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A. TORNIELLI - G. GALEAZZI
GIACOMO GALEAZZI
OTROS TÍTULOS DE LA COLECCIÓN PAPA FRANCISCO: ANDREA TORNIELLI, Vaticanista, es redactor
del diario La Stampa, coordinador de la página
ESTA
LA EVANGELIZACIÓN DE LOS CATÓLICOS web «Vatican Insider», y colaborador habitual en
diversas revistas italianas e internacionales. Ha
Manual para la misión de la Nueva INCLUYE escrito varios libros, traducidos en 17 países.
Evangelización
LA ENTREVISTA
ECONOMÍA
Scott Hahn
GIACOMO GALEAZZI, Vaticanista del diario
REDESCUBRIR LA FAMILIA EXCLUSIVA CON EL La Stampa y uno de los autores de «Vatican In-
Diagnóstico y propuestas PAPA FRANCISCO sider». Con Domenico Mogavero ha publicado el
M ATA
Nicolás Álvarez de las Asturias (ed.) libro La Chiesa che non tace.
PAPA
Horizontes para una nueva evangelización
Raniero Cantalamessa
¿Qué opinión tiene el Papa sobre la economía actual?
¿ES RAZONABLE SER CREYENTE? Algunos periódicos financieros, grupos de ideología liberal
FRANCISCO:
ESTA
Alfonso Aguiló
5ª edición
posiciones anticapitalistas. Otros interpretan su
magisterio sobre la doctrina social de la Iglesia bajo
MORAL. EL ARTE DE VIVIR
Juan Luis Lorda
el prisma de sus orígenes latinoamericanos.
11ª edición Andrea Tornielli y Giacomo Galeazzi -autores de este
libro- acuden al propio Papa para analizar a fondo su
OBSERVACIONES EN UN TIEMPO DE CRISIS
pensamiento sobre el sistema económico contemporáneo.
ECONOMÍA
Palabras, familia y Dios
Ángel Mª García Dorronsoro Además de revisar su magisterio en escritos y discursos,
ANTROPOLOGÍA PASO A PASO
realizan una extensa entrevista en exclusiva con el Santo
José Ramón Ayllón Padre en la que expone su opinión directa.
El libro también recoge las opiniones del empresario y
economista Ettore Gotti Tedeschi, quien fuera el banquero
M ATA
del Vaticano; del experto en teoría económica y profesor
de Bolonia Stefano Zamagni; y de Carlos Olivero, párroco
en un barrio depauperado en Buenos Aires y amigo
personal del Papa Francisco.
palabra
Papa Francisco:
Esta economía mata
Ediciones Palabra
Madrid
Papa Francisco:
Esta economía mata
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que estaba sentado a su lado. A las 19.05 –la hora ha sido anota-
da por el cardenal Angelo Comastri– el cardenal de Buenos Ai-
res, tras haber respondido «acepto» a la pregunta del decano del
colegio, dice a los electores: «Vocabor Franciscus», «me llamaré
Francisco».
Será el propio Pontífice quien explique la elección del nom-
bre, cuando se encuentre, tres días después, con los periodistas,
el 16 de marzo. Es la primera vez en dos mil años de Historia de
la Iglesia que un sucesor de Pedro decide llamarse Francisco y,
desde la tarde de la elección, algunos invitaban a no considerar
al poverello de Asís como el verdadero inspirador de la elección.
«Algunos no sabían por qué el obispo de Roma había querido
llamarse Francisco», dice el Papa Bergoglio, «y pensaron en san
Francisco Javier o en san Francisco de Sales». Efectivamente, es-
tas fueron interpretaciones recurrentes por parte de quien consi-
deraba demasiado extraño que un papa jesuita tomase el nombre
del santo de los franciscanos. Una decisión que no maduró sobre
la base de un razonamiento abstracto, sino como consecuencia
del abrazo alentador de un amigo.
«En la elección, yo tenía junto a mí al arzobispo emérito de
Sao Paulo y también cardenal prefecto emérito de la Congrega-
ción para el Clero, el cardenal Claudio Hummes: ¡un gran ami-
go, un gran amigo!», cuenta el Papa. «Cuando la cosa se hacía
un tanto peligrosa, él me daba ánimos», añade, refiriéndose al
progresivo, imparable aumento de los votos con su nombre. «Y
cuando los votos alcanzaron los dos tercios, surgió el aplauso
habitual cuando un papa es elegido, y él me abrazó, me besó y
me dijo: “¡No te olvides de los pobres!”».
«Aquellas palabras –continúa el Papa– entraron aquí: ¡Los
pobres, los pobres…! Luego, de repente, en relación con los po-
bres, yo pensé en Francisco de Asís, en las guerras, mientras se-
guía el escrutinio hasta los últimos votos. Y Francisco es el hom-
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nosotros, incluso con los que tienen otra fe, los que no tienen
nuestra misma fe. Todos tienen algo en común con nosotros:
son imágenes de Dios, son hijos de Dios. Hay que salir al en-
cuentro de todos, sin negociar nuestra pertenencia».
