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Enseñanzas del Grupo Familiar

Gén 1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.


Gén 1:2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas
estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre
la faz de las aguas.
Gén 1:3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Gén 1:4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las
tinieblas.

En este pasaje de la escritura podemos ver que Dios es el creador de todas las cosas
que existen en las galaxias, luego pues, Si Él es el creador de lo que existe (incluida
la raza humana, como puede verse en los versículos 26-28) conoce todas las
dificultades, problemas, necesidades y, sobretodo, la solución para todos estos
aspectos de nuestras vidas.
El versículo 2 es una figura de la vida del ser humano sin Dios. Claramente saltan a la
vista dos palabras que describen la realidad del ser humano sin Dios, estas son:
1.- desorden.- las diferentes versiones de la biblia traducen: caos, desolada y
confusión. Así se da la idea de que la tierra no tenía propósito. Porque cuando hay un
propósito se ordenan las cosas por prioridades, después sigue el orden.
2.- Vacía.- otras versiones traducen: no había nada, informe, desierta. Da la idea de
un amontonamiento de sustancias que no producían ningún sentido.
Las dos palabras nos enseñan que cuando el ser humano vive sin Dios en la vida y lo
olvida a Él como motivo y razón de su existencia la vida se vuelve vanidad (algo
vacío, sin sentido, ni sustancia, Ec. 1. 2,3) y al final solo queda frustración.

El versículo 3 nos enseña que el Esp´ritu Santo sobre la tierra, que estaba envuelta
en aguas y oscuridad, se movía sobre la supreficie de las aguas, como preparando lo
que después se realizaría. Así en la vida del ser humano Dios va preparando el
terreno para comenzar algo grandioso y hermoso. Por eso todas las dificultades,
debilidades, necesidades, dones y talentos nos preparan para que Dios se luzca en
nosotros, es decir, todo lo malo que hemos vivido y sufrido no sorprende, desacredita
o limita a Dios para que haga lo que Él quiere hacer con nosotros. La mas terrible
oscuridad no alejó a Dios de su creación.
Sólo que la condición para empezar a vivir la realidad de lo que Dios quiere que
vivamos es que resplandezca Su luz (Sal 43.3; Jn. 8.12).
La luz de Dios en el ser humano se resume en dos cosas
1.- Jesús. Que es el que redime nuestras vidas y enciende nuestros sentidos para
valorar a Dios y su amor para con la raza humana. Las tinieblas y maldad dejan de
ser nuestra influencia principal cuando Él llega a nuestras vidas.
2.- La luz para tomar las decisiones correctas en los momentos críticos, de calma o en
toda circunstancia.
Conclusión.- Pidamos a Dios su Luz en toda circunstancia.

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