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ENSAYO
Por
Tutor (es)
Introducción .......................................................................................................................... 3
Conclusiones ........................................................................................................................ 15
Bibliografía ........................................................................................................................... 17
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Introducción
Se busca fundamentar que la teología puede ser práctica usando como puente
de enlace a la misionología. La misionología, a su vez, se considera la rama de la
teología que tiene como objeto específico la misión, especializándose desde la Historia
eclesiástica con carácter científico en su enlace de hechos e ideas al igual que su
desarrollo con otras ciencias su etimología, historia y relación como lo hace ver Santos
Hernández (1961). Por lo tanto, un misionólogo es alguien que está ligado al estudio de
Dios (contemplación) que:
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Lo primero a tomar en cuenta es el marco teórico ofrecido por la teología en
su ortodoxia, y segundo considerando sus prácticas tomando como eje auxiliar a las
ciencias sociales por medio de la ciencia de la misionología –o Teología de la misión,
como también se le puede conocer-.
Entonces ¿qué estudiamos? ¿Cuál es el alcance del estudio teológico? Son los
rasgos, los sesgos, las acciones o hechos de un ser divino que ha dejado plasmada su
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huella en su paso por este mundo en la historia humana. Por lo tanto, podemos
deducir que el estudio teológico radica en lo que Dios ha hecho y ha expresado, sus
prácticas y dichos. La teología estudia esa interacción del Creador con su creación; es
decir, podemos seguir el trazo de sus intervenciones porque la teología tiene
diferentes acercamientos y postulados que puede hacer como ciencia y de igual forma
puede ser relevante para el diario vivir como lo menciona Roldán (2011-a) quien habla
respecto de la teología y la esfera sociopolítica como una acción paralela coexistente:
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seguido, tenemos Génesis 4 donde Caín es exiliado como un -vagabundo y fugitivo-
por matar a su hermano Abel. En el caso de Génesis 11 se puede observar el resultado
de la Torre de Babel como otra migración, en este caso, forzada. De ahí pasamos al
caso de Abraham y su familia en situación migratoria, sin dejar de mencionar la
experiencia de José en el capítulo 37 de Génesis. No todo es desilusión, pobreza,
esclavitud o castigo referente a la migración en la biblia. También tenemos riqueza y
carreras interesantes como resultado de migración, ejemplo de ello es Daniel,
Nehemías en Babilonia o Persia. Por consiguiente, en el Nuevo Testamento podemos
sumergirnos en los escritos de los Hechos, las cartas de Pablo, los escritos de 1 Pedro o
Apocalipsis donde cada uno de esos libros describirá migraciones, exilios o movilidad
humana. Christoph Stenschke cataloga con mucha peculiaridad un “discipulado
migrante” en aquéllos que siguieron a Jesús como Señor errante que dijo “las zorras
tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; más el Hijo del Hombre no tiene dónde
recostar su cabeza” (Lucas 9.57-62).
De igual forma Fabbio Baggio (2005) considera que la migración como campo
tiene todo el derecho de ser estudiado desde la teología, en particular de la pastoral.
Por consiguiente debemos considerar las palabras de Alberto Ares (2018) “La Teología
analiza la realidad social en un forma crítica a través del referente primario de la
Revelación Divina, con el objetivo de dar testimonio de nuestra fe” (p.6)(La traducción
es del autor) Dios mismo se identifica con esta condición y realidad de su pueblo (Deut.
26.5) Es nuestra labor como portadores de Su Palabra y escritos expresados, no sólo
de identificarnos con la problemática de migración como bien lo hace la teología desde
un marco teórico sino que, debemos dar testimonio de nuestra fe en medio de esto y
otras problemáticas sociales. Analicemos la realidad migratoria a la luz de lo que sigue
expresando en su obra Alberto Ares en cuanto a que “hay alrededor de 232 millones
de migrantes…equivalente al 5to país más poblado del mundo…65 millones son
forzados a irse por conflictos armados, violencia o desastres naturales…21 millones son
refugiados…38 millones desplazados internamente…y 3.2 millones han aplicado por
asilo” (Ibid). Las cifras descritas anteriormente fueron tomadas hasta el año 2016, eso
nos permite cuestionar cuánto se han incrementado esas cifras hasta este año en
curso de 2019. Si esa es la realidad mundial respecto a las migraciones ¿es justo
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considerar sólo los números? ¿Qué de la sociedad, cómo es afectada por este
fenómeno? La teología por su cuenta analizará, considerará los valores espirituales que
se suscitan en este tipo de fenómenos sociales, que se asumen por una espiritualidad
que ha sido abruptamente invadida por el pecado y que implica una separación de la
raza humana entre sí y que tiene su origen en una separación con Su Creador. La
teología no sólo tiene un objeto de estudio sino una misión específica de
transformación de orden espiritual para el individuo con implicancias sociales.
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fuerzas para las misiones con lo que se impulsó y trabajó hasta el punto de consolidar
alianzas evangélicas con un alcance mundial. El mejor ejemplo de todo esto es el Pacto
de Lausana, mismo que propuso realzar el concepto de una misión integral.
