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La noción de sistema internacional es utilizada aquí en tanto que instrumento de análisis. De ahí
que no pretendamos explicar la realidad internacional como si se tratara de un sistema de
equilibrio al estilo de las ciencias naturales. Esta opción comparte la crítica a la teoría de sistemas
expuesta por BRAILLARD, quien introduce un punto de vista conservador en el análisis,
introduciendo un postulado normativo, que atribuye carácter de normalidad a todo para el
mantenimiento del status quo. La crítica de conservadurismo desaparece si se adopta un modelo
que integra los cambios estructurales.
Para nosotros, el sistema internacional es un modelo, un tipo ideal, que nos permite abordar la
realidad confusa con ideas claras a riesgo de simplificar la complejidad de la sociedad
internacional. El análisis persigue abordar la creación, el funcionamiento y el cambio de sistema
a partir de conceptos, lógicas y principios de orden establecidos racionalmente.
Nuestra definición de sistema internacional pretende ser operativa, a partir de momento en que
genera nuestro marco de análisis. BRAILLARD: La definición del término sistema ha de tomar en
consideración cuatro puntos: 1) un sistema está constituido por elementos; 2) entre esos
elementos existen relaciones o interacciones; 3) estos elementos y sus relaciones forman un
todo; 4) esta totalidad manifiesta una cierta organización.
Entendemos, pues, que el sistema internacional está constituido por un conjunto de actores,
cuyas relaciones generan una configuración de poder (estructura) dentro de la cual se produce
una red compleja de interacciones (proceso) de acuerdo con determinadas reglas.
La lógica sistémica adoptada tiene dos ventajas: permite identificar los modelos habituales de
interacción entre los actores internacionales a la vez que constituye una variable para explicar
el comportamiento de las unidades que forman el sistema; y pone el acento en el juego de las
interacciones y en la articulación entre los diferentes campos y entre los diferentes niveles de
análisis. Lo que permite integrar, junto a la aproximación global, aproximaciones concretas, que
dan lugar a subsistemas, determinados por el campo de actividad, regional o funcional.
El actor internacional es aquella unidad de sistema internacional que goza de habilidad para
movilizar recursos que le permitan alcanzar sus objetivos, que tiene capacidad para ejercer
influencia sobre otros actores del sistema y que goza de cierta autonomía.
Frente a la anterior tipología, tenemos los enfoques transnacionalistas que quitan importancia
al estado y a la territorialidad, y en la que la transnacionalidad deja de constituir un cajón de
sastre, para adquirir perfiles más definidos. MANSBACH considera 6 tipos:
De esta manera, la tipología de Mansbach distingue entre actores públicos (AGI, estados y
AGNC) y privados (ANGI, AING e individuos). Mansbach denomina un sistema conglomerado
complejo a la presentación en forma de matriz de todas las interacciones posibles entre los seis
tipos de actores señalados. Aquí utilizaremos el criterio clásico. En resumen, el análisis de los
actores internacionales en el actual sistema internacional permite caracterizar a este último
como jerárquico y concéntrico.
La crisis del estado está asociada al desafío que supone para los gobiernos nacionales otro tipo
de actores. El papel del estado como actor internacional se ve desafiado por su propia
proliferación que supone la utilización de un mismo concepto para hablar de realidad diferentes.
De ahí que pasemos a hablar en plural: los estados frente al estado.
a) Soberanía y territorio
Los elementos constitutivos del estado moderno son tres: territorio, población y gobierno, con
autoridad para gobernar sobre los otros dos: Jurídicamente, el estado se diferencia de cualquier
otro actor porque goza de un status legal único, goza de soberanía.
Hedley BULL apunta que la soberanía externa se traduce en que el estado no está sometido sin
su consentimiento a ninguna autoridad ni organismo que le imponga una obligación. Ahora bien,
la independencia objetiva del estado alcanza todo su valor en el sistema internacional cuando
es reconocida por los otros miembros del sistema de estados. El ingreso del estado recién nacido
en la ONU es el corolario de su reconocimiento por la comunidad internacional: una cierta
legitimación colectiva.
Los principios han sido habitualmente vulnerados. Tras el fin de la guerra fría se dio una corriente
amplia de opinión que se plante la revisión de algunos principios, como el de la no-intervención,
sobre la base de criterios humanitarios (deber de injerencia humanitaria).
El estado tiene una segunda característica que le diferencia de los demás actores: la disposición
de un territorio. Ningún otro actor dispone legalmente de un territorio. Todo el territorio del
mundo tiene un soberano. Los criterios jurídicos nos dan un punto de partida que hemos de
relativizar sobre la base de la capacidad y de la habilidad de cada entidad soberana para ejercer
un efectivo control sobre su territorio y para llevar a cabo sus objetivos. El poder en las RRII es
un fenómeno cada vez más difuso y más difícil de determinar en el entramado global del sistema
internacional.
Criterios diversos nos permiten clasificar a los 191 estados de la ONU en múltiples subclases. La
diferencia entre estados viene dada, en primer término, por su edad. En la AG de la ONU se
sientan estados jóvenes (apenas 2 o 3 décadas de existencia y sin tradición previa como entidad
política) junto a estados viejos (varios siglos de existencia y tradición). De manera genérica, se
puede apuntar que los estados jóvenes tienen enormes hándicaps en comparación a los viejos
estados que nos permiten hablar de países en crisis.
Otro de los elementos tangibles es el territorio y su población: La ONU alberga 192 estados que
van desde las dimensiones de Rusia (17M de km cuadrados) hasta Mónaco (1 km cuadrado).
Aun así, los extremos no son evidentes: el 50% del territorio mundial está bajo la soberanía de
8 estados (Rusia, Canadá, China, EEUU, Brasil, Australia, India y Argentina) y 48 unidades tienen
menos de 1000 km cuadrados. El tamaño del territorio, sin embargo, no es un valor per se. La
ubicación del territorio y su riqueza son cuestiones a considerar.
La población, al igual que el territorio, está repartida de manera dispar a lo ancho de planeta.
Los extremos, en este caso, corresponden a China y al Vaticano. La “calidad” de la población, en
términos demográfico-culturales, es también un factor decisivo para el desarrollo de un estado.
Los indicadores a considerar son muy diversos: esperanza de vida, mortalidad infantil,
analfabetismo, libros publicados, etc.
Otros dos criterios son el tamaño económico y el tamaño militar de cada unidad política.
El Banco Mundial clasifica los estados y territorios en 3 grupos, según su nivel de PNB per cápita:
países de ingreso bajo, de ingreso medio (subdivididos en países de ingreso medio-bajo y medio-
alto) y países de ingreso alto.
El aumento espectacular de las diferencias entre países pobres y países ricos en las últimas
décadas, así como el deterioro social generalizado en el Tercer Mundo y en algunas capas
sociales de los países ricos ha llevado al PNUD a utilizar el indicador de índice de desarrollo
humano, formado por 3 componentes: longevidad, nivel de conocimientos y nivel de vida. La
longevidad se mide por la esperanza de vida. EL nivel de conocimientos se mide mediante una
combinación de alfabetización de adultos y promedio de años de escolaridad. El nivel de vida se
mide mediante el poder adquisitivo ajustado al costo de la vida local. El IDH se considera más
explicativo que el PNB per cápita ya que éste último no refleja la forma en que el crecimiento
humano se traduce en bienestar humano.
d) Estados armados
El tamaño militar del estado constituye otro criterio clásico. Nos hallamos frente a una variedad
de indicadores: podríamos fijarnos en “número de hombres movilizados o movilizables; tipo de
armamento del que se dispone; calidad y cantidades; calidad del liderazgo y de la organización
militares; nivel de gastos militares; industria y comercio de armamentos: fabricación,
exportación, importación, clientes y proveedores.
El nivel de gasto militar por parte de los estados ha sufrido cambios tras el fin de la guerra fría.
El momento cumbre en el gasto militar a nivel mundial corresponde al año 1986-1987. La
reducción del gasto militar a nivel mundial fue una constante desde finales de los ochenta hasta
1998. Sim embargo, entre 1998 y 2000 hubo un repunte en el gasto.
Los grandes suministradores de armas convencionales forman un grupo reducido de países que
entre 2000 y 2004 han exportado más del 85% del total mundial. Hay que destacar el papel
desempeñado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, ya que
los supuestos responsables del mantenimiento de la paz a nivel mundial desempeñan asimismo
La negativa incidencia social de la elevada militarización de los estados del Tercer Mundo ha
roto la lógica más tradicional del poder de los estados. La inseguridad ha dejado de ser una
amenaza externa para convertirse en una vivencia cotidiana. El gasto en armas menoscaba la
seguridad humana, al consumir preciosos recursos que podrían haberse destinado al desarrollo
humano.
Hay que tener en cuenta también la dificultad que supone en muchos casos el disponer de
recursos apropiados para una situación dada. Es importante entender en qué medida los
diferentes tipos de recursos y los instrumentos de influencia pueden ser sustituidos los unos por
los otros. Casi todas las bases de poder tienen cierta capacidad para transformarse en otras,
pero el tipo de cambio varía mucho. El problema del analista de las RRII es que valora un tipo de
recurso por encima de los demás.
En suma, el poder hoy en día es un poder difuso que ha sido propiciado por cinco fenómenos: la
interdependencia económica, los actores transnacionales, el nacionalismo en los estados
débiles, la extensión de la tecnología y los cambios en el escenario político.
El poder estructural es la habilidad para determinar las reglas del juego en la política
internacional: el poder como relación. Es importante conocer con exactitud el contexto en el
que se va a desarrollar la actividad del estado, ya que los recursos y los objetivos de un estado
adquieren sentido sólo cuando se ponen en relación con los recursos y objetivos de otro. La
identificación de las potencias en el actual sistema es una tarea compleja. Las potencias serían
los estados que establecen las reglas de juego y que disponen de recursos y son capaces de
movilizarlos para defender dichas reglas.
Hay dos grandes tendencias a la hora de definirlas. La primera se centra en los recursos y la
segunda en el sistema. Las potencias son las responsables del equilibrio en un determinado
sistema. En el 1648, el Congreso de Viena estableció el estatuto de gran potencia a Rusia, Prusia,
GB, Francia y Austria. La definición genérica de potencia aúna las dos tradiciones y la define a
partir de sus recursos y a partir de su función equilibradora o estructuradora.
El concepto de gran potencia será aplicado tras la 2ª GM a Francia, GB, China, Japón y Alemania.
El concepto de potencia regional se aplica a aquellos países que por sus capacidades y su
prestigio desempeñan el papel de potencia en ese ámbito geográfico, estableciendo las reglas
del juego. Por potencia media entendemos aquellos estados que, debido a sus dimensiones,
recursos, voluntad y capacidad de aceptar responsabilidades, su influencia y estabilidad, están
en vías de convertirse en grandes potencias. Por potencia emergente entendemos a estados con
buen nivel de cohesión interna y con capacidad de desarrollar una acción efectiva en tanto que
estado. No pertenecen a ninguna de las categorías aquí mencionadas, careciendo a nivel
individual de instrumentos de influencia y de papel alguno en la elaboración de las reglas del
juego, los estados pequeños y los microestados, reducida su concepción general y
categorización en términos territoriales y/o de población.
La Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas se han inclinado por una definición
simple de organización internacional considerando como tales a las “organizaciones
intergubernamentales”.
a) Definición y génesis
El terreno de los intereses comunes será, de las primeras, de carácter técnico-económico. Así
pues, el germen de la organización internacional está ligado a tareas específicas y necesarias en
un mundo en pleno desarrollo industrial, como la Europa del siglo XIX y principios del siglo XX, y
como la Unión Internacional de las Repúblicas Americanas, creada en 1890.
