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Carrera de Psicología
Seminario
Integrantes
Año: 2015
Introducción
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son infecciones que se adquieren por tener
relaciones sexuales con alguien que esté infectado. Las causas de las ETS son las bacterias,
parásitos y virus. Existen más de 20 tipos de ETS, que incluyen: Clamidia, Gonorrea,
Herpes genital, VIH/SIDA, VPH Sífilis, Tricomoniasis.
La mayoría de las ETS afectan tanto a hombres como a mujeres, pero en muchos casos los
problemas de salud que provocan pueden ser más graves en las mujeres. Si una mujer
embarazada padece de ETS, puede causarle graves problemas de salud al bebé.
Si padece de ETS causada por bacterias o parásitos, el médico puede tratarla con
antibióticos u otros medicamentos. Si padece de ETS causada por un virus, no hay
curación. Algunas veces los medicamentos pueden mantener la enfermedad bajo control. El
uso correcto de preservativos de látex reduce enormemente, aunque no elimina, el riesgo de
adquirir y contagiarse con ETS.
Algunas ITS se pueden propagar por contacto sexual cutáneo. Los organismos causantes
de ITS también se pueden propagar por medios no sexuales, por ejemplo, las
transfusiones de productos sanguíneos y los trasplantes de tejidos. Muchas ITS,
especialmente clamidiasis, gonorrea, hepatitis B, VIH, VPH, HSV2 y sífilis, se pueden
transmitir también de la madre al niño durante el embarazo y el parto.
Una persona puede tener una ITS sin manifestar síntomas de enfermedad. Por
consiguiente, el concepto de “infección de transmisión sexual” es más amplio que el de
“enfermedad de transmisión sexual” (ETS). Los síntomas comunes de las ETS incluyen
flujo vaginal, secreción uretral en los hombres, úlceras genitales y dolor abdominal.
Entre los más de 30 agentes patógenos que se sabe se transmiten por contacto sexual,
ocho se han vinculado a la máxima incidencia de enfermedades. De esas ocho
infecciones, cuatro son actualmente curables, a saber, sífilis, gonorrea, clamidiasis y
tricomoniasis. Las otras cuatro, hepatitis B, herpes, VIH y VPH, son infecciones virales
incurables que, no obstante, se pueden mitigar o atenuar con tratamiento.
Síndrome de Inmunodeficiencia Humana (SIDA)
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es el virus que causa el SIDA. Cuando una
persona se infecta con VIH, el virus ataca y debilita al sistema inmunitario. A medida que
el sistema inmunitario se debilita, la persona queda en riesgo de contraer infecciones y
cánceres que pueden ser mortales. Cuando esto sucede, la enfermedad se llama SIDA. Una
vez que una persona tiene el virus, este permanece dentro del cuerpo de por vida. Es el
conjunto de enfermedades de muy diverso tipo (generalmente, procesos infecciosos o
tumorales).
La infección por VIH que produce en sus estados avanzados el sida se adquiere a través del
intercambio de fluidos como la sangre, el semen, la mucosa vaginal y la mucosa anal. Otros
fluidos como las lágrimas y la saliva contienen el virus en menores cantidades, de manera
que la probabilidad de adquirir el VIH a través de ellos es prácticamente nula.
Las formas más frecuentes de contraer el VIH son: las relaciones sexuales sin condón, el
uso de jeringas y de otros instrumentos punzocortantes infectados, la transfusión de
sangre o de productos derivados de la sangre contaminados con el virus y la transmisión
por vía perinatal de una madre a su hijo durante el parto o al amamantarlo. Tienen que
transcurrir algunos días antes de la seroconversión del portador del virus; no es sino hasta
después de la seroconversión cuando la persona adquiere la condición de seropositivo.
El sida y la infección por VIH son incurables y llegan a provocar la muerte. Existen
tratamientos antirretrovirales que han logrado aumentar la esperanza de vida de las
personas portadoras del virus y que a la vez reducen la probabilidad de que
desarrollen infecciones oportunistas. El gran impacto del sida es perceptible en
los indicadores globales de salud, que muestran una reducción de la tendencia al alza de la
esperanza de vida en los países con mayor prevalencia de la infección por VIH.
Causas
El virus se propaga (transmite) de una persona a otra de cualquiera de las siguientes
maneras:
El VIH no se transmite a una persona que done sangre u órganos. Las personas que
donan órganos nunca entran en contacto directo con las personas que los reciben.
De la misma manera, alguien que dona sangre nunca tiene contacto con el que la
recibe. En todos estos procedimientos se utilizan agujas e instrumentos estériles.
Sin embargo, el VIH se puede transmitir a la persona que recibe sangre u órganos de
un donante infectado. Para reducir este riesgo, los bancos de sangre y los programas
de donación de órganos hacen chequeos (exámenes) minuciosos a los donantes, la
sangre y los tejidos.
