Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
ISBN-10: 958-44-1655-3
ISBN-13: 978-958-44-1655-1
Library of Congress Control Number - LCCN: 2007935591
1. Arqueología - Colombia. 2. Historia Prehispánica. 3. Alto y Medio Cauca. 4. Valle del Cauca.
1. Rodríguez, Carlos Armando
ISBN-10: 958-44-1655-3
ISBN-13: 978-958-44-1655-1
Library of Congress Control Number - LCCN: 2007935591
Syllaba Press
Suite 722 - 4556
1900 N.W. 97th Avenue
Miami - Florida
Estados Unidos de América
http://www.syllabapress.com
Email: ediciones@syllabapress.com
AGRADECIMIENTOS
INTRODUCCIÓN
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
BIBLIOGRAFÍA
AGRADECIMIENTOS
E ste libro fue posible gracias a la Universidad del Valle, la cual por intermedio del Grupo
de Investigación en Arqueología y Diversidad Sociocultural Prehispánica, ARQUEODI-
VERSIDAD de la Facultad de Artes Integradas y del Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” me
brindó el tiempo y la logística necesarios para llevar a cabo la investigación. Además, como es sabido
todo trabajo por individual que parezca tiene implícita una cierta elaboración colectiva. Y esta no es una
excepción. Muchos fueron los colegas y amigos que participaron indirectamente en la composición del
libro que presento al lector. De varios de ellos recibí una motivación constante para llevar a cabo mi
investigación, de otros, ayuda económica y de la gran mayoría insumos necesarios de sus investigacio-
nes que permitieron armar el rompecabezas y tratar de suministrar una visión de conjunto. Pero entre
estas personas hay algunos colegas que merecen un especial reconocimiento. Betty Meggers
(Smithsonian Institution) siempre creyó en el proyecto y estimuló de diferentes formas su realización.
Mario Sanoja e Iraida Vargas hicieron valiosas sugerencias al texto. El paciente y arduo trabajo de
Alexandra Bedoya (Museo Arqueológico de la Universidad del Valle) en la recolección y procesamien-
to inicial de la información bibliográfica fue de vital importancia para la elaboración de los diferentes
borradores del texto y su versión final.
Para organizar esta versión digital varios colegas y amigos arqueólogos me permitieron generosa-
mente consultar los informes finales de sus investigaciones o sus ponencias presentadas en congresos de
Arqueología aún sin publicar, o me obsequiaron fotografías para ilustrar el texto. Entre ellos debo men-
cionar a Jorge Iván Pino y Juan Carlos Forero y Shirley Castiblanco. Algunas fotografías fueron sumi-
nistradas por Marianne Cardale Schrimpff, Claudia Afanador, Jorge Iván Pino y Shirley Castiblanco.
Otras, fueron proporcionadas por el Museo Arqueológico Julio César Cubillos <http://
museoarqueologico.univalle.edu.co> de la Universidad del Valle. Y la gran mayoría se tomaron de pu-
blicaciones recientes las cuales mencionamos tanto el pie de foto, como en la bibliografía. Los dibujos
en carboncillo se deben a la excelente pluma de José Andrés López, mientras los mapas fueron realiza-
dos por Marino Ramírez. A todos ellos, mis sinceros agradecimientos.
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
este libro publicada en papel con el título de “El dieta alimenticia de las poblaciones antiguas, y
Valle del Cauca Prehispánico. Procesos sociocul- también sobre aspectos cronológicos y culturales
turales antiguos en las regiones geohistóricas del de las diferentes culturas prehispánicas que exis-
Alto y Medio Cauca y la Costa Pacífica colombo- tieron durante milenios en el actual territorio del
ecuatoriana”. Desde entonces, en estas impor- Valle del Cauca. Igualmente, la información ob-
tantes regiones del Norte de Suramérica han suce- tenida ha sido de gran importancia para la elabo-
dido una serie de acontecimientos importantes ración de nuevos guiones museográficos entre los
relacionados tanto con la realización de nuevos cuales debemos mencionar principalmente el del
9
proyectos de investigación arqueológica, como Museo Arqueológico de Palmira que abrirá sus
con la publicación de sus resultados y la utiliza- puertas al público a finales del 2007.
ción de los nuevos datos en guiones museográfi-
cos regionales sobre arqueología e historia prehis- También son de gran importancia las pu-
pánica. blicaciones y los informes finales de investiga-
ciones realizadas en los departamentos del Eje
En cuanto al departamento del Valle del Cafetero y Antioquia. Entre el 2004 y 2006 la
Cauca, tal vez lo más relevante haya sido la exca- Universidad Tecnológica de Pereira publicó dos
vación de cementerios prehispánicos y montículos volúmenes sobre “Cambios ambientales en pers-
de la Cultura Yotoco/Malagana en los sitios de pectiva histórica” que recoge una serie de artícu-
Malagana (2001), Coronado, Santa Bárbara, los relacionados con la historia ecológica y so-
(2001), La Cristalina, y el Estadio del Depor- ciocultural de la región, desde el pasado prehis-
tivo Cali (2003-2004). También, las prospeccio- pánico hasta el momento actual. De igual tras-
nes y excavaciones arqueológicas utilizando méto- cendencia han ido los diferentes proyectos de
dos geoeléctricos, electrotérmicos y radioactivos, arqueología de rescate implementados en el de-
realizadas en sitios de habitación en la sede Me- partamento del Quindío (municipios de Quimba-
léndez de la Universidad del Valle en el municipio ya, Calarcá y Armenia) que han arrojado valiosa
de Cali (2004-2005) y el poblado prehispánico información sobre los patrones de enterramiento
Quimbaya Tardío de Campoalegre en el sector en tumbas de cancel pertenecientes posiblemente
cordillerano del municipio de Ginebra (2006- a sociedades Quimbaya del Formativo o del
2007). Asimismo, los estudios arqueológicos de “Clásico Regional”. Por su parte, el informe
sitios de habitación, cementerios y caminos pre- final sobre las excavaciones arqueológicas reali-
hispánicos llevados a cabo en el Valle de La Bui- zadas en las cavernas del río Alicante, suministró
trera, en los municipios de Palmira y Pradera entre datos muy valiosos que han permitido ampliar
el 2006 y 2007, y los análisis bioantropológicos nuestros conocimientos sobre los patrones fune-
de poblaciones antiguas, realizados con materiales rarios y de asentamiento de las poblaciones que
óseos procedentes de más de 240 tumbas, que per- compartían la cultura La Cancana en el territorio
mitieron obtener valiosa información sobre las antioqueño. Asimismo, la presentación de los
condiciones de salud y enfermedades de las pobla- resultados finales de los sitos Y-021 y Y-045 del
ciones Ilama y Yotoco/Malagana. Y por último, proyecto arqueológico de Porce, que han expan-
las investigaciones interdisciplinarias entre ar- dido nuestros conocimientos sobre los procesos
queólogos y médicos tratando de conocer, utili- de colonización de los valles interandinos de Co-
zando las fuentes cerámicas, las enfermedades que lombia durante el Holoceno Temprano y Medio.
tenían las poblaciones portadoras de la Cultura
Tumaco- La Tolita II.
Todos estos nuevos datos, gran parte de los zamos las expresiones culturales de las socieda-
cuales ha sido procesados e incluidos en la pre- des Ferrería (400 a.C. – 700 d.C.), Quimbaya
sente edición digital, han permitido fortalecer la (1.600 a.C. – 800 d.C.), Ilama (700 – 0 a.C.), La
propuesta inicial del año 2002 que tenía como Balsa (1.100 a.C.-500 d.C.) y Tumaco- La Tolita
objetivo identificar y caracterizar los diversos I (700-350 a.C.). El cuarto está dedicado a las
procesos socioculturales antiguos en el Alto y sociedades cacicales del “Clásico Regional” o
medio Cauca y la Costa Pacífica colombo- Sub-período IIIb. Aquí encontramos la caracteri-
ecuatoriana. Tenemos ahora una comprensión zación cultural de las sociedades Yoto-
mucho más clara de todos estos procesos históri- co/Malagana (1 – 800/900 d.C.) y Tumaco-La
cos milenarios y de la gran importancia de resca- Tolita II (300 a.C.- 300/400 d.C.). Y por último,
tar para el presente y el futuro todo este rico pa- el quinto capitulo se interesa en el estudio de las
trimonio cultural. sociedades cacicales del período “Tardío” o Sub-
INTRODUCCIÓN
Capítulo - 1
Social de cazadores-recolectores antiguos.
Capítulo - 1
te, asociado a granos calcinados de maíz, agujas
en hueso, un fragmento de flauta travesera elabo-
Figura 1.4. Punta de proyectil en marfil utilizada en la caza
del mastodonte de Toro, hace unos 10.000 años. Altura 8.5 rada en hueso de venado y un collar con cuentas
cm. tubulares hechas con huesos de aves. Los des-
cubrimientos más recientes de restos fósiles de
estos grandes mamíferos corresponden a los años 15
90 del siglo pasado. Un fragmento condilar de un
individuo adulto apareció accidentalmente en las
calizas del corregimiento de Mulaló, municipio
de Yumbo, en una zona conocida por la frecuente
aparición de restos fósiles de diferentes animales.
Y por último, debemos mencionar el hallazgo
casual de un molar de mastodonte también en el
municipio de Yumbo en 1.998. (Figura 1.7).
Capítulo - 1
San Isidro (Valle de Popayán) 7.580 ±100 B- 65877 Gnecco 2000
La Selva (Risaralda) 7.540 ±110 Beta- 87188 Patiño et al. 2001
Sauzalito (Calima) 7.350 ±100 Beta- 184419 Herrera et. al 1988
Porce Y-045(Antioquia) 7.170 ± 90 Beta-72375 Castillo et al. 1999
17
El Jazmín (Risaralda) 7.070 ± 60 Beta-95061 Aceituno 2006
Porce Y-021 (Antioquia) 6.940 ± 80 Beta-114687 Castillo y Aceituno 2006
El Recreo (Calima) 6.800 ±160 Beta-26018 Herrera et al. 1988
La Pochola (Risaralda) 6.730 ± 55 Ua- 24498 Aceituno 2006
Salento 21 (Quindío) 6.480 ±160 Beta-146609 Rojas y Tabares 2000
El Antojo (Risaralda) 6.430 ± 90 Beta-93154 Múnera y Monsalve 1997
Guayabito (Risaralda) 6.040 ±100 Beta-95064 Múnera y Monsalve 1997
El Recreo (Calima) 6.030 ±20 Beta-26019 Herrera et al. 1988
El Recreo (Calima) 5.880 ±140 Beta-26020 Herrera et al. 1988
Porce Y-021(Antioquia) 5.830 ± 80 Beta-118093 Castillo et al. 1999
La Blanquita (Antioquia) 5.770 ± 50 Beta-162328 Martínez y Botero 2002
Porce Y-045(Antioquia) 5.760 ± 70 Beta-114675 Castillo et al. 1999
La Selva (Risaralda) 5.735 ±110 Beta- 87189 Patiño et al. 2001
Múnera y Monsalve
Campoaelegre-Y15 (Caldas) 5.650 ± 90 Beta-87730
1997
El Jazmín (Risaralda) 5.460 ± 65 NSRL-12549 Aceituno 2002.
El Jazmín (Risaralda) 5.640 ± 60 Beta-95062 Múnera y Monsalve 1997
Salento 24 (Quindío) 5.450 ± 70 Beta-146612 Rojas y Tabares 2000
El Pital (Calima) 5.360 ±140 Beta-13348 Salgado 1986
Pereira (Risaralda) 5.350 ± 70 Beta-151344 Integral 2001
La Hermosa (Risaralda) 5.300 ±120 Beta-151347 Integral 2001
Porce Y-021(Antioquia) 5.290 ± 80 Beta-99862 Castillo et al. 1999
Porce Y-021(Antioquia) 5.130 ± 80 Beta-99854 Castillo et al. 1999
Porce Y-045(Antioquia) 5.130 ±130 Beta-114681 Castillo et al. 1999
El Jazmín (Risaralda) 5.130± 50 Ua- 24496 Aceituno 2006
Porce Y-021(Antioquia) 5.090 ± 80 Beta-144686 Castillo et al. 1999
Tabla 1.1. Cronología absoluta de las culturas de recolectores y productores
tempranos de alimentos en el Alto y Medio Cauca. (Continuación)
clima era más frio que el actual y la vegetación En este sitio, localizado en una loma con una vis-
fluctuaba entre bosque andino y subandino, con ta espectacular del río Calima, además de una
predominio de especies madereras como el roble serie de instrumentos líticos asociados con activi-
(Quercus) y árboles de las familias Clusia, dades hortícolas, se pudo detectar una alta activi-
Hediosnum sp e Ilex, y se registra un incremento dad biológica, debida en gran parte a la acción
de las Dyperaceas y esporas de helechos, carac- antrópica, abundante carbón, y fragmentos carbo-
terísticos de zonas abiertas con predominio de nizados de madera, semillas de aguacate (Persea
suficiente luz solar. Posiblemente el bosque era americana) y frutos de palmas. En los niveles 7 y
menos cerrado, con pequeños claros realizados 5 fechados entre 7.720 y 7.650 a.C. los artefactos
seguramente por el hombre con fines culturales. líticos hechos con materia prima local (rocas íg-
Es en este contexto medioambiental cuando de- neas intrusivas), correspondieron a lascas obteni-
tectamos la presencia inequívoca de las primeras das por percusión, yunques con martillos, dese-
poblaciones antiguas, documentada arqueológi- chos de manufactura de otros tipos de instrumen-
camente en el nivel 7 del yacimiento Sauzalito. tos utilizados para machacar tallos y romper se-
Figura 1.10. Azada, machacador y núcleo provenientes del
sitio Sauzalito. (Tomado de Cardale et al. 2005: 31).
Capítulo - 1
19
ción previa; pero también los hacían seguramente El modo de vida recolector-productor tam-
de hueso y madera. bién fue compartido por las poblaciones que ocu-
paron los diferentes ecosistemas del territorio del
El proceso de producción de alimentos Viejo Caldas o actualmente denominado Eje Ca-
tomó un rumbo diferente en Calima con la intro- fetero (Departamentos de Risaralda, Caldas y
20 ducción del maiz (Zea mays) ya domesticado. Quindío). Allí también grupos humanos con tra-
Este cereal, denominado acertadamente el pan de diciones culturales similares a las de Calima y el
América, comienza a aparecer, de acuerdo a los valle de Popayán existieron durante un período
diagramas de polen del sitio Hacienda El Dorado, de unos 6.000 años, prácticamente desde inicios
en el límite superior de la zona 4B, datada hacia del Holoceno. En la terraza artificial de La Selva,
el 4.730 a.C. Allí se presentó igualmente polen ubicada en el municipio de Marsella, en suelos
de especies características de zonas abiertas, lo derivados de cenizas volcánicas, arqueólogos del
que estaba indicando una creciente deforestación Instituto Vallecaucano de Investigaciones Cientí-
con el objeto de ganar tierras para los cultivos. ficas, pudieron documentar la presencia de un
primer asentamiento precerámico hacia el 7.560
Esta fecha tan antigua de la introducción a.C. y una segunda ocupación del sitio en el
de este cereal en Calima apoya la hipótesis de 5.735 a.C. Ambas poblaciones utilizaron un con-
que el maíz domesticado fue utilizado por las junto lítico muy sencillo, en el cual sobresalían
poblaciones antiguas colombianas mucho antes lascas, guijarros, piedras fracturadas por el fuego
de lo que pensabamos hace algunos años. Esto y especialmente cuatro herramientas para enman-
podría confirmarlo la presencia antigua de esta gar tipo azada con filo curvo, similares a las ma-
especie vegetal en otras regiones geohistóricas nufacturadas y usadas en ese entonces por los
como el altiplano cundiboyacense. Polen de maíz habitantes precerámicos de otras regiones del
con fechas también muy tempranas ha sido re- suroccidente colombiano.
portado en el yacimiento Páramo de Peña Negra
I, donde este cultígeno aparece continuamente Poblaciones antiguas, que manejaban re-
desde el 6.370 hasta 3.260 a.C. En otro sitio cursos de un medio ambiente de selva tropical
denominado Páramo de Aguablanca II, también andina, con una tecnología lítica sencilla, tam-
se reportó polen de Zea mays encima de un estra- bién han sido detectadas recientemente en los
to fechado en 4.680 a.C. Algunos autores como alrededores del municipio de Pereira. El yaci-
Kuhry, Piperno y Pearsall apoyan la idea de que miento arqueológico Hacienda Cuba (66PER001)
este maíz fue introducido a la Sabana de Bogotá corresponde a una terraza deposicional ubicada
posiblemente por poblaciones provenientes del en la confluencia de las quebradas La Condina y
valle del Magdalena. El Oso, a una altura de 1.280 metros s.n.m. Allí
en la primera ocupación precerámica del sitio
Es poco lo que conocemos sobre el perío- (Horizonte IIA) se obtuvo una fecha de 7.780
do comprendido entre 2.140 y 1.300 a.C. , es de- a.C. asociada a restos de carbón, cantos rodados
cir, entre la última ocupación de El Pital por par- y lascas de cuarzo. La segunda ocupación fecha-
te de estos grupos con un modo de vida recolec- da en 2.270 a.C. estuvo relacionada con artefac-
tor-productor y la aparición de las primeras co- tos bifaciales tipo azada. Otro de los sitios ar-
queológicos multicomponentes de gran importan- artefactos líticos similar a los de la primera ocu-
cia es La Mikela, ubicado en una terraza aledaña pación, entre los cuales el instrumento más repre-
a la margen izquierda del río Consota. En sus sentativo fue la azada. La recuperación de unas
estratos culturales más profundos, asociadas con 27 azadas en las dos ocupaciones evidencia la
una fecha de 3.900 a.C., fueron excavados abun- gran importancia que tuvo este instrumento du-
dantes materiales líticos, especialmente lascas rante las labores de preparación del suelo para el
utilizadas posiblemente para cortar y cantos roda- cultivo, como también seguramente en el desen-
dos con huellas de uso usados seguramente como terramiento de tubérculos y el trabajo con las pal-
golpeadores. mas. El sitio arqueológico El Jazmín presenta la
mayor cantidad de este tipo de artefactos encon-
Cerca del municipio de Pereira, en la vere- trada hasta el presente en cualquier yacimiento
da Montenegro se encuentra ubicado también el precerámico del suroccidente colombiano.
yacimiento de Génova 19 sobre una cima plana
rodeada por las quebradas Condina y Parra. Allí Los datos procedentes del análisis de po-
fue excavada una concentración de rocas fractu- len, fitolitos y almidones indican que los habitan-
Capítulo - 1
radas por el fuego y una azada, materiales líticos tes antiguos del lugar manejaban y cultivaban
idénticos a los que se han presentado en otros diferentes especies de palmas, frutales, tubércu-
sitios precerámicos cercanos. Y aún cuando no se los y gramíneas, las cuales habían introducido en
obtuvieron fechas de radiocarbono para este sitio, la alimentación diaria. Entre las palmas utilizadas
los arqueólogos que excavaron estos materiales no sólo para la alimentación, sino también como
piensan que seguramente estos podrían pertene- fuente de materia prima para infinidad de activi- 21
cer al Holoceno. dades, debemos mencionar especialmente la de
chontaduro (Bactris gassipaes), la cual segura-
De igual importancia son los yacimientos mente había sido domesticada. También fueron
de El Antojo, El Jazmín, Guayabito, La Pochola reportadas plantas tuberosas como el ñame
y San Germán, descubiertos hacia finales de los (Discorea sp.), la mafafa (Xanthosoma sp.) y la
años 90 del siglo pasado en el municipio de San- yuca (Manihot sp.); así como también cereales
ta Rosa de Cabal (Departamento de Risaralda). como el maíz (Zea mays) y el amaranto
El Antojo es un sitio multicomponente localizado (Amaranthus sp.). Igualmente, frutas entre las
sobre una terraza natural de unos 1.200 metros cuales debemos mencionar el lulo (Solanum sp.)
cuadrados de extensión y a 1.450 m.s.n.m. sobre y algunas especies del Género Passiflora
la margen izquierda del rio Campoalegre, en la (curuba, granadilla, badea) (Tabla 1.2).
vereda homónima. En el Estrato IV (70-85 cm.)
correspondiente a un suelo antrópico precerámico El yacimiento de Guayabito está localiza-
y fechado en 6.430 a.C. fue encontrado un taller do sobre una terraza también artificial de unos
especializado en la talla de instrumentos de cuar- 820 metros cuadrados a 1.620 msnm. en la mar-
zo lechoso, entre los cuales habían raspadores, gen derecha del río San Eugenio. La primera ocu-
lascas filudas de diversas formas, desechos de pación del sitio fechada en 6.040 a.C. estuvo aso-
talla, núcleos activos y agotados. Igualmente, en ciada con madera carbonizada producto segura-
la superficie se recolectó una azada. mente de actividades domésticas. La segunda
ocupación fechada en 2.230 a.C. se relaciona con
Por su parte, El Jazmín es uno de los yaci- instrumentos de molienda y procesamiento de
mientos más importantes en la región del Viejo vegetales como: maceradores, percutores, yun-
Caldas, se encuentra localizado en un aterraza- ques, cantos fragmentados, piedras y guijarros
miento de 1.500 metros cuadrados, sobre la mar- con desconchamiento. Las poblaciones de este
gen derecha del río San Eugenio, a 1.650 msnm. período manipulaban una gran variedad de plan-
En el horizonte precerámico más antiguo (UE tas alimenticias como el amaranto, el ñame, la
VI) fechado en 7.070 a.C. se logró detectar un yuca y el maíz; igualmente, frutas de Passiflora
área de manufactura de diversos instrumentos sp.
líticos, así como también de actividades domésti-
cas. Allí se presentó una gran cantidad de cantos A los sitios antes mencionados se suman
rodados con desconchamiento, placas de molien- dos más descubiertos recientemente en el Depar-
da, yunques, percutores, maceradores, machaca- tamento de Caldas. Campoalegre Y15 es un yaci-
dores y azadas. Una segunda ocupación datada miento ubicado también en una terraza de unos
en 5.640 a.C. estuvo asociada a un conjunto de 500 metros cuadrados a una altura de 1.375
Tabla 1.2. Resumen de la evolución del paisaje en el área del yacimiento El Jazmín
(Tomado de Aceituno 2002:98).
Cobertura: Bosque
Frío y (Bmh-PM) natural poco
3B 188 VII C -
húmedo diverso y presencia de
helechos.
Cobertura: Descenso
abrupto del bosque; apare-
> T° y cen elementos nuevos;
3a 170 VII BP -
P palmas (Bactris sp.), ras-
trojos y gramíneas. Posi-
ble incidencia antrópica.
Capítulo - 1
Cobertura: Recuperación
del bosque y descenso de
> T° y otros grupos; aumento de
3a 155 VII BP -
P la diversidad de palmas
(Bactris sp., Geonoma sp.,
22 Astrocaryum sp.).
Cobertura: Reducción del
bosque, impacto en el
área, presencia de pione-
2E VI
146 Abp - ros y gramíneas, presencia
2E VI
143 Apb - > T° y alta de palmas (Bactris
2E VI
139 Apb2 - P sp., Geonoma sp., Astro-
2E VI
136 Apb2 - caryum sp.), y otras plan-
tas con uso alimenticio
como Solanum sp., Disco-
rea sp., Xanthosoma sp.
Cobertura: Reducción
del bosque, aumento de
pioneros y rastrojos; alta
presencia de palmas
- (mismos géneros) y de
2D 126 VI
Ap1 - > T° y Solanum sp.; aparece Zea
2D 120 VI
Ap1 - P Mays.
-
Evidencias: Primeras
evidencias de herramien-
tas líticas y desechos de
talla.
Cobertura: Bosque se
mantiene, aumento de los
helechos y descenso de
otros grupos; buena pre-
sencia de pioneros; plan-
tas con uso alimenticio:
112 V Ap1 (Ah) palmas (mismos géneros),
2C -
106 V Ap1 (Ah) > T° y Solanum sp., Xanthosoma
2C 7.070±60
100 V Ap (tipo P sp., Zea Mays.
2C -
Ah1)
Evidencias: Hachas/
azadas, desechos de talla,
modificados por uso, car-
bón, junto a macrorestos
que no pudieron ser iden-
tificados.
Tabla 1.2. Resumen de la evolución del paisaje en el área del yacimiento El Jazmín
(Tomado de Aceituno 2002:98). (Continuación)
Cobertura: Bosque se
mantiene, perturbación
del área y posible culti-
vo de Xanthosoma
sp.junto al maíz; pre-
2B 84 IV Apb 5.646±90 > T° y sencia de palmas
P (mismos géneros, ex-
cepto Astrocaryum sp.
Evidencias: Similares a
la anterior; ausencia de
macrorrestos.
Capítulo - 1
msnm. en la margen derecha del río Campoale- miento arqueológico situado sobre una cima
gre, en el municipio de Chinchiná. Este es un aplanada en la vereda San Antonio. Al igual que
sitio multicomponente con dos estratos precerá- en otros sitios del sector, en este yacimiento se
micos. El primero de ellos (Estrato IVa, Horizon- presentaron tres ocupaciones precerámicas. El
te B2) datado en 5.650 a.C. correspondió a un primer asentamiento tuvo lugar en el 6480 a.C. y 23
área de actividad para la elaboración de instru- estuvo relacionado “con un área destinada al pro-
mentos líticos, donde fueron encontrados cantos cesamiento de alimentos, representada por un
rodados con desconchamiento intencional, yun- fogón, restos vegetales (semillas fragmentadas de
ques, placas de molienda con superficies planas o un tipo de nuez), rocas quemadas, elementos líti-
cóncavas, hachas (azadas?) desbastadas con bor- cos desconchados y algunos artefactos modifica-
de pulido, raspadores, percutores y maceradores. dos por uso y tallados.”
Las rocas utilizadas para su elaboración fueron:
andesita, diorita y granito. En una segunda habi- Por su parte, el sitio Salento 24 está ubica-
tación del sitio asociada a una fecha de 2.320 do sobre la cima de una loma erosional, en la
a.C. se recuperaron una azada, placas y manos de vereda El Roble. Una muestra de carbón proce-
moler, percutores y raspadores. En ambas ocu- dente del Nivel 15, Horizonte ABb2 fue fechada
paciones, comenzado desde el 5.650 a.C. las po- en 7.730 a.C. y corresponde a la primera ocupa-
blaciones del lugar cultivaban la yuca (Manihot ción, asociada con lascas sin uso y microlascas.
sp.), como lo demuestra la recuperación de almi- Una segunda ocupación, aún sin fechados radio-
dones de esta especie en artefactos líticos como carbónicos (6.000-6.500 a.C.?) se presentó en el
manos de moler y placas de molienda. Horizonte Ab2, asociada a lascas y una azada con
retoque perimetral y filos en su extremo distal.
El otro es el sitio multicomponente de Los La última ocupación precerámica correspondió al
Arrayanes, ubicado en una colina a 2.400 msnm nivel 10 del Horizonte ABb1 datado en 5.450
cerca de las quebradas La Albania y La Palma. a.C., donde aparecieron lascas y microlascas, un
Allí se presentaron tres ocupaciones precerámi- raspador, cantos rodados y rocas fragmentadas
cas y una agroalarera. La primera ocupación, sin con huellas de haber sido sometidas al fuego.
fechas de radiocarbono, posiblemente perteneció Para el territorio antioqueño contamos con el ya-
al Holoceno Inicial; la segunda, la más intensa cimiento precerámico de El Pedrero, en el muni-
(Piso 2C), está asociada con una fecha de 4.570 cipio de El Carmen de Viboral, con fechas de
a.C. y artefactos como molinos, placas alisadas, radiocarbono entre 4.670 y 2.560 a.C. Con ambas
yunques, morteros, percutores y azadas. Igual- ocupaciones del sitio están asociados una gran
mente, a semillas carbonizadas de nogal o cedro variedad de artefactos tales como yunques, ma-
negro (Juglas nigra) y palmas. chacadores, manos de moler, los cuales segura-
mente fueron utilizados para el procesamiento de
Y terminamos nuestra descripción de los vegetales (tallos, frutos y semillas) y posiblemen-
asentamientos precerámicos en el Viejo Caldas te el trabajo de la madera (Figura 1.13).
con dos sitios más excavados recientemente en el
municipio de Salento, Departamento de Caldas: El modo de vida recolector-productor tam-
Salento 21 y Salento 24. Salento 21 es un yaci- bién fue compartido por las poblaciones que ocu-
(hachas?), placas planas, martillos, percutores y
cuchillas de diferentes variedades. Instrumentos
similares son comunes también en estratos supe-
riores del sitio fechados en 4.990 y 3.930 a.C.
respectivamente. A partir del 5.290 y hasta el
3.930 a.C. estos grupos enterraron a sus muertos
en espacios rituales, utilizando prácticas como
los entierros primarios, calcinación parcial de los
muertos antes de enterrarlos, consumo y entierro
de partes de animales durante los festines que
acompañaban al entierro. Entre estas poblacio-
nes, una alta mortalidad infantil, se conjugaba
con una expectativa de vida de no más de 35
años, fenómeno muy similar al de otras poblacio-
nes de cazadores-recolectores y productores anti-
Capítulo - 1
Capítulo - 1
vo, la cual tuvo lugar hacia el 1.650 a.C., seguida
de un enfriamiento corto hacia el 740 a.C. Es-
tas erupciones volcánicas catastróficas modela-
ron, en cierta medida, la dinámica ocupacional
Figura 1.14. Azada/hacha utilizada para procesar vegetales, por parte de las poblaciones antiguas, como lo
encontrada en el sitio arqueológico La Blanquita, cerca de sugiere el yacimiento de Los Arrayanes, donde 25
Medellín. (Fotografía cortesía de Alejandra Agudelo).
en la secuencia estratigráfica puede observarse
Y finalmente, en el sector del río Alicante, que los diferentes eventos de ocupación precerá-
municipio de Puerto Berrío, existió un tipo de mica, tres en total, se presentaron interrumpidos
asentamiento y enterramiento muy peculiar en por períodos de abandono del sitio debido a llu-
cavernas y abrigos rocosos, por parte de grupos vias de cenizas volcánicas expulsadas por el ne-
precerámicos y agros alfareros que explotaban vado del Ruiz.
ecosistemas ribereños. El sitio más importante es
un abrigo rocoso denominado Los Conservado- En Calima se presentaron actividades vol-
res, en el cual se presentó una estratificación cul- cánicas fuertes durante el Pleistoceno, entre
tural de más de un metro de profundidad, datada 28.000 y 18.000 años a.C., moldeando significa-
por radiocarbono entre 4.200 y 1.700 a.C. La pri- tivamente el paisaje de lomeríos suaves. Aunque
mera fecha del siglo V a.C. procedente del Hori- finas lluvias de ceniza volcánica continuaban
zonte III (40-45 cm.) estaba asociada a artefactos cayendo hacia el 7.000 a.C. época en que apare-
líticos en diversas variedades, elaborados en cen las primeras ocupaciones precerámicas en
chert y cuarzo, fragmentos óseos de animales y Sauzalito. Por su parte, en el valle de Popayán
abundante ceniza. la actividad volcánica no parece haber sido signi-
ficativa durante el Holoceno, incidiendo en me-
Y bien, luego de haber presentado los da- nor proporción en los asentamientos de las pobla-
tos con los que contamos actualmente sobre las ciones antiguas. En La Elvira el evento volcánico
poblaciones precerámicas que existieron en nues- más importante fue el flujo de escombros genera-
tra región de estudio, considero pertinente suge- do por la actividad del volcán Cargachiquito, el
rir algunas conclusiones importantes. En primer cual sucedió entre 18.000 y 13.000 años a.C., y
lugar, es conveniente tener en cuenta que el pro- de los cuales se originaron los suelos de los hori-
ceso de adaptación cultural de estas poblaciones zontes AB y B, donde se presentaron los materia-
a los valles interandinos y los bosques de monta- les precerámicos del sitio.
ña de las cordilleras central y occidental se dio en
condiciones medioambientales muy diferentes a Otro de los aspectos relevantes fue el pro-
las actuales, donde las erupciones volcánicas ju- ceso de mobilidad y asentamiento semiperma-
garon un papel muy importante en la modifica- nente de estas poblaciones antiguas, el cual estu-
ción del paisaje y los patrones culturales. Los vo relacionado con la transición de una economía
estudios edafológicos y palinológicos realizados de apropiación a la producción de alimentos por
han establecido que en el Viejo Caldas hacia fi- medio inicialmente de la horticultura. Parece evi-
nales del Pleistoceno, entre 11.000 y 8.000 años dente que durante la primera fase del Holoceno
a.C. se presentó un mejoramiento del clima y Temprano (8.000-7.000 a.C.) las poblaciones
precerámicas del Alto y Medio Cauca seguían Y por último, quiero referirme al instru-
teniendo un alto grado de movilidad, aún cuando mental lítico característico de estos grupos prece-
ya había comenzado el proceso de asentamientos rámicos del Alto y Medio Cauca, algunas de cu-
semipermanentes en determinados ecosistemas, yas formas parecen imprimirle un cierto aire de
como parece demostrarlo la presencia de huellas identidad étnico-cultural a toda estas poblacio-
de poste de algún tipo de construcciones que se nes. Utilizando una gran variedad de rocas loca-
han presentado en varios yacimientos arqueológi- les los colectivos humanos de esta importante
cos estudiados. La primera ocupación precerámi- región de Colombia elaboraron un conjunto de
ca del sitio San Isidro (8.000 a.C.) en el valle de artefactos líticos con una tecnología sencilla que
Popayán podría corresponder a un modelo de poco difiere de la que han presentado otros gru-
ocupación temporal. A partir del 7.000 a.C. los pos precerámicos que ocuparon y explotaron eco-
asentamientos de estas poblaciones se tornan más sistemas andinos del Tolima. Desde el 8.000
permanentes, lo cual podría estar relacionado con hasta el 3.000 a.C. son comunes en todos los si-
la mayor explotación de los recursos bióticos tios estudiados principalmente artefactos como:
presentes en los diversos ecosistemas de nuestra cantos rodados con bordes desgastados (edge
Capítulo - 1
región de estudio, especialmente con el procesa- ground cobbles), placas planas, percutores, ma-
miento de una gran cantidad de especies vegeta- nos de moler, yunques y raspadores. Pero existe
les y, posiblemente con una mayor densidad de un instrumento que parece unir culturalmente a
población. La presencia de instrumentos líticos todas estas poblaciones del Alto y Medio Cauca
como cantos rodados con bordes desgastados, y es la azada/hacha, la cual aparece desde el
26 maceradores, yunques, bases de molienda y aza- 7.650 a.C. en Sauzalito y está presente hasta el
das/hachas indican actividades domésticas aso- 2.300 a.C. en el sitio Campoalegre Y-15. En
ciadas tanto al procesamiento de tubérculos y otras palabras, pienso que esta forma específica y
rizomas, como al aprovechamiento de frutos y los procedimientos tecnológicos utilizados para
hojas de palmas. Específicamente, las azadas/ producirla, que compartieron todas las poblacio-
hachas podrían estar relacionadas con la apertura nes antiguas de nuestra región geohistórica de
del bosque y la preparación de pequeñas huertas estudio, podría considerarse como uno de los
caseras, lo cual sería la antesala a la domestica- principales elementos de identidad étnico-
ción de diversos cultígenos. cultural. Es posible que todos estos grupos socia-
les hubieran estado emparentados culturalmente
Granos de polen de maíz posiblemente y sus expresiones materiales eran compartidas
domesticado, aparecieron en el nivel 21 del sitio por todas las bandas que colonizaron paulatina-
arqueológico El Jazmín, fechado en 5.400 a.C., mente ecosistemas de valles y de montaña en las
mientras esta gramínea aparece documentada cordilleras Occidental y Central.
hacia el 4.730 a.C. entre las poblaciones que ocu-
paron el valle alto del río Calima, como lo evi- De tal forma, el estudio de unos 15 sitios
dencia polen fósil de esta especie recuperado en arqueológicos localizados especialmente en eco-
la Zona 4B del sitio El Dorado. En la misma re- sistemas de montaña de las cordilleras Central y
gión, 1.500 años después el cultivo de este cereal Occidental en el Suroccidente de Colombia , de
parecía ya permanente (Hacienda Lusitania). los cuales se han obtenido 62 fechas de radiocar-
También en Porce el maíz, junto con la yuca apa- bono, ha permitido al menos de una manera pre-
recen domesticados hacia el 4000 a.C. Con la liminar, conocer importantes aspectos sociales y
introducción de estos cultígenos las poblaciones culturales de las poblaciones humanas que colo-
antiguas de nuestra región de estudio comenza- nizaron estos territorios entre la transición del
ron un nuevo tipo de subsistencia basada no sólo Pleistoceno Final al Holoceno Medio (8.000-
en la apropiación de los productos animales y 1.500 a.C.). (Tabla 1.2). Durante un primer pe-
vegetales que la naturaleza les brindaba, sino en ríodo que podría localizarse entre finales del
la producción de alimentos, inicialmente con ba- Pleistoceno y el Holoceno Temprano (8.000-
se en una horticultura de huertas caseras y luego 7.000 a.C.) la expansión de los bosques en detri-
implementando una agricultura de roza y quema, mento de las sabanas seguramente forzó a las
lo que se constituiría en la base sobre la cual se poblaciones humanas a cambiar sus patrones de
desarrollaría la complejidad socio-cultural carac- movilidad territorial y a colonizar de una forma
terística de las poblaciones de la Formación So- rápida y exitosa nuevos territorios en unas condi-
cial Tribal con sus diferentes modos de vida, la ciones de un clima cálido y lluvioso. La baja
cual se presentó desde el 3.500 a.C. hasta la inva- densidad de población contrasta con la explota-
sión española en el siglo XVI.
ción de especies vegetales locales, utilizando ins- de la horticultura se torna regular, como lo de-
trumentos líticos de producción como azadas/ muestra el predominio de instrumentos líticos
hachas, manos de moler y machacadores. En- asociados con actividades de procesamiento de
tre las plantas manipuladas figuran las palmas, especies vegetales, como cantos rodados adecua-
principalmente Bactris sp., Astrocaryum sp., dos, golpeadores, placas de molienda y manos de
Geonoma sp. y Scheelea sp. especies fundamen- moler. La presencia de polen fitolitos y almido-
tales en la economía de las poblaciones tanto an- nes de las especies vegetales identificadas en el
tiguas como actuales del Neotrópico. Por su par- período anterior, indica que las poblaciones con-
te, entre las plantas domesticadas debemos men- tinuaban con las mismas estrategias económicas,
cionar la yuca (Manihot sp.), posiblemente el pero con cierto énfasis en el consumo de proteína
aguacate (Persea americana) y una leguminosa vegetal. En otras palabras, implementando una
conocida con el nombre de chachafruto economía mixta de caza, pesca y recolección con
(Erythrina edulis). cierto énfasis en el procesamiento y cultivo de
plantas locales y alóctonas. La estabilidad cultu-
En el segundo período que cubre el Holo- ral, la complejidad social y la interacción regio-
Capítulo - 1
ceno Temprano y la transición al Holoceno Me- nal fueron tres aspectos fundamentales que con-
dio (7.000-5.000 d.C.) se presentó un incremen- tribuyeron a que muchas poblaciones del Alto y
to de población, la cual continúa con un patrón Medio Cauca, así como otras comunidades anti-
de asentamiento de movilidad tal vez restringida guas del Área septentrional Andina, continuaran
a territorios específicos, en unas condiciones cli- su camino evolutivo hacia formas de organiza-
máticas favorables, posiblemente más cálidas y ción sociocultural más complejas (cacicazgos), 27
secas. Además de las herramientas líticas carac- características de la formación social tribal.
terísticas del período anterior, es decir, azadas/
hachas, manos de moler y machadores, se intro-
duce el cuarzo y el chert para la elaboración de
instrumentos pequeños y medianos, como por
ejemplo, las puntas de proyectil, utilizados en
actividades de caza y pesca. Los estudios palino-
lógicos indican que existió un mayor impacto del
hombre sobre el bosque con el esperado aumento
de la diversidad de asociaciones vegetales. Los
datos de polen, fitolitos y almidones analizados
indican que las poblaciones aborígenes ya habían
consolidado diferentes nichos ecológicos a través
de la implementación de las prácticas agrícolas y
que además de las palmas, ya estaban incluyendo
en su dieta tubérculos, gramíneas y frutas. Se
identificaron las mismas especies de palmas utili-
zadas durante el período anterior. Entre las frutas
debemos mencionar la curuba (Passiflora sp.) y
el lulo (Solanum sp.). Los tubérculos están repre-
sentados por el ñame (Discorea sp.), la mafafa
(Xanthosoma sp.) y la yuca (Manihot sp.), mien-
tras la principal gramínea fue el maíz (Zea mays).
Tanto la yuca, como el maíz son plantas foráneas
introducidas seguramente como resultado de la
interacción cultural de los grupos precerámicos
de nuestra macro-región de estudio con otras co-
munidades aborígenes tanto de la región andina,
como de las tierras bajas.
Capítulo 2
fueron dos de las causas principales que permi- EL MODO DE VIDA IGUALITARIO
tieron el desarrollo de las fuerzas productivas y MIXTO
de las relaciones sociales y por ende el surgi- (3.500 – 1.300 a.C.)
miento de la formación social tribal. La sedenta-
rización, la diversificación de la producción y el De tal forma, de acuerdo con los datos ar-
31
control sobre la reproducción biológica obligaron queológicos disponibles, en la región antioqueña
a los colectivos humanos a establecer relaciones existió un proceso de evolución sociocultural
de complementación económica, lo cual fue posi- entre las poblaciones antiguas, las cuales durante
ble sólo cuando se comenzaron a producir exce- unos 5.500 años, entre el 7.000 y el 1.500 a.C.
dentes o plusproductos. Los cambios estructu- ocuparon y explotaron varios ecosistemas e im-
rales que condujeron a que nuestras poblaciones plementaron inicialmente un modo de vida reco-
prehispánicas se organizaran en un nuevo tipo de lector-productor antiguo de alimentos y luego un
sociedades cualitativamente diferentes a las ante- modo de vida agroalfarero igualitario, que sería
riores fueron los siguientes: desarrollo de la efi- el fundamento sobre el cual, posteriormente,
cacia y funciones de instrumentos y medios de surgirían y desarrollarían sociedades complejas
producción; establecimiento de los procesos de jerarquizadas de tipo cacical.
producción permanente de alimentos y creci-
miento sostenido de la producción; ampliación y LA SOCIEDAD LA CANCANA
diversificación de la producción y generación (3.500-1.300 a.C.)
permanente de plusproductos; cambio en el régi-
men de propiedad; presencia definitiva de la al- Las primeras sociedades agroalfareras con
dea como base física fundamental de las unida- un modo de vida igualitario y una vida aldeana
des sociales; surgimiento de relaciones de com- sedentaria, que implementaron una agricultura
plementariedad económica entre aldeas mixta del maíz y la yuca aparecen en la región
(intercambio de materias primas y bienes manu- antioqueña hacia el 3.500 a.C. y su expresiones
facturados); relaciones sociales de producción culturales son conocidas con el nombre de Cultu-
basadas en el parentesco consanguíneo, adhesión ra La Cancana. Estas poblaciones existieron
y filiación, que progresivamente devienen en re- durante casi dos milenios y medio y posiblemen-
laciones políticas o de subordinación; reciproci- te evolucionaron socioculturalmente en dicho
dad restringida a la tribu y supone ahora el com- territorio a partir de los grupos humanos precerá-
promiso entre grupos para asegurar la propiedad; micos con un modo de vida recolector productor
comienza a controlarse la fuerza de trabajo de un que habían ocupado la región durante el Holoce-
mismo grupo de parentesco y, luego, se objetivi- no Temprano y Medio (ver capítulo 1). Actual-
zan cambios importantes de ese control cuando mente, contamos con 15 fechas de radiocarbono
varias unidades domésticas se integran para que que evidencian la persistencia de esta sociedad
surja un linaje. durante 2.300 años (Tabla 2.1).
Datación a.C.
Sitio No. Laboratorio Referencia
Fechas sin calibrar
Abrigo Los Conservadores 4.230 ± 80 Beta-168212 Pino y Forero 2003
Yolombó-22 3.510 ± 70 Beta-97016 Correa 1997
Porce Y-045 3.050 ± 70 Beta-72375 Castillo et al. 1999
Porce Y-107 3.020 ± 50 Beta-104141 Castillo et al. 1999
Huayco-Y43 2.630 ± 80 Beta-118085 Jaramillo 1998
Porce Y-045 2.740 ± 60 Beta-114678 Castillo et al. 1999
Porce Y-021 2.720 ± 60 Beta-114685 Castillo et al. 1999
Porce Y-045 2.470 ± 70 Beta-71552 Castillo et al. 1999
Capítulo 2
Capítulo 2
aluvial del río Porce presentó una estratificación agroalfareras tempranas que explotaban los re-
cultural similar a la del sitio anterior. El Estrato cursos de ambientes ribereños. El sitio más im-
III contenía los restos cerámicos más antiguos, portante es un abrigo rocoso denominado Los
fechados entre 3.000 y 2.200 a.C. Allí también Conservadores, en el cual se presentó una estrati-
aparecieron huellas de poste de estructuras habi- ficación cultural de más de un metro de profundi-
tacionales. Por su parte, Porce Y-107 se en- dad, datada por radiocarbono entre 4.200 y 1.700 33
cuentra en una terraza coluvioaluvial entre las a.C. La primera fecha del siglo V a.C. procedente
quebradas Guayabito y La Cancana. En este sitio del Horizonte III (40-45 cm.) estaba asociada a
las fechas asociadas con la cerámica tuvieron un artefactos líticos en chert y cuarzo, fragmentos
rango entre 3.000 y 2.000 a.C. óseos de animales y abundante ceniza. La fe-
cha del segundo milenio a.C. corresponde a la
Normalmente, la cerámica doméstica tem- base del Horizonte II (15-20 cm.), donde se halló
prana de todos estos sitios (3.500-3.000 a.C.) un “entierro ritual” escalonado conformado por
presenta una pasta con desgrasante fino muy piedras, abundantes fragmentos cerámicos, car-
homogéneo y buen acabado con alisado y puli- bón y restos de animales calcinados.
mento de sus superficies; las formas más repre-
sentativas hechas con las técnicas de modelado
directo simple, modelado con soporte y enrolla-
do, son: cuencos semiesféricos, cántaros, platos y
tapas, figuras antropomorfas (caras humanas) y
zoomorfas (especialmente aves, entre ellas una
lechuza). La decoración incluye incisiones finas,
punteado dentado en hileras sencillas y dobles,
impresión zonificada y pintura monocroma y bi-
croma. Junto con la cerámica de producción local
(complejo La Cancana) aparecieron fragmentos
de vasijas típicas de los complejos cerámicos de Figura 2.1. Paisaje característico del río Alicante (Tomado
las tierras bajas de la Costa atlántica colombiana, de Pino 2006).
lo cual evidencia el estrecho contacto que existió
Materiales líticos, cerámica y restos de
entre las poblaciones costeras y andinas durante
fauna asociados a enterramientos humanos, uno
este período. Los estudios de polen sugieren
de los cuales fue fechado en 1.500 a.C. (Nivel 4,
una mayor tala del bosque y la intensificación del
enterramiento 1), también fueron excavados en la
cultivo de plantas domesticadas como Zea mays,
Caverna del Tigre (municipio de Puerto Berrío).
Manihot sp. y Amaranthus sp.
Allí se evidenció una forma muy peculiar de en-
terramiento de poblaciones agroalfareras que po-
En un segundo período (2.250-1.550 a.C.)
siblemente ya habían comenzado a implementar
se intensifica la producción cerámica local aún
un modo de vida tribal igualitario. Según Pino y
cuando se continúan elaborando los tipos de vasi-
Forero (2002:45): “El relleno está conformado
jas del período anterior y se estandarizan las téc-
por un suelo preparado en el que es posible re-
nicas y motivos decorativos. Aparecen figuras
conocer cierta organización en el proceso de
depositación. En términos generales, se observó otro lado, por la presencia de macrorestos vegeta-
que una vez se colocaron los cuerpos humanos, les, especialmente semillas, sabemos que estos
estos fueron cubiertos de ceniza, tierra, abun- grupos manejaban recursos vegetales con diver-
dante carbón y fragmentos de animales, a su vez sos fines tales como la alimentación, la construc-
esta fue continuada con una capa bien dispuesta ción, leña y para curar a los enfermos. Se ha lo-
de caracoles, ceniza, tierra y restos faunísticos, grado identificar árboles leñosos (Dialium sp),
sobre la que se depositó más tierra y ceniza para palmas (Arecaceae) palma de tagua (Phytelephas
finalizar con una estructura de combustión”. seemannii), chirimoya o anón (Annonaceae).
