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Antonio Hidalgo Navarro y Xose Padila (2006b): “Bases para el análisis de las

unidades menores del discurso oral: los subactos”, Oralia, 9: 109-143.

BASES PARA EL ANÁLISIS DE LAS UNIDADES MENORES DEL DISCURSO


ORAL: LOS SUBACTOS1
Antonio Hidalgo (Universitat de València)
Xose Padilla (Universitat d’Alacant)
Grupo Val.Es.Co. (Valencia. Español Coloquial)

0. INTRODUCCIÓN
El interés por el estudio de la conversación se inicia, al menos de forma sistemática, a
principios de la década de los 70, como desarrollo metodológico natural de las
investigaciones sociolingüísticas iniciadas bastantes años atrás.

En el ámbito anglosajón, los etnomedólogos, de la mano de Sacks (1986), inician la


corriente que posteriormente recibirá en nombre de Análisis Conversacional. Sacks y
otros autores, entre los que destacan investigadores como Jefferson (1972) y (1973) o
Schegloff (1968) y (1979), empiezan a preocuparse por el estudio del lenguaje como
vehículo de interacción social. El Análisis Conversacional dedicará sus esfuerzos a la
obtención de grabaciones de conversaciones que más tarde serán analizadas en aspectos
tales como el sistema de toma de turnos, las secuencias conversacionales, etc. (véase
Geluykens, 1992).
A pesar del interés intrínseco de la propuesta, varios autores han criticado que su
perspectiva teórica tiene un cariz más sociológico que lingüístico (véase Gallardo, 1993
y 1996), por lo que las unidades propuestas no consiguen alcanzar un grado definitivo
de sistematización válido desde enfoques estrictamente lingüísticos.

Coincidente en parte en el tiempo con el Análisis Conversacional, nace el Análisis del


Discurso, que, surgido en Birmingham, inicia también el estudio de textos dialógicos en
la década de los 70. En este caso, habremos de mencionar los trabajos de Coulthard y
Sinclair (1975), Coulthard (1977) o Stubbs (1983), implicados principalmente en el

1
El presente artículo ha contado para su elaboración con la subvención del proyecto HUM2004-01453/FILO
“Nuevas Aportaciones al Diccionario de Partículas del Español”, del Ministerio de Educación y Ciencia.

1
análisis de datos procedentes de la interacción didáctica y comercial. Su objetivo
principal, de acuerdo con las restricciones derivadas del corpus estudiado, serán las
unidades superiores del discurso (transacción, lección, etc.).
El Análisis del Discurso sí establece un metalenguaje previo, pero su interés principal se
centra en lo que podríamos llamar “macroestructura” discursiva, por lo que su método
no resulta del todo apto para el estudio de las unidades menores del discurso (objeto de
la presente investigación).

Por otra parte, en el ámbito francófono, cabe destacar por igual las aportaciones de la
Escuela de Ginebra y la Lingüística Interaccional, representadas, respectivamente, por
Roulet (1981) o Moeschler (1982) y (1985) y Kerbrat-Orecchioni (1986) y (1990),
Ducrot (1986) o Ascombre y Ducrot (1988).
Por lo que se refiere a las unidades, estos autores proponen un inventario bastante
similar al utilizado en el ámbito británico (intervención, acto, intercambio, etc.), sin
embargo, metodológicamente suponen un importante avance en la obtención de datos,
incluyendo ya interacciones marcadas situacionalmente que se podrían incluir en lo que
suele llamarse conversación cotidiana. Es particularmente interesante, la aportación de
la Escuela de Ginebra que presenta un modelo sumamente desarrollado, válido tanto
para la macroestructura como para la microestructura en distintos tipos de discurso oral.
Se trata, pues, de un avance teórico sustancial respecto de las perspectivas anteriormente
mencionadas; sin embargo, uno de sus aspectos más problemáticos radica en la poca
atención prestada al análisis de conversaciones coloquiales reales (espontáneas), tipo de
discurso sobre el que se ha venido proyectando en los últimos años un interés cada vez
mayor, al menos en el ámbito hispánico (Cortés Rodríguez 1981 y 1986; Narbona 1989,
Bustos 1995, Payrató 1997, Briz 1998, etc.).
En este estado de cosas, a principios de los 90, se forma en la Universidad de Valencia
(España) el Grupo Val.Es.Co. (Valencia, Español Coloquial), grupo de investigación
interesado en el estudio de la lengua coloquial en el discurso conversacional. Nuestro
primer objetivo fue establecer de forma teórica el concepto de conversación coloquial,
lo que nos obligó a incidir exhaustivamente en el problema de los datos. Un desarrollo
lógico de esta inquietud fue la necesidad de tomar como objeto de estudio preferente la
conversación coloquial real y espontánea (véase al respecto Briz y Grupo Val.Es.Co.,

2
1995 y 2002), así como la exigencia de establecer sus unidades de análisis (Briz y
Grupo Val.Es.Co., 2003).
Nuestro sistema de unidades, pues, heredero de una tradición que abarca los ámbitos
anglosajón, francófono e hispánico, trata de subsanar alguno de los problemas teóricos y
metodológicos apuntados en las líneas anteriores, especialmente en lo que respecta a la
microestructura conversacional. Precisamente, sobre este último aspecto incidirán las
líneas que siguen.

1. SOBRE UNIDADES, NIVELES Y DIMENSIONES


Cuando analizamos un fragmento de conversación coloquial, la aplicación de las reglas
sintácticas clásicas o tradicionales da como resultado una segmentación no rigurosa de
la conversación coloquial (del discurso oral), con lo que las perspectivas de avance en la
investigación son complicadas. Las “oraciones” se formulan de formas distintas a las
habituales, los nexos adquieren nuevas funciones y el orden de palabras es
aparentemente caótico. Como respuesta a estas dificultades, el Grupo Val.Es.Co.
propone utilizar un modelo de segmentación nuevo que dé cuenta de las características
específicas de las conversaciones coloquiales2.
Tal modelo pone de manifiesto un sistema asimétrico de siete unidades en el que se
distinguen dos niveles y tres dimensiones:

Tabla (1)

DIMENSIONES
NIVELES
Estructural Social Informativa
Dialógico Diálogo Alternancia
Intercambio de turnos
Fonológico Intervención Turno Subacto
Acto

2
Para un estudio desarrollado del sistema de unidades propuesto por Val.Es.Co. para el análisis de la conversación
coloquial son de obligada consulta los trabajos de Briz (2000a), Briz (2000b), Briz (2002), Pons (2001), Hidalgo
(2003), Briz y Grupo Val.Es.Co. (2003), Padilla (2001c) y Padilla (2005). Otra cuestión, no menos importante, es la
posibilidad de extender este modelo de segmentación y análisis a otros ámbitos discursivos, tanto de la lengua oral
como de la lengua escrita, lo que, en última instancia constituye uno de los objetivos principales del grupo Val.Es.Co.

3
Según este sistema, los subactos serían las unidades más pequeñas de la conversación
coloquial, pertenecerían al nivel monológico y estarían dentro de la dimensión
informativa.
Así pues, el objeto de este artículo es el estudio de los subactos, unidades que, como
veremos más tarde, sirven de puente entre la sintaxis tradicional y la sintaxis discursiva.
Sin embargo, antes de pasar a su descripción y estudio sería conveniente examinar
mínimamente el resto de unidades, para lo que tomaremos como punto de referencia el
siguiente fragmento extraído de una conversación coloquial real:

(1)
1A1: y el guía nos estuvo contando// mm§
2B1: § ¿era español?§
3A2: § se llamaba Jorge no colombiano// ese
luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo
Manjatan3/// y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los
hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les
dijeras/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=]
3B2: [ya]
3A2: = tienes que decirle la calle tal la avenida tal y ya está/// yy/ y se enfadan si el recorrido
es muy corto
4B3: ya
[IM.339.A.1]

1.1. EL TURNO Y LA INTERVENCIÓN

Una conversación coloquial se define socialmente como una sucesión de turnos y,


estructuralmente, como una sucesión de intervenciones. En el fragmento anterior,
señalamos ambas caracterizaciones con las cifras que acompañan a las contribuciones
de los participantes. Los primeros números indican el turno; y los segundos, las
intervenciones. La contribución 4B3, por ejemplo, nos informaría de que nos
encontramos en el cuarto turno de la conversación y en la tercera intervención del
participante B.

