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OBLIGACIONES MANCOMUNADAS Y SOLIDARIAS

1. Definición
Son aquellas en que el crédito o la deuda se dividen en tantas obligaciones
separadas e independientes cuantos sean los sujetos acreedores o deudores, de tal
suerte que cada acreedor solo puede exigir del deudor la parte que a prorrata le
corresponda, y cada deudor solo está obligado a prestar su parte. (VASQUEZ,
2018)

La mancomunidad presupone la concurrencia de pluralidad de sujetos en la


relación obligatoria

2. Acepción legislativa y doctrinaria de la mancomunidad

En realidad, el término mancomunidad o mancomunado no ha tenido a nivel


legislativo y, ni siquiera a nivel doctrinario, una acepción uniforme. Así, el
artículo 1300 del Código Civil peruano de 1852 prescribía: "Si dos o más se
obligan juntamente, sin mancomunidad expresa, y sin designar la parte de que
cada uno se constituye responsable, quedan obligados por partes iguales". El
artículo 1290 del mismo cuerpo legal rezaba: "Es solidario o mancomunado
entre varios acreedores el derecho de exigir el cumplimiento de una obligación,
cuando cualquiera de ellos tiene la facultad de pedirlo" y el artículo 1293: "Es
solidaria o mancomunada una obligación entre deudores, cuando puede exigirse
su cumplimiento de cualquiera de ellos". Precisamente, refiriéndose al
mencionado Código Civil y citando, entre otros, a estos artículos, Manuel
Augusto Olaechea afirmaba: "El Código confunde reiteradamente la
mancomunidad simple y la mancomunidad solidaria. Ello se puede apreciar
comparando los artículos 1290, 1293, 1300, 2092 Y 2093. El derecho histórico
marcó siempre de un modo preciso la distinción entre mancomunidad simple o a
prorrata y la mancomunidad solidaria" (OSTERLlNG PARODI, 1994)

Por su parte, el Código Civil argentino regula a las obligaciones


mancomunadas en su artículo 690, el que prescribe: "La obligación que tiene
más de un acreedor o más de un deudor, y cuyo objeto es una sola prestación, es
obligación mancomunada, que puede ser o no solidaria". Como puede
apreciarse, en el citado Código Civil, la obligación mancomunada alude al
género que comprende a las obligaciones solidarias y a las que no tienen tal
carácter, que en su artículo 691 las denomina "simplemente mancomunadas".

3. Concepto doctrinario de obligación mancomunada

A nivel doctrinario se conoce como obligación mancomunada, unitaria o en


mano común, a aquélla en la que, concurriendo pluralidad de sujetos en la
relación obligatoria, dicha pluralidad se organiza mediante una integración
absoluta y homogénea, de tal suerte que no haya titularidad ni ejercicio sin la
concurrencia o actuación conjunta de todos los sujetos deudores o acreedores,
"jurídicamente es como si el sujeto fuese una sola persona; y no aparece, ni aun
en germen, la noción de cuota" (LACRUZ BERDEJO, José Luis, p. 35). Un
ejemplo que permite entender la concepción doctrinaria de obligaciones
mancomunadas son los depósitos en cuentas mancomunadas o a la "orden
conjunta", en los que el banco no puede entregar individualmente el dinero
depositado a ninguno de los titulares de la cuenta, sino a todos conjuntamente;
del mismo modo, ninguno de los titulares, individualmente, puede ni tiene la
facultad de retirar el dinero sino con el concurso de los demás titulares en forma
simultánea.

4. Obligaciones mancomunadas en el Código Civil

Las que el Código Civil peruano denomina obligaciones mancomunadas, al


igual que el Código Civil español, son las que doctrinariamente se conocen como
obligaciones parciarias, pro parte o pro rata, en las que la obligación se
descompone en tantas relaciones de crédito y deuda, distintos unos de otros, como
personas concurren en la posición de sujeto deudor o acreedor.

Con bastante acierto, La cruz Berdejo señala que la denominación


"mancomunadas" no da idea de su naturaleza y régimen, pues precisamente tienen
lo menos posible en común fuera de su origen; son obligaciones que tienden a la
plena independencia de los créditos o deudas en los que se descompone la
obligación.

