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AREA MESOAMERICANA

El término Mesoamérica (que no es lo mismo que decir Centroamérica) fue utilizado


por los investigadores para designar el contexto cultural, histórico y geográfico en
dónde se desarrollaron las altas culturas que describiremos más adelante. Sus límites
pasan, por el norte: el trópico de Cáncer, por sobre la capital de México, y por el sur:
hasta el norte de Honduras. Comprende entonces parte de México, Belice, Guatemala y
parte de Honduras.
En esta área se desarrolló un patrón de civilización que hizo que las culturas que la
habitaron compartieran una serie de rasgos básicos.

CULTURAS MESOAMERICANAS
Los pobladores más antiguos de esta zona fueron tribus nómadas que se fueron
estableciendo poco a poco en las cercanías del lago Texcoco, hace unos 8000 años a.c.
Así van surgiendo las primeras culturas arcaicas del valle de México, germen de las
grandes Culturas Mesoamericanas. Para estas culturas usaremos la siguiente
clasificación de Períodos, en negrita destacamos el período de esplendor de cada
cultura.

Preagrícola Hasta el Sociedades arcaicas


3000 a.c.
Período Preclásico 2500 a.c. al Olmecas, Teotihuacana,
200 a.c. Zapotecas, Mayas, Jalisco, Colima, Nayarit
Período Clásico 200 a.c. al Teotihuacana, Zapotecas, Mayas, Totonacas,
900 d.c. Jalisco, Colima, Nayarit, Mixtecas, Toltecas.
Período Posclásico 900 d.c. al Totonacas, Huaxtecas, Mixtecas, Chichimecas,
1500 d.c. Toltecas, Maya-Toltecas, Aztecas. Tarascos,
Tarahumaras

Cultura OLMECA.
Esta cultura florece en la región central sobre el golfo de México, cerca de la actual
Veracruz. Situada, al menos, entre los 1500 y 100 a.C., se la ha considerado como la
cultura madre de la civilización Mesoamericana. Su período de esplendor se dio entre
los 1200 a.c. y 800 a.c.
Es alrededor del 1200-1000 a. C. que los Olmecas pasan de ser una sociedad que habita
sencillas viviendas perecederas a poseer un complejo centro ceremonial, producto de
una importante transformación social y cultural que incluye la incorporación, a la
pirámide social, de la clase sacerdotal. El poder de los sacerdotes quedó materializado a
través de los diferentes monumentos de piedra y en los ajuares funerarios, en tanto
aparecían ante el pueblo como encarnaciones de los dioses, a quienes se debía entregar
como tributo parte de las cosechas y diversas ofrendas.
Poseedores de una religión muy compleja, politeísta, un rasgo particular de sus
creencias era la convicción de que el hombre y el animal podían cambiar su condición,
la del uno por la del otro, o combinar sus aspectos en seres mitad animales y mitad
hombres. Creían que la vida no terminaba con la muerte.
El más importante de sus dioses fue el Jaguar, dios de la lluvia y señor de la selva, que
simbolizaba la fuerza de vivir en ese medio hostil, que habría originado unos míticos
hombres-jaguar, al unirse sexualmente con una humana. Rendían culto, además, al
Lagarto, la Serpiente y a otros animales. El dragón olmeca, es uno de los dioses más
encontrado y representado entre las hachas de jade.
Adoraban al “hombre cosecha”, que sería un joven, más que Dios un Héroe, que
ofrendó su vida para que no falte alimento a su pueblo, y representaría la fertilidad; su
dios del fuego se llamó Huehuetéotl, tenían dioses identificados con elementos de la
naturaleza, como el dios del Sol, el espíritu de la lluvia, del agua, del maíz, de los
volcanes, entre otros.
Construían en honor a sus divinidades, centros ceremoniales, en algunos de los cuales
les ofrendaban sacrificios, se cree, que incluso de niños.
Sus centros ceremoniales más importantes, con función de ciudades, fueron tres:
 San Lorenzo (1200 a.c.)
 La Venta (1000 a.c.)
 Tres Zapotes (el último en desarrollarse)
En La Venta se erigió una de las pirámides más antigua de Mesoamérica, hallándose
también en diversos sitios unos monumentos monolíticos a la manera de altares y
estelas decoradas (estela en este caso es un monumento conmemorativo, que puede
tener forma de lápida o de pedestal).
Su arte escultórico se manifiesta por la presencia de una serie de monumentales
cabezas de piedra, de más de dos metros de altura y varias toneladas de peso. Sus
rasgos somáticos son similares a los de los pueblos negroides, representados también en
estatuillas de menor tamaño, lo que abre todo un interrogante acerca del origen étnico
de este pueblo. Usaban el basalto, obsidiana y jade, entre otros materiales, para la
realización de sus máscaras funerarias, esculturas y demás utensilios.
Crearon uno de los calendarios más antiguos, antes del 900 a.c.
Recientes descubrimientos -2007- indican la presencia de una escritura jeroglífica
datada al 900 a.c. Su juego de pelota y su religión fueron tomados por otros pueblos, los
MAYAS, por ejemplo.

Cultura TEOTIHUACANA
Se ubicó en el valle de México, a orillas del lago Texcoco y su capital fue Teotihuacan.
Pasó por los siguientes períodos:
Período de iniciación: Teotihuacan I y II. (500 a.c.- 300 d.c.)
Periodo de esplendor: Teotihuacan III. (300-650 d.c.)
Período de declinación: Teotihuacan IV (650-1000 d.c.)
Las más antiguas huellas de la zona teotihuacana se remontan al 500 a.C.; alrededor del
año 100 a.C. comienzan a erigirse en ella las primeras grandes construcciones, entre las
que figuran las pirámides del Sol y de la Luna, ubicadas respectivamente en un extremo
y un lateral de la Calzada de los Muertos. Otro edificio de importancia es el templo de
Quetzalcoatl. La pirámide del Sol es la estructura más grande de esta cultura y la
segunda en Mesoamérica después de la de Cholula.1.
Alcanzó su apogeo en pleno período clásico (250-650 d.C.). La grandeza de este Estado
teocrático se produjo gracias al poder político ejercido por los sacerdotes, quienes
monopolizaban los conocimientos, cumplían las funciones religiosas, controlaban la
administración, la producción y el comercio.
Teotihuacan poseía una organización estatal con un alto grado de jerarquización social y
una fuerte especialización en todas las actividades tanto pública y administrativa como
artesanales y agrícolas. Su aspecto era el de una auténtica metrópoli de 250.000
habitantes, conformada por sus viviendas y numerosos edificios de estructura compleja,
con patios, cisternas y desagües, calles flanqueadas por canales e imponentes centros
ceremoniales y residencias de las clases dominantes.
Su sociedad estaba compuesta por dos grupos; la clase sacerdotal, gobernante (la
dominante) y la clase popular (la dominada) integrada por artesanos, comerciantes y
agricultores. La diversidad de trabajos era muy grande en cada clase.La gente del
pueblo se dedicaba, fundamentalmente a la agricultura.
La fuerza de la organización teotihuacana, como el de otras culturas clásicas, derivaba
de la religión. En Teotihuacan se veneraron dioses como: Tláloc (dios de la lluvia y la
fertilidad) y Quetzalcóatl (señor del viento y de la aurora, dios creador civilizador y
sostenedor, que se representaba con una serpiente emplumada), que posteriormente
fueron adoptados por otros pueblos.
El culto a los dioses requería cada vez de ceremonias más complicadas, principalmente
el culto a Quetzalcoatl, para quien habían erigido la pirámide en el centro de la ciudad.
Las ceremonias incorporaban danzas realizadas por los sacerdotes acompañados de
instrumentos musicales; se ofrecían frutos, semillas, plumas, etc.
Se celebraban juegos de carácter sagrado, como el Patolli y el juego de la pelota (que
será practicado por todos los habitantes de esta área cultural, con diferentes matices),
que se realizaba a lo largo del Camino de los Muertos.
En cuanto a su cultura los Teotihuacanos conocieron un sistema de escritura que les
permitió llevar libros para facilitar las labores administrativas y rituales; conocieron
también un sistema de numeración a base de puntos y rayas, y tuvieron un calendario
religioso de 260 días, realizaron observaciones astronómicas; practicaron la astrología y
la medicina herbolaria y se destacaron en las artes, la urbanización e ingeniería.
Teotihuacan fue una gran sede comercial. Construyeron canales para la irrigación de sus
parcelas y llegaron a controlar la producción de toda la cuenca de México. Los
artesanos fueron muy apreciados en Mesoamérica; cerca de Teotihuacan se encontraban
importantes yacimientos de obsidiana, -cristal volcánico de color negro usado para
fabricar herramientas e instrumentos de trabajo-, con la obsidiana y el jade tallaban

1
“La pirámide de Cholula es, a nuestros días, el monumento más grande del continente americano y la
más grande pirámide construida en todo el mundo, mayor incluso que las de Egipto”. Susana Frank,
Pueblos originarios de América, Ediciones del Sol, Buenos Aires, 2008.
máscaras, cuchillos, orejeras, collares y figurillas. Las paredes de los templos se
aplanaban con una masa de yeso y arena, llamada estuco, sobre la cual pintaban
murales.
Entre el 650-700 d.C. Teotihuacan fue incendiada y abandonada, y los teotihuacanos
emigraron, desconociéndose las causas; quizá como consecuencia de la invasión de los
pueblos del norte (Toltecas, Chichimecas) o producto de una revuelta social, cuando las
clases dominadas se levantaron contra el sacerdocio. A esto siguió el decaimiento de
varios centros clásicos mesoamericanos tales como Monte Albán (zapoteca) en Oaxaca
y Palenque o Tikal en la zona Maya.
Lo cierto es que en el 900 d.C. la ciudad estaba totalmente abandonada, y a la llegada
posterior de los Aztecas, estos quedaron asombrados de tales construcciones,
considerando que ellas no podían ser obra de los hombres, de allí que la llamaran la
Ciudad de los Dioses.
La influencia del Imperio Teotihuacan cubrió el territorio que, siglos más tarde,
dominaron los TOLTECAS, los CHICHIMECAS y luego los AZTECAS.
Dejaron numerosas pirámides esculpidas, templos, estatuas y frescos.

Cultura ZAPOTECA
Se ubicó en el sur, sobre el océano pacífico, en Oaxaca y su capital fue Monte Albán.
Pasó por los siguientes períodos:
Período de iniciación: Monte Alban I (700 a.c.-200 a.c.)
Monte Alban II (200 a.c.-200 d-c-)
Periodo de esplendor: Monte Alban III (300-1000 d.c.)
Período de declinación: Monte Alban IV (1000-1300 d.c.)

En la región que ahora conocemos como el Estado de Oaxaca, iniciaron, allá por los
años del 700 a. C., una civilización verdaderamente extraordinaria. En este primer
período "domesticaron" el maíz; es decir, que crecía silvestre y ellos lo cultivaron en la
forma que conocemos. A partir de Monte Albán III alcanzan su mayor esplendor;
desempeñaron un importante papel histórico y cultural reflejado en los centros
arqueológicos de Mitla y Monte Albán, destacándose en este último el "templo de los
danzantes", con relieves e inscripciones jeroglíficas en sus frisos. Se destacaron por sus
construcciones y la riqueza y variedad de sus cerámicas y esculturas.
Los Zapotecas se dedicaron a la agricultura, la producción artesanal, el comercio, la
caza, la pesca y la recolección; utilizaron el sistema de terrazas para sus cultivos y, en
época tardía, el riego artificial por medio de canales, lo que les permitió abundantes
cosechas.
La organización social y política fue esencialmente teocrática, aunque posteriormente
adquirió carácter militarista. El grupo dominante de la sociedad zapoteca estaba
integrado por sacerdotes, militares y comerciantes, y la clase dominada, por campesinos
y artesanos. La clase dirigente vivía en habitaciones de mampostería, mientras que el
pueblo lo hacia en casas de materiales perecederos.
La familia era la unidad básica y social de los zapotecas. Dentro de ella se delimitaba la
división sexual del trabajo, correspondiendo al hombre la caza, la pesca, el trabajo del
campo, el comercio, la fabricación de cerámica y, también la guerra. A la mujer
correspondía la recolección, la preparación de los alimentos, el cuidado del hogar y a
modo de industria casera el tejido de fibras vegetales. Los niños permanecían en el
hogar los primeros años, pero al llegar a los siete, los vástagos de la nobleza o de las
familias poderosas eran llevados a los templos, en donde recibían la instrucción
adecuada al porvenir que les esperaba como jefes o sacerdotes. Comerciaban a partir del
trueque.
Su religión era politeísta, su dios principal se llamaba Xipe Totec, luego tenían dioses
del maíz, de la lluvia, del viento, de los muertos, entre otros. También tenían ciertas
supersticiones, como el "Nahualismo". Esta consistía en que cada vez que una madre
esperaba un hijo, el día del nacimiento se ponían cenizas en la choza donde vivía el
recién nacido y al siguiente día la huella del animal que se formara sería el "tótem" del
niño: aquel animal que lo representa y le da su personalidad. Otra creencia llamada
"Tona" consistía en que los magos oscuros aprovechaban su "tótem" y se convertían en
animales para hacer maldades en la noche.
En cuanto a sus saberes, se destacaron en el conocimiento de la astronomía, en la
numeración, el calendario, la escritura jeroglífica y la medicina herbolaria
Los Zapotecas disponían de una escritura de tipo ideográfico. Los caracteres o signos
representan el símbolo convencional acordado para la idea. Disponían también de dos
calendarios uno solar, utilizado para las cosechas y otro ceremonial, estos calendarios
implican la posesión de conocimientos astronómicos derivados de la observación de los
cuerpos celestes. La grandiosidad de las ruinas que conocemos es testimonio de sus
elevados conocimientos arquitectónicos.
Su arte se observa en los monumentos (civiles, religiosos y funerarios), con un refinado
estilo artístico que aún hoy causa la admiración de quienes lo conocen; sus pinturas en
murales, piezas de cerámicas, joyería y otras artes menores dan muestra también de su
calidad y desarrollo.
Esta cultura inició una etapa de decadencia alrededor del 800 d.C., y sus principales
centros fueron posteriormente ocupados por los MIXTECAS.