3
Inglés, Manhatan.

4
Turno e intervención pertenecen, como muestra la Tabla (1), a dimensiones distintas. El
turno es una unidad dependiente de las relaciones entre el hablante y el oyente
(dimensión social) y la intervención forma parte del armazón –lingüístico o sintáctico-
de la conversación (dimensión estructural).
Esta separación nos permite considerar de forma diferente las emisiones de los distintos
participantes. En el fragmento que estamos analizando, dos chicas jóvenes hablan sobre
la experiencia de una de ellas durante un viaje a Nueva York. Pero la hablante A, que
cuenta la historia, está tan emocionada con la narración que no atiende a la participación
de B:
(2)
3A2: se llamaba Jorge no colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y también nos
llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan4/// y nos explicó qué taxis tenías que
coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni-
bueno conocían las calles pero que no les dijeras/// quiero ir all museo tal porque no tenían
absolutamente [ni idea=]
3B2 : [ya]
3A2: = tienes que decirle la calle tal la avenida tal y ya está/// yy/ y se enfadan si el recorrido
es muy corto

La intervención 3B2 ([ya]) forma parte de la estructura conversacional, pero no es


turno, porque ni es atendido por la hablante A, ni supone una contribución relevante
para el desarrollo de la conversación.
Según esta forma de análisis, todos los turnos son intervenciones, pero no todas las
intervenciones son turnos. Las intervenciones no atendidas (como 3B2), o no
reconocidas por el otro participante, no son turnos.
Esta distinción entre turnos e intervenciones resulta especialmente rentable para el
análisis, pues, aunque el motor de la conversación es la alternancia de turnos, es decir,
la sucesión de hablantes5, no todas las emisiones que aparecen en la conversación deben
ser consideradas como tales.

1.2. LA INTERVENCIÓN

4
Inglés, Manhatan.
5
Si no fuera así, estaríamos frente a un monólogo.

5
Aunque no todas las intervenciones sean turnos, las intervenciones siguen siendo la
unidad central de la estructura de las conversaciones coloquiales. Su característica
fundamental, como veremos a continuación, es provocar o ser provocadas por una
reacción lingüística.
Si utilizamos el concepto reacción, las intervenciones son divididas en tres tipos: (a)
intervenciones iniciativas, (b) intervenciones reactivas y (c) intervenciones reactivo-
iniciativas. En un diálogo corto como el siguiente:
(3)
1A1: ¿qué hora es?
2B1: las cinco

encontramos dos intervenciones, coincidentes, en este caso, con los dos únicos turnos.
La primera de ellas (1A1), que provoca la contestación posterior, es iniciativa; la
segunda (2B1), que es provocada por la intervención previa, es reactiva.
A diferencia de lo que ocurre en el diálogo del ejemplo (3), las conversaciones
coloquiales se caracterizan por una sucesión de intervenciones mucho más compleja. En
el fragmento que estamos analizando, las intervenciones provocan reacciones y éstas
provocan a su vez otras nuevas, dando como resultado una sucesión bastante
heterogénea:
(4)
1A1: y el guía nos estuvo contando// mm§
2B1: § ¿era español?§
3A2: § se llamaba Jorge no colombiano// ese
luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo
Manjatan6/// y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los
hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les
dijeras/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=]
3B2: [ya]
3A2: = tienes que decirle la calle tal la avenida tal y ya está/// yy/ y se enfadan si el recorrido
es muy corto
4B3: ya [IM.339.A.1]

6
Inglés, Manhatan.

6
La intervención 1A1 es una intervención iniciativa; la intervención 2B1 es reactivo-
iniciativa (es provocada por 1A1 y provoca 3A2); la intervención 3A2 es reactivo-
iniciativa (es provocada por 2B1 y provoca 3B2 y 4B3); la intervención 3B2 es reactiva
(es provocada por 3A2); y la intervención 4B3 es reactiva (es provocada por 3A2).
La intervención más problemática de todas es la 3B2, una intervención fática reactiva
que no constituye turno. Esta intervención, como veremos más tarde, no provoca habla
posterior, pero no cierra diálogo porque no es una contribución relevante.

1.3. EL INTERCAMBIO
La unidad dialógica superior a la intervención es el intercambio. Se produce un
intercambio siempre que tengamos dos intervenciones sucesivas y entre ellas medie
algún tipo de reacción.
En realidad, si tenemos en cuenta los tipos de intervenciones, sólo son posibles cuatro
tipos de intercambios:
(a) intervención iniciativa~ intervención reactiva
(b) intervención iniciativa~intervención reactivo-iniciativa
(c) intervención reactivo-iniciativa~intervención reactivo-inicativa
(d) interveción reactivo-iniciativa~intervención reactiva

En el fragmento que estamos analizando aparecen algunos de estos tipos. Encontramos,


por ejemplo, un intercambio formado por una intervención iniciativa (1A1) y una
intervención reactivo-iniciativa (2B1):
(5)
1A1: y el guía nos estuvo contando// mm§
2B1: § ¿era español?

un intercambio formado por una intervención reactivo-iniciativa (3A2) y una


intervención reactiva (3B2):

(6)

7
3A2: se llamaba Jorge no colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y también nos
llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan7/// y nos explicó qué taxis tenías que
coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni-
bueno conocían las calles pero que no les dijeras/// quiero ir all museo tal porque no tenían
absolutamente [ni idea=]
3B2: [ya]

y un intercambio formado por dos intervenciones reactivo-iniciativas:


(7)
2B1: ¿era español?§
3A2: § se llamaba Jorge no colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y
también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan8/// y nos explicó qué taxis
tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las
calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras/// quiero ir all museo tal porque
no tenían absolutamente ni idea

Evidentemente, cualquier diálogo está formado por una sucesión de intercambios; la


complejidad de su estructura dependerá de su longitud y de la interacción que se
produzca entre los diversos participantes.

1.4. EL DIÁLOGO9
Hasta el momento hemos hablado del concepto diálogo sin definir exactamente lo que
es. Para que haya diálogo tiene que haber evidentemente dos hablantes al menos, es
decir, dos participantes que intercambien los papeles comunicativos hablante y oyente10.
Un diálogo presupone, por lo tanto, una relación social que se materializa
conversacionalmente en la alternancia de turnos.
Pero, además de marcas sociales, un diálogo posee también características estructurales.
La marca estructural más clara para hablar de un diálogo es la aparición de dos
intervenciones con características precisas: una intervención iniciativa (marca de
apertura) y una intervención reactiva (marca de cierre).

7
Inglés, Manhatan.
8
Inglés, Manhatan.
9
Véase Briz (en prensa).
10
Véanse al respecto Padilla (2003, 2004 y 2005).

8
El fragmento que estamos analizando se abre con la intervención iniciativa del hablante
A y se cierra con la intervención reactiva del hablante B:
(8)
1A1: y el guía nos estuvo contando// mm§
2B1: § ¿era español?§
3A2: § se llamaba Jorge no colombiano//
ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo
Manjatan11/// y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los
hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les
dijeras/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=]
3B2: [ya]
3A2: = tienes que decirle la calle tal la avenida tal y ya está/// yy/ y se enfadan si el recorrido
es muy corto
4B3: ya [IM.339.A.1]

Con la intervención 4B3 se cierra una sucesión de intervenciones e intercambios, pero


también una unidad temática (el asunto del guía y de los taxis). Las intervenciones
exclusivamente reactivas que son reconocidas como turnos suelen apuntar cortes en el
desarrollo temático conversacional que señalan los diferentes tópicos discursivos. Estos
cortes o señales marcan la frontera entre diálogos. Cada diálogo constituye, pues, una
unidad temática.
Es interesante recordar que no siempre una intervención reactiva cierra diálogo. La
intervención 3B2, como vimos anteriormente, es reactiva, pero, como no es reconocida,
no ocupa turno de habla y, consiguientemente, no puede cerrar diálogo:
(9)
3A2: se llamaba Jorge no colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y también nos
llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan12/// y nos explicó qué taxis tenías que
coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni-
bueno conocían las calles pero que no les dijeras/// quiero ir all museo tal porque no tenían
absolutamente [ni idea=]
3B2: [ya]

11
Inglés, Manhatan.
12
Inglés, Manhatan.

9
3A2: = tienes que decirle la calle tal la avenida tal y ya está/// yy/ y se enfadan si el recorrido
es muy corto
4B3: ya

De hecho, la misma intervención vuelve a ser repetida, ahora ya como turno, en la


intervención 4B3, y en este caso sí lo cierra. Deberíamos añadir, por lo tanto, a nuestra
primera definición el factor reconocimiento. Una intervención reactiva cierra diálogo
sólo si ha sido reconocida como turno, si aporta información relevante a la
conversación.
El diálogo, por tanto, se caracteriza socialmente (alternancia hablante~oyente), se
delimita estructuralmente (intervención iniciativa~intervención reactiva reconocida) y
se determina informativamente (supone un cambio en el tópico conversacional).

