Vous êtes sur la page 1sur 17

\,

€- e e /
o o
() ';t.
"',,,;;,wwox•IWIIWIOWIWWWWWOO OWIOOWWWWWWOOIWIWWOOWI
~~Ml:M:IMMMOOOOMMMMM ~lMfMMMMOOMIIMfMMMOOOO~
6
Teoría de la solución
Aunque. a nuestr�iar de: entieyjstas centradas en la
soll!_�i§Q)Q.denominamos."mapa" -porque se parece a un mapa-es
más adecuado llamarlo teoría. 1 Esta teoría de la solución la elaboramos
dentro de las condiciones de la esfera de acción utilizando los métodos
descriptos en los capítulos anteriores, y se basa en el inventario de
semejanzas y diferencias presentado en nuestras descripciones de las
entrevistas terapéuticas en el CTFB. La teoría incluye un conjunto simple
de proposiciones utilizadas como principios de descripción para un
modelo de terapia breve centrado en la solución. La teoría, o mapa. es
un intento de describir lo que hacemos y no de prescribir lo que se debe
hacer. aunque el mapa ( representación de la teoría de la solución) puede
utilizarse como árbol de decisión siempre que el usuario recuerde que
.AY
el mapa no es eI·territorio. Grmt.12-�de lg,.q�cede en ug�_§_esi(m 1ft
.· . d�terminada tal . �z_..n o . .est,,tinc;l,yigp e:n �l m_�pa, es . decir, no hay
• ·•· ·. . qescriR2i9n.4fEiP!Ocec.iimientos_ que resultarían útiles fo, búsqueda en
.·> -��:���i��nes. Eo;tc tipo de descripción se encuentra en otros capítulos
·. · . .· · ·. en los que se examinan en detalle las secciones del mapa .
Las teoría,; y los mapa-; son bastante parecidos en muchos sentidos
. . · ·.
importantes. Al igual que en el caso del mapa, el propósito de la teoría no �
es afirmar algo acerca del dominio sino más bien presentarlo de modo
· perceptible. Las afirmaciones llegan en las explicaciones o descripciones
·
. · del mapa, o sea en el pensamiento teórico. Al igu al que en el mapa, la
. .. < teoría contendrá elementos que no son empíricos ni pragmáticos. Pero de
< < ningún modo constituyen afirmaciones sino que más bien pertenecen al
· ·. •. · · · aparato utilizado para representar el dominio. Todos los "hechos", "da•
l. Con frecuencia 1� terapeuta,; de familia utilizan el término "teoría" en forma bastante
irriprecisa. Al pen,;amíemo teórico como el de Del! (1985 ), Keeney (1983) y Tomm (1984)
· habría que denominarlo más bien metateoría o epistemología y no temía. Esta obra,aunque
.. . tiene su valor como pensamiento acerca de la terapia, carece de la especificidad necesaria
.·.·•· .•· ·.•••como para qu� se la considere teoria.
/
·. · .

103
tos","estructuras" y "leyes" que constituyen elementos de la teoría
son un montaje de descripciones, o de formulaciones o de construc-
ciones: interpretaciones. No existen "hechos", ni "datos", ni "estruc-
turas" ni "leyes" en sí; sólo existen montajes. En sentido estricto, sólo
existe siempre la construcción o la interpretación.

Lectura del mapa


En la parte superior del mapa se encuentran descripciones codifi-
cadas de tres tipos de relaciones que resulta útil distinguir entre sí.
Lamentablemente, parece que los códigos le ponen un rótulo a los
clientes en lugar de denominar la interacción entre terapeuta y cliente.
Pero así son los mapas: a menudo se usa un punto para representar a
San Francisco y, como todos sabemos, no hay ningún puntillo en esa
ciudad. Los nombres codificados que reciben estas relaciones sólo son
modos utilizados para representar una parte del dominio que abarca la
teoría. A medida que se desarrolla una sesión terapéutica, particularmen-
te en el caso de una primera sesión, el terapeuta y el cliente construyen
una relación basada en la tareas que están realizando. Malinterpretar
esa relación o describirla en forma equivocada rápidamente puede
llevar a diversos tipos de problemas. Por ejemplo, decirle a una madre
que deje a su hijo en la escuela aun cuando el niño esté llorando
probablemente no constituirá una intervención útil si la madre cree
que es el niño el que necesita conseguir que ella se quede en la escuela
y que ella, la madre, no necesita hacer nada para que eso ocurra.

Modelos de relación terapeuta-cliente


Como resultado de la entrevista se desarrollan diversos tipos de
relaciones entre terapeuta y cliente .y resulta útil explicar que se
dividen en tres grupos. El término general "cliente" se aplica a
"visitantes", "demandantes" y "compradores" por igual. Sería un
error equiparar esta distinción con atribuciones de "motivación" o
"disposición para la terapia" o cualquier otra característica del clien-
te. Los "visitantes" deben tener a alguien a quien visitar, los "deman-
dantes", alguien a quien presentarle una queja y los "compradores",
alguien a quien comprarle algo. Los "rótulos" están destinados ex-
clusivamente a ofrecerle al observador una descripción condensada
de la relación entre el terapeuta y su cliente.

104
EL MAPA CEN1RAL
COMIENZO:
D lvisitante?) ¿demandante?) ioomprador?)
E 1 1
s algu¡enque alguien que qulere
A tiene un hacer algo respecto
R problema de un problema
R
o CONSTRUIR UN PROBLEMA- no - - Hacer SOLAMENTE 1,1umplidos - - - (Votver al comienzo)
L
L
o 1
,;
D
E

L
1
BUSQUEDA DE EXCEPCIONES - - no- sowaoNBS
ELABORAR /
.
CONFUSAS/-.. Tarea formalizad~
VAGAS
1
delat•sest6n

A HJPQ'lEI1CAS-,.no-,. MARCO-.. DESCONSTRUIR


j ,;1 \ GIBAL dmo['O

I
A
1
D

DELIBE¡~ 1 ~~:: 1:.d~ :; CONCRITT~-~º~¿'B~~REL

J I entre excepciones y problema I FIJAR OBJETIVOS


o •
N
j FUAR
OBJIVOS
f----¡
Poner el foco en
PRESCR!BlR: PRESCRIBIR: PRESCRIBIR: algo PEQUeil'Oy
Al azar hacer, Hacer !o más _ íáeil de hacer
Hacer más de
experimentalmente
!o que funciona mbdeloque fácil de lo que
funciona podría
fum:¡onar
L-
SESJONESSEGUNDA Y SUBSIGUIENTES __j - - - - - - - - - - - - - _j
SESIONES SEGUNDA Y SUBSIGUIENTES

1COMIENZO t- ¿MEJOR?- NO- en esta segunda vez,


reformular d problema
-verificarla- sí---. DESCONSTRUIR
ejecución elmode!odel - SELECCIONAR:
odesconstni;rel modelo
del problema
de la tarea ---problema
parcial I
Una de todas
las tareas
1 conocldat
,, no atgona
o
r--
Notaf las difere.n• '"'¡'' ninguna
cias entre cambios
1 ayuda
¡
Hacer más
.
delo mismo
¡
y problema
SELECCIONAR:
tarea de
observación
SELECCIONAR:¡
tarea con
elementos SELECCIO•
aleatorios NAR:
Lno - lObjetivos cumplidos? tarea de
intecrupci6n
s~ del modelo

Conjunto de "todas 1 Conjunto de reglas para ayudar a 1


diseñar o inventar nuevas tareas C Steve de Sbazcr, BFTC., 1987
1las tareas conocida, 1

105
¿V!Sitantes?

