Vous êtes sur la page 1sur 193

PREFACIO

Empezó mi interés por la figura de Alonso de Cartagena en


unas inolvidables tertulias en Brooklyn, en casa del Profesor Benar­
dete. Allí durante años nos reuníamos semanalmente varios amigos,
todos profesores de la Universidad de la Ciudad de Nueva York:
Angel Alcalá, Ottavio Di Camillo, Rafael Bosch, Alberto Sicroff,
Andrés Franco, entre otros. Durante horas y horas charlábamos bajo
la sabia dirección del maestro Benardete. Al Profesor, como le lla­
mábamos, el mundo sefardita le apasionaba. A todos nos animaba
en proyectos de trabajo. A mí me "empujó" a la edición del Doctri­
nal de Caballeros, y a continuación al estudio y traducción del
Defensorium Unitatis Christianae. De Alonso de Cartagena solía él
decir que no entendía cómo no era objeto de un mayor estudio, ni
comprendía cómo el Defensorium, a pesar de ser unánimemente
citado como libro esencial de su tiempo, era desconocido y llevaba
más de cinco siglos sin ver la luz de la traducción al español. Hoy
después de varios años esa traducción al español ve la luz. Tarea
ardua, nada fácil: manuscritos latinos paleográficos, incunables,
documentos raros de la época, etc. Pero ha merecido la pena. Hoy
también, en el capítulo de las gracias quiero que sean muy expresi­
vas, junto con un grato y cariñoso recuerdo, para el maestro ya
fallecido.
Mi agradecimiento a la bibliotecaria Sra. Emilia de la
Cámara, de la Biblioteca Nacional de Madrid, que me facilitó la
consulta de documentos y una copia microfilm del manuscrito; y
por las mismas razones a los bibliotecarios de la Universidad de
-Salamanca ya su Directora Srta. Santander. Gracias a todos cuantos
·contribuyeron a facilitar este trabajo, dándome consejos y leyendo
'mi manuscrito, especialmente a los profesores J.B. Avalle Arce,
Antonio Carreño, Anthony Cárdenas y Ottavio Di Camillo.
Mi reconocimiento a la Research Foundation of The City
~niversity of New York por la subvención de una parte de mi
mvestigación; al Departamento de Historia de la Universidad de
Ovi.edo por la publicación de la obra, y particularmente a su Decano
Javier Femández Conde, paisano y amigo.

11
A mis hijos María del Mar. Guillermo y Pablo a quienes les
he robado mucho tiempo, gracias por su paciencia. Mi gratitud final
a Marisa, mi mujer, colaboradora infatigable y sin cuya ayuda no
hubiera sido posible este trabajo. A ella. especialmente, por su
amorosa dedicación. le dedico este libro.
Una vez concluida la traducción del Defensorium Unitatis
Christianae del latín al español, nos pareció oportuno precederla: 1)
de una pequefta introducción relativa a las circunstancias históricas
en que se había originado la obra; 2) del comentario de algunos
documentos, unos en contra y otros en favor de los conversos, muy
estrechamente motivados entre sí; 3) de algunas conclusiones de
esos mismos documentos como antecedentes previos para una
mejor comprensión del significado del Defensorium; 4) de ciertos
datos sobre la figura de Alonso de Cartagena; 5) de algunas ideas
humanistas del Defensorium; y finalmente 6) de los manuscritos
latinos del Defensorium Unitatis Christianae usados para esta edi­
ción.

INTRODUCCIÓN

1. Circunstancias históricas.
2. Documento., Y comentarios: Sentencia·Estatuto; la
Instrucci6n; el Memorial.
3. Documentos Y conclusiones.
4. Alonso de Cartagena, humanista.
5. Ideas humanistas en el Defensorium.
G.V.D. 6. La edición Y los manuscritos del Defensorium Unitatis
Queens College, City University of New York.
Septiembre de 1989. Christianae.

12
1. Circunstancias históricas
El Defensorium Unitatis Christianae nace como consecuencia
directa de los ataques sufridos por los conversos y principalmente
por los sufridos en la ciudad de Toledo durante el año 1449. Las cir­
cunstancias históricas provocadoras de estos ataques se nos ofrecen
en líneas generales en las crónicas de la época 1. El 19 de enero de
1449 Don Alvaro de Luna en nombre de Juan II

"había demandado a algunos hombres honrados de la cibdad


de Toledo en nombre del Rey que le prestasen un cuento de
maravedís, e lo repartiesen entre si por nombre de
empréstit02" •

La Corona necesitaba dinero no sólo para contener las correrías


de los moros en las zonas fronterizas, sino para al mismo tiempo
hacer frente, por una parte, a las rebeldías internas de un sector de
la alta nobleza --disconforme con la política de Don Alvaro de
Luna y celosamente enemiga del omnímodo poder del mismo- y
por otra, a los reiterados ataques e incursiones que Castilla sufría
del lado de los Infantes de Aragón, aliados de la nobleza castellana
rebelde, igualmente celosos de Don Alvaro de Luna y más ambicio­
sos aún del poder por su parentesco con la Corona.
Toledo, como ciudad, se sentía molesta por este gravamen, al
mismo tiempo que ofendida en sus privilegios por creerse exenta de
(ltales tributos de acuerdo con su tradición histórica. Las súplicas de
los toledanos a Don Alvaro de Luna para evitar esta recaudación
I\':sultaban inútiles. La precipitada exigencia de tan elevada suma,

Véanse entre otras obras: Crónicas de los Reyes de Castilla. Donjuan 11, tomo

n, colección ordenada por Cayetano Rosell, Biblioteca de Autores Españoles.