Albaladejo, refiriéndose a las obligaciones mancomunadas, indica: "Se dice


que existe mancomunidad cuando cada deudor debe y cada acreedor tiene derecho
sólo a una parte de la prestación total. Por tanto, en realidad hay varias
obligaciones y cada una recae sobre una prestación consistente en una fracción de
dicha prestación total" (ALBALADEJO, 1997, pág. 86)

Por su parte, Alterini define a las obligaciones simplemente mancomunadas


como aquéllas en las que, habiendo pluralidad de deudores o acreedores, cada uno
de ellos debe cargar con la cuota parte del crédito que le corresponde o tiene
derecho a pretenderla. (ALTERINI, pág. 507)

Por las definiciones mencionadas pareciera que las obligaciones


mancomunadas no difieren de las obligaciones divisibles, puesto que en éstas
también el crédito o la deuda se dividen en tantas partes como acreedores y
deudores existan, máxime cuando la norma bajo comentario remite la regulación
de las obligaciones mancomunadas a las normas que regulan las obligaciones
divisibles ¿Cuál es, pues, la diferencia entre las obligaciones mancomunadas y
divisibles?

La diferencia entre las obligaciones divisibles y mancomunadas radica en que


las primeras están referidas a la prestación, a la posibilidad de fraccionamiento de
ésta; en cambio, las segundas están referidas a la forma como se vincularon los
sujetos de la relación obligatoria.
Si las partes al constituir la obligación no convinieron la solidaridad o ésta no
es impuesta por ley, se entiende que las partes se han vinculado
mancomunadamente y, por tanto, que cada uno de los deudores sólo está obligado
por su parte en la deuda y cada uno de los acreedores únicamente puede exigir la
parte que le corresponde del crédito. Al respecto, León Barandiarán señala: "La
descomposición prorate de la prestación, en el vínculo múltiple de sujetos, no se
realiza cuando el convenio o la ley impone el carácter in solídum; de suerte que la
exigencia de la prestación total interdepende no de la naturaleza del objeto, sino
del carácter del vínculo en base a su fuente legal o convencional". (LEÓN
BARANDIARÁN, 1992, pág. 141)

Ahora bien, el artículo bajo comentario establece que las obligaciones


mancomunadas se rigen por las reglas de las obligaciones divisibles, ¿quiere esto
decir que nos encontramos frente a las obligaciones mancomunadas sólo cuando
la prestación es divisible?, ¿la indivisibilidad excluye la mancomunidad? Dicho en
otras palabras, ¿constituye un presupuesto para la existencia de una obligación
mancomunada que la prestación sea divisible?

La respuesta en nuestra opinión es negativa, puesto que, como ya se indicó, la


mancomunidad o solidaridad afectan al vínculo obligatorio, dependen de la forma
como las partes se vincularon al constituirse la obligación, ya sea voluntariamente
o por disposición legal; en cambio, la divisibilidad o indivisibilidad están
determinadas por la posibilidad de fraccionamiento o no de la prestación. De
manera que bien puede existir una obligación mancomunada (por la vinculación
entre los sujetos), e indivisible (por la imposibilidad de fraccionamiento de la
prestación), claro que en este supuesto las reglas que se aplicarán serán las de la
indivisibilidad.

Una cosa distinta es que, para la aplicación de las reglas de la divisibilidad,


que es lo que prevé el artículo bajo comentario, sí constituye un presupuesto que
la prestación sea susceptible de fraccionamiento, esto es, que sea divisible. En
efecto, la situación prevista por la norma en mención para la mancomunidad,
"sólo operará si la prestación resultase divisible por naturaleza o pacto"
(OSTERLlNG PARODI, 1994, pág. 476)

Sobre el particular, hay quienes entienden que en nuestro sistema sólo puede
admitirse una obligación mancomunada cuando la prestación es divisible en
atención al tenor del artículo 1182. En este sentido, Romero Zavala, comentando
la remisión de la regulación de las obligaciones mancomunadas a las reglas de las
obligaciones divisibles dispuesta por este artículo, señala que la explicación radica
en que la prestación o el objeto de las obligaciones mancomunadas debe ser
divisible, y reconociendo que cierto sector de la doctrina sostiene que puede
admitirse una obligación mancomunada con prestación indivisible, afirma:
"Nuestra legislación ha resuelto el problema al disponer que se aplican a las
mancomunadas las reglas de las divisibles". (ROMERO ZAVALA, 1999, pág.
235)

