.
3 días a la semana de entrenamiento son
recomendables, aunque este tipo de entrenamiento
es preferible realizarlo en pretemporada o
posttemporada.
Es importante diferenciar el nivel de entrenamiento
y la experiencia de los sujetos a entrenar para
determinar las cargas recomendadas para tal
objetivo.
5.4. El uso de la electroestimulación (EMS) en el
entrenamiento de la fuerza y de la potencia se ha
llevado a cabo hace décadas, en primer lugar mas
orientado a rehabilitación de lesiones como
condromalacias, retardar la atrofia muscular por
inactividad, por disfunciones, etc. La
electroestimulación trascutanea ha sido utilizada en
conjunción con varias formas de entrenamiento de
peso para mejorar la fuerza en atletas (Dudley y
Harris, 1992).
Aunque se utiliza el EMS como un suplemento a
la contracción dinámica voluntaria en el
entrenamiento con peso, normalmente la mayoría de
la investigación en este campo se ha realizado en
entrenamiento de peso empleando contracciones
isométricas o dinámicas donde el EMS era inducido
(Dudley y Harris).
Willoughby y Simpson (1998) en su estudio
quieren determinar los efectos de las contracciones
dinámicas suplementadas con EMS. 20 mujeres
practicantes de atletismo son tratadas durante 6
semanas, con 3 sesiones por semana, tanto de EMS
como de entrenamiento de fuerza. Encuentran que
existe un incremento significativo en el salto vertical
del 25% cuando combinan el entrenamiento de
fuerza con contramovimiento con la utilización del
EMS.
La correlación significativa entre el incremento de
la fuerza y el salto vertical sugiere que este tipo de
protocolo de entrenamiento puede también mejorar
parámetros dinámicos y funcionales de rendimiento.
Por lo tanto, suplementar las contracciones
dinámicas con EMS producen incrementos en la
fuerza que pueden estar relacionados con la mejora
en el rendimiento general. Se ha estimado que los
extensores de rodilla contribuyen en un 50% en el
salto vertical por esta razón, se puede asumir que la
fuerza de los extensores de rodilla mejora el
rendimiento del salto vertical (Willoughby y
Simpson).
6. Limitantes en el salto vertical
6.1. El estiramiento (stretching) durante el
calentamiento se ha vuelto una práctica tradicional
en la preparación para realizar ejercicio atlético. Es
conocido que el estiramiento es efectivo para la
mejora del rendimiento. Pero esta practica podría
estar contraindicada para algunas actividades,
porque existe poca evidencia científica que justifique
los beneficios del stretching para el rendimiento
(Knudson, 2001). Recientes investigaciones de este
autor han comenzado a demostrar que estirar antes
de la practica deportiva decrece el rendimiento.
Estos efectos han sido observados en estudios en
humanos donde se media la fuerza isometrica y
movimientos dinámicos.
El mecanismo, según el autor, en este descenso
del rendimiento es controversial y puede estar
ocasionado a descensos en la activación del tren
inferior, agarrotamiento muscular o reflejos
sensitivos.
Knudson (1999), en su investigación demuestra
que el estiramiento anterior al salto vertical estático
(SJ) y al salto con contramovimiento (CMJ),
disminuía el rendimiento de manera significativa en
un 4% en ambas pruebas. El mismo descenso del
rendimiento en ambos tipos de salto, SJ y CMJ,
después de haber estirado, sugiere que el stretching
no afecta a la rigidez o acumulación y utilización de
la energía elástica en la musculatura de las piernas.
Knudson et al (2001), en su investigación
concluyen que el estiramiento realizado como parte
del calentamiento para realizar una actividad física,
puede ser contraproducente para el rendimiento del
CMJ en jóvenes físicamente activos. Muchos de los
sujetos de su estudio (55%) disminuyeron su
rendimiento en salto vertical un 7,5%. No hubo
diferencias en la biomecánica del salto, lo que podría
indicar que el estiramiento disminuye la rigidez de
los músculos.
6.2. La fatiga muscular es otro limitante en el
rendimiento del salto vertical. La potencia muscular
es definida como el ratio de producción de trabajo
determinado por la fuerza producida por el músculo
y la velocidad de contracción de este Un descenso en
cada componente reduce por tanto el rendimiento
potencial. Un factor importante que influencia a la
potencia es la fatiga, el cual es definido como una
reducción relativa en la fuerza máxima (Driss,
Vandewalle, Le Chevalier, Monod, 2002).
Smilios et al., (1998) concluyen en su estudio
como el rendimiento en el salto vertical disminuye
cuando se incrementan los niveles de fatiga,
independientemente de los niveles iniciales de
fuerza. Los efectos de la fatiga muscular disminuyen
tanto el trabajo total invertido en el salto como la
distancia y altura de este. Solamente un detrimento
del 10% en la fuerza, tiene un importante efecto en
el rendimiento de salto.
Los descensos en el rendimiento del salto vertical
no son proporcionales a los descensos en la fuerza.
Descensos del 10%, 30% y 50% en la fuerza,
disminuyen la potencia de salto vertical en 21%,
30% y 39% y disminuyen el trabajo producido
durante el salto en 22%, 33% y 41%
respectivamente. Parece ser, que el descenso en la
fuerza tiene una relación linear con los niveles de
fatiga, pero el descenso en el salto vertical no sigue
esta patrón lineal (Smilios, 1998).
7. Factores Kinesiológicos en el rendimiento del salto
vertical
Entrenadores y atletas han tendido ha focalizar el
entrenamiento de la fuerza en el tren inferior como
medida para mejorar el rendimiento en el salto
vertical, pero parece ser que otros factores pueden
afectar. (AragónVargas & Gross, 1997).