1.5. EL ACTO
En el nivel monológico, pero por debajo de la intervención, es posible reconocer uno o
más segmentos con características propias. Marcamos estos segmentos en el fragmento
colocando el símbolo # antes y después del segmento identificado:
(10)
1A1: #y el guía nos estuvo contando#/ #mm#§
2B1: § #¿era español?#§
3A2: § #se llamaba Jorge
#no##colombiano#// #ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la
excursión por el alto y bajo Manjatan13#///#y nos explicó qué taxis tenías que coger// los
amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno
conocían las calles pero que no les dijeras/// quiero ir all museo tal porque no tenían
absolutamente [ni idea#=]
3B2: [#ya#]
3A2: = #tienes que decirle la calle tal la avenida tal y ya está /// yy/ y se enfadan si el
recorrido es muy corto#
4B3: #ya# [IM.339.A.1]

13
Inglés, Manhatan.

10
Estos segmentos, que llamamos actos, son unidades jerárquicamente inferiores a las
intervenciones que poseen las propiedades de la identificabilidad y de la aislabilidad.
Decimos que son identificables porque tienen límites reconocibles; y decimos que son
aislables porque pueden funcionar de manera independiente cuando situamos el
segmento en su contexto de producción.
El Acto, pues, es la unidad estructural monologal inmediatamente inferior a la
intervención con capacidad para ser aislable en un contexto dado, es decir, puede
constituirse por sí mismo en intervención, funcionando aisladamente en ese contexto14.
El Acto se caracteriza, además, por poseer: (a) valor modal completo, es decir, una
única función ilocutiva específica (pregunta, rechazo, etc.); y (b) unidad melódica, ya
que su curva entonativa resulta completa en sí misma (la aseveración p.e. presenta un
tonema descendente de carácter final). Por lo demás, al margen de la existencia de
ciertos mecanismos demarcativos de carácter segmental (marcadores discursivos o
conectores pragmáticos, determinados elementos de carácter anafórico, etc.), la prosodia
suele ser en muchos casos el único recurso disponible para la segmentación del discurso
en Actos15.

Un primer criterio prosódico en el que cabría pensar como elemento demarcativo es la


pausa. Efectivamente, la pausa puede delimitar Actos, aunque entre pausa y Acto no
haya siempre una relación de causa-efecto. En ocasiones, como en los ejemplos (11) y
(12), las pausas no señalan unidades estructurales coherentes, sino que sirven como
mecanismo retardatario o instrumento de planificación conversacional:
(11)
17 G5: #a ti te da lo mismo ¿no?# / #pues más o menos/ es eso lo- lo que quiere decir más o
menos la palabra liberal#

(12)

14
La aislabilidad del Acto tiene que ver con el contexto inmediato, en tanto que conceptos como identificable o
reconocible constituyen criterios estructurales, esto es, cualquier unidad puede ser identificable como tal en el seno
de otra unidad mayor. El Acto es aislable e identificable, mientras que, como veremos después, el Subacto es
identificable dentro de un Acto, pero no aislable en un contexto dado. De cualquier modo, algo aislable como Acto
se entiende también como independiente desde el punto de vista estructural, esto es, no es constituto de otro
constituyente superior. Por otro lado, debe insistirse en el hecho mismo de su aislabilidad en un contexto dado: una
expresión lingüística puede actuar aisladamente en un contexto y ser Acto, pero la misma expresión podría no ser
aislable en otro contexto, y por tanto, no constituirse como Acto.

11
22 E11: #es que- es que ee yo para mí el hecho de ser conservadores y taal / precisamente
radica en sus principios#/ y #para mí hay unas- unos valores // muy fundamentales que a lo
mejor para otra persona no lo son ¿no?/// (3'') no sé#

La interpretación específica de la pausa puede inclinarnos a pensar, pues, que un


determinado fragmento sea, bien un Acto independiente, bien una parte de un Acto.
Esto ocurre, por ejemplo, en (13), donde la doble pausa (//) después de “pero” tiene más
bien carácter retardatario. Es decir, debe interpretarse como licencia que se toma el
hablante para darse tiempo a pensar lo que dirá a continuación:
(13)
4 E: #síi#/ #yo conozco gentee#/ #parezco muy liberal pero// la verdad es que soy muy
conservadora#

La contextualización del uso de la pausa es, por lo tanto, un requisito indispensable para
la delimitación adecuada de actos en la conversación.

Al margen de la presencia o no de pausa, la posesión de curva melódica completa es


igualmente un índice posible de la existencia de un Acto; es lo que encontramos, por
ejemplo, en el caso de las formas melódicas aseverativa, interrogativa o exclamativa.
Tales patrones prosódicos son, por lo tanto, marcas de la presencia de Actos; y esto
ocurre, no sólo por los signos de puntuación, interrogación o exclamación, que aíslan la
construcción, sino por el valor modal que emana de tales signos (es decir, afirmación,
pregunta, rechazo, etc.).
La importancia, pues, del componente suprasegmental como instrumento de
delimitación exige tomar en consideración el funcionamiento específico de la curva
melódica. Así, por ejemplo, expresiones como ¡mujer!, ¡hombre!, ¡vamos!, etc. pueden
funcionar como actos siempre que sus respectivos contornos melódicos se articulen
aisladamente, esto es, cuando no se hallen integrados en una curva principal. Ello
explica que en los ejemplos (14) y (15) se manifiesten comportamientos prosódicos
demarcativos diferentes de los que se producen en (16):
(14)

15
Sobre otras marcas lingüísticas segmentales de delimitación se trata con detalle en algunos trabajos del Grupo
Val.Es.Co. entre los que cabe citar los de Briz y Grupo Val.Es.Co. (2003) o Hidalgo (2003).

12
6 E3: #yo sí#/ #liberaal- soy conservadora enn-/ pues en lo que interesa como to’l mundo#//
#pero vamos no soy nada liberal# #lo contrario#/// #lo que pasa es que yo respeto mucho
lo que dice la gente# #a mí- cada uno que haga lo que quiera yy#

(15)
19 G6: #hombre liberal/ lo que pasa es que no sé pues/ tú a lo mejor entiendes por liberal
puess#/// #(hay) gente que entiende pues un viva la virgen ¿no?# #o sea// que pasan de
todo que- que- que#

(16)
18 E9: #¡hombre!# #yo- o sea yo por liberal no entiendo esto#

Ahora bien, la existencia de curva melódica completa (de carácter “final”) tampoco es
condición indispensable para la identificación de un Acto completo; existen otras
variables prosódicas que pueden, ocasionalmente, determinarlo, de acuerdo con otras
variables contextuales.
Así, a lo largo del discurso oral espontáneo, son frecuentes las rupturas formales de la
construcción en curso, que ocasionan adicionalmente truncamientos melódicos, y que
dan lugar a lo que llamamos actos truncados16. Si estas estructuras apocopadas deben su
forma a la intencionalidad misma del hablante, es decir, si su carácter “aparentemente”
incompleto obedece a un propósito organizativo de índole pragmasintáctica, a una
“estrategia” de construcción preconcebida por parte del hablante, hablamos entonces de
actos suspendidos. En el acto suspendido la estructura prosódica está truncada por
definición: el hablante selecciona conscientemente el tonema apropiado para dicha
estructura que, necesariamente, representa una ruptura melódica respecto de la
estructura básica señal-señalado (vid. infra 2.2.1.); pero aquí prevalecen las exigencias
pragmasintácticas (que obligan al empleo de tonema final no descendente) sobre las
prosódico-estructurales (que, teóricamente obligarían a un tonema final más bajo en el

16
En ocasiones, aparecen encabezando una intervención ciertos elementos que podrían entenderse como el inicio de
un Acto, pero inmediatamente el hablante cambia la estructura de su discurso, por tanto construye un Acto diferente
al que hipotéticamente debería haber comenzado; la repetición de la misma secuencia de sílabas demuestra muchas
de estas veces el carácter vacilante de la construcción, no se trata, pues, de actos ni de subactos.

13
segmento señalado que en el segmento señal); y todo ello ocurre al servicio de una
estrategia pragmática que domina antes que cualquier otra cosa: la intención
comunicativa del hablante.

