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Propuesta de exposición GRUPO 1.2.

Grupo: 1.2.
Tema: La proclamación de la Buena Nueva
Fecha: 29 de agosto y 3 de septiembre

Propuesta de desarrollo de actividades de clase


Primera sesión: 29 de agosto
14:00 Lectura Silenciosa Sostenida (Evangelio elegido)
14:15 Lectura Compartida Continuada de “Un reino por el que hay que
apostar” de José Luis Martín Descalzo, cada alumno lee una
frase y le pasa el texto al compañero de la derecha.
14:30 Cuestionario: preguntas de reflexión sobre el texto en grupos de
cinco, se reparte fotocopia del cuestionario.

14:45 Exposición: (5 minutos cada uno)


Valeria: Presentación del tema y los expositores
Kevin: Novedad de Jesús y el Reino de Dios según Ratzinger
Ramiro: Significado histórico y antropológico del anuncio del Reino
de Dios
Fabiola: La mejor noticia: el nuevo proyecto de Jesús
Stephanie: La afortunada apuesta de los pobres
Valeria: La alegría del Evangelio aquí y ahora
15:15 Dinámica: Actividad grupal. En los mismos grupos de cinco se
escribe un poema de 10 versos sobre las emociones que les
genera oír el Evangelio del Reino de Dios. Cada integrante
escribe dos versos, dobla el papel y le pasa a su compañero.

Segunda sesión: 3 de septiembre

14:00 Lectura Silenciosa Sostenida (Evangelio elegido)


14:15 Vídeo: El Reino de Dios ya está aquí -- Padre Javier Martín FM
https://www.youtube.com/watch?v=feBLqmvMRw4
14:30 Socialización de percepciones sobre el contenido del vídeo

14:45 Lectura compartida:


En un PowerPoint proyectado en el data, se ponen uno por uno los
versículos de Lc 4, 14-30. Se los analiza y comenta.
Explicar el texto con base a los siguientes conceptos y su interpretación
para la vida:
1. v. 16-17: Volver a región, donde se crio; poder del Espíritu Santo;
enseñanza en las sinagogas; el Sabbat (sábado para los judíos); invitado
a leer.
2. v. 18-19: Consagrado; buena nueva; pobres; cautivos; ciegos;
oprimidos; año de gracia.
3. v. 20-22: cumplimiento de las profecías; palabras de gracia;
aprobación de la gente; “hijo de José” (en forma despectiva).
4. v. 23-27: Médico sánate a ti mismo; ningún profeta es bien recibido en
su tierra
5. v. 28- 30: Indignación de la gente; empujaron fuera de la ciudad;
querer arrojarlo al barraco; pasando siguió su camino.

15:15 Dinámica: preguntas de reflexión diferentes a cada grupo.

RESÚMENES
Sobre “El Evangelio del Reino de Dios”, de Joseph Ratzinger, en Jesús
de Nazaret
Kevin Fulguera
El contenido central del "Evangelio" para Mateo y juan es que el Reino de Dios
está cerca y lo definen como Buena Noticia pero este término también forma
parte del lenguaje de los emperadores romanos, que se consideraban señores
del mundo, sus salvadores, sus libertadores. Para ellos el Evangelio no es un
discurso meramente informativo, sino operativo; no es simple comunicación,
sino acción, fuerza eficaz que penetra en el mundo salvándolo y
transformándolo. Un dato estadístico puede confirmarlo: la expresión "Reino de
Dios" aparece en el Nuevo Testamento 122 veces; de ellas, 99 se encuentran
en los tres Evangelios sinópticos y 90 están en boca de Jesús. Antes de
profundizar en las palabras de Jesús para comprender sus acciones y su
sufrimiento puede ser útil considerar brevemente cómo se ha interpretado la
palabra "reino" en la historia de la Iglesia. En la interpretación que los Santos
Padres hacen de esta palabra clave podemos observar las dimensiones.
Dimensión cristológica: en lo cristológico el significado del "Reino de Dios",
podríamos definir como "idealista" o también mística, considera que el Reino de
Dios se encuentra esencialmente en el interior del hombre, es decir el "Reino
de Dios" no se encuentra en ningún mapa. No es un reino como los de este
mundo; su lugar está en el interior del hombre. Allí crece, y desde allí actúa.
Dimensión eclesiástica: en ella el Reino de Dios y la Iglesia se relacionan
entre sí de diversas maneras y estableciendo entre ellos una mayor o menor
identificación. Pero en la teología del siglo XIX y comienzos del XX se hablaba
predominantemente de la Iglesia como el Reino de Dios en la tierra; era vista
como la realización del Reino de Dios en la historia.
El representante de la teología liberal en los comienzos del siglo XX es Adolf
von Harnack, y para él hubo un segundo contraste fundamental. A su entender,
en el judaísmo era dominante el aspecto cultual. Jesús, en cambio dejando de
lado el aspecto cultual, habría orientado todo su mensaje en un sentido
estrictamente moral. El no habría apuntado a la purificación y a las
santificaciones cultuales, sino al alma del hombre el obrar moral de cada uno
sus obras basadas en el amor sería entonces lo decisivo para entrar a formar
parte del reino o quedar fuera de él.
Sin embargo, esto estaba relacionado también con la contraposición entre las
tres grandes formas del cristianismo que son: la católico-romana, la greco-
eslava y la germano-protestante.
Nuestra crítica principal a esta idea secular utópica del reino era: Dios ha
desaparecido Ya no se le necesita e incluso estorba. Pero Jesús ha anunciado
el Reino de Dios, no otro reino cualquiera. Es verdad que Mateo habla del
"reino de los cielos", pero la palabra "cielo" es otro modo de nombrar a "Dios",
palabra que en el judaísmo se trataba de evitar por respeto al misterio de Dios,
en conformidad con el segundo mandamiento.
el mensaje de Jesús resulta muy sencillo. El aspecto nuevo y totalmente
específico de su mensaje consiste en que Él nos dice: Dios actúa ahora; ésta
es la hora en que Dios de una manera que supera cualquier modalidad
precedente se manifiesta en la historia como su verdadero Señor, como el Dios
vivo. En este sentido la traducción "Reino de Dios" es inadecuada, sería mejor
hablar del "ser soberano de Dios" o del reinado de Dios.
Por ello ahora se tiende cada vez más a entender que con estas palabras
Cristo se refiere a sí mismo. El, que está entre nosotros, es el "Reino de Dios",
sólo que no lo conocemos. Otra afirmación de Jesús apunta en esta misma
dirección, si bien con un matiz algo distinto: "Si yo echo a los demonios con el
dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros".
Jesús habla siempre como el Hijo que en el fondo de su mensaje está siempre
la relación entre Padre e Hijo. En este sentido Dios ocupa siempre el centro de
su predicación; pero precisamente porque el mismo Jesús es Dios. El Hijo toda
su predicación es un anuncio de su misterio, es decir es un discurso sobre la
presencia de Dios en su obrar y en su ser.

Sobre “La novedad de Jesús: la Buena Noticia”


Kevin Fulguera
La Buena Noticia es que para Dios todo es al revés, los de arriba tienen que
ponerse a servir y los de abajo son los más queridos. Dios no es patrimonio de
ricos o poderosos, ni siquiera es poder. Dios es alimento, luz, liberación.
Dios no es como nos lo habían pintado, amo poderoso, juez temible, poder que
reina desde templos; y por eso Jesús está a gusto entre la gente normal, cura
enfermos, libera a los poseídos y enseña de manera que todos le entienden.
Así que el resumen de la Buena Noticia es con quién está Dios, y que esto se
ve en Jesús. Por eso creemos en él, y eso es lo que creemos de él.
Reconocer a Dios es difícil cuando entre Él y nosotros se interponen nuestros
modos culturales, nuestros prejuicios religiosos, nuestras conveniencias.