Hay personas que no parecen tener un motivo de consulta y la


razón por la que se encuentran en el consultorio del terapeuta es
simplemente que alguien les dijo que fueran o alguien los llevó. En
esta situación la persona con el problema no debería estar en abso-
luto en el consultorio. Tal vez la persona se encuentra en libertad
condicional o dio su palabra, o bien quien lo envió a consultar al
terapeuta fue un juez, un director de escuela, un cónyuge o un
progenitor. La coerción puede ser explícita, por ejemplo, la orden de
un tribunal, o implícita, una velada amenaza de divorcio.
Puesto que no hay un problema con el que trabajar, la terapia
no puede comenzar (esta situación está fuera de las condiciones de
esfera de acción de la teoría) y por lo tanto el terapeuta comete un
error si intenta intervenir, por obvio que el "problema" pueda pare-
cerle a un observador. Con "visitantes" de este tipo, es probable que
toda intervención sea rechazada y, de este modo, a raíz del error que
comete el terapeuta al no reconocer a estas personas como "visitan-
.,J,.. tes", se establece la clásica "relación de resistencia" entre él y la otra
persona que se encuentra en el consultorio.
En un momento u otro, todo terapeuta se enfrenta con este tipo
de situación y es necesario que haga algo útil en vez de establecer
una relación conflictiva. Simplemente pensar en la situáción como
una "visita" puede resultar más pro\'echoso que pensar que tiene
"clientes involuntarios" a quienes tiene que convencer de que verda-
deramente necesitan terapia. (Por supuesto si hay un "cliente invo-
luntario", también existe el "terapeuta involuntario" que complica
toda la situación.) Es improbable que se dé la cooperación cuando
los visitantes dicen que no necesitan terapia pero el terapeuta piensa
y dice que sí la necesitan.
Por suerte, el modo en que entrevistamos puede ser útil en esta
situación y tenemos algunas pautas para indicar qué hacer.

1) Ser lo más simpático posible.


2) El terapeuta que está en el consultorio siempre está de parte
de la persona entrevistada.
3) Buscar lo que funciona en vez de lo que no funciona.

106
Si, por ejemplo, una familia se encuentra en el consultorio
porque la envió el funcionario encargado de la libertad condicional
juvenil, a menudo resulta evidente que los miembros de esa familia
se sienten agraviados por esa orden. Esto se nota especialmente
cuando los padres piensan que es el hijo el que tiene el problema y
no ellos. A veces esto puede ser un punto de partida para formular
un problema. "Tenemos encima al funcionario de libertad condicio-
nal; lcómo podemos hacer para que deje de fastidiarnos?" La terapia
se puede encarar con la idea de que le de_muestren al funcionario que
ellos no necesitan la terapia. l.Cómo se lo pueden demostrar? Sólo si
hacen cambios... y así puede comenzar la terapia. Sin embargo, este
tipo de contrato por lo común no se desarrolla en la primera sesión.
Por lo tanto, hemos descubierto que resulta útil hacerles a los visitan-
tes una serie de cumplidos pero no darles ninguna tarea al final de la
primera sesión. No es poco frecuente que alguien comente que "es
la primera vez en mi vida que un profesional me dice algo agradable".
Y así comienza a desarrollarse la adaptación y tal vez en la sesión
siguiente podrían traer un motivo de consulta viable.

¿Demandantes?

Se puede puntuar el comienzo de una conversación terapéutica


al determinar un motivo de consulta. Por más confuso, vago, global
o específico que sea, un motivo de consulta es el signo de que el /
terapeuta y los otros participantes pueden comenzar la terapia. De ✓
~2_,q_!!.e,..'.'..~111~!19.l!!!te'.' e~_e,Lr.ótulopar;,t<;Q\l.ifi¡;ªr l!na .rel.adó~ de .
t~omercial, e!JJaqueelclien.t.e.hª.desarrn)J.ª40.ªJgunaexpectativa·
~olu_s:_igi:L<;QffiQ te,§llHa.<lo <leJaentrevista. En términos generales,
la tarea por realizar es clara para todos los que intetvienen. Por
supuesto, si el terapeuta conversa con una pareja o una familia, a
algunas de las relaciones tal vez se las codifique como "visitante"
mientras que otras podrán codificarse como "demandante". Cuando
esto ocurre, el terapeuta sólo puede esperar que formen parte de la
terapia las personas que se relacionen con él como demandantes. Por
lo tanto, la distinción entre visitante y demandante sugiere que a los
demandantes se les pueden dar tareas en las que han de cooperar.
Cuando un visitante realiza una tarea, se trata de un buen resultado
imprevisto y es necesario que el terapeuta revise su concepción de

107
esa relación. A veces continuar invitando a las sesiones a los visitantes
obstaculiza la terapia o confunde a todos y, por lo tanto, sería más
provechoso invitar a la sesión siguiente sólo a los deman~antes.