Madrid, 1953; Alonso de Palencia, Crónica de Enrique IV, Biblioteca de Auto­

res Españoles, Madrid, 1973, Crónica de Don Alvaro de Luna, edición y estu­

dio de Juan de Mata Carriazo, Colección de Crónicas Españolas, 2, Madrid,

1~. Sobre la figura de Alvaro de Luna y la problemática de su época véanse

la amplia y documentada obra de Nícholas Round, The GreaJest Man Uncrow­


ned. A Study of the fall ofDon Alvaro de Luna, London, 1986.

Crónicas de los Reyes de Castilla, Donjuan 11, Madrid 1953, p. 661.

15
unida a la nada favorable situación económica de la ciudad, entre
se constituía en cabeza de la rebelión. Pero Sarmiento no se limita­
otras razones como result~do, ya desde el siglo anterior, de las pes­
ría Únicamente a tomarse ll:tribuciones jurídicas que no le correspon­
tes y desastres naturales que habían empobrecido y diezmado la
dían. sino que. pretendiendo defender los privilegios de la ciudad,
población, provocaría una inusitada y violentísima reacción. Se veía
llegaría además a negar el debido acatamiento a la autoridad del
en todo ello una maniobra hostil a la ciudad, y a Don Alvaro de
monarca Juan n. Incurría de esta manera en gravísimo delito en
Luna como responsable directo de tal maniobra. Por otra parte a
materia política al no permitirle la entrada en Toledo al mismo Rey
Don Alvaro de Luna se le veía también como amigo y favorecedor
y al imponerle. como requisito para entregarle la ciudad, la destitu­
de los judíos, y a éstos, sobre todo a Alonso Cota, mercader muy
ción de Don Alvaro de Luna junto con la destitución de los conver­
rico, como instigadores de este préstam0 3 • Resultando, para colmo,
que, además de instigadores, serían los judíos, en su calidad de sos que ocupaban los cargos públicos de la ciudad.
Unos meses más tarde, el 5 de junio de 1449, se hacía pública la
prestamistas y por sus cargos públicos, los ejecutores de la recauda­
Sentencia-Estatuto de Pero Sarmiento. En ella se acusaba a los con­
ción exigida por Don Alvaro.
versos de abundantes Y variados delitos, Y aludiendo a determinados
La tensa situación de la ciudad se complicaba en una enmara­
decretos reales, especialmente de Don Alfonso Rey de Castilla y de
i'l.ada red de problemas que, partiendo principalmente del económico
León, se les eliminaba, por indignos, de los cargos Yoficios públicos.
y social, provocaría desavenencias y rencores de tipo político y reli­
La Sentencia-Estatuto provocaría una polémica entre los que
gioso con sus lógicas implicaciones jurídico-morales. La situación
defendían como justa la tajante decisión contra los conversos por
era más que grave. El 26 de enero, exactamente una semana des­
parte de Pero Sarmiento y los que atacaban esa manera de proceder
pués de la exigencia de la mencionada recaudación, el pueblo se
como contraria a la unidad y caridad cristianas. De una Y otra parte
lanzó a la calle en protesta contra el Condestable y contra los posi­
abundarían los escritos tratando de justificar y defender acalorada­
bIes instigadores de la recaudación. Y el 27 de enero, al toque de la
mente sus puntos de vistaS. La intervención del Papa Nicolás V fue
campana grande de la iglesia de Santa María, los habitantes
solicitada por ambas partes, lógicamente con intenciones antagóni­
Toledo marcharon sobre las casas de Alonso Cota saqueándolas
cas. Los partidarios de Pero Sarmiento enviaron una comisión a
quemándolas. A continuación tomaban las puertas de la ciudad.
Durante varios días se produjeron violentos choques entre conver­ En mi trabajo me limitaré a la Sentencia·Estatuto de Pero Sarmiento, a la Ins·
sos y cristianos viejos. La ciudad se declaraba en rebeldía. Pero Sar 5. trucción del Relator, al Memorial de Marquillo s Y al Defensorium Unitatis
miento, repostero mayor del Rey y alcalde de Toledo, a pesar Christianae de Alonso de Cartagena. Una de las razones es porque estos textos
no sólo encierran los puntos esenciales de la polémica en contra y en pro de los
que tenía el cargo por la confianza en él depositada por el mislIlu
conversos, sino porque además están estrechamente ligados entre sí: a la Sen­
Rey Don Juan, tencia-Estatuto, Y a una carta de Marquillos en apoyo de la misma, responderá
el Relator con su Instrucción; Y a la Instrucción responderá Marquillos con su
.....el Rey tomó el Alcazar de Toledo a Pero López Memorial; y a ambas, es decir a la Sentencia-Estatuto Y al Memorial, respon­
derá Alonso de Cartagena con el Defensorium Unitatis Christianae. Todas ellas
Ayala, lo entregó a Pero Sarmiento, su repostero Mayor siguen una secuencia cronológica dentro del año 1449, aunque el Defensorium,
que lo tuviese por él, confiando dél que según el linaje donde como la última y más completa de ellas, y respuesta a Pero Sarmiento y al
él venía, no le haría alevosía ni otra traición ninguna ... "4. Memorial de Marquillos, haya comenzado en 1449 Y haya sido finalizada Y
fechada en 1450, fecha esta última de la que duda M. Alonso en su versión
latina del Defensorium (Madrid, 1940, p. 32), pero fecha que nos parece per­
fectamente lógica y de la que no parece que haya que dudar si se tiene en
3. Ibídem, "año cuadragésimo tercero", cap. IV, pp. 661-662.
4. Ibídem, p. 663.
cue~ta que el Memorial de Marquillos no pudo aparecer hasta octubre o
nOViembre de 1449, ya que en él protesta contra las bulas de excomunión papa­