Sobre “El nuevo proyecto de Jesús” de Senén Vidal, Los tres proyectos
de Jesús y el cristianismo naciente
Fabiola Lara
Hubo un movimiento realizado por el bautista en todo Israel del cual
denunciaba con valentía el pecado de todos. Juan se convierte en profeta
peligroso cuando Herodes rechaza a su esposa para casarse con Herodías que
es la mujer de su hermanastro Filipo, la conoció en Roma años pasados.
Antipas estaba casado con la hija de Aretas IV, rey de Nabatea, cuando ocurre
el divorcio rompe la estabilidad en el pueblo de Nabateo considerando un
insulto a su pueblo, bautista predicó con los Nabateos y denuncia públicamente
la actualización del rey y Herodes temía por Juan en que la gente indujera una
especie de revuelta por lo cual consideró eliminarlo.
Cuando muere Bautista causo gran impacto porque desapareció también el
profeta encargado de preparar a Israel la llegada de Dios, todo el proyecto de
Juan queda interrumpido, los discípulos y colaboradores de Juan estaba con
inquietud, Jesús continua su actividad de Bautista después de que muere,
después de su fallecimiento inicia un nuevo proyecto diferente para la
renovación de Israel donde también nunca pone la misión y autoridad de Juan,
mientras que Jesús se despierta su convicción que es Dios no va abandonar al
pueblo sino revelará toda su misericordia, la intuición creyente en la
misericordia de Dios lleva a la raíz de Juan, al pueblo le aguardaba la lógica de
Bautista, Jesús comenzaba a verlo todo desde la misericordia de Dios. Lo
que empieza ahora para este pueblo que ha podido llevar a cabo el gran don de
su salvación, el pueblo comienza a conocer la increíble compasión de
Dios, no su ira destructora. Dios llega para todos como su salvador, invita a
todos, cada uno decide su destino, Jesús abandona el desierto y se desplaza a
la tierra habitada por Israel, la salvación que ofrece a todos con la llegada de
Dios. Jesús abandona también el talante y la estrategia profética de Juan. La
vida austera del desierto es sustituida por un estilo de vida festivo, A Juan lo
llamaron “bautizador”, pues su actividad giraba en tomo al bautismo en el
Jordán. A Jesús lo llamaron “comilón” y “amigo de pecadores”, pues
acostumbraba a celebrar la acogida de Dios comiendo con indeseables. Para
recibir el perdón no hay que subir al templo de Jerusalén a ofrecer sacrificios de
expiación, Jesús ofrece gratis a quienes acogen el reino de Dios con el todo
empieza a ser diferente, ya nadie habla de su “ira” Inminente, no solo cambia la
experiencia religiosa del pueblo. También se transforma la figura misma de
Jesús.

Sobre “La mejor noticia”


