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071-085
* Artículo de investigación. El artículo deriva de la investigación ¿Para qué se lee y se escribe en la universidad colombiana? Un aporte a la conso-
lidación de la cultura académica del país (2009-2011). Código 120345221206 Colciencias. Durante el desarrollo del proyecto las investigadoras
son docentes de la Universidad Católica de Pereira, Colombia. Agradecimientos a la Dirección de Investigación e Innovación de la Universidad
Católica de Pereira por el apoyo para el desarrollo del proyecto de investigación. Al Instituto de Psicología de la Universidad del Valle por el
apoyo con los tiempos para la escritura del artículo. A la red de investigadores del proyecto conformada por grupos de investigación de 17
universidades del país, por el trabajo de construcción colectiva, el debate de algunas de las ideas que se proponen y el esfuerzo conjunto de
consolidación de una cultura académica. Al semillero de investigación de los Grupos Cognición, Educación y Formación, y Lenguaje y Educación
de la Universidad Católica de Pereira por su compromiso con la investigación, con quienes se discutieron algunas de las ideas propuestas.
** Correspondencia: Diana De Castro. Doctoranda Universidad de Brasilia, Programa de Pós-graduação em Processos de Desenvolvimento Humano
e Saúde. Magíster en Psicología. Docente del Instituto de Psicología de la Universidad del Valle e investigadora del Grupo Lenguaje, Cognición
y Educación adscrito al Centro de Investigaciones en Psicología, Cognición y Cultura de la Universidad del Valle, Colombia. diana.decastro@
correounivalle. edu.co.
*** Magister en Lingüística y Especialista en Lectura y Escritura de la Universidad del Valle. Docente e investigadora de la línea de Didáctica del
Lenguaje de la Maestría en Educación de la Universidad Tecnológica de Pereira, Colombia. Agradecimientos a Carlos Pardo Adames, John Jairo
Rivera Trujillo y a Harold Martínez por su apoyo en el muestreo y tratamiento estadístico de la información para la investigación. Agradecimien-
tos a la Dirección de Investigación e Innovación de la Universidad Católica de Pereira por el apoyo para el desarrollo del proyecto.
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Diana Patricia De Castro Daza, Rosa María Niño Gutiérrez
que son analizados desde las prácticas educativas propuestas en las instituciones y los funciona-
mientos cognitivos implicados en la escritura.
Abstract
This article contributes to academic reflection on scholarly reading and writing practices in Higher
Education, stemming from the Colciencias–funded inter-institutional research project “What do we
read and write for in the Colombian University? A contribution to the consolidation of academic
culture in the country”. This project was a country-wide study of 17 universities. To this end, some
results of a survey of college students from participating universities in the project are presented.
We present a reflection on academic literacy from the analysis of the survey results, focusing on
questions such as what did university students read and write about and what purpose did they
fulfill. The survey showed, as tendencies, the predominance of the reading and writing on class
notes, and the academic activities associated to assessment, aspects that are analyzed from edu-
cative practices proposed to institutions and the cognitive performance involved in writing.
Keywords: Academic literacy, scholarly reading and writing processes, higher education, teaching,
learning.
median la relación con los textos, con el conoci- tos de vista sobre un determinado tema de
miento, consigo mismo y con la sociedad. En la manera organizada y comprensible. Otro 37 %
educación superior son recurrentes las críticas pudo elaborar textos que, aunque presentan
sobre los desempeños en lectura y escritura de una idea central, no incluyen información su-
los estudiantes universitarios, lo que ha llevado ficiente para desarrollar el tema. El 23 % res-
en algunas ocasiones a dirigir las sospechas y las tante no pudo elaborar un escrito organizado
críticas a la calidad de la enseñanza en la edu- y comprensible (pp. 1-2).
