C.I. 18706448. Analice el funcionamiento del Poder Legislativo y Poder Judicial en el periodo 1960 – 1999.
En Venezuela, desde la independencia y creación de la República en 1811, los
poderes públicos han existido, ya sea con relativa o ninguna independencia, pero siempre formando parte de la estructura del Estado. A partir de 1961, con la llegada de un régimen de gobierno civil y de partidos, la Constitución se planteó la construcción definitiva de una democracia liberal representativa y un Estado plenamente Federal. Para ello, como en toda República, se garantizó la independencia de los poderes públicos, siendo determinantes el Poder Legislativo y el Poder Judicial.
El Poder Legislativo es, en principio, un ente colegiado que garantiza la
representación popular puesto que sus integrantes son electos por votación directa. Su función es la de crear, reformar y derogar las leyes del país. También sirve de regulador y contralor del Poder Ejecutivo. En la Constitución de 1961 el Poder Legislativo residía en el Congreso Nacional, el cual era de carácter bicameral, con una cámara de senadores y una cámara de diputados, eligiéndose dos senadores por cada estado más el distrito federal junto con las minorías y un diputado por cada treinta tres mil habitantes; se garantizaba así el principio federal de equidad en las regiones y la discusión democrática de las leyes que debían ser aprobadas por las dos cámaras.
El Poder Judicial es el ente encargado de administrar justicia en un país, este poder
se organiza territorialmente de acuerdo con la cuantía de los casos judiciales sometidos a la consideración de los tribunales. Su función también es la de velar por el pleno cumplimiento de la Constitución en los otros poderes. En la Constitución de 1961, el Poder Judicial se denominaba Corte Suprema de Justicia, de acuerdo con los principios republicanos, se garantizaba su independencia plena de los demás poderes. Una de las particularidades del Poder Judicial, era que aunque el Ejecutivo y el Legislativo podían tener un carácter regional o municipal de acuerdo con la descentralización federativa, la Corte Suprema de Justicia era una sola en todo el país. En la Constitución del sesentaiuno el Poder Judicial se dividía en tres salas que reunidas formaban la corte en pleno. Una tenía la función de realizar antejuicio de mérito al presidente de la República y el conocimiento de la causa hasta sentencia definitiva, para lo cual debía contar con la aprobación del Congreso. También poseía jurisdicción de las leyes y los actos administrativos del Estado. La Sala Político-Administrativa realizaba el antejuicio de mérito a los funcionarios diplomáticos, gobernadores, fiscal general, contralor y procurador general. También supervisaba y podía declarar nulidad sobre leyes estatales o municipales, en incluso los reglamentos del Ejecutivo Nacional cuando estos violaran la constitución. La Sala de Casación Civil, Mercantil y del Trabajo, junto con la Sala de Casación Penal, conformaban la Corte de Casación, frente a sus decisiones no había posibilidad de apelación.
A pesar de sus limitaciones y fallas, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial
cumplieron con sus funciones durante los cuarenta años de la democracia representativa, la prueba de su independencia llegó al punto de la destitución del presidente de la República Carlos Andrés Pérez en 1993 por casos de corrupción administrativa. No obstante, la desconfianza de la opinión pública en los gobernantes, la crisis de lo paridos y lo que el historiador Manuel Caballero llamó “autofagia política”, es decir, el ataque de los mismos dirigentes políticos a la democracia representativa, generó un malestar creciente en la opinión popular y que se confundiera la corrupción administrativa con el sistema sociopolítico en sí mismo.
Esto llevó el debacle de la misma Constitución de 1961, legitimó el proceso
constituyente que propuso Hugo Chávez en 1999 y la aprobación de una nueva Constitución que reformó entre otras cosas los poderes públicos, convirtió al Congreso Nacional en una Asamblea Nacional de carácter unicameral (cámara de diputados) y a la Corte Suprema de Justicia en Tribunal Supremo de Justicia.
Resolución No. 12-96 que aprueba el Convenio No.172 sobre las condiciones de trabajo en los hoteles, restaurantes y establecimientos similares, adoptado en la 78va. Reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo