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12 Agnosias táctiles

La corteza somestésica garantiza la recepción de los mensajes exteroceptivos y


propioceptivos necesarios para el reconocimiento por el tacto de los objetos que
se sostienen en la mano. Este proceso se produce esencialmente por sensibilida-
des del lemnisco que transmiten el tacto y la propiocepción: están formadas por
fibras mielinizadas, de velocidad de conducción rápida, provistas de una soma-
totopía precisa a lo largo de su trayecto y cordones posteriores de la médula al
núcleo ventroposterolateral del tálamo hasta la circunvolución poscentral donde
se proyecta el homúnculo sensitivo. Las sensibilidades extralemniscales tienen una
función accesoria en este dispositivo: encargadas de transmitir el dolor, el calor
y el frío, las forman fibras de pequeño diámetro, poco o nada mielinizadas, de
velocidad de conducción lenta y somatotopía imprecisa, que se proyectan en
el tálamo «inespecífico» (núcleo reticular y núcleos talámicos intrínsecos) y que
hacen también el relevo en múltiples objetos (formación reticular, núcleos grises
centrales, hipotálamo y sistema límbico) antes de alcanzar la corteza somestésica,
la corteza asociativa no específica y el lóbulo frontal.
La corteza somestésica está formada por dos áreas: SI es el área primaria
de la circunvolución poscentral (áreas 1, 2, 3 de Brodmann); SII, situada en el
margen superior de la cisura de Silvio, sin somatotopía precisa recibe aferencias
extralemniscales, pero también lemniscales. Estas dos áreas están conectadas
entre sí y con el área 4 y el área motora suplementaria. La región parietal posterior
parece intervenir en la discriminación táctil de las formas, el análisis espacial (dis-
criminación de los círculos del compás de Weber, localización de las sensaciones,
dirección de los estímulos cutáneos y movimientos pasivos) y la precisión de la
toma manual con independencia de las sensibilidades elementales. Las aferencias
de SII son bilaterales y existe un encabalgamiento entre las áreas somestésicas y la
región precentral que justifica la visión global de una corteza sensoriomotora. La
palabra «palpar» indica además claramente una interrelación entre movimiento
y sensación. Para las tareas de exploración espacial existe una superioridad del
hemisferio derecho.

¿Una o varias astereognosias?


La astereognosia designa la incapacidad de reconocer los objetos por la palpación
y sin ayuda de otros canales sensitivos, en especial, el visual. Por tanto, es trivial
cuando existen trastornos sensitivos elementales, de los que aparece como una
consecuencia esperable. La astereognosia se llama pura cuando existe fuera
de toda alteración sensitiva, como si las sensaciones no pudieran acceder a su
significado. A pesar del debate surgido en torno a la minuciosidad necesaria de la
exploración de las sensibilidades previa al diagnóstico de astereognosia e incluso
sobre la negación del concepto, debido a que toda astereognosia procedería de
un déficit, aunque fuera mínimo, de las sensibilidades elementales, en general
se admite la existencia de astereognosias verdaderas.

© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos


Descargado para Viviana Torres Ballesteros (vivitob_91@hotmail.com) en New Granada Military University de
ClinicalKey.es por Elsevier en noviembre 03, 2019. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin
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178 Neuropsicología

Durante la palpación de un objeto pueden distinguirse cuatro niveles de trata-


mientos (fig. 12.1): sensaciones elementales (frío, calor, liso, rugoso, blando, etc.),
percepciones (de la forma: una esfera, un cubo, etc., y del material: metal, plástico,
etc.), identificación o asociativo, en el cual el objeto se reconoce y se nombra, pero
puede ser reconocido y no nombrado si existe un déficit del nivel tactiloverbal.
La afectación del nivel 1 se asocia a síndromes con déficits sensitivos periféricos o
centrales hasta la corteza parietal. La afectación de los niveles 2 y 3 corresponde
a las astereognosias, y la del nivel 4, a las anomias táctiles. Evidentemente, el
sujeto no lleva a cabo un tratamiento analítico en secuencia estricto, ya que no es
necesario terminar una etapa para que comience otra, y el reconocimiento parece
inmediato en la medida en que puede bastar un mínimo de informaciones para
reconocer objetos corrientes. No obstante, cuando el objeto es pequeño o poco
habitual, en la observación clínica se constata que el sujeto lleva a cabo un análisis
deductivo, en su intento por deducir la naturaleza del objeto por informaciones
lo más precisas posible acerca de sus caracteres perceptivos.
Los déficits sensitivos parietales corresponden claramente a la afectación del
nivel 1 cuando existe un cuadro de síndrome de Déjerine-Mouzon con hemianes-
tesia disminuida que afecta a las sensibilidades elementales táctil, vibratoria,
térmica y dolorosa. El síndrome de Verger-Déjerine muestra sensibilidades ele-

Figura 12.1
Intento de clasificación de las astereognosias.
A partir del nivel 4, los objetos palpados se reconocen.