Capítulo 2
vidades chamanísticas. Se trata de la Caverna de sa (Tomado de Pino 2006).
la Mano Poderosa, donde arqueólogos antioque-
ños encontraron y estudiaron 114 representacio-
nes rupestres elaboradas por los artistas prehispá-
nicos utilizando las técnicas de la pintura y el
grabado o rallado. Las pinturas, distribuidas en 35
una superficie de unos 50 m2 y realizadas sobre
las paredes, soportes y columnas de dos salones,
constan básicamente de diseños y motivos figura-
tivos y geométricos, que podrían ser considera-
dos como representaciones tanto de seres huma-
nos, como del medio ambiente y la sociedad. En-
tre los motivos figurativos (63 en total), las repre-
sentaciones más importantes en su orden fueron:
zoomorfas, antropomorfas, antropozoomorfas y
fitomorfas. Los motivos geométricos tienen re- Figura 2.3. Representación de un ser humano (chamán?)
junto con figuras geométricos asociadas posiblemente con el
presentaciones abstractas.
cosmos. Caverna de la Mano Poderosa (Tomado de Pino
2006).
Las imágenes antropomorfas (20 motivos),
están conformadas por motivos con formas De acuerdo con los arqueólogos Pino y
humanas llenos y de contornos, máscaras y cabe- Forero (2002:210) no es posible determinar aún
zas rectangulares con cuerpo; las representacio- con precisión quienes fueron los grupos de elabo-
nes antropozoomorfas tiene motivos figurativos; raron estas pinturas rupestres, ni en qué nivel de
mientras las zoomorfas, con motivos también desarrollo sociocultural se encontraban. No obs-
figurativos, incluyen zoomorfos llenos y zoomor- tante, existen algunos indicios que hablan a favor
fos de contorno. Por su parte, las representacio- de que sus autores pudieron haberse encontrado
nes antropozoomorfas (9 motivos) se caracterizan al menos en un nivel de desarrollo tribal igualita-
por la combinación de elementos humanos con rio; es decir, que se trataban de grupos sedenta-
rasgos e animales, como anfibios, reptiles, mamí- rios, productores de alimentos, para quienes, co-
feros y aves. Las representaciones zoomorfas (32 mo ya lo anotamos, el territorio formaba ya parte
motivos) son el grupo más numeroso y diverso integrante de su identidad cultural.
de las expresiones realistas representadas. Y fi-
nalmente, las representaciones abstractas (50 pin- Dicha argumentación se basa en dos aspec-
turas), en términos generales, fueron elaboradas a tos importantes. En primer lugar, varios de los
partir de elementos geométricos en los que pre- diseños geométricos dibujados en las vasijas apa-
dominan diseños en espiral y motivos concéntri- recen como representaciones rupestres en la ca-
cos como círculos y triángulos; además, son re- verna, realizados con pintura. En efecto, las re-
currentes series de líneas paralelas cortas en posi- presentaciones abstractas que aparecen en el sec-
ción horizontal, vertical y oblicua, o combinadas tor oeste del salón 2 de la caverna, fueron realiza-
entre sí dando lugar a una inmensa variabilidad das a partir de elementos geométricos, donde pre-
de formas (Figuras 2.2, 2.3).
dominan la espiral y los motivos concéntricos de
círculos y triángulos. Hay una recurrencia perma-
N
nente de líneas, triángulos, círculos y rectángu-
los, cuyas combinaciones fueron empleadas para
crear una gran cantidad de diseños geométricos.
Muchos de estos elementos y motivos del diseño
se utilizaron tanto para elaborar las formas de las
vasijas, como para su decoración. Además,
existe en las paredes de la caverna un grupo de
diseños geométricos abstractos que representan ENTERRAMIENTO 1
jerárquico-cacicales.
Capítulo 2
Capítulo 3
mentaron un cambio revolucionario en su estruc- de reforzar y justificar la posición del grupo do-
tura social. Adoptaron un nuevo modo de vida minante. El chamán gracias a sus conocimientos
denominado jerárquico cacical, el cual existió especializados y su prestigio ocupa un papel muy
básicamente durante unos 3.000 años, hasta la importante dentro de la comunidad, sin generar
invasión española. En términos económicos la necesariamente una desigualdad. Otro aspecto
39
principal característica de este nuevo tipo de so- ideológico importante fue el reforzamiento de la
ciedad fue el desarrollo eficaz de los instrumen- posición del grupo dominante, al vincularse éste
tos y medios de producción. La producción de y su grupo familiar, por parentesco imaginario, a
alimentos, a través de una agricultura extensiva e las divinidades superiores a los que rinde culto el
intensiva se torna un proceso regular que genera resto de la sociedad. Y finalmente, las nuevas
permanentemente plusproductos. Igualmente, se concepciones sobre la territorialidad, cuando los
amplia y diversifica la producción no sólo de bie- individuos se sienten ya dueños del espacio don-
nes de consumo primarios sino también de bienes de viven y mueren, genera necesidades básicas
manufacturados de mejor calidad para el consu- de defensa.
mo interno y el intercambio con otras comunida-
des. El crecimiento de la población, una nueva Este fue un período histórico cuando se
concepción cosmogónica de la territorialidad y manifestaron fenómenos socioculturales como: la
del manejo de los espacios domésticos y rituales, vida en poblados o aldeas, aumento de la pobla-
así como una división social de trabajo más com- ción, una economía mixta basada en la produc-
pleja, influyeron radicalmente en la aparición de ción agrícola intensiva y extensiva, generación
nuevas formas de relación social. La célula pro- permanente de excedentes de producción, una
ductiva básica de las sociedades cacicales fue la compleja división social del trabajo, construcción
unidad doméstica reforzada por vínculos de pa- de obras de ingeniería monumentales, diferencia-
rentesco (consanguíneo, adhesión y filiación), ción entre las funciones de gestión política e
que luego se van convirtiendo en políticas de su- ideológica, organización política en cacicazgos y
bordinación. El control de la fuerza de trabajo señoríos, etc.
dentro de un mismo grupo de parentesco y la in-
tegración de varias unidades domésticas permite Dentro de este período milenario es posi-
el surgimiento de los linajes. ble diferenciar tres subperíodos:
Al interior de dichos linajes surge y se es- Subperíodo III-A. Las primeras sociedades
tructura un sector privilegiado con funciones es- cacicales del Período Formativo
pecializadas, el cual es mantenido por el resto de
las unidades que conforman el linaje, que se ocu- Duró unos 1.500 años, entre 1.500 y 0 a.C.
pan de la producción de bienes alimenticios que estaría relacionado con el surgimiento y consoli-
este sector no produce directamente. Estos lina- dación de las primeras sociedades cacicales en el
jes, junto con su líder o jefe que los dirige co- Suroccidente de Colombia, las cuales introduje-
mienzan a enajenar parte del plusproducto gene- ron pautas culturales cualitativamente diferentes
rando una estratificación social cuyos niveles de a las anteriores, que incluyeron no sólo nuevas
intensidad fueron diferentes entre las diversas estrategias de apropiación y utilización del espa-
cio, sino también una nueva cosmovisión y una do frecuentemente “Período Clásico”, durante el
estructura social distinta con diversos niveles de cual se alcanzó un alto nivel de desarrollo socio-
jerarquización. cultural expresado en los logros alcanzados en la
producción agrícola, la alfarería, la metalurgia y
Este gran período histórico incluiría el de- el trabajo de la piedra.
nominado en la arqueología ecuatoriana “Período
de los Desarrollos Regionales”, que en esencia Efectivamente, comenzando nuestra era las
hace referencia al desarrollo de la complejidad diferentes sociedades cacicales del Suroccidente
social que tuvo lugar en la etapa media y final del de Colombia y el Norte del Ecuador empezaron a
Formativo. (Bouchard et Usselmann 2003: 38, implementar una serie de cambios estructurales
43). que se manifestaron en diferentes esferas y se
reflejaron en la cultura material. Se consolida
En nuestro país a este subperíodo pertene- y desarrolla el modo de vida jerárquico-cacical
cen las siguientes ocho culturas arqueológicas: en que se había iniciado durante el Formativo Supe-
la región del Alto y Medio Cauca las culturas rior. El cambio sociocultural se manifiesta en
Ferrería I, Quimbaya I, Ilama, La Balsa I; en la
Capítulo 3
Capítulo 3
Tolita II; en el Alto Magdalena la Cultura San les: 1. Tumaco-La Tolita I. 2. La Balsa I.3. San
Agustín II; en el Magdalena Medio la Cultura El Agustín I. 4. Ilama. 5. Quimbaya I. 6. Ferrería I.
Guamo y en el Altiplano Cundiboyacense la Cul- 7. Montalvo. 8. Herrera I.
tura Herrera II.
LAS SOCIEDADES FERRERÍA
Subperíodo III-C. Las sociedades cacicales del (400 a.C. – 700 d.C.) 41
Período “Tardío”
El territorio
Entre 550 y 1.550 d.C., que incluirían
aproximadamente los últimos mil años antes de Las evidencias materiales de esta sociedad
la llegada de los invasores españoles. Esta fue aparecen distribuidas tanto en el macizo central
una época de procesos migratorios fuertes de po- antioqueño, como en el valle de Aburrá, el cañón
blaciones organizadas en sociedades complejas del río Cauca y la cuenca del río Magdalena, en
jerarquizadas tipo cacicazgos, con la cual pode- el actual Departamento de Antioquia y están aso-
mos relacionar importantes fenómenos como las ciadas posiblemente, al menos con dos manifes-
transformaciones sustanciales a nivel demográfi- taciones culturales. A la primera de ellas, corres-
co, en los patrones de vivienda, de enterramiento, pondiente al Formativo Tardío, podríamos deno-
en la agricultura, la alfarería, la metalurgia y la minar Ferrería I y a la segunda del período
producción textil, todas ellas que demuestran “Clásico Regional” Ferrería II. Los principales
importantes cambios a nivel infraestructural de la yacimientos de estas culturas arqueológicas estu-
sociedad; igualmente, una forma diferente de diados hasta el presente son: La Argentina, VA-
expresión ideológica expresada en una nueva 98, VA-46, VA-73, Abejorral, La Estrella, Los
cosmovisión que sirvió como elemento importan- Micos, Pan de Azúcar-U4, Pan de Azúcar-U9,
te de cohesión social. Pan de Azúcar-U33, El Seminario, El Cacique,
San Roque-16, Villa Lucero-Y12, Los Asientos
En Antioquia, el Viejo Caldas y el valle 5, El Volador-T11, San Vicente-Y2, La Montera,
del Cauca, las expresiones materiales de estas YAC-14, YAC-27, La Gata y La Palma
poblaciones están relacionadas con las culturas (Figura 3.1).
Quimbaya III (o Quimbaya “Tardío”), Sonso y
Bolo-Quebrada Seca, las cuales prácticamente Cronología
coexistieron en algunos territorios durante varios
milenios. En el Alto Magdalena la Cultura San Para la ubicación cronológica de los proce-
Agustín III, en el Magdalena Medio la Cultura sos sociales relacionados con Ferrería I y II, con-
Colorados y en el Altiplano Cundiboyacense las tamos actualmente con 39 fechas de radiocarbo-
culturas Herrera II y Muisca. no que abarcan un período de 2.000 años. Un
primer grupo muy consistente de nueve fechas
entre 500/400 y 100 a.C., correspondiente a fina-
les del Período Formativo, documentan el posible
surgimiento y los primeros siglos de existencia
de la Cultura Ferrería I. Siete fechas más, locali-
zadas hacia finales del primer milenio a.C. (100- zados tanto en sus partes altas como bajas y las
0 a.C.) podrían estar datando una fase de transi- viviendas aparecen en planos naturales sobre las
ción a un nuevo tipo de cultura característica de cimas de las colinas y laderas aprovechando los
una sociedad más compleja, que podríamos con- aterrazamientos naturales o encima de banqueos
siderar como la Cultura Ferrería II, la cual pudo artificiales. El emplazamiento de las viviendas
haber existido durante el Período “Clásico Regio- parece haber correspondido a un patrón de asen-
nal”. Con este período está asociada la mayor tamiento nucleado y disperso. Los sitios de ma-
cantidad de fechas existentes (19 en total), cuyo yor extensión han sido encontrados en los planos
rango está entre los siglos I y VII/VIII d.C. naturales o en las partes bajas del valle, mientras
(Tabla 3.1). los yacimientos de poca extensión están ubicados
en las laderas y partes altas.
Actividades económicas
La alfarería
Capítulo 3
El Cacique-VA 60 ± 70 Beta-129213 Martínez et al. 2000
El Seminario-Medellín 50 ± 60 Beta-134884 Integral 2000
San Roque-16 10 ± 60 Beta-88927 Santos et al. 1996
43
El Cacique-VA 10 ± 60 Beta-129212 Martínez et al. 2000
VA-46 00 ± 60 Beta-46817 Castillo 1995
El Cacique-VA 30 ± 60 d.C. Beta-129212 Martínez et al. 2000
Villa Lucero-Y12 90 ± 60 * Beta-97967 Santos 1996
Villa Lucero-Y12 120 ± 80 * Beta-92607 Santos 1996
Antioquia 120 ± 60 - Cadavid y Arcila 1999
Pan de Azúcar-U4 160 ± 70 Beta-135400 Cardona 1999
Los Asientos 5 200 ± 120 * Beta-112566 Monsalve 1998
P/Berrío-Y-08 200 ± 90 Beta-88925 Santos et al. 1996
El Volador- T11 240 ± 60 Beta-75508 Santos y Otero1996
Itaguí-VA- 270 ± 50 Beta-46826 Castillo y Santos 1992
VA-73 300 ± 60 Beta-46825 Castillo 1995
San Vicente-Y2 300 ± 50 * Beta-100529 Múnera 1997
El Volador-T11 330 ± 70 Beta-81108 Santos y Otero 1994
Abejorral-Y-019
360 ± 70 - Briceño y Quintana 2001
(Antioquia)
La Montera 400 ± 70 - Cadavid y Arcila 1999
Pan de Azúcar-U33 410 ± 40 Beta-135403 Cardona 1999
Yacimiento-14 450 ± 110 Beta-88929 Santos et al. 1996
La Giralda-14 480 ± 70 Beta-87016 Santos y Otero1996
Villa Lucero-Y-12 560 ± 60 * Beta-97969 Santos 1996
La Gata 630 ± 70 Beta-106897 Cadavid y Arcila 1999
La Palma-VA 730 ± 80 Beta-100534 Botero et al. 1998
La Palma-VA 770 ± 120 Beta-100535 Botero et al. 1998
YAC-27 780 ± 70 * Beta-808184 Jaramillo 1998
* En estos sitios la cerámica Ferrería aparece junto con cerámica del Marrón Inciso.
boca restringida, utilizados en las labores de al- LAS SOCIEDADES QUIMBAYA
macenamiento y transporte de líquidos. En cuan- (1.600 a.C. – 800 d.C.)
to a la decoración, la principal característica de la
cerámica Ferrería es la utilización de las técnicas Con el nombre de sociedades Quimbaya
de incisión y el empleo de puntos profundos y asociamos todos los cacicazgos creadores de las
líneas cortas para decorar el borde de las vasijas. diferentes variantes regionales de las culturas
Otras técnicas utilizadas fueron el denominado Quimbaya I y Quimbaya II., Con esta última cul-
escamado realizado sobre el cuerpo de algunas tura están relacionados: el estilo cerámico marrón
vasijas, la presión angulosa formando una espe- inciso, el complejo tricolor (Viejo Caldas), el
cie de triángulos y la aplicación de bandas y ma- complejo La Sorga (Cañón del río Cauca) y el
melones. Los elementos del diseño más comunes complejo Pueblo Viejo (Valle de Aburrá). Igual-
son líneas incisas paralelas horizontales y verti- mente, la suntuosa orfebrería conocida con el
cales, puntos incisos horizontales y verticales, los nombre de “Quimbaya Clásico.”
cuales pueden combinarse con líneas incisas, lí-
neas de puntos incisos grandes y profundos, ban- El territorio
Capítulo 3
Capítulo 3
comprendido entre los siglos I y VIII d.C. Y fi- habitacionales, conformando pequeñas aldeas,
nalmente, otras nueve fechas situadas entre 1.000 aparece usualmente cerca de las fuentes salinas y
y 1.700 podrían indicar la pervivencia de comu- está asociada con la explotación intensiva de este
nidades portadoras de la Cultura Quimbaya II importante recurso mineral, y el consumo interno
durante los períodos históricos Prehispánico Tar- e intercambio con comunidades vecinas. Este
dío y Colonial (Tabla 3.2). Es muy posible que patrón de asentamiento nucleado cerca de las 45
el auge de la sociedad Quimbaya Clásico se haya fuentes de aguasal y viviendas dispersas cerca de
dado durante la primera mitad del primer milenio estas aparece tanto en Supía (Caldas), como en
Capítulo 3
El Pajarito (Antioquia) 450 ± 80 Beta-106898 Prospec. Líneas Porce II
La Giralda 213 (Antioquia) 480 ± 70 Beta-87016 Santos y Otero 1996
Cartama (Antioquia) 480 ± 30 Beta-122065 Martínez 1999
47
El Diamante-Y32 (Antioquia) 480 ± 50 Beta-97022 Santos et al. 1996
Tiestero (Antioquia) 520 ± 70 Beta-67470 Botero y Vélez 1994
Santa Rita (Antioquia) 520 ± 70 Beta-114042 Agudelo et. al. 1999
Danzante-LI46 (Antioquia) 540 ± 60 Beta-157723 Nieto y Cardona 2001
Piedras Blancas 2 (Antioquia) 550 ± 80 Beta-105460 Integral....
La Quinta-VA (Antioquia) 550 ± 60 Beta-142830 Jaramillo y Mejía 2000
Santa Helena -H3(Antioquia) 560 ± 60 Beta-67469 Botero y Vélez 1994
Villa Lucero (Antioquia) 560 ± 60 Beta-97969 Santos 1996
El Carmelo (Antioquia) 560 ± 60 Beta-67469 Santos 1996
Santa Elena-Huerta 3
560 ± 60 Beta-67469 Botero y Vélez 1994
(Antioquia)
Cartama (Antioquia) 570 ± 40 Beta-122067 Martínez 1999
Santa Elena- Campo 8
590 ± 50 Beta-94909 Botero 1999
(Antioquia)
Guaico-Y58 (Antioquia) 590 ± 60 Beta-808188 Jaramillo 1998
Guaico-Y27 (Antioquia) 780 ± 70 Beta-808184 Jaramillo 1998
El Presidio-Y54 (Antioquia) 790 ± 60 Beta-808187 Jaramillo 1998
Río Pozo-Y39 (Caldas) 890 ± 70 Beta- 77440 Castillo y Piazzini 1994
los sitios de El Retiro y Mazo en la altiplanicie de Valle de Aburrá, permitieron conocer que algu-
Rionegro, territorio antioqueño. Igualmente, nas plantas de vivienda donde apareció cerámica
una relativa concentración de población también de los estilos Marrón Inciso y Ferrería, tenían
aparece documentada en los valles interandinos y forma circular, con diámetros entre 6 y 8 metros.
las áreas de pendientes suaves de todo el territo-
rio que comprende los departamentos del Viejo Otro tipo de asentamiento tiene que ver
Caldas y Antioquia. Posiblemente estos núcleos con un modelo seminucleado, con estructuras
poblacionales estuvieron asociados a la explota- habitacionales y posiblemente rituales, construi-
ción intensiva de productos agrícolas. Las exca- das en piedra y las cuales están asociadas con
vaciones llevadas a cabo en el Cerro El Volador, importantes obras de ingeniería hidráulica. Plata-
formas construidas a partir del aterrazamiento y En el yacimiento de Chorroclarín-El Tam-
elevación del terreno con muros de contención en bo, donde aparecen campos circundados, plata-
tierra y piedra, comunicadas por senderos, han formas, cabezas de puente y construcciones reali-
sido detectadas en los sitios arqueológicos de La zadas para una explotación intensiva de los sala-
Laguna, Chorroclarín, Matasanos, El Rosario, dos, uno de esos campos circundados, asociado
La Concha, y La Honda, en el Valle de Aburrá. con abundante cerámica fue fechado en 560 d.C.
Estas plataformas aparecen asociadas a estructu- y corresponde al período terminal de los cacicaz-
ras hidráulicas, construidas en tierra o en piedra, gos Quimbaya Clásico. Mucho más tempranas
entre las que debemos mencionar: muros para parece haber sido las prácticas agrícolas intensi-
canalizar el agua, cañuelas y pasos de agua, cabe- vas en el sitio La Concha en el caserío de Mazo,
zas de puente y puentes, coronas y cajas de pro- donde se obtuvo una fecha de 950 a.C. asociada
tección de salados y estructuras de conducción con el inicio de la huerta y que correspondería a
del agua de sal, chambas de corte de ladera, cana- los primeros siglos de desarrollo de esta cultura.
les de pie de ladera, acequias y desvíos de que-
bradas. Igualmente, hay una clara relación de La explotación de la sal
Capítulo 3
Capítulo 3
los nombres de Pueblo Viejo en el valle de Abu- ción, especialmente en Antioquia, donde son co-
rrá y la altiplanicie de Rionegro, La Sorga, en el munes las ollas y cántaros subglobulares y los
suroeste de Antioquia (cuenca del río Cauca) y el cuencos con bordes biselados y evertidos con
noroeste del departamento de Caldas y Tricolor decoración dentada-estampada, pintura o engobe
en el departamento de Caldas. crema y anillos sin alisar en la parte superior de
49
Figura 3.2. Ollas de cuerpo compuesto con dos asas, decoradas con motivos geométricos excisos. (Fotografías tomadas de Arte
de La Tierra. Quimbayas: 64,65. Altura de a 12.5 cm, altura de b 14 cm).
Figura .3.3. Cántaros rituales con representaciones humanas de ambos sexos, que
tienen pintura corporal con diseños geométricos.
las vasijas (decoración corrugada). Por su parte, racteriza por su buena elaboración, compacta, de
la cerámica presente en los sitios arqueológicos finos acabados y superficies pulidas y algunas
denominados salados, también presenta sus dife- veces con brillo. Las formas más comunes co-
rencias respecto a la hallada en los sitios de habi- rresponden a vasijas con bordes biselados, cuer-
tación y las tumbas. Aún cuando las formas de pos globulares, subglobulares, cilíndricos y aqui-
estos recipientes son similares a los de algunas llados con bases redondeadas, entre las cuales
vasijas domésticas, estos son de mayores dimen- pueden identificarse cuencos y urnas funerarias.
siones (por su función de servir para la elabora- La decoración incluye engobe rojo oscuro o ma-
ción de panes de sal), con boca ancha, superficies rrón, pintura crema y rojo y decoración incisa
alisadas burdamente y generalmente no tienen dentada-estampada, anillos sin alisar (corrugado)
decoración, exceptuando la presencia ocasional y “escamado” el cual consiste en una serie de
de anillos sin alisar y algunas impresiones digita- hileras incisas inclinadas y profundas que se pa-
les sobre los bordes. recen a protuberancias en la superficie. Las urnas
funerarias tienen cuerpo cilíndrico y bases planas
Por su parte, la variante regional conocida y están decoradas con engobe rojo oscuro e inci-
Capítulo 3
como el Complejo La Sorga, corresponde a cerá- siones finas de líneas paralelas al cuerpo, combi-
mica doméstica de sitios de habitación y funera- nadas con incisiones en forma de espina de pes-
ria proveniente de entierros secundarios y se ca- cado y puntos incisos sobre el hombro aquillado
y el labio.
50 Y finalmente, el denominado Complejo
Tricolor, localizado en los alrededores de Mani-
zales, se caracteriza por la presencia de vasijas y
urnas con figuras humanas pintadas con un engo-
be crema y pintura roja y amarillo brillante, así
como también por la utilización de decoración
dentada-estampada. Es posible que todos estos
complejos cerámicos correspondieran a variantes
regionales del corpus cultural Quimbaya Clásico
y representaran la expresión cerámica de la iden-
tidad regional de diferentes cacicazgos.
Capítulo 3
preciosos objetos como poporos con formas geo- minar una primera variante regional de enterra-
métricas, humanas realistas de pie y sentadas y mientos. Una segunda variante la conforman
de plantas como tubérculos, calabazos y frutas, los entierros realizados en fosas sencillas poco
cuentas de collar, alfileres, recipientes, cascos, profundas hechas en los sitios de vivienda, la
diademas, pectorales, narigueras y orejeras de cual es característica del territorio antioqueño.
carrete (Figuras 3.6-3.8). Entierros secundarios de huesos calcinados en 51
urnas domésticas o funerarias han sido estudia-
Las costumbres funerarias dos en el Valle de Aburrá y el sur de Antioquia.
En el suroeste antioqueño, específicamente en el
Las costumbres funerarias representan uno municipio de Jericó, se realizaron entierros
de los elementos fundamentales de identidad cul- humanos en abrigos rocosos. Restos óseos calci-
tural de los pueblos antiguos. En la forma de la nados fueron colocados en urnas funerarias ente-
Figura 3.6. La representación de chamanes elaborados en oro fue común en el arte de la sociedad Quimbaya Clásico. En esta
figura podemos observar dos chamanes sentados, el de la izquierda tiene pintura corporal y una rama de helecho en cada una
sus manos; el de la derecha está suntuosamente ataviado con narigueras y orejeras y porta en sus manos dos adornos con dise-
ños de aves (Fotografía tomada del Catálogo Museo del Oro. Sus mejores piezas 1996: 78. Altura 27.1 cm).
Capítulo 3
52
Figura 3.7. Entre los objetos de oro elaborados por los orfebres figuran los poporos asociados con actividades rituales del mam-
beo de la coca (Fotografía tomada del Lleras 2006: 49. Altura 16.7 cm).
Figura 3.8. Formas naturales como las frutas y los calabazos fueron reproducidas por los orfebres de la sociedad Quimbaya
Clásico, creando hermosos poporos que usaron los chamanes durante sus actividades rituales del mambeo de la coca
(Fotografías tomadas del Catálogo Museo del Oro. Sus mejores piezas 1996: carátula y pág.83. Altura a 23.5 cm, altura b 11
cm).
rradas a poca profundidad, acompañadas de vasi- región del Eje Cafetero. Este tipo de construc-
jas cilíndricas características del Estilo Marrón ciones arquitectónicas asociadas con la muerte,
Inciso. ya reportadas para la Cultura San Agustín II del
Alto Magdalena y en el departamento del Toli-
Y finalmente, una tercera variante serían ma, están revestidas de lajas de piedra y no al-
las tumbas de cancel, que está presente en la eco- canzan profundidades de más de 250 cm. Nor-
malmente, no presentan ajuares funerarios sun- Los principales sitios arqueológicos Ilama
tuosos y tienen una ubicación cronológica que las estudiados en la región Calima son: El Topacio,
sitúa en un gran lapso de tiempo que comienza El Pital, El Llanito, La Iberia, La Alsacia,
en el Formativo Tardío y termina en el “Clásico La Aurora, Agualinda, Samaria y la Hda.
Regional”, cubriendo varios siglos. La Mesa. Por su parte, en el valle geográfico
del río Cauca las evidencias de poblaciones con
La estructura social manifestaciones culturales Ilama han sido encon-
tradas en los yacimientos arqueológicos de Far-
Quimbaya Clásico era una sociedad com- fán (municipio de Tuluá), El Carmen (Municipio
pleja estratificada. Esto parece sugerirlo el gran de Guacarí), La Cristalina (municipio de El
desarrollo de las fuerzas productivas y la división Cerrito), Coronado, Malagana, Santa
social del trabajo, fenómenos que posiblemente Bárbara, El Sembrador y Estadio del De-
tuvieron su máxima expresión en los primeros portivo Cali (municipio de Palmira). Materia-
cinco siglos de nuestra era. Las élites gobernan- les culturales diagnósticos del Estilo Cerámico
tes de los diferentes cacicazgos que compartieron Ilama también han sido excavados y recolectados
Capítulo 3
el corpus cultural Quimbaya Clásico (chamanes y en superficie en los sitios de Palestina I y Tata-
caciques principalmente), fueron representadas britos en la llanura aluvial del Pacífico colombia-
de una forma muy realista en la suntuosa orfebre- no (Figura 3.1).
ría realizada magistralmente por especialistas en
el trabajo de los metales. Mujeres y hombres des- Cronología
nudos aparecen de pie o sentados en banquitos 53
ricamente ataviados con pulseras, narigueras, Contamos con 21 fechas de radiocarbono
orejeras, pectorales y otros adornos que evidente- que nos permiten inferir que la sociedad Ilama
mente representan símbolos de poder político y pudo haber existido entre 700 y 0 a.C. De
religioso. Metalurgia que parece haber cumplido acuerdo con la información arqueológica existen-
más la función de legitimar el poder de las élites te hasta ahora, en la conformación de los cacicaz-
de los cacicazgos regionales, que haber sido pro- gos Ilama podemos diferenciar tres momentos
ducida para fortalecer las redes de intercambio a históricos. Como podemos ver en la Tabla 3.3 es
larga distancia con otras comunidades vecinas posible que las cinco primeras fechas de radio-
portadoras de patrones culturales diferentes. Lo carbono obtenidas de los sitios arqueológicos
que concuerda con el hecho de que en todo el Hda. La Mesa (800 a.C.), El Topacio (720 y 500
territorio ocupado por los cacicazgos Quimbaya a.C.), Malagana (700 a.C.) y La Aurora (395
Clásico no parece haber existido una tendencia a a.C.) correspondan al inicio y consolidación, du-
la centralización del poder político y por el con- rante unos 400 años, de esta cultura tanto en la
trario si hacia el fortalecimiento de élites locales. región Calima, como en el valle geográfico del
río Cauca; mientras la datación de 310 a.C. en el
LA SOCIEDAD ILAMA sitio El Pital está sugiriendo el probable estable-
(700 – 0 a.C.) cimiento de aldeas Ilama en el curso medio del
río Calima (Tabla 3.3).
El territorio
Seguramente, la expansión territorial de
En el territorio que comprende el actual estas aldeas hacia el oeste y este de Calima pudo
departamento del Valle del Cauca la primera so- estar relacionada al menos con dos aspectos im-
ciedad agroalfarera de tipo jerárquico cacical está portantes: en primer lugar, por la necesidad de
relacionada con la denominada Cultura Ilama. garantizar la continuidad y el mejoramiento cua-
Esta es una cultura exógena que probablemente litativo y cuantitativo de la producción en gene-
no surgió como producto de la evolución socio- ral. Esto, a su vez, podría haber tenido relación
cultural de las poblaciones con un modo de vida directa con un mayor aumento de la población.
recolector-productor que ocuparon la región Cali- Por otra parte, la acumulación de la fuerza de
ma entre 7.000 y 2.000 a.C. Los cacicazgos trabajo que permitía la apropiación y transforma-
portadores de estos elementos culturales ocupa- ción de los recursos naturales existentes en otros
ron y explotaron dos ecosistemas: los valles in- ecosistemas como los de la llanura aluvial del
terandinos de la región Calima en la cordillera pacífico y el valle geográfico del río Cauca. Y
occidental, la llanura aluvial del Pacífico y el finalmente, era necesario mantener y ampliar las
valle geográfico del río Cauca. redes de intercambio de materias primas y pro-
Tabla 3.3. Cronología absoluta de la Cultura Ilama
ductos manufacturados de los cuales dependía el (curso alto del río Calima), ninguna de las 10
desarrollo de la fuerza laboral y la división social tumbas excavadas presentó restos óseos huma-
del trabajo, así como el status político dentro de nos, a pesar de que en la mayoría de ellas si había
cada cacicazgo y de los cacicazgos entre si. ajuar funerario diferenciado que incluyó alcarra-
zas decoradas y un collar en cristal de roca.
La población Tampoco se presentaron restos óseos humanos en
las tumbas estudiadas por los miembros de la
Son muy pocos los datos que tenemos para Fundación Pro-Calima en el sitio El Topacio.
tratar de reconstruir los aspectos físicos y estados
de salud y enfermedad de las poblaciones Ilama. Los únicos datos existentes hasta ahora
En la cordillera occidental la alta acidez de los provienen de dos sitios localizados en el valle
suelos no ha permitido la preservación de los geográfico del río Cauca. En la tumba 27 del ya-
restos óseos humanos que seguramente estuvie- cimiento La Cristalina, fechada en 340 a.C. fue
ron presentes en las tumbas. En el pequeño ce- enterrada una mujer adulta de 45-50 años en una
menterio Ilama estudiado en el sitio de Samaria especie de parihuela o camilla. Su estudio bioar-
queológico reveló osteofitosis en las vértebras gran hinchazón en el cuello, al parecer bocio o
lumbares y enfermedad articular degenerativa, coto (Figura 3.10).
EAD en la primera vértebra sacra. Otra mujer
adulta de 30-35 años, inhumada en la tumba 6 del
sitio Coronado y datada en 200 a.C., presentó
pérdida antemorten de dientes de la mandíbula,
debido seguramente a estados avanzados de ca-
ries y abscesos periapicales asociados con el pro-
cesamiento del maíz y la elaboración de la chi-
cha.
Capítulo 3
mujeres presentan algunos rasgos diferentes a los
hombres, y en general podemos caracterizarlas de
la siguiente forma: en el rostro sobresalen los
pómulos prominentes, lisos y sin arrugas, los
ojos alargados, la cara ancha y una nariz más pe-
queña que la del hombre; el cabello conserva un 55
capul sobre la frente, es liso y en la parte poste- Figura 3.9. Representación de la columna vertebral de un
rior puede caer hasta la nuca o la mitad de la es- individuo sentado que forma parte de una alcarraza
palda. En estas representaciones las figuras feme- (Tomado de Cardale Schrimpff 2005:53, Figure II: 26. Altu-
ninas generalmente están arrodilladas y el cuerpo ra 23 cm).
es robusto con una apariencia rolliza. Los hom-
bres están representados de una forma menos
naturalista, tienen una apariencia de personas
flacas o de edad avanzada, en posición de cucli-
llas en donde se nota perfectamente la columna y
las vértebras. Sus rasgos faciales son bruscos, los
labios gruesos, carnosos y la nariz grande y agui-
leña. En las representaciones humanas Ilama, es
común observar rostros que reflejan diferentes
estados de ánimo (serenidad, aflicción) e incluso
se observan lágrimas sobre los rostros.
mente elevada en la cornisa la cual tiene forma silvestres de los géneros Scheelea y Elaeis, de las
curva en el techo y los aleros tienen el borde en- cuales debieron aprovechar el alimento, grasa,
grosado. De las paredes de la construcción cen- líquidos fermentados, hojas y fibras. Se han en-
tral salen cuatro caminos que conducen al bosque contrado fitolitos de juncos, utilizados segura-
representado en la parte inferior de la vasija. De mente para la fabricación de esteras. Como evi-
56 la puerta de cada casa pequeña también sale un dencia directa, se han rescatado restos carboniza-
camino que se une con uno de los centrales. Así dos de maíz (Zea mays) en cercanías a áreas de
mismo, al parecer, las viviendas eran techadas fogones, lo cual hace suponer que se consumía
con palma, hecho que se deduce de la decoración de diferentes formas, incluyendo la mazorca asa-
incisa que aparece sobre los techos de las casas. da. La variedad de maíz corresponde a un posible
La representación de este tipo de poblados sugie- ancestro del Chapalote / Nal Tel / Pollo. Otros
re no sólo que los cacicazgos Ilama vivían en restos carbonizados recolectados en las excava-
aldeas o poblados, sino también que ya existía un ciones son el achiote (Bixa orellana) y el fríjol
grado importante de diferenciación social, lo cual común (Phaseolus vulgaris).
se manifestaba en las dimensiones de las casas
ocupadas por la elite y los comuneros (Figura
3.11)
Figura 3.11. Tampoco los poblados escaparon a la atención de los artistas Ilama. (Foto tomada de Cardale de Schrimpff 1992:
32. Altura 21.3 cm).
La caza debido entre otras cosas, a su alta plasticidad. A
la pasta le agregaban desgrasantes de arena, mica
El consumo de proteína vegetal provenien- de diferentes grosores, roca y tiestos triturados y
te de la agricultura era complementado con la luego la sometían a temperaturas de cocción en-
oferta natural de animales, de los cuales tenemos tre 500 y 850 grados centígrados. Los alfareros
referencias por las representaciones zoomorfas Ilama crearon una gran variedad de formas de
que los alfareros hicieron en cerámica. Nueva- uso tanto doméstico como ritual, entre las cuales
mente la alcarraza fue la vasija “tipo” sobre la las más comunes son:
cual se modelaron las figuras zoomorfas, entre
ellas, aves de distintas especies como carpinteros, Alcarrazas. Esta es una de las formas de
búhos, lechuzas, palomas y perdices; al igual que vasijas típicas de la Cultura Ilama. Eran utiliza-
ranas, sapos, iguanas, lagartos, tortugas, serpien- das para conservar y transportar líquidos. Son
tes, murciélagos, armadillos, micos, felinos, pe- recipientes con vertedera simple o doble las cua-
caríes, saurios, perros de monte y otros mamífe- les están unidas por un asa puente, Su cuerpo
ros. La representación de esta gran diversidad puede ser elíptico, semi elíptico o cilíndrico, de-
Capítulo 3
de animales y su fusión con el hombre en repre- corado con motivos zoomorfos o antropomorfos,
sentaciones zooantropomorfas indica su impor- con forma de cabeza humana o representaciones
tancia no sólo en la dieta alimenticia de las po- escultóricas de poblados y casas. En ocasiones
blaciones Ilama, sino también en su cosmovisión una de las vertederas se reemplaza por un apén-
en general, donde podemos intuir la existencia de dice modelado en forma de ave (pájaro carpinte-
una relación holística entre todos los seres vivos ro) o figura humana. Los apéndices tienen un 57
(Figura 3.12, 3.13). orificio por donde entraba el aire para reemplazar
el líquido que salía por la otra vertedera.
La alfarería
Las representaciones de animales son muy
La producción de objetos cerámicos fue variadas. Aparecen serpientes, monos, zarigüe-
otra de las actividades económicas importantes. yas, pecarí o saíno, diversas especies de aves,
Los más recientes análisis tecnológicos realiza- sapos, armadillos, tortugas, murciélagos, felinos,
dos con el microscopio estereoscópico y las sec- iguanas. Asimismo, son comunes las asocia-
ciones delgadas demuestran que los alfareros Ila- ciones de varios animales para conformar figuras
ma de la región Calima utilizaron las arcillas la- zoomorfas compuestas que algunos autores han
teríticas de color rojo para elaborar sus vasijas, denominado “seres fabulosos”, conformadas por
Figura 3.12. Dantas fantásticas con características de “seres fabulosos” también fueron representadas en alcarrazas rituales.
(Foto tomada de Cardale Schrimpff 2005:74, Figure II: 55. Altura 24 cm).
Capítulo 3
58 Figura 3.13. El hombre murciélago parece haber sido uno de los personajes míticos de gran importancia en la cosmovisión
Ilama (Foto tomada de Cardale Schrimpff 2005:75, Figure II: 57. Altura 21.5 cm).
Figura 3.14. Representación de la maternidad en alcarrazas Ilama. Altura a 19.5 cm. (Foto tomada de Cardale Schrimpff
2005:50, Figure II: 21. Altura de 19.5 cm).
De estas cuatro variantes dos tienen carac- trones ya mencionados. Tal es el caso de un ca-
terísticas del llamado “ser fabuloso”, el cual pa- nastero que presenta la figura humana en cucli-
rece haber sido una deidad muy importante en la llas sobre un banco o el de un hombre cargando
religión Ilama. La primera variante de estos el canasto sobre el cual hay una serie de incisio-
dos son los canasteros con representaciones de nes a manera de algún tejido que lo recubría
cabello liso con un peinado formado por serpien- (Figura 3.15).
tes, las cuales, en ocasiones, pueden aparecer
representando los brazos y las piernas. La ser-
piente puede incluso presentarse como parte de la
cabeza, órgano sexual o en representación de al-
gún artículo personal como collares y cinturones.
La segunda variante se subdivide en dos: natura-
lista y simbólica. Para ambas, el peinado podría
representar el pelo corto o la cresta de algún ani-
mal, ya que en las representaciones del “ser fabu-
loso” aparece el mismo peinado. Aquí, la figura
de la serpiente es menor. En cuanto a lo mitológi-
co, existen tres variables muy similares pero con
marcadas diferencias respecto a la versión natu-
ralista. Estas diferencias se basan en la disminu-
ción del tamaño de los ojos y su parecido con
murciélagos; en otros casos, los elementos sim-
bólicos se demarcan muy discretamente, en don-
de un collar representado por incisiones achura-
das está imitando una serpiente. También se Figura 3.15. Los comerciantes (“mindaláes”) fueron repre-
sentados en posición sentada y con un canasto en la espalda.
han reportado ejemplares que se salen de los pa- Altura
Los vasos culebreros son otra de las for- Algunos de ellos representan un hombre
mas cilíndricas. Son una combinación de repre- que lleva en las caderas un cinturón o faja ancha,
sentaciones de serpientes y figuras antropomor- en donde resalta un achurado cruzado inciso, y
fas. Esta forma también fue una de las elegidas que ha sido interpretado para éste y otros contex-
para representar al “ser fabuloso”. Estos vasos tos como parte de la piel de una serpiente. En
tienen en la cabeza la figura de un felino y mur- otros, se observa el trazo de una larga cabellera y
ciélago, pero el resto del cuerpo y la posición del el collar o el diagrama de la serpiente sobre la
mismo es humana de cuclillas, y se insinúan tam- frente. Esta representación de serpientes es el
bién serpientes. En varios de ellos se han encon- punto de diferencia con las representaciones an-
trado además, tortugas y cocodrilos (Figura tropomorfas de los canasteros, pues son más co-
3.16). munes en los patones (Figura 3.17).
Capítulo 3
60
Capítulo 3
La pintura que aparece en los inicios de la Cultu-
ra Ilama es en general negra sobre un baño rojo La orfebrería
con el cual resaltaban alguna parte de los motivos
incisos (Figura 3.18). Casi la totalidad de objetos rituales y de
adorno producidos por los metalurgos Ilama pro-
Como parte de los acabados del recipiente, vienen de actividades de guaquería. No obstante, 61
quizá se utilizó un guijarro liso para dar brillo y su estudio científico ha permitido establecer que
alisar su superficie. Las vasijas se modelaron di- básicamente fueron utilizadas tres técnicas para
el trabajo del metal: la fundición simple, el marti-
llado y el gravado en relieve, aún cuando no se
descarta que en algún momento hubieran maneja-
do la aleación de oro y el cobre, conocida como
tumbaga. Lo que no resulta claro es en qué mo-
mento del desarrollo cultural Ilama fue imple-
mentado el trabajo de los metales.
63
Figura 3.21. Máscara mortuoria decorada con diseños geométricos realizados por la técnica del repujado. (Foto tomada de Car-
dale de Schrimpff 1992:53, Figura 53. Altura 13.4 cm).
(municipio de Restrepo), la cual presentó aproxi- inhumada una mujer en posición decúbito dorsal
madamente 8 metros de profundidad y la cámara extendido, la cual tenía un ajuar compuesto por
tenía 3 m. de ancho por 3 m. de largo y x 3 me- dos cuencos y cuentas de collar elaboradas en
tros y 1.20 metros de altura. En su interior se de- cuarzo.
tectó un piso con un relleno de arcilla de 50 cm.
64 de espesor y sobre las paredes se observaron lí- Al analizar la cosmología de la muerte en-
neas blancas pintadas a manera de imitación de tre los Ilama debemos mencionar a un ser mítico
adobes. Las cámaras tienen por lo general for- cuya principal función fue la de servir de enlace
ma rectangular o semi-rectangular redondeado a en la comunicación con la vida del más allá. Esta
los extremos. Tienen una orientación idéntica a la especie de deidad está representada por el “ser
de los pozos, con unas dimensiones que van de fabuloso” que es una representación antropozoo-
95 a 210 cm. de largo, 40 a 85 cm. de ancho y morfa, es decir, un ser en donde se fusionan las
entre 60 a 110 cm. de alto y 148 a 225 cm. de características del hombre y de distintas especies
profundidad. de animales. Es posible que este “ser fabuloso”
fuera considerado como una especie de héroe
Como ya hemos mencionado, en ninguna cultural o deidad, y ocupara un papel central en
de las tumbas Ilama de la región Calima ha sido la religión de estos pueblos. Las representaciones
posible recuperar restos óseos humanos. Sin em- de este ser se plasmaron principalmente en reci-
bargo, si se ha logrado estudiar los ajuares fune- pientes cerámicos, en diferentes formas tales co-
rarios. No en todas las tumbas este ha aparecido, mo alcarrazas, canasteros, vasos cilíndricos y
evidenciando lógicamente la presencia de dife- otras más. Parece existir una estrecha relación
renciación social entre la población. En los casos entre la forma de la vasija y el tipo de animal
donde se presenta este consta de vasijas cerámi- asignado. Los animales representados con mayor
cas como alcarrazas, canasteros, patones, copas, frecuencia fueron los felinos, murciélagos, sapos
ollas, cuencos, figuras zoomorfas, volantes de y especialmente culebras. Es posible que esto
huso, sellos o pintaderas y collares. Adicional- esté asociado con las transformaciones que su-
mente, han aparecido artefactos líticos y piedras, fren los chamanes o curanderos después de tener
entre ellas pizarras o piedras verdes (epidota) con alucinaciones al consumir sustancias como el
las cuales tallaban adornos y objetos como espe- yajé o el yopo, con el fin de obtener las fuerzas
jos de obsidiana. Cuando se trataba de un entie- de la naturaleza. Finalmente, el hecho de encon-
rro perteneciente seguramente a un individuo de trar en el contexto funerario las distintas repre-
la elite es posible encontrar collares en cristal de sentaciones de este “ser fabuloso”, indica la im-
roca y objetos de metal (narigueras, collares, portancia que tenía esta deidad como acompa-
máscaras, entre otros). Pero en general, los ajua- ñante del difunto en su viaje al más allá.
res son reducidos, presentándose máximo entre
dos o tres vasijas cerámicas. En una tumba Ilama La estructura social
excavada en Llanogrande (municipio de Restre-
po) el ajuar era más grande y numeroso y estaba Las evidencias materiales estudiadas por
conformado por vasijas cuidadosamente modela- los arqueólogos apuntan a que en la sociedad Ila-
das, y máscaras de oro. En Samaria el ajuar fue ma existió una acentuada división social del tra-
bajo que fue posible gracias a la generación per- El territorio
manente de excedentes de producción por medio
de la agricultura. Arqueológicamente es posible Hacia el 1.100 a.C. encontramos en el va-
diferenciar la presencia de diversos estratos so- lle de Popayán la primera sociedad agroalfarera
ciales analizando las costumbres funerarias y la con un modo de vida jerárquico-cacical, la cual,
iconografía de los objetos cerámicos y de metal, de acuerdo a las fechas absolutas obtenidas hasta
como también en algunos objetos suntuosos de el presente, (10 en total), existió durante unos
adorno personal. Así por ejemplo, la misma pre- 1.600 años y está asociada con la Cultura La Bal-
sencia o ausencia de ajuar funerario en las tum- sa. (Tabla 3.4) Los únicos yacimientos arqueo-
bas podría considerarse una clara evidencia de lógicos donde se han estudiado científicamente
diferenciación social. En Samaria, de las 10 tum- por ahora las evidencias materiales de estas po-
bas Ilama, excavadas tres de ellas carecían de blaciones son: La Balsa, Los Arboles, La Elvira,
ajuar, mientras que en otras seis aparecieron ele- La Colina de las Piedras, El Aljibe y Pikqtsutsik-
mentos como vasijas cerámicas y objetos líticos, chak-T. (Figura 3.1).
y sólo una de las tumbas contenía un ajuar más
Capítulo 3
representativo que incluía 12 cuentas de collar en Los asentamientos
cristal de roca. Este hallazgo podría ser interpre-
tado como un fenómeno de estratificación social, El sitio La Balsa es un yacimiento arqueo-
de estrecho vínculo con el poder y/o la riqueza. lógico multicomponente ubicado en una colina a
1.640 msnm. en el municipio de Cajibío, donde
Por otra parte, como ya lo anotamos son fueron hallados los restos materiales de socieda- 65
comunes en la cerámica las figuras, cuya comple- des con un modo de vida cacical con diferentes
ja decoración sugiere representaciones de perso- niveles de desarrollo sociocultural, evidenciadas
najes que ocupaban una posición social muy im- por una secuencia cultural de unos 2.600 años.
portante. Tal es el caso, por ejemplo, de los La primera ocupación ocurrida hacia el 1.120
“canasteros”, los cuales presentan diversos dise- a.C. está asociada con la introducción de la cerá-
ños incisos y tatuajes. Es posible que se trate de mica y una industria microlítica en la cual predo-
comerciantes que eran los encargados de inter- minan los artefactos de corte y desgaste tales co-
cambiar los excedentes de producción con cultu- mo desbastadores, raederas, raspadores, taladros,
ras vecinas. También es probable que algunos punzones, buriles y perforadores elaborados en
“seres fabulosos” pudieran representar chamanes obsidiana, lomolita y dacita. Las formas cerámi-
o curanderos. cas más comunes son cuencos, ollas y platos con
superficies internas pulidas. Uno de los principa-
LAS SOCIEDADES LA BALSA les tipos cerámicos es el denominado La Balsa
(1.100 a.C.-500 d.C.) pulido muy delgado, también llamado “cáscara
de huevo”, con desgrasante de arena media y
A diferencia de las subregiones de Antio- muy fina.
quia y El Viejo Caldas, en el Valle de Popayán
existe una vacío histórico de unos 2.550 años, Una mayor densidad de población parece
entre la fecha más tardía de los recolectores- estar relacionada con un segundo período de ocu-
productores de alimentos (La Elvira, 3.650 a.C.) pación en el valle de Popayán comprendido entre
y la aparición hacia el 1.100 a.C. de las primeras 800 y 300 a.C. Para la segunda ocupación de La
sociedades agroalfareras con un modo de vida Balsa contamos con una fecha de 600 a.C. la cuál
jerárquico-cacical. Es posible que este período aparece relacionada no sólo con actividades do-
aún desconocido para la arqueología regional, mésticas, sino también rituales de enterramiento
pudiera corresponder a la existencia de socieda- de los muertos. Se continúa elaborando una cerá-
des agroalfareras con un modo de vida igualita- mica tecnológica y formalmente similar a la del
rio. Pero sólo la investigación futura podrá deter- período anterior, así como también la industria
minar si la sociedades prehispánicas de esta im- microlítica ya mencionada. Pero se comienza a
portante subregión siguieron o no el mismo mo- diferenciar un patrón funerario que se caracteriza
delo evolutivo que las de Antioquia y El Viejo por la construcción de estructuras funerarias de
Caldas. pozo con cámara lateral muy diferentes a las de
la Cultura Ilama del Departamento del Valle del
Cauca. Se trata de tumbas relativamente pro-
fundas (entre 2,5 y 5,8 metros), algunas de las
Tabla 3.4. Cronología absoluta de las culturas La Balsa I y La Balsa II.