CULTURA MAYA

En el siglo 16, cuando los españoles desembarcaron en Yucatán, esperaban encontrar


chozas y pueblos “salvajes” como los de las islas caribeñas. Grande sería su sorpresa al
verse reducidos a hormigas ante las pirámides, templos y ciudades mayas, de tamaño,
limpieza y blancura deslumbrantes. Claro ¿cómo iban a concebir una civilización
superior a la europea?
Durante al menos dos milenios la Cultura Maya floreció en la parte sur de México y
las actuales Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice , en donde se hablan
actualmente 23 lenguas del tronco lingüístico maya y también (en algunos enclaves) el
náhuatl.
El origen de esta civilización –así como su desaparición- es incierto. Sus libros
sagrados -Chilam Balam y el Popol Vuh-2 dan cuenta que llegaron de un lugar lejano.
Según algunos investigadores, sus ancestros habrían sido parte de los grupos llegados
por Bering que entraron en los territorios del Yucatán hace más de 8000 años a.c.,
asentándose en las tierras bajas y los alrededores del lago Petén (Guatemala). Esta
versión se sustenta por indicios de cultivo del maíz en la zona así como grabados y
bajorrelieves -como los de Palenque-, donde figura que el tiempo de los Mayas
comenzó en el 8.238 a.c. y que algo importante sucedió en el 3.113 a.c. Además en esa
zona se han encontrado ruinas y elementos cerámicos que datan del 1.500 a.c.
Según otras teorías fueron descendientes de los milenarios Olmecas, de quienes los
Mayas habrían tomado calendario y religión; esta teoría se sustenta por los indicios de

2
Estos libros sagrados fueron escritos, después de la conquista española, por los descendientes de los
Mayas, en los siglos XVII y XVIII.
una estructura religiosa y social muy desarrollada, así como de un cuerpo sacerdotal
experto en matemática y astronomía en la zona mencionada, desde épocas preclásicas.
Por otra parte, desde el siglo 18 hasta mediados del 20, hasta el origen americano de
los Mayas fue puesto en duda e incluso negado. En 1786 el capitán Antonio del Río fue
enviado por el rey de España para ponerle punto final al enigma del origen de esta
sorprendente Civilización; su conclusión fue que la arquitectura maya llevaba el
inconfundible sello del Imperio Romano. En 1865, el abad Charles Etienne Brasseur de
Bourbourg descifró un códice yucateco y creyó descubrir la crónica del fin de la
Atlántida, insistiendo en un nacimiento legendario y extra americano de los Mayas. En
1954, el mayólogo Eric Thompson, lapidario, escribió: …”En el dominio de lo inútil
fueron maestros, pero fracasaron en el manejo de lo útil”, (una observación bastante
estúpida, siempre con el intento de descalificar a esta gran civilización). Otros señalan
las similitudes entre las bóvedas mayas y las hindúes.
Su rápida y profunda desaparición sigue siendo un misterio; existen diversas teorías.
Algunas intentan explicarla a través de la guerra por las tierras y el maíz; otras por la
explosión demográfica, su caprichosa economía y el belicismo anárquico; hay teorías
que atribuyen su desaparición a las sequías y la deforestación y otras que consideran que
huyeron por las selvas, se mezclaron con los Toltecas y así continuaron viviendo, ésta
última teoría explica que los Mayas, al poseer un registro perfecto del tiempo y de los
sucesos que acontecían sabían que América seria invadida entonces, antes de permitir
que los conquistadores españoles los mataran a todos, se retiraron dejando señales como
el sagrado calendario Tzolkin para que sea descubierto en su esencia, lo que está
ocurriendo en estos últimos tiempos.
De los numerosos libros manuscritos realizados por los Mayas antes de la llegada de
los españoles sobreviven sólo tres: los denominados Códices de Dresde, Madrid y
París, escritos en un papel confeccionado con la parte interna de la corteza de ciertos
árboles (superiores en textura, durabilidad y plasticidad que el papiro egipcio); todos los
demás manuscritos fueron quemados en el siglo 16 por los misioneros, en un trágico
“auto de fe” ordenado por el obispo español Diego de Landa, ferozmente dispuesto a
borrar hasta el último resto de esta Civilización y, como era él quien recopilaba la
información, dejo luego saber lo que quería o convenía que se sepa en su libro “La
relación de las cosas de Yucatán”. Sobrevivieron también las inscripciones grabadas en
la piedra que permiten a los arqueólogos modernos descifrar las características de esta
cultura, aunque esto lleve más tiempo.

La historia de los Mayas, para algunos historiadores, puede resumirse en tres períodos3:
 Pre- clásico ó agrícola: Desde su origen al 317 d.c.
 Clásico ó teocrático: del 317 al 987 d.C.
 Posclásico: del 987 al 1697 d.C.
La cúspide de su civilización fue en el período Clásico, cuando construyeron o
terminaron la construcción de la mayoría de sus maravillosas pirámides, observatorios y
palacios.

El Período Pre-clásico ó agrícola.


Dado el origen incierto de esta civilización resulta difícil determinar una fecha exacta,
sin embargo suele tomarse como referencia entre el 1500 a.C. y el 1000 a.C. en la zona
de El Petén, núcleo original Maya.

3
Los períodos de la historia de los Mayas no deben confundirse con la periodización histórico-cultural del
continente, mencionada anteriormente. Esto suele pasar por la similitud de los términos.
El trabajo de la tierra dio prioridad al cultivo del maíz, el frijol y la calabaza, en tanto la
caza, la pesca y la recolección quedaron como actividades complementarias; por eso a
este periodo se le conoce también como agrícola. Los restos cerámicos encontrados en
la zona confirmarían estos fechados.
Durante el inicio de este periodo se desarrolla el idioma maya y una religión,
inicialmente sencilla, con la creencia de la vida ultra terrena y el culto a los muertos.
El pueblo maya adquiere experiencia y algunas grandes ciudades aparecen (Tikal, ó
Uaxactún, por ejemplo fueron fundadas entre el 900 y el 600 a.C.), las que poco a poco
irán creciendo y controlando las relaciones comerciales de la zona con el resto de
Mesoamérica; esto iniciaría la conformación de lo que luego será conocido como
Imperio Antiguo. Estas ciudades, sobre el fin de este período, tendrán su apogeo.

El Período Clásico ó Teocrático:


Abarca desde los años 320 a 987 dC aproximadamente. Recibe este nombre porque el
grupo sacerdotal detentó el poder político y toda la vida económica, social y cultural se
desarrolló en torno a la religión con una fuerte estratificación social.
Fue durante este período que los mayas extendieron su cultura por la zona sur de la
península (lo que son hoy Guatemala y Honduras) conformando el llamado Antiguo
Imperio con sus grandes centros ceremoniales como Palenque, Tikal y Copan. Estos
centros fueron abandonados misteriosamente hacia el 900 d. C., y algunos individuos
emigraron hacia el norte fundando los grandes centros de Uaxactún y Piedras Negras.
Tikal (292 a.C.-869 d.C.), enclavado en el corazón de la selva muestra una gran
influencia teotihuacana y llegó a poseer 40 mil habitantes en su momento culminante.
Este centro dependía de una complicada red comercial y se encontraba enclavado en un
lugar estratégico, entre dos sistemas fluviales que iban al Golfo de México y al mar
Caribe.
Copán, en Honduras, cuyo esplendor se dio hacia el año 736 dC, fue el centro científico
del mundo maya, en donde la astronomía se perfeccionó al punto de determinar la
duración del año tropical, de crear las tablas de eclipses y de idear una fórmula para
ajustar el calendario, más exacta que la usada en la actualidad.
Palenque, una gran urbe 800 años que llegue Colón conserva sus pirámides, El Palacio y
majestuosos Templos (el templo del sol ,el de las inscripciones, por ejemplo).
Uaxactún (889 dC), tiene uno de los templos mayas más antiguos que se conoce en la
región.
A partir del 900 d.c. comienza la decadencia del antiguo Imperio, lo que posibilita la
instauración del Nuevo Imperio Maya, cuya fecha de inicio es el 987 d.c.
El Período Posclásico:
Abarca los años 987 d.C. al 1687 d.C. Una vez abandonados los centros ceremoniales
mayas del periodo clásico, los Mayas se concentran en la zona norte de la península de
Yucatán.
En este período los centros más importantes serán Uxmal, Labná, Tulum y Chichén Itzá.
Hacia el año 1000 d..C. Chichén Itzá formó una alianza con Mayapán y con Uxmal.
Dicha alianza será conocida con el nombre de Confederación o Liga de Mayapan
coincidiendo con la migración de los TOLTECAS que impactarán fuertemente en la
cultura Maya. Esta unidad se mantuvo hasta el 1194, cuando una guerra civil entre
Mayapan y Chichen-Itza dio la victoria a Mayapan.
El Señorío de Mayapan fue del 1194 al 1441 hasta que otra guerra civil la arrasa.
Durante su apogeo, Mayapán llegó a tener hasta 12 mil habitantes. Era una ciudad
fortificada, rodeada de una muralla de piedra. Se pueden ver en su arquitectura claras
influencias toltecas.
El auge de Chichén-Itzá y de sus gobernantes maya-toltecas terminó en caos hacia fines
del 1200. Los itzaes abandonaron su ciudad y se dirigieron a las selvas del Petén. Allí,
en el lago Petén-Itzá, fundaron una nueva población localizada en la isla de Tayasal.
A partir de 1450 comienza la declinación del Nuevo Imperio Maya-Tolteca; en 1517
llegan los españoles al Yucatán, en 1542 comienza la brutal conquista de Hernán Cortés.
Finalmente, en 1697 se produce la caída de Tayasal, la última ciudad Maya del Nuevo
Imperio.

