Vous êtes sur la page 1sur 3

Franz Kafka y Jorge Washington Ábalos. Lenguas en pugna y subalternidad política.

Entre el 9 y el 12 de septiembre de 2015, se llevó a cabo el Encuentro: Literatura y Política. "Bestias,


Monstruos y Seres Extraordinarios" En el centenario de la Metamorfosis de Kafka y del nacimiento de Jorge
W. Ábalos. El encuentro fue organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación (Secretaría de Coordinación
Estratégica para el Pensamiento Nacional), la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la
UNSE, y la Subsecretaría de Educación, Cultura y Turismo de la Municipalidad de Santiago del Estero. El
creador del encuentro fue Marcelo Ahumada, escritor y gestor cultural. Él mismo dijo: “Situados en
inesperados lugares de occidente: Kafka imagina un hombre convertido en insecto no sólo en otro idioma que
el propio, sino en un idioma "enemigo". Ábalos, designado maestro rural en la frontera de la deforestación,
tiene como obligación educar en castellano a los quichuahablantes, resistentes a todas las prácticas de
exclusión del estado de los “blancos”. Es allí donde empieza nuestro relato: los hombres que no son parte del
mundo y buscan un refugio cultural”.
El día 9 inició en el SUM del anexo de la UNSE comenzaron las actividades. Un presentador con la voz
agradablemente grave y el pelo blanco bien peinado, presentó a los sentados a la mesa. Francisco Romero,
Adriana Vaulet, Ricardo Forster, María Mercedes Arce, Hugo Marcelino Ledesma, Natividad Nassif y Jorge
Eduardo Ábalos, quienes inauguraron el encuentro.

Kafka y Benjamin. Una generación en el precipicio.


El Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, Ricardo Forster, estableció un
paralelo entre el filósofo Walter Benjamin y Franz Kafka. Primero, en cuanto a la forma de sus producciones. El
primero escribía talmúdicamente y el último con parábolas. En segundo lugar, a la cuestión estética. “Los
bellos en Kafka son los seres que lo han perdido todo” dijo Forster. Y en tercer lugar, como obras impensables
sin la ruptura que constituyó la primera guerra mundial. También aclaró que ambos autores exigen lectores
dispuestos a discutir, que no busca la conmiseración. Denominó a Benjamin como una mezcla de poeta y
filósofo, y a Kafka como un autor inmortal.
En cuanto a la afinidad entre Kafka y Ábalos, relató cómo el primero se apropió del alemán, en tanto lengua de
punición y castigo, y mostró la violencia en la lengua. Este es un lugar afín a la escritura del autor santiagueño,
en tanto pinta un fresco del problema de las lenguas subalternadas e incluso prohibidas. Finalizó su exposición
citando a Benjamin e invitando a su lectura: “Todo acto de cultura es un documento de la barbarie”

