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Mezclando métodos cualitativos y cuantitativos: la triangulación en acción

Tobb D. Jick

Hay una tradición distintiva en la literatura de métodos de investigación en Ciencias Sociales que
propugna el uso de múltiples métodos. Este tipo de estrategias de investigación es descripta usualmente
como convergencia metodológica, método múltiple / rasgo múltiple (Multimethod / Multitrait;
Campbell y Fiske; 1959), validación convergente o lo que se ha llamado triangulación (Webb et al.;
1966). Estas diversas nociones comparten la concepción de que los métodos cuantitativos y cualitativos
deben ser vistos no como campos rivales, sino complementarios. De hecho, muchos libros de texto
enfatizan la deseabilidad de combinar métodos debido a los puntos fuertes y débiles que se encuentran
en los diseños basados en un solo método.
Pero incluso aquellos que propugnan con más fuerza la triangulación (por ejemplo Webb et al.;
Smith, 1975; Denzin, 1978) no indican cómo esta triangulación prescripta realmente se realiza y se
logra. Los estudios de post-grado generalmente nos entrenan en el uso de uno u otro método como
apropiado y preferido, pero no en la combinación de métodos efectivamente. E incluso aquellos que
utilizan múltiples métodos generalmente no explican su técnica con suficiente detalle como para indicar
exactamente cómo se recogen e interpretan datos convergentes.

¿Qué es la triangulación?

La triangulación es ampliamente definida por Denzin (1978:291) como “la combinación de


metodologías en el estudio de un mismo fenómeno”. La metáfora de la triangulación es tomada de la
navegación y de la estrategia militar, las cuales utilizan múltiples puntos de referencia para localizar la
posición exacta de un objeto. (Smith, 1975:273). Dados los principios básicos de la geometría, los
múltiples puntos de vista hacen posible una mayor precisión. Similarmente, los investigadores
organizacionales pueden mejorar la precisión de sus juicios recolectando diferentes tipos de datos
referidos a un mismo fenómeno.
En las Ciencias Sociales, se puede localizar el empleo de la triangulación por primera vez en
Campbell y Fiske (1959) quienes desarrollaron la idea del “operacionismo múltiple”. Ellos argumentan
que debe usarse más de un método en el proceso de validación para asegurar que la varianza reflejada
sea la del rasgo estudiado y no del método. Así es que la convergencia o acuerdo entre dos métodos
“aumenta nuestra creencia de que los resultados son válidos y no un artefacto metodológico” (Bouchard,
1976:268).
Esta clase de triangulación es denominada por Denzin (1978: 302) como el método “entre (o a
través)” y representa el uso más popular de la triangulación. Es en buena medida un vehículo para la
validación cruzada cuando dos o más métodos distintos resultan ser congruentes y proporcionan datos
comparables. Para los investigadores organizacionales, esto involucra el uso de múltiples métodos para
examinar la misma dimensión de un problema de investigación. Por ejemplo, la efectividad de un líder
puede estudiarse entrevistando al líder, observando su conducta, y evaluando documentos sobre su
actuación. El foco sigue siendo siempre la efectividad del líder, pero la manera de recolectar los datos
varía. Mediciones múltiples e independientes, si llegan a las mismas conclusiones, proveen de un retrato
más cierto del fenómeno del liderazgo.
La triangulación puede también tener otros usos y significados. Asimismo, existe la de tipo
“interior”(Denzin, 1978: 301) que emplea, dentro de un método dado, múltiples técnicas para recoger o
interpretar datos. En los métodos cuantitativos tal como la investigación por encuesta, esto puede tomar
la forma de escalas múltiples o índices focalizados en la misma construcción. En los métodos
cualitativos tales como la observación participante, se lo puede reflejar en múltiples grupos
comparativos (Glasser y Strauss, 1965: 7) para desarrollar más confianza en la teoría emergente. En
resumen, el método interno de triangulación comprende esencialmente el control cruzado de la
consistencia interna o confiabilidad; mientras que los métodos “entre” de triangulación contrastan los
grados de validez externa.
Combinar e integrar una variedad de datos y métodos, como lo requiere la triangulación, puede verse
en un continuo que va desde diseños simples a complejos (ver fig.). Escalar, es decir, la cuantificación
de mediciones cualitativas, estaría en el extremo más simple de esta línea. Smith (1975: 273) concluye
que escalar es sólo un “recurso triangulatorio primitivo”. Efectivamente, este recurso no fuerza una
mezcla de métodos independientes, ni tampoco refleja observaciones fundamentalmente diferentes ni
variedades de datos triangulados. Otra forma primitiva de triangulación encontrada con frecuencia en
investigación organizacional es el uso de observaciones de campo para fortalecer los resultados
estadísticos. Por ejemplo, un estudio hipotético sobre la satisfacción de los empleados en su trabajo
puede girar sobre un chi cuadrado significativo, demostrando un profundo descontento. Para apoyar
este resultado, puede señalarse que a principios de año ha tenido lugar una huelga. Pero es muy probable
que no seamos informados acerca de la intensidad, la dinámica, el significado y el resultado de la huelga.
Así, datos cualitativos importantes han sido integrados de manera insuficiente con los hallazgos
cuantitativos.
Figura: Un continuo de diseño triangular

