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“CORRUPCION Y LA SOCIOLOGIA

LEGISLATIVA”

ASIGNATURA:

 SOCIOLOGIA

Integrantes:
 DIAZ RODRIGUEZ, EDUARDO FRANCO
 ENZINAS RIOS, MARX HANSON
 LOPEZ HIDALGO, JENNIFER
 STYVEN RIBER, ROSARIO ROMERO

Docente:
 DR, JAMANCA HENOZTROSA, FRANKLIN

Iquitos – Perú
2019
ÍNDICE

AGRADECIMIENTOS ..................................................................................................3
JUSTIFICACIÓN…………………………………………………………………………………………………………………………4

INTRODUCCIÓN ...........................................................................................................5
OBJETIVOS ....................................................................................................................6
General ...........................................................................................................................6
Específicos .....................................................................................................................6
MARCO TEORICO……………………………………………………………………7
CAPITULO 1 ...................................................................................................................7
CAPITULO 2 .................................................................................................................25
CONCLUSIONES .........................................................................................................27
BIBLIOGRAFÍA ...........................................................................................................28

2
AGRADECIMIENTOS

Agradecemos a todos los conocedores de la ciencia del derecho y sus tantas obras que

nos sirven de fuente, porque mediante ellos se hizo posible realizar el presente trabajo

porque nos ayudan a seguir en esta lucha incansable del conocimiento.

3
JUSTIFICACIÓN:

El siguiente trabajo monográfico se realizó debido a la idea de conocer un poco


más a cerca de la corrupción, y que marco engloba en nuestra vida diaria y en
nuestro país.
La mala noticia es que la corrupción está aumentando su coeficiente de
desfachatez.
Hace unos días, la Defensoría del Pueblo publicó un interesante informe que
todo ciudadano debe leer para entender los defectos que tiene nuestro sistema
de justicia cuando debe combatir y reducir la corrupción. En un contexto en el
que el caso Odebrecht ha incrementado más la desconfianza de la población
hacia las autoridades de gobierno (90% de peruanos cree que la corrupción en
el país es muy alta, según Datum), es este cuestionado Poder Judicial el que,
finalmente, tendrá que juzgar y condenar a los ex funcionarios que aceptaron los
sobornos de la empresa brasileña a cambio de concederle obras públicas.
Hace unos días, la Defensoría del Pueblo publicó un interesante informe que
todo ciudadano debe leer para entender los defectos que tiene nuestro sistema
de justicia cuando debe combatir y reducir la corrupción. En un contexto en el
que el caso Odebrecht ha incrementado más la desconfianza de la población
hacia las autoridades de gobierno (90% de peruanos cree que la corrupción en
el país es muy alta, según Datum), es este cuestionado Poder Judicial el que,
finalmente, tendrá que juzgar y condenar a los ex funcionarios que aceptaron los
sobornos de la empresa brasileña a cambio de concederle obras públicas.
Debido a toda esta desigualdad y la problemática de corrupción en crecida,
nuestro grupo se armó de ánimos para poder indagar a cerca de más datos
precisos sobre corrupción política y enfocarnos en el marco de la sociología
legislativa.

https://www.esan.edu.pe/conexion/actualidad/2018/12/10/como-funciona-la-corrupcion-
en-el-peru-analisis-del-caso-odebrecht/

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INTRODUCCIÓN:

Hay momentos en la historia política republicana donde el problema de la


corrupción irrumpe como un huaico y arrasa con la clase política peruana.
Estamos frente a uno de estos raros momentos debido a que por primera vez
la fuente de la corrupción, las empresas constructoras brasileñas, han sido
investigadas en su país de origen, los empresarios han sido encarcelados y
están hablando. La justicia federal brasileña recurre al mecanismo legal de
“delación premiada”, para identificar mecanismos, montos de sobornos,
cuentas donde se colocaron y la lista de los funcionarios o políticos que
favorecieron sus proyectos en el Estado. El país está en vilo, a la espera de
la famosa lista. Ya tenemos algunos presos y fugados y varios políticos están
siendo arrasados.
La corrupción es un problema que aqueja a muchos países, y el Perú no
escapa de esta realidad. Es un país pluriétnico, pluricultural y multilingüe,
donde los gobiernos que se sucedieron desde 1824 hasta la fecha no han
tenido la voluntad de forjar una nación unitaria, diversa ni descentralizada. Al
contrario, todo el poder político se concentra en Lima, desde donde aún se
gobierna.
¿La corrupción es un problema o es algo sustancial para cubrir necesidades?
¿Forma parte de la naturaleza humana o es una enfermedad que debemos
erradicar? ¿Existe en el país un grado de aceptación? Lo cierto es que la
sociedad se encuentra en una constante lucha para obtener el menor grado
posible de corrupción en el país o, por lo menos, es que lo que se desea
aparentar.
Según el último Índice de Percepción de la Corrupción de Transparency
International, Nueva Zelanda y Dinamarca son los países menos corruptos
del mundo, con puntuaciones de 90 sobre 100. Perú se ubica en el puesto
101 de 176 países, con una puntuación de 35, que refleja un alto nivel de
corrupción.
Otros países como Finlandia, Suiza, Noruega, Holanda, Alemania y Reino
Unido también registran niveles de corrupción muy bajos. Todos se
caracterizan por tener gobiernos abiertos, libertad de prensa, libertades
civiles y sistemas judiciales independientes.
Según la última Encuesta Nacional Urbano-Rural, la corrupción es el principal
problema del Perú, seguida por la delincuencia y la inseguridad.

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OBJETIVOS:

GENERAL:

Determinar los conceptos básicos de la corrupción y de la sociología


legislativa peruana.

ESPECÍFICOS:

Reconocer la diferencia entre la corrupción y la corrupción política en


el Perú y en el marco internacional.
Indagar a cerca de la sociología de derecho y el marco del término de
la legislación política.

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Capítulo 1:
1-La corrupción:
1.1-Conceptos básicos:
La corrupción refiere, en una primera instancia, a algo que se ha echado a
perder, que pasa a un estado de pudrición o perversión, alterándose las
propiedades básicas y pasando a ser mucho más turbias y negativas.
El término proviene de la combinación de dos palabras en latín: romper y
corazón. Ese sentido metafórico significa justamente la pérdida de la esencia de
un objeto o valor.
Otro concepto nos demuestra algo similar donde podemos establecer que se
encuentra el origen etimológico del término corrupción. En concreto, emana del
vocablo “corruptio”, que se encuentra conformado por los siguientes elementos:
el prefijo “con-“, que es sinónimo de “junto”; el verbo “rumpere”, que puede
traducirse como “hacer pedazos”; y finalmente el sufijo “-tio”, que es equivalente
a “acción y efecto”.
Corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder,
sobornar a alguien, pervertir, dañar). El concepto, de acuerdo al diccionario de
la Real Academia Española (RAE), se utiliza para nombrar al vicio o abuso en
un escrito o en las cosas no materiales.
La corrupción, por lo tanto, puede tratarse de una depravación moral o simbólica.
Por ejemplo: “No debemos tolerar la corrupción de nuestras tradiciones por
presiones extranjeras”, “Las declaraciones del ministro contribuyen a la
corrupción del acuerdo de paz”.
En otro sentido, la corrupción es la práctica que consiste en hacer abuso de
poder, de funciones o de medios para sacar un provecho económico o de otra
índole. Se entiende como corrupción política al mal uso del poder público para
obtener una ventaja ilegítima: “Los casos de corrupción de este país han llegado
a las primeras planas de los diarios del mundo”, “El ex presidente será enjuiciado
por corrupción en la compra de un avión”, “Me encargaré de perseguir la
corrupción para que no haya ningún escándalo en mi gobierno”.

