Un segundo escenario, denominado de “relleno optimizado” comprende
el cubrimiento o inmersión de las rocas de la pared del rajo susceptibles de
generar drenaje ácido. Aparte de ello, se procura sellar el fondo de la explotación para evitar descargar al drenaje subterráneo y se realizan procedimientos de tratamiento pasivo (adición de cal, caliza molida y materia orgánica) para mejorar la calidad del agua. También se recomienda considerar otras opciones de manejo, consistentes con las limitaciones del método y las condiciones prevalecientes a largo plazo. Un tercer escenario implica el relleno completo del rajo (= corta), permitiendo que el agua subterránea fluya a través de él como un componente más del sistema hidrológico, lo que implica la disolución progresiva de parte de los materiales de relleno. En este caso no quedan paredes expuestas. Sin embargo, el agua infiltrada desde la superficie , que lleva oxígeno disuelto, puede permitir su oxidación. En consecuencia, se recomienda el agregado de materiales alcalinos y orgánicos (p.ej., residuos de tratamiento de aguas negras) para reducir la acidez y generar un ambiente reductor.