cación media, básica secundaria y primaria, o a
sospechar de los estudiantes y sus capacidades, o Los resultados en escritura de los estudiantes
de la familia y sus condiciones. En esta vía, es re- universitarios son inquietantes, aún más si se
levante retomar el concepto de educabilidad pro- considera que quienes presentan el examen han
puesto por Baquero (2001, p. 72) como “la delimi- aprobado por lo menos el 75 % de los créditos
tación de las condiciones, alcances y límites que académicos del programa universitario. Resulta-
posee potencialmente la acción educativa sobre dos que resaltan la pertinencia de mantener un
sujetos definidos en situaciones definidas”, defini- trabajo en red entre universidades para impulsar
ción que se distancia de la educabilidad pensada políticas educativas sobre la lectura y la escritu-
como una propiedad del sujeto y de sus capacida- ra en el país, en las que se propongan espacios
des individuales de forma aislada. de discusión, debate y visibilización de la impor-
tancia de reconocer las prácticas educativas pro-
Las reflexiones propuestas por Baquero (2001, puestas y sus implicaciones. Lo anterior se hace
2003) sobre la comprensión que se asume de edu- aún más necesario cuando se ha comprobado que
cabilidad, son relevantes en este escrito dado que la alfabetización académica no se logra de forma
están en la misma vía de pensar la lectura y la es- espontánea, es decir, las instituciones requieren
critura no solo como desempeños individuales de ocuparse de promover y orientar el aprendizaje
los estudiantes, sino como prácticas educativas, de los modos de leer y escribir exigidos en los
sociales y culturales, y por ende, reconocer la im- estudios superiores y en las disciplinas, para que
portancia de plantearse el asunto de las políticas los estudiantes universitarios puedan apropiarse
educativas. La mirada de los estudiantes sobre las de ellos (Carlino, 2002-2003).
prácticas propuestas en la educación superior es
un reflejo de aquello que se legitima, valora y es- En el caso de las investigaciones sobre prácticas
pera en la universidad, y una invitación a repen- de lectura y escritura académicas en las univer-
sar desde el rol de cada uno el compromiso y la sidades colombianas, Uribe–Álvarez y Camargo–
responsabilidad para transformar las prácticas de Martínez (2011) realizan una revisión en la que
lectura y escritura. analizan cuarenta investigaciones desarrolladas
en el país, lo que les permite concluir que: a) las
Por su parte, los resultados de los exámenes de investigaciones aportan evidencias de que los es-
estado de calidad de la educación superior en tudiantes universitarios presentan diversos tipos
Colombia Saber Pro, de obligatoria presentación de dificultades en la comprensión y producción
como requisito para graduarse, que evalúan en- de textos; b) las problemáticas enunciadas en las
tre las competencias genéricas la lectura crítica investigaciones han privilegiado el diagnóstico so-
y la escritura, son otra fuente para dimensionar la bre el estado de los procesos en lectura y escritu-
relevancia de la discusión sobre las prácticas de ra (32 %) y las dificultades de los estudiantes para
lectura y escritura. Se citan a continuación algu- comprender y producir textos académicos (32 %);
nos de sus resultados publicados por el MEN y el y c) la población sujeto de análisis enfatiza en los
ICFES (2012): estudiantes (77 %) y en menor porcentaje sobre
los profesores (23 %).
El 40 % del total de estudiantes evaluados de-
mostró niveles aceptables de escritura: son Las conclusiones mencionadas, muestran que se
capaces de plantear sus argumentos o pun- ha privilegiado el estudio de la lectura y la escri-
tura desde desempeños individuales de los estu- comprenderse en el contexto de la cultura escri-
diantes en una lectura que enfatiza el déficit. En ta a la que pertenecen, resaltándola como una
contraste, se propone que la lectura y la escritura práctica social.
no sean tratadas solo como un asunto individual,
es necesario que los desempeños de los estudian- Para problematizar aún más la situación Carlino
tes se ubiquen en diálogo con las prácticas educa- plantea:
tivas. En este artículo se reconoce que la lectura
y la escritura no son habilidades genéricas, y por Aprender en la universidad no es un logro ga-
ende, habilidades acabadas en un momento de la rantizado. Depende de la interacción entre
formación. En este sentido, cada disciplina y do- alumnos, docentes e instituciones. Depende
minio del conocimiento se caracteriza por unos de lo que haga el aprendiz, pero también de-
modos particulares de lectura y escritura, ade- pende de las condiciones que ofrecemos los
más privilegia tipos de textos y discursos. docentes (y las que nos brindan las institucio-
nes) para que el primero ponga en marcha su
Así, se siguen los planteamientos de Carlino (2004), actividad cognitiva (2005, p. 10).
quien afirma que las formas de leer y escribir son
específicas de cada dominio, por lo que implican De este modo, los estudiantes emprenden el
un trabajo intencional y diferenciado de parte de aprendizaje de nuevas formas de lectura y escri-
los docentes de cada disciplina; las prácticas aca- tura académicas propias de una disciplina, de ahí
démicas que promueve la universidad y sus docen- que “las dificultades resultan inherentes a cual-
tes (configuraciones didácticas) producen ciertos quier intento de aprender algo nuevo” (Carlino,
modos de leer y escribir en los estudiantes, y cier- 2005, p. 23), dado que las asignaturas están con-
to tipo de cultura académica. La conceptualización formadas por un sistema conceptual y metodo-
presentada exige dar un giro de las frecuentes lógico, y por modos específicos de pensar rela-
quejas de los docentes universitarios porque sus cionados con las formas particulares de escribir
estudiantes no saben escribir, ni comprenden lo y con prácticas discursivas. Es decir, que se trata
leído atribuyendo la responsabilidad a los niveles de reconocer que son nuevas formas de lectura y
anteriores de escolaridad hacia una perspectiva escritura académicas, y no una prolongación de lo
que se ocupe de la alfabetización académica. que debieron haber aprendido previamente.
100
Porcentaje del tipo de textos leídos (%)
80 84
77
80 73
60
60 54
39 40
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26,6
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100
Porcentaje del tipo de textos escritos (%)
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apartado. Por su parte, las páginas web y blogs Así, los propósitos privilegiados para los que se
tienen un comportamiento disímil, pues son mu- lee y escribe, coinciden en señalar las asignatu-
cho más leídos (76,82 %), y menor es la producción ras, las actividades de evaluación, y por ende,
textual, tales como la creación de blogs (7,88 %) la obligatoriedad como marcos alrededor de los
y participación de foros en línea (9,46 %). Dada la cuales se concentra la lectura y la escritura. Esta
facilidad del acceso a la información a través de la tendencia da cuenta de prácticas de los estudian-
web y su alto porcentaje como fuente de lectura, tes universitarios, pero también Carlino (2005) re-
es importante interrogarse por los criterios que cuerda que las prácticas evaluativas dan mensaje
tienen los estudiantes para buscar y seleccionar la al estudiante acerca de qué se espera de él en las
información, y por la forma como son orientados materias, en su aproximación al conocimiento y
para usar ese recurso. en su proceso de aprendizaje. Es decir, que no se
trata solo de una posición individual del estudian-
En relación con el propósito para el que leen los te sino de una práctica que debe interrogar las
estudiantes universitarios (Figura 3) se destaca propuestas pedagógicas al interior de la universi-
que lo hacen para: realizar una exposición, res- dad y de la escuela en un sentido amplio.
ponder una evaluación escrita y responder una
evaluación oral; las anteriores prácticas de lectu- Otros resultados de la encuesta dan cuenta de
ra tienen en común que están ligadas a activida- quién leía los textos escritos por los universitarios
des de evaluación. Con relación a los propósitos para la asignatura, la tendencia es que el profe-
para los que se escribe (Figura 4), predomina ela- sor fuera de la clase es quien más lee los textos
borar escritos para una exposición, responder a de los estudiantes (55,31 %), seguido del estudian-
una evaluación escrita y presentar informes. te durante la clase (52,11 %). Los resultados más
100
86,0 86,4
80 69,5
Porcentaje (%)
59,5
60
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Los resultados anteriores muestran que lo más Los resultados presentados están en consonancia
frecuente es que los profesores sean los lectores con lo planteado por Carlino (2005), quien afirma
reales de los textos de los universitarios, al esta- que los estudiantes solo escriben para ser evalua-
blecer una relación con la tendencia de escribir dos, de ahí la necesidad en la educación superior
para las asignaturas reportadas también en los que los docentes también se sitúen como lecto-
resultados de la encuesta, es posible concluir un res de los textos no solo como evaluadores. De
predominio de la práctica de escribir para el pro- igual manera, la autora afirma que los estudiantes
fesor quien se sitúa como un interlocutor privile- “carecen del sentido de audiencia y no intentan
giado de los textos que se producen y circulan en adecuar sus textos a lo que suponen necesitan sus
las aulas universitarias. Frente a estas prácticas, lectores” (p. 31), porque de hecho suelen tener
es de señalar un aspecto que resulta paradójico pocos lectores dado que se escribe principalmen-
de la situación de escritura: si bien el lector real te para acreditar las materias.
generalmente es el profesor –quien representa el
conocimiento en el aula– se presume que el estu- Ahora bien, para continuar con los resultados de
diante va a prefigurar un lector –un lector modelo la encuesta, cuando los textos se leyeron en clase
(Eco, 1996)– que no sabe a quién ha de informar y o se asesoraron, se corregían en un mayor porcen-
explicar todo lo que ha comprendido. Una situa- taje en su contenido –claridad y precisión de las
ción análoga ha sido analizada en el discurso oral ideas de acuerdo con el tema– (63,35 %). En me-
nores porcentajes se corregían en cuanto a forma como producción textual y el significado otorgado
–gramática, ortografía, puntuación– (35,65 %), se por los estudiantes a este tipo de texto?
discutía en la organización del texto –estructura,
orden de ideas– (36,20 %), se discutía el texto con Con el propósito de comprender las implicaciones
el estudiante autor y otros estudiantes (30,39 %) y de esta tendencia, se retoman algunas concep-
se leía en voz alta para comentarlos (28,58 %). Es- tualizaciones sobre este tipo de texto. Monereo,
tos resultados que enfatizan el acompañamiento Barberà, Castelló y Pérez (2000, p. 11) explicitan
en el contenido disciplinar sobre las formas como que tradicionalmente las notas y apuntes de clase
se da cuenta de él, la organización textual, se han sido valoradas como una “especie de moneda
sitúan en diálogo con los de la investigación de de cambio” entre lo enseñado y lo evaluado, “te-
Gutiérrez-Rodríguez y Flórez-Romero, que plan- ner el apunte equivale a poseer la “esencia” de
tean una contradicción en la evaluación: una asignatura” para los estudiantes. Los autores
sitúan estas concepciones en unas más amplias,
A pesar de privilegiar la enseñanza de con- las de enseñanza y aprendizaje, como un inter-
tenidos temáticos los docentes sí están eva- cambio de notas entre el profesor y los alumnos,
luando, por medio de los escritos, no solo la que son retornadas por estos últimos en los exá-
comprensión de los temas sino la producción menes. Los autores se preguntan por el papel de
textual de acuerdo con el discurso de la disci- las notas ligadas a la comprensión y el aprendiza-
plina, lo que implica la urgencia de articular je, frente a lo que plantean:
estos procesos (2011, p. 158).
Estamos convencidos, y los estudiantes tam-
En este sentido, Carlino (2005) resalta que para bién lo creen, de que “si apuntas algo queda”,
aprender a escribir los alumnos requieren que sin embargo la calidad de lo que permanece
el docente los ayude a desarrollar categorías de en la estructura mental del anotador prome-
análisis que les permitan construir criterios de re- dio parece ser ínfima y ello al menos, como in-
visión para mejorar los textos. dican las investigaciones al respecto (Kiewra &
Fletcher, 1984), por dos razones íntimamente
conectadas: 1) La mayoría de los estudiantes,
Discusión mientras apuntan, no piensan, se limitan a de-
codificar, con mayor o menor fortuna, el dis-
Las notas de clase: una tendencia en las prácticas curso del profesor y a plasmarlo (…) 2) Cuan-
de lectura y escritura en los estudiantes univer- do se apunta sin pensar, lo que se anota es la
sitarios estructura y el discurso exacto del profesor,
quedando a su arbitrio la coherencia y consis-
La tendencia de priorizar la lectura y la escritura tencia de lo anotado, con el agravante de que
de apuntes de clase propios sobre otros tipos de fácilmente pueden situarse en el mismo lugar
textos, genera los siguientes interrogantes: ¿Qué una idea capital y un detalle insignificante, o
papel cumplen las notas de clase en el aprendi- listar un conjunto de datos sin recoger rela-
zaje? ¿Qué tanto las notas de clase representan ción entre ellos, o escribir incorrectamente un
el conocimiento discutido en el aula? ¿Dónde término (…) (Monereo et al., p. 12).
