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24/10/2019 Cultivar cotidianamente resistencias y autonomías emancipatorias será necesario para tejernos entre pueblos

Amérique Latine Histoire et


Mémoire. Les Cahiers
ALHIM
Les Cahiers ALHIM

36 | 2018 :
Los pueblos indígenas de “Nuestra América” en el siglo XX
Palabra India

Cultivar cotidianamente
resistencias y autonomías
emancipatorias será necesario
para tejernos entre pueblos
VILMA ALMENDRA, VICENTE ROMERO Y ARAUCO CHIHUAILAF

Resúmenes
Español English
Vilma Almendra heredó el espíritu de lucha su madre. Cuenta con formación universitaria y ha
hecho un aporte en la apropiación colectiva de las Tecnologías de la Información y de la
Comunicación. Relata igualmente los avances y dificultades del movimiento indígena en el norte del
Cauca.

Vilma Almendra inherited the fighting spirit from her mother. She has a university training and she
contributed to the collective appropriation of the Technologies of Information and Communication.
She also tells the improvements and difficulties met by the North Cauca’s Indigenous movement.

Entradas del índice


Keywords : Vilma Almendra, Cauca, Colombia, Nasa-Misak, Pueblos en Camino, Indigenous
People

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24/10/2019 Cultivar cotidianamente resistencias y autonomías emancipatorias será necesario para tejernos entre pueblos
Palabras claves : Vilma Almendra, Cauca, Colombia, Nasa-Misak, Pueblos en Camino, pueblos
indígenas

Texto completo
1 Vilma Rocío Almendra Quiguanás nació en 1979, en territorio ancestralmente misak
(hoy municipio de Silvia, Cauca). Se crió en el resguardo indígena nasa de Jambaló
(Cauca). Creció bajo la protección de su madre y sus abuelos maternos. Es mujer
comunera nasa-misak y ha vivido y sigue viviendo la lucha de su pueblo por territorio y
territorialidad múltiple, pero también sufrió y sus pueblos siguen sufriendo la violencia
armada. En 1987, su padre y su tío paterno fueron asesinados por la policía nacional en la
masacre de Portachuelo (Totoró, Cauca). Se formó colectivamente como comunicadora
comunitaria desde 1997 y se graduó de comunicadora social-periodista (2008) con una
tesis sobre la experiencia del tejido de comunicación nasa. Participa activamente en la
formación y comunicación indígena y popular en Colombia y otros países de nuestra
América. En 2017 publicó el libro Entre la emancipación y la captura. Memorias y
caminos desde la lucha Nasa en Colombia. Hace parte de Pueblos en Camino, iniciativa
que busca tejer resistencias y autonomías entre pueblos y procesos
(www.pueblosencamino.org).

ACH. y VR. Para introducir nuestra entrevista, ¿podría Ud. presentarse? ¿Cuál ha sido su
trayectoria tanto personal como en el seno del movimiento indígena?