¿compradores?
Cuando en el transcurso de una sesión el demandante da claras
muestras de que no sólo tiene buena disposición sino de que quiere
hacer algo respecto del problema, entonces la relación cliente-tera-
peuta se codifica con el nombre de "comprador". En esencia los
compradores se diferencian de otros demandantes exclusivamente
por el modo en que describen su situación y sus objetivos. En estas
situaciones el terapeuta puede encargar tareas conductuales con un
alto grado de confianza en que el comprador las ejecutará y las
encontrará de utilidad. Reitero, cuando el terapeuta conversa con
una pareja o una familia, algunas de las personas pueden ser "deman-
dantes" mientras que otras son "compradores" y cada tipo de relación
indica qué tipo de tarea se adapta a la situación: para los comprado-
res, tareas de conducta y para los demandantes, tareas observaciona-
les o reflexivas.
Por supuesto, en el transcurso de una serie de sesiones estas
relaciones cambian y evolucionan. Los visitantes pueden convertirse
en demandantes, los demandantes en compradores y éstos pueden
convertirse en demandantes. El modo en que describen la ejecución
de la tarea anterior es uri buen indicio. Si informan sobre la respuesta
en términos de conductas; entonces podrían resultar muy útiles las
tareas conductuales. Si informan en términos perceptuales o concep-
tuales, entonces es probable que lo más adecuado sean las tareas no
conductuales.

Desarrollo de la adaptación

Junto al margen izquierdo del mapa hay otra entrada destacada


denominada "desarrollo de la adaptación", que simplemente repre-
senta otro aspecto del dominio sin explicar de ninguna manera qué
significa. Si bien lo que hay que hacer en la entrevista para llegar a
una intervención adecuada se puede esquematizar en la forma de un
árbol de.decisión, allí no termina todo. De alguna manera el terapcu-

108
ta tiene que decidir cómo tratar a la(s) persona(s) con la(s) que está
conversando. Ya· se trate de visitantes, demandantes o compradores,
en todos los casos el terapeuta es responsable de lo que ocurra
durante la sesión. No se trata de una conversación informal como la
que uno podría tener con esas personas en un bar.
A lo largo de toda la sesión, es necesario que el terapeuta vaya
desarrollando una cierta adaptación a la(s) persona(s) que entrevista.
Este tipo de relación, aunque es temporaria y se limita a la duración
de la terapia, supone un tipo especial de intimidad, receptividad o ;L
armonía. Cuando se establece la·mlapfacioj),i todos los participantes
prestan mucha-afoncíón a lo que los otros dicen. En su forma más
-rr
extrema, el sujeto hipnotizado sólo responde a la voz del hipnotizador
(lo que se denomina "establecer rapport"). La adaptación es un
proceso recíproco en el que participan tanto el terapeuta como las
personas con las que conversa y durante el cual llegan a tenerse
confianza mutua, se prestan atención recíprocamente y aceptan la
concepción del mundo del otro comQ_y_¡\fül.~alio&aY signi('ic.atiYa...Al
aceptar la concepción del mundo del cliente el terapeuta tiene la
posibilidad de ser útil y de ayudar a resolver el problema de la manera
más sencilla y fácil posible:

Una vez hubo un paciente en este hospital que decía que


era Jesucristo. Después de hablar con él un rato sobre los
diversos dones que Dios concedió a este mundo, nos entera-
mos de que en el laboratorio se necesitaban estantes para la
biblioteca, de modo que Milton Erickson le comentó a este
paciente que sin duda (puesto que él era Jesús) había tenido
experiencia como carpintero. Entonces el paciente construyó
varios estantes y se convirtió en el factótum en el laboratorio.
(Haley, 1973)

Es mucho más fácil describir la adaptación que explicarle a


alguien cómo lograrla. Por supuesto uno de los elementos es que el
terapeuta se comporte de un modo tal que al cliente le resulte
totalmente claro que él (el cliente) tiene todo lo necesario para
resolver el problema. La única dificultad es que los clientes no saben
que saben cómo resolver sus problemas. Como muchas veces les dijo
Erickson a sus clientes: "Su mente consciente es muy inteligente y su

109
mente inconsciente es condenadamente mucho más lista que uste-
des".

una joven madre soltera llegó a la terapia a consultar sobre


las súbitas rabietas de su hija de ocho años. Después· que la
conversación se prolongó durante dos sesiones, se les ocurrió
la idea de que la madre comprara una pistola de agua y, la
próxima vez que la hija tuviera un berrinche, la madre le
pusiera la pistola en la frente. La madre y el terapeuta se
echaron a reír al pensar en la impresión que se llevaría la
niñita.
En la sesión siguiente la madre informó que había compra-
do la pistola y la había llenado. Verdaderamente estaba
dispuesta a arrojarle el chorro de agua a la hija porque las
rabietas "la tenían harta". Durante varios días la madre cargó
la pistola de agua, lista para usarla. Pero, cuando la hija hizo
un berrinche, todo lo que la madre pudo hacer fue reírse ante
la imagen mental que se Je presentó de la hija empapada. La
rabieta se disipó rápidamente, tal vez porque la risa de la
madre despertó la curiosidad de la niñita.

Cuando la madre le contó esta anécdota al terapeuta, éste se


echó a reír pensando en la imagen de la madre que se reía ante la
imagen de su hija totalmente empapada.
Dejando de lado el hecho de que la madre en realidad nunca le
lanzó a la hija el chorro de agua, la tarea fue un éxito. El terapeuta
reconoció que, cualquiera fuese el motivo o los motivos, la madre se
dio cuenta de cómo utilizar mejor esa tarea en su propia situación.
Había confiado lo suficiente en su terapeuta como para comprar la
pistola de agua y llenarla, pero luego confió en sí misma sobre el mejor
modo de usarla. Cuando existe la .adaptación, el terapeuta puede
confiar en que el cliente sacará el mejor provecho de la tarea.

A la señora Y Je resultaba sumamente difícil hacer .las


llamadas telefónicas necesarias para el buen desempeño de
su trabajo. Le gustaba lodo Jo demás relacionado con su tarea
y, en términos generales, tenía mucho éxito en su actividad

110
laboral. Pero.si hiciera esas llamadas telefónicas seguramente
tendría más éxito.
Después de que la señora Y describió cómo le parecía que
serían las cosas una vez que se resolviera el problema, el
terapeuta simplemente le dijo que "lo que ha intentado no
funcionó, de modo que, mañana, cuando vaya a trabajar, haga
algo diferente". La señora Y sonrió y preguntó: "lEso es
todo?" "Así es", le contesté.
Dos semanas después la señora Y informó que todos los
días iba a trabajar una hora antes de lo que era habitual o
necesario. No bahía sido una decisión consciente sino que
había surgido en forma espontánea. Sin embargo, como allí
no encontraba a nadie con quien charlar, no tenía nada que
hacer excepto efectuar las llamadas telefónicas. Y eso hizo.

Lo que hizo de diferente la señora Y fue algo que, en algún nivel,


ella decidió hacer. Obviamente era lo correcto puesto que funcionó
ya que la puso en la situación de hacer lo que quería y necesitaba
hacer.
M,/ ~ u e d a de excepciones le permite al terapeuta centrar la
/Y' conversación en aquellas cosas acertadas o útiles que hace el cliente
y, por lo tanto, por lo común la adaptación se desarrolla con relativa
facilidad. Evidentemente, para quien participa en una conversación
es mucho más agradable hablar del aspecto positivo de las cosas. La
adaptación puede desarrollarse rápidamente en la primera sesión si
se parte del supuesto de que el cliente va a establecer una relación
de cooperación, si se buscan excepciones y si uno se pone siempre de
parte del cliente.

Establecimiento de objetivos

{/( SeJa_\:l!i.t,!.la.,tdaptac.ión...QJ.illlQ.Q se fijan objetivos para ayudar a


determinar cómo tanto el cliente como el terapeuta se van a dar
cuenta de que el problema está resuelto. Sin este paso, sería dable
esperar que la terapia durara para siempre. De hecho, resultaría más
útil pensar en establecer modos de medir el cumplimiento del obje-
tivo en vez de fijar simplemente la meta porque, con cierta frecuencia,
el cliente es capaz de encontrar el modo de determinar que la terapia

111
ha tenido éxito y se queda más satisfecho cuando sucede algo nuevo
o diferente que no se había pensado como una medida posible del
éxito. Por lo tanto. aunque la terapia breve está centrada en el
objetivo, es mejor concebir la meta como un miembro cualquiera de
la clase de modos en que el terapeuta y el cliente se darán cuenta de
que el problema está resuelto y no como un miembro determinado
de esa clase.
El establecimiento de objetivos específicos intluye claramente
sobre el resultado (Locke, Shaw, Saari y Latham, 1981) y, en parti-
't cular. son más fáciles de lograr los objetivos que el cliente percibe
,,,j'( como alcanzabJ_¡:.s_y__gifíciles-(Bandura y Schunk, 1981; Deci, 1975;
--y:¡¡-¡Iíam y Baldes, 1975; Locke y otros, 1981) que las metas vagas o
de fácil cumplimiento. En especial cuando el problema es impreciso
y/o cuando no se han descripto excepciones, el establecimiento de
objetivos permite abrir una puerta hacia la solución.