Fabiola Lara
Jesús habla de Dios en sectores de Galilea, piensa que la llegada de Dios es
bueno porque no llega a imponer dominio religioso, sino que Dios llega porque
se preocupa por ellos. Los cristianos presentan de distintas maneras el
mensaje diciendo “buena noticia”, los campesinos pobres se sienten alegres de
la buena noticia ya que es gente sin prestigio ni seguridad material.
La situación en Israel no era buena, todos los males, sufrimientos estaban
personalizados a satán, el Imperio Roma (donde existía la explotación de los
campesinos, la esclavitud al pueblo etc.) lo describían los escritores
apocalípticos. Jesús anuncia que Dios ha llegado a invadir el reino de satán y
destruir el mal, no a las personas. La batalla entre Dios y satán no es un
“combate mítico” sino un enfrentamiento real que produce en la historia
humana, Dios es el antimal y busca destruir todo lo que hace daño al ser
humano, Jesús no habla de la ira de Dios sino de su compasión. Los escritos
decían “se levantará de su trono con indignación y cólera”, “se vengará de
todos sus enemigos” y preguntan si vino a destruirlos, pero Jesús aclara que
busca la destrucción de satán. El reino de Dios no va a consistir en una victoria
de los santos para hacer pagar a los malos sus pecados. Se pone a favor de los
que sufren y en contra del mal, pues el reino de Dios consiste en liberar a todos
de aquello que les impide vivir de manera digna y dichosa.
Jesús destaca en sus parábolas la “compasión” como el rasgo principal de Dios
mientras que los evangelios la “compasión” es lo que caracteriza su
comportamiento a los que sufren, pero Jesús comunica su propia experiencia
de Dios. El lenguaje que Jesús utiliza para hablar de Dios contiene los tres
términos hebreos que son “misericordioso” indica una compasión que nace de
las entrañas y conmueve a toda la persona; “clemente” expresa un amor
gratuito, incondicional, desbordante; “amor fiel” habla de la fidelidad de Dios a
su amor por el pueblo. El evangelista Lucas comenta que Dios “es bueno con
los desgraciados y los perversos” y Jesús aclara que Dios no es injusto y no
reacciona con indiferencia ante el mal sino que no quiere ver sufrir a nadie.
Sobre “El reino de Dios anunciado por Jesús”, de Guiseppe Barbaglio,
en Jesús, Hebreo de Galilea, Investigación histórica y “El Reino de
Dios”, de José Luis Martín Descalzo, en Vida y misterio de Jesús de
Nazaret (ambos textos sintetizados)
Ramiro Araos
El Reino de Dios anunciado por Jesús
Para hablar del Reino de Dios, predicado por Jesús, es necesario contemplar el
contexto en el que es anunciado. Podría decirse que Israel se encontraba
dentro de un gran contexto de pecado. Los israelitas se encontraban
desorientados de un camino de salvación. En este punto surgen dos
propuestas para reencaminar al pueblo hacia la cercanía con Dios. La primera
solución es la que brinda Juan Bautista. Según él, el bautizo es la forma de
purificar el pecado. Además, este implica una entrega total hacia un camino
virtuoso de reivindicación. La segunda solución es brindada por Jesús y es,
precisamente, esto de lo que se habla más detalladamente a continuación.
¿Qué implica el Reino de Dios?
En primer lugar, el Reino de Dios debe ser de Dios. Esto implica que, a
diferencia de lo que señalan algunos estudiosos en el tema, el Reino de Dios
requiere inevitablemente de la presencia de Dios para poder ser. De hecho, el
afirmar el reino como algo distante a Dios es un completo error y muestra una
malinterpretación de Jesús. Si bien Jesús generó un movimiento social
importante con el anuncio del reino, es imposible quitarle la categoría divina.
Así mismo, es necesario preguntarse a qué Dios hace referencia Jesús al
momento de anunciar su Reino. En el contexto de vivencia de Jesús se tenía
conciencia de las creencias grecolatinas y de las religiones orientales. De modo
que bien podría confundirse el Dios del que habla Jesús con aquel, o mejor
dicho aquellos, Dioses griegos. O se podría pensar que hace referencia a las
diversas creencias orientales. Sin embargo, Jesús sólo habla del Dios del
antiguo testamento. Aquel Dios bondadoso, comprensivo, que todo lo perdono
y que busca, incansablemente, el bien máximo para los hombres.
Tras saber a qué Dios se refiere Jesús, es necesario pensar cuales son las
características fundamentales de este reino. Estas serían: la proximidad, la
extensión y el papel que juega el hombre sobre este Reino.
En tanto a la primera característica, resalta la siguiente pregunta: ¿qué tan
cercano es el tiempo en que llega el Reino de Dios? Ante esta pregunta se
presentan dos alternativas: la primera se destaca al afirmar que el Reino de
Dios no está próximo sino que ocurre ahora mismo. Está presente
desarrollándose en este contexto. La segunda postura, afirma que es necesario
esperar para que el Reino de Dios se manifieste realmente. El Reino de Dios es
una posibilidad futura por la que es necesario esperar y algo a lo que se debe
llegar mediante ciertos esfuerzos.
Detallando la primera de las posturas, es importante reconocer que existen
ciertos pasajes Bíblicos en los cuales se puede dar a entender que Jesús
afirma que el Reino ya está presente. Esto posiblemente se deba a la emoción
que conlleva el hablar sobre la posibilidad de un Reino. Pero, no por ciertas
emociones al momento de su anuncio pierde el peso significativo que conlleva
en sí el acontecimiento de tener lo anunciado ahora. Otro rasgo importante de
este acontecimiento del mismo momento es anunciar que los violentos son los
que atentan contra este reino existente. Pese a que esto se pueda tomar de
forma bastante literal, parece más un reproche hacia lo que representan “los
violentos” que no serían más que aquellos personaje cercanos al contexto de
Jesús que hayan atentado contra el anuncio de la buena nueva. Un ejemplo de
esto es quien mató a Juan Bautista.
Aunque la postura de tener el Reino de Dios entre nosotros es bastante
alentadora, no resulta menor la postura que sostiene la llegada del mismo. Tal
interpretación también se sostiene en ciertas afirmaciones realizadas por Jesús
al momento de anunciar la buena nueva. En este caso, quedaría bastante claro
que Jesús propone ser pacientes ante la llegada del Reino. Sin embargo, es
importante notar que Cristo no se manifiesta por un futuro distante y lejano. De
hecho, el Reino que se espera a futuro es bastante cercano. No pasaría de la
generación que comparte contexto con Jesús. Pese a la paciente espera,
según esta interpretación, Jesús observó que la llegada se había tardado
bastante y, en un acto de verdadero amor por la humanidad, decidió entregarse
para poder alentar la mano de actuación de Dios.
Realmente, es difícil decantarse por una de las dos posturas. Pero, se sugiere
que lo mejor es considerar igual de verdaderas a ambas. Es decir que ambas
son verdaderas y como tal se desarrollan simultáneamente. Es necesario vivir
el Reino en el presente, con la virtud que implica hacerlo. Esto a la espera del
Reino a futuro.
Hablar de la extensión no implica hacer un detalle riguroso como se acaba de
realizar al hablar de la proximidad. La pregunta fundamental de este punto es:
¿Jesús hablaba de un contexto global al momento de referirse al Reino o
delimitaba este a un contexto israelí?
La respuesta, tal como se mencionó previamente, resulta bastante sencilla y los
estudiosos de la biblia se apoyan en pasajes de Jesús para poder responder. Al
momento de plantear como salida el Reino de Dios, Jesús pensaba en un
renacer de Israel. De hecho, si se observa detalladamente el origen, se llega a
percibir que este movimiento comienza por el contexto israelí. En este sentido,
la extensión parece responderse sola. Pero, pese a las intenciones iniciales de
Jesús es inevitable pensar que la extensión real que tuvo la buena nueva es
algo global.
En este sentido, hay que pasar a la última característica que es tratar con el
papel del hombre dentro del Reino. En inicio hay que considerar que este es un
don de Dios. Es decir que generosamente Dios nos entrega el Reino sin un
requisito en específico alrededor de él. Pese a esto, es importante detallar la
necesidad de estar preparados para poder hacer un recibimiento del Reino y en
este sentido el papel del hombre es prepararse espiritualmente para poder
recibir tal obsequio. El hombre no construye pero se convierte en un habitante y
por ende debe encontrase totalmente preparado para tal encargo.

