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La diversidad de materiales que conforman el Escudo Guayanés es lo que ha impedido que este
mismo sea uniforme. La erosión es otro factor que ha afectado en menor o mayor medida, dependiendo
del tipo de rocas que se traten (ácidas o volcánicas efusivas básicas). En general, se ha observado que el
Escudo se caracteriza por amplias superficies de peneplación, erodadas y rebajadas que se elevan
lentamente de la costa hacia el interior. Dos transectos Norte/Sur en el Escudo, oriental y occidental,
son lo que permite distinguir las diferentes relieves que lo conforman. La morfología en sí del Escudo
es como la descrita para el Macizo Central por Choubert en 1949 para la Guayana Francesa. Por un
lado, tiene un paisaje característico de la llanura costera y la cadena septentrional constituída
principalmente de rocas blandas y de facies esquitoso predominante, todo profundamente erosionado.
El otro lado del relieve presenta gran variabilidad, numerosos afluentes de grandes ríos que circulan del
norte hacia el sur tienen sus fuentes en esta zona. Tiene el aspecto de una sucesión de colinas en
constante repetición en algunas unidades fisiográficas, un relive accidentado que suele tener vegetación
densa, luxuriante y verde. Las colinas son separadas por bajos hidromorfos donde el agua se suele
acumular. También se pueden encontrar vastos macizos socavados por profundos valles, una región
desde donde nacen los ríos que culminan en la Guayana Francesa y circulan del Este hacia el Oeste.
El Escudo Guayanés se comporta como una verdadera cuenca de alimentación de agua a partir
de la cual nacen los más grandes ríos del continente Sur Americano, como el Orinoco y los afluentes
del Amazonas. El río Maroni escurrió 1670 m3 de agua por superficie ocupada para el período 1951-
1962, el río Orinoco escurrió 7936 m3/S al nivel de Puerto Ayacucho para 1970 y 57000 m3/S al nivel
del Delta y el río Amazonas sobrepasa un gasto de 100000 m3/S; todos estos son datos que permiten
tener una idea de la importancia de los cursos hídricos del Escudo Guayanés.
Las crecidas de los ríos son a menudo consideradas rápidas y determinan, sobre todo al
principio de las estaciones lluviosas, impulsos para la erosión. Los afluentes pequeños se transforman
rápidamente en agua turbia, cualquiera sea la naturaleza de sus cuencas, rocas verdes, granitos o
esquistos arcillosos. La cobertura selvática y su papel de protección y fijación del suelo, y también de
ocultamiento de estas huellas causadas por las caídas de árboles y derrumbes de orillas, impide
consecuencias catastróficas por la erosión mencionada.
En general, la parte Occidental del Escudo tiende a ser menos húmedo y sus núcleos de alta
pluviosidad están muy bien distinguidos (con precipitación de aproximadamente 3000 mm o más),
núcleos que están separados por inmensas zonas donde la pluviometría es relativamente menos alta
(1500-2500 mm). Sin embargo, la repartición de las lluvias durante el año varía considerablemente, un
factor que se considera relevante para el estudio de la evolución de los suelos y la vegetación de ambos
tipos de zonas. Una gran parte de la parte occidental del Escudo enfrenta una estación seca muy
maracda que puede durar más de tres meses, especialmente hacia el Norte, mientras que hacia el Sur
esta estación tiende a desaparecer completamente y el clima se hace uniformemente lluvioso todo el
año.
A excepción de las aparentes sabanas formadas en la parte occidental del Escudo, todo este está
cubierto selva densa, húmeda y sempervirente. Se observa mayor variabilidad en términos de densidad
y altura que en cuanto a las especies encontradas y naturaleza de la roca madre existente. Las zonas
graníticas, migmatitas y suelos que derivan de estas poseen una vegetación de poca altura de lianas
leñosas con un sotobosque denso. Las zonas con rocas verdes –como anfibolitas, lavas antiguas y
doloritas- presentan vegetación más alta y un sotobosque relativamente más claro. En los esquistos y
cuarcitas así como en los conglomerados, la selva es muy densa y el sotobosque presenta gran
biodiversidad de arbustos y palmeros del género Astrocaryum.
