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UNIDAD IV
ACTIVIDAD
Describa un caso de la vida real donde se
evidencie la importancia de la ciencia.
UNIVERSITARIO
CÉDULA V- 17.269.180
CORREO josuhejavier@gmail.com
La ciencia representa uno de los esfuerzos más extraordinario del género humano
por hacer más objetivo el conocimiento, en contra de las tendencias naturales a hacerlo
subjetivo y deudor de intereses personales, de clase o de grupo y, tal vez, en ello reside
la fuerza de su extraordinario progreso.
Es evidente que la medicina actual tiene progresos indiscutibles, se han erradicado
algunas enfermedades, se ha logrado establecer el tratamiento de otras que antes se
consideraban incurables, se ha podido mantener la salud y controlar padecimientos
crónicos, así como mejorar la calidad de vida de cientos de miles de seres humanos.
Los estudios más profundos de algunas enfermedades han permitido conocerlas
mejor y establecer medidas para prevenirlas; los recursos tecnológicos modernos para
el diagnóstico y tratamiento son muchos más que los que el médico tenía hace 50 años.
El resultado es que ha aumentado el promedio de vida, que en nuestro país hace 100
años estaba en alrededor de la cuarta década de la vida, y hoy se encuentra alrededor
de la séptima década. La esperanza de vida al nacer también ha aumentado en forma
considerable. La medicina preventiva ha logrado que disminuya notablemente la
mortalidad materna y la infantil.
Estos logros se deben a diversos factores: un mejor conocimiento de la historia
natural de las enfermedades, la aplicación de grandes adelantos científicos en ciencias
básicas como la bioquímica, la biología molecular, la farmacología y la genética. Ha
habido increíbles progresos en la tecnología médica para el diagnóstico y tratamiento
de las enfermedades, y aunque limitados aún, se ha avanzado respecto a los recursos
de medicina preventiva y de educación para la salud.
Es evidente que el resultado de los cambios en la medicina de las últimas décadas
es muy positivo y todo gracias a la ciencia.
Para realizar el diagnóstico de las enfermedades, un médico de principios del siglo
XX contaba con un elemento fundamental, la entrevista con el paciente y un número
limitado de análisis de laboratorio y estudios radiológicos sencillos para utilizarlos
como auxiliares al establecer diagnóstico.
En la actualidad los recursos de diagnóstico han aumentado considerablemente.
Los exámenes de laboratorio con que hoy se pueden explorar constantes químicas,
hormonales, celulares del organismo, se cuentan por cientos, con modalidades tan
modernas como obtener en forma constante valores de estos elementos.
Los métodos de gabinete auxiliares en la exploración del paciente, que
comenzaron con la radiología, hoy ofrecen métodos como la tomografía axial
computarizada en diversas versiones, la resonancia magnética y la tomografía por
emisión de positrones (PET); con estos métodos se pueden explorar los tejidos de un
ser humano como en una vivisección. Éste último método aumenta las posibilidades de
diagnóstico. En la exploración con endoscopia hoy es posible explorar prácticamente
todas las cavidades del ser humano, con endoscopios flexibles, de fibra óptica, que
convierten a estas exploraciones en auxiliares de gran valor y de precisión sin las
molestias que ocasionaba la endoscopia con instrumentos rígidos.
Uno de los más claros ejemplos es cómo la ciencia médica cura enfermedades que
fueron epidemia y causa de muerte de millones de personas.
Al inicio del siglo XX, pocas enfermedades daban más miedo a los padres de
familia que la poliomielitis. La polio atacaba en los meses cálidos de verano, y cada
cierto tiempo, las epidemias arrasaban las ciudades. Aunque la mayoría de las personas
se recuperaba rápidamente de la polio, algunas sufrían parálisis temporal o permanente,
e incluso morían. Muchos sobrevivientes de la polio quedaban discapacitados de por
vida, y eran un recordatorio, visible y doloroso para la sociedad, de las grandes
cantidades de vidas jóvenes que cobraba la enfermedad.
Esta situación motivó a varios científicos en la búsqueda de la cura de tan terrible
enfermedad, para hacerlo se abrieron paso en la búsqueda del conocimiento, que no es
más que ciencia, que luego se unió a la tecnología.
El camino hacia la creación de la vacuna de la polio es una sucesión de pequeños
pasos en los laboratorios. Lo inició el médico inglés Michael Underwood, que describió
en 1789 por primera vez la enfermedad como una debilidad acusada de las
extremidades inferiores. Desde entonces se sucedieron las investigaciones hasta que en
1908 dos médicos austríacos Erwin Popper y Karl Landsteiner (el mismo que descubrió
los grupos sanguíneos), averiguaron que la enfermedad está causada por un agente
infeccioso y aislaron el virus.
En 1931, dos australianos, el biólogo Frank M. Burnet y el médico Jean
Macnamara, identificaron las tres variedades de virus que producen la enfermedad. En
1948 el virólogo John Enders dio el paso definitivo al inventar una manera de cultivar
el virus en el laboratorio, sentando las bases para la creación de una vacuna y logro por
el que ganó el Premio Nobel seis años después. La vacuna llega en 1955. La ansiada
vacuna de la polio llegó en 1955 de la mano de Jonas Salk, microbiólogo neoyorkino
de origen judío y ruso. La historia de su creación es un ejemplo de perseverancia y
trabajo duro.
En 1947 la Fundación Nacional estadounidense para la Parálisis Infantil, le
propuso buscar una manera de frenar la polio. El médico no dudó. Estaba muy
sensibilizado, veía que la enfermedad producía tantas muertes, dolor y secuelas que
decidió dedicarse en cuerpo y alma a la investigación para el desarrollo de una vacuna.
Así estuvo durante ocho años hasta que anunció la creación de un prototipo vacunal.
La vacuna era inyectable y estaba basada en las tres variedades del virus cultivadas
en tejido de mono e inactivados posteriormente en formol. Una vez se inyectaba en el
organismo los virus recorrían el torrente sanguíneo y el sistema inmunológico del
paciente desarrollaba defensas contra el virus. Las personas vacunadas no
desarrollaban la enfermedad, pero sí podían ser portadoras del virus que seguían
propagando a través de las heces y la saliva.
Los primeros en probar la vacuna fueron un grupo de voluntarios entre los que
figuraba el mismo Salk, su mujer y sus tres hijos. Todos los que probaron la vacuna
generaron anticuerpos contra el virus y no enfermaron.
En 1953 publicaba su hallazgo la revista Journal of the American Medical
Association. Tras esta primera prueba, Salk inició un ensayo clínico a gran escala con
la ayuda de su mentor, el microbiólogo Thomas Francis Jr., con el que años antes
trabajó como ayudante en el desarrollo de una vacuna contra la gripe que se usó para
inmunizar a los soldados en la Segunda Guerra Mundial. El ensayo se hizo con 2
millones de niños. Los resultados probaron que la vacuna era efectiva y segura.
Tan solo dos años más tarde, otro virólogo estadounidense de origen judío polaco,
Albert Sabin desarrolló una vacuna más eficaz que se administra en forma de jarabe de
manera oral. Con dos gotas es suficiente. Al pasar por el tracto gastrointestinal, protege
a los individuos de contraer la polio y también hace que no sean portadores de esta
enfermedad, algo que no lograba la vacuna de Salk. Esta nueva inmunización, hecha
con virus vivos atenuados, desplazó la vacuna de inyectable.
Hoy la polio está erradicada en gran parte del mundo gracias a la vacuna. En
América el último caso se produjo en 1991 en un niño peruano. En Europa se consideró
erradicada en 2002. En España la vacunación también logró que no se registre ningún
caso desde 1989. En India se ha declarado este año erradicada. Sin embargo, el virus
sigue azotando en países envueltos en conflictos violentos donde es difícil llevar a cabo
las campañas de vacunación. Por este motivo la enfermedad sigue siendo endémica en
Afganistán, Pakistán y Nigeria y desgraciadamente en Oriente Medio y en el cuerno de
África están volviendo a aparecer casos.
Este descubrimiento revolucionó el campo de las inmunizaciones, cambió la
percepción que la sociedad tenía de la ciencia y animó a otros científicos a seguir
investigando, hoy por hoy podemos observar como existe gran cantidad de
investigaciones sobre diferentes enfermedades que atacan al mundo. En resumen, los
grandes adelantos científicos y tecnológicos han permitido una medicina más eficiente
y capaz. Con estos grandes adelantos podría decirse que la medicina ha dado un salto
gigantesco, quizá el más importante para la sociedad.
CONCLUSIONES