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CONCEPCIÓN COMPANY COMPANY

Parámetros de gramaticalización
en los indefinidos compuestos del español

Para Carmen, con mi profundo respeto intelectual y gran cariño

1 Introducción

En perspectiva diacrónica una gramaticalización es un proceso que, a


través de determinados contextos, convierte lexemas o palabras en
formativos gramaticales o morfemas, o bien los formativos ya grama-
ticales se conviertan en más gramaticales aún (Kuryłowicz 1965;
Lehmann 1982 [1995]; Hopper & Traugott 22003; Company 2003,
entre muchos otros). En perspectiva sincrónica, la gramaticalización
es un principio de ordenamiento y jerarquización de formas y catego-
rías (Lehmann 2005). En otras palabras, la gramaticalización es un
proceso mediante el cual una forma o construcción asume una fun-
ción gramatical, o bien una entidad o construcción ya gramatical
asume una función aún más gramatical. Es un proceso irreversible y
gradual, y casi siempre unidireccional, de pérdida o debilitamiento de
significado y capacidades distribucionales a la vez que de ganancia de
un significado más gramatical y de una nueva distribución más gene-
ral. Por un lado, las formas pierden autonomía sintáctica – síntoma
inequívoco de gramaticalización –, pierden la libertad posicional ori-
ginaria, debilitan su significado referencial originario, suelen erosio-
narse o debilitarse fónicamente y perder peso fonológico, debilitan o
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pierden la distribución sintáctica contextual originaria, suelen cambiar


su estatus gramatical y suelen integrarse en nuevos paradigmas. A la
vez, a manera de contrapeso, las formas ganan en cohesión gramati-
cal con otros morfemas, ganan significado gramatical más abstracto y
ganan la capacidad de aparecer en nuevos contextos más generales,
alejados de los etimológicos originarios.
En este proceso de pérdida y ganancia se acepta, en general, que
el cambio es acumulativo, de manera que los nuevos valores más
abstractos y más simbólicos, esto es, más gramaticales, pueden, y
suelen, convivir por siglos, muchas veces bajo la misma construcción
o exponente formal, al lado de los significados referenciales etimoló-
gicos originarios y al lado de la distribución sintáctica originaria, si
bien con el transcurso del tiempo, estos viejos valores y distribucio-
nes pueden llegar a desaparecer.
El objetivo de este trabajo es analizar la gramaticalización expe-
rimentada por los indefinidos compuestos, llamados también indefi-
nidos de generalización o de elección libre, del tipo quiquier, quequier,
cualquier(a), quienquier(a), ya que son un caso paradigmático de las ca-
racterísticas expuestas arriba del proceso de gramaticalización, puesto
que de ser dos palabras, una pronominal: quien-, qui-, que-, cual-, y una
verbal: -quiere, -quiera, que integraban una predicación oracional de
relativo, pasaron a constituir, vía un complejo proceso de fases in-
termedias, una palabra simple del español, cualquier(a), quienquier(a),
que pasó a integrarse al paradigma de los pronombres-adjetivos inde-
finidos de nuestra lengua. Los indefinidos quiquier y quequier pertene-
cen al temprano español antiguo y desaparecieron muy pronto de la
lengua, pero los exponemos aquí para mostrar el paradigma origina-
rio completo y ver su comportamiento en los parámetros que analiza-
remos.
En efecto, los indefinidos compuestos cumplen paradigmática-
mente, como decimos, todas las características de un proceso tradi-
cional de gramaticalización: los componentes nominal y verbal, el
relativo, qui-, que-, quien-, cual-, y el verbo querer perdieron autonomía,
ya que ambos dejaron de ser palabras libres para pasar a ser morfe-
mas de un compuesto, muy próximo ya a una palabra simple: quien-
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quiera, cualquier(a). Semánticamente, tanto el relativo como el verbo


volitivo perdieron sus significados referenciales originarios, ya que el
constructo adquirió un nuevo significado de indiferencia o elección
libre, entre otros matices semánticos, que estaba ausente en los éti-
mos del constructo originario. Además, el componente verbal perdió
autonomía, ya que de ser empleado en el español antiguo, como ve-
remos, en los dos modos, indicativo y subjuntivo: cualquiere, cualquiera,
y en diversos tiempos verbales: cual quería, cual quisiese, etc., se fijó en
la forma invariable subjuntiva -quiera. De igual manera, también hubo
pérdida de autonomía en el componente pronominal, ya que de las
varias formas medievales existentes ya comentadas: que-, qui-, cual-,
quien-, solo las dos últimas subsistieron, y de hecho, podría decirse
que solo quedó una, cualquiera, que es la única forma que tiene verda-
dera productividad en el español actual. También, hubo erosión fóni-
ca en el proceso de gramaticalización para integrar el constructo, ya
que el componente verbal se erosionó en la forma apocopada -quier:
cualquier. Igualmente, las dos formas originarias del constructo cam-
biaron su estatus categorial, ya que ambos formativos fueron reinter-
pretados o reanalizados como pronombre indefinido simple: los
componentes dejaron de ser pronombre relativo y verbo, respecti-
vamente, para pasar a ser una nueva forma del sistema pronominal
del español, el indefinido compuesto. Finalmente, también se produ-
jo un proceso de paradigmatización, de hecho, un doble proceso de
paradigmatización: por una parte, se integró el nuevo constructo en
el sistema de indefinidos del español: unos, alguien-algo, nadie-nada, algu-
no, ninguno, otro, cualquier(a)-quienquiera, por otra, el nuevo constructo
también se integró paradigmáticamente con los otros compuestos de
querer, los denominados relativos complejos: siquiera, dondequiera, do-
quiera, cuanto quiera, quienquiera, etcétera.
Este trabajo, además de la presente introducción está estructura-
do en cuatro apartados. En §2, planteamos el objetivo específico y el
corpus base del análisis. En §3, resumimos muy brevemente los tra-
bajos de Lehmann (1982 [1995]; 1986), ya que ellos constituyen el
punto de partida para analizar la gramaticalización de los indefinidos
compuestos. En §4, el apartado más extenso, analizamos en detalle el
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proceso de gramaticalización sufrido por los indefinidos compuestos


siguiendo los lineamientos de los trabajos de Lehmann ya citados.
Cierran unas conclusiones, que son tanto un resumen de lo expuesto
como una breve reflexión teórica de los alcances de la gramaticaliza-
ción para la estructuración gramatical de una lengua.

2 Objetivo específico y corpus

El objetivo específico de este trabajo es analizar el proceso de grama-


ticalización experimentado por los indefinidos compuestos a la luz de
los parámetros de gramaticalización expuestos en Lehmann (1982
[1995]; 1986), específicamente en Lehmann (1986). Tomo este traba-
jo como base del análisis, ya que se trata no solo de un trabajo pione-
ro en los trabajos de gramaticalización, sino que tales parámetros
miden el grado de gramaticalización, débil o fuerte, que puede expe-
rimentar una forma. Por ejemplo, miden, entre otras variables, aspec-
tos fundamentales del proceso, tales como la pérdida de autonomía
de las formas, su grado de debilitamiento semántico, el grado de re-
novación de las formas, el grado de mayor integración de formativos
así como el grado de creación de nuevos morfemas y voces en la
lengua. Dado que la gramaticalización de los indefinidos compuestos
resumida arriba cumple cabalmente el comportamiento expuesto en
los trabajos antes citados de Lehmann, considero que es de interés
analizar tal proceso a la luz de cada uno de esos parámetros.
El corpus en que se basa la investigación son diez textos en pro-
sa correspondientes al siglo XIII, que es el periodo del español para el
que existe ya un abundante conjunto de textos de diversos géneros
textuales. El siglo XIII constituye el periodo fundamental de análisis y
ejemplificación, ya que en él se observa plenamente ya la acción de
los parámetros de Lehmann para fijar el proceso de gramaticalización
de los indefinidos compuestos. Para cada uno de los textos hemos
leído una muestra base de 30000 palabras con el fin de obtener una
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cierta comparabilidad a la hora de algunos resultados cuantitativos; el


Cantar de mio Cid, primer texto escrito íntegramente en castellano, dio
la pauta para esta muestra cuantitativa ya que contiene, aproximada-
mente, algo menos de 30000 palabras. Para efectos operativos del
análisis, hemos considerado el Cantar de mio Cid como perteneciente
al siglo XIII, aunque somos conscientes de la polémica datación de
esta obra, pero no nos parecía prudente establecer una diacronía de
dos cortes, siglos XII y XIII, con uno de ellos integrado por un solo
texto. Nos hemos servido también, ocasionalmente, de los corpus
electrónicos de la Real Academia Española Corpus Diacrónico del Espa-
ñol (CORDE) y Corpus de Referencia del Español Actual (CREA). Para los
textos empleados, las ediciones manejadas así como las abreviaturas
usadas para referirnos a los textos, véase el corpus bibliográfico final.

3 Los parámetros de Lehmann

Lehmann (1986) formula una escala de gramaticalización de acuerdo


con un conjunto de criterios que conciernen fundamentalmente a la
autonomía de las formas: cuanto mayor libertad tenga un signo, mayor
autonomía posee; específicamente, ocurrirá debilitamiento o pérdida
de autonomía si se da un proceso de gramaticalización, o bien se
producirá conservación de esa autonomía si tal proceso es débil o no
llega a darse. Por lo tanto, si se quiere medir el grado en que un signo
está gramaticalizado debe determinarse su grado de autonomía. Cuanta
mayor libertad de distribución tenga, más autónomo es el signo en
cuestión. Para ser autónomo un signo debe tener cierto peso estruc-
tural y cierta prominencia en la cadena sintagmática; cuando el signo
empieza a contraer de manera obligatoria y sistemática relaciones con
otros signos, se aminora o debilita la autonomía del signo. Pérdida de
autonomía y gramaticalización van, por lo tanto, estrechamente uni-
das.
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Lehmann (1986), como es sabido, establece una escala de grama-


ticalización acorde con seis parámetros ordenados alrededor de tres
ejes, a los que corresponden, dinámicamente, dos perspectivas, que
tienen a su vez un doble ángulo de análisis: sincrónico y diacrónico
de un lado, sintagmático y paradigmático, del otro. Es decir, la pro-
puesta de Lehmann impacta el proceso de gramaticalización en los
dos ejes del sistema lingüístico y en la totalidad evolutiva de la lengua.
Los parámetros son graduales y, por tanto, no discretos y pueden
manifestar grados distintos, fuertes o débiles, de gramaticalización.
Los ejes miden esencialmente la autonomía del signo y son tres:
peso, cohesión y variabilidad, y para definirlos debe tenerse en cuenta que
son el resultado de la capacidad de combinación y selección de un
signo con otro u otros signos. Por peso debe entenderse el grado de
complejidad o prominencia estructural, semántica y fónica, que tiene
una forma o una construcción; para que un signo sea autónomo debe
ser distinto de los otros signos del sistema y debe tener cierta promi-
nencia estructural en la estructura sintagmática; correspondientemen-
te, a mayor gramaticalización, mayor desintegración de su peso.
Cohesión es la capacidad de un signo de contraer relaciones con
otro signo, es decir, de anexarse, integrarse o ligarse a ese otro signo
y, en consecuencia, perder autonomía.
Por variabilidad se entiende la movilidad posicional que un signo
tiene respecto de otros signos en la cadena sintagmática, o bien, en
perspectiva paradigmática, variabilidad es la falta de integración fuer-
te en un paradigma, esto es, la capacidad de intercambiar un signo
por otro; cuanta mayor variabilidad muestra un signo, tanta más au-
tonomía tiene y menor es, en consecuencia, su grado de gramaticali-
zación.
A cada uno de estos tres ejes corresponden dos parámetros, uno
en perspectiva paradigmática, que corresponde a la capacidad de se-
lección del signo, y otro en perspectiva sintagmática, que remite a su
capacidad de combinación. Son en total, por tanto, seis parámetros
de naturaleza teórica, pero también operativa, ya que en conjunto
proporcionan un criterio de acuerdo con el cual dos signos pueden
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ser ordenados en una escala y pueden ser medidos, comparativamen-


te, en cuanto a su grado de gramaticalización.
Los dos parámetros correspondientes al peso son integridad y al-
cance (scope), la primera considerada desde un ángulo paradigmático y
el segundo sintagmáticamente. Integridad es el tamaño o cantidad de
sustancia semántica y fónica de un signo, en otras palabras, su peso
estructural: los signos deben perder o debilitar su integridad para
poder entrar en un proceso de gramaticalización: a mayor integridad,
mayor autonomía y, consecuentemente, menor gramaticalización.
Alcance es el ámbito de predicación, cuanto mayor sea el ámbito de la
predicación – por ejemplo alcance de oración frente a alcance de
palabra, o de palabra frente a morfema –, mayor es la autonomía del
signo y menor, en consecuencia, su integración a otro signo y menor
también, por tanto, su grado de gramaticalización.
En el eje de cohesión, los parámetros son paradigmaticidad y liga-
miento o unión (bondedness), considerados estos en perspectiva paradig-
mática y sintagmática, respectivamente. Por paradigmaticidad debe en-
tenderse la capacidad de un signo de integrarse en un paradigma;
cuanto más cerrado e integrado sea el paradigma, mayor será el grado
de gramaticalización; por el contrario, si el signo solo se integra dé-
bilmente con otros signos – por ejemplo, en un campo semántico
más que en un paradigma propiamente –, entonces el grado de gra-
maticalización será muy débil. Por ligamiento, se entiende la capacidad
de un signo de unirse, cohesionarse o integrarse a otros signos, es
decir, a mayor ligamiento o unión de un signo con otro, es decir,
cuanto mayor sea la cohesión de dos signos, mayor será el grado de
gramaticalización.
Finalmente, en el eje de variabilidad, los dos parámetros corres-
pondientes son variabilidad paradigmática y variabilidad sintagmática. La
primera es la posibilidad de usar otros signos en lugar del signo que
está siendo objeto de análisis o bien de omitir el signo en cuestión, es
decir, variabilidad paradigmática es la capacidad de intercambiabilidad
con otros signos: cuanto mayor sea la capacidad de intercambiabili-
dad, menor será el grado de gramaticalización, y viceversa, si la inter-
cambiabilidad es mínima o nula, ello querrá decir que el signo en
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cuestión está fuertemente integrado en un paradigma y, por tanto,


muy gramaticalizado. Por variabilidad sintagmática, se entiende la liber-
tad posicional que tenga un signo; así a mayor libertad posicional,
menor será el grado de gramaticalización; si el signo ocupa una posi-
ción fija o casi fija y además es obligatorio – tal sería el caso, por
ejemplo, del artículo o del auxiliar haber –, ello significa que el signo
ha perdido autonomía, ha experimentado obligatorificación, y que, en
consecuencia, el grado de gramaticalización es muy alto.

4 La gramaticalización de los indefinidos compuestos

Seguiremos uno a uno los seis parámetros expuestos en el apartado


anterior para mostrar cómo los indefinidos compuestos constituyen
un caso tradicional y paradigmático de gramaticalización.