LA VIDA DE LOS MAYAS:


Organización político-social.
La extensa historia Maya atravesó diferentes modos de organización; sin embargo se
destacaron por su régimen de poderosas ciudades-estados, con leyes y milicias armadas
propias –lo que supone un entrenamiento para la guerra-. En sus primeros tiempos
existían 5 ciudades-estado poderosas: Tikal, Palenque, Calakmul, Copan y Seibal,
enredadas en alianzas de poder por el maíz, la tierra, la leña, la supremacía de unos
dioses sobre otros y el febril constructivismo como base de una competencia desmedida.
Con el correr del tiempo las numerosas ciudades-estados independientes formaron una
Confederación, con pactos de convivencia entre ellas; los representantes de cada
ciudad asistían a una Asamblea General, donde se tomaban decisiones en común para
todas las ciudades. No formaron un Estado único.
Cada ciudad era gobernada por un Alach Uinic, que quiere decir "El Verdadero
Hombre"; sus funciones eran las de decidir la política interna y externa de las ciudades y
cobrar impuestos. El Consejo de la ciudad decidía sobre los ritos religiosos y las leyes
que se sancionaban.
La Sociedad:
Poseían una sociedad estratificada, con escasa o nula movilidad, integrada por
diferentes estratos, los que van variando según los períodos. Primeramente existía un
estrato conformado por la dinastía gobernante, cuyo representante era el Rey de la
ciudad-estado. El siguiente estrato lo conformaba la aristocracia con poder militar, luego
seguían los sacerdotes, militares, escribas, arquitectos y artistas. Un cuarto estrato
nuclearía a artesanos y comerciantes y el último estaría integrado por los campesinos
(que a veces se los reclutaba para el ejército o como mano de obra para la construcción
de los templos).
Según Susana Frank4, la sociedad del período posclásico se dividía en cuatro estratos:
- Los nobles, de donde surgían en general los jefes locales.
- Los sacerdotes, que gozaban de los mayores privilegios, cuyo cargo era hereditario;
desempeñaban variadas funciones, desde las concernientes al culto (sacrificios y
ofrendas) hasta las artes y ciencias (astronomía, escritura, adivinación).
- El pueblo, la clase mayoritaria, que era quien suministraba la mano de obra para la
agricultura y la edificación (campesinos, artesanos, comerciantes).
- Las guerras derivaron en la incorporación de esclavos (conformados generalmente por
prisioneros de guerra o infractores del derecho común) para las tareas más duras y
pesadas, así también para someterlos a sacrificios humanos que se realizaban en este
período.
En las ciudades vivían los nobles, sacerdotes, artesanos y comerciantes; en el campo
estaban los campesinos. Una parte de lo producido era para su subsistencia y la otra para
el sostenimiento de la ciudad-estado.
Los Mayas se constituyeron en un sistema de clan compuesto de quince a veinte
familias que tuvieron su propio espacio de tierra para trabajar y estuvieron
4
Frank S. “Pueblos originarios de América”. Ediciones del Sol. Buenos Aires. 2008.
emparentadas entre sí. Fueron respetuosos y orgullosos de su árbol genealógico por lo
que los jóvenes aceptaron los valores religiosos, morales, costumbres y tradiciones que
se les transmitió de generación en generación, ya que siempre reconocieron en las
personas mayores la sabiduría.
La familia era monogámica y lo normal era tener entre 7 y 9 hijos. Los matrimonios se
realizaban entre personas de distintos clanes ya que dentro de éste todos eran parientes.
Existía el divorcio pero solamente el primer matrimonio recibía la bendición religiosa.
Las mujeres eran las encargadas de la administración económica de la familia; además
se ocupaban de los hijos, la cría de aves de corral y otros animales (venado, monos y
coatíes). Ellas fueron las que desarrollaron la industria textil. Las necrópolis revelaron
también que las mujeres de los estratos superiores tenían una fuerte presencia en el
gobierno de las ciudades-estados. Palenque, por ejemplo, tuvo 2 reinas; Ka Ik que reinó
desde el 583 al 604 d.C. y Zac Kuk entre el 612 y el 615d.C., probablemente la madre
de Pacal Votan, el gran Rey maya que vivió entre el 603 y el 683, quien durante su
reinado fue llamado “el profeta del tiempo”, responsable de la construcción de El
Palacio.

La Economía:
La economía de los mayas se basaba en la agricultura, especialmente del maíz, que
constituye el 80% de su alimentación y sobre el cual giraba toda la vida maya; el ramón
–un árbol que da frutos durante un siglo ininterrumpidamente y cuyas semillas se
almacenan mejor que las del maíz, muy nutritivas; el cacao y la palta. También
cultivaron el algodón, frijoles, frutas tropicales, zapallo, ají y otras que brindaban fibras
útiles para la confección textil. Por ser una zona selvática no desarrollaron la ganadería
pero, en ocasiones especiales, cazaban y pescaban (su dieta era principalmente
vegetariana).
La agricultura maya fue nociva para el ambiente natural ya que usaban el sistema de
tala, quema y roza (se talaba un bosque, se quemaban los árboles y se plantaban
semillas en pequeños hoyos excavados con un palo) sin preocuparse por forestar. Luego,
el aumento de la población y la colonización de tierras secas llevaron a la construcción
de sistemas de riego, con importantes canalizaciones y cultivos en terrazas. En algunas
regiones pantanosas construyeron grandes plataformas rodeadas de canales –como las
chinampas del valle de México- en las cuales cultivaban todo tipo de plantas
comestibles.
La tierra era propiedad de la comunidad, de todos los habitantes. Por ello no existían las
divisiones territoriales entre las poblaciones.
Una intensa actividad comercial conectaba las distintas urbes entre sí y con otros
pueblos de la región central de México (toltecas, zapotecas, olmecas, teotihuacanos). El
comercio pequeño estaba a cargo de mercaderes y campesinos, con sistema de trueque,
pero el comercio exterior lo dominaba la clase gobernante. Hecho explicable pues no
sólo se movían grandes cifras sino que el transporte requería una compleja organización
de caravanas terrestres con portadores humanos o grandes convoyes de barcas que se
desplazaban por rutas marinas cercanas a la costa.
Principalmente comerciaron la sal, pescado seco, telas de algodón, miel de abejas, cera,
maíz, frijol, mantos trenzados de plumas, escudos, adornos, etc.
Desarrollaron actividades industriales de muy buena calidad como la alfarería,
metalurgia, textiles, joyería, adornos, etc. En estas se destacaron tanto hombres como
mujeres por su habilidad y maestría.

La Religión:
Sus creencias las encontramos en dos libros, el "Popol-Vuh" y el "Chilam Balam". En
ellos vemos que eran politeístas, creían en la salvación o el castigo después de la
muerte y hasta el relato de la pasada destrucción del mundo causada por un diluvio. La
religión guiaba la vida hasta en los más mínimos detalles consultando en forma
permanente a los sacerdotes que, a través del estudio de los astros, predecían los buenos
o malos augurios. Así desarrollaron la astrología. Afirmaban que fueron los dioses los
que les enseñaron todo lo que sabían en cuanto a ciencia y técnica.
La religión maya se rige por una adoración única entre todos los pueblos antiguos, la
exaltación suprema del tiempo, ejemplo sin par de atribución de carácter divino a un
concepto abstracto. A partir de la consagración del tiempo como deidad superior los
sacerdotes mayas crearon una compleja religión con diversos rituales.
Poseían un gran número de dioses. Su máxima deidad era Hunab Ku, el “sol central de
la galaxia”, dador de todo.
La mitología Maya habla de un cocodrilo que lleva sobre su lomo a la tierra. Por encima
hay 13 cielos consecutivos, morada de los 13 dioses benéficos: los oxlahuntiku. Debajo
de la tierra hay 9 mundos subterráneos superpuestos, morada de 9 dioses oscuros y
siniestros: los bolontiku, señores de la noche.
Sobre todos los cielos reina Itzamná, “señor de la vida”, generalmente representado
como un viejo sabio; Ah Kin, dios del día; el sol (Kinich Ahau), la luna (Ix chel), el dios
de la lluvia (Chak) y el dios del maíz (Ah Mun), que luchan contra el dios de la muerte
y de la noche (Ah Puch), aliado del señor de las guerras. También hay una serie de
divinidades relacionadas con la vida cotidiana. A todos ellos se le agregó, en épocas
tardías uno de los dioses más destacados: KUKULKAN, poderoso dios serpiente (que
los aztecas llamarán Quetzalcoatl).
Las ceremonias religiosas estaban precedidas de ayunos o severas abstinencias. En el
Antiguo Imperio –época de los grandes sabios- se ofrendaban alimentos, objetos
preciosos y algunos animales. Los sacrificios humanos sólo ocuparon la época en que
los grandes sabios se habían retirado y la unión con el pueblo tolteca se había plasmado.
En ese tiempo se realizaron sacrificios humanos hasta la llegada de Kukulcán. Este era
un ser sumamente espiritual que cambió la tradición tolteca de hacer sacrificios
humanos por la de ofrecer a los dioses flores, semillas y frutos y, entre ellos la bebida
del chocolate, a la cual descubrió en su afán de dar a las divinidades algo delicioso que
no perjudicara la vida. Asimismo la entrega de la vida tenía una connotación totalmente
distinta a nuestra percepción actual, ya que se consideraban energías estelares y no
cuerpos materiales.

La Educación:
Un fin esencial en la vida de los mayas es el servicio a la religión, a la familia y al
pueblo; por lo que los objetivos de la educación se mueven en esas tres direcciones.
Los mayas reconocían las tres variantes del hombre y de la mujer: La niñez, la
adolescencia y la madurez; por lo que cada una de esas etapas era separada por
ceremonias religiosas.
Las madres estaban a cargo de los niños y del hogar. Los niños, cuando alcanzaba cierta
edad, acompañaban a su padre en las labores cotidianas como eran la caza, pesca,
agricultura, joyería o alfarería que los iría preparando para el futuro. Las niñas, en
cambio, eran en educadas por la madre para desempeñar las labores domésticas.
La educación recibida dependía de la clase social a la que pertenecía el individuo, tenia
un carácter asistemático o sea que en ella no existía planificación rígida o supervisada
por clases dominantes.
Las clases sociales inferiores sólo recibían una educación rudimentaria, mientras que los
nobles recibían una educación más amplia ya que necesitaban los conocimientos
científicos para poder así ejercer los puestos administrativos.
El desarrollo científico y artístico de esta civilización hace suponer que tenía que existir
una función conservadora e incrementadora de la cultura y estaba indudablemente en
manos de las clases dominantes y forma particular de los sacerdotes.
A los futuros sacerdotes -además de recibir los mismos conocimientos que los nobles-,
se les enseñaban los secretos de la astronomía, exigiéndoseles rectitud en su vida
personal y pública ya que tenían que dar buen ejemplo a su pueblo.
Los sacerdotes tenia dentro de sus atribuciones la observación de los astros y el calculo
del tiempo, por lo que eran ellos quienes se encargaban de custodiar los bienes
culturales y así mismo llevar a cabo las investigaciones de carácter científico y para esto
tenían que haber separado convenientemente a sus descendientes con el propósito de
que los pudieran sustituir en caso fuera necesario.

Los Saberes:
Mientras los europeos estaban en el oscurantismo los Mayas brillaron en Astronomía,
Geometría, Matemática y Astrología, actividades en manos de los sacerdotes.
Desarrollaron las matemáticas de tal forma que realizaban cálculos no conocidos por
otras civilizaciones del planeta que les permitía hacer cálculos astronómicos de increíble
exactitud.
Poseían un sistema aritmético de base vigesimal, es decir que las unidades se contaban
de veinte en veinte. Para la numeración escrita se valían de símbolos como el punto y la
raya, que se combinaban de diferentes formas. Inventaron el número cero (0) muchos
siglos antes de que lo hicieran los científicos de la India, difundido por los árabes.
Dominaron la astronomía desarrollando una profunda observación astronómica
pudiendo calcular así el ciclo solar, el de la luna y el de Venus, asimismo tienen un
estudio del cielo nocturno completísimo, con todas las constelaciones (dada su
ubicación geográfica). Calcularon la longitud de la órbita de la tierra alrededor del sol
con una precisión de una milésima de punto decimal en relación a cálculos modernos;
registraban en calendarios revoluciones sinódicas y la sincronización de los ciclos de
Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Trazaban el curso de los cuerpos celestes,
predecían eclipses de sol y de luna y los pasajes de los cometas.
Los saberes astronómicos combinados con la matemática eran esenciales para
sistematizar la agricultura, calculando con precisión los momentos apropiados para la
siembra y el cultivo. Con el tiempo los conocimientos astronómicos se transformaron en
una ciencia desligada de esas primeras metas prácticas y los sacerdotes se hicieron
expertos en las artes de la adivinación.
Sus conocimientos y obsesión por el tiempo los llevó a desarrollar diversos
calendarios ó cuentas según las regiones, por ejemplo los mayas de las tierras altas de
Guatemala poseían la llamada Cuenta Oxlajuj Ajpop, mientras que los mayas de las
tierras bajas o yucatecas poseían la cuenta de la Cuceb ó cuenta galáctica, compatibles
entre sí y utilizados con diferentes fines. Se basaban en el ciclo lunar, el ciclo solar y el
galáctico. El calendario Maya es considerado el más perfecto o exacto de todos los
conocidos, aún por sobre el calendario gregoriano (el que nos rige actualmente).
A modo de síntesis mencionaremos tres:
El calendario del tiempo natural o cuenta de las 13 lunas.
La luna gira alrededor de la tierra 13 veces en un año a través de sus fases cíclicas de 28
días (que equivale a un mes lunar). Cada giro de la luna alrededor de la tierra tarda 28
días. 13 lunas por 28 días equivale a 364 días más un día libre de tiempo (365 días).
Empieza el 26 de julio, cuando el Sol está alineado a Sirio (estrella del Can Mayor).
Este calendario es regular, natural y armónico (13 lunas de 28 días) y no irregular,
arbitrario u artificial como el Gregoriano donde hay 12 meses de 28, 29, 30 ó 31 días,
más la corrección de “año bisiesto”.
El calendario sagrado-ritual ó cuenta sagrada de 260 días o Tzolkin:
Venus posee un ciclo galáctico de 260 días, base para lo que los Mayas toman como
Calendario Sagrado o Tzolkin. De aquí surgen los 20 sellos sagrados, los 13 tonos y las
260 unidades o kines que los Mayas utilizan para establecer las misiones que cada ser
tiene en la tierra.
El Haab ó la cuenta del calendario civil:
Se basa en un ciclo solar de 365 que se divide en 18 períodos de 20 días cada uno, más
un ciclo de 5 días de purificación. El comienzo de este calendario coincide con el inicio
del Calendario de las 13 lunas, el 26 de julio.
Los mayas fueron poseedores de un sistema de escritura muy elaborada que registraba
su mitología, su historia y sus rituales. En las ricas ciudades-estados tomó forma la
escritura jeroglífica. Si bien en algunos casos los grifos representaban un solo sonido, la
mayoría son ideogramas o representaciones de sílabas. Los grifos también eran usados
para la notación numérica.
La escritura evolucionó desde un sistema de pictografías –representaciones literales de
objetos- hasta un sistema complejo que combina ideogramas y signos silábicos y
alfabéticos en forma parecida a la escritura japonesa. Además los Mayas poseían un
lenguaje común.

