Los artículos 1132 a 1141 tratan de las obligaciones de dar bienes
ciertos; los artículos 1142 a 1147, de las obligaciones de dar bienes inciertos. OBLIGACIONES DE HACER El Código trata, entre los artículos 1148 y 1157, de las obligaciones de hacer. las consecuencias del cumplimiento parcial, tardío o defectuoso de la obligación de hacer están previstas por los artículos 1151, 1152, 1153 y 1157. En la obligación de hacer, el tiempo y el modo son, usualmente, esenciales; lo que no ocurre con igual frecuencia en las obligaciones de dar, en las que algún retraso en el cumplimiento de la obligación o alguna modificación en el modo pueden ser irrelevantes. Los artículos 1150, 1151, 1152 y 1153 regulan el régimen del incumplimiento total de las obligaciones de hacer y de su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso. El incumplimiento de la obligación de hacer, o su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, a que se refieren los artículos 1150 y 1151 citados, se ubican en el supuesto de que exista dolo o culpa del deudor. La ausencia de culpa determinaría la ausencia de responsabilidad. El artículo 1150 proporciona al acreedor, ante el incumplimiento de la obligación de hacer, la posibilidad de optar, alternativamente, por una cualquiera de las tres medidas allí previstas: exigir la ejecución forzada, a no ser que fuese necesario para ello emplear violencia contra la persona del deudor; exigir que el hecho sea ejecutado por persona distinta del deudor, pero por cuenta de éste; o dejar sin efecto la obligación. El Código ha deseado, con las normas contenidas en los artículos 1150 y 1151, franquear al acreedor las vías más amplias y adecuadas para lograr protección ante el incumplimiento total o parcial de la obligación de hacer. El artículo 1152 contempla -sea que se trate del incumplimiento total a que se refiere el artículo 1150 o del cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, a que se refiere el artículo 1151- el principio general que preside el incumplimiento de una obligación por culpa del deudor: el derecho del acreedor a exigir, cuando ello procediere, el pago de la indemnización de daños y perjuicios. El precepto admite, sin embargo, un comentario adicional. El resarcimiento de los daños y perjuicios solo procede cuando el acreedor realmente los ha sufrido. El incumplimiento de una obligación que no origina daños y perjuicios, tampoco confiere título al acreedor para exigir el resarcimiento. Valgan, como excepción, los casos de las obligaciones con cláusula penal que se analizan más adelante. El artículo 1153, por último, se refiere al cumplimiento parcial, tardío o defectuoso de la obligación de hacer, sin culpa del deudor. Dicho artículo permite al acreedor optar por lo previsto en los incisos 2), 3) ó 4) del artículo 1151, esto es, tener por no ejecutada la prestación, si ésta le resultara inútil; exigir al deudor la destrucción de lo hecho o destruirlo por cuente de él, si le fuese perjudicial; o aceptar la prestación ejecutada y exigir que se reduzca la contraprestación, si la hubiere. Adviértase que algunas de estas soluciones son copulativas y no disyuntivas. Nada impediría al acreedor, por ejemplo, tener por no ejecutada la prestación, si ésta le resultara inútil, y, además, destruir lo hecho por cuenta del deudor, si le fuese perjudicial. Cabe mencionar, respecto a los preceptos analizados, que no se prevé en norma expresa el incumplimiento de la obligación de hacer sin culpa del deudor; ya que la solución para estos casos sería la contemplada por el artículo 1156 del Código, referido a la imposibilidad de la prestación sin culpa de las partes. Los artículos 1154, 1155 y 1156 se refieren a la imposibilidad del hecho prometido. Ellos rigen tres hipótesis: que el hecho sea imposible por culpa del deudor, por culpa del acreedor o sin culpa de las partes. El artículo 1155, por su parte, consigna respecto al acreedor principios similares a los previamente analizados. Si la imposibilidad de la prestación fuera imputable al acreedor, el deudor tendrá derecho a la contraprestación, si la hubiese, y queda liberado de la obligación que le corresponda, en aplicación de la regla res perit creditori (periculum est creditori). El precepto añade que igual regla se aplica cuando dependiendo el cumplimiento de la obligación de una prestación previa del acreedor, al presentarse la imposibilidad éste hubiese sido constituido en mora. Se expresa finalmente que si el deudor obtuviese algún beneficio con la resolución de la obligación a su cargo, su valor reduciría la contraprestación. Las normas sobre la mora, consignadas en los artículos 1154 y 1155, simplemente trasladan los principios generales de la institución al caso específico de las obligaciones de hacer.. Si el hecho sobreviniera imposible luego de que el deudor hubiera sido constituido en mora, entonces éste responderá por la indemnización de daños y perjuicios. por el artículo 1138, referente a las obligaciones de dar. Esto es, si como consecuencia de la inejecución por culpa del deudor, éste obtuviese una indemnización o adquiriese un derecho contra tercero en sustitución de la prestación debida, el acreedor