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ENSAYO LITERARIO

JUAN ESTEBAN VILLAMIZAR

COLEGIO DE SANTANDER

LENGUA CASTELLANA

BUCARAMANGA

2019
El aborto, una decisión del siglo XXI

La interrupción y finalización prematura del embarazo de forma voluntaria, o también conocido


como aborto, estuvo penalizado hasta hace menos de veinte años en Colombia, sin embargo, desde
hace más de una década la Corte Constitucional hizo legal la Interrupción Voluntaria del Embarazo
(bajo la Sentencia C-355 de 2006) que se recogiera dentro de las 3 causales establecidas: Si la vida
de la madre se encuentra en peligro, por violación y por malformaciones del feto.
Desde entonces diferentes entidades públicas y privadas se han encargado de brindar este servicio
a todas las mujeres que lo necesiten, a pesar de eso, en muchos casos hay mujeres que evitan abortar,
debido a que gran parte de la sociedad está en desacuerdo con el aborto en su totalidad y ejercen
presión social sobre estas (generalmente son personas cercanas como familiares) y terminan no
interviniendo en el embarazo.
Según una encuesta hecha por La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres el 35% de la población
está en contra del aborto, cifra alarmante ya que abarca a más de un tercio de la población
colombiana; Dentro de la misma encuesta se ilustra que más del 75% de las personas que se
encuentran en contra no tienen conocimientos certeros de los procesos o implicaciones de este. Por
otro lado, la Constitución colombiana solo lo permite dentro de las tres situaciones ya mencionadas.
Al año se ejecutan alrededor de 130.000 abortos en Colombia donde solo 3.400 son legales, esto
resultando en abortos clandestinos y potencialmente mortales según la Universidad Externado de
Colombia.
El Foro de Educación Sexual realizado por el MEN y El Tiempo, afirma que los y las adolescentes
colombianos/as están empezando su vida sexual de forma prematura entre (12 y 16 años) sin
protección ni planeación, lo cual conduce directamente a los embarazos prematuros, los cuales en
los últimos 30 años han venido en aumento debido a la falta de información, al tabú y la falta de
presencia familiar frente al tema. Según la Doctora Stella Cerruti, médica uruguaya especializada
en educación sexual y asesora de la Organización Panamericana de la Salud, "para posibilitar
conductas saludables, placenteras y responsables en materia de educación sexual y reproductiva,
es necesario desarrollar un proceso educativo, en el que se reflexione sobre los distintos elementos
que intervienen en la conformación de las actitudes y los comportamientos".
Sin embargo, debido al desconocimiento y tergiversación del tema, la educación sexual en
Colombia no está implementada de una forma apropiada y el tema se ha enfocado en gran parte a
la abstención (la cual ya ha demostrado no tener efectividad); como consecuencia a esto, los
embarazos a temprana edad han aumentado y frente a esta problemática de salud pública se hace
pertinente el debate planteado por el movimiento feminista que consiste en “Educación sexual para
decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.
Muchos estudios han demostrado una clara relación entre la falta de acceso a la educación de
calidad, con precarias condiciones socioeconómicas y los embarazos a temprana edad, los cuales
afectan de manera grave el proyecto de vida de las jóvenes madres (en su mayoría dejan los estudios
para dedicarse a la maternidad) y la apropiada crianza de los hijos no planificados. Estudios
psicológicos hechos por el Ministerio de Salud afirman que los hijos producto de embarazos no
planificados son un agravante de la situación socioeconómica de las familias de medio y bajo
estrato pues la situación económica es precaria para el mantenimiento del bebé y tienden a volverse
familias disfuncionales.
A parte de todas las implicaciones económicas negativas ya mencionadas, cabe mencionar que este
tipo de situaciones son perjudiciales tanto para la madre como para el hijo, ya que la madre al ser
obligada a tenerlo no se encontraría en una situación psicológica ideal, ni en capacidad para cuidar
y educar apropiadamente al niño y este se vería resentido a largo plazo debido a la poca preparación
de sus padres.
Muchas de las organizaciones “pro-vida” (mejor conocidos como anti-derechos) argumentan que
el aborto es un acto cruel e inhumano ya que se le “arrebata” la vida a un “bebé”, en las sentencias
judiciales y en los conceptos médicos se deja claro que se considera feto a partir de la semana 40
y bebé después del parto, a lo cual proponen que la madre debe tenerlo en consecuencia a su
“irresponsabilidad” (ignorando todo el contexto social de las mujeres) y dar el bebé en adopción si
no se tienen los medios suficientes para cuidarlo. Estas soluciones demuestran la poca sensibilidad
y comprensión de la problemática social, ya que, al tener a un hijo obligadamente puede afectar el
proyecto de vida de la madre con su salud mental y la del bebé; además, se estima que dentro de
un orfanato existen diferentes factores que amenazan el estado mental y físico de los niños, sin
mencionar que a partir del 2005 el índice de adopción tanto nacional como internacional ha
disminuido, alargando la estadía de estos niños en el ICBF y reduciendo su posibilidad de ser
adoptados a corto plazo. Curiosamente son estas mismas organizaciones “pro-vida” las que
tergiversan y obstaculizan la Educación sexual en Colegios, argumentando que esto tendría el
efecto adverso, lo cual es completamente falso ya que en otros países la correcta implementación
de esta medida ha reducido en gran parte los embarazos adolescentes según la OMS.
El 50% de los abortos se realizan en las primeras 10 semanas, cuando se puede hacer mediante
pastillas como la mifepristona y el misoprostol, mientras que después de estas, se realiza un
procedimiento quirúrgico muy sencillo para las entidades de salud, que, por el contrario, no es
seguro cuando se realiza de forma clandestina (en consecuencia, cada año mueren en Colombia
alrededor de 70 mujeres). En Europa del Oeste y del Norte, donde es totalmente legal, tienen las
menores tasas de aborto en el mundo; y conforme a varios análisis se estableció que las leyes de
restrictivas no están asociadas con menores tasas de aborto. La tasa promedio en aquellos países
donde está completamente prohibido o donde solo se permite para salvar la vida de la mujer, es de
370 casos por 10000 mujeres en edad reproductiva, en comparación con 340 por 10000, en países
en donde es legal (y reduciendo en un 98% las muertes de la madre por procedimientos inseguros).
Otra consecuencia es que las mujeres de clase alta, a pesar las barreras enunciadas, sí acceden a
estos procedimientos seguros, ya sea en entidades privadas o en otros países, mientras que las
mujeres de clases empobrecidas son las que mueren por los abortos clandestinos. Desde mi punto
de vista, la solución ante este problema de salud pública sería implementar correctamente la
educación sexual desde primaria, para concientizar y prevenir los embarazos no planificados. El
aborto ha existido a lo largo de la historia y seguirá existiendo así se creen leyes que lo restrinjan,
y culturalmente haya imaginarios conservadores que impidan el ejercicio del derecho. Está
comprobado que en todos los países donde el aborto es prohibido completamente no se ha
evidenciado una disminución en el número de procedimientos sino un aumento en el número de
muertes por abortos clandestinos, en contraste, en los países que sí lo legalizaron en todos los casos,
se han tenido resultados positivos, como, reducir la mortalidad de las mujeres en este proceso y
disminuir los riesgos que conlleva. Enfocándonos en el contexto colombiano, se debe brindar
información clara y neutral para garantizar la accesibilidad y proteger el acceso a los derechos
sexuales y/o reproductivos, y culturalmente avanzar en la empatía hacia las mujeres que deben
pasar por esta difícil y compleja decisión.

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