El Arte:
La arquitectura maya es principalmente religiosa, usaban la piedra caliza y el estuco
(cal, agua y goma vegetal) para el revoque de paredes y esculturas. Realizaron
grandiosas construcciones en medio de la selva, pirámides en forma escalonada,
templos y palacios que aún hoy se conservan impresionando a los visitantes. Sus obras
de riego también llaman la atención.
Los Mayas muestran una frondosa imaginación plástica que asombra por su riqueza de
formas y su carácter expresionista. Aunque la mayoría de sus obras se perdieron por
obra del clima, los frisos esculpidos en los templos y palacios conservan su escritura, las
imágenes de las deidades y la de sus animales sagrados.
La pintura, escultura, y cerámica son de un nivel pocas veces alcanzado por otras
culturas, es decir, de gran calidad.
El arte mural alcanzó perfección técnica y artística, la talla de piedras semipreciosas en
jade y obsidiana eran muy notorios. El jade era una piedra que raramente se encontraba
en el lugar, por tanto debían traerla desde grandes distancias, lo que le conferían un
valor singular.

El oeste y el sur de Guatemala estaban habitados por los QUICHÉS, los ITZAS, Los
CAKCHIQUELES y los TZUTUHILES, pueblos emparentados con los Mayas, que
desarrollaron una civilización notable aunque no alcanzara el mismo grado que esta.

Cultura TOTONACA
Esta cultura, de cuyos orígenes poco se sabe, habitó la zona del golfo de México, entre
el 600 d.c. y el 1300 d.c.,desde el lugar donde está emplazada la pirámide de El Tajín
hasta la actual Veracruz, por eso también es llamada cultura clásica de Veracruz o del
Tajín, por ser éste su primer centro ceremonial.
La construcción que la caracteriza es la pirámide de los Nichos, llamada así porque sus
cuatro lados están perforados por 365 nichos, correspondientes a cada día del año, lo
que le otorga un significado de carácter astronómico ligado al cálculo del tiempo.
Dejaron numerosas figuras de piedra y barro y una cantidad sorprendente de edificios
destinados al juego de pelota.

Cultura MIXTECA
Se establecieron cerca de Oaxaca hacia el 900 d.c. y sometieron a los ZAPOTECAS,
desarrollando una brillante cultura por los años 1300 d.c. Así se fusionaron,
conociéndose este período como ZAPOTECA-MIXTECA, siendo Monte Alban V su
centro más importante.
Durante el período posclásico, la ciudad fortificada de Mitla reemplazó a Monte Albán y
se convirtió en el centro más importante de la región. Asimismo, la arquitectura civil fue
más relevante que la religiosa, lo que refleja un nuevo tipo de sociedad regida por una
casta guerrera y ya no por una teocrática.
El tipo de edificación es más plana: suerte de "palacios" construidos sobre plataformas.
Como innovación, los Mixtecas introdujeron la decoración de paredes con mosaicos,
pequeñas piedras recortadas y unidas que formaban diversas grecas.
Un aspecto relevante de su cultura es la orfebrería, difundida en esta zona por sus
artistas en el período Posclásico – en las regiones de Sudamérica la orfebrería se
remonta a épocas antiquísimas-. Habilísimos artesanos, produjeron gran cantidad de
joyas, máscaras, pectorales, brazaletes, narigueras en oro y plata, utilizando diversas
técnicas como la filigrana, el martillado, el cincelado con pedrería, el repujado. El estilo
en general de los objetos encontrados en las tumbas de Monte Albán recuerda la
orfebrería de Ecuador, de donde se supone obtuvieron el conocimiento.
Trabajaron además con gran maestría el alabastro, el jade, la turquesa y la obsidiana.
Sus artistas, más tarde, estarían al servicio de los aztecas.
Un gran legado mixteca lo constituye un calendario análogo al utilizado por los aztecas.
Los mixtecas influyeron asimismo en la desaparición de la civilización maya en el sur.

Cultura TOLTECA
Esta cultura, oriunda del noroeste, se desarrolló en el norte del valle de México,
dominando la mayor parte del centro de México entre el 900 d.c. y el 1200 d.c. Su
capital fue Tula, ubicada a unos 100 kilómetros al noroeste del lago Texcoco.
Mucho de lo que se conoce de los toltecas está envuelto en mitos, sobre todo lo referido
a su origen. Se menciona, por ejemplo, que llegaron del norte conducidos por un rey
llamado Mixcoatl, sobre fines del 800 y principios del 900 d.c., sometiendo a los
descendientes de los Teotihuacanos cuando esta cultura de desmoronó. Una vez
establecidos se instalaron en Tula, hacia el 950 d.c. convirtiéndola en una gran ciudad,
capital de un imperio que dominaba el centro de México y extendía su influencia a
regiones muy alejadas. En Tula, la función política estaba ligada a la religiosa y el
centro urbano era la sede del gobierno y de la religión.
Los toltecas extendieron su influencia mediante la guerra y el comercio, tomaron de
otras culturas formas distintas de trabajar la tierra y de construir templos o casas,
obtuvieron riqueza y dominaron territorios. Los pueblos sometidos les daban tributo a
cambio de protección militar.
Así, la guerra adquirió entre ellos mayor importancia de la que tenía en las culturas que
florecieron en el período clásico. Aparecen militares profesionales que se identifican
con ciertos animales, como es el caso de los guerreros águila, jaguar o coyote. En
adelante, el predominio de los guerreros se haría más intenso y el espíritu militarista
caracterizará a todas las culturas del período posclásico.
Adoraron a Quetzalcoatl, dios que luego fue incorporado por los Aztecas, al igual que su
arte. Eran excelentes constructores. Su lengua, el náhuatl, también fue hablado por los
aztecas.
Los toltecas dominaron un amplio territorio, pero no por mucho tiempo. Hacia el año
1100 d.C. su civilización comenzó a decaer, cuando los CHICHIMECAS junto con
otros pueblos invadieron el valle central y saquearon Tula, destruyendo la ciudad y su
centro ceremonial.
Según las narraciones mítico-históricas, los toltecas invadieron la península de Yucatán
alrededor del año 1000 d.C. y se establecieron en la ciudad maya de Chichén Itzá
(elementos arquitectónicos encontrados en Tula, como columnas con representaciones
de Quetzalcoatl y esculturas de Chac Mool (altar de sacrificios humanos), se repiten en
Chichén Itzá).
Sin embargo, su influencia sobreviviría en varios sitios. Se cree que por el 1200 d.c.
comienza su decadencia pero será en 1450 cuando el Imperio Maya-Tolteca decae
finalmente.

Cultura HUAXTECA
Este pueblo se ubicó sobre la región costera del Atlántico, al norte de la civilización
TOTONACA.
Su economía se basaba en la agricultura, con métodos más primitivos.
Practicaron un gran número de ritos mágicos, usaron amuletos, son muy dados a la
interpretación de presagios y señales y enterraban a sus muertos junto a sus objetos
personales y velas de cera para que les iluminen el camino de la muerte.
Su religión influyó sobre los AZTECAS.
Son muy peculiares sus esculturas, ricamente decoradas de frente y dorso,
generalmente de relieve y no de bulto, ya que no son para verse de perfil. En cuanto a la
cerámica, se encuentran formas de las más extrañas, y los vasos encontrados no tienen
antecedente en ninguna otra cultura de Mesoamérica.
Llama la atención que, así como se destacaron en la escultura, hayan descuidado
bastante la arquitectura, que era de técnica muy rudimentaria.

CULTURA MEXICA ó AZTECA


Los Aztecas o Mexicas fueron la última civilización mesoamericana más importante en
desarrollarse antes de la conquista europea. Su Imperio reinaba en la época de la llegada
de los españoles y resumen o sintetizan, en su cultura, a todas las antiguas civilizaciones
de la zona.
Este pueblo dominó prácticamente toda la región del actual México desde el año 1325
d.C. hasta la conquista española ocurrida en 1521.
Ubicados en el Valle de México, su Imperio se extendió por el norte, desde los
alrededores del lago Texcoco hasta parte de la península de Yucatán –donde
comenzaban las ciudades Mayas-, por el sur y desde las orillas del Atlántico a las orillas
del Pacífico, de este a oeste.
Su capital era Tenochtitlán y fue construida sobre los islotes del lago Texcoco. Fue la
más grandiosa de las capitales americanas. El centro originario erigido sobre las islas
pantanosas del lago Texcoco adquirió con ellos el aspecto de una ciudad fabulosa, casi
en irreal, constituida sobre una red de canales a la manera de Venecia, rica en jardines,
parques zoológicos, llenos de animales y aves de todo tipo, fastuosos templos, palacios
y edificios privados.
Se piensa que los Aztecas se impusieron a sus vecinos por medio de conquistas
militares; las ciudades conquistadas conservaron sus autoridades pero debían pagarles
un tributo. Lo cierto es que, en su tránsito, los Aztecas fueron estableciendo alianzas
militares con otros grupos, logrando un gran imperio que se extendía desde el centro de
México hasta la actual frontera con Guatemala.
Las ciudades más importantes eran su capital Tenochtitlán, Tula, Tlaxcala, Tehuantepec
y Cholula.
La influencia política azteca se situó sobre las culturas preexistentes en la costa del
golfo de México: la HUASTECA al norte; al sur lindando con la Maya la OLMECA, en
la costa del pacífico sobre la zona de California la TARASCO, al sur de ella la
MIXTECA y más al sur, lindando también con la Mata la ZAPOTECA y en los
alrededores de la laguna de México la TOLTECA.
Con respecto al origen de los Aztecas se cree que pertenecían a las tribus los Nahuas,
Según sus leyendas procedían de Azatlán, una isla que se encontraría cerca de la
frontera de los Estados Unidos actuales, y siguiendo las indicaciones de su Dios
Huitzollopochtli (colibrí del sur) estos grupos inician su éxodo hacia las regiones
centrales cayendo sobre las otras culturas mexicanas aproximadamente en 1168 d.c.,
asentándose en las cercanías del lago Texcoco donde fundan la ciudad de Tenochtitlán,
en el 1325.
Por su supuesto lugar de procedencia fueron llamados Aztecas aunque ellos preferían
denominarse Mexicas.
La historia de los Aztecas es de dominación y expansión. Sus primeros reyes fueron los
encargados de aumentar el poderío azteca.
Como consecuencia de las guerras contra los Tecpanecas –también tribu Nahua- y su
dominación, el Imperio se extendió por el valle de México hacia Cuernavaca, pero fue
su soberano Moctezuma I (1440-1468) quien llegó hasta las costas del golfo y por el sur
hasta Oaxaca –zona Zapoteca-.
El Imperio siguió creciendo y en tiempos de Moctezuma II (1502-1520) se extendió
hasta Tehuantepec y parte del Yucatán.
Al final del reinado de Moctezuma II, en 1520, se habían conformado treinta y ocho
provincias tributarias, a la vez que algunos pueblos de la periferia del Imperio luchaban
por mantener su independencia. Estas divisiones y conflictos internos facilitaron su
derrota frente a los españoles, puesto que muchos de estos grupos se aliarían con los
españoles para combatirlos.
Los primeros contactos con los españoles se dieron en 1517 cuando estos llegaron a las
costas del Yucatán. Pero el final de los aztecas comenzó cuando Hernán Cortés, en
1519, luego de aliarse con los Cempoaltecas y los Tlaxcaltecas –región Totonaca- e
inicio su marcha hacia Tenochtitlán. La ciudad cayó en sus manos en 1521 y el jefe
Moctezuma Xocoyotzin fue hecho prisionero y torturado por negarse a decir donde
estaban los tesoros. Conquistada la capital, el ejército español dominó rápidamente todo
el país, iniciándose el período colonial. Su último rey, Cualitemoc muere en 1525.
Además de las guerras las pestes traídas por los españoles ayudaron a la conquista.