4.1 Integridad

El indefinido compuesto es una innovación romance que procede


etimológicamente de una estructura oracional mayor, una subordina-
da de relativo con verbo conjugado, que en los orígenes habría admi-
tido otros verbos además de querer, y este con el paso del tiempo se
habría impuesto sobre los otros en el proceso de gramaticalización.
El cambio habría sido del tipo: haga en él cual castigo considere / pa-
reciere / quiera > haga en él cual castigo quiera > haga en él cual
quiera castigo > haga en él cualquier(a) castigo (Cuervo 1886-1994: s.v.
cualquiera, quienquiera; Hanssen 1913: §566; Lombard 1938-1939 y
1947-1948; Kärde 1943: cap. 2; Rivero 1988; Penny 1991: 133).
Por lo tanto, en términos del parámetro de integridad, esta se
debilitó totalmente, síntoma de gramaticalización, ya que de tener el
constructo originario prominencia estructural y peso semántico y
fónico, puesto que era una oración, pasó a ser una palabra simple,
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pasando, como veremos por una fase de compuesto. Además, esta


palabra simple sufrió erosión fónica, – atrición, en términos de Leh-
mann (1986: 6) –, ya que la forma verbal subjuntiva -quiera, cualquiera,
perdió sustancia fónica y se apocopó en -quier: cualquier. Como es
típico en los procesos de gramaticalización, se produjo también un
cambio categorial vía un doble reanálisis: oración > palabra com-
puesta en una primera fase, y palabra compuesta (pronombre relativo
+ verbo) > formativos de palabra simple, morfemas, en una segunda
fase.
Existe en la bibliografía especializada una cierta polémica respec-
to a si el indefinido compuesto es un calco o pervivencia de la lengua
madre, a partir de los indefinidos latinos quivis, quilibet, uterlibet, etc.
(Alvar & Pottier 1983: 145; Lenz 31935: §186; Menéndez Pidal 31950:
350; Palomo 1934: 52), en cuyo caso no habría propiamente una
gramaticalización, sino un calco o préstamo directo de la lengua ma-
dre, o bien se trata de una estructura oracional reducida a estatus de
palabra vía una gramaticalización (Cuervo 1886-1994: s.v. cualquiera,
quienquiera; Hanssen 1913: §566; Lombard 1938-1939 y 1947-1948;
Kärde 1943: cap. 2; Rivero 1988, Company & Pozas en prensa). Esta
segunda posición es la que defenderemos en este trabajo.
Los datos del corpus respaldan fuertemente el origen oracional,
por varias razones, siete al menos, aunque es muy posible que la exis-
tencia misma de los indefinidos compuestos latinos haya contribuido
a respaldar el proceso de cohesión de una oración en una palabra
simple, es decir, haya contribuido a respaldar el proceso de gramati-
calización de estos nuevos indefinidos.
En primer lugar, hay numerosos casos en el español de los siglos
XII y XIII en que es sumamente difícil, si no es que imposible, deslin-
dar si se trata de una oración o ya de un compuesto, como se ve en
los ejemplos de (1). La doble lectura estructural viene dada, funda-
mentalmente, por dos tipos de ambigüedad: o bien hay una relación
de argumentalidad con el verbo o bien el relativo parece ser todavía
un relativo pleno con un antecedente. En el primer caso, los más
frecuentes, el verbo querer parece conservar su carácter verbal, bien
porque el constituyente relativo tiene visos de argumento del verbo
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querer, sujeto u objeto, (1a), aunque también podría ser interpretado


como una forma carente ya o de débil función argumental, o bien
porque el verbo querer rige un objeto directo, bien léxico bien oracio-
nal, una subordinada completiva, aunque en muchos casos es vaga-
mente asignable la función argumental (1b). En el segundo tipo de
ambigüedad, el relativo parece ser un relativo pleno porque hay en el
contorno un posible antecedente nominal o adverbial, resaltado en
cursivas en (1c). Ambas ambigüedades suelen coincidir en numerosos
ejemplos. El hecho de que la mayoría de ejemplos dudosos tenga un
verbo querer con flexión plena, quisiere, quiere, querié, queredes, etc., con-
tribuye sin duda a reforzar el carácter predicativo, y no de compues-
to, de la estructura. Igualmente, el paralelismo de construcciones, con
verbo volitivo y con verbo no volitivo, que muestran muchos ejem-
plos en los siglos XII-XIII, incide en la asignación dudosa entre verbo
y constructo; así en el primer ejemplo de (1c), correspondiente a la
Fazienda de Ultramar: que vos buscades... que vos queredes, el primer verbo,
no volitivo, respalda el carácter todavía verbal de queredes. En algunos
casos, como en (1d), la frontera entre oración y compuesto es tan
tenue que es imposible tomar una decisión al respecto.

(1) a. Qui desafiar quisiere desafíe día de domingo en concejo


(FA, 7.466)
E todo judeo qui quisiere morar en Alcalá a en foro more, e
al que nol semejare baya en bona ventura ó ques quisiere
(FA, 173.493)
e de la venida de Cristo a adelant cuéntanse las estorias por
los años de los césares e de los emperadores de Roma e
por la su era, e qui quiere cuenta por la encarnación de
Cristo, o aun qui quiere por todo, fascas por amos estos
tiempos e por amas estas cuentas del César e de Cristo
(GEI, 1.530)
e justícienle el cuerpo sil pudieren firmar o pesquisa dar; e
si non, salvo con VI e él el seteno, cual que quisiere el
rencuroso (FA, 290.510)
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b. Ca en esta cort afarto ha pora uos / E qui al quisiesse


serie su ocasion (Cid, 3460)
Cada uno por si sos dones auien dados. / Qui auer quie-
re prender bien era abastado (Cid, 2260)
c. verna a so palacio el Sennor que vos buscades, el angel de
firmamento que vos queredes (Fazienda, 193.14)
e al que nol semejare baya en bona ventura ó ques quisie-
re (FA, 173.493)
Temprano dat çeuada, si el Criador uos salue! / El qui
quisiere comer; & qui no caualge (Cid, 421)
d. Todo ome que ganado oviere de cualquesquiere que
fore, si el señor cueta oviere de pecho o de mengua de pan
demonstre su mengua (FA, 240.502)

Lombard (1938-1939) y Rivero (1988) consideran que los ejemplos


de (1) con ambigüedad de interpretación son un tipo específico de
estructura en el español de los inicios, que constituye, justamente, el
antecedente del indefinido compuesto español. Siguiendo a estos
autores, por mi parte los he considerado los contextos puente para la
formación de los nuevos compuestos romances. Para fines del siglo
XIV no quedan rastros de estructuras oracionales con relativo y querer
que admitan una doble lectura, lo cual es prueba de que se produjo
una relativamente rápida gramaticalización, y que se perdió la integri-
dad de que gozaban las dos formas originariamente.
El proceso de pérdida del parámetro de integridad consistió bási-
camente en la pérdida de argumentalidad del relativo a la vez que en
la pérdida del carácter verbal de querer, incapaz ya de seleccionar ar-
gumentos, o en otras palabras, consistente en la despronominaliza-
ción del relativo y la desverbalización del verbo y en la recategoriza-
ción de ambas formas, relativo y verbo, en morfemas: palabra >
morfema. En resumen, la pérdida de integridad y, en consecuencia, la
pérdida de autonomía que llevó a la gramaticalización de los indefini-
dos compuestos, se hace patente en el hecho de que el relativo y el
verbo dejaron de ser palabras autónomas y de tener peso en la predi-
cación de la que formaban parte. En (2) se ejemplifican casos de los
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siglos XII y XIII carentes de ambigüedad estructural; puede verse en


ellos que el relativo y el verbo, ya cohesionados en una palabra, ope-
ran como modificador de un sustantivo, resaltado en cursivas en (2a),
o que el constructo todo funciona como argumento de otro verbo,
resaltado en cursivas en (2b).

(2) a. nin catavan las fiestas, nin las sus edades en que cadaúno
d’ellos eran, nin fazién departimiento entre sí de non pecar
cualquier varón con cualquier otro, el viejo con el niño e
el mancebo con el viejo (GEI, 1.255)
Por que los comendadores de qualquier orden que son
puestos en las baylías non pueden auer sus mayores pora
demandar sus derechos (FR, 29.29)
que la codiçia es raýz de todos los males a tod omne del
mundo de qual quier estado que sea (Castigos, 207)
b. Que oy los yfantes a mi por amo non abran; / Curielos qui
quier, ca dellos poco mincal (Cid, 421)

Un segundo argumento, de naturaleza tipológica, a favor del origen


oracional de los indefinidos compuestos es que aquellas lenguas que
no tienen indefinidos del tipo cualquier(a), quienquiera, utilizan oracio-
nes con relativo (Haspelmath 1997: 52-53), lo cual, sin duda, apoya el
origen oracional del constructo.
Un tercer hecho que apoya el origen oracional de los indefinidos
compuestos son los ejemplos, todos ellos tempranos, con ruptura de
la adyacencia entre los formativos relativo y verbal del indefinido
compuesto, (3), o mejor dicho, sin la fijación y cohesión que tienen
los formativos del compuesto, por ejemplo, en el español del siglo
XVI. Este aspecto apoya además el eje de cohesión, en el parámetro
de ligamiento, que analizaremos más adelante

(3) Después que los dichos de las testimonias fueren abiertos


delant el alcalde en qual pleyto quiere, aquél que las
aduxiere non pueda mays testimonias adozir sobre aquella
razón (FR, 45.11)
Parámetros de gramaticalización en los indefinidos compuestos del español 13

Mas aun por todo esto Jerónimo non escusa a Lot que
non pecó él por cual guisa quier (FR, 45.11)
Pues que por mi ganaredes ques quier que sea dalgo /
Todo lo otro afelo en uuestra mano (Cid, 2357)

En cuarto lugar, el hecho de que la lengua española formara a partir


del verbo querer un paradigma de relativos complejos que incluye,
además de cualquier(a), compuestos varios, (4), sería prueba de que la
creación de los indefinidos compuestos es una formación romance a
partir de una estructura predicativa mayor. Los relativos complejos
romances muestran grados diversos de cohesión y fijación así como
grados diversos de obligatoriedad de una subordinada relativa concu-
rrente: como quiera, doquier(a), siquiera, etc. La predicatividad se
percibe todavía en algunos de los compuestos: como quiera – graficado
junto o separado como se ve en (4a) –, donde quiera, cuanto quiera, pero
está muy debilitada en otros: siquiera. Tales relativos complejos eran al
parecer inexistentes en la lengua madre. Bello (1847 [1988]: §1068)
considera que el paradigma de relativos complejos tiene tres categorí-
as: sustantivo, quienquiera, adjetivo, cualquiera, y adverbio, dondequiera,
cuandoquiera, comoquiera, siquiera. En los ejemplos de (4), se resalta en
cursivas el nexo que, introductor de la subordinada relativa que es
obligatoria para algunos de estos constructos. Este aspecto ejemplifi-
ca otro de los parámetros de Lehmann sobre el que volveremos más
tarde, a saber, el de paradigmatización.

(4) a. E commo quier que yo só tu padre e tú eres fecho de la


mi semiente, non es al padre carnal poderoso nin es en su
mano de fazer fijo o fija... (Castigos, 79)
Y assí quedava mi demanda, comoquiera que fuesse en sí
loable (Celestina, 4.170, CORDE)
b. Y quanto quiera que los condes quisieran travar largo
rasonamiento con él para... (Diego Enríquez del Castillo,
Crónica de Enrique IV, 220, CORDE)
c. e lo que les fincava condesávanlo pora otro día o pora
cuandoquier que les acaeciesse (GEI, 2.534)
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d. pusieron los nombres de sos fijos de Jafet a las sus yentes


de los ponedores de los nombres a cadaúnos por ó quier
que llegaron a tierra (GEI, 1.98)
¿non vedes que la paja non estuerçe del fuerte viento sinon
con su blandez et por se tornar con él por doquier que se
él torna? (Calila, 79)
e. E mas d’esto non fallamos de logar cierto de Cam ó fin-
casse e acabasse,..., siquier comiençanse los sos nombres
como en una manera, Caím e Cam (GEI, 1.107)
Parta Dios, hijo, del suyo contigo, que no sin causa lo
hará, siquiera porque has piedad desta pecadora de vieja
(Celestina, 1.107, CORDE)

Un quinto hecho en apoyo de este origen romance oracional, y de la


consecuente pérdida de integridad y peso estructural del constructo
predicativo originario, es la existencia de otras gramaticalizaciones del
verbo querer, como la correlación quier…quier, ejemplificada en (5):

(5) Si algunos caualleros o otros monteros puerco o otro ue-


nado aleuantaren, ninguno otro, quier sea montero quier
non, non lo tome (FR, 68.30)
nin de tu nieto nin de tu nieta quier sea aquel nieto o nieta
de tu fijo quier de tu fija (GEI, 2.541)

También, la frase común, casi lexicalizada, si Dios quiere es muestra de


la flexibilidad del verbo querer para entrar en procesos de cambio que
crean estructuras más o menos fijas. Tampoco hay que olvidar, en
apoyo del origen oracional, el hecho de que querer se empleaba como
verbo pleno pero con forma apocopada, quier, por ejemplo en la ex-
presión tan común en los textos medievales: «que quier dezir tanto
como...». Por lo tanto, todas estas frases casi lexicalizadas apoyan la
pérdida de integridad del constructo originario y contribuyen a res-
paldar el origen predicativo oracional del étimo, a la vez que mues-
tran la pérdida de peso y autonomía de las formas originarias.
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En sexto lugar, cierto tipo de estructuras coordinadas aporta in-


teresante evidencia a favor de un origen oracional. Por un lado, aun-
que muy esporádicos, es posible documentar en el primer periodo del
corpus constructos indefinidos en coordinación, como los ejemplifi-
cados en (6a), donde solamente uno de los miembros del constructo,
el relativo, entra en coordinación con otro sintagma relativo, y el ver-
bo volitivo – aunque bastante desemantizado ya, como lo muestra el
hecho de estar apocopado – entabla una relación de predicación con
ambos. En nuestra opinión, este tipo de estructuras intermedias no
existiría si se tratara de un calco del latín. Por otro lado, es posible
documentar, con cierta frecuencia, coordinación de dos compuestos
del verbo querer, (6b) – el indefinido compuesto, objeto de este capí-
tulo, y algún relativo complejo de los ejemplificados en (4) – y ello, a
nuestro modo de ver, es prueba de que el verbo, como forma predi-
cativa que es, era productivo para integrarse con otros constructos
estructuralmente similares en cuanto a predicatividad.

(6) a. En qual çiudat quier que entrades, o en qual castillo,


preguntat qual es ombre bono, e estat alli fasta que salga-
des end (Evangelio, 37.10.11)
b. la torpedat nin la vergüença de tu padre, nin la de tu ma-
dre..., nin la de tu hermana qualquier que sea e o quier
que la aya fecha tu padre (GEI, 2.541)

Finalmente, en el español medieval del siglo XIII, e incluso hasta el


siglo XV, la gran mayoría de los indefinidos compuestos aparece con
una expansión de subordinada relativa, como se ve en (7) y se puede
observar también en la mayoría de los ejemplos anteriores. La ora-
ción subordinada es parte integrante de la formación originaria del
constructo y respalda, a nuestro modo de ver, el origen oracional de
estos indefinidos. De hecho, muchas gramáticas enuncian estos
compuestos con un relativo integrado: cualquiera que, quienquiera que,
etc., prueba de que el subordinante relativo es parte inherente del
constructo. Al respecto, dice Bello (1847 [1988]: §1069): «aunque
compuestos de relativo, no lo son [por sí mismos], y para recobrar la
16 Concepción Company Company

fuerza de tales necesitan juntarse con que, formando las frases relati-
vas quienquiera que, cualquiera que, etc.», y en nota apunta: «los poetas
modernos se permiten la licencia de suprimir el que».

(7) et despues fiziere otra manda, en qual quier tiempo que


sea, en qual quier daquellas cosas que primeramientre
auíe mandadas, uala la postremera manda (FR, 69.9)
porque eran los omnes tan pocos aún que si hermano non
casasse con hermana o con otra parienta cualquier que
fuesse que non crecieran los omnes nin mauchiguaran
(GEI, 2.540)

En perspectiva diacrónica, los indefinidos compuestos se liberaron


progresivamente de los contextos oracionales relativos originarios y
cada vez más aparecen en empleos desprovistos de modificación y
expansión (Company & Pozas en prensa), de ahí la atinada nota de
Bello de que los escritores modernos los emplean sin relativo. Merece
la pena señalar que algunos diccionarios antiguos incluyen el relativo
en la entrada del indefinido compuesto; así, en el Tesoro de Covarru-
bias (1611 [2006]: s.v. cual) la voz es: cualquiera o cualquiera que.
Los esquemas 1 y 2 abajo resumen la serie de pruebas que aca-
bamos de exponer a favor del origen oracional y la pérdida progresi-
va de integridad a favor de la gramaticalización de los indefinidos
compuestos. El esquema 1 presenta los constructos oracionales que,
a nuestro modo de ver, dieron lugar al indefinido compuesto. El es-
quema 2 muestra la serie de cambios de nivel estructural, con las con-
secuentes descategorizaciones y sucesivas recategorizaciones, que
debieron producirse para llegar a la forma simple cualquier(a). En re-
sumen, la pérdida de integridad se observa en el hecho de que los
formativos del constructo base pasaron de relacionarse, en sus etapas
originarias, con los constituyentes de la frase verbal de una oración a
relacionarse, iniciado ya el debilitamiento de integridad, con solo otro
elemento, ya que pasaron a relacionarse solos entre sí el relativo y el
verbo. Se produjo, por tanto, un paulatino proceso de yuxtaposición
Parámetros de gramaticalización en los indefinidos compuestos del español 17

que lleva a la coalescencia o cohesión inseparable de los componen-


tes en una sola palabra.

Haga en él cual castigo considere / pareciere / quiera


> haga en él cual castigo quiera
> haga en él cual quiera castigo
> haga en él cualquier(a) castigo

Esquema 1. Cadena oracional etimológica del indefinido compuesto.

Oración > Frase predicativa > Compuesto frasal > Palabra compuesta > Palabra simple

Esquema 2. Evolución categorial del indefinido compuesto.

Por último, además de la pérdida de integridad sintáctica, paradigmá-


tica y semántica, que acabamos de analizar, Lehmann (1986) da como
prueba de pérdida de integridad la erosión fónica que suelen sufrir las
formas en el proceso de gramaticalización. En efecto, una prueba
fuerte de pérdida de integridad vía debilitamiento fónico es la erosión
que sufre la forma verbal subjuntiva -quiera en la apócope -quier, apó-
cope que se manifiesta desde muy temprano en la lengua española.
Por ejemplo, las formas documentadas en el Cantar de mio Cid son
todas con apócope: quiquier, quisiquier, prueba de que el factor peso
estaba ya muy debilitado desde temprano y que la pérdida de auto-
nomía, con el consecuente proceso de gramaticalización, estaba ya
muy avanzada desde las primeras manifestaciones documentadas de
la lengua española. En buena medida, gracias a la apócope, el verbo
pierde por completo su flexión verbal y puede por ello integrarse más
fácilmente en una estructura nominal.

4.2 Alcance o ámbito de la predicación

En sus orígenes el constructo todo, dado que tenía una base predica-
tiva oracional, tenía, por tanto, un alcance amplio sobre toda la ora-
ción de la que formaban parte los dos elementos integrantes del
constructo oracional: el relativo y el verbo; el primero, como vimos
en varios de los ejemplos anteriores, introducía la oración, iba al ini-
18 Concepción Company Company

cio de esta, por tanto su alcance era sobre todo el tramo sintagmático
siguiente; a su vez, el verbo era capaz de tomar, como vimos en el
parámetro anterior, argumentos, de manera que su alcance era sobre
toda la frase verbal.
El alcance amplio oracional o de frase verbal es muestra de auto-
nomía de cada uno de los integrantes del constructo que entró en el
proceso de gramaticalización, ya que el relativo y el verbo eran pala-
bras autónomas, tenían por tanto integridad propia, además de que
gozaban de variabilidad (véase más adelante este parámetro); se podí-
an flexionar: el relativo en número y en las diversas formas integran-
tes del paradigma de relativos, el verbo se podía flexionar en cual-
quiera de los dos modos, de los varios tiempos, personas y números
correspondientes a un verbo en español.
Con el proceso de gramaticalización que hemos resumido en el
esquema 2 arriba, ambas formas, relativo y verbo, redujeron su alcan-
ce drásticamente: de oración a palabra. La reducción del alcance se
produjo, a nuestro modo de ver, en un doble sentido. Por una parte,
ambos componentes pasaron a modificarse respectivamente uno al
otro: qui-quier, cual-quiera, quien-quiera, es decir, pasaron del alcance
originario de oración a un alcance de palabra compuesta, sin posibili-
dades ya de tomar argumentos el verbo, sin posibilidades de introdu-
cir una oración el relativo y sin posibilidades de interponer elementos
entre los dos formativos del constructo. Por otra, el nuevo compues-
to todo pasó a funcionar como una palabra simple, bien como un
pronombre (8a), en cuyo caso es clara la reducción de alcance, ya que
no hay otra palabra en el entorno sintáctico sobre la que pueda recaer
el ámbito de la predicación del constructo, o bien funciona como un
adjetivo modificador del sustantivo, en cuyo caso el alcance queda
reducido también enormemente porque el indefinido compuesto
todo solo alcanza a una palabra, el sustantivo que le sigue, como se
aprecia en los ejemplos de (8b).

(8) a. Que oy los yfantes a mi por amo non abran; / Curielos


qui quier, ca dellos poco mincal (Cid, 421)
Parámetros de gramaticalización en los indefinidos compuestos del español 19

b. nin catavan las fiestas, nin las sus edades en que cadaúno
d’ellos eran, nin fazién departimiento entre sí de non pecar
cualquier varón con cualquier otro, el viejo con el niño e
el mancebo con el viejo (GEI, 1.255)
Por que los comendadores de qualquier orden que son
puestos en las baylías non pueden auer sus mayores pora
demandar sus derechos (FR, 29.29) CITADOS EN (2)

Ambas reducciones de alcance, la primera que podría denominarse


intraparadigmática, la segunda sintagmática, son muestra clara de
pérdida de autonomía, tanto sintagmáticamente como paradigmáti-
camente, y ambas son muestra ineludible de que tuvo lugar un proce-
so de gramaticalización consistente en la creación de una nueva for-
ma en la lengua española, los indefinidos compuestos, compuesto ya
(casi) inseparable que opera como una palabra única (Lehmann 1982
[1995]: 22 sigs.).

4.3 Paradigmatización

En sus orígenes, tanto el pronombre relativo como el verbo querer


formaban sus propios paradigmas. Por lo que respecta al relativo, en
el español medieval, había un paradigma de cinco relativos: que, qui,
quien, cual y cuyo; solo los cuatro primeros entraron en la formación de
indefinidos compuestos, como se ejemplifica en (9): que-quier, qui-
quier, quien-quiera y cual-quiera, graficado este último usualmente con
q- hasta bien entrado el siglo XVIII, graficación que repite la que era
usual en el español antiguo cuando el relativo aparecía solo, qual. Se
documentan además otras formas compuestas como cualquequier, lo
cual prueba que el paradigma de relativos que entraba en la forma-
ción de indefinidos compuestos era bastante flexible. Todos los cinco
relativos básicos formaban de manera libre oraciones adjetivas de
relativo, lo cual es muestra de que juntos integraban un paradigma
propio de relativos no cohesionado con otras formas.
20 Concepción Company Company

(9) a. Todos dizien: «faremos quequiere que tú mandes» (Mila-


gros, 726d, CORDE)
b. Quiquiere que al vos diga, salva vuestra onor (Milagros,
557e, CORDE)
c. tal vida quienquiera se la querría (Celestina, 7.201,
CORDE )
Veyer ge lo ye quien quiere quella yua forçada (Apolonio,
405d, CORDE)
d. nin de quebrantar la nin de minguarla..., ca qual quiere
que lo fisiesse aurie mj yra (DLE, 1254, 323.433)
Salió tan discreto y de buen seso, rreposado que para
qualquiera devate o contrataçión solía hallar muchos me-
dios (Diego Enríquez del Castillo, Enrique IV, 145,
CORDE)

