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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3.

Marzo 2018

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Centro Rodrigueano de Investigación Social para la Latinoamericanidad (Crisol)


Consejo Directivo
Alí Ramón Rojas Olaya (Presidente)
José Gregorio Linares (Vicepresidente)
Alberto Cova Ilushka Salazar
Alejandro Flores Jesús Martínez
Alejandro Hitcher Jesús Rafael “El negro” Muñoz
Alexander Torres Iriarte José Jesús Cordero Ceballos
Alexandra Mulino José Leonardo Sequera
Ángel Daniel González Juan Arias
Ángel González Juan Rivas Daniels
Ángel Prieto Coronado Juan Vicente Cabeza
Antonio Navas Leonor Fuguet
Aquiles Javier Gómez Lisbeth Villalba
Betty Mendoza Lourdes Manrique
Carlos Bracho Luis Delgado Arria
Carlos Guerrero Luis Felipe Pellicer
Carolina Escarrá Luis Navarrete Orta
César Ramos “Ruso negro” Marcial Arenas
Cristina González Marcial Urbaneja
Dilcia Andrade María Alejandra Díaz
Elisabeth Leal Nelson Chávez
Eloy Reverón Omar Hurtado Rayugsen
Emmanuel López Omar Marrero Romero
Erick Rodríguez Mieres Oscar Margaret
Euro Faría Pablo Barreto
Francisco Ugarte Pedro Calzadilla
Gerónimo Pérez Rescaniere Rafael Castarlenas
Gilberto Merchán Rafael Navarro
Gilda Girardi Ricardo Romero
Graciela Angarita Roberto Ruiz Luigi
Guillermo Luque Thais Marrero
Héctor Torres Casado Vladimir Adrianza
Hidaiz Moya Vladimir Lazo
Hilda León William Blanco
Humberto Vargas Williams Ramírez

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El Centro Rodrigueano de Investigación Social para


la Latinoamericanidad (Crisol) fue fundado por el
Colectivo 114 el 28 de octubre de 2009, en el marco
de la celebración de los 240 años de nacimiento de
Simón Rodríguez, y tiene en la Escuela de Defensa
Integral Comandante Eliézer Otaiza (Ediceo),
fundada el 11 de abril de 2015, su brazo militante.

Promover el Bolivarianismo como fundamento de


nuestra doctrina política y guía de nuestras acciones;
divulgar el inexplorado legado de Simón Rodríguez;
impulsar la investigación y la formación de
formadores; activar el poder constituyente; fortalecer
la divulgación en el campo político y cultural desde la
óptica nuestramericana para dignificar la
venezolanidad y la latinoamericanidad, son nuestros
objetivos.

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 Alí Ramón Rojas Olaya


 Luis Felipe Pellicer
 Betty Mendoza
 José Gregorio Linares
 Manuel Celis
 Luisana Colomine
 Julio Escalona
 Ana Cristina Bracho
 Leonardo Terán Moreno
 Jessica Dos Santos Jardim
 Grisel Marroquí
 Maiqui Flores
 Aquiles Nazoa

Para leer en la cola

Cuadernillo mensual de Ciencias Sociales

Número: 27. Volumen: 1. Año: 3. Mes: marzo.

Centro Rodrigueano de Investigación Social para la Latinoamericanidad (Crisol), Caracas, marzo, 2018.

Colectivo 114
Cátedra Itinerante ¡Bolívar Vive!
Industria Venezolana Endógena de Papel Invepal
Escuela Venezolana de Planificación
UNEARTE
Universidad Bolivariana de Venezuela
Cátedra Libre Nuestramericana Hugo Rafael Chávez Frías
Cátedra Libre de Derechos Humanos
Escuela de Defensa Integral Comandante Eliézer Otaiza (Ediceo)

Dirección editorial: Alí Ramón Rojas Olaya y José Gregorio Linares


Socializadoras y socializadores: Marisol Olmeta, Thais Marrero, Manuel Nohel Celis Bustillos y Otto Rafael Fernández
Molina.
Portada: largas colas de personas en Estados Unidos esperan para recoger comida en ONG’s y bancos de alimentos tras
la retirada de ayudas del gobierno. Los cupones de alimentos destinados a 48 millones de ciudadanos de bajos ingresos,
sufren un recorte de más de 58 millones de euros (febrero de 2014). Fuente:
http://theobjective.com/estados-unidos-recorta-mas-de-58-millones-de-euros-en-cupones-de-comida-30f48/

Crisol: Quinta Castillete. Avenida Páez. El Paraíso. Frente al Parque Naciones Unidas. Caracas, Venezuela. Código Postal
1020.

Correo electrónico: paraleerenlacola@gmail.com

Página web: http://paraleerenlacola.wixsite.com/crisol-ediceo

Depósito Legal: DC2017000008

ISSN:

“Los autores que obtienen privilegio de publicación, protestan, en la primera hoja de sus libros, perseguir, con todo el rigor
de la ley, a los contrafactores de sus obras. Yo no amenazo: sólo reclamo la propiedad, o séase, la anticipación de algunas
ideas publicadas por otros. Mi genio comunicativo, me ha hecho leer mis borradores a muchos —y mis borradores sobre la
Instrucción Pública tuvieron principio, a fines del siglo pasado, en Europa, donde viví enseñando por espacio de muchos
años” [Simón Rodríguez, Luces y virtudes sociales (Concepción, 1834 y Valparaíso, 1840)]

Es decir, divulguen esta obra imprimiéndola preferiblemente en papel reusable. Hagan promoción de la lectura en las colas
y en cualquier otro espacio. Recuerden las palabras de Rodríguez “Nada importa tanto como el tener Pueblo: formarlo debe
ser la única ocupación de los que se apersonan por la causa social”.

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Simón Rodríguez: Química y Geopolítica


Alí Ramón Rojas Olaya

La tabla periódica es una matriz, publicada en 1869 en Alemania por el ruso


Mendeléyev, en la que se ordenan los elementos químicos. El filólogo alemán
Theodor Benfey (1809-1881) decía que los elementos de la tabla “son el corazón
de la química, comparables a la teoría de la evolución en biología (que sucedió al
concepto de la Gran Cadena del Ser), y a las leyes de la termodinámica en la
física clásica”. Simón Rodríguez no la conoció, pero sí estudió la obra de Antoine
Lavoisier (1743-1794): “…Permanecí en Europa por más veinte años; trabajé en
un laboratorio de química industrial, en donde aprendí algunas cosas”. El estudio
de la tabla periódica de los elementos es vital para entender la geopolítica, ya que
los imperios se hacen poderosos en la medida en que saquean las riquezas
naturales de los territorios que invaden. Estados Unidos necesita colocar títeres en
las neocolonias de su “patio trasero” para facilitar el latrocinio. Gobiernos con
fantoches como los venezolanos Juan Vicente Gómez, Rómulo Betancourt y
Carlos Andrés Pérez, el boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada, la nicaragüense
Violeta Chamorro, los neogranadinos Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Juan
Manuel Santos, los mexicanos Vicente Fox y Enrique Peña Nieto, el panameño
Ricardo Martinelli, el guyanés David Granger, el chileno Sebastián Piñera, el
argentino Mauricio Macri, el brasileño Michel Temer y el peruano Pedro Pablo
Kuczynski, entre muchísimos otros, ponen en bandeja de plata los caudales de los
subsuelos de los territorios de sus pueblos.

En 1836 Estados Unidos


continuó sus ansias expan-
sionistas en territorio mexi-
cano. El primer paso fue
crear una campaña mediáti-
ca en Texas propiciando un
falso regionalismo. Luego
colonizaron algunos lugares
despoblados con la raza
blanca (para evitar esto uno
de los puntos del proyecto
de Simón Rodríguez es “co-
lonizar el país con sus
propios habitantes”). El ejér-
cito estadounidense invadió
por la zona comprendida entre el río Nueces y el río Bravo y por los estados

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mexicanos de Alta California y Nuevo México. Como resultado Estados Unidos


crea la República de Texas que existió entre el 2 de marzo de 1836 y el 29 de
diciembre de 1845, cuando se produjo la anexión oficial de Texas a los Estados
Unidos de América. En 1848 Estados Unidos no sólo le arrebata a México Alta
California y Nuevo México e impone los estados de Nuevo México, Arizona,
Nevada, Colorado y Utah, sino que demanda al gobierno mexicano una
indemnización por los daños causados en Texas durante “su guerra de
independencia”. Estados Unidos le arrebata a México el 55% de su territorio
preñado de oro, plata, cobre, petróleo y plomo. El 26 de noviembre de 1847 Simón
Rodríguez escribe: “los angloamericanos se tragaron a México como un pastelito”.

¿Por qué Vietnam? Porque en la patria de Ho Chi Minh hay hierro, zinc, cromo y
estaño. ¿Por qué Afganistán? Porque allí hay grandes yacimientos de litio. ¿Por
qué Ucrania? Porque tiene gas, es el quinto país productor de titanio en el mundo
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y el décimo en poseer acero. ¿Por qué Yemen? Porque Yemen, Djibuti y Eritrea
comparten el estrecho de Bab el-Mandeb, uno de los puntos más importantes del
mundo en lo que se refiere al petróleo por los millones de barriles con que Arabia
Saudita inunda el mercado europeo y asiático. ¿Por qué Siria? Porque posee
reservas de gas natural, sal gema y fosfatos, y sus oleoductos la sitúan en una
posición estratégica entre el Medio Oriente y Europa.

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¿Por qué Latinoamérica y el Caribe? Porque en esta vasta región circula 25% de
todos los recursos naturales y energéticos que necesita Estados Unidos: 27% del
carbón, 24% del petróleo, 8% del gas, 5% del uranio y casi un tercio de las
reservas mundiales de cobre, bauxita y plata. Bolivia tiene 65% de las reservas
mundiales de litio y Chile 25%. Los principales productos mineros del Perú son la
plata, el cobre, el zinc, el estaño, el bismuto y el teluro. La patria de Neruda es el
mayor productor de cobre del orbe. Paraguay es considerado uno de los primeros
países con industria minera de Sudamérica, porque en el siglo XIX ya producía
hierro, magnesio, arcillas caolínicas, calizas dolmitizadas, rocas ornamentales,
piedras semipreciosas y materias primas para fertilizantes inorgánicos. Las
cuencas acuíferas de Nuestra América contienen 35% de la potencia
hidroenergética mundial.

¿Por qué Venezuela? Porque la Faja Petrolífera del Orinoco almacena la mayor
cantidad de petróleo del mundo, porque en su subsuelo hay gas, porque en el arco
minero hay oro, aluminio, cobre, níquel, hierro, plata, plomo, zinc, mercurio, calcio,
magnesio y manganeso. Además, Venezuela es el quinto productor del mundo de
torio (Th), elemento químico radiactivo definido como un 'combustible nuclear
limpio' llamado así en honor de Thor, el dios nórdico del relámpago y la tormenta.
¿Por qué Estados Unidos anda detrás del torio venezolano? Porque sirve como
combustible nuclear, de catalizador en química orgánica y de agente de aleación

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en estructuras metálicas, con él se fabrican electrodos especiales para soldadura,


filamentos de lámparas eléctricas y lentes de alta calidad para instrumentos de
precisión ya que el óxido de torio añadido al vidrio mejora sus propiedades
difractivas. El criptoactivo Petro está respaldado por los elementos de la tabla
periódica que están en el campo número uno del Bloque Ayacucho de la Faja
Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez.

Los libros, dice Simón Rodríguez, “no son para


ostentar ciencia con los sabios, sino para instruir
a la parte del pueblo que quiere aprender, y no
tiene quien la enseñe”. Esto aplica al
conocimiento que debemos tener de la tabla
periódica de los elementos. “Conocer la
naturaleza en cuanto nos es permitido es un
deber porque estamos rodeados de cosas, y
sorprendidos por accidentes, que llamamos circunstancias, y viendo fenómenos
que podemos, y que, en muchos casos, nos conviene saber explicar.
Dependemos de las circunstancias, luego, es menester acostumbrarnos a
obedecerles. Si en el colegio se enseñaran ciencias exactas y de observación, los
jóvenes aprenderían a apreciar lo que pisan, y se abrirían muchas carreras. Con
Latín, Leyes y Teología, no ganarán de que subsistir, o subsistirán entre
privaciones y escaseces. Con Conocimientos en Historia Natural, apoyados en los
de Física y Química, serían agricultores instruidos — arrendarían las haciendas
del colegio, y otras — tendría el colegio sus rentas seguras y ellos preferirían la
vida del campo a la de los poblados, porque se distraerían con utilidad.
Conociendo los minerales, podrían emprender
cateos de metales más útiles que el oro y que la
plata, como hierro, plomo, estaño, cobre, zinc,
platina, manganesa y otros. La plata y el oro
halagan la avaricia, y al cabo empobrecen al minero:
porque, las vetas se pierden o se agotan, y él sigue
buscándolas, como perro hambriento, que, después
de haberse tragado el bocado, se queda olfateando
el lugar donde lo halló”. Esto aplica a las potencias
imperiales: “España y Portugal se atrasaron por
estar esperando riquezas: la una de México y el otro
del Brasil”. Como estos perros hambrientos
quedarán los Estados Unidos y las transnacionales
si siguen enfermas de esa “sed insaciable de
riqueza”.

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Al maestro sin piedad


Luis Felipe Pellicer

En verdad, es satisfactorio que un simple mortal pueda tener un efecto curativo en


alguien que se imagina un semidiós. Lo digo porque la risa es terapéutica, y
provocársela a Germán Carrera Damas puede contribuir a aliviar algunos de sus
males.

La indigestión, en cambio, tiene muchas maneras de curarse, la más sencilla y


antigua consiste en expulsar por los orificios naturales del cuerpo aquello que la
causó. Si estuviéramos en el Leander bastaría con acudir a su sentina. Quiero
expresar mi coincidencia con el diagnóstico que hace el doctor Carrera de la
democracia venezolana, es cierto: sufre una indigestión. Sólo añadiría que
tratándose de toda una sociedad la que padece de democracia dispéptica, 11
años de implementación del Proyecto Nacional democrático, participativo y
protagónico no bastan para expulsar de la mentalidad conservadora, 300 años de
coloniaje y dos siglos de liberalismo oligárquico y burgués, de los cuales 40 años
fueron de democracia diarreica, para decirlo en términos escatológicos.

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Por otra parte, confieso mi imposibilidad de sentir piedad por alguien. Desde las
bajuras de mi humanidad apenas si puedo sentir nostalgia, sobre todo cuando
releo a un antiguo maestro, fundador de la cátedra de Historia de la Historiografía
venezolana, quien en 1968 afirmaba que el desarrollo de la burguesía nacional, a
partir del último cuarto del siglo XIX, obedeció a un proceso de acumulación de
capital mediante el peculado amparado por el poder público, la subasta de
concesiones petroleras y la extensa libertad de explotación de campesinos y
obreros.

Decía además, con la claridad propia de un historiador marxista:

Si entendimos al maestro, la burguesía tiene más de un siglo reescribiendo la


historia y utilizándola como un instrumento ideológico que le sirva para mantener
su lugar privilegiado de dominación, explotación y saqueo de los recursos que nos
pertenecen a todos. Se propuso entonces y procura ahora, esa misma clase y sus
ideólogos, no sólo seguir escribiendo la historia en su beneficio, sino que pretende
que el pueblo no escriba la suya. Para ello se valen y han valido de la expoliación
del patrimonio documental que le pertenece al pueblo, de la invisibilización del
protagonismo popular en la construcción del proceso histórico, de la

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malintencionada actitud de monopolizar los saberes y de la crasa manipulación de


las fuentes históricas.

Esos ideólogos disfrazados de “científicos sociales” han pretendido que la historia


sólo la han hecho unos señorones de levitas y sotanas, quienes además de
hacerla la escriben y la reescriben a su antojo.

¿En qué quedamos entonces, maestro, se puede o no se puede reescribir la


historia?

¿Reescribirla es o no es una necesidad histórica de una clase social?

¿Será que ahora piensa que se debe seguir subestimando al pueblo como motor
del proceso histórico y que la burguesía es la única que puede reescribir la
historia?

Una pequeña precisión: cuando Marx se refiere al papel revolucionario de la


burguesía en el Manifiesto Comunista, está hablando de una clase “que en lugar
de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas, ha establecido una
explotación abierta, directa, brutal y descarada (…) una clase que ha hecho de la
dignidad personal un simple valor de cambio”. Marx caracteriza a la burguesía
como “retoño fatal” y a su época revolucionaria, como una etapa donde: “Todo lo
que era sólido y estable es destruido; todo lo que era sagrado es profanado y los
hombres se ven forzados a considerar sus condiciones de existencia y sus
relaciones recíprocas con desilusión”.

Que unos historiadores tengan la legítima intención de reescribir la historia; que lo


asuman, además, como su obligación de funcionarios públicos de un Ministerio del
Poder Popular en un Estado cuyo gobierno es revolucionario, no debería crispar a
otros colegas (con la venia de sus mercedes) que no sólo la han reescrito, sino
que ahora pretenden borrar lo que escribieron y lo hacen, también, desde una o
varias instancias del Estado.

Lo que les estremece, en el fondo, es haber perdido el privilegio de ser los únicos
autorizados por los poderes de (su) turno para hacerlo y lo que más lamentan es
la certeza, que les da la experiencia del oficio, de saber que el de ahora es un
poder popular y no es pasajero. ¿No será mucha pedantería de este “pobre diablo”
(lo de pobre sí, lo de diablo, no me atrevo: por cristiano y porque según dicen el
diablo es sabio) decir que a estos historiadores de la Academia lo que les irrita
más es que quienes asumimos la historia insurgente, hemos sido sus discípulos y
no nos calamos más la estratificación feudal que impusieron en el oficio?

El asunto, lo sabemos, no es la historiografía y menos una discusión teórico-


metodológica acerca del oficio. El asunto es la política. Es decir, la perspectiva
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desde la cual se escribe y se reescribe la historia. Hemos afirmado que la vamos a


reescribir para el pueblo y con el pueblo, pero es más, la estamos reescribiendo
con los consejos comunales, con los fundos zamoranos, con los estudiantes, con
los investigadores, con los maestros, con los profesores y, sí, con los militares.
Con los militares, porque nuestros militares son el pueblo en
armas, desde hace más de dos siglos. Las milicias, lo saben
todos los eruditos de la Academia, no son invento de esta
revolución. Había aquí milicias durante el período colonial y
fueron las que hicieron la guerra de Independencia. Que
tengan una disciplina y un entrenamiento especial, como lo
tienen los historiadores y todo el que se mete en una
Universidad, no los hace menos pueblo. Para muestra un
botón: el comandante Chávez, que no sólo es del pueblo, sino
que lo sigue expresando en todas sus dimensiones aún
después de su siembra, sobre todo en una que les duele
mucho a los “desechos ideológicos” de la oligarquía: en un
gobierno para el pueblo y con el pueblo.

De la acción histórica de los militares, de todo como en botica, como también la de


los civiles. Otra vez un maestro nos alumbra. Al biografiar a Laureano Vallenilla
Lanz, quien no tenía charreteras, Elías Pino afirma 1:

(…) su obra más


conocida es Cesarismo
democrático (…) donde
utiliza la metodología y
los supuestos teóricos
de la escuela positivis-
ta, examina en ella el
pasado venezolano en
estrecha relación con la
coetaneidad, para con-
cluir en la justificación
del caudillo como ‘gen-
darme necesario’ al
considerarlo como un
corolario natural de la
evolución colectiva de la sociedad venezolana.”

1
Diccionario de Historia de Venezuela, Fundación Polar. T. 4. p. 192.

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Civil e historiador, Vallenilla justificó un verdadero régimen dictatorial, el peor, el


liberalismo salvaje en su pasta, hasta que se demuestre lo contrario. ¿Qué decir
de Gil Fortoul? ¿Qué decir de todos los civiles que mataron, aprisionaron y
mortificaron sin cuento? ¿Qué decir de los chácharos gomecistas (dígalo ahí
abuelo Pancho), los esbirros perezjimenistas, encabezados por el mecenas de
muchos académicos, Don Pedro Estrada; los discípulos de Posada Carriles, los
López Sisco y los Simonovis?

Apreciamos a nuestros maestros. No creemos estar haciendo otra cosa que darle
continuidad, profundidad y popularidad a sus enseñanzas. Agradecemos al
mercader de la esquina de San Francisco la sugerencia de distribuir los
documentos del Libertador y del Precursor en el puente de las Fuerzas Armadas.
Los pondremos a disposición en todos los puentes construidos y los que estamos
construyendo, una vez conservados, preservados, digitalizados y publicados por el
Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Los pondremos a disposición de
todos, justo en los lugares donde se pueden conseguir las obras de la
historiografía escrita por los ideólogos de la burguesía, cuyas bibliotecas han sido
rematadas por sus deudos después de repartir la herencia.

Para finalizar, quiero resumir un manifiesto que hicimos en el año 2010 en el


Ministerio del Poder Popular para la Cultura: con la ayuda del Dios de verdad, que
creemos está en el cielo; con la fuerza movilizadora del pueblo venezolano y
nuestroamericano; con el auxilio de los saberes que hemos logrado en los
ambientes de aprendizaje en que hemos compartido con obreros, campesinos,
profesores y estudiantes; con el
impulso telúrico de la Revolución
Bolivariana; con la inspiración que nos
brinda el pensamiento y la acción
revolucionaria de Bolívar y Miranda;
con el orgullo que nos produce que
este país y esta revolución la dirige un
líder continental como lo es el
Comandante Chávez y su alumno
Nicolás Maduro; con la certeza de que
este proceso bolivariano socialista y
humanista logrará que nuestros hijos y
nietos vivan en una sociedad de
equidad y justicia social: vamos a
reescribir la historia y vamos a
transformar la historiografía para el
pueblo y con el pueblo.

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Un día Chávez creó Unearte


Betty Mendoza

Un día nos informaron a los


trabajadores del Instituto Universi-
tario de Danzas que quienes qui-
siéramos asistir al acto de inau-
guración de la Universidad
Nacional Experimental de las Artes
podíamos anotarnos en una lista.
Así lo hicimos. Otro día nos
buscamos en una gran lista y sólo
quienes aparecíamos en ella
logramos entrar (no todos los que
nos anotamos aparecimos allí). Yo logré entrar.

Ya adentro nos encontramos con un hervidero de gente, cámaras y cables, pero la


expectación giraba alrededor de una sola persona: Hugo Chávez. Era el 20 de
septiembre de 2009, día en que se transmitía desde la nueva universidad el Aló
Presidente Nº 340.

Luego él llegó, con toda su cordialidad, saludando a todos. Convencido de que


estaba haciendo historia. Y fue así, porque su transcendental iniciativa, al crear
esta nuestra Universidad Nacional Experimental de las Artes, ha sido un punto de
inflexión en la historia de las artes de nuestro país, pues como él afirmó en ese
momento “la revolución sin cultura no puede ser revolución”, y el arte no es otra
cosa que la cultura en su más viva expresión.

Desde entonces miles de jóvenes, y otros no tan jóvenes, han ingresado a


conocer formas y métodos para la creación artística, a reflexionar, analizar,
experimentar….y sobre todo ¡a crear…! Así ha sido, pues como en un inmanente
tejido chavista, todas y todos han podido ingresar a nuestra casa de estudios a
expresar sus deseos artísticos, a vivir y respirar en el arte sin importar su posición
política, su lugar de nacimiento o su nivel de ingreso económico.

La Unearte no sólo ha generalizado la práctica y el estudio de las artes en nuestro


país, sino que además ha procurado un cambio de paradigma en torno al artista.
Hasta ese momento la mayoría de las venezolanas y venezolanos entendía como
artistas a quienes actuaban, cantaban o bailaban en los programas de la televisión
privada del país, o bien a quienes actuaban en nuestros más importantes teatros
así como en los de fuera de nuestro territorio: músicos, bailarines, cantantes o

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actores vinculados mayoritariamente con el arte de los grandes centros artísticos


del mundo, pero sin un sustento en sus propias raíces culturales.

La Unearte permitió entonces, que el concepto de artista se ampliara, así los


artistas populares entraron a la academia, reivindicando a cantores, bailadores,
grafiteros y contadores de cuentos que fueron entendidos como tales. Se
comprendió el concepto de artista/cultor.

Y es cuando se abre el espacio para la realización de las acreditaciones por


experiencia, un espacio vital y necesario en el que los hacedores de las artes y las
culturas, los que llevamos años desarrollando actividades artísticas hemos
conseguido un espacio de concreción académica para todo el cúmulo de prácticas
que hemos desarrollado a través de los años.

Este proyecto de la Unearte le ha


abierto sus puertas a la gran
diversidad de artistas que hemos
pululado por teatros, salas, plazas,
calles y todo espacio convencional
y no convencional, nacional e
internacional, en una manifiesta
disposición a ser artistas, a ense-
ñar, a entender y mostrar nuestro
arte. Personas que hemos hecho
del arte nuestro espacio vital y que
hasta ahora no contábamos con un espacio para formalizar nuestra
profesionalización.

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Pero sabemos que el objetivo es ir más allá, pues manteniéndonos en el


pensamiento chavista, el camino transita hacia la descolonización del oficio, hacia
la comprensión de los procesos históricos propios como generadores de
realidades diversas y sobre todo distintas, a la opción de vernos a nosotros
mismos como generadores de cultura y creadores de arte, a la valoración positiva
de nuestros esfuerzos creadores, a la visibilización de los resultados de nuestros
intercambios culturales históricos, a lo que somos por lo que hemos vivido y
hemos hecho…. A vernos con nuestros propios ojos, que fue algo que Chávez nos
pidió vehementemente.

Es así como en este maravilloso espacio académico-lúdico-artístico convergen el


pasado y el presente, la experiencia y el descubrimiento, la lágrima y la sonrisa,
los clásicos europeos jugueteando y dejándose vencer por los clásicos
venezolanos, el camino y la meta, artistas que reflexionan y crean, que bailan,
cantan y escriben sus argumentos, con los dedos, el cuerpo y la voz. Y eso nos
llevaremos en nuestro espíritu y nuestro cuerpo para siempre….

¡Somos y seremos Unearte!

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La isla de Laputa y las universidades


José Gregorio Linares

En la obra Los viajes de Gulliver el escritor


irlandés Jonathan Swift (1667- 1745) cuenta que
el personaje central de su relato visitó una isla
voladora llamada Laputa. Sus habitantes poseen
un gran talento para el razonamiento abstracto,
pero son incapaces de emplear sus
conocimientos con fines prácticos. Pueden
resolver grandes problemas de orden teórico,
pero nunca hallan soluciones factibles a
necesidades reales. Por ejemplo, mediante complejas fórmulas descubrieron dos
satélites de Marte, y calcularon con gran precisión la trayectoria de 93 cometas;
sin embargo jamás lograron diseñar adecuadamente sus viviendas, ropa y
calzado. Además, se hacen acompañar de ayudantes llamado “agitadores”,
quienes se sirven de un palo en cuyo extremo va atada una bolsa rellena de
guijarros con la cual les golpean en la cabeza para poder sacarlos del
ensimismamiento. La razón es que viven tan absortos en sus propias
especulaciones que pierden contacto con la realidad. No pueden ver ni oír lo que
otros les dicen si no se les hace volver en sí mediante golpes. Aun así se niegan a
ejecutar cualquier acción concreta: su mundo es el de las teorizaciones sin
asideros prácticos.

En ciertas instituciones de la sociedad venezolana ocurre algo similar. Un ejemplo


de ello lo tenemos en nuestras universidades. Allí se discute acerca del modelo
rentista petrolero y su necesidad de superarlo mediante la activación de la
producción nacional. Sin embargo, la estructura administrativo- financiera y el
marco legal de estas instituciones dificultan que ellas mismas dejen de ser un
subproducto parasitario del rentismo y se conviertan en activas entidades
productivas. La Universidad es una máquina hecha exclusivamente para absorber
recursos del Estado y para gastar. Es como una inmensa boa que engulle
presupuestos. No permite producir, mucho menos mercadear, comercializar,
obtener dividendos, invertir o financiar al Estado, a la comunidad o a sí mismas.

Si buscamos la planificación de cualquier centro de educación universitaria y


consultamos su Plan Operativo Anual (POA) veremos que no prevé nada en
relación con la producción. Se limita a recibir dinero y gastarlo. De modo que todo
el discurso contra el rentismo que allí se da es pura declaración y pose. En estos
tiempos que exigen soluciones concretas a problemas reales, estas islas de

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Laputa no asumen el desafío de producir y resolver. Discurren largamente acerca


del modelo rentista, critican… y gastan.

Ahora bien, para que las universidades se transformen en espacios productivos,


deben romper con la noción de claustro que prevalece en la mayoría de ellas (La
palabra claustro viene del latín claudere, que significa «cerrar») y abrirse a la
realidad de una nación en crisis que exige que sus centros de educación
universitaria se orienten a resolver problemas económicos reales. Dejen de ser
una pesada carga y se transformen en un baluarte, en una fortaleza. Para lograrlo
es indispensable, además, superar el prejuicio de que en las universidades
únicamente se dictan clases y se hace un poco de investigación y extensión.
Lamentablemente, como decía Einstein: “es más fácil destruir el átomo que un
prejuicio”. Producir es visto como un anatema, incluso en las universidades
creadas por la revolución, aun después que se ha acentuado la crisis y que se
hace impostergable la creación de espacios socioproductivos que satisfagan las
necesidades de la población.

Pero ha llegado la hora de que las universidades produzcan y retribuyan. Para ello
es indispensable transformarlas, de pedigüeñas y consumidoras, en productivas y
emprendedoras. Sin esto, todo lo que se diga en relación con la producción y el
rentismo es pura teorización vacua e incomprensión del momento histórico.
Tributa al fortalecimiento de lo que Rodolfo Quintero llamó “cultura del petróleo”, y
por ende acentúa el estancamiento económico y estrecha los lazos de
dependencia.

En esta etapa de la Revolución, cuando Venezuela ha visto vulnerada su


capacidad productiva por enemigos que pretenden someternos a un nuevo
coloniaje, producir es un acto de soberanía e independencia, de amor por nuestra
gente. Por consiguiente, las universidades deben transformar su estructura
administrativo-financiera, su marco legal y su mentalidad de claustro. Ampliar sus
propósitos tradicionales (docencia,
investigación y extensión) para
emerger como florecientes centros
productivos asociados a nuestros
proyectos de emancipación. De lo
contrario el pueblo asumirá el
papel de “agitador” de estas islas
de Laputa y las sacará de su
enclaustramiento.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Febreros y abriles
Manuel Celis

Este año 2018 estaremos en Venezuela en la conmemoración de los 29 años de


aquel 27 y 28 de febrero de 1989 y en la celebración de los 208 años de aquel 19
de abril de 1810. Dos fechas distintas, pero en esencia tienen el mismo espíritu de
rebeldía que caracteriza a este pueblo venezolano. Por si fuera poco, tres días
después, el 22 de abril de 2018 celebraremos la gran fiesta de la Democracia en
nuestra querida tierra Venezuela.

Parece una casualidad increíble que tales fechas puedan ser tan coincidentes. Es
más bien una causalidad histórica. Algunos no nos pueden comprender,
simplemente porque somos hijos de Bolívar, de Sucre, de Rodríguez, de Chávez,
somos hijos e hijas de la historia que hemos parido y nos ha visto parir.

Aquel pueblo venezolano había decidido aquella mañana del 19 de abril de 1810
conformar la Junta Suprema de Caracas y había resuelto asumir de una vez por
todas, el poder político, independientes del imperio español. Fue expulsado el

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

General Emparan, quien escoltado por los guardias de los pelotones de pardos el
día 21 de abril de 1810, sábado Santo por la mañana, “… hiva en calidad de preso
con soldados de Caballería y otros particulares…” [SIC]. Emparan aún no podía
creer que iba en calidad de preso expulsado de las tierras venezolanas para
embarcarlo en una nave que lo devolvería a España y a partir de entonces el
pueblo de Venezuela estaba determinado a ser libre.

El 27 y 28 de febrero de 1989, de nuevo, el pueblo venezolano asume las riendas


de la historia y decide liberarse de 31 años de la falsa democracia representativa
que había sido construida por parte de Acción Democrática y de COPEI. Bajaron
los cerros aquellos días, cansados de tantas ofertas engañosas, de tanta hambre,
de tanta corrupción, de tanta miseria y saquearon los negocios que tenían
acaparados los alimentos, los productos básicos para vivir y aquel pueblo fue
masacrado. La prensa de entonces decía que el hecho violento había producido
300 muertos, Carlos Andrés Pérez decía que eran unos zagaletones y maleantes
rompiendo vidrieras y alterando el orden público. La verdad es que los caídos de
nuestras barriadas de Caracas, Guarenas, Los Teques, etc., pasaban de 3000,
tiroteados por la Policía Metropolitana y el Ejército de aquella época. Nuestros
muertos, pobres, fueron cargados en camiones, así como las urnas iban por lotes
en camiones y cuando se agotaron estas, fueron lanzados en fosas comunes que
nadie supo donde estaban, sino años después.

Pero esta lucha que parecía haber sido un fracaso nos trajo un 4 de febrero de
1992, cuando un grupo de oficiales de rangos medios dirigidos por el comandante
Hugo Rafael Chávez Frías se rebelaron contra esa falsa democracia que tenía

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

sometido a un pueblo a la miseria, a la pobreza del 80% de la población


venezolana, que nos tenía sumidos en el analfabetismo, en la desnutrición, y
sometidos como neocolonia norteamericana.

Ahora, tenemos otra vez una Batalla muy importante por delante este 22 de abril
de 2018. Estamos sometidos a unas presiones internacionales jamás antes vistas
en la historia. El imperio más poderoso y grande del mundo, Estados Unidos, ha
decidido que nuestra Revolución Bolivariana debe extirparse por completo.
España y Francia junto a Canadá y el autodenominado Grupo de Lima, después
del ruidoso fracaso de la OEA por acabar con nuestro proceso democrático,
también se han puesto de acuerdo para acabar con la Revolución Venezolana, sin
dejar por fuera el narco gobierno colombiano y el gobierno de facto de Brasil,
quienes también apoyan a los intervencionistas e injerencistas.

Somos el epicentro político del mundo, quien nos mira con detenimiento en el
“desarrollo de todos los acontecimientos”, en palabras de Walter Martínez, que
puedan desatarse en ese día glorioso. La esperanza del mundo está puesta en un
país tan pequeño en dimensiones físicas como lo es Venezuela, pero tan grande
en dignidad, fortaleza, heroísmo, moral y patriotismo. Cuando en nuestro país han
ocurrido las grandes batallas y esas luchas del pueblo, hemos salido victoriosos y
el mundo gira su curso de la historia y se coloca en el sitial de honor que le
corresponde.

Por eso tenemos un compromiso enorme por delante con el mundo y con la
historia. Este 22 de abril de 2018 debemos dar una contundente respuesta
democrática y ganar las elecciones presidenciales con nuestro candidato y
Presidente Nicolás Maduro Moros y demostrarle al mundo que no importan las
presiones, las amenazas, las asfixias económicas y torturas psicológicas que nos
pueda aplicar cualquier imperio. Por muy pequeño que sea un país en el planeta
Tierra, si está dispuesto a ser libre e independiente no importan las bombas
atómicas que pueda tener el gobierno de USA, los
cañonazos, las guerras económicas, ni fuerzas dictatoriales
que puedan detener este volcán de amor, de fuerza, de
coraje, que tienen los pueblos para decidir su futuro.

Los febreros y abriles son del pueblo de Venezuela y de los


pueblos del mundo, son de lucha, de batallas y de victorias
y no dejaremos que este momento histórico pase por
debajo de la mesa. Haremos de este 22 de abril de 2018 un
19 de abril de 1810, un 27 y 28 de febrero de 1989 y un 4
de febrero de 1992, porque somos un pueblo valiente, digno y nos haremos
respetar. ¡Viviremos y venceremos!

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

La Cumbre del Bullying


Luisana Colomine

Si usted busca la declaración de Quebec (Canadá) y el Plan de Acción elaborado


durante la Cumbre de Las Américas de 2001, verá unos pequeños asteriscos en el
texto los cuales remiten a las observaciones de la delegación de Venezuela,
encabezada por el presidente Hugo Chávez, quien se estrenaba en esa fiesta
como mandatario de uno de los países miembros.

Ya desde entonces Venezuela era incómoda por sus posiciones atentas siempre
al orden constitucional interno, en primer lugar, y luego por la defensa de la
soberanía y la autodeterminación de los pueblos. Chávez fue el único que firmó
con reservas aquel documento por dos aspectos que no compartía: la
denominación de democracia "representativa" (ya que la nuestra es participativa) y
la adopción del Alca como única vía de desarrollo comercial en la región. En esa
Cumbre se gestó la célebre Carta Interamericana. Venezuela sostuvo su posición
y, además, rechazó por "impreciso" el párrafo que precisamente le están aplicando
al presidente Nicolás Maduro para
impedir su presencia en esa
suerte de piñata que se celebrará
en Perú durante las icónicas
fechas del 12 y 13 de abril de
2018.

