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Cronología de su
construcción
Entre 1163 y 1182 se construye el coro
y su doble ambulatorio. El altar mayor
del coro está consagrado el 19 de mayo
de 1182 por Henri de Château-Marçay,
legado pontificio asistido por el obispo
Maurice de Sully.
Entre 1182 y 1190 se lleva a cabo la construcción de las últimas tres bahías de la nave,
pasillos y tribunas.
Entre 1190 y 1225 se realiza la construcción de los cimientos de la fachada y las dos
primeras bahías de la nave, que conectan las dos bahías con la fachada elevada de la galería
de los reyes.
Entre los años 1225 y 1250 se construye la galería alta y las dos torres en la fachada, la
modificación y ampliación de las ventanas altas y la disposición de las capillas laterales de la
nave entre los contrafuertes de los contrafuertes voladores.
Siglos XIII y XIV: Maestros constructores la
amplían y modifican
A finales del siglo XIII y principios del XIV, diferentes maestros constructores amplían y
modifican diferentes zonas de la gran basílica. Estos son Jean de Chelles, Pierre de
Montreuil, Pierre de Chelles, Jean Ravy, Jean the Bottle.
En concreto, las modificaciones realizadas durante este periodo fueron: la ampliación de los
brazos de los transeptos cruz norte (portal del claustro norte y rosa norte) y cruz sur (puerta sur,
roseta y sur); el arreglo de capillas del coro y cabecera entre las estribaciones; la instalación de
los grandes contrafuertes voladores del coro y del chevet de 15 metros de vuelo; y el
levantamiento de la pantalla de malla y una cerca de piedra, pensada para tallar
acontecimientos, alrededor del coro y el santuario.
Además, a mediados del siglo XVIII, los hermanos Le Vieil sustituyeron las ventanas, que era
de los siglos XII y XIII, por ventanas blancas.
Periodo revolucionario
Finalmente, en julio de 1801 se firmó un nuevo concordato y Notre Dame fue devuelta al culto
católico romano el 18 de abril de 1802.
1804: La coronación
de Napoleón I
La obra ‘La coronación de Napoleón’, fue realizada por el pintor oficial de Napoleón, Jacques-
Louis David, entre 1805 y 1808.
siglo XIX: fuertes
remodelaciones
En la segunda mitad del siglo XIX, Notre
Dame pasa por su periodo más intenso
de restauración. En 1844, el gobierno del
rey Louis-Philippe
decretó la restauración de la catedral de
París y la construcción de una
sacristía. El proyecto de restauración está a cargo de dos arquitectos: Eugène Viollet-le-Duc y
Jean-Baptiste Lassus.
- La reconstrucción de la flecha
- Reconstrucción completa del gran órgano, hoy uno de los más famosos del mundo
De hecho, el 17 de junio de 1940, Francia capitulaba frente a la Alemania nazi, y Hitler viaja a
París 11 días más tarde con el objetivo de cumplir su sueño de visitar la Ciudad de la Luz.
“Poder ver París ha sido el sueño de toda mi vida, no puedo expresar lo feliz que soy”, le
manifestaría al arquitecto Speer. No obstante, apenas mostró interés por la catedral de Notre
Dame (por suerte o por desgracia).
Su órgano, uno de
los más hermosos
del mundo
De 1990 a 1992, el gran
órgano, seguramente el más famoso
del mundo, fue objeto de una
restauración de gran amplitud llevada
a cabo por un grupo de factores del
órgano francés.
Siglo XXI:
limpieza y
unificación de la
nave y el coro
La gran campaña de limpieza de la
fachada occidental, que duró más
de diez años y que, nos
permitió admirar nuevamente esta joya de la arquitectura medieval en todo su esplendor.
En respuesta a las directivas del Concilio Vaticano II, las modificaciones de 2004, bajo el
episcopado del cardenal-arzobispo Jean-Marie Lustiger, pretendían rediseñar la meseta
litúrgica, y asociar el coro y la nave, que se convirtieron en un todo.
Pérdidas irreparables
El incidente coincide con el Día Mundial Del Arte, en honor al nacimiento de Leonardo Da
Vinci; un día negro que a partir de ahora quedará señalado en el calendario como el día en que
vimos destruirse en tiempo real la catredral gótica más famosa del mundo.
Catedral de Notre Dame de París
Breve historia
La catedral de Notre Dame se encuentra en la �le de la Cité, núcleo del que germinó la París celta
y posteriormente la urbe romana y medieval. Se sabe que este templo gótico se construyó sobre el
solar de numerosos edificios anteriores, entre ellos un templo romano dedicado a Júpiter, una
iglesia altomedieval del siglo VI con el nombre de Saint-Etienne y otra románica.
El actual edificio se edificó a partir de 1163, siendo el más notable de los edificios franceses del
Gótico Temprano.