EJEMPLO DE CASO CUATR0 1

U na joven vino a la terapia porque era "frenéticamente celosa".


Quería dejar de sentir celos y lo mismo deseaba el joven que era su
novio desde hacía tres años. En opinión de ella, a causa de sus celos
corría el riesgo de una ruptura con su novio y su deseo era casarse
con él. No pudo describir ninguna ocasión en que no sintiera celos
de los amigos de su novio (hombre o mujer), de los momentos que
no pasaba con ella y de cualquier otro interés que él tuviera además
de estar con ella.
Su primera respuesta a la pregunta por el milagro seguía basada
en su estado interno sin ninguna referencia a cualquier tipo de
manifestaciones externas. Sólo cuando el terapeuta le preguntó:
"lCómo se dará cuenta él (su novio) cuando se haya resucito el
problema de los celos?" comenzaron a aparecer algunas descripcio-
nes de conductas.

1) Si transcurriera todo un día en que ella no lo llamara. (A


veces lo llamaba 14 veces por día.) Estaba convencida de
1 En este caso la terapia se llevó a cabo sin equipo.

112
que si él la llamara con más frecuencia, ella se sentiría mejor
con la relación y por lo tanto menos celosa.
2) Si sonriera y conversara con los amigos de él en algún
contexto social en vez de enfurruñarse.
3) Si saliera a pasear con sus propios amigos en lugar de
quedarse sola en casa cuando no salía con él.
4) Los amigos de ella se darían cuenta si no les hablaba
solamente de él cuando conversaba con ellos.

En el diagrama siguiente se reproduce la parte del mapa central


utilizada para describir este caso. Por razones de claridad se .han
eliminado las partes no utilizadas.

BUSQUEDA DE EXCEPCIONES No

l SOLUCION
HIPOTETICA

Describir diferencias entre


la solución hipotética y el
problema
¡
ESTABLECIMIENTO DE
OBJETIVOS

1
PRESCRIBIR:
"Hacer lo más fácil de
lo que podría funcionar"

En este caso, la teoría puede interpretarse de este modo basán-


dose en preguntas tomadas del COMPENDIO II.

1) ¿Existe un problema?

2) ¿Existe una excepción?
No
3) ¿Existe una solución hipotética?

Entonces, describir las diíerencias entre el problema y la solución
hipotética -con lo cual también se establece el objetivo-. En estas

113
condiciones la teoría indica que el terapeuta recomiende, como tarea,
la "más fácil" o la parte mejor descripta de la solución hipotética.

(Las partes de los mapas que aparecen en el resto del lihro


muestran cómo el terapeuta y/o el equipo disciplinaron sus ohserva-
ciones de las sesiones terapéuticas concretas que describían y sirven
para ilustrar la aplicación de la teoría a ejemplos específicos de casos.)
Cualquiera de los cuatro signos siguientes, o todos, son ohjeti-
vos adecuados, es decir, modos de saber que el prohlema está resuci-
to, y ohjetivos adecuados para una tarea. Simplemente se le puede
sugerir a la joven que:

1) No llame a su novio, o
2) Sonría a los amigos de él, o
3) Salga con sus propios amigos, o
4) Cuando converse con sus propios amigos, no les hahle de él.

La posihilidad 1 no requiere ninguna cooperación de otras


personas y, por lo tanto, podría tener la primera prioridad. Las
opciones 2, 3 y 4 requieren todas un mínimo de cooperación de otras
personas y por lo tanto no son la primera opción para asignar una
tarea. La número 2 requiere que la joven salga a pascar con su novio
y que se encuentre en un contexto donde haya amigos de él, lo cual.
no le permite a ella mucho control sobre la realización de la tarea,
mientras que las números 3 y 4 dependen de que ella esté con sus
propios amigos. La opción 1, si tiene éxito, tamhién le da a la joven
la oportunidad de lograr algo que desea: que su novio la llame con
más frecuencia.
Se le pidió a la joven que eligiera "la quc,le resultara más fácil"
de la lista y, en la segunda sesión, informó que bahía decidido no
llamar a su novio. Pasó cuatro días de nervios durante los cuales hahía
comenzado a pensar que tal vez a él verdaderamente no le importaha
la relación con ella, pero al quinto día el novio llamó y salieron de
paseo. Ella se sintió mejor respecto de la relación y pensó que lo
mismo le pasaba a él. Desde que salieron al quinto día, ella no lo bahía
llamado ni siquiera una vez, pero él sí.
Una vez más se le recomendó que hiciera la "más fácil" y cuando
él volvió a llamarla otra vez ella "rechazó" su invitación y le dijo que