Desde fechas muy tempranas se reduce el paradigma de relativos


capaz de entrar en la gramaticalización de los indefinidos compues-
tos, de manera que se inició un proceso de paradigmatización: que-
quier(e)-(a) y quiquier(e)-(a) son escasísimos en el corpus y solo se regis-
tran en los siglos XII y XIII, fundamentalmente en el primero de ellos,
y suelen aparecer sobre todo en cierto tipo de textos con marcada
huella dialectal no castellana, tales como las obras de Berceo, por
ejemplo en los Milagros, o el Libro de Apolonio (Company & Pozas en
prensa), además de las dos o tres documentaciones en el Cantar de mio
Cid. Lo anterior significa que desde los inicios castellanos ya estaba
reducido el paradigma de relativos capaz de gramaticalizarse en los
indefinidos compuestos. Con posterioridad al siglo XIII, solo se do-
cumentan dos relativos en la formación de indefinidos compuestos:
quienquiera y cualquiera, el primero con una frecuencia escasa en todos
los textos y épocas, casi siempre en textos literarios de carácter culto
(Keniston 1937: §13.1), el segundo es sin duda el indefinido com-
puesto más libre de aparición, posiblemente porque tenía una refe-
rencia más flexible que los otros, ya que podía remitir tanto a entida-
des humanas como inanimadas, mientras que quienquiera y quiquier(a)
solo refieren a seres humanos y quequier solo a entidades inanimadas.
Parámetros de gramaticalización en los indefinidos compuestos del español 21

Cualquiera era por tanto la forma no marcada del paradigma y por ello
es la que sobrevivió más fácilmente y la que más se empleó a lo largo
de todas las épocas. En resumen, para efectos del parámetro de para-
digmaticidad, el primer paso fue una drástica reducción de las posibi-
lidades combinatorias de los relativos, una reducción, por tanto, de la
libertad paradigmática de los pronombres relativos. Este parámetro
está en estrecha relación, se superpone en buena medida, con el de
variabilidad paradigmática, que analizaremos brevemente más adelan-
te.
Por lo que respecta al segundo componente del indefinido com-
puesto, el verbo querer, este en sus inicios tenía flexibilidad paradig-
mática para actuar como verbo pleno, ya que, por una parte, podía
flexionarse en modo indicativo y subjuntivo, quiere: quien se quiere,
quiera: cualquiera, quienquiera, aunque predomina el subjuntivo desde
fechas tempranas; podía aparecer no solo en presente de estos dos
modos, sino también se documenta en otros tiempos del paradigma
verbal, por ejemplo en copretérito, cualquerié, o en formas no pre-
sentes del subjuntivo, quisquisier, quienquisier (Company & Pozas en
prensa), y en otras formas plenas del verbo querer, como se aprecia en
los ejemplos de (1) arriba.
A partir del siglo XIV solo se documenta presente y solo modo
subjuntivo: -quiera, aunque Cuervo (1886-1994: s.v. cualquiere) señala
que la variante indicativa cualquiere parece haberse usado de manera
esporádica en la literatura hasta inicios del siglo XVI. Por lo tanto, se
produjo también una rápida reducción de variación morfofonémica
en el componente verbal, ya que en un breve lapso se pasa de dos
posibilidades modales a una, reducción que es síntoma de una rápida
fijación del compuesto y, por lo tanto, de pérdida de autonomía y de
gramaticalización fuerte.
En cuanto al tiempo, la generalización del presente es lógica, ya
que, por una parte, es el tiempo no marcado del paradigma verbal, y,
por otra, el presente suele tener menor peso fónico que otros tiem-
pos – a excepción del pretérito simple –, y, en general, en los proce-
sos de cambio, a menor peso fonológico de una forma, mayor su
capacidad para cohesionarse con otras. Ambos aspectos hicieron del
22 Concepción Company Company

presente la forma idónea para entrar en el proceso de gramaticaliza-


ción. En cuanto al modo, la generalización del subjuntivo sobre el
indicativo tiene su razón de ser en la afinidad semántica entre el signi-
ficado de este modo y el del indefinido compuesto. Dado que este
tiene un significado indefinido de indiferencia y generalización, se
aviene mejor con el significado no factual del subjuntivo y con la
temporalidad debilitada que presentan las formas subjuntivas. De ahí,
la gramaticalización en presente de subjuntivo y no en otra posible
forma verbal del paradigma de querer.
Por otra parte, en la predicación oracional originaria que dio lu-
gar al indefinido compuesto, el verbo querer, como vimos en el pará-
metro de integridad, podía alternar con otros verbos: parecer, considerar,
lo cual es muestra de que no se había integrado paradigmáticamente
aún y que su gramaticalización en el indefinido compuesto era toda-
vía muy débil.
El resultado, por una parte, de la imposición del verbo querer so-
bre los otros verbos posibles en el esquema oracional y, por otra, de
la integración del relativo y del verbo querer en una sola palabra creó
una nueva palabra gramatical en la lengua española, de naturaleza
pronominal-adjetival, con una pérdida total de autonomía de los
componentes originarios, y con un significado nuevo, indefinido de
generalización o indiferenciación, que pasó a formar parte de un
nuevo paradigma, a saber, la serie de pronombres indefinidos del
español. En ello consistió la última etapa de la paradigmatización: en
el hecho de integrarse en un nuevo paradigma, el de los indefinidos
del español: alguno-algo, ninguno, nadie, otro, etcétera. Mediante tal para-
digmatización los dos formativos de la oración originaria alcanzaron
una fuerte gramaticalización, ya que cualquier(a) tiene un significado
mucho más abstracto y gramatical que los dos componentes origina-
rios y el constructo todo se paradigmatizó porque pasó a formar par-
te de un nuevo paradigma.
La paradigmatización dentro del sistema de indefinidos conlleva
un cierto grado de obligatoriedad paradigmática, inexistente antes de
la gramaticalización, ya que si en la lengua española se desea expresar
un significado de indiferencia o elección libre, el hablante debe em-
Parámetros de gramaticalización en los indefinidos compuestos del español 23

plear un indefinido compuesto. Con todo, el grado de obligatorifica-


ción es menor que en otras gramaticalizaciones del español, tales
como la del artículo o la del auxiliar haber, porque en el caso del inde-
finido compuesto siempre existe la posibilidad de parafrasear este
mediante algún otro indefinido añadiendo alguna forma que contri-
buya a la expresión de indiferencia y elección libre; es decir, existe
todavía una cierta libertad. Tal libertad de paráfrasis es inexistente en
las gramaticalizaciones del artículo o de haber, y, por lo tanto, el grado
de obligatorificación en estos dos últimos casos es mucho mayor.
Aunque la paradigmatización más importante fue la que acaba-
mos de analizar, porque es, a nuestro modo de ver, una prueba fuerte
de la (casi) total gramaticalización del indefinido compuesto, no debe
ser pasado por alto el hecho de que tuvo lugar también una segunda
paradigmatización, ya comentada anteriormente, puesto que la nueva
palabra gramatical de significado indefinido también se integró para-
digmáticamente con los otros compuestos del verbo querer, los de-
nominados relativos complejos o compuestos: siquiera, dondequiera,
doquiera, cuanto quiera, quienquiera, cualquiera, etcétera.