Escalar Confiabilidad Validación Convergente Descripción Holística (o Contextual)


Diseño Simple
Diseño Complejo
Un diseño de triangulación algo más sofisticado, ya discutido, es el método interior (within), estrategia
empleada para cotejar la credibilidad. Las limitaciones de esta aproximación residen en el uso de un solo
método. Como destaca Dezin (1978: 301-302) “(...) los observadores se engañan a sí mismos con la
creencia de que cinco variantes diferentes del mismo método generan cinco variedades de datos
triangulados diferentes. Pero las debilidades que surgen de utilizar un solo método persisten (...)”. A
continuación, en el continuo aparece la forma convencional, la aproximación entre métodos, diseñada
para validaciones convergentes. Se cree generalmente que el uso de métodos complementarios lleva a
resultados más validos. De hecho, es el arquetipo de las estrategias de triangulación.
La triangulación, sin embargo, puede ser algo diferente a escalar, a la confiabilidad y a la validación
convergente. Asimismo, puede capturar un retrato de la unidad bajo estudio más complejo, holístico y
contextual. Esto es, más allá de los análisis de varianza superpuestos (overlapping), el empleo de
numerosas medidas también puede revelar alguna variación única que de otro modo, mediante los
métodos simples, hubiera sido dejada de lado. Es ahí que los métodos cualitativos, en particular, pueden
jugar un rol especialmente preeminente al hacer surgir datos y sugerir conclusiones que otros métodos
fueran incapaces de captar. Se iluminan elementos del contexto. En este sentido, se puede utilizar la
triangulación no sólo para examinar el mismo fenómeno desde diversas perspectivas, sino también para
enriquecer nuestra comprensión al permitir la emergencia de dimensiones nuevas y más profundas.
En todos los varios diseños de triangulación está implícito un presupuesto elemental. La efectividad
de la triangulación se basa en la premisa que las debilidades de cada método individual serán compensadas
por la fortaleza contrabalanceadora de otro. Se asume que mediciones múltiples e independientes no
comparten la misma debilidad o potencialidad de sesgo (Rohner, 1977: 134). A pesar de que siempre se
ha observado que cada método tiene sus ventajas y desventajas, el propósito de la triangulación es
optimizar las ventajas y neutralizar, más que combinar, las debilidades.
Quizá el modo prevaleciente de emplear la triangulación se ha reflejado en el esfuerzo de integrar el
trabajo de campo y el método de encuesta. La viabilidad y necesidad de esta articulación han sido
proclamadas
y contextual. Esto es, más allá de los análisis de varianza superpuestos (overlapping), el empleo de
numerosas medidas también puede revelar alguna variación única que de otro modo, mediante los
métodos simples, hubiera sido dejada de lado. Es ahí que los métodos cualitativos, en particular, pueden
jugar un rol especialmente preeminente al hacer surgir datos y sugerir conclusiones que otros métodos
fueran incapaces de captar. Se iluminan elementos del contexto. En este sentido, se puede utilizar la
triangulación no sólo para examinar el mismo fenómeno desde diversas perspectivas, sino también para
enriquecer nuestra comprensión al permitir la emergencia de dimensiones nuevas y más profundas.
En todos los varios diseños de triangulación está implícito un presupuesto elemental. La efectividad
de la triangulación se basa en la premisa que las debilidades de cada método individual serán compensadas
por la fortaleza contrabalanceadora de otro. Se asume que mediciones múltiples e independientes no