16 17
Roma para exponer, según ellos, las justas causas que habían moti­
esa decisión con arreglo al derecho, Y al mismo tiempo refuta las bulas
vado las decisiones de la Sentencia-Estatuto; los partidarios y
de excomunión papales al no darse en ellas los requisitos indispensa­
defensores de los conversos, en cambio, solicitaban del Papa la con­
bles para que puedan considerarse válidas jurídicamente: se les exco­
denación. La intervención en Roma del cardenal Fr. Juan de Tor­
mulgaba negándoles el derecho no sólo a defenderse, sino incluso a
quemada, de origen converso y defensor de los conversos, impidió
ser escuchados. El mismo Memorial sirve para atacar violentamente a
la reunión de los rebeldes ~on el Papa y activó la condena de exco­
los conversos y de manera especial al Relator, de origen converso,
munión. El 24 de septiembre de 1449 Nicolás V lanzaba dos bulas
quien primeramente había insultado a Marquillos en su Instrucción,
de excomunión contra Pero Sarmiento y sus seguidores: una, por
respuesta tanto a la Sentencia-Estatuto de Pero Sarmiento como a una
delito de "laesae majestatis", por rebelión y desacato a la autoridad
carta previa que Marquillos había escrito en apoyo de Pero Sarmiento.
real de Juan 11; otra, por intentar romper la unidad cristiana y pro­
La Instrucción del Relator es uno de los documentos importantes en
mover un cisma religioso. 6
El caso parecía esclarecido. Roma había fallado a favor de los defensa de los conversos Ydel que trataremos más adelante .
Como habíamos mencionado con anterioridad, desde el
conversos y de la igualdad cristiana. No fue así, sin embargo. Todo lo
momento en que aparece la Sentencia-Estatuto empiezan a aparecer
contrario. Los rebeldes no aceptaron el fallo por considerarlo injusto,
los escritos en pro Y en contra. La obra en favor de los conversos
y volvieron a manifestarse no sólo contra la autoridad regia, sino que,
más extensa y completa que sale al paso de Pero Sanniento, y más
de manera explícita, ahora también contra la autoridad papal. Es el
tarde de Marquillos, es el Defensorium Unitatis Christianae de
momento en que el Bachiller Marquillos redacta su Memorial defen­
Alonso de Cartagena, obra enteramente en latín y cuya traducción Y
diendo la decisión de Pero Sarmiento. Marquillos trata de justificar
estudio es el motivo principal de este trabajo. No cabe duda que el
entonces Obispo de Burgos la escribió en latín, y no en castellano,
les y éstas no fueron expedidas hasta el 24 de septiembre del mismo año. La
aparición de Memorial debió coincidir con la redacción del capítulo XXIII de
para darle una mayor difusión a la obra, puesto que el problema
la segunda parte del Defensorium, momento en que Alonso de Cartagena pide converso era un problema candente que rebasaba los límites de Cas­
disculpa al Rey. a quien se estaba dirigiendo, para de repente pasar a ocuparse tilla para entrar en la esfera universal de la cristiandad. Alonso de
de Marcos. A Marcos se dirige Cartagena nominalmente y a Marcos le dedica Cartagena critica la postura errónea de todos aquellos, especial­
varios capítulos para rebatir sus ideas, monologando con él de manera directa e
invitándolo a recapacitar y a desdecirse de los graves errores en que había incu­ mente de Marquillos, que tratan de dividir a la iglesia bajo diversas
rrido en su Memorial. Esto quiere decir que Marquíllos aún estaba vivo cuando denominaciones y diferencias de origen de sus fieles. En su Defen­
Cartagena estaba redactando los últimos capítulos de la segunda parte -porque sorium demuestra con profusión exhaustiva de argumentos bíblicos
de estar ya muerto difícilmente podría recapacitar y desdecirse. Consta que
Marquillos murió en ese ailo de 1449 de manera trágica al ser arrastrado yajús­
y razonamientos lógicos la unidad de la iglesia cristiana, que no
ticiado cruelmente por orden del Príncipe Enrique ... u y el Bachiller Marquillos pennite disensión alguna dentro de ella; cómo ha sido tradición de
e Fernando de Avila fueron arrastrados e justiciados muy cruelmente" (Cróni­ la iglesia velar por esa unidad, y cómo es responsabilidad de los
cas de los Reyes de Castilla, cap. IX. p. 668). Este trágico fin obviamente no reyes y príncipes el defenderla. No faltan, por supuesto, las alusio­
pudo ocurrir, por las razones mencionadas, antes de noviembre o diciembre de
1449. En ese momento Alonso de Cartagena no había acabado la obra, pues nes a los problemas políticos y sociales derivados de la discrimina­
aún le faltaba la tercera parte, y no parece probable que en el escaso tiempo cIón religiosa -problemas que analiza detalladamente y combate
que restaba del ailo hubiera sido redactada y manuscrita. Lo más lógico sería 9Omo buen jurista con argumentaciones de derecho civiL
pensar que, aunque la muerte de Marquillos precediera al final de la obra,
Alonso de Cartagena decidiera no corregir el texto, puesto que esto le supon­
dría suprimir, o al menos modificar, un buen número de capítulos, a la vez que
Para la relación entre la Instrucción del Relator Y el Memorial de MarquiUos
perdería fuerza persuasiva la obra al eliminar el ataque directo a Marcos.
véase la nota anterior.