El tema que expuso Alejandro Auat se llamó “De La Brasa a Shunko. Ideas políticas”. El filósofo reconstruyó el
ambiente cultural en el que surgió La Brasa, haciendo hincapié en la conformación heterogénea del grupo y en
la convivencia ideológica característica de su desarrollo intelectual. Al respecto de la agrupación cultural, dijo
que su producción discursiva fue la más determinante al respecto de la autopercepción de lo santiagueño.
Enumeró seis rasgos, explicándolos por vez. I La contraposición Buenos Aires – Santiago como eje discursivo
y rasgo identitario. II El nacionalismo cultural. III El fatalismo telurista vs. La voluntad política. IV La nostalgia
por un pasado glorioso perdido. V El obraje y el ferrocarril como despaisamiento y despojo. VI El arte y la
lengua como desquite. Finalizó abriendo un interrogante: ¿Continúa operando con el mismo sentido el discurso
de La Brasa o es resignificado por cada generación?
El jueves la jornada inició en la Casa Argañaráz Alcorta, con la proyección del capítulo de la serie
Santiagueños, dedicado a Jorge W. Ábalos. Ernesto Picco, guionista de la serie y partícipe del trabajo de
investigación que requirió, brindó unas palabras acerca de lo que fue la producción del capítulo y la serie en
general, la que invitó a ver, por Canal Encuentro.
Al cabo de la proyección, Adil Podhajcer presentó tu tesis doctoral “Cuerpos cercanos, almas lejanas”. Un
estudio antropológico de “El señor de los milagros de Mailín”. Acerca de la metodología dijo que se trató de un
enfoque interdisciplinario etnopsicológico. Su atención se centró en el entramado político en el que se fue
insertando la festividad, hacia la década del setenta, cuando se fortaleció como centro religioso, llegando a
tener centros de devoción en Buenos Aires en 1993. La hipótesis que condujo su abordaje fue la de pensar a
la celebración como un campo de lucha que priorizaba la fiesta por sobre su dimensión cultural y política, a la
que denominó una configuración religiosa compleja.
A continuación, Laura Rosato y Germán Alvarez, bibliotecólogos e investigadores, presentaron su
investigación. Los autores trabajaron durante más de diez años con la colección personal de Borges donada a
la Biblioteca Nacional, encontrando en las anotaciones del autor, relaciones con otros textos, finales
alternativos y diferentes versiones corregidas prolijamente por su puño y letra, quedando expuestas sus
lecturas programáticas, su trabajo catalográfico y crítico. Dirigieron con gran soltura la exposición del archivo,
explicando y haciendo zoom sobre cada comentario marginal. Mencionaron varios textos que se inspiraron en
Kafka, La biblioteca de Babel, y otros. Ambos destacaron fragmentos recurrentes al autor checo, los referidos a
la subordinación, el infinito, la postergación y lo extraño. Esa colección había estado en un tercer subsuelo
durante treinta años. Primero encontraron unos cincuenta libros. Después hallaron más de mil.
Esa noche la cerraron Alfonso Nassif y Dante Cayetano Fiorentino. Ambos le agregaron un componente de
afecto al Encuentro, pues fueron cercanos a J. W. Ábalos. Sus exposiciones giraron alrededor del mundo de
Ábalos, el autor, el docente, el crítico literario. Fiorentino en especial hizo emocionar a la audiencia. Nassif
consideró a Shunko como la gran novela del siglo XX y compartió su estimación del autor: “Ábalos está entre
María Adela Agudo y Bernardo Canal Feijóo”.
El viernes 11 comenzaron las actividades con la proyección del capítulo de la serie Santiagueños. Después le
llegó el turno a María Cecilia Rossi, quien dio una verdadera cátedra. Pegó un mapa de Santiago en la pared y
comenzó la clase, en la que señaló en el papel metáfora del mundo, a la apropiación de tierras del Salado
hacia el este y extendiéndose hacia el sur de la provincia. Explicó el concepto de “mercedes” y de las
porciones de tierra que se dieron en pago al caer el sistema colonial hacia el 1800.
Le siguió José Luis Grosso, quien compuso un texto para la ocasión. Empezó leyendo Shalacos y acto
seguido, un fragmento de la Metamorfosis de Kafka. “La metamorfosis difumina los contornos” dijo Grosso,
pareciendo hacer referencia al concepto de frontera (como más permeable que el de límite) que había