Consideramos pues que la misionología desde su génesis pretende ser integral
tomando en cuenta lo teológico, social y la -ética de la creación- de tal forma que
pueda lograr sus objetivos y metas; de lo contrario, caería en un orden de corte teórico
o inclusive en un tipo de espiritualidad superflua, como fue considerado el
fundamentalismo evangélico en el mero nacimiento de la misionología en siglo 19. Se
debe tener claro que la misionología tiene una metodología definida de acción por lo
que Johannes Verkuyl (1978) es quien describe que “la tarea de la misionología en
todos los tiempos es el de investigar científica y críticamente los presupuestos,
motivos, estructuras, métodos, patrones de cooperación y liderazgo que las iglesias
trazan para su mandato” (p.5) es decir, la tarea o la misión de Dios (Missio Dei) tal
como la describe el quehacer teológico comprende una acción inherente y de mucho
significado en el quehacer de la iglesia cristiana evangélica a llevar a cabo en el mundo,
con implicancia de orden teórico y práctico con una finalidad –telos-, siendo relevante
al contexto o la cultura. Para ello, se requiere que la misionología se comprenda
tridimensionalmente, compuesta por tres áreas de estudio como lo es la teología,
ciencias sociales y sus estrategias como lo propone Jorge Barro en su trabajo de
“enfoques disciplinares em resposta a realidade atual da América Latina” (Bullón,
2015).Si concluimos que la misionología es una rama de la teología en acción y que
esta a su vez tiene como virtud ser multidisciplinaria en la búsqueda del cumplimiento
de sus objetivos, entonces podemos estar confiados que la teología desde la
misionología apela y es congruente para dar respuesta a la necesidad de cooperación
social y teológica en la elaboración de una pastoral integral en un contexto de
migración.
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de la filosofía griega que, ha manera de sincretismo se fundamentó lo filosófico
influenciando con una perspectiva monolítica y absolutista según lo redacta Paredes
(2000) en su cita a Padilla exponiendo que la fe cristiana adopta la “epistemología
racionalista, individualista, pragmatista, materialista y una clara atomización de la
realidad” (p.22); la teología al verse influenciada por elementos culturales contrajo una
dificultad para que la fe cristiana comulgara con su realidad circundante socavando
cualquier intento de las ciencias sociales por entender esas experiencias humanas.
Al considerar la problemática social nos da pie para tomar en serio lo que las
ciencias sociales pueden aportar; primero que nada, reflexionemos que hay casi 7 mil
millones de personas en el mundo que tienen su propia personalidad, estilos de vida e
idiosincrasia. Existen grupos, etnias, pueblos, familias, etc., los cuales conforman la
cultura, esto nos pone en la condición de estar necesitados de comprender y estudiar
cada uno de esos subgrupos de una forma objetiva. En otras palabras requerimos
estudiar y conocer su culturalidad -término construido por el Dr. David Sills-
(Armstrong-McClellan-Sills, 2011) y debemos considerar como legítimo el uso de las
ciencias sociales para esta tarea, mismas que a su vez pueden ser el vehículo que
puede ayudar a responder acertadamente cualquier problemática social que se
suscite. Podemos reflexionar que, con el simple hecho de vivir en el mundo se
demanda una respuesta a las problemáticas existenciales –especialmente de los
evangélicos y de su teología en la interacción con las ciencias sociales en su quehacer
socio-antropológico, situación que se da de forma directa o indirecta; o sea, existe un
desafío latente y una necesidad apremiante para que los aportes de todas las ciencias
contribuyan para dar respuesta a las necesidades inherentes del ser humano y de su
realidad circundante; en particular al tema de la migración ya que sin lugar a dudas es
uno de los problemas humanos más complejos en la actualidad.
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en este caso: humanidades y las ciencias experimentales. Lo anterior resultó en una
reducción de la realidad en partes. Ahora, el conocimiento ya no es más jerárquico
sino holístico. Como resultado, la lucha del conocimiento se encuentra en la dinámica
de una tarea de asociación y relación necesitando contextos más amplios y
transdisciplinarios. Lo anterior supone una nueva realidad multidimensional, por lo
que ahora se considera lo objetivo y subjetivo de la naturaleza junto con lo sagrado;
por lo que se cree que este es el mejor momento para que la teología emerja
creativamente en este escenario abierto.
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Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 enseñándoles a obedecer
todo lo que les he mandado a ustedes.
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Escrituras y el debido sometimiento a la oración en búsqueda de procesos y decisiones
sabias.
Iniciamos con las palabras de Daniel Groody (2009) quien expone la gran
necesidad de un acercamiento teológico en el tema de la migración y propone que sea
haga una investigación con un abordaje amplio e interdisciplinario puesto que el tema
de la migración es un problema humano tan complejo, que muchos han considerado el
siglo 21 como la “era de las migraciones”.
Conclusiones e implicaciones.
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desprotegido, brinda protección, acompañamiento y refugio en el camino, eso
se espera en el proceder de los que “hacen teología”.
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Bibliografía
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