Capítulo 3
Selva Alegre (Ecuador) 440 ± 80 Beta - 33782 DeBoer 1996
Reichel-Dolmatoff
Mataje (Colombia) 400 ± 180 MI-480
1965
La Magnolia (Colombia) 370 ± 60 Beta - 82930 Patiño 2000 67
La Magnolia (Colombia) 350 ± 70 Beta - 91513 Patiño 2000
cluía cultígenos tan importantes como el maíz, la social que tenía la sociedad de entonces. La pre-
calabaza, el fríjol, la yuca y el algodón. La pre- sencia de máscaras y de recipientes finamente
sencia de calabaza (Curcubita sp.) está documen- decorados utilizados para depositar ofrendas a los
tada indirectamente para el yacimiento La Mag- muertos está indicando el incremento de las acti-
nolia, por la presencia de recipientes cerámicos vidades rituales que acompañó seguramente a la
68 tipo poporo, utilizados para almacenar la cal ne- construcción de centros rituales.
cesaria para el mambeo. En el Período de
Transición en La Tolita, ubicado entre 400 y 300 La orfebrería
a.C. se nota ya una mayor dependencia de los
productos agrícolas en detrimento de la recolec- La metalurgia también parece haber sido
ción de productos marinos, mientras la caza y la una actividad muy importante. Los objetos metá-
pesca siguen aportando una buena cantidad de licos manufacturados más antiguos de esta socie-
proteína a la dieta alimenticia. dad corresponden a una lámina de oro martillada
y recortada con forma de un ave estilizada, con
La alfarería dos perforaciones hechas con un taladro, que fue
utilizada posiblemente como una cuenta de co-
Otra actividad de gran importancia fue la llar. Encontrada en los niveles inferiores de ocu-
alfarería. Desde las primeras etapas de desarrollo pación el yacimiento Las Balsas, localizado en
de esta sociedad aparece representada cerámica La Laguna de la Ciudad, La Tola, provincia de
correspondiente a dos tradiciones alfareras dife- Esmeraldas (Ecuador) fue fechada hacia el 700
rentes. Por un lado, una cerámica doméstica de a.C.
pasta fina, bien elaborada, que corresponde al
Estilo Chorrera del norte de la provincia ecuato- Fragmentos de oro martillado e hilos de
riana de Manabí. Se trata de vasijas como platos, oro también fueron hallados en el Montículo 1
cuencos (simples y de silueta compuesta), cánta- del sitio arqueológico La Magnolia, fechado en
ros, botellones de cuello alto y alcarrazas. Algu- 470 a.C. Otros hilos de oro recuperados del mis-
nas de estas vasijas presentan tres bases cónicas. mo yacimiento estuvieron asociados a una fecha
La decoración más común incluye pintura positi- de 370 a.C. El análisis de estas piezas nos está
va roja zonal, pintura negativa con diseños de indicando la gran maestría que para entonces
círculos y líneas paralelas. Pero además de esta habían alcanzado los orfebres Tumaco- La Tolita
influencia chorreroide, también aparece en los I y la gran importancia social que comenzaban a
sitios arqueológicos una cerámica autóctona de la tener para las élites gobernantes los objetos de
región de Esmeraldas, que aparece igualmente en adorno manufacturados en oro, fenómeno que se
sitios tan septentrionales como el de La Bocana presentaría con mayor fuerza en los siguientes
I. Nos referimos a un conjunto cerámico ya siglos, durante el período de existencia de la so-
autóctono con una fuerte carga simbólica com- ciedad Tumaco-La Tolita II.
puesto por vasijas efigie, máscaras antropomor-
fas y figurillas humanas huecas o macizas, espe- Y por último, debemos mencionar que la
cialmente femeninas. Muchas de estas figurillas producción textil fue otra de las actividades eco-
nómicas que tuvieron gran relevancia en esta so-
ciedad. Así parece indicarlo no sólo la presencia
de volantes de huso, sino también la gran varie-
dad de vestidos que aparecen representados en
las figurillas de cerámica tanto masculinas como
femeninas y los cuales debieron ser utilizados
tanto en la vida cotidiana, como en las diferentes
festividades y rituales, como por ejemplo, acom-
pañando al muerto a la “otra vida”.
Capítulo 3
69
Capítulo 4
LAS SOCIEDADES CACICALES DEL
“CLÁSICO REGIONAL” EL SUB-PERÍODO III-B
(1 – 800/900 d.C.).
LA SOCIEDAD YOTOCO/MALAGANA
(1 – 800/900 d.C.)
Capítulo 4
siones culturales de la segunda sociedad agroal-
farera homónima con un modo de vida jerárquico
cacical que existió en el actual departamento del
Valle del Cauca. El análisis estilístico y tipológi-
co de la cerámica, la orfebrería y los patrones
73
funerarios de esta sociedad permite establecer su
estrecha relación con la cultura de los colectivos Figura 4.1. Vista panorámica de El Valle de El Dorado en el
humanos creadores de las expresiones Ilama. En municipio de Restrepo, Valle del Cauca (Foto cortesía de
otras palabras, las poblaciones Ilama evoluciona- Rocío Salas).
ron y generaron nuevas formas más complejas de
expresión sociocultural muy posiblemente al ini-
ciarse nuestra era.
El territorio
Capítulo 4
Malagana (Valle Geográfico) 140 ± 60 Beta-79224
2000
La Iberia (Calima) 170 ± 65 Beta-1502 Bray et al. 1981
Cardale Scrimpff et al.
Malagana (Valle Geográfico) 180 ± 150 GX-21877
2000
75
La Alsacia (Calima) 195 ± 85 Beta-1836 Bray et al. 1981
Coronado (Valle Geográfico) 200 ± 70 Beta-121151 Blanco et al.1999
El Dorado (Calima) 210 ± 80 Beta-4908 Bray et al. 1983
El Topacio (Calima) 240 ± 70 Beta-14810 Bray et al. 1988
Guaguyá-PK 321+500
320 ± 70 Beta-102825 Bernal 1997
(Valle Geográfico)
La Cristalina Rodríguez Cuenca et al.
340 ± 150 Beta-146231
(Valle Geográfico) 2001
Jiguales II-V5 (Calima) 370 ± 60 Beta-16947 Salgado 1993
Neira.Y03-00 (Caldas) 400 ± 120 Beta-102883 Moreno 1997
Yotoco-YSM-03-00
400 ± 120 Beta-102883 Briceño y Quintana 1999
(Valle Geográfico)
Guaguyá (Valle Geográfico) 410 ± 70 Beta-102825 Bernal 1997
Primavera (Norte del Valle) 430 ± 60 Beta-18073 Plazas 1985
La Cristalina Rodríguez Cuenca et al.
440 ± 100 Beta-146232
(Valle Geográfico) 2001
Samaria-T2 (Calima) 650 ± 250 - Rodríguez y Salgado 1990
Jiguales II (Calima) 650 ± 80 Beta-16945 Salgado 1993
Moralba (Valle Geográfico) 770 ± 100 Ox-b1 (TL) Sampson et al. 1976
El Dorado-E3 (Calima) 780 ± 50 Beta-9755 Bray et al. 1985
El Dorado-D4 (Calima) 790 ± 60 Beta-9760 Bray et al. 1985
Barca de Yotoco
820 ± 100 Ox-a3 (TL) Sampson et al. 1976
(Valle Geográfico)
El Topacio (Calima) 840 ± 90 Beta-14811 Bray et al. 1988
Jiguales II-V3 (Calima) 860 ± 60 Beta-16946 Salgado 1993
Barca de Yotoco
900 ± 85 Ox-a2 (TL) Sampson et al. 1976
(Valle Geográfico)
Moralba (Valle Geográfico) 920 ± 100 Ox-b3 (TL) Sampson et al. 1976
descartan otras relacionadas con los virus, epide- una práctica cultural muy conocida para diferen-
mias y enfermedades gastrointestinales, las cua- tes sociedades prehispánicas cacicales: la defor-
les no dejan mayores evidencias en los restos mación craneal. Buena parte de las colecciones
óseos. analizadas de sitios arqueológicos presentaron
deformación a nivel del occipital. Entre la po-
También sabemos, por las representacio- blación de Coronado fue practicada igualmente
nes en cerámica, que individuos de las poblacio- entre mujeres y mujeres, aunque en mayor pro-
nes que conformaban el cacicazgo de Malagana, porción entre varones y es posible que como
padecían de enfermedades como la parálisis fa- práctica cultural este fenómeno tuviera un status
cial y el bocio o coto (Figura 4.3). heredado. Los grupos sociales que más la practi-
caban eran los “personajes principales” entre los
De acuerdo con el estudio de 112 indivi- cuales estaban lógicamente los chamanes. Las
duos enterrados en el cementerio prehispánico de tumbas 47 y 51 del cementerio mencionado fue-
Coronado fue posible conocer las condiciones de ron construidas para realizar entierros individua-
vida de la población. Se presentó una: “relativa les de chamanes a los cuales les colocaron un
Capítulo 4
alta mortalidad infantil para los primeros diez “suntuoso” ajuar constituido principalmente por
años de vida (35.5%), una baja probabilidad de máscaras en cerámica, narigueras cerámicas, fi-
muerte para la cohorte de 10-15 y 20-24 años y guras antropomorfas, alcarrazas y cuentas de co-
una esperanza de vida al nacer (22,3 años) lige- llar elaboradas en cuarzo.
ramente superior al promedio prehispánico (20
76 años)”. Por último, y no menos importante, debe-
mos anotar que de acuerdo con los análisis bioan-
Entre las patologías más comunes debe- tropológicos de los restos óseos encontrados en
mos mencionar la enfermedad articular degenera- todos los cementerios prehispánicos menciona-
tiva (EAD), presente especialmente entre la po- dos, es posible sugerir una gran similitud entre
blación adulta; la pérdida de dientes por caries y las poblaciones creadoras de las culturas Ilama y
los traumas. Entre los niños se presentó criba Yotoco/Malagana, lo cual apoya la hipótesis de
orbitaria, asociada con anemia ferropénica. que realmente se trataba de unas mismas comuni-
dades diferenciadas socioculturalmente.
Finalmente, debemos mencionar otro tipo
de anomalía ósea que tiene relación directa con
Figura 4.3. Parálisis facial en figuras cerámicas. La figura a es una alcarraza proveniente de Malagana donde se representa a un
hombre sentado que tiene parálisis facial, coto y le falta un ojo (Tomado de Rojas de Perdomo 1995: 179. Altura 23 cm). La
figura b corresponde a un hombre también sentado son las manos cruzadas sobre las rodillas a quien también parece faltarle
un ojo (Tomado de Rodríguez Cuenca et al. 2007: 131, Figura 48).
Los poblados y las viviendas
Capítulo - 4
donde aparecieron las tumbas suntuosas de los
caciques y chamanes que fueron destruidas a fi-
nales de 1992, como resultado de la acción van-
dálica especialmente de los guaqueros. Este pare-
ce haber sido el poblado principal del denomina-
do Cacicazgo de Malagana, cuyas otras aldeas 77
han sido descubiertas en Coronado (municipio de
Palmira) y La Cristalina (municipio de El Cerri-
to) (Figuras 4.4, 4.5).
Figura 4.5. Plano de las haciendas Malagana y El convenio
donde puede apreciarse la extensión del poblado principal
Hasta el momento, los sitios arqueológicos de Malagana con su montículo central. (Tomado de Bray et
que han suministrado un poco más de informa- al. 2005: 146).
ción tanto de la ubicación como de la estructura
de las viviendas han sido excavados en la región viviendas elaboradas en vasijas denominadas
de Calima-Darién, es decir, corresponden a los alcarrazas, provenientes tanto de la cordillera
cacicazgos de la cordillera occidental. Igualmen- occidental, como del valle geográfico del río
te, contamos con representaciones realistas de Cauca.
78
Figura 4.6. Poblados representados en alcarrazas encontradas en tumbas Yotoco/Malagana de la región Calima en la cordillera
Occidental. Son muy similares a los poblados de la Cultura Ilama ilustrados en la Figura 3.11. En ellos aparece una casa central
y cuatro casas alrededor de esta, todas con techos a dos aguas (Fotos tomadas de Salgado et al. 1993: 95, Lámina I. Altura de a:
26.3 cm, altura de b 18 cm).
Figura 4.7. Plantas rectangulares y techos a dos aguas presentan las casas representadas en
alcarrazas de la región Calima. (Foto a tomada de Bray 1992: 78; fotos b y c tomadas de
Salgado et al. 1993: 105, Lámina IV. Altura de a 16 cm, altura de b 18 cm, altura de c 17.5
cm).
Figura 4.8. Acarrazas con representación de casas montadas sobre “pilotes” encontradas en el yacimiento arqueológico de Ma-
lagana. Altura de a 17.12 cm, altura de b 22.5 cm.
Actividades económicas
La agricultura
Figura 4.9. Las casas de los chamanes eran especiales como Dos temas giran alrededor de la produc-
puede inferirse por esta representación que tiene diseños ción de alimentos por medio de la agricultura: los
geométricos tanto la terminación lateral del techo y pintura sistemas de cultivo y variedad de plantas cultiva-
en una pared donde se insinúa una puerta de entrada das. Los sistemas de cultivo desarrollados por la
Capítulo - 4
Capítulo - 4
finalmente, practicaron el cultivo de pequeñas dad Chapalote/Nal/Tel/Pollo hallada en el mismo
huertas, localizadas en los alrededores de las vi- yacimiento con asociación Ilama. También se
viendas y en ocasiones en zonas de laderas cerca- encontraron otros granos de maíz de mayor tama-
nas y canales en las pendientes de las colinas. ño, que al parecer corresponderían a una variedad
Para algunos investigadores, los sistemas agríco- más moderna conocida como cabuya. Se han do-
las utilizados por la sociedad Yotoco/Malagana cumentado igualmente tubérculos como yuca 81
tenían como finalidad controlar las aguas, y para dulce, calabaza, arracacha, batata y mafafa, así
otros, se trata de un modo de conservar la hume- como el ají, piña, aguacate y variedades de frutas.
dad en los canales durante las épocas de sequía. En el caso del fríjol (phaseolus vulgaris), las
comparaciones han permitido establecer que se
En el caso de los cacicazgos del valle geo- trata de una variedad pequeña reportada para la
gráfico del río Cauca, los análisis de suelos obte- misma época en el Perú. En el caso de la zona
nidos en el yacimiento La Cristalina (municipio plana, las evidencias de maíz, aparecen no sólo a
de El Cerrito), indican un uso muy moderado de nivel arqueológico en Malagana, sino que se de-
estos para actividades agrícolas. Este fue un sitio duce por la presencia de metates en La Cristalina
utilizado básicamente como vivienda, donde en- y el desgaste dental entre las poblaciones, como
terraron a sus muertos, hicieron fogones y depó- producto de la continua masticación de granos.
sitos, y no se evidenció un uso intensivo en agri- Este cereal fue fundamental en la dieta prehispá-
cultura, a excepción de los horizontes superiores nica en general, y entre la sociedad su consumo
que corresponden a paleosuelos ocupados proba- fue alto, si se tienen en cuenta las grandes canti-
blemente por las sociedades cacicales tardías del dades de fitolitos de esta planta que se han recu-
sector. Por lo demás, los habitantes antiguos del perado en las excavaciones arqueológicas.
lugar debieron manejar un ambiente lacustre, con
inundaciones periódicas provocadas por las fuen- Una de las representaciones cerámicas que
tes de agua cercanas. cobran importancia para este período son las fi-
guras de plantas o fitomorfas. Anteriormente se
Diferente parece haber sido la situación en había explicado que lo antropomorfo y zoomorfo
el yacimiento de Malagana, donde los suelos de presente en Ilama a nivel de la cerámica, pasa en
la ocupación Yotoco/Malagana eran bien drena- Yotoco/Malagana a ser representado en oro. Las
dos y muy fértiles. Recientemente, durante la figuras fitomorfas aparecen en alcarrazas, donde
temporada de excavaciones arqueológicas reali- se observa una estilización de frutas y tubérculos
zadas en el primer semestre del 2001 los investi- y en especial, de calabazas. Los metalurgos tam-
gadores Leonor Herrera, Marianne Cardale bién elaboraron alcarrazas en miniatura represen-
Schripmpff y Diógenes Patiño, descubrieron en tando tubérculos y colgantes en forma de hongos.
Malagana un interesante sistema de camellones En las estilizaciones en oro sobresalen una infini-
similar al utilizado por los agricultores de la So- dad de flores y palmeras.
ciedad Tumaco-Tolita en la llanura aluvial del
pacífico colombiano, en el sector de Tumaco. Si Por su parte, los animales fueron un com-
se demuestra que dicho sistema fue construido ponente muy importante de la dieta alimenticia y
por los representantes de la sociedad Yotoco, esto la espiritualidad de la gente. En un medio geo-
gráfico de montaña y de llanuras aluviales, como óseos de sus animales para fabricar instrumentos,
en el que estaban asentados los diferentes caci- tal y como lo evidenció el hallazgo de punzones
cazgos Yotoco/Malagana, era natural encontrar en hueso, espátulas, raspadores lanceolados y
una gran variedad de especies animales. La fauna cuentas de collar, todos ellos hechos en hueso de
estaba conformada por vertebrados en los que se venado y aves.
incluyen mamíferos, aves, reptiles, roedores, pe-
ces, entre otros; e invertebrados, como los molus- Un hecho importante de resaltar es que la
cos. Esta variedad de animales se ha identificado fauna expresada artísticamente en la cerámica y
tanto por las muestras óseas obtenidas en los pro- el oro tienen una concepción naturalista y mitoló-
cesos de excavación, como en los estudios icono- gica. Entre las formas más naturalistas debemos
gráficos de la cerámica y el oro. Al igual que su- mencionar aves, sapos, tortugas, culebras, micos,
cedió con los restos humanos, en la zona cordi- roedores, felinos, caracoles, murciélagos, zari-
llerana las condiciones del suelo impidieron la güeyas, saurios, insectos, cangrejos, búhos, pe-
conservación de restos óseos, contrario a lo suce- rros de monte. Igualmente, fueron utilizadas las
dido en la parte plana, en donde se registraron formas compuestas de animales y seres humanos,
Capítulo - 4
gran cantidad de huesos en buen estado de con- como fue el caso del hombre murciélago. En ce-
servación en Malagana, Coronado y La Cristali- rámica, estas figuras aparecen modeladas en alca-
na. rrazas, cuencos, silbatos, orejeras dobles cónicas,
y en algunas de ellas, es fácil identificar los deta-
En el yacimiento de La Cristalina los ani- lles del animal representado. Por ejemplo, se han
82 males identificados son del grupo de los inverte- reconocido los micos por la disposición de la
brados, específicamente, distintas clases de mo- cola, así como los felinos sobresalen por la natu-
luscos dentro de las tumbas, en asocio a los entie- ralidad de los colmillos. Igualmente, el batracio
rros. Entre ellos está representada la especie Cer- bufo está perfectamente ilustrado por el corruga-
vinetta, del género Cyprae, familia de las CY- do de su piel verrugosa. Respecto a este animal,
PRAEIDAE, considerada una de las siete espe- es posible que el veneno ubicado en sus glándu-
cies de esta familia que pertenecen a la Provincia las que se encuentran alrededor del cuello, fuera
de Panamá de la cual forma parte el pacífico co- utilizado como alucinógeno (Figuras 4.12, 4.13).
lombiano. La otra familia identificada correspon-
de a CYCLOPHORIDAE, de género Incidosto- Las estilizaciones hechas en oro por los
ma y especie popayanum. Estos son moluscos metalurgos Yotoco/Malagana, representan for-
terrestres y de aguas dulceacuícolas, asociados a mas de animales sobrenaturales en donde fre-
ambientes húmedos y con frecuencia se les en- cuentemente se resaltan los colmillos de los feli-
cuentra en acumulación en lugares donde se ha nos agarrando serpientes, variedades de pájaros,
propiciado la tala y la quema de la vegetación. micos y otros animales. Las figuras de animales
Por último, se hallaron fragmentos de concha manufacturadas en oro se presentan en mayor
nacarada de individuos de la clase BIVALVIA, cantidad que en la cerámica y se caracterizan por
perteneciente al grupo de moluscos de agua dul- su estilización en miniatura, como por ejemplo
ce. los alfileres para sacar la cal de los poporos, así
como también, por objetos de mayor tamaño co-
En Malagana se encontraron huesos de mo máscaras y diademas. Unas de las elaboracio-
vertebrados e invertebrados. De los primeros se nes en oro más destacadas de Malagana fueron
hallaron mamíferos, aves, peces y reptiles. Entre las aves, entre las cuales sobresale el colibrí, el
los mamíferos se identificó el saíno, cusumbo, cual fue representado en diferentes formas y apti-
venado, ratón y perro. De los peces se encontra- tudes.
ron vértebras y de las aves había algunos frag-
mentos diafisiarios que no permitieron su plena La alfarería
identificación. Finalmente, dentro de este grupo
de vertebrados apareció el esqueleto de una ser- Este renglón de la producción de los caci-
piente, la cual no pudo ser identificada por la au- cazgos Yotoco/Malagana, también tiene un espe-
sencia de su cráneo. Del grupo de los invertebra- cial significado, ya que es a través del análisis de
dos se obtuvieron numerosos restos del género la alfarería de esta sociedad, como se han podido
Neocyclotus y un representante de los bivalvos inferir, al igual que por los patrones funerarios,
del género Anadara notabilis. Los artesanos del un alto grado de identidad cultural entre las po-
cacicazgo de Malagana utilizaron los restos blaciones Ilama y Yotoco/Malagana. Esta activi-
Capítulo - 4
Figura 4.12. La representación de batracios en el arte Yotoco/Malagana demuestra la gran importancia que tenían estos anima-
les en los ritos relacionados con la lluvia y la productividad agrícola. Altura de a 12 cm. (Foto Museo Arqueológico “Julio Cé- 83
sar Cubillos” de la Universidad del Valle. CRIA-228. Altura 14.5 cm.).
Figura 4.13. Esta representación de una llama evidencia las fuertes redes de intercambio que tenían los comerciantes Malagana
con otras poblaciones posiblemente del Ecuador y El Perú (Foto tomada de Archila 1996:26, Lámina 45. Altura 21.5 cm).
dad productiva fue desarrollada, hasta alcanzar cialmente de mujeres sentadas sobre los talones
un alto grado de especialización, por artesanos en una posición votiva. Lo cual también nos esta-
conocedores del manejo de la arcilla, y expertos ría indicando la gran importancia que cumplían
en lo estético, lo simbólico y lo artístico. Espe- las mujeres en la gestión ideológica de la socie-
cialmente en la manufactura de bienes para el dad.
consumo de las élites y el intercambio. En la ce-
rámica de la cordillera disminuyen las expresio- La policromía es una de las técnicas deco-
nes antropomorfas y zoomorfas, y se incremen- rativas más destacables de la cultura, que fue uti-
tan las representaciones fitomorfas, lo cual puede lizada en formas como los cuencos y las alcarra-
estar asociado con la gran importancia que debie- zas. La arcilla sirvió para que el alfarero Yotoco/
ron adquirir los ritos agrícolas en una sociedad Malagana expresara de manera más natural y en
que dependía fundamentalmente de la agricultu- algunos casos, mitológica su pensamiento, su
ra. Pero en la parte plana, en Malagana, es recu- entorno y el modo de percibir el mundo. Calidad
rrente la personificación de la figura humana por y estética distinguen a este complejo alfarero que
medio de innumerables representaciones, espe- se basó en el manejo de arcillas caoliníticas blan-
cas, lateritas rojas, ambas de la cordillera y arci- mente enumeradas, relacionadas con relieves.
llas aluviales del valle geográfico, obtenidas lo- Pero también fue ampliamente utilizada la poli-
calmente y a poca profundidad. La cocción de la cromía (rojo, negro, blanco y crema), incisiones,
cerámica varía entre atmósfera reducida o atmós- aplicaciones, punteado, presión digital, achurado.
fera oxidada con temperaturas que no sobrepasa- Al decorar su cerámica los alfareros alternaron
ron los 850°C, proceso llevado a cabo al aire li- diferentes combinaciones en los trazos de los
bre. Este tipo de arcillas al ser quemadas a altas diseños, creando un geometrismo particular
temperaturas le otorgaban a la pasta una tonali- (Figuras 4.14, 4.15, 4.16).
dad clara, dureza y resistencia que permitió hacer
diferentes combinaciones a la hora de decorar En necesario resaltar que los artistas de
con pintura las superficies. En términos genera- esta sociedad manejaron ampliamente la miniatu-
les, se utilizaron cuatro tipos de pasta para elabo- rización de las piezas, aunque este aspecto está
rar los objetos cerámicos: burda, semiburda, fina mejor ilustrado para el caso de la orfebrería. Los
y muy fina. resultados obtenidos en los análisis alfareros de
los diferentes sitios arqueológicos excavados
Capítulo - 4
La cerámica de pasta burda sirvió para ela- hasta el momento, han sido relativamente homo-
borar vasijas grandes tipo cuencos y recipientes géneos. Es decir, no se observan elementos que
de boca ancha con labios reforzados y engrosa- modifiquen la característica general o constante
dos. Los desgrasantes son grandes y contienen con la cual se ha identificado a grandes rasgos
fragmentos de roca triturada. En algunos casos este complejo cerámico. Al comparar los sitios
84 no se observó decoración y la pasta tenía un co- de la cordillera y los del valle geográfico del río
lor entre habano claro y café oscuro. La pasta Cauca, encontramos que en todos ellos el trata-
semiburda se utilizó en vasijas más pequeñas de miento de la arcilla fue más o menos similar, em-
paredes más delgadas como cuencos, copas y pleándose en todos los casos las arcillas locales
cántaros, algunos de ellos con relieve de figura ya mencionadas. Las pastas definidas también
humana de adornos en la nariz, modelados en los fueron manejadas en ambas partes, destacándose
cuellos de estos recipientes. La pasta fina carac- el empleo de pastas semiburdas y finas con ma-
teriza a las vasijas más pequeñas con paredes que yor frecuencia. Comparten los acabados de su-
no sobrepasan los 3 mm. de grosor, elaboradas perficie, especialmente en aquellos fragmentos
con desgrasantes muy machacados. Por último, que son pulidos, y estilos decorativos como la
las pastas muy finas fueron empleadas para hacer utilización de pintura policroma de diferentes
recipientes pequeños de uso ceremonial o coti- tonalidades. En general, en la cerámica de los
diano pero que generalmente no se exponían al distintos sitios tanto cordilleranos como del valle
fuego. La cerámica presenta distintos acabados geográfico del río Cauca, se han identificado pas-
en la superficie tipo pulimento, alisado, hollín y tas con tonos similares y en cuanto a las formas,
ahumado. en términos generales, son comunes las mismas
formas de vasijas.
Las principales formas que identifican la
alfarería Yotoco/Malagana son: alcarrazas, cuen- Pero a su vez, podemos constatar algunas
cos, ollas globulares y subglobulares, cántaros, diferencias entre la alfarería de las dos zonas, lo
copas con base pedestal, vasijas silbantes y más- cual fortalece la hipótesis de las variantes regio-
caras. Estas formas, podían en ocasiones, llevar nales de los cacicazgos Yotoco/Malagana. Estas
representaciones antropomorfas o zoomorfas y se presentaron básicamente en las decoraciones,
fitomorfas; las dos primeras en menor frecuencia porque por ejemplo, las de la cerámica del sitio
respecto a lo observado en la cultura anterior El Pital no están registradas en el amplio mues-
(Ilama), mientras que la última cobró populari- trario decorativo de la variante plana, además que
dad para este período. También fue común elabo- la decoración en general de la cordillera es más
rar objetos cerámicos con ilustraciones de perso- limitada. En cambio, en la parte plana se han en-
najes míticos, figuras eróticas e incluso homo- contrado más estilos que incluyen el trabajo de
sexuales. Las alcarrazas también continúan sien- las personificaciones antropomorfas, como es el
do el tipo de vasija especial para representar los caso de las figuras femeninas halladas en gran
poblados. Se conocen también matrices en cerá- cantidad en Malagana. Otra diferencia, de la cual
mica para elaborar las orejeras de carrete, carac- también hablaremos cuando toquemos el tema de
terísticas de la metalurgia “clásica”. Existió una la metalurgia, puede notarse en el empleo de la
gran variedad de decoraciones como las anterior- miniaturización en el modelado de las piezas, el
Figura 4.14. El cuenco decorado con policromía (colores negro, rojo, naranja) y diseños geométricos y de animales fue una de
las vasijas domésticas y rituales más importantes que manufacturaron los alfareros Yotoco/Malagana. Altura a (Museo Arqueo-
Capítulo - 4
lógico “Julio César Cubillos” de la Universidad del Valle. CRIA-565. Altura 7 cm. ).
85
Figura 4.15. Alcarrazas con cuerpos y diseños geométricos y cabezas con tatuaje facial. Altura a 17 cm, altura b 20 cm.
rio tener en cuenta varios elementos: en primer característica de los diferentes cacicazgos Yoto-
lugar, estas mujeres sentadas sobre los talones co/Malagana (Figura 4.17).
carecen de adornos suntuosos o decoraciones
personales de algún tipo, con lo cual se descarta La orfebrería
que pertenecieran a la elite. Este dato es impor-
86 tante, si se tiene en cuenta que en Malagana el El trabajo de los metales fue otra de las
oro, como un bien de elite muy preciado, fue uti- actividades económicas sobresalientes de la so-
lizado profusamente. ciedad Yotoco/Malagana, donde se alcanzó uno
de los más altos niveles de desarrollo tecnológico
En segundo lugar, la posición adquirida en y artístico. Esta labor debió concentrar no sólo
cada pieza es alusiva a algo específico, que vién- esfuerzos y tiempo de dedicación, sino también
dolo un poco desde la óptica occidental, podría requerir de orfebres con un alto grado de especia-
asociarse a una postura de servidumbre, algo así lización en el trabajo de los metales. Para el aná-
como si fueran damas de compañía o simples lisis de la orfebrería tendremos en cuenta los si-
sirvientes. ¿Pero si ese fuera el caso, por qué dar- guientes aspectos básicos: las técnicas utilizadas
le tanta importancia (tanta representación) a una para la manufactura de los objetos, el tipo de me-
mujer de la servidumbre?. Por último, es posible tal empleado, las características propias de los
que estas figuras representaran a mujeres jóvenes objetos y los usos para los cuales fueron elabora-
en proceso de transformación o iniciación a la dos, lo cual, a su vez, estaría relacionado con la
etapa adulta joven. Es decir, como se anotó con cosmovisión del orfebre y la intencionalidad con
anterioridad, las figuras reflejan a una mujer jo- que emprendía el trabajo de cada pieza. Las prin-
ven, sin arrugas, y físicamente con características cipales técnicas utilizadas fueron el martillado y
de adolescente (al juzgar por el tamaño de sus recortado, así como también el repujado para
senos). La posición flexada con las manos sobre hacer los relieves, observados principalmente en
las rodillas estaría vinculada a una postura de las láminas. También ejecutaron el engarzado, en
ritual o ceremonia en la que éstas niñas estarían el caso de las piezas que deberían colgarse a otra;
entrando en otra etapa importante de sus vidas. y finalmente el ensamblado, el cual fue realizado
Aún más, esta nueva etapa vendría marcada por con clavos y/o alambres, por medio de pestañas
su ciclo menstrual, ilustrado simbólicamente por dobladas en las máscaras, figuras y diademas.
medio de una cuenta de collar elaborada en cuar-
zo que se encontró en la región pélvica de casi Otras técnicas igualmente importantes fue-
todas las figuras estudiadas. Esta interpreta- ron la soldadura por fusión, la granulación, la
ción no está lejos de la realidad, si tenemos en fundición simple, la fundición a la cera perdida y
cuenta los datos etnográficos que ilustran que en el dorado por oxidación. Utilizando estas técni-
comunidades indígenas actuales la primera mens- cas los orfebres elaboraron objetos y máscaras
truación de la mujer se asume de diferentes for- con expresiones muy naturalistas, en donde los
mas: en ocasiones, la mujer es aislada y repudia- rostros humanos lucían una nariz muy fina. Las
da socialmente durante ese tiempo; en otras, la figuras humanas fueron muy importantes en el
menstruación constituye un homenaje a la vida y trabajo en oro y aparecen también en miniatura,
la fecundidad, pues a partir de ese momento se rematando bastones y palillos, tienen máscara y
puede concebir la vida.
Capítulo - 4
87
Figura 4.17. Máscaras ceremoniales elaboradas en cerámica recuperada en las excavaciones del sitio arqueológico Coronado: a
tumba 51 del yacimiento Coronado donde fue inhumado un chamán. Su representación es similar a otra máscara encontrada en
la tumba 47 del mismo sitio fechada hacia principios de nuestra era; b tumba 51 con la representación de animales asociados
seguramente con ritos chamánicos; c y e individuos con pintura facial y d representación del hombre-murciélago (Las figuras a,
b, c fueron tomadas de Rodríguez Cuenca et al. 2007: 59, 60, Figuras 10, 11, 12).
llevan en sus hombros un animal de hocico largo. caso especial en Malagana, la representación de
Al parecer, estos seres humanos representaban una flor de una pasiflora muy naturalista, así co-
algún chamán mo la ilustración del colibrí en la cual el orfebre
logró imprimirle el dinamismo propio de vuelo
La magistral utilización de estas técnicas (Figura 4.18).
les permitió elaborar suntuosas piezas con espe-
ciales características artísticas, decorativas y sim-
bólicas. El martillado se aplicó trabajando sobre
un lingote de oro hasta obtener láminas, las cua-
les eran recortadas con cinceles de acuerdo a la
forma escogida. En el caso de los relieves, las
piezas adquirían volumen al ser trabajadas sobre
objetos de la misma forma, hechos probablemen-
te en madera o piedra o dentro de una matriz cón-
cava. Las partes posteriormente eran ensambla-
Capítulo - 4
Capítulo - 4
89
Figura 4.19. Pectorales suntuosos elaborados en oro formaron parte de los ajuares que le colocaban en las tumbas a los indivi-
duos de las elites Yotoco/Malagana. Altura de a 25.5 (Foto tomada de Museo del Oro. Sus mejores piezas 1996: 25. Diámetro
de b 27.7 cm).
Figura 4.20. Narigueras magistralmente elaboradas y decoradas con formas de felinos eran utilizadas en vida por caciques y
chamanes. Altura de a 28 cm. (Foto tomada de Museo del Oro. Sus mejores piezas 1996: 38. Altura de b 28 cm).
rro, las dimensiones de las tumbas hacen suponer
la práctica de entierros primarios en posición ex-
tendida, tanto de adultos como de infantes. El
entierro secundario en urnas también fue detecta-
do pero es menos frecuente en esta sociedad.
Capítulo - 4
ciones internas como escalones. Su ajuar lo excepción la constituiría los entierros de las élites
constituían cuentas de oro, de cuarzo y volantes (caciques y chamanes) en la “necrópolis” de Ma-
de huso. lagana, a los cuales les colocaban como ajuar
funerario suntuosos objetos de oro y cerámica.
Y finalmente, debemos decir que en general, en
las estructuras de las tumbas se conservan mu- 91
chos rasgos formales distintivos de los patrones
funerarios Ilama, razón por la cual se ha sugerido
una estrecha relación entre estas dos culturas.
La estructura social
Figura 4.23. En pendientes de oro en miniatura de Malaga- de la aplicación del movimiento a cada figura. El
na fueron representados el poder político y religioso. A la arte Yotoco/Malagana es “realista” y trata, por
izquierda puede observarse un cacique suntuosamente ata- medio de sus representaciones, de dar vida a los
viado con corona, grandes orejeras circulares, pectoral y un
bastón de mando en cada una de sus manos. Altura 5.9 cm. objetos y asignarle a través del movimiento, un
A la izquierda aparece un chamán con pocos objetos de carácter temporal y cíclico a las cosas.
92 adorno personal y una maraca en sus manos. Altura 6.2 cm.
(Composición realizada con base en Recihel-Dolmatoff LA SOCIEDAD TUMACO-LA TOLITA II
2005: 109, 252)
(300 a.C.- 300/400 d.C.)
Capítulo - 4
dual en la cuenca de los ríos Cayapas y Santia- malías más comunes. Trece de los 88 individuos
go. En Ecuador los sitios arqueológicos más analizados presentaron lesiones del periostio,
representativos de esta sociedad son: La Tolita, debido a enfermedades infecciosas que fueron
Tolita de los Ruanos, Ostiones, Lagarto, La For- controladas culturalmente y no fueron la causa de
tuna, Selva Alegre, Guadual, Las Cruces y muerte de los individuos.
Herradura. En Colombia debemos mencionar los 93
yacimientos de: Mataje, El Morro, Piedra Re- Otra de las lesiones que padecían estas
donda (Isla Gorgona), Monte Alto, Inguapi, poblaciones antiguas fue la anemia inferida por la
Piñal Salado (S06), El Balsal, La Cocotera, Bue- hiperostosis porótica presente en las órbitas de
navista, La Remigia (S53), Tamarindo, Las Deli- niños con edades entre 7 y 10 años. Entre las en-
cias, La Magnolia (S14), La Tirsa (S59), La Ca- fermedades degenerativas debemos mencionar la
tedral (S19), La Miranda, Tangareal (S88), Las artritis y la osteofitosis vertebral. Esta última se
Tres Marías (S12), La Brava 1 (S61), La Espe- presentó en el 28% de las mujeres y el 42% de
ranza (S92), El Coco (S96), La Miranda (S97), los hombres del total de la muestra analizada. Por
Zapote, Dos Quebradas, Catanguero, Palesti- su parte, las lesiones dentales más comunes fue-
na I y La Bocana I (Figura 4.2). ron la hipoplasia del esmalte, abscesos, cálculo y
caries. La caries presentó una baja incidencia
Cronología (1.3%), debido seguramente a los altos conteni-
dos de fluorina en el agua que consumían estas
Para la ubicación cronológica de esta so- poblaciones. El análisis de isótopos estables su-
ciedad contamos con 52 fechas de radiocarbono giere que la dieta alimenticia de las poblaciones
que corresponden a sus comienzos y máximo Tumaco-Tolita II se basaba en un alto consumo
nivel de desarrollo. Igualmente, ocho fechas más de proteína animal proveniente de los recursos
asociadas con los últimos 100 años de existencia marinos, de los ríos de agua dulce, así como tam-
de las manifestaciones socioculturales Tumaco- bién de animales terrestres del bosque, los cuales
La Tolita II. Esto nos permite suponer que esta parece que eran utilizados más que el maíz.
sociedad debió existir al menos unos mil años,
entre 300 a.C. y 300/400 d.C. (Tabla 4.2). En general, los datos bioantropológicos
apuntan a una diferenciación de los estados de
La población salud y enfermedad entre los períodos Tolita Clá-
sico (200 a.C.-90 d.C.) y Tolita Tardío (90-400
Hasta el momento los únicos restos óseos d.C.). En la transición entre estos dos períodos
analizados bioantropológicamente, pertenecientes puede notarse una ligera reducción en los trau-
a la poblaciones Tumaco-Tolita II provienen de mas, las caries dentales y las enfermedades infec-
las excavaciones realizadas en la isla de La Toli- ciosas, mientras aumenta rápidamente la estatura
ta, Provincia de Esmeraldas, en territorio ecuato- y la hipoplasia del esmalte. Todos estos cambios
riano. Corresponden a 88 individuos rescatados constituyen excelentes indicadores de un mejora-
en estructuras funerarias de los yacimientos ar- miento en la nutrición y la salud. Por otra parte,
queológicos conocidos con los nombres de Tola el aumento de la hipoplasia del esmalte de los
Mango, Tola del Pajarito, Tola de La Balsa, El dientes y la hiperostosis porótica sugiere el in-
Tabla 4.2. Cronología absoluta de la Cultura Tumaco- La Tolita II.
Capítulo - 4
Guadual (Ecuador) 210 ± 80 Beta - 25514 DeBoer 1996
Las Cruces (Ecuador) 230 ± 80 Beta - 25518 DeBoer 1996
La Tolita (Ecuador) 270 ± 200 M-735 Stirling 1963
Guadual (Ecuador) 280 ± 70 Beta - 20646 DeBoer 1996 95
cremento del estrés fisiológico. Pero de todas ma, desnutrición, y posiblemente lepra.
formas, la expectativa de vida de la población era Entre las patologías oculares se han reportado el
relativamente alta, lo cuál se conjugaba con una prolapso rectal y el estrabismo. Entre las asi-
baja tasa de mortalidad. metrías faciales están presentes la asimetría
hemifacial y la ptosis palpebral. Y finalmen-
La cerámica también se constituye en una te, debemos mencionar los trastornos de la co-
de las fuentes importantes para el estudio de los lumna vertebral, los cuales parecen haber sido
estados de salud-enfermedad de la población Tu- también frecuentes entre la población (Figura
maco-Tolita II. Los alfareros plasmaron con un 4.25).
realismo impresionante diferentes patologías que
padecían cotidianamente estas poblaciones. Gra- En general, los estudios iconográficos de
cias a los estudios iconográficos ha sido posible la cerámica reflejan a una población con una alta
identificar procesos como el envejecimiento y la incidencia de enfermedades, debido seguramente
muerte, así como evidencias de enfermedades a las condiciones medioambientales que eran
genéticas y malformaciones congénitas, tales co- propicias para la incubación y propagación de
mo trisomía 21 o síndrome de Down, acondro- virus y bacterias. Pero también es posible, como
plasia, síndrome de Hurler, síndrome de lo sugieren algunos investigadores que la gran
Morquio, disostosis mandíbulo-vertebral y\o incidencia de enfermedades de tipo genético fue-
displasia oculo-aurículo-vertebral, displasia ra el resultado de la implantación de un régimen
fronto nasal, enanismo, pie equino varo, endogámico que facilitaba los cruces genéticos
labio leporino. Existieron también una serie de entre la población con grupos sanguíneos idénti-
patologías tumorales como por ejemplo, tumor cos.
benigno en la región dorso lateral, carcinoma
escamocelular de seno maxilar. Otro tipo de Los poblados y las viviendas
enfermedades tuvieron que ver con traumas, pro-
cesos nutricionales e infecciosos. Entre ellas de- Durante los primeros 700 años de desarro-
bemos mencionar: la deformación facial por trau- llo de esta sociedad asistimos a un importante
Capítulo - 4
Figura 4.25. Evidencias artísticas en cerámica de parálisis facial y acondroplasia. Foto a parálisis facial periférica de un indivi-
96 duo cuya cabeza forma parte de una alcarraza. Tiene una nariguera maciza como adorno y una protuberancia en la mejilla iz-
quierda que podría corresponder a la masticación de la coca. (Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad
del Valle: a CRIA-1383, altura 14.2 cm.). Foto b individuo con enanismo (Tomado de Catálogo Museo del Banco Central del
Ecuador. Esmeraldas:13, Figura 12, altura 40.5 cm.).
Capítulo - 4
del Bajo río Patía los asentamientos se presentan
dispersos en la llanura aluvial, ya no en las ribe- A estos datos se suman las maquetas de
ras de los ríos, sino en los terrenos elevados del casas representadas por los alfareros Tumaco-La
interior, en la selva húmeda tropical. Otros sitios Tolita II en la cerámica. Estas obras en miniatura
pequeños aparecen ubicados cerca del mar y en representan usualmente viviendas de planta rec-
colinas alrededor de los esteros. tangular o circular con techos curvos a dos aguas. 97
Algunas casas presentan una cornisa decorada,
De especial interés es el sitio arqueológico mientras en otras puede verse una plataforma que
El Morro, ubicado en el municipio de Tumaco, separa la base de la estructura de la tierra. Este
Colombia, el cual es considerado como el “único tipo de construcciones pudieron haber sido utili-
puerto marítimo de la costa sur de Colombia zadas, entre otras cosas, para ceremonias rituales
utilizado por los pueblos indígenas del litoral realizadas por los caciques y/o chamanes, como
muchos siglos antes de la conquista española”. parece sugerirlo las representaciones realistas de
Allí fueron encontradas dos ocupaciones prehis- este tipo de actividades en casas del Estilo Jama-
pánicas, la primera asociada con la Cultura Tu- Coaque (200-400 d.C.), considerado la variante
maco-La Tolita II y la segunda con una cultura más meridional de la cerámica Tumaco-La Tolita
tardía (350-450 d.C.) que no se generó a partir de II (Figuras 4.27, 4.28).
la anterior y pudo haber introducida por pobla-
ciones foráneas o con una fuerte influencia de Actividades económicas
estas. En términos culturales, es muy probable
que los habitantes de esta última ocupación deno- La subsistencia de las poblaciones Tumaco
minada, El Morro en Tumaco, estuvieran empa- Tolita II se basaba en una agricultura intensiva y
rentados con los creadores de la llamada Fase extensiva, la pesca artesanal, la recolección de
Guadual del curso medio del río Cayapas- productos marinos y especies vegetales y la caza.
Santiago en la costa ecuatoriana. (Figura 4.26). Otras de las actividades económicas fundamenta-
les fueron la alfarería, la metalurgia y la textile-
ría. Este carácter mixto de la economía fue el que
seguramente sirvió como base para el aumento
poblacional, el buen estado de salud de la pobla-
ción y lógicamente el alto nivel de desarrollo que
alcanzaron los cacicazgos costeros durante el
período de estudio.
La Agricultura
98
Figura 4.27. Maquetas de viviendas hechas en cerámica. Foto a tomada de Arte de la Tierra. Tumaco 1988: 26, Figura 15. Altu-
ra 9.1 cm. Foto b tomada de Arte de la Tierra, Cultura Tumaco 1988: 26, Figura 17. Altura 13.5 cm. Foto c Museo Arqueológi-
co “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle: CRIA-156. Altura 9.1 cm.