podrá exigirle la entrega de tal indemnización o sustituir al deudor en la titularidad del derecho contra el tercero, reduciéndose la correspondiente indemnización en esos montos. OBLIGACIONES DE NO HACER Los principios de las obligaciones de no hacer guardan armonía y, en algunos casos, paralelismo, con los establecidos para las obligaciones de hacer. El artículo 1160 hace de aplicación a las obligaciones de no hacer, las reglas de los artículos 1154, primer párrafo, 1155, 1156 y 1157. Conviene observar que no resulta aplicable lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 1154, referido a la constitución en mora del deudor, por cuanto se considera que ella es ajena a las obligaciones de no hacer. El artículo 1160 hace de aplicación a las obligaciones de no hacer, las reglas de los artículos 1154, primer párrafo, 1155, 1156 y 1157. Conviene observar que no resulta aplicable lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 1154, referido a la constitución en mora del deudor, por cuanto se considera que ella es ajena a las obligaciones de no hacer. OBLIGACIONES ALTERNATIVAS Y FACULTATIVAS las obligaciones alternativas y las obligaciones facultativas, por tratarse de obligaciones disyuntivas. El Código norma, entre los artículos 1161 y 1167, las obligaciones alternativas; y en los artículos 1168 a 1171, las obligaciones facultativas. El artículo 1161 consagra la naturaleza jurídica de la obligación alternativa, al estatuir que quien asuma tal obligación sólo deberá cumplir por completo una de las diversas prestaciones. El precepto, en su primera parte, atribuye la elección al deudor, salvo que se hubiera pactado que ella corresponda al acreedor o a un tercero. La novedad de la norma es que señala, en forma expresa, que la elección puede ser practicada por un tercero. Nada se opone en efecto a que, dentro de los alcances de la autonomía de la voluntad, el acreedor y el deudor puedan designar a un tercero para practicar la elección. Y el tercero, dentro del marco de las obligaciones alternativas, tiene la facultad de designar cualquiera de las prestaciones que se encuentran in obligatione. Por lo demás, siguiendo el principio general de manifestación de la voluntad -manifestación que puede producirse en forma tácita-la norma no exige que la elección se atribuya expresamente contemplados en la primera y segunda partes de éste, las reglas del artículo 1144. Dicho artículo contempla las tres hipótesis posibles de elección -esto es, la que debe verificar el deudor, el acreedor o un tercero-, así como las consecuencias jurídicas que se derivan cuando no se practica tal elección. La elección debe realizarse dentro del plazo pactado y, a falta de éste, en el que el juez señale. Si el deudor omitiera efectuar la elección dentro del plazo estipulado o el fijado por el juez, ésta se practicará por el acreedor. La norma agrega que se aplicará igual regla cuando la elección deba practicarla el acreedor, es decir, que en las mismas hipótesis, si el acreedor no efectuara la elección el derecho de elegir revertiría en favor del deudor. Si la elección se hubiera confiado a un tercero y éste no la efectúa, la hará el juez, sin pe1juicio del derecho de las partes de exigirle al tercero, cuando se hubiere obligado a practicar la elección y no la realizase por su culpa, el pago de la indemnización correspondiente. Si, por el contrario, el tercero no se hubiera obligado a practicar tal elección o habiéndose obligado a ello no la verificase por causas no imputables a él, las partes no tendrían derecho a exigirle indemnización alguna. Los artículos 1165 y 1166, que contemplan los casos de pérdida de una o más prestaciones cuando la elección corresponda al deudor, al acreedor, a un tercero o aljuez, no requieren mayor explicación. El Código ha organizado en estas normas los casos posibles de pérdida de las prestaciones por causas imputables y no imputables al deudor. El artículo 1169 es e onsecuencia de la regla prevista por el artículo 1168. Al existir en la obligación facultativa una prestación principal y otra accesoria, la norma establece que la obligación se extingue cuando la prestación principal fuera nula o imposible, aun cuando la accesoria fuera válida o de posible cumplimiento. Obligaciones divisibles e indivisibles El artículo 1172 señala el principio de la división de las deudas y de los créditos cuando la prestación es divisible y la obligación no se ha pactado solidariamente, vale decir, cuando es mancomunada. El artículo 1173, por su parte, presume que la deuda o el crédito se dividen por partes iguales entre los intervinientes en la relación obligacional, salvo que lo contrario resulte de la ley, del título o de las circunstancias del caso. Se trata de dos preceptos claros que no requieren mayor explicación. Obligaciones mancomunadas. Y solidarias La mancomunidad o solidaridad se determina, según se ha expresado, por la forma en que se obligan los codeudores o, a su vez, los coacreedores. A falta de pacto expreso, la obligación es mancomunada. En ciertos casos excepcionales, la solidaridad es impuesta por la ley. Página 103 RECONOCIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES