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La fundación de la República de Guatemala

El 21 de marzo de 1847, el entonces Presidente del Estado de Guatemala, Rafael Carrera, firmó
el decreto número 15, con el que se fundó la República de Guatemala. Un hecho tan relevante
en la vida política de un país debería al menos ser recordado. En nuestro país, y a partir del
arribo de los gobiernos liberales en 1871, y cuyo poder se extendió hasta 1944, ocurrió todo lo
contrario. Los gobiernos liberales y sus intelectuales diseñaron una estrategia para borrar de la
memoria aquel hecho ocurrido el 21 de marzo de 1847. Y al parecer la estrategia funcionó
perfectamente.

En su proyecto de nación, los liberales consideraban que eran ellos los llamados a llevar a
Guatemala a la modernidad, al mundo civilizado. En su proyecto modernizante ocupaba un
lugar determinante romper con el modelo que los precedió, es decir con el llamado “Régimen
Conservador” (1838 a 1871). Ideólogos liberales como el Doctor Lorenzo Montúfar platearon
esa dicotomía conservador-liberal, en la que ser conservador era ser retrógrado, atrasado,
mientras que ser liberal era ser moderno, civilizado. A propósito Víctor Hugo Acuña en su
trabajo “La historiografía liberal centroamericana: la obra de Lorenzo Montúfar (1823-1898)”,
señala lo siguiente:

Desde la Independencia, –dice Montúfar– los dos partidos políticos en que ha estado dividido el
país, han tenido diferentes denominaciones. Un partido se llamaba servil o moderado, y otro
liberal o fiebre. Los serviles no han insistido en Centro-América, como en otros países en que
se les llame moderados. Probablemente, ellos comprenden que la historia de Centro-América es
un argumento terrible contra tal moderación. Quieren que se les llame conservadores. No en
todos los periodos de nuestra historia han podido tener esa denominación. Pudo llamárseles
conservadores cuando querían conservar el régimen español y el imperio mexicano; pero no
podían llamarse conservadores sino retrógrados y reaccionarios cuando querían destruir la
nación y las leyes liberales. Desde el 13 de abril de 1839, los serviles pudieron volverse a
llamar conservadores porque se proponían conservar el solio ensangrentado de Rafael Carrera.
(Lorenzo Montúfar, citado por Acuña, 2006).

Fueron los liberales los encargados de crear el imaginario de nación más exitoso que ha habido
en Guatemala. Parte de su éxito fue borrar de la memoria y de la historia al período que
consideraban como edad oscura de Guatemala. Si los liberales eran los paladines de la
modernidad, era porque habían derrotado al lastre conservador. Y su victoria no fue solo con
las armas. La toma de la ciudad de Guatemala, y del poder político aquel 30 de junio de 1871,
cuando derrotaron al último gobierno conservador, el de Vicente Cerna, vino acompañada de
los esfuerzos por desterrar para siempre al período que ellos mismos bautizaron como
Dictadura Conservadora.

“El discurso historiográfico desarrollado a partir de 1871 estuvo vinculado a la construcción del
Estado nacional, por lo que la historia y su utilización política pasaron a ocupar un lugar
privilegiado.” (Valladares, 1994:105)

En ese orden de ideas, los autodenominados liberales, decidieron que en su proyecto de nación
tendría más sentido la conmemoración de hechos como la Independencia de Centroamérica del
15 de septiembre de 1821, que el de la Fundación de la República de Guatemala. Estas ideas se
trasladaron a la historiografía y a los libros de texto de la época, como el del ya citado Lorenzo
Montúfar, “Reseña Histórica de Centro América (1878) o el “Curso de historia de la América
Central, desde tiempos primitivos hasta 1914 (José Antonio Villacorta, 1915).