Por lo demás. los actos pueden ser simples o complejos; se consideran simples cuando
un único segmento informativo o subacto constituye en sí mismo la unidad Acto. En
este caso, el Acto no precisa de una caracterización prosódico-estructural adicional, ya
que conforma un único grupo de entonación. Es complejo cuando intervienen al menos
dos subactos en su construcción. Estos subactos son, precisamente, las unidades
menores de la conversación y su naturaleza, como veremos, es compleja, ya que deben
ser analizados aplicando diversos criterios simultáneos.

En otro sentido, si enlazamos la noción de acto complejo con la de acto suspendido,


debemos considerar estos últimos como actos complejos, en la idea de que su estructura
prosódica nos lleva a pensar en un subacto implícito: la suspensión entonativa, tonema
ascendente o alargamiento fónico al final del acto suspendido representan un cierre de
naturaleza pragmática, de modo que dicho “subacto” puede entenderse como subacto
sustantivo (vid. infra 2.2.2.1.) completo en sí mismo, porque la parte lingüística ausente
está presente, implícitamente, en la mente de los interlocutores. Así, en el fragmento
(17) la intervención 2B1 es una intervención compuesta por un solo acto, ya que no
encontramos más que un segmento identificable:
(17)
2B1: #¿era español?#

Cuando las intervenciones son más largas, como sucede en 3A2, podemos identificar
también varios elementos, pero sólo una parte de ellos son aislables en dicho contexto.
Si tomamos como punto de partida, las intervenciones 2B1 y 3A2:
(18)
2B1: #¿era español?#§
3A2 § #se llamaba Jorge no##colombiano#// #ese luego nos llevaa// al
crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan17#///#y nos explicó

17
Inglés, Manhatan.

14
qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no
conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras/// quiero ir all
museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=]#
3B2: [#ya#]
3A2: = tienes que decirle la calle tal la avenida tal y ya está /// yy/ y se enfadan si el
recorrido es muy corto#

comprobaremos que, aunque hay varios elementos identificables, no todos son aislables
ni capaces de funcionar por sí mismos en el contexto de producción. Así, a la pregunta
de la intervención 2B1, podemos responder sólo con los segmentos aislables:
(19)
2B1: #¿era español?#§
3A2 § #se llamaba Jorge

(20)
2B1: #¿era español?#§
3A2:§ no

(21)
2B1: #¿era español?# §
3A2: §#colombiano#//

(22)
2B1: #¿era español?#§
3A2: § #ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión
por el alto y bajo Manjatan18#///

(23)
2B1: #¿era español?#§
3A2: § #y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los-
los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no

18
Inglés, Manhatan.

15
les dijeras/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente ni idea tienes que
decirle la calle tal la avenida tal y ya está /// yy/ y se enfadan si el recorrido es muy corto#

pero no con los elementos únicamente identificables, pues, en dicho contexto, resultan
incoherentes, como en (24):
(24)
2B1: #¿era español?#§
3A2 § pero que no les dijeras/// quiero ir all museo tal porque no tenían
absolutamente ni idea

Los cinco actos de los ejemplos (19) a (23) son identificables y aislables, el hablante A
podría haber respondido con cualquiera de ellos sin que ello hubiera supuesto merma
alguna para la coherencia de la intervención. El resto de segmentaciones no cumplirían
el criterio de la aislabilidad. De hecho, como veremos más tarde, la diferencia entre
actos y subactos nace justamente aquí, ambos son identificables pero sólo los actos son
aislables.

1.6. EL SUBACTO
Si nos adentramos en el Nivel Monológico, en el interior de la intervención cabe
identificar uno o más segmentos específicos; véase así (25):
(25)
A: entonces ¿vamos al cine con Jose y Nuri?
B: no/ porque no me gusta Almodóvar// estoy harto de ver tonterías.

donde podemos diferenciar, en primer término, una unidad monologal menor que la
Intervención, el Acto (constituyente inmediato de aquella) capaz de funcionar
aisladamente en un contexto dado y de constituirse como intervención por sí mismo.
Efectivamente, la intervención de A cumple estos requisitos, mientras que la
intervención de B agrupa dos segmentos aislables en iguales condiciones que A, a saber,
“No, porque no me gusta Almodóvar” y “ Estoy harto de ver tonterías”.
Obsérvese, sin embargo, que, dada la imposibilidad de aislar el fragmento “porque no
me gusta Almodóvar” en ese contexto (no podría constituirse por sí solo como reacción

16
lingüística de B a A), deberemos considerar dicho segmento como parte integrante de
un Acto:

(26)
A: Entonces ¿vamos al cine con Jose y Nuri?
B: *porque no me gusta Almodóvar

A pesar de ello percibimos que tal fragmento aporta información pertinente (en este
caso de índole justificativa) para la viabilidad del Acto (efectivamente, el sentido del
Acto cambiaría sensiblemente si prescindiéramos de dicho segmento); es evidente por
otro lado que el fragmento en cuestión se halla delimitado por un tonema demarcativo
coincidente con el final de una estructura sintáctica y entonativa completa (descenso
melódico pronunciado, sentido aseverativo categórico). Pues bien, este tipo de
fragmentos son los subactos, es decir, subunidades integrantes del Acto, reconocibles
como aportes o soportes informativos relevantes, pero no aislables en el contexto dado.
Observemos a continuación más aspectos de su funcionamiento.

2. UNIDADES MENORES DEL ANÁLISIS CONVERSACIONAL: SUBACTOS


Como se ha dicho anteriormente, la conversación coloquial nos enfrenta a la necesidad
de considerar un marco de análisis específico, habida cuenta de que la sintaxis
convencional no puede dar cuenta de numerosas construcciones “extrañas” (y, sin
embargo, habituales) en el discurso conversacional en su nivel monológico. Se ha
mencionado aquí la existencia de estructuras truncadas19, y a ellas podrían añadirse
otras estructuras frecuentes tales como ciertas construcciones parentéticas20, ciertas
estructuras modalmente contradictorias21, pausas extrañas22, u otros muchos
fenómenos cuya descripción representa un desafío para la sintaxis tradicional.
Por otro lado, como ya hemos observado, un Acto puede constituirse en sí mismo, es
decir, ser una estructura acabada (en cuyo caso el Acto se llena con un solo segmento

19
Gramaticalmente incompletas, debidas a la presencia de autocorrecciones, a la existencia de cortes involuntarios en
lo comunicado ligados a dificultades de planificación, etc.
20
Que parecen interrumpir el normal desarrollo del discurso (del tipo yo qué sé, no sé, etc.).
21
Cuya función comunicativa no se ajusta a su estructura formal ni prosódica, por ejemplo, estructuras con
apariencia de pregunta que no esperan respuesta alguna, del tipo ¿sabes?, ¿entiendes?, etc.

17
informativo) o bien puede estar integrado por dos o más Subactos. Desde el punto de
vista de su constitución, hemos hablado por ello de Actos Simples y Actos Complejos.
Por lo demás, en cuanto a la caracterización de la unidad subacto, consideramos que ello
exige tener claras al menos dos perspectivas: la perspectiva prosódica y la perspectiva
estructural.

2.1. CARACTERIZACIÓN PROSÓDICA PRELINGÜÍSTICA DEL SUBACTO: EN TORNO A LA


FUNCIÓN DEMARCATIVA DE LA ENTONACIÓN.

De acuerdo con la perspectiva prosódica entendemos que todo subacto constituye por
definición un grupo de entonación específico. En este sentido, el primer aspecto que
debemos asumir es la naturaleza oral de la conversación coloquial: lo oral es prosódico
en su esencia misma y lo prosódico es por definición oral. En esta línea algunos autores
han propuesto hablar de una función prelingüística de la entonación, en la idea de que
“el fenómeno (entonativo) se refiere a la forma fónica previa del habla, a su propia
naturaleza fónica antes de cualquier otra consideración” (Cantero, 2002:86). Dicha
función actuaría en el nivel sintagmático, y estaría ligada indisolublemente a las
funciones demarcativa e integradora de la entonación.

Los factores prosódicos, pues, nos permiten reconocer en una primera fase diferentes
grupos de entonación en el flujo de habla, que podemos considerar como segmentos
mínimos del discurso oral y que se sitúan, sucesivamente, en las intervenciones de cada
hablante. Asumiendo esta función estructuradora (demarcativa-integradora) de la
entonación, el modelo de unidades conversacionales propuesto por el Grupo Val.Es.Co.
reconoce que la sección mínima posible viene constituida por cada uno de los grupos de
entonación segmentables. Si tales grupos de entonación satisfacen ciertos requisitos
estructurales (fundamentalmente, si no son grupos de entonación fragmentarios,
reinicios, autocorrecciones, etc.), se entiende que son subactos. Los subactos, pues, se
combinan entre sí para construir pertinentemente nuestras emisiones en el seno de las
intervenciones, y de su combinación se derivan los actos.