comparten la misma debilidad o potencialidad de sesgo (Rohner, 1977: 134). A pesar de que siempre se
ha observado que cada método tiene sus ventajas y desventajas, el propósito de la triangulación es
optimizar las ventajas y neutralizar, más que combinar, las debilidades.
Quizá el modo prevaleciente de emplear la triangulación se ha reflejado en el esfuerzo de integrar el
trabajo de campo y el método de encuesta. La viabilidad y necesidad de esta articulación han sido
proclamadas por varios científicos sociales (Por ejemplo, Vidich y Shapiro, 1955; Reiss, 1968; McCall y
Simmons, 1969; Spindler, 1970; Diesing, 1971; Siebel, 1973). Todos ellos argumentan que los métodos
cuantitativos pueden hacer importantes contribuciones al trabajo de campo, y viceversa.
Así es como los investigadores que utilizan metodologías cualitativas, son inducidos a sistematizar sus
observaciones, a usar técnicas de muestreo y a emplear esquemas cuantificables para codificar complejos
conjuntos de datos. Como escriben Vidich y Shapiro (1955: 31) “(...) sin los datos de encuesta, el
observador sólo puede hacer estimaciones ‘razonables’ sobre su área de ignorancia en el esfuerzo por
reducir los sesgos (...)”. La investigación por encuesta puede también contribuir a aumentar la confianza
en la generalización de los resultados.
Convergentemente, los investigadores orientados cuantitativamente son estimulados a explotar “(...)
las posibilidades de la observación social (...)” (Reiss, 1968: 360). Entre otras ventajas, el trabajo de
campo puede contribuir a la investigación por encuestas en lo referido a la confirmación de la validez de
los resultados, la interpretación de las relaciones estadísticas y la clarificación de hallazgos sorprendentes
(Siebel, 1973: 1345).
Así, los informantes pueden ser utilizados en el curso de investigaciones cuantitativas (Campbell,
1955) y las “interpretaciones holísticas
pueden emplearse para echar luz sobre datos cuantitativos (Diesing, 1971: 171). Más implícitamente,
tanto la selección misma del lugar donde llevar a cabo una investigación es típicamente una función de
datos cualitativos, así como también lo es el proceso de construir y probar un instrumento de encuesta.
Diesing (1971:5) concluye osadamente que la variedad de combinaciones es tan grande que la
investigación por encuesta y el trabajo de campo pueden ser vistos más como los dos extremos de un
continuo que como dos tipos de método distintos. Pese a esto, los diseños de investigación que integran
extensivamente tanto el trabajo de campo (observación participante), como las encuestas son raros.
Además, las revistas profesionales tienden a especializarse según metodologías, estimulando de este modo
la pureza del método.
Afortunadamente, se pueden encontrar algunas excepciones. Algunos muy buenos ejemplos de
combinar métodos incluyen al importante trabajo de La Pierre (1934) sobre la relación entre las
actividades y la conducta, el estudio de Reiss sobre las relaciones entre la policía y los ciudadanos (1968:
355), el estudio de Sales (1973) sobre el autoritarismo, el trabajo de Van Maanen (1975) sobre la
socialización de los policías, y los estudios descriptos en (o los modelados de acuerdo a) el trabajo de
medidas no instrusivas de Webb y otros (1966). Además, es probable que esta estrategia de triangulación
esté presente en muchas tesis doctorales que, cuando son resumidas en artículos, tienden a poner el acento
sólo en los métodos cuantitativos. Por lo tanto, el modelo de triangulación no es nuevo. Sin embargo, este
modelo de investigación y sus ventajas no han sido suficientemente apreciados. Es por eso que pensamos
que tiene sentido articular y describir su uso.