4.4 Ligamiento

El parámetro que corresponde sintagmáticamente al eje de cohesión


es ligamiento (bondedness).
También bajo este parámetro son muy claras las pruebas de gra-
maticalización del indefinido compuesto español, aunque cabe seña-
lar que no ofrece este parámetro la contundencia respecto al grado de
gramaticalización que tenían, por ejemplo, los parámetros anteriores,
como el de integridad, alcance o paradigmatización para establecer
que la gramaticalización de los indefinidos compuestos sea total.
En los siglos XII y XIII, pero no ya en el siglo XIV, es relativamen-
te común documentar el indefinido compuesto sin integrar todavía
una palabra simple, ya que entre los dos componentes del constructo,
el relativo y el verbo querer, podía aparecer intercalada una palabra,
por lo general de significado muy abstracto, guisa, manera, natura, pley-
24 Concepción Company Company

to, como se ejemplifica en (10a) o bien un clítico se (10b). Esta inter-


posición es prueba de una gramaticalización aún débil, ya que indica
que los dos formativos del indefinido compuesto guardaban una cier-
ta autonomía. Sin embargo, la gramaticalización muy pronto se forta-
leció ya que se perdió por completo – y puede decirse que muy pron-
to, siglo XV – la posibilidad de interrupción entre los dos formativos
del indefinido compuesto.

(10) a. Después que los dichos de las testimonias fueren abiertos


delant el alcalde en qual pleyto quiere, aquél que las
aduxiere non pueda mays testimonias adozir sobre aquella
razón (FR, 45.11)
Mas aun por todo esto Jerónimo non escusa a Lot que
non pecó él por cual guisa quier (FR, 45.11)
Pues que por mi ganaredes ques quier que sea dalgo /
Todo lo otro afelo en uuestra mano (Cid, 2357)

La pérdida de la posibilidad de intercalación de palabras o clíticos


entre los dos formativos del constructo es prueba de que estos pasa-
ron de ser palabras de un compuesto, con un débil grado de cohe-
sión, a ser morfemas ligados integrantes de una palabra simple y de
que, por tanto, se fortaleció la cohesión, la cual es prueba a su vez de
un fuerte grado de gramaticalización. Por otra parte, el parámetro de
ligamiento muestra que se produjo un segundo reanálisis en el cons-
tructo: palabra > morfema. El primer reanálisis, recordemos, fue el
de oración > compuesto frasal > palabra compuesta (vid. supra Es-
quema 2).
Los ejemplos de (10) con baja cohesión constituyen también un
contexto puente de la gramaticalización. Se trata, a mi modo de ver, no
de una ruptura de cohesión de una palabra ya formada sino de un
paso previo a la gramaticalización del compuesto, que crea un cons-
tructo intermedio entre frase verbal y compuesto frasal. Estos ejem-
plos con intercalación son prueba, además, de que el compuesto pro-
cede de una estructura más autónoma estructuralmente. Si se tratara
de un calco de los latinos quivis, quilibet, cuiuslibet, etc., la forma habría
Parámetros de gramaticalización en los indefinidos compuestos del español 25

surgido como compuesto desde sus inicios, con el mismo estatus


estructural que en latín, y no tendría por qué haber documentaciones
que interrumpieran la cohesión del compuesto. Puede decirse que en
los siglos XII y XIII, y anteriores, había dos tipos de sintaxis en estos
constructos: adyacente y no adyacente, que, con posterioridad a esas fe-
chas, fue reducida a una sola, la adyacente; tal reducción de posibili-
dades combinatorias es también parte integrante del proceso de gra-
maticalización del indefinido compuesto y es muestra de pérdida de
integridad a la vez que ejemplifica el parámetro de ligamiento-
cohesión analizado en este rubro.
Cabe hacer algunas observaciones respecto del estatus categorial,
de compuesto o palabra simple, que tienen los indefinidos objeto de
análisis, y, como consecuencia, comentar el grado, fuerte o débil, de
gramaticalización de que gozan estos indefinidos en el español actual.
No es muy claro que constituyan una verdadera palabra simple, to-
talmente gramaticalizada, porque, como se sabe, los indefinidos
compuestos forman su plural añadiendo el morfema -es tras el com-
ponente nominal del constructo, interrumpiendo la cohesión de los
dos formativos, como se aprecia en (11), y no al final del constructo
todo, como sería lo esperado si estos indefinidos fueran ya una ver-
dadera palabra simple del español, si bien el efecto semántico de plu-
ralización es para el constructo todo y no solo para el primer forma-
tivo (Martínez 1999: §42.4.2.7; Val 1999: §73.8.5). Sin embargo, a
favor de la gramaticalización total del indefinido compuesto y de su
estatus como palabra simple está el hecho de que en el habla popular,
no cuidada, es bastante frecuente la pluralización cualquieras (12), con
el morfema de plural -s al final de todo el constructo, pluralización
esta que sería prueba de que la gramaticalización del indefinido com-
puesto es ya un cambio cumplido en el español. Por otra parte, la
pluralización cualquieras prueba, además, que la flexión verbal origina-
ria en -a: -quiera, fue reanalizada como morfema nominal, y por ello
puede formar su plural añadiendo una -s final, al igual que lo hace un
sustantivo o adjetivo acabado en vocal; se trata de un proceso analó-
gico, cuyo modelo, cabría pensar, serían sobre todo los plurales de
los indefinidos algunos, otros, etcétera.
26 Concepción Company Company

(11) peche por cada uno que fuere falsa cinco sueldos, si fuere
medida de pan, o de uino, o de otros pesos quales quie-
re (FR, 81.10)
todos prueban la bondad del referido método curativo...;
pero advierte que no se debe tener por infalible para qua-
lesquiera casos que se presenten (LCM, Gazeta de México,
1787, 41.406, apud Clark & Company, en proceso)
pues sí, son buenos percusionistas y tienen ritmo los ca-
brones, quienesquiera que sean, porque son medio des-
conocidos ¿no? (México, habla espontánea)
Cualesquiera que seas, he aquí tu amo (apud Cuervo
1886-1994: s.v. cualquiera)
(12) si este, si estas normas o cualquieras otras sobre el fun-
cionamiento del colegio... (CREA, 1991, lengua oral, Ma-
drid)
Es que son unas cualquieras (México, habla espontánea)

En resumen, parece, entonces, que los indefinidos compuestos en el


español actual, no obstante tratarse de una formación y gramaticali-
zación muy antigua – como lo indica, por ejemplo, la profundidad
histórica de la apócope –, se encuentran a caballo entre compuesto y
palabra simple, con diversos grados de gramaticalización, según el
parámetro que se tome en cuenta. Este parámetro de ligamiento,
como digo, sería de los más débiles para efectos de establecer la gra-
maticalización total de estos indefinidos.

4.5 Variabilidad paradigmática

Este parámetro junto con el siguiente responde al eje de variabilidad.


Ya hemos comentado, en el parámetro de paradigmaticidad, que en
los orígenes existían cuatro relativos capaces de integrarse en un
constructo de indefinido compuesto: que-, qui-, quien-, cual-. Hemos
comentado también que el componente verbal, querer, podía en los
orígenes no solo alternar con otros verbos para formar la oración
Parámetros de gramaticalización en los indefinidos compuestos del español 27

base que dio lugar al constructo, sino que podía aparecer flexionado
en los dos modos, además de en varios tiempos de esos dos modos.
Existía por lo tanto en los orígenes variabilidad paradigmática en
ambos componentes, variabilidad que desde periodos tempranos se
debilitó enormemente para los dos formativos, puesto que, de un
lado, los relativos qui- y que- se pierden muy pronto como posibilidad
estructural para integrar un indefinido compuesto, quien- siempre
tuvo una productividad débil y es cual- el único relativo de los cuatro
originarios que tiene verdadera productividad para la formación de
indefinidos compuestos en el español actual. Por lo tanto, de una
variabilidad paradigmática de cuatro componentes se pasa muy pron-
to a solo dos y, de hecho, en el español actual se puede decir que es
solo uno el relativo que forma indefinidos compuestos. De otro lado,
la forma verbal definitiva -quiera se fija también muy pronto, ya para
fines del siglo XIII puede decirse que está totalmente fijada en el
constructo. En resumen, para fines del siglo XIII quedan residualmen-
te algunas pocas documentaciones de la variabilidad paradigmática de
que gozaban los dos componentes, relativo y verbal, en los inicios del
proceso de gramaticalización.
Síntoma también de debilitamiento de la variabilidad paradigmá-
tica es la reducción categorial que experimentó el indefinido com-
puesto en su evolución. En el siglo XIII podía funcionar tanto como
pronombre cuanto como adjetivo; el hecho de que quiquier, quequier y
quienquiera solo pudieran operar como pronombres contribuye a que
la categoría sea muy pronominal en sus orígenes; también cualquiera se
documenta con frecuencia como pronombre en ese siglo (algo más
del 30% de todas las ocurrencias en ese periodo). Lo interesante para
los fines del parámetro que estamos analizando es que en la historia
del español se produjo un interesante deslizamiento diacrónico desde
la categoría pronombre hacia la de adjetivo; es decir el constructo se
desplazó desde una función sustantiva hacia una adjetiva, modifica-
dor de la frase nominal. A esta reducción categorial contribuyeron no
solo la pronta pérdida de quiquier y quequier y la escasa productividad
de quienquiera, sino sobre todo el hecho de que cualquiera, único inde-
finido compuesto que podía operar en las dos categorías, también se
28 Concepción Company Company