quedan las fuentes primarias de referencia? ¿Qué
características tienen las notas de clase escritas Los autores señalan que los apuntes y notas de
por los estudiantes universitarios? ¿Cómo estas clase tendrían para los estudiantes el propósito
notas dan cuenta de la comprensión textual de aprender lo escrito posteriormente, para un
y conceptual? ¿Cuál es el rol de las notas de examen futuro. Pasado un tiempo, cuando el es-
clase otorgadas por los estudiantes universita- tudiante vuelve sobre sus notas para aprender-
rios? ¿Cómo se retoman las notas de clase en la lo, se encuentra con un texto poco familiar con
producción textual de otros documentos? ¿Cuál problemas para su interpretación. La explicación
es la relación que existe entre las notas de clase anterior (Monereo et al., 2000), sumada a la ten-
dencia a escribir y leer notas de clase en la edu- Ambos autores enfatizan en que los cambios de
cación superior reportada por la encuesta, permi- registro semiótico no se dan de forma espontánea
te reconocer la importancia de estudiar este tipo y automática, sino que implican funcionamien-
de texto tanto desde sus características como tos cognitivos exigentes, precisamente porque la
desde la forma como los estudiantes la significan oralidad y la escritura están regidas por unas re-
y el lugar que tiene en el aprendizaje, al igual glas de funcionamiento distintas (Vygotski, 1982;
que situarla como objeto de reflexión en el aula. Cassany, 1997; Blanche–Benveniste, 1998; Olson,
Sin embargo, en pocas ocasiones los educadores 1998; Ong, 1999; Calsamiglia & Tusón Valls, 2001).
se plantean esta reflexión, y así, no se enseña a Por consiguiente, el lenguaje escrito no puede ser
tomar apuntes. entendido como una mera transcripción del len-
guaje oral, cada registro semiótico tiene un código
Monereo et al. (2000) establecen tres funciones diferente con sus propios componentes, reglas y
básicas en la toma de apuntes: la función selec- relaciones entre sí. De ahí, la importancia de ob-
tiva, tecnológica o procedimental y estratégica, jetivar las reglas que rigen el funcionamiento de
que permiten plantear preguntas guías tanto para cada uno y reconocer las operaciones discursivas
la caracterización de este tipo de producción tex- equiparables y no equiparables en las prácticas
tual como para formar a los estudiantes con téc- de escritura, aspecto pertinente a ser incluido en
nicas que le permitan asumir esta tarea de forma las prácticas pedagógicas (De Castro & Mosquera,
más eficaz: ¿Qué anotar? ¿Cómo anotarlo? ¿Cuán- 2003; De Castro & Correa, 2012). Frente a este
do anotarlo? ¿Por qué anotarlo? último aspecto, Calsamiglia (1994) plantea que en
las instituciones escolares se desconocen las ca-
Otro aspecto a resaltar frente a esta discusión ge- racterísticas y condiciones de cada registro, dado
nerada por la tendencia en las prácticas de lectu- que gran parte del proceso de enseñanza y apren-
ra y escritura de privilegiar los apuntes de clase, dizaje se realiza a través de la comunicación oral
es la importancia de reconocer que la exposición y la evaluación final se efectúa por medio de la
del docente generalmente corresponde a un regis- escritura.