Habrá que esperar a la primera guerra mundial para aplicar la filosofía al terreno político. Se
dará el origen, entonces, de la primera organización internacional con funciones en el campo de
mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, la Sociedad de Naciones, creada por el
Tratado de Versalles (1919), y la OIT. Se esperará que estas puedan prevenir la guerra, así como
una revolución de la clase obrera.
Será a partir de final de la 2ª GM cuando el número de organizaciones llegará hasta las 243 hoy
en día por el Yearbook of International Organizations.
- Las organizaciones de ámbito universal son aquellas que están abiertas a la participación
potencial de todos los estados del sistema. En la actualidad existen 35 organizaciones
de tipo universal, la más conocida de las cuales es la ONU.
- Las organizaciones restringidas son las que limitan, de modo geográfico o funcional, los
potenciales estados miembros, como la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste
Asiático). Suman actualmente la cifra de 208 y muchos actores las definen como
regionales, aunque, como dice Rafael GRASA, no siempre es fácil decir con precisión
dónde acaba y empieza una región.
Entre los fines específicos de las organizaciones se intentan establecer algunos grandes grupos:
En tercer lugar, las organizaciones se clasifican, según su estructura institucional, (según Marcel
MERLE) en 4 modelos:
- El modelo básico, que nació con las primeras organizaciones internacionales. Se trata de
un esquema básico, compuesto por un plenario (órgano político) y un secretariado
(administración) que suele establecerse en la ciudad sede de la organización. Fue el
esquema adoptado por las Uniones Administrativas del siglo XIX, como la OTAN. El nivel
de representación gubernamental en el órgano plenario está regulado en cada caso.
- El 2º modelo está constituido por el plenario, por un órgano restringido, que emana del
anterior, y por un secretariado. Es el caso de la ONU y su Consejo de Seguridad.
- El 3º modelo es el habitual entre las organizaciones en el marco de la Europa Occidental,
en las que se aprecia, junto al papel de los representantes gubernamentales que
conforman el órgano plenario, el papel de los parlamentarios nacionales. Los órganos
parlamentarios son vistos como la voz de la opinión pública en las organizaciones
internacionales. Marcel MERLE: este tipo de organización solo aparece a escala regional
y se aproxima más al sistema de separación de poderes que el modelo de la ONU (2º).
- El 4º modelo corresponde a un caso único: Unión Europea. El esquema está entre el de
la lógica institucional de la separación de poderes dominante en el estado, y la lógica
intergubernamental de las organizaciones internaciones propia de los tres modelos
anteriores. Los 25 países que forman la UE han aceptado delegar soberanía en favor de
órganos independientes que representan, al mismo tiempo, intereses nacionales y el
interés comunitario, y que están vinculados entre sí por relaciones de
complementariedad de las que se deriva el proceso decisorio.
sistema de voto será un tema más preocupante para los estados miembros cuanto mayor sean
las obligaciones que se derivan para el estado de las decisiones adoptadas por la organización
internacional.
La densidad organizativa a nivel mundial sigue una lógica bien definida. Está basada en las
desigualdades a nivel de recursos tangibles e intangibles. Si las organizaciones internacionales
son un reflejo de la interdependencia global, es evidente que esa interdependencia se expresa
en círculos concéntricos. Empezando por el centro, nuestro círculo se va nutriendo,
sucesivamente, por países nórdicos, países de la UE y países de la OCDE, seguidos por los países
árabes y un grupo de potencias medias y/o regionales de América y Asia.
En este caso, cantidad y calidad coinciden, si entendemos por tal: la eficacia, los niveles de
compromiso y los beneficios. Así, los estados más internacionalizados del mundo se caracterizan
bien por una o varias de las siguientes condiciones: gozar de un elevado nivel de desarrollo
humano, ser una potencia del sistema y tener voluntad de contar con un perfil internacional
destacado.
Así pues, el carácter globalizador de las organizaciones internacionales ha reforzado las tramas
de interdependencia entre los países OCDE, aumentando el nivel de bienestar y de seguridad
entre ellos. La regionalización, basada en la creación de “mercados comunes”, constituía uno de
los fenómenos centrales del sistema internacional a finales del siglo XX.
Todo ello choca con el espíritu dominante en los años setenta, propio de los teóricos del
transnacionalismo, en el que el apogeo de dichas organizaciones estuvo ligado a la aspiración
por parte de los países pobres de convertirlas en mecanismos de redistribución de la riqueza a
nivel mundial.
¿Qué se ha hecho de esas aspiraciones para las organizaciones universales? Una conclusión se
explicaría con el modelo de crecimiento de las organizaciones internacionales regionales y
universales. Hay muchas razones para creer que las organizaciones internacionales alcanzaron
su techo en los primeros años ochenta, ligado al techo de sus recursos financieros. Sin embargo,
en el terreno de la organización regional continuó el crecimiento tanto en los años ochenta como
noventa. La sociedad internacional se ha ido regionalizando y dicho desarrollo no ha gozado ni
de la dinámica que imprime el funcionalismo utilitario ni del miedo a la marginación.
Marcel MERLE las define como los movimientos y corrientes de solidaridad de origen privado
que tratan de establecerse a través de las fronteras y que tienden a hacer valer o imponer su
punto de vista en el sistema internacional.
Los años ochenta se pueden calificar como “la década de las ONG”, lo que viene a indicar que la
transcendencia pública de las ONG como actores internacionales es relativamente reciente. Sin
embargo, esa importancia creciente de las ONG choca con la antigüedad del fenómeno,
vinculada a movimientos de origen religioso, como la Orden de Rosacruz (1649) o el Comité
Internacional de la Cruz Roja (1863).
El proceso histórico que lleva hasta las actuales ONG se puede dividir en 3 periodos:
1. El que llega hasta el siglo XIX durante el cual el fenómeno de la ONG está vinculado a la
vida religiosa.
2. A partir del siglo XIX, en el que el espíritu liberal dominante en el mundo anglosajón,
sumado a la caridad cristiana, llevan a que los individuos se organicen, sin contar con los
poderes públicos, para hacer frente a las injusticias sociales generadas por la revolución
industrial.