Figura 4.28. Maquetas de casas ceremoniales, asociadas con ritos chamánicos. En ambas fotos puede apreciarse un chamán con
una mano de moler realizando seguramente un rito de fertilidad de la tierra. (Tomadas de Valdez 1992: 231, Fig. 4 altura 20.1
cm.; Figura 5, altura 13.9 cm.).
cientemente en la región de Tumaco, consta de se debió emplear una abundante mano de obra,
canales de entre cuatro y nueve metros de ancho, ha sido descubierto en los sitios Piñal Salado,
levantados 50 o 60 cm. de la superficie actual. donde se presenta cubriendo una extensión de
Tiene forma de H o de peine con varios canales unas 100 ha. Igualmente, en los yacimientos de
cortos de 100 a 250 metros. Este sistema de ca- Las Tres Marías, Bucheli, El Esfuerzo, La Cate-
mellones, en cuya construcción y mantenimiento dral, Inguapi del Carmen y El Gran Cebú, con
una extensión promedio de 50 ha. En cuanto a miento mítico, asociándolo directamente con el
las especies cultivadas debemos aclarar que a hombre en representaciones del personaje hom-
pesar de que el principal cultígeno era el maíz, bre-tiburón que aparece representado en la cerá-
también se cultivaba otra serie de plantas como la mica (Figura 4.30). En algunos sitios colom-
yuca, la achira y el arrurrúz y seguramente mu- bianos de la Fase Buena Vista, fechados hacia el
chas más que no han aparecido aún en el registro 400 d.C. las actividades pesqueras parecen rele-
fósil. garse a un segundo plano en la economía de la
población, debido seguramente, a la necesidad de
Polen de maíz (Zea mays) fue encontrado dedicarle más tiempo a la agricultura.
en el yacimiento de La Tirsa, mientras granos
calcinados del mismo cereal se hallaron en el La alfarería
sitio La Tolita, asociados con instrumentos agrí-
colas como manos y metates y una fecha de 320
a.C. Fitolitos del mismo cereal, de calabaza El estilo cerámico Tumaco-La Tolita II es
(curcurbita sp.), y sagú (Maranta), así como se- inconfundible y representó una de las expresio-
Capítulo - 4
millas de palmas conocidas localmente con los nes culturales más típicas de las sociedades caci-
nombres de tagua (Phytelephas seemannii) y cales costeras del “Período Clásico”. Durante el
chunga (Astrocaryum standleyanum) aparecieron período en cuestión la producción alfarera alcan-
en excavaciones realizadas en camellones del zó su máximo grado de perfección, constituyén-
sitio Las Marías. Polen de maíz y de yuca dose en uno de los vehículos más propicios para
(Manihot esculenta) fechado en 100 d.C., tam- la institucionalización de las desigualdades socia- 99
bién fueron descubiertos en el yacimiento La Co- les y del pensamiento ritual o chamánico. Su
cotera en la costa pacífica caucana. Igualmente, homogeneidad estilística es una clara expresión
fue cultivada la calabaza como lo demuestra po- de identidad cultural regional de los grupos
len fósil de esta especie, recuperado en los sitios humanos que la produjeron. En arcilla quema-
de La Magnolia y La Tirsa. En el sitio Palestina da fue creado un estilo único caracterizado por su
I fueron recuperados restos macrobotánicos de gran realismo y por la gran importancia que se le
una gran variedad de palmas y granos de maíz dio a las representaciones humanas tridimensio-
“chococito” asociados a una fecha del siglo II nales, donde se manifestaron permanentemente
a.C. actos de la vida cotidiana, tales como el vestua-
rio, los adornos, los partos, la sexualidad, la ferti-
El cultivo del algodón puede inferirse indi- lidad, el envejecimiento y una gran cantidad de
rectamente por la presencia de volantes de huso y enfermedades, así como también expresiones
el análisis iconográfico de figuras humanas en simbólicas de personajes totémicos y chamáni-
cerámica, las cuales aparecen con impresiones cos. El arte cerámico de esta sociedad es realista
textiles a manera de vestidos. Lo mismo pode- o naturalista y se caracteriza por las representa-
mos decir del cultivo y uso de la coca por la pre- ciones narrativas o descriptivas de seres huma-
sencia de individuos de la elite que aparecen re- nos, animales y seres mitológicos con formas
presentados en cerámica mambeando. zooantropomorfas.
Figura 4.29. Representaciones en cerámica de embarcaciones y remeros. Foto a tomada de Brezzi 212: Figura 310, largo 19.4
100 cm. Foto b tomada de Brezzi 2003: 350, Figura 533, largo 12 cm. Foto c tomada de Catálogo Museo del Banco Central del
Ecuador. Esmeraldas:28, Figura 59, altura 6,7 cm.
Figura 4.31. a alcarraza con un ave posada en la parte superior y base trípode conformada por tres frutos de palma. Foto b alca-
rraza con pintura roja (Tomado de Arte de la Tierra, Cultura Tumaco 1988: 25, Figura 8. Altura 13.4 cm.). Foto c vasija con
representación de un “ser fabuloso” que tiene cuerpo de tortuga y cabeza compuesta por ojos de iguana, pico de ave rapaz,
colmillos de felino y lengua bífida de serpiente (Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle.
CRIA-1.379. Altura 16.1 cm.). Foto d vasija con la forma de un lagarto (Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la
Universidad del Valle. CRIA-.183. Altura 18.3 cm.).
Figura 4.32. Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle Foto a. Chamán con máscara felina. CRIA-
1.593. Altura 21.2 cm. Foto b hombre tocando tambor. CRIA-158, altura 23.cm.
Capítulo - 4
Capítulo - 4
mas, cuentas de collar, brazaletes, ajorcas, ani- dente colombiano, el Ecuador y el norte de Perú,
llos, pectorales, petos, pezoneras, diademas, pe- es uno de los aspectos importantes que habla a
nachos, gargantillas, incrustaciones dentales. favor de una mayor complejidad social y de la
Igualmente, objetos de uso ritual como máscaras, creación de unas amplias redes de intercambio
figuras antropomorfas y zoomorfas, cuencos, durante el período histórico analizado. Algu-
cascabeles, pendientes y una serie de aditamentos nos autores acertadamente relacionan con esta 103
para los vestidos. Igualmente, fue empleada la complejidad otras variables como la ocupación
combinación de objetos metálicos con incrusta- intensiva de los diversos ecosistemas de la costa,
ciones de piedras preciosas entre las cuales las la construcción de montículos tipo “tola”, la je-
más utilizadas fueron las esmeraldas, el jade, la rarquización presente en los asentamientos, la
turquesa, el ágata, el cuarzo y la obsidiana, algu- introducción de la tecnología agrícola de came-
nas de ellas obtenidas por intercambio con pobla- llones y la diversificación en la producción alfa-
ciones de la montaña. Merece especial aten- rera.
ción el trabajo del platino, el cual fue manufactu-
rado por los orfebres indígenas de la costa pacífi- Las costumbres funerarias
co-ecuatoriana utilizando el método de la
“sinderización” sólida y líquida. El conocimiento que tenemos sobre los
ritos y ceremonias relacionados con la muerte
Hilos de oro muy fino, de unos seis milí- entre la población Tumaco-Tolita II se lo debe-
metros de largo, los cuales seguramente eran uti- mos básicamente al estudio de los patrones fune-
lizados para decorar vestidos, similares a los en- rarios en la necrópolis de La Tolita, que han arro-
contrados en el sitio La Manolia, asociados con jado importante información como para inferir
una fecha de 370 a.C. también fueron descubier- que el culto a los muertos fue un aspecto funda-
tos en el sitio arqueológico Inguapi, cerca de Tu- mental en la vida espiritual de la comunidad.
maco, fechados en 325 a.C. Su análisis determi- Durante el período Tolita Clásico (300 a.C. – 90
nó que tenían contenidos de 85.9% de oro y d.C.) los enterramientos de los comuneros no se
10.3% de plata y fueron manufacturados utilizan- realizan en un sitio específico, sino que se hacían
do la técnica del martillado. Otros datos im- en toda la superficie del poblado, mientras que
portantes sobre metalurgia antigua provienen del las tumbas de los individuos de la elite pertene-
yacimiento La Tolita-Cancha, donde fueron re- cientes a un mismo linaje se emplazaban en sec-
cuperadas varias láminas y alambres de oro. El tores determinados. En la Tola Montaño los ente-
estudio de estos objetos metálicos ha permitido rramientos fueron realizados a profundidades
establecer que hacia el 90 d.C. los metalurgos entre dos y tres metros. Algunos de ellos estaban
Tumaco-Tolita II ya habían desarrollado las alea- asociados a uno o varios conjuntos de vasijas
ciones del oro y cobre, oro y platino, así como cerámicas superpuestas conformando una especie
también diversas técnicas para explotar el oro de de chimenea que comunicaba el nivel del enterra-
aluvión (Tabla 4.3). Más o menos en la misma miento con la superficie, simbolizando la comu-
época (110 d.C.), más hacia el norte los habitan- nicación entre el mundo de los vivos y el mundo
tes de La Cocotera en la costa pacífica caucana de los muertos o inframundo.
elaboraban una excelente microorfebrería utili-
Tabla 4.3. Orfebrería del sitio arqueológico Tumaco-Cancha.
(Según Scott y Bouchard 1988.)
No. Tipo
Peso Dimensiones Descripción
Laboratorio de Aleación
0.065 mm
AI-996 0.0587 gr Lámina delgada Oro nativo con platino
grosor
0.105 mm Compenetrada de Oro
AI-997 0.0560 gr Lámina
grosor y platino
0.065 mm Compenetrada de Oro
AI-998 0.6270 gr Lámina doblada
grosor y platino
0.98 mm Fragmento alam-
AI-999 0.0904 gr Oro nativo
grosor (máx) bre
0.065 mm
AI-1000 0.0480 gr Lámina Oro nativo con platino
grosor
Capítulo - 4
0.065 mm
AI-1001 0.0226 gr Lámina aplastada Oro nativo con cobre y platino
grosor
AI-1002 0.0291 gr 12 mm grosor
Ornamento grue-
0.14-0.19 mm Oro nativo con platino
104 so
0.05 mm
AI-1003 0.0160 gr Lámina aplastada Oro nativo con cobre
grosor
0.32 mm
AI-1004 0.0134 gr Lámina Aleación de tumbaga
grosor
0.13 mm Lámina rectangu-
AI-1005 0.0220 gr Oro nativo con cobre y platino
grosor lar
0.031 mm
AI-1006 0.0021 gr Lámina delgada Oro nativo
grosor
0.09 mm
AI-1007 0.0007 gr Lámina delgada Oro nativo
grosor
0.057 mm
AI-1008 0.0008 gr Lámina delgada Oro nativo
grosor
0.051 mm
AI-1009 0.0006 gr Lámina delgada No analizada
grosor
0.05 mm
AI-1010 0.0004 gr Lámina delgada No analizada
grosor
Capítulo - 4
Figura 4.35. Máscara elaborada en platino y oro. Utilizada Figura 4.36. Pectoral manufacturado en oro y platino con la
por la elites del poder político y religioso. (Tomado de representación del hombre-felino. (Tomado de Ochoa
Ochoa 2002:24). 2002:3).
105
Figura 4.37. Tapa de orejera donde está representado un “ser fantástico” compuesto por la cabeza de un ave rapaz y cabezas de
cocodrilo (Tomado de Museo del Oro. Sus mejores piezas 1996: 12, dimensiones 5.0x8.4 cm.).
En la Tola del Pajarito, los entierros aso- desarrollo cultural de la isla el patrón funerario
ciados con ductos tipo chimenea no presentaron comienza a cambiar. Desaparecen los ductos chi-
ningún ajuar funerario. En dicho yacimiento los meneas y los individuos son enterrados en posi-
muertos fueron enterrados de tres formas: un en- ción extendida sobre el vientre a profundidades
tierro dual de un niño y un adulto en posición no mayores de 1,20 metros.
flejada cerca de una chimenea; un fardo funerario
con los restos óseos desarticulados de cinco mu- La estructura social
jeres, colocado junto a otra chimenea y un entie-
rro secundario simple donde se conservaron el Existen muchos datos arqueológicos que
cráneo y los huesos largos de un individuo adul- permiten sugerir que las poblaciones Tumaco-
to. En ambos sitios tanto los entierros primarios Tolita II tuvieron una estructura social jerarqui-
como los secundarios están asociados a densos zada compleja de tipo cacical. Los diversos pro-
basureros. La fuerte estratificación social existen- cesos sociopolíticos sucedidos al interior de la
te en este período se expresó en una clara dife- sociedad generaron una fuerte complejidad so-
renciación en los ajuares funerarios colocados a cial, jerarquización y división social del trabajo.
los individuos de la elite. En una de las tumbas Tal fue el caso, por ejemplo del desarrollo de los
estudiadas en La Tolita fue encontrado un sun- centros ceremoniales, centros locales y aldeas,
tuoso ajuar elaborado en oro, compuesto por col- sumado a la construcción de montículos. Según
gantes, narigueras, pectorales y una máscara los cálculos, la construcción de cada montículo
mortuoria. En el Período Tardío (90-350 d.C.) de requería de un número determinado de personas
y tiempo; esto implica que las estructuras para la
subsistencia deberían planearse para el sosteni-
miento de un grupo importante de la población
dedicada a la obra. En cuanto la administración
de los recursos, una vez se habían controlado
estos, se necesitaba buscar más y mejores tierras,
lo cual lo hacía toda la población orientada por
un líder. En este aspecto era de gran importan-
cia el papel del chamán, quien podría transfor-
marse en un líder político, que va de la mano ya
no con la idea de un control de los recursos, sino
del control de un espacio simbólico. El chamán
representaba prestigio simbólico y no poder eco-
nómico (bienes materiales) y podía cumplir un
papel muy importante no sólo el intercambio de
bienes suntuosos, sino también en la construc-
Capítulo - 4
Capítulo 5
des que habían existido durante varios milenios cantidad de cacicazgos, algunos de los cuales
antes en estos territorios. Surge de esta forma un alcanzaron niveles de señoríos o cacicazgos ma-
nuevo período histórico, conocido con el nombre yores.
de Período Tardío en Colombia, y Período de
Integración en El Ecuador, el cual se caracteri- LA SOCIEDAD QUIMBAYA TARDÍO
109
zó por un lado, por la supervivencia de poblacio- (500 – 1.550 d.C.)
nes con tradiciones culturales del período ante-
rior, y por otro por la aparición de sociedades El territorio
cacicales de un nuevo tipo, que desplazaron pau-
latinamente a las anteriores sociedades, asimilan- La sociedad Quimbaya Tardío fue compar-
do varios de sus logros culturales y las cuales tida por una gran cantidad de grupos organizados
existieron hasta el momento de la conquista espa- socialmente en cacicazgos con diferentes niveles
ñola. de desarrollo, los cuales ocuparon prácticamente
toda la subregión del Cauca Medio y regiones
Algunas transformaciones sustanciales a aledañas, (Departamentos de Antioquia, Risaral-
nivel demográfico, en las tecnologías agrícolas, da, Caldas, Quindío y Valle del Cauca), desde
los patrones de vivienda, las costumbres funera- comienzos del siglo VI d.C., hasta el momento
rias, la producción alfarera y la metalurgia, están del descubrimiento y conquista española. Las
indicando la introducción de importantes cam- versiones regionales de estos cacicazgos están
bios a nivel infraestructural, así como también representadas por los estilos cerámicos: inciso
una forma diferente de expresión ideológica ex- con borde doblado, La Aguada, Quebrada Negra
presada en una nueva cosmovisión que sirvió y Riosucio (Antioquia), Cauca Medio, Caldas,
como elemento importante de cohesión social. Aplicado Inciso (Viejo Caldas), Guabas y Buga
Podríamos decir que los 1.000 años precedentes a (Valle del Cauca-Viejo Caldas). Los sitios ar-
la conquista española fue el período de existencia queológicos más representativos de estas socie-
de grandes tradiciones culturales, entendidas co- dades jerarquizadas tardías en el territorio antio-
mo “el conjunto de manifestaciones culturales queño son: Cisneros-Y26, Cisneros-Y03, San An-
que persisten en la dimensión temporal, recreán- tonio, Sopetrán, La Querida, El Volador T4, El
dose, y que se explican por la existencia de vín- Volador T7, El Volador T8, El Volador T10, El
culos histórico-genéticos entre los pueblos con- Volador T13, Cañaveral-C1, El Porvenir-Y4,
cretos que las produjeron.” En relación con la Porce-021, Medellín-COAC-02, La Concha, Las
época anterior, el Período Tardío se caracterizó Delicias, San Francisco, Aguas Claras-C1N9,
por presentar una alta diversidad cultural (a pesar Aguas Claras-C1N12, Cerro El Cementerio, La
de que también se presentó una gran homogenei- Gata-C2-N6E2, La Estrella-PV-01, La Estrella-
dad estilística, sobre todo en la cerámica y la or- PV-02, Santo Domingo-Y23, Molino Viejo, Los
febrería) tanto en el suroccidente de Colombia, Planes, Guaico-Y13 y Guaico-Y53.
como en el noroccidente del Ecuador.
En El Quindío debemos mencionar los
En el Centro y Suroccidente de Colombia yacimientos de: Regivit, Salento 21, Chapinero,
y el Norte del Ecuador se conformaron las si- La Julia, La Tebaida, Córdoba, La Ponderosa,
Tarapacá, El Oro II, Bélgica, El Carmelo, El Tardío II (1.300-1.550 d.C.). Doce fechas más
Cairo-PK3+770, Murillo y San Diego II. Para el nos dan cuenta de la pervivencia de estas últimas
departamento de Risaralda tenemos: San Ger- sociedades cacicales durante el siglo XVII, ocho
mán, La Germania, La Selva, La Esperanza, más corresponden al siglo XVIII y dos datacio-
Santa Rosa PK2+560, Cantarrana, Río Alto, Pe- nes están ubicadas en la primera mitad del siglo
reira, Santo Domingo, La Esperanza PK2+707, XIX (Tabla 5.1).
El Jazmín Y10, Génova 19, Génova 20, Génova
25, Alaska, El Antojo Y4 y Llano Grande. Por su De acuerdo con los elementos materiales
parte, los principales sitios arqueológicos Quim- de la cultura, así como con las fechas de radio-
baya Tardío en Caldas corresponden a: Nuevo carbono asociadas a estos complejos culturales,
Río Claro, El Mango, Campoalegre, Campoale- es posible suponer que debieron existir dos fases
gre 9, Campoalegre 15, Chapinero y Chinchiná. de desarrollo de la Cultura Quimbaya Tardío en
Y finalmente, de los cacicazgos que ocuparon el general, cuya caracterización más precisa aún
actual departamento del Valle del Cauca, debe- está por establecerse. Durante los primeros 800
mos mencionar los yacimientos de: La Soledad, años, es decir, entre 500 y 1.300 d.C. existió la
Capítulo 5
La población
La determinación bioantropológica de la
población Quimbaya Tardío se hizo con base en
el estudio de una muestra de más de 150 indivi-
duos pertenecientes a diferentes contextos fune-
rarios, provenientes especialmente de cemente-
rios excavados en el Departamento del Valle del
Cauca. La representación poblacional es variada
tanto en sexo como en edad. Predominan los in-
dividuos masculinos, al igual que las personas
adultas sobre los niños. Algunos hallazgos co-
rrespondieron a entierros colectivos, como fue el
caso de las tumbas 2A y 2B del cementerio pre-
hispánico de Almacafé (municipio de Buga), que
a juzgar por el contexto del hallazgo, tenían rela-
Figura 5.1. Las culturas arqueológicas del Centro- ción familiar. Otro de los entierros colectivos fue
Suroccidente de Colombia y Norte del Ecuador durante el
Período “Tardío” (500 – 1.550 d.C.): 1. Tumaco-Tolita III.
reportado en el cementerio de Dardanelos PK-
2. Tuza. 3. Bolo-Quebrada Seca. 4. San Agustín III. 5. Son- 187+400 (municipio de Obando), localizados en
so. 6a. Quimbaya Tardío I y II. 6b. Colorados. 7. Muiscas. las tumbas 4 y 5, y cuyos restos óseos identifica-
ron individuos de diferente edad y sexo. En el
Cronología sitio Pereira solo fue posible reconocer los restos
de una mujer adulta, de aproximadamente 35 a
Para la ubicación cronológica de la socie- 40 años de edad, proveniente de la estructura fu-
dad Quimbaya Tardío contamos por ahora con neraria 3. Fue depositada como entierro primario,
151 fechas de radiocarbono, de las cuales 86 co- en posición de cubito lateral, y se le evidenció en
rresponden a la Cultura Tardío I (500-1.300 d.C.) el cráneo una leve deformación o aplanamiento
mientras 43 pertenecen a la Cultura Quimbaya occipital. Padecía de caries cervical, cálculo y
Tabla 5.1. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya Tardío I y Quimbaya Tardío II.
Capítulo 5
La Esperanza (Risaralda) 790 ± 90 Rodríguez 1994
Santo Domingo PK2+560
790 ± 90 Beta-102815 Bernal 1997
(Risaralda)
Cisneros-Y26 (Antioquia) 810 ± 40 Beta- 97020 Correa 1997
111
Porce-021 (Antioquia) 830 ± 80 - Castillo 1998
Octava Brigada (Quindío) 830 ± 90 GrN-7718 Correal 1980
Regivit (Quindío) 830 ± 90 GrN-7718 Correal 1980
Nuevo río Claro (Caldas) 860 ± 70 Beta-25641 Herrera y Moreno 1990
El Carmen (Valle del Cauca) 870 ± 80 Beta- 70015 Rodríguez 1994
Sismógrafo (Caldas) 890 ± 200 Gx-21056 Erigaie 1995
- 900 ± 120 - Bruhns 1990
Cantarrana (Risaralda) 910 ± 40 - Jaramillo 1989
San Antonio (Antioquia) 920 ± 30 Beta-112565 Monsalve et al. 1998
Sopetrán (Antioquia) 940 ± 50 Beta-9908 Castillo 1988
La Alsacia (Valle del Cauca) 940 ± 60 Beta- 70023 Rodríguez 1994
La Llanada (Valle del Cauca) 950 ± 60 Beta- 9647 Salgado 1986
Santa Rita (Antioquia) 960 ± 70 Beta-114041 Agudelo et al. 1999
La Llanada (Valle del Cauca) 960 ± 50 Beta- 70024 Salgado 1986
La Querida (Antioquia) 970 ± 60 Beta-114038 Agudelo et al. 1999
Nuevo Rio Claro (Caldas) 970 ± 60 Beta-114041 Herrera Moreno 1990
Rio Alto (Risaralda) 970 ± 70 Beta-129139 Cano 2001
La Alsacia (Valle del Cauca) 970 ± 60 Beta-70024 Rodríguez 1994
Llano Grande-T1 Rodríguez y Montejo
975 ± 110 GX-22265
(Risaralda) 1996
Nuevo Rio Claro (Caldas) 980 ± 60 Beta-25641 Herrera Moreno 1990
Dardanelos Rodríguez Cuenca y Ro-
980 ± 50 Beta-97703
(Valle del Cauca) dríguez 1999
El Mango (Caldas) 980 ± 70 - Integral 1996
Campoalegre Múnera y Monsalve
980 ± 70 Beta- 87726
(Caldas) 1996
San Diego II- S071 Quintana y Jaramillo
990 ± 70 Beta- 165546
(Quindío) 2002
Tabla 5.1. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya Tardío I y Quimbaya Tardío II. Continuación
Capítulo - 5
La Germania (Risaralda) 1270 ± 60 Beta-146618 Rojas y Tabares 2000
La Larga 4 (Antioquia) 1270 ± 60 Beta-107197 Botero et al. 1998
Porce-021 (Antioquia) 1270 ± 50 Castillo et al. 1999
Tarapacá-S6C (Quindío) 1280 ± 70 Beta-94932 Salgado 1996 113
Porce-021 (Antioquia) 1300 ± 70 - Castillo 1998
Génova 20 (Risaralda) 1300 ± 70 Beta- 146614 Rojas y Mora 2000
Llanitos de Guaralá-Calarcá
1300 ± 110 GX-27606 Rojas et al. 2001
(Quindío)
Génova 19 (Risaralda) 1310 ± 100 Beta- 146617 Rojas y Mora 2000
Lucerna E1 (Valle del Cauca) 1320 ± 150 Beta- 102872 Salgado 1997
Génova-Y6 (Risaralda) 1330 ± 40 Beta- 146616 Rojas y Mora 2000
Chapinero T1 (Caldas) 1330 ± 90 Beta-102869 Salgado 1997
Guaico-Y53 (Antioquia) 1350 ± 60 Beta-118086 Jaramillo 1998
Riachón.L21.T17B. (Antioquia) 1350 ± 70 Beta- 112165 Ardila 1998
Bélgica (Quindío) 1350 ± 90 - Salgado 1997
Murillo-PK39+565 (Quindío) 1350 ± 90 Beta-102819 Bernal 1997
Almacafé (Valle del Cauca) 1360 ± 70 Beta-2177 Rodríguez 1988
Medellín-COAC-02
1390 ± 50 Beta- 117707 Integral 1997ª
(Antioquia)
Tarapacá S6-T1 (Quindío) 1390 ± 50 Beta- 94936 Salgado 1997
Córdoba (Quindío) 1400 ± 70 Gak-3324 Bruhns 1976
Neira-Y44 (Caldas) 1410 ± 90 Beta-77441 Briceño y Quintana 2001
Cancha de Fútbol (Caldas) 1415 ± 175 Gx-21050 Erigaie 1995
El Volador-T4 (Antioquia) 1420 ± 80 Beta-46818 Santos 1995b
Lucerna-PK241+400
1420 ± 70 Beta- 102822 Bernal 1997
(Valle del Cauca)
Veracruz-PK278+200
1420 ± 120 Beta- 102824 Bernal 1997
(Valle del Cauca)
San Rafael-Y5 Rodríguez , Ramírez
1440 ± 50 Beta- 108020
(Antioquia) 1997b
Múnera y Monsalve
Campoalegre 15 (Caldas) 1440 ± 60 Beta-87728
1996
Tabla 5.1. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya Tardío I y Quimbaya Tardío II. Continuación
Cerro El Cementerio
1680 ± 50 Beta-129457 Castro 1999
(Antioquia)
La Gata-C2-N6E2 (Antioquia) 1680 ± 50 - Cadavid y Arcila 1999
La Estrella-PV-01 (Antioquia) 1730 ± 60 Beta-118099 Castro 1998
Santo Domingo-Y23
1750 ± 60 Beta-97019 Correa 1997
(Antioquia)
Molino Viejo (Antioquia) 1750 ± 60 Beta-97021 Santos et al. 1996
Los Planes (Antioquia) 1750 ± 60 Beta-97019 Santos et al. 1996
La Merced-Y35 (Caldas) 1750 ± 80 Beta-102880 Briceño y Quintana 2001
Riachón.L04. T3. (Antioquia) 1770 ± 60 Beta- 112163 Ardila 1998
Dardanelos PK187+400-T7
Capítulo - 5
1780 ± 60 Beta- 97701 Rodríguez 1996ª
(Valle del Cauca)
La Estrella-PV-02 (Antioquia) 1790 ± 60 Beta-118100 Castro 1998
Aguas Claras- VA286C1N9
1850 ± 60 Beta-141054 Langebaek et al. 2000
(Antioquia)
Abejorral-Y23 (Antioquia) 1810 ± 80 Beta-121627 Briceño y Quintana 2001 115
desgaste dental severo, relacionado posiblemente 187+400, la cual evidenciaba haber tenido varios
con algún tipo de dieta basada en cereales, o al partos en vida.
sometimiento de actividades cotidianas relacio-
nadas con halar hilos o cosas similares con los Aunque no fue común, se encontraron los
dientes. restos de tres individuos intrauterinos, los cuales
pudieron corresponder a abortos inducidos a mo-
Hay una característica general que involu- do de control natal o ritos. Igualmente, los infan-
cra a toda la muestra analizada: tanto algunos tes en edad entre 0 y 4 años no fueron muchos,
hombres como mujeres presentaron unas marca- corroborándose el dato de la cohorte de edad y
das líneas nucales, bien desarrolladas que denota- los índices de mortalidad. Afortunadamente, las
ron el sometimiento de sus cuerpos a labores que condiciones de conservación generales de toda la
implicaban alto movimiento de peso o ejercicios muestra osteológica fueron buenas, salvo algunos
que lo requirieran como es el caso de las funcio- casos en donde el nivel freático ocasionó deterio-
nes de canotaje, molienda, agricultura, cacería, ro (por ejemplo, algunos entierros del cementerio
traslado de cargas pesadas, desplazamientos lar- de Dardanelos PK-187+400). En este último
gos y entrenamientos para la guerra. Respecto yacimiento el análisis dental y del esqueleto pos-
a los desplazamientos, se tiene bien documentada craneal realizado en los restos óseos de 103 indi-
la existencia de caminos a lo largo de las diferen- viduos provenientes de las tumbas 1, 2, 3, 4,5,
tes áreas involucradas, los cuales frente a los fechadas entre 780 y 1.220 d.C., permitió obtener
hallazgos de elementos provenientes de regiones valiosa información sobre aspectos paleodemo-
distantes, hacen suponer que el hombre recorría gráficos, dieta y nutrición y procesos de salud-
largas distancias con productos intercambiables a enfermedad.
sus espaldas.
Así, por ejemplo, pudo establecerse que las
Otra peculiaridad a destacar fue el ahonda- esperanzas de vida de la población al nacer esta-
miento del surco preauricular de la pelvis en al- ban entre 20 y 27 años, mientras la esperanza de
gunos restos femeninos, como evidencia de par- vida entre los individuos jóvenes entre 20-24
tos regulares. Así lo ilustraron los casos de una años no superaba los 7 años. Los hombres pre-
mujer en la UE-9 del cementerio de El Carmen sentaron una estatura promedio de 166,5 cm. ±
(municipio de Guacarí), otra mujer encontrada en 5,1 cm. y las mujeres 152,4 cm. ± 5,4 cm., talla
la tumba 3 del cementerio La Margarita y el en- comparable con la de otras poblaciones prehispá-
tierro principal de una curandera que apareció en nicas colombianas. Esta estatura permaneció más
la tumba 2 de cementerio de Dardanelos PK- o menos estable durante unos 200 años, entre la
población Quimbaya Tardío de Obando, como a juzgar por las distancias biológicas las relacio-
resultado seguramente de una estabilidad en sus nes entre la población del Cacicazgo de Guabas
condiciones de vida, el medio ambiente y el acce- en el Valle del Cauca y las poblaciones cacicales
so a los recursos alimenticios. Entre las enferme- del Quindío son las más estrechas a nivel de ca-
dades más comunes de la población prehispánica racterísticas fenotípicas. Éstas dos poblaciones
de Obando debemos mencionar la artrosis, ebur- podrían provenir de un tronco ancestral común
nación ósea, sacralización, entosopatía; las cuales que se separó en tiempos no muy tardíos, lo cual
fueron causadas seguramente por procesos infec- sugeriría relaciones etnogénicas a nivel biológico
ciosos o traumáticos relacionados con las activi- entre estos dos grupos. Finalmente, en varios
dades cotidianas de cargar pesadas cargas o subir individuos se apreció la deformación craneal del
y bajar las montañas. Por su parte, las lesiones tipo tabular oblicua, lograda mediante el amarre
dentales más comunes fueron la hipoplasia del de tablillas en la cabeza.
esmalte, relacionada seguramente con trastornos
nutricionales y metabólicos y la caries, producida Recientes estudios con series osteológicas
por la descomposición de los azúcares en una provenientes del yacimiento Llanitos de Gualará
Capítulo - 5
dieta con un alto contenido de carbohidratos, es- (municipio de Calarcá) han arrojado datos simila-
pecialmente el maíz, el desgaste por mal oclu- res a los de los sitios arqueológicos de los muni-
sión, abscesos periapicales, cálculo y pérdida cipios de Obando y Guacarí en el Valle del Cau-
precoz de piezas dentales por mala higiene, así ca. En dos individuos masculinos con edades
como el apiñamiento de los dientes. entre 35 y 40 años fueron descubiertas lesiones
116 orales como caries, cálculo y abscesos periapica-
Producto de las actividades diarias, tanto les; así como también osteoartritis, artrosis y le-
en hombres como en mujeres, se registraron ca- siones entesopáticas. La estatura de unos de los
sos aislados de fracturas y luxaciones, especial- hombres (Lote 502-Tumba 1) fue calculada en
mente de cadera. Los casos más interesantes de 168,02 cm. ± 4,24 cm.
enfermedades en la población Quimbaya Tardío,
lo constituye el reporte de enfermedades infec- Estos datos bioantropológicos de las po-
ciosas. Tuberculosis (TB) fue diagnosticada en blaciones Quimbaya Tardío se complementan
los restos óseos de un hombre adulto encontrado con algunas apreciaciones de cronistas como Pe-
en una tumba del sitio arqueológico Lucerna dro Cieza de León, quien describe la gran varia-
(municipio de Bugalagrande), con una fecha de bilidad física de la población indígena que en-
1300 D.C. Por otra parte, una lesión trepone- contraron los españoles. Así, por ejemplo, al des-
matósica fue detectada en los huesos de otro cribir a los grupos Quimbaya escribió:
hombre adulto, rescatados de la tumba 1 en el
sitio Dardanelos PK-187+400, datada en 1080 Los hombres son bien dispuestos, de buenos ros-
d.C. tros; las mujeres lo mismo y muy amorosas
Capítulo - 5
acequias de agua, hechas a mano; e como vio
que no hallaba poblado, volvió donde estaba el
Capitán y le dio razón de lo que había halla-
do...El capitán tomó ciertos naturales de aquella
provincia, a cada uno por si, e les preguntó con
las lenguas por el valle de Arvi o por otra pobla- 117
ción del valle; nunca le supieron decir cosa cier-
ta, más de que le dieron por memoria más de
cincuenta pueblos y entrellos muchas provincias
e grandes...
Figura 5.2. Pintura corporal y facial era común entre las
elites de la cultura Quimbaya Tardío I. (Fotografía Museo La relación del hombre con la naturaleza,
Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del siguió implicando como ya se venía haciendo
Valle. CRIA-1.609. Altura 17.4 cm.). desde épocas anteriores, la transformación del
entorno en procura de mejores espacios para vivir
Los poblados y las viviendas y depositar sus muertos, tal como lo evidencian
los hallazgos de los sitios de Salento y Pereira,
En territorio antioqueño los asentamientos en donde para tiempos próximos al contacto es-
de estas sociedades cacicales tardías se encuen- pañol, la región de estudio se encontraba ocupada
tran ubicados en las laderas y los valles interandi- por asentamientos cercanos y dispersos en las
nos, en suelos fértiles y cerca de los recursos mi- cimas de las colinas, y en donde la parte central
nerales importantes como la sal y el oro. En el de éstas, era aprovechada para la construcción de
cañón del río Cauca, las poblaciones portadoras las viviendas y estructuras funerarias. En Salento
del Complejo Cerámico La Aguada, construye- 21, por ejemplo, la ocupación se realizó sobre la
ron sus viviendas sobre aterrazamientos disper- cima de una colina aplanada en el centro, la cual
sos en laderas, montañas y valles de los pisos se modificó depositando los suelos orgánicos
cálido y templado. Un patrón de vivienda simi- hacia los extremos de la colina. Los sitios El
lar se presentó en los alrededores del municipio Tejar y Villa Elisa en el municipio de Santuario
de Jardín. En Riosucio aparecen concentraciones correspondieron a aterrazamientos sobre pen-
de terrazas, sugiriendo la existencia de pequeños dientes moderadas.
poblados. En general, debemos constatar que el
patrón de asentamiento de estas sociedades tardí- En una de las crónicas de Jorge Robledo,
as no presenta diferencias sustanciales con el de se comenta de los asentamientos Quimbaya de la
las sociedades del Quimbaya Clásico, presentán- siguiente manera:
dose frecuentemente la reocupación de las terra-
zas donde fueron construidas las viviendas de las ...La tierra es mas llana que la de Santana, sino
poblaciones del período anterior. Este patrón que es toda llena de cañaverales i entre ellos
de viviendas dispersas sobre las laderas y algunas tienen los indios hechos sus pueblos...Durará la
veces concentradas en los valles también se ha población en ancho i en largo diez y seis leguas
estudiado arqueológicamente en los actuales de- de bojo, en donde no hay palmo que este por po-
partamentos de Caldas, Quindío y Risaralda. blar.
El mismo autor nos habla de las casas en- maron el quinto grupo, con una superficie entre
tre los cacicazgos de los Arma, indicando que: 1.000 y 3.500 metros cuadrados fueron utiliza-
das, seguramente para realizar en ellas construc-
Tienen las casas hechas de seis en seis juntas i ciones públicas o las viviendas de los individuos
una placeta delante dellas mui llana, hecha a de las élites. Por su parte, en el norte del valle
mano, en la cual tienen hincadas unas cañas geográfico del río Cauca, los asentamientos dis-
gruesas de las que en aquella tierra hay, que son persos fueron localizados sobre las pequeñas co-
tan gruesas como dos muslos i mui altas i tan linas residuales de la Formación Zarzal, donde
largo cuanto dura la plaza....Habitan en cada las poblaciones tardías vivieron y enterraron a
casa desta hasta diez hombres con sus mujeres e sus muertos (sitios Potrero Chico PK-185 y Dar-
hijos, porque las casas son grandes e bien danelos PK-187+400, municipio de Obando).
hechas, e cada uno tiene su apartado dentro don- En Potrero Chico PK-185, una vivienda fue
de duerme. construida sobre una de estas colinas y para aislar
la humedad del entorno el piso de esta fue recu-
Esta información sobre los Arma es am- bierto con cerámica fragmentada.
Capítulo - 5
Capítulo - 5
tea: poblaciones Quimbaya Tardío que se asentaron
el valle geográfico del río Cauca fueron diferen-
Todo este valle, desde la ciudad de Cali hasta tes, utilizando la práctica de agregar arenas para
estas estrechuras fue primero poblado de muy oxigenar los suelos agrícolas. En el sitio Vera-
grandes y hermosos pueblos, las casas juntas y cruz-PK278+200, ubicado en el municipio de
muy grandes. San Pedro, fue encontrado un paleosuelo entre 60 119
y 120 cm. de profundidad, utilizado con fines
Actividades económicas agrícolas, al cual se le adicionaron arenas y gra-
vas que permitieron mejorar la oxigenación del
La economía de los cacicazgos Quimbaya suelo, así como también, abonos orgánicos e in-
Tardío era mixta. Las principales actividades orgánicos para amentar la productividad. Co-
económicas fueron: la agricultura intensiva, la mo ya lo anotamos, esta práctica también fue
obtención de sal, la caza, la pesca, la orfebrería y encontrada en paleosuelos agrícolas excavados
la metalurgia. Un renglón bien importante de la en el yacimiento La Alsacia, en el municipio de
economía se refiere a las prácticas agrícolas, pro- Guacarí.
ductos cultivables y subsistencia en general.
En cuanto a los cultígenos utilizados por
La agricultura estas poblaciones, debemos mencionar el maíz, el
fríjol, la yuca, la ahuyama, la batata, el algodón y
En las cordilleras central y occidental se
una gran variedad de frutas como ciruela, caimo,
utilizó un sistema de agricultura de laderas con-
aguacate, guayaba y chontaduro. Estos dos
formado por grandes extensiones de camellones
últimos están documentados en los registros car-
y zanjas sobre las pendientes, similar al utilizado
bonizados de los sitios de Potrero Chico PK-185
por los agricultores Sonso en la región Calima.
y Dardanelos PK-187+400. Esto sumado a otra
Este sistema de agricultura intensiva ha sido do-
gran diversidad de cultivos y productos obtenidos
cumentado por fotos aéreas, prospecciones y ex-
naturalmente de un medio geográfico tan diverso,
cavaciones arqueológicas realizadas en los secto-
debió constituir un suplemento continuo, alterna-
res de La Llanada, la Esmeralda y La Soledad, al
do con los recursos animales, obtenidos igual-
noroccidente del Departamento del Valle del
mente en variedad. La agricultura era practicada
Cauca. Los camellones y las zanjas aparecen ais-
sobre las faldas de las lomas, en hileras de sur-
lados o formando concentraciones cerca de los
cos, aún visibles en medio de la actual zona cafe-
sitios de vivienda. Las eras de cultivo tienen en-
tera circundante al área de estudio. En Potrero
tre tres y 15 metros de ancho, mientras las zanjas
Chico PK-185 el perfil estratigráfico indicó una
que separan los camellones tienen un promedio
marcada actividad biológica, sumado a una deter-
de 1,5-2,0 metros de distancia.
minación de suelos para uso agrícola. Mientras
que los restos arqueobotánicos evidencian la ma-
En los actuales departamentos del Quindío
nipulación de palmas (Attalea butyrecea), co-
y Caldas también existieron: “vestigios de las
múnmente llamada palma de vino, y familias co-
antiguas sementeras de los indios, consistentes
mo las GRAMINEAE, EUPHORBIACEAE, LE-
en hileras de surcos, que descienden paralelos y
GUMINOSAE, así como frutos de la especie
verticales por las faldas de las lomas que servían
Phytolacca rivinoides comúnmente llamada gua- Igualmente, Cieza nos dejó sus valiosísi-
ba. Mientras que en el contexto funerario de Dar- mas apreciaciones sobre las actividades de sub-
danelos, las evidencias de la manipulación de sistencia de los cacicazgos que encontraron los
plantas se amplió, encontrándose cerezo (Prunus conquistadores a su llegada al Cauca Medio. Re-
sp), yarumo (Cecropia sp), fríjol (Phaseolus vul- firiéndose a la Provincia de Anserma, dice que:
garis y Phaseolus lunatus); algodón (Gossypium
sp) y maíz (Zea mays). ...La tierra es de mucha comida, fértil para dar
maíz y las raíces que ellos siembran. Arboles de
En las crónicas del siglo XVI el maíz figu- fruta casi no hay ninguno, y si los hay son pocos.
ra como el principal cereal cultivado por todas
las poblaciones indígenas de nuestra región de Por su parte, entre los aborígenes de la
estudio, lo cual comprueba los datos arqueobotá- Provincia de Pozo:
nicos. Igualmente, son comunes las referencias a
cultígenos como la yuca, la papa, el fríjol, la ba- ...todas las sierras y laderas y cañadas y valles
tata, el ají, la ahuyama, el algodón y gran varie- están siempre tan labradas que da gran contento
Capítulo - 5
dad de verduras y frutas como chontaduro, gua- y placer ver tantas sementeras. En todas partes
mas, granadillas, aguacate, etc. Así, por ejemplo, hay muchas arboledas de todas frutas.
refiriéndose a los aborígenes de la Provincia de
Hebéjico Jorge Robledo nos dice: También en la Provincia de los Quimbayas
los españoles encontraron:
120 En esta provincia hay muchos géneros de frutas
mui buenas, e más que en Cartago ni Santana. ...caimito...otra fruta hay que se llama ciruelas,
muy sabrosas; hay también aguacates, guabas y
El mismo autor comenta sobre los indíge- guayabas, y algunas tan agras como limones, de
nas del valle de Aburrá: buen olor y sabor.
...Donde en los bohíos, sin lo que en este campo Durante el Período Tardío los grupos indí-
estaba, se halló mucha infinidad de comida, así genas gozaron de una gran diversidad medioam-
de maíz como de frisoles, que casi son como al- biental, favorecidos entre otras cosas, por los
verjas. cambios climáticos, que propiciaban áreas aptas
para la cacería y la pesca. En contextos funera-
Y sobre los Quimbaya: rios de los sitios Dardanelos PK-187+400, La
Margarita, El Carmen, se han excavado restos
...porque descienden desde esta sierra nevada óseos de una gran variedad de fauna, como aves,
muchos ríos pequeños que van a dar a este río moluscos, pecarí, ñeque, perro mudo doméstico y
(Río Grande), e pasan por estas provincias don- roedores. En términos generales, se puede decir
de se hacen mui grandes vegas e ríos, donde los que los habitantes de esta región geohistórica,
indios tienen sus sementeras e granjerías e gran- explotaron un medio provisto de un gran banco
des arboledas de frutas. biótico y una reserva natural de gran magnitud,
estableciendo redes de intercambio con grupos
También son conocidos los relatos de Ro- relativamente distantes al área andina colombia-
bledo sobre el Pueblo Grande de los Gorrones al na. Así lo vienen evidenciando los hallazgos de
norte del valle geográfico del río Cauca, donde materiales culturales del periodo tardío, refleja-
los españoles encontraron una gran cantidad de dos en objetos propios de determinados ecosiste-
alimentos para abastecerse en sus correrías des- mas como lo son las conchas de caracoles de ori-
tructivas por el norte del actual departamento del gen marino, especialmente Annadara, y Spondy-
Valle del Cauca. lus de la costa pacífica.
...y cuando llegamos a los dichos ranchos, salta- Ahora bien, si tenemos en cuenta que mu-
dos en tierra, no hallamos otra cosa, sino alguna chos de los hallazgos de restos óseos de animales
comida de choclo, ques maíz tierno, e melones de corresponden a contextos funerarios, es induda-
la tierra, e ahuyamas, e yuca, e batatas que son ble entonces la importancia no solo alimenticia,
unas raíces de buen sabor; e recogida toda la sino ritual y simbólica de los animales, encontra-
más comida que se pudo, fuimos en seguimiento dos como parte integrante del ajuar que se le co-
de los indios con nuestras balsas. locaba a los muertos. El carácter de los huesos de
fauna cobra aún mayor significado al trascender
del plano netamente alimenticio, y ubicarse en la trado en la UE-23 se halló a la altura del corazón.
esfera del pensamiento mitológico, plasmado a Teniendo en cuenta que este tipo de caracol de ori-
través de hallazgos de colmillos de perros, peca- gen terrestre tiene forma de espiral, parece estar
ríes y varios mamíferos, encontrados con perfo- ligado a la idea de la continuidad del tiempo cíclico,
raciones para ser usados como adornos colgantes. que como los latidos del corazón marcan su impla-
Esto implica también la gran importancia que se cable paso hacia el mundo del más allá. En cuanto a
le daba a la relación seres humanos -naturaleza. los peces, restos de bocachico (Prochilodus reticu-
Es decir, tanto la fauna como la flora que rodeó latus) fueron hallados como parte del ajuar funera-
al hombre prehispánico, no fueron tomadas como rio en la UE-42. También se recuperaron restos de
simples elementos de subsistencia, como parte de bagre sapo (Pseudopimelodus bufonius) en la UE-
su dieta, sino que adquirieron un puesto de respe- 40, que era un pequeño depósito de desecho, la es-
to e interpretación frente a fenómenos como la pina dorsal, estaba asociada a fragmentos cerámi-
vida y la muerte. Respeto mismo otorgado por cos y carbón, lo que hace pensar que se trataba de
los altos jerarcas de cada estructura social, y utili- un basurero producto de un ritual fúnebre, donde se
zado por los chamanes en sus prácticas curativas incluyeron festines gastronómicos. Evidentemente
Capítulo - 5
a través de las plantas. los peces constituyeron un renglón importante en la
dieta alimenticia de la población prehispánica de
En tumbas excavadas en cementerios prehis- Guacarí, lo que supone un profundo conocimiento
pánicos tardíos en el municipio de Guacarí, durante de sus costumbres durante el año.
los años 90 del siglo XX se logró rescatar restos
óseos de animales utilizados tanto en ritos asocia- En la muestra osteológica las aves también 121
dos con comilonas rituales de despedida en el mo- estuvieron representadas. En varias tumbas fue-
mento de enterrar al difunto, como formando parte ron hallados huesos largos cortados y tallados
del ajuar funerario. Su análisis permitió identificar para la elaboración de cuentas de collar, pertene-
cuatro clases y varias especies dentro de ellas: Mo- cientes posiblemente a una especie de pato
luscos Gasterópodos (caracoles): Aperastoma tras- (Anatidae). Igualmente, los mamíferos fueron re-
lucidum; Lampadium laberinthus; Hidrobia acu- presentados en gran proporción. Restos de chucha
tea; Pleikocheilus coloratus. Peces: Prochilodus (Didelphis marsupialis) se hallaron en la UE-18
reticulatus (bocachico); Speudopimelodus bufonius como parte del ajuar funerario. En la UE-38 se en-
(bagre sapo). Aves : cuentas de collar elaboradas contraron huesos de chucha, al interior de un depó-
con huesos largos de especies sin identificar. Ma- sito ritual; las huellas de los restos están visible-
míferos : Cavia porcellus (burí); Didelphis marsu- mente calcinadas lo que indica que fue utilizada
pialis (chucha); Odocoileus virginianus (venado); para consumo alimenticio o en una quema ritual.
