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PEC I - Introducción pensamiento cienco - Gustavo Capdevila Cucurull - 38123673T

El texto que procedemos a comentar se podría contextualizar como el problema cien co al que se enfrentó el
médico húngaro Ignaz Semmelweis a mediados del siglo XIX y su acercamiento al descubrimiento sistemáco de
una solución.

Semmelweis había constatado con estupor un fenómeno extraño que se reejaba en las disntas tasas de
mortalidad correspondientes a las dos divisiones o clínicas del hospital de maternidad gratuito en que éste
trabajaba en Viena. Es así como observó que el número de muertes por ebre puerperal de la primera división,
dónde solo trabajaban obstetras varones, era mucho más alto que en la segunda división, dónde sólo trabajaban
mujeres parteras y comadronas. Todo ello a pesar de que en ambas divisiones se atendía un número semejante
de mujeres embarazadas.

Así, una vez denido el problema como divergencia en la tasa de infección por ebre puerperal en las dos
divisiones del hospital, y para invesgar la causa o posibles causas de dicho diferencial, éste procedió a plantear
diferentes hipótesis explicavas a n de poder contrastarlas experimentalmente para comprobar si eran ciertas o
falsas, y así obtener una conclusión al respecto, ya que siempre que el experimento conrme la hipótesis
analizada dicha conclusión podría ser aceptada, por lo menos de momento.

Primeramente el médico húngaro empezó por examinar varias de las explicaciones posibles de este divergencia,
rechazando algunas por ser incompables con los hechos y someendo otras a contraste. Algunas de sus
hipótesis fueron:

1.- In uencias epidémicas: Dicha hipótesis no la consideró válida ya que si el aire que se respiraba tanto fuera
como dentro del hospital era el mismo ambas divisiones deberían registrar la misma tasa, Sin embargo el mayor
porcentaje de incidencia se registraba en una sola división, ello demuestra que la enfermedad no se presentaba
con carácter de epidemia.

2.- Hacinamiento: Tampoco la consideró una causa válida. Ya que el hacinamiento era mayor en la segunda
división debido al temor de las mujeres a ser internadas en la primera división (mala fama de ésta) y a pesar de
ello su tasa era menor.

3.- La posición del parto: Tampoco resultó ser válida, ya que luego de haber unicado las posturas de parto en las
dos divisiones la mortalidad registrada en la primera seguía siendo mucho más alta.

Había algo de singular en la primera o en la segunda división que las diferenciaba y que era clave, por lo que se
debería hallar la diferencia relevante entre las situaciones en las que se produce el fenómeno y las situaciones en
las que no, y hasta cierto punto esto es lo que encuentra Semmelweis.

Es así como el avance denivo, casi con carácter casual, tuvo lugar en 1847 luego de la muerte de su buen
amigo y profesor Jakob Kolletschka, quien había sido pinchado accidentalmente con el bisturí de un estudiante
mientras realizaba una autopsia. Un examen del cuerpo de Kolletschka mostró una patología similar a la de las
mujeres que morían de ebre puerperal. Esta evidencia hizo que Semmelweis sugiriera una conexión entre la
contaminación cadavérica y la ebre puerperal, ya que podría ser que efectos similares tuvieran una causa similar.
Así planteó la hipótesis de que él y los estudiantes de medicina llevaban "par culas cadavéricas" en sus manos
desde la sala de autopsias a los pacientes que examinaban en la primera división. Esto explicaba por qué las
parteras de la segunda división, que no estaban involucradas en autopsias y no tenían contacto con cadáveres,
tuvieran una tasa de mortalidad de pacientes mucho más baja.

En otras palabras, Semmelweis ejerció el primer paso en el método cien co, hizo algunas observaciones y luego
formuló una hipótesis para intentar explicarlas. Como forma de probar su hipótesis y como modo de
experimentación ordenó la higiene de manos con cal clorada tras las autopsias y antes de efectuar ningún po de
examen, para luego contrastar como ello afectaba en la salud de las madres pacientes. Los próximos meses
fueron tesgos, tras numerosos examenes de los médicos de la primera división, de como la tasa de mortalidad
se redujo dráscamente, llegando incluso a equipararse a la de la segunda división. Es así que una vez que los
lavados con una solución de cal clorada fueron adoptados y las mujeres fueron examinadas únicamente por
personas con manos limpias, las pacientes examinadas dejaron de morir. Experiencias posteriores también le
llevaron a concluir que la ebre puerperal no solo podía ser provocada por materia cadavérica, sino también por
materia pútrida procedente de organismos vivos, e incluso tras varias observaciones se convenció de que el aire
podía llegar a transportar materia orgánica en descomposición.

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