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La educación y el desarrollo de la

conciencia
En la educación la “Conciencia Plena”representa una dimensión profunda, interna y
sensible de la relación entre maestros y alumnos.
Un compromiso decomunicación que se extiende dentro del proceso de enseñanza-
aprendizaje a un estado compasivo de responsabilidad plena y compartida.

"El verdadero nombre de una educación transformadora es que sea humanizante. Será
entonces liberadora en la medida que desencadene, acompañe y desafíe siempre al
aprendizaje de la condición humana (…) La condición humana refiere insalvablemente al
amor, que es por él y en él que nos constituimos en humanos". Alejandro Cussianovich
(2007)

Dice Alain Touraine, uno de los más brillantes y comprometidos sociólogos de nuestra
época recientemente galardonado, junto a Zygmunt Bauman, con el Premio Príncipe de
Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, que en el momento actual estamos
atravesando por tres crisis: la económica-financiera, la ecológica-planetaria y la política.
Ésta última, se expresa cada vez con más insistencia, como incapacidad de los gobiernos
nacionales y de las instituciones internacionales para hacer frente a los graves problemas de
la humanidad, creyendo ingenuamente que una vez restaurados los beneficios de los
bancos, todo se va a resolver. En este sentido señala algo que nos parece de extraordinaria
importancia para la educación y así nos dice: «…la construcción de un nuevo tipo de
sociedad, de actores y Gobiernos, depende antes que nada de nuestra conciencia (1) y de
nuestra voluntad, o, más sencillamente aún, de nuestra convicción de que el riesgo de que
se produzca una catástrofe es real, cercano a nosotros y de que, por tanto, tenemos que
actuar necesariamente…»(TOURAINE, A.; 2010).

En la misma línea, el insigne y reconocido Zygmunt Bauman nos recuerda uno de los
mensajes que más insistentemente se han ofrecido en la pasada Conferencia Internacional
celebrada en Fortaleza (2) y así nos dice que vivimos en un mundo, «…donde la única
certeza es la certeza de la incertidumbre, en el que estamos destinados a intentar, una y
otra vez y siempre de forma inconclusa, comprendernos a nosotros mismos y comprender a
los demás, destinados a comunicar y de ese modo, a vivir el uno con y para el
otro…» (BAUMAN, Z.; 2010).

Estamos pues ante una crisis que es al mismo tiempo externa e interna. Externa en cuanto
afecta a las condiciones materiales de nuestra existencia y de la vida en el planeta, e interna
porque se relaciona estrechamente con nuestra naturaleza humana y nuestra forma de
construir conocimiento y sentido. Y es en este punto, donde aparece de nuevo el
indispensable papel que debe jugar la educación como facilitadora y promotora del
desarrollo de la conciencia, la voluntad, la comprensión y el compromiso, como
dimensiones estratégicas del aprendizaje y la enseñanza de condición humana. Según Juan
Miguel Batalloso Navas

Enseñar la condición humana requiere autoaprendizaje, compromiso y experiencias


vitales

No se trata pues, de volver por las viejas sendas del pensamiento disciplinar, curricular y
organizativo que alimenta nuestra mentalidad escolar, como tampoco de creer que hemos
de inventar un nuevo precepto enseñando a los demás a vivir como si los profesionales
especializados en educación o los funcionarios docentes fuesen realmente sabios en esta
materia. De lo que se trata más bien, es de saber combinar complejamente las necesidades y
problemas materiales de existencia de nuestros contextos locales y globales, junto a la
imprescindible e indelegable tarea de aprender a vivir de forma autónoma sin necesidad de
que nadie nos lo prescriba en forma de recetas académicas o de inculcación ideológica.

Extracto del artículo "Educación y condición humana" de Juan Miguel Batalloso Navas,
los interesados en la lectura completa pueden bajarse el PDF al pié del artículo.

Sólo un educador consciente puede educar de forma consciente, siempre Enseñar es


Demostrar.
Con un profundo compromiso personal hacia una nueva manera de ver la educación, una
docencia consciente, desde un estado de presencia y responsabilidad emocional. En la
búsqueda de nuevas alternativas, creativas e innovadoras que partan de un nuevo enfoque,
lejos de la ansiedad y el estrés.
Una persona consciente es necesariamente una persona más serena y lúcida, capaz de
tomar mejores decisiones, menos proclive a dejarse llevar por sus emociones y más
propensa a la aceptación y la compasión.

http://www.gamolnar.com/educando/

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