tro semiótico –el lenguaje oral– que intenta ser pa-
sado por el estudiante directamente a un registro En conjunto, la tendencia a privilegiar en las
semiótico diferente, y por ende regido por reglas prácticas de lectura y escritura de los estudiantes
de funcionamiento también distintas –el lenguaje universitarios los apuntes de clase, que ha permi-
escrito–. tido reconocer la encuesta, y las conceptualiza-
ciones sobre el riesgo de tomar notas de forma
La conceptualización de Duval (2004) sobre el mecánica y rutinaria, muestran la relevancia de
cambio de registro semiótico como una actividad que los estudiantes aprendan a tomar notas en
mental que manifiesta la relación entre las repre- clase, que se reconozca como objeto de las prác-
sentaciones mentales y semióticas, permite una ticas pedagógicas la diferencia entre este tipo de
mayor comprensión de lo argumentado. El autor textos y otros propios de la cultura académica.
analiza las exigencias cognitivas de la operación La importancia de preguntarse por lo que los
de conversión, entendida como la movilización de estudiantes han dicho y han escrito, por aquello
las representaciones mentales a través del manejo que queda consignado y permanece en el tiempo
de diferentes registros semióticos, lo que implica como posible base de siguientes elaboraciones se
una toma de conciencia del sujeto al diferenciar la resalta en la siguiente cita:
representación y lo representado, lo que implica
un ejercicio de orden metacognitivo para que la La escritura y el habla pueden ser utilizadas
información pueda manejarse en varios registros. por los alumnos para construir mejores com-
De igual modo, Tusón Valls (1991) estudia el cambio prensiones y también para incrementar su
de canal entendido como el paso entre el lenguaje retención, porque los estudiantes recuerdan
oral y el lenguaje escrito, resaltando las modifica- mejor lo que ellos mismos han dicho (en tan-
ciones que implica a nivel gramatical y discursivo. to es su propio conocimiento) que lo que los
docentes [y los libros] les han contado (Gotts- como funciones metadiscursivas. De igual modo,
chalk & Hjortshoj, 2004, pp. 20–2, citado por Scardamalia y Bereiter (1992) en su conceptualiza-
Carlino, 2005, p. 9). ción sobre el modelo transformar el conocimien-
to, resaltan la escritura como un proceso com-
El rol de la lectura y la escritura en la construcción plejo de solución de problemas entre dos clases
de conocimiento, más allá de la obligatoriedad diferentes de espacios problema: el espacio de
contenido –qué decir– y el espacio retórico –con
En los resultados de la encuesta presentados, re-
qué intención y cómo decirlo–, los autores plan-
salta la tendencia de los estudiantes universita-
tean que es la interacción entre estos dos espa-
rios a privilegiar prácticas de lectura y escritura
cios, la base para el pensamiento reflexivo en la
relacionadas con la evaluación, lo que sugiere una
escritura y la vía que permite la transformación
relación con el carácter de obligatoriedad. Tam-
del conocimiento.
bién resalta un privilegio en la corrección de los
contenidos de los textos presentados por los estu- En relación con las prácticas de escritura en la
diantes en las asignaturas sobre las formas en que
educación superior, Carlino (2002) afirma que es-
son expresados y la estructura textual. De ahí que
tas se plantean en universidades de los Estados
se plantee que una pregunta central en la discu-
Unidos desde el reconocimiento de la función
sión es, ¿qué lugar ocupa la lectura y la escritura
epistémica de la composición escrita, de ahí el
en la educación universitaria, y en los procesos
movimiento Writing Across the Curriculum, que
de enseñanza y aprendizaje? ¿Qué lugar otorgan
reconoce la necesidad de integrar en cada asig-
los estudiantes y los profesores a estas prácticas?
natura actividades de lectura y escritura que
Frente a estos interrogantes, se establece un diá- permitan a los estudiantes incorporarse en la cul-
logo con otras investigaciones como la de Roux tura escrita de un campo de estudio. La autora
(2008), quien afirma que los estudiantes tienen plantea que poner por escrito conceptos exige
la impresión que una reflexión sobre cómo se re- comprenderlos mejor dada la exigencia de pro-
dactan los textos académicos no corresponde a lo porcionar coherencia al texto a través de las rela-
que debe hacerse en una clase, la autora lo ejem- ciones establecidas entre los conceptos, además
plifica con el siguiente fragmento de una entrevis- la representación externa y estable en el tiempo
ta a un estudiante universitario: “Entrevistador: que caracteriza la escritura permite reconsiderar
¿Y tú creerías conveniente que el profesor diera lo pensado y considerar las necesidades informa-
ejemplos de lo que es un trabajo bueno y un tra- tivas de la audiencia.
