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DOCENTE
PROGRAMA DE ENFERMERÍA
PEREIRA
2019
INTRODUCCIÓN
Las funciones de la familia están sujetas a variaciones relacionadas con los cambios
de estructura y con la etapa que atraviesa. Las correspondientes a la etapa de los
hijos pequeños son diferentes a las que se ejercen con los hijos adultos o en el
hogar de adultos mayores. Se describen distintas funciones en la familia como son:
biosocial, económica, educativo-cultural y la afectiva sobre todo esta ultima ya que
es la más idónea para proporcionar sentimientos de arraigo y seguridad, ofrecer
sentimientos de capacidad, utilidad, autoestima, confianza y apoyo social.
Para la población adulta mayor los hijos constituyen la principal fuente de ayuda.
Para ellos la ayuda prestada por su familia es la más importante. Por lo tanto, es
importante conocer cuál es el papel de la familia, las dificultades con las que se
suelen encontrar las familiares que cuidan de los mayores y qué se podría hacer al
respecto.
En la mayoría de los casos los hijos son los encargados de prestar atención directa
a los ancianos que sufren problemas de salud o un deterioro grave en su autonomía
personal. Para los ancianos parece que lo más importante es el potencial de relación
y ayuda, la conciencia de que existe una persona relevante a quien acudir en caso
de necesidad.
Esta situación, a veces, es vivida por la familia con cierta impotencia e inseguridad
ya que va acompañada de algunas dificultades: tienen que vivir bajo un mismo techo
tres generaciones y a veces las viviendas no tienen espacio ni condiciones
adecuadas para ello. Por otro lado, las ocupaciones laborales de los hijos impiden
que los padres reciban el cuidado que a ellos les gustaría proporcionarles, la
mayoría de los familiares tienen otras cargas familiares como hijos, nietos, etc.
Por otro lado, aparecen también síntomas de ansiedad y angustia, surgen dudas
acerca de si no han hecho todo lo necesario para evitar la situación en la que se
encuentra el familiar a su cargo.
OBJETIVO GENERAL
Argumentar que las relaciones con la familia son una fuente esencial de bienestar y
es la condición más importante para la calidad de vida del adulto mayor, mediante
un sistema de actividades para fortalecer la preparación de la familia en diferentes
temáticas que en ocasiones resultan difícil de afrontar, con el fin de garantizar el
adecuado cumplimiento de su labor, y evidenciar que las redes familiares y sociales
propician un envejecimiento activo para el beneficio personal y social del adulto
mayor.
DEFINICIÓN
Una familia es una fuerte cadena de experiencia humana que une a sus miembros
a través de los desafíos y las alegrías de la vida. Sin embargo, esa cadena solo es
tan fuerte como su eslabón más débil.
Es una institución que cumple una importantísima función social como transmisora
de valores éticos culturales e igualmente juega un decisivo papel en el desarrollo
psicosocial de sus integrantes. En referencia a su rol determinante para el desarrollo
social y el bienestar de sus miembros, se plantea que: « es la que proporción a los
aportes afectivos y sobretodo materiales necesarios para el desarrollo y bienestar
de sus miembros y un rol decisivo en la educación formal e informal, es en su
espacio donde son absorbidos los valores éticos y humanísticos y donde se
profundizan los lazos de solidaridad, como red social de apoyo, acrecienta su
importancia con el envejecimiento de sus integrantes de más edad, condicionados
en esta etapa de la vida por la reducción de su actividad social, lo que incrementa
para el anciano el valor del espacio familiar, que siempre será el insustituible apoyo;
pese a que con el envejecimiento la problemática familiar se complejiza porque,
entre otros factores, existe superposición de varias generaciones con diferentes
necesidades, demandas y sistemas normativos, pues sus mayores expresiones de
bienestar físico y psíquico en la vejez se encontraron siempre asociadas a una
fuerte interacción con la familia, postura que se confirmó hace más de una década.
El maltrato físico, psicológico y social no ha sido ajeno a la realidad de los adultos
mayores, en los hogares y centros asistenciales se han cometido actos que infringen
la dignidad de estas personas como amarrarlos, no cambiarles la ropa sucia, no
brindarles comida, ignorar sus necesidades y sentimientos, agredirlos físicamente,
entre otros. “En los países desarrollados entre un 4% y un 6% de las personas
mayores han sufrido alguna forma de maltrato en casa”.
Como resultado directo de la mayor longevidad de las personas, encontramos en el
ámbito familiar un considerable impacto. Es cada vez más frecuente encontrar
familias plurigeneracionales que viven juntas por períodos cada vez más largos y
que lo hacen en una misma unidad familiar. Podemos advertir como estos cambios
afectan la estructura familiar y las relaciones al interior de ellas.
Abordar el envejecimiento como proceso, demanda conocer el rol del anciano
dentro de la estructura y la dinámica familiar, la naturaleza de las relaciones con los
hijos y las formas de la solidaridad intergeneracional como un elemento fundamental
para el análisis de la calidad de vida en la senectud. Las mayores expresiones de
bienestar físico y psíquico en la vejez se encontraron siempre asociadas a una
fuerte interacción con la familia, postura que se confirmó hace más de una década.
Las ventajas de la familia en su rol de cuidadora de ancianos es señalada por tener
generalmente como objetivo mayor seguridad emocional y mayor intimidad, evita al
mismo tiempo los problemas psicopatológicos de la institucionalización:
despersonalización, abandono, negligencias, confusión mental, medicalización
exagerada y falta de afecto. Si se considera lo anteriormente planteado, se deduce
que la familia tiene un papel rector en garantizar al anciano los recursos necesarios
para una adecuada nutrición e higiene, la cual va a influenciar el devenir de un gran
número de enfermedades y discapacidades, entre ellas la demencia.
