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MINORÍA DE EDAD
1. INTRODUCCIÓN
Se considera que un menor por el hecho de serlo, no comete delitos sino infracciones, por eso se les denomina menores
infractores, y no delincuentes; el infractor es pues la persona que no cuenta con la edad penal establecida por la legislación
de que se trate y que infringe las leyes penales o bien que manifiesta una conducta nociva para su familia y/o la sociedad.
2. NATURALEZA JURÍDICA
Capítulo III. Causas que eximen o atenúan la responsabilidad penal
Artículo 20.2. Inimputabilidad: El menor de 18 años.
Exime de responsabilidad criminal a los menores de 18 años en forma absoluta e incondicional; por ello se
considera a la minoría de edad como una causal de inimputabilidad. El dispositivo legal mencionado, determina,
como en la mavoría de las legislaciones, la edad que será el umbral de la responsabilidad penal, respecto de la
cual, por una suerte de ficción, se da por supuesta la ausencia de suficiente discernimiento, esto es, de la suficiente
madurez como para comprender el mundo circundante de acuerdo con los criterios generalmente aceptados por la
sociedad adulta sobre lo prohibido y lo permitido.
3. DEFINICIÓN DE MENOR
Se denomina menor a aquella persona que por razón de su edad ostenta una condición o cualidad que es tenida en
cuenta por el ordenamiento jurídico como factor determinante de la situación o posición de la comunidad y de su
ámbito de poder, capacidad y responsabilidad.1
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Jorge Pérez López. 2016. Minoría de edad-artículo 20.2 del código penal. Las 15 eximentes de responsabilidad penal. El búho E.R.L. 68. Lima,
Perú. Gaceta Jurídica.
edad al momento de realizar la conducta considerada delictiva, se les reconoce su capacidad de imputabilidad
específica, condicionada y diferenciada en referencia al hecho cronológico de la edad y al propio desarrollo
del proceso formativo del menor.
Por lo tanto, tenemos que aquellos adolescentes cuya edad se encuentre entre los 14 hasta antes de cumplir 18
años, ostentarán la capacidad de imputabilidad específica, condicionada y diferenciada; lo cual les permitirá
ser destinatarios del sistema penal juvenil; y al margen que no puedan ser procesados, juzgados o sancionados
como adultos, existirá la posibilidad de someterlos a un proceso específico por infracción a la ley penal, donde
al comprobarse su responsabilidad, se les aplicará alguna de las medidas socioeducativas reguladas en el
Código de los Niños y Adolescentes, que comprende desde una simple amonestación hasta la privación de la
libertad a través del internamiento en un centro juvenil.
El sustento de nuestra práctica se encuentra en el artículo 197 del Código de los Niños y Adolescentes, el cual
autoriza el traslado automático de los infractores que cumplen 18 años de edad a un centro penitenciario para
adultos.
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Rocio Bendezú Barnuevo, Eva Johanna Erzo Saro, Erick Guimaray Mori, Elky Alexander Villegas Paiv, Jorge A. Perez Lopez, Ariana Bassino
Balta, Branko Slavko Yvancovich Vásquez, Juan Humberto Sánchez Cordova, Pery Velásquez Delgado. 2014.Tratamiento de la responsabilidad
del adolescente infractor. El búho E.I.R.L. 30. Lima, Perú. Gaceta Jurídica
Menores delincuentes con trastorno antisocial de la personalidad: una de las principales
causas de este trastorno es la ausencia o la figura distorsionada de la madre, aunque también
puede existir cierta disfuncionalidad del rol paterno, pues según algunos trabajos, el crecer
sin padre o madre acarrea al niño nocivas consecuencias que afectan al campo de la
delincuencia.
Menores delincuentes con reacción de huida: son menores psicológicamente débiles y que
en lugar de responder a la agresión eligen escapar. Ese alejamiento les hace propicios al
reclutamiento por parte de los delincuentes, que los escogen para llevar a cabo acciones
simples pero de gran riesgo.
c) Personalidades normales afectadas por situaciones disfuncionales
Aquellos que cometen simples actos de vandalismo.
Los que cometen pequeños robos o fraudes por motivos de autoafirmación personal frente a
compañeros.
Los que cometen delitos contra el patrimonio o la indemnidad sexual por puro placer.
Los que delinquen para satisfacer meras apetencias consumistas.
5. FUNDAMENTOS DE LA EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD PENAL EN LOS MENORES DE EDAD
En nuestra legislación, hasta los 18 años de edad se opta por una presunción de ausencia de las referidas
competencias deonticas para todo el ámbito penal, esto significa asumir en el menor una incapacidad de
culpabilidad, en la forma de ficción o presunción de derecho in bonam partem de que los menores carecen del
discernimiento necesario para ser considerados responsables penalmente.3
El discernimiento es un concepto proveniente del Derecho francés, que entiende su falta como el resultado de la
inexistencia o insuficiencia en el sujeto de elementos intelectuales (capacidad de comprender), morales o de juicio
(capacidad de valoración) y volitivos (capacidad de poner en obra las valoraciones y comprensiones).
Para la doctrina dominante, lo que se presume en el artículo
20.2 del Código Penal es la falta de asequibilidad normativa del menor de 18 años.4 A esa edad una persona
no tendría la capacidad de comprender la ilicitud del acto o de determinarse conforme a ella, por cuanto la
inmadurez o desarrollo incompleto de su personalidad (psíquico y psicológico) no lo permitiría.
Otro fundamento señala que los menores de edad carecen de capacidad de culpabilidad al tratarse de
personas de insuficiente desarrollo mental.5 En la medida en que la noción de imputabilidad está asociada a la
capacidad de comprensión de la antijurícidad del comportamiento, surgen como conclusiones evidentes que no es
posible afirmar que carecen de esa capacidad todas las personas que no han alcanzado una determinada edad; y
que tampoco es razonable predicar que esa aptitud es adquirida al mismo tiempo por una persona, respecto de
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Jorge Pérez López. 2016. Minoría de edad-artículo 20.2 del código penal. Las 15 eximentes de responsabilidad penal. El búho E.R.L. 70.
Lima, Perú. Gaceta Jurídica.
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Jorge Pérez López. 2016. Minoría de edad-artículo 20.2 del código penal. Las 15 eximentes de responsabilidad penal. El búho E.R.L. 70. Lima,
Perú. Gaceta Jurídica.
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Jorge Pérez López. 2016. Minoría de edad-artículo 20.2 del código penal. Las 15 eximentes de responsabilidad penal. El búho E.R.L. 71.
Lima, Perú. Gaceta Jurídica.
cualquier hecho punible, pues el sentido social disvalioso de un daño o un hurto, por ejemplo, puede ser apreciado
mucho antes que el de una defraudación fiscal.
Otros autores consideran que el fundamento de la exención de responsabilidad penal en los menores se funda en
valoraciones político-criminales. En el Derecho Penal moderno: los ilícitos de un menor de edad no conmoverían
la conciencia jurídica colectiva e imponerles sanciones criminales resultaría preventivo-especialmente
contraindicado, siendo más adecuado en orden a la prevención de delitos y protección de la sociedad aplicarle a
las menores medidas socio-educativas o de protección). Esto quiere decir que político-criminalmente resultaría
más adecuado el tratamiento educativo específico que el puro castigo.
Esta eximente también puede admitirse como un criterio generador de seguridad jurídica y una guía eficaz de
la actividad jurisdiccional (función orientadora de la seguridad jurídica).6 Dicho fundamento garantizaría a los
menores de edad, y a los miembros de la sociedad en general, el desarrollo de su personalidad en forma normal y
plena sin amenaza alguna (función de realización de la seguridad jurídica), sin la incertidumbre que pudiera
generar la posibilidad latente del sometimiento a menores al sistema penal.
6. LAS DIFERENCIAS EXISTENTES ENTRE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES Y
LA RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADULTOS
Según Ornosa Fernández la exigencia de un proceso diferenciado respecto a los adultos “no es obstáculo que el
proceso de infracción de la ley penal deba considerarse de carácter penal, por su propia naturaleza y aplicación de
los principios, derechos y garantías previstos en el ordenamiento jurídico”7
Ornosa señala que es aconsejable que el menor conozca que estamos ante una justicia penal que, con todas sus
especialidades, le va exigir- en caso de acreditarse su participación en los hechos imputados- responder ante la
sociedad por la infracción a la ley penal a través de una medida socioeducativa.
No es adecuado tratar a los menores de manera idéntica que a los adultos pues el adolescente infractor es una
persona que se encuentra en desarrollo que aún no ha tenido tiempo para interiorizar a plenitud las normas que
rigen la sociedad en que vive.
En el artículo 5 inciso 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: Cuando los menores puedan ser
procesados, deben ser separados de los adultos y llevados ante tribunales especializados, con la mayor celeridad
posible, para su tratamiento.8
Establece la ineludible necesidad que los niños acusados de infringir leyes penales sean sometidos a un sistema
especializado de justicia; lo cual no significa que los adolescentes infractores sean incapaces de discernir y que
por lo tanto resulten irresponsables, sino que la reacción social frente a sus actos ilícitos no debe ser
exclusivamente el castigo, sino que sobre todo se debe promover su real rehabilitación para cumplir un papel
constructivo y productivo en la sociedad.9
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Jorge Pérez López. 2016. Minoría de edad-artículo 20.2 del código penal. Las 15 eximentes de responsabilidad penal. El búho E.R.L. 72. Lima,
Perú. Gaceta Jurídica.
7
Ornosa Fernández, María Rosario. Ob. 99.