114
esa noche tenía pensado salir con sus propios amigos. Posteriormente
él llamó todos los días y una vez le había enviado flores.
Puesto que ella había dado una descripción tan buena de cuatro
signos que le permitirían al novio saber que el problema de celos
estaba resuelto y puesto que cualquiera de los cuatro podía ser
.. igualmente funcional, dejarla elegir la más fácil le dab~weo uoa
(
L.IJIJ'!J:'QfJi.t;.!.ltl!,S!9E d_~sg_mwl, lo cual tenía su importancia porque para
ella sus celos eran "descontrolados".
Es fácil diseñar las tareas cuando la descripción que hace el
cliente de una solución hipotética incluye suficientes detalles de
conductas (es decir, objetivos concretos y específicos) que se pueden
encargar como tareas del mismo modo que si fueran excepciones.
Cuando este uso de la técnica de la bola de cristal (Erickson,1954; de
Shazer, 1978a, 1985) incluye más de un ejemplo y todos son igual-
mente válidos, entonces el terapeuta puede indicar que el cliente
ejecute la más fácil. En este ejemplo no se excluye ninguna de las
cuatro opciones porque la nueva conducta depende enteramente de
la iniciativa o colaboración de otras personas.

Cumplidos

Cuando el terapeuta regresa al consultorio después de


haber consultado con su equipo detrás del espejo o después de haber
reflexionado solo acerca del caso, comienza los mensajes de interven-
ción con una serie de cumplidos, Se trata de afirmaciones acerca de
algo que haya dicho el cliente que puede considerarse útil, eficaz,
byeno.odivei:tido. Esto ayuda a facilitar la adaptación entre el cliente
"y el terapeuta y por ende la cooperación en la tarea que tienen entre
manos. .............--s .. ..
Muchas veces, entre los cumplidos (dela primenuesió~)l se
incluyen afirmaciones sobre la dificultad de lograr eLQbjeJiv.o.•elegido
y algunas afirmaciones, basadas en las excepciones, sobre los progre-
sos realizados para llegar al objetivo y sobre su factibilidad general.
En sesiones posteriores, con frecuencia los cumplidos se concentra-
rán principalmente en los progresos realizados para llegar a cumplir
la meta.
~ºªP..t~.cl◊n''. .CSlllJJérlTlino cualitativo que se refiere aia
relación entre el cliente y el terapeuta, el rumbo que toma la entre-
\ -...__ __,,,/
/ .

115
vista, el (los) objetivo(s ), todo lo cual contribuye a lograr. que el
presente se proyecte hacia el futuro y de este modo dar sentido a la
situación terapéutica.

Conjunto de todas las tareas conocidas


El análisis de modelos de casos (d_e Shazer, 1978b, 1979a, 1979b,
1982b, 1985; Dolan, 1985; O'Hanlon, 1987) señala la índole especí-
ficamente situacional de las intervenciones terapéuticas. Este modo
de considerar la labor permite la transferibilidad de las tareas -o del
modelo de tarea- entre problemas o síntomas o motivos de consulta •·
que varían muchísimo entre sí. Es decir, si la descripción del caso Q
incluye una excepción espontánea y lo mismo ocurre en los casos'D
y J, entonces una tarea que supone predicciones probablemente
resultará útil en el caso Q puesto que ha sido eficaz en los casos D y
1 J. Por supuesto habría que/adáptárfa fiireipáta cfut! Sib1ll .. ( ~
v_variante), pero el modelo de'llftafea{eliema) sería el mismo o por
lo menos estaría basado en los mis!J)OS principios.
en
Aquí (en el mapa}es d0ndese ponen juego la experiencia y
las lecturas del terapeuta. Cualquier tarea que algún terapeuta haya
considerado útil podría transferirse y modificarse para adaptarla a los
modelos concretos que funcionan en una situación clínica determi-
nada.