22
En lugares no esperables desde un punto de vista rigurosamente gramatical y, en cambio inexistencia de estas
donde, a priori, resultaría conveniente su presencia.

18
En consecuencia, todo Subacto constituye por definición un grupo de entonación 23, de
modo que la prosodia es índice seguro para la segmentación de un Acto en uno, dos o
más subactos, es decir, para su escisión estructural en dos o más partes, constitutivas
cada una de ellas de un grupo de entonación. El grupo de entonación es, pues, el
segmento mínimo de habla reconocible en la conversación coloquial24. Pues bien,
cuando un Acto integra dos o más grupos de entonación (esto es, dos o más Subactos)
estos mantienen entre sí, como hemos dicho, relaciones estructurales diversas, lo que
nos permitirá, a su vez, proponer varios tipos posibles de Subactos.

2.2. CARACTERIZACIÓN ESTRUCTURAL DEL SUBACTO: SOBRE LAS RELACIONES ENTRE


SUBACTOS INTEGRANTES DE UN ACTO COMPLEJO

Por lo que atañe a la perspectiva estructural, debe considerarse que está ligada al
carácter simple o complejo del acto que contiene el/los subacto/s, según su constitución
interna unitaria o plural (uno o más subactos). Así, la naturaleza estructural del subacto
debe entenderse en un doble aspecto: uno afecta a su caracterización prosódico-
estructural, otro a su caracterización semántico-informativa.

2.2.1. Caracterización prosódico-estructural. Subacto Señal y Subacto Señalado.


Relaciones de jerarquización entonativa. Función integradora de la entonación
La construcción del discurso conversacional por parte de los hablantes, actual y
progresiva, nos lleva a pensar que posiblemente esta fase de producción de subactos sea
simultánea cronológicamente hablando, a la organización semántico-informativa, sin
embargo desde el punto de vista de su realización efectiva, es anterior la construcción

23
Nuestra visión de grupo de entonación coincide con la de Quilis y otros (1993:56-57), esto es, “la porción de
discurso comprendida entre dos pausas, entre pausa e inflexión del fundamental, entre inflexión del fundamental y
pausa, o entre dos inflexiones del fundamental que configura una unidad sintáctica más o menos larga o compleja
(sintagma, cláusula, oración)”.
24
Sin embargo, debemos insistir en que no todo grupo de entonación representa necesariamente un Subacto; más
exacto sería decir que la forma lingüística más habitual de representación del Subacto es el grupo de entonación: es
posible hallar grupos de entonación que no son ni Actos ni Subactos, sino simplemente segmentos fragmentarios de
habla; esto ocurre, como hemos señalado previamente en los reinicios, autocorrecciones, etc. que configuran sin duda
grupos de entonación, pero al margen de la estructura discursiva: son meras vacilaciones. Véase en cambio el caso de
las construcciones suspendidas donde un grupo de entonación melódicamente inconcluso (abierto en anticadencia o
suspensión), representa por sí mismo un Acto perfectamente inferible para el interlocutor.

19
prosódica del discurso, su distribución en grupos de entonación sucesivos, y su ulterior
integración en agrupaciones de subactos interrelacionados25.

Resumiendo brevemente los avances hechos hasta ahora por el Grupo Val.Es.Co. en
esta línea de investigación, podemos afirmar que la entonación es justamente el
componente que suele marcar la dependencia de los dos principales elementos
configuradores de un Acto, un subacto señal y un subacto señalado26; ello, por otra
parte, se ha comprobado como recurso efectivo en muchas de las relaciones de
subordinación sintáctica.
Así, la altura tonal de la sílaba final de un grupo entonativo (esto es, la inflexión
melódica o tonema) constituye un criterio estructural esencial, ya que aporta
información sobre la naturaleza de la relación de dicho segmento con el grupo
entonativo que le sigue inmediatamente. Es decir, una entonación baja (descendente) o
un tono bajo al final de un primer grupo de entonación, suele implicar autonomía
estructural entre dos grupos entonativos sucesivos. Esto es, cada grupo entonativo con
final en tono bajo por relación a su punto de ataque mantiene, una relación de
yuxtaposición con la unidad entonativa vecina. Hablaremos en este caso de dos Actos
distintos, y a esta decisión contribuye decisivamente el criterio estructural prosódico.
Por el contrario, una entonación alta (o un tono elevado) al final de un primer
constituyente (I), manifiesta una relación de encajonamiento o dependencia con el
siguiente (II), y así sucesivamente. El segmento que acaba con tono alto () se
interpreta como subacto señal por relación al segmento siguiente, que constituye el
subacto señalado, como ocurre en (27):
(27)

25
Efectivamente, como veremos después, consideramos que la escisión básica subacto señal/subacto señalado es
previa a la consideración de un subacto como sustantivo o adyacente (véase apartado 2.2.2), porque, entre otras
razones, el orden señal-señalado es independiente del carácter sustantivo o adyacente de los subactos. Puede haber,
pues, un segmento señal sustantivo o adyacente, y lo mismo pasa con los segmentos señalados, pueden ser
adyacentes o sustantivos. Entendida así la mecánica construccional del Acto, es mucho más fácil y coherente la
estructura de los denominados Actos suspendidos y truncados: su configuración formal es exclusivamente prosódica
(son grupos de entonación específicos), sin que se haga explícita integración alguna de dos o más grupos de
entonación en una estructura de cierre (es decir, una curva melódica completa), ni, consiguientemente, una relación
semántico-informativa entre tales grupos de entonación (simplemente, a nivel formal falta algo que, sin embargo,
pragmáticamente, goza de plena vigencia en la mente de los interlocutores).
26
Los términos Señal y Señalado (traducciones respectivas de Repère y Réperé), proceden del Grupo de la Sorbona,
constituido por varios investigadores interesados en la estructura del “enunciado oral espontáneo” (cfr. al respecto M.
A. Morel y A. Rialland, 1992; L. Danon-Boileau, A. Meunier et al., 1991; M. A. Morel, 1992; M. A. Morel, 1993a,
1993b y 1993c).

20
C: (I) porque ellos (I) (II) se repartieron las tres mesas y me dejaron para que yo estuviera allí
tranquila(II) (Hidalgo, 1997)

De este modo, la estructura resultante del Acto tiene carácter recursivo, ya que gran
número de secuencias discursivas configuran Actos articulados (constituidos por dos o
más grupos de entonación) que se encajonan entonativamente los unos a los otros para
construir el discurso oral27.

2.2.2. Caracterización semántico-informativa del Subacto: subactos Sustantivos y


subactos Adyacentes
Esta fase de estructuración se produce, muy probablamente con simultaneidad a la
organización básica subacto señal/subacto señalado, de manera que dos o más subactos
pueden mantener entre sí relaciones jerárquicas equiparables a las de la sintaxis (es
decir, unos son, informativamente hablando, más importantes que otros). En este
sentido, hemos establecido la distinción entre Subactos Sustantivos y Subactos
Adyacentes.

2.2.2.1. Subactos Sustantivos


Son segmentos que poseen contenido informativo (lo que podríamos denominar
“sustancia” informativa). Son, pues, unidades llenas que disponen de contenido
“proposicional” (algo que se predica de algo o de alguien), de modo que aportan la
información “esencial” del acto. Los segundos, los subactos adyacentes no aportan
información esencial para el Acto en que se integran, sino información al margen. Son,
en este sentido, elementos extraproposicionales, en la medida en que no forman parte de
la estructura proposicional. De cualquier forma, el valor informativo de un Subacto se
establece contextualmente, una vez reconocidos sus límites formales.

Esta categorización semántico-pragmática puede concretarse de diversas formas, p.e.,


en la segmentación producida entre el tópico y el comentario28 en el interior de un Acto,

27
Las reglas de jerarquización entonativa presentan, como se puede ver, ventajas claras en el análisis del habla
espontánea, donde no siempre hay marcas sintácticas, léxicas o morfológicas capaces de explicar las relaciones entre
las distintas partes de un Acto; en estos casos, la organización interna parece indicarse suficientemente sólo mediante
lazos entonativos.
28
Entendemos tópico y comentario en el sentido de Hockett (1958). Véase también Padilla (2001d) y (2005).