Sobre “El anuncio del Evangelio” de Papa Francisco, en Evangelii


Gaudium
Valeria Rodríguez

El Papa Francisco nos exhorta, a todo el pueblo de Dios, a anunciar la alegría


del Evangelio. Como hijos de Dios, todos los bautizados hemos sido por Él
llamados a proclamar el mensaje de salvación sin ningún tipo de discriminación
a nadie, porque ésta no se gana por méritos intelectuales ni obras zalameras,
es simplemente la Gracia quien puede abrir las puertas al Reino de Dios y,
efectivamente, las abre a todos. Jesús no quiso hacer con sus discípulos un
grupo de élite, sino que más bien quiso que su mensaje llegue hasta los más
humildes, y así todos seamos sus discípulos. En el contexto actual, este
proyecto se hace más complejo, porque ahora somos conscientes de la
diversidad cultural que puebla nuestro mundo. Pero esto, en lugar de ser un
obstáculo, es en realidad la fuente de una gran riqueza de modos de vivir la fe.
Las culturas son rostros de la fe. Evangelizar no significa imponer la propia
cultura, aunque algunos, a veces, lo toman como como la imposición de la
cultura europea y esto no es más que una soberbia, seguro condenada como el
pecado que es. Por lo tanto, la evangelización de todos los pueblos tiene que
tomar como punto de partida las culturas de tales, luego, explorar su vivencia
de fe y, finalmente, explicarles la historia revelada de la Buena Nueva.

