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La universidad en Venezuela

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA EDUCACIÓN EN VENEZUELA

Educación Superior

Es importante destacar, que como consecuencia del auge petrolero de la década


de los años cincuenta la educación en Venezuela no era considerada como una
prioridad para el gobierno, debido a que para la época las necesidades de mano
de obra calificada eran solucionadas con la inmigración europea de empleados
técnicos y profesionales. Cabe señalar que para 1950, en Venezuela existían
únicamente 3 universidades, la Central, la de los Andes y la del Zulia, debido a
que en el periodo de dictadura los estudiantes universitarios eran los principales
opositores del gobierno. (Ver Morles et al, 2000).

Por otra parte, con el levantamiento de la democracia en 1958, nace la autonomía


del sector universitario, y el auge de las mismas, además, del aumento de la renta
petrolera y de la implantación del modelo de sustitución de importaciones, el cual
permitió un rápido crecimiento de las instituciones que impartían la educación
superior (ver Sierra, 2004). Sin embargo, este incremento de instituciones no ha
garantizado el aumento de la calidad sino más bien todo lo contrario, ya que
proliferaban las instituciones que no reunían los requisitos mínimos para un trabajo
académico digno de considerarse en ese nivel superior. (Ver Tunnermann, 2000).

Cabe señalar, que para 1970, se poseían aproximadamente 12 instituciones, de


las cuales 9 eran públicas (ver Sierra, 2004). Sin embargo para ese mismo año, se
implementó una reforma en la Ley de Universidades que tuvo como principal
propósito tener un mayor control por parte del gobierno sobre las universidades,
tanto en lo académico, administrativo y financiero entre otros. En ella se le confiere
más poder al Consejo Nacional de Universidades (CNU), otorgándole nuevas
funciones en lo concerniente a responsabilidades normativas y la distribución del
presupuesto de las universidades públicas, además se crea la Oficina de
Planificación del Sector Universitario (OPSU) como organismo se asesoría técnica
del CNU en cuanto a la programación de las mismas (ver Morles et al, 2000).

Finalmente en 1980 existían 62 instituciones aproximadamente, de las cuales 13


eran universidades públicas (ver Sierra, 2004), además en ese año el Congreso
Nacional aprueba una Ley Orgánica de Educación más avanzada, con el fin de
reorientar el desarrollo de este sector e introduce nuevos elementos que servirían
para sistematizar la heterogeneidad institucional presente en la época. (Ver Morles
et al, 2000)

Por otra parte, con relación al subsistema de educación superior, las cifras
muestran un incremento acelerado en el tamaño de la matrícula a finales de los
años 50 y este se acentúa a principios de los años 70 (Gráfico 3.7). En tanto que
para la década de los años 50 el número de inscritos en las universidades totalizó
22.000 alumnos aproximadamente, lo cual representó sólo el 0,3% de la población
total, este registro aumentó en 85.000 alumnos universitarios inscritos para los
años 70, un 0,8% de la población total, 300.000 en los años 80 (2,4% de la
población para ese año), luego se duplica en los años 90 a 600.000 alumnos
inscritos aproximadamente representando un 3% de la población total y finalmente
para el 2002 la cifra asciende a casi 900.000 estudiantes universitarios inscritos en
el sistema, lo que significa un 4% aproximadamente de los 23 millones de
habitantes que se encuentran en el país.

Gráfico 3.7

Matrícula Total de La Educación Superior

(1950-2002)

Fuente: Ministerio de Educación (M.E.) y Elaboración Propia

Vale la pena destacar, que este incremento de la matricula en la educación


superior vino acompañado, por la inserción de la mujer en este sector durante las
últimas tres décadas, sobre todo en áreas de conocimiento que antes eran
dominadas por el hombre, entre las cuales destacan, las Ciencias sociales, Las
Ciencias de la Educación, aunque en menor medida también destaca la
incorporación de la mujer en el área de ingeniería, arquitectura y Tecnología (ver
Sierra, 2004)

Por otra parte, en lo que respecta a la tasa de crecimiento interanual de la


matrícula en la educación superior (Gráfico 3.8), ésta demuestra que en promedio
el sistema ha crecido a una tasa del 15% los últimos 52 años, cifra bastante alta
para los acontecimientos pocos positivos por los que ha trascurrido este nivel
educativo desde la década de los años 50 hasta ahora. En este marco, se observa
que la tasa de crecimiento interanual más pronunciada de la matrícula universitaria
se presenta a mediados de los años 50 ubicándose en un promedio de 38,6%
anual, tasa que es muy faborable a pesar de que en el país existían apenas tres
universidades, y este sector no estaba en su máximo desarrollo,

Del mismo modo, se puede observar que dicha tasa presenta una clara
disminución desde principios de los años 60 hasta una recuperación observada en
la primera mitad de los años 70, la tasa de crecimiento promedio interanual para
ese periodo se ubicó en 13,19%. Cabe señalar, que durante los años 70 esta tasa
de crecimiento aumentó 3 puntos en comparación con la arrojada a finales de los
60, ubicándose en casi 16% para esos años. Luego disminuye nuevamente a
principios de los 80 manteniéndose más o menos estable hasta finales del año
2000 teniendo ésta un valor promedio de crecimiento interanual del 5%. Para el
año 2002 esta tasa se recupera 5 puntos y cierra el ciclo con una tasa de
crecimiento promedio del 10% en solo 2 años .

La desaceleración en la matrícula de educación superior a partir de los años 80,


puede ser explicada por diversos motivos. Primero por el hecho de que el
crecimiento de la matrícula llega a su tope de máximo crecimiento en el año 73
(23%). Por otra parte, hay que señalar la situación por la que atravesó el país y en
general América Latina durante la década de los años 80, la cual fue denominada
por algunos autores como la “década perdida” en todos los aspectos.

Entre las universidades más importantes del país destacan la Universidad Central
de Venezuela (UCV) (fundada en 1721), la Universidad de Carabobo (UC) en
Valencia, la Universidad Tecnológica del Centro en Carabobo, la Universidad
Doctor Rafael Belloso Chacin (URBE), la Universidad Rafael Urdaneta (URU), la
Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la Universidad Rómulo Gallegos
(UNERG) en San Juan de Los Morros, la Universidad Nacional Experimental
Marítima del Caribe (UMC) en Catia La Mar, la Universidad Bicentenaria de
Aragua (UBA) en Maracay, la Universidad Metropolitana(UNIMET), la Universidad
José María Vargas (UJMV); la Universidad Santa María (USM), la Universidad
Jose Antonio Paez (UJAP) en Carabobo , Universidad Nacional Experimental
Politécnica de la Fuerza Armada Nacional (UNEFA), la Universidad Nacional
Abierta (UNA), la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) y la
Universidad Simón Bolívar (USB) en Caracas; la Universidad Nacional
Experimental del Táchira (UNET) en San Cristóbal; la Universidad de los Andes
(ULA) (creada en 1785) en Mérida, Trujillo y Táchira; la Universidad del Zulia
(LUZ) en Maracaibo; la Universidad de Oriente (UDO) con sede en Cumaná y
delegaciones en diversas ciudades de la región; la Universidad Centroccidental
Lisandro Alvarado (UCLA); la Universidad Nacional Experimental Francisco de
Miranda (UNEFM) en Coro y Punto Fijo; la Universidad Nacional Experimental
Politécnica Antonio José de Sucre (UNEXPO) con sede en Barquisimeto, Caracas
y Puerto Ordaz; Universidad Nacional Experimental de Guayana (UNEG) con sede
en Ciudad Bolívar, Upata, Guasipati y Puerto Ordaz; La Universidad Nacional
Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (UNELLEZ), con sedes
en Barinas, Apure, Cojedes y Portuguesa; La Universidad Católica Santa Rosa
(UCSAR) (fundada en 1999) la Universidad Nacional Experimental Simón
Rodríguez (UNESR) (creada en 1974) con sede en Caracas y la Universidad
Bolivariana de Venezuela(UBV).

Igualmente, es mencionable la implantación estatal, desde 1975, de los programas


de becas de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho que, entre otros objetivos,
contempla una formación complementaria de los profesionales en el extranjero.

Rankings internacionales
En el índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, Venezuela (0.921)
está en el puesto número 71 en cuanto a años de estudio promedio a nivel
mundial y en el número 8 de Latinoamérica, los países con mejor Educación de
América Latina hasta 2007 eran Cuba (0.993), Uruguay (0.955) y Argentina
(0.946), aunque desde entonces Cuba no ha sido incluida en los indicadores. 9

Evaluaciones independientes
Venezuela es uno de los pocos países de Suramérica que no participa en el
programa del Informe PISA de la OCDE. El ministro Héctor Navarro declaró en
2009, al ser preguntado por qué el país no participaba en mediciones de calidad
internacionales, que Cuba estaba asesorando al gobierno.10

El gobierno del estado Miranda aceptó unirse al programa PISA en 2010 y los
primeros resultados fueron publicados en diciembre de 2011. Los datos iniciales
muestran que los alumnos en escuelas gerenciadas por el gobierno de Miranda
lograron un promedio de 422 puntos en la escala de lectura, el mismo nivel que
México.11

Opiniones

La posibilidad masiva de estudiar en universidades es relativamente reciente.