18 19
2. Documentos y Comentarios: Sentencia-Estatuto,
Instrucción, Memorial

La Sentencio-Estatuto de Pero Sarmiento

En Mayo de 1449, antes de escribir la Sentencia-Estatuto. Pero


Sanniento había escrito ~na carta al Rey Juan 11 quejándose del
cerco y agravios que estaba sufriendo la ciudad de Toled0 7 , En
dicha carta le recordaba los treinta a:ftos de tiranía de don Alvaro de
Luna que estaban destruyendo los reinos, la falta de justicia, la
codicia, la venta y compra por dinero de oficios temporales y espíri­
tUales, ejemplo de verdadera ambición y simonía, y como conse­
cuencia el lógico descontento y subversión de la ciudad ante las
personas que debiendo defender y gobernar con justicia. obraban
injustamente. empobrecían y mataban a sus naturales.
Insistía Pero Sarmiento en cómo los oficios públicos y
gobierno. y el arrendamiento de las rentas reales, pechos y dere­
chos. Alvaro de Luna los había confiado a los infieles y herejes y
con ellos participaba en intereses y ganancias .

..Así teniendo manera como la justi~ia se perdiese como


está perdida, porque el dicho vuestro Condestable a dado
logar mediante la dicha cobdi~ia. que los oficios de la dicha
justicia e rregímiento, e los oficiales tenporales e espirituales,
e todos los otros oficios se vendiesen como se an acostum­
brado hasta aquí vender e comprar por dinero, lo qual es ~er­
dadera anvicion e simonia. De lo qual a rrecres~ido en vues­

7, La carta aparece en el documento titulado "La soplicacion e rrequerimiento que


Pero Sarmiento e el comun de Toledo por si y por las otras cibdades del rreyno,
presentaron sobre el C;:erco e agravios que le fazian" Su texto figura en la Cro­
niea del Halconero de Juan /l. Pedro Carrillo de Huete. y en la Refundicion de
la misma del Obispo D. Lope de Barrientos, y en la edicíon de ambas de Juan
de Mata Camazo. Madrid 1946, Y que recoge Eloy Benito Ruano en su "Colec­
ci6n Documental" ~ocumento número 15- dentro de su obra Toledo en el
siglo XV, Madrid 1961, pp. 186-190.

20
tros rreynos muy grande subversi6n e las personas que eran
reputadas para defender e a amparar e governar a vuestros había hecho que el Rey cercase la ciudad de Toledo. pusiese real
naturales por justi~ia e buen rregimiento. so color de aquella sobre ella, talase árboles y v ifiedos , apresase y matase a sus veci­
e con poder de los oficios. an rrobado e destruydo toda la tie­ nos, quemase sus casas, les privase de su sustento y les hiciera la
rra, e son fechos pobres todos los vuestros naturales, e son guerra como si fueran moroS.
muertos e rrobados injustamente muchos dellos. Como por y cómo hacía ya treinta afias que los grandes del reino y los
quanto el dicho don Alvaro de Luna a tenido e tovo manera procuradores de las ciudades y especialmente ellos como vecinos de
de dar los dichos oficios a personas ynfieles e ereges, enemi­ la ciudad de Toledo constantemente venían pidiendo justicia para
gos de nuestra santa Ley e de nuestro Rey e de nuestras que el Rey fuera su Rey y se fiar, y no Alvaro de Luna, pero ni el
faziendas; los quales, con el dicho omezillo e enemistad, con Rey había querido hacer justicia ni quería hacerla, más bien parecía
poder de los oficios an usurpado e usurpan el señorio que per­
querer entregar el reino a Alvaro de Luna para que los tratase más
tenes~e a los grandes de vuestros rreynos, an tratado por la
cruelmente Y tener en el real del Rey, y bajo su protección y la del
mayor parte todas las aziendas de los cristianos viejos, e
todos los estados. condestable, a los herejes.
En aun porque el dicho don Alvaro de Luna. vuestro
condestable, a tenido manera de arrendar vuestras rentas. "E vien sabe vuestra merced e alteza en c6mo del dicho
pechos e derechos a las dichas personas eréticas e ynfieles, tiempo acá de treinta y mas años. vuestra señoria a seydo
por via de masa, seyendo el participe con ellos, faziendovos ynterpelada e rrequerida por los grandes de vuestros rreynos,
otorgar leyes injustas e ynumanas, para que pujase vuestras e por los procuradores de las cibdades. en especial por noso­
rentas para su brujal ynterese. De lo qual se an recrecido tros, porque vuestra señoria quiera rreynar e señorear en
muchas perdiciones de ánimas. por causa de los perjurios, e vuestros rreynos. e quiera ser señor e Rey dellos. e non quiera
es perdido todo el estado de los oficiales e labradores"8. dar logar que el dicho vuestro condestable quiera ser rrey e
señor dello ... e vuestra merced con vuestros súbditos vibiése­
mos en uni6n, como en un cuerpo. quieta e pacíficamente. e
Cómo Alvaro de Luna, simulando astutamente favorecer la
los moros ynfieles non se vengasen en la sangre e vienes de
causa del Rey, procuraba por todos los medios sembrar cizaíla entre
los cristianos de vuestros rreynos.
los grandes del reino y el Rey para que el mismo Rey acabara con el Vuestra alteza non lo a querido ni quiere fazer, antes
poderío de los grandes y así quedarse él solo sefioreando los reinos. todavia paresce que vuestra voluntad absoluta es de negar jus­
y cómo las extraordinarias exigencias de dinero que antes se ticia e rrenunciar vuestro ynperio e señorio ... "9.
solían hacer para combatir a los enemigos de la ley, ahora se hacían
anualmente para combatir al Rey, al reino y a los naturales, y some­ Afirmaba Pero Sarmiento que era doloroso para la ciudad tener
terlos a tributos inmensos, empobreciendo y haciendo pechar a la 'que admitir que aquello era así, que podría hacer según prevee el
ciudad contra los derechos y privilegios de la misma. derecho en tales casos, pero suplicaban, ya que el Rey parecía que­
y cómo cuando ellos se habían armado para defender la causa rer renunciar a sus reinos, que se dignara levantar el cerco que tenía
del Dios y del Rey y sus libertades. vidas y haciendas. y erradicar sobre la ciudad y enviar contra los moros enemigos de la
las grandes herejías, Alvaro de Luna, engafiosa y maliciosamente. y de la Cruz a la gente armada que tenía cercándola; que el Rey
AnQft"~ft al condestable y a los conversos; que el Rey se dignara Ha-
8. Ibídem, pp. 186-187.
Ibídem, pp. 188-189.