21
o entre una oración principal y una oración subordinada en el período complejo, o
incluso entre una primera oración coordinada copulativa y una segunda coordinada
copulativa en el período compuesto. Así, p.e. el tópico, subacto substantivo (es decir,
con sustancia semántico-informativa) que suele ocupar la posición de segmento señal,
presenta habitualmente una entonación ascendente (anticadencia o semianticadencia),
como en la primera intervención de B en (28):
(28)
B: sí [eso(TÓPICO) =]
A: [mira este Albacete]
B: = eso sí que lo sé (Hidalgo, 1997)

Reconocemos en estos casos un único acto, segmentado en dos subactos y, de acuerdo


con lo expuesto en 2.2.1., hablaremos de dos segmentos potenciales en el Acto: un
Subacto Señal o primera parte del acto y el Subacto Señalado o segunda parte del acto.
La relación ulterior que se establezca entre estos elementos podrá ser diversa; lo
importante es que ambos, Señal y Señalado, sean entendidos como grupos de
entonación informativamente relevantes. Por este motivo son subactos sustantivos:
ambos representan aporte informativo efectivo.

Con todo ello parece posible llegar a una caracterización pragmasintáctica del subacto,
lo que nos lleva a la diferenciación inicial básica entre subactos sustantivos directores,
subactos sustantivos subordinados y subactos sustantivos topicalizados.
En primer término, pues, tal como se entienden los subactos sustantivos, distinguimos
dos clases según su función estructural en la organización interna del Acto: los Subactos
Sustantivos Directores (SSD) y los Subactos Sustantivos Subordinados (SSS). El SSD
resulta potencialmente aislable y equivale (semántica e informativamente) a la esencia
misma del Acto, esto es, a su conjunto. Por su parte, el SSS se halla supeditado
funcionalmente al SSD, en la idea de que suele aportar algún tipo de dependencia, ya
sea semántica, ya sea pragmática, respecto de dicho SSD. Véase así el ejemplo (29):
(29)
A: ¿podría hacerle una encuesta?
B: no (SSD), porque tengo prisa (SSS)

22
En cualquier caso, sólo puede haber un SSD en el mismo Acto, pues en caso contrario
ya no estaríamos hablando de un solo Acto, sino de dos (o más). Como detalle formal,
la determinación de la relación subacto sustantivo director-subordinado parece venir
marcada por la presencia de una conjunción o partícula capaz de establecer vínculos
“convencionales” entre los subactos afectados. La relación subacto señal/ subacto
señalado se reconvierte hacia una relación subacto director/ subacto subordinado o
subacto subordinado/ subacto director, según la naturaleza lingüística específica de la
partícula en cuestión (pero, porque, aunque, o sea, etc.)

En ocasiones, sin embargo, en el curso de su emisión el hablante escinde ciertos


fragmentos cuyo estatuto jerárquico plantea dudas sobre su segmentación. Nos
referimos a los fenómenos de dislocación (DSL) o topicalización (TOP) (véase Padilla,
2001d y 2005)29. El caso de las DSL es bastante claro, ya que su vinculación sintáctica
con el resto del Acto (o construcción sintáctica en curso) impide que la podamos
considerar como Acto en sí mismo:
(30)
A: síi/ echa/ este tronco lo mandamos a tomar por culo

Ahora bien, la presencia habitual de una breve pausa como marca de separación entre
una TOP y el segmento del que se desgaja, podría hacernos pensar en un Acto diferente.
De cualquier forma, la escasa duración de esta pausa no parece criterio suficiente para
establecer la existencia de dos Actos diferentes:
(31)
B: es un chorizo de mucho cuidado/ ese

La TOP será considerada, pues, como parte integrante del Acto. Ahora bien, si la
duración de la pausa es más amplia y, sobre todo, significativa estructuralmente, cabe la
posibilidad de considerar dos Actos diferentes, en cuyo caso se descartará la existencia

29
En general, de acuerdo con Padilla (2005) consideramos como DSL, sea a la izquierda o a la derecha, toda
estructura que presenta los rasgos [+clítico referencial], [+se mueve un OD/OI], [-se mueve un elemento distinto de
OD/OI). En la topicalización en cambio se cumplen los rasgos [-clítico referencial], [-se mueve un OD/OI], [+se
mueve un elemento distinto de Objeto).

23
de TOP. Por lo general, pues, los elementos topicalizados o dislocados (a la derecha o a
la izquierda) no deben considerarse nunca como Actos, sino como Subactos (véase al
respecto Padilla, 2001d y 2005). Y, además, puesto que poseen contenido semántico
(sustancia informativa) deben ser considerados como un tipo específico de subactos
sustantivos.
En definitiva, este tipo de estructura nos permite introducir un nuevo tipo de subacto,
con respecto al cual cabe introducir ciertas consideraciones: desde nuestra visión de la
unidad subacto, sólo pueden ser entendidas como tales las topicalizaciones (a la derecha
o a la izquierda) que configuren grupos de entonación independientes

Por lo que respecta a las TOPs a la izquierda, cuando van disociadas de la curva
principal se observa un comportamiento particular:
a) Por lo general, no existe pausa obstruyente delimitando la TOP, frente a las
afirmaciones de algunos autores (véanse Geluykens, 1992; Zamora, 2002; etc.)
b) Existe una tendencia manifiesta a enfatizar prosódicamente el tonema final del
grupo constituido por la TOP, ya que en muchos ejemplos la Fo final alcanza o
supera30 el promedio tonal del hablante. Estos valores de Fo indican cierto grado de
insistencia sobre lo dicho, teniendo en cuenta, además, que al efectuar dicha
elevación el hablante rompe el curso prosódico normal de la curva entonativa,
favoreciendo, pues, la ruptura de la estructura prosódica en curso.
(32)
28 B: 117,7 una cafetera↑ 128.9 121,7 siempre viene bien 125.2 (1,4)

(33)
9 A: 203,5 ell autor↑230.1 no recuerdo ahora mismo cómo se llama 182

Estos hechos significan que, efectivamente, las TOPs a la izquierda manifiestan


suficientes recursos prosódicos, y lo suficientemente relevantes desde el punto de vista
funcional, como para formar grupos de entonación independientes. A ello se añade que
se trata de grupos de entonación informativamente sustanciales (es decir, aportan un
realce semántico-pragmático sobre ciertas partes del acto, disociándolas del resto del

30
Levemente o, a veces, ostensiblemente, en función del énfasis realizado.

24
acto y otorgándoles una posición inicial de privilegio). Entendemos, pues, que
constituyen un tipo particular de subacto sustantivo: son Subactos Sustantivos
Topicalizados Anticipadores (SSTA). En este sentido, el ascenso entonativo al final de
los mismos, así como el tono elevado sobre la línea melódica en curso, y en relación al
segmento discursivo siguiente, nos hace ver estos segmentos como señales por relación
a lo que sigue. En realidad, en estos SSTA el tonema ascendente representa una ruptura
con respecto a la curva melódica general, lo que le confiere su especial carácter
enfático.
En ocasiones al tonema ascendente que da a estos segmentos el estatuto de grupos de
entonación independientes se suman otros factores que coadyuvan en la consideración
de un SSTA; así en (34) hay un elemento lingüístico (“una persona liberal”) separado
del verbo (“para mí es”), y uno de los rasgos lingüísticos de la TOP es precisamente su
separabilidad del verbo que afecta, especialmente, a los sujetos en posición preverbal:
(34)
21 G7: #eso tampoco es # #una persona liberalSEÑAL-SSTA] para mí es una
persona que tienee/ unos principios ¿no? y quee- oye/ intenta cumplirlos a rajatabla
¿no?/// simplemente #

Las TOPs a la derecha, por su parte, son menos frecuentes que las TOPs a la izquierda,
quizás porque resulten menos eficaces como recurso enfático. Si esto es así, no es
extraño que las TOPs a la izquierda sean más frecuentes que las TOP a la derecha, ya
que el realce y la intensificación son mecanismos de alto rendimiento funcional en la
conversación coloquial. Pues bien, las características prosódicas más destacables de las
TOPs a la derecha son:
a) Tampoco hay pausa obstruyente, en general, entre el segmento previo y la TOP
b) Por su ubicación entre dos tonemas demarcativos (el precedente y el final),
constituyen un grupo de entonación independiente. Si bien, por su posición (final) se
integran cómodamente en el curso melódico general de la curva principal (es decir,
presentan tonema descendente cuando la curva es aseverativa, y tonema ascendente
si la curva principal es interrogativa o inacabada, como p.e. en los actos
suspendidos)

25
c) Tanto informativa como prosódicamente podemos considerarlas como subactos
independientes, ya que configuran un grupo de entonación individual con valor
informativo efectivo (es decir, aportan información adicional o suplementaria a lo
comunicado previamente en el discurso): los hemos denominado por ello Subactos
Sustantivos Topicalizados Clarificadores (SSTC)
d) Desde el punto de vista de su relación prosódica con el segmento previo,
configurarían lo que hemos llamado segmentos señalados31, es decir, determinan el
final del acto y se constituyen como subactos sustantivos relacionados (encajonados
o determinados) con el segmento inmediatamente precedente.
(35)
37A: 205,5 o sea yo he vivido allí hasta los dieciocho años en el pueblo 211.2 196,7
en Las Pedroñeras187.4

(36)
14 B: 126 se llama↑142,3 (0,4) ¿126,7 Madrigueras↑149,1 123,7 el pueblo↑ 141,1?

