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Seminario Teológico Pentecostal

Revitalización del Discipulado Cristiano

Presentado a la Dra. Mireya Álvarez

ALEAL/UTC19: Reading Theological Contexts: Reflections on Contemporary Scholarship

Por:

Erick Fernando Tuch

Quetzaltenango, Guatemala

24 de octubre 2019
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La revitalización del discipulado cristiano

El mandato final de Señor Jesucristo a sus discípulos fue que hicieran discípulos en todo el

mundo, tarea que se constituyó en el catalizador de todos sus esfuerzos, hasta la disposición de

entregar la vida por esa causa. Sin embargo, la mayoría de iglesias están más preocupadas en

hacer miembros que discípulos.

El discipulado, lo define Padilla como “el seguimiento de Jesús, un proceso de

transformación que dura toda la vida y que abarca todos los aspectos de la vida.” 1 Por tanto, el

discipulado es un proceso continuo de transformación donde el cristiano cada día se parece a

Cristo en su ser y hacer.

Sin embargo, según Platt, muchos creyentes son religiosos pero no han tenido un

encuentro personal con Jesucristo, no se han arrepentido de sus pecados y siguen una vida como

mundanos. Son más los cristianos culturales que los verdaderamente convertidos.2

Por eso se hace necesaria la revitalización del discipulado porque permitirá la

revitalización de la iglesia. Desafortunadamente muchas iglesias hacen prosélitos y miembros

que son eficientes en ciertas prácticas litúrgicas como cantar, orar, diezmar; pero no tienen la

capacidad de transformar la sociedad donde interactúan. Sin embargo, la demanda del

discipulado cristiano es “…obedecer al Señor en todas las circunstancias de la vida diaria, tanto

1Padilla, René. Una eclesiología para la misión integral. En La iglesia como agente de Transformación . Eds. René
Padilla y Tetsunao Yamamori. (Kairos, 2003), P. 23.
2 Platt, David. Sigueme, un lado a morir, un llamado a vivir. (Tynale Publisher, 2013), 25.
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en lo privado como en lo público, tanto en lo personal como en lo social, tanto en lo material

como en lo espiritual.”3

Conviene aclarar que ser y hacer discípulos de Jesucristo, son dos categorías inseparables,

pues para hacer discípulos, primero hay que ser un discípulo de Jesucristo. Por eso es importante,

según Cueva, reconstruir una eclesiología basada en el mandato de hacer discípulos.4 pues

orientará a la iglesia para la tarea que Dios le ha encomendado.

Hay algunos principios bíblicos que deben considerarse en este proceso.

El ser y el hacer discípulos comienzan con el llamado de Dios, tal como lo afirman el evangelista

Marcos “…y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él.” (Marcos 3:13). El texto deja claro

que en el discipulado se unen la gracia de Dios y la voluntad del ser humano. Es Dios quien toma

la iniciativa llamando y el hombre responde en obediencia. El discipulado no es adoctrinamiento,

ni se trata de buscar y formar prosélitos, el discipulado es un proceso de seguimiento a Dios

quien llama a quien quiere para estar con él. Como afirma Pagola:

Lo decisivo para seguir a Jesús es escuchar su llamada. Los relatos evangélicos lo

dejan muy claro. Nadie se pone en marcha tras los pasos de Jesús siguiendo su

propia intuición o sus deseos de vivir un ideal. Es Jesús quien toma siempre la

iniciativa. El seguimiento comienza cuando alguien se siente llamado

personalmente por él y acoge su llamada. Por eso, la fe cristiana no consiste

primordialmente en creer algo, sino en creerle a Alguien por quien nos sentimos

atraídos y llamados: “Ven y sígueme”.5

3 Padilla. Op. Cit. P. 24


4 Cueva, Samuel. Al cumplimiento de la Misio Dei. p. (Editorial Clie, 2004), 41
5 Pagola, Jose. Recuperar el proyecto de Jesús. (PPC Editorial y Distribuidora, 2014), pag. 27
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El llamamiento implica revelación de Dios, pues, para que el seguimiento sea auténtico, el

discípulo debe tener un encuentro personal con Dios que le transforme la vida y conmueva sus

entrañas para dejar el pecado y ahora enfocarse en Dios y sus propósitos.

Entonces el discipulado cristiano comienza con un encuentro personal con Dios (revelación)

que se concreta en el llamado de Dios al hombre a seguirle en el camino de la vida. La pregunta

obvia sería ¿cómo se propicia espacios para que las personas tengan un encuentro con Dios y

escuchen el llamado de Jesús a seguirle? Aquí se hace relevante la predicación y enseñanza de

las Escrituras, pues Dios sigue revelándose al hombre a través de Su palabra.