22 23
mar al príncipe Enrique, primogénito y heredero de sus reinos, a los dicho tiempo acá de treinta y mas anos vuestra senoria a seydo
grandes hombres de los mismos y a los procuradores de las princi­ ynterpelada e rrequerida ... en especial por nosotros ... Vuestra alteza
pales ciudades de ellos para que se juntaran con él en lugar seguro non lo a querido nin quiere fazer ..... Un mes más tarde aparecería la
ll
donde se pudieran celebrar cortes, para que en ellas se tuviera cono­ Sentencia-Estatuto de Pero Sarmiento .
cimiento de todo lo anteriormente dicho y de cada cosa de lo dicho; La Sentencia-Estatuto fue redactada por Pascual GÓmez. escri­
y que se proveyera y se remediara como cumplía al servicio de bano público de Toledo Y escribano de los ayuntamientos de la ciu­
Dios, al servicio del Rey, y al bien, sosiego, paz y tranquilidad de dad. el día 5 de junio de 1449 con motivo de una junta extraordina­
sus reinos. ria para tratar de los problemas Y gobierno de la ciudad. presidida
Anadía Sarmiento que, si el Rey así lo hiciera, haría lo que era por Pero Sarmiento y en la que estaban presentes los alcaldes.
justo, puesto que había sido ungido como rey para reinar y defender alguaciles. caballeros Y escuderos, común y pueblo de la ciudad de
la fe, proteger a los naturales de sus enemigos, y velar por la paz y Toledo. En esa junta Esteban García, procurador de Toledo, habló a
por la justicia. Si no lo hiciera así y permitiera que a los toledanos los presentes de los privilegios, exenciones y libertades de la ciudad
se les tratara cruelmente, defendiendo a los herejes y al defensor de otorgados por los reyes anteriores a Juan n y confirmados Yjurados
los herejes, ellos le negarían la obediencia debida como a rey y tras­ por el mismo Juan n. y uno de esos privilegios, concedido por don
pasarían el seno río real, la jurisdicción y justicia, a su legítimo hijo Alfonso, Rey de Castilla Y de León, siguiendo el derecho Y los san­
y heredero, el príncipe don Enrique, a quien en semejantes casos le tos decretos, afirmaba el procurador, era él que ningun converso
pertenecía por derecho. Concluían finalmente que la culpa de todo podía tener ni oficio ni beneficio, ni en la ciudad ni en la jurisdic­
esto le sería imputada al Rey y no a ellos. ción de Toledo, entre otras cosas por ser sospechosos en la fe. Agre­
gaba el mencionado procurador que ya en otros ocasiones habían
"E ponémosnos so amparo y protección de Nuestro Sal­ hablado de las escribanías públicas de la ciudad, de cómo eran ofi­
vador Jesucristo, e de su principal oficial e vicario, e de la cios muy importantes para el buen servicio del rey Y del bien
justicia del ilustrisimo Principe don Enrique, vuestro fijo e público de la ciudad, de cómo los más de esos oficios públicos esta­
primogenito, heredero de vuestros reynos, al qual quiriendo, ban tiranamente en manos de los conversos que los adquirían por
por defeto vuestro, pertenesce la administracion de los dichos dinero y por otros medios ilegales. Y de cómo lógicamente todo esto
vuestros reynos ... redundaba en menosprecio de la corona real y de los privilegios.
E protestamos de buscar e tomar e rescebir por señor e exenciones. libertades y prerrogativas de la ciudad de Toledo y de
defensor al dicho señor Principe, que en mengua vuestra e por
defeto vuestro nos defienda, e ampare e administre. con justas
los cristianos viejos.
leyes e con justas obras e con bueno e verdadero regimiento. .... , entre los quales diz que estaba un privilegio dado y
E protestamos que la culpa de esto sea imputada a vuestra otorgado a la dicha cibdad por el cathólico Y de gloriosa memo­
merced e non a nosotros..... iO ria don Alfonso. rey de Castilla Y de León. por el qual entre