Dasypus novemcinctus (armadillo); Canis familia- Por su parte, en la UE-41 en otro depósito ritual y
ris (perro); Canis cerdocium (zorro); Tayassu pe- en la UE-42 que es un entierro múltiple, también se
cari (saino) y Dasyprocta punctata (ñeque). En las hallaron restos de este animal dentro de una vasija,
tumbas de la Hacienda El Carmen se hallaron con- lo que sugiere la importancia del animal dentro de
chas marinas y terrestres, siendo las marinas las la dieta y su mundo simbólico. Otro de los mamífe-
trabajadas como cuentas de collar. ros que se presentó en mayor proporción en las ex-
cavaciones fue el curí o cuy (Cavia porcellus). Sus
En diez excavaciones se hallaron moluscos huesos estuvieron asociados a restos humanos, lo
(Plekocheilus coloratus) ya sea trabajados o con- que sugiere que este animal fue utilizado como ali-
chas completas depositadas en tumbas sobre esque- mento ritual, o hacía parte de depósitos rituales,
letos humanos como parte del ajuar funerario, en como fue el caso de la UE-23 donde los restos de
entierros rituales y en depósitos de desecho. Dentro un cavia se encontraron dentro de un cuenco con
de esta clase, el género donde se encontró mayor base enterrado especialmente, en una tumba que no
número de elementos completos fue el caracol te- tenía más restos óseos, sino los de este animal. La
rrestre de la especie Aperastoma traslucidum con 5 estructura de la construcción funeraria sugiere una
individuos. En cuatro de las excavaciones (UE-13, gran laboriosidad, dado que es una de las más gran-
20, 23 y 30), se hallaron cuentas de collar elabora- des que se registró. Teniendo en cuenta todas estas
das sobre conchas marinas cortadas y talladas. Pero características, cabe la posibilidad que el curí
es necesario aclarar que los caracoles fueron utiliza- hubiese sido enterrado como el animal totémico de
dos no sólo como adorno o elemento de prestigio un grupo humano, o de algún individuo inhumado
de los muertos, sino también como instrumento cerca, tal vez invocando su fertilidad, una de las
musical y simbólico. Uno de los caracoles encon- características más sobresalientes de este animal.
Posiblemente debido a esto y a su domesticación, el se encontró en el depósito de desecho UE-38, aso-
curí fue el animal terrestre de mayor consumo y por ciada a restos óseos de chucha, armadillo, curi y
consiguiente el más frecuente generador de proteína material cerámico, lítico y carbón.
animal; lo que explica su gran aprecio y valoración
como alimento del más allá. Las actividades de caza y pesca, como tam-
bién el nombre de una gran variedad de animales
Entre los mamíferos apetecidos figura el también aparecen con frecuencia en las crónicas
pecarí o saino (Tayassuidae pecaries). En un de- españolas. Los indios Gorrones del famoso Pueblo
pósito de desecho (UE E-25) se halló una mandí- del Pescado, que vivían en el actual municipio de
bula de este animal, asociada a carbón, lo que Roldanillo tenían:
sugiere su consumo alimenticio, que por su tama-
ño debió alcanzar para un nutrido grupo, dentro ... una laguna de agua grande, que tendrá de box
de una gran celebración fúnebre. En menor pro- una legua. Cébase del río grande por un canal
porción aparecieron restos de venado de cola que los indios tienen hecho a mano, que será de
blanca (Odocoileus virginianus). En el depósito de tres estados de hondo, é de veinte o veinticinco
Capítulo - 5
desecho de forma semicircular UE-44 se halló una pasos en ancho; y cébase cuando el río crece y
costilla, asociada a fragmentos cerámicos, líticos, las aguas son muy grandes. Y entonces entra tan
carbón y caracoles terrestres. En las excavaciones gran cantidad de pescado en aquella laguna é se
UE-4, 23 y 41, se encontraron flautas traveseras cria dentro, que es una cosa de admiración; é al
elaboradas en húmero de venado. Fragmentos de tiempo ques verano y no llueve, tórnase a vaciar
122 este tipo de instrumento aerófono fueron hallados el agua de la laguna, y en cierto artificio que los
también en la tumba 5 del cementerio de Obando, indios tienen fecho, al tiempo que se vacía el
fechada en 1070±60 d.C. En la UE-23 de Gua- agua, acaese haber en aquella balsa que queda
carí, correspondiente a un entierro de tres infantes, hecha más de dos estados de pescado, é ansi lo
también se hallaron cuatro vértebras de venado a asan en barbacoa; é tienen hecho muy grandes
manera de cuentas de collar sobre el personaje prin- troxes dello para rescatar con otros indios.
cipal. Mientras en la tumba UE-2 había seis desan-
gradores, uno en la UE-3 y otro en la UE-28, todos Al respecto Cieza es más explícito, docu-
elaborados en húmeros de venado. Varios de ellos mentando el comercio del pescado, su aceite o
presentaron franjas de pintura roja, elemento que manteca y los grandes excedentes de estos pro-
seguramente los asocia con el rito de la sangre de ductos:
los animales enterrados. También estuvo presente
el armadillo (Dasypus sabanicola), cuyos restos se ...E una gran laguna que está pegada a este pue-
encontraron en la UE-28 en un contexto interesan- blo, habiendo crecido el río, se hinche; la cual
te, sobre el vientre de una mujer adulta, represen- tiene sus desaguaderos y flujos cuando mengua y
tando seguramente su tótem personal. baja. Matan en esta laguna infinidad de pescado
muy sabroso, que dan a los caminantes y contra-
Por otro lado, en la UE-38 se encontraron tan con ello en las ciudades de Cartago y Cali y
restos de armadillo asociados a diferentes huesos otras partes; sin lo mucho que ellos dan y comen,
calcinados, lo que sugiere su consumo, puesto que tiene grandes depósitos dello seco para vender a
su carne era muy apetecida en tiempos prehispáni- los de las sierras, y grandes cántaros de mucha
cos. Otro de los mamíferos frecuentemente asocia- cantidad de manteca que del pescado sacan...y
do con actividades rituales fue el perro mudo después cuando ibamos a poblar la villa de An-
(Cannis familiaris), cuyos restos aparecen reitera- serma con el capitán Robledo, hallamos tanto
damente en tumbas prehispánicas del valle geográ- que pudieran henchir dos navíos dello.
fico del río Cauca. En la UE-23 se encontraron
dientes de este animal, haciendo parte de un collar, De igual modo, podemos encontrar en la
que podría ser un amuleto representativo para el obra de Cieza frecuentes referencias a los anima-
niño que fue enterrado con el. Otro carnívoro, el les domesticados y salvajes que eran consumidos
zorro de monte (Cannis cerdocyum), también fue por los indígenas. Para la Provincia de Los Go-
utilizado con fines de adorno y de rituales. En la rrones dice:
excavación UE-23 se hallaron dos caninos de zorro,
con perforaciones, como parte de un collar coloca- Es muy fértil de maíz y de otras cosas esta pro-
do sobre el tórax de un niño. Entre los roedores vincia de los gorrones; hay en ella muchos vena-
debemos mencionar al ñeque (Dasyprocta puncta- dos y guadaquinajes y otras salvajinas, y muchas
ta), cuyos huesos, específicamente una mandíbula, aves.
Sobre los curíes y los perros mudos, ani- diferentes estilos cerámicos que representan sus
males domesticados de gran consumo por las variantes regionales. Entre ellos debemos men-
poblaciones indígenas prehispánicas y cuyos cionar: Inciso con borde doblado, La Aguada,
huesos acompañaban a los difuntos al más allá, Quebrada Negra (Departamento de Antioquia),
Robledo nos comenta para el valle de Aburrá: Cauca Medio, Caldas y Aplicado Inciso
(Departamentos del Viejo Caldas) y Guabas-
...se partió luego con todo el real para allá por Buga (Departamento del Valle del Cauca).
amor de los heridos y porque allí avía comida de
mayz para más de dos meses e se aposentó en él, La cerámica de los distintos sitios arqueo-
donde n los boyos, sin lo que en el campo estava lógicos, que se asocian a los diferentes “estilos”
se halló mucha infinidad de comida asy de mayz tiene en común el empleo de arcillas regionales o
como de frísoles que casi son como alverjas e de adquisición local, comparte formas y decora-
muchos cories que son como conejos salvo que ciones, y difiere en aspectos puntuales referidos a
son más chiquitos que tiene(n) muy lindo comer, las dos últimas categorías. Es decir, estos estilos
e muchos perros medianos como los de Castilla más allá de representar variaciones locales, hacen
Capítulo - 5
salvo que son mudos. referencia a la complejidad o evolución misma en
el tratamiento de la actividad económica, a la
Una gran diversidad de animales también especialización de cada industria alfarera dentro
figura en la Relación de Anserma de Jorge Ro- de la cultura misma. No se trata de gente diferen-
bledo, escrita en 1540. Refiriéndose a las provin- te, sino de industrias con variadas formas, repre-
cias de Penco, Ytuango, Jundabe, Brero, Porruto sentadas con estilo o sello propio del ceramista. 123
y Corome este autor nos comenta: El Inciso con borde doblado corresponde a una
cerámica cuyos bordes están formados por “un
...y todas ellas crían pescado aunques menudo e rollo de arcilla sin alisar en la unión exterior, el
xaivas que son a manera de cangrejos y buenas cuál casi siempre está decorado con impresiones
de comer , ay en esta tierra perdizes e codornices digitales” y tiene decoración incisa formando
e conejos e pavas e tórtolas e palomas torcazas e figuras geométricas. En términos generales, la
otras muchas aves y venados y puercos monteses cerámica del Complejo La Aguada se caracteriza
que tiene el onbligo sobre el espinazo, ay leones por un acabado burdo, pastas con desgrasantes de
pardos e tígueres e gatos cervales nutras. partículas gruesas. Las formas más comunes co-
rresponden a vasijas globulares o suglobulares
Sobre la obtención y comercialización de (ollas y cántaros) asimétricas, de bordes sencillos
la sal, actividad económica muy importante entre curvados hacia fuera, con cuerpos simples o
los cacicazgos Quimbaya Clásico, Robledo, refi- aquillados. También hay cuencos semiesféricos o
riéndose a los indígenas del Pueblo de Munguia, aquillados y platos abiertos. La decoración es
ubicado entre Antioquia y Anserma, nos comen- sencilla e incluye puntos incisos, triángulos im-
ta: presos y pintura positiva roja o negativa. Algunas
vasijas pueden presentar pequeñas aplicaciones a
Desviando este pueblo (Llano) hay otro que se manera de “asas falsas”. El Complejo Quebra-
llama Munguia, donde hay una gran cantidad de da Negra del sur de Antioquia, se caracteriza por
sal, y muchos mercaderes que la llevan pasada las vasijas globulares, ollas-cuenco, cuencos, pla-
la cordillera, por cual traen mucha suma de oro tos y copas de base cónica. Las vasijas presentan
y ropa de algodón, y otras cosas de las que ellos alisados burdos y ahumado. Como decoración
han menester. fue utilizada la pintura positiva roja, naranja y
blanca, incisión de líneas continuas e intermiten-
La alfarería tes formando diseños diagonales, horizontales o
espirales en el cuerpo. Una característica peculiar
Los grupos Quimbaya Tardío introdujeron
de este complejo es la presencia de impresiones
una nueva tradición alfarera, diferente a la de las
textiles en la superficie interna y el fondo de las
poblaciones anteriores. Esta se manifestó no sólo
vasijas.
en el tratamiento de las pastas para hacer los di-
versos objetos cerámicos, sino también en las
Por su parte, en el Complejo cerámico del
formas diferentes y las técnicas, motivos y dise-
Cauca Medio son comunes las vasijas antropo-
ños decorativos. Los diversos cacicazgos que
morfas, muy propias además, de los contextos
compartieron esta nueva tradición cultural en un
funerarios. Las figuras conservan cierta continui-
amplio territorio del Cauca Medio, elaboraron
dad en relación con el periodo anterior en la mis-
ma región, llevan una banda sencilla en la cabe-
za, están pintadas indicando seguramente un ta-
tuaje, tienen perforaciones en la nariz y las orejas
para lucir objetos de metal. Usualmente se en-
cuentran alrededor del difunto, generalmente a su
cabecera. También son característicos de este
estilo copas, vasos cónicos, y ánforas, con deco-
raciones en incisión, aplicación, y pintura, utili-
zando motivos geométricos; engobe rojo, blanco
o crema. El Complejo Caldas, que se deriva
del anterior, se caracteriza por una mayor varie-
dad local. Se nota cierta continuidad en cuanto a
algunas decoraciones y formas. Se vuelven popu-
lares las figuras rectangulares, de las cuales ela-
Capítulo - 5
Figura 5.3. Pintura bicroma (negra sobre rojo) decora estos cuencos con base anular de la Cultura Quimbaya Tardío I
(Fotografía Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle. CRIA-746. Altura 11,1 cm).
Capítulo - 5
125
Figura 5.5. Cuencos de la Cultura Quimbaya Tardío I. Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle.
Foto a CRIA-732. Altura 13 cm. Foto b CRIA-735. Altura 11.6. cm. Foto c CRIA-745.Altura 10.5 cm. Foto d CRIA-2.301.
Altura 7.6 cm. Foto e CRIA-742. Altura 9.9 cm. Foto f CRIA-741. Altura 10.9 cm.
126
Figura 5.6. Cántaros cilíndricos elaborados por los alfareros Quimbaya Tardío I del Cacicazgo de Guabas (700-1.300 d.C.).
Fotografía del Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle. CRIA-1.865. Altura 33.1 cm.
Figura 5.7. Tatuaje en el rostro de individuos representados en la parte superior del cuerpo de cántaros. Cacicazgo de Guabas
en el Valle del Cauca, Cultura Quimbaya Tardío I.
presentan formas y decoraciones similares a los
encontrados en otros territorios de la tradición
cultural Quimbaya Tardío. Su decoración, que
usualmente cubre todas las partes del volante
(base, cuerpo y cuello), fue realizada utilizando
tres técnicas básicas: incisión (rayas), impresión
(círculos y puntos) y empastado con cal de las
rayas, círculos y puntos. El diseño decorativo es
en su totalidad geométrico, fue plasmado en tres
formas básicas: triangular, circular y cuadrada.
Como sus elementos básicos aparecen el punto y
la línea y los motivos principales son el triángu-
lo, el rombo, el círculo y el cuadrado. Los moti-
vos básicos del diseño están presentes en los cue-
llos de los volantes donde se representa desde las
Capítulo - 5
líneas horizontales continuas o intermitentes
(dividiendo el cuello en una, dos o tres partes),
hasta el conjunto de líneas verticales y triángulos Figura 5.8. Volantes de huso Quimbaya Tardío I. Museo
Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del
simples o unidos por el vértice. Valle. Foto a CRIA-1.837. Altura 2.4 cm., diámetro 4.5 cm.
Foto b altura 2.0 cm., diámetro 4.0 cm. Foto c CRIA-1.877.
Un nuevo grado de complejidad podemos Altura 5 cm., diámetro de la base 5.2 cm. 127
observarlo en la decoración de la base y el cuer-
po, donde la distribución espacial de los elemen- plantas no cultivadas como los raspadores, lascas
tos ya mencionados y su combinación forman los cortantes, cuchillos, percutores, punzones, puli-
motivos esenciales que constituyen en su conjun- dores, los cuales también pueden asociarse con la
to lo que podríamos denominar la estructura ge- manipulación de animales ya sea para el consu-
neral del diseño. Así, aparecen: líneas horizonta- mo o para extraer de ellos materia prima como
les continuas o intermitentes círculos con punto las pieles, los tendones y los huesos. La presencia
central dispuestos horizontal y verticalmente, de estos instrumentos líticos en contextos funera-
hileras de líneas oblicuas, líneas horizontales rios nos está indicando el carácter simbólico que
simples o con puntos y círculos dispuestos hori- tenían las rocas. El hombre prehispánico al obser-
zontalmente, líneas verticales con círculo y pun- var la dureza de las rocas y las características parti-
tos dispuestos horizontalmente con círculo, trián- culares de algunas de ellas, se adentró en el mágico
gulos con círculos externos e internos, rombos mundo pétreo, del cual podían servirse al capturar
simples con círculo y punto en el centro, triángu- su espíritu y transformarlo en elemento útil en di-
los simples o dobles rellenos con líneas oblicuas versas actividades. Esa pervivencia del material
y círculos o triángulos unidos por el vértice for- junto con su amplia gama de utilización le da ese
mando rombos. Vistas en planta estas diferentes carácter mágico-religioso. Es por ello que dentro de
composiciones forman en el círculo o el cuadra- las moradas de los muertos prehispánicos Quimba-
do una estructura que puede ser: simple, dual, ya Tardío se depositaron elementos en piedra con
triangular, cuadrangular y pentagonal (Figura una fuerte carga simbólica, puesto que los líticos
5.8). tienen para el hombre esa analogía con lo duradero,
con lo trascendente, con lo eterno. Al constituirse
La producción de instrumentos líticos en uno de los elementos más cercanos, las rocas
fueron la materia prima óptima para la elaboración
Tanto en las tumbas, como en los sitios de de instrumentos que le permitieron realizar las labo-
habitación y basureros excavados por los arqueó- res de subsistencia de una forma más fácil y cómo-
logos es frecuente la presencia de instrumentos da; el hombre encontró diferentes grados de dureza
líticos asociados con actividades agrícolas, pro- en ellas, lo cual le permitió su utilización en las más
cesamiento de maderas para la construcción, la diversas actividades.
alfarería y la metalurgia. Estos artefactos son
hachas, cuñas, cinceles, alisadores de cerámica,
machacadores, manos y metates para moler gra-
nos como el maíz. También aparecen otros ins-
trumentos relacionados con el procesamiento de
La orfebrería nas veces con decoración repujada; brazaletes
cilíndricos y troncónicos abiertos; cascos semies-
Otra de las actividades económicas por las féricos; orejeras en forma de horquilla plana; ore-
cuales se diferencian significativamente las po- jeras elípticas cóncavas con prolongación de hor-
blaciones Quimbaya Tardío de la sociedad Quim- quilla: orejeras geométricas planas con prolonga-
baya Clásico, es por la producción metalúrgica. ción de horquilla, con o sin placas colgantes; ore-
De acuerdo a las investigaciones recientes, hacia jeras en forma de gancho con placa colgante y
el 500/700 d.C. surge en el suroccidente de Co- prolongación de horquilla; orejeras en forma de
lombia una nueva tradición metalúrgica, que con- alambre retorcido con placas colgantes y prolon-
trasta notablemente con la manera como se traba- gación de horquilla; adornos sublabiales en for-
jaban anteriormente los metales y la cuál se ca- ma de gancho con placas colgantes; diversos ti-
racterizó por el trabajo directo del metal, el pre- pos de aplicaciones para piel; orejeras con remate
dominio de la tumbaga, las técnicas de fundición discoidal y prolongación de horquilla; orejeras
y el dorado por oxidación. Generalizando, las con alambre en espiral con prolongación de hor-
formas elaboradas por los metalurgos de los caci- quilla; narigueras y orejeras circulares de sección
Capítulo - 5
cazgos con diversas expresiones culturales, se sólida (torzales redondos, triangulares); anzuelos
presentan “relativamente simples y homogéneas, elaborados en alambre; cinceles y agujas.
se destacan las narigueras: torzales con o sin re-
mates planos, semilunares o triangulares a veces Por su parte, la fundición fue utilizada para
con decoración repujada y circulares de alambre; la elaboración de narigueras elípticas cóncavas,
128 las orejeras en espiral y circulares huecas; los romboidales cóncavas; cascabeles cónicos y esfé-
colgantes zoomorfos, como sapos, caracoles y ricos; colgantes zoomorfos (escarabajos, coleóp-
animales apareados; los pectorales acorazonados teros, cigarras, caracoles, aves, felinos, lagartos,
fundidos. o la fusión felino-ave, felino-lagarto); cuentas de
collar en forma de rana y de insecto y colgantes
También se popularizan, especialmente en en forma de reptil; cuentas en forma de insecto-
el valle medio del río Cauca, los pectorales circu- saltamontes; colgantes en forma de reptil
lares simples o con diseños geométricos zoomor- (lagartos, iguanas, cocodrilos); narigueras y ore-
fos y los objetos para insertar en la piel, con so- jeras circulares macizas y pectorales
porte de alambre y tapa.” En cuanto a la meta- “acorazonados” (Figuras 5.9, 5.10).
lurgia Quimbaya Tardío, ésta se caracteriza por
un énfasis en el martillado y en la producción de Muchas de estas características tecnológi-
piezas planas, de formas geométricas simples, cas, formales y decorativas se presentaron en dos
decoradas con diseños repujados. Desde el punto conjuntos de piezas metálicas excavadas arqueo-
de vista tecnológico se utilizaron básicamente lógicamente en cementerios prehispánicos del
tres técnicas para la elaboración de los objetos de norte y sur del valle geográfico del río Cauca.
metal: la fundición, el martillado y la aleación de Así, por ejemplo, en las tumbas del cementerio
oro y cobre, llamada tumbaga. Utilizando el mar- prehispánico de Dardanelos PK-187+400, fue-
tillado fueron elaboradas narigueras semilunares ron obtenidos 34 objetos metálicos elaborados en
planas, las cuales presentan decoración repujada oro, tumbaga y cobre. La mayoría de ellos eran
en relieve, con diseños geométricos, humanos y narigueras triangulares y en medialuna elabora-
de animales, especialmente aves; narigueras das en tumbaga por la técnica del martillado.
triangulares planas con decoración en relieve y También habían láminas de cobre y tumbaga,
diseños geométricos; narigueras semilunares cón- cuentas de collar macizas manufacturadas en oro
cavas y diseños geométricos; narigueras circula- y alambres macizos y espirales en oro. De la
res cóncavas; adornos sublabiales triangulares misma forma, los metalurgos del cacicazgo de
planos; pectorales circulares planos con decora- Guabas (sitios La Margarita y El Carmen), ela-
ción repujada y diseños geométricos, zoomorfos, boraron narigueras semilunares a partir de alam-
antropomorfos realistas y estilizados y zooantro- bres macizos de cobre y oro, narigueras en forma
pomorfos; pectorales planos en forma de corazón de espiral o torzales, orejeras discoidales elabora-
y de “Y”; placas colgantes de formas semicircu- das en oro por la técnica del martillado, aritos
lares, semilunares y de arco; pezoneras circula- hechos a partir de alambres macizos, cuentas de
res; aplicaciones para textil de forma circular collar circulares y pinzas (Tabla 5.2).
plana o a veces cóncava, con puntos repujados en
el borde; diademas rectangulares alargadas, algu- También en las crónicas españolas del si-
glo XVI se hace referencia a los objetos de metal
Capítulo - 5
Figura 5.9. Pectoral circular Quimbaya Tardío manufacturado por las técnicas de martillado y repujado. Foto tomada de Museo
del Oro. Sus mejores piezas 1996: 79, diámetro 24.1 cm.
129
Igualmente, describe los suntuosos objetos estado más institucionalizado que entre los caci-
metálicos utilizados por los caciques de la Pro- cazgos de los períodos anteriores (Figura
vincia de Santana, mandatarios que eran: 5.11).
Capítulo - 5
Donde su voluntad las endereza;
Con rueca y huso todas van hilando,
Cesta de fructa sobre la cabeza,
Y ansí pasan el río más derechas
Que por carreras llanas y bién hechas.
131
Las costumbres funerarias
acuerdo a las crónicas, seguramente existieron dio), que seguramente fueron hechos para ajustar
hasta el momento de la conquista española. algún tendido de madera que servía de platafor-
Estas tumbas parecen haber sido típicas de las ma al cadáver. En el piso del pozo, justo a la en-
poblaciones del cacicazgo de Nore, y según Cie- trada de la cámara aparecieron cuatro huellas de
za corresponderían a estructuras funerarias donde postes de madera que tapaban la entrada.
132 enterraban a los caciques:
Las costumbres funerarias de los cacicaz-
cuando se mueren los principales señores destos gos Quimbaya Tardío I en el norte del valle geo-
valles llóranlos muchos días arreo, y tresquílan- gráfico del río Cauca pudieron estudiarse en gran
se sus mujeres, y mátanse las más queridas, y medida en el cementerio prehispánico de Darda-
hacen una sepultura tan grande como un peque- nelos PK-187+400, donde fueron excavadas siete
ño cerro, la puerta della hacia el nacimiento del estructuras funerarias fechadas entre 700 y 1300
sol. Dentro de aquella tan gran sepultura meten d.C. Durante unos mil años las poblaciones del
al difunto lleno de mantas y con el oro y armas lugar enterraron a sus muertos tanto dentro de las
que tenía. viviendas, como especialmente en cementerios
ubicados cerca de estas, en las partes bajas de las
En el Cerro del Volador, ubicado en el colinas suaves de la Formación Zarzal. Las tum-
Valle de Aburrá, fueron estudiadas varias estruc- bas eran de pozo rectangular con cámara lateral
turas funerarias del período preconquista, las cua- (de forma rectangular o semirectangular) y ni-
les presentaron pozo rectangular con una cámara chos. La entrada a las cámaras de algunas de
lateral de forma circular o semielíptica, con pro- ellas era tapada con palos colocados verticalmen-
fundidades entre 2 y 4,5 metros. Una de las prin- te. Practicaban diversas formas de entierro, entre
cipales características de las cámaras fue la pre- las cuales logramos documentar la cremación
sencia de acanaladuras longitudinales asimétricas parcial de los cuerpos, el entierro primario en
sobre las paredes y el techo, simulando la arma- posición extendida sobre el suelo o en esteras de
zón que sostiene las paredes y el techo de una fibras vegetales y el entierro secundario de hue-
vivienda. Esta alegoría de las casas que ocuparon sos desarticulados. Los ajuares funerarios consta-
en vida los indígenas representa simbólicamente ban de objetos cerámicos (vasijas, figuras antro-
el carácter sagrado de los espacios rituales y la pomorfas, morteros y volantes de huso), líticos,
necesidad de que el individuo continuara vivien- metal y huesos de animales. La cantidad de estos
do en el más allá en su espacio doméstico. Segu- objetos dependía del status social del individuo
ramente, como lo plantea un autor: “la tumba y el enterrado. La tumba 2 fue de especial interés,
espacio que representa, es parte integral del cos- tanto por sus dimensiones (profundidad total 720
mos, el mundo de abajo o mundo de los muertos, m, largo de cámara 800 cm., ancho 360 cm. y
pero como vivienda o casa es también el cosmos altura 335), como por la gran cantidad de objetos
y el origen, es decir, el retorno a la madre uni- colocados como ajuar funerario, fue la tumba 2.
versal o a la creación.” En la cámara de esta construcción funeraria, fe-
chada en 1.200 d.C. fue enterrada en posición
En Pereira se presentan cuatro formas bási- extendida una mujer adulta (20-25 años) pertene-
cas de enterramiento: tumbas de pozo rectangu- ciente seguramente a la elite gobernante (chamán
o cacica?). Su ajuar lo constituyó más de 800
objetos de cerámica, piedra y metal, entre enteros
y fragmentados, la mitad de los cuales, especial-
mente enteros, fueron hallados en la cámara. 777
de estos objetos fueron cerámicos correspondien-
tes a: ollas, cuencos simples y con base troncóni-
ca, cántaros, botellones, platos, morteros y vo-
lantes de huso. Los artefactos líticos fueron meta-
tes, manos de moler, bases de molienda y hachas.
Los 27 objetos metálicos recuperados de la cá-
mara de esta tumba eran narigueras macizas y
laminares, láminas y cuentas de collar manufac-
turadas en oro, cobre y tumbaga.
Figura 5.12. Detalle del esqueleto y del ajuar funerario en-
contrado en la cámara de la tumba 28 del cementerio prehis-
48 estructuras funerarias estudiadas entre pánico en la Hacienda El Carmen.
Capítulo - 5
1.981 y 1.994 en los cementerios prehispánicos
de La Margarita y El Carmen, han permitido cial de los parietales, estaba mirando hacia el no-
conocer importantes aspectos relacionados con el roeste. Otro entierro se encontró enseguida, al su-
hombre y los patrones culturales de las poblacio- reste del entierro anterior. Estaba en posición exten-
nes que conformaron el Cacicazgo de Guabas, dida y correspondió a una mujer adulta que miraba
entre 700 y 1.300 d.C. (Cultura Quimbaya Tardío hacia el SW. Una segunda mujer adulta fue enterra- 133
I). Los patrones funerarios se caracterizaron por da en posición extendida enseguida, al sureste del
tumbas de pozo rectangular simple con uno o dos entierro anterior. Su cráneo estaba mirando también
nichos, de pozo rectangular con cámara lateral, la hacia el sureste. Tres individuos masculinos adultos
cual era construida en uno de los lados mayores fueron enterrados en posición extendida en direc-
del pozo. Los tipos de entierro incluían crema- ción opuesta a los tres primeros. El esqueleto tanto
ción parcial, primario individual sobre el suelo o craneal como poscraneal de todos estos individuos
sobre esteras de fibras vegetales, primario dual y presentó evidencias de calcinación parcial, lo que
colectivo. También se presentó entierro secunda- indica que los cuerpos fueron quemados antes de
rio de huesos dispersos y en urnas funerarias de enterrarlos. El ajuar funerario de esta tumba constó
cerámica. El ajuar funerario que era colocado en de 31 objetos: veinte objetos cerámicos, un puñal
las cámaras y en los pozos fragmentado, estaba en hueso de venado, cinco agujas también en hue-
compuesto por vasijas domésticas y de uso ritual so, tres colmillos de mamíferos utilizados como
(ollas, cuencos sin base y con base troncónica, dijes de collares y dos piezas de metal. La mayor
ollas-cuenco, platos, cántaros de cuerpo globular parte de éste, fue colocado hacia el este, cerca de la
y cilíndrico, botellones, poporos, figuras antropo- cabeza de los tres primeros individuos. Dos precio-
morfas huecas con tatuaje y macizas y volantes sas figuras antropomorfas aparecieron entre los
de huso), artefactos de piedra (metates, manos de cráneos del individuo adulto y una de sus acompa-
moler, cinceles, hachas), adornos de metal ñantes (Figura 5.13).
(narigueras, aritos, cuenta de collar, elaboradas
en oro, cobre y tumbaga), artefactos de hueso Similares patrones de enterramiento pre-
(agujas, cuentas de collar, dijes, puñales- hispánico se presentaron en el cementerio de Al-
desangradores y flautas elaboradas en fémur de macafé, perteneciente a la Cultura Quimbaya
venado) y huesos de animales (Figura 5.12). Tardío II. Allí se estudiaron seis tumbas de pozo
rectangular y cámara lateral casi ovoidal, las cua-
La tumba No.3 del cementerio de La Mar- les corresponden seguramente al siglo XIV d.C.
garita, fechada en 1.120 d.C., presentó caracte- La principal forma de entierro de hombres y mu-
rísticas especiales que permiten relacionarla con jeres sencillos de la comunidad fue el primario
el entierro de un individuo de la elite. Allí fue individual, dual y colectivo. El modesto ajuar
encontrado un entierro múltiple de seis personas funerario constó de vasijas cerámicas (ollas con
a 280 cm. de profundidad, las cuales fueron par- asas, cántaros pequeños y medianos de cuerpo
cialmente quemadas. El esqueleto del entierro simple y compuesto, algunos de ellos con dos
principal, posiblemente un cacique adulto, se en- asas, cuencos, ollas-cuenco, copas y vasijas tipo
contró recostado sobre la pared NW en posición “mocasín”), rodillos-pintaderas, volantes de huso
extendida. Su cráneo, que tenía deformación artifi- y silbatos.
caracterizaban porque el poder de los caciques no
se extendía más allá de las fronteras de su grupo
local. El poder era heredado por el hijo mayor del
cacique o, en su defecto, por el hijo mayor de su
hermana. El segundo modelo está representado
por las jefaturas de las provincias de Umbra, Ca-
ramanta y Cartama, las cuales compartían un
mismo tipo de organización sociopolítica. Y a
pesar de ser cacicazgos diferentes, se unían en
una confederación cuando era necesario defender
sus territorios de enemigos externos. Jorge Ro-
bledo describe cómo los cacicazgos de Umbra se
unieron bajo la dirección del cacique Ocusca pa-
ra atacar la ciudad de Cartago.
Capítulo - 5
Por otro lado, contamos con valiosa infor- ...con algunas de sus mujeres y hacienda, y con
mación arqueológica, bioantropológica y etnohis- mucho mantenimiento y de su vino.
tórica que nos permite hablar sobre la existencia
de una importante diferenciación social entre la Tal vez, como una evidencia arqueológica
población de estas sociedades cacicales. Así, por de la poligamia de los caciques podría ser consi-
ejemplo, los siguientes atributos mínimos pare- derada la tumba 3 del cementerio prehispánico de
cen haber sido exclusivos de los individuos de la La Margarita, donde, como ya lo anotamos, jun-
elite (caciques, chamanes y capitanes): poliga- to con el entierro principal aparecieron los esque-
mia, viviendas grandes, deformación craneal, letos de dos mujeres adultas.
adornos suntuosos de metal, entierros especiales,
ajuar funerario cuantitativamente mayor, bancos También los cronistas nos hablan de que
Capítulo - 5
para sentarse, uñas largas, cuidado del cabello y los caciques tenían casas más grandes que las del
tatuaje corporal. resto de la población. En Anserma, relata Cieza:
Sobre la poligamia de los caciques tanto Los señores o caciques, y sus capitanes tienen
principales, como secundarios, nos relatan fre- casas muy grandes, y a las puertas de ellas pues-
cuentemente los cronistas, quienes indican ade- tas unas cañas gordas, delas de estas partes, que 135
más, que varias de sus mujeres eran enterradas parecen pequeñas vigas, encima de ellas tienen
con él cuando moría. Al respecto es clásica la puestas muchas cabezas de sus enemigos.
descripción que hace Robledo en la Relación de
Anzerma sobre los caciques de las provincias de Otro atributo de poder era el uso de ador-
Apia, Chatapa, Andica, Taupa y Umbría. nos y objetos suntuosos de metal. Los caciques
de la Provincia de Quimbaya:
Los indios naturales destas provincias son gente
bien tratada y tiene(n) a sus señores en mucho,, ...eran muy ricos de oro. De todas las cosas que
traenlos en honbros quando van (a) alguna p(ar) por los ojos eran vistas tenían ellos hecho joyas
te que ellos se an de mostrar e ansí los traya(n) de oro, y muy grandes vasos, con que bebían de
quando me venya(n) a ver de paz, husan llevar su vino. Uno vi que dio el cacique llamado Tucu-
consigo diez o doze mujeres muy bien adereza- rumbi al capitán Jorge Robledo, que cabía en el
das y hermosas y quando lo abaxan de los hom- dos azumbres de agua. Otro dio este mismo caci-
bros de los indios los tomasn esta mujeres sin que a Miguel Muñóz, mayor y más rico.
que toquen al suelo y los asientan encima de sus
muslos y otros le toma los pies porque no le lle- Asimismo Robledo nos comenta lo si-
guen al suelo por mayor vener(aci)ón, aquellas guiente sobre los caciques de cerca de Santana:
mujeres de las que trae consigo las más dellas
son sus mugeres y otras criadas. ...y son más Señores en el mandar, beben con
vasos de oro q(ue) ay vaso que pesa trescientos
También Cieza de León comentaba lo si- castellanos...tienen sus cuchares de oro y vasijas.
guiente sobre los caciques de la Provincia de Ar-
ma: Referente a los ritos relacionados con la
muerte y el entierro de los caciques, el mismo
...Los señores se casan con la mujeres que más Robledo nos describe, con lujo de detalles, sobre
les agradan...los señores pueden tener muchas. la elite de los indígenas de Humbra o Anserma lo
siguiente:
Y en la Provincia de Carrapa:
La man(er)a que tienen en el enterrarse quando
Los señores principales se casan con sus sobri- se muere algún Señor es en el campo en parte
nas, y algunos con sus hermanas, y tienen mu- escondida e ansi haze(n) la sepoltura con cria-
chas mujeres. dos y gente que guarden secreto dónde está y
primero que lo entierre(n) le ponen entre dos
fuegos en una barbacoa a man(er)a de parrillas
a deaynar hasya que se para muy seco y después
de muy seco le enbixan con aquella bixa colora- Robledo, caciques de las provincias de Apia,
da que ellos estando bibos se ponen y ponenle su Chatapa, Andica, Hunbria y Taupa:
chaquira en las piernas y brazos y todas las jo-
yas de oro q(ue) él estando bibo se ponya en sus Traen sus guirnaldas de diversas maneras en las
fiestas y envuélvele en muchas mantas de algo- cabezas en que se cosen el cavello porque los
dón que pa(ra) aquel efecto tiene(n) hechas y señores lo usan traer muy largo, usan las uñas
guardadas de mucho // tiempo y es la cantidad largas, y mientras uno es más gran Señor más
de mantas q(ue) le ponen tanta q(ue) hazen un largas las tiene, curan el cavello mucho y ellos
bulto como un tonel que veynte honbres tienen en sí son muy regalados.
arto que alzar, y van tan por horden puestas y
cosida q(ue) ay que deshacer en él para quitárse- La elite de los caciques se diferenciaba
las quando alguno se topa mucho y después de igualmente de los comuneros por la clase de
puesta toda esta estando él en medio della en- adornos que usaban en sus vestimentas. En las
vuelto en sus algodones le llevan a la sepoltura q provincias antes mencionadas:
(ue) tienen hecha y allí matan dos indios de los
Capítulo - 5
que a él le servían y pónenle el uno a los pies y el Tienen pa(ra) ceñirse por el cuerpo los
otro a la cabeza. La sepoltura es muy honda e de que son Señores unos cinchos de aquella chaqui-
dentro hecha una gra(n)de bóveda que pueden ra blanca y de Chaquira de oro y de cautos de
estar quatro de a caballo con una puerta que se oro hasta un palmo de ancho dello el qual entre
cierra con unos palos que no se pudren y ansí ellos vale mucha cantidad. Y este es para meter
136 queda el caicique en su bóveda y cirrada esta el maure con que tapan sus vergüenzas q(ue) es
puerta se salen los indios que metieron al caci- vara y media de largo de lienzo de algodón muy
que e ynchen de tierra aquel hoyo q(ue) han pintado y una de ancho y meten el un cavo que
hecho ques muy grande de quatro o cinco esta- les cuelga por delante con que las atapa(n) y
dos en alto y queda el caciq(ue) metido en hueco toma el otro debaxo de las piernas y métenle por
y para que no se vea que allí avido sepoltura ny el cincho y cuélgales un rabo que llega casi al
señal della labran encima y syenbran mayz o tras suelo.
cosas por manera que no se vea ni aya señal,
quando el cacique meten en aquella bóveda a un Y finalmente, debemos mencionar los ta-
cavo della ponen sus armas e sillas en que se tuajes corporales que frecuentemente utilizaban
solían asentar y tazas con que solía beber e basi- los caciques. En su Crónica de Anserma Robledo
jas llenas de bino y platos llenos de las maneras nos comenta sobre los caciques también de las
de manjares que él solía comer y dicen que lo provincias de Apia, Chatapa, Andica, Hunbria y
hazen para que coman de noche y ansí escuchan Taupa:
de noche encima de la sepoltura muchos días
para ver si lo oyrá(n) e como ellos son abusione- ...traen los siñores la cara muy pintada de diver-
ros e mylagrosos e qualquyer cosa creen, ispe- sas pinturas y colores.
cialmente algunos que entre ellos ay maesos
hazen creer que hablan e que come e que pre- Estas informaciones de los cronistas han
gunta por sus padres y por su gente. Primero que sido verificadas por las investigaciones arqueoló-
le entierre(n), le tiene(n) muerto en casa más de gicas modernas. En muchas tumbas excavadas
dos meses e cada noche hazen fiestas de borra- han aparecido como ajuar funerario figuras antro-
cheras e allí le lloran e allí le alavan de las pomorfas huecas o macizas que seguramente re-
hazañas que solía hazer a manera de endechas, presentan individuos de la elite, las cuales pre-
quando alguna siñora se muere hechan muy po- sentan pintura positiva roja o negativa en el cuer-
co oro con ella e entiérrenla en otra sepoltura po, pero especialmente en el rostro. Tal es el ca-
por sí, y quando tiene el Siñor alguna cantidad so, por ejemplo, de las figuras antropomorfas
de oro demás de las joyas que él solía poner qu- encontradas en el sitio de La Margarita y los re-
yebranlo todo y hazenlo pedazos con piedras y tablos de cabeza rectangular que se encuentran en
échanlo en la sepolt(ur)a con él como cosa que tumbas tardías del Viejo Caldas. Decoración in-
pues él muere que perezca todo. cisa y pintada, a manera de pintura facial, es típi-
ca en vasijas del Complejo cerámico Guabas del
Igualmente, los cronistas nos hablan de Valle del Cauca. Igual decoración incisa, repre-
que los jefes tenían por costumbre llevar las uñas sentando seguramente pintura corporal, también
largas y el cabello largo y bien arreglado. Según
es común en vasijas domésticas del Complejo
cerámico Aplicado Inciso de Caldas.
LA SOCIEDAD SONSO
(500 – 1.550 d.C.)
El territorio
Capítulo - 5
Calima, en territorio de los actuales municipios
de Dagua, Restrepo, Calima-Darién, La Cumbre joven. Según los restos óseos de los individuos
(Figura 5.14). No obstante, estos cacicazgos tam- recuperados, las edades oscilan desde los 0 años
bién ocuparon la llanura aluvial del pacífico va- (incluyen individuos en etapa de gestación), has-
llecaucano y la margen izquierda del río Cauca ta los 45 años como edad máxima reportada.
en los municipios de Yotoco, Vijes y Yumbo. Además, hay una significativa población entre 137
En la llanura aluvial del pacífico los sitios ar- los 0 y 4 años que corresponde a la etapa de vida
queológicos Sonso más representativos son Mun- donde hay más peligro de muerte, y de hecho,
guidó, San Luis I y San Luis II, Callemansa, donde se evidenció más mortalidad. La edad más
Marcela I, Ordóñez I y Tatabrito IV. En la cor- productiva fue la de los adultos jóvenes, entre 20
dillera occidental debemos mencionar los yaci- y 25 años, los cuales debieron ser los encargados
mientos de: La Cabaña I, Atuncela II, El Dora- de ejecutar muchas de las labores cotidianas más
do, La Suiza, Vélez, Varsovia, Tres Esquinas, pesadas. La esperanza de vida de la gente Sonso
Ceilán, Cortijo de los Calima, La Primavera, se estimó en 17,9 años.
Samaria, Jiguales I, Jiguales II, Vijes, La Virgi-
nia, La Purilia, Arboledas, La Amapola, La So- Por ejemplo, en el cementerio de Guacan-
fía, Rancho Grande, Montecito, Ocache, La Boli- dá (municipio de Yumbo), la muestra representó
via y Pavitas. Sobre la margen izquierda del río varias cohortes distribuidas así: de 0 a 4 años; de
Cauca están los sitios de Moralba, Yocambó y 15 a 19 años; de 20 a 24 años; de 24 a 29, en
Guacandá (Figura 5.1). donde tan sólo en la cohorte de 20 a 24 años, pre-
dominó el personal masculino respecto al feme-
Cronología nino. Una importante cantidad de individuos no
pudieron ser identificados sexualmente, pero a
Para la ubicación cronológica de los caci- grandes rasgos, las mujeres estuvieron más repre-
cazgos Sonso contamos con 54 fechas absolutas sentadas que los hombres. En general, los Sonso
obtenidas por radiocarbono y termoluminiscen- fueron una población de baja estatura. Dos indi-
cia. Cuatro de estas fechas corresponden al perío- viduos masculinos adultos provenientes de tum-
do colonial (siglos XVII- XIX) (Tabla 5.3). bas excavadas en Dagua, presentaron una estatu-
ra de 158,0 ± 3,6 cm. y 160,464 ± 3,6 cm. respec-
La población tivamente. Estos datos concuerdan con los de las
poblaciones del cementerio prehispánico de Gua-
Actualmente contamos con los restos candá. Así, por ejemplo, una mujer adulta ente-
óseos de unos 100 individuos, entre niños y adul- rrada en la tumba 15 presentó una estatura de 157
tos, cuyo estudio nos ha permitido caracterizar, al ± 5,4 cm. Otra mujer adulta de la tumba 17 tenía
menos preliminarmente, a la población Sonso. una estatura de 156 ± 5,85 cm. Igualmente, una
Estas muestras provienen de las excavaciones mujer adulta encontrada en la tumba 18 arrojó
arqueológicas llevadas a cabo en cementerios 158 ± 5,15 cm. de estatura. También otra mujer
prehispánicos de Dagua y Yumbo. De acuerdo a de la misma tumba tenía 159 ± 6.43 cm. La me-
los datos obtenidos parece que la población de nor estatura la presentó una mujer de la tumba
esa época se caracterizó por ser relativamente 21, la cual presentó 154,86 ± 5,15 cm.
Tabla 5.3. Cronología absoluta de la Cultura Sonso.
Capítulo - 5
Varsovia (Calima) 1490 ± 70 Beta-2568 Bray et al. 1981
Ceilán (Calima) 1520 ± 120 Beta-11805 Bray et al. 1985
Pavitas-T1 (Calima) 1530 ± 70 B-4716 Gähwiler 1988
Moralba-Tr2 (Valle del Cauca) 1550 ± 70 GrN- 4695 Bray y Moseley 1976
139
Jiguales I-P4 (Calima) 1550 ± 70 Beta-10333 Rodríguez y Bashilov 1988
Guacandá-T17 (Valle del Cau-
1560 ± 80 Beta-146234 Rodríguez et al. 2000
ca)
Yocambó (Valle del Cauca) 1580 ± 70 GrN - 4695 Bray y Moseley 1976
Cortijo de los Calima (Calima) 1640 ± 70 Beta-1834 Bray et al. 1981
Atuncela II (Calima) 1680 ± 50 Beta-96577 Alarcón 1995
Varsovia (Calima) 1710 ± 80 B-2569 Bray et al. 1981
San Antonio I. (Calima) 1810 ± 70 Beta- 58967 Blanco 1993
* Muestras procesadas por Termo luminiscencia.
Las lesiones óseas presentadas por la po- Las características de tipo cultural a las
blación son casi todas de tipo cultural y muy po- que hacen referencias éstas lesiones son general-
cas de origen genético, fundamentalmente la En- mente ocasionadas por las actividades diarias,
fermedad Articular Degenerativa (EAD), enteso- tanto domésticas como agrícolas, o de algún or-
patía, espondilitis anquilosante, osteoartritis, os- den económico. En el caso especial de la enfer-
teoartrosis y afección temporomandibular medad articular degenerativa (EAD), que afectó
(ATM). De tipo dentario, las más frecuentes fue- no sólo a las poblaciones Sonso, sino también a
ron la caries, el cálculo supragingival, abscesos varias sociedades prehispánicas (por ejemplo,
periapicales y la hipoplasia en el esmalte, todas Quimbaya Tardío), tiene relación directa con el
de origen cultural, excepto la hipoplasia que es soporte de cargas con pesos excesivos. Por lo
considerada una lesión de origen ambiental, de- general, esta patología se refleja en el sistema
bido a la carencia o malabsorción de hierro. Otras vertebral y en algunos casos en la región pélvica
lesiones detectadas, pero en muy bajo porcentaje, y extremidades inferiores. Pero puntualmente, el
fueron algunos casos de pérdida dental antemor- área de la columna y costillas se afecta en gran
tem, taurodontismo, desgaste severo sin forma- manera cuando el cuerpo debe soportar pesadas
ción de dentina secundaria, dilaceración, amelo- cargas. Así que, actividades como el transporte
génesis imperfecta y tumores radicales. En muy de materiales o intercambio de productos, lleva-
bajo porcentaje la población presentó enfermeda- ron al hombre a hacer las veces de "mula de car-
des genéticas tales como la malformación coro- ga" y desplazarse por largos trayectos.
nal y radicular, germinación coronal y mal posi-
ción. También se evidenciaron fracturas de hue- Estos largos desplazamientos con pesadas
sos largos como el cúbito. cargas sobre sus espaldas, así como diversas acti-
vidades al interior de la comunidad que implica-
ran fuerza (remar, construir casas, etc.), produje-
ron en el registro óseo la seña de marcadas inser-
ciones musculares en la región de la nuca, que
prueban una vez más el tipo de actividad ejerci-
da. Otras lesiones como la osteoporosis, o las
deficiencias a nivel dental, surgen como producto
de una alimentación inadecuada, ya sea por de-
fecto o exceso de determinado grupo de alimen-
tos. En el sistema dental también fue frecuente
cierto tipo de molestias provocadas por labores
Figura 5.15. Cántaros con representación de individuos que
relacionadas con la producción textil, en donde el presentan adornos como narigueras y collares. (Foto del
individuo utilizó los dientes para sujetar y trozar Museo Arqueológico “Julio César Cubillos” de la Universi-
cuerdas. dad del Valle. CRIA-472. Altura 26.5 cm.).