LA VIDA DE LOS AZTECAS:


Organización político-social
Se agrupaban en familias repartidas, a su vez, en veinte clanes o calpulli.
Cada clan gozaba de cierta autonomía, poseía una divinidad propia, un templo, tierras (a
cada capulli se les destinaba un fratria o barrio particular) y una administración. El
calpullec, su principal funcionario, era quien debía mantener el equilibrio económico
del grupo.
Los habitantes de cada Clan elegían a un representante o delegado para integrar el
Consejo Supremo de la ciudad.
Este Consejo elegía a los oficiales encargados de las fuerzas militares, repartía las
tierras entre los calpulli y designaba al Tlacatecuhtli, -"jefe de los hombres"-, jefe
supremo que formaba parte de la Federación -ésta incluye a todas las ciudades del
Imperio-.

La sociedad:
Todos los familiares (incluso los lejanos) vivían en una comunidad llamada calpulli.
Cada calpulli se repartía el trabajo entre sus miembros, quines debían cumplir con su
parte para el beneficio de toda la comunidad. Así se dedicaban a producir un bien
específico (algodón, tejidos, crianza de pavos, cestería, etc.) y de tal forma se
planificaba desde la misma sociedad qué cosas hacían falta producir y en qué cantidad.
Los aztecas se unían en matrimonio de tipo monogámico (un hombre se casaba con
una mujer) a través de ritos religiosos con personas que no fueran miembros de su
calpulli. Se permitía el divorcio y ambos podían volver a casarse.
La mujer azteca tenía derechos. Podía tener propiedades a su nombre, acudir al
Consejo para reclamar justicia o solicitar el divorcio.
La sociedad estaba constituida por:
- Los nobles-sacerdotes y miembros de la familia del jefe supremo; los guerreros
distinguidos en batalla podían aspirar al cargo de caballeros águila5.
- El pueblo, conformado por los cultivadores y artesanos. Existían corporaciones que
conformaban barrios "de la orfebrería", "del mosaico", "de las piedras preciosas","de las
plumas".
- Los comerciantes, que formaban una clase aparte, tenían en la ciudad su propio
territorio. Viajaban a través del Imperio transportando los productos de la meseta e
intercambiándolos con los del valle; eran ayudantes valiosos de los jefes militares,
cumpliendo la función de un intenso espionaje, recolectando todo tipo de información
acerca de las fuerzas militares de tribus vecinas.
- El último nivel de la sociedad los ocupaban los servidores y los esclavos.

La economía:
La base de la economía era, como los otros pueblos, la agricultura. Como sus tierras
eran pequeñas para llevar a cabo los cultivos crearon las llamadas chinampas o jardines
flotantes; islas artificiales formadas con lodo amontonado y fijado mediante hierbas y
arbustos, entre los cuales circulaba el agua por los canales (todavía existen chinampas
de donde provienen gran parte de los productos de huerta).
El maíz era uno de los alimentos más importantes, también el frijol, la vainilla, el
melón, papaya, pimientos, tomates y el cacao, con el que preparaban el chocolate. Había
plantaciones de tabaco, que se fumaba en ceremonias religiosas.
La cría de animales era escasa, pavos, perdices y patos salvajes formaban parte de su
dieta.

5
Los caballeros águila formaban parte de los ejércitos organizados, adiestrados para combatir en guerras
por territorios y capturar enemigos para ofrecerlos en sacrificios a los dioses. Los Aztecas tomaron esto de
los Toltecas. (S. Frank op. citada.)
Entre las actividades industriales merecen destacarse la textil (algodón, pelo de conejo,
etc.), metalúrgica (trabajo con metales), cerámica y joyería.
En todas las ciudades había un gran mercado donde comerciaban lo que producían
utilizando como moneda metales y el trueque de productos.
La propiedad de la tierra era comunal. Se asignaban parcelas de tierra a los calpulli
que, a su vez, las distribuían entre la población. Algunas tierras se reservaban para que
su producción sea destinada al mantenimiento del Imperio, las viudas y los inválidos.

La religión:
La religión de los Aztecas también era politeísta, como las demás culturas, y basadas en
dualismos: sol-luna, día-noche, el bien- el mal.
Si bien cada calpulli tenía su dios principal con divinidades menores representadas con
imágenes y estatuillas, el mundo sobrenatural (dioses) de los Aztecas y el de los seres
vivos estaba perfectamente organizado. Además de los grandes dioses creadores poseían
numerosos dioses referidos al mundo natural y a la vida cotidiana.
La lista de deidades del legado azteca sobrepasa las seis decenas, aunque con dioses
preponderantes:
En el ámbito de la creación cósmica, la deidad determinante era Ometeotl, creador del
universo, del tiempo y espacio, de todas las dualidades de la naturaleza.
Por debajo de él son importantes Coatlicue (Diosa de la tierra), Tezcatlipoca (dios
guerrero inventor del fuego muy invocado por los chamanes), Tonatiuh (dios del sol,
representado en el calendario azteca), Tlaloc (divinidad del agua y la lluvia), que
ocupaba un lugar tan prominente en el panteón como Huitzilopochtli, el dios de la
guerra (éste protector era el que recibía como ofrenda sacrificios humanos. Las víctimas
solían ser esclavos o guerreros enemigos capturados (en los últimos tiempos, soldados
españoles). Después de varios días de preparación ritual y tras un largo suplicio entre el
frenesí de diversos instrumentos de percusión, se sacrificaba al prisionero y su corazón
era ofrendado al terrible dios, que lo exigía para que su ira fuera aplacada),
Mictlantecuhtli (el dios de la muerte), y uno de los más conocidos: Quetzalcoatl,
-nombre compuesto de dos palabras de origen náhuatl: quetzal, un ave de hermoso
plumaje que habita la selva centroamericana y cóatl, la serpiente- Representado por una
serpiente emplumada. Los Aztecas incorporaron esta deidad a su llegada al valle de
México, modificando su culto. Quetzalcóatl: la Serpiente emplumada, era a la vez un
personaje histórico y dios del viento, de la vida y del amanecer. Enseño a los pueblos
creyentes la agricultura, el trabajo de metales, las artes, el calendario y predicó una
religión de amor y resignación.

La educación:
La educación tenía un carácter tradicionalista- elitista con la misma orientación bélico-
religiosa de su pueblo, era muy disciplinada y sostenía el sistema socio-económico
mediante rígidas escuelas de formación religiosa y militar.
Hasta los 14 años era educado en el seno de la familia, en forma dura y austera
(educación doméstica), se enfatizaba el endurecimiento corporal, a través de un rígido
entrenamiento.
A los 15 años comenzaba la educación pública a cargo del estado a través de dos
instituciones:

El Calmecac:
Al que asistían los hijos de los nobles y donde predominaba la formación religiosa.
Estaba anexo al templo mayor y allí el estudiante podía estar toda la vida convirtiéndose
en sacerdote o salir para casarse. La entrada del joven a la institución era acompañada
de discursos rituales, pronunciados por padres y maestros, donde se ponía de manifiesto
la finalidad de la educación allí impartida.
El Calmecac era una escuela donde se formaban hábitos para dominar la voluntad, los
apetitos y el dolor. Allí la educación era dura y los quehaceres pesados.
Se les transmitía toda la ciencia astronómica, el conocimiento de la cuenta calendárica;
se les enseñaba a hablar con propiedad, urbanidad y retórica; dominaban la lectura y
escritura jeroglífica y los cantos sagrados; con los pocos signos de su sistema vigesimal,
aprendían a contar y podían resolver operaciones complicadas.
Además los jóvenes eran adiestrados en la milicia y en caso de guerra iban en campaña
acompañados por los sacerdotes.
El Calmecac, como institución superior, formaba la conciencia individual.
Las jóvenes mujeres de la nobleza asistían a una especie de Calmecac femenino anexo a
los templos; allí recibían una educación ritual-religiosa, convertían en sacerdotisas del
templo, y debían sujetarse a la disciplina severa y a vivir recluidas, los votos podían
hacerse por uno o por varios años o por toda la vida.
La mayoría de las jóvenes salían del Calmecac para casarse. La educación incluiría
también la enseñanza doméstica y la educación moral.
El sostenimiento de su educación corría a cuenta de sus padres o de las mismas alumnas
que contribuían con su trabajo en el templo para el pago de su educación.

El Tepuchcalli: o casa de los jóvenes.


A cargo del tepuchtlato o jefe, el Tepuchcalli era la institución educativa donde asistían
los jóvenes del pueblo, para convertirse en valientes y hábiles guerreros. Esta fue una
educación práctica y respondía a las necesidades del medio geográfico y social en el que
se desenvolvían los aztecas. En cada barrio o calpulli había tepuchcallis donde los
jóvenes ingresaban en medio del ceremonial acostumbrado.
Una vez internados en esta escuela se dedicaban a mantenerla limpia, la vida allí era
difícil y sufrían penitencias y privaciones; cooperaban en el laboreo de las tierras del
Tepuchcalli, que proveía su sustento, intervenían además en la construcción de templos,
palacios y calzadas.
La enseñanza primordial era el dominio del arte de la guerra, que se iniciaba con el
acarreo de la leña, el adiestramiento en el manejo de las diversas armas y en la práctica
para poner emboscadas y hacer con éxito el papel de espías.
Aprendían también civismo, artes y oficios, la historia, las tradiciones y cultivaban el
hábito de la obediencia a la religión, así como el saber guardar continencia alcohólica y
sexual.
Al Tepuchcalli le correspondía la enseñanza de nivel elemental en donde se formaba la
conciencia social y nacional.
Existió también un Tepuchcalli para las jóvenes, uno en cada barrio y sólo daba
enseñanza religiosa y doméstica.
Según García Blanco6, la diferencia entre estas dos instituciones está dada por el nivel
de profundización de los conocimientos y no por la procedencia social de los alumnos,
como sostienen otros historiadores. Para este autor la pequeña élite que tuviera dotes
intelectuales accedería al Calmecac, en dónde no se abandonaba la importancia otorgada
a la educación física, pero se incorporaba además la educación musical, médica
(aplicada tanto a la guerra como al deporte) y, naturalmente, la instrucción militar.
6
García Blanco S. “Historia de la Educación Física: La educación física entre los Mexicas”. Edit.
Gymnos. Madrid. 1997.
García Blanco señala que la formación de ciudadanos/soldados que pudieran suplir su
deficiencia numérica mediante una formación física superior, era el objetivo de su
educación, y en este sentido, similar a la "agogé" espartana, pues la enseñanza estaba
provista y regida por y para el Estado. El joven azteca, era educado sobre el goce de
alcanzar la vida futura, muriendo como un guerrero (y no de causa natural), llegando a
preferir a otras, la muerte en combate o en sacrificio. A partir de los 18 años, se
intensificaba el entrenamiento.
La cultura Azteca no sólo contó con educación doméstica y pública sino que también
llego a contar con educación estética.
Ésta era impartida en el Cuicacalco escuela donde se enseñaba danza, música y canto.
Allí concurrían al atardecer los jóvenes del Tepuchcalli y las jóvenes también. Usaban
vestidos especiales muy hermosos y se adornaban de manera especial para concurrir a
esta institución; eran dirigidos por un jefe noble que presidía las reuniones que duraban
casi hasta la media noche, donde se danzaba, cantaba y bailaba.