5. Efectos de la obligación mancomunada con prestación divisible

a) Cada acreedor sólo podrá exigir a cada deudor la parte de la prestación que
le corresponde. En efecto, ningún acreedor puede exigir más de su cuota, porque
de lo contrario estaría cobrando un crédito del cual no es acreedor; asimismo,
tampoco se puede exigir al deudor mancomunado un importe mayor que el de su
cuota, por cuanto sería lo mismo que imponerle una obligación de la que no es
deudor.

b) Como cada deudor únicamente está obligado por una parte de la deuda,
una vez ejecutada dicha parte, se extingue su obligación.

c) La insolvencia de uno de los deudores es asumida por el acreedor, no


afecta a los otros codeudores.

d) La constitución en mora de uno de los deudores no se extiende a los demás


codeudores. e) La extinción de la deuda de uno de los deudores por medios
análogos al pago, no extingue la obligación de los demás deudores.

f) En caso de fallecimiento de uno de los deudores o acreedores, la deuda o el


crédito se transfiere a los herederos de éstos en la misma condición, esto es, cada
heredero únicamente está obligado o puede exigir la parte proporcional a su
participación en la herencia de la deuda o crédito de su causante.

6. Pago de la totalidad de la deuda por uno de los deudores mancomunados

Un aspecto que consideramos relevante tratar en relación a las obligaciones


mancomunadas es qué ocurre cuando uno de los deudores paga el íntegro de la
obligación al acreedor común, ya sea por error o porque quiso pagar la totalidad
de la deuda.

Si el pago fue efectuado por error, constituye un pago indebido en la parte


que excede su deuda con el acreedor y, por tanto, el deudor mancomunado que
pagó la prestación íntegra tiene el derecho de exigir al acreedor la restitución de
la parte no debida por él, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 1267
y siguientes del Código Civil. En cambio, si no hubo error y más bien intención
de pago, nos encontramos frente al pago efectuado por un tercero no interesado
en la obligación, en la parte que excede la deuda o cuota del deudor
mancomunado, en cuyo caso, salvo que el pago haya sido efectuado en
ignorancia o contra la voluntad de los otros deudores, opera la subrogación
convencional prevista en el numeral2, del artículo 1261 del Código Civil; en
consecuencia, en este supuesto, el deudor mancomunado se sustituye en los
derechos, garantías y acciones del acreedor contra los demás codeudores.
Sin embargo, si el pago ha sido efectuado sin el asentimiento de alguno o
algunos de los deudores, esto es, en ignorancia o contra la voluntad de éstos, el
deudor mancomunado que pagó el íntegro de la prestación sólo podrá exigirles
la restitución de aquello que les hubiera sido útil.

7. Pago de la totalidad de la deuda por el deudor a uno solo de los


acreedores mancomunados

Otro aspecto que también consideramos relevante tratar es qué ocurre en el


caso que el deudor pague la deuda total sólo a uno de los acreedores
mancomunados. En esta hipótesis, salvo que el acreedor hubiera distribuido el
importe entre los demás acreedores mancomunados o éstos hubieran ratificado el
pago, nos encontramos frente a un pago inválido en la parte que excede el
crédito del acreedor y, en consecuencia, no extingue la obligación del deudor
frente a los demás acreedores mancomunados, quienes pueden dirigirse al
deudor para exigir el pago de sus respectivos créditos. En este caso, el deudor
podrá exigir la restitución de lo indebidamente pagado al acreedor que cobró el
crédito más allá de su derecho.

BIBLIOGRAFIA

ALBALADEJO, M. (1997). Derecho Civil Derecho de Obligaciones. Barcelona: Editorial


Bosch. 10ma. Edición.

ALTERINI, A. A. (s.f.). Derecho de Obligaciones. Buenos Aires: Editorial Abeledo-


Perrot.

LEÓN BARANDIARÁN, J. (1992). Tratado de Derecho Civil Peruano. Lima: WG Editor.


1ra. Edición.

OSTERLlNG PARODI, F. y. (1994). Tratado de Derecho de las Obligaciones. (Vol. Vol.


XVI). Lima: Fondo Editorial PUC.

ROMERO ZAVALA, L. (1999). El Derecho de las Obligaciones en el Perú: La


Concertación Obligacional. Lima: Editorial Fecat.

VASQUEZ, A. T. (2018). CODIGO CIVIL COMENTADO.

CONCLUSION

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