Capítulo - 5
Finalmente, revisando el material cultural, mitido conocer que las poblaciones Sonso que
especialmente cerámico, encontramos también explotaban los diferentes ecosistemas de la llanu-
una descripción del hombre Sonso. Cabe anotar ra aluvial del pacífico tenían sus asentamientos a
que esta sociedad no se caracterizó por crear un lo largo de ambas márgenes del río Calima hasta
arte realista, ni sus alfareros o metalurgos se pre- la desembocadura del río San Juan. Las huellas
140 ocuparon por hacer representaciones antropomor- de los postes de las viviendas, aparecidas en el
fas realistas, como si lo hicieron las comunidades estrato cultural de la primera ocupación cultural
Ilama y Yotoco/Malagana. Sin embargo, las re- del sitio San Luis, correspondientes al siglo VI
presentaciones humanas que conocemos destacan d.C., no permitieron determinar la forma de las
una prominente nariz aguileña con nariguera in- construcciones, cuyo piso seguramente se funda-
cluida, ojos "grano de café" o en forma de ranura mentaba en una plataforma de madera, tal como
y la boca, al igual que el cuerpo en general, pue- lo describieron los conquistadores en la primera
de estar o no indicada en las figuras. En el caso mitad del siglo XVI y lo evidencian las viviendas
de las figuras modeladas sobre vasijas, éstas a de los actuales indígenas Waunana y Embera de
veces se confunden con falsas asas o partes en sí la costa pacífica colombiana. En la región cor-
del recipiente; pero se trata de figuras hechas sin dillerana los asentamientos dispersos, algunas
ninguna intención de trasmitir lo que en esencia veces, se encuentran sobre las cimas y las pen-
era la apariencia física del hombre de la época. dientes a manera de plataformas, las cuales se
No hay una distribución proporcional del cuerpo, hacían generalmente cavando contra la pendien-
ni indicios de sexo o edad y mucho menos de la te, retirando la ceniza volcánica hasta llegar al
actividad que pudiera estar desarrollando; las límite del suelo arcilloso rojo sobre el cual apla-
figuras son en general, imágenes chatas, bidi- naban creando una superficie más o menos plana
mensionales, en donde la cabeza es rectangular y de 5 a 10 metros, donde eran construidas las vi-
muy ancha. Lo único que pareció importar a la viendas familiares. Las plantas de las viviendas
hora de hacer estos objetos fue la pintura facial. presentan diversas formas: circulares, ovales y
El maquillaje lo aplicaron sobre las mejillas con rectangulares.
un color rojo proveniente quizá del achiote. Hay
una representación típica de éste periodo conoci- Uno de los ejemplos de un patrón nucleado
da como "olla reina", que está presente tanto en lo constituye el Poblado Prehispánico Cabo de
ollas, como en cántaros, y la cual exhibe collares la Vela, excavado en el corregimiento de Jiguales
de una o dos vueltas (Figura 5.15). También apa- (municipio de Calima-Darién) entre 1.983 y
recen ilustraciones antropomorfas en vasos, urnas 1.984. Allí fueron halladas una plataforma cen-
y las figuras en sí, las cuales a veces muestran tral en la cima del cerro, la cual tenía unos 500
adornos como tocados o diademas sobre la cabe- m2 y además 24 plataformas pequeñas y media-
za, representado posiblemente a individuos de la nas sobre las pendientes del cerro. En este sitio
elite. fue excavada totalmente una de estas plataformas
Sonso (Plataforma No.4) y fechada en 1.550 d.C.
Los poblados y las viviendas La presencia de varias huellas de postes permitió
reconstruir la edificación que se había realizado
Los estudios arqueológicos realizados en en ella. Se trataba probablemente de una casa de
el sitio de vivienda Sonso de San Luis, han per- planta rectangular con techo a dos aguas, cuyo
piso se basaba parte en tierra y parte en una pla- dimensiones de 110x37 m (4.070 m2) y la cual
taforma horizontal hecha probablemente de ma- fue utilizada con fines de vivienda y para realizar
dera, la cual estaba sostenida por postes de made- actividades agrícolas.
ra enterrados sobre la pendiente (Figura 5.16).
Al occidente de este poblado prehispánico, en el Cerca de estas grandes construcciones apa-
valle del Calima, donde actualmente se encuentra recen frecuentemente una gran cantidad de ate-
el Lago Calima, sobre las pendientes que bajan al rrazamientos de pequeñas y medianas dimensio-
valle es común divisar una gran cantidad de ate- nes, junto con eras de cultivo. Las grandes di-
rrazamientos artificiales, donde uno de los más mensiones y la posición estratégica de estas gran-
grandes está localizado en la Hacienda Ceylán. des plataformas sugieren su gran importancia en
el contexto del Valle de El Dorado, dentro del
cual ocupaban una posición central, ya fuera para
servir de asentamiento para las viviendas de los
caciques o individuos de la elite o para la realiza-
ción de actividades públicas y religiosas de la
Capítulo - 5
comunidad.
Capítulo - 5
reumatismo, entre otros. Igualmente, se encontró
una semilla carbonizada de EUPHORBISCEAE
Figura 5.17. Canales de drenaje de las eras de cultivo Sonso indet., perteneciente a plantas consideradas como
en el municipio de Restrepo. (Foto cortesía de Marianne
Cardale Schrimpff).
medicinales, utilizadas como purgantes.
cen perforados, lo que indica que formaban parte lización en espacios y quehaceres de la cotidiani-
de collares que se utilizaban como adorno. Ade- dad, así como amplias huellas de hollín, producto
más, este pequeño mamífero era permanentemen- del sometimiento de las vasijas al fuego. Los
te sacrificado durante los ritos de enterramiento cántaros, por ejemplo, presentan ahora tres asas
de los individuos y colocado como parte de la en disposición casi triangular, con el fin de ser
144 comida que el difunto necesitaría en su viaje al atravesados por una cuerda y poder ser colgados
más allá. En las 21 tumbas estudiadas en el ce- durante el transporte de líquidos. Las representa-
menterio prehispánico de Guacandá encontramos ciones zoomorfas ya no son tan frecuentes, al
114 dientes de perro, de los cuales 88 aparecieron igual que las fitomorfas, aunque prevalece la for-
en la tumba 14. ma de calabazo al cual se le ha agregado un nue-
vo componente: el cuello lleva un rostro modela-
El gran significado que tenía este animal do sin proporción y muy pequeño, en donde lo
para los indígenas del suroccidente colombiano, que más se destaca es la boca abierta. Los objetos
puede verse en la descripción de uno de los via- cerámicos fueron decorados utilizando una gran
jes de conquista que Jorge Robledo hizo a las variedad de técnicas. La policromía característica
provincias de Antioquia. En su Relación de lo de la cerámica Yotoco/Malagana desaparece y es
que subcedió al Magnífico Senor Capitán Joge reemplazada por la monocromía (pintura positiva
Robledo, plantea que a su encuentro vino el caci- roja) y la bicromía (rojo y negro). Se popularizan
que Hipa del pueblo de Angasca: además las técnicas de la incisión (lineal, achura-
do cruzado) modelados estilizados, impresiones,
...vino con muchos indios cargados de mayz, yu- aplicaciones (mamelones, cordones, asas falsas,
ca, frisoles, axis, perros de la tierra que son co- animales, narigueras), etc. Otras decoraciones
mo gozques de los de Castilla salvo que no la- incluyen: muescas, punteados, presionados, y
dran. figuras, que aunque no son tan frecuentes, tienen
una característica especial, "los ojos granos de
La alfarería café". Existe una tendencia a utilizar los dise-
ños decorativos geométricos, especialmente lí-
El sistema alfarero desarrollado por los neas dispuestas verticalmente y oblicuamente
ceramistas Sonso tiene algunas características formando espacios triangulares que pueden ser
compartidas con lo observado en la Cultura Yo- realizados por incisión o pintura negativa (Figura
toco, pero a su vez, nuevos elementos son inclui- 5.18).
dos en la producción de cerámica. Una de las
innovaciones constituye la utilización de cenizas Dentro del complejo alfarero Sonso, la
volcánicas de color amarillento para elaborar las cerámica de la región de La Cumbre- Pavas pue-
pastas, en las cuales priman los desgrasantes de de considerarse como un estilo regional. Las va-
roca triturada y tiesto molido y texturas burdas y sijas cerámicas que provienen de los sitios La
semiburdas. En general, la cerámica Sonso se Bolivia, La Amapola T1, Montecito, Arboledas,
caracteriza además, por una marcada asimetría y Ocache, Mozambique, La Selva, La Florida, pre-
manufactura burda; las paredes de las vasijas son sentan formas como: urnas funerarias de cuerpo
más gruesas, los recipientes menos pulidos, des- cilíndrico y subglobular, cántaros subglobulares,
mantas eran utilizadas como vestido en vida y
para cubrir a los muertos antes de que empezaran
su viaje al más allá. En una tumba del yacimiento
La Sofía, ubicado en Bitaco, fueron encontrados,
en varias urnas funerarias tubulares, fragmentos
textiles elaborados con algodón hacia el 1.050
d.C. Igualmente, fragmentos de textiles asocia-
dos a una fecha de radiocarbono de 1.060 d.C.,
fueron hallados en una tumba de Rancho Grande
y otra de La Amapola, (920 d.C.), en el munici-
Figura 5.18. Pintura negativa y diseños geométricos cubren pio de La Cumbre. Estos representan las úni-
el cuerpo externo de cuencos y cántaros con tres asas.
cas evidencias arqueológicas de textiles que co-
nocemos de los cacicazgos Sonso que existieron
cuencos, ollas-cuenco, copas, cantimploras, etc.
en dicha región entre los siglos X y XI.
La gran variedad decorativa incluye: pintura po-
sitiva roja zonal (borde, labio, cuerpo), pintura
Capítulo - 5
negativa formando diseños geométricos tales co- La orfebrería
mo espacios verticales y horizontales con círcu-
los en su interior, y especialmente triángulos,
Los cambios socioculturales que tuvieron
diseños triangulares realizados por presión angu-
lugar en el suroccidente colombiano a partir del
losa en el borde y el cuello, líneas entrecruzadas 145
siglo VI d.C. se reflejaron también en la produc-
realizadas por incisión, cordones aplicados con
ción metalúrgica. Surge una nueva cosmovisión
diseños geométricos impresos, rostros humanos
del manejo de los metales, la cual se reflejó tanto
estilizados con nariguera circular o en forma de
a nivel tecnológico como en la materialización de
medialuna, cabezas humanas con tocados suntuo-
las formas realizadas. Esta es una orfebrería sen-
sos, etc. (Figura 5.19).
cilla que: "se caracteriza por un predominio de
la técnica de martillado sobre la fundición para
la elaboración de piezas laminares planas, en su
mayoría adornos, de formas geométricas simples
y decoradas con diseños repujados y placas col-
gantes (...) La mayoría de las piezas metálicas de
la orfebrería Sonsoide fueron elaboradas en oro
de alta pureza o en aleaciones de oro y cobre en
proporciones variables dentro de un amplio ran-
go." Se simplifican y homogenizan las formas,
entre las cuales predominan las narigueras de
Figura 5.19. Cuencos grandes con base troncónica y cánta- diversas siluetas (torzales, semilunares, circula-
ros de tres asas son formas típicas de la cerámica Sonso res, triangulares), colgantes zoomorfos, pectora-
(Museo Arqueológico “Julio César Cubillos” de la Universi- les acorazonados, orejeras en espiral y objetos
dad del Valle). Foto a CRIA-71. Altura 17.5 cm.; Foto b para insertar en la piel. En una tumba del sitio
CRIA-569. Altura 24.5 cm.
Moralba (Municipio de Calima-Darién), fechada
en 1.335 d.C. fueron hallados, junto con sarcófa-
La producción textil go de madera, dos orejeras de alambre en espiral
del mismo tipo de las usadas por las poblaciones
La producción textil fue también muy im- Quimbaya Tardío, así como también dos objetos
portante entre las poblaciones Sonso. Semillas de pequeños de metal, utilizados como adornos
algodón (Gossypium cf.barbadense) han sido (Figura 5.20).
encontradas en Samaria, en varias tumbas de po-
zo con cámara lateral (Tumbas 14 y 38), del pe-
Es posible que este cambio abrupto en la
ríodo preconquista, donde se hicieron entierros
producción metalúrgica introducido por los orfe-
en sarcófagos de madera. Por otra parte, tanto
bres Sonso haya tenido relación directa con la
en sitios de habitación, como en tumbas se han
instauración de un poder institucionalizado por
encontrado volantes de huso hechos en cerámica
parte de las élites de los cacicazgos tardíos, cuyo
y fragmentos de telas de algodón. Los primeros
dominio económico implicaría el control del in-
están asociados con la labor de hacer el hilo y las
tercambio de excedentes de producción con co-
nadas con el trabajo de la madera y la construc-
ción de las viviendas. También se han reportado
en varias tumbas objetos líticos asociados con el
trabajo de la cerámica (alisadores) y objetos de
adorno personal, como cuentas de collar y dijes.
Las lomas, lechos de los ríos y quebradas de la
región Calima contienen una gran variedad de
yacimientos rocosos, entre los cuales, son comu-
nes las rocas de origen volcánico y sedimentario,
tales como: diabasas, basaltos, micrograbos, la-
vas andesíticas, limolitas silíceas, lutitas silíceas,
chert, pizarras, porcelanita, cuarzo cristalino y
lechoso. Esta excelente materia prima fue utiliza-
da por las poblaciones Sonso para manufacturar
una gran variedad de instrumentos utilizados en
Capítulo - 5
Capítulo - 5
taciones culturales diferentes a la Yoto- usualmente de forma subglobular o cilíndrica
co/Malagana. (“veleros”), con bases redondeadas o casi termi-
nadas en punta. Es decir, son tumbas utilizadas
exclusivamente para realizar entierros secunda-
El análisis de los patrones funerarios Son-
rios en urnas de cerámica. Esta costumbre fune-
so que presentaremos a continuación ha sido po-
raria parece haber existido en dichas regiones 147
sible gracias a los datos obtenidos de la excava-
entre el 700 y el 1.100 d.C. Las tumbas de este
ción de casi un centenar de tumbas en tres secto-
grupo son: Arboledas (680 d.C.), La Amapola-T4
res de la cordillera occidental: Dagua-Restrepo-
(710 d.C.), Tres Esquinas (765 d.C.), La Amapo-
Calima-Darién, La Cumbre-Pavas-Bitaco y
la-T1 (920 d.C.), La Sofía (1050 d.C.), Rancho
Yumbo. E ha establecido una aceptable tipología
Grande (1.060 d.C.), Ocache (1.140 d.C.) y La
de las tumbas Sonso luego de la excavación de
Bolivia-T1 (1.150 d.C.). En esta última tumba
unas 30 estructuras funerarias en el cementerio
se reportó por primera vez la costumbre de tapar
de Samaria, en el curso alto del río Calima
la cámara con una especie de puerta hecha con
(municipio de Calima-Darién), donde en general
guadua. De especial interés, por su suntuosidad
se presentaron dos tipos de tumbas. El Tipo 1 lo
es la estructura funeraria de Rancho Grande, la
conforman las estructuras que presentan un pozo
cual presentó un pozo casi cuadrado con una cá-
rectangular simple o “pabellón”, con orientación
mara rectangular donde fue esculpida una especie
noroeste-sureste y noreste-suroeste y profundidad
de columna sobre el suelo laterítico, en la cual, a
entre 80 y 245 cm. En una primera variante, las
su vez, fue realizada una figura antropomorfa
paredes eran casi rectas y el piso plano o leve-
pintada con colores blanco y negro. Su rostro de
mente inclinado. Una segunda variante tenía pa-
forma triangular tiene un tatuaje con colores
redes que se ensanchaban en la medida en que se
blanco y negro, representado por diseños geomé-
iba profundizando el pozo. Y finalmente, una
tricos formando triángulos con puntos en su in-
tercera variante presentó un cajón rectangular en
terior A uno de los lados de la figura se hizo un
el centro del piso para realizar un entierro prima-
nicho circular cubierto con piedras para alojar
rio.
tres urnas funerarias con tapa. Esta tumba es úni-
ca en el contexto de la región Calima y evidente-
En este tipo de tumbas se realizaron entie- mente corresponde a una estructura funeraria
rros primarios en posición extendida sobre pie- construida para enterrar individuos de la élite
dras. El ajuar funerario constaba de pocos objetos cacical.
cerámicos. La variante 2 de este primer tipo con
sus tres variantes ha sido reportada igualmente en
A pesar de que este segundo tipo de tum-
cementerios Sonso de la región de La Cumbre.
bas lo estamos relacionando aquí con los cacicaz-
Este primer tipo de tumba corresponde a las es-
gos Sonso, consideramos importante sugerir una
tructuras funerarias más tempranas de la sociedad
hipótesis alternativa, la cual consiste en que estos
Sonso, con fechas entre 550 y 700 d.C. y posible-
patrones funerarios podrían corresponder real-
mente esté relacionada con el entierro primario
mente a un enclave de poblaciones Quimbaya
de comuneros. En Samaria se presentaron tres
Tardío, relacionadas más específicamente con las
tumbas de este primer tipo, dos de las cuales fue-
del Cacicazgo de Guabas del sector centro-sur
ron datadas por radiocarbono: la tumba 48, con
del valle geográfico del río Cauca. A favor de piso al mismo nivel; mientras en la subvariante 2
dicha propuesta podríamos abonar lo siguiente: el piso de la cámara está inclinado, como en
a) los entierros secundarios en urnas funerarias “resbalón”. Una tercera subvariante presentó el
no son típicos de los cacicazgos Sonso, que como piso de la cámara por debajo del piso del pozo
ya vimos y veremos posteriormente tenían como formando un escalón. La segunda variante tiene
principal forma de entierro el primario. la cámara y el pozo orientados en sentidos opues-
tos. Una primera subvariante, tiene el piso tanto
Por el contrario, entierros secundarios en de la cámara como del pozo a un mismo nivel.
urnas funerarias si se han presentado en tumbas Otra subvariante presenta un cajón rectangular en
Quimbaya Tardío de Guacarí; b) casi todas las el piso de la cámara.
formas cerámicas que se han reportado tanto en
sitios de habitación prehispánicos en La Cumbre Este tercer tipo de tumbas es el más común
(por ejemplo, el sitio Montecito), como en las en la región Calima y se ha reportado desde las
tumbas mencionadas son comunes en los cemen- primeras investigaciones científicas de patrones
terios de La Margarita, El Carmen, en el munici- funerarios prehispánicos, realizadas por Henry
Capítulo - 5
pio de Guacarí. Baste comparar los cántaros ci- Wassén en 1.936, hasta el presente. Su rango cro-
líndricos de Guacarí con la forma cilíndrica de nológico abarca un período de unos 600 años,
las urnas funerarias conocidas tradicionalmente entre 1.100 y 1.700 d.C., durante los cuales hubo
con el nombre de “veleros”, o la gran variedad de cambios sustanciales en los patrones de enterra-
cuencos, ollas, ollas cuenco y copas que práctica- miento de las poblaciones Sonso. Hacia el 1.170
148 mente son similares en ambas regiones, c) lo d.C. aparecen en Samaria tumbas de pozo con
mismo podríamos decir de las técnicas y diseños cámara lateral (tumba 56), las cuales presentan
decorativos presentes en la cerámica recuperada una serie de huellas circulares que seguramente
en los diferentes yacimientos domésticos y fune- corresponden a los postes de guadua, que confor-
rarios de ambas zonas; d) y finalmente, las fechas mando una especie de puerta, tapaba las cáma-
de ambas regiones comparadas coinciden con un ras. Esta costumbre se continúo hasta la época
rango que va desde el 700 d.C. y el 1.300 d.C. En colonial, cuando en la región Calima los indíge-
otras palabras, el análisis comparativo de varios nas continuaron enterrando a sus muertos a la
elementos culturales encontrados tanto en la re- usanza antigua, a pesar de las prohibiciones de la
gión de la Cumbre, como en Guacarí, sugiere que corona española. Más o menos hacia la misma
las poblaciones que vivieron allí durante unos época (1.190 d.C.), la diferenciación social pre-
600 años podrían haber estado emparentadas ge- sente en los cacicazgos Sonso se hace evidente
nética y culturalmente. De una u otra forma, las por los entierros de individuos de la élite
variables estilística y cronológica apuntan a dife- (caciques y/o chamanes y sus familias) en sarcó-
rencias culturales entre las nuevas poblaciones fagos de madera y con ajuares funerarios cualita-
que vivieron en la región durante los primeros tivamente diferentes a los que aparecen normal-
600 años del Período Tardío y las sociedades mente en las tumbas de los comuneros. La tumba
cacicales que encontraron los conquistadores es- 27 del cementerio de Samaria, presentó una pro-
pañoles a su llegada al actual territorio del Valle fundidad total de 5.86 metros. Su cámara era
del Cauca en 1.536. alargada (en “resbalón”) y estaba tapada con una
laja de piedra. En su interior, el entierro primario
El tercer tipo de construcciones funerarias de un niño fue realizado en un sarcófago de ma-
de la sociedad Sonso son las tumbas de pozo con dera que tenía tres apéndices o mangos a cada
cámara lateral, la cual se presenta hacia uno de extremo para poderlo transportar. El ajuar colo-
los extremos menores del pozo. Usualmente el cado dentro y fuera de éste constó de una olla y
pozo presenta forma rectangular, mientras las un cántaro subglobular de tres asas, un banquito
cámaras presentan una gran variedad de varian- manufacturado con la misma especie maderera
tes. La profundidad de las tumbas normalmente que se hizo el sarcófago, un dije en piedra y 16
no sobrepasa los 6 metros; aún cuando en algu- cuentas de collar.
nos casos se han presentado tumbas con profun-
didades hasta de 12 metros. La primera varian- La tumba de Martín Vélez, ubicada tam-
te de estas tumbas tiene un pozo con una cámara bién en el municipio de Calima-Darién, fechada
que se presenta hacia uno de los extremos, con la en 1.235 d.C. presentó igualmente una cámara
misma orientación del pozo. En una primera sub- lateral tapada con un muro hecho de rocas. El
variante tanto el pozo como la cámara tienen un entierro de un individuo adulto se hizo en un sar-
cófago en comino real. El ajuar constó de seis ción cultural estaban agrupados bajo el mando de
cántaros, tres dardos y un lanzadardos, todos dos grandes señores o caciques principales: Po-
ellos elaborados en chonta. Recientemente fue- payán y Calambás.
ron excavadas en la Hacienda Samaria, curso
alto del río Calima cinco tumbas más de pozo Los sitios arqueológicos más representati-
con cámara lateral que contenían sarcófagos de vos de los cacicazgos de la cordillera central es-
madera. En la tumba 34, fechada en 1.440 d.C. tudiados en el actual Departamento del Cauca
había un sarcófago, un encabador y dos palas de son: Morro de Tulcán (municipio de Popayán),
madera. En el interior del sarcófago se hallaron La Campana y Santiago (municipio de Silvia), El
semillas de ají y de una gramínea. Aljibe (municipio de Cajibío), Cauca 10
(municipio de Jambaló), Quebrada de Las Gua-
Fue precisamente este último tipo de tum- cas, Capilla de Rionegro y Cauca 2 (municipio
ba de pozo con cámara lateral la que describieron de Corinto), Cauca 6 (municipio de Toribío),
los cronistas españoles en el siglo XVI, cuando Cauca 5 (municipio de San Francisco) e Inguitó
hablaban de las costumbres funerarias de los in- (municipio de Morales). Por su parte, en el De-
Capítulo - 5
dividuos de la élite Sonso. Según Cieza de León: partamento del Valle del Cauca, debemos men-
cionar los yacimientos arqueológicos: La Esco-
Estos indios están apartados del valle y río gran- peta 32, La Escopeta 14, Avenida del Lago 62,
de a dos y a tres leguas y a cuatro, y algunos Univalle-1, Univalle-4 (municipio de Cali), El
más...Los muertos que son más principales los Tulipán, El Llanito, Cantarrana, Guaguyá-
envuelven en muchas de aquellas mantas, que PK321+400, Ciat, Bolo 1, Malagana, Corpoica- 149
son tan largas como tres varas y tan anchas co- PK1+500, Coronado, Zamorano, Cantaclaro, La
mo dos. Después que los tienen envueltos en Ruiza y Villa Teresita (municipio de Palmira)
ellas les revuelven a los cuerpos una cuerda que (Figura 5.1).
hacen de tres ramales, que tiene más de docien-
tas brazas; entre estas mantas le ponen algunas Cronología
joyas de oro; otros entierran en sepulturas hon-
das. Contamos por ahora con 17 fechas absolu-
tas, que nos sugieren el inicio de esta sociedad
El mismo autor, refiriéndose al cacicazgo hacia el 800 y su desarticulación hacia el 1.550
de Petecuy comenta: como resultado de la implantación de un nuevo
orden colonial. Pero existen dos fechas más que
Cuando los principales morían hacían grandes y corresponden a la primera mitad el siglo XVII y
hondas sepulturas dentro de las casas de sus mo- la segunda mitad del siglo XVIII (Tabla 5.4).
radas, adonde los metían bien proveidos de co-
mida y sus armas de oro, si alguno tenían. La población
ya Tardío, cuyo promedio para las mujeres era de convexo y punta casi recta; el labio superior con-
150 cm. y los hombres entre 164 y 168 cm. Del serva buen grosor, tegumento superior casi recto.
mismo sitio tenemos el reporte del único caso de Eran de cabeza redondeada, frente vertical y an-
treponematosis conocido entre las poblaciones cha, con mandíbula poco robusta y línea nucal
prehispánicas tardías del suroccidente de Colom- superior muy marcada. A nivel patológico se re-
bia. Un hombre de unos 35 años de edad, cuyos portó osteofitosis, hiperostosis porótica, la cual es
restos óseos fueron encontrados en la tumba 2 producida por anemia nutricional en ausencia de
presentó una lesión treponematosa. Otras lesio- hierro, así como enfermedad periodontal que
nes de varios individuos del mismo cementerio consiste en una inflación del hueso alveolar, y
estuvieron relacionadas con la enfermedad articu- abscesos periapicales. También estuvieron pre-
lar degenerativa, EAD. sentes la placa bacteriana, escorbuto, problemas
metabólicos que agudizan los problemas perio-
En el barrio Zamorano del municipio de dontales. Otro problema fue la artritis degenerati-
Palmira se obtuvieron los restos óseos de siete va evidenciada en los discos invertebrales, deri-
individuos, de los cuales cuatro eran adultos, po- vada seguramente de las diversas actividades
siblemente femeninos, con edades entre los 30 a pesadas que a diario debió ejecutar la población.
los 50 años y tres niños entre los 3 y 8 años de
edad. Los estudios bioantropológicos basados en Por su parte, en la tumba 6 del sitio La Es-
las descripciones y reconstrucciones morfométri- copeta 32 aparecieron los restos óseos de ocho
cas indican que estos individuos tenían un rostro individuos que fueron calcinados, cuyo análisis
ancho que sugiere probablemente repliegue par- dental permitió identificar lesiones como la caries
pebral, nariz aplanada y prominente, con dorso y la hipoplasia del esmalte. Asimismo, en la
tumba 1 de un yacimiento cercano, denominado Era la fuerza deste principado
La Escopeta 14, fueron encontrados los restos Que Popayán tenía por segura,
óseos de 34 individuos (23 adultos jóvenes, entre Un espacioso fuerte rodeado
15 y 20 años de edad y 11 infantes, entre 5 y 10 De guadubas nativas y espesura
años), cuyo estudio antropológico dental permitió De cerca, que tenía cada lado
identificar hipoplasias y algunas malformaciones Sobre cincuenta pasos en anchura:
genéticas entre individuos de varias familias en- La cual cerca, además de ser tan gruesa,
terrados en una misma tumba. Era sobremanera muy espesa.
Capítulo - 5
utilizada para realizar fiestas con borracheras,
mente, fueron rescatados el cráneo de un niño
sobre la cual Castellanos nos dice lo siguiente:
procedente de las tumbas 10 y 11, así como par-
tes del esqueleto de una niña de la tumba 5.
Modernos análisis bioantropológicos de los res-
Y entrellas una casa que tenía
tos óseos de las tumbas 3,4,5,7,8, utilizando las 151
Cuatrocientos estantes por hilera,
técnicas modernas de morfología, imagenología,
Tan grueso cada cual, que no podía
radiología, fotointerpretación digital y ADN, han
Por una y otra parte rodeado,
revelado los promedios de edad de los individuos
Ser de dos españoles abrazado.
enterrados y algunas de las principales enferme-
dades que padecían estas poblaciones. Las edades
Catorce los horcones, y cualquiera
oscilaban entre 10 y 30 años al morir, mientras
El mayor que producen las florestas;
las principales lesiones identificadas fueron: se-
Admiración causaba la cumbrera
cuencias de perturbación metabólica en tres de
Por verse pocas plantas como estas;
los nueve individuos estudiados, hipoplasias tipo
Casa decía ser de borrachera
4 y tuberculosis, evidenciada en la mandíbula y
Donde solían celebrarse sus fiestas.
las vértebras dorsales, lumbares y cervicales de
dos individuos adultos.
La segunda tiene que ver con la única pirá-
mide truncada prehispánica que existió en el su-
Los poblados y las viviendas
roccidente de Colombia durante el Período Tar-
dío, excavada por Julio César Cubillos en el año
El valle de Pubenza tenía las condiciones de 1.957. Esta monumental obra arquitectónica,
topográficas ideales para albergar una densa po- ubicada en el llamado “Morro de Tulcán”, perí-
blación nucleada en aldeas. De acuerdo a la cifra metro urbano de Popayán, fue construida por los
de 60.000 tributarios propuesta por García de ingenieros indígenas utilizando una elevación
Valverde, es posible que la población indígena natural y en cuyos trabajos emplearon básica-
que entró a formar parte de toda la Gobernación mente tres técnicas: a) construcción con adobe,
de Popayán hacia 1.537 hubiera alcanzado los afirmado con tierra; b) relleno por capas de tierra
180.000 habitantes, una gran parte de los cuales y c) excavado o raspado para regular la topogra-
habría podido estar asentada en aldeas en el valle fía. La pirámide tiene dos grandes pistas inclina-
de Popayán. El cacicazgo de Los Pubences, das opuestas simétricamente, que se encuentran
dirigido por el cacique Popayán, el cual parece en la parte más alta de la construcción. El plano
haber tenido un área de dispersión geográfica inclinado norte presentó 100 metros de largo y un
mayor que la que actualmente ocupa la ciudad de ancho promedio de 60 metros. Por su parte, el
Popayán, tuvo su asiento en el valle. De acuerdo plano inclinado sur tenía 80 metros de largo por
a la información de los cronistas españoles, en el 80 metros de ancho. La base de la construcción
poblado principal se distinguía un gran fuerte fue hecha con adobes colocados en tizón, con
cercado con guaduas, el cuál era un importante separaciones de 3 a 5 metros. En la parte superior
fuerte militar: se presentó un levantamiento artificial o
“montículo” construido con tierra y trozos de
adobe. Su forma escalonada y su situación sugie- sido reseñada con lujo de detalles por un cronista
ren su utilización posiblemente como trono o tan avezado como Pedro Cieza de León.
sitio especial para realizar ceremonias (Figura
5.21). La presencia de arquitectura monumental
entre los cacicazgos del valle de Popayán es una
evidencia directa del alto grado de complejidad
sociocultural de tipo cacical que alcanzaron estas
comunidades de la sociedad Bolo-Quebrada Seca
antes de la llegada de los conquistadores españo-
les. Igualmente, del alto nivel de integración so-
ciopolítica y las intensas redes de intercambio y
comunicación que tuvieron con otras comunida-
des prehispánicas del suroccidente de Colombia
y seguramente del norte del Ecuador. Es posi-
ble que la idea conceptual de este tipo de cons-
Capítulo - 5
Figura 5.22. Reconstrucción tridimensional computarizada de la pirámide prehispánica del Morro de Tulcán. (Tomado de Ro-
dríguez Flórez 2001).
vivir, cultivar y cazar por los antiguos y moder- kausrq), entre 3.100 y 3.400 msnm.
nos guambianos. En los cerros de Santiago, a
2.900 metros de altura, apareció un conjunto de Este patrón de vivienda sobre aterraza-
18 terrazas, una de las cuales fue excavada con mientos artificiales ubicados sobre las pendien-
técnicas arqueológicas y fechada en 1.620 d.C. tes, donde se construían vivienda de planta circu-
Su área total fue de 156 m2 (12 m de ancho por lar y cuadrada, como los que han sido documen-
13 m de largo) y en su interior fueron encontra- tados en las cámaras de varias tumbas excavadas,
das huellas de poste de una vivienda posiblemen- ha sido documentado también más al sur de
te de forma rectangular, así como también una Guambía, en el sector entre los municipios de
tumba de pozo con cámara lateral vacía. La cerá- Jambaló y Corinto y está asociado al denominado
mica recuperada presenta analogía estilística con Complejo Quebrada Seca. En el sitio Cauca 4,
la de otros sitios excavados en el Morro de Tul- situado al sur del municipio de San Francisco,
cán, Pubenza y Tinajas. Más de 350 platafor- James Ford en los años 40 del siglo XX reportó
mas artificiales, algunas de ellas en forma escalo- la existencia de una serie de plataformas con un
nada, asociadas con sitios de enterramiento, zan- diámetro promedio de 40 metros; en los extremos
jas que cortan los filos y posibles eras de cultivo, de algunas de ellas fueron construidos cemente-
fueron encontradas en el subpáramo (el alto rios para enterrar a los muertos. Similares aterra-
zamientos se presentaron en el sitio Cauca 10, asentamientos tuvieron que ser construidos en un
ubicado en el valle del río Jambaló, al norte del medio lacustre de llanura de desborde de los rí-
municipio homónimo. En otro grupo de yaci- os, especialmente el río Cauca. En el sur del Va-
mientos arqueológicos estudiados en el valle del lle del Cauca y norte del Cauca, sector de los
río Palo, agrupados bajo el nombre de Complejo municipios de Jamundí, Caloto, Puerto Tejada y
del río Bolo, también se documentaron platafor- Corinto, las investigaciones arqueológicas reali-
mas habitacionales sobre las pendientes. En el zadas por Julio César Cubillos en la primera mi-
sitio Valle 14 fueron halladas cuatro plataformas tad de los años 80 del siglo XX, lograron identifi-
asociadas posiblemente a reservorios de agua. car la presencia de tres tipos de asentamiento pre-
Otras seis plataformas también fueron estudiadas hispánico tardío. El primero de ellos correspon-
en el yacimiento Valle 15. Otro conjunto de 10 dió a un poblamiento nucleado simple, formado
plataformas escalonadas, algunas de ellas con por pequeños rancheríos, el cual estuvo asociado
tumbas en su interior, fueron descubiertas en el con los sitios de las fases Sachamate y Tinajas
sitio Valle 19, localizado en la Hacienda de So- ubicados en la suela plana del valle del río Cau-
fía, en el curso alto del río Bolo. Plataformas de ca. Otros sitios, asociados a la Fase Tinajas pre-
Capítulo - 5
este mismo complejo aparecieron en el sitio Cau- sentaron un poblamiento lineal, a lo largo de co-
ca 5, una de ellas tenía 30 metros y otra 50 me- rrientes de agua. Y finalmente, los sitios asocia-
tros de diámetro. Esta última seguramente pudo dos con la fase Quebrada Seca, fueron encontra-
ser utilizada para alojar varias viviendas. Al ex- dos en terrazas artificiales sobre la Cordillera
tremo de estas dos plataformas fueron encontra- Central.
154 das tumbas guaqueadas.
Los indígenas Bolo-Quebrada Seca tam-
Otra especie de reservorio de agua, asocia- bién utilizaron las llanuras aluviales de piede-
do a un grupo de más de ocho plataformas de monte subreciente enmarcadas por los ríos Me-
grandes dimensiones, estaba localizado en el ya- léndez y Lili, para emplazar sus asentamientos.
cimiento Cauca 6, al norte del municipio de To- Los cuatro sitios arqueológicos estudiados re-
ribío. Varias tumbas habían sido guaqueadas en cientemente en la Ciudad Universitaria Meléndez
el interior y fuera de estas plataformas. Una gran de la Universidad del Valle (Univalle 1, 2, 3,4),
cantidad de trabajo humano fue utilizado para estaban ubicados en suelos fértiles y cerca de
construir un conjunto de 15 plataformas en el humedales. El análisis edafológico y de macro-
sitio Cauca 7, al noreste de Toribío. Las platafor- restos vegetales demostró que los paleosuelos
mas superiores pudieron haber estado protegidas encontrados fueron utilizados con fines agrícolas
por una especie de fortificación, de acuerdo a la y de vivienda, durante las tres fases de ocupación
interpretación de la presencia de dos zanjas de prehispánica del sitio. En Univalle 2 y Univalle 4
seis metros de largo por cuatro metros de profun- se encontraron evidencias de pisos de habitación
didad, que aparecieron en el sitio. La existen- hechos con gravilla y tiestos.
cia de una depresión utilizada posiblemente co-
mo una laguna, así como otras plataformas cerca En el yacimiento del Ciat 1 (municipio de
de ellas sugieren que todo este conjunto pudo Palmira), el asentamiento se realizó en condicio-
haber constituido un pequeño poblado al mando nes ambientales de una llanura de inundación
de un cacique, del cual seguramente las platafor- muy homogénea, donde los habitantes se vieron
mas fortificadas de la cima, constituían el núcleo obligados a hacer pisos de limos sobre las vivien-
central o residencia del jefe. Otro asentamiento das para aislar la humedad (Estrato 4). Un basu-
de gran importancia parece haber existido en el rero ubicado cerca del yacimiento anterior, deno-
sitio El Salado (municipio de Corinto), donde la minado Ciat 2, fue datado en 1.280 d.C., fecha
población explotó las fuentes salinas del sector, que correspondería a los inicios de la ocupación
como parece confirmarlo la presencia de más de del sitio. Otro sitio Bolo-Quebrada Seca fue el
400 tumbas guaqueadas y la presencia de gran de Cantarrana, ubicado en la Vereda Matapalo,
cantidad de objetos metálicos provenientes de municipio de Palmira. En este sector el asenta-
ellas. miento prehispánico fue emplazado en un paisaje
de llanura aluvial de desborde de los ríos Cauca y
Las adaptaciones culturales de las pobla- Guachal. La estratigrafía del yacimiento indicó
ciones Bolo-Quebrada Seca que habitaron en el una secuencia de ocupación y desocupación del
valle geográfico del río Cauca fueron diferentes a sitio que ocurrió, de acuerdo a las fechas de ra-
las de sus hermanos de la cordillera central. Los diocarbono, durante los siglos XI y XII d.C. En
el paleosuelo Ab4, entre 90 y 110 cm de profun- Según Cieza de Léon, los cacicazgos que
didad fueron halladas tres huellas de poste de ocuparon la cordillera central y que estaban suje-
forma circular, correspondientes a una vivienda, tos a la ciudad de Popayán:
cuya planta fue imposible determinar. Cerca de
allí, en la vereda Palmaseca, en los yacimientos ...están poblados de grandes pueblos, porque
El Tulipán y El Llanito, los sitios de habitación hacia la parte oriente tiene (como dije) la pro-
prehispánica fueron encontrados sobre montícu- vincia de Guambía, poblada de mucha gente, y
los artificiales. Uno de ellos estudiado, tenía un otra provincia que se dice Guamza, y otro pueblo
diámetro de 9,5 m y una altura de 1,50 m y fue que se llama Maluasa, y Polindara y Palace, y
fechado en 1.140 d.C. Al igual que en Canta- Tembio y Colaza, y otros pueblos; sin estos, hay
rrana, el asentamiento estudiado en el sitio Gua- muchos comarcanos a ellos, todos los cuales es-
guyá PK321+400 datado en el siglo XIII d.C., tán bien poblados.
fue realizado en el ápice de una abanico reciente
con una topografía más ondulada que la actual y Al igual que en el valle de Pubenza, en el
con una alta incidencia de desbordes y cambios valle geográfico del río Cauca el poblamiento
Capítulo - 5
en los cursos de los río Cauca y Amaime, en sue- parece haber sido en aldeas nucleadas. Cieza de
los de alta fertilidad natural y unas condiciones León lo da a entender cuando anota que:
físicas y bióticas excelentes para desarrollar acti-
vidades agrícolas, caza, pesca y recolección. Y Este río, hacia la ciudad de Cali, fue primero
finalmente, debemos mencionar el sitio de Cor- poblado de grandes pueblos, los cuales se han
poica- PK1+500, donde se presentaron dos pa- consumido con el tiempo y con la guerra que les 155
leosuelos enterrados entre 80 y 145 cm de pro- hizo el capitán Belalcázar, que fue el primero
fundidad. El asentamiento fechado hacia el siglo que los descubrió y conquistó.
IX d.C. el cual apareció en el primer paleosuelo,
entre 80 y 110 cm, fue emplazado en un basin de En su Carta al Emperador Carlos V, envia-
la llanura aluvial de desborde, caracterizado por da por Pascual de Andagoya en 1.540, a sólo
suelos arcillosos a limosos, relieve plano- cuatro años del descubrimiento del territorio del
cóncavo y sectores semipantanosos con pobres Valle del Cauca, dicho autor coincide con Pedro
condiciones de drenaje y altas posibilidades de Cieza de León al afirmar que Sebastián de Belal-
inundación. cázar exterminó la floreciente población que
existía en el valle geográfico a su llegada.
Además de los datos arqueológicos conta-
mos con la información de los cronistas que evi- ...quando aquí entraron los primeros españoles
dencia igualmente el patrón de asentamiento de avía en estas treinta y dos leguas sobre Viento y
los diferentes cacicazgos que compartían la tradi- Vinquenta mill casas no avía palmo de t(ie)rra q
ción cultural Bolo-Quebrada Seca. La existencia (ue) no estuviese sembrado de los naturales no
de un poblamiento más o menos nucleado para el avía casa una con otra que no tubiesen tres o
valle de Popayán, es sugerida por Pedro Cieza de quatro honbres syn la gente de mugeres y criatu-
León al comentar en su obra la Crónica del Perú, ras y en todo esto se hallan agora por copia qu
que: (a)tro mill e novecientos indios antes menos que
más.
Todas estas vegas y valle fueron primero muy
pobladas y sujetas por el señor llamado Popa- Analizando las crónicas españolas del si-
yán, uno de los principales señores que hubo en glo XVI Hermann Trimborn está de acuerdo con
aquellas provincias. que la población aborigen del Valle del Cauca
debió vivir nucleada en aldeas. En su concepto:
Igualmente, Castellanos resalta la gran
cantidad de población y la importancia del caci- Los europeos no encontraron a los habitantes del
cazgo de Popayán en los siguientes términos: Valle del Cauca y de los territorios colindantes
diseminados por el espacio cultural y aislados en
Crecida población en gran manera familias, sino generalmente reunidos en agrupa-
Y toda suntuosa cacería, ciones rurales. El hecho de que los poblados pre-
Más sola paja cubre la madera. dominaran en forma de aldeas y no de chozas
dispersas se refleja con tal regularidad en las
descripciones de los testigos oculares que hacen
innecesarias su demostración documental.
Actividades económicas
En otras partes deste reino se da el maíz a cuatro
Los restos macrobotánicos y huesos de y a cinco meses de manera que hacen en el año
animales encontrados en diversos yacimientos, dos sementeras. En este pueglo (Guambía) no se
así como la información de los cronistas hablan a siembra sino una vez al año, y vienense a coger
favor de que la sociedad Bolo-Quebrada Seca los maíces por mayo y junio:
tenía una economía mixta, basada en el cultivo
intensivo y extensivo del maíz, pero que incluía La agricultura practicada en el valle geo-
actividades productivas como la obtención e in- gráfico del río Cauca parece haber sido diferente.
tercambio de la sal, la pesca, la caza, la alfarería Las condiciones de una llanura aluvial que gran
y la metalurgia. Era una sociedad autosuficiente parte del año permanecía inundada seguramente
que generaba además importantes excedentes de obligaron a los indígenas de la zona a implemen-
producción, que sirvieron de base para una diná- tar otras tecnologías agrícolas para la producción
mica división social del trabajo. de alimentos. Y aún cuando no tenemos eviden-
cia arqueológica sobre la presencia entre los caci-
Capítulo - 5
Capítulo - 5
la sal tienen mucho, y a trueco de ella dan cual- cadas verticalmente sobre el borde y el cuello.
quier cosa que tengan. Hay también ollas con cuello, base troncónica y
asas verticales.
La producción textil
También se presentan cántaros sencillos
A pesar de que no tener hasta ahora evi- con asas horizontales aplicadas sobre el hombro, 157
dencias arqueológicas de mantas, si han apareci- o más complejos, los cuales presentan forma de
do en tumbas y sitios de habitación volantes de calabazos. Igualmente, cuencos con base redon-
huso asociados indudablemente a actividades deada o anular. Estas vasijas presentan general-
textiles. La existencia del telar está documen- mente pintura positiva roja cubriendo el cuerpo
tada por el Licenciado Anuncibay. Describien- externo. En menor medida se presentan diseños
do la vestimenta de los indígenas de Popayán geométricos realizados por incisión. Las for-
Pascual de Andagoya decía: mas domésticas Sachamate incluyen platos sen-
cillos y con bordes evertidos, cuencos de cuerpo
...y el vistuaryo de las mugeres de aquella mane- simple, ollas y cántaros subglobulares. Una de
ra salvo que los honbres trayan otra manera de las decoraciones más usada fue un baño rojo que
vistuaryo de algodón muy pintado que cubre sus cubre una o ambas caras de las vasijas. Otras de
vergüenzas y parte del cuerpo ques a manera de las técnicas utilizadas fueron la incisión de línea
una capa echada por debajo del brazo sino que simple; la presión digital sobre los bordes, pre-
es corta que no pasa de las nalgas. sión angulosa formando motivos triangulares, la
presión ungulada con la punta de la uña y el co-
La confección de mantas y su importancia rrugado digitado sobre tiras aplicadas (Figura
en la vida cotidiana es descrita por Cieza, quien 5.23).
comenta que:
Por su parte, las formas más comunes del
Las mujeres andan cubiertas con otras pequeñas complejo Tinajas son ollas, platos y cuencos de-
mantas de algodón, y traen sus cuellos collares corados con pintura positiva roja, incisiones finas
de unas mosquitas de fino oro y de muy bajo, con líneas simples y motivos zonificados, líneas
muy galanas y vistosas. paralelas verticales y horizontales, líneas parale-
las hachuradas, achurado digitado, acanalado
La alfarería simple, presión digital, presión ungulada y angu-
losa, corrugado digitado y escobillado. En el
La producción de objetos cerámicos fue sitio de Cantarrana las formas más comunes fue-
otra de las actividades económicas importantes ron: ollas, cántaros, cuencos de cuerpo simple,
de los cacicazgos que compartieron la tradición ollas-cuenco de silueta compuesta y copas. Y las
cultural Bolo-Quebrada Seca, los cuales crearon técnicas decorativas utilizadas fueron la pintura
dos estilos cerámicos bien definidos: Bolo y Que- positiva roja zonal en el labio y la parte superior
brada Seca. Ambos estilos fueron compartidos de los recipientes, la presión digital, presión un-
por los cacicazgos que ocuparon tanto el sur del gulada, presión angulosa, incisión, acanalado,
valle geográfico del río Cauca, como de la cordi- corrugado digitado y aplicaciones. Formas y
llera central. En general, el complejo cerámico
características de este complejo, las cuales pro-
vienen básicamente de tumbas son: cuencos sub-
globulares con borde invertido y reforzados ex-
ternamente y base redondeada o troncónica alta,
los cuales en algunas ocasiones se presentan en
número de tres compartiendo todos una misma
base; ollas subglobulares con base redondeada o
troncónica alta; cántaros subglobulares con base
aribaliode y troncónica alta, vasijas en forma de
zapato (tipo “mocasín”). El principal tipo de de-
coración es la pintura positiva roja, la cual puede
presentarse cubriendo totalmente el cuerpo exter-
no de las vasijas o zonal combinada con otras
técnicas decorativas. Otras técnicas utilizadas son
la incisión, presión angulosa, aplicación y el es-
Capítulo - 5
La orfebrería
Figura 5.25. Representación de un cacique/chamán sentado en un banco con pintura facial, un suntuoso tocado o diadema y
portando un escudo o rodela. (Foto tomada de Labbé 1998:114, Fig. 92).
