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La historia como descripción y construcción del pasado, presente y futuro.

Podemos observar que la historia tiene puntos de vista muy heterogéneos o ideológicos sobre

momentos o hechos ubicados en una misma época, es así que existen distintas formas

historiográficas que se asemejan o suman a otras teorías o corrientes de pensamiento, o por el

contrario escuelas que contradicen a otras o entre sus pares. Lo fundamental para estas corrientes

es generar una historia que se acople a sus ideas y justifiquen su pensamiento de tal forma que la

investigación se encuentra basada en puntos particulares de cada corriente historiográfica.

Este aspecto quizás hace que la historia sea vista de reojo o por encima del hombro por las

demás ciencias. Es por esto que autores, como por ejemplo Arostegui buscan llevar adelante una

unificación en la historiografía, esto no quiere decir que todos deban pensar de la misma manera,

sino hacer un breve análisis de la historiografía para desarrollar un sistema de más amplio

espectro o generalizador que puede contener a las distintas ideologías, pero que a su vez rija a

estas a un determinado método de investigación y de redacción de los postulados sobre la

historia en general. Intentaremos demostrar que a través de la historiografía o de las formas de

escribir la historia, se puede describir y construir el pasado, el presente y el futuro de una

sociedad y que ponerle limites o barreras a la historia es una forma de manipulación de las

sociedades conforme a los gobiernos que conservan el poder y pretenden que siga siendo de esa

manera.
La historia como descripción y construcción del pasado, presente y futuro.

Para comenzar a introducirnos en el tema que queremos exponer debemos explicar que es la

historiografía. Podemos hacer una división de la palabra refiriéndonos a historia como algo del

pasado o que pasó, mientras que la palabra grafía hace mención a la escritura o al cómo se

escribe dicha cosa. En suma la historiografía se relaciona a la forma de escribir el pasado.

Cuando hablamos de formas de escribir el pasado, hacemos referencia en cuanto a la palabra

“formas” a distintas maneras de pensar y escribir la historia, es decir no solo a una cuestión

gramatical, si no, a su forma ideológica y a la discriminación de fuentes para lograr una

construcción histórica que avale, refute o imponga un tipo de pensamiento. Es así que existen

varias corrientes historiográficas como por ejemplo, lo son el positivismo, que busca elevar a la

historia a la categoría de ciencia, el marxismo o materialismo histórico, que aplica la lucha de

clases en todos los aspectos de la historia y otra que podemos sumar es la escuela de los Annales,

con fuerte influencia en el materialismos histórico y que además busca la ampliación de los

campos de la Historia incluyendo los de las demás disciplinas sociales como: la economía,

sociología, la psicología, geografía, demografía, etc.

Entonces si observamos que hay diferentes formas ideológicas de escribir la historia,

podemos hablar de una construcción y reconstrucción del pasado; ¿pero con qué fin se realiza

dicha reconstrucción? Lo que distinguimos en principio son varias formas ideológicas de ver un

mismo hecho, si tomamos como ejemplo la famosa Revolución de Mayo en nuestro país donde

algunos hablan del comienzo o los primeros pasos hacia la independencia y otros tantos nos

hablan de que dicha independencia no fue tal, si no que fue para convertirnos en parte del

monopolio comercial de Inglaterra, potencia de ese momento. O si tenemos en cuenta los

“olvidos” de la historia con respecto a las mujeres donde no aparecen en muchos libros ,y si
aparecen, lo hacen en un pequeño párrafo lo que hace creer que quizás no participaron nunca en

la historia de la humanidad o que lo hicieron muy poco, o también la existencia de una doble

vara para medir las cosas, mujeres que guiaron ejércitos tomadas como locas o peor como brujas

y prendidas fuego en la hoguera y no muchas veces se ve una reivindicación historiográfica

sobre ellas o más aun que describan su lucha por la igualdad o su lucha por ellas mismas.

En fin, nuestro punto de vista es que la historia generalmente es tomada como una forma

política de justificar el sistema establecido, debido a que existan corrientes que contradigan al

sistema en un momento determinado. Esto que quiere decir que nos regimos por un paradigma

ideológico, político e histórico que reconstruye una y otra vez la historia, o sea el pasado, para

demostrar los errores que se cometieron o no, en él, de hecho es la primera respuesta que se

puede obtener de alumnos de primaria o secundario cuando se pregunta ¿qué es la historia?, toda

esta creación histórica se realiza para tener un control sobre el presente mediante los aparatos

ideológicos del Estado, como por ejemplo las instituciones educativas en relación a la creación

de personas y de construcción ideológica sobre ellas, para al fin controlar el futuro del sistema

reinante. Esto no quiere decir que quien posee el control de una historiografía predominante hoy

este perpetuado en esa predominancia, si no también que puede existir un cambio de paradigma y

este nuevo comienzo también tendrá características reconstructivas para poder controlar el

pasado modificando el paradigma anterior, para poder controlar el presente y así también

controlar al futuro.

Entonces, qué pasaría si coartáramos esta libertad que posee la historia he intentáramos unificarla

en un método o forma única, a más aun en verdades universales como lo hace la ciencia. La

libertad de mirar el pasado sería trunca y sería gobernada por quien imponga ese método o forma

única de estudiar las cosas.


En resumen, si bien la historia o la forma ideológica en que se escribe la historia puede

llevarnos de un paradigma a otro de las narices, o no, esto dependerá de saber ubicarnos.

Que queremos decir con esto de saber ubicarnos, de observar bien ¿quiénes son los favorecidos

de la historia y quiénes son los perjudicados por ella y su reconstrucción en la búsqueda del

control de las sociedades? Pero a su vez debemos ubicarnos a nosotros en el lugar de beneficiado

o perjudicado, si nos ubicamos dentro de los primeros, quizás desearemos que el sistema se siga

manteniendo, de lo contrario buscaríamos un beneficio para toda la sociedad, siempre en cuando

no nos reine el egoísmo, sin embargo si el lugar en el que nos ubicamos es el de los perjudicados,

quizás intentemos cambiar el sistema, de lo contrario el sistema nos ha embrutecido y

acostumbrado a la desigualdad en todos sus aspectos venciendo los deseos del bien común.

Entonces y solo entonces podremos emprender nuestra propia visión historiográfica.


Bibliografía:

Arostegui Julio, La investigación histórica: Teoría y Método.

Cruz Cardete , La historia y su construcción: teoría y método.

Enrique Moradiellos,¿ Qué es la historia?

Feyerabend Paul, La ciencia en una sociedad libre.

Matute Álvaro, Heuristica e historia.

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