3. Desde finales del siglo XIX y hasta la actualidad, que ha conducido a la aparición de
múltiples organizaciones de alcance internacional, con agendas de trabajo cada vez más
diversificadas: primero los desastres de la guerra y después las condiciones de vida del
3er Mundo, la defensa de los DDHH, ayuda sanitaria, etc.
El Consejo Económico y Social de la ONU define las ONG como cualquier organización no creada
por vía de acuerdos intergubernamentales, incluso aquellas que acepten miembros designados
por autoridades gubernamentales, siempre que éstos no obstaculicen la libre expresión de la
opinión de esas organizaciones. En este caso se destaca sólo el carácter privado de las ONG.
El Instituto de Derecho Internacional, por su parte, define las ONG como grupos de personas o
de colectividades, libremente creados por la iniciativa privada que ejercen, sin ánimo de lucro,
una actividad internacional de interés general, al margen de toda preocupación de orden
exclusivamente nacional. Aquí se suma la característica de carácter no lucrativo de las ONG.
Marcel MERLE define las ONG como todo grupo, asociación o movimiento constituido de forma
duradera por particulares pertenecientes a diferentes países con la finalidad de alcanzar
objetivos no lucrativos. De esta manera, Merle introduce el requisito multinacional de las ONG.
El Consejo de Europa las define como asociaciones que tienen un fin NO lucrativo de utilidad
internacional, que han sido creadas por un acto derivado del Derecho interno de una de las
partes, que ejercen una actividad efectiva como mínimo en dos estados y que tienen una sede
estatutaria en el territorio de una de las partes y sede real en uno de los dos territorios. Esta
definición introduce el aspecto de que las ONG son entidades de derecho nacional.
El Yearbook cifra en 7306 ONG en 2005, según los criterios de: objetivos internacionales que
afecten como mínimo a 3 países; que los miembros a título individual o colectivo, con pleno
derecho a voto, procedan de tres países, como mínimo; que tengan una estructura permanente
con sede y órganos de gobierno democráticamente elegidos; que la financiación proceda de 3
países como mínimo; y que gocen de autonomía plena. Algunos autores, sin embargo, ofrecen
cifras más abultadas debido a que han partido de definiciones más amplias de ONG
internacional. Según, pues, lo restrictiva que sea la definición de ONG, la cifra de ONG existentes
variará.
A modo de resumen, PONS RAFOLS recoge los elementos característicos y definitorios de ONG
internacional:
- Estructura internacional
- Origen fuera de cualquier acuerdo intergubernamental
- Sin representación gubernamental
- Organizadas de manera democrática
- Finalidades no lucrativas
- Perseguir intereses internacionales
- Constituidas conforme al derecho interno de un Estado
Establecidos estos elementos, sin embargo, hay que apuntar que las situaciones suelen ser
confusas y, en especial por lo que respecta a la autonomía de muchas ONG respecto de
gobiernos o de organizaciones internacionales, sobre todo por razones financieras, y respecto
al carácter democrático de su organización interna.
Podemos, entonces, hacer una definición imprecisa pero general de las ONG como asociaciones
o grupos, constituidos de modo permanente por particulares (individuos o colectivos) de
diversos países (mínimo 3), que tienen objetivos no lucrativos de alcance internacional.
Los problemas definitorios de éstas han venido, en primer lugar, porque el concepto de ONG se
aplica tanto a grupos de interés como a organizaciones con fines humanitarios; y, en segundo
lugar, porque la composición nacional o multinacional de una organización se convierte en un
elemento diferenciador a efectos estadísticos.
Hay que apuntar que todas las grandes ONG son multinacionales pero la miríada de pequeñas
ONG ha servido para internacionalizar las sociedades nacionales a un nivel muy local. Como
escriben RUSSET y STARR, las ONG tejen la trama de la sociedad nacional, de la misma manera
que los grupos privados lo hacen en una sociedad nacional.
Los fines perseguidos por las ONG solo pueden llevarse a cabo contando con recursos
financieros. De ahí que la financiación constituya la “prueba de fuego”. Su autonomía depende
del origen de sus recursos. Naciones Unidas ha establecido que los recursos básicos deberían
proceder de miembros individuales o de las contribuciones de las filiales nacionales.
En el caso de los poderes públicos, todos los gobiernos tienen sistemas para “cofinanciar” las
ONG. La financiación pública de una ONG se lleva a cabo por diversas vías: subvenciones
globales, de carácter periódico, subvenciones para financiar un proyecto individual,
subcontratos que convierten a la ONG en agente ejecutivo de un programa de acción del
gobierno en cuestión; y medidas fiscales. BEEIGBEDER escribe que la financiación pública puede
ocasionar la dependencia de las ONG con respecto a los poderes públicos nacionales y a las OI.
Lo que puede limitar la autonomía programática y la libertad de expresión de las ONG
cofinanciadas.
BETTATI y DUPUY apuntan que el estatuto consultivo es considerado como una etiqueta de
credibilidad internacional que otorga a una ONG un cierto reconocimiento de su trabajo y le
supone mayor legitimidad y prestigio para ejercer sus funciones, así como un campo de
contactos amplio. Hay más de 2000 ONG con estatuto consultivo divididas en 3 categorías: las
de status general, que les permite intervenir en la elaboración del orden de día en las sesiones
del Consejo de Europa; y las de status especial, que les permite asistir a reuniones públicas del
Consejo y a presentar informes por escrito. El hecho de entrar o no en el mundo de las ONG con
estatuto consultivo está en manos de órgano restringido del Ecosoc, cosa que provoca
situaciones de autocensura por parte de las ONG que temen perder o no conseguir su estatuto.