Sobre el párrafo al cual hacemos


referencia, el embajador en la
OEA, Jorge Valero, dijo que tal
como estaba redactado, contenía

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

ambigüedades que podían termi-nar en interpretaciones capricho-sas sobre lo que


allí se califica como "cualquier alteración del orden constitucional", ante el cual
sugirió el término "derrocamiento por la fuerza", cosa que no fue aceptada.

La Cumbre de Las Américas conformada por 34 países, es un apéndice de la OEA


que sigue lineamientos de su secretario general, Luis Almagro. Si en alguna de
esas naciones hay una "alteración" o "ruptura" del orden democrático, eso bastará
para que no pueda ir al party. Y es que "para ser diplomático hay que hablar un
buen número de lenguas, incluyendo el doble lenguaje" (Carey McWilliams)

Pero lo más grave es que el llamado Grupo de Lima ha trascendido la esfera


diplomática y la Cumbre de las Américas ha pasado a ser, en nuestra modesta
opinión, la "Cumbre del Bullying" con niños y niñas malcriadas que no quieren
compartir la piñata. Olvidan que no es a Nicolás Maduro a quien le hacen el "fo"
sino a Bolívar y a Sucre, a sus propios libertadores. "No te invito a mi fiesta porque
no me caes", dicen, "y si vienes ya sabes…", amenazan. Triste que muchos
venezolanos se burlen y avalen tal trato. Irónicamente es el mismo que reciben
quienes han migrado a esas tierras.

El periodista austríaco, Karl Kraus (1874-1936), escribió: "La diplomacia es un


juego de ajedrez en el que a los pueblos se les da jaque mate". Pero en
Venezuela "todo 11 tiene su 13"...

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Geopolítica del caos planetario


Julio Escalona

Llamando la atención

La nación venezolana está en guerra. Por ahora, una guerra no convencional o de


baja intensidad, que se caracteriza, entre otros factores, por un uso limitando de la
violencia militar y de las armas de guerra. Un predominio, por ahora, de la guerra
económica, la guerra mediática, las operaciones de guerra psicológica y muy
particularmente de las iniciativas políticas y diplomáticas. Según la evolución de la
guerra, la dirección imperial puede modificar la relación entre las formas de lucha y
la guerra puede pasar al uso de las formas predominantemente militares. Pero
nunca la guerra económica, la guerra mediática y las operaciones de guerra
psicológica van a desaparecer.

El objetivo final, es la caotización de las sociedades, de los pueblos, de tal manera


que no vuelvan a ser una unidad política, cultural, territorial, que pueda dar origen
a una integración regional soberana, solidaria y antiimperialista. La desintegración,
la recolonización es el objetivo.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

I. Geopolítica del caos y la destrucción de los Estados soberanos

Esta es una geopolítica que no sólo se propone


reconfigurar y recolonizar el mundo derrocando
gobiernos, asesinando líderes sociales y políticos como
se hizo en el pasado. El gobierno de un Estado
soberano, no sólo puede ser derrocado y su presidente
asesinado. Eso no es suficiente. En tiempos de la
globalización neoliberal y hegemonía del capital
financiero, es necesario que el mundo se reorganice en
correspondencia con las necesidades del capital
transnacional. Este capital tiene el poder y el derecho de dibujar las fronteras que
convengan al proceso de acumulación de capital. Por tanto, se va haciendo
enemigo de los estados soberanos, que han establecido fronteras propias y han
creado una sólida cultura nacional vinculada a la existencia de fronteras
identitarias de carácter histórico.

Más serio es el caso de aquellos países cuyo liderazgo influya decisivamente en


procesos de integración regional de países soberanos, lo cual obstaculiza aún
más la necesidad del capital transnacional en fijar sus propias fronteras en
correspondencia con las exigencias de conformar territorios que no estén
determinados por fronteras diferentes a las demandas de un mercado mundial que
se va expandiendo estableciendo sus propios límites y requiere derrumbar
cualquier limitación establecida por motivos diferentes a las del propio proceso de
acumulación de capital.

Por esta razón en otros trabajos he dicho que el obstáculo para la profundización
de la transnacionalización del capital son los Estados soberanos, que no están
dispuestos a modificar sus fronteras por intereses diferentes a los de la propia
soberanía. Concepto de soberanía que, según mi visión, el Presidente Chávez
desarrolló como soberanía solidaria e interdependiente. Es decir, yo soy un Estado
soberano porque tú lo eres y nos integramos sobre la base de que ambos
reconocemos la soberanía de cada quien, que conduce a reconocer los intereses
comunes y a respetar las diferencias. Así surgió el Alba, la Unasur, la Celac, el
Asa (América del Sur-África), la Aspa (América del Sur - Países árabes),
Petrocaribe, etc.

El poder mundial necesita destruir estas asociaciones y particularmente a los


países que han funcionado como promotores y organizadores de esos procesos
de integración. Ese es el caso de Venezuela y la radicalización de la amenaza que
en nombre del poder mundial, Estados Unidos impulsa contra nuestra patria. En
ese proceso estamos y EEUU no va a desistir de la batalla. No habrá tregua.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Un proceso de destrucción cultural

La necesidad de reconfigurar las fronteras establecidas a través de la historia y la


conformación de los pueblos y los diversos procesos identitarios vividos, en
función del desarrollo de acumulación de capital a escala mundial, ha planteado
un proceso de destrucción cultural del que los medios de información privados, no
solo no dan la debida difusión, sino que son una parte activa de dicho método de
destrucción cultural.

¿Cuánto ha perdido la humanidad en los bombardeos en la antigua Mesopotamia


durante la guerra de Irak, en Siria y todo el medio oriente, África… Ya vivimos el
incendio de la biblioteca de Alejandría, pero más recientemente, en 2003, el
incendio de la biblioteca de Bagdad, ante la mirada impasible de las tropas
estadounidenses. Pero ya habíamos conocido en 1933 la quema de libros,
organizada por Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, en la Bebelplatz de
Berlín. Se hizo famosa la frase, que se le atribuye a Goering, otro líder nazi:
“cuando escucho la palabra cultura, saco mi pistola”. Lo que viviríamos en la
República Bolivariana de Venezuela, ante una intervención imperial, sería, entre
otros crímenes, una ilimitada destrucción cultural, para que las generaciones
futuras, no tengan como recordar y como reconocerse, a través de nuestra rica,
variada y múltiple creación cultural.

La geopolítica del caos global, planetario: una opción ante la guerra nuclear

EEUU, en nombre del poder mundial, tiene décadas sometiendo a la humanidad al


chantaje nuclear. Sin embargo, cada vez más el equilibrio nuclear entre las
distintas potencias mundiales, obliga a poner sobre el tapete el tema de la
destrucción mutua asegurada, que ellos llegaron a pensar que podrían saltarse a
través de una guerra nuclear, que, según un alto vocero del pentágono, duraría
minutos. Aun cuando la vesania criminal sigue siendo la misma, la relación de
fuerzas que se viene desarrollando en el mundo los ha llevado a replantearse el
camino de profundizar el caos global, el caos planetario, que no es una opción
nueva, pero que ha venido siendo cada vez más sofisticada, violenta y criminal se
generalizaría como una manera de enfrentar a los países y asociaciones de
naciones soberanas enemigas de la expansión imperial. Es lo que estamos
viviendo.

En otros ensayos (Estrategia Imperial de Guerra Permanente, publicado en mi


libro Geopolítica de la Liberación), he dicho que la cúpula militar-financiera que
gobierna el mundo, ha llegado a plantearse que si logra una superioridad notable
en materia de ciencia y tecnología o cree que la está logrando, podía lanzarse en
la aventura de una guerra nuclear y, según ellos, ganarla.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Creo que, sin abandonar esa creencia, vienen moviéndose en otra idea
estratégica como la creación de un caos global, planetario, que podría ser llevado,
incluso, hacia Rusia y China a través, entre otros medios, del fundamentalismo
islámico, que puede ser estimulado en las regiones de cultura islámica que existen
en esos dos países.

Su acción está siendo pensada y puesta en práctica en regiones de Asia, África y


en la zona latinocaribeña. La idea es destruir y caotizar los estados soberanos
convirtiéndolos en estados fallidos, incapaces de llevar una existencia libre de
violencia, hambre, desorden, con servicios públicos que sólo funcionarían para las
élites sociales que puedan pagar servicios privados, convertidos en otra fuente de
acumulación de capital.

La guerra, como expresión planetaria, se viene imponiendo a través de la cultura


de la muerte, como “hombres” que son lobos del “hombre”.

Están tratando de crear una situación de sálvese quien pueda, desatando todos
los demonios del individualismo extremo, combustible esencial del fascismo,
tratando de ponernos a pelear por un vaso de agua, un plato de lentejas (como se
dice en el testimonio bíblico), tratando de desterrar todo vínculo solidario y de
cooperación, no sólo entre las personas, sino también entre las naciones. En las
naciones, impulsando el nacionalismo extremo, que rompa con la visión de la
soberanía solidaria (base de la integración regional que impulsó el Presidente
Chávez, fundada en el reconocimiento del otro, el respeto a las especificidades
regionales, a la diversidad y a través de ellas reivindicando lo común), y poniendo
en el primer plano las disputas territoriales que conducen a conflictos fronterizos, a
las peleas por un pedazo de tierra, que se va convirtiendo en tumba de jóvenes,
niños, adultos y viejos.

En el culto a los crímenes horrendos, a las muertes por descuartizamiento y a la


mezcla de restos humanos de diversas personas, que, colocados en bolsas, es lo
que se les devuelve a los familiares. Al uso de la sierra eléctrica para mutilar a las
personas sembrando miedo y terror. Es decir, el destierro del amor altruista, la
siembra del odio y el rechazo a la convivencia humana convirtiéndonos en fieras
desbocadas entregadas al asesinato, al engaño, a la traición, a cualquier forma de
violación, incluida, quizás la más abyecta, la violación sexual, en fin, a la condena
de la solidaridad, de la cooperación, de la vida compartida con amor y
sentimientos nobles. Este es el conjunto de valores que se va difundiendo e
imponiendo. El comportamiento de cada persona, de cada grupo social, ante esta
forma de violencia, seguramente no será el mismo. El punto es que se vaya
tolerando, se vaya aceptando, es decir, aun cuando no se esté plenamente de
acuerdo, se soporte, se justifique…

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

La clave es generar la aceptación a través del miedo, el terror, la indiferencia. O


un cierto anhelo de clase media y clase alta, que a través de operaciones
mediáticas y de guerra psicológica se trata de extender hacia toda la sociedad, es
decir, un imposible anhelo hacia una rutina de paz y “tranquilidad”, cuando vivimos
una guerra no convencional, cuando la sociedad está sometida a las amenazas
más serias de guerra y salvajismo. Una especie de “aminoísmo”, cobertura del
egoísmo y la indiferencia, que lleva a la defensa de una paz individual egocéntrica,
imposible de sostener en un país amenazado y acosado por las fuerzas
imperiales. Algunos sectores pueden preferir congraciarse con el agresor y tratar
de ganar una indulgencia muy difícil de sostener en las condiciones de guerra que
vivimos.

Ese es el futuro que el poder mundial viene diseñando para Venezuela y es lo que
viene poniendo en práctica sobre todo a raíz de la muerte del Presidente Chávez.
Estos son los antivalores que se difunden a través del cine, las redes digitales
(que es como yo nombro a las llamadas redes sociales, que suelen ser
antisociales), la TV, las telenovelas y radionovelas, en las universidades y en
general, a través de la educación, de la cultura. Una cultura de la muerte contra la
cultura de la vida.

Lo que se viene tratando de crear es el sentimiento de que es preferible matar a


otro, robarlo, traicionarlo, vejarlo, torturarlo, echarlo a la calle antes de que él, ella
o ellas, o ellos, lo hagan con nosotros ¿No es esto lo que viene brotando
impulsado por la derecha extrema, en ciertos sectores de la sociedad, los que se
atrevieron a quemar personas, a propinar palizas…? ¿No es esto la instauración
del fascismo? Estamos a tiempo de impedir que esto se vaya generalizando.

En fin, de lo que se trata es de que las naciones y las poblaciones se caoticen, se


desintegren y no puedan volver a existir como estados, como naciones soberanas,
sino como conglomerados anarquizados, incapaces para tomar decisiones
colectivas, unitarias. Libia es uno de los ejemplos más emblemáticos.

Caracterizar la intervención

Sobre esto he insistido en otros artículos. Es necesario tener presente que esta es
una operación planeada políticamente en todos sus detalles. Incluso, la
intervención armada se dará en función de un planeamiento político detallado y
con un encubrimiento mediático permanente. La verdad aparecerá disimulada
utilizando la guerra mediática y operaciones de guerra psicológica. No vamos a
ver “marines” desembarcando y atravesando las costas de nuestra patria o
nuestras fronteras terrestres, a menos que sea extremadamente necesario. La
intervención va a ser lo más encubierta posible. Usando mercenarios como en

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Siria y otros lugares, fuerzas de otros países (de Colombia, por ejemplo). Esas
fuerzas portarán su uniforme o entrarán como paramilitares o utilizando
configuraciones mixtas. En fin, llegado el caso, todo ocurrirá según las
necesidades políticas y militares.

Se va a agudizar la escasez y el desabastecimiento, el sabotaje a los servicios


públicos (transporte, agua, salud, educación, seguridad, etc.), la propaganda de
guerra y las operaciones de guerra psicológica.

La crisis humanitaria está siendo provocada para utilizarla como excusa para
profundizar la intervención

A través de los últimos años se viene creando en Venezuela una grave crisis
social, que ha sido difícil de enfrentar. Mientras avanza la crisis social generada
por la escasez inducida, la especulación con los precios y diversas maniobras
empresariales, se agudiza una campaña para estimular los comportamientos
individualistas y egoístas. Es decir, las salidas que desestiman las soluciones
colectivas, para todos.

Precisamente, como la cobertura principal de la intervención es la de una crisis


humanitaria, se van a instalar campamentos “humanitarios” en la frontera con
Colombia como una operación típicamente militar encubierta: en la frontera y en
toda Venezuela se van a agudizar todas las carencias (reales o imaginarias) de
comida, de agua, de medicinas, etc. para estimular emigraciones masivas hacia el
otro lado de la frontera donde se tendría organizada toda clase de asistencia, lo
que aparte de ser una poderosa arma de propaganda política y mediática,
rebajaría la capacidad de resistencia por parte de la población, llevando a que por
lo menos algunos sectores celebren la intervención como la salvación con
respecto a la dictadura chavista-madurista y lejos de oponer resistencia, huyan
hacia el otro lada de la frontera celebrando y blasfemando al gobierno y en
particular al presidente Maduro y convirtiéndose en base de apoyo para los
enemigos de la patria.

Los secuestros, los atracos, el microtráfico de drogas, los microcréditos para


“auxiliar” a sectores de la población, que de esa manera quedarían atados
mediante la deuda a los agentes de la intervención. Simultáneamente, se
incendiarían depósitos de comida, de medicinas, se sabotearía la trasmisión de
energía eléctrica, de agua, el metro y otros medios de transporte. En fin, una
estrategia de caos, miedo, terror... No sería extraño que proliferen los crímenes
horrendos, con descuartizamientos, violaciones y hechos similares incluidos para
deteriorar más la moral y el espíritu de resistencia. Eso ya está ocurriendo.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Ese plan puede tener un punto culminante hacia el mes de abril, en torno al 22 de
ese mes, cuando se llevarían a cabo las elecciones para presidente de la
república.

II. El desplazamiento de Estados Unidos como potencia hegemónica

La tendencia mundial marca el desplazamiento de Estados Unidos como potencia


hegemónica y la consolidación de un mundo pluripolar y multicéntrico. Se
prefiguraría un sistema financiero que no dependa del FMI y sus condicionalidades
injerencistas en función de destruir los Estados soberanos. Un sistema monetario
sustentado por el patrón oro, que se va apartando del dólar y en el que las
criptomonedas tendrán un importante papel. La seguridad se independiza de la
OTAN, el mundo no girará en torno a los pactos y alianzas militares y
seguramente la ONU se irá revitalizando e independizando de la hegemonía de
EEUU en la medida que se debilita el poder de las grandes familias que dominan
al mundo, los Rockefeller y los Rothschild. Las relaciones económicas estarán
más mediadas por la Organización de Cooperación de Shanghái y vínculos entre
naciones soberanas. Los procesos de internacionalización del capital podrían
enfrentarse a naciones soberanas, que reivindiquen especificidades culturales y
regionales y menos por un proceso de uniformización fundado en los valores
individualistas que el mercado capitalista representa y promueve. Se irá dando
una reacción contra el materialismo extremo y una recuperación de visiones
espirituales. Es decir, puede ir surgiendo otra cultura distinta a la que viene
dominando hoy al planeta: la cultura fascista abiertamente maltusiana, que
persigue el objetivo de destruir física y espiritualmente a los pobres de la tierra. Tal
como lo promovió Malthus, mediante las guerras, los desastres naturales, las
epidemias…

El curso de los acontecimientos vinculados al fortalecimiento de la soberanía y la


cultura de la paz, será posible si las amenazas de guerra, incluso de una guerra
nuclear, son derrotadas y en el mundo se va imponiendo la paz. Ello requerirá la
conformación de un gran frente mundial por la paz. Que la política de la no
violencia, se imponga sobre las aventuras guerreristas. Yo trabajo cotidianamente
por eso. La lucha por la paz debe convertirse en la gran tarea de la humanidad.
Ello definirá el futuro. Si la humanidad sobrevive y vive o si retrocedemos hacia la
muerte y la destrucción.

III. El cambio climático y el futuro de la humanidad

El retiro de Trump del acuerdo sobre cambio climático y los peligros que este
implica, plantean una revalorización de las fuentes de energía y del petróleo y la
ecología. No es cierto que el petróleo sea la fuente de energía más eficiente y más

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

barata y Venezuela y en particular el Plan de la Patria, deben tomar en cuenta


este proceso que va naciendo desde las entrañas de la humanidad y de la tierra y
que apunta hacia una nueva civilización, una civilización espiritualista que va
superando las relaciones de producción capitalistas.

Petróleo y porvenir

Que la energía petrolera es la más eficiente y más barata, es sólo verdad si se


externalizan los costos ambientales y culturales (consumo ilimitado y derroche de
fuerzas productivas), que la producción y la cultura petroleras generan. Desde el
punto de vista ecológico las energías fósiles son extremadamente costosas.
Cuando el precio del petróleo ha sobrepasado los $ 100 y se ha considerado un
precio muy alto, de hecho, desde el punto de vista ambiental, ha estado muy
barato, ha estado subsidiado por la naturaleza y la humanidad.

Esto no significa que Venezuela deba abandonar la producción petrolera, sino que
debe dar una batalla para que, en el seno de la OPEP y otros organismos
multilaterales, se vaya creando otra cultura sobre las fuentes de energía, en un
proceso para que el Producto Interno Bruto (PIB), no sea el criterio para medir el
crecimiento de la economía y el desarrollo de los pueblos y el mismo desarrollo
deje de ser lo que establezca las diferencias entre los pueblos, entre desarrollo y
subdesarrollo.

Habría que dar un salto entre el PIB y algo que podríamos ir llamando por ahora,
Producto Interno Bruto Ecológicamente Sustentable (PIBES). Esta es una reflexión
que irá tomando fuerza y tiene que ver con que haya o no, un futuro para la
humanidad. En las Naciones Unidas Evo Morales dijo: La naturaleza puede vivir
sin los seres humanos. El ser humano no puede vivir sin la naturaleza.

Plan de la Patria, fascismo, caos y defensa de todas las formas de vida

Lo dicho tiene consecuencias


sobre el Plan de la Patria. Entre
otras, que dicho plan debe darle
al objetivo histórico No. 5,
carácter transversal y dejar claro
que se trata de la defensa no sólo
de la vida humana sino de todas
las formas de vida.

Ante estas tendencias, el poder


mundial, la cúpula militar-
financiera que gobierna al mundo, utiliza a Trump, para reforzar la ofensiva

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

fascista internacional, desarrollando una estrategia de caotización planetaria para


disolver la fuerza de los pueblos. Una geopolítica que promueve la violencia y
mantiene latente el peligro de una guerra nuclear. Ha ido impulsando esa política
de caotización en Medio Oriente, Asia menor y África. Ahora lo intenta en la región
latinocaribeña, con la caotización de Venezuela. Actualmente, Venezuela tiene
una vital importancia geopolítica y es una esperanza para los pueblos del Norte y
del Sur. Por esto, esos pueblos y los gobiernos soberanos, son solidarios con
nuestra patria y se oponen a la ofensiva imperial.

Es imprescindible derrotar la 5° columna pro-imperialista, que entrega alimentos y


materias primas a canales empresariales empeñados en derrocar el gobierno.
Contrariando la orden del presidente Maduro, dicha quinta columna provocó, en El
Junquito, la muerte de Oscar Pérez y otros hechos que agudizan el caos. Tengo
informaciones de que la CIA está detrás de este desenlace. Esto tiene que ser
esclarecido e implica, por lo menos, las siguientes preguntas: ¿Del lado de las
fuerzas policiales y de seguridad del país, quienes son los involucrados?

IV. La derrota de la intervención, la reforma constitucional y la


profundización de la democracia participativa y protagónica

Ante el avance fascista, Venezuela, con la reforma constitucional reforzaría la


democracia protagónica fortaleciendo artículos como el 5° (la soberanía reside
intransferiblemente en el pueblo), el 6° (el pueblo no elige representantes, sólo
otorga mandatos revocables), 70° (carácter vinculante de las decisiones de las
asambleas de ciudadanas y ciudadanos), 51° (el deber por parte de los
funcionarios públicos de responder las peticiones de la gente. El incumplimiento
de ese deber puede provocar hasta la destitución del funcionario). Además de lo
dicho, debe reforzase la propiedad y el poder comunal y el castigo de la
corrupción como crimen contra la patria y la liquidación del burocratismo y
aburguesamiento de funcionarios púbicos.

Ese cuartel general de la contrarrevolución debe ser destruido por la movilización


popular, particularmente por el crecimiento de una sociedad comunal fundada en
valores solidarios, que tenga como eje una economía basada en la producción
comunal, todo lo que refuerce la propiedad y el poder comunal y el castigo de la
corrupción como crimen contra la patria y la liquidación del burocratismo y
aburguesamiento de funcionarios púbicos.

Unidad en torno al presidente Maduro

La polarización que domina a la sociedad venezolana, que no recoge los


verdaderos conflictos de la sociedad venezolana, a veces más bien los oculta,
debe ser superada. El presidente Maduro es clave para que eso se logre. Mas

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

pedagogía política, un estilo más unitario que aisle al enemigo principal (Trump,
las fuerzas internacionales que él representa y la cúpula de dirigentes políticos
aliados de las fuerzas imperiales, que dejaron de ser venezolanos y son claros
partidarios de la intervención transnacional).

Es necesaria una limpieza del aparato del Estado. No simplemente entre chavismo
y antichavismo. Hay un chavismo corrompido e ineficiente que debe dejar de estar
asumiendo responsabilidades relevantes. A la hora de la intervención declarada y
actuante, ellos van a estar a favor del imperio. No necesariamente de manera
abierta. Más común, actuando como quintacolumnistas. El pueblo sabe que esa
quinta columna existe y no se puede esperar que ocurra como está pasando con
Rafael Ramírez, que cada vez más adopta posiciones que favorecen la
intervención.

El debería decirnos, por ejemplo, que pasó con los proyectos para sustituir la
gasolina por gas para vehículos. Con la planta para producir bombillos
ahorradores de energía. La planta para producir bombonas para el
almacenamiento, distribución y venta del gas doméstico. Entre otros proyectos que
quedaron pendientes.

La limpieza de la administración pública y la eliminación de los enroques de


funcionarios, que pasa el tiempo, se mantienen rotando de un cargo a otro sin
rendir cuentas y sin embargo, siguen ahí.

La transformación de los hábitos de la burocracia pública que mantiene unas


condiciones de vida abiertamente diferentes a las del pueblo y siguen sin bajarse
de los carros negros, sin relacionarse directamente con la gente y parecen más
bien una casta que domina el gobierno sin que sean patentes las ejecutorias que
realizan en beneficio de la nación y de la gente. La intervención transnacional se
profundiza, se acelera y mucha gente no cree en ellos.

Pero el problema más grave es el de los precios, la especulación y la escasez


inducida. Esto debe convertirse en una declaración de emergencia nacional, en la
que sea evidente ante el pueblo, que esa es una gran prioridad para el gobierno.
No son suficientes los bonos y otros paliativos sociales, pues la ofensiva de la
derecha que favorece la intervención transnacional y el derrocamiento del
gobierno, se está agudizando y se va radicalizar, especialmente en el
abastecimiento de alimentos y medicinas y un incremento espectacular de los
precios, para tratar de garantizar que dicha intervención tenga respaldo popular y
que el descontento sea tan grande, que el chavismo pueda ser aislado de la
población.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Los precios y la agudización del desabastecimiento de alimentos y medicinas son


un nudo crítico, que pone en serio peligro la estabilidad del gobierno bolivariano.
Estamos llegando a la hora de la verdad: la agresión se va a incrementar y el
momento de las decisiones claves ha llegado. No se puede esperar.

Sin duda, la escasez es inducida, la especulación galopante es obra de la derecha


y así sucesivamente. Pero con esas explicaciones no se come ni se cura la gente.

No se puede seguir transfiriendo dólares a los grandes empresarios que conspiran


abiertamente contra el pueblo y la patria bolivariana.

La solidaridad con el presidente Maduro, sin descartar la crítica, los alertas, el


combate en la calle y en todos los espacios sociales (las fábricas, los barrios, las
universidades y demás centros educativos, los campos…) son imprescindibles. Es
la hora de la verdad.

Un bloque de fuerzas populares antiimperialistas es esencial. El presidente debe


trabajar para garantizar que así sea. Los militantes y cuadros de este espacio tan
diverso que es el chavismo, debemos trabajar por la unidad, expresando
francamente las críticas, pero en unidad y lucha permanente.

La Asamblea Nacional Constituyente debe realizar también transformaciones


radicales en su trabajo, ser realmente un espacio para la participación
protagónica. Los miembros debemos trabajar firmemente por la unidad en torno a
la directiva y esta debe introducir modificaciones en correspondencia con la
emergencia que vivimos. Públicamente no diré más.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Nunca vamos a firmar


Ana Cristina Bracho

Hoy es un día confuso y amargo para Venezuela. Un día triste, de sentir eclipses y
frenazos. Nuevamente se ha pospuesto la hora de detener este juego demencial
que nos deja sin Patria. Esta convocatoria a los amos imperiales que se traduce
en arriesgar nuestra Guayana, sacrificar nuestra industria petrolera y seguir
ahondando el sentimiento de que en este país no queda nada que buscar.

Ese sentimiento no se construye sólo con marketing sino con fuerza, con horror.
Se logra mediante la paralización de nuestra economía con la depreciación del
trabajo de cada uno de nosotros y la sumisión a condiciones de muerte a millones
de compatriotas, que poco importa políticamente quiénes son, que edad tienen, de
quién son padres o hijos.

Quizás de hecho esto ya no sea un sentimiento sino una realidad. Estamos


asfixiados por lo que algunos llaman diplomacia. Estamos en una situación tan
delirante que resulta que cualquier país, no importa cual, en el que usted piense le
resultará mejor por la sencilla causa que somos un país al que le han declarado la
guerra.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Yo venía del trabajo con ese escenario en la cabeza. Recordando que en el


pasado todo lo que estudié pensando en la construcción de sistemas de garantía
permanente y universal de derechos humanos estuvo escueto. Nunca imaginé
vivir en mi propia vida lo que en los libros era un caso extremo, que solo ocurría en
países raros. Generalmente, anti sistema.

Pero no pensé seriamente cómo se construían los países raros, ni siquiera como
se construían los países obedientes. Hasta hace un par de años nuestra realidad
era completamente diferente aunque gobernara el mismo sector. Se venía
pagando interna y externamente una deuda histórica. Éramos ejemplo de las
mejores prácticas culturales (el Sistema, por ejemplo); llegábamos al espacio;
regresábamos como protagonistas al concierto de las Naciones.

Hasta que fuimos declarados una amenaza y el movimiento de la nueva izquierda


latinoamericana comenzó a derrumbarse, entre golpes y crisis inducidas y
costosísimos errores de estrategia.

Son embargo, el caso Venezuela se ha tornado extraordinariamente complejo.


Para explicarlo, está ya demasiado usada la historia de Allende y la verdad, su
corta permanencia en el tiempo y ya las décadas que nos separan de eso así
como el papel glasé que se ha puesto para declarar a uno de los sistemas más
desiguales del mundo como una de las mejores “democracias” hace que no quiera
hablar de ello.

Yo sólo soy venezolana. Legalmente, es mi única nacionalidad y


sentimentalmente, es mi único deseo pero mi madre y su madre, su padre y sus
hermanos, son panameños. Panamá que es ahora vital en el proceso de aislar a
Venezuela, de declarar que los venezolanos somos gitanos o palestinos. Sin duda
alguna, seres incómodos y nefastos aunque aquellos que Panamá deporta son los
que ante la prensa dice apoyar.

Pero yo no quiero hablar de este Panamá, dominado por intereses mercantilistas,


experto en represión del movimiento obrero, ahora furiosamente anti venezolano
sino que no puedo mirar el escenario de Venezuela con su sonido de “game over”
con la cara de espanto de los acompañantes internacionales, con la celebración
de Tillerson que sobre nuestras vidas la palabra final es de Trump sin recordar
1989.

Un año donde un pueblo sin ejército y sin armas aguantaba un bombardeo.


Bombardeo de barrios contenido por estudiantes y sanado con improvisados
paramédicos. Un país que recuerdo claramente con sus letreros en inglés, con su
idioma intervenido, con sus zonas prohibidas, con sus banderas norteamericanas

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

y la promesa, a modo de dadiva y simulación, de devolver el canal siempre y


cuando Torrijos antes se encontrara bien muerto.

Dice ahora la oposición y sus voceros extranjeros que Venezuela tiene un conflicto
del que no saldrá con elecciones y donde quieren imponer un tutelaje. Recuerdan,
tutelaje fue una palabra infame que usó hace ya bastante tiempo el gobierno
argentino. Para el Derecho, eso es la negación absoluta de la soberanía de un
pueblo.

Digo ahora para hablar de lo que dijo esta madrugada del 7 de febrero, Julio
Borges quien afirma que jamás va a firmar un acuerdo. Lo repite llenando la frase
de complementos gramaticales pero repitiendo el centro de la oración “nunca va a
firmar”. Es justamente lo contrario a lo que dijo todos los días anteriores donde
planteó que era cuestión de lograr los últimos acuerdos.

Allí es donde se le ve la costura, en ese cambio radical de posición y donde con su


cobardía decide doblar y quitar la bandera. Es decir que señala que para ellos, no
existe otro destino distinto para el mundo que obedecer, como si viviésemos bajo
el más puro de los sistemas coloniales o quizás, empeorado.

Con este acto, negar que existe un camino para la paz, una manera de destrancar
el juego ha puesto sobre la mesa los supuestos más atemorizantes. Rápidamente
se coló la duda si esto significaba que la oposición piensa ir a la confrontación
directa, a la promoción de asaltos, actos terroristas y volver a su ya patentada
formula, las guarimbas.

¿Se trata de escribir sobre la gloriosa historia bolivariana la triste hora de Siria? O
¿de legitimar, como tantas veces ha ocurrido, por ejemplo en Nicaragua que
Estados extranjeros armen cuerpos irregulares para llegar abiertamente a una
situación de guerra?

¿Qué creemos nosotros, en definitiva, qué es la Guerra? ¿Recordamos algo? Las


guerras declaradas en Venezuela no se viven desde hace más de un siglo. Sin
negar con ello que la historia ha sido plagada de capítulos de exterminio y
persecución.

¿Qué creemos que son los actos que continuamente comprometen la electricidad
y las telecomunicaciones? ¿El desvío del material estratégico? ¿El tratamiento
permanente del “tema Venezuela” en reuniones donde no somos convocados
hasta cuando las reglas de las organizaciones lo impiden? ¿Es realmente nuestra
crisis de salud o nuestra merma del poder adquisitivo una causa para tanto
escándalo? ¿Por qué no hay la mitad de las reuniones que se hacen sobre
Venezuela para hablar de la red de esclavos y esclavitud que recorre media

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

África? ¿No ameritaría que se lleven más agendas abiertas de giras


internacionales el creciente riesgo nuclear en el planeta que la situación en un
país que no ha amenazado de guerra a ningún vecino y que no tiene un gasto
militar capaz de sonrojar a nadie?

A los pocos días de la invasión a Panamá, los muertos habían sido olvidados. Se
había escrito la retórica de que Estados Unidos había vuelto a poner orden en
aquella merienda que habían hecho esos seres caribeños que decían ser capaces
de gobernarse en libertad. Aunque el acto simbólico de reconversión del canal
ocurrió diez años después de aquella masacre y la bandera nacional puede
ondear, Panamá sigue siendo un país obediente que hace obedecer a cualquiera
que sienta injusto un sistema donde la especulación gobierna.

Así de pronto, con horror entendía y aunque era una tarde hueca, innecesaria, a la
que le faltaba el júbilo de cerrar estas malas horas, recordaba a Chávez pues si
este es el tiempo de la segunda y verdadera Independencia, es evidente que el
combate será cerrado, doloroso, lleno de momentos de profunda incertidumbre y a
veces, enviarán sus mejores hombres o se conseguirán los más canallas hombres
que hayan nacido en esta tierra para evitar que llegue el tiempo donde seamos
irreductiblemente libres.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

La cuestión cultural
Leonardo Terán Moreno

En estos días echándole un ojo al libro


Obras, 5. En defensa del Maxismo© de
Leon Trotsky (Akal Editor, 1978), llamó
poderosamente mi atención cómo el
autor sintetiza en unas pocas líneas un
aspecto consecuente de las crisis
económicas y sociales, en este caso
concreto de la incipiente Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas ante
el aislamiento del que fue víctima, pero
no divorciado de la realidad
Venezolana, Trotsky expone: “La
escasez de bienes de consumo y la
lucha generalizada por conseguirlos da
lugar a un policía que se arroga la
función de la distribución. La hostilidad
exterior confiere al policía el papel de
«defensor» del país, le dota de autoridad nacional y le permite saquear al país por
partida doble” (P.12). Al respecto nos permitimos acotar, que no es un juicio literal
de la condición de alguna u otra fuerza de seguridad del Estado, sino que más
bien esa autoridad a la que hace mención Trotsky, se extiende a cualquier
miembro de la sociedad, desde el panadero que tiene el “poder del pan” y abusa
del consumidor, así como la enfermera, el vendedor ambulante, el carnicero, el
bodeguero y su peor evolución “EL BACHAQUERO”, lesionan la dignidad y
estabilidad del venezolano. Debemos tener claro que este no es el venezolano,
aquel ciudadano solidario que abre las puertas de su casa a cualquier vecino que
lo necesite, aquel “jodedor” que ante cualquier extranjero era el que le ponía sabor
a las fiestas, “el pana”; estas conductas son el influjo de una crisis de identidad
que se nos ha impuesto, entre otras cosas, mediante programaciones
audiovisuales foráneas, basta con ver por ratos los canales de televisión privados,
sin ánimos de fomentar ningún tipo de xenofobia ni discriminación ni en un
ejercicio chovinista, porque a su vez esas producciones muestran lo peor de otras
culturas: narconovelas… el ejemplo más puntual, así como infinidad de temas
propios de otros países como música, costumbres, modismos, etc.; Chávez nos
dijo: “Unidad y respeto en nuestras discrepancias”; el capital mundial y los poderes
fácticos que están detrás de sí, se han dado a la seria tarea de destruir
culturalmente a quienes se le oponen (como tristemente recordamos a soldados

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

yanquis decapitando las estatuas de Hussein en Iraq, pero no solo eso, sino
destruyendo los propios jardines colgantes de Mesopotamia, o lo que quedaba de
ellos y cambiando los ladrillos con las caras de los héroes históricos de aquella
nación por los del mismo George W. Bush), encabezados por un imperio que
dando clases de rectitud, ejemplos de democracia y de valores, insta a los
profesores y hasta ofrece bonificaciones económicas si se arman para hacer
frente a la oleada de atentados homicidas en escuelas y espacios públicos en la
nación de las barras y las estrellas, como si la respuesta a estos atentados está en
asesinar a los agresores y peor aún, en que sean los propios maestros quienes lo
hagan. La misión de todo revolucionario, trascendiendo al gobierno como tutor de
los destinos de la nación, es reforzar lo nuestroamericano, fomentar la solidaridad
y afianzar la idea de que un mejor mundo es posible, solo si derrotamos primero
que nada al enemigo psicológico, al cultural, al artífice de lo que llamaba Ludovico
Silva “la contracultura”, sigue siendo el llamado para unirnos, ya que en momentos
difíciles será lo único que nos salvará, precisemos la amenaza y neutralicémosla,
no como hacen los buitres, no con bombas, sino con amor, formación, conciencia
de clase y sobre todo, con mucha revolución… y como dijo el Comandante Hugo
Chávez: “¡Solos, somos una gota, juntos, somos un aguacero!”.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Fuga de cerebros
Jessica Dos Santos Jardim

Hace unas semanas, iniciamos un nuevo


trimestre en la universidad. Yo, como
profesora ladilla que soy, siempre le pido
a mis estudiantes que me digan: ¿qué
hacen ahí? La pregunta busca, básica-
mente, saber qué los motiva a sumer-
girse en este fascinante pero ingrato
oficio, y en especial, porqué escogen una
mención escrita en un mundo donde lo
audiovisual va arrasando con todo.