Con el advenimiento del Centenario de la Independencia de Centroamérica, celebrado el 15 de


septiembre de 1921, los gobiernos liberales y sus intelectuales le pusieron la guinda al pastel de
la conmemoración de este hecho, y a la vez del destierro de la fecha del 21 de marzo de 1847.
Ni los gobiernos, ni los docentes, ni los escolares supieron más de la Fundación de la República
de Guatemala, ni de su primer presidente, Rafael Carrera. En su lugar se vino, como hasta la
fecha, todas esas manifestaciones “cívicas” en torno a la conmemoración de la independencia,
como los desfiles escolares, los altares cívicos, y un poco más adelante las antorchas.
Reforma Liberal
(Última actualización: marzo 7, 2017)
La Reforma Liberal -también llamada Revolución Liberal de
1871– fue un proceso revolucionario que tuvo lugar en Guatemala
en 1871 con el derrocamiento del presidente Vicente Cerna, tras la
invasión rebelde de un grupo de personas liberales, comandadas
por Miguel Ángel García Granados y Justo Rufino Barrios, entre
otros. La reforma incluyó cambios sociales y políticos a partir de
ese momento en la historia de Guatemala (Asociación de Amigos
del País, 2004).
Contenidos [ocultar]
 1 Historia
 2 Referencias bibliográficas
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Historia
El 2 de abril de 1871, una acción liberal, capitaneada por Miguel
Ángel García Granados y Justo Rufino Barrios invadió Guatemala
desde Chiapas -México-, y sostuvo su primer encuentro con las
fuerzas oficiales del Gobierno de Vicente Cerna, en Tacaná. Los
revolucionarios eran pocos, pero traían armas más modernas que
las utilizadas por las tropas del gobierno, y fueron aumentando su
número a medida que se internaban en el país (Asociación de
Amigos del País, 2004).
El 8 de mayo, García Granados publicó un manifiesto en el cual
indicaba los motivos de la rebelión. Los revolucionarios se
proponían terminar con el gobierno dictatorial de Cerna, derogar el
Acta Constitutiva, dar libertad a la prensa, reorganizar el ejército y
suprimir los monopolios. El 3 de junio los alzados suscribieron en
Patzicía, la famosa Acta de Patzicía, por medio de la cual
desconocían al Gobierno de Vicente Cerna y se nombraba
Presidente Provisorio a Miguel Ángel García Granados. El 30 de
junio, el ejército rebelde entró victorioso en la ciudad de Guatemala
y Cerna huyó del país (Asociación de Amigos del País, 2004).
No tardó en llevarse a cabo una pugna entre el viejo patriota,
García Granados, acostumbrado a los debates parlamentarios y el
joven Barrios, radical y revolucionario. Barrios fue nombrado
comandante de la zona occidental del país con sede en
Quetzaltenango. En este departamento fundó el periódico El
Malacate, tribuna que exponía la necesidad de aplicar una política
anticlerical, principalmente contra los jesuitas, a quienes Barrios
expulsó de Quetzaltenango. Este hecho suscitó una confrontación
entre Barrios y García Granados. Posteriormente, Barrios reunió a
todos los jesuitas en la capital, los envió al Puerto de San José y
embarcó a 73 de ellos, casi todos extranjeros, con destino
a Panamá (Móbil, 2011).
Un año más tarde, cuando Barrios ocupó interinamente la
presidencia de la república, expropió sus bienes, por medio del
Decreto Número 59, nacionalizando sus propiedades. Lo mismo
hizo con la Comunidad de Padres Congregantes de San Felipe
Neri. El 7 de junio emitió el decreto número 64, extinguiendo en la
república las comunidades de religiosos y declarando nacionales
sus bienes (Móbil, 2011).
Debe advertirse que Barrios emitió todos estos decretos mientras
desempeñó interinamente durante menos de un mes la presidencia
de la república, cargo que ostentaba en propiedad Miguel García
Granados. Este último no podía gobernar con libertad debido a la
férrea disposición de Barrios de llevar adelante una transformación
radical de la sociedad. García Granados convocó a elecciones
presidenciales en abril de 1873. La Asamblea eligió a Barrios en
mayo del mismo año. Barrios tomo posesión de su cargo el 4 de
junio de 1873 (Móbil, 2011).
El gobierno de Barrios se caracterizó por su dictadura férrea.
Decidido a impulsar la economía capitalista del país, emprendió
una ardua y continuada batalla contra la iglesia, los grandes
terratenientes ociosos y los restos del partido político conservador,
que gobernó a Guatemala casi sin interrupciones desde los inicios
de la vida independiente del país, hasta 1871, fecha del triunfo de
la Revolución Liberal (Móbil, 2011).

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