En estos momentos, tal y como conocemos a través de los diversos medios de


comunicación mundiales, se han producido numerosos casos de corrupción
política. Esto viene a demostrar no sólo la impunidad con la que pueden actuar
los distintos dirigentes sino también la necesidad del endurecimiento de las leyes
para estas situaciones y de una reforma política generalizada.
El tráfico de influencias, el soborno, la extorsión y el fraude son algunas de las
prácticas de corrupción, que se ven reflejadas en acciones como entregar dinero
a un funcionario público para ganar una licitación o pagar una dádiva o coima
para evitar una clausura.

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A la corrupción se encadenan otros delitos, ya que el corrupto suele incurrir en
la práctica para permitir o solicitar algo ilegal. Un policía resulta corrupto si recibe
dinero de un hombre para que le permita robar en una casa sin intromisión
policial. En este caso, se juntan dos delitos: el acto de corrupción y el robo.
Esta tendencia se presenta y existe en todo tipo de organizaciones, en dónde los
prestadores de servicios se aprovechan de las facultades que tienen para sacar
provecho de tipo económico a todo tipo de personas susceptibles a sus
circunstancias y situaciones.
Sin embargo mucho se ha intentado hacer para combatir este mal que
desquebraja la sociedad de una manera voraz, dando resultados poco notorios.
Stephen D. Morris, quien realizó un interesante estudio de
la corrupción en México, sostenía que "Se la ha definido como el uso ilegitimo
del poder público para el beneficio privado"; "Todo uso ilegal o no ético de la
actividad gubernamental como consecuencia de consideraciones de
beneficio personal o político"; o simplemente como "el uso arbitrario del poder".
Otra definición con un énfasis más jurídico la proporciona Guillermo Brizio: "Se
designa a la corrupción como un fenómeno social, a través del cual
un servidor público es impulsado a actuar en contra de las leyes, normatividad y
prácticas implementados, a fin de favorecer intereses particulares".
La corrupción también ha sido definida como: "comportamiento político
desviado" (falta de ética política); "conducta política contraria a las normas
jurídicas" (falta de ética jurídica y política); y "usurpación privada de lo que
corresponde al dominio público". Cabe destacar que el interés personal no es un
elemento que necesariamente debe incluirse en una definición, pues los actos
de corrupción no siempre benefician únicamente intereses particulares.
La corrupción puede beneficiar a familiares, amigos o incluso a
una organización, a una causa o movimiento social, político o cultural. Debido a
lo anterior, algunos autores han diferenciado la corrupción egoísta de la solidaria.
Para efectos de esta disertación, la corrupción se define como un acto racional
ilegal, ilegitimo y no ético por parte de servidores públicos, en perjuicio del interés
común de la sociedad y del gobierno, y en beneficio de un interés egoísta o
solidario de quien lo promueve o lo solapa directa e indirectamente.
Algunos tipos de corrupción son los siguientes:
Existan dos grandes acepciones del término: una hace referencia a la pudrición
de algo, en tanto que la otra asume una forma más simbólica, para aludir a las
relaciones humanas, especialmente a las relaciones de poder.
En primer lugar, un organismo luego de su muerte comienza un proceso de
degradación. Se trata de una descomposición (con sustancias que se van
hinchando, luego secándose y pudriéndose), por la que los cuerpos lentamente
se van transformando en formas menos complejas y más simples.
En la literatura y lingüística también se denomina corrupción a una situación que
puede darse cuando una palabra es utilizada de forma diferente de la que
establece su definición, está ocurriendo un fenómeno de corrupción lingüística.
También ocurre si en cualquier obra escrita, a partir de una traducción,
corrección o redacción, aparece una alteración con respecto a la versión original.

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En informática, se sabe que el almacenamiento de los datos no es un acto
infalible, y si los bits alteran la presentación de los datos (cosa que puede
suceder por ataque de virus, por mal funcionamiento del sistema operativo, o
simplemente por una mala transmisión de datos), se considera que es un archivo
corrupto.
Cuando se habla de casos de corrupción de menores es porque existe un mayor
de edad que, abusándose de una situación de indefensión, somete a un menor
a realizar actividades como la prostitución, que lo pueden perturbar
psicológicamente de un modo muy grave, corrompiendo así su personalidad y
su desarrollo psicológico.
En política, el concepto de corrupción refiere al acto de abuso de poder para
sacar un provecho, generalmente económico, que no responde a las funciones
que ese poder asignar. Con esto se ve la relación con el espíritu etimológico del
término: en la política, el poder debe tener un fundamento filosófico de búsqueda
del bien común, y la vulneración de eso por perseguir intereses individuales es
uno de los actos por excelencia de traición, y por lo tanto, de corrupción.

https://concepto.de/corrupcion/
https://definicion.de/corrupcion/
https://es.wikipedia.org/wiki/Corrupci%C3%B3n_pol%C3%ADtica
https://www.monografias.com/trabajos88/la-corrupcion-politica/la-corrupcion-
politica.shtml

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1.2-Actos de corrupción:
Pero concretamente, ¿de qué hablamos cuando mencionamos actos de
corrupción? He aquí algunos ejemplos:
La extorsión al amparo de altos cargos en la función pública o privada, para
obligar a otras personas a hacer cosas más allá de sus funciones.
La falsificación de las adjudicaciones públicas, con contrataciones falsas y por
fuera de las vías que la ley impone.
El tráfico de influencias, utilizando los beneficios o las amistades en los cargos
jerárquicos para favorecer o perjudicar causas o proyectos.
El uso ilegal o con malas intenciones de los bienes que han sido conferidos para
otro uso.
La falta de ética, sobre todo en altos niveles jerárquicos. Es delito que un
funcionario vea un ilícito y no lo denuncie o advierta.
La corrupción aparece tanto en la función pública como en la privada y tiene
consecuencias más que negativas para la mayoría de las organizaciones que no
saben combatirlo: favorece la reproducción de las burocracias, limita la
credibilidad de los gobiernos, reduce los recursos para el trabajo honesto y
naturaliza estos hechos, que perjudican sobremanera a quienes con su dinero o
con su apoyo legitiman esa organización. Incluso la justicia, la policía o el deporte
suelen estar atravesados por estas cuestiones.
El debate sobre la corrupción suele aparecer en la mayoría de las democracias
del mundo, y no faltan los partidos políticos que se consideran los paladines en
la lucha contra la corrupción. Lo cierto es que para solucionar estos problemas
se necesita un cambio en el sentido común de la sociedad y una cultura de
pertenencia a las decisiones que se toman en los estratos superiores de las
organizaciones, que esa sociedad legitima.
Ahora bien, basándonos en nuestro contexto peruano sabemos que crece la
indignación de la sociedad ante los diversos actos de corrupción por parte de los
miembros del Gobierno, pero si alguna vez has realizado alguna de estas
conductas, estas cometiendo algún tipo de corrupción.
Si buscamos en un diccionario la definición al término “corrupción”,
encontraremos unanimidad de criterios al afirmar que se trata de actos
perversos, ilegales o moralmente malos. En algunas definiciones adicionan a la
misma el supuesto de que esos actos sean cometidos por autoridades o
servidores públicos.
Pero los ciudadanos no estamos exentos de este concepto y existen múltiples
conductas que podrían ser consideradas actos de corrupción, o que corrompen
la sociedad.
Aquí te enumeramos los más comunes.
Pagar soborno por un trámite.
Cuando al tratar de agilizar un trámite ante una instancia gubernamental o
saltarse un proceso del mismo, ciertos ciudadanos pagan una cantidad para tales
efectos, practica recurrente en la sociedad mexicana, que a pesar de estar

