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Teorías alternativas de la tasa de interés

De acuerdo con Kregel, la teoría de Keynes es una teoría monetaria de la tasa de interés y
una teoría de la preferencia de la liquidez de los precios de los activos (Kregel, 1988). El
precio de demanda de los bienes de capital es determinado por la eficiencia marginal del
capital, mientras que el precio de oferta es determinado por el sistema de precios de producto
actual. Es la eficiencia marginal del dinero (o la prima requerida para equiparar la demanda
y oferta por atesorar) la que establece la norma a la cual el rendimiento de todos los activos
debe gravitar. Si la oferta por atesorar aumenta, la eficiencia marginal del dinero (la tasa de
interés) tiende hacia abajo (para igualar la oferta y demanda), el cual disminuye el estándar
que deben cumplir otros activos. Esto induce la inversión incrementado el precio de demanda
del capital por encima del precio de oferta y incrementando el numero de proyectos para los
cuales la eficiencia marginal del capital excede la tasa de interés. Alternativamente, si la
preferencia por la liquidez cae, la demanda por dinero y los activos financieros altamente
líquidos caen, bajando el retorno de los activos financieros en relación con los activos físicos.
Nuevamente, la inversión aumentará hasta que la eficiencia marginal del capital se reduzca
a la nueva y más baja rentabilidad del dinero y los activos financieros líquidos.

Boulding (1944) reconoce la teoría de la preferencia de la liquidez de Keynes es una teoría


del precio de los activos mas que una simple teoría sobre el dinero. La teoría general de
Boulding del precio de los activos se inicia con el supuesto que los individuos prefieren
mantener una porción de sus portafolios en la forma de dinero, el cual él llama la relación de
liquidez preferida, y una porción en la forma de activos. Para simplificar las cosas, iniciamos
con un modelo de dos activos en el que los individuos mantienen dinero y bonos. Se asume
que los bonos son los pagares emitidos por entidades no bancarias en los mercados primarios
y secundarios. Los bancos prestan creando dinero al comprar bonos. No hay dinero en
circulación en este modelo simple, de modo que las reservas de un banco consisten
únicamente en los pasivos monetarios emitidos por otros bancos. Para simplificar las cosas,
se asume que el precio de los bonos existentes es igual al precio de los bonos nuevos. Esto
sería posible si todos los bonos tuvieran el mismo vencimiento, lo que implica que estos
bonos son "controles" (es decir, estos representan "préstamos de solo intereses). Otra
simplificación, los bonos son emitidos en una denominación estándar, por lo que cada uno
pagan un cupón anual uniforme.

Cada individuo desea mantener una fracción de la riqueza en forma de bonos:

𝑃𝑏 𝐵
𝑅𝑏 =
𝑀 + 𝑃𝑏 𝐵

𝑅𝑏 es la proporción de la riqueza total (valuada nominalmente) mantenida en forma de bonos.

Similarmente, la relación de líquidez deseada para cada individuo es:

𝑀
𝑅𝑚 =
𝑀 + 𝑃𝑏 𝐵

Donde 𝑅𝑚 es la porción de los activos totales mantenidos en forma de dinero. La relación de


liquidez deseada en Boulding se puede tomar como una medida de la preferencia de liquidez.
En el agregado 𝑅𝑏 y 𝑅𝑚 deben sumar la unidad. Además, 𝑃𝑏 deben ajustarse debe ajustarse
para garantizar que las cantidades agregadas de dinero y bonos se mantengan en carteras.

Si resolvemos (1) y (2) para el precio:

𝑀 𝑅𝑏
𝑃𝑏 = ( ) ( )
𝐵 𝑅𝑚

Por supuesto, el precio del bono representa implícitamente la tasa de interés de los bonos. Si
dividimos el cupón anual entre 𝑃𝑏 , obtenemos la tasa de interés anual pagada al bono
comprador.

Si la cantidad de bonos y las proporciones deseadas de bonos y dinero a activos totales se


mantienen fijas, el precio de los bonos y la tasa de interés seria de echo una función directa
de la cantidad de dinero. Alternativamente, si la oferta de dinero se mantiene fija, entonces
solamente la preferencia por la liquidez puede determinar las tasas de interés y el precio de
los bonos. Esto se puede llamar vista ingenua keynesiana, en el cual la oferta de dinero fija y
la preferencia por la liquidez determina las tasas de interés.

Esto se puede extender para permitir que todos los elementos de la identidad varíen. Con el
fin de hacerlo es útil separar los factores de “determinación del precio” de los factores de
“determinación de la cantidad” detrás de la identidad. Podemos asumir que cada individuo
puede ser un oferente de bonos (uno que vende bonos o emite pagares) o un demandante de
bonos (prestador) dependiendo del precio de los bonos. Sea el “precio nulo”, que significa el
precio al cual los deseos de los individuos no consisten en ni comprar ni ofrecer bonos. A un
mayor precio, los individuos ofrecerán bonos (emitir nuevos bonos o vender bonos
existentes), mientras que los bonos serán demandados a cualquier precio debajo del precio
nulo. Dado una cantidad fija de bonos la cantidad de equilibrio intercambiada de bonos
depende de una diversidad de precios nulos entre los individuos. La cantidad de bonos
intercambiados será igual a la suma ponderada de las desviaciones de los precios nulos
individuales del precio de mercado. Si todos los individuos tienen el mismo precio nulo, no
se puede realizar negociación. De esta manera, la diversidad de precios nulos es el factor
determinante de la cantidad.

Por el otro lado, el factor determinante del precio es “la voluntad general a comprar”, o el
nivel de precios nulos. Si los precios nulos de los individuos uniformemente aumentan, la
cantidad de bonos intercambiados permanecerán sin cambios, mientras el precio de los bonos
aumenta. De echo, la disposición general para comprar esta relacionada con la preferencia
por la liquidez y la oferta de dinero; si la preferencia por la liquidez cae o la oferta de dinero
aumenta, el precio de los bonos se incrementa.

Si permitimos que la cantidad de bonos se intercambie a medida que se emiten nuevos bonos,
entonces será mayor la diversidad de precios nulos, cuanto mayor sea el volumen de bonos
emitidos a medida que aumentan los préstamos y los préstamos.

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