Una ilustración de cómo funciona la triangulación

Se utilizó la estrategia de triangulación en un estudio que conduje yo sobre los efectos de una fusión
de empresas sobre los empleados (Jick, 1979). Las primeras entrevistas sugirieron que los empleados
estaban intensamente ansiosos en este estado de cosas, especialmente en lo concerniente a su seguridad
laboral. Un eje de la investigación era documentar y examinar las fuentes y los síntomas de la ansiedad,
los individuos que la estaban experimentando y su impacto en el funcionamiento de la nueva organización
que estaba surgiendo de la fusión.
¿Cómo se habían medido en una organización la ansiedad y su dinámica? Marshall y Cooper (1979:
86) señalan, por ejemplo, que no hay una sola manera aceptada generalmente de medir síntomas de
tensión. En base a investigaciones anteriores hay varias alternativas técnicas que pueden usarse: a)
Preguntarle a la persona directamente, b) Preguntarle a la persona indirectamente (Ej. Tests proyectivos),
c) Preguntarle a otros que interactúan con la persona, y d) Observar sistemáticamente la conducta de la
persona, o e) Medir síntomas psicológicos. De manera predecible, cada una de esas estrategias tiene tanto
puntos fuertes como debilidades. Muchas de las limitaciones giran alrededor de la existencia de
probabilidades de características de alta demanda (likelihood of high demand characteristics) y de
considerables obstáculos en el proceso de medición.
Dadas las características de alta demanda en el estudio de la ansiedad y las fallas potenciales en cada
método, la estrategia de investigación más adecuada es la triangulación. Ningún método en sí mismo fue
suficiente y por lo tanto se desarrolló un diseño que empleó una combinación de métodos. Los datos
fueron recolectados durante un período de catorce meses que incorporó múltiples puntos de vista y
aproximaciones: tanto los sentimientos como la conducta, informes directos e indirectos, observaciones
con y sin intervención. Los métodos cubrieron un rango lo suficientemente amplio como para incluir una
variedad de dimensiones de la ansiedad.
El “paquete” investigativo utilizado en el estudio sobre la dinámica de la ansiedad y la inseguridad
laboral incluye muchos elementos standard. Se distribuyeron las encuestas en una muestra de empleados.
Las mismas contenían una combinación de índices ya probados, así como también de otros nuevos,
relacionados a tensiones y ansiedades. Para completar estos datos, se seleccionó una submuestra para
realizar entrevistas semiestructuradas de prueba. La encuesta asimismo contenía ítems relacionados a los
síntomas de ansiedad, además de medidas proyectivas. Éstas fueron diseñadas como técnicas indirectas y
no amenazadoras. Adicionalmente, se condujeron entrevistas auto administradas a los supervisores para
registrar sus observaciones sobre la ansiedad de los empleados.
Otro conjunto de métodos, algo menos convencional, demostró ser especialmente fructífero. De
naturaleza predominantemente cualitativa, éstos se basan tanto en una observación no intervencionista y
no participante, así como también en materiales de archivo. Por ejemplo, una de las organizaciones