El rol que desempeña la fuerza muscular y los
efectos de varios métodos de entrenamiento de
fuerza sobre el salto vertical es ya conocido. Autores
como Alexander y Dowson et al., muestran una
moderada asociación entre la fuerza muscular y el
rendimiento en el salto vertical, y la relativa mejora
(812%) en el rendimiento del salto con
entrenamiento de fuerza. Pero este rendimiento en
el salto vertical depende de importantes factores
kinesiológicos.
En el estudio realizado por AragónVargas et al.,
(1997), muestran como el rendimiento del salto
vertical puede ser predecido por varios factores
kinesiológicos, con diferentes grados de éxito,
dependiendo del tipo de variable predictora que se
utilice. Demuestran como las variables "velocidad de
despegue del centro de gravedad" y la "posición
vertical neta del centro de gravedad en el momento
de despegue" son predictoras significativas (p = .
078) del rendimiento del salto vertical.
Bobbert et al., (2002) muestran que cuando se
utilizan diferentes técnicas de salto, la potencia
mecánica pico durante los saltos puede variar
significativamente, mientras el rendimiento en el
salto vertical se mantiene constante. Esto sugiere
que mientras la potencia mecánica este fuertemente
relacionada con el rendimiento en el salto vertical,
no será un factor limitante de éste.
El músculo esquelético esta preparado para
generar el mayor torque de fuerza durante la acción
isometrica ,sin embargo, durante movimientos
multiarticulares, la medición del torque neto puede
incluir la acción de los antagonistas. Cuando esto
pasa, el torque de los antagonistas es mayor que el
torque neto. Finalmente, la fuerza unilateral ha sido
mostrada como la de mayor producción de
rendimiento en comparación con la mediobilateral
en los músculos de las piernas (Bobbert et al.).
Por otra parte, las diferencias entre los sujetos en
la potencia máxima de la cadera, pueden deberse no
solamente a diferencias en la composición del tipo
de fibra muscular, sino también a diferencias en la
coordinación, que permite a una serie de músculos
actuar a un rango mas alto de fuerzavelocidad
(AragónVargas et al.).
En relación con la diferencia entre los grupos
musculares, el rendimiento de la musculatura de la
cadera parece ser la que más correlación tiene con el
rendimiento en el salto vertical. Solamente la fuerza
de la musculatura de la rodilla, tiene una correlación
mas fuerte que su homóloga en la cadera, aunque la
musculatura del glúteo mayor junto con los vastos,
son los mayores generadores de energía durante la
acción máxima del salto vertical (AragónVargas et
al.).
AragónVargas et al. concluyen en su investigación
que es posible predecir las diferencias en el
rendimiento del salto vertical entre sujetos,
utilizando diferentes variables kinesiológicas como
predictoras. La posición neta del centro de gravedad
del cuerpo en el despegue, contribuye a dar una
pequeña información de la predicción del salto
vertical, comparado con la velocidad vertical de
despegue. La potencia total del cuerpo es un simple
predictor del salto vertical.
El pico de potencia articular y el torque articular,
particularmente en la cadera, son los principales
factores que distinguen un buen saltador de uno
malo. Factores diferenciales entre personas se
pueden compensar con buenas técnicas y modelos de
entrenamiento.
8. Conclusiones
Los test y las pruebas que se realizan para medir la
capacidad de salto son ejecutados en el laboratorio,
bajo condiciones neutras, sin ningún condicionante
ni incertidumbre y con el máximo control sobre los
elementos. El salto es un tipo de acción que siempre
cuando se ejecuta esta acompañada de muchos
condicionantes [condiciones ambientales (viento,
lluvia, humedad alta), presencia de adversarios que
te desplazan, empujan, estorban, desequilibran]. Por
ese motivo, las pruebas de laboratorio deberían estar
reforzadas con pruebas de campo, ejecutadas en
cada deporte o acción deportiva en condiciones
reales de juego, y así poder correlacionar unos datos
con otros.
La acción del salto vertical depende de muchas
variables que se interrelacionan entre si, control
motor, coordinación intramuscular, acción
multiarticular, elevados niveles de fuerza, altos
grados de potencia, buena técnica de ejecución, y
otras. Todas estas variables a analizar, nos hacen
reflexionar y cuestionar la validez de muchos
estudios que intentan medir el salto y sacan
conclusiones tan determinantes, cuando en sus
estudios solamente se tiene en cuenta 1, 2 o 3, de
estas variables.
Podemos comprobar como la variable de fuerza es
una de las más determinantes con relación a la
capacidad de salto, y que esta variable esta
intensamente relacionada con otras como la
velocidad y la potencia. Se han realizado bastantes
estudios sobre estas relaciones, pero debemos tener
en cuenta que muchos de estos estudios fueron
realizados en laboratorio. Por ese motivo, se hace
imperiosa la necesidad de realizar más investigación
de campo, para poder determinar si la correlación
entre estas variables se da de manera tan
concluyente.
La aparición de nuevas metodológicas para el
entrenamiento del salto vertical o la combinación de
las ya existentes, abre nuevas puertas a
investigadores, entrenadores y atletas para poder
potenciar de manera efectiva la capacidad de salto.
Algunos autores remarcan lo contraproducente que
puede ser el estiramiento antes del salto vertical,
pero existe mucha controversia al respecto y se hace
necesaria investigación mas detallada del tema y
teniendo en cuenta muchas otras variables en
consideración.
El salto vertical al ser una acción que depende de
tantas variables, se hace muy difícil de analizar. Pero
los investigadores concluyen en su mayoría, que lo
más importante es la buena técnica de ejecución y
realizar un buen modelo de entrenamiento, además
de las características individuales del pico de
potencia y torque articular.