Soy Nasa-Misak del suroccidente de lo que hoy se llama Colombia. En 1994 después de
todo un proceso interno en el norte del Cauca, viendo la necesidad de fortalecer los
cabildos y resguardos indígenas, de articular los Proyectos Comunitarios-Planes de Vida y
de mantener una interlocución con el Gobierno, se creó la Asociación de Cabildos
Indígenas del norte del Cauca-ACIN. Mi mamá, Luz Marina Quiguanás Conda, fue la única
mujer que oficialmente hizo parte del Equipo Mixto al que le correspondió fundar esta
organización. En 1997 la delegaron a una gira por Europa y ella me dejó a cargo de algunas
de sus actividades, desde allí empecé a conocer y a enamorarme de la matriz del
movimiento: nuestro carácter asambleario. En el 2001 me vinculé al Programa de
Comunicación de ACIN, desde donde nos apropiamos colectivamente de las Tecnologías
de la Información y de la Comunicación (TICs) para denunciar la agresión y defender la
vida en el territorio. Luego, por iniciativa e insistencia del compañero Manuel Rozental
con la participación de las y los comunicadores indígenas y no indígenas, en el 2005
parimos colectivamente la experiencia que se conoció dentro y fuera de Colombia, como
“El Tejido de Comunicación para la verdad y la Vida”. Acompañé activamente diversos
procesos territoriales desde abajo, así como en ámbitos externos en los que fui asignada
por el colectivo. Estuve encargada por varios años de las relaciones externas e hice parte
del proceso de formación y acción que llamamos “La Escuela de Comunicación el Camino
de la Palabra Digna” en el 2010.
Apoyé espacios de formación con la Minga Informativa de Movimientos Sociales1 desde
Ecuador y orienté talleres de Etnoperiodismo para el pueblo Tupinambá desde Brasil.
Estuve en el equipo técnico y fui asesora de la primera fase de la Política de Comunicación
Indígena en Colombia, finalmente me distancié por diferencias éticas y políticas. Lo que he
tratado de mantener estos últimos años, son relaciones afectivas y solidarias con algunas
comuneras que “cortan caña para sembrar comida”2 y comunican desde Corinto y también
con comunidades que siguen territorializando el corazón de la resistencia nasa (en Pioyá,
Caldono). A la par, insistimos en tejer resistencias y autonomías entre pueblos y procesos
más allá del Cauca a través de Pueblos en Camino (www.pueblosencamino.org), iniciativa
de la que hago parte actualmente.

ACH. y VR. ¿Cuál es hoy la situación de los indígenas en el plano económico, político, cultural? ¿A
nivel personal como en el seno del movimiento indígena?

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24/10/2019 Cultivar cotidianamente resistencias y autonomías emancipatorias será necesario para tejernos entre pueblos
La situación que vivimos en Colombia es caótica para todas y todos, particularmente para
nuestros pueblos indígenas. Después de la firma del cese al fuego entre las Farc y el
gobierno de Colombia, se incrementó la guerra por otros medios, el reescalamiento
paramilitar, las amenazas, el narcotráfico, las masacres, las disidencias armadas, los
feminicidios, los asesinatos selectivos contra quienes luchan por el territorio. Este año
2018, a mediados de abril ya se contaban cerca de 50 asesinatos3; el año pasado, según el
informe de Somos Defensores, “en promedio cada tres días fue asesinado un defensor o
defensora de derechos humanos en Colombia”4. La muerte es contra quienes siembran
vida, cuidan los territorios y se oponen a los múltiples proyectos de despojo y explotación
que vemos afianzados con la firma de la mal llamada paz y contra la Madre Tierra. Según
el mismo defensor del Pueblo, Carlos Negret, “desde el 1 de enero de 2016 y hasta el 27 de
febrero de 2018 han sido asesinados en Colombia 282 personas, quienes se dedicaban a la
defensa de la comunidad o de los derechos humanos”5.
Necesitamos reconocer con sabiduría a cuál economía, política y cultura le estamos
apostando desde el pragmatismo que nos confunde y cuál sería nuestra economía, nuestra
política, nuestra cultura retomando saberes y prácticas ancestrales necesarias hoy más allá
del capitalismo y frente al contexto que estamos viviendo reflejándonos en el espejo de
otras luchas en el mundo. La economía debe estar supeditada a la vida para garantizar
cultura y política de los pueblos. El fin de la política debe ser la organización, el cuidado, la
reciprocidad, la lucha misma. La cultura tendrá que rebasar la folclorización y
fetichización de nuestras costumbres para que además de vestirnos y hablar como
indígenas, sintamos, pensemos y actuemos como hijas e hijos de la Madre Tierra, como
nasas, como misaks…

ACH. y VR. ¿Puede decirnos que aportó y significó, para los indígenas, la Constitución de 1991?