despronominalizó porque se movió de manera muy notable desde


pronombre hacia adjetivo en el español: de un 33% de función adje-
tiva en el siglo XIII se pasa a un 76% de esa función en el siglo XXI
(Company & Pozas en prensa). Por lo tanto, la reducción categorial es
también señal de pérdida de variabilidad paradigmática, a la vez que
el cambio de pronombre hacia adjetivo es igualmente síntoma de
pérdida de autonomía – puede decirse que un pronombre es sintácti-
camente más autónomo que un adjetivo –, y, en consecuencia, el
conjunto de cambios es síntoma inequívoco de gramaticalización.

4.6 Variabilidad sintagmática

En sus orígenes, los indefinidos compuestos, en función adjetiva,


gozaban de libertad posicional sintagmática ya que podían aparecer
antepuestos o pospuestos a su núcleo sustantivo e, incluso, como ya
hemos comentado, aunque más raramente, con el núcleo sustantivo
interpuesto entre los dos formativos del constructo. Los tres órdenes
medievales posibles aparecen ejemplificados en (12a), (12b) y (12c),
respectivamente.

(12) a. et despues fiziere otra manda, en qual quier tiempo que


sea (FR, 69.9)
E demás por cualquier desabenencia que oviessen entre
sí partién luego sus casamiento (GEI, 2.534)
Quando alguno tomare sennal o parte del precio de qual
quier cosa que uenda... (FR, 83.30)
b. E si iusticia fiziere, aya la pena que auríe otro ome qual
quier que a tal fecho fiziesse (FR, 14.25)
E si el personero se agrauiare del iudicio qualquier quel
dieren, quier... (FR, 21.26)
Quien algunas testimonias ouiere pora prouar su pleyto,
quier sea de acercatión quier dotre demanda qualquier,
diga gelo (FR, 45.22)
Parámetros de gramaticalización en los indefinidos compuestos del español 29

por compras o por cambios o por en plazamientos o por


otra rrazon qualquier (DLE, 1288, 141.183)
c. Mas aun por todo esto Jerónimo non escusa a Lot que
non pecó él por cual guisa quier (GEI, 1.262)
e de qual natura quier que sea, que se parta e sse arriedre
(Setenario,143.14)

Se pasó, por tanto, de tres órdenes posibles en el español del siglo


XIII, a dos órdenes, antepuesto y pospuesto, en el español ya de ini-
cios del siglo XV, a un solo orden en el siglo XX-XXI: antepuesto, an-
teposición que está ya documentada con consistencia desde el siglo
XVIII (Company & Pozas en prensa). En el español del siglo XXI en
una muestra de 150 indefinidos compuestos solo dos casos (1.3%)
aparecen pospuestos al núcleo sustantivo, y solo se pospone cualquie-
ra, ya no es posible posponer cualquier como ocurría en el español
medieval, tal como muestran los ejemplos de (12) arriba.
Lo importante para los fines de este parámetro es que el cons-
tructo perdió progresivamente libertad posicional, es decir, perdió
variabilidad sintagmática o lo que es lo mismo, se produjo una gra-
dual reducción de posibilidades distribucionales. Diacrónicamente,
por tanto, tuvo lugar un proceso notable de adelantamiento del inde-
finido y de fijación del orden indefinido + sustantivo, fijación de
orden que está acorde con la pauta estructural del español de que los
modificadores o adjuntos del sustantivo van por lo regular en el mar-
gen izquierdo del núcleo del sintagma.
El hecho de que no hayamos prácticamente documentado cual-
quier(a) pospuesto al sustantivo en el siglo XXI no significa que no sea
una distribución posible del indefinido en la lengua española, pero sí
es significativo de que se fijó y se volvió norma uno de los órdenes
medievales posibles: indefinido modificador + N, y es también señal
de la pérdida de variabilidad sintagmática y señal de la gramaticaliza-
ción del constructo como forma propia del margen izquierdo de la
frase nominal, a la vez que es señal de que se integró paradigmática-
mente con otros indefinidos-adjuntos propios del margen izquierdo
del núcleo (véase el parámetro §4.3).
30 Concepción Company Company

La posibilidad de posposición del indefinido cualquiera está, sin


duda, viva en el español actual, pero además de ser totalmente infre-
cuente, la posposición añade un significado estimativo al sustantivo
denotado por el indefinido: un hombre cualquiera; una mujer y no
cualquiera, no es un vino cualquiera, connotación estimativa de la
que carece el orden no marcado, antepuesto.

5 Conclusiones

Hemos analizado un caso paradigmático de gramaticalización, la de


los indefinidos compuestos, ya que cumplen a cabalidad los paráme-
tros que se consideran básicos para que se produzca este tipo de pro-
ceso. En todos los parámetros analizados se observa un debilitamien-
to o pérdida del parámetro en cuestión o bien un fortalecimiento del
parámetro, y en ambos casos el rasgo sobresaliente resultante es la
pérdida de autonomía de que gozaban los componentes del indefini-
do compuesto en sus orígenes, pérdida de autonomía que es clave
para poder establecer el grado fuerte de gramaticalización que mues-
tran estos indefinidos. Se trata de una gramaticalización casi total-
mente cumplida, decimos «casi», porque hemos visto también que
quedan algunos reflejos de la independencia de los formativos origi-
narios y que el grado de obligatoriedad de uso no es tan fuerte como
en otras gramaticalizaciones de nuestra lengua. Hoy en día, tiene el
indefinido compuesto, al menos para efectos del grado de cohesión,
un estatus categorial intermedio entre compuesto y palabra simple,
aunque ya hay evidencia suficiente de que en la lengua oral no cuida-
da el constructo debe haber adquirido nivel de palabra simple desde
hace tiempo, con total inseparabilidad de sus dos formativos.
Hemos visto, asimismo, que la gramaticalización es un proceso
que impacta simultáneamente los ejes sincrónico y diacrónico de la
lengua. Impacta la sincronía de las formas involucradas, puesto que
quedan afectadas las relaciones sintagmáticas y paradigmáticas de la
Parámetros de gramaticalización en los indefinidos compuestos del español 31

forma o construcción en cuestión con otras formas en el sistema de


la lengua, e impacta igualmente la diacronía ya que progresivamente
se pierde o debilita el peso estructural de las formas (integridad y
alcance), se fortalece paulatinamente la cohesión (paradigmaticidad y
ligamiento) de los componentes que entran en el proceso de gramati-
calización y se pierde o debilita la variabilidad (paradigmática y sin-
tagmática) de que gozaban las formas antes de iniciarse tal proceso.
Los parámetros proporcionan un criterio de hasta qué punto un sig-
no está gramaticalizado, es decir, en qué grado ha entrado a formar
parte de la gramática de una lengua.
La gramaticalización es, en definitiva, un principio de ordena-
miento y jerarquización de las formas y categorías de la lengua y un
proceso dinámico de, simultáneamente, pérdida y ganancia de signifi-
cados y distribuciones, que explica cómo se crean y renuevan los
signos lingüísticos, que explica, en resumen, cómo se renueva la gra-
mática de una lengua.

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