bajo malo? Estudiante: Pues sí… pero no nos daría
tiempo por todo lo que tenemos que ver en el Otra fuente de reflexión, es el estudio presentado
semestre…” (p. 138). Las palabras del estudiante, por Gutiérrez-Rodríguez y Flórez-Romero (2011)
develan una concepción sobre la escritura como que contempla dos fases: una de exploración de
un medio de comunicación distante del conoci- saberes y prácticas de estudiantes y docentes de
miento disciplinar, posición que se diferencia de una Facultad de Educación en el país, y la otra el
los planteamientos desde la alfabetización acadé- diseño de un programa de alfabetización acadé-
mica que reconoce que cada disciplina tiene unas mica para la misma Facultad. Las autoras plan-
formas de razonamiento, argumentación y pro- tean que:
ducciones textuales propias en las que se cons-
truye el conocimiento en ese dominio específico. Las propuestas de los estudiantes apuntan al
reconocimiento de la complejidad de la escri-
Por su parte, desde el análisis del funcionamiento tura en la educación superior, los estudiantes
cognitivo, se reconoce el potencial epistémico de aseguran que la escritura es importante y que
la escritura en la construcción del conocimiento, ellos no saben cómo abordarla por lo que re-
en el tratamiento –transformación– y objetivación quieren un apoyo constante de sus docentes
de la información, lo que Duval (2004) reconoce (2011, p. 156).
Para recapitular, los resultados de la encuesta dos a los niveles de excelencia, etc.; regula-
presentados y la reflexión desde las investigacio- ción específica, al fin, de posiciones subjetivas
nes referenciadas enfatizan en la necesidad de posibles. Todo esto, sin embargo, no nos aleja
que profesores y estudiantes se interroguen so- del problema de la construcción cognitiva sino,
bre cómo es concebida la escritura y qué lugar por el contrario, nos sitúa en el nudo del pro-
se devela en las prácticas educativas: como un blema, al ponderarlo como producción cogniti-
instrumento para evaluar, cumplir con un requisi- va regulada en el seno de dispositivos institu-
to, dar cuenta del cumplimiento de un logro, o la cionales particulares, es decir, en contextos y
escritura como objeto de reflexión, como recurso situaciones sociales específicas. (1996, p. 100).
para el aprendizaje, la transformación del cono-
cimiento y de la cultura. Bruner (2000) ha plan- Para finalizar, Uribe-Álvarez y Camargo-Martínez
teado que para transformar las prácticas educati- (2011), reconocen en su estudio que la escritura
vas es fundamental reconocer las concepciones y académica se exige pero no se enseña, lo que
modelos implícitos de la mente y de la pedagogía de nuevo abre la pregunta por las concepciones
tanto de los estudiantes como de los educadores. subyacentes a esta práctica, esto podría suponer
En particular desde el objeto de análisis del artí- la escritura como una habilidad general transfe-
culo, se invita a reflexionar sobre las concepcio- rible a cualquier situación que debe ser aprendi-
nes de la relación del sujeto con los textos, las da en niveles educativos previos. En contraste, si
formas como aprende a escribir textos propios de se reconoce que aprender una disciplina consiste
la disciplina y a comprenderlos, y el acompaña- en gran medida en aprender a leer y escribir en
miento que el educador considera es pertinente. una disciplina, es una tarea conjunta y específica
para cada dominio del saber interrogarse por las
El reconocimiento de las concepciones y las prác- prácticas que están permitiendo apropiarse a los
ticas de escritura, y la comprensión sobre los fun- estudiantes universitarios de las formas de escri-
cionamientos y exigencias cognitivas de la pro- tura académica que permiten la construcción de
ducción textual derivados de dos perspectivas conocimiento en un dominio disciplinar.