Se puede decir que el Escudo Guayanés tiende a elevarse actualmente lo que provoca un
rejuvenecimiento de los suelos, un adelgazamiento de los perfiles de suelo, una dinámica de evolución
acompañada por una diferenciación lateral relativamente rápida en las secuencias y finalmente a un
ciclo de reconstitución de la selva rápido. En el Escudo Guayanés, sobre granito, migmatitas, y suelos
que derivan de ellos, el ciclo forestal parece muy rápido, debido en parte al funcionamiento
hidrodinámico sub-epidérmico original en estos suelos ferralíticos. Los suelos desarrollados sobre rocas
esquistosas y cuarcitas presentan un ciclo forestal más lento, intermediario entre el precedente y el que
ocurre en las rocas volcánicas básicas que es el más lento de todos; eso ligado a las mejores
condiciones físico-químicas que permiten una existencia prolongada de la vegetación.
Proceso de Ferralitización
La ferralitización requiere constante humedad, altas temperaturas y buen drenaje. Este proceso
se caracteriza por la predominancia de fenómenos de hidrólisis, disociación y oxidación que traen
como consecuencia una metereorización muy avanzada de la roca. Como consecuencia de la fuerte
lixiviación y la intensa alteración de los suelos, el contenido en sílice es bajo. Una síntesis de minerales
secundarios con baja capacidad de intercambio catiónico se produce: caolinita, gibsita, goetita y
hematita. Es esta fuerte modificación de la roca madre lo que conduce a la cobertura ferralítica
característica en el medio ecuatorial o tropical húmedo. Así, los suelos que han pasado por este proceso
presentan un horizonte A humífero donde la materia orgánica está bien evolucionada y ligada al
soporte mineral, un horizonte B espero donde hay gran cantidad de minerales secundarios y cuarzo
como mineral primario y un horizonte C de espesor variable con fragmentos de roca modificada y roca
madre sin alterar. El paleoclima con el que empezó este proceso de evolución es comparable al actual,
con la misma alternancia de períodos secos y húmedos, permitiendo la formación de carapazas o
corazas laterito-bauxíticas en algunas formaciones geológicas. La duración de la estación seca se
traduce en la coloración rojiza y los fragmentos de roca madre del horizonte diagnóstico; así mismo, el
clima y la vegetación influyen en la desaturación del complejo absorbente, en los caracteres de los
horizontes humíferos y el desarrollo de sus perfiles.
Proceso de Ferruginización
Este proceso requiere de un clima alternativamente seco y húmedo. Por las condiciones de
drenaje inadecuado o por las características de una permeabilidad reducida de los perfiles, los
fenómenos de hidrólisis y disociación no son tan acentuados como en el caso anterior. La movilización
de los sesquióxidos y/o óxidos de hierro pueden hacerse durante los períodos de anegamiento con
precipitación durante la estación seca. Por otra parte ocurre en otro tipo de repartición de los productos
de la alteración dentro del perfil, en unos horizontes nítidamente delimitados. Se encuentra
principalmente en la parte occidental del Escudo Guayanés y se caracteriza por materiales de alteración
tipo caolínico. Determina un modelado más o menos ondulado donde el drenaje del suelo es bastante
reducido, observado normalmente donde hay Ultisoles y Oxisoles que forman “Sabanas de ripio”,
sabanas ricas en gravas y concreciones.
Proceso de Hidromorfía
Los suelos hidromorfos tienen caracteres debido a la evolución dominada por el efecto del
exceso de agua por anegamiento temporal o permanente de una parte o de la totalidad del perfil. Este
exceso puede ser debido a la infiltración de aguas pluviales provocando una capa freática colgante, sea
un anegamiento temporal de la superficie, la subida de la capa freática o el desborde de algunos ríos
durante las estaciones lluviosas. La hidromorfía se traduce según las condiciones de anaerobiosis por
una acumulación de materia orgánica, muy a menudo acompañada de enduración de los sesquióxidos
de hierro durante la desecación del perfil.
Se producen en suelos ricos en sesquióxidos y/o óxidos de hierro cuando están sometidos a
alternancias de períodos secos y húmedos durante los cuales los perfiles se encuentran temporalmente
anegados. El concrecionamiento es un fenómeno de endurecimiento en unos elementos de tamaño de
grava de las concentraciones de hidróxidos que precipitan en formas de mancha en el perfil. Durante
los períodos de anegamiento del perfil, los óxidos se reducen y se reoxidan posteriormente en los
períodos de sequía para dar origen a las concreciones en sí.
La enduración es un fenómeno globalmente más importante que consiste en el endurecimiento
parcial o total de un horizonte del suelo. La erosión de los suelos pueden producir que sean expuestos a
la superficie estos horizontes endurecidos, lo que permite observar este fenómeno, lo que se destaca en
los suelos ferralíticos desarrollados en unas lomas graníticas o colinas rebajadas, muy fuertemente
erodadas del Territorio Federal Amazonas de Venezuela en el alto Ventuari.