Los Saberes:
Al ser una civilización que dependía principalmente de la agricultura necesitaron
controlar los tiempos que ella exigía (preparación de la tierra, siembra, cosecha, etc.) y
lo lograron mediante la invención del calendario, que ejercía una influencia dominante
en la vida y en la religión. Tenían 2 calendarios, uno Ritual o litúrgico que era utilizado
para establecer predicciones y horóscopos y otro Solar, civil ó astronómico, de 365 días
que proporcionaba las referencias cronológicas para las actividades de la sociedad en su
conjunto. Por su exactitud, la medición del tiempo de los aztecas fue también mejor que
la de egipcios, mesopotámicos y griegos.
Al producir un calendario desarrollaron otros conocimientos como la astronomía, las
matemáticas y la física. Los Aztecas tuvieron un conocimiento astronómico muy
desarrollado; tenían estructurado el sistema del universo por medio de un complejo
sistema simbólico y religioso.
Al haber agricultura tuvieron la necesidad de desarrollar la hidráulica para la
construcción de canales de riego. Los excedentes de alimentos aumentaron y la
población creció. Al ser una población numerosa estaba expuesta a las epidemias por
enfermedades y, para evitarlas, desarrollaron la medicina. Pero para ello necesitaron
tener remedios y, para conseguirlos, desarrollaron la química, botánica y zoología.
La medicina tuvo un gran grado de desarrollo en la cultura azteca. Los sacrificios
humanos religiosos favorecieron un buen conocimiento de anatomía. Además, con el
conocimiento de la naturaleza distinguieron propiedades curativas en diversos minerales
y plantas. En esta sociedad, la medicina estuvo muy ligada a la magia. Aún así, el hecho
de no atribuir la causa científicamente correcta a cada enfermedad no significó que no
se aplicase el remedio conveniente. Aunque la medicina era practicada por hombres y
mujeres, parece ser que sólo las mujeres podrían encargarse de ayudar en los partos.
La escritura, utilizada para registrar los acontecimientos históricos, los conocimientos
calendáricos y astronómicos, el ritual religioso, los títulos de propiedad de la tierra y los
recibos de pago de tributos, era de tipo pictográfica y jeroglífica y se compone de
ideogramas y fonemas.
Se conoce la existencia de los llamados tanalámatl, especie de almanaques o libros de
referencia para la guía de los sacerdotes hechos de papel amate (corteza de árbol), que
solían consistir en largas tiras de papel preparado para pintar sobre él, que
posteriormente se doblaban en forma de biombo, para facilitar su lectura.
Lamentablemente pocos son los que han sobrevivido a la quema decretada por el clero
cristiano. Se conserva el llamado códice mendocino, un manuscrito ilustrado hecho en
papel europeo por los escribas mexicas después de la conquista española, a mediados
del 1500. Su nombre se debe a que fue encargado por el primer Virrey de la Nueva
España, Antonio de Mendoza, para enviar al rey Carlos I informes sobre los mexicas.

El Arte:
Tantos conocimientos les permitieron desarrollar una extraordinaria arquitectura
manifestada en sus grandes construcciones de piedra, edificios, templos, obras
hidráulicas, grandes ciudades y en sus pirámides. Los templos se situaban dentro de
recintos amurallados que podían contener dormitorios y escuelas sacerdotales, piscinas
sagradas para baños purificadores, altares gigantescos, braseros para fuegos sagrados,
jardines, patios para el juego de la pelota, etc. La construcción de templos gemelos, con
doble escalinata de acceso, las pirámides de planta circular, el teocali típico (templos
sagrados) consiste en una infraestructura sólida dispuesta sobre una plataforma con una
escalera de acceso con columnas en una de los lados y sobre el cual se situaba el
santuario que contenía la imagen de la divinidad a la que se dedicaba el templo, son
algunas de sus grandes obras arquitectónicas.
La plástica se identifica por el miedo a las fuerzas sobrenaturales. Ellos decían que
triunfarían las fuerzas del mal, que el sol sería derrotado y de esa manera terminaría la
humanidad; por ende su plástica era realista mítica, ya que representa lo religioso.
Sus esculturas, realizadas en todos los tamaños, diminutas o colosales, las primeras
generalmente para la representación de animales y objetos comunes, las de gran tamaño
para representar dioses y reyes, realizadas en piedra, madera y enriquecida por
incrustaciones de piedras preciosas y pinturas de colores son muestras de su gran
habilidad y desarrollo artístico
Su arte plumario fue una de las expresiones más originales y características. Utilizaban
aves de los bosques tropicales del sur, cazadas con técnicas especiales para no dañar el
plumaje de la presa o bien eran criadas en cautiverio. Las plumas se clasificaban por
tamaño, calidad y color, siendo las más apreciadas las verdes del quetzal, las rojas del
tlauquecholli –parecido al flamenco- y las azules turquesa del xiuhtótotl, ó azulejo real,
una especie de pájaro de la zona.
Con las plumas hacían tapices, adornaban mantas, máscaras rituales, trajes de guerreros,
escudos y tocados o coronas. Los especialistas dedicados a la tarea de tejer con plumas
se denominaban amantecas y eran y siguen siendo muy apreciados.
Se destacaron también en orfebrería, joyería, cestería, tejeduría (algodón y pelo de
conejo), música, poesía y danza.

Los CHICHIMECAS:
La cultura o pueblo Chichimeca, fue el nombre que los pueblos Nahuas genéricamente
aplicaron a un amplio grupo de pueblos seminómadas cazadores-recolectores, que
habitaban el norte de México e invadieron la zona central de México en el 1100.
Este pueblo guerrero somete y destruye a los Toltecas en Tula (1116) y se establecen en
Tenayuca y luego en Texcoco. Heredan la cultura Tolteca, su lengua y su religión.
La invasión de los chichimecas, terminó con la espléndida civilización de los toltecas y
con su hegemonía en la meseta central; el éxito de su empresa se debió al uso del arco y
la flecha como armas fundamentales. Al instalarse en los dominios toltecas, los
chichimecas, originariamente cazadores y recolectores, adquirieron las formas
superiores de esa cultura, asimilando las técnicas agrícolas y de elaboración cerámica.
Los chichimecas conocieron sucesivas etapas en su dominio de la zona, aunque nunca
llegaron a consolidar un estado hegemónico. Su unidad política, iniciada por Xólotl, tras
la conquista de Tula, se fragmentó a mediados del 1300. Las distintas ciudades
chichimecas rivalizaron entre sí y entraron en conflicto con el creciente poderío de
Tenochtitlán, la capital de los Aztecas.

Cultura TARASCA ó P'URHÉPECHAS:


Ubicados en la región del Pacífico, zona de Michoacán, baja California y Guanajuato
aproximadamente desde el año 1200 d.C., su esplendor terminó hacia el año 1600. En
1470 d.c. derrotan a los mexicas de la zona.
Su gobierno era monárquico y teocrático, su capital: Tzintzuntzan.
Se dedicaban a la pesca –economía principal- , alfarería, escultura, arquitectura, pintura,
y orfebrería. Este pueblo se destacó por el empleo de instrumentos agrícolas de cobre.
Se cree que el manejo de los metales los ayudó a mantener su independencia de los
Aztecas.
Existía una estratificación social en cuya pirámide estaba el rey, al que le seguían los
señores, principales y los sacerdotes. En la base de la pirámide se hallaban comunidades
de campesinos y pescadores, artesanos y mercaderes.
Como la mayoría de las culturas prehispánicas, eran politeístas. Sus dioses principales
se representaban como el Sol, la Luna y el planeta Venus.

Los TARAHUMARA:
Se ubicaron en las Sierras occidentales, en los límites de la zona que denominamos
mesoamérica.
Eran belicosos y politeístas. Creían en la vida después de la muerte y en la existencia de
seres benévolos y malévolos. Sus rituales comunales eran parte esencial de su cultura.
Adoraban el sol y la luna, celebraban victorias bélicas, la caza de animales y la cosecha.
En sus primeros tiempos sobrevivían gracias a la recolección de frutas silvestres y de la
cacería mientras que practicaban la agricultura a muy baja escala, luego dominaron la
agricultura y el maíz se convirtió en el elemento más importante de su dieta.

JUEGOS y ACTIVIDADES de MESOAMERICA.

El Juego de Pelota
En Mesoamérica y en el resto de la América Precolombina existía una gran riqueza
cultural y una amplia variedad en lo que se refiere a las formas de la práctica deportiva,
recreativa y lúdica; manifestada una gran diversidad de juegos, deportes y juguetes
utilizados en la recreación de niños, jóvenes y comunidades enteras. De todas las
actividades, sin dudas, el JUEGO DE PELOTA tiene un protagonismo especial.
La evidencia arqueológica en las más de 1.500 canchas de juego halladas hasta hoy
y distribuidas desde Arizona hasta Nicaragua, nos muestra que el juego tuvo gran
importancia y revela también las diferencias regionales y cronológicas, además de la
variedad de implementos y protectores utilizados. Difundido en toda América, el juego
de pelota, practicado en el ámbito de todas las civilizaciones, fue tomando diversos
nombres y sufriendo algunas alteraciones con respecto al campo de juego y las reglas.
Así los Olmecas lo llamaban ULLAMALIZTLI, los Mayas lo practicaron con el
nombre de POKYAH ó POK-TA-POK, mientras los Aztecas le llamaron TLACHTLI
(como el nombre del campo de juego).
Existe consenso en pensar que el juego de pelota tuvo sus orígenes en la región
Olmeca del Golfo de México. El hule, con el que se fabricaba la pelota, provenía de
Tabasco, zona que habitaban los Olmecas –su territorio era llamado Olman, que
significa “el país del hule”. Este árbol de donde se extrae el látex para elaborar la pelota,
fue cultivado por los Olmecas, quienes habrían dado auge a estos juegos - antigüedad
estimada desde el 2000 ó 1500 a.C-. La palabra con que se denomina al hule, en
Tolteca, es OLLI. La existencia de estas plantaciones; en la cual radica el sentido y
espíritu del juego, apoya esta teoría.
Aún hoy persiste la polémica sobre el significado del juego de pelota prehispánico.
La historiadora Emily Carreón señala que el juego de pelota tiene tres tipos de
interpretaciones: astronómico, de fertilidad agrícola y para resolver conflictos internos
y externos entre élites y pueblos o marcar fronteras. Ella considera que los simbolismos
astrales y de fertilidad atribuidos al juego de pelota se complementan, porque los ciclos
agrícolas y la fertilidad están ligados a las estaciones, regidas por el movimiento de los
astros. En cuanto a la tercera interpretación, de sentido bélico-militarista, menciona que
las canchas eran edificadas por la élite y la práctica del juego era una manera alterna de
adquirir riqueza y territorio, así como de mantener la cohesión social y establecer
autoridad política y religiosa, ubicándolo dentro de la esfera del poder y de la historia de
las culturas mesoamericanas; la cancha principal se encontraba en el centro político de
la ciudad y las menores en los barrios populosos ó cerca de los mercados, la gente
colmaba las canchas preparadas con cuidado y anticipación, principalmente en las
ciudades sagradas y centros ceremoniales. Esto es tomado por otros investigadores
como un evento lúdico-deportivo donde la población perdía su condición de noble o
plebeyo para dar rienda suelta a la diversión.
Sin importar cuál de las posiciones tiene mayor peso, el juego mantuvo una unidad
simbólica con su evolución, tuvo un primer apogeo durante sus comienzos, un ocaso en
los tiempos de Teotihuacan y un segundo apogeo después de la caída de esta ciudad,
expresa el arqueólogo Eric Taladoire en la Revista Arqueología Mexicana; además hoy
se practican alrededor de 13 juegos precolombinos, aunque algunos de ellos estén
influenciados por la tradición española durante el mestizaje.