fusionadas tenía archivos que contenían una variedad de documentos, libros y recuerdos sobre la
organización que cubrían cien años de historia. Estos archivos además contenían una cantidad de recortes
de periódicos que nombran a la organización y la fusión, así como una gran cantidad de memos internos
para los empleados. Esta también era una rica fuente de datos.
El desarrollo de mediciones discretas (no intrusivas) tiende a volverse menos ortodoxo y más
innovador que el resto de los métodos de investigación. Quizás la medición discreta más instructiva en
este caso fue una especie de “termómetro de la ansiedad”. La idea surgió a causa de ciertas circunstancias
fortuitas en que se encontró en los archivos una oportunidad adicional de investigación. El archivista
mencionaba que los empleados frecuentemente consultaban los documentos. Cuando se le preguntó por
qué, respondió que venían a comparar las noticias recientes y los memos (con respecto a la futura
organización) con pronunciamientos anteriores. Debido a que la información más reciente tiende a ser
ambigua, si no contradictoria, los documentos proveen una oportunidad de revisar materiales
sistemáticamente. La mayoría de los empleados estaban aparentemente buscando información para aliviar
su ansiedad acerca del carácter incierto de los acontecimientos por venir.
A partir de esta comprobación, se trató a las visitas a los archivos como expresiones de ansiedad de los
empleados, como un termómetro del nivel de ansiedad en la organización. La búsqueda de información
parecía representar un mecanismo para reducir la incertidumbre. Así, se hipotetizó que a mayor número
de gente que visitaba el archivo para usar los documentos, mayor intensidad del nivel de ansiedad. En
consecuencia, emergió un esfuerzo para rastrear el patrón de visitas. El archivista consintió en registrar el
número de usuarios del archivo con algunos datos suplementarios sobre el visitante tal como la edad,
posición laboral, y la cantidad de tiempo pasado con los documentos.
Se comparó después el patrón de uso del archivo, con los datos reunidos de una serie de entrevistas,
una encuesta a través de las secciones, y otras técnicas discretas. Estas otras medidas también rastreaban
conductas relacionadas con la ansiedad, como por ejemplo a) datos de archivo sobre tendencias de cambio
de empleo y ausentismo, y b) un análisis de contenido de rumores y nuevas historias, “acontecimientos
de hospitalización” (problemas de salud en el personal) que reflejen el flujo de shocks a los que los
empleados están sujetos.
Debe subrayarse que los resultados cuantitativos se usaron extensamente para suplir los datos
cualitativos, más que al revés, lo cual es más común en la investigación organizacional. Las encuestas se
volvieron más llenas de significado cuando fueron interpretadas a la luz de una información crítica
cualitativa, del mismo modo que otras estadísticas fueron más útiles cuando se las compararon con los
análisis de contenido de los resultados de las entrevistas. La triangulación, a este respecto, puede conducir
a un rol prominente para datos cuantitativos.

