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Jurisprudencia:

La Manipulación Mental

Se ejerce a través de la influencia directa o indirecta que por parte de un progenitor,


los parientes, tales como: abuelos, tíos, primos, amigos cercanos en contra del otro
progenitor; tal influencia usualmente es nociva y negativa. Entre las tácticas
empleadas están los comentarios despectivos, el énfasis de las desventajas
laborales, la crítica negativa y malintencionada, la burla, entre otros, orientados
a movilizar al menor o hijos en dirección a lo que desea el manipulador o
manipuladores

Esta influencia es una forma de violencia, supone el desconocimiento del valor del
menor y lo hace víctima como ser humano, condiciona conceptos, limita su libertad,
su autonomía, como también, altera el derecho a tomar decisiones de su propia vida
y de sus propios valores. La manipulación mental también comprende el chantaje
afectivo.

La manipulación mental ejercida por cualquiera de los dos progenitores hacia el


menor, afecta, la percepción del si mismo, la motivación, los procesos de
identificación, de tipificación sexual, los conceptos, los roles, la respuesta social,
como también el correcto funcionamiento del organismo. Usualmente el menor se
encuentra en clara desventaja, es quien recibe toda esta influencia, su participación
es mínima, so pena de que el manipulador o maltratante no acepte su opinión; en
consecuencia, el hijo o hijos adquieren actitudes experienciales de temor, duda,
miedo. No todos los niños son igualmente permeables en su comportamiento,
algunos lo hacen manifiesto pero otros reprimen sus sentires, opiniones, miedos y
otros reaccionan somáticamente.

El maltrato psicológico por manipulación mental o por acoso psicológico, o por


algún modo de Agresión Pasiva, hace que la víctima afecte negativamente sus
respuestas.
SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

En 1985, el psiquiatra estadounidense Richard Gardner, quien había participado


como perito en numerosos juicios de tenencia, creó la teoría del síndrome de
alienación parental para referirse a lo que describe como un desorden psicológico
en el cual un niño, de forma permanente, denigra e injuria a uno de sus progenitores.
Bien lo definen Bouza y Pedrosa cuando refieren que el síndrome «se define por el
hecho que un padre ejercer la tenencia y obstruye o impide el vínculo del hijo con el
otro padre y construye una relación abusiva en la cual, paradójicamente, la víctima
infantil es el verdugo»[5]. PEDROSA, Delia y José BOUZA. (SAP) Síndrome de
Alienación Parental: Proceso de obstrucción del vínculo entre los hijos y uno de sus
progenitores. Buenos Aires: García Alonso, 2008, p. 95.

Por su lado, Aguilar Cuenca considera que la referida dolencia es un «trastorno


caracterizado por el conjunto de síntomas que resultan del proceso por el cual un
progenitor transforma la conciencia de sus hijos, mediante distintas estrategias, con
objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor, hasta
hacerla contradictoria con lo que debería esperarse de su condición» [6] AGUILAR
CUENCA, José. «El uso de los hijos en los procesos de separación: el síndrome de
alienación parental». Revista de Familia, N° 29, sec. Estudios doctrinales.
Valladolid: Lex Nova, 2005, p. 72

La pericia psicológica, el informe del asistente social y la entrevista del juez con el
niño, niña o adolescente tienen una importancia esencial a fin de comprobar la
existencia, total o parcial, de los ocho síntomas primarios del síndrome de
alienación parental. Por otro lado, si bien es cierto que la opinión de los menores
de edad, reconocida en el Código de los Niños y Adolescentes y en la Convención
sobre los Derechos del Niño, posee relevancia al momento de ser otorgada la
tenencia exclusiva, el juez no debe de perder de vista que muchas veces esta se
verá trastocada. Así, en la CASACIÓN 2067-2010 se estableció que no debe ser
tomada en cuenta la declaración del niño cuando se encuentra influenciada por la
alienación parental.

. Así, existirá un progenitor alienante o programador (ejerce la tenencia de su hijo),


un hijo alienado o programado (principal víctima del proceso de alienación
causado por el progenitor con quien convive) y un progenitor no conviviente o
alienado (es el que recibe los ataques constantes del hijo alienado).