ULLAMA u OLLAMA.
Era una de las expresiones deportivas más antiguas, atribuida, como ya mencionamos, a
la cultura OLMECA. También practicada entre los TEOTIHUACANOS.
Su práctica estaba íntimamente ligada a la religiosidad, espíritu y actitud guerrera.
La confirmación de la existencia del juego de pelota entre los Olmecas viene dada por
descubrimientos de representaciones de barro de jugadores procedentes de los
yacimientos de San Lorenzo y de La Venta, existen también unas esculturas de terracota
encontradas en tumbas que han sido ubicadas históricamente en el período preclásico
(1800-100 a.C.), que representan a jugadores llevando pelotas en sus manos o debajo
del brazo con protecciones para la cabeza, piernas y cintura, típicas del juego.
Algunos especialistas afirman que las colosales cabezas Olmecas de piedra que poseen
una especie de casco en la cabeza, corresponden a personajes principiantes del juego.
De acuerdo a los relatos y descripciones este juego era considerado como un
enfrentamiento de dos fuerzas opuestas en la que una de ellas tendría que emerger
triunfante; la agotadora lucha entre la vida y la muerte, el valor y la cobardía o la
constante rivalidad entre la noche y el día serían algunos ejemplos de esta pelea
continua. Se jugaba con una pelota de hule, grande y elástica, que pesaba
aproximadamente 4 kilos y se disputaba en un campo de juego amurallado llamado
Tlach-tli. En la cultura Teotihuacana las fuentes de información sobre el juego de pelota
se encuentran el mural de Tepantitla y en la Ventilla.
“Entre las pinturas murales del palacio de Tepantitla se observan algunas escenas que
refieren a modalidades de golpeo de la pelota: el golpeo con las caderas (Ullamaliztli),
el golpeo con el antebrazo y el golpeo con mazo o bastón (aquí se observa al menos 16
jugadores). En otra escena del mural se puede observar el sacrificio de extirpación del
corazón; esta modalidad de sacrificio no ha sido relacionada por ningún autor con el
juego de la pelota, sin embargo al estar representado junto a múltiples escenas del juego
tal relación podría existir.
En la Ventilla se descubrió un marcador del juego de pelota dentro de un patio de juego
que se construía hundido y con escalones a los lados, junto al marcador y al pequeño
templo se halló un cráneo humano con signos de decapitación. Este marcador mide
alrededor de 2 metros de altura”.7
Actualmente se practica la ULAMA en sus tres modalidades y el campo de juego varía
según las mismas, así como las características de la pelota, por ejemplo para la Ulama
de cadera la pelota medía entre 25 y 30 centímetros de diámetro y pesaba entre 1.2 y
2.4Kgs.; para el juego de antebrazo era más liviana y más pequeña entre 7 y 10
centímetros, con un peso aproximado de 500 gramos y para el juego de mazo medía
aproximadamente 15 centímetros de diámetro y pesaba de 900 gramos a 1.6 Kg.

POKYAH ó POK-TA-POK.
Este juego de los MAYAS –también de los Olmecas, Teotihuacanos, Zapotecas y
Toltecas- tuvo origen religioso, iniciándose con un ceremonioso desfile, según el Popol
vuh.
7
RODRIGUEZ LOPEZ. “Historia del deporte”. INDE Publicaciones. Barcelona. 2000.
Todas las grandes ciudades-templo mayas poseen uno o más patios ó canchas para el
juego de pelota. Quienes hayan visitado las ruinas de Copán o de Chichen-Itza pueden
ver su aspecto: de forma alargada, rectangular, con forma de I, con graderías en ambos
lados para los espectadores y en ambos laterales, precisamente en la mitad, con hasta 10
metros de altura del suelo se ubica un anillo de piedra fijado a la pared en posición
vertical (no horizontal como el básquet). En los extremos de la cancha existen templos
para cada uno de los dioses, uno para el dios del juego y otro para el dios de la pelota.
El de Chichen-Itza tiene varios patios para el juego. El mayor, que es el más grandioso,
fue construido por los Mayas-Toltecas y decorado con motivos originados en Tula (de
donde emigraron los Toltecas). Tiene 166 metros de largo por 28 de ancho y el “cesto” a
10 metros de altura, se parece a una muela de molino, de piedra, con una serpiente
esculpida mostrando sus colmillos. Los 3 edificios construidos en su perímetro subrayan
su importancia: dos pequeños templos en los extremos del terreno y el Templo de los
Jaguares, que domina la parte oriental. Todos los bajorrelieves homenajean a
Quetzalcoatl y a los guerreros Toltecas.
En Guatemala se han encontrado y clasificado más de 260 estructuras para el juego.
Smith (1962) determinó que los tipos de canchas que existían en Guatemala son: juegos
de pelota con extremos abiertos, juegos con extremos cerrados, juegos conectados a una
plaza o un altar y los tipos hundidos en forma de palangana. El nombre que se le da en
Quiché a la cancha es “Hom”, que significa hundido. Analógicamente tiene relación con
el inframundo o Xibalbá.
Durante el juego se usaban varios tipos de marcadores los cuales eran tallados en piedra
y tenían diferentes formas, podían estar esculpidos o no, los más conocidos son los
anillos por los cuales debía pasar la pelota durante el juego, también lo son los
marcadores esculpidos en forma de cabeza de animal los que han sido empotrados en las
paredes laterales de la cancha, hay otro tipo de marcadores circulares.
Con respecto a las reglas del juego existen diferencias debido a las pocas fuentes
escritas que las detallan. Algunas de las fuentes escritas son, entre otras, el Popol Vuh
(libro sagrado basado en las tradiciones orales, conocido por una versión en español del
siglo 16), Las crónicas del Fray Bernardino de Sahagún (misionero español 1500-1590)
y las crónicas de Diego de Landa (religioso español, obispo del Yucatán, 1524-1579-, el
mismo que ordenó la quema de los libros).
En el libro sagrado de los Mayas, Popol Vuh o Libro del Común, podemos indagar y
encontrar una serie de situaciones que hacen referencia al juego de pelota, llamado
"pok-ta- pok". La referencia sobre una actividad dentro de un libro considerado sagrado
para una civilización, indica la gran importancia que ésta tenía para esa sociedad.
Como el Pokyah maya no se jugaba en época de Landa se recurre, para su descripción a
otros registros, de donde se desprende que eran 2 los equipos que participaban en el
encuentro y que los jugadores llevaban vistosos trajes durante el desfile inicial.
La pelota medía entre 25 y 30 cm. de diámetro, confeccionada con caucho o hule
macizo, con un peso máximo de 3 kg. y envuelta en piel, manteniendo su gran
capacidad de rebote.
Se impulsa con la espalda, las caderas y/o las nalgas; estaba prohibido tocar la pelota
con las manos o los pies y tampoco podía tocar el suelo, una actividad agotadora que
requiere de gran habilidad corporal.
Los jugadores llevan protectores en las caderas confeccionadas con cuero de venado,
sujetados por una faja de cuero. Algunas versiones indican el uso de protectores en la
cabeza (especie de turbantes), petos o escudos, rodilleras y hasta guantes; los pies de los
jugadores generalmente iban desnudos o con tobilleras para evitar algún desgarre o
luxación, sin embargo también son frecuentes un tipo de sandalias.
Con respecto al desarrollo del juego se menciona que el equipo ganador era aquel que
lograba llevar la pelota a una de las metas; otras crónicas relatan que la pelota debía
rebotar en las paredes laterales y pasar por algún aro de piedra, por lo que se supone que
el tanto se hacía al embocar la pelota y que aquel equipo que lo lograba era el ganador.
Que la pelota pase por el aro requería de una proeza muy rara debido a la ubicación y a
la altura, pero según los relatos, si un jugador lograba tal hazaña tenía derecho a exigir
como premio toda la ropa y joyas que portaban los espectadores. También se menciona
que el equipo ganador era simplemente aquel que había cometido menos errores. No se
cita nada sobre duración del encuentro.
Tanto jugadores como espectadores hacían fuertes apuestas consistentes en joyas,
mantas y otros valores. Los Mayas daban mucha importancia a este juego.
Algunos relatos señalan que al final del juego un jugador era sacrificado (algunos
hablan del perdedor y otros del ganador -como una forma de acceder al mundo de los
dioses-).
Existen representaciones en las que aparecen dioses enfrentados en el marco del juego
de pelota; esto sugiere que los jugadores eran, a su vez, representaciones humanas de
este hecho.
Para algunos historiadores la pelota simbolizaba al Sol durante su recorrido por el cielo,
y el juego tenía como propósito influenciar favorablemente al astro del día, para otros la
pelota en constante movimiento representa al movimiento de los astros y las fuerzas de
la creación.

TLACHTLI Juego de pelota Azteca.


Entre los AZTECAS el juego de pelota, a parte de ser una lucha entre hombres, era un
enfrentamiento del bien y el mal con sus respectivos dioses involucrados. Los jugadores
se encomendaban a diferentes divinidades, y la partida, que era todo un ceremonial
empezaba con un rito y terminaba acompañado de sacrificios y ofrendas.
Como en cualquier juego moderno, se trataba del enfrentamiento entre dos equipos, en
los cuales el número de integrantes era muy arbitrario. Cada equipo se colocaba a un
lado de un campo dividido, por una línea, y tenía como objetivo pasar la bola a unos
quince centímetros de diámetro, al otro sector, tratando de embocarla en alguno de los
dos aros colocados en las paredes laterales del patio a una altura de tres metros, en
forma vertical. Generalmente los encuentros terminaban sin que nadie embocara, pero
resultaba ganador el equipo que hubiera incurrido en menos errores, el que lograra pasar
la bola por un aro aparte de darle la victoria a su equipo, era considerado un héroe.
El número de ruinas de campos de juego hallados en México prueban la difusión de este
juego popular y ritual.
Los Aztecas llaman así a este juego. El campo de juego es en forma de I, con hileras de
asientos escalonados a uno y otro lado; en el medio de las paredes laterales el aro de
piedra por el que debe pasar la pelota de hule impulsándola con las caderas.
El Tlachtli, esencialmente un juego religioso, se realizaba frente a los gobernantes. En
Tenochtitlán el juego se hallaba en terreno sagrado, frente a los astilleros de cráneos de
los que habían sido sacrificados en el templo principal, y se encontraba limitado por el
templo dedicado a los caballeros-águila.
Se jugaba con una pelota de hule (caucho), sustancia gomosa y muy elástica que se
obtenía juntando las secreciones de los troncos de algunos árboles. Una vez cuajada
cierta cantidad de esta secreción, que lograban picando los troncos con pedernales, la
envolvían con algodón y otras materias suaves y fibrosas, luego cubrían todo con una
piel bien curtida.
El Fray Bernardino de Sahagún registro: “El árbol ullequehuitl es grande, alto y
frondoso; de el se obtiene una resina negra que se llama ulli. Esta se vuelve muy elástica
y con ella se hacen las pelotas para el juego, que saltan mucho más que las hinchadas
con aire” “Las pelotas eran del tamaño aproximado de los bolos -15 cm. de diámetro-;
en el juego, tanto los jugadores como los espectadores colocaban como apuestas oro,
turquesas, esclavos, mantas, milpas (maizales) y hasta viviendas –lo cual hace recordar
que el Cardenal Mazarino perdió la suya en un solo juego-, en otras ocasiones el señor
jugaba sólo por diversión…; también llevaba con él buenos jugadores quienes jugaban
ante él y otros principales y ganaban lo apostado… el campo de juego consistía en dos
paredes separadas a 20 ó 30 pies (6 a 9 mts.) que eran de 40 ó 50 pies de longitud (12 a
15 mts.); las paredes estaban blanqueadas y medían alrededor de dos metros de altura y
en medio del campo había una línea usada en el juego; en medio de las paredes, en el
centro se hallaban dos piedras como muelas de molino ahuecadas, una frente a la otra
con un agujero para contener la pelota y aquel que lograba pasarla ganaba el juego. No
jugaban con las manos sino golpeaban la pelota con las nalgas y empleaban para jugar
guantes en las manos y un cinturón de cuero en las nalgas para golpear la pelota…”
Otra versión indica que jugaban en una cancha limpia, llana y barrida, llamada batel.
Los competidores se colocaban en dos cuadrillas de 8 a 10 hombres, cada uno en los dos
extremos de la cancha o plaza y se arrojaban la pelota de un grupo al otro. Jugaban con
las caderas, de modo que quien hacia el saque dejaba caer la pelota la suelo y al rebotar
le daba un fuerte caderazo para enviarla al sector opuesto; otras veces le daban varios
caderazos suaves para mantener la pelota en el aire y descargarle el impacto cuando lo
creía oportuno o suponía que el envió podía ser exitoso. No solamente se daba caderazo
fuerte para enviarla al sector opuesto sino que, en el trayecto, tenía que hacerla pasar
por uno de los aros de las paredes laterales de la cancha. Eran tan habilidosos estos
envíos que muchas veces los rivales no podían alcanzar la pelota, ya sea por la fuerza
que llevaba o por el efecto que el tirador había conseguido imprimirle. Cuando la pelota
rebotaba suavemente en el suelo los jugadores se arrojan al piso y con rara habilidad
conseguían darle un caderazo que la elevaba nuevamente. Cuando se conseguía enviar
la pelota fuera del término del equipo opuesto y ninguno de los integrantes lograba
devolverla el juego estaba ganado.
Al finalizar el juego se arrojaban a algún río para refrescarse. De esta manera unían a su
juego prácticas higiénicas, logrando un desarrollo corporal adecuado que educaba a la
juventud para los trabajos y las guerras. La vestimenta eran guantes, un taparrabos y
tiras de cuero de venado sujetas a los muslos.
Una tercera versión, es descripta por el P. Prévost, en el siglo 18, de la siguiente manera:
…”el escenario de este ejercicio era una especie de campo de Paume y el instrumento
era una pelota hecha de goma de un árbol que crece en los países cálidos. De él se hace
destilar, por una incisión, un líquido blanco y graso que se cuaja casi enseguida y que,
cuando se amasa llega a ser negro. Esta pelota, aunque dura y pesada, volaba tan ligera
como un balón lleno de aire…”Para ganar la pelota debía tocar la pared que servía de
límite y a la que el equipo contrario debía impedir que llegase. Se jugaba sólo con las
nalgas y las caderas y, para hacerla rebotar los jugadores se ponían un cuero bien tirante
entre las nalgas; se presentaban mutuamente la parte trasera para devolverla a medida
que se elevaba y daba botes; se hacían partidos reglamentados para lo que se disponía
de oro, tapices, plumas como apuestas… los tantos se anotaban con rayas…”.
“El lugar del juego era una sala honda, larga y estrecha, más ancha por arriba que por
abajo y más alta por los dos laterales que por los dos extremos… las parees eran
delgadas y blanqueadas con cal, se colocaban en los dos lados unos aros de piedra,
parecidas a las muelas de molino y perforadas por el centro, este agujero tenía el tamaño
necesario para que pase la pelota… el que metía la pelota en él ganaba el juego, con una
victoria que se producía raras veces…” “Una antigua costumbre convertía a este jugador
en el dueño de las vestimentas de todos los espectadores; el juego resultaba así más
divertido porque los que llevaban buenos ropajes huían para salvarlos y eran
perseguidos por el vencedor…”
Finalmente otras crónicas agregan que los Aztecas eran fanáticos de este juego. Cada
palacio tenía su cancha. Los encuentros eran encarnizados y las apuestas elevadísimas.
El espíritu deportivo no existía entre los Toltecas ni entre los Aztecas; el juego no era
una demostración de destreza ni de cualidades deportivas, sino una especie de función
ritual mediante la representación de la cual los dioses manifestaban sus deseos. Durante
la noche anterior al encuentro los dos equipos permanecían en oración, pedían a los
dioses que la pelota les fuese favorable y trataban de hechizar los diferentes objetos que
constituían su atuendo: guantes, rodilleras; los aros de piedra también eran objeto de
plegarias, lo mismo la pelota.

