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Perdón y reconciliación en el proceso comunitario

Objetivo
Reflexionar sobre el perdón, pero especialmente en la reconciliación en los procesos
comunitarios, para tener mejor apertura espiritual a la construcción de una comunidad
fraterna.

Oración inicial
Señor, tú me llamas a vivir en comunidad. Y quieres que edifique la
comunidad. Me quieres en comunión con los otros no para estar mejor,
ni ser más fuerte, sino para que sea yo mismo. La comunidad es fuerte si
espera. La comunidad es verdadera si ama. La comunidad es santa si cada
uno es santo. Ser comunidad es existir para los demás. Es encontrarse con
los otros. Es rezar con ellos. Es dar muestras de la propia esperanza. Sólo
así podremos acercarnos a los que no recibieron la fe y ponerlos en tus
manos. Sólo así podremos sostenerla en los que a duras penas la
conservan. Seremos tus testigos no por lo que digamos sino por lo que
seamos y por todo lo que hagamos por mostrar tu rostro a los ojos de los
hombres.

Tema
El proceso comunitario está indicado en las NGFO.
2.6 Proceso comunitario (VC 67; PI 26-28)
23 El Señor Jesús llamó a sus apóstoles a formar en torno a sí una comunidad, y a
realizar en el mundo una auténtica fraternidad «para que el mundo crea» (Jn. 17,
21). Para nosotros, oblatos, «la comunidad de los apóstoles con Jesús es el modelo
de nuestra vida» (C. 3; TCA 32).
24 La formación oblata se realiza en una fidelidad dinámica a la Iglesia y a nuestra
vida comunitaria, religiosa y apostólica. En cada etapa de la formación, hay que
mantener viva la dimensión comunitaria y eclesial de nuestro carisma. Esto no
disminuye en nada el valor propio de la persona; por el contrario, asegura su pleno
desarrollo humano, social y espiritual. Por tanto los candidatos deben ser hombres
capaces de asumir sus propias responsabilidades y de contribuir a la construcción
de la comunidad apostólica.
La comunidad no es un hecho factico que se dé desde el momento en el que nos ponemos
a vivir juntos. Las NGFO nos indican que se tienen que asumir actitudes para contribuir en
la construcción de la comunidad, pero esta construcción es inacabable. Nuca se podría decir
que estamos en la comunidad perfecta, pero si nos podemos comprometer en
perfeccionarla cada día más en la caridad.
El perdón es definido por la Real Academia de la lengua española de la siguiente manera:
Perdonar (Del lat. per y donāre, dar).
1. tr. Dicho de quien ha sido perjudicado por ello: Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u
otra cosa.
2. tr. Exceptuar a alguien de lo que comúnmente se hace con todos, o eximirle de la
obligación que tiene.
Bajo estos presupuestos podemos deducir que se puede perdonar pero no comprometerse
en un proceso real de reconciliación.
La reconciliación es el «restablecimiento de la concordia y la amistad entre dos o más partes
enemistadas»
Desde la misma definición de los conceptos, perdón y reconciliación no son lo mismo, uno
puede perdonar pero no reconciliarse con la persona que se ha perdonado. En el caso de
las comunidades religiosas como la nuestra, es necesario hacer algo más que perdonar, es
necesario reestablecer los lazos de fraternidad y esto hacerlo una y otra vez. "Pedro se
acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me
haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?» Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino
hasta setenta veces siete.» Mt. 18,21-22
En la cita del Evangelio de san Mateo le agregaríamos el plus de reconciliarte hasta setenta
veces siete.

Reflexión
Cuando otro actúa de esa manera, decimos que tiene mal genio; pero cuando tú lo
haces, son los nervios.
Cuando el otro se apega a sus métodos, es obstinado; pero cuando tú lo haces, es
firme.
Cuando el otro no le gusta tu amigo, tiene prejuicios; pero cuando a ti no te gusta
su amigo, sencillamente muestras ser un buen juez de la naturaleza humana.
Cuando el otro hace las cosas con calma, es una tortuga: pero cuando tú lo haces
despacio es porque te gusta pensar las cosas.
Cuando el otro gasta mucho, es un despilfarro; pero cuando tú lo haces, eres
generoso.
Cuando el otro encuentra defectos en las cosas, es maniático; pero cuando tú lo
haces, es porque sabes discernir.
Cuando el otro tiene modales suaves, es débil; cuando tú lo haces, eres cortés.
Cuando el otro rompe algo, es torpe; cuando tú lo haces, eres enérgico.
¿Por qué te fijas en la astilla que tiene en el ojo tu hermano a en tu prójimo y no te
fijas en la viga que tienes en el tuyo?
Veamos las virtudes de los demás, y dejemos de juzgar, que conforme a nuestro
juicio seremos juzgados.

Preguntas para la reflexión


¿Cómo puedo definir la diferencia entre perdón y reconciliación?
¿Puedo sentir remordimiento con las cosas que hago mal en la comunidad?
¿Suelo pedir perdón a las personas que he ofendido?
¿He perdonado a los miembros de la comunidad aunque no me pidan perdón?
*¿Puedo tener lazos profundos en vistas de una reconciliación comunitaria?
*¿Me comprometo responsablemente y con disponibilidad de construir comunidades
apostólicas?

Textos bíblicos para el tiempo personal

(Heb. 10,24-25) (1Cor. 1,10) (1Pe. 3,8) (Col. 3,14) (Hch. 2,46-47) (Rom. 12,16:15,5:16,17)
(Ef. 4,32) (Mt. 5,23-26)

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