Inicialmente todas y todos celebramos que por primera vez nos reconocieran como
“mayores de edad” y declararan a Colombia como un país pluriétnico y multicultural. Nos
alegró que reconocieran nuestra territorialidad y nuestro gobierno para ser nasas y estar
con la tierra, administrar, legislar y seguir habitando desde nuestros usos y costumbres
según el contexto. Nos gustó que ya no nos prohibieran autoorganizarnos, que por fin nos
facilitaran instrumentos constitucionales para fortalecer nuestras formas de gobernar y
que reconocieran nuestros derechos en nuestra propia tierra. Sin embargo, como bien
reflexionan algunos Nasa y Misak, nos embriagamos de tanta alegría celebrando, que no
alcanzamos a ver lo que en realidad nos estaba pasando: pues la mayoría de derechos
adquiridos se quedaron en letra muerta. ¿Cómo es posible que a tan sólo 6 meses de
obtener el más alto reconocimiento como pueblos indígenas en la Constitución Política, se
cometa la masacre de 20 nasas que reclamaban pacíficamente su derecho a la tierra?6
¿Cómo explicar que de un lado nos reconocen y del otro nos masacran en nuestro
territorio? La participaron de oficiales de la Policía y varios agentes al servicio de narco-
terratenientes no corresponde a un hecho aislado, es parte de la política de muerte contra
quienes se cansaron de ser esclavos en su propia tierra.
Un Taita misak decía que con la Constitución Política nos volvieron mendigos y
negociantes y un líder nasa hablaba de otras tres confusiones con la política, el dinero y la
fragmentación. Con la participación política competimos entre nosotrxs por llegar al
Congreso a administrar la casa capital; con las transferencias económicas nos volcamos al
manejo del dinero y hasta peleamos entre pueblos por las migajas; con los derechos
sectoriales todo se separó, por un lado van los niños, por otro las mujeres, por otro los
jóvenes y así nos seguimos fragmentando. La Constitución Política nos dio derechos y al
mismo tiempo nos enredó con trámites y gestiones que nos mantienen ocupados. Hoy, casi
a 30 años de ésta, podemos decir que están logrando su principal propósito: convertirnos
en ciudadanos y civilizarnos, para que nuestras raíces, amor y cuidado por la Madre Tierra
sea solamente un discurso, pero en la práctica para que nos ajustemos a este sistema
dominante buscando progreso y desarrollo. Así estamos. Hoy más que nunca debemos
pensar y actuar críticamente, seguir mirando hacia atrás para ver y construir nuestro
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24/10/2019 Cultivar cotidianamente resistencias y autonomías emancipatorias será necesario para tejernos entre pueblos
futuro como descendientes de esta tierra que sigue siendo destruida por intereses
patriarcales y capitalistas.

ACH. y VR. ¿Cuáles fueron entre 1990 y el 2000 –para decirlo con sus palabras– las principales
“tensiones y antagonismos de fondo entre la lucha del movimiento indígena del Cauca y las
políticas neoliberales”?