EL NIÑO COMO ARMA Y COMO VÍCTIMA:


Chantajear emocionalmente a un niño es igual, o más grave, que chantajear
emocionalmente a un adulto. La edad de la víctima o la autoridad del progenitor no
invalida el hecho de que el chantaje emocional es una manipulación y una forma de
violencia emocional.
LEY Nº 30364

LEY PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y LOS
INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR

Artículo 6. Definición de violencia contra los integrantes del grupo familiar


La violencia contra cualquier integrante del grupo familiar es cualquier acción o
conducta que le causa muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico y que
se produce en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder,
de parte de un integrante a otro del grupo familiar. Se tiene especial consideración
con las niñas, niños, adolescentes, adultos mayores y personas con discapacidad.
Artículo 26. Contenido de los certificados médicos e informes
Los certificados de salud física y mental que expidan los médicos de los
establecimientos públicos de salud de los diferentes sectores e instituciones del
Estado y niveles de gobierno, tienen valor probatorio acerca del estado de salud
física y mental en los procesos por violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar.
Igual valor tienen los certificados expedidos por los centros de salud parroquiales y
los establecimientos privados cuyo funcionamiento se encuentre autorizado por el
Ministerio de Salud.
Los certificados correspondientes de calificación del daño físico y psíquico de la
víctima deben ser acordes con los parámetros médico-legales del Instituto de
Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público. Los certificados médicos
contienen información detallada de los resultados de las evaluaciones físicas y
psicológicas a las que se ha sometido a la víctima.
De ser el caso, los certificados de las evaluaciones físicas deben consignar
necesariamente la calificación de días de atención facultativa así como la
calificación de días de incapacidad. En el marco de las atenciones que brinden todos
los establecimientos de salud públicos y privados deben resguardar la adecuada
obtención, conservación y documentación de la prueba de los hechos de violencia.
Los informes psicológicos de los Centros Emergencia Mujer y otros servicios
estatales especializados tienen valor probatorio del estado de salud mental en los
procesos por violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
En el sector público, la expedición de los certificados y la consulta médica que los
origina, así como los exámenes o pruebas complementarios para emitir diagnósticos
son gratuitos. Para efectos de la presente Ley no resulta necesaria la realización de
la audiencia especial de ratificación pericial; por lo que no se requiere la presencia
de los profesionales para ratificar los certificados y evaluaciones que hayan emitido
para otorgarles valor probatorio.
Nuestro Código Penal a través del llamado delito de injuria sanciona a toda
persona que mediante palabras, gestos o movimientos corporales ofende o
ultraja a otra, lesionando su autovaloración o estimación personal o
afectando su imagen o reputación social.

Artículo 130.-Injuria
El que ofende o ultraja a una persona con palabras, gestos o vías de hecho,
será reprimido con prestación de servicio comunitario de diez a cuarenta
jornadas o con sesenta a noventa días-multa.

También sanciona el delito de calumnia consistente en la falsa atribución


de un delito a un miembro de nuestra sociedad. Se afecta el honor de una
persona cuando se le atribuye haber realizado una acción delictiva que
nunca hizo. Al igual que la injuria, la calumnia no es sancionada con pena
de cárcel, pero sí con una pena de 90 a 120 días multa.

Artículo 131.- Calumnia


El que atribuye falsamente a otro un delito, será reprimido con noventa a
ciento veinte días-multa.

Ahora bien, cuando los delitos de injuria y de calumnia son realizados


frente a varias personas reunidas o separadas, pero de manera que pueda
difundirse la noticia o el hecho o la cualidad que perjudica el honor y la
reputación de las personas, se configura una figura mas grave,
denominada difamación.

El delito de difamación, en principio, se sanciona con una pena de hasta 2


años de cárcel, o de hasta 3 años de cárcel cuando la difusión de la noticia
o del hecho o de la cualidad que afecta el honor se realiza a través de un
libro, de la prensa o de cualquier otro medio de comunicación social, como
la televisión, un canal de YouTube o cualquier otro mecanismo.

Artículo 132.- Difamación


El que, ante varias personas, reunidas o separadas, pero de manera que
pueda difundirse la noticia, atribuye a una persona, un hecho, una cualidad
o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, será reprimido
con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con treinta a ciento
veinte días-multa.
Si la difamación se refiere al hecho previsto en el artículo 131, la pena será
privativa de libertad no menor de uno ni mayor de dos años y con noventa a
ciento veinte días-multa.
Si el delito se comete por medio del libro, la prensa u otro medio de
comunicación social, la pena será privativa de libertad no menor de uno ni
mayor de tres años y de ciento veinte a trescientos sesenticinco días-multa.

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