Después de que el VIH infecta el organismo, el virus se puede encontrar en muchos fluidos
y tejidos diferentes en el cuerpo.
Síntomas
Los síntomas relacionados con la infección aguda por VIH (cuando una persona se infecta
por primera vez) pueden ser similares a la gripe u otras enfermedades virales. Estas
incluyen:
La infección aguda por VIH progresa durante unas semanas hasta meses para convertirse en
una infección por VIH asintomática (sin síntomas). Esta etapa puede durar 10 años o más.
Durante este período, la persona podría no tener ninguna razón para sospechar que porta el
virus, pero puede transmitirlo a otras personas.
De no recibir tratamiento, casi todas las personas infectadas con el VIH contraerán el
SIDA. Algunas personas desarrollan SIDA en un período de pocos años después de la
infección. Otras permanecen completamente saludables después de 10 o incluso 20 años.
El sistema inmunitario de una persona con SIDA ha sido dañado por el VIH. Estas personas
un riesgo muy alto de contraer infecciones que son infrecuentes en personas con un sistema
inmunitario saludable. Estas infecciones se denominan oportunistas. Pueden ser causadas
por bacterias, virus, hongos o protozoos y pueden afectar cualquier parte del cuerpo. Las
personas con SIDA también tienen un riesgo más alto de padecer ciertos tipos de cáncer,
especialmente linfomas y un tipo de cáncer de piel llamado sarcoma de Kaposi.
Los síntomas dependen del tipo de infección particular y de la parte del cuerpo que esté
infectada. Las infecciones pulmonares son comunes en casos de SIDA y normalmente
causan tos, fiebre, y dificultad para respirar. Las infecciones intestinales también son
comunes y pueden causar diarrea, dolor abdominal, vómito, o problemas para tragar. La
pérdida de peso, fiebre, transpiraciones, erupciones, y ganglios inflamados son comunes en
personas con infecciones de VIH y SIDA.
Pruebas y exámenes
Pruebas de diagnóstico
Estas son pruebas que se hacen para revisar si usted ha resultado infectado con el virus. En
general, las pruebas están compuestas por un proceso de 2 pasos:
Están disponibles pruebas caseras para detectar el VIH. Si planea utilizar una, revise para
corroborar que esta ha sido aprobada por la FDA. Siga las instrucciones en el empaque para
asegurarse de que los resultados sean tan precisos como sea posible.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que todas las
personas de entre 15 y 65 años de edad se sometan a una prueba de detección de VIH. Las
personas con comportamientos peligrosos deben realizarse pruebas regularmente. Las
mujeres embarazadas también deben someterse a pruebas de detección.
Las CD4 son las células sanguíneas que el VIH ataca. También se llaman células T4
o "linfocitos T cooperadores".
Conforme el VIH daña el sistema inmunitario, el conteo de CD4 disminuye. Un
conteo normal de CD4 es de 500 a 1,500 células/mm3 de sangre.
Las personas normalmente presentan síntomas cuando su conteo de CD4 desciende
por debajo de 350. Las complicaciones más graves ocurre cuando el conteo de CD4
desciende a 200. Cuando el conteo está por debajo de 200 se considera que la
persona tiene SIDA.
Nivel de ARN para VIH, o carga viral, para verificar la cantidad de VIH que está en
la sangre.
Una prueba de resistencia para ver si el virus tiene resistencia a los medicamentos
utilizados para tratar el VIH.
Conteo sanguíneo completo, química sanguínea y pruebas de orina.
Exámenes de otras infecciones de transmisión sexual.
Prueba de tuberculosis.
Citología vaginal (prueba de Papanicolaou) para detectar el cáncer de cuello uterino.
Prueba de Papanicolaou anal para detectar cáncer de ano.
Tratamiento
El VIH/SIDA se trata con medicinas que evitan que el virus se reproduzca. Este tratamiento
se denomina terapia antirretroviral (TARV).
Grupos de apoyo
Unirse a un grupo de apoyo donde los miembros comparten experiencias y problemas en
común con frecuencia puede ayudar a disminuir el estrés emocional de tener una
enfermedad crónica.
Expectativas (pronóstico)
Con tratamiento, la mayoría de las personas que presentan VIH/SIDA puede llevar una vida
normal y saludable.
Los tratamientos actuales no curan la infección. Las medicinas solo funcionan siempre que
se tomen todos los días. Si se suspende el medicamento, la carga viral aumentará y el
conteo de CD4 descenderá. Si las medicinas no se toman regularmente, el virus puede
volverse resistente a uno o más de los fármacos y el tratamiento puede dejar de funcionar.
