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Argumentación Jurídica

Presentado por:
Sandra Milena Martínez Martínez
Corporación Universitaria Comfacauca
23 de octubre de 2019

Presentado a:
Álvaro Hurtado Tejada, programa de Derecho, Unicomfacauca

Corporación Universitaria Comfacauca


Popayán – Cauca
Derecho Nocturno Semestre III
2019
1. Que se entiende por argumentar:

Defender una idea mediante el uso de razones, tiene como fin o bien persuadir al destinario
del punto de vista que se tiene sobre un asunto, o bien convencerlo de la falsedad o
veracidad de una teoría, para la cual debe aportar determinadas razones.
Aparte de esta intención comunicativa, el texto argumentativo se caracteriza por una
organización del contenido que lo define como tal: Se presentan unas opiniones, que deben
ser defendidas o rechazadas con argumentos, y que derivan de forma lógica en una
determinada conclusión.

Si tomamos como punto de partida el diccionario de la lengua española de la RAE,


argumentación es “la acción de argumentar”, argumentar significa “aducir, alegar, poner
argumentos” y argumento es un “razonamiento que se emplea para probar o demostrar una
proposición, o bien para convencer a otro de aquello que se afirma o se niega” (Real
Academia Española, 1992). Podemos concluir que en general, argumentar es ofrecer
razones que apoyan una determinada proposición.

Se tiene que tener en cuenta que argumentar en términos generales significa dar razones
para apoyar las afirmaciones que hacemos, argumentar es una actividad que realizamos
todos en la vida cotidiana para muchas cosas, pero es una actividad central en el
derecho, porque cuando alguien demanda algo está exigiendo algo y necesita presentar
razones, cuando un juez sentencia necesita dar razones que apoyen porque está fallando
de esa manera determinada, cuando un legislador incluso propone una ley tiene que
presentar razones, en términos generales todos los funcionarios están obligados por la
Constitución en apoyar en razones sus decisiones, las decisiones más importantes que
afectan los derechos de las personas tienen que estar apoyadas en razones.

La argumentación jurídica se puede entender en dos sentidos, por un lado, consistiría en


esas maneras en que los abogados argumentan, es decir dan razones en apoyo de sus
decisiones o afirmaciones y por otro lado se puede entender la disciplina que estudia eso
que hacen los juristas y que propone criterios de corrección, propone teorías para explicar
que es y cómo debe entenderse la argumentación jurídica.

2. Cuantas clases de argumentación existen:

a. Argumento de autoridad: Una definición que da Tarello sobre este tipo


de argumento, y la menciona Gerardo Dehesa, dice: “por el que a un
enunciado normativo le es atribuido aquel significado que ya le había sido
atribuido por alguien o por ese solo hecho”. Mediante el argumento de autoridad se
reconoce a la cita de la jurisprudencia y de la doctrina para reafirmar o reforzar las
razones que se dan para sostener una tesis. Atendiendo a la definición de
argumento de autoridad se puede afirmar que es un tipo de argumento utilizado con
gran frecuencia por los tribunales de menor jerarquía, cuando ya algún tribunal
superior ha fijado un precedente respecto a un caso igual o parecido al que está
sujeto al análisis, ¿por ello sería valido cuestionarlo? Considero que esto sería
factible dando las razones para sostener un argumento distinto siempre y cuando
dicho argumento de autoridad no sea obligatorio por disposición de la ley; de ahí
que, si a cierto enunciado normativo ya se le atribuyó un significado que había sido
atribuido por alguien más y que resulta obligatorio, es válido y por supuesto
obligatorio recurrir a él.