aportado Rossi minutos antes. En el texto que leyó, el que estaba inspirado en el entrecruzamiento de los
autores en tanto pintores de la exclusión y el despojo, sugirió premisas que casi sonaban como aforismos:
“Miramos a las montoneras del siglo XIX con un prejuicio ilustrado”; “La categoría de caudillismo no ha sido lo
suficientemente pensada” y esto último diciéndolo a conciencia de la extensa literatura al respecto del
caudillismo, el concepto clave del siglo XIX. Concluyó sosteniendo que nuestro pueblo tiene “algo cultural” que
ha sido desoído por la historia, la política y la ciencia.
María Pía López fue el segundo miembro de Carta Abierta del Encuentro. El primero había sido Forster el
miércoles, y a ella le seguiría esa misma noche de viernes, Horacio González. Había cincuenta personas
sentadas, muchas de las cuales no se guardaron sus inquietudes. Esa tarde, a la misma hora que comenzaba
María Pía López, el politólogo Atilio Borón daba la cátedra abierta “América Latina, en la transición geopolítica
y la doctrina estratégica de Estados Unidos” en el marco del ciclo "José Martí y el pensamiento político
emancipador”. La envergadura de ambas propuestas dividió a la audiencia.
María Pía López definió a la literatura kafkiana como un recorrido por lo monstruoso. Al igual que Forster, se
refirió al modo menor del alemán al que Kafka apeló en su escritura, poniendo esto a contraluz del primer
plano en que se encuentra el dilema entre el castellano y el quichua en Ábalos. Con su claridad característica,
asoció a J. W. Ábalos con José María Arguedas, escritor y antropólogo peruano, quien tomó como objeto
literario a los avatares de las relaciones entre la cultura andina de origen quichua y la cultura occidental
castellana.
Cerrando la jornada del viernes, habló Horacio González, quien presenció la exposición de López sentado a su
lado. Podría decirse que la continuó, o dio esa impresión, de que se complementaban. El director de la
Biblioteca Nacional compartió sus pareceres al respecto de varios puntos que había tocado López. En relación
al tema del encuentro, abrió preguntas a los presentes: ¿En qué momento se deja de ser humano? ¿La
bandera que aparece en Shunko y la canción Aurora son las mismas que ahora? Antes de concluir, aportó que
el síntoma del vacío de la nacionalidad es lo que la mantiene viva.
El sábado se congregaron alrededor de treinta personas para escuchar a Vicente Battista, el reconocido
narrador que llegaba a Santiago prometiendo ofrecer un pequeño taller de novela. Al menos así prometía la
folletería. En cuanto llegó, aclaró que él traía un discurso preparado al respecto de la afinidad entre Ábalos y
Kafka, y con sus 75 años, ofrecía el teléfono para mostrar que él no había entendido mal y que por eso no
tenía preparado el taller breve. No tardó demasiado en mostrarse transparente ante la audiencia, invitándolos
al día siguiente a reunirse otra vez, por fuera de programa, en la casa de uno de los asistentes, a trabajar con
los textos. Y así fue. Terminó el trabajo con los talleristas el domingo para llegar justo a tiempo al televisor para
ver el encare de Tévez, la respuesta de Barovero y el bombazo del uruguayo Lodeiro que le dio la victoria a su
Boca en el superclásico contra River.
El sábado, después que terminó Battista, se llevó adelante un recital poético que congregó voces de ayer y de
hoy, constituyendo un espacio multietáreo (si se me permite el neologismo) como al menos este cronista no
había visto antes. Leyeron Andrés Navarro, Carlos Artayer, Paula Rivero, Alfonso Nassif, Claudio Rojo Cesca,
Marcela Elías, Gabriela Yauzá, Sandra López Paz, Pilar Carranza y Sandra Nassif. También se leyeron textos
de Álvaro Méndez, Maximiliano Jozami, Paola Frías, Néstor Mendoza y Gabriel Hoyos Izurieta.
Después de las letras, les tocó el turno a Jarlibliss, quienes sonaron como de costumbre, excelente, y siendo
acompañado por sus fieles seguidores. Después le tocó el turno a Marián Farías Gómez, quien intercaló sus
interpretaciones con relatos nostálgicos del Santiago que la vio crecer.

por Mario Lavaisse (miembro del equipo “Cultura, sociedad y poder” del INDES- FHCSyS-UNSE)

Vous aimerez peut-être aussi