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promovida en muchas instancias por las autoridades mismas, la sociedad al
permitirlo se vuelve parte primordial de este tipo de corrupción.
Comprar piratería.
Existen miles de establecimientos que se dedican a la venta de artículos piratas,
ya sea discos musicales, programas computacionales, películas o ropa, al
adquirir este tipo de mercancía estamos dañando la propiedad intelectual y miles
de empleos directos que dependen de este tipo de industrias.
Tirar basura fuera de los contenedores.
Cuantas veces nos hemos quejado de las inundaciones en calles y avenidas de
nuestras ciudades, pues si alguna vez has tirado basura fuera de los
contenedores, eres parte del problema, sin duda esta conducta es uno de los
tipos de corrupción más recurrente.
Robarse la luz.
Los famosos “diablitos” que se utilizan cotidianamente para colgarse de otra
instalación eléctrica son sin duda uno de los actos que más dinero le cuesta al
estado, si has utilizado alguna vez este u otro tipo de recursos para tener energía
eléctrica sin pagarla, eso también es corrupción.
Comprar y/o consumir drogar.
La inseguridad es uno de los temas que más le afecta a las naciones, solamente
a nuestro país en el último año el valor económico de la violencia fue de más de
233 mil millones de dólares. Millones de mexicanos son víctimas de esta
situación, pero si alguna vez han comprado o consumido algún tipo de droga
ilegal, eres parte primordial del fortalecimiento de los grupos criminales, así de
corrupta es esta conducta.
Destruir propiedad pública.
Las personas que plasman grafitis en las paredes, rallan cristales del servicio de
transporte público, dañan bancas de los parques, o cualquier otra conducta
similar, este tipo de actos le genera costos importantes a los estados y
municipios y podría considerarse también un tipo de corrupción.
No respetar las señales de tránsito.
Aunque nadie lo note, o nadie te multe, cada que te pasas un semáforo en rojo,
das una vuelta en lugar prohibido, o rebasas los límites de velocidad
establecidos, estas contribuyendo a la corrupción del país. La gran parte de los
accidentes de tránsito, son provocados por personas que incumplieron alguna
señal vial, y si manejar en estado de ebriedad es también un tipo de corrupción.
Así que ya sabes, no tiene nada de malo que te enojes y te indignes ante los
descarados actos de corrupción de algunos personajes de la política, pero la
próxima vez que suceda, piensa si alguna vez has cometido alguna de estas
conductas y medita como puedes aportar tú a erradicar la corrupción de nuestro
país.

https://plumasprogresistas.com/2016/01/20/7-ejemplos-de-corrupcion-ciudadana/

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Corrupción política:

2.1-Concepto:
La corrupción política se refiere a los actos delictivos cometidos por funcionarios
y autoridades públicas que abusan de su poder e influencia al hacer un mal uso
intencional de los recursos financieros y humanos a los que tienen acceso,
anticipando sus intereses personales y/o los de sus allegados, para conseguir
una ventaja ilegítima generalmente de forma secreta y privada. El término
opuesto a corrupción política es transparencia. Según Hernández Gómez (2018),
la corrupción se define como "toda violación y/o acto desviado, de cualquier
naturaleza, con fines económicos o no, ocasionada por la acción u omisión de
los deberes institucionales, de quien debía procurar la realización de los fines de
la administración pública y que en su lugar los impide, retarda o dificulta". Por
esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un
Estado legítimo.

Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son el uso ilegítimo de
información privilegiada y el patrocinio; además de los sobornos, el tráfico de
influencias, la evasión fiscal, las extorsiones, los fraudes, la malversación, la
prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo, la cooptación, el nepotismo, la
impunidad y el despotismo. La corrupción facilita a menudo otro tipo de hechos
criminales como el narcotráfico, el lavado de dinero, y la prostitución ilegal,
aunque por cierto, no se restringe a estos crímenes organizados, y no siempre
apoya o protege otros crímenes.

Sayéd y Bruce (1999) definen la corrupción como «el mal uso o el abuso del
poder público para beneficio personal y privado», entendiendo que este
fenómeno no se limita a los funcionarios públicos. También se define como el
"conjunto de actitudes y actividades mediante las cuales una persona transgrede
compromisos adquiridos consigo mismo, utilizando los privilegios otorgados,
esos acuerdos tomados, con el objetivo de obtener un beneficio ajeno al bien
común". Por lo general se apunta a los gobernantes o los funcionarios elegidos
o nombrados, que se dedican a aprovechar los recursos del Estado para de una
u otra forma enriquecerse o beneficiar a parientes o amigos.

El concepto de corrupción difiere dependiendo del país o la jurisdicción. Lo cierto


es que algunas prácticas políticas pueden ser legales en un lugar e ilegales en
otros. En algunos países, la policía y los fiscales deben mantener la discreción
sobre a quién arrestan y a la vez acusan, y la línea entre discreción y corrupción
puede ser difícil de dibujar. Los países en que la transparencia de las cuentas
públicas, adquisiciones, concesiones y similares sea reducida o incluso
inexistente estarán más expuestos a estas acciones, pero si además los medios
de información no son transparentes al informar a los ciudadanos o se ven
coartados en la posibilidad de hacerlo o simplemente manipulados, el proceso
de corrupción será más complicado de erradicar y juzgar.

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Siguiendo a Max Weber, puede decirse que la gran diferencia entre el ejercicio
del poder por el Antiguo Régimen y el mundo democrático, es que en el Antiguo
régimen ese ejercicio era marcadamente patrimonialista. Sin embargo, en los
regímenes democráticos, al recaer la soberanía en el pueblo, el ejercicio del
poder tiene que responder ante la nación. Por otro lado resultan útiles las
aseveraciones de Theobald, quien, además de definir la corrupción como «el uso
ilegal del oficio público para el beneficio personal», intuye que en el mundo
preindustrial las dependencias personales dieron paso —en el mundo
industrial— a la codificación formal de las organizaciones sociales buscando la
eficiencia. Sin embargo, los lazos familiares o de amistad aún perduran con más
presencia conforme se desciende en la pirámide burocrática. Los países
desarrollados también presentan corrupción, pero ésta tiende a frenarse cuando
se dan aumentos extraordinarios en la cantidad y la calidad de los medios de
producción, y también si se diera una economía internacional basada en un
sistema estable de intercambio de valores, bienes y servicios.

En un sentido clásico del pensamiento político, la corrupción era el abuso


autoritario del poder, hasta llegar incluso a su ejercicio tiránico. Tal concepción
se expresa en la tan citada frase de Lord Acton según la cual el poder corrompe
y el poder absoluto corrompe absolutamente. En la actualidad tal sentido sigue,
como se verá, estando confusamente presente en el discurso político aunque
predomina como referente uno de los tipos de abuso del poder, aquel que
consiste en el enriquecimiento ilegal o ilegítimo de los políticos o, en general, de
las autoridades (corrupción personal) o el favorecimiento ilegal o ilegítimo a las
causas u organizaciones a las que están integrados aunque no se beneficien
personalmente (corrupción oficial), gracias a los cargos que desempeñan o sus
conexiones con quienes los tienen. Están en juego, así, conceptos de manejo
deshonesto de recursos públicos o recursos en torno a una gestión pública;
deshonesto en particular en un sentido individual, porque generalmente el
público es escéptico de que los manejos calificados de corruptos no conduzcan
en algunos casos a una apropiación indebida de esos recursos1; en torno a una
gestión pública quiere decir que abarca conductas no sólo de funcionarios
públicos sino también aquellas dirigidas hacia actividades del estado. Este punto
de vista, exigiría descartar del concepto la corrupción que se desenvuelve sólo
en el ámbito de empresas o actores privados en general, sin embargo el uso
común del término corrupción suele confundir ambos niveles.

Las tipologías jurídicas, por su parte, abundan en distinciones que intentan


captar las abigarradas y proteicas formas que asume el fenómeno, mediante una
no menos variada nomenclatura, por ejemplo, soborno, peculado, extorsión,
concusión, tráfico de influencias, valimiento, peculado, abuso de información
privilegiada, etc., etc. En el campo jurídico es necesario constatar, además, la
tendencia tan importante del actual derecho comparado consistente en la
producción de leyes nacionales anticorrupción de diferente tipo. Esta
multiplicación y auge de leyes contra la corrupción es de una convergencia tan
generalizada en la actualidad como para hacer que la corrupción no sólo sea
política en cuanto que en ella estén envueltos políticos sino también en cuanto
que los políticos ya no pueden prescindir de producir políticas y normas contra
ella y que estas políticas y normas crean fuertes restricciones al actuar político.