b. Argumento Analógico: Con la expresión “analogía jurídica” los juristas entienden


una semejanza entre hechos o situaciones que se encuentran en la base de la
interpretación analógica (extensión analógica o razonamiento analógico). La
expresión “analogía jurídica” o sus equivalentes indican la operación realizada por
el intérprete (el juez) para aplicar a un caso no previsto por el orden jurídico las
disposiciones jurídicas (legislativas o consuetudinarias) destinadas a regir casos
similares. De esta forma tenemos que la analogía jurídica aparece dentro del
complejo proceso de la aplicación del Derecho, se manifiesta particularmente en la
sentencia jurisdiccional cuando se trata de aplicar una norma general a un caso
concreto no previsto. La aplicación analógica es un medio a través del cual el
intérprete puede superar la eventual insuficiencia o deficiencia del orden jurídico. El
razonamiento analógico es uno de los medios hermenéuticos de que dispone el
intérprete para colmar las lagunas del Derecho, es el ‘procedimiento que provee a
la falta de la ley mediante la unidad orgánica del derecho.’ (F. Von Savigny)”. La
analogía jurídica es, pues, un procedimiento de integración del Derecho. “El punto
esencial de la analogía radica en la semejanza de una cosa con otra, en la similitud
de unos caracteres o funciones con otros; en este caso la analogía consiste en
una atribución de los mismos predicados a diversos objetos”.

c. Argumento sistemático: La argumentación tiene como base la interpretación, pues


primero tenemos que interpretar la norma que se aplicará al caso concreto y
después dar las razones y justificación del porqué la norma que interpretamos es
aplicable al caso concreto. Por todo lo anterior debo decir que interpretar
sistemáticamente un precepto legal es reconocer que un precepto no se encuentra
aislado del ordenamiento jurídico, ya que puede tener relación de manera horizontal
o vertical con otros preceptos legales, ésta es una de las formas que el juzgador
utiliza para interpretar las normas; de ahí que para argumentar la
aplicación de un precepto cuya interpretación se hizo a través del
método sistemático, debe ser utilizado este mismo argumento.

El argumento sistemático entonces es la razón que se funda en que el precepto


legal aplicado al caso a estudio pertenece a un sistema de normas que unidas o
correlacionadas dan la justificación de su aplicación.

d. El argumento de equidad o equitativo Equidad: (Del latín igualdad de ánimo).


Lumia expone que la equidad no debe confundirse con el mero arbitrio, porque esto
significaría un mal uso por parte del juez de sus poderes; en cambio, cuando decide
conforme a equidad, respeta aquellos principios de justicia que se encuentran
recibidos por el ordenamiento jurídico positivo o que son compartidos por la
conciencia común.

e. Argumento a fortiori: El argumento a fortiori contiene ciertos enunciados que se


supone refuerzan la verdad de la proposición que se intenta demostrar, por lo que
se dice que esta proposición es a fortiori verdadera. Respecto al uso del argumento
a fortiori en el campo del Derecho, se ha dicho que se entiende que la solución
prevista para un determinado caso debe extenderse con mayor razón a otro caso
que, en principio, no ha sido previsto, de ahí que se identifique este argumento, con
el analógico. La finalidad del argumento a fortiori es representar el “tanto más cuanto
que” con que se expresa gramaticalmente el hecho de que una parte de lo que se
aduce como prueba viene a agregarse a la otra, sobreabundando en lo afirmativo.

f. Argumento a contrario: Francisco Javier Ezquiaga Ganuzas da el concepto de


argumento a contrario sobre la base de la coincidencia de varios autores, al señalar
que “el argumento a contrario se basa en la presunción de que, si el legislador ha
regulado expresamente una hipótesis, entonces esa regulación se refiere
a esa hipótesis y sólo a ella”. Las características del argumento a contrario
nos las da este propio autor: a) el argumento a contrario es considerado un
instrumento de la interpretación lingüística o literal, ya que la actividad interpretativa
no se sale fuera del texto a interpretar, además de que supone un respeto de la letra
que hace tener a ésta como única guía para la interpretación; b) el argumento a
contrario sirve para motivar o proponer la denominada interpretación restrictiva, que
es la que limita los significados posibles de un texto, de tal modo que no todos los
sugeridos por la letra del documento o por otros datos extratextuales son adoptados;
c) el argumento a contrario impone como condición para su utilización el silencio de
la ley, por lo que hay que distinguir, para poder utilizar este argumento, dos hipótesis
distintas: la expresamente regulada por el legislador y la otra segunda no
mencionada por el legislador.

