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Por su parte Ruiz, 2004, plantea que el trastorno por déficit de atención es un
padecimiento neuropsiquiátrico que se presenta con mayor frecuencia en la edad pediátrica y la
adolescencia, la edad en que se manifiestan los síntomas es variable, habitualmente aparecen a
los 3 y 5 años de edad y se exacerban en la etapa preescolar. También se ha tomado como una
alteración neuroquímica, sobre todo en dopamina y serotonina que se presenta en los lóbulos
prefrontales y ganglios basales del cerebro, produciendo además alteraciones en el
procesamiento de la información, con una notable ausencia de filtro hacia los estímulos y la
incapacidad para distinguir lo importante y lo irrelevante (DSM-IV-TR, 2013).
Los orígenes del TDAH parten desde lo genético y lo no genético, un origen genético
cuando los padres en su infancia lo presentaron la probabilidad de que los hijos lo presenten es
muy alta, sin embargo, aunque exista una predisposición de este tipo, en otros individuos su
origen está influenciado por factores ambientales específicos (Van-Wielink,2006). Algunas de
las causas ambientales pueden ser Prenatales, como la exposición a tabaco, cocaína, alcohol o
plomo en el embarazo y anemia materna; Perinatales, como bajo peso al nacer / prematuridad,
Hipoxia, traumatismo craneoencefálico y Perímetro craneal bajo; Postnatales como desnutrición,
Traumatismo craneoencefálico, Abandono extremo o Deprivación psicosocial. Además, factores
psicosociales como la inestabilidad familiar, problemas con amigos, paternidad y crianza
inadecuada, relaciones negativas padres-hijos, niños que viven en instituciones con ruptura de
vínculos y adopciones tienen un papel modulador en la expresión y afectar la severidad de los
síntomas (Vicario y Soutello, S.f).
Este trastorno ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud señalando que
existe una prevalencia entre ocho y doce por ciento de niños y adolescentes con TDAH (OMS,
2017). En Latinoamérica existen al menos treinta y seis millones de personas con TDAH y
menos de un cuarto de los pacientes se encuentran bajo tratamiento multimodal; entre estos, solo
el 23% tiene un apoyo terapéutico psicosocial y el 7% tratamiento farmacológico adecuado. (De
la Peña, Palacio, Barragán, 2010). En Colombia, El Ministerio de Salud en su Boletín de Salud
Mental No 4, Salud mental en niños, niñas y adolescentes reportan que el TDAH es el trastorno
mental que más se presenta en niños y adolescentes, con una con una frecuencia del 3%
(IC95%:2,1%- 4,1%). En el TDAH vemos algunas diferencias por género, la relación
varón/mujer varía según los estudios desde 6/1 a 3/1, se presenta mayormente en hombres
(Vicario & Soutullo, s.f). Estas cifras sugieren una alta demanda a la atención del trastorno, su
estudio y tratamiento.
Para su diagnóstico de TDAH se debe esperar hasta los 6 o 7años, de tal forma que tenga
la oportunidad de madurar cerebralmente. Los síntomas que se presentan en los más pequeños
son: suelen ser más inquietos, impulsivos, se les dificulta la coordinación motora, les cuesta
mucho la adaptación en cualquier ámbito, su conducta suele ser negativa, mientras crecen se les
va generando conflicto en su vida escolar, suelen ser impacientes, se les dificulta organizarse y
presentan una baja autoestima debido a que sienten que todo lo hacen mal (Roselli, 2011). El
diagnóstico del TDAH se basa en una historia clínica detallada y observación directa por los
padres, profesores y profesionales (Vicario y Soutullo, s.f).
Por otro lado, se debe tener en cuenta que el TDAH presenta una alta comorbilidad con
desórdenes disruptivos de conducta, trastornos de ansiedad, desórdenes del ánimo y problemas
de aprendizaje, y hacia la adolescencia y adultez se asocia con uso de sustancias,
comportamiento antisocial y accidentes de tránsito (Mayor & García, 2011 citado en Anaya).
Para la intervención del TDAH exige una detección temprana, la categorización de las
dificultades en distintos ámbitos que presenta el niño, y el diseño de un programa de trabajo
ajustado a todos los contextos para atenuar la expresión sintomatológica del TDAH (Orjales,
2011). La intervención más adecuada seria realizar procesos terapéuticos con profesionales
especializados hacia esta problemática cuyo objetivo sería incrementar o mejorar la capacidad
del niño para procesar y usar la información adquirida de manera adecuada (Anaya, 2108).
Un plan de tratamiento multidisciplinar para un niño con TDAH y su familia casi siempre
debe incluir 3 aspectos fundamentales: Entrenamiento a los padres, con psicoedución sobre el
TDAH y entrenamiento en técnicas de manejo conductual del niño; Una Intervención a niveles
académico y escolar y un tratamiento farmacológico específico para el TDAH (Vicario y
Soutullo, s.f).
Referencias
De la Peña, F; Palacio, J & Barragán E. (2010). Declaración de Cartagena para el Trastorno por
Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH): rompiendo el estigma. Revista Ciencias
de Salud. 8 (1): 93-98.
Ministerio de salud y protección social. (2018). Boletín de salud mental Salud mental en niños,
niñas y adolescentes.
García, R (2013) Mejora de la detección precoz del trastorno por déficit de atención con o sin
hiperactividad (TDAH) tras la implantación de un documento de consenso sobre
actuación asistencial. (Tesis de Doctoral) universidad contémplense -Madrid
Orjales, I (2011). Claves para afrontar la vida con un hijo con TDA-H. Madrid: Pirámide.
Vélez H, Rojas W, Borrero J. Fundamentos de medicina: psiquiatría. 5.a ed Medellín: CIB; 2010
De la Peña F, Palacio JD, Barragán E, Declaración de Cartagena para el Trastorno por Déficit de
Atención con Hiperactividad (TDAH): rompiendo el estigma. Rev. Cienc. Salud 2010; 8
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