Las personas que están tomando el tratamiento deben consultar a sus proveedores de
atención médica regularmente. Esto se hace para asegurarse de que los medicamentos estén
funcionando y buscar efectos secundarios.
Hágase pruebas de detección. Las personas que no saben que están infectadas con
VIH y que se ven y se sienten saludables son más propensas a transmitirlo a otras
personas.
No utilice drogas ilícitas y no comparta agujas ni jeringas. Muchas comunidades
tienen programas de intercambio de jeringas, donde usted puede desechar las
jeringas usadas y recibir jeringas nuevas y estériles. El personal de estos programas
también pueden remitirlo a un tratamiento de la adicción.
Evite el contacto con la sangre de otra persona. En lo posible, use ropa protectora,
una máscara y gafas de seguridad cuando atienda a personas lesionadas.
Si usted obtiene un resultado positivo en el examen para VIH, puede transmitirle el
virus a otros. No debe donar sangre, plasma, órganos ni semen.
Las mujeres VIH positivas que podrían quedar embarazadas deben hablar con su
proveedor de atención sobre los riesgos para el feto. También deben analizar
métodos para evitar que el bebé resulte infectado, como tomar medicamentos
antirretrovirales durante el embarazo.
La lactancia materna se debe evitar para prevenir la transmisión del VIH al bebé a
través de la leche materna.
Las prácticas sexuales con precaución, como el uso de condones de látex, son efectivas para
prevenir la transmisión del VIH. Sin embargo, existe el riesgo de contraer la infección
incluso con el uso de condones (por ejemplo, los condones se pueden desgarrar). La
abstinencia es el único método seguro de prevenir la transmisión sexual del VIH.
Las personas VIH positivas que estén tomando medicamentos antirretrovirales tienen
menores probabilidades de transmitir el virus.
El suministro de sangre en los Estados Unidos está entre los más seguros del mundo. Casi
todas las personas infectadas con VIH a través de transfusiones de sangre recibieron esas
transfusiones antes de 1985, año en el que comenzaron las pruebas para el VIH para toda la
sangre donada.
Si usted cree que ha estado expuesto al VIH, busque atención médica de inmediato. No se
demore. Empezar los medicamentos antivirales inmediatamente después de la exposición
(hasta 3 días después) puede reducir las probabilidades de que resulte infectado. Esto se
denomina profilaxis pos exposición (PPE) y se ha utilizado para prevenir la transmisión en
trabajadores de la salud lesionados por medio de punciones con agujas.
Vacuna
En las pruebas realizadas a 36 pacientes que seguían una terapia antirretroviral (conocida
como TAR), tras la vacunación de prueba "cambió el equilibrio virus / huésped a favor del
huésped", o lo que es lo mismo, el virus perdía la batalla de la infección. Según los datos,
tras 12 semanas la reducción de la carga viral gracias a la vacuna era del 90 por ciento,
aunque posteriormente el virus se hace resistente y consigue paliar el efecto de la vacuna.
Para conseguir frenar el avance del virus del sida los investigadores pulsaron células
dendríticas(aquellos linfocitos que presentan antígenos al sistema inmunitario) de los
propios pacientes con VIH y las inactivaron con calor. De este modo, cuando las células
dendríticas "presentaban" al virus a los linfocitos encargados de eliminar al agente
infeccioso externo, el VIH no conseguía infectar al linfocito (como ocurre normalmente),
sino que consigue transmitir adecuadamente el mensaje para activar el sistema inmunitario
y terminar con el agente externo infectante.
Conclusión
Cada día, más de 1 millón de personas contraen una infección de transmisión sexual (ITS).
Se estima que, anualmente, unos 500 millones de personas contraen alguna de las cuatro
infecciones de transmisión sexual siguientes: clamidiasis, gonorrea, sífilis o
tricomoniasis.
Más de 530 millones de personas son portadoras del virus que provoca el herpes genital
tipo 2 (HSV2).
Más de 290 millones de mujeres están infectadas con el virus del papiloma humano
(VPH).
Algunas ITS pueden triplicar con creces el riesgo de infección con el VIH.
Más allá del efecto inmediato de la infección en sí misma, las ITS pueden tener
consecuencias graves, entre ellas la transmisión de infecciones y enfermedades crónicas
de la madre al niño.
La OMS colabora con los países para: Reforzar los servicios eficaces de lucha contra las
ITS, con inclusión de gestión de casos de ITS y asesoramiento pruebas y tratamiento de
la sífilis, en particular para las embarazadas vacunación contra la hepatitis B y el VIH
Promover estrategias orientadas a fortalecer la prevención de los efectos de las ITS, con
inclusión de: servicios de ITS integrados en los sistemas de salud existentes promoción
de la salud sexual evaluación de la carga de morbilidad derivada de las ITS seguimiento
de la resistencia de las ITS a los antimicrobianos y respuesta pertinente.