Poniendo todo junto: ¿hay convergencia?

Estas diversas técnicas e instrumentos generaron una imagen considerablemente rica y comprensiva
de la ansiedad y la inseguridad laboral (Greenhalg y Jide, 1979; Jick, 1979). Los auto reportes, entrevistas
y observaciones de otros trabajadores reflejaron un rango de percepciones, algunas descriptas
cualitativamente, mientras otras fueron representadas cuantitativamente. En cambio, los datos de
conducta y los datos objetivos recolectados a través de los archivos y las medidas discretas
complementaron los otros datos.
Decidir si los resultados han convergido o no es un ejercicio delicado. En teoría, una confirmación
múltiple de los hallazgos puede parecer rutinaria. Si es que hay congruencia, ésta es presumiblemente
aparente. En la práctica, sin embargo, hay pocas directrices para ordenar datos eclécticos de forma
sistemática, para determinar la congruencia o validez. Por ejemplo, todos los componentes de una
aproximación multimetódica pueden ser sopesados equitativamente; esto es, todas las evidencias son
igualmente útiles. Si no es así, no es claro sobre qué bases deben evaluarse (o ponderarse) los datos; salvo
por las preferencias personales. Dada la diferente naturaleza de los resultados multimetódicos, es probable
que la determinación sea subjetiva. Mientras las pruebas estadísticas pueden aplicarse a un método en
particular, no hay pruebas formales para discriminar entre métodos como para juzga sobre su
aplicabilidad. El concepto de diferencias significativas, cuando es aplicado a diferencias juzgadas
cualitativamente, no es muy apto para comparar con las pruebas estadísticas, las cuales también muestran
diferencias significativas.
Los diversos métodos, en conjunto, producen resultados ampliamente consistentes y convergentes. Los
datos de archivo y las entrevistas han indicado una fuerte relación entre las importantes rotaciones de
personal y la inseguridad laboral y la ansiedad. Mientras que los datos de la encuesta mostraron una
relación paralela entre la propensión expresada a abandonar el trabajo y la inseguridad laboral. Se
establecieron estos hallazgos sobre la base de entrevistas telefónicas con los empleados que dejaban su
trabajo, entrevistas personales con sus supervisores anteriores; se encontró también una correlación
significativa entre los datos de las encuestas (hechas a una gran muestra al azar de empleados) y el claro
patrón observado entre los rumores reportados en nuevas historias y las estadísticas de cambio de empleo.
No sólo eran consistentes las comparaciones entre los métodos, sino que también eran consistentes las
dentro de los métodos. Así, el mapeo sociométrico resultante de las visitas al archivo era congruente con
la ansiedad reportada en las encuestas y entrevistas. Ambos grupos de resultados confirmaron qué tipo de
eventos tienden a ser mayores productores de ansiedad y bajo qué condiciones se reducía la ansiedad. En
consecuencia, las diferentes mediciones de la misma construcción (construct) (un concepto diseñado para
integrar de manera ordenada los diversos datos acerca de un fenómeno) mostraban resultados similares
(Phillips, 1971: 19).
Hubo también algunas sorpresas y discrepancias en los resultados multimetódicos que brindaron
hallazgos no esperados. Cuando las diferentes mediciones rinden resultados diferentes, requieren que el
investigador reconcilie las diferencias de algún modo. En realidad, la divergencia a veces puede resultar
una oportunidad para enriquecer la explicación. Por ejemplo, en mi estudio, aquellos más “estresados”
(de acuerdo a los resultados de los informes de los afectados) eran los que menos pedían visitar los nuevos
legajos (de acuerdo a los datos sociométricos), contrariamente a lo que estaba hipotetizado. Esto es,