La carta no fue contestada por el Rey. o si lo fue no ha sido


Texto publicado por A. Martín Gamero en Historia de la ciudad de Toledo y
localizada. No sería extraí\o que el Rey no la hubiera contestado si recogida por Eloy Benito Ruano en su "Colección Documental" _documento
tenemos en cuenta el texto de la carta de Sarmiento "como del número 16- bajo el título "Sentencia-Estatuto de Pero Sarmiento": Privación
de cargos públicos a los conversos e inhabilitación para SU desempeño por el
10. Ibídem, p. 190. Ayuntamiento de Toledo, Toledo en el siglo XV, pp. 191-196.

25
24
otras gracias, libertades y franquezas por él dadas y otorgadas a haber oficios ni beneficios públicos ni privados tales por donde
la dicha cibdad, siguiendo el tenor y forma del derecho e de los puedan facer injurias. agravios e malos tratamientos a los chris­
santos decretos, ordenó y mandó que ningun confesso de linaje tianos viejos lindos, ni pueden valer por testigos contra ellos")3
de los judíos no pudiese haber no tener ningun oficio ni benefi­
cio en la dicha cibdad de Toledo, ni en su tierra, término y juris­ Se hacía constar que los conversoS de Toledo. descendientes de
dición, por ser sospechosos en la fe de nuestro Señor e Redemp­
linaje de judíos, eran muy sospechosoS en la fe católica. creían en
tor Jesuchristo, e por otras causas e razones contenidas en el
graves errores contrarios a la fe, seguían practicando las ceremonias
dicho privilegio." " ... que las escribanías públicas de la dicha
cibdad... tenian y posehian los dichos confessos tyranizada­
de la ley hebrea, judaízaban. infamaban a Cristo, y en general no
mente, así por compra de dineros como por favores y otras soti­ seguían ni respetaban las fiestas y costumbres de la iglesia. Todas
les y engañosas maneras, lo qual todo habia seydo y era en estas acusaciones se basaban en las pesquisas llevadas a cabo por
menosprecio de ,la corona real de nuestro señor e de los dichos los vicarios de la Iglesia de Toledo, en algunos casos Yen virtud de
privilegios e exempciones, libertades y franquezas de la dicha las cuales la justicia, siguiendo el derecho, había procedido contra
cibdad e de los christian os viejos lindos..."12 algunos de ellos a fuego.

Concluía Esteban García que, en nombre de la ciudad y de " ... según más largamente se contiene en la pesquisa
acuerdo con el derecho, había que pronunciarse en tomo a esta sobre esta razón fecha por los vicarios de la dicha santa Igle­
situación que tocaba al servicio de Dios, al servicio del Rey y del sia de Toledo, por virtud de lo qual la justicia real, siguiendo
común de la ciudad. Estas declaraciones constituían los prolegóme­ la forma del derecho procedieron contra algunos de ellos a
fuego, o de allí. porque los santos decretos lo presumen,
nos y síntesis de la Sentencia-Estatuto.
resulta la mayor parte de los dichos conversos no sentir bien
A continuación se procedía a la redacción final del decreto
de la santa fé catholica"¡4.
conocido como Sentencia-Estatuto de Pero Sarmiento. quien, junto
con el pleno representativo de la ciudad, se pronunciaba, siempre de
acuerdo. según ellos. con el derecho canónico y civil, en contra de La mayoría de los conversos no solamente vivía sin temor de
los conversos de linaje judío, por ser éstos sospechosos en la fe y Dios, sino que era enemiga de la ciudad y de los cristianos que vivían
judaizantes. Se declaraba que los judíos no podían tener oficios, ni _ella. Era sabido que a instancias y solicitud de ellos don Alvaro de
beneficios públicos ni privados que pudieran injuriar, agravar. o laIa había puesto sitio a la ciudad y había hecho cruel guerra a los
maltratar a los cristianos viejos, ni servir de testigos contra ellos, distianos como si fueran moros enemigos de la fe cristiana. Esta con­
basándose para ello en los privilegios y disposiciones concedidós a de los judíos como enemigos de la fe cristinana era una condi­
esta ciudad por el Rey Alfonso. permanente. Atestiguaban ya las crónicas antiguas que estando
cercada por los moros, después de la muerte de don Rodrigo.
..... que por quanto es notorio por derecho así canónico habían vendido la ciudad y a los cristianos de ella. Como
como civil. que' los conversos de linaje de los judíos, por ser habían sido degollados trescientos seis cristianos viejos y
sospechosos en la fé de nuestro Señor e Salvador Jesuchristo. en cautivos más de cien. entre ellos mujeres y ninos.
la qual frecuentemente bomítan de lijero. judaizando. no pueden