160
Figura 5.26. Pectoral con la imagen de un chamán con máscara de ave acompañado de dos animales auxiliares. Representación
del vuelo chamánico, Icono A. (Foto tomada de Reichel-Dolmatoff 2005: 198, altura 16.5 cm.).
Figura 5.27. Pectorales elaborados en tumbaga donde aparece el chamán acompañado de aves. Representación del vuelo cha-
mánico, Icono A. (Foto tomada de Reichel-Dolmatoff 2005: 196, altura 24 cm.).
Una variante muy peculiar de las tumbas estrecho, que se profundizó casi hasta los seis
que posiblemente pertenezca al período tardío metros y que presentó en sus paredes entre cinco
inicial (800-1.300 d.C.), se ha presentado recien- y diez escalones y un nicho. Las cámaras eran
temente en el barrio Ciudad Jardín de la Ciudad semielípticas y en la bóveda se elaboraron sobre
de Cali. Se trata de nueve tumbas excavadas en la arcilla laterítica, un complejo entramado de
los sitios La Escopeta 32, La Escopeta 14 y Ave- acanaladuras a manera de vigas en el techo y sus
nida del Lago 62. Todas tenían un pozo cuadrado partes laterales, semejando la estructura interna
de los bohíos que servían de sitios de vivienda a rario consta básicamente de vasijas cerámicas,
los aborígenes. Como ya lo anotamos, una es- cuya cantidad oscilaba entre 8 y 52. Tumbas de
tructura muy parecida, pero con una forma rec- este tipo han sido reportadas por ahora sólo en el
tangular fue reportada en la Tumba D del yaci- municipio de Tacueyó, en el sitio Cauca 10. El
miento Cauca 5, ubicado cerca del municipio de otro tipo lo conforman construcciones de pozo
San Francisco, sobre la cordillera Central. con cámara lateral, las cuales alcanzan profundi-
dades de más de seis metros. En Cauca 2 los po-
Tumbas similares fueron excavadas recien- zos presentaron forma cuadrangular y las cáma-
temente en el cementerio prehispánico de la ras semielíptica. Una piedra grande en forma de
Hacienda Cantaclaro en el corregimiento de laja cubre la entrada a las cámaras. En ellas se
Aguaclara, municipio de Palmira, en la cordille- realizaron entierros primarios individuales y fa-
ra Central. Estas eran de pozo con cámara lateral miliares hasta de cinco individuos. En algunas
y un nicho complementario. Los pozos tenían ocasiones, los cadáveres eran colocados en una
forma rectangular con escalones para descenso y especie de cajón hecho en el suelo de la cámara.
sus profundidades oscilaron entre 265 y 520 cm. Los ajuares funerarios se componen principal-
Capítulo - 5
Las cámaras presentaron formas rectangulares y mente de numerosas vasijas cerámicas y volantes
ovales y representaciones de casas con techos a de huso, que en ocasiones alcanzan la suma de
dos y cuatro aguas (Figura 5.28). 232 objetos, como fue el caso de la Tumba E del
sitio Cauca 2. Tumbas de pozo cuadrado y
Por su parte, las tumbas del denominado rectangular y cámaras redondas y semielípticas,
Complejo Quebrada Seca son de dos tipos: El en cuya entrada había un bloque de tierra negra 161
primero fue una tumba de pozo simple de forma compacta a manera de tapa (el cuál sustituía la
circular, con 1,5-2,0 m de diámetro en promedio, piedra en forma de laja), también fueron estudia-
que se iba ensanchando en la medida en que se das en el cementerio del “Morro de Tulcán” en
profundizaba, hasta llegar a los 2,25 metros. Allí Popayán. Algunas construcciones funerarias
fueron realizados entierros primarios individuales (Tumbas 4, 5, 10,11), presentaron canales donde
y colectivos en posición extendida. El ajuar fune- eran colocados postes de madera que cubrían la
entrada a la cámara. Formas similares presen-
taron las tumbas excavadas por Henri Lehmann
en la Colina El Chirimoyo y la Loma de la Eme,
en Popayán.
de la sierra. La apropiación cultural del espacio Tardío corresponden a los obtenidos de los análi-
por parte de estas nuevas poblaciones estuvo sis de los restos óseos de 17 individuos, niños y
orientada hacia la explotación de recursos ribere- adultos, recolectados en la Cueva de los Guen-
ños y de selva tropical tanto en la llanura aluvial, gueles, cerca del río Saija, en territorio colombia-
como en el piedemonte cordillerano. no. El análisis de 109 dientes permitió descubrir
162 un bajo índice de caries entre la población estu-
Durante los primeros 250 años, es decir, diada, lo que podría sugerir una dieta pobre en
entre 350 y 600 d.C. la cultura material de estas carbohidratos o posiblemente una baja predispo-
poblaciones está representada por las denomina- sición hereditaria de estos individuos hacia el
das Fase Guadual en el curso medio del río San- consumo de este tipo de alimentos.
tiago, la Fase El Morro en la región de Tumaco y
la Fase Buena Vista más al norte, en la costa pa- Los poblados y las viviendas
cífica caucana. A partir del 600 d.C. con la llega-
Tanto en Ecuador como en Colombia las
da de nuevas gentes a la región costera prove-
sociedades cacicales costeras tardías adoptaron
nientes seguramente de la sierra, colapsan los
un patrón de asentamiento diferente al de los gru-
cacicazgos costeros y comienzan a imponerse
pos que las precedieron. Entre 350 y 600 d.C. las
patrones culturales nuevos, característicos de las
poblaciones de la fase cultural Bucheli-Caunapi
sociedades cacicales tardías. Con este nuevo
en la región de Tumaco, implementaron dos tipos
período tardío se asocian las poblaciones de las
de asentamientos. En primer lugar, reocuparon
fases arqueológicas Balao en la región de Ataca-
los montículos artificiales construidos por los
mes, Esmeraldas, Herradura, Tumbaviro, Las
pueblos que vivieron anteriormente (sitios La
Cruces y Mina en la cuenca de los ríos Santiago-
Magnolia y La Esperanza). Y por otro lado, en la
Cayapas en El Ecuador, Bucheli-Caunapí en Tu-
llanura aluvial estructuran un poblamiento denso
maco, Maina en el río Patía, San Miguel en el
sobre ambas márgenes del río Caunapí y sus tri-
sector de Guapi-Timbiquí, en el departamento
butarios. Se presenta una mayor cantidad de si-
colombiano de El Cauca y Minguimalo y San
tios arqueológicos que en el período anterior y
Luis en el curso bajo de los ríos San Juán y Cali-
los asentamientos cubren entre una y tres hectá-
ma.
reas.
El territorio
Después del 600 d.C. los asentamientos
En territorio ecuatoriano los yacimientos dejan de realizarse en la costa y se concentran en
arqueológicos más representativos de estos caci- la llanura aluvial, especialmente sobre las márge-
cazgos tardíos son: Herradura, Las Cruces, Las nes de los principales ríos de la región y sus tri-
Peñas, Escaramian, Cachi y La Tolita. Por su butarios, las partes altas y el piedemonte cordille-
parte, en Colombia debemos mencionar los sitios rano. Así, por ejemplo, este fue el patrón de
de Bucheli, Muelle Viejo (Isla Gorgona), Imbi- asentamiento utilizado por las poblaciones indí-
li, San Miguel, El Llanaje, el Cocal, Buena Vista, genas en el curso Alto del río Saija. Más al
Las Peñas, Maina, Ordóñez I, Palestina I, Pales- norte, en el curso bajo del río Patía las poblacio-
tina II, Palestina III, Palestina VII, Palestina nes de las denominadas Fase Maina y Fase Bue-
na Vista, hicieron sus asentamientos, de una for-
Tabla 5.5. Cronología absoluta de las sociedades cacicales tardías de la Costa Pacífica colombo-ecuatoriana.
Capítulo - 5
El Morro (Colombia) 480 ± 95 Gif- 10808 Bouchard 2003
ma dispersa, en laderas y cimas de colinas coste- los indígenas Waunana y Embera actuales, se
164
ras e interiores de la llanura aluvial. No obstante, presentaron en el yacimiento San Luis I, asocia-
también se conocen plataformas artificiales de das con la primera ocupación prehispánica del
vivienda realizadas sobre las colinas, patrón ca- sitio, ubicada hacia el siglo VI d.C.
racterístico de las poblaciones tardías de las cor-
dilleras occidental y central en el territorio co- Este tipo de viviendas, denominado genéri-
lombiano. Algo similar puede observarse con camente “barbacoas” por los cronistas españoles
los asentamientos de los grupos que ocuparon el del siglo XVI, parece haber sido la principal es-
curso bajo de los ríos San Juán y Calima en terri- tructura habitacional que utilizaron los indígenas
torio vallecaucano y chocoano, cuyas caracterís- del Período Tardío en la región geohistórica de la
ticas estilísticas de la cerámica permiten asociar- costa pacífica colombo-ecuatoriana. En su expe-
los con las culturas arqueológicas Minguimalo dición desde Cali hacia la costa pacífica, realiza-
del bajo y medio Chocó y Sonso de la cordillera da seguramente por la cueva del río Garrapatas,
occidental. En este territorio los sitios tardíos al norte del Departamento del Valle de Cauca,
se encuentran ubicados en terrazas hechas por el según Castellanos, Juan de Ladrilleros encontró
hombre sobre lomas y colinas con buena visibili- poblaciones que:
dad. El sitio de vivienda Ordóñez I, correspon-
diente a la sociedad Sonso, estaba ubicado sobre que en barbacoas hacen su cultura,
una terraza aluvial elevada unos 20 metros sobre de donde cada cual se defendía,
el nivel del río Calima, con un área de basuras y cuando más no puede se huía
que ocupaba unos 1.100 m2. Similar ubicación
presentaron también los sitios Sonso de Calle- Por su parte, refiriéndose a los indígenas
mansa (2.000 m2 de superficie) y San Luis II de la antigua ciudad de Toro, el cronista Guillén
(6.000 m2 de superficie). decía que existían tanto las:
No se cuenta por ahora con mucha infor- casas hechas encima de los árboles y otras casas
mación arqueológica sobre las formas de las vi- muy altas que hacen que llaman barbacoas muy
viendas. En el sitio arqueológico de Ordóñez I, altas del suelo, por ser tierra húmeda y enferma.
ubicado en el curso bajo del río Calima, fueron
encontradas varias huellas de poste de estructuras También son conocidos los relatos de Pe-
que seguramente estaban elevadas del suelo, al dro Simón sobre las viviendas de los indígenas
estilo de las viviendas de los indígenas que han del río San Juan, que vieron los españoles en
habitado los bosques lluviosos de la costa pacífi- 1.593. Según dicho cronista, los soldados relata-
ca colombo-ecuatoriana, desde al menos inicios ron que la isla de Munguidó, en el bajo río San
del siglo XX. Similares estructuras habitacio- Juan:
nales, construidas seguramente sobre un piso de
madera colocado sobre pilotes, parecidas a las de
Estaba poblada de muchas barbacoas o casas de nándole periódicamente elementos de humedales
indios, sementeras de maíz, muchas palmas y ricos en nutrientes y desechos orgánicos prove-
otros árboles frutales. nientes de los fogones y de otras actividades coti-
dianas. Es posible que estas poblaciones practica-
Más al sur, en el continente, frente a la Isla ran una especie de agricultura forestal itinerante
del Gallo, ubicada al sur de la actual isla de Gor- intensiva, utilizando los terrenos altos, no ex-
gona, Pascual de Andagoya relata que: puestos a las inundaciones periódicas del sector.
Este tipo de agricultura difería sustancialmente
...hay cierta provyncia de ríos muy poblados que de la practicada por las poblaciones Tumaco To-
las casas todas son fortalezas armadas en alto lita II del período precedente, las cuales, como ya
sobre árboles o sobre pilares de madera muy lo anotamos, implementaron el uso intensivo de
altos y abitan en lo más alto con escalera levadi- camellones en la llanura aluvial.
za, es gente muy rica no hechos a la guerra por-
que de una varca que vayan cinco o seys honbres Entre las especies cultivadas y manipula-
no osan aguardar en aquellas fortalezas. das por las poblaciones del sitio arqueológico
Capítulo - 5
Palestina I, además del maíz de la raza
Para la Provincia de Esmeraldas, en 1.577 “chococito”, debemos mencionar las siguientes
Cabello Balboa en una de sus relaciones decía palmas: el chontaduro (Bactris gasipaes), Donpe-
que: drito (Geonoma deversa, Oenocarpus mapora),
el táparo (Orbignya cuatrecasana) y la palma
desde el río San Jhoan...hasta el de Santiago, zancona (Socratea exhorriza). En una urna 165
junto a la Isla del Gallo, y más de treinta leguas funeraria de la Cueva de los Guengueles fueron
la tierra adentro, tienen los naturales sus casas y encontrados granos de maíz de la misma raza
moradas en barbacoas, altas del suelo, casi dos “chococito”, endémica del pacífico colombiano y
estados, por huir de la humedad de la tierra (se cuyo cultivo estaba ampliamente distribuido si-
acaban muchos por retirarse adentro y dormir glos antes entre las poblaciones Tumaco-Tolita II
en la humedad). de La Bocana. La agricultura del maíz también
aparece como una de las actividades económicas
Actividades económicas importantes entre los grupos étnicos Sindagua del
curso bajo de los ríos Mataje y Patía, relaciona-
Al igual que sus predecesoras, las socieda-
dos arqueológicamente con las fases Bucheli-
des cacicales tardías de la costa pacífico-
Caunapi y Maina. Igualmente, entre las pobla-
ecuatoriana implementaron una economía mixta
ciones indígenas tardías de la región de Esmeral-
donde ocupaba un papel primordial la producción
das en El Ecuador, donde los cronistas en el siglo
de alimentos por medio de una agricultura inten-
XVI hablaban de asentamientos tipo ranchería,
siva. La alfarería, la metalurgia, la caza y la pes-
asociados con una agricultura que incluía el ma-
ca también jugaron un papel importante en la
íz, yuca, papa, calabaza y una gran variedad de
configuración y fortalecimiento de un complejo
frutas tropicales.
sistema de intercambio de productos entre la
costa y la sierra. La alfarería
La agricultura La alfarería de las poblaciones tardías que
ocuparon el territorio de la costa pacífica colom-
En los sitios arqueológicos tardíos del bajo
bo-ecuatoriana comparte muchos atributos tecno-
Calima es común encontrar metates y manos de
lógicos, formales y funcionales con la que elabo-
moler, implementos que evidencian indirecta-
raron los cacicazgos de la sierra, lo que evidencia
mente la existencia de una agricultura del maíz.
las fuertes interrelaciones culturales que existie-
Los análisis estratigráficos y pedológicos realiza-
ron entre las poblaciones de ambas regiones
dos en los yacimientos de Ordóñez I y Palestina
geohistóricas. En términos generales, los objetos
III, indican que los habitantes prehispánicos tar-
cerámicos, especialmente vasijas de uso domésti-
díos que ocuparon los bosques húmedos del cur-
co fueron elaboradas con arcillas aluviales y de
so bajo de los ríos Calima y San Juan entre los
origen volcánico a las cuales se les agregaba un
siglos X y XVII d., además de construir vivien-
desgrasante burdo o semiburdo compuesto de
das, hicieron suelos agrícolas (“tierras pardas”),
cuarzo, rocas trituradas y tiestos molidos. Las
con limos que trasladaron de los ríos y los panta-
formas se caracterizan por su asimetría y los aca-
nos cercanos, los cuales eran mejorados adicio-
bados burdos. Da la impresión de que la produc-
ción alfarera pierde su status de especialización y colombo-ecuatoriana presenta, tanto por su tec-
se convierte en una actividad masiva realizada nología, como por su forma y función, las mis-
cotidianamente por las diferentes unidades do- mas características de la metalurgia tardía de los
mésticas. Así, por ejemplo, en análisis de la cerá- cacicazgos serranos: el predominio de las alea-
mica del sitio San Luis, perteneciente a la Cultura ciones como la tumbaga, la generalización de las
Arqueológica Sonso (cuya primera ocupación técnicas de fundición, el dorado por oxidación y
tuvo lugar en el siglo VI d.C.), permitió estable- el predominio de formas simples y homogéneas.
cer que en la elaboración de su pasta estuvieron Tal es el caso, por ejemplo de los sencillos obje-
presentes dos tradiciones tecnológicas: las de tos metálicos encontrados en el yacimiento Pa-
adicionar arena y la de agregar roca y tiesto tritu- lestina III, los cuales fueron elaborados entre
rados como desgrasante. Con estos tipos de pas- 1.200 y 1.500 d.C. Se trata de objetos de adorno
tas de origen volcánico elaboraron vasijas tales como narigueras circulares elaboradas, por la
como cuencos de cuerpo simple, algunos de ellos técnica del martillado, con una aleación de oro
con base cónica, cántaros con bordes fuertemente (60%), cobre (35%) y plata (3-5%). La presencia
evertidos y ollas. Las técnicas decorativas pre- del cobre en estos objetos no parece haber sido
Capítulo - 5
sentes en esta cerámica incluyen: pintura positiva utilitaria, sino que podría explicarse por lo que
zonal y cubriendo la superficie externa, incisión, algunos investigadores han denominado el sim-
aplicación e impresión. Estos mismos atributos bolismo de las escogencias técnicas, lo que po-
tecnológicos, formales y decorativos los compar- dría estar relacionado directamente con la cosmo-
te la cerámica de los sitios Munguidó y Ordóñez visión sobre el manejo de los metales.
166 I, ubicados también en el curso bajo del río Cali-
ma. Una cerámica con desgrasante de arena Las costumbres funerarias
fina y gruesa y formas como cuencos simples y
con bases cónicas, cántaros, ollas cuenco y platos A diferencia de algunos sectores de la re-
con muy escasa decoración (aplicaciones, inci- gión andina, en la costa pacífica colombo-
siones y escobillado) es característica también de ecuatoriana no se ha realizado hasta el presente
los yacimientos arqueológicos de la Fase Maina, un programa de investigaciones sobre arqueolo-
en el curso bajo del río Patía. gía funeraria, que permita conocer todos los ritos
y ceremonias relacionadas con el tratamiento que
Atributos similares presenta la cerámica de le daban a la muerte estas comunidades antiguas
la Fase San Miguel del sector de Guapi- tardías. La poca información disponible proviene
Timbiquí, fechada hacia el 670 d.C. Más la de las investigaciones realizadas en la Cueva de
sur, la cerámica de la Fase Bucheli-Caunapí, in- los Guengueles, en el alto río Saija. En dicho si-
troducida por nuevos habitantes que llegaron a tio, en un montículo funerario fueron encontra-
este territorio, se caracteriza por pastas burdas y dos tres entierros. El primero de ellos correspon-
semiburdas atemperadas con arena y presenta dió al entierro primario de un individuo colocado
formas como cuencos de cuerpo simple y com- en un sarcófago de madera, en posición supina,
puesto, cántaros, ollas y ollas cuenco, los cuales con la cabeza recostada sobre el hombro izquier-
tienen como decoración puntos en el borde, cor- do y con el cual aparecieron asociados caracoles
dones aplicados, incisiones en forma de líneas marinos, fragmentos cerámicos, un machacador y
oblicuas y entrecruzadas, así como también apli- granos carbonizados de maíz “chococito”. Junto
caciones. Y finalmente, debemos constatar que a este, apareció otro entierro también en sarcófa-
también en los sitios costeros ecuatorianos del go de madera. El individuo tenía las extremida-
área de Cayapas, los arqueólogos han encontrado des inferiores sobre el tórax y sujetas por las ex-
cerámica que comparte los atributos tardíos ya tremidades superiores. Sólo unos pocos granos
mencionados. Lo que nos permite suponer la po- de maíz estaban asociados con este entierro. Y
sibilidad de que en toda la región geohistórica de finalmente, un entierro secundario de varios indi-
la costa pacífica colombo-ecuatoriana pudo haber viduos fue realizado en una urna funeraria de
existido, durante el Período Tardío, una tradición cerámica, dentro de la cual también fueron en-
cultural que fue compartida por sociedades caci- contrados granos carbonizados de maíz y frag-
cales con expresiones culturales diferenciadas. mentos cerámicos.
Capítulo - 5
cual comparte a grosso modo todos los atributos
tecnológicos, formales y decorativos con la cerá-
mica Sonso de la cordillera occidental. Y en
un sentido más amplio, deberíamos hablar igual-
mente de la cerámica de la Fase San Miguel,
también de la costa pacífica caucana, cuyos atri- 167
butos han sido correlacionados directamente con
la cerámica Sonso del sitio arqueológico San
Luis I, ubicado en el curso bajo del río Calima.
La estructura social
Aceituno, Francisco. J. 2002. Interacciones fito- entre el VI milenio a.C. y el siglo XVI d.C. en la
culturales en el Cauca Medio durante el Holoce- cuenca media del río Santa Rita, municipio de
no temprano y medio. Arqueología del Área In- Andes, Antioquia. Boletín de Antropología.
termedia, 4: 89-113. Instituto Colombiano de Vol.13.N.30:262-286. Departamento de Antropo-
Antropología-Sociedad Colombiana de Antropo- logía. Universidad de Antioquia. Medellín.
logía. Bogotá. D.C.
Alarcón, Jorge. 1995. Rescate Arqueológico en
Aceituno, Francisco. J. 1999. Artefactos de pie- el Valle Alto del río Dagua. Boletín de Arqueolo-
Bibliografía
dra, interacción hombre-medioambiente y evolu- gía. Año 10. N.1. Fundación de Investigaciones
ción en el valle medio del río Porce. Ponencia Arqueológicas Nacionales. Santafé de Bogotá.
presentada en las II Jornadas de Arqueología de
la Universidad de Antioquia. Medellín. Alcina Franch, José. 1979. La Arqueología de
Esmeraldas: Introducción General. Memorias de
171
Aceituno, Francisco. J. 1998a. La organización la Misión Española en El Ecuador. T.1. Ministe-
tecnológica de los conjuntos líticos tempranos rio de Asuntos Exteriores. Madrid.
del valle medio del río Porce. Ponencia presenta-
da en las I Jornadas de Arqueología de la Univer- Aldana Sierra, Francisco. 2006. Transformacio-
sidad de Antioquia. Medellín. nes ambientales hacia el más allá: las tumbas de
cancel, marcadores en piedra, en la Ecorregión
Aceituno, Francisco. J. 1998b. Una aproximación del Eje Cafetero. En Cambios Ambientales en
a las sociedades cazadoras-recolectoras del valle Perspectiva Histórica. Ecología Histórica y Cul-
medio del río Porce a través de la organización tura Ambiental. Vol.2: 143-157. Carlos E. López,
tecnológica del instrumental lítico. Tesina pre- Martha C. Cano y Diana M. Rodríguez
sentada en el Dpto. de Prehistoria de la Universi- (Compiladores). Universidad Tecnológica de
dad Complutense de Madrid el 16 de Noviembre Pereira.
de 1998. España.
Andagoya, Pascual de. 1540. Carta del Adelanta-
Aceituno, Francisco. J y Nocolás Loaiza Díaz. do Pascual de Andagoya dirigida al Emperador
2006. Una aproximación ecológica al poblamien- Carlos V sobre su partida de Panamá y prosecu-
to del Cauca Medio entre el Pleistoceno Final y ción de su viaje y reconocimientos hasta Cali.
el Holoceno Medio. En: Cambios Ambientales En: Tovar Pinzón, Hermes. 1993. Relaciones y
en Perspectiva Histórica. Ecología Histórica y Visitas a los Andes. Siglo XVI: 187-231. Colec-
Cultura Ambiental. Vol. 2: 42-55. Universidad ción de Historia de la Biblioteca Nacional. Col-
Tecnológica de Pereira-Sociedad Colombiana de cultura-Instituto de Cultura Hispánica. Tercer
Arqueología. Pereira. Mundo Editores. S.A. Santafé de Bogotá.
Adoum, Rosángela. 1984. De los primeros habi- Andagoya, Pascual de s.f. Relación que da el
tantes a los españoles en el Ecuador. En: Ecuador Adelantado de andagoya de las tierras y provin-
al rescate de su pasado: 19-26. OEA-OAS. Was- cias que abaxo se ara mencion. En: Tovar Pin-
hington. zón, Hermes. 1993. Relaciones y Visitas a los
Andes. Siglo XVI: 103-186. Colección de Histo-
Adoum, Rosángela y Francisco Valdez. 1989. La ria de la Biblioteca Nacional. Colcultura-Instituto
orfebrería y sus técnicas. En Nuestro Pasado: La de Cultura Hispánica. Tercer Mundo Editores.
Tolita: 21-26. Exposición Organizada por el Fon- S.A. Santafé de Bogotá.
do Arqueológico del Museo del Banco Central
"Guillermo Pérez Chiriboga". Quito. Angulo Valdez, Carlos. 1995. Modos de vida en
la prehistoria de la llanura atlántica de Colombia.
Agudelo, Alejandra, Hernández, Mario y Mauri- Centro de Estudios Regionales-CERES. Univer-
cio Obregón. 1999. Vestigios de ocupaciones sidad del Norte. Barranquilla.
Anónimo. 1889. Varias noticias curiosas sobre la Zapadnoi Kolumbii. Covetskaya Etnografiya.
provincia de Popayán. En: Recopilación de docu- N.5:11-125. (La vivienda prehispánica en el su-
mentos de Luis Torrez de Mendoza. Tomo V. roccidente colombiano. Etnografía Soviética.
Madrid. N.5). Moscú.
Archila, Sonia.1996. Los Tesoros de los Señores Bate, Luis Felipe. 1998. El Proceso de Investiga-
de Malagana. Museo del Oro. Baco de la Repú- ción en Arqueología. Crítica-Grijalbo-
blica. Santafé de Bogotá. Mondadori. Barcelona.
Ardila, Gerardo.1999. Prospección y Evaluación Bernal Ruiz, Fernando. 2001. Rescate y Monito-
Arqueológica en el Área de Influencia del pro- reo arqueológico Línea a 230 Kv. La Virginia-La
yecto Hidroeléctrico San Andrés. Informe Final. Hermosa. Arqueología en Estudios de Impacto
Vol.1. Centro de Investigaciones Sociales y Ambiental. Volumen 3: 207-248. ISA. Bogotá.
Humanas de la Universidad de Antioquia-
Empresas Públicas de Medellín. Medellín. Abril. Bernal Ruiz, Fernando. 1999. Rescate Arqueoló-
gico en el Área de Influencia de la Línea de
Ardila, Gerardo.1998. Prospección Arqueológica Transmisión Eléctrica La Virginia-La Hermosa a
del valle del Riachón, noreste de Antioquia, Co- 230 Kv. Interconexión Eléctrica, ISA. Medellín.
lombia. Informe Final. Centro de Investigaciones
Sociales y Humanas de la Universidad de Antio- Bernal Ruiz, Fernando.1997. Monitoreo Arqueo-
quia-Empresas Públicas de Medellín. Medellín. lógico Gasoducto de Occidente. Informe Final.
Marzo. Ecopetrol-Transgas- Diseños e Interventoría
Ltda. Santafé de Bogotá. Tomos I, II, III.
Ardila, G. y Politis, G., 1989. Nuevos datos para
un viejo problema. Investigación y discusiones Bernal Villegas, Jaime; Ignacio Briceño Villegas
en torno al poblamiento de América del Sur. Bo- y Ronald Duncan.1993. El arte del chamanismo,
letín del Museo del Oro. No.23:3-45. Banco de la la salud y la vida Tumaco-Tolita. Instituto Co-
República. Bogotá. lombiano de Cultura Hispánica-Pontificia Uni-
versidad Javeriana. Bogotá.
Arte de la Tierra. Cultura Tumaco.1988. Colec-
ción Tesoros Precolombinos. Fondo de Promo- Birket-Smith, K.1943. The Origin of Maize Cul-
ción de la Cultura. Banco Popular. Bogotá. tivation. Kgl. Danske Videnskabernes Sels-
kab.Hist-Filo. Meddel. 293:1-49.
Arte de la Tierra. Quimbayas.1990. Colección
Tesoros Precolombinos. Fondo de Promoción de Blanco, Sonia. 2001. Estudio de Impacto Am-
la Cultura. Banco Popular. Bogotá. biental Arqueológico, Proyecto Centro Comer-
cial Santa Bárbara Shopping Plaza, Municipio de
Atlas Regional Andino. 1982 Ministerio de Palmira. Informe Parcial y Plan de manejo para
Hacienda y Crédito Público. Instituto Geográfico la Mitigación de Impactos del Patrimonio Ar-
Agustín Codazzi, IGAG. Bogotá. queológico. INCIVA. Cali. Ms.
Bashilov, Vladimir y Carlos Armando Rodrí- Blanco, Sonia. 1997. Las tumbas no son para los
guez. 1987. Doispanskoi Shilishie v Yugo- muertos: prácticas funerarias prehispánicas en el
valle del Lili, Cali, Valle del Cauca, Colombia. ProCalima. Archäologisch-ethnologisches Pro-
Cespedesia. Vol.22. No.69:127-152. Instituto jekt im Westlichen Kolumbien/Südamerika.
Vallecaucano de Investigaciones Científicas. Ca- N.3:40. Periodische Publikation der Vereinigung
li. Pro Calima. Basel.
Bibliografía
Suites y Palcos. Instituto Vallecaucano de Inves- Botero, Pedro y Beatriz Jiménez. 1997. Descrip-
tigaciones Científicas. Cali. Ms. ción general del paisaje y los suelos del sitio ar-
queológico Corpoica-PK1+500, municipio de
Blanco, Sonia y M.L González. 2002. La socie- Palmira, Departamento del Valle del Cauca. En:
dad Malagana y su comportamiento frente a la Rodríguez, Carlos Armando. 1.997. Rescate Ar-
muerte: el caso de Santa Bárbara, Palmira, Valle queológico en el Sitio PK1+500 ubicado en el 173
del Cauca. Informe de Investigación. Instituto Ramal Candelaria del Gasoducto de Occidente.
Vallecaucano de Investigaciones Científicas. Ca- Informe Final. Anexo 1:65-70. Empresa Colom-
li. Ms. biana de Petróleos, ECOPETROL. Marzo. San-
tiago de Cali.
Blanco, Sonia, Gustavo Cabal y Yolanda Jarami-
llo. 2005. Arqueología preventiva en el predio Botero, Silvia. y Carlos A. Salazar.1998. El Pe-
del proyecto de vivienda de interés social “El drero. Evidencias de antiguos especialistas en el
Sembrador”, municipio de Palmira, Valle del municipio de El Carmen de Vivoral, Antioquia,
Cauca. Instituto Vallecaucano de Investigaciones Colombia. Boletín de Antropología 12:168-195.
Científicas, INCIVA. Cali. Ms. Departamento de Antropología. Universidad de
Antioquia. Medellín.
Blanco, Sonia, José V. Rodríguez y Gustavo Ca-
bal. 2007. Asentamientos tempranos. En Territo- Botero, Silvia y Norberto Vélez. 1997. Piedras
rio ancestral, rituales funerarios y chamanismo Blancas: transformación y construcción del espa-
en Palmira prehispánica, Valle del Cauca: 61-79. cio. Investigación arqueológica en la cuenca alta
Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. de la quebrada Piedras Blancas. Informe de Pros-
D.C. pección. Boletín de Antropología, 27:124-167.
Departamento de Antropología. Universidad de
Blanco, Sonia, Clavijo Alexander, Herrera Leo- Antioquia. Medellín.
nor, Cardale Marianne y José Vicente Rodríguez.
1999. Prospección y Rescate Arqueológico, Ce- Botero, Sofía.2000. Los Organales como sitios
menterio Prehispánico de Coronado, Palmira, de actividad humana antigua en Antioquia: muni-
Valle del Cauca-Colombia. Instituto Vallecauca- cipio de Titiribí. Informe Final. Corantioquia-
no de Investigaciones Científicas, INCIVA. Cali- Universidad de Antioquia. Medellín. Noviem-
ma-Darién. Mayo. Ms. bre.
Botero, Silvia H., Monsalve Oscar Darío y Luis Botiva Contreras, Alvaro.1976. Informe del Cur-
Carlos Múnera.1998.Nuevos contextos arqueoló- so de Técnicas de Excavación y del Reconoci-
gicos fechados en el Macizo Central antioqueño. miento arqueológico del departamento de Antio-
Boletín de Antropología, 12 (29):148-167. De- quia. Departamento de Antropología. Universi-
partamento de Antropología. Universidad de An- dad de Antioquia. Medellín.
tioquia. Medellín.
Botiva Contreras, Alvaro y Eduardo Forero Llo-
Botero, Pedro. 1983. A Pre-Spanish Technique reda. 1991. Malagana. Guaquería Vs Arqueolo-
for the Prevention of Mass Movements of Soils. gía. Boletín del Museo del Oro. N.31:125-129.
Banco de la República. Santafé de Bogotá. Bray Warwick .1992. El Período Yotoco. En:
Calima. Diez mil años de historia en el surocci-
Bouchard, J. François. 2005. Sacrificios y cha- dente de Colombia: 75-124. Fundación ProCali-
manismo en la cultura Tumaco-La Tolita. En ma. Santafé de Bogotá.
Chamanismo y Sacrificio. Perspectivas arqueoló-
gicas y etnológicas en sociedades indígenas de Bray Warwick.1989. Cerámica Buga: Reevalua-
América del Sur. Jean- P. Chaumeil, Roberto ción. Boletín del Museo del Oro. N.24:103-119.
Pineda y Jean F. Bouchard Editores: 17-26. Fun- Banco de la República. Bogotá.
dación de Investigaciones Arqueológicas Nacio-
nales-Instituto Francés de Estudios Andinos. Bo- Bray Warwick.1980. Introduction to the Calima
gotá. D.C. Project. ProCalima. Archäologisch-
ethnologisches Projekt im estlichen Kolumbien/
Bouchard, J. François. 2003. Trois millénaires de Südamerika. N.1:1-9. Periodische Publikation
civilisation entre Colombie et Equateur. La ré- der Vereinigung Pro Calima. Basel.
gion de Tumaco La Tolita. CNRS Editions. Paris.
Bibliografía
Bray, Warwick, Leonor Herrera, Marianne Car- Cano Echeverri, Martha. 2004. Los primeros
dale de Schrimpff, Pedro Botero ad José G. Mon- habitantes de las cuencas medias de los ríos Otún
salve.1987. The Ancient Agricultural Landscape y Consota. En: Cambios ambientales en perspec-
of Calima, Colombia. BAR International Series tiva histórica. Ecorregión del Eje Cafetero. Vol.
359(i).443-481. 1: 68-91. Universidad Tecnológica de Pereira.
Brezzi, Andrea. 2003. Tulato. Ventana a la pre- Cano Echeverri, Martha. 2001. Arqueología en
Bibliografía
historia de América. Villegas Editores. Bogotá. las cuencas de los ríos Otún y Consota, Risaral-
D.C. da. Fundación de Investigaciones Arqueológicas
Nacionales. Banco de la República. Santafé de
Briceño, Pedro P. y Leonardo Quintana. 2001. Bogotá.
Rescate y monitoreo arqueológico. Línea de
Transmisión Eléctrica a 500 Kv San Carlos-San Cano Echeverri, Martha. 1995. Investigaciones 175
Marcos. Arqueología en estudos de impacto am- Arqueológicas en Santuario (Risaralda). Funda-
biental. Volomen 3: 167-205. ISA. Bogotá. ción de Investigaciones Arqueológicas Naciona-
les. Banco de la República. Santafé de Bogo-
Briceño, Pedro P. y Leonardo Quintana. 1999. tá.D.C.
Arqueología de Rescate. Línea de Transmisión
Eléctrica a 500 Kv San Carlos-San Marcos. In- Cantera, Jaime y R. Contreras.1993. Ecosistemas
forme Final. Centro de Museos, Universidad de Costeros. En: Colombia Pacífico. Tomo I: 64-79.
Caldas- ISA. Manizales. Editado por P. Leyva. Biopacífico-Fondo Fen
Colombia. Bogotá.
Bruhns Olsen, Karen. 1995. Archaeological in- Cardale de Schrimpff, Marianne (Editor). 2005.
vestigations in Central Colombia. BAR Interna- Calima and Malagana. Art and Archaeology in
tional. Series 606. Oxford. England. Southwestern Colombia. Pro Calima Foundation.
Bogotá.
Bruhns Olsen, Karen. 1990. Las Culturas Prehis-
pánicas del Cauca Medio. Arte de la Tierra. Cardale de Schrimpff, Marianne. 2006. Cazando
Quimbayas: 10-14. Colección Tesoros Precolom- animales en el bestiario cosmológico: el cocodri-
binas. Fondo de Promoción de la Cultura. Banco lo en el suroeste de Colombia y regiones vecinas
Popular. Bogotá. del Ecuador (800 A.C a 500 D.C.). Bolletin de I!
nstitut Français d!Études Andines 35(3):409-431.
Bruhns Olsen, Karen. 1981. Prehispanic Ridges
Fields on Central Colombia. Journal of Field Ar- Cardale de Schrimpff, Marianne. 2005. The Peo-
chaeology. Vol. VIII: 1-7. ple of the Ilama Period. In: Calima and Malaga-
na. Art and Archaeology in Southwestern Co-
Bruhns Olsen, Karen. 1976. Ancient Pottery of lombia: 36-97. Pro Calima Foundation. Bogotá.
the Midle Cauca Valley. Cespedesia. Vol. V. N°
17-18: 101-196. Instituto Vallecaucano de Inves- Cardale de Schrimpff, Marianne. 2000. Caminos
tigaciones Científicas. Cali. al paisaje del pasado. Reflexiones sobre los ami-
nos precolombinos en Colombia. En: Caminos
Cabello Balboa, Miguel. 1945. Obras. Tomo I. Precolombinos. Las vías, los ingenieros y los
Editorial Ecuatoriana. Quito. viajeros: 43-85. Leonor Herrera y Marianne Car-
dale de Schrimpff Editoras. Instituto Colombiano
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica. de Antropología. Bogotá.
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Vol.2.
2006. Carlos E. López, Martha C. Cano y Diana
Cardale de Schrimpff, Marianne. 1996. Caminos del suroccidente colombiano hallada en el Cauca
en Calima. El estudio de los caminos precolom- Medio. Boletín del Museo del Oro. N.22:103-
binos de la cuenca del alto río Calima, Cordillera 116. Banco de la República. Santafé de Bogotá.
Occidental, Valle del Cauca. Fundación de Inves-
tigaciones Arqueológicas Nacionales-Asociación Cardona, Luis C.1999. Prospección Arqueológi-
ProCalima. Bogotá. ca Cerro Pan de Azúcar. Informe Final. Corantio-
quia-Centro de Investigaciones Sociales y Huma-
Cardale de Schrimpff, Marianne. 1992. La Gente nas. Universidad de Antioquia. Medellín.
de Período Ilama. En: Calima. Diez mil años de
historia en el suroccidente de Colombia:25-71. Cardona, Luis C. 2000. Transformaciones Terri-
Fundación ProCalima. Santafé de Bogotá. toriales en los Ecosistemas Estratégicos del Valle
de Aburrá, La Cuchilla-El Romeral. Informe Fi-
Cardale de Schrimpff, Marianne 1989. The snake nal. Corantioquia-Laboratorio de Arqueología y
and the Fabulous Beast:themes from the pottery Antropología del Centro de Investigaciones So-
of the Ilama Culture. In: Animals into Art. One ciales y Humanas. Universidad de Antioquia.
Bibliografía
Castillo Espitia, Neyla y Emilio Piazzini. 1994. Correa, Elvia Inés.1997. Arqueología de Rescate
Informe Línea base componente arqueológico sí pero no. A propósito de un debate en Arqueo-
Línea 500 Kw San Carlos-San Marcos, sector logía. En: Boletín de Antropología. Vol
norte. Centro de Investigaciones Sociales. Uni- 11.N.27:168-186. Departamento de Antropolo-
versidad de Antioquia. Medellín. gía. Universidad de Antioquia. Medellín.
Bibliografía
Castillo, Neyla y Gustavo. Santos. 1992. Proyec- Correal Urrego, Gonzalo. 1993. Nuevas eviden-
to Arqueológico Valle de Aburrá. Cerro El Vola- cias culturales pleistocénicas y megafauna en
dor. Informe Final. Universidad de Antioquia- Colombia. Boletín de Arqueología. Año 8, 1:3-
Alcaldía de Medellín. Medellín. 12. Fundación de Investigaciones Arqueológicas
Nacionales. Bogotá. 177
Castillo, N., F.J. Aceituno., L. Cardona., J. Pino.,
J. Forero y J. García.1999. Programa de Arqueo- Correal Urrego, Gonzalo. 1981. Evidencias cul-
logía de Rescate Porce II. Etapa de análisis e in- turales y megafauna pleistocénica en Colombia.
terpretación. Informe Final. Universidad de An- Fundación de Investigaciones Arqueológicas Na-
tioquia, Medellín. cionales. Banco de la República. Santafé de Bo-
gotá.
Castro, Gonzalo.1998. Prospección y valoración
del patrimonio arqueológico en el corregimiento Correal Urrego, Gonzalo. 1980. Una tumba de
de Pueblo Viejo, municipio de La Estrella. Co- pozo con cámara lateral en el municipio de Ar-
rantioquia. Medellín. menia. Divulgaciones Etnológicas 1: 5-8. Barran-
quilla.
Catálogo del Museo del Banco Central del Ecua-
dor. Esmeraldas. 2.000. Ediciones del Banco cen- Correal Urrego, Gonzalo y María Pinto N.1983.
tral del Ecuador. Quito. Investigaciones Arqueológicas en el Municipio
de Zipacón, Cundinamarca. Fundación de Inves-
Catálogo Museo del Oro. Sus mejores Piezas. tigaciones Arqueológicas Nacionales. Banco de
1996. Museo del Oro. Banco de la república. Sa- la República. Bogotá.
natfé de Bogotá.
Correal Urrego, Gonzalo, Leonor Herrera, Ma-
Cavelier, Inés, Rodríguez Camilo, Herrera Luisa rianne Cardale de Schrimpff y Carlos Armando
Fernanda, Morcote Gaspar y Santiago Mo- Rodríguez. 2003. Estudio de los restos humanos
ra.1995. No sólo de caza vive el hombre. Ocupa- y de fauna del sitio arqueológico Hacienda Mala-
ción del bosque amazónico, holoceno temprano. gana. Revista de Arqueología del Area Interme-
En: Ámbito y Ocupaciones Tempranas de la dia, 5: 191-249. Insituto Colombiano de Antro-
América Tropical: 27-44. Inés Cavelier y Santia- pología e Historia-Sociedad Colombiana de An-
go Mora Editores. Fundación ERIGAIE-Instituto tropología. Bogotá. D.C.
Colombiano de Antropología. Bogotá.
Cubillos, Julio César. 1984. Asentamientos Pre-
Cieza de León, Pedro. 1962 [1553]. La Crónica hispánicos en la Suela Plana del río Cauca. Fun-
del Perú. Tercera Edición. Colección Austral. dación de Investigaciones Arqueológicas Nacio-
Espasa Calpe. S.A. Madrid. nales. Banco de la República. Bogotá.
Cieza de León, Pedro. 1984 [1553]. La Crónica Cubillos, Julio César. 1959. El Morro de Tulcán
del Perú. Obras Completas en Tres Tomos. T.I. (Pirámide Prehispánica). Revista Colombiana de
Antropología. Vol. VIII: 215-357. Instituto Co- Duque Gómez, Luis. 1970. Los Quimbayas. Re-
lombiano de Antropología. Bogotá. seña Etno-histórica y Arqueológica. Instituto Co-
lombiano de Antropología. Bogotá.
Cuenca Wilson, Amparo y Fabio Fernando Rey
M. 1996. Más allá de la Muerte. Aproximación a Duque Gómez, Luis. 1943. Excavación de un
la Interpretación de la Simbología Funeraria en sitio de habitación en Supía. Revista del Instituto
un Cementerio Prehispánico en Guacarí (Valle). Etnológico Nacional. V.I. Entrega I. Bogotá.
Tesis de Grado. Departamento de Antropología.
Universidad Nacional de Colombia. Santafé de Duque Gómez, Luis y Julio C. Cubillos. 1988.
Bogotá. Abril. Arqueología de San Agustín, Alto de Lavapatas.
Fundación de Investigaciones Arqueológicas Na-
Chaumeil, Jean P., Roberto Pineda C. y Jean- cionales. Bogotá.
François Bouchard (Editores científicos). 2005.
Chamanismo y sacrificio. Perspectivas arqueoló- Echeverría Almeida, José.1988. Los primeros
gicas y etnológicas en sociedades indígenas de Poblados. En: Nueva Historia del Ecuador. Volu-
Bibliografía
América del Sur. Fundadicón de Investigaciones men 1. Época Aborigen: 181-222. Corporación
Arqueológicas Nacionales-Instituto Francés de Editora Nacional Grijalbo. Quito.
Estudios Andinos. Bogotá. D.C.
Estévez, J., A. Vila., X. Terradas., R. Piqué., M.
De Andagoya, Pascual. 1514. Relación que da el Taulé., J. Gibaja y G. Ruiz. 1998. Cazar o no
178 Adelantado de Andaboya delas tierras y provin- cazar, ¿es ésta la cuestión? Boletín de Antropolo-
cias que abaxo se ara mencion. En: Tovar Pin- gía Americana 33:5-24. Instituto Panamericano
zón, Hermes. 1993. Relaciones y Visitas a los de Geografía e Historia. México.
Andes. Siglo XVI:103-187. Colección de Histo-
ria de la Biblioteca Nacional. Colcultura-Instituto Estudio Semidetallado de Suelos del Valle Geo-
de Cultura Hispánica. Tercer Mundo Editores. gráfico del río Cauca. 1980. CVC-IGAG. Bogo-
S.A. Santafé de Bogotá. tá.
De Andagoya, Pascual. 1986 [1540]. Carta del Flórez, Franz. 1999. Habitantes prehispánicos de
Adelantado Pascual de Andagoya al Emperador la Costa Pacífica colombo-ecuatoriana. Artículo
Carlos V sobre su partida de Panamá y su prose- sin publicar. Santafé de Bogotá.
cución de su viaje y reconocimiento hasta Cali.
En: Pascual de Andagoya Relación y Documen- Flórez, Franz. 1998. De La Tolita al Caney. No-
tos:147-183. Edición de Adrián Blázquez. Colec- tas arqueológicas sobre la evolución social en el
ción Historia 16. Madrid. Pacífico colombo-ecuatoriano. Monografía de
Grado. Departamento de Antropología, Universi-
DeBoer, W.1996. Traces Behind the Esmeraldas dad Nacional de Colombia. Bogotá. Ms.
Shore: Prehistory of the Santiago-Cayapas Re-
gion, Ecuador. The University of Alabama Press, Fölster, H. y H. Von Christen. 1981. The influen-
Tucson. ce of quaternary uplit on the altitude zonation of
mountain soils on diabase and volcanic ash in
Diccionario Geográfico de Colombia. 1996 To- humid parts of the Colombian Andes. Catena,
mos I-IV. Tercera Edición. Ministerio de Hacien- 3:233-263. Giessen.
da y Crédito Público. Instituto Geográfico Agus-
tín Codazzi, IGAG. Bogotá. Fonseca Zamora, O. 1992. Historia Antigua de
Costa Rica. Surgimiento y caracterización de la
Drenan, Robert. 2000. Las Sociedades Prehispá- primera civilización costarricense. Editorial de la
nicas del Alto Magdalena. Instituto Colombiano Universidad de Costa Rica. San José.
de Antropología e Historia, ICAHN. Bogotá.