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Pero la condición de honestidad o deshonestidad, como la de lo justo o injusto,
no se agotan en los textos legales por más que estos traten de abarcarla. Por
consiguiente el concepto de corrupción siempre tendrá un mayor alcance que las
definiciones jurídicas. Por otra parte, es importante insistir en la esencial interfaz
entre agentes privados con una agencia o agentes públicos. Así tanto la literatura
analítica sobre la corrupción como la más popular, que se mueve entre los
reportajes de prensa y las admoniciones éticas, siempre destacan la
participación de actores privados que comparten con los públicos tanta o mayor
responsabilidad en el acto de corrupción.

Heidenheimer, Arnold J. y Michael Johnston: Political Corruption. Readings in Comparative


Analysis. Mismo editor, 1989.

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2.2-Corrupción y política:

La relación entre corrupción y política es mucho más profunda de lo que


quisiéramos y los políticos estarían dispuestos a admitir. En primer lugar, no hay
que perder de vista que la corrupción no sólo es una acción más o menos
consagrada como delictiva sino también un importante medio de influencia
política con manifiestas ventajas respecto de la pura persuasión, por un lado, y
la coerción, por el otro (Njaim 1995). En el fondo, los actores políticos sobre todo
en los casos de corrupción oficial y no personal (ver supra) casi nunca están
dispuestos a renunciar completamente a esta forma de influencia. Si esto rige
para la política interna es de figurarse con cuanta mayor razón se aplica al ámbito
internacional y a situaciones en las cuales no son simples operaciones
comerciales las que están en juego sino también luchas de poder, donde cada
estado, en el mundo de la competitividad y el globalismo, tiende a identificar su
interés con el de sus empresas, máxime si se trata de negociaciones sobre
armamentos y otros ramos similares donde entran en juego enormes sumas de
dinero. Por consiguiente, una sana cautela metodológica nos obliga a tomar las
debidas precauciones para movernos en medio de una atmósfera que contiene
densos elementos tanto de cinismo como de hipocresía y a valorar en su justa
dimensión decisiones que, frecuentemente, son arrancadas a sus autores por la
fuerza de los acontecimientos, a pesar de que a menudo se trata más de
acciones para la galería que para el círculo reducido de quienes se supone tienen
la principal responsabilidad de aplicarlas, pero ¿qué dirigente político se arriesga
a que se repute que está en contra de acuerdos y políticas anti-corrupción?
Pese a ello es imposible desconocer la dimensión ética del asunto porque en la
política también operan argumentaciones y se emprenden acciones que no
pueden ser comprendidas si no se tienen en cuenta valores que los actores
postulan como absolutos e incondicionados por contraposición a
argumentaciones y actuaciones fundamentadas en filosofías puramente
utilitarias. En la actualidad en el campo de los derechos humanos y cada vez
más en materia ecológica y de conservación del medio ambiente, se manejan
posiciones éticas que van más allá de cálculos de costos y beneficios. Por lo
tanto, pese a toda la dificultad que para regular la corrupción deriva de su
conexión con la política, se trata también de un asunto donde tiene mucha fuerza
y hasta predomina la posición de que debe ser perseguida y reprimida
independientemente de los costos que ello acarree. Este predominio comporta
que el cinismo político tiene que replegarse vergonzosamente y no esgrimir sus
argumentaciones o tropezar con mayor resistencia que en otras épocas, lo que
ha dado pie para hablar de que los escándalos no revelan una crisis moral sino
más bien la elevación de los patrones de moralidad (Pérez Perdomo y Capriles
1991), pero no significa que en contra de la corrupción no se alegue que es
dañina ya sea para el comercio internacional o para el desarrollo de los países,
pero estos argumentos sólo refuerzan un rechazo principista que les da mayor
vigor del que tendrían por sí solos.

https://www.monografias.com/trabajos88/la-corrupcion-politica/la-corrupcion
politica.shtml

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2.3-Dimensiones de la evolución del concepto de
corrupción política:

A. América Latina
En América Latina constatamos que se pasa del uso del término corrupción
administrativa o peculado (Sánchez Viamonte 1960) desde la década de los
cuarenta hasta mediados de los setenta del siglo XX, al empleo predominante
del vocablo corrupción política o, simplemente, corrupción. Los movimientos
democratizadores en esta época reivindicaban frente a las dictaduras la causa
de la honestidad en el manejo de los recursos públicos. Las fuerzas políticas
modernizadoras, precisamente en tanto que lo eran, reaccionaban contra el
carácter patrimonialista o semipatrimonialista de tales dictaduras, propugnando
la estricta separación entre lo privado y lo público. En esta lucha ocupaba un
papel fundamental la erradicación de la corrupción electoral mediante la
implantación del sufragio universal y la creación de organismos electorales
independientes. Esta causa, que obtuvo resultados más o menos exitosos en los
diferentes países, estaba animada, sin embargo, de una cierta ingenuidad en
cuanto que tácita o expresamente partía del supuesto de que con la implantación
de la democracia el problema de la corrupción desaparecía o se transformaba
en secundario. La corrupción afectaría eventualmente a los funcionarios mas no
a los dirigentes políticos, templados en la batalla por llevar a las masas al
protagonismo político que hasta entonces les había sido negado, dirigentes que
actuarían como garantes y vigilantes de que no se volviera a la corrupción.