También el discipulado requiere comunión y preparación. “Y estableció a doce, para que

estuviesen con él…” (Marcos 3:14 a). Las relaciones son fundamentales para que un proceso de

discipulado funcione.6 La comunión expresa la nueva relación que se ha gestado con Dios y que

naturalmente nos vincula a una comunidad llamada iglesia local. He aquí la importancia de que

cada iglesia local sea sana para que inspire cambios profundos en cada ser humano. Una iglesia

que estimule el amor, la humildad, la solidaridad y la alegría por la vida. Una iglesia que desafía

e inspira a seguir obedientemente a Jesús. La comunión exige una comunidad que refleje el fruto

del Espíritu, que configura el carácter de Cristo en el discípulo.7

En segundo lugar, no cabe duda que Jesús también convocó a sus discípulos para estar con

él, con la intención de enseñarles. Al revisar el ministerio de Jesús, una gran parte se refiere a la

enseñanza y capacitación de sus discípulos. Este proceso de enseñanza-aprendizaje fue teórico y

práctico. Esto significa que el aprendizaje en el contexto del discipulado, tiene el propósito de

6 Ogden, G. Discipulado que transforma: El modelo de Jesús. (Editorial Clie, 2000 ), 126.
7 Snyder, Howard, La comunidad del Rey. (Kairos Ediciones, 2005), 15.
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transformar la vida para el servicio. No es solo un aprendizaje que refiere a contenidos, sino a

significado, es decir, un conocimiento para la vida.

Cabe preguntar cuánto de lo que se enseña en la iglesia y en los procesos discipuladores son

contenidos significativos que inspiren cambios profundos en las personas. El maestro de Galilea

siempre tenía algo nuevo que enseñar, siempre sacudía las conciencias, hacia que el corazón se

conmocionara por la verdad y que quisieran seguirle.8 Sus enseñanzas eran novedosas,

relevantes, creativas que multitudes le siguieran aún a lugares desérticos, e incluso le escuchaban

por muchas horas. La calidad de contenido y la creatividad para comunicarlos deben exigir

esfuerzo de cada comunidad discipuladora.

El discipulado conduce al aprendizaje que ayuda al desarrollo del carácter y capacita al

servicio. No se trata de conocer solamente, se trata de aprender para ser y hacer mejor. Se trata

de conocer la verdad que libera y transforma, que renueva la manera de pensar y mejora las

condiciones de vida.9 El discipulado no busca la aprehensión doctrinal denominacional

solamente, busca la configuración de un nuevo hombre y mujer, según el propósito de Dios. El

discipulado es la “estrategia” clave de Dios para la construcción del nuevo hombre que establece

su reino en esta tierra.

El llamado de Jesús es a ser discípulos para luego hacer discípulos. Es necesario que las

iglesias reeáfoquen su misión y sus esfuerzos en formar y desarrollar discípulos porque sólo ellos

pueden, en el poder del Espíritu Santo, transformar este mundo.

8 Mendoza Lloyd y Wilma. El discipulado transferencia de Vida. (Editorial Clie, 1998), 38.
9 Arias, Mortimer. El ultimo Mandato. (Ediciones Clara, 2003), 27.
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Bibliogra*ía

Arias, Mortimer. El ultimo Mandato. Madrid, España: Ediciones Clara, 2003.

Cueva, Samuel. Al cumplimiento de la Misio Dei. p. Terrassa, Barcelona: Editorial Clie, 2004.

Ogden, G. Discipulado que transforma: El modelo de Jesús. Terrassa, Barcelona: Editorial Clie,
2000.

Mendoza Lloyd y Wilma. El discipulado transferencia de Vida. Terrassa, Barcelona: Editorial


Clie, 1998.

Padilla, René. Una eclesiología para la misión integral. En La iglesia como agente de
Transformación . Eds. René Padilla y Tetsunao Yamamori. Buenos Aires, Argentina: Kairos,
2003.

Pagola, Jose. Recuperar el proyecto de Jesús. Madrid, España: PPC Editorial y Distribuidora,
2014.

Platt, David. Sigueme, un lado a morir, un llamado a vivir. Carol Stream: Illinois. Tynale
Publisher, 2013.

Snyder, Howard, La comunidad del Rey. Buenos Aires, Argentina: Kairos Ediciones, 2005.

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