No obstante, esta vez, el contexto hizo


que mi cuestionamiento se interpretase
de otra manera:

“Bueno, profesora, si le soy sincero, yo estoy aquí porque me falta muy poquito
para terminar, pero, la verdad, es que revender unos kilos de harina me saldría
mejor”, me respondió un muchacho con la mirada perdida en el cuaderno y un
bolígrafo que daba vueltas acrobáticas entre sus manos.

Yo, aún no sabría describirles que fue exactamente lo que sentí. Por un breve
instante pensé:

“Yo tampoco sé que mierda hago acá”.

Si de drenar se trata, a mí me pagan 1400 bolívares por cada hora académica


impartida, un monto que ni siquiera me alcanza para cubrir mi traslado a la
universidad. Pero que, además, no paga, ni de lejos, la cantidad de tiempo que yo
dedico a preparar mis clases y revisar minuciosamente cada una de las
evaluaciones.

Da igual que los ministros insistan en que se ha mejorado la calidad de vida de los
educadores, pues pese a cualquier esfuerzo, al parecer, ser maestro jamás
alcanzará para vivir dignamente. Y, además, la crisis económica ha develado esto:
En este sistema, la gente, hasta el más enamorado de su oficio, trabaja por plata,
y aquel romántico “lo hago por amor” se empieza a tornar imposible. Yo conozco a
un sinfín de personas que cambiaron sus pasiones, eso que los hace vibrar, por
aquello que simplemente les permite subsistir (sea “bueno” o “malo”).

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Pero, a la vez, preferí olvidarme de mi e intenté ser ellos: ¿Qué motivación tiene
hoy un chamo para echarse al lomo cinco años de universidad? No, no me miren
feo. Yo sí creo, profundamente, en la necesidad de educarnos para ser libres. De
hecho, creo mucho más en eso que en la academia, que, si a ver vamos, se ha
transformado en una simple máquina para fabricar empleados que le sean útiles al
modelo imperante.

Pero, aterricemos un poquito: El transporte “público” es un caos y en los recintos


universitarios (me atrevería a afirmar que en todos) los autobuses están parados y
en el “mejor” de los casos se alquilan camioneticas privadas a costos excesivos y
en condiciones paupérrimas; los comedores (donde existen) están parados o a
media máquina; fotocopiar un par de guías implica dejar pegada la beca, el pago
de pasante, y hasta el salario mínimo; algunos tienen hijos y otros la necesidad de
ayudar a sus viejos; y entonces, el tiempo que pudieras destinar a “resolverte”
debes estar ahí, sentado, escuchando a profesores que muchas veces están
frustrados o no poseen las palabras necesarias, los argumentos lo suficientemente
fuertes, para decirte “epa, no te vayas”.

¿No te vayas? Si, no te vayas, porque hoy buena parte de esos chamos están ahí
con un único objetivo: terminar la carrera e irse del país “con un título”. En la
universidad donde yo trabajo se han cerrado decenas de materias, se han ido
docenas de profesores, desertaron igual cantidad de estudiantes, y la mayoría de
mis tutoreados parten días después de sus defensas de tesis.

Yo sé que la migración es tan antigua como la humanidad, y de no ser por ella, yo,
por ejemplo, no habría nacido en estas tierras. Pero también se, por la misma
razón, que no hay nada más chimbo que no sentirse completamente ni de aquí ni
de allá. Mis viejos no son venezolanos, nunca quisieron nacionalizarse, ni siquiera
se han inscrito en el Registro Electoral, aún hay cosas del Caribe que no
comprenden, pero al regresar a su nación tampoco se encuentran (a sí mismos)
allí.

Desconozco si lo que hoy ocurre se llama “fuga de cerebros” o hay una manera
menos divisoria para calificarlo. Una vez, en noviembre del 2014, yo misma escribí
que la migración venezolana era distinta al resto de la región pues, según los
datos que poseíamos en aquel entonces, se trataba de personas jóvenes
(ubicadas entre los 18 y 35 años), profesionales (36% licenciados, 46% con
maestrías, 12% con doctorados, etc.), estratos A y B, tenedores de capital cuya
contribución al PIB del Estado es la mayor. Sin embargo, hoy, el panorama parece
haberse ampliado muchísimo más. La gente que se fue no son solamente esos
muchachos (as) engreídos que se hacen virales en las redes sociales, aunque los
incluya a ellos.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Ojo, yo no sé si hay “un éxodo masivo”, una “diáspora”, si son tres millones como
afirma, con saña, la oposición, o si eso “es un invento de los laboratorios
mediáticos” como dijo el mandatario nacional, pero, en mayor o menor medida,
eso está pasando: hablarlo, cuantificarlo y atenderlo debería ser un asunto de
Estado, y un tema económico, porque muchos de esos chamos son formados en
liceos, universidad públicas, etc., son parte de nuestra inversión social, y hoy se
transforman en la mano de obra barata de otras naciones o en los títulos
legalizados y aprovechados por otros, y tenemos que hacer algo, no solo con el
que se fue, sino con el que se queda:

¿Qué tal si en vez de criticar al que se marchó le metemos el ojo a sus razones, a
ver si de repente alguna nos resulta más o menos válida, accionamos para no
seguir leyendo que la policía colombiana (las fuerzas de seguridad del Estado que
se lleva nuestra gasolina, efectivo, comida, etc.) le lanzo bombas a unos
venezolanos en Cúcuta (compartan o no nuestra ideología), y a su vez atendemos
a los que andan acá y también tienen cerebro y preocupaciones latentes?

Quedarse, seguir estudiando, trabajando, siendo honesto, echándole bolas,


amando, sonriendo, aunque se vaya la luz, aunque me lancen lacrimógenas en el
metro, aunque me quiten el agua, aunque los precios suban y suban y suban,
aunque formar familia se ponga cada vez más cuesta arriba, merece,
mínimamente, que alguien te diga: hermano(a), usted es arrecho(a), y más, mucho
más, cuando se es joven. Que casi un millón de muchachos se hayan inscrito en
el Plan Chamba Juvenil también es un ejemplo claro de eso, una alerta.

Dejemos los dimes y diretes y pongámonos pa’ la cosa. Una vieja y cursi película
argentina que vi en mi adolescencia decía que “sin sueños no somos más que un
montón de vísceras y miedos”, hoy lo entiendo, y por eso creo que debemos hacer
todo lo que esté en nuestras manos para recuperar la capacidad de creer en el
mañana.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Bienhechores de la humanidad
David Nieves

Grisel Marroquí

Hoy es uno de esos días en que la


memoria descorre la cortina de los
recuerdos y le abre las ventanas a los
heraldos de la tristeza, por esta razón, y
para no sucumbir ante mi propia
nostalgia, decidí hacer un paso rasante
por la vida revolucionaria de un hombre
que con su nobleza, valentía y humildad
se burló de la tortura y defraudó la
muerte: David Nieves. Para ti son estos
versos escritos con el corazón en este
febrero rebelde que tantos cantos de
gloria nos ha regalado.

Temprano, te diría que demasiado


temprano, llegaron persistiendo en el
desvelo tus definiciones libertarias.
Temprano llegó la irremediable poesía del encierro y no pudo obscurecer tu
corazón de soles resplandecientes, ni tu conciencia revolucionaria, mucho menos
ocultarte en las cenizas de la tortura y de la muerte, hábitos de los atormentadores
de tu carne imperturbable de tu eterna sonrisa en los abrazos de Enriqueta,
consagrada en vinos de ausencias deltanas allá en Guasina, donde se perdieron
los sueños de un país ahorcado en la guillotina fascista de su historia de fugitivos,
de pequeños seres cercenados en teorías inconclusas, fantasmas agigantados en
el ocio y las traiciones atrincheradas en un cronicario de lamentos.

Así continuaron los caminos y siguió pasando el tiempo. Un día te capturaron y te


enfrentaste, David, contra el Goliat del tormento arando estrellas en la oscuridad
de las noches de suplicios, simulando fusilamientos en el comienzo de un
interrogatorio sin final, oyendo el grito de macabras voces entretenidas con las
rancheras del México insurgente. Acostado en un viejo jergón brilló la chispa en el
metal mojado para electrizar tu cuerpo inerte.

En el intestino, en los testículos y los oídos entre carcajadas siniestras los


psicópatas afinaron el pulso en el morbo del dolor para quemar tu carne con

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

cigarros encendidos de odio. Porki, cabezón Cermeño, repugnantes reptiles


asustados junto a López Sisco, sin remordimientos. Pero no pudieron doblegar tus
convicciones, eres el vencedor de la tortura y de la muerte. Sólo te quedan los
recuerdos como brumas pasajeras, por eso no hay soledad en tu alma no vencida.
No hay nada distinto entre aquellos suplicios y el ahora. Has construido el verso
de los infinitos y te has cantado a ti mismo como Whitman: “la prueba de lo que
soy la llevo yo en mi rostro”. Leemos en tu rostro, en tu diáfana mirada las
vivencias que has escrito con tu vida de ejemplos necesarios para los hombres de
hoy, para los caminantes de siempre.

Caminos que desandaron aquellos compañeros que habitan en tu bíblica memoria


que no los deja escapar porque se hicieron dueños y amos de la ternura: Argimiro,
Aquino, William, la virgen Roja, Fabricio, Víctor. Motilón contemplando desde
nubes liberadas los balazos que las bestias dejaron en su cuerpo. Jorge con su
mirada de niño campesino sentado sobre los fragmentos de sus huesos de sus
riñones desprendidos, de sus pálidas manos,
sosteniendo las rosas que eternizan los sentidos y
develan la crueldad de los verdugos que coquetean
cada instante con el asesinato de inocentes. Lovera,
flotando en las brumas del mar que no se hicieron
cómplices del pico que le colgaron de su cuello. Fabricio
y el viejo Carmelo Laborit escondido en su barba de
milenios vividos. Todos habitan en tu propia historia, esa
historia que escriben los valientes.

Tu herencia, David, es ese libro que escribiste con empeños de moral, con el
silencio frente al enemigo que no logró desentrañar los misterios que guardas en
tu corazón de soles resplandecientes, en tus definiciones libertarias, en tu
conciencia revolucionaria. Por eso hermano planetario leeremos ese libro que nos
pertenece.

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

¡Cuéntame tu libro!

Del ejercicio privado de la medicina


Maiqui Flores

En 1979, el Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa


publica Del ejercicio privado de la medicina o
de la alienación del acto curativo, donde
expresa su visión personal sobre el ejercicio
de la profesión médica. Para él, la consulta
privada está en contradicción con el juramento
hipocrático que hacen los galenos al obtener
su título profesional.