Ford A. James. 1944. Excavations in the Vicinity
Duncan, Ronald. 1989. El Arte Precolombino of Cali, Colombia. Yale University Publications
como Iconografía. V Congreso Nacional de An- in Anthropology. N.31. Yale University Press.
tropología. Villa de Leyva. Memorias de Simpo- New Haven.
sio de Arqueología y Antropología Física: 223-
232. Instituto Colombiano de Antropología- Forero Lloreda, Eduardo. 1991. Proyecto Análi-
ICFES. Bogota. sis tecnológicos de la alfarería prehispánica de la
región Calima. Culturas Ilama, Yotoco y Sonso. de obsidiana. Intercambio y Comercio entre Cos-
Informe Final. Instituto Vallecaucano de Investi- ta, Andes y Selva. Arqueología y Etnohistoria de
gaciones Científicas, INCIVA. Cali. Sudamérica:49-66. Felipe Cárdenas Arroyo y
Tamara L. Bray Editores. Departamento de An-
Forero Lloreda, Eduardo. 1991. Arqueología de tropología. Universidad de los Andes. Bogotá.
Rescate en la Parcelación El Llanito-Región Ca-
lima. Cespedesia. Vol. XVI-XVII.No.59 Guinea, Mercedes.1986. El Formativo en la re-
[1990]:147-179. Instituto Vallecaucano de Inves- gión sur de Esmeraldas visto desde el yacimiento
tigaciones Científicas. Cali. de Chévele. Simposio del 45 Congreso Interna-
cional de Americanistas: Arqueología y Etnohis-
Gäwhiler Theres. 2005. A new Lifestyle in the toria del sur de Colombia y el norte del Ecuador.
Southwest. The beginnings of the Sonso Tradi- Miscelánea Antropológica Americana. N.6:19-
tion. In: Calima and Malagana. Art and Archaeo- 46. Quito.
logy in Southwestern Colombia: 202-223. Pro
Calima Foundation. Bogotá. Gómez Lora, Héctor. 1980. Informe preliminar
Bibliografía
sobre el hallazgo de un esqueleto fósil de masto-
Gähwiler-Walder, Theres. 1996. Präkolumbische donte (Stegomastodon?) encontrado en la orilla
Kulturen im Pavas-Gebiet, Kolumbien. Archäo- del río Cauca, en las inmediaciones de La Unión
logische Befunde und Etnhistorische Daten. Edi- y Toro. Presentado al Departamento de Biología
tion ProCalima. Basel. de la Universidad del Valle. Cali. Septiembre 17.
179
Gähwiler-Walder, Theres. 1988. Archaeological Hernández, Martha C. 1999. Arqueología de Alto
Investigations in the Pavas-La Cumbre Region. Saija, Costa Pacífica Caucana. Boletín de Ar-
ProCalima. Archäologisch-ethnologisches Pro- queología. Año 13. N.1 (1998):3-39. Fundación
jekt im Westlichen Kolumbien/Südamerika. de Investigaciones Arqueológicas Nacionales.
N.5:55-60. Periodische Publikation der Vereini- Santafé de Bogotá.
gung Pro Calima. Basel.
Herrera Ángel, Leonor. 2001. Investigación so-
Gähwiler-Walder, Theres. 1983. Preliminary Re- bre orfebrería del período Sonso del área arqueo-
connaissance in the Pavs-La Cumbre Area. Pro- lógica Calima para el guión del Museo del Oro.
Calima. Archäologisch-ethnologisches Projekt Informe final presentado al Museo del Oro. Ma-
im Westlichen Kolumbien/Südamerika. N.3:43- nuscrito. Santafé de Bogotá.
47. Periodische Publikation der Vereinigung Pro
Calima. Basel. Herrera Ángel, Leonor. 1992. El Período Sonso
Tardío y la Conquista Española. En: Calima.
Girón Higuita, Jesús María. 1985. Arqueología Diez mil años de historia en el suroccidente de
de Buriticá. Tesis de Grado. Departamento de Colombia:151-177. Fundación ProCalima. Santa-
antropología. Universidad de Antioquia. Mede- fé de Bogotá.
llín.
Herrera Ángel, Leonor. 1989. Las plataformas
Gnecco, Cristóbal. 2000. Ocupación temprana de artificiales en ladera ("tambos) en la arqueología
bosques tropicales de montaña. Editorial. Univer- del suroccidente colombiano. V Congreso Nacio-
sidad del Cauca. Popayán. nal de Antropología. Villa de Leyva. Memorias
del Simposio de Arqueología y Antropología
Gnecco, Cristóbal. 1982. Excavaciones arqueoló- Física:161-182. Departamento de Antropología,
gicas en Los Árboles, Cajibío, Cauca.Tesis de Universidad de Los Andes-Instituto Colombiano
Grado. Departamento de Antropología. Universi- de Antropología-Colcultura. Bogotá.
dad de Cauca.
Popayán. Herrera, Leonor y Gaspar Morcote.2000. Tumbas
inundadas de Calima: contexto e identificación
Gnecco, Cristóbal, Diógenes Patiño, Oliver Do- botánica de los restos conservados. Manuscrito.
righel, Ludovic Bellot-Gurlet, Gerard Poupeau y Santafé de Bogotá.
Michael Glascock. 1998. La articulación prehis-
pánica Costa-Andes en el Suroccidente de Co- Herrera, Leonor y María Cristina Moreno.1990.
lombia vista a través de las redes de circulación Investigaciones arqueológicas en Nuevo Río Cla-
ro (Departamento de Caldas). Informes Antropo- Jaramillo, Alexis y Gustavo Lozano Jaramillo.
lógicos. No.4:7-30. Instituto Colombiano de An- 1997. Estudio palinológico del sitio arqueológico
tropología-Colcultura. Bogotá. PK1+500, municipio de Palmira, Departamento
del Valle del Cauca. Tumba1 1. En: Rodríguez,
Herrera Leonor y Marianne Cardale de Carlos Armando. 1997. Rescate Arqueológico en
Schrimpff.1999. Coronado. Excavaciones de res- el Sitio PK1+500 ubicado en el Ramal Candela-
cate en cementerios prehispánicos, Palmira, Va- ria del Gasoducto de Occidente. Informe Final.
lle. Informe presentado a la Fundación de Inves- Anexo 2:71-92. Empresa Colombiana de Petró-
tigaciones Arqueológicas Nacionales. Bogotá. leos, ECOPETROL. Marzo. Santiago de Cali.
Marzo.
Jaramillo, Luis Gonzalo.1998. Prospección y
Herrera, Leonor, Marianne Cardale y Warwick Evaluación Arqueológica en el Área de Influen-
Bray. 1999. Adaptaciones agrícolas en el valle cia del Proyecto Hidroeléctrico Guayco. Informe
medio del río Cauca. En: Formativo Sudamerica- Final. Centro de Investigaciones Sociales y
no: 74-85. Editora, Paulina Ledergerger-Crespo. Humanas, Universidad de Antioquia. Empresas
Bibliografía
Herrera, Leonor, Marianne Cardale y Warwick Jaramillo, Luis Gonzalo. 1991. Investigación
Bray. 1990. La arqueología y el paisaje en la re- Arqueológica en los municipios de Chinchiná,
gión Calima. En: Ingenierías prehispánicas: 11- Villamaría, Palestina y Santa Rosa de Cabal.
180 150. Fondo FEN Colombia-Instituto Colombiano Boletín de Arqueología 4(1): 29-40. Fundación
de Antropología. Bogotá. de Investigaciones Arqueológicas Nacionales.
Banco de la República. Bogotá.
Herrera, Leonor, Marianne Cardale y Warwick
Bray. 1982-83. El hombre y su medio ambiente Jaramillo, Luis Gonzalo. 1989. Investigación
en Calima (altos río Calima y río Grande, Cordi- arqueológica en los municipios de Chinchina y
llera Occidental. Revista Colombiana de Antro- Palestina. Boletín de Arqueología. Año 2.
pología. Vol.XXIV:381-424. Instituto Colombia- N.4:29-40. Fundación de
no de Antropología. Bogotá. Investigaciones Arqueológicas Nacionales. Bo-
gotá.
Illera, Carlos H.1987. Excavaciones Arqueológi-
cas en Inguitó, municipio de Morales y Buenos Kaplan, Lawrence and C. Earle Smith, Jr.1988.
Aires, Cauca. Proyecto de Investigación. Univer- Carbonized Plant Remains from the Calima Re-
sidad del cauca. Popayán. Integral-Rodríguez. gion, Valle del Cauca, Colombia. ProCalima.
2001. Archäologisch-ethnologisches Projekt im Westli-
chen Kolumbien/Südamerika. N.5:43-44. Perio-
Illera, Carlos H. y Cristóbal Gnecco. 1986. Pun- dische Publikation der Vereinigung Pro Calima.
tas de proyectil en el Valle de Popayán. Boletín Basel.
Muselo del Oro, 17:45-57. Museo del Oro. Ban-
co de la República. Bogotá. Kuhry, P. 1988. Paleobotanical-Paleoecological
Studies of Tropical High Andean Peatbog
Integral 2000. Conexión Vial Aburrá-Oriente. (Cordillera Oriental, Colombia). Cramer. Berlín.
Arqueología Preventiva. Fase de Prospección.
Informe Final. Corantioquia. Medellín. Labbé, Armand. 1998. Symbol, theme, context
and meaning in the Art of Prehispanic Colombia.
Integral 1999. Proyecto de Conexión Vial entre In: Shamans, Gods, and Mythic Beast: Colom-
los valles de Aburrá y del río Cauca. Rescate y bian Gold and Ceramics in Antiquity: 21-120.
Monitoreo Arqueológico. Informe Final. Integral. The American Federation of Arts and University
Medelín. of Washington Press. New York.
Integral S.A. - Instituto Nacional de Vías. 1997. Lahitte Iribarne, Martha.1983. Arqueología de la
“Vía Alterna de la Troncal de Occidente”. Sector Colina de las Piedras, Cajibío, Cauca. Tesis de
río Campo Alegre – estadio Santa Rosa de Cabal. Grado. Departamento de Antropología. Universi-
Informe final. Medellín. dad del Cauca. Popayán.
Langebaek, Carl H. 2000. Cacicazgos, orfebrería Llanos Vargas, Héctor. 1981. Los Cacicazgos de
y política prehispánica: una perspectiva desde Popayán a la llegada de los Conquistadores. Fun-
Colombia. Arqueología del Área Intermedia. dación de Investigaciones Arqueológicas Nacio-
N.2:11-45. Instituto Colombiano de Arqueología- nales. Banco de la República. Bogotá.
Sociedad Colombiana de Arqueología. Santafé
de Bogotá. Lleras Pérez, Roberto. 2006. Pre-hispanic
Colombia’s Precious Metalwork. In Gold. The
Langebaek, Carl H. 1992. Noticias de caciques Spirit of Ancient Colombian: 17-73. Smithsonian
muy mayores. Editorial de la Universidad de los Insitution. Washington.
Andes. Bogotá.
Lumbreras, Luis G.1994. Acerca de la aparición
Langebaek, Carl H. E Iván D. Espinosa. 2000. del Estado. Boletín de Antropología Americana.
Transformaciones territoriales en los ecosistemas N.29:5-33. Instituto Panamericano de Geografía
estratégicos del Valle de Aburrá. Reconocimien- e Historia. México.
to arqueológico en el Cerro del Padre maya. In-
Bibliografía
forme Final. Strata-Corantioquia. Medellín. Martínez, Luz E. 1999. Registro arqueológico en
la parcelación “Los Caminos de Cartama”, muni-
Langebaek, C., I. D. Espinosa y S. Giraldo. 2000. cipio de Támesis-Antioquia. Boletín de Antropo-
Prospección Arqueológica del Valle de Aburrá y logía. Vol.13. .30:306-318. Departamento de
sus Ecosistemas Estratégicos. Estudios de Cam- Antropología. Universidad de Antioquia. Mede-
bios Sociales en una región del Occidente de Co- llín. 181
lombia. Informe Final. Strata Ltda. - Universidad
de los Andes. Medellín. Martínez, Luz E. y Silvia Botero. 2002. La Blan-
quita: un sitio precerámico en el Valle de Aburrá.
Legast, Anne.1998. Los símbolos animales de Info rme Fin al. Co rporación GAIA-
Malagana. Boletín de Arqueología. Año 10- N.3. CORANTIOQUIA. Medellín.
(1995). Fundación de Investigaciones Arqueoló-
gicas Nacionales. Santafé de Bogotá. Martínez, Luz E., Silvia Helena Botero, Oscar
Darío Monsalve, Marta Cecilia Ospina y Oscar
Legast, Anne 1993. La Fauna en el Material Pre- Mejía Rivera. 2000. Territorios culturales, con-
colombino Calima. Fundación de Investigaciones textualización y ubicación de los asentamientos
Arqueológicas Nacionales. Santafé de Bogotá. Aburráes. Informe Final. Corantioquia-
Corporación GAIA. Medelín.
Leiva, María Soledad. 1989. Lo Sagrado en La
Tolita. En: Nuestro pasado: La Tolita:27-30. Edi- Medina, Ángel. M., y William. M. Romero.
tores: Rosángela Adoum y Francisco Valdéz. 2000. Reconstrucción paleodemográfica de la
Exposición organizada por el Fondo Arqueológi- población del cementerio de Coronado - Palmira,
co de Museo del Banco Central "Guillermo Pérez Valle del Cauca. Informe Final. Instituto Valle-
Chiriboga". Quito. caucano de Investigaciones Científicas. Santafé
de Bogotá.
Lehmann, Henri. 1953. Archéologie du Sud-
Ouest Colombien. Journal de la Societé des Méndez, M. 1985. La Balsa-Cajibio-Cauca. Ar-
Americanistes. Nouvelle Série. T.XLII:199-270. queología de un sitio transicional en el valle de
Paris. Popayán. Editorial López. Popayán.
Lema, Luz Amparo.2000. El Volante de Huso: Miotti,, L. & G.R. Cattáneo. 1997. Bifacial Tech-
la grandeza de lo pequeño. Códice. Boletín Cien- nology At 13000 Years Ago In Southern Patago-
tífico y Cultural del Museo Universitario. Año 1. nia. Current Research in the Pleistocene vol.
N.1:20-27. Universidad de Antioquia. Medellín. 14:62-65 (Lepper,B.T. editor) CSFA. University
of Corvaills.
Llanos Vargas, Héctor. 1990. Espacios míticos y
cotidianos en el sur del Alto Magdalena agusti- Monsalve, Oscar y Audi Ospina. 1998. Prospec-
niano. En: Ingenierías prehispánicas. Fondo FEN ción arqueológica en la Cuenca del río Aures,
Colombia-Instituto Colombiano de Antropología. municipio de Abejorral. Informe final. Hidroe-
Bogotá. léctrica del río Aures S.A. - Integral. Medellín.
Monsalve, José G. 1985. A pollen core from the Nieto, Luis Eduardo y Carlos Cardona. 2001.
Hacienda Lusitania. ProCalima. Archäologisch- Occidente Medio Antioqueño. Poblamiento An-
ethnologisches Projekt im Westlichen Kolum- tiguo, Hitos Culturales y Construcción del Terri-
bien/Südamerika. N.4:40-44. Periodische Publi- torio. Informe final. Componente Arqueológico.
kation der Vereinigung Pro Calima. Basel. Laboratorio de Arqueología y Antropología.
Centro de Investigaciones Sociales y Humanas.
Montejo Gaitán, Fernando y Elkin Rodríguez T. Universidad de Antioquia-Corporación Autóno-
Urrego. 2001. Antiguos pobladores y labranzas ma Regional del Centro de Antioquia
en el Valle Medio del río Otún, Risaralda. Bole- (CORANTIOQUIA). Medellín. Octubre.
tín de Arqueología 16 (1): 37-115. Fndación de
Investigaciones Arqueológicas Nacionales. Bo- Nivia Guevara, A.1977. Mapa Geológico Gene-
gotá. D.C. ralizado del Departamento del Valle del Cauca.
Instituto de Investigaciones en Geociencias, Mi-
Moreno, María C.1997. Proyecto Arqueológico nería y Química, INGEOMINAS. Bogotá.
San Carlos-San Marcos. Línea de Transmisión de
Bibliografía
500 KV. Informe Final. Tomos 1,2. Interco- Noguera, N. 1994. Inferencia arqueológica de la
nexión Eléctrica.ISA-Centro de Museos. Univer- identidad étnica, metodología y problemática: el
sidad de Caldas. Manizales. oratorio-capilla hñähñü. Boletín de Antropología
Americana, 30:21-35. Instituto Panamericano de
Moreno Yánez, Segundo. 1988. Formaciones Geografía e Historia. México.
182 políticas tribales y señoríos étnicos. Nueva Histo-
ria del Ecuador. Vol.2. Época Aborigen II: 10- Núñez, L.; Varela, J; Casamiquela, R.; Schiappa-
134. Enrique Ayala Mora, Editor. Corporación casse, V.; Niemeyer, H. Y C. Villagrán. 1994.
Editora Nacional Grijalbo. Quito. Cuenca de Taguatagua en Chile: el ambiente del
Pleistoceno superior y ocupaciones humanas.
Múnera, Luis C. 2001. Poblamiento Antiguo, Revista Chilena de Historia Natural 67:503-519.
aprovechamiento de recursos y pautas de produc- Chile.
ción en el Occidente de Antioquia. Taller Alfare-
ro Prehispánico San Jerónimo, Antioquia. Infor- Ochoa Neira, Myriam. 2002. Guías didácticas
me Final. Corantioquia-Integral. Medellín. Mar- sobre la historia aborigen del Ecuador (2). Perío-
zo. do de Desarrollo Regional. Ediciones del Banco
Central del Ecuador. Quito.
Múnera, Luis C. y Oscar D. Monsalve. 1997.
Cuatro sitios precerámicos en el Occidente de Ortiz, y Pipicarno 1992. La ocupación cerámica
Colombia. Ponencia presentada al 49 Congreso de La Elvira, Popayán, Cauca.Tesis de Grado.
Internacional de Americanistas. Pontificia Uni- Departamento de Antropología. Universidad del
versidad Católica del Ecuador. Quito. Cauca. Popayán.
Múnera, Luis C. y Oscar D. Monsalve. 1996. Ortner y Putscher 1981. Identification of Pat-
Arqueología de Rescate en la Vía Alterna de la hological Conditions in Human Skeletal Re-
Troncal de Occidente. Sector Puente Doménico mains. Smithsonian Contributions to Anthropolo-
Parma-Río Campoalegre. Informe Final. Integral. gy, N° 28. Washington.
Medellín.
Ospina, Andy G., Luz Marina Arcila, Silvia Ca-
Múnera, Luis C., Oscar D. Monsalve y Sofía. H. david y Jorge Yépez.1999. Prospección Arqueo-
Botero. 1997. Arqueología de Rescate Vía Alter- lógica de los Ecosistemas Estratégicos del Valle
na de la Troncal de Occidente. Sector Río Cam- de Aburrá. Componente Quitasol. Informe Final.
poalegre-Estadio Santa Rosa de Cabal. Informe Corantioquia. Octubre.
Final. Integral-Invías. Medellín. Septiembre.
Otero de Santos, Helda. 1992. Dos períodos de la
Nieto, Luis Eduardo. 1991. Asentamientos pre- historia prehispánica de Jericó. Departamento de
hispánicos en el suroccidente antioqueño, Muni- Antioquia. Boletín de Arqueología. Año 7. N.2.
cipio de Armenia. Informe Final. Fundación de Fundación de Investigaciones Arqueológicas Na-
Investigaciones Arqueológicas nacionales. Banco cionales. Banco de la República. Santafé de Bo-
de la República. Bogotá. gotá.
Pachajoa, Harry, Carlos A. Rodríguez y Carolina dencias paleoindias y cerámicas en el Valle del
Isaza. 2007. “Parálisis facial en la cerámica de Cauca y Risaralda. Rescate en el Gasoducto de
la Cultura Prehispánica Tumaco – Tolita (300 Occidente, Mariquita-Yumbo. En: Cespedesia.
A.C. – 600 D.C.)”. Colombia Médica, 38: (1): No.62. Inciva. Santiago de Cali. En prensa.
92-94. < http://colombiamedica.univalle.edu.co/
numeroslinea.html>. Patiño, Diógenes, Alexander Clavijo, Aura María
Gómez, René Pulido y Camilo Díaz. 1999. Evi-
Paris, G., y P. Marín. 1979. Generalidades acerca dencias paleoindias y cerámicas en el Valle del
de la Geología del Departamento del Cauca. In- Cauca. Cespedesia. Vol. 22.No.70 [1997]:33-95.
geominas. Popayán. Instituto Vallecaucano de Investigaciones Cientí-
ficas. Cali.
Patiño Castaño, Diógenes. 2003. Tumaco Prehis-
pánico. Asentamiento, subsistencia e intercambio Patiño, Diógenes, Alexander Clavijo, Aura María
en la Costa Pacífica de Colombia. Editorial de la Gómez, René Pulido y Camilo Díaz. 1996. Ar-
Universidad del Cauca. Popayán. queología de Rescate en el Gasoducto de Occi-
Bibliografía
dente. Mariquita - Yumbo. Informe Final. ECO-
Patiño Castaño, Diógenes. 2000. Settlement Sub- PETROL-INCIVA. Santiago de Cali.
sistence and Exchange in Prehispanic Tumaco,
Pacific Coast of Colombia. Ph.D. Dissertation. Patiño, Víctor Manuel. 1990. Historia de la Cul-
Temple University. Philadelphia. August. tura Material en la América Equinoccial. Tomo
II. Vivienda y Menaje. Instituto Caro y Cuervo. 183
Patiño Castaño, Diógenes. 1999. Agricultura Pre- Biblioteca "Ezequiel Uricochea". N.4. Bogotá.
hispánica y Sociedades Complejas en Tumaco,
Colombia. Arqueología del Área Intermedia. Perafán Ledesma, Astrid Lorena. 2001. Arqueo-
N.1:49-82. Sociedad Colombiana de Arqueolo- logía y Bioantropología: Dieta y Diferenciación
gía. Santafé de Bogotá. Social en el Colectivo Prehispánico de Obando
(Cultura Quimbaya Tardío). Tesis de Grado para
Patiño Castaño, Diógenes. 1998. Sociedades obtener el título de Antropólogo. Departamento
Complejas en Tumaco: Asentamiento, Subsisten- de Antropología. Universidad del Cauca. Popa-
cia e Intercambio. En: El Área Septentrional An- yán.
dina. Arqueología y Etnohistoria: 2-66. Colec-
ción Biblioteca Abya-Yala. No.59. Quito. Pérez de Barradas, José. 1966. Orfebrería Prehis-
pánica de Colombia. Estilos Quimbaya y otros.
Patiño Castaño, Diógenes. 1992. Ocupación pre- Volumen 1 y 2. Talleres Gráficos Jura. Madrid.
hispánica del Alto Patía. Novedades Colombia-
nas. N.5:72-91. Universidad del Cauca. Popayán. Pérez de Barradas, José. 1954. Orfebrería Prehis-
Patiño Castaño, Diógenes. 1993. Arqueología del pánica de Colombia. Estilo Calima. Volumen 1 y
Bajo Patía, Fases y Correlaciones en la Costa 2. Madrid.
Pacífica de Colombia y Ecuador. Latin American
Antiquity,4(2):180-199. Society for American Pino, Jorge I. 2006. El legado de la “Mano Pode-
Archeology. rosa”. Aportes a la discusión de las percepciones
estético-formales e las representaciones rupestres
Patiño Castaño, Diógenes. 1988. Orfebrería pre- en arqueología. IV Congreso de Arqueología en
hispánica en la costa pacífica de Colombia y Colombia. Programación y Resúmenes: 86. Uni-
Ecuador "Tumaco-Tolita". Boletín del Museo del versidad Tecnológica de Pereira-Sociedad Co-
Oro. N.22: 17-31. Banco de la República. Bogo- lombiana de Arqueología-Instituto Colombiano
tá. de Antropología e Historia. Pereira.
Patiño, Aníbal. 1971. Hacia una crisis ecológica Pino, Jorge I. y Juan Carlos Forero. 2003. Refu-
en el Valle del Cauca. Revista del Departamento gio de Piedra. Ocupación humana y entorno natu-
de Biología. N.1:5-25. Universidad del Valle. ral en las cavernas del río Alicante, Maceo-
Cali. Puerto Berrío (Antioquia). Fase II. Informe Final.
Corporación Autónoma Regional del Centro de
Patiño, Diógenes, Alexander Clavijo, Aura María Antioquia, CORANTIOQUIA. Medellín.
Gómez, René Pulido y Camilo Díaz. 2001. Evi-
Pino, Jorge I. y Juan Carlos Forero. 2002. Ocupa- Córdoba-Quindío. Boletín de Arqueología 17
ción humana y entorno natural en las cavernas (1):17-37. Fundación de Investigaciones Arqueo-
del río Alicante, Maceo-Puerto Berrío lógicas Nacionales. Banco de la República. Bo-
(Antioquia). Informe Final. Corporación Autóno- gotá. D.C.
ma Regional del Centro de Antioquia, CORAN-
TIOQUIA. Medellín. Reichel-Dolmatoff, Gerardo. 2005. Orfebrería y
Chamanismo. Un estudio iconográfico del Museo
Piperno, Dolores y Debora Pearsall. 1998. The del Oro. Del banco de la República, Colombia.
origins of agriculture in the lowland neotropics. Villegas Editores. Bogotá. D.C.
Academic Press. New York.
Reichel-Dolmatoff, Gerardo. 1990. Orfebrería y
Plazas, Clemencia.1983. Gold Objects from Pri- Chamanismo. Un estudio iconográfico del Museo
mavera: Links between Calima, San Agustín and del Oro. Editorial Colina. Medellín.
the Cauca Valley. ProCalima. Archäologisch-
ethnologisches Projekt im Westlichen Kolum- Reichel-Dolmatoff, Gerardo. 1986. Arqueología
Bibliografía
Bibliografía
tos relativos al descubrimiento, Conquista y Co- Guabas. Variante Meridional de la Tradición
lonización de las Posesiones Españolas en Amé- Cultural Quimbaya Tardío (700-1300 d.C.). In-
rica y Oceanía. Tomo II: 291-357. Madrid. forme Final. Instituto Vallecaucano de Investiga-
ciones Científicas. Diciembre. Cali.
Rodríguez Bastidas, Edgar. 1992. Fauna Preco-
lombina de Nariño. Fundación de Investigaciones Rodríguez, Carlos A. 1992. Tras las Huellas del 185
Arqueológicas Nacionales. Banco de la Repúbli- Hombre Prehispánico y su Cultura en el Valle del
ca. Instituto Colombiano de Antropología. Santa- Cauca. Instituto Vallecaucano Vallecaucano de
fé de Bogotá. Investigaciones Científicas, INCIVA. Imprenta
Departamental. Cali.
Rodríguez, Carlos A. 1998. La Muerte en la Cul-
tura Quimbaya entre los Siglos VII-XV. Región. Rodríguez, Carlos A. 1991. Investigaciones Ar-
No.6 (Diciembre 1997): 7-23. Universidad del queológicas en el Cementerio Prehispánico de
Valle. Cali. Almacafé, Buga, Dpto. del Valle del Cauca. Ces-
pedesia, 16-17 (57-58):163-217. Instituto Valle-
Rodríguez, Carlos A. 1997a. La muerte en la caucano de Investigaciones Científicas. Cali.
Cultura Quimbaya entre los siglos VII al XV.
Región. N.6:7-23. Revista del Centro de Estudios Rodríguez, Carlos A. 1989. San Luis: un asenta-
Regionales. Universidad del Valle. Cali. miento temprano de la Cultura Sonso en la llanu-
ra aluvial del Pacífico. Boletín de Arqueología, 3
Rodríguez, Carlos A. 1997b. Rescate Arqueoló- (2):41-55. Fundación de Investigaciones Arqueo-
gico en el Sitio PK1+500 ubicado en el Ramal lógicas Nacionales. Bogotá.
Candelaria del Gasoducto de Occidente. Informe
Final. Empresa Colombiana de Petróleos, ECO- Rodríguez, Carlos A. 1984. Prospección arqueo-
PETROL. Marzo. Santiago de Cali. Ms. lógica en el norte del Valle del Cauca. Informe
Final. Colciencias-Instituto Vallecaucano de In-
Rodríguez, Carlos A. 1996a. Rescate Arqueoló- vestigaciones Científicas. Darién. Ms.
gico en el Sitio PK187+400 ubicado en la Tron-
cal del Gasoducto de Occidente. Informe Final. Rodríguez, Carlos A. 1980. Informe de la visita
Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPE- realizada a la localidad de Toro, Valle por una
TROL. Octubre. Santiago de Cali. Ms. comisión del Instituto Vallecaucano de Investiga-
ciones Científicas y la C.V.C. Presentado al Insti-
Rodríguez, Carlos A. 1996b. Rescate Arqueoló- tuto Vallecaucano de Investigaciones Científicas.
gico en los sitios PK185 y PK185+600 ubicados Cali. Octubre 23. Ms.
en la Troncal del Gasoducto de Occidente. Infor-
me Final. Empresa Colombiana de Petróleos, Rodríguez, Carlos A. y Orlando Zúñiga E. 2007.
ECOPETROL. Octubre. Santiago de Cali. Ms. Prospección Geoarqueológica en el curso medio
del río Guabas, corregimiento de Campoalegre,
Rodríguez, Carlos A. 1996c. Rescate Arqueoló- municipio de Ginebra, Valle del Cauca. Informe
gico en los sitios PK276+700 y PK321+400 ubi- Final. Universidad del Valle. Cali. Ms.
Rodríguez, Carlos A., Orlando Zúñiga Escobar y Rodríguez, Carlos A., Omar Vargas y Mario Val-
María A. Agudelo. 2006. Arqueología de Preci- derrama. 1991. Estudios tecnológicos de la cerá-
sión. La Aplicación de técnicas geoeléctricas y mica prehispánica del sitio arqueológico San
electrotérmicas en investigaciones arqueológicas Luis. Cespedesia, 16-17 (59):93-145. Instituto
del Valle del Cauca, Colombia. Programa Edito- Vallecaucano de Investigaciones Científicas. Ca-
rial. Universidad del Valle. Cali. li.
Rodríguez, Carlos A. y Alexandra Bedoya Prado. Rodríguez Cuenca, José V. 2005. Pueblos, ritua-
2.000. Asentamientos Prehispánicos Tardíos en les y condiciones de vida prehispánicas en el Va-
la Universidad del Valle. Boletín de Arqueología. lle del Cauca. Universidad Nacional de Colom-
Año 14. No.1 [1999]. Fundación de Investigacio- bia. Santafé de Bogotá.
nes Arqueológicas Nacionales. Santafé de Bogo-
tá. Rodríguez Cuenca, José V. 1999. Los Chibchas:
Pobladores antiguos de los Andes Orientales.
Rodríguez, Carlos A. y David M. Stemper. 1994. Adaptaciones Bioculturales. Fundación de Inves-
Bibliografía
Bibliografía
dro José Botero. 2002. La Cristalina, El cerrito: de Grado para obtener el título de Antropólogo.
un yacimiento ritual agroalfarero temprano en el Departamento de Antropología. Universidad del
Valle del Cauca. Universidad Nacional de Co- Cauca. Popayán.
lombia-INCIVA. Bogotá-Cali.
Rodríguez, Carlos A., William Mauricio Romero
Rodríguez Cuenca, José V., Blanco, Sonia y Pe- y Ernesto L. Rodríguez. 2000. Patrones Funera- 187
dro José Botero. 2001. Medio Ambiente y adap- rios Prehispánicos en Yumbo, Valle de Cauca.
tación en una comunidad agroalfarera temprana Informe Final. Universidad del Valle-Instituto
de El cerrito, Valle del Cauca. Informe Final. Municipal de Cultura,Yumbo, Valle. Cali. Octu-
Universidad Nacional de Colombia-INCIVA- bre.
Municipio de El Cerrito. Bogotá-Cali. Agosto.
Rodríguez Ramírez, Camilo. 1997ª.Rescate ar-
Rodríguez Cuenca, José V., Carlos Armando Ro- queológico sitios Los Arrayanes (Pk91+150) Vi-
dríguez y Fernando Bernal. 1998. Dos posibles llamaría, Caldas y El Pomo (Pk7+200) ramal a
casos de trepanomatosis prehispánica proceden- Manzanares, Tolima. Informe Final. Empresa
tes del Valle del Cauca. Maguaré.No.13:85-98. Colombiana de Petróleos, ECOPETROL. Santafé
Departamento de Antropología. Universidad Na- de Bogotá.
cional de Colombia. Santafé de Bogotá.
Rodríguez Ramírez, Camilo. 1997b. Rescate y
Rodríguez, Elkin y Fernando Montejo.1996. An- Monitoreo Arqueológico Línea de Transmisión
tiguos pobladores y labranzas en el valle del río Guatapé-Jaguas. Colonización agroalfarera tardía
Otún. Arqueología de Rescate. Variante La Ro- de los bosques en laderas andinas. El caso de los
melia-El Pollo. Informe Final. Tomo 1. Instituto Pantágoras en San Rafael, Antioquia. Informe
Nacional de Vías-Consultoría Colombiana S.A.- Final. Vol.1. Interconexión Eléctrica, ISA. Bogo-
Fundación ERIGAIE. Santafé de Bogotá. tá. Septiembre. Ms.
Rodríguez Flórez, Carlos D., Carlos A. Rodrí- Rodríguez Ramírez, Camilo. 1995. Asentamien-
guez y Miguel E. Delgado. 2001. Reconstrucción tos de los bosques subandinos durante el holoce-
de la estructura y organización social de la pobla- no medio. En: Ámbito y ocupaciones tempranas
ción prehispánica Bolo-Quebrada seca de la Ca- de la América Tropical: 115-123. Editores, Inés
lle de la Escopeta, Cali, Valle del Cauca, utilizan- Cavelier y Santiago Mora. Fundación ERIGAIE-
do restos dentales. Ponencia presentada a las IV Instituto Colombiano de Antropología. Santafé
Jornadas de Antropología del Departamento de de Bogotá.
Antropología de la Universidad de Antioquia.
Medellín, 3-5 de Octubre de 2001. Rodríguez y Montejo.1996. Programa de Ar-
queología de Rescate y Salvamento. Variante la
Rodríguez Flórez, Carlos D., Ernesto L. Rodrí- Romelia-El Pollo, K8+000 a K10+000, munici-
guez y Carlos A. Rodríguez. 2001a. Paleopatolo- pios de Dosquebradas y Pereira, Departamento
gía Dental "Sonso" entre los siglos XI y XII d.C. de Risaralda. Informe de Campo. Instituto Nacio-
El caso de la población prehispánica de Guacan- nal de Vías-Consultoría Colombiana S.A.-
Fundación Erigaie. Bogotá. Ms.
Roe, F.E.S. 1985. Petrological Analysis of Cali- Rubin, E. Y Farber, J.L. 1990. Patología. Edito-
ma Pottery: a Preliminary Report. ProCalima. rial Médica Panamericana. México.
Archäologisch-ethnologisches Projekt im Westli-
chen Kolumbien/Südamerika. N.4:45- Ruiz, Martamónica y Carlos A. Rodríguez. 1991.
49.Periodische Publikation der Vereinigung Pro Aportes a la identificación de material cerámico
Calima. Basel. de la cultura prehispánica Yotoco, por medio del
trabajo interdisciplinario Arqueología-Botánica.
Rojas Mora, Sneider.1995. Descripción de Ma- Cespedesia, 18 (61):137-152. Instituto Vallecau-
crorestos Botánicos de sitios arqueológicos en la cano de Investigaciones Científicas. Cali.
cuenca del río Dagua, Poliducto Línea Litora de
Pacífico. En: Alarcón, Jorge. 1995. Rescate Ar- Salgado López, Héctor. 1998. Monitoreo Ar-
queológico en el Valle Alto del río Dagua. Bole- queológico en la Subestación Páez a 230 Kv. In-
tín de Arqueología, 10 (1): 66-80. Fundación de forme Final. Interconexión Eléctrica S.A. Geren-
Investigaciones Arqueológicas Nacionales. San- cia de Expansión. Dirección de Viabilidad Y Di-
tafé de Bogotá. seños. Grupo de Estudios Ambientales. Programa
Bibliografía
Salgado López, Héctor y Alba Nelly Gómez. Sanoja, Mario e Iraida Vargas-Arenas. 1999b. De
2000. Pautas de Asentamiento Prehispánicas en tribus a señoríos: los Andes Septentrionales. His-
Cajamarca, Tolima. Fundación de Investigacio- toria de América Andina. Volumen 1. Las Socie-
nes Arqueológicas dades Aborígenes: 201-221. Luis Guillermo
Nacionales. Banco de la República. Santafé de Lumbreras Editor. Universidad Andina Simón
Bogotá. Bolívar. Quito.
Salgado Héctor y David M. Stemper. 1995. Cam- Santos Vecino, Gustavo. 1998. La cerámica ma-
bios en Alfarería y Agricultura en el Centro del rrón inciso de Antioquia. Contexto histórico y
Litoral Pacífico Colombiano durante los últimos sociocultural. Boletín de Antropología , 12 (2)
Bibliografía
dos milenios. Fundación de Investigaciones Ar- 9:128-147. Departamento de Antropología. Uni-
queológicas Nacionales-Instituto Vallecaucano versidad de Antioquia. Medellín.
de Investigaciones Científicas. Santafé de Bogo-
tá. Santos Vecino, Gustavo. 1996. Rescate arqueoló-
gico de la variante San José de Nus-Cisneros Po-
Salgado Héctor y Carlos A. Rodríguez.1989. Las liducto Sebastopol-Medellín. Informe Final. Em- 189
Costumbres Funerarias Prehispánica en el Curso presa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL.
Alto del río Calima. Boletín del Museo del Oro, Medellín. Ms.
24:123-127. Banco de la República. Bogotá.
Santos Vecino, Gustavo. 1995a. Las Sociedades
Salgado, Héctor, Carlos A. Rodríguez y Vladimir Prehispánicas de Jardín y Riosucio. Revista Co-
A. Bashilov.1993. La Vivienda Prehispánica Ca- lombiana de Antropología, 23:245-286. Instituto
lima.Instituto Vallecaucano de Investigaciones Colombiano de Antropología. Bogotá.
Científicas, INCIVA. Cali.
Santos Vecino, Gustavo. 1995b. El Volador: las
Sampson, E.H., S.J. Fleming y Warwick Bray. viviendas de los muertos. Boletín de Antropolo-
1976. Edad de la cerámica colombiana del Estilo gía, 9 (25):11-48. Departamento de Antropolo-
Yotoco, revelada por Termoluminiscencia. Ces- gía. Universidad de Antioquia. Medellín.
pedesia, 5 (17-18):79-88. Cali.
Santos Vecino, Gustavo. 1993. Una población
Sanoja, Mario. 2001. La Cerámica tipo Formati- prehispánica de Antioquia representada por el
vo de Camay, Estado Lara, Venezuela. Revista estilo cerámico marrón-inciso. En: El marrón-
El Caribe Histórico. Casa del Caribe- inciso de Antioquia. Una población prehispánica
Smithsonian Institution. Santiago de Cuba. de Antioquia representada por el estilo cerámico
marrón-inciso:39-55. Colección Museo Universi-
Sanoja, Mario e Iraida Vargas-Arenas. 1992. An- tario-Universidad de Antioquia 190 años. Bogo-
tiguas Formaciones y Modos de Producción Ve- tá.
nezolanos. 3ra. Edición. Monte Avila Editores.
Caracas. Santos, Gustavo y Helda Otero.1996. El Volador:
una ventana al pasado. Informe. Departamento de
Sanoja, Mario e Iraida Vargas-Arenas. 2002. El Antropología. Universidad de Antioquia-Secrtaía
Agua y el Poder. Caracas y el Origen del Estado de Educación Municipal Medelín.
Colonial Caraqueño. Ediciones del Banco Cen-
tral de Venezuela. Caracas. Santos, Gustavo, Mario Bermúdez, E.I. Correa y
E. Ospina.1996. Rescate arqueológico de la tron-
Sanoja, Mario e Iraida Vargas-Arenas. 2002. Las cal de gasoducto Sebastopol-Medellín. Informe
Edades de Guayana: Arqueología de una Quime- Final. Centro de Investigaciones de la Facultad
ra. Santo Tomé y las Misiones Capuchinas de de Ciencias Sociales y Humanas de la Universi-
Guayana, Venezuela. En prensa. dad de Antioquia-Transmetano ESP,SA. Mede-
llín. Ms.
Sarmiento, Griselda. 1994. La creación de los Suelos de Colombia. Origen, evolución, clasifi-
primeros centros de poder. En: Historia Antigua cación, distribución y uso.1995. Instituto Geográ-
de México. Vol. I. El México antiguo, sus áreas fico Agustín Codazzi. Subdirección de Agrolo-
culturales, los orígenes y el Horizonte Preclásico: gía. Santafé de Bogotá D.C.
247-277. Coordinadores. Linda Manzanilla y
Leonardo López Luján. Instituto Nacional de Suelos del Eje Cafetero.2001. Proyecto U.T.P.-
Antropología e Historia, INAH- Universidad Na- GTZ. Facultad de Ciencias Ambientales-
cional Autónoma de México-Miguel Angel Pu- Cooperación Alemana para el Desarrollo. Perei-
rrúa Editor. México. ra.
Sarmiento, Griselda. 1993. Tribus y Cacicazgos Tihay, J.P. and P. Usselman. 1995. Medio Am-
Arqueológicos: una discusión acerca de origen de biente y Ocupación Humana en el Litoral Pacífi-
la estratificación social. Boletín de Antropología co Colombo-Ecuatoriano. En Cultura y Medio
Americana, 27: 95-108. Instituto Panamericano Ambiente en el Área Andina Septentrional. Co-
de Geografía e Historia. México. lección Abya-Yala N.21:377-399. Mercedes Gui-
Bibliografía
Sotomayor Tribín, Hugo. 1992. Arqueomedicina Ubelaker, Douglas H. 1997. Skeletal Biology of
de Colombia Prehispánica. Cafam-Comisión V Human Remains from La Tolita Esmeraldas Pro-
Centenario. Bogotá. vince, Ecuador. Smithsonian Contributions to
Anthropology. Number 41. Smithsonian Institu-
Sotomayor Tribín, Hugo. 1990. Enfermedades en tion Press. Washington D.C.
el arte prehispánico colombiano. Boletín del Mu-
seo del Oro, .29:63-73. Banco de la República. Uribe, María Alicia. 1991. La Orfebrería Quim-
Bogotá. baya Tardía. Una investigación en la colección
del Museo del Oro. Boletín del Museo del Oro,
Stemper, D. 1993. The Persistence of Prehispanic 31:31-124. Banco de la República. Santafé de
Chiefdoms on the Rio Daule, Coastal Ecuador. Bogotá.
University of Pittsburgh Memoirs in Latin Ame-
rican Archaeology. No.7. Pittsburgh-Quito. Uni- Urdaneta Franco, Martha. 1991. Huellas del Pis-
versity of Pittsburg-Ediciones. Libri Mundi. hau en el Resguardo de Guambia: ensayando ca-
minos para su estudio. Boletín del Museo del
Stemper David M. y Héctor Salgado L. 1993. Oro, 31:3-29. Banco de la República. Santafé de
Metalurgia Prehispánica y Colonial-Republicana Bogotá.
en el Pacífico Colombiano. Revista Colombiana
de Antropología, 30:59-99. Instituto Colombiano Urdaneta Franco, Martha. 1988. Investigación
de Antropología. Bogotá. Arqueológica en el Resguardo Indígena de
Guambía. Boletín del Museo del Oro, 22: 55-81.
Stirling, M. 1963. A New Culture . Archaeology Banco de la República. Santafé de Bogotá.
16 (3):170-175.
Valdez, Francisco.1992. Symbols, Ideology and tion of Mastodon. Geologie en Mijbouw, 60:369-
the Expresión of Power in LaTolita, Ecuador. In: 372. Ámsterdam.
The Ancient Americas. Art from Sacred Lands-
capes: 229-243. Richard F. Townsend General Van der Hammen, Thomas y Gonzalo Correal
Editor. The Art Institute of Chicago. Prestel Ver- Urrego. 2001. Mastodontes en un Humedal Pleis-
lag. Munich. tocénico en el Valle del Magdalena (Colombia)
con evidencias de la presencia del hombre en el
Valdez, Francisco.1989. La Sociedad Tolita. En: Pleniglacial. Boletín de Arqueología, 16 (1): 4-
Nuestro pasado: La Tolita: 5-14. Editores: Ro- 36. Fundación de Investigaciones Arqueológicas
sángela Adoum y Francisco Valdéz. Exposición Nacionales. Bogotá. D.C.
organizada por el Fondo Arqueológico de Museo
del Banco Central "Guillermo Pérez Chiriboga". Vargas-Arenas, Iraida. 1990. Arqueología, Cien-
Quito. cia y Sociedad. Ensayo sobre Teoría Arqueológi-
ca y la Formación Económico Social Tribal en
Valdez, Francisco. 1987. Proyecto Arqueológico Venezuela. Editorial AbreBrecha. Caracas.
Bibliografía
"La Tolita" (1983-1986). Exposición Itinerante
organizada por el Fondo Arqueológico del Mu- Vargas-Arenas, Iraida. 1988.Perspectiva histórica
seo del Banco Central "Guillermo Pérez Chiribo- de la arqueología venezolana: aportes al conoci-
ga". Quito. miento de la formación económico social tribal.
En: Actas del Segundo Simposio de la Fundación
Valdez, Francisco, Bernard Gratuze, lexandra de Arqueología del Caribe: 85-120. Iraida Vargas 191
Yepez y Julio Hurtado. 2005. Evidencia tempra- Editor. Washington.
na de metalurgia en la Costa Pacífica Meridional.
Boletín Museo del Oro 53. Banco de la república. Vargas-Arenas, I, M. Toledo, L. Molina y C.
Bogotá. www.banrep.gov.co/museo/es/boletin. Moncourt. 1997. Los Artífices de la Concha. Fa-
cultad de Ciencias Económicas y Sociales, Uni-
Valencia, Guillermo.1929. Del pasado. Estudio versidad Central de Venezuela, Caracas. Alcal-
arqueológico de los objetos encontrados el señor día del Municipio Jiménez, Fundacultura, Museo
Ramires al vaciar una sepultura indígena situada Arqueológico de Quíbor, Estado Lara.
a dos leguas y media en dirección sur de la ciu-
dad de Popayán. Boletín de Estudios Histórico, Vargas Omar y Mario Valderrama. 1991. Estu-
2: 257-271. Pasto. dios tecnológicos de la cerámica prehispánica del
sitio arqueológico San Luis. Cespedesia. Vol.
Valencia, Guillermo. 1930. Arqueología ameri- XVI-XVII. No.59 [1990]:93-145. Instituto Valle-
cana de Popayán. Boletín de Historia y Antigüe- caucano de Investigaciones Científicas. Cali.
dades, 18: 458-474. Bogotá.
Von Schuler-Schömig, Immina.1981. A grave-lot
Van der Hammen, Thomas.1992. Historia, Eco- of the Sonso period. ProCalima. Archäologisch-
logía y Vegetación. Corporación Araracuara- ethnologisches Projekt im estlichen Kolumbien/
Fondo FEN-Fondo de Promoción de la Cultura. Südamerika, 2: 25-27.
Bogotá. Periodische Publikation der Vereinigung Pro Ca-
lima. Basel.
Van der Hammen, Thomas. 1986. Cambios me-
dioambientales y la extinción del mastodonte en Wassén. S. Henry. 1988. Apuntes sobre grupos
el Norte de los Andes. Revista de Antropología, meridionales indígenas Chocó en Colombia. Tra-
2 (1-2): 27-33. Departamento de Antropología. ducción de Margarita de Giraldo y María Merce-
Universidad de Los Andes. Bogotá. des Calderón del texto publicado originalmente
en Etnologiska Studier 1. Goteborg. 1.935. El
Van der Hammen, Thomas.1985. Paleoecología Greco. Impresores. Bogotá.
y estratigrafía de yacimientos precerámicos de
Colombia. Libro de Resúmenes: 531-532. 45 West, Robert. 1957. The Pacific Lowlands of
Congreso Internacional de Americanistas. Uni- Colombia. Lousiana State University Studies,
versidad de los Andes. Bogotá. No.8. Baton Rouge.
192
Este eBook se terminó de compilar en formato PDF (Portable Document File) en Agosto de 2007.
Primera edición: 3.500 eBooks para distribución mundial en formatos electrónicos PDF, LIT y DNL.