Sin problemas de financiación, las obras avanzaron muy rápidamente, llegando a la fachada
occidental alrededor del año 1200, mientras que las torres se terminaron a mitad del siglo XIII. No
obstante las tareas constructivas siguieron avanzando hasta bien entrado el siglo XIV.
Uno de los momentos más trágicos para la catedral de París fueron los deterioros perpetrados
durante la Revolución Francesa, a las que le sucedieron las radicales restauraciones de mediados
del siglo XIX y protagonizadas por Jean-Baptiste Lassus y Viollet-Le-Duc. En ellas, además de
reconstruir y restaurar gran parte de la escultura perdida (incluso sus fantasiosas y famosas
gárgolas), se modificaron y añadieron diversas partes, entre ellas la célebre aguja del cimborrio.
Por su parte, el barón Haussmann reestructuró La �le de la citésuprimiendo todo el barrio antiguo,
aislando la catedral de Notre-Dame en el centro de un gran atrio.
Arquitectura
La catedral de Notre Dame de París en un voluminoso templo de planta de cruz latina. Presenta un
gran cuerpo de iglesia con cinco naves más capillas laterales. El ancho transepto se sitúa casi en
la mitad de la longitud de las naves y resalta poco en planta. La capilla mayor esta rodeada por una
girola de doble nave.
En cuanto al alzado, hay que decir que participa de las características de otros templos del gótico
temprano, con sus tres pisos característicos:
Siendo todo hermoso y equilibrado, hay que destacar la belleza de su tribuna, concretamente sus
esbeltos arcos y finas columnas. Sin embargo, esta tribuna se mantiene en Notre Dame por inercia
del mundo románico o por estética porque aquí ya no cumple funciones de sustentación. La razón
es que en esta catedral de París nacen los arbotantes exteriores que se ocupan de dicha función,
de apuntalar los empujes laterales de las bóvedas de la nave central.
La escultura de la seo parisina es de extraordinaria calidad dada la importancia que tuvo París en
el siglo XIII como centro del reino a donde donde acudían los mejores maestros. Aquí estaba la
corte, que poseía iniciativa artística, y fueron capaces de atraer a los mejores artistas, ya fueran
arquitectos, escultores, vidrieros, miniaturistas, etc.
Una de las primera apreciaciones que hay que hacer sobre la escultura gótica de Notre Dame es
que se encuentra intensamente restaurada.
El encargado de ello fue el famoso arquitecto y arqueólogo Viollet-Le-Duc que aplicó los radicales
criterios restauradores (en ocasiones "inventores") del siglo XIX.
Un ejemplo paradigmático de estas pérdidas sufridas por la escultura de Notre Dame es el caso de
la Galería de los Reyes, situada bajo el rosetón de la fachada occidental y en la que se
representan reyes de la Antigüedad entre columnas. Los revolucionarios, tomándolos por
monarcas modernos franceses, mutilaron las estatuas, aunque sus restos no se destruyeron sino
que fueron enterrados. Estos fragmentos se encontraron milagrosamente en los sótanos de un
banco de París en 1977 y se depositaron en el Museo medievalista de Cluny.
Cronología de la escultura
La escultura de Notre Dame de París hay que buscarla en el exterior del templo. Se ubica en las
tres puertas de la fachada occidental, en los dos hastiales extremos del transepto y en la Galería
de los Reyes antes citada.
Sin embargo, la escultura de las puertas del transepto es de época algo más avanzada (1240-
1250). Por tanto, estilísticamente es diferente a la de la fachada occidental.
Puertas de la fachada oeste
El citado tímpano tiene forma semicircular con un leve apuntamiento. Está presidido por una Virgen
Theotokos, de tradición aún románica por su hieratismo, frontalidad y ubicación del Niño en el
centro de su regazo. La Virgen está solemnemente sentada en un trono bajo un precioso
baldaquino con estructuras arquitectónicas que simbolizan la Jerusalén Celestial. A ambos lados
hay sendos ángeles turiferarios. En los extremos del tímpano encontramos la figura de un obispo y
un escriba y al lado opuesto un rey arrodillado.
Sin embargo, algunos especialistas como Alain Erlande-Brandenburg piensan que ambos
personajes pertenecen al siglo VI y por tanto a los primeros momentos del reino bajo la dinastía de
los francos. Siguiendo esta hipótesis, el rey sería Childasberto.
El registro inferior de este tímpano tardorrománico lleva el Ciclo de la Natividad, con las escenas de
la Anunciación, Visitación y Nacimiento de Cristo (María está tumbada en una cama de gran
riqueza, junto a un San José pasivo).
La parte inferior ya es del periodo gótico -del siglo XIII- y lo ocupa un friso con la historia de San
Joaquín y Santa Ana.
En el parteluz aparece la estatua del obispo San Marcelo alanceando un dragón.
Estamos ante una puerta de principios del siglo XIII, aunque hay que ser precavidos al contemplar
la belleza de sus esculturas como consecuencia de las radicales restauraciones y reconstrucciones
del siglo XIX, especialmente en la parte inferior.