Conjunto de reglas útiles para diseñar o inventar


tareas nuevas
Los objetivos ayudan a definir el modo en que el cliente y el
terapeuta se van a dar cuenta de queJ:Lei-o~ema está resuelto. En
un sentido muy concreto y_ real, los(e~i.:tJ~!.;l~g!L'.".!JiI~.:_:.(Jue
apuntan el terapeuta y el chente y, por lo menos en la terapia breve,
las tareas son como flechas. Es decir, las tareas están destinadas a
llegar a·la meta del mis;;;~-;:;¡'octo que la flecha está destinada a dar en
el blanco. Como una flecha que se dispara con el arco, una vez que
se asigna una tarea, o bien puede cumplir el objetivo o bien no,
aunque el terapeuta y el cliente se darían por satisfechos si por lo
menos se dirige hacia el objetivo (por ejemplo, aumento de la con-
versación sobre el cambio). El terapeuta apunta hacia cualquier sitio
del objetivo mientras que el arquero apunta al centro del blanco.

116
Una vez diseñada una buena flecha, es necesario acomodarla
bien antes de poder dispararla con el arco. Del mismo modo, se puede
considerar que el diseño de la intervención comienza en verdad
durante la conversación entre el terapeuta y el cliente, y es necesario
que el terapeuta prepare el terreno para la asignación de la tarea /
durante la entrevista misma concentrándose,enJl!.fQ!)Yenmi;iónsobre
~ o . _!!u,s1:11r excep_c;iqnt!s y definir cómo darse cuenta de que el

problema se ha resuelto son dos deláSiécñi'casdéstinadas a suscitar
y estimular la conversación sobre el cambio:La eficacia de una tarea ,,
bien diseñada depende, por lo menos én parte, de lo lógica y razona-
ble que le parezca al cliente, y esta lógica se construye en la conver-
sación sobre el cambio que se lleva a cabo durante la sesión.

Pautas generales

1) Advertir qué tipos de cosas hace el cliente que sean buenas, útiles
y eficaces.
2) Tomar nota de las diferencias entre lo que ocurre cuando aparece
alguna excepción y lo que ocurre cuando aparece el problema.
Fomentar el primer caso.
3) En lo posible, conseguir descripciones de las excepciones paso por
paso.
a) Descubrir lo que funciona, y/o
b) descubrir lo que ha funcionado, y/o
c) descubrir lo que podría funcionar, y entonces
d) recomendar lo más fácil.
Si algunos aspectos de la excepción (o del problema) son de alguna
manera aleatorios, entonces
e) incluir algo arbitrario o dejar algún lugar para el azaren la tarea.
4) En caso necesario, conseguir descripciones del problema paso por
paso.
5) Advertir las diferencias entre cualquier solución hipotética y el
problema.
6) Imaginar una versión resuelta de la situación problemática por
medio de:
a) hacer excepciones a la regla,
b) cambiar la localización del modelo del problema,
c) cambiar a quienes participan en el modelo del problema.

117
d)cambiar el orden de los pasos dados,
e) agregar un nuevo elemento o paso al modelo del problema,
t) aumentar la duración del modelo,----~
g) introducir comienzos y finalesfbitrarios,) /
h) aumentar la frecuencia del modeló,
i) cambiar la modalidad de la conducta problemática.
7) Decidir qué será lo adecuado para el demandante/comprador,
es decir qué tarea, basada en qué variable ( desde a hasta i)
tendrá sentido para un determina_do cliente. i.Cuál es la que más
probablemente ~eptari\:,éÍ demandante? i.Cuál es la que
más probablemente'tj&yt~rá el,s:omprádor?
Por ejemplo, si una páreja Ueñe un problema común, hay que
darles una tarea común, de cooperación. Si sólo uno de los miem-
bros de la pareja trae el problema como comprador, darle al
"comprador" una tarea que implique hacer algo y a la otra persona
una tarea de observación.

En los capítulos que siguen se utilizarán ejemplos de casos para


ilustrar los diversos. rumbos que se muestran en el mapa central de
esta teoría de la solución. En los mapas fragmentarios del mapa
central se pondrán de relieve los senderos para ayudar a distinguir
entre las diversas opciones.

'1

118

Vous aimerez peut-être aussi