Había una enorme escasez de profesores antes de la democracia y era necesario
graduar los recursos humanos suficientes para la cantidad de aspirantes a
ingresar en el nivel de educación superior. Las dificultades se incrementaban por
las pocas instituciones universitarias existentes en 1957, sólo 6, a saber:
Universidad Central de Venezuela (fundada en 1721), Universidad de Los Andes
(1810), el Pedagógico Nacional, actual UPEL-Pedagógico de Caracas (1936), La
Universidad del Zulia (1946) y dos universidades privadas, la Santa María y
Católica Andrés Bello (ambas de 1953), aporte de la dictadura de Pérez Jiménez
en este sector. Esta aclaratoria se hace indispensable pues se ha querido hacer
creer que la obra universitaria de MPJ es la más importante y que además “hizo”
la Ciudad Universitaria de Caracas, actual sede de la UCV. Lo rigurosamente
cierto es que la Ciudad Universitaria, obra insigne del gran Carlos Raúl Villanueva,
fue decretada por el gobierno de Medina Angarita en 1943, su construcción se
inició al año siguiente y se culminó en los primeros gobiernos de la democracia
venezolana.

Es injusto entonces darle todos los créditos a MPJ, que estuvo en el poder entre
1952 y 1958, respecto a esta obra que fue planificada antes de su mandato y cuya
construcción involucró a todos los gobiernos desde Medina hasta la democracia,
incluyendo a la dictadura perezjimenista. Esta malsana interpretación histórica
parte del hecho que en 1954 la sede de la UCV, que estaba en el Palacio de las
Academias, se mudó a la Ciudad Universitaria. Como sucedió muchas veces
durante ese gobierno militar, le correspondió “cortar la cinta” al dictador llevándose
una gloria inmerecida. Hay que puntualizar el hecho que en 1957 sólo había
10.270 estudiantes universitarios en esas instituciones, de las cuales 4 estaban en
Caracas.

La democracia actuó rápida y eficazmente para resolver ese grave problema. En


el propio año inicial de 1958 creó dos universidades: Carabobo y Oriente.
Betancourt decretó el Pedagógico y el Politécnico de Barquisimeto y la Centro
Occidental Lisandro Alvarado. Poco a poco ya todos los venezolanos tendrían las
universidades cada vez más cerca de sus sitios de residencia. El presidente Raúl
Leoni continuó aquellas gestiones con la creación de la Universidad Simón
Bolívar. Ya en el primer gobierno de Rafael Caldera, se ponen en funcionamiento
las universidades Simón Rodríguez, Táchira, Academia Militar de Venezuela,
Escuela Naval de Venezuela, Escuela de Aviación de Venezuela y Escuela de
Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación (luego Escuela
de Formación de Oficiales de la Guardia Nacional), al mismo tiempo los
pedagógicos de Maturín y Maracay y los politécnicos de Guayana y Luis Caballero
Mejías y los primeros tecnológicos y colegios universitarios del país. De este
quinquenio es importante hacer mención de la aprobación de la Ley de
Universidades (1970) que hacía énfasis en la autonomía universitaria y de la
Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), ente técnico de apoyo. El
primer gobierno de CAP creó las universidades Ezequiel Zamora, Francisco de
Miranda, Rómulo Gallegos y Nacional Abierta. De esta gestión hay que resaltar el
comienzo del Plan de Becas Gran Mariscal de Ayacucho (1974), cuya función era
el financiamiento a estudiantes universitarios dentro y fuera del país. Luis Herrera
Campins en su presidencia decretó las universidades de Guayana, Rafael María
Baralt y la Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), esta última concentró a
partir de entonces a todas las instituciones pedagógicas. Lusinchi creó una serie
de tecnológicos y colegios universitarios y materializó el comienzo de la UPEL.

En el segundo gobierno de CAP se pudo iniciar la Universidad Politécnica Antonio


José de Sucre (UNEXPO) que reunió a todos los politécnicos del país. Finalmente,
Caldera en su segunda gestión creó la Universidad del Yaracuy. En este recuento
sólo se citaron las universidades públicas, pero si se agregan los tecnológicos y
colegios universitarios públicos y sus similares del sector privado se llega a un
incremento de 130 nuevas instituciones universitarias en 1998, impresionante cifra
para tan solo 41 años. Como consecuencia de esta política la cifra de estudiantes
de educación superior creció a 796.350 en 1998. Todas estas reflexiones tienen
como fin derrotar los mitos de la dictadura y también los más actuales de la
“exclusión puntofijista” y la propuesta de la “universidad popular”.

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