UARHUKUA CHANAKUA ó Pelota P'urhépecha.


Los P'URHÉPECHAS ó TARASCOS practicaban, al menos, dos tipos de juegos con
pelota, uno en el que la pelota era impulsada con un trozo de madera llamado “puño”
que se ataba a la palma de la mano y otro -el Uarhukua Chanakua- en el que usaban un
mazo o palo para golpear la pelota; este juego esta representado en algunas figurillas,
fechadas al 1.500 años a.C. En uno de los murales del Palacio de Tepantitla,
Teotihuacán, se observan varios jugadores que desde campos opuestos impulsan la
pelota con un bastón (visto como una modalidad del Ullama).
En sus inicios se practicaba comunidad a comunidad; se le nombraba de diversas
formas, las reglas se acordaban antes de empezar a jugar, la pelota se colocaba entre las
2 comunidades contrincantes, no había límite de participantes, ni de tiempo, la meta era
llevar la pelota a su comunidad; utilizaban una rama de árbol, en forma de bastón para
impulsar la pelota, de aquí se desprende su nombre natural: "Uarhukua", que en lengua
Purhépecha significa: "Bastón".
Una de las formas del juego del bastón, conocida como “pelota encendida”, poseía un
simbolismo mítico: el paso del sol por la esfera celeste, se realizaba prendiendo fuego a
una pelota previamente cubierta de mantas y se la impulsaba con el bastón por el aire,
así la estela de fuego semeja un cometa celeste. Dos grupos disputaban esta pelota hasta
lograr llegar a una meta. La otra forma se jugaba con una pelota de 10 cms de diámetro
y no más de un kilo de peso, los equipos, formados por cinco jugadores, debían hacer
llegar la pelota hasta la meta contraria lanzándola por el aire o por la tierra mientras los
adversarios tratan de evitar su avance. Esta práctica se integraba a las fiestas y ritos
religiosos, generalmente asociados a la agricultura.

Los QUICHÉS que habitaron la zona de Guatemala jugaban intentando rebatir


una pelota con un escudo de madera y se lanzaban con una pala ancha y recia o bien un
garrote grueso y redondo, un bate; esto hace suponer que estos pueblos practicaban
algún juego similar al béisbol.

Las Carreras:
La importancia de las carreras en toda América tiene que ver con el carácter ritual que
representa la visibilidad, la aparición de la luz.
Los TARAHUMARAS eran grandes y expertos corredores. Llegaban a carreras que
duraban de 24 a 72 horas. El promedio era de unos 17 km/h descendiendo a 15 km/h a
las dos horas de carrera, a 12 a las 5 horas, 10 km/h a las 10 horas y 7 km/h al cabo de
las 72 horas de carrera.
Hacían un régimen especial evitando alimentos pesados como la papa, la batata y el
alcohol. Todo lo que pudiera traer ligereza era permitido, carne de liebres, ratas y pavos.
En vistas de las carreras se abstenían de los contactos sexuales. Tomaban el peyote, un
estimulante, y usaban también polvos mágicos.
Estos grandes corredores tenían sus propios juegos deportivos (como los tuvieron los
griegos, con la diferencia que estos últimos fueron más promocionados y así mismo fue
más cuantitativo el volumen de material bibliográfico que quedo sentado sobre sus
actividades), lo cual constituía una gran ocasión para reuniones sociales y religiosas. En
estas fiestas se concertaban grandes apuestas en las que invertían sus bienes y hasta su
propio ser. Las reuniones en Chihuahua duraban días.
Según las versiones, su resistencia física era tan extraordinaria que el emperador
Moctezuma habría instalado un sistema de correo humano utilizando a los Tarahumaras,
cuando éstos eran sus súbditos.
Los jóvenes, para pasar a la categoría de adultos, y poder casarse debían perseguir a la
carrera a un gamo, derribarlo con sus manos, cargarlo en sus hombros y regresar a la
tribu.
Uno de sus aspectos culturales que exige atención es su gran habilidad como corredores
de grandes distancias. Se dice que la carrera mas larga fue entre equipos de dos
comunidades y tuvo una duración de setenta y dos horas. Cualquier ocasión es
apropiada para organizar una carrera en la que dos equipos corren lanzando con el pie
una pelota de madera. Cada equipo lanza su propia pelota y corren en su persecución, si
la pelota se pierde o se rompe, se le proporciona una nueva. En estas carreras, siempre
hay apuestas; cobijas, cabras, dinero, etc. También se asegura que el equipo perdedor
protesta por el uso de hechicería en su contra.

GOMAHCARI
Practicado especialmente por los TARAHUMARAS (pueblos de las sierras occidentales
de México, conocidos por sus carreras). Juego-carrera de habilidad con la pelota.
Se conoce actualmente a este juego como Rarajipuami ó carrera de bola. La pelota
recibe el nombre de “comacali”. La similitud de términos y la escasa y confusa
información ha hecho que algunos historiadores consideren al Gomahcari como una
especie de fútbol.
Consistía en descargar un puntapié a una pelota de hule con el pie descalzo y, una vez
enviada al aire, el lanzador debía seguir andando con paso rítmico y darle otro puntapié
impidiendo que caiga sin perder el ritmo establecido, hasta llegar a una meta. Nunca se
tocaba la pelota con las manos.
En el campo de juego se establecen metas y jugaban dos o tres equipos (algunas
versiones mencionan cuatro) compuestos por dos a ocho jugadores los cuales daban uno
tras otro un puntapié a la pelota a tiempo que se avanza hacia la meta. Cada vez que se
arrimaba a la meta se retiraba una piedra que era colocada allí previamente,
procedimiento que también llevaban los romanos para llevar la puntuación de sus
competencias. Se entregaban mantas a los vencedores, uno de los mejores premios
acordados.
En los juegos competían conjuntamente hombres y mujeres, es por ello que los
Tarahumaras se destacaron sobre otros grupos como individuos vigorosas y resistentes.

Las Luchas:
Todas estas culturas poseían una variedad de luchas, similares entre los diferentes
pueblos. La más destacada, practicada principalmente por TARAHUMARAS y
ZAPOTECAS consistía en derribar al contrario, poniéndolo de espaldas usando sólo la
fuerza del cuerpo para desequilibrar al oponente, estando prohibido el uso de piernas
para tal acción. Los dos rivales se colocaban enfrentados, ambos provistos de una faja
de cuero en la cintura, así, tomándose de la faja debían intentar derribarse.

Juegos de tablero:
Todas las culturas también poseían una gran variedad de juegos de tablero donde
involucraban el azar y la habilidad mental. Algunos de estos juegos poseían un carácter
místico.
PATOLLI:
Es uno de los juegos de tablero más antiguos de Mesoamérica se jugaba desde el tiempo
de los TEOTIHUACANOS hasta el de los AZTECAS.
Se cree que este juego practicado por los Aztecas tenía un sentido religioso y
astronómico ya que el ciclo de tiempo de los nahuas está basado en 52 años, la misma
cantidad de casillas del juego.
Antes de empezar a jugar, los jugadores invocaban al dios del juego y le ofrecían
incienso y comida. Apostaban mantas, plantas de maguey, piedras preciosas y adornos
de oro. Aunque era un juego de azar y era usado para apostar, el Patolli era semisagrado.
Es el juego que jugó Cortés con Moctezuma cuando éste estaba cautivo de los españoles
en su propio palacio. Si bien se jugaba de a dos, cada jugador tenía su anotador oficial.
Cortés tenía a Pedro de Alvarado, llamado “el sol” por los Aztecas, debido a su
cabellera rubia. Moctezuma observó que Alvarado siempre marcaba más puntos de los
que ganaba Cortés, y le hizo notar que ambos hacían trampa.
Una versión indica que el tablero en cruz estaba dividido por 104 casillas (dos veces el
número 52 que era un número sagrado). El tablero se dibujaba sobre una esterilla y se
distinguían las casillas con dos colores.
Se jugaba con 6 piedras de colores por jugador y 6 trozos de caña o frijoles utilizados
como dados (se les pintaba puntos blancos para indicar la puntuación); cada jugador
debía recorrer la cruz y colocar las piedras en las casas moviéndolas según el valor
obtenido al arrojar los dados. El objetivo del juego era viajar alrededor del tablero y
regresar a la propia casa para ganar, llevando todas las fichas hasta ella.
Las casillas centrales o cruce de caminos eran la zona donde se podía comer fichas del
contrincante. Si un jugador se comía una ficha, ganaba 1 punto de la apuesta.
Para ganar turnos extra, había que poner las fichas en las casillas de los extremos de la
cruz, había 8 casillas de este tipo y unas casillas triangulares en las que se debía pagar 2
apuestas al contrincante si se colocaba una ficha en ellas. Si no existían jugadas posible
se debía pagar un punto.
Algunos autores ven cierta similitud con el backgammon.
TOTOLOQUE:
Así llamó Bernal Díaz a un juego de apuestas parecido al tejo, su descripción refiere
…”con unas pelotillas muy tersas, hechas de oro arrojábanlas a alguna distancia, lo
mismo que unas pequeñas planchas hechas también de oro…en cinco jugadas o intentos
ganaban o perdían ciertas piezas de oro o joyas que apostaban…”

Otras actividades:
VOLADOR:
Es una actividad ritual en la que cuatro hombres debían girar, colgados de una cuerda
por los tobillos a gran distancia del suelo, al compás de un ritmo.
Se plantaba, en el centro de una plaza, un tronco largo y muy recto del cual colgaban
cuatro cuerdas que iban atadas a una especie de cilindro colocado en la punta superior
del tronco. Luego enrollaban trece veces cada una de las cuerdas, en las que aseguraban
a cuatro hombres. Estos, luego de arrojarse desde lo alto, comienzan a girar,
aumentando su velocidad y amplitud de giro a medida que las cuerdas se iban
desenrollando. Esta actividad aún puede verse.

Eran frecuentes también las competencias de tiro con arco y de navegación en canoas, y
otros juegos con pelota, luchas y una gran variedad de juegos infantiles, de azar y de
tablero.

Para quien quiera más datos y detalles de otros juegos ingresar a la página de la
Federación Mexicana de Juegos y Deportes autóctonos y tradicionales. Hay muchísima
información.

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