B. La bibliografía académica y el contexto político:


Posteriormente esta concepción se tambalea, y el desencanto interno converge
con la importancia cada vez mayor que adquiere el concepto de corrupción en
sentido restringido para explicar los fracasos de la política de ayuda al desarrollo
externo realizada por los países económicamente avanzados. La obra de Myrdal
sobre Asia (1968) acuña el concepto del estado blando y ocupa un lugar pionero
en destacar en tal sentido la variable corrupción y en criticar a la literatura de las
ciencias sociales por no haberlo tenido en cuenta. Una consecuencia es que se
ponen en boga planteamientos teóricos que ponen el énfasis en el clientelismo,
el populismo y hasta la cleptocracia reinantes en los países atrasados y su
influencia deletérea. Acontecimientos posteriores, examinados más adelante,
confirman y al mismo tiempo refutan la hipótesis. De esta manera tanto
experiencias locales como internacionales van conduciendo a un concepto de
corrupción que no se limita a la burocracia y a las sociedades en desarrollo sino
que es utilizado con un alcance universal y como un fenómeno básico para
entender el desempeño y la consistencia de los sistemas políticos. Por lo tanto,
a diferencia de lo que constataba Myrdal en 1968, la bibliografía sobre la
corrupción se ha hecho profusa y está a punto de ser inabarcable. El curso que
ha seguido el análisis se ramifica en diferentes corrientes y formas de abordar el
asunto pero de todos estos enfoques aparece claro que la corrupción no es
específica de la dictadura o la democracia, del subdesarrollo o del desarrollo, del
capitalismo o del socialismo, de la pobreza o de la riqueza sino que hay que
investigar las modalidades cómo se presenta en cada una de estas situaciones.
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El abandono de cada una de las anteriores dicotomías y las correspondientes
ilusiones se paga al costo de un cierto distanciamiento entre el tratamiento
académico del asunto y los estereotipos de opinión pública, mayor quizá que en
otros campos de las ciencias sociales.
Dentro del campo científico social cabe distinguir los trabajos de carácter
predominantemente teórico entre los que destaca el estudio de los escándalos
de corrupción y el papel que desempeñan en los sistemas políticos (Pérez
Perdomo y Capriles 1991) y que corren el riesgo de concentrarse en las
repercusiones de la corrupción más que en ella misma; los que se concentran
en los remedios a la corrupción (Klitgaard 1994) muy condicionados por las
necesidades de asesoría sobre todo para países en desarrollo u organismos
multilaterales; la influencia metodológica generalizada de la aplicación de
enfoques económicos (Rose Ackerman 1978) que conciben a los políticos como
buscadores y capturadores de rentas, es decir que éstos aprovechan para
beneficio propio las escaseces que se generan en el llamado mercado político.
No está claro, sin embargo, si esta es una condición ineludible pues, si bien se
estudia cómo los políticos buscan maximizar sus votos y su reelección incluso a
fuerza de corrupción, se reclama, sin embargo, que tomen decisiones en contra
de sus intereses como por ejemplo, normas constitucionales para impedir
presupuestos deficitarios o la reducción del estado en pro de un mayor desarrollo
del mercado. Otro punto de vista muy fértil aportado por esta corriente es
considerar la corrupción como un caso especial del problema agente-principal
consistente en que toda autoridad, asamblea de accionistas, directiva, pueblo
soberano, etc., se ve confrontado con la dificultad de lograr que el agente,
ejecutivo, empleado, representante, actúe teniendo como mira los objetivos e
intereses de dicho principal y no los propios del agente.
C. Dimensión internacional y transnacional del fenómeno
Al mismo tiempo la corrupción se convierte en un personaje principal en el
tablado de la política internacional hasta el punto que una descripción de este
aspecto tiene importancia fundamental para comprender su repercusión en las
políticas nacionales y su estrecha relación con temas fundamentales, objeto de
este Diccionario, como el del financiamiento político. Para ello es necesario
remontarse a acontecimientos de la década de 1970 desencadenados por
eventos de la política interna estadounidense que condujeron a una cadena de
escandalosas revelaciones sobre la utilización del soborno por grandes y
pequeñas compañías estadounidenses para obtener contratos en el exterior. Las
investigaciones de una subcomisión senatorial sobre compañías multinacionales
presidida por el senador demócrata Frank Church y las actuaciones de agencias
del gobierno, especialmente la Securities and Exchange Commission y el
Internal Revenue Service, encargados respectivamente de la supervisión de las
operaciones de bolsa y de la administración impositiva, conducen a lo que una
revista califica muy expresivamente como “el apresuramiento corporativo a
confesarlo todo” (The corporate rush to confess all. Business Week). Las
revelaciones de mayor impacto son las que se refieren a las actuaciones del
gigante de la aviación Lockheed a la casa real holandesa, al aparecer implicado
el príncipe consorte, y a un sistema político, el japonés que desde entonces
aparece como uno de los más corruptos entre los de países desarrollados. Pero
el asunto no se detuvo en estos dos países sino que afectó a muchos otros como
Corea, Italia, Honduras, y también otras compañías además de la Lockheed.
17
A consecuencia de estos eventos se produce una discusión en el país norteño
acerca de si tales revelaciones y más aún, el sancionar el soborno transnacional,
era conveniente al interés nacional, si las agencias aludidas habían excedido sus
atribuciones y sobre las dificultades jurídicas de regular la materia. Esta
discusión no interesa tanto aquí como que tan complejo conjunto de sucesos
tuvo su modesto origen en y fue una de las muchas secuelas del famoso caso
Watergate, que condujo a la renuncia del Presidente Nixon en 1974. Es decir, en
un caso que se desencadenó por un problema de financiamiento político, pues
la irrupción clandestina en las oficinas del partido demócrata, fue financiada por
el comando de la campaña republicana pero, además, reveló toda una serie
actuaciones del gobierno de Nixon para poner a su servicio político a la SEC y al
IRS. La primera para que mantuviera una actitud complaciente frente a los
desembolsos de compañías norteamericanas para las campañas electorales
nixonianas, especialmente la reelección de 1972, y la segunda porque cedió a
presiones políticas para emplear informaciones impositivas como medio de
presión y represalia políticas contra los adversarios del gobierno, hasta llegar,
incluso, a constituir una sección especial para tal fin. El celo investigativo
desatado para compensar las dudosas actuaciones anteriores, adquirió su
propio momento y condujo a determinar la interconexión entre asuntos al parecer
dispares, pues los fondos destinados para el financiamiento de operaciones
electorales legales o ilegales internas se encontraban depositados en cuentas
“off shore” que también se utilizaban para los sobornos de las multinacionales en
el exterior.
Particular importancia tiene en el desarrollo explosivo de los análisis sobre
corrupción política la promulgación en 1977 de la Federal Corrupt Practices Act,
que convertía en delito el pago de sobornos de cualquier tipo a funcionarios
extranjeros con castigos de hasta cinco años de privación de libertad y multas
individuales de hasta diez mil dólares y corporativas de hasta un millón.
Difícilmente, en efecto, se puede imaginar un incentivo mayor para los estudios
sobre corrupción que las sucesivas revelaciones y escándalos, que no podían
ser de poca monta porque envolvían la potencia de mayor importancia en el
comercio internacional. De esta manera el tema se convirtió en un objeto
inexcusable de estudio, pero, a su vez, se revelaba también que en otras
legislaciones de países de mayor desarrollo no sólo no se prohibía sino que se
incentivaba fiscalmente la obtención de contratos de exportación mediante
sobornos a los políticos y funcionarios extranjeros. De esta manera la atención
académica creaba un clima de opinión adverso a la tolerancia y la importancia
de las acciones políticas emprendidas mostraba la relevancia del nuevo objeto
de estudio.
En 1992 ocurre, otro sensacional hecho referido esta vez a un país europeo. Es
la famosa tangentopoli italiana iniciada por los fiscales de Milán al realizar una
serie de investigaciones y arrestos domiciliarios contra dirigentes políticos y
empresariales que, a la larga, conducen a la caída del establecimiento dominante
en ese país desde finales de la segunda guerra mundial.
El caso italiano fue el más agudo y prototípico pero no un fenómeno aislado pues
los escándalos se extendieron a otros países europeo-continentales,
especialmente Francia y España. Al principio las repercusiones aunque
impresionantes fueron principalmente de política interna. Sin embargo, las
diversas tangentopolis demuestran tener ramificaciones internacionales

18
especialmente en cuanto al comportamiento en el exterior de las empresas
europeas pues conducen a revelaciones muy parecidas a las que afectaron a las
compañías norteamericanas en los años 70. A consecuencia de ello, en el seno
de la OCDE y dentro de la Unión Europea surgen grupos de trabajo sobre
soborno y lavado de dinero o sobre corrupción internacional. Pero, al mismo
tiempo, se producen acontecimientos que guardan un sorprendente paralelismo
con los europeos en latitudes tan distantes como Corea del Sur y México y se
genera un ambiente internacional sin el cual quizás no hubiera sido tan expedita
ni tan sensacional la aprehensión de famosos fugitivos implicados en corrupción
como el cerebro financiero de la campaña electoral de Fernando Collor de Mello,
Paulo Cesar Farías y el ex-jefe de la Guardia Civil Española, Luis Roldán.

Heidenheimer, Arnold J.: Political Corruption. Readings in Comparative


Analysis.Transaction Books. New Brunswick. N.J., 1978.
Heidenheimer, Arnold J. y Michael Johnston: Political Corruption. Readings in
Comparative Analysis. Mismo editor, 1989.