diferentes de análisis –cognitiva y sociodiscursi-
va–, pueden dialogar y permitir una comprensión Reconocer el potencial epistémico de la escri-
de las distintas dimensiones de un problemática tura en la construcción de conocimiento en la
compleja como la producción textual en una mar- educación superior implica reconocer que no hay
co cultural específico, como la educación superior apropiación sin reelaboración, lo que se posibili-
y la cultura académica. Al tiempo que ofrezcan ta a través del análisis y de la escritura de tex-
elementos que aporten a la educación y permitan tos académicos, por consiguiente, leer y escribir
unos niveles más cualificados de difusión y cons- constituyen instrumentos para el aprendizaje, en
trucción del conocimiento en el país. Por su par- este sentido “hacerse cargo de enseñar a leer y
te, sobre el problema del proceso de apropiación a escribir en el nivel superior es una forma de
de las estrategias de trabajo académico por parte enseñar estrategias de aprendizaje” (Chalmers &
de los estudiantes que ingresan a la universidad Fuller, 1996, citados en Carlino, 2005, p. 24).
Baquero et al. plantean:
Así, la investigación reconoce que la universidad
Este proceso rebasa el problema cognitivo que, promueve ciertos modos de leer y escribir, cier-
no obstante, incluye como elemento de impor- tas prácticas de lectura y escritura, en atención a
tancia, ponderando cuestiones como la inser- un tipo de cultura académica que intenta favore-
ción del estudiante en una serie de activida- cer. Detrás de dichas prácticas es posible leer la
des que implican la participación en prácticas idea de cultura académica que circula en el país.
sociales donde se juegan sistemas de valores
y motivaciones particulares, reglas referidas a Esas prácticas, además de estar determinadas por
los comportamientos posibles, a la definición las capacidades lectoras y escritoras de los estu-
(no totalmente explícita) de regímenes referi- diantes, por sus características socioculturales y
sus trayectorias académicas, están marcadas de otros escenarios en el país que realizan esfuerzos
modo fuerte por lo que se pide leer y escribir que invitan a una responsabilidad colectiva y man-
al estudiante, el propósito con el que se plantea comunada por la educación superior.
la lectura y la escritura, lo que hace con lo que
se lee y se escribe, y los apoyos que reciben los
estudiantes durante el proceso de comprensión y Referencias
producción textual.
Baquero, R. (2001). “La educabilidad bajo sospe-
Los resultados de la encuesta que aquí se refieren cha”. Cuaderno de Pedagogía Rosario, 4(9),
se desprenden de una parte del informe general 71-85.
de la investigación (Pérez & Rincón, 2011), el vo-
lumen de datos y sus análisis sigue convocando a Baquero, R. (2003). “De Comenius a Vigotsky o
los investigadores a profundizar en la fructífera la educabilidad bajo sospecha”. En Graciela
posibilidad de analizar las prácticas de lectura y Frigerio & Gabriela Diker (Comp.) Infancias
escritura en los ámbitos universitarios, y repen- y adolescencias. Teorías y experiencias en el
sarlas para cualificar la educación superior en borde. La educación discute la noción de des-
el país. En esta vía, los análisis sobre deserción, tino, Buenos Aires: CEMNoveduc.
“rezago” y bajo rendimiento académico, y los
probables obstáculos que deben sortear los estu- Baquero, R., Albarello, L., Ameztoy, A., Corrado,
diantes universitarios reconocen dificultades en R., Eizaguirre, D., Goñi, J., Rímoli, M. & Zul-
la comprensión y producción textual (Baquero et berti, G. (1996) El alumno ingresante a la Uni-
al., 1996), y por ende es preciso mantener una re- versidad. Un abordaje psico-educativo. Espa-
flexión sobre las prácticas de lectura y escritura cios en Blanco, Revista de Educación. Serie
en las instituciones de educación superior. Indagaciones, 3(4), 99–117.
Eco, H. (1996). Seis paseos por los bosques narra- Scardamalia, M. & Bereiter, C. (1992). Dos mo-
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MEN & Icfes (15 de marzo de 2012) Mineducación e Uribe-Álvarez, G. & Camargo-Martínez, Z. (2011).
Icfes entregan resultados de las pruebas SA- Prácticas de lectura y escritura académicas