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La celebración del Día de Muertos es una de las tradiciones más antiguas y

representativas de México.
Actualmente, muchas familias mantienen viva esta costumbre dependiendo
de cada estado y, aunque es un día que se celebra en todo el país, cada una de
las 32 entidades federativas tiene su distintivo para dicha festividad.
…Y es que es eso, una fiesta en donde los vivos se encuentran con los muertos,
ofreciéndoles un auténtico banquete de olores, colores, sabores y música, con la
finalidad de que quienes seguimos en el plano terrenal no olvidemos que la muerte
es sólo una transición a lo eterno, mientras que los muertos “regresan” para
convivir con sus amigos y familiares.
ORIGEN
El culto al Día de Muertos es un legado ancestral que puede verse en las distintas
culturas prehispánicas que habitaron el territorio.

Sus orígenes son anteriores a la llegada de los españoles, quienes tenían una
concepción unitaria del alma, concepción que les impidió entender el que los
indígenas atribuyeran a cada individuo varias entidades anímicas y que cada una
de ellas tuviera, al morir, un destino diferente.
En la mitología azteca, Mictecacíhuatl es la reina del Mictlán, la región de los
muertos. Ella junto a su rey les da la bienvenida a todos aquellos que mueren por
causas naturales. Pero antes de llegar a ella, los difuntos, ya sean nobles o
plebeyos o ricos, deben atravesar un largo y doloroso viaje por el Camino de los
Muertos. Una vez que terminen su trayectoria se encontraran con los reyes
del Mictlán quienes le permitirán disfrutar del descanso eterno.
Mictecacíhuatl suele ser representada como una diosa descarnada con una
cabeza de calavera, con los pechos expuestos y numerosos pliegues en su
abdomen que representan sus múltiples partos. En algunas representaciones, la
Reina de la Muerte aparece con la mandíbula abierta dando vida a un guerrero
que sale de sus entrañas y a través de su cuello. En sí, ella simboliza el principio y
el fin de la vida.
Tras la conquista, la unión de las creencias indígenas con el catolicismo español
forjó un carácter religioso único, colorido y que conservó en cierta forma los
recuerdos ancestrales de las viejas tradiciones precolombinas.
¿CUÁNDO SE CELEBRA?
En México, el Día de los Muertos se celebra el 31 de octubre, el 1 y 2 de
noviembre.
De hecho, las festividades inician el 28 de octubre, que es cuando se recuerdan
a las personas que murieron en algún accidente; el 30 de octubre se recuerdan a
los bebes que murieron antes de ser bautizados; el 31 de octubre se celebra a
los niños menores de 12 años; el 1 de noviembre es el Día de Todos los Santos y
se recuerda a quienes fallecieron por causas naturales o enfermedades; y el 2 de
noviembre, después de las 12 del día -según las creencia es cuando las alma de
los difuntos se van- se recogen las ofrendas y se levantan los altares.
También se cree que las almas de los niños regresan de visita el día 1 de
noviembre, y que las almas de los adultos regresan el día 2.
ESCENCIA DE MÉXICO
Si bien es cierto que para los mexicanos es una fecha única donde conjugamos
la gastronomía, la música, la importancia de la familia y toda nuestra cultura en
general, también es una fecha que nos caracteriza ante los ojos del mundo.
Nuestro Día de Muertos es conocido en todos los continentes,
causando sensación y extrañeza por la manera en que recordamos y celebramos
a nuestros seres queridos que han abandonado el plano terrenal.
Lo más interesante, es que esa fecha no remite a una ausencia, sino a una
presencia viva que ha trascendido a la eternidad; la muerte es una metáfora de la
vida que se materializa en el altar ofrecido: quienes hoy ofrendan a sus muertos
serán en el futuro invitados a la fiesta.
Asimismo, el Día de Muertos se considera también una celebración a la memoria,
un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido.

El Día de Muertos es reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural


Inmaterial, enfatizando la importancia de su significado en tanto se trata de una
expresión tradicional -contemporánea y viviente a un mismo tiempo-, integradora,
representativa y comunitaria.
De manera general, esta fiesta incluye prácticas como adornar las tumbas en los
cementerios y dedicar altares (en los hogares o sobre las lápidas) que incluyen
diversos elementos para conducir a las ánimas de regreso al mundo de los vivos.
Se dice que el brillante color de las flores de cempasúchil representa el camino
que los muertos deben seguir; la luz y el calor de las veladoras los ilumina y
acompaña a través de la oscuridad del sepulcro, mientras que el suculento aroma
de los platillos preparados y colocados en las ofrendas los “nutre”, al tiempo que
rememora la importancia de compartir los alimentos con la familia.
Las ofrendas a los muertos se preparan minuciosamente con los manjares
favoritos del difunto y se colocan alrededor del altar familiar y de la tumba, en
medio de las flores y de objetos artesanales, decoración con papel picado,
fotografías, juguetes o cualquier recuerdo que una a los vivos con los muertos.

-Niveles del altar

Cada nivel representa los “mundos” que el difunto debe atravesar para conseguir
su descanso eterno. Si el altar es de dos niveles estos representan el cielo y la
tierra, si es de tres representan el cielo, el purgatorio y el inframundo, y si es de 7
representan los niveles del inframundo.

-Elementos del altar


-Veladoras. La flama que producen significa esperanza y son utilizadas para guiar
al difunto a llegar al altar. En algunas comunidades indígenas cada vela
representa un difunto, así que dependiendo del número de veladoras que tiene el
altar son las almas que recibirá la familia.

-Copal. Éste viene desde tiempos prehispánicos donde se utilizaba para alabar a
los antiguos dioses. Actualmente se utiliza para la purificación del espacio y lograr
un ambiente agradable para el difunto.

-Arco. Representa la entrada al mundo de los muertos y generalmente se adorna


con flores y frutos.

-Flores. Las típicas flores del día de muertos le dan color y alegría al altar, adornan
y aromatizan el lugar. Las más comunes son el alhelí, la nube y la flor de
cempasúchil.

-Alimentos. Se colocan platillos que eran del agrado del difunto.

-Objetos personales. En los niveles terrenales suelen colocarse las pertenencias y


objetos más queridos y apreciados por el fallecido.

-Fotografía. Se acostumbra colocar la foto del difunto en la parte superior del altar,
justo en medio de éste.

-Elementos cristianos. Siendo México un país religioso, también se incluyen


elementos pertenecientes al catolicismo como cruces, imágenes y rosarios.

-Elementos naturales. El viento, el agua, el fuego y la tierra se ven representados


en el altar de una u otra forma.

-La sal. Es un elemento de purificación, le ayudará al muerto en su viaje de ida y


vuelta para el siguiente año.

-Calaveras. Nos recuerdan aceptar la muerte como algo inevitable y como parte
de la vida misma.

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