El papel de las ONG como instigadoras en nombre de la sociedad frente a los representantes
gubernamentales, se ha dejado notar en las cumbres paralelas de ONG de la ONU. El fenómeno
de las ONG, pues, es un fenómeno en expansión, si bien con cierta debilidad que procede de la
dispersión de los centros de interés y de la incapacidad en que se encuentran todas las buenas
intenciones de unificar su acción para imponer sus opiniones a sus interlocutores, pero también
de las divisiones de la acción internacional y de la táctica de la mayoría de ONG para buscar el
aval de los Estados y/o padrinazgo de las OIG.
Geográficamente, de los 27 países del mundo cuyos nacionales pertenecen a más de 2000 ONG,
23 son países del marco OCDE. España ha conocido un boom de ONGD, de carácter nacional,
favorecidas sobre todo por la creación en 1985 de la Secretaría de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica (SECIPI) y, en 1988, de la Agencia Española de Cooperación
Internacional.
El dato de las 2000 ONG nos sugiere, pues, la idea de que el mundo se globaliza desde el centro,
ahí donde radican los centros públicos de poder, quienes, además, financian en buena medida
la acción de estas ONG. Conforma esto un sistema internacional concéntrico. En el centro, la red
organizativa es muy densa, mientras que en la periferia la capacidad de organización propia es
muy limitada, lo que genera una debilidad para las propias ONG del centro o del norte, ya que,
c) Defensa del medio ambiente, ayuda humanitaria, derechos humanos y desarrollo: los
grandes objetivos de las ONG.
En el caso de los DDHH y del medio ambiente se da un papel destacado a las campañas de
sensibilización. Las ONG desempeñan la función de “sistemas de alerta avanzada”, al denunciar
actuaciones de consecuencias peligrosas para el futuro. Lo que supone que las ONG han de
contar con el apoyo de los medios de comunicación. Éstas intentan movilizar a la opinión pública
ante situaciones concretas usando métodos diversos. También funciones educativas para
concienciar a la sociedad, por lo que los métodos mencionados las convierten en grupos de
presión dentro de sus sociedades. Hay que considerar, también, la puesta en práctica de
medidas sobre el terreno que supone la existencia de equipos de profesionales. En este proceso,
el voluntariado desempeña un papel importante. Destacaremos 3 principales ONG:
- Greenpeace:
Apareció en 1971 de forma casi espontánea y vinculada a las protestas contra las pruebas
nucleares de los EEUU en el territorio de Alaska. A lo largo de los años 70 se fueron creando
grupos con dicho nombre y se iniciaron campañas que unían el movimiento antinuclear a
preocupaciones por salvar las especies. En la actualidad Greenpeace cuenta con más de 39
filiales y más de 3 millones de socios. Su estilo de trabajo se centra en las campañas de
sensibilización que se caracterizan por su profesionalidad en el terreno del activismo ecológico
y mediante acciones que se dividen en 5 áreas: ecología marina, contaminación, nuclear,
atmosfera y ecología terrestre. Greenpeace ha tenido problemas con estados y OG a causa de
su línea de acción absolutamente independiente y su financiación estrictamente privada.
- Amnistía Internacional:
Aparece en 1977 y saltó a las primeras páginas de la prensa mundial al recibir el Premio Nobel
de la Paz. Se autocalifica como “movimiento mundial, no gubernamental e independiente, que
se esfuerza por prevenir y remediar algunas de las peores violaciones de DDHH que cometen los
gobiernos”. La organización trabaja, principalmente, para: liberar presos de conciencia, lograr
juicios justos, conseguir la abolición de la pena de muerte y de la tortura, poner fin a las
ejecuciones extrajudiciales y desapariciones, y acabar con los abusos cometidos por grupos de
oposición. Es una organización imparcial que no acepta subvenciones estatales para no ver
comprometida su independencia. Los miembros de la organización no trabajan jamás en un caso
que se haya producido en su país para reforzar la imparcialidad y, al mismo tiempo, la ONG no
emite juicios globales sobre ideología de un gobierno. Amnistía actúa a partir de denuncias, goza
de una red de información muy amplia y utiliza diversos métodos de trabajo. La organización
juega, a veces, de “sistema de alerta avanzada” poniendo sobre aviso cuando se produce una
situación dramática en un país en lo que se refiere a los DDHH. Se inician, entonces, campañas
destinadas a sensibilizar a la opinión pública. En ocasiones, también, hace llamadas a sectores
destacados de la población para que participen en las mismas, haciendo uso de su prestigio
personal o de su influencia como colectivo. Los Informes Anuales de Amnistía Internacional
constituyen una de las fuentes de información más importantes sobre el estado de los DDHH en
el mundo.
Se creó en París en 197 y su red internacional se ha extendido a lo largo de los años ochenta,
hasta contar en la actualidad con siete secciones y haber conseguido una imagen de presencia
internacional destacada. Su objetivo esencial consiste en aportar ayuda a todas las victimas de
situaciones de emergencia, sin discriminación alguna, de las cuales corresponden sus acciones
más destacadas, en las que se valora la rapidez de actuación de una ONG frente a la lentitud de
la maquinaria burocrática de las OI. Esta ONG ha practicado la diplomacia humanitaria,
reivindicando el derecho de asistencia medica para poblaciones en situación de miseria.
Francesc GRANELL ofrece una definición diciendo que son empresas transnacionales aquellas
que, bajo una unidad mundial de gestión, tienen intereses y actúan en una pluralidad de países,
acomodándose a las condiciones económicas, sociales y legales de cada uno de ellos, con el gin
de conseguir la maximización de sus beneficios y la mejor defensa de sus potencialidades de
nivel mundial. Así pues, el objetivo lucrativo es la razón de ser de las empresas transnacionales.
Así apunta Marcel MERLE que tienen como objetivo reducir costes de producción, diversificar
actividades de la firma y repartir los riesgos en distintos tipos de producción.
Hay que hablar de un crecimiento cuantitativo y cualitativo de las empresas transnacionales que
ha afectado al sistema internacional. Los niveles de crecimiento económico y de comercio
internacional alcanzados en las últimas décadas están ligados a una estrategia de mundialización
de la producción, de la cual son responsables las empresas transnacionales. Y la preocupación
que algunos expresaron en torno al poder político de éstas, ha dado paso a un sentimiento de
inseguridad provocado por los movimientos especulativos de capitales. Dos cosas han traído el
interés por las empresas transnacionales: las relaciones de estas empresas con los estados y su
efecto sobre la evolución del sistema económico internacional.