mientras la investigación mostraba que el grupo que reportaba mayor ansiedad era el menos educado y el
menos móvil profesionalmente en términos de habilidades laborales, esos mismos trabajadores de baja
capacitación estaban poco representados entre los visitantes al archivo. Un método produjo resultados que
predijeron manifestaciones de ansiedad, pero un segundo método no pudo confirmar dicha predicción.
Sin embargo, entrevistas y observaciones adicionales (otra vez métodos cualitativos) ayudaron a
reconciliar la diferencia porque sugirieron que los empleados poco educados tendían a confiar más en las
comunicaciones orales (por ejemplo, entre un grupo informal de compañeros) que en documentos escritos.
Esta interpretación resultó entonces de los hallazgos divergentes basados en datos sociométricos,
observación no participante en el trabajo y fuera del mismo, y entrevistas abiertas.
Al buscar explicaciones a los resultados divergentes, el investigador puede descubrir resultados no
esperados o factores contextuales ignorados. En una instancia, los datos de las entrevistas ayudaron a
sugerir una relación entre inseguridad / ansiedad y ciertos síntomas actitudinales. Los resultados de las
encuestas, sin embargo, indican que mientras que los empleados de las oficinas centrales de la
organización estaban menos inseguros en sus trabajos que los empleados de las empresas satélites, en
quienes la magnitud del síntoma era inversa. Esto es, los “vencedores” reportaban más síntomas que los
“vencidos”. Pero entrevistas adicionales y un análisis de las notas de campo mostraron que los síntomas
más severos reflejaban fuentes únicas de ansiedad, correspondientes a la organización central. Los
resultados del trabajo de campo y las encuestas fueron así compatibles, cuando una variedad de factores
contextuales previamente no considerados, fueron iluminados.
El proceso de recopilar material de investigación basado en el uso de multimétodos es útil haya o no
convergencia. Cuando sí hay convergencia, la confianza en los resultados crece considerablemente. Los
hallazgos ya no son atribuibles a un efecto del método. Sin embargo, cuando emergen resultados
divergentes, se generan explicaciones alternativas y probablemente más complejas. En mi investigación
sobre la ansiedad, la triangulación permitió realizar explicaciones más confiables, tanto como para
comprobar, como para crear hipótesis, y para realizar hallazgos más imprevisibles y más relacionados al
contexto.
En conjunto, el investigador que triangula debe buscar un ordenamiento lógico entre los resultados de
los varios métodos. Su pretensión de validez se basa en el juicio, o como Weiss (1968: 349) lo llama “(...)
una capacidad de organizar los materiales en un cuadro plausible (...)”. Uno comienza a ver al investigador
como un constructor y un creador, que pone juntas muchas piezas de un complejo rompecabezas en una
totalidad coherente. Es en este aspecto que el conocimiento de primera mano obtenido a través de métodos
cualitativos puede transformarse en crítico. Mientras uno puede confiar en ciertas convenciones
científicas (por ejemplo, construir escalas, grupos de control, etc.) para maximizar la credibilidad de los
propios hallazgos, el investigador que emplea la triangulación tiende a confiar aún más en un “sentido”de
la situación. Esta intuición y conocimiento de primera mano obtenidos desde múltiples puntos de vista se
reflejan centralmente en el proceso de interpretación. Glasser y Strauss (1965: 8), en su observación sobre
los trabajadores de campo, resumen este punto de cómo las investigaciones que triangulan parecen ser
cristalizadas: “(...) El trabajador de campo conoce, y lo hace no sólo porque ha estado en el terreno y
porque ha cuidadosamente verificado sus hipótesis, sino porque siente ‘en los huesos’ el valor de su
análisis final (...)”.