Posee también tres registros. El superior es la parte menos reconstruida del conjunto al ser la más
inaccesible desde el suelo. En él aparece un Cristo Hombre con nimbo crucífero mostrando las
llagas de las manos. A ambos lados, dos ángeles portan los instrumentos de la Pasión, mientras
que San Juan y la Virgen interceden por la humanidad (Deesis). Hay que recordar que la
representación del Cristo humanizado en la escena del Juicio Final es típica del gótico y refuerza la
idea de la naturaleza también humana de Jesús y su papel no sólo como juez sino como redentor.
En el parteluz de la Puerta del Juicio Final, vuelve a aparecer la solemne figura de Cristo bajo un
doselete.
Las arquivoltas abundan en la temática del Juicio, mostrando en los extremos el mundo de los
condenados, a la derecha, y de los bienaventurados, a la izquierda. En estas arquivoltas -dadas las
posibilidades tan grandes que ofrecen su tamaño de colocar a muchos personajes- también
aparecen ángeles, patriarcas, etc.
En ellas se coloca a la izquierda el seno de Abraham, que recoge a las almas bienaventuradas que
se representan como niños.
Las partes donde aparecen los bienaventurados es ordenada, tranquila, y quizás poco expresiva.
Sin embargo, el área dedicada a los condenados tiene más movimiento porque éstos se rebelan,
con lo que se muestra más expresividad, desorden y agitación.
En las jambas se representa a un Apostolado, muy rehecho, al sufrir importantes deterioros por su
fácil accesibilidad. Cada uno tiene su atributo identificativo, que fueron la mayoría destruidos o
cambiados de sitio durante la Revolución Francesa.
En la zócalo inferior de las jambas, por ser de gran visibilidad para los fieles, fue el lugar el elegido
para colocar las Vicios y las Virtudes, los calendarios, los signos del Zodiaco. Las escenas son de
gran belleza, perfección y calidad.
Aquí el artista goza de mayor libertad iconográfica en las representaciones al ser éstas de carácter
profano, que cuando se representaban a personajes sagrados. Sin embargo, contienen una gran
carga alegórica y simbólica.
La puerta norte es una típica portada de temática mariana. Lamentablemente fue muy mutilada
durante la Revolución Francesa, y reconstruida posteriormente.
En el parteluz aparece la Virgen de pie con el Niño en su brazo izquierdo. En las jambas aparecen
santos, patriarcas del Antiguo Testamento, reyes y otro personajes. Entre ellos destaca la célebre
estatua de San Denís con su cabeza cortada sujeta por la manos. Es una escultura del siglo XIX.
Por esta puerta accedían al templo los canónigos desde el "Claustro del clero".
Es por ello que se eligió una iconografía acorde con el tipo de espectador que iba a presenciarla y
las instrucciones morales que se deseaba transmitirles.
La puerta central posee tres registros. En el inferior se desarrolla el ciclo de la Infancia de Cristo
con el habitual sentido narrativo: A la izquierda aparece el Nacimiento de Cristo (La Virgen se
encuentra tumbada en una cama con gesto sereno). Bajo el lecho está el Niño en su cuna,
flanqueado por el buey y la mula. San José se apoya en la cama somnoliento. A continuación
aparece la presentación del Jesús en el templo donde es tomado en brazos por el sacerdote
Simeón. Unas sirvientas detrás de la Virgen portan cestas con palomas como ofrenda.
Posteriormente aparece la escena de la matanza de los santos inocentes. Este episodio del Nuevo
testamento se representa muy habitualmente tanto en el románico como en el gótico, puesto que
además de lo dramático y expresivo del asunto se añade el hecho de que fueron los primeros
mártires cristianos. En el extremo de la derecha y como fin de la secuencia aparece la Huida a
Egipto.
Los registros medio y superior se aprovecharon para representar la historia del monje Teófilo de
Adana.
El nuevo abad elegido privó injustamente de su cargo arcediano a Teófilo, que agraviado y enojado
se arrepintió de su decisión. Un judío le ofreció alcanzar la mitra mediante un pacto con el diablo.
Al cabo del tiempo, Teófilo se arrepiente y con la intercesión de la Virgen consigue romper el
acuerdo.
Tan azarosa historia es esculpida en la Puerta del Clasutro de Notre Dame donde Teófilo aparece
acompañado por el judío, estrechando las manos del demonio para cerrar su pacto. También
aparece con el abad y la Virgen que le libera de su acuerdo diabólico. En el friso superior se nos
muestra sentado y rodeado de personas mientras hace público lo que le ha acontecido.
Con este relato materializado en piedra, se pretendía adoctrinar a los canónigos sobre las
tentaciones de la envidia, la corrupción y la soberbia.
En el parteluz aparece la figura de la Virgen con el Niño, cuya escultura está prácticamente
perdida.
San Esteban era el santo patrón de la ciudad y a él se dedicó la puerta sur del transepto que
comunicaba el palacio episcopal con el templo.