Por lo que respecta a las focalizaciones, esto es, el realce prosódico de determinados
segmentos enunciativos, son fenómenos de énfasis menos “regularizados” dentro de las
construcciones hasta ahora analizadas, es decir, su papel en la microestructura
discursiva es escasamente relevante desde el punto de vista demarcativo. Su variedad
formal, derivada de la intencionalidad específica del hablante en cada caso, ofrece la
posibilidad de que los elementos focalizados puedan ser muy diversos (sílaba, conjunto
de sílabas o sonidos, palabra, conjunto de palabras, subacto, acto, e incluso toda una
intervención en el nivel dialógico):
(37)
1 A: por ejemplo↑ 211.6 272,9 una cafetera 183.7 (0,2)
2 A: estábamos hablando de PONER UNA CAFETERA
3 A: 180,3 es que↑336.1 304,4 en las máquinas esas hacen un café horrible 279.7 (0,7)
(38)
16A: 153,5 NO ESTOY HABLANDO de una cafetera esPRÉS ↓292,8 de las del bar 203,9

26
Es menos predecible, por no decir nada predecible, su capacidad para conformar un
subacto, y su aparición depende sólo del deseo específico del hablante. Su función en la
conversación no es la de organizar estructural la intervención, sino la de realzar
ostensiblemente un determinado segmento de discurso según las necesidades
situacionales: su valor es netamente pragmático y su función pragmática más razonable
es la de intensificación32.
(39)
41 B: sí sí claro 120 (0,5) [supermorena]
42 A: [soy-] 236,1 soy BLAANCA COMO LA NIEVE 243,6

En síntesis, en función de la posición que ocupe el elemento topicalizado hablaremos de


subactos sustantivos anticipadores (a la izquierda) o clarificadores (a la derecha),
denominación (anticipadores~clarificadores) que confirma a su vez la relación existente
entre la estructura Tópico/Comentario y el contenido de los distintos subactos
sustantivos que conforman el acto.
Por lo demás, el predominio de SSTA se relaciona, evidentemente, con la
caracterización de la primera posición como posición preeminente o de privilegio. Si el
realce y la intensificación son, como hemos dicho, mecanismos de alto rendimiento
funcional en la conversación coloquial, es esperable que las construcciones que colocan
un elemento en esta posición (inicial a la izquierda) sean las más frecuentes.

2.2.2.2. Subactos Adyacentes


La segmentación posible del acto no se agota con los subactos sustantivos, ya que
también existen otras estructuras constitutivas integradas, los Subactos Adyacentes.
La relación señal-señalado establece un lazo, inicialmente prosódico, que anticipa la
continuación de la estructura en curso; ese lazo puede concretarse de diversas maneras y
ser “rellenado” por subactos de diversa índole. Es importante tener esto en cuenta sobre
todo en los casos en que un Acto está encabezado o delimitado por subactos adyacentes:
partimos de la hipótesis de que sólo debe haber un subacto señal por cada acto; puede
haber en cambio uno o más subactos señalados, representados por distintos tipos de

31
Véanse Hidalgo (1997), Hidalgo (2003) e Hidalgo (en prensa).
32
Véase al respecto la denominación que se da en Hidalgo (2002) a estos fenómenos y su atribución funcional (se
trata de casos de amplitud global).

27
estructuras que, deberán, en principio, mantener el curso normal de la curva melódica en
proceso. A diferencia de esto en el caso de subactos adyacentes interpuestos, su
articulación prosódica parece producirse al margen de la curva melódica principal,
como si se tratase de una ruptura momentánea de la construcción, un paréntesis al
margen de dicha estructura que, inmediamente, es recuperada prosódicamente en el
curso del propio acto.
Por otro lado, como hemos avanzado con anterioridad, un Subacto Adyacente no aporta
información esencial al Acto en que se integra, sino más bien información al margen.
Por lo demás, de acuerdo con la matización específica que aporten a la proposición es
posible distinguir varios tipos fundamentales. En este sentido, algunos de los llamados
marcadores discursivos, entre los que figurarían formas como pero, porque, sin
embargo, además, oye, vamos, entonces, etc., desarrollan una diversidad funcional en
cuanto a su comportamiento demarcativo que conviene comentar.

Subactos Adyacentes Textuales (SAT)


Ciertos marcadores pueden expresar lazos con un texto o emisión anterior: desde el
punto de vista comunicativo, marcan al interlocutor que se le ha escuchado, y
proporcionan al hablante el tiempo necesario para planificar lo que va a decir; desde el
punto de vista enunciativo, sitúan lo que se va a decir frente a lo ya dicho. Algunos
marcadores, pues, deben ser entendidos como una clase específica de marcas
reguladoras, capaces de organizar y distribuir el flujo del habla, que no representan por
sí mismas aporte semántico. Constituyen por tanto un tipo particular de subactos
adyacentes, que podemos denominar textuales33.

Por otro lado, un marcador puede desarrollar papeles funcionales diferentes según su
realización prosódica específica (±prominente)34. Así, un conector alto puede p.e.
marcar el límite de una unidad, esto es, el final de un Acto y el comienzo del siguiente,
representando así un papel anafórico y/o argumentativo. Obsérvese al respecto el valor

33
Más exactamente, de acuerdo con Chafe (1993), se trataría de un subtipo de grupos de entonación reguladores
textuales, que pueden llegar a ocupar un contorno entonativo propio y que expresan vínculos de naturaleza diversa
entre lo que antecede y lo que sigue, ya sea en el interior de una misma intervención, ya sea entre intervenciones
correspondientes a hablantes diferentes.

28
argumentativo, introductor de un nuevo Acto, presente en el marcador entonces de
(40)35:
(40)
B: ya pero si me dices eso yaestamos tergiversando los resultados
A: no porque yo realmenteno me doy cuenta de que has apretado el botón que has
apretado^ <entonces(260 hz) estoy hablando con toda la [naturalidad=]
B: [yaa]
A:= del mundo te lo prometo(A. Hidalgo, 1997)

Efectivamente, comprobamos aquí que una realización prosódica con prominencia


elevada (260 Hz de F0) sobre entonces favorece la autonomía y aislabilidad del
segmento “entonces estoy hablando con toda la naturalidad del mundo te lo
prometo”, con respecto del segmento precedente “no porque yo realmenteno me
doy cuenta de que has apretado el botón que has apretado^ ”.

Un conector bajo (es decir, un marcador sin prominencia tonal) suele funcionar en
cambio como enlace sintáctico puramente local. No marcará, pues, el comienzo de un
nuevo Acto sino, en su caso, el comienzo de un Subacto (Subacto Señalado), tal como
ocurre con el marcador pero (emitido a una F0 de 200,2 Hz) en (41), donde C continúa
un mismo Acto en dos intervenciones diferentes:
(41)
C: hay truuucos (( )) hay muchos trucos ahí que yo todavía no los tengoo [(( ))
controlaos =]
B: [apretar
botoncitos]
C: = pero (200,2 hz) // sí pero hay otros que no tengo todavía muy claro
(Hidalgo, 1997)

34
En el ámbito hispánico, si bien desde una perspectiva más auditiva que acústica, A. Briz (1993a:150-161) ha
reconocido igualmente la participación decisiva de la prosodia en la delimitación de la función sintáctico-pragmática
de algunos “conectores”. Sobre tal diversidad cfr. también A. Briz y A. Hidalgo (1998).
35
En los ejemplos (40) y (41) aparece indicado entre paréntesis el valor que alcanza en ese punto la Frecuencia
Fundamental (Fo), magnitud físico-acústica que se mide en herzios (Hz).