12. Ibídem, p. 192.

26 27
Los conversos de hoy, como sucesores de aquellos judíos, tiempo acá los dichos conversos se levantaron e ayuntaron a
siguen astutamente robando. apoderándose de innumerables canti­ todos, e se armaron e pusieron en obra y efecto, como es
dades de dinero del Rey. de sus rentas, de sus tributos y derechos. público e notorio. con intención e propósito de acabar e des­
Han destruido y robado las más antiguas haciendas de los cristianos truir todos los christianos viejos ... ".15
viejos, no s610 de la ciudad y de su jurisdicción, sino también de
todos los reinos de Castilla. Durante el tiempo que ellos han tenido En virtud de todo lo cual y apoyados tanto en el derecho can6­
los oficios públicos la mayor parte de los lugares de la ciudad se nico y civil, que iba contra ellos, como en el privilegio dado a la
han despoblado, la tierra perdida y enajenada, las rentas de la ciu­ ciudad de Toledo por don Alfonso, rey de Castilla y de Le6n. y los
dad empleadas en su propio provecho y haciendas. Se hacen seftores otros reyes. así como por'las herejías y otros delitos. se ordenaba
para destruir la fe cat6lica y para destruir a los cristianos viejos que que los judíos. como el derecho 10 exigía, fueran tenidos por infa­
creen en ella. Y como confirmación de esto es notorio en toda la mes, incapacitados e indignos para desempenar oficio y beneficio,
ciudad c6mo de poco tiempo acá se levantaron y se juntaron todos público o privado sobre los cristianos viejos en la ciudad de Toledo
los conversos con la intención de acabar con los cristianos viejos. y en toda su jurisdicci6n. E igualmente, al mismo tiempo, se les
de echarlos de la ciudad y de apoderarse de ella. declaraba infames e incapacitados para dar fe o testimonio como
escribanos públicos o como testigos. A continuaci6n se daba una
He por consiguiente lo han fecho e cada día facen los lista con catorce nombres de conversos a los que se les privaba en
dichos conversos descendientes de los judios, los quales por adelante de ejercer cualquier oficio público que hubieran tenido
las grandes astucias y engaño han tomado e llevado e robado bajo pena de muerte y confiscación de todos sus bienes.
grandes e innumerables quantías de maravedís e plata del rrey
nuestro señor e 'de sus rentas, e pechos e derechos, e han des­ "Que debemos declarar e declaramos, pronunciar e pro­
truido e echado a perder muchas nobles dueñas, caballeros nunciamos, e constituimos, e ordenamos, e mandamos, que
hijosdalgo, e por consiguiente han fecho. oprimido, destru' todos los dichos conversos descendientes del perverso linaje
robado e estragado todas las más de las casas antiguas de los judíos, en cualquier guisa que sea, así por virtud del
faciendas de los christianos viejos de esta cibdad, e su tierra derecho canónico y civil que contra ellos determina sobre las
jurisdicion, e todos los reinos de Castilla según es notorio cosas de suso declaradas, como por virtud del dicho privile­
por tal lo habemos, e otrosi por quanto durante el tiempo gio dado a esta cibdad por el dicho señor Rey de muy glo­
ellos han tenido los oficios públicos de esta cibdad, e riosa memoria don Alfonso Rey de Castilla y de León. proge­
miento e governacion de ellas mucha e la mayor part~ de nitor del rey nuestro señor y por los otros señores reyes sus
lugares de la dicha cibdad son despoblados e destruidos, progenitores e por su alteza, jurado e confirmado, como por
tierras e lugares de los propios de la dicha cibdad perdidos razón de las h~rejías e otros delictos, insultos, sediciones e
enajenados: y allende de todo esto los maravedis de las crimenes por ellos fasta hoy cometidos e perpetrados, de que
e propios de la dicha cibdad consumidos en intereses de suso se face mención, sean habidos e tenidos como el
faciendas propias, asi por tal manera, que todos los bienes derecho los ha e tiene por infames, inhábiles, incapaces e
la patria son consumidos y destruidos. y ellos son indignos para haber todo oficio e beneficio público y privado
señores para destruir la santa fe cathólica y a los christ;""", en la dicha cibdad de Toledo. y en su tierra. término y jurisdi-
viejos en ella creyentes, y como confirmación de ésto es
rio a la cibdad y a los vecinos y moradores della. que de
Ibídem, p. 194,