Si reducimos los actores que configuran la estructura del sistema a las potencias es porque sólo
ellas disponen del poder estructural que permite dictar las reglas de juego a nivel global en el
sistema internacional. Se utiliza el concepto de sistema internacional y no el de sistema de
estados porque no se desestiman los aspectos transnacionales implicados en el control del
poder por parte de las potencias. Es más correcto utilizar “sistema internacional” cuando nos
referimos al conjunto constituido por un sistema de estados y por la sociedad transnacional que
aquél encuadra; y utilizar “sistema de estados” cuando nos limitamos a considerar el sistema de
los estados, prescindiendo del tipo de sociedad transnacional al que está vinculado.
El poder estructural comporta el control sobre la seguridad, sobre la producción, sobre las
finanzas y sobre los conocimientos e ideas. Los análisis históricos nos muestran que estas 4
dimensiones están presentes. Los análisis de los globalistas, por otra parte, nos indican que las
dimensiones soft de poder (legitimidad, persuasión) son vitales. En paralelo, el fin de la guerra
fría trajo consigo un resurgimiento de pesimismo histórico, que sitúa nuevamente el control
sobre la seguridad como un factor central en el análisis. En esta obra se defiende, en principio,
la idea de la convergencia entre el poder del estado y el de sus empresas transnacionales. Ahora
bien, los ajustes entre la lógica interestatal y la lógica transnacional no siempre son fáciles.
Quizás el momento que nos ha tocado vivir es un momento de “turbulencias”.
La noción de estructura sirve para comprender la realidad. PISTONE: La jerarquía entre estados
y el equilibrio entre las grandes potencias constituyen los dos elementos estructurales
fundamentales en el marco de la anarquía internacional, que la transforman de una simple
pluralidad caótica de estados en un sistema de estados.
La noción de equilibrio está directamente asociada al mantenimiento del orden, pero ¿en torno
a quién o quiénes establecen dicho orden? El número de potencias es el criterio más
habitualmente utilizado para establecer la tipología de sistemas internacionales. Un segundo
criterio es en torno a los sistemas de valores de las potencias, distinguiendo entre sistemas
homogéneos, es decir, aquellos en los cuales los Estados pertenecen al mismo tipo y obedecen
al mismo concepto de política, y sistemas heterogéneos, es decir, aquellos en los que los Estados
- Sistema unipolar o sistema imperial: Responde a la lógica imperial, es decir, una única
potencia establece la agenda, dicta las normas y controla todas las fuentes del poder.
La potencia hegemónica reúne en sus manos el poder de coerción e impone su sistema
de valores. Es un sistema homogéneo. La estabilidad del sistema entrará en crisis en el
momento en que la lógica de funcionamiento se altere: o porque las relaciones en
horizontal entre las otras unidades del sistema lleguen a erosionar el poder de la
potencia hegemónica, o porque la propia potencia hegemónica se erosione
internamente, o porque se produzca un cambio inducido desde el exterior del sistema.
Ejemplo: EEUU.
- Sistema bipolar: determinado por el equilibrio entre dos potencias que gozan de
capacidades equivalentes y superiores a las de las restantes unidades del sistema, y de
un mecanismo para establecer el equilibrio bipolar. Dos potencias establecen la agenda,
las normas e imponen la coerción al conjunto. El sistema puede ser homogéneo, caso
de que las dos potencias compartan los mismos valores, y heterogéneo, caso de no ser
así. Esto último comporta voluntad por parte de cada una de las potencias de imponer
a las restantes unidades su sistema de valores. Lo que puede suponer un sistema
dividido entre dos bloques. El cambio de sistema puede derivar de diversas situaciones:
fracaso del equilibrio bipolar y consiguiente guerra entre las dos potencias, erosión del
liderazgo de las potencias respecto de los propios estados que lideran, o bien una
erosión generalizada del sistema gracias al establecimiento de relaciones interbloques
por parte de los estados liderados a un lado y otro. Ejemplo: Guerra fría.
- Sistema multipolar: Determinado por el equilibrio entre varias potencias,
aproximadamente, entre 5 y 7. Se trata de potencias con capacidades aproximadamente
equivalentes. De tal manera, que el poder de coerción está más dividido que en el caso
anterior y el mecanismo de equilibrio en el sistema está asociado a la idea de alianza. La
alianza se contrapone a cualquier intento de hegemonía por parte de algunas de las
potencias. Lo que en muchos casos supone el recurso a la fuerza como mecanismo de
equilibrio entre las potencias. En este caso, la heterogeneidad del sistema introduce
incertidumbre permanente respecto del valor de las alianzas. El cambio de sistema va a
estar supeditado a un cambio de alianzas, que puede degenerar en una guerra entre
potencias e, incluso, en la aparición de nuevas potencias. Ejemplo: Sistema europeo de
los años 30 con la contraposición entre fascismo, comunismo y liberalismo.
La polaridad del sistema ha sido motivo de constante preocupación por parte de los teóricos. Se
puede destacar el debate entre los autores que defienden la mayor estabilidad del sistema
bipolar (Kenneth Waltz) frente a los autores que ven en el multipolarismo un marco más flexible
y moderado (Raymond Aron). Stanley Hoffmann y Hedley Bull se han mostrado en contra y a
favor de la idea de que el sistema internacional de los años setenta se pueda calificar de
equilibrio de poder.
La teoría más extendida sobre cómo y por qué ciertos estados se convierten en potencias
dominantes en el sistema, nos explica que el proceso de cambio de sistema está vinculado a una
guerra general, de la que surge una nueva configuración de potencias, encargadas de establecer
las normas del nuevo sistema.