La “cualidad” en la triangulación

La triangulación provee a los investigadores de muchas oportunidades importantes. Primero, les


permite tener más confianza en sus resultados. Esta es la principal fuerza del diseño multimetodológico.
Asimismo, la triangulación puede jugar otros roles constructivos. Puede estimular la creación de métodos
innovadores, nuevas maneras de capturar un problema para balancear con los métodos convencionales de
obtención de datos. En mi estudio, esto se ilustró con el desarrollo del “termómetro de ansiedad” con
mediciones discretas (no intrusivas) sobre los cambios en el nivel de ansiedad.
La triangulación puede también ayudar a descubrir las dimensiones desviadas de un fenómeno. Es
probable que diferentes puntos de vista produzcan algunos elementos que no encajan en una teoría o
modelo. Así, se reconstruyen viejas teorías o se desarrollan otras nuevas. Además, como ya fue señalado,
diferentes resultados obtenidos a partir de muchos métodos pueden llevar a enriquecer las explicaciones
sobre el problema de investigación.
La utilización de varios métodos puede llevar también a una síntesis o integración de teorías. En este
sentido, la triangulación metodológica corre en paralelas muy cercanas a la triangulación teórica (Denzin,
1978: 295), siendo ésta los esfuerzos para llevar diversas teorías a tratar con el mismo problema (por
ejemplo, Levine y Campbell, 1979; Marris, 1975). Finalmente, la triangulación puede asimismo servir
como una prueba crítica, en virtud de su comprehensividad, para teorías competidoras.
Los métodos cualitativos en triangulación juegan el importante rol de ser una red que liga todos esos
beneficios. El investigador es llevado a sostener una provechosa cercanía a la situación, lo que le permite
una mayor sensibilidad a las varias fuentes de datos. Los datos cualitativos y su análisis funcionan como
el cemento que une la interpretación de los resultados de numerosos métodos. Por un lado, se usa a los
datos cualitativos como el cruce crítico para evaluar los métodos cuantitativos. Por el otro, el análisis se
beneficia de las percepciones obtenidas a partir de las experiencias personales y las observaciones de
primera mano. Aquí entra el investigador habilidoso que usa los datos cualitativos para enriquecer y dar
brillo al retrato. Finalmente, la aproximación convergente emplea métodos cualitativos para iluminar la
conducta en un contexto donde los factores situacionales juegan un rol prominente. En suma, la
triangulación, que principalmente involucra métodos cualitativos, puede generar potencialmente lo que
los antropólogos llaman trabajo holístico o descripción densa. Como Weiss concluye “(...) los datos
cualitativos son capaces de ser superiores a los datos cuantitativos en densidad de información, vividez y
claridad de sentido, las cuales en los trabajos holísticos son características más importantes que la
precisión y la reproducibilidad (...)” (1968: 344-45).
La estrategia de triangulación tiene algunas limitaciones. Primero, la replicación es muy difícil. Ésta
ha estado ampliamente ausente en muchas investigaciones organizacionales, pero usualmente se la
considera como un paso necesario en el progreso científico. Replicar un conjunto de métodos, incluyendo
técnicas ideosincrásicas, es una tarea casi imposible y no es probable que se transforme en un ejercicio
popular. Los métodos cualitativos, en particular, son muy engorrosos de reproducir. Segundo, mientras
puede parecer más obvio, los métodos múltiples no pueden ser usados con una pregunta errónea (wrong
question). Si la investigación no está claramente enfocada teórica y conceptualmente, ni siquiera todos
los métodos del mundo van a producir un resultado satisfactorio. Similarmente, la triangulación no debe
usarse para legitimar un método dominante, preferido personalmente por el investigador. Esto es, si tanto
los métodos cuantitativos como los cualitativos se transforman en meras cortinas para el otro, entonces el
diseño es inadecuado o sesgado. Cada método debe estar representado de una manera significativa. Sin
embargo, esto destaca la cuestión acerca de si los instrumentos pueden verse como igualmente sensibles
al fenómeno que esta siendo estudiado. Un método puede, de hecho, ser más fuerte o más apropiado, pero
esto debe ser cuidadosamente justificado y hecho explícito. De otra manera, el propósito de la
triangulación es alterado.
La triangulación es una estrategia que puede no ser adecuada para todos los objetivos de investigación.
Varias limitaciones (por ejemplo, el costo en términos de tiempo) pueden prevenir su utilización efectiva.
No obstante, tiene puntos fuertes vitales y estimula la investigación productiva. Eleva a los métodos
cualitativos a su merecida preeminencia, y al mismo tiempo demuestra que éstos pueden utilizarse de una
manera completa.. Sobre todo, la triangulación demanda creatividad por parte de sus usuarios, ingenio en
la recolección de datos y una interpretación penetrante de los mismos. Responde a una observación hecha
por un sociólogo (Phillips, 1971: 175): “(...) No podemos afrontar el seguir comprometidos con el mismo
tipo de investigación estéril, improductiva y no imaginativa que ha caracterizado por mucho tiempo a
muchas investigaciones (...)”.
En este sentido, la triangulación no es un fin en sí mismo, así como tampoco es un afinamiento de
nuestros instrumentos de investigación. Más bien, puede estimularnos a definir y a analizar mejor
problemas de investigación organizacional.

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