Vous êtes sur la page 1sur 4

San Juan, Puerto Rico El futuro

LA REVISTA ahora
Domingo, 23 de Sept de 2007

¿Cómo dejar atrás


siglos de dependencia?
El futuro ahora
La sustentabilidad no es una moda. Implica la metamorfosis cabal de una
organización y el fin de anquilosadas prácticas asistencialistas.

Por Rafael A. Torrech San Inocencio

¿Cómo dejar atrás siglos de dependencia? Las organizaciones sin fines de


lucro (OSFL) de Puerto Rico proponen la sustentabilidad: un imperativo que
propone mejores y más autónomas organizaciones de servicio a la
comunidad. Y que, además, plantea alternativas a la dependencia que corroe
las organizaciones, el gobierno, los recipientes de servicios y el país en
general.

Las OSFL carecen de medios para enfrentar el encarecimiento de bienes y


servicios propios de una crisis fiscal como la actual. Su válvula de escape -la
recaudación de fondos- se complica ante la austeridad de ciudadanos y
corporaciones en tiempos difíciles. La generación de nuevas propuestas de
fondos es una solución a mediano o largo plazo, que no necesariamente
provee los recursos para enfrentar la espiral de costos operacionales que
viven las organizaciones comunitarias.

Ante la crisis fiscal, el gobierno se convierte en competencia. Ávido de


ingresos para cuadrar su presupuesto, el gobierno acapara los fondos
discrecionales disponibles, muchos de los cuales han apoyado a las OSFL en
el pasado. Los experimentos de subcontratar más servicios públicos a las
OSFL -una opción planteada por el propio Gobernador- han sido mínimos. En
general, el Gobierno ha optado por echar mano a los fondos para subsanar
sus carencias fiscales.

Como resultado, aún los programas federales diseñados para distribución


entre las OSFL enfrentan un creciente patrón de autoadjudicación a las arcas
del gobierno. Y cuando se adjudican, los angustiosos retrasos en los pagos
asfixian la capacidad operacional de las OSFL, les llevan a contraer sus
servicios, a depender de costosas líneas de crédito, y a perder a muchos de
sus mejores recursos humanos, ante la incertidumbre de si habrá fondos
para la próxima nómina.

Para muchas OSFL, este reto es una gran oportunidad de promover su


sustentabilidad para acelerar el proceso de romper con décadas de
dependencia en propuestas y asignaciones gubernamentales. Pero para ser
sustentables, las OSFL tienen que dejar atrás los paradigmas del Estado
Benefactor y asumir nuevas mentalidades en sus operaciones. Y, sobre todo,
procurar tanto la sustentabilidad de las organizaciones, como la de las
personas que reciben sus servicios.

¿Qué es sustentabilidad? Un grupo de líderes de OSFL convocados por la


Fundación Banco Popular lo definió como la capacidad de generar recursos
propios para validar en la acción la misión de sus organizaciones. En esencia,
la sustentabilidad implica apoderar el servicio de las OSFL más allá de las
prioridades de un mercado de apoyo que a menudo fomenta y perpetúa la
dependencia.

Por años, el concepto “ganancia” ha sido una mala palabra entre las OSFL.
La psicología de la pobreza subordinó a las OSFL a la dependencia pasiva del
mantengo de apoyos externos, devaluando su capacidad de generar
ingresos propios. El concepto no es nuevo: hace décadas los Hogares Crea
integraron a su terapia de rehabilitación la venta de bolsas de basura en las
calles. La Ley de Corporaciones no impide que una OSFL genere ingresos y
ganancias, siempre y cuando las reinvierta en sus operaciones sociales.
Tampoco amenaza su exención contributiva, siempre que los ingresos se
reinviertan y que éstos sean consecuentes con su misión.

La sustentabilidad se manifiesta de muchas formas. Una es el cobro de


servicios. Muchos programas, como los centros Head Start, han comenzado a
requerir aportaciones de sus beneficiarios, para propiciar su sustentabilidad,
para promover la coinversión y el aprecio del servicio por parte de sus
beneficiarios. En el ámbito federal, el “earned income” –ingresos generados
y reinvertidos en los programas como parte de sus operaciones- emerge
como una exigencia en muchos programas, tanto para allegar recursos de
pareo, como para sostener los gastos operacionales.

La sustentabilidad también implica ofrecer servicios dirigidos al “desarrollo


de haberes”. En vez de recibir y consumir las ayudas, los beneficiarios tienen
que convertirla en haberes –grados académicos, vivienda o microempresas-
cuyo valor aumente con el tiempo y que les ayuden a moverse fuera del
ámbito de la dependencia. Los micropréstamos, las cuentas de desarrollo
individual (IDA), los pareos a cuentas de ahorro, y varios programas
federales de “asset building” son algunas de sus manifestaciones. El
Municipio de Caguas ha sido pionero al proponer un ambicioso proyecto de
desarrollo de haberes que creará una cuenta de ahorros para todo recién
nacido en el municipio.

Hay múltiples beneficios para las OSFL que logran sustentabilidad. Entre
ellos, la articulación de misiones que accionen todas las capacidades
institucionales; la planificación y evaluación de servicios que respondan a
necesidades comunitarias más amplias; servicios de mayor calidad que
excedan los estándares gubernamentales; mayor eficiencia operacional y
maximización de los recursos disponibles; retención y profesionalización de
sus recursos humanos; la incorporación de sus beneficiarios como socios
involucrados en su propio desarrollo, y un rol más proactivo hacia la solución
conjunta de los problemas, entre otros.

La sustentabilidad no es una moda. Implica la metamorfosis cabal de una


organización y el fin de anquilosadas prácticas asistencialistas. Según
manifestó un prominente líder del sector en el estudio de la Fundación Banco
Popular, la sustentabilidad es un “estado mental” que tiene que permear
toda la organización. Desde su óptica religiosa, otra líder lo asemejó a una
verdadera “conversión” institucional.
Son tiempos difíciles que requieren acción creativa de parte de las OSFL. Hay
que forjar el futuro ahora, mediante organizaciones sustentables que
propaguen nuevos valores para emancipar al país de su larga rémora de
dependencia. Los nuevos modelos de sustentabilidad de las organizaciones
sin fines de lucro plantean importantes lecciones para un país que es hijo y
esclavo de su propia dependencia.

Vous aimerez peut-être aussi