Por medio del argumento a contrario se entiende que el legislador no ha querido


extender esa regulación a la hipótesis no expresamente recogida en el texto; y d) el
argumento a contrario se basa como muchos otros en la presunta voluntad del
legislador pretendiendo dedicar la voluntad del legislador a partir de sus palabras. A
partir de lo redactado por el legislador para una especie concreta, se deduce que su
voluntad ha sido excluir de esa regulación otra serie de supuestos del mismo género
que prima facie hubieran podido considerarse allí incluidos.

g. El argumento psicológico: El argumento psicológico sería aquél por el que se


atribuye a una regla el significado que se corresponda con la voluntad del emisor o
autor de la misma, es decir, del concreto legislador que históricamente la redactó.
Respecto a este argumento, no cabe duda de que hay que acudir a los trabajos
preparatorios y la exposición de motivos del legislador creador de la norma.

Desde luego, coincidimos con J. C. Cueto-Rúa citado por Francisco Javier


Ezquiaga Ganuzas en el sentido de que al juez no le interesa el proceso psicológico
de los miembros de los órganos legislativos porque tal estudio sería de
imposible ejecución. En los trabajos legislativos, el legislador explica los principios
a los que responde, la finalidad perseguida, en general los motivos que le han
conducido a aprobar esa regulación normativa. No cabe duda de que, tal como lo
señalan varios autores, es extremadamente difícil determinar cuándo se está en
presencia de una argumentación teleológica o de una argumentación
psicológica, pues cómo desvincular la voluntad del legislador de la finalidad para
la creación de la norma, sobre todo cuando hay quienes niegan la existencia de una
voluntad del legislador contra los que afirman su existencia; para ello, considero
importante referir ambas opiniones

3. Que es un caso difícil:

 Los casos difíciles son aquellos que no ha regulado el legislador, sobre los cuales
aun no hay ley plasmada qué regule aquella conducta que se está presentando.
 Los casos difíciles viéndose desde otro punto hacen que se cree derecho nuevo,
esto se puede decir por el hecho de que de que como no hay ley plasmada por un
legislador para regular cierta conducta humana, mediante la resolución que se le
dará, se creara jurisprudencia la cual servirá para casos futuros, casos similares.
 Dworkin entiende que se esta en un caso difícil “cuando un determinado litigio no se
puede subsumir claramente en una norma jurídica, establecida previamente por
alguna institución, el juez de acuerdo con esta teoría- tiene discreción para decir el
caso en uno u otro sentido.

4. Identificar un caso difícil y sustentar claramente porque es un caso difícil:

Sentencia C-539/11 MP: Luis Ernesto Vargas Silva

Esta sentencia es un ejemplo de lo que puede ser considerado como un caso difícil, pues
en él, se estudia la constitucionalidad de una expresión del articulo de la ley 1395 de 2010
“Por la cual se adoptan medidas de descongestión judicial” y para ello la Corte desarrolla
un análisis de la interpretación que debe hacerse en la norma. Es un caso difícil, porque
dentro de las múltiples respuestas que pudieran darse, la Corte tuvo que elegir y atribuir un
significado a la expresión demandada como se evidencia en la decisión final, así pues, la
sentencia es un ejercicio argumentativo que busca explicar la razón por la atribuido ese
significado y no otro, siendo este el correcto y más indicado:

SEGUNDO:
Declarar EXEQUIBLE la expresión “que en materia ordinaria o contenciosa administrativa”
contenida en el articulo 114de la ley 1395 de 2010, en el entendido que los precedentes
jurisprudenciales a que se refiere la norma deben respetar la interpretación vinculante que
realice la Corte Constitucional”.
Este caso implica en si mismo la toma de decisiones y con ello, la argumentación cierta del
porque decidió en ese fallo y no en otro, en el cual se presenta capacidad racional y
madurez psicológica, sociológica, idiosincrática y la obligación que permite aplicar al
derecho basándose no solo en un sistema legalista si no mas bien mirando las razones de
las partes que de forma lógica, coherente y de razón suficiente o peso justifican cada una
de las decisiones.

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