Sin embargo, no hay que olvidar que se sitúan en un continuum y, en consecuencia, son como
los grados de “fiebre” de un termómetro aplicado a la sociedad internacional. Cuando ese
termómetro llega a su nivel más alto registra el máximo nivel de conflicto de intereses en escena
(situación de guerra). Cuando el termómetro llega a su nivel más bajo se podría decir que el
conflicto de intereses ha desaparecido (situación de armonía), al fundirse en un proceso de
integración, los diversos intereses existentes en uno solo. Aparecería, así, un interés nuevo que
sustituiría a los anteriores intereses estatales. Con la integración desaparece la propia lógica del
sistema internacional. Entre un extremo y otro, el continuum de interacciones internacionales
pasa por etapas diversas que marcan los niveles de discordia, de máximo a nulo, entre los
intereses existentes:
1. Choque entre dos voluntades opuestas sean cuales sean los medios utilizados o que
decidan utilizar los adversarios para asegurar el triunfo de sus decisiones.
2. Situaciones sucesivas en las cuales dos o más jugadores consideran un objeto como una
baza cuya posesión merece que se corran unos riesgos.
3. Conjunto complejo de tensiones en las que la acción del hombre de estado va
acompañada por reacciones emocionales colectivas.
A partir de las definiciones de Duroselle podemos destacar rasgos del conflicto internacional:
Kal HOLSTI, por su parte, escribe que el conflicto emerge de una combinación particular de
partes, de posiciones incompatibles sobre un litigio, de actitudes hostiles y de determinadas
acciones diplomáticas y militares. Es decir, las partes tienen un comportamiento conflictivo
cuando ejecutan acciones incompatibles con los intereses o los objetivos de la otra o las otras
partes. El criterio central es el de escasez, en la medida en que el beneficio de una parte va en
perjuicio de la otra. Lo que en teoría de juegos se denomina juego de suma cero o nula. El
ejemplo más clásico es el conflicto por el control territorial.
Raymond ARON dice que el conflicto es una oposición entre grupos e individuos por la posesión
de bienes escasos o la realización de valores mutuamente incompatibles. Al hablar de origen de
los conflictos hay que distinguir, pues, entre dos criterios: el de la escasez y el de la
incompatibilidad. En muchos casos los dos criterios son inseparables.
En suma, si recogemos los elementos aquí apuntados se puede decir que el conflicto es una
situación en la que los actores tienen intereses incompatibles que los llevan a oponerse, bien sea
por la posesión de bienes escasos o por la realización de valores incompatibles, llegando incluso
al uso de la fuerza para alcanzar sus objetivos.
El conflicto sufre cambios a lo largo del tiempo. Se puede hablar de un proceso de desarrollo.
Ese proceso viene marcado por la tensión, entendida como las actitudes y predisposiciones, tales
como desconfianza o sospecha, que la población y los políticos de una parte tienen hacia la otra
parte. La tensión permanente necesita de una acción diplomática o militar para dar un paso más
en el conflicto. El paso adelante en el conflicto puede ser hacia la solución del conflicto, pero
también puede suponer una escalada en la tensión latente y conducir a una situación de crisis.
La crisis constituye una etapa del conflicto, caracterizada por la explosión repentina de
acontecimientos inesperados. Un conflicto puede durar décadas, pero, ocasionalmente,
acciones hostiles de una de las partes aumentan la tensión y la percepción de amenaza que tiene
la otra parte; hasta tal punto que la parte amenazada se ve forzada a responder a sabiendas de
que las opciones extremas son, por una parte, la guerra y, por otra parte, la rendición.
Desde el punto de vista del decisor político, los elementos distintivos de una crisis son: ele efecto
sorpresa en la acción del enemigo, la percepción de una gran amenaza, la percepción de tener
poco tiempo para responder y la percepción de las consecuencias negativas que puede acarrear
la inactividad.
La crisis es un momento de la verdad en la vida del conflicto en que las dos partes demuestran
si sus posiciones se mantienen o han variado. En muchas ocasiones, la crisis no hace sino
reafirmar el status quo existente entre las partes. Sin embargo, en ocasiones, puede desembocar
en una situación de conflicto armado, entrando en una nueva dimensión del conflicto: la guerra.
La situación de conflicto entre dos o más Estados llega en ocasiones a una circunstancia extrema
de empleo de la fuerza armada, que es la guerra. La guerra, por tanto, constituye la dimensión
militar del conflicto; acto político de fuerza en palabras de CLAUSEWITZ o, en palabras más
actuales, conflicto armado para HOLSTI o violencia organizada llevada a cabo por unidades
políticas entre sí para BULL. La guerra se halla en la génesis de la disciplina de las RRII. Se ofrece
este dato para introducir dos ideas:
- En primer lugar, que la conceptualización del fenómeno guerra es un tema central para
los teóricos.
- En segundo lugar, que la guerra ha sido el fenómeno que más trabajo empírico ha
generado en la disciplina de las RRII.
SINGER y SMALL escriben que “Una guerra internacional es un conflicto militar librado entre
entidades nacionales, de las cuales por lo menos una es un Estado y que, como mínimo, produce
mil bajas entre el personal militar.
La definición operacional que se acaba de recoger viene a añadirse a otras, como la de Quincy
WRIGHT, para quien estudiar la guerra suponía estudiar “todas las hostilidades que afectan a
miembros de la familia de naciones, bien sean internacionales, civiles, coloniales o imperiales, y
que sean reconocidas como estado de guerra bien en el sentido jurídico o bien porque supongan
la movilización de 50.000 efectivos de tropa”. El solo concepto operacional de guerra ya plantea
“problemas de sensibilidad”. Una sensibilidad vinculada a los efectos que el fenómeno de la
guerra ha provocado en el período paradójicamente denominado como la “larga paz” (1945-
1989): casi 20 millones de muertos en acciones de guerra, además de secuelas posteriores.