En la dedicatoria del libro se expresa


claramente el pensamiento del autor: “A los trabajadores explotados y los
enfermos pobres, porque es urgente que tomen conciencia de que es EN ELLOS
donde se aprende medicina y luego no se ejerce adecuadamente PARA ELLOS. A
los enfermos ricos o aspirantes a serlo, para que sepan que al médico de la
sociedad capitalista no le interesa vuestra condición de hombre enfermo
fundamentalmente sino vuestro dinero. A mis colegas, de quienes es vano esperar
grandes tareas transformadoras en una sociedad como esta (excepto unos
pocos)…”

La obra, de 81 páginas y once partes, concentra lo que


sería la esencia del trabajo del Dr. Gilberto Rodríguez
Ochoa: combinar su avanzado nivel profesional con un
elevado compromiso social. La medicina antes y
después de la “Civilización”

En las primeras dos partes de su libro, el Dr. Rodríguez


presenta un recuento histórico de la evolución de la
medicina, explicando cómo con la llegada de la llamada
“civilización”, el acto curativo se alienó, constituyéndose
en un acto principalmente mercantilista.

Para sostener su posición el autor utiliza varios ejemplos. Uno de estos es lo que
el poeta Petrarca le escribió al papa Clemente VI cuando éste estaba enfermo: “Sé
que tu lecho está asediado por los médicos, y esta es la primera razón de mis
temores. Expresamente están discordes entre sí: cada uno estima vergonzoso
para él no decir nada nuevo y andar sobre las pisadas de otros. Y no es dudoso

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

(para decirlo con Plinio) que todos cuantos son, mientras que de hallazgos nuevos
esperan la fama, hacen su tráfico de nuestras vidas.”

A Rodríguez Ochoa lo alarmaba la vigencia y hasta agravamiento de la situación


planteada por el padre de la higiene social, Johan P. Frank (1745-1821), al escribir
en 1.790 lo siguiente: “Agobiado con tantas causas de enfermedad, el pobre está
expuesto a numerosas desgracias en cuanto sucumbe a una de ellas.
Estremecido por la fiebre, se aferra a su duro trabajo para mantener a su mujer y a
sus hijos hasta que su organismo se derrumba bajo el peso de tanta miseria. La
indigencia le niega medicamentos, comida apropiada y asistencia. Pasan los días
y se pasa la ocasión de salvarlo. Entra en un hospital si hay alguno, pero allí está
duramente separado de su familia hasta su entierro. Ha podido buscar más pronto
este refugio, pero en la mayor parte de los hospitales existe tanto peligro de
contagio y tan cruel abandono del enfermo pobre, que las cifras de mortalidad
hospitalaria son más elevadas que las generales”.

Gilberto Rodríguez Ochoa sostuvo que con


la “civilización” la enfermedad dejó de ser
“un opuesto de la comunidad al que debía
vencerse y expulsar, para devenir en un
opuesto individual, ¡gracias a la conversión
del conocimiento médico en una propiedad
privada y subsecuente empleo como valor
de cambio!” ¡Que vivan los enfermos!

En la tercera parte del libro se presenta irónicamente la actitud de ciertos médicos


que cuentan los enfermos que les hace falta atender para poder adquirir algún
bien personal. “Un médico le pregunta a otro (al verle varios pacientes en espera):
¿Cómo que te está yendo bien, no? Y el otro responde: más o menos, ¿Y a ti?.
Terminando el primero: la cosa no estuvo muy buena, chico, porque me vinieron
tres nada más;” cuenta el Dr. Rodríguez como experiencia vivida por él en las
clínicas privadas.

Para el Dr. Gilberto Rodríguez, al contrario de la posición mostrada anteriormente,


el acto curativo debe ser un acto “amoroso”, como lo son las cosas principales de
la vida: educar, sembrar,… Le asqueaban los médicos que “'alquilan' cargos,
porque tienen varios puestos y colocan a otro colega en uno de ellos, asalariado;”
o a “esos médicos 'docentes', quienes no enseñan ni transmiten cabalmente sus
experiencias, ex profeso, sino 'algunas cositas ’, como el avaro imbécil quien a
diario amasa su dinero envuelto y mira a los demás con desconfianza, por el
rabillo del ojo.”

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Para leer en la cola. N° 27. Volumen 1. Año 3. Marzo 2018

Algunos problemas: especialización, empleados públicos, industria


farmacéutica

A partir de la cuarta parte del libro, el Dr. Rodríguez presenta varias situaciones en
el ejercicio de la medicina que han degenerado en graves problemas para la salud
de la sociedad. Inicia criticando al binomio especialización-tecnología: “el saber
médico se va parcelando y con ello, el hombre mismo es “fragmentado”, y de
hecho el acto médico de bio-psicológico que era desde finales del siglo pasado, ha
devenido en un acto “tecnologizado”, que contribuye sin duda a la alienación del
acto curativo.”

En segundo término, enfila sus observaciones en contra de los médicos que


trabajan en el sector público y que, según él, sufren también de alienación en el
ejercicio de la profesión: “Estos consideran a los enfermos ‘públicos’ como
ciudadanos “de segunda”. Los tratan a distancia; les hablan caminando, sin
detenerse frente a él y mirarle a los ojos; casi no dejan hablar al enfermo; con
frecuencia demuestran malestar ante el trabajo; no asumen su responsabilidad
como líderes naturales del grupo que les rodea; les importa un pepino que las
enfermeras cumplan o no, o las camareras; o que una puerta esté rota; o que la
comida no sirva; muchos son unos pedantes , que creen tener el don de la verdad
eterna (la ‘verdadera ignorancia’, decía Platón); pocos actúan con humildad;
muchísimos se empeñan en "ser importantes pero no en ser útiles", como dijo
Churchill; buena parte de los directivos son ‘preocupado’ pero no ‘ocupados ’.”

Finalmente, señala el gran “negocio” que constituye las enfermedades dentro del
sistema capitalista. El Dr. Rodríguez afirmó que el 75% del costo de los
medicamentos corresponde a gastos “totalmente innecesarios”: “Las propagandas
sobre el producto, los visitadores médicos junto con el vehículo y otros gastos; las
muestras “gratis”; lo que se ganan los intermediarios (farmacias); y por último, la
gran tajada: la ganancia del capitalista productor de medicinas”.

La Salud en Venezuela

En la octava parte del libro, el Dr. Rodríguez


describe la situación de la salud en Venezuela
en los años 70s. En aquella época Venezuela
ostentaba el no muy halagador primer puesto
del mundo en mortalidad por cáncer en la
mujer. “Todos los años hay unos 5.000 casos
de tuberculosis que producen 1.000 muertes
anuales; cada año mueren centenares de niños por sarampión y tosferina; todos
los años hay una cifra astronómica de alrededor de 300.000 casos de diarreas y

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gastroenteritis, con una producción de 6.000 muertes; la desnutrición es


importante en grupos amplios de la población; en muchos sitios del país la sarna
sigue empeorando o se mantiene estable, y mientras porcentajes altos de los
habitantes de los cerros padece esta enfermedad a veces grave, muchos
dermatólogos ocupan su tiempo en problemas con frecuencia de poca importancia
pero sí altamente remunerativos; las citas para muchas consultas son de varias
semanas o meses, y muchos enfermos deambulan en una especie de ‘tour
alrededor de los hospitales ’, lo cual ocasiona que millares de niños y adultos
sufran crónicamente de manera innecesaria; o peor aún, que mueran diariamente
42 venezolanos sin asistencia médica,” resume de esta forma el Dr. Rodríguez la
situación del país en el campo de la salud.

Des-alienación del acto curativo: ¿socialización de la medicina?

El Dr. Rodríguez concluye que no basta


tener un buen código de Deontología o
una moderna Ley del Ejercicio de la
Medicina si no se cambian las bases del
intercambio capitalista sobre las que se
asientan el acto curativo. Además,
observaba que con el cuadro político-
económico-social que vivía Venezuela
en los 70s (y vive aún), no es posible
socializar la medicina aunque sí creía
que era posible echar a andar la desalienación y generalización del acto curativo.

“Para desalienar y generalizar entonces ese trabajo médico, es necesario devolver


a la sociedad lo que le pertenece: el conocimiento… Donde se rescate incluso el
acto de amor que debe ser la curación”, propone el Dr. Rodríguez.

Finaliza la obra con una frase contundente: “Ejercitar privadamente (¡aún cuando
se cubra de barnices!), es el camino contrario a la lucha por la desalienación del
acto curativo”.

Eloy Torres, escribe el prólogo de este libro en marzo de 1979. Allí afirma que “la
obra de Gilberto es una denuncia de la tremenda injusticia social existente en
Venezuela, que se expresa en el hecho de que el 90% de la población de escasos
recursos económicos cuenta para ser atendido con 182 instituciones públicas,
mientras que el restante 10% de la población con recursos económicos
suficientes, cuenta con 173 unidades privadas dotadas con servicios de
hospitalización”.

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Abramos la historia

Pasa mi padre
Aquiles Nazoa

Ahí va mi padre pedaleando su bicicleta de jardinero. Él lleva sin saberlo la poesía


como una violeta en el sombrero y a mi niñez le gustan entusiastamente sus
zapatos, que son como unos caballos viejos y cariñosos. En aquellos tiempos
estaban muy baratas las cosas. Teníamos una casa de flores que sólo nos había
costado a razón de un sufrimiento insignificante el metro cuadrado. Figúrense
como estarían las cosas de tan baratísimas entonces, que yo tenía una hermana
llamada Lilia a la que no llegué a conocer porque se murió aprovechando lo barata
que se había puesto la muerte por aquellos días. Mi padre pagó en cómodas
cuotas la muerte de aquella niña. Todos los días al llegar del trabajo, lloraba un
poquito sobre el hombro de mi madre. Y en cosa de cinco meses estuvo saldada
la deuda con la muerte, cosa que no se puede hacer hoy día. ¡Todo está ahora
tan caro!

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Con decir que las lágrimas están reguladas por el departamento de control de
precios. Teniendo yo nueve años y él me imagino que treinta, me pidió
delicadamente esa mañana que me volviera de espaldas mientras él se bañaba
con sus inocentes calzoncillos, porque el mar le gustaba mucho y estaba
amaneciendo.

No sé como aquel hombre se las arreglaba para que yo y mi hermana Elba


recorriéramos el mundo, pasajeros los tres en su bicicleta de flores; lo cierto es
que el buen hombre tenía un exquisito olfato comercial, y los domingos nos
llevaba, él puesto su bellísimo sombrero de violetas y sus conmovedores zapatos,
y nosotros sus hijos la niñez como un vestido y colinas de estreno, a mágicos
mercados donde los campos con sus correspondientes ríos se vendían a dos
paisajes por centavo.

Y en aquellos lugares mi padre cumplía plenamente su vocación de ladrón


irredento, pues regresábamos los tres a casa con un insólito botín de aromas. Y
todos nos queríamos mucho por eso.

Una vez nos sorprendió un inmenso aguacero durante uno de aquellos paseos.
Cómo teníamos miedo Elba y yo, pues había muchos relámpagos y el río iba
creciendo bastante, mi dulce padre nos acogió a su pecho, un hijo a cada lado, y
estábamos como debajo de un pan, bien que me acuerdo.

Nos besaba con las violetas de su sombrero


para consolarnos de nuestro miedo, y parece
que lloraba también, no estoy seguro. Y desde
luego porque en esa ocasión y lugar oímos mi
hermana y yo latir el corazón de nuestro padre
Rafael Nazoa bajo la tempestad, es por lo que
desde entonces nos sentimos a rato tan
desdichados en esta vida.

Y sin embargo, si ahora mismo nos fuera dado


elegir: entre aquella hora y el destino a que
fuimos implacablemente condenados, yo y Elba
elegiríamos el que nos señaló nuestro
indefenso padre aquella tarde que no
olvidaremos, pasajeros los tres en su poética
bicicleta de jardinero.

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Contenido

1. Simón Rodríguez: Química y Geopolítica Alí Ramón Rojas Olaya 6


2. Al maestro sin piedad Luis Felipe Pellicer 11
3. Un día Chávez creó Unearte Betty Mendoza 16
4. La isla de Laputa y las universidades José Gregorio Linares 20
5. Febreros y abriles Manuel Celis 22
6. La Cumbre del Bullying Luisana Colomine 25
7. Geopolítica del caos planetario Julio Escalona 27
8. Nunca vamos a firmar Ana Cristina Bracho 38
9. La cuestión cultural Leonardo Terán Moreno 42
10. Fuga de cerebros Jessica Dos Santos Jardim 44
11. Bienhechores de la humanidad David Nieves Grisel Marroquí 47
12. ¡Cuéntame tu libro! Del ejercicio privado de la medicina Maiqui Flores 49
13. Abramos la historia Pasa mi padre Aquiles Nazoa 53

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Se culminó esta primera edición


el día 28 de febrero de 2018 en Crisol,
Caracas, Venezuela

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