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mentales intactas o poco perturbadas y el déficit afecta a la discriminación


táctil (compás de Weber), la localización de las sensaciones y la cinestesia con
astereognosia. Este síndrome puede considerarse una consecuencia de déficits
discretos de las sensibilidades elementales o como una agnosia aperceptiva;
la astereognosia observada combina los elementos propios de un déficit del
reconocimiento de la forma y del material de los objetos.
Según la concepción de Delay (1935), la astereognosia puede afectar al mate-
rial o a la forma de los objetos. Se habla entonces de ahilognosia o amorfognosia,
la primera relacionada con un déficit de los analizadores de intensidad y la
segunda con un déficit de los analizadores espaciales (también llamados de
extensidad), unos y otros situados en la corteza parietal y que tratan las sensa-
ciones que les llegan; por tanto, se trata de lo que Wernicke llamó agnosia táctil
primaria, que en la concepción asociacionista atribuía a una lesión del «centro de
las imágenes táctiles» y que se puede encontrar también con el nombre de déficit
del reconocimiento táctil espacial (Head, 1911). Este tipo de astereognosia corres-
ponde a una afectación del nivel 2 de tratamiento y, si se conserva el calificativo
de agnosia, a una agnosia táctil aperceptiva. La manipulación del objeto es difícil,
reducida y gestualmente estereotipada.
La astereognosia pura implica la ausencia de todo trastorno sensitivo y de défi-
cit de los analizadores; corresponde a la agnosia táctil secundaria que Wernicke
atribuía a la incapacidad de asociar las imágenes táctiles, intactas, a otras repre-
sentaciones sensitivas de los objetos, auditivas, olfativas y sobre todo visuales,
por desconexión entre el centro de las imágenes visuales y las otras imágenes
sensitivas. También se denomina asimbolia táctil o agnosia táctil «verdadera».
Procede de una afectación del nivel 3 de tratamiento, el de identificación: se trata
de una agnosia táctil asociativa en la cual el sujeto puede agrupar típicamente
mediante palpación los pares de objetos y dibujar los objetos palpados no
identificados reconociéndolos en cuanto se dibujan. Así, al palpar una cucharilla,
el comentario referido en el caso de Delay (1935) es el siguiente: «Es de metal,
frío y duro, fina por el centro. Tiene un extremo plano y otro oval con un hueco».
Las lesiones afectan a la región parietal posterior o a la corteza temporoparietal,
y muy en particular a SII; con mucha frecuencia, la astereognosia es unilateral
y heterolateral, con algunos casos de astereognosia bilateral tras una lesión
unilateral, lo que plantea el problema adicional del diagnóstico diferencial con
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

las afasias táctiles.

Anomias táctiles
Las afasias táctiles son muy excepcionales; el caso de Beauvois et al. (1978)
apareció tras un hematoma parietooccipital izquierdo: el sujeto, que denominaba
correctamente los objetos presentados visualmente, no podía hacerlo con los
objetos palpados en ninguna de las manos, aunque los reconocía perfectamente.
Además, los errores de denominación eran de tipo semántico (caja de cerillas →
algunos cigarrillos; cuchillo → tenedor). Por tanto, se trata de un déficit del nivel 4,
tactiloverbal, análogo a la afasia óptica en modalidad visual y atribuible a un
déficit de la transferencia intrahemisférica, ya que no existía lesión en el hemis-
ferio derecho ni en el cuerpo calloso.

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180 Neuropsicología

Las anomias táctiles izquierdas por desconexión callosa configuran un cuadro


diferente de la afasia táctil: los sujetos no pueden nombrar los objetos que se les
coloca solo en la mano izquierda; los objetos son reconocidos perfectamente
y los pacientes pueden encontrarlos palpándolos entre otros objetos o mostrar
su uso. Cuando el sujeto nombra el objeto palpado, la sustitución verbal parece
realizarse al azar sin los errores semánticos encontrados en la afasia táctil.

Bibliografía
Bauer RM. Agnosia. In: Heilman KM, Valenstein E, eds. Clinical neuropsychology. Oxford: Oxford
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Beauvois MF, Saillant B, Meininger V, Lhermitte F. Bilateral tactile aphasia: a tacto-verbal dysfunc-
tion. Brain 1978;101:381-402.
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Newcombe F, Ratcliff G. Agnosia: a disorder of object recognition. In: Michel F, Schott B, eds.
Les syndromes de disconnexion calleuse chez l’homme. Lyon; 1974.

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