Una familia con trastornos en su funcionamiento repercute negativamente en las
necesidades y demandas que se presentan en el desarrollo vital del adulto mayor y
si éstas no son enfrentadas adecuadamente se altera, por ende, el equilibrio entre
estabilidad y cambio, produciendo rigidez y desajustes adaptativos que se pueden
prolongar por años, con gran sufrimiento para algunos miembros donde los
ancianos son mayormente afectados. En cambio un funcionamiento familiar
saludable, posibilita a esta cumplir exitosamente con los objetivos y funciones que
le están histórica y socialmente asignados por caracterizarse por su solidaridad,
responsabilidad compartida, la ayuda el respeto mutuo y las expresiones de afecto
entre sus miembros. Si no se conoce como manejar al anciano se corre el riesgo de
aumento de la morbilidad, se sufren suicidios y accidentes, puede incluso llegar a la
discapacidad.
Roles de los familiares:
Encargado de la toma de decisiones: asume la responsabilidad de tomar decisiones
importantes en momentos de crisis.
Cuidador: suministra servicios directos, vela por el individuo, lo ayuda en el cuidado
personal y el manejo de la casa
Familiar problemático: persona que se ha desvaído de las normas de la familia.
Familiar dependiente: depende de los otros miembros de la familia.
Víctima: persona cuyos derecho legítimos no se respetan y puede ser sometida a
abuso físico, emocional, social o económico por la familia.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Se caracteriza por los cambios conductuales que se relacionan con las influencias
ambientales que influyen y se reflejan positiva o negativamente en los adultos
mayores. Cada persona mayor es un individuo al cual cada experiencia vital y cada
modificación en su entorno ejercen un efecto sobre ella. Por ello, la actitud de la
sociedad ante los adultos mayores y los familiares y amigos en especial, influyen en
cómo se conceptualiza la persona y con ello, cómo vive sus últimos años de vida. La
vejez, más que un problema de salud pública es uno de carácter social y como tal
debe ser encarado.
Psicosociales:
Pérdida de la autoestima: Una de las primeras necesidades de todo ser
humano es la de sentirse aceptado, querido, acogido, útil y capaz,
reconocido, digno, perteneciente a algo y a alguien, todos ellos sentimientos
en los que se basa la autoestima.
Pérdida del significado o sentido de la vida: el vacío existencial es la neurosis
masiva de nuestro tiempo, ella se produce en el propio ser. La propia
existencia carece de significación. Esto puede desencadenar una serie de
síntomas depresivos.
Pérdida de la facilidad de adaptación: Al llegar a una mayor edad la persona
va viendo cómo los ambientes van cambiando para ella y cómo otros le son
lejanos o por lo menos le ofrecen menos interés.
La aflicción o tristeza por una pérdida: Esta clase de dolor es una respuesta
normal y saludable a diferentes tipos de pérdidas. Una puede ser la de la
pareja de tantos años, o de la salud, o del trabajo.
Insomnio: es muy común en las personas mayores de 65 años pues los
patrones de sueño cambian al envejecer. Las causas pueden ser físicas,
ambientales o de comportamiento
Estrés: Se puede presentar en la edad avanzada ante la inminencia de la
jubilación, problemas familiares, problemas financieros.
Pérdida de la Memoria: La edad va asociada a la pérdida normal de la
memoria. (Perder un objeto, no recordar nombres, fechas, o las cosas por las
que había ido a la tienda, una cita). Otra muestra puede ser la charla
repetitiva sobre un solo tema, una y otra y otra vez. La pérdida de memoria
asociada a un deterioro leve de las funciones mentales es más delicada pues
corren un alto riesgo a la enfermedad de Alzheimer.
TRATAMIENTO
Para lograr esto se podrían aplicar actitudes que le permitan al adulto mayor ser un
integrante respetado y valorado en todo momento en el marco de la familia, tener
una actitud de comprensión, aceptar a cada uno con sus cosas buenas y malas,
mostrarse prudentes, discretos y con mucho tacto en su actuar, escuchar y hablar
lo justo y necesario, cuidar de no herir, mantener una buena comunicación de
confianza y de mucho diálogo, compartir situaciones, actividades, decisiones
evitando peleas y discusiones.
Intervención sobre las familias del anciano: Además de actuar con los
mayores, es necesario hacerlo también con sus familias y cuidadores. Para
ello se pueden aplicar dos tipos de programas: uno de ellos dirigido a ofrecer
todo tipo de información (educación y entrenamiento) que les ayude a
conocer mejor al anciano que están cuidando y otro programa dirigido a
ofrecerles asistencia social y psicológica.
Recopilar una historia familiar detallada que incluya perfil de la familia (incluso
allegado que cumplan funciones familiares), roles y responsabilidades de cada
miembro, patrones de comunicación, manejo de crisis.
CONCLUSION
· Buscar grupos externos que puedan ofrecer sostén psicológico (p. ej., grupos de
apoyo) o que contribuyan al cuidado (asesoramiento, atención domiciliaria, cuidado
diurno del adulto, programas de provisión de comidas, atención sustituta
temporaria)
file:///D:/Usuario/Downloads/Dialnet-ElEntornoFamiliarDelAdultoMayor-
5497997.pdf
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1695-61412010000200016
http://www.scielo.org.co/pdf/reus/v19n2/0124-7107-reus-19-02-00152.pdf
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1684-18242011000400010
https://www.gaes.es/gaestecuida/noticias/detalle/importancia-relaciones-familiares-
tercera-edad
http://www.vejezyvida.com/importancia-de-la-familia-en-la-vejez/
https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/familia-cuidado-adulto-
mayor/
https://fiapam.org/wp-content/uploads/2013/06/Informe20132.pdf