19
2.5-Corrupción política y sus efectos:

Efectos económicos y medioambientales:


La corrupción mira el desarrollo económico ya que genera ineficiencia y
distorsiones considerables. En el sector privado, la corrupción incrementa el
coste de los negocios y actividades empresariales ya que a éste hay que sumar
el precio de los propios desembolsos ilícitos, el coste del manejo de las
negociaciones con los cargos públicos, y el riesgo de incumplimiento de los
acuerdos o de detección. Aunque hay quien argumenta que la corrupción reduce
los costes al sortear una posible burocracia excesiva, la disponibilidad de
sobornos puede inducir también a los cargos públicos a inventar nuevas reglas
y retrasos. Eliminar abiertamente las regulaciones costosas y prolongadas es
mejor que permitir encubiertamente que sean sorteadas utilizando sobornos. Allí
donde la corrupción infla el coste de los negocios, también distorsiona el terreno
de juego, blindando a las empresas con conexiones frente a las competidoras,
sustentando, en consecuencia, a empresas ineficientes.
La corrupción también genera distorsiones en el sector público al desviarse
inversiones públicas a proyectos de capital en los que los sobornos y mordidas
son más abundantes. Los funcionarios pueden incrementar la complejidad de los
proyectos del sector público para ocultar o allanar el camino para tales tratos,
distorsionando de este modo todavía más la inversión. La corrupción también
hace descender el cumplimiento de las regulaciones relacionadas con la
construcción, el medio ambiente u otras, reduce la calidad de los servicios e
infraestructura gubernamentales e incrementa las presiones presupuestarias
sobre el gobierno.
Economistas argumentan que uno de los factores que están detrás de las
diferencias de desarrollo económico entre África y Asia es que en el primero, la
corrupción ha tomado primariamente la forma de expolio (en inglés: "rent
extraction"), con el resultado de que el capital financiero obtenido es movido
fuera del país, en lugar de ser invertido en el mismo (de ahí la imagen
estereotipada, frecuentemente exacta, de los dictadores africanos teniendo
cuentas en bancos suizos). En Nigeria, por ejemplo, más de 400.000 millones de
dólares fueron robados del tesoro por los líderes nigerianos entre 1960 y 1999.
Investigadores de la Universidad de Massachusetts han estimado que entre
1970 y 1996, la evasión de capitales de 30 países subsaharianos excedió los
187.000 millones de dólares, superando las deudas externas de aquellas
naciones. Los resultados, expresados en retrasos o detenciones del desarrollo
han sido modelados en teoría por el economista Mancur Olson. En el caso de
África, uno de los factores contribuyentes a esta conducta fue la inestabilidad
política, y el hecho de que los nuevos gobiernos frecuentemente confiscaron los
activos obtenidos corruptamente por los gobiernos anteriores. Esto animaba a
los cargos públicos a esconder su riqueza fuera del país, lejos del alcance de
posibles expropiaciones futuras. En contraste, los administradores asiáticos,
como el "nuevo orden" de Suharto, frecuentemente tomaban una parte de las
transacciones de negocios o bien proporcionaron condiciones para el desarrollo,
a través de inversiones en infraestructuras, ley y orden, etc.

20
Efectos medioambientales y sociales
La corrupción facilita la destrucción medioambiental. Los países corruptos
pueden tener formalmente una legislación destinada a proteger el ambiente, pero
no puede ser ejecutada si los encargados de que se cumpla son fácilmente
sobornados. Lo mismo puede aplicarse para los derechos sociales, la protección
laboral, la sindicación y la prevención del trabajo infantil. La violación de estos
derechos legales permite a los países corruptos ganar una ventaja económica
ilegítima en los mercados internacionales.
El economista y ganador del Premio Nobel Amartya Sen ha observado que "No
existe nada que pueda llamarse problema apolítico de alimentos". Si bien la
sequía y otros eventos naturales pueden desencadenar condiciones de
hambruna, es la acción o inacción del gobierno lo que determina su severidad, y
frecuente, incluso, si la hambruna llegará o no a producirse. Los gobiernos con
fuertes tendencias a la cleptocracia pueden socavar la seguridad alimentaria,
incluso cuando las cosechas son buenas. Los cargos públicos frecuentemente
roban las propiedades del estado. En Bihar, India, más del 80% de la ayuda
alimentaria subsidiaria a los pobres es robada por cargos públicos corruptos. De
forma similar, la ayuda alimentaria es frecuentemente robada a punta de pistola
por gobernantes, criminales, señores de la guerra y similares, y vendida para
obtener un beneficio. El siglo 20 abunda en ejemplos de gobiernos que minan la
seguridad alimentaria de sus propias naciones, a veces intencionadamente.
Según el documento Índice de Percepción de la Corrupción 2011, de
Transparencia Internacional, «más de dos tercios de los [183 países y territorios]
clasificados obtuvieron una puntuación inferior a 5», donde 0 es «sumamente
corrupto» y, «muy transparente». En 2009, el informe anual decía: “Resulta
evidente que ninguna región del mundo está exenta de los peligros de la
corrupción».
La corrupción puede tener consecuencias desastrosas. La revista Time informó:
«la corrupción y la negligencia» fueron responsables —por lo menos en parte—
de la elevadísima cifra de muertes ocasionadas por el gigantesco terremoto que
asoló Haití en 2010. La revista añadía: «Para construir edificios casi nunca se
recurre a ingenieros profesionales; simplemente se soborna a los inspectores del
gobierno».

Efectos políticos
La corrupción produce desconfianza en los partidos políticos, en los dirigentes
políticos y en la mayor parte de instituciones públicas. Conduce a mucha gente
a adoptar estrategias menos cooperativas y fomenta la deserción con el objeto
de no ser explotado por personas pertenecientes a redes corruptas. Como
consecuencia de lo anterior, en muchos países, genera abstención y pérdida del
interés por la política, por períodos prolongados. Eso sí, ocasionalmente,
aparecen movimientos de protesta que tratan de confrontarse con el poder
político, y generan inestabilidad política y subsiguientemente represión política o
policial.

21
Efectos en la ayuda humanitaria
Ex mandatario de El Salvador, Francisco Flores el cual fue acusado de
apropiarse de 5 millones de dólares de las arcas gubernamentales.
Está en aumento la escala de la ayuda humanitaria a las regiones pobres e
inestables del mundo, pero es muy vulnerable a la corrupción, siendo la ayuda
alimentaria, a la construcción y otras ayudas valiosas, las que están sometidas
a mayor riesgo. La ayuda alimentaria puede ser desviada de su destino
intencional directa y físicamente, o indirectamente a través de la manipulación
de las evaluaciones de necesidades, registro y distribución, para favorecer a
ciertos grupos o individuos. Del mismo modo, en la construcción y acogida hay
numerosas oportunidades de desviación y beneficio a través de una ejecución
de calidad inferior, mordidas o contratos y favoritismos en la provisión de material
de acogida adecuado. Por ello, aunque las agencias de ayuda humanitaria tratan
de contrarrestar la desviación de la ayuda incluyendo un exceso de la misma, los
recipientes, por su parte, están sobre todo preocupados por su exclusión. El
acceso a la ayuda puede terminar quedando limitado a aquellos con conexiones,
a aquellos que pagan sobornos o que son forzados a proporcionar favores
sexuales. Del mismo modo, quienes son capaces de hacer esto, pueden
manipular las estadísticas para inflar el número de beneficiarios y trasvasar la
ayuda adicional.

