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Hablar de José Consuegra Higgins es introducirse en un mundo apasionante de amor a la

intelectualidad, con una marca muy particular, la “sencillez y la vocación de servicio”. Quienes le
conocen le admiran y quienes han compartido parte de su vida con él, le aman y le profesan una
admiración reverencial. Pero como diría el Maestro, en tres actividades importantes incursionó en
su vida y en las tres cumplió, como Economista, Docente y Periodista de importantes diarios a
nivel nacional e internacional como El Nacional de la vecina República de Venezuela. Pero sin lugar
a dudas la docencia se convertiría en la gran pasión que movería gran parte de los hilos de su vida,
actividad en la que recibiría el apoyo constante de su gran amor doña Anita, a quien menciona
incesantemente en cada una de sus obras, su Dulcinea y compañera de andanzas. Así laboró como
docente de importantes universidades a nivel nacional y escribió uno de sus principales libros, La
planeación en Colombia, convirtiéndose en pionero en el tema, obra que le abriría el camino para
ser Director de Planeación Regional durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo. Los expertos
en el tema le califican como el padre de la planeación nacional en Colombia. Luego de su excelente
labor en Planeación Nacional llega a la Universidad de Cartagena como Decano de la Facultad de
Economía y tras una interesante recopilación de las conferencias escritas para las clases a sus
alumnos, nace el libro Apuntes de Economía Política, y posteriormente en 1966 nace la Revista
Desarrollo Indoamericano. Como designio del destino fue nombrado Rector de la Universidad del
Atlántico, a petición de los docentes y estudiantes, institución a la que llegaría dejando una huella
imborrable, apartándose del tradicional manejo de la Universidad y centrando sus esfuerzos por
brindar calidad educativa a los alumnos, fomentando el amor por los libros, facilitando su
adquisición e invitando a importantes conferencistas a nivel nacional e internacional a departir con
los alumnos del Alma Mater. Pero todo aquello no le gustó a la clase política de la época
acostumbrada al manejo burócrata de las instituciones y se fraguaron tretas para provocar su
salida del Alma Mater, aún por la fuerza. Pero como en medio de las dificultades surgen las
grandes oportunidades y en eso también es un Maestro José Consuegra, con la fortuna de contar
con grandes amigos y una esposa incondicional, reunió a un grupo de ideólogos intelectuales que
compartían la misma visión de vida y se la jugaron al crear una universidad para el pueblo, una
casa de estudios para la formación de los jóvenes de escasos recursos de la ciudad y la región
Caribe; así nace la hoy llamada Universidad Simón Bolívar, como un pensamiento altruista de sus
gestores.

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