Hoy estamos aquí reunidos porque ha llegado el día en que
debemos despedir o dar el último adiós a un esposo, un excelente amigo o como diría el nuestro parcero TICHO, el cual hoy, Dios nuestro Padre ha decidido llevárselo al cielo. dejándonos un gran vacío al ser una persona tan joven y llena de sueños que culminaran al lado del señor, no contar con su presencia nos sumerge en un profundo dolor porque no volveremos a ver a esa persona en forma física como lo hemos venido haciendo hasta antes de su fallecimiento. Sin embargo, debemos tener la esperanza de que ahora su alma se encuentra en compañía de nuestro Señor gozando del paraíso. El al compartir en algún momento de su vida con cada uno de los aquí presentes, nos dejó una enseñanza, que la vida debe vivirse con pasión y entrega a cada instante porque esta es muy corta y dura lo que dura una canción o mucho menos. nuestros ojos derraman muchas lágrimas y es comprensible por la gran persona que hemos perdido el cual ha sido un obsequio grandioso de Dios en nuestras vidas.
Hoy hemos perdido un amigo muy valioso, una gran persona,
que siempre nos entregó todo su amor y ternura, pero debe quedarnos el consuelo que nuestro amigo ya descansa en paz en la gloria del Señor y que algún día podremos encontrarnos con él porque todos llegaremos al culmino de nuestras vidas. Demos un aplauso a nuestro hermano que ya está en la gloria de Dios. Y aunque no estés con nosotros físicamente te recordaremos y vivirás en nuestra memoria.
Adiós nuestro buen amigo, nos veremos cuando sea el
momento de que nosotros también estemos en la eternidad.