Corrupción y derechos humanos


En términos más amplios, la corrupción es la apropiación del poder público para
fines privados. Yendo del nivel más general al más específico, la corrupción se
puede observar como: “la privatización del poder público" (la presentación de
intereses privados como públicos, la captura estatal), el desvío de fondos, la
relación de intercambio entre un órgano público y otro privado para obtener una
ventaja.
Existen indicadores para medir la corrupción desde la percepción ciudadana. La
medición más conocida es el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI)
realizado por Transparencia Internacional Este indicador combina encuestas y
evaluaciones sobre la corrupción recogidas por diversas instituciones
consolidadas y que plantean distintas preguntas a partir de muestras de varios
encuestados, luego son normalizadas y su-jetas a ajustes estadísticos.
Para entender la relación entre la corrupción y los derechos humanos, es
necesario considerar que los Estados tienen obligaciones en materia de
derechos humanos, la primera es “Respetar” que implica no interferir con o poner
en peligro la satisfacción de los derechos humanos. Esta obligación se cumple
por parte del Estado por medio de abstenciones y se violenta a través de
acciones. El Estado debe abstenerse de, por ejemplo, torturar o privar
ilegalmente de la libertad. La segunda es” Proteger”, la cual recae en los agentes
estatales conforme a sus atribuciones, para crear el marco jurídico y la
maquinaria institucional necesaria para prevenir las violaciones a derechos
humanos cometidas por el aparato estatal. La tercera es, “Garantizar”, referente
a mantener y asegurar el disfrute de los derechos humanos, así mismo, se
encargará de mejorarlos y restituirlos en caso de violaciones, Y la cuarta

22
“Promover” que significa que los agentas estatales tienen la obligación de
proveer a las personas toda la información necesaria para asegurar que sean
capaces de disfrutar y ejercer sus derechos humanos.
La corrupción tiene efectos negativos en el ejercicio de los derechos humanos.
Esto puede verse, en una primera relación, en la que, por medio de sobornos,
las autoridades condicionan el ejercicio de los derechos humanos, por ejemplo,
cuando los fiscales solicitan dinero a las víctimas de delitos, cuando los
funcionarios en los juzgados solicitan sobornos a las partes involucradas en
cualquier procedimiento, cuando enfermeras, médicos y administradores de
hospitales pidiendo sobornos a los pacientes, etc. Una segunda relación, se da
cuando el estado acepta el pago de sobornos para que un particular pueda
realizar una acción prohibida por la ley, por ejemplo, contravenir las medidas de
seguridad industrial que pueden conducir a accidentes, como en explosiones en
minas, obtener evaluaciones de impacto mediante el pago de sobornos para
llevar a cabo megaproyectos, como represas, minas, parques eólicos y
desarrollos turísticos; comprar votos y sobornar a funcionarios públicos a cargo
de organizar elecciones para cometer fraude electoral; por lo tanto, infringiendo
los derechos políticos de los ciudadanos como así como de los otros candidatos
afectados.
Una tercera relación implica que, los actos de corrupción generan una reducción
de recursos. Si el presupuesto es precario, esto conduce a menos bienes y
pobres servicios gubernamentales, una situación que abiertamente es contraria
a las obligaciones para la protección, respeto, garantía y promoción de todos los
derechos. La corrupción atenta contra el principio de progresividad y no
regresión. La corrupción puede disminuir los fondos públicos a través del uso
indebido de fondos, por ejemplo, para la apropiación privada de recursos
públicos, la solicitud de sobornos para comprar bienes o proporcionar servicios
públicos y la creación de recargos y otros tipos de costos adicionales que afectan
la calidad del proceso de adquisición de bienes y servicios. Existe una cuarta
relación que nos indica, que la corrupción estructural del estado, ocasiona que
los procesos de diseño de las políticas públicas se distorsionen generando una
privatización de los recursos públicos, y con ello, violaciones a los derechos
humanos. Cabe destacar que en la XI Conferencia Internacional Anticorrupción
se señaló que existe una convicción de que todas las personas tenemos el
derecho humano básico a vivir en una sociedad libre de corrupción.
La relación entre los derechos humanos y la corrupción es muy estrecha. Con
base en la evidencia empírica obtenida a través de diversos indicadores que
miden la percepción de la corrupción, se ha identificado que mientras exista
mayor corrupción, menor será el ejercicio de los derechos civiles relacionados al
empode-ramiento de la persona, como las libertades de expresión, religión,
tránsito, entrada y salida del país, reunión y asociación y autodeter-minación.
Además, se ha encontrado que, las personas que viven en países con mayor
presencia de corrupción y de violaciones a sus derechos humanos poseen
condiciones de vida totalmente distintas a las que viven en un país con menor
corrupción.
Así mismo, se ha reconocido que los países con mayor corrupción, tienen una
mayor probabilidad de que en el ejercicio de los derechos económicos y sociales
de las mujeres califiquen bajo. En este sentido, el aumento de la impunidad,

23
generará que su interacción con la corrupción tenga un mayor impacto en las
violaciones a los derechos humanos.
Como por ejemplo, con un alto índice de corrupción en china, uno de los puntos
fuertes del presidente Xi Jinping, ya desde su llegada a la secretaría general en
el 2012, fue su campaña anticorrupción dirigida a sancionar a toda conducta
inapropiada tales como, enriquecimiento ilícito, abuso de poder y violación de
derechos humanos, llevado a cabo por los altos cargos sin importar su poder en
el Partido Comunista de China (PCCh) o en el Gobierno; para el 2017, más de
1,2 millones de miembros del PCCh ya habían sido sancionados.

Otras áreas
La corrupción no es específica de los países pobres o ricos, de países en
desarrollo o en transición. La forma preferida de corrupción varía de un país a
otro, y se aprecia que en países más transparentes y democráticos adopta
formas más sutiles y complejas, al existir un escrutinio público mayor. Por otra
parte en países sin prensa, ni elecciones libres la corrupción puede tomar formas
más burdas. En los países del oeste de Europa ha habido casos de sobornos y
otras formas de corrupción en todos los campos posibles: por ejemplo,
desembolsos "debajo de la mesa" efectuados a cirujanos reputados por
pacientes con la intención de que se les adelante su posición en las listas de
espera, sobornos pagados por suministradores a la industria del automóvil para
que se incluyan conectores de baja calidad por ejemplo en equipamientos de
seguridad, como airbags, sobornos pagados por suministradores de
desfibriladores, (para vender condensadores eléctricos de escasa capacidad),
contribuciones pagadas por parientes ricos al "fondo social y cultural" de una
universidad prestigiosa a cambio de la aceptación de sus hijos como alumnos,
sobornos pagados para obtener diplomas, ventajas financieras y de otro tipo
ofrecidas a los miembros del comité ejecutivo de un fabricante de automóviles a
cambio de posiciones favorables a empleados y votos, etc. Estas variadas
manifestaciones de corrupción pueden en última instancia suponer un peligro
para la salud pública o pueden producir descrédito en ciertas instituciones
esenciales o relaciones sociales.
La corrupción también puede afectar a los distintos componentes de las
actividades deportivas (árbitros, jugadores, personal médico y de laboratorio
implicado en los controles anti-doping, miembros de la federación deportiva
nacional y comités internacionales encargados de la decisión sobre la situación
de los contratos o lugares de competición).
También ha habido procesos judiciales contra (miembros de) distintos tipos de
organizaciones sin ánimo de lucro y ONG, así como organizaciones religiosas.
En última instancia, la distinción entre la corrupción del sector público y privado
a veces parece un tanto artificial, y las iniciativas nacionales anti-corrupción
pueden necesitar evitar las lagunas jurídicas y legales en la cobertura de los
instrumentos.