Hubo varias tensiones y antagonismos, pero sólo voy a mencionar una: entre el Plan de
Vida y el Plan de Desarrollo. En esta última década con el debilitamiento del movimiento
indígena, parece que se va desvaneciendo, es decir, que pocos ven la tensión y el
antagonismo; para la mayoría Plan de Vida y Plan de Desarrollo son lo mismo.
Plan de Vida, es el sueño colectivo que históricamente nos ha mantenido vivos en nuestro
territorio pese a la guerra y todas las dominaciones7. Es el horizonte de lucha político,
espiritual y material que alumbra a nuestros pueblos en la búsqueda permanente de
equilibrio y armonía con nuestra Madre Tierra. No sabemos cuántos siglos tiene, pero ha
recreado nuestras territorialidades (imaginario, cuerpo, tierra) para que sepamos cómo
alimentarnos, sanarnos, educarnos, comunicarnos… cuidando, escuchando y obedeciendo
a nuestra Madre Tierra más allá del sistema. El Plan de Vida, es uno de los caminos que
nos conduce a buenos vivires y sentires colectivos. En nuestro pueblo Nasa, este se
empieza a sentir con más fuerza y a estructurar a partir de 1980 cuando el Nasapal Álvaro
Ulcué Chocué revitaliza el espíritu colectivo y la conciencia Nasa en su lucha por la tierra y
da como fruto el primer Proyecto Comunitario nombrado “Proyecto Nasa”. Desde allí en
adelante empiezan a parir más proyectos comunitarios en toda la zona norte (llamados
también Planes de Vida a mediados de los 90), con el propósito de seguir caminando la
palabra de los pueblos aplicando el pensamiento Nasa: “La palabra sin acción es vacía. La
acción sin palabra es ciega. La palabra y la acción fuera del espíritu de la comunidad, son la
muerte”.
Con la Constitución Política nos empujaron a escribir y proyectar nuestros Planes de Vida,
con todo un sustento político-cultural pero encaminado a los Planes de Desarrollo
buscando el progreso de los pueblos indígenas para ejecutarse a través de las Alcaldías
Municipales. Mejor dicho, que el Plan de Vida como horizonte de lucha se redujo a un
proyecto de gestión que se renueva o adapta a cada cambio del funcionario de turno. El
Plan de Desarrollo responde a una agenda transnacional que llega hasta lo local para
reconfigurar los territorios. Frente a esto, colectivamente a mediados de los ‘90, en
Jambaló se planteó la necesidad de tener más claridad sobre nuestros Planes de Vida y
saber diferenciar entre éstos y el Plan de Desarrollo. Allí se concluyó que el Plan de
Desarrollo debería ser sólo un instrumento supeditado al Plan de Vida de los pueblos y no
al contrario. En consecuencia, los Planes de Vida que se retoman en los ‘80 y se empiezan
a escribir en los ‘90 respondiendo al llamado de la Constitución Política, renacen como
forma propia para resistir y darle un vuelco colectivo a los Planes de Desarrollo. Y así se
hizo en los primeros años, dado que decidiendo en asamblea se redistribuían los recursos
del Plan de Desarrollo para alimentar los Planes de Vida en cada comunidad.
Así lo entendieron de a poco en las mismas asambleas y así se trabajó por algún tiempo,
poniendo el Plan de Desarrollo al servicio de la comunidad, discutiendo y decidiendo
colectivamente; pero a largo plazo, todo esto se fue revirtiendo. Tanto que si hoy le
preguntamos a cualquier indígena por los Planes de Vida nos dirá que éstos surgieron
gracias a la Constitución Política, que el primer y mejor Plan de Vida se realizó en 1993
desde el pueblo Misak. La mayoría hace referencia a ese que se adecúa a las políticas
estatales y según los presupuestos vigentes con proyectos e infraestructura para salud,
educación, comunicación, es decir, que cuando hablan del Plan de Vida en realidad
nombran el Plan de Desarrollo. Pero pocos nos hablan del Plan de Vida milenario,
histórico, del horizonte de lucha político-cultural-espiritual-material. Hoy se sienten las
tensiones y antagonismos, pero no se quieren abordar porque la necesidad del dinero ha
facilitado que el Plan de Vida se use sólo como discurso para poder ejecutar el Plan de
Desarrollo.

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24/10/2019 Cultivar cotidianamente resistencias y autonomías emancipatorias será necesario para tejernos entre pueblos
ACH. y VR. ¿Qué características y qué desafíos tienen las luchas de las comunidades del Cauca
actualmente?

