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Apreciados colegas y amigos

La celebración hoy del 61 aniversario de la fundación de la


Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo, que preside
nuestro apreciado amigo, Ing. Emilio Guerra Sambrano, es un
importante acontecimiento, que llena de enorme satisfacción a
todos los ingenieros del país, y muy especialmente, al Colegio de
Ingenieros de Venezuela que me honro en presidir, y que se apresta
a celebrar jubiloso su 158 aniversario el próximo 28 de este mes de
octubre.

Fue en 1958, año de los albores de nuestra democracia, cuando un


destacado grupo de Ingenieros de esta especialidad, decidió la
creación de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo, con
la finalidad de lograr un ente gremial participativo, y con opinión
preponderante en el entorno nacional e internacional, de acuerdo
con la posición geopolítica de Venezuela, con especial énfasis en la
parte tecnológica del negocio de los hidrocarburos, y su visión, es
la de convertir a la Sociedad en el organismo de opinión técnica y
profesional más autorizado del país en esta materia.

Entre sus objetivos se encuentra el impulso y fomento de la


explotación y aprovechamiento óptimos de los recursos
nacionales de hidrocarburos, en busca del mayor y más prolongado
beneficio social y económico del país, procurando que su
explotación se haga preservando el ambiente para las
generaciones futuras.

En base a todas estas premisas, los colegas que integran la


Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo, trabajan de
manera entusiasta, decidida, y con amplio sentido venezolanista
para el logro de estos objetivos.

Desde los inicios de la explotación petrolera en nuestro país,


comenzando por la compañía minera Petrólia del Táchira en 1878,
pasando por el primer pozo explotado en el Lago de Maracaibo, en
1914, el Zumaque I; la primera exportación del producto en 1917, y
el reventón del pozo Los Barrosos en la zona oriental del Lago de
Maracaibo en 1922, se comenzó a escribir un capítulo muy
importante de la historia contemporánea de Venezuela. A partir de
entonces, la industria petrolera iniciaba un rápido proceso de
crecimiento para producir una completa y total transformación del
país.

A partir de entonces, el país agrícola comenzaba a ser sustituido


por la Venezuela petrolera, convirtiéndonos en un país
monoproductor y monoexportador del llamado “oro negro”. Se
hizo caso omiso a una clarinada de alerta hecha por Arturo Uslar
Pietri en un artículo publicado en el diario caraqueño “Ahora”, en
el año 1936, cuando señalaba la conveniencia de “sembrar el
petróleo”, no solo para permitir un racional y mejor
aprovechamiento del producto, sino para que, desde entonces, se
comenzaran a echar las bases que permitieran el apuntalamiento
hacia un proceso de desarrollo efectivo. Nada de eso se hizo.

Sabemos que la industria petrolera nacional se encuentra


actualmente en las peores condiciones de toda su historia, por
razones que sería amplio enumerar y que todos ustedes conocen a
la perfección.
El sector petrolero requiere gigantescas inversiones y políticas de
mantenimiento. Aquí debe actuarse con el mayor margen de
equilibrio, porque nuestra principal industria requiere de resultados
ampliamente positivos y que verdaderamente redunden en
beneficios para nuestros compatriotas. Es necesaria una
rectificación y reorientación de las políticas petroleras, cuyos
resultados en los últimos años, no han sido los más satisfactorios.

Por nuestra parte, continuaremos ofreciendo a la Sociedad


Venezolana de Ingenieros de Petróleo, la mayor colaboración en
todas las iniciativas que emprenda, en beneficio de los agremiados
y de todo el país.

Quiero expresar aquí nuestra satisfacción por este nuevo


aniversario, y dar mis felicitaciones a estos distinguidos
profesionales que hoy son merecedores de este importante
reconocimiento por su empreño durante largos años, en impulsar y
fomentar la explotación de los hidrocarburos, en busca del mayor
beneficio social y económico del país.

Muchas gracias.

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