29
Esquemáticamente la estructura del Acto articulado por C en (41) sería:
hay truuucos hay muchos trucos ahí que yo todavía no los tengoo controlaos  SUBACTO SEÑAL
pero // sí pero hay otrosque no tengo todavía muy claroSUBACTO SEÑALADO

(Donde ACTO = SUBACTO SEÑAL + SUBACTO SEÑALADO)

Subactos Adyacentes Interpersonales (SAI)


Otros subactos adyacentes representan la interacción entre hablante y oyente, por lo que
los podríamos considerar como grupos reguladores interpersonales, esto es, Subactos
Adyacentes Interpersonales. Nos referimos con ello a segmentos de diversa naturaleza:

- unidades como mm, sí, oh, ya, etc., siempre que funcionen en la conversación como
muestras de atención del oyente hacia su interlocutor, como en la segunda intervención
de L en (42):
(42)
L: #yo también pienso que la- la religión es importante peroo tú te la- la puedes
entender de una forma o de otra/// ¿sabes?#§
E: § #él es/ tranqui tranqui#
L: mm
E: o sea
L: ((en determinados momentos))

- interrogaciones fáticas del tipo ¿sabes?, ¿no? ¿eh?, etc., cuando actúen como recursos
apelativos del hablante hacia el oyente, como en (43):
(43)
L: #yo también pienso que la- la religión es importante peroo tú te la- la puedes
entender de una forma o de otra/// ¿sabes?#

En estos casos, es bastante frecuente la presencia de subactos apelativos al final de un


acto. Su papel principal se sitúa entonces en el ámbito interactivo, de la alternancia de
turnos, no afecta por tanto a la estructura misma del Acto, ni desde un punto de vista

30
prosódico, ni informativo, ni pragmasintáctico: viene a marcar un Lugar de Transición
Pertinente que puede o no ser ocupado por el oyente; es el caso de “º(entiendes)º” en
(44):
(44)
8 E4: #bien yo qué sé- yo por ejemplo no séea mí me parece muy bien lo que hace cada
uno #que yo no estoy de acuerdono quiere decir que yo le critique ni que no///
°(¿entiendes?)° #

o de “¿no?” en (45):
(45)
12 E6: #yo tengo unos principios# y #para mí hay valores fundamentales#§
13G3: § #eso#/ #y tú los
sigues ¿no?#

Subactos Adyacentes Modalizadores (SAM)


Estos subactos introducen algún tipo de matización específica sobre el Subacto
Sustantivo al que se adhieren (atenuación, actitud del hablante ante lo dicho, etc.);
funcionan, pues, como modalizadores del discurso, por lo que los hemos denominado
Subactos Adyacentes Modalizadores (SAM). Ejemplos de este grupo son algunas
expresiones con el verbo decir en 1ª o 3ª persona del singular, como digo yo,
expresiones del tipo no sé, yo qué sé, etc.
Obsérvese que en algún caso un SAM puede encabezar el Acto de modo que podría ser
catalogado como “preacto” (lo que, entre otras cosas, podría hacernos pensar en un tipo
específico de SAM):
(46)
E: (…) #yo qué sé/ no se trata de ser/ extremista o a rajatabla y de aquí ya #

En otras ocasiones estos SAM expresan explícitamente el punto de vista del emisor
sobre su discurso36:
(47)

36
Obsérvese que en tales casos el SAM parece manifestar características prosódicas específicas (p.e. suele realizarse
con una entonación descendente y prominencia tonal elevada). Morfosintácticamente puede estar representado por

31
B: pero no dec- no decía nada
A: nada nada y yo pero ¡qué aburrimiento! de verdad y (( )) eres una persona
francamente aburrida y además sé quién eres ¿sabes? (A. Hidalgo, 1997)

O bien, modalizan el acto en cuanto a su posible carácter tajante; podría ser visto
entonces como un subacto atenuador, como es el caso de “simplemente” en (48):
(48)
21 G7: #eso tampoco es# / #una persona liberalpara mí es una persona que tienee/ unos
principios ¿no? y quee- oye/ intenta cumplirlos a rajatabla¿no?/// simplemente #

Subactos Adyacentes de Encuadre (SAE)


Este tipo de subactos cumplen las condiciones prosódicas, estructurales e informativas
de los subactos adyacentes, pero a ello se añade alguna nota funcional más. Cabe
suponer que estos subactos (del tipo “ahora”, “aquí”, “después”, etc.)37, muchas veces
delimitados por un tonema ascedente de ruptura melódica con respecto a la curva
principal, puedan cumplir un papel específico en la estructura del Acto que constituyen;
como hipótesis planteamos que se trata de subactos adyacentes de encuadre espacio-
temporal del Acto en que se integran. Cumplirían, en este sentido, un papel organizador,
similar al de ciertos marcadores discursivos que, recuérdese, cuando constituyen grupos
de entonación independientes se conciben en nuestro sistema como subactos
adyacentes; por lo demás, recuérdese también que cuando estos subactos se inscriben en
el interior del Acto como aparentes rupturas de la curva melódica en curso, su presencia
no afecta, al tratarse de subactos adyacentes, a la configuración del esquema básico
subacto señal+subacto señalado.
Por lo demás, consideramos que el significado de estos elementos es genérico,
fuertemente sometido al contexto: hacen referencia a las coordenadas espacio-
temporales que constituyen el entorno situacional específico en que se desarrolla la
conversación. Tal es el caso de “ahora” en (49) o “después” en (50):
(49)

diversas categorías: un adverbio o expresión adverbial de modalidad, un pronombre personal, una fórmula verbal, un
grupo conjuntivo complejo, etc.
37
Véase Padilla (2001a).

32
23 G8: #bueno la cues- la cuestión es que antes eras un poquito BEATA(SEÑAL)y
a(ho)ra (SAE) lo eres menos ¿no? #

(50)
27 G10: #CHICA/ no #/ #que han ido al colegio de monjas yy- al principio sí/ pero después/
(SAE) en cuanto te han dao un poquito dee libertad#

Pensamos, en suma, que las funciones demarcativa e integradora de la entonación


gobiernan los fundamentos de construcción del discurso oral; en realidad, la progresión
del discurso tiene, primero, un carácter eminentemente prosódico y, después,
informativo, de acuerdo con los intereses del hablante (y, por supuesto, según los
diversos factores relativos a la situación conversacional y discursiva). Estos intereses
pueden, pues, verse alterados, matizados, reforzados o, simplemente, prolongados en la
línea del hablante. Esto explica que la estructura básica pueda presentarse bajo muy
diversas formas superficiales. Así pues, si excluimos todo tipo de rupturas,
autocorrecciones o vacilaciones de habla, que no cuentan a nivel estructural,
observaremos que la fórmula básica señal/señalado puede presentarse bajo muy
diversas combinaciones posibles de subactos:
- dos subactos sustantivos relacionados entre sí en el interior de un mismo Acto
(dos subactos sustantivos= Subacto Señal+Subacto Señalado)
- un único subacto sustantivo y 1 o varios subactos adyacentes previo/s y/o
sucesivo/s y/o interpuestos
- dos o más subactos sustantivos y uno o más subactos adyacentes previo/s y/o
sucesivo/s y/o interpuestos

3. CONCLUSIONES
Planteadas, pues, las anteriores posibilidades de análisis, podemos afirmar que la
conversación coloquial, real y espontánea, nos enfrenta a la necesidad de considerar un
nuevo marco de segmentación que supere las carencias del análisis sintáctico
convencional. Este nuevo marco, innovador pero conectado con la tradición europea de

33
análisis de textos dialógicos, permite contemplar de forma complementaria aspectos
sintácticos, prosódicos e informativos dando cuenta de la naturaleza de la relación que
une las diferentes partes que forman los enunciados coloquiales (Actos). Resulta viable,
pues, una descripción pormenorizada de los Subactos, que, definidos como elementos
menores de la conversación, dan pie a una serie de esquemas más o menos complejos y
variados. En este nuevo marco, encajan perfectamente las TOPs y las DSLs,
construcciones sintácticas, aparentemente anómalas, que encuentran su lugar, ahora sí,
en la sintaxis discursiva.
Por lo demás, este trabajo plantea un paso más en el estudio de las unidades
conversacionales señaladas ya por el Grupo Val.Es.Co. en otros trabajos, aportando una
visión novedosa a la estructura del Acto y a las relaciones que mantienen en su seno las
unidades menores, esro es, los subactos.
Para concluir quisiéramos resaltar que entre la sintaxis discursiva y la sintaxis
tradicional hay, tal y como habíamos avanzado en la introducción, un camino
bidireccional que debe examinarse con presupuestos nuevos a partir del estudio de
muestras reales de habla similares a las aquí propuestas.

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