Las luchas desde el Cauca son innumerables y bien diversas, afortunadamente, y cuando
caminan juntas hacen levantar a Colombia entera, así como hace 10 años con la Minga de
Resistencia Social y Comunitaria. Nombro dos características que percibo: capacidad de
movilización y pragmatismo para la negociación. La primera tiene que ver con las
multitudes que históricamente se autoconvocan y responden al llamado de las
organizaciones indígenas desde lo local. Son millares dispuestxs a protestar y reclamar aún
sabiendo que la respuesta del gobierno siempre será la agresión y la muerte. La segunda
tiene que ver más con la costumbre de firmar acuerdos con el gobierno (van más de 1200),
como salida práctica para seguir las negociaciones en mesas y comisiones permanentes,
que finalmente incumplen y burlan a las mismas comunidades. Aun así, las luchas del
Cauca priorizan esos espacios con la esperanza de recursos económicos.
En ese sentido y dado el contexto de guerra por otros medios que seguimos viviendo en los
territorios, se nos presentan varios desafíos que también tienen que ver con la forma cómo
los diferentes pueblos nos estamos nombrando y posicionando: recuperar nuestro
horizonte de lucha y ejercer control territorial. El primero, siento que hoy seguimos
confundidxs, que nos dejamos encandilar por la agenda de arriba y las promesas
económicas y no estamos viendo ni sintiendo de corazón la realidad en nuestras
territorialidades8. Frente a esto tenemos la necesidad de recuperar nuestro horizonte de
lucha, el sentido ético de seguir defendiendo la vida y hacer hasta lo imposible e
impensable para caminar la palabra bien desde abajo, sin dejarnos engañar de los malos
gobiernos que nos quieren usar a su antojo a nombre de defendernos. El segundo,
reconociendo la agudización de la guerra y el avance del crimen organizado (para la
explotación, mercantilización y acumulación), que se aposenta para asfixiar nuestros poros
y hasta los de la tierra con el fin de controlarnos, es vital ejercer masivamente el control
territorial entre todas y todos, con la guardia indígena (Kiwe Thegna), la cimarrona, la
campesina y sin la intromisión de la llamada fuerza pública que dice protegernos, porque
están al servicio de la guerra patriarcal. Frente al terror y guerra que nos ocupa, todas y
todos tanto en el campo como en la ciudad tenemos que autorganizarnos, autocuidarnos y
autogestionar la vida misma.

ACH. y VR. Recurre Ud. en su libro Entre la emancipación y la captura… a la bonita metáfora del
tejer; ¿Por qué? Particularmente, ¿qué sentido da a su expresión “tejiéndose a otros pueblos”?

Es notorio ver alianzas momentáneas con otros pueblos y procesos sólo para responder a
una coyuntura, pero pocas son de largo aliento para caminar juntos y juntas más allá de la
temporalidad pragmática. Los lazos de unidad y de largo aliento que se requieren desde
abajo van quedando supeditados a la agenda institucional que reclama la coyuntura.
Seguimos fragmentados peleando cada quien por lo suyo y esto es un logro del sistema.
Por esto, es urgente ir corazonándonos, re-conociéndonos, sintiéndonos, con-
moviéndonos con otrxs frente al sistema de dominación. Tejernos entre pueblos implica
sentir las alegrías y tristezas de otrxs, vernos cara a cara, abrazarnos, escucharnos,
querernos, hermanarnos. Cultivar cotidianamente resistencias y autonomías será
necesario para tejernos entre pueblos e irnos hilando por la vida contra la muerte.

ACH. y VR. Para concluir con una referencia histórica, ¿qué puede destacar –citamos sus
palabras– del “legado histórico que marcó la lucha indígena desde los años ‘70”?