Recuerda luego Francisco la pobreza, la presencia de los po-
bres en nuestras ciudades: «Y hay otro punto que es importante:
el encuentro con los pobres. Si salimos de nosotros mismos, en-
contramos la pobreza. Hoy –duele hasta el corazón al decirlo–
encontrar a un mendigo muerto de frío no es noticia… Hoy,
pensar que tantos niños no tienen que comer no es noticia. ¡Esto
es grave, es grave! ¡No podemos quedarnos tan tranquilos! ¡No
podemos convertirnos en cristianos almidonados!, ese tipo de
cristianos demasiado educados, que hablan de cosas teológicas
mientras tranquilamente toman el té. ¡No! Tenemos que conver-
tirnos en cristianos valientes e ir a buscar a aquellos que son,
precisamente, la carne de Cristo!».
Ir hacia los pobres significa ir hacia la carne de Cristo. El Papa
Bergoglio lo pone como ejemplo citando un caso tomado de su
experiencia como confesor. «Cuando yo voy a confesar –todavía
no puedo, porque para ir a confesar… de aquí no se puede salir,
pero ese es otro problema– cuando yo iba a confesar en mi dióce-
sis anterior, venían algunos y siempre les hacía esta pregunta: “Pe-
ro ¿usted da limosna?”. “Sí, padre”. “¡Ah, bien, bien!”. Y le hacía
dos preguntas más: “Dígame: y, cuando usted da limosna, ¿mira a
los ojos a aquel o aquella a quien se lo da?”. “Ah, pues no sé, no
me he dado cuenta…”. Segunda pregunta: “Y, cuando usted da
limosna, ¿le da la mano a quien se la da, o le tira la moneda?”.
¡Este es el problema! La carne de Cristo, tocar la carne de Cristo,
tomar sobre nosotros mismos el dolor por los pobres. La pobreza,
para nosotros, cristianos, no es una categoría sociológica, o filosó-
fica, o cultural: no, es una categoría teologal. Diría más todavía, es
quizá la primera categoría, porque ese Dios, el Hijo de Dios, se re-
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bajó, se hizo pobre para caminar con nosotros por nuestro cami-
no. Y esta es nuestra pobreza, la pobreza de la carne de Cristo, la
pobreza que nos ha traído el Hijo de Dios al encarnarse».
Así pues, la atención a los pobres no es resultado de posicio-
nes ideológicas, de análisis sociológicos, ni consecuencia de unas
opciones políticas o de un proyecto construido en el despacho
para cambiar la sociedad. Francisco reconduce este compromiso
a su original raíz evangélica, a las palabras de Jesús. No es algo
opcional para los cristianos, sino que tiene que ver con la fe mis-
ma.
«Una Iglesia pobre para los pobres –seguía explicando Fran-
cisco durante aquella Vigilia de Pentecostés– comienza cuando
nos ponemos en camino hacia la carne de Cristo. Si nos encami-
namos hacia ella, empezamos a entender algo, a comprender qué
es esa pobreza, la pobreza del Señor. Y eso no es fácil. Pero hay
un problema que no hace bien a los cristianos: el espíritu del
mundo, el espíritu mundano, la mundanidad espiritual. Eso nos
lleva a una especie de suficiencia, a vivir el espíritu del mundo y
no el de Jesús. Es la pregunta que me hacíais sobre cómo se debe
vivir para hacer frente a esta crisis que afecta a la ética pública, al
modelo de desarrollo, a la política. Dado que esta es una crisis
del hombre, una crisis que destruye al hombre, es una crisis que
desnuda al hombre de toda ética. En la vida pública, en la políti-
ca, si no hay ética, una ética de referencia, entonces todo es posi-
ble y todo se puede hacer. Y ya vemos, cuando leemos los perió-
dicos, el inmenso mal que la falta de ética en la vida pública hace
a la humanidad entera».
Luego, el Papa trae a colación una vieja anécdota, capaz de
describir la realidad actual. «Me gustaría contaros una historia.
Ya lo he hecho dos veces esta semana, pero lo haré una tercera
vez con vosotros. Es la historia que cuenta un midrash bíblico de
un rabino del siglo XII, que relata la construcción de la torre de
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Babel, y dice que para edificarla hacían falta ladrillos. ¿Qué sig-
nifica eso? Significa andar, remover el barro, traer la paja, prepa-
rarlo todo… y luego, al horno. Y cuando el ladrillo estaba hecho,
había que subirlo arriba, para construir la torre de Babel. Un la-
drillo era un tesoro, por todo el trabajo que hacía falta para ha-
cerlo. Cuando caía un ladrillo, era una tragedia nacional, y el
obrero culpable era castigado, tan valioso era un ladrillo que, si
se caía, era un drama. Pero, si se caía un obrero, no pasaba nada.