8
Convención Americana sobre Derechos Humanos. 5
9
Unicef. ¿Qué es un sistema de justicia penal juvenil. En https://www.unicef.org/argentina/temas/justicia-penal-juvenil
En todo caso, si procediéramos a juzgar y sancionar a los menores de 18 años de modo similar que a los adultos,
haciéndolos responsables de delitos, susceptibles a la privación de libertad por largos periodos y a penas drásticas,
también deberían estar facultados para ejercer plenamente sus derechos políticos como elegir a los gobernantes,
participar en asuntos públicos mediante referéndum, iniciativa legislativa, rendición de cuentas, remoción o
revocación de autoridades y gozar de plena capacidad de ejercicio que les permita realizar diversos actos jurídicos
relevantes tales como transferir o gravar inmuebles que se encuentren dentro de su esfera patrimonial, contraer
matrimonio sin necesidad del asentimiento de sus padres, otorgar testamento, etc.; contrariamente seria legislar
para perjudicar el estatus jurídico de los niños y adolescentes.
Consideramos también que los adolescentes al ser juzgados y sancionados como adultos, lejos de conseguir un
tratamiento de rehabilitación o reinserción adecuado conforme a su estado de desarrollo, se verán expuestos a
circunstancias que son altamente perjudiciales para su desarrollo. Esto los hace vulnerables ante terceros que, por
su calidad de adultos, pueden abusar de su superioridad; los delincuentes más experimentados potenciarían el
perfil criminal de los adolescentes, quienes asimilarán las conductas indebidas y vicios propios de adultos
dedicados a delinquir de modo que al quedar en libertad, habrán profundizado sus tendencias antisociales y
criminales, representado un peligro mayor para la sociedad, pues el encierro a edades muy tempranas solo posterga
el problema para luego restituirlo potenciado.10
Asimismo, es de tomar en consideración que los adolescentes al ser juzgado y sancionados como adultos, lejos de
conseguir un tratamiento rehabilitación o reinserción adecuado conforme a su estado de desarrollo verán expuestos
a condiciones inhumanas fomentadas por el hacinamiento y abuso de personas más fuertes, situaciones que
inclusive han enfatizado por la corte Interamericana de Derechos Humanos en fundamento 175 del Caso Instituto
de Reeducación del Menor vs. Paraguay, donde dejó constancia expresa de los citados peligros al mencionar que
en diversas oportunidades algunos internos fueron trasladados como castigo o por necesidad del Instituto a las
penitenciarías de adultos y compartían espacio físico con estos, situación que exponía a los niños a circunstancias
que son altamente perjudiciales para su desarrollo y los hace vulnerables ante terceros que, por su calidad de
adultos, pueden abusar de su superioridad" y en fundamento 136 del Caso Bulacio vs. Argentina indico "para
salvaguardar los derechos de los niños detenidos, especialmente su derecho a la integridad personal. Es
indispensable que se los separe de los detenidos adultos.
7. JURISPRUDENCIA
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Rocio Bendezú Barnuevo, Eva Johanna Erzo Saro, Erick Guimaray Mori, Elky Alexander Villegas Paiv, Jorge A. Perez Lopez, Ariana Bassino
Balta, Branko Slavko Yvancovich Vásquez, Juan Humberto Sánchez Cordova, Pery Velásquez Delgado. 2014. Tratamiento de la responsabilidad
del adolescente infractor. El búho E.I.R.L. 39-40. Lima, Perú. Gaceta Jurídica
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL PERMANENTE
A
la imposición de una pena por debajo del mínimo legal, ni una regla de
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RECURSO CASACIÓN N.O 308-2018/MOQU
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FUNDAMENTOS DE HECHO
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RECURSO CASACIÓN N.O 308-2018/MOQU
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SÉPTIMO. Que cerrado el debate, deliberada la causa en secreto ese mismo día,
de inmediato y sin interrupción, y producida la votación respectiva, se acordó
por unanimidad pronunciar la correspondiente sentencia de casación en los
términos que a continuación se consignan y darle lectura en la audiencia
programada el día de la fecha.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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RECURSO CASACIÓN N.O 308-2018/MOQU
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TERCERO. Que el artículo 45-A, segundo párrafo, del Código Penal, según la
citada Ley 30076, estipuló que (1) la pena se determina dentro los límites
fijados por la ley -el principio de legalidad penal impone esta consideración
previa-, para lo cual el juez debe atender (2) a la responsabilidad y gravedad del
hecho punible cometido, en cuanto no sean específicamente constitutivas del
delito o modificatorias de la responsabilidad, sin perjuicio de tomar en cuenta
(i) las carencias sociales que hubiese sufrido el agente y su rol social, así como
(ii) su cultura y costumbres y (iii) los intereses de la víctima, como reza el artículo
45 del Código Penal, según la referida Ley 30076.
∞ Cabe apuntar, respecto de este último punto, que el encausado Manchego
Juárez tenía secundaria completa y se dedicaba al oficio de conductor de una
combi, mientras que la agraviada era hija de familia y cursaba estudios de
secundaria en un colegio de la ciudad de Moquegua. Ambos son de origen
humilde y citadinos.
CUARTO. Que el delito perpetrado por el encausado Manchego Juárez está
previsto en el artículo 173, primer párrafo, numeral 2, del Código Penal, según
la Ley 30076, de diecinueve de agosto de dos mil trece -ley vigente cuando se
cometió el delito-. La pena que establece es no menor de treinta años ni mayor
de treinta y cinco años de privación de libertad.
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DECISIÓN
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RECURSO CASACIÓN N.O 308-
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