Revitalizar el legado de Quintín Lame nos empujó a luchar por la tierra desde esos años.
Pasamos de terrajerxs a comunerxs. Sí, porque en aquella época mis abuelxs tuvieron que
pagar terraje en la hacienda. El patrón les quitó la tierra y encima la familia tenía que
regalar 3 a 4 días de trabajo semanalmente como “pago” por el permiso de sobrevivir en un
pedacito de tierra. Sin contar los maltratos, robos y vejámenes diarios, se sublevaran o no.
Pero en la década del 70, hombres y mujeres de todas las edades se levantaron contra el
pago del terraje, se tomaron las haciendas y aunque hubo muertes incontables, se empezó
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24/10/2019 Cultivar cotidianamente resistencias y autonomías emancipatorias será necesario para tejernos entre pueblos
a recuperar la tierra. A la vez se inició la organización indígena con 4 principios que hoy
siguen siendo desafíos: unidad, tierra, cultura y autonomía. El Consejo Regional Indígena
del Cauca, CRIC, fue la primera organización indígena que se fundó en América Latina con
una plataforma política que justamente empieza con el “No pago de terraje”.
Así que el legado histórico que marcó la lucha indígena desde los ‘70 permitió que se
reorganizaran nuestras formas de gobierno, que territorializáramos nuestro terruño
recuperado y que sembráramos resistencias y autonomías de la época. Nuestros abuelxs
alcanzaron a disfrutar su derecho a vivir y a sentipensar con la Madre Tierra y nos lo
heredaron. Por sus luchas, nosotrxs nacimos en tierra comunizada, nos liberaron del
terraje y nacimos siendo comunerxs. Hoy disfrutamos de esos privilegios y de los que se le
ganaron al Gobierno. Por ellas y ellos, sobre todo por el legado de Quintín Lame, pese a las
contradicciones internas y externas que tenemos hoy mismo –y que siguen agazapando y
que están erosionando la lucha–, tenemos palabra y acción dignas para caminar.

Notas
1 La minga es un espacio de encuentro comunitario en el que todos trabajan en igualdad para lograr
un objetivo común. Se hacen mingas tanto para construir una casa, como para construir la palabra y
la acción colectiva. La palabra “minga” viene del quechua.
2 Ver: <https://youtu.be/VwTkUfDp7G8>, consultado el 01/11/2018.
3 Ver Contagio Radio, disponible en: <http://www.contagioradio.com/efren-zuniga-docente-y-lider-
de-asoinca-fue-torturado-y-asesinado-en-piendamo-cauca-articulo-52804/>, consultado el
01/11/2018.
4 Ver EFE/Semana, disponible en: <http://www.dw.com/es/cada-tres-d%C3%ADas-muere-
asesinado-un-defensor-de-derechos-humanos-en-colombia/a-42793345>, consultado el 01/11/2018.
5 Ver Colprensa, disponible en: <http://www.elpais.com.co/colombia/282-lideres-sociales-han-
sido-asesinados-en-los-ultimos-dos-anos-defensoria.html>, consultado el 01/11/2018.
6 Ver Pueblos en Camino, disponible en: <http://pueblosencamino.org/?p=1018>, consultado el
01/11/2018.
7 El Plan de Vida es uno de los cimientos necesarios para caminar hacia lo que en otras culturas de
América llaman el Buen Vivir, el Sumak Kawsay, el Sumak Qamaña. Algunas comunidades
actualmente hablan del wët wët fxi'zenxi para referirse a buenos vivires.
8 Ver una lectura crítica de la última década en Almendra, Vilma, Entre la emancipación y la
captura. Memorias y caminos desde la lucha Nasa en Colombia, México, Grietas Editores, En
Cortito que´s pa´largo, Pensaré Catonéras, Pueblos en Camino, 2017.

Para citar este artículo


Referencia electrónica
Vilma Almendra, Vicente Romero y Arauco Chihuailaf, « Cultivar cotidianamente resistencias y
autonomías emancipatorias será necesario para tejernos entre pueblos », Amérique Latine Histoire
et Mémoire. Les Cahiers ALHIM [En línea], 36 | 2018, Publicado el 24 enero 2019, consultado el 24
octubre 2019. URL : http://journals.openedition.org/alhim/6739

Autores
Vilma Almendra
Entrevistada

Vicente Romero
Université Paris 8
Entrevistador

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Arauco Chihuailaf
Université Paris 8
Entrevistador

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