Los años de la guerra fría fueron un período de “Larga paz” para las potencias del sistema y sus
países aliados. De ahí que la guerra haya sufrido una transformación notable respecto de épocas
anteriores: las guerras han afectado en el 75% de los casos, a estados pequeños radicados
habitualmente en el 3er Mundo. Una internacionalización favorecida por la participación
extranjera directa o indirecta, y por el crecimiento desmesurado de la industria armamentística
a nivel mundial. El enfrentamiento entre bloques, a lo largo de la guerra fría, facilitó dicho
proceso de internacionalización, tanto a nivel de guerra civil como a nivel de guerra regional.
El fin de la guerra fría ha tenido algunos efectos destacables sobre los conflictos armados. Así,
por ejemplo, su localización geográfica. Asia y África son las dos regiones donde más conflictos
ha habido desde 1990. En total, los años que más conflictos ha habido es en 1990 y 1999. La
cifra de conflictos armados para el año 2004 nos muestra una tendencia a la baja dentro de lo
que ha sido la conflictividad tras el final de la guerra fría. El último gran escenario de guerra
internacional clásica, que durante el año 2004 no dio lugar a acciones armadas, es el
enfrentamiento entre India y Pakistán. La gran mayoría de las guerras actuales son guerras
internas, en las que la incompatibilidad de intereses entre las partes es esencialmente un litigio
territorial o bien una lucha contra el gobierno instalado en el poder.
HOLSTI recuerda que cada día millones de transacciones entre individuos, organizaciones y
gobiernos se realizan de manera rutinaria. La mayor parte no comportan amenazas ni
contemplan la posibilidad del uso de la fuerza como trasfondo. La cooperación y la colaboración
internacional hacen nuestras vidas mas fáciles, confortables y eficientes.
La teoría de juegos nos explica que los actores llevan a cabo un cálculo coste/beneficio que les
muestra que sus intereses individuales están mejor defendidos y de manera más barata en un
“espacio común”. En la ONU, la cooperación internacional es un cálculo racional, pero también
una obligación jurídica.
La relación de cooperación prolifera por razones objetivas, pero también por razones subjetivas.
En ese sentido, las condiciones que favorecen el establecimiento de relaciones de cooperación
son, según HOLSTI, las siguientes:
ATTINÀ indica que la cooperación, como categoría de las relaciones políticas internacionales es
la forma de relación entre los gobiernos que supera el simple nivel de la colaboración técnico-
administrativa. En el origen de las relaciones cooperativas existe un cálculo individual que revela
que el mejor modo de conseguir uno o más objetivos naciones fundamentales es cooperar con
otro gobierno, dando vida así a un tipo de relación particular y diferente de la que se tiene con
otros gobiernos en relación con los mismos objetivos.
Hablar de objetivos comporta una referencia las áreas o materias que son objeto de
cooperación. Si deseamos distinguir entre tipos de cooperación internacional, podemos
comenzar por distinguir entre
- Cooperación política
- Cooperación económica
- Cooperación técnica
Un tercer criterio de clasificación está relacionado con el nivel de análisis o, si se prefiere, con
los actores implicados:
Entre las modalidades de la cooperación, la que despierta mayor interés, a nivel social, es la
cooperación internacional para el desarrollo. Francisco ALBUQUERQUE escribe que “por
cooperación internacional para el desarrollo debe entenderse el conjunto de actividades
desplegadas por los países desarrollados que, implicando alguna transferencia de recursos
concesionales a los países subdesarrollados, tiene como finalidad principal la de ayudar a
superar la difícil situación en estos últimos países”
Según el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE “por ayuda oficial al desarrollo se
entiende la aportación de recursos a los países subdesarrollados (o a los organismos
multilaterales) efectuada por organismos públicos (comprendidas las actividades locales) o por
sus órganos gestores y que responden a dos criterios básicos:
Lo cual implica que no debe contabilizarse como ayuda al desarrollo ni las inversiones, ni los
préstamos, en condiciones comerciales o ligados a las exportaciones.
La cooperación bilateral es aquella que procede de un gobierno o de una ONG y está dirigida a
otro gobierno o a instituciones privadas en los países subdesarrollados. El principal donante en
términos bilaterales es el grupo de países integrados en el CAD/OCDE. La UE en su conjunto se
ha convertido en el primer donante a nivel mundial. La cooperación llevada a cabo por la UE, a
través del Fondo Europeo de Desarrollo, o por otras instituciones públicas internacionales, se
conoce como cooperación multilateral. Las principales instituciones en este terreno son los
organismos financieros internacionales como el FMI.
El PNUD hizo para la década de los 70 un programa donde incluyo el objetivo de conseguir que
los países donantes transfirieran hacia los países subdesarrollados el 0,7% de su PNB en forma
de AOD. Sin embargo, esta cifra no se ha alcanzado por la mayor parte de los países donantes.
Los del CAD/OCDE se encuentran, como promedio, por debajo de esa cifra. Noruega es el país
que más dona. En otras palabras, varias décadas de cooperación internacional para el desarrollo
no han conseguido el objetivo de partida: la globalización del bienestar económico y social. Las
tendencias más actuales apuntan, al contrario, hacia la marginalización de los más pobres y hacia
la regionalización del resto alrededor de 3 polos: EEUU, Japón y UE. Así, la cooperación para el
desarrollo se presenta como una interacción más que actúa en aras de la tripolarización del
sistema.
Ernst HAAS definió la integración política como un proceso a través del cual los actores políticos
transferirían su lealtad y sus expectativas hacia una nueva autoridad o comunidad superpuesta
a las existentes.
DEUTSCH apunta que una comunidad de seguridad existe cuando tenemos la certeza de que
“los miembros de esa comunidad no lucharán entre ellos físicamente, sino que resolverán sus
disputas por otras vías. Si todo el mundo estuviera integrado en una comunidad de seguridad,
las guerras serían eliminadas automáticamente”. En este caso, la integración estaría vinculada a
la existencia de una “zona de paz”.
Sin embargo, las 3 visiones no son excluyentes, más bien se podría decir que la suma de las tres
constituiría el éxito de cualquier proceso de integración en el actual sistema internacional.