Era algo diferente. Esto pasa hoy también: si las inversiones en
Bolsa, en los bancos, bajan un poco… qué tragedia… ¿qué va-
mos a hacer? Pero si se mueren de hambre las personas, si no
tienen qué comer, si no tienen salud, ¡no importa! ¡Esta es nues-
tra crisis actual! Y el testimonio de una Iglesia pobre para los
pobres va en contra de esta mentalidad».
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PRÓLOGO............................................................................... 5
1. «UNA IGLESIA POBRE Y PARA LOS POBRES»................... 15
2. LOS POBRES Y «EL IMPERIALISMO DEL DINERO».......... 23
3. «LA BURBUJA DE LA INDIFERENCIA», EL SISTEMA
ECONÓMICO IDÓLATRA DEL DINERO Y ESE «ALGO
QUE NO FUNCIONA».......................................................... 35
4. «ESTA ECONOMÍA MATA»................................................. 49
5. LOS ATAQUES CONTRA «EL PAPA MARXISTA».............. 69
6. UNAS FINANZAS QUE SE AUTOALIMENTAN.................. 97
7. LAS CRÍTICAS DE LOS TEOCON AMERICANOS... AL
PAPA RATZINGER................................................................ 111
8. ¿UN BIENESTAR CON EL QUE HAY QUE TERMINAR?.... 119
9. UNA CREACIÓN QUE CUSTODIAR.................................... 125
10. «TIERRA, CASA Y TRABAJO».............................................. 133
11. «UN SISTEMA QUE, PARA SOBREVIVIR, TIENE QUE
RECURRIR A LA GUERRA».................................................. 143
12. LA DOCTRINA SOCIAL, EN UN MUNDO GOBERNADO
POR LOS «TECNÓCRATAS DE LAS FINANZAS».............. 153
13. LA ECONOMÍA CAPITALISTA Y LA ECONOMÍA CIVIL
DE MERCADO....................................................................... 171
14. UNA VOZ DESDE LAS VILLAS MISERIA.................................181
15. FRANCISCO TIENE LA PALABRA: «¿PAUPERISMO?
NO, EVANGELIO»................................................................. 191
EPÍLOGO...................................................................................... 199
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A. TORNIELLI - G. GALEAZZI
GIACOMO GALEAZZI
OTROS TÍTULOS DE LA COLECCIÓN PAPA FRANCISCO: ANDREA TORNIELLI, Vaticanista, es redactor
del diario La Stampa, coordinador de la página
ESTA
LA EVANGELIZACIÓN DE LOS CATÓLICOS web «Vatican Insider», y colaborador habitual en
diversas revistas italianas e internacionales. Ha
Manual para la misión de la Nueva INCLUYE escrito varios libros, traducidos en 17 países.
Evangelización
LA ENTREVISTA
ECONOMÍA
Scott Hahn
GIACOMO GALEAZZI, Vaticanista del diario
REDESCUBRIR LA FAMILIA EXCLUSIVA CON EL La Stampa y uno de los autores de «Vatican In-
Diagnóstico y propuestas PAPA FRANCISCO sider». Con Domenico Mogavero ha publicado el
M ATA
Nicolás Álvarez de las Asturias (ed.) libro La Chiesa che non tace.
PAPA
Horizontes para una nueva evangelización
Raniero Cantalamessa
¿Qué opinión tiene el Papa sobre la economía actual?
¿ES RAZONABLE SER CREYENTE? Algunos periódicos financieros, grupos de ideología liberal
FRANCISCO:
ESTA
Alfonso Aguiló
5ª edición
posiciones anticapitalistas. Otros interpretan su
magisterio sobre la doctrina social de la Iglesia bajo
MORAL. EL ARTE DE VIVIR
Juan Luis Lorda
el prisma de sus orígenes latinoamericanos.
11ª edición Andrea Tornielli y Giacomo Galeazzi -autores de este
libro- acuden al propio Papa para analizar a fondo su
OBSERVACIONES EN UN TIEMPO DE CRISIS
pensamiento sobre el sistema económico contemporáneo.
ECONOMÍA
Palabras, familia y Dios
Ángel Mª García Dorronsoro Además de revisar su magisterio en escritos y discursos,
ANTROPOLOGÍA PASO A PASO
realizan una extensa entrevista en exclusiva con el Santo
José Ramón Ayllón Padre en la que expone su opinión directa.
El libro también recoge las opiniones del empresario y
economista Ettore Gotti Tedeschi, quien fuera el banquero
M ATA
del Vaticano; del experto en teoría económica y profesor
de Bolonia Stefano Zamagni; y de Carlos Olivero, párroco
en un barrio depauperado en Buenos Aires y amigo
personal del Papa Francisco.
palabra