Sobre “El evangelio de Jesucristo” de Calvo Cortéz y Ruiz Díaz, en Para


leer una Cristología elemental
Valeria Rodríguez
El texto trata de responder a la pregunta: «¿En qué consistiría la 'buena
noticia'?», viendo necesario hacer una exploración del mensaje de Jesucristo
en sus obras y palabras. Se cuenta que desde aproximadamente el año 100 a.
C. y el 100 d. C., era un tiempo de esperanza y espera del Mesías. Muchos
fingían ser este hombre tan esperado, cumpliendo las expectativas de este
grupo social que pedía revolución o este otro que pedía ley. Pero, cuando llegó
el verdadero Ungido, encarnando a Dios mismo, se mostró muy distinto al
esperado; se trataba de un Mesías humilde. Jesús no pretende imponer la
justicia, la purificación y la libertad mediante su poder, sino sólo quiere que
salga del propio corazón del hombre.

Sobre “Tienen suerte los pobres”


Stephanie Vargas
Jesús anuncia el reino de Dios y lo maravilloso que es llegar a el, todos pueden
entrar a ese reino pero no todos de la misma manera. Dios tendrá mucho más
misericordia a los pobres y humillados el hará justicia por los que sufrieron
mucho con la pobreza, sin tener lujos y muchas veces sin tener para sus
necesidades básicas como la comida, los pobres son explotados trabajan horas
y horas para otros. Pero Jesús dice que a pesar de todo los pobres, los
humillados y los que lloran, son dichosos pues Dios llegará a salvarlos y calmar
su sufrimiento, terminará con el hambre y aflorará las sonrisas, Jesús se alegra
por ellos desde ahora y no los invita a la resignación si no a la esperanza de la
promesa de Dios.
Existe la pregunta: ¿es que los pobres son mejores que los demás para
merecer un trato privilegiado dentro del reino de Dios?
Jesús no dice que los pobres son buenos o virtuosos, si no que están sufriendo
injustamente. Si Dios se pone de su parte no es porque se lo merezcan sino
porque lo necesitan, Dios padre misericordioso de todos no puede reinar sin
hacer justicia
Buen rey: “Defenderá a los humildes del pueblo, salvará a la gente pobre y
aplastará al opresor... Librará al pobre que suplica, al desdichado y al que nadie
ampara. Se apiadará del débil y del pobre. Salvará la vida de los pobres, la
rescatará de la opresión y la violencia. Su sangre será preciosa ante sus ojos”
(Salmo 72,4.12-14).

Sobre “Un reino por el que hay que apostar”, de José Luis Martín
Descalzo, en Vida y misterio de Jesús de Nazaret
Stephanie Vargas
Jesús dice ‘se acerca el reino de Dios’
Y este no solo es un anuncio estamos ante unas palabras que nos hacen
enfrentar contra nosotros mismos:
Este reino que acabo de anunciarte es algo vital para ti si ingresas en el vivirás,
si permaneces al margen serás un vegetal humano con apariencia de vida.
Esto no se trata de ser mejor o peor, se trata de vivir o no vivir
Se trata de ser o no ser.
El escándalo es la expresión del hombre que va contra la santidad de Dios,
Ese ataque contra la santidad divina se puede ocultar dirigiéndose ante un
hombre de Dios, a la mayoría de las personas no soporta la vida de un santo.
El hombre, aceptan a Dios siempre y cuando no se acerque mucho, quiere su
“libertad”.
Cristo toda la vida y toda la muerda creyó que pedía demasiado, porque pedía
que el hombre se acerque a Dios por completo.

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