Weber, Max (1964). Economía y sociedad: esbozo de sociología comprensiva. Fondo de


Cultura Económica

24
Capítulo 2:
Sociología legislativa:

La Sociología del Derecho es una especialidad o materia interdisciplinaria que


une la Sociología y el Derecho. Desde la Sociología, dicha especialidad usa los
instrumentos teóricos y metodológicos para comprender una realidad concreta
de la sociedad o la sociedad en su conjunto. Desde el Derecho, utiliza las
normas, los procedimientos y los principios para acercarse a comprender el
derecho o los derechos de esa realidad concreta o la sociedad en su conjunto.
El objeto de estudio de la Sociología del Derecho es, entonces, la dimensión
jurídica – o del sentido del Derecho que aspira a la Justicia- de una realidad
concreta de la sociedad o de la sociedad en su conjunto.
No hemos encontrado hasta hoy un texto adecuado para la enseñanza de las
fuentes fonnales de Derecho en el Perú. Si bien es cierto que la teoría del
Derecho (y la Teoría del Estado) han desarrollado conceptos fundamentales, y
en cierta medida universal, para estudiar y aplicar las fuentes, a cuyo fin sirven
numerosos textos nacionales y extranjeros, esta parte del Derecho asume
particularidades y matices en cada orden jurídico nacional. Producir un texto que
sirva para exponer la estructura de nuestro sistema legislativo, sus conceptos,
principios e interrelaciones, es el objeto de este artículo. La idea ha nacido luego
de enseñar el curso de Introducción al Derecho a doce promociones del
Programa Académico de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
y de haber ido abandonando progresivamente diversos materiales de lectura.
Por lo tanto, este trabajo está diseñado para ser utilizado con finalidad
esencialmente pedagógica.
A través de este objeto de estudio la Sociología del Derecho muestra su sentido
práctico o de utilidad. Son numerosas las posibilidades de trabajo en la sociedad
o en el mundo jurídico desde la Sociología del Derecho. En sociedades y mundos
jurídicos de países como el Perú puede identificarse tres grupos de temas de
interés principales:
El estudio de la pluralidad de manifestaciones jurídicas que existe por regiones,
localidades o grupos humanos diversos (étnicos o empresariales, por ejemplo)
en el país. Se trata de un tema general que abarca el estudio de la pluralidad y
diversidad de sistemas jurídicos y las formas de interrelaciones que se produce
en cada sistema o desde cada sistema jurídico o entre sistemas jurídicos.
El estudio de las instituciones del Estado y su eficacia en las realidades
concretas de cada localidad, región o grupo humano del país. En el estudio de
estas instituciones, cabe, por ejemplo, destacar el estudio de la producción
normativa desde instituciones como el Congreso de la República y su correlato
en la sociedad o en cada realidad concreta de las localidades, regiones o grupos
humanos del país. En este caso, un tema de estudio clave es la evaluación del
impacto regulatorio de las normas jurídicas producidas por dicha institución
estatal.
El estudio de los conflictos, sus actores, sus causas y sus sistemas de resolución
en la sociedad y en cada localidad, región o grupo humano del país. Se trata de

25
entender las diversas manifestaciones del conflicto en las personas (por sujetos
o colectivos o mixtos), por localidad, región o grupo humano, y entender sus
causas (estructurales o funcionales, económicos o culturales, u otros) y formas
de resolución (dialogando entre pares, con intervención de autoridades, en
asambleas, etc.).
Si bien cada uno de los grupos de temas se cruza, lo más importante es resaltar
que en cada uno de ellos se puede encontrar una riqueza de temas específicos
inacabables a ser abordados para la investigación y la especialidad de cada
profesional interesado. Por ejemplo, el grupo de temas de los conflictos, se cruza
con el de las instituciones del Estado (El Poder Judicial y sus sistemas de
resolución de conflictos) y con el de la pluralidad de sistemas jurídicos (cada
sistema jurídico tiene sus conflictos y formas de resolución), pero más allá de
ello importa estudiar el conflicto en sí desde el Estado o desde los sistemas
plurales poniendo énfasis en sus actores, sus causas y sus formas de resolución.
El solo estudiar a los actores de un tipo de conflicto, en una institución estatal
(los jueces, los abogados o los litigantes) o en un sistema jurídico plural (las
partes o las autoridades comunales), nos brinda una interesante especialidad
que enriquece la calidad profesional del interesado.
Sin embargo, más allá de estos sugeridos grupos de temas de interés, interesa
resaltar la finalidad de la especialidad o materia de la Sociología del Derecho u
de otras semejantes a ésta con las que se interrelaciona (como es la antropología
jurídica). La Sociología del Derecho es ante todo una especialidad o materia
humana, cuyo objeto de estudio busca comprender nuestra propia existencia
social y hacerla sostenible como humanidad.

Horna Torres, José. «Capitulo II (En torno a la definición de la Sociología Jurídica)».


Editora y Librería Jurídica Grijley E.I.R.L, ed. Introducción a la Sociología Jurídica. Jr.
Azangaro 1075 - Of. 207 Lima - Perú: Grijley. p. 37.
https://www.scribd.com/doc/210013241/Sociologia-Legislativa

26
CONCLUSIONES:

Se concluye que se logró determinar los conceptos básicos de la corrupción, en


el Perú y en el ámbito internacional, desde sus orígenes hasta sus
manifestaciones diarias en las personas de la nuestra sociedad. Está claro que la
corrupción es un problema que viene de casa y llega hasta los estamentos más
altos de cada organización o gobiernos. Ahora bien, el problema radica no solo
en la persona que corrompe las decisiones sino también en la persona que se
deja corromper.
También logramos identificar la correlación que tiene la corrupción de manera
general y la corrupción política como rama fundamental del primer concepto
referido.
El término corrupción no es un término amable. Al unirse a política las cosas no
mejoran. Cuando giramos hacia la «literatura especializada» en ella podemos
leer cosas igualmente temibles. Para la Grecia clásica, y en particular para
Aristóteles, la corrupción es stasis, es decir, lo contrario de equilibrio, límite o
moderación. La corrupción supone la degeneración del cuerpo político o de la
forma de gobierno que lo ordena y, de este modo, llega a identificarse con
desintegración, enfermedad, pérdida de identidad, de salud o de poder de la
politeia. Todo se reduce a que la corrupción genera comunidades sin política
(tiranías) o políticas sin comunidad (esto es, sin posible referencia al interés
común y disueltas en lucha faccional generalizada)
Ahora, la sociología del derecho también conocida como "Sociología Jurídica",
es aquella rama que estudia el origen, la diferenciación, la aplicación, las
transformaciones, los problemas, la eficacia y todo aquello concerniente a las
relaciones entre el derecho y la sociedad. Así mismo, se encarga no únicamente
de estudiar al derecho como norma. Sino, como institución plasmada a través
del Estado y su funcionamiento. También, del nacimiento de reglas de distintas
categorías.

27
BIBLIOGRAFÍA:

http://pabloraulfernandez.blogspot.com/2017/01/peru-la-corrupcion-de-cuello-y-
corbata.html
https://www.esan.edu.pe/conexion/actualidad/2018/12/10/como-funciona-la-corrupcion-
en-el-peru-analisis-del-caso-odebrecht/
https://www.revistadelibros.com/articulos/la-corrupcion-politica
Horna Torres, José. «Capitulo II (En torno a la definición de la Sociología Jurídica)».
Editora y Librería Jurídica Grijley E.I.R.L, ed. Introducción a la Sociología Jurídica. Jr.
Azangaro 1075 - Of. 207 Lima - Perú: Grijley. p. 37.
Weber, Max (1964). Economía y sociedad: esbozo de sociología comprensiva. Fondo de
Cultura Económica
https://elderecho.com/del-arte-de-legislar-al-abuso-legislativo
https://plumasprogresistas.com/2016/01/20/7-ejemplos-de-corrupcion-ciudadana/
Banco Mundial: Informe sobre el desarrollo mundial. El estado en un mundo en
transformación. Washington, 1997.
Banfield, Edward: “Corruption as a Feature of Governmental Organization”. The Journal of
Law and Economics. 3: 567-604, 1975.
Heidenheimer, Arnold J.: Political Corruption. Readings in Comparative
Analysis.Transaction Books. New Brunswick. N.J., 1978.
Heidenheimer, Arnold J. y Michael Johnston: Political Corruption. Readings in
Comparative Analysis. Mismo editor, 1989.
Ibañez, Perfecto Andrés (Editor): Corrupción y Estado de Derecho. El papel de la
jurisdicción. Madrid. Editorial Trotta, 1996.
https://mercaba.org/FICHAS/Capel/corrupcion_politica.htm
https://concepto.de/corrupcion/
https://definicion.de/corrupcion/
https://es.wikipedia.org/wiki/Corrupci%C3%B3n_pol%C3%ADtica
https://www.monografias.com/trabajos88/la-corrupcion-politica/la-corrupcion-
politica.shtml
https://www.scribd.com/doc/210013241/Sociologia-Legislativa

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