28 29

ción con el qua¡' pueden tener señorío en los christianos viejos La lnstrucci6n del Relator18
en la santa fé cathólica de nuestro Señor Jesuchristo creyen­
tes, facerles daños e injurias, e ansi mismo ser infames, inhá­ El Relator al dirigirse al Obispo de Cuenca laméntandose de la
biles, incapaces para dar testimonio e fe como escribanos suerte del pueblo judío, le recuerda las persecuciones del pueblo
públicos o como testigos, y especialmente en esta cibdad ... "16
judío por parte de Aman en tiempo del rey Asuero y las compara
con las que está sufriendo en la actualidad por parte de Pero Sar­
Acto seguido se declaraban vacantes las escribanías públicas miento, al que considera un segundo Aman, y espera que sea casti­
ocupadas por los conversos, quedando abiertas a los cristianos vie­ gado igual que 10 fue el primero por ir contra Dios y contra la fe
jos mediante los debidos requisitos ordenados por la ley. Se propo­ católica.
nía, por último, que este documento tuviese fuerza de estatuto u Le recuerda cómo son maltratados los que vinieron a la fe y los
ordenanza, y que se entendiese y extendiese a los conversos pretéri­ que de ellos descienden, Y cómo los judíos que están fuera de la fe
tos, presentes y futuros. dejaron de convertirse; más aún, cómo los que se han hecho cristia­
nos y descienden de judíos están escandalizados, y cómo manifies­
"Otrosí los dichos señores de Toledo dixeron: que que­ tan que se equivocaron al convertirse porque se les persigue más
nan e mandaban que esta su sentencia e juicio oviese e
que a los judíos.
fuerza de sentencia o declaración, estatuto o ordenanza, o
aquella mejor vía, que pudiese e pueda valer, e fuese e ..... pues son más perseguidos, que los Judíos que ansí
emprentada en favor de los christianos viejos lindos Dios me ayude. que algunos especialmente los que no tanto
los dichos conversos, e se entendiese e extienda, extendiese entienden. ni saben que fueron en tiempo de el Judaysmo, de
extienda contra los conversos pretéritos e presentes e los quales creo, que hay muy pocos ahora, ca dudo, que en
venir; pero no en las causas o cosas en que fasta hoy ficiero~ todo Toledo destos haya dies no hay duda, que a estos pase
escrituras o fueran presentadas por testigos, mas que aquelIa~ n,.
por voluntad de irse a tierra de Moros. o a otros Reynos a tor­
valan si, yen quanto de derecho debieren e pudieren valer"17 nar J udios. diciendo que la fee no les vale, ni con ella se pue­
den defender de los males: lo qual quanto sea deshonra de
Dios, y de su Fee en todos es notorio ... "19

Le recuerda cómo la causa del escándalo ha sido la perversa


del instigador Marco García Ma~arambrós, a quien carga
..... ~ultos, sembrador de cizaña. que afirma como decreto que,
la ley del Fuero, los judíos convertidos a la fe y los que des­
de ellos no pueden tener oficios, ni honras, ni dignidades,

Tomada del texto de Fermín Caballero Noticias de la vida, cargos Y escritos


fkl Doctor Alonso Díaz de Montalvo, Madrid, recogido por el Padre Manuel
·Alonso en su transcripción latina del manuscrito del Defensoríum unítmis
16. Ibídem, pp. 194-195. tt:ltriotinnae, Madrid, apéndice n, pp. 343-356.
17. Ibídem, p. 196. p.344.

30 31
ni prestar testimonio entre los fieles. Todo lo cual iba contra Dios, su sello de plomo: el traslado de el qual llebades, para mos­
contra la santa fe, contra toda razón y contra todo derecho. trar a mi Señor el Obispo, y yo tengo aqui el original"21
decreto sería aplicable a los judíos que una vez convertidos
ran al judaísmo y a los ritos judaicos, que es así como debe i Fallo que con su bula apostólica continnaba el Papa Nicolás V.
pretarse el capítulo "Plerique" que es en donde Marquillos apoya cuya traducción romance le enviaba al Obispo. por si creía oportuno
decreto al interpretarlo erróneamente, pero no sería aplicable a enseñarsela, entre otros, al principe don Enrique, y para que éste no
que permanecen en la religión cristiana. De lo contrario se seguíríl permitiera que se fuese en contra de 10 ordenado por su abuelo el
un absurdo. Sería afirmar que el convertirse produciría efecto
rey don Enrique m.
negativos, que el bautismo no purifica, y que los conversos debe El Relator, además de las traducciones de la carta-privilegio Y
ser desdeftados sin poder tener acceso a honras ni a d de la bula apostólica, le enviaba al Obispo de Cuenca dos breves del
alguna, cosa contraria a lo que dicen los doctores. Papa, que éste recientemente había dirigido tanto al principe Enri­
que como a su padre el rey Juan lI, y que venían a confinnar, en
..... dicen los Doctores, que no solo no deben ser favor de los conversos, como le había dicho anterionnente, no sólo
ñados, mas qu~ deben ser favorescidos: lo qual concuerd la carta-privilegio del rey Enrique I1I, sino las leyes de las Partidas
bien con las palabras del Apostol, aunque era nues
y los Decretos de Basilea, así como la doctrina tradicional de la
Pariente, donde dice: Judeo, primo, et Graec0 20
iglesia de todos los tiempos. Si no fuera así, no hubiera habido
jerarquía eclesiástica conversa, como la hubo y la hay, desde San
Agrega el Relator que no sólo las leyes de las Partidas Lino, sucesor de San Pedro. hijo del judío Judá de Belén. hasta los
este criterio de los Doctores. sino que este mismo problema de actuales prelados de Espafta Y de todas partes.
quillos se había planteado hace ya sesenta aftos ante el rey
m, padre de don Juan 11, siendo Arzobispo don Pedro Tenorio, "Pues si despues acá ha av ido, y hay en España, y en
motivo de la conversión al cristianismo de muchos judíos; otras partes Prelados de esta Nacíon, todos lo saben, y aun en
había sido fallado por el Rey en favor de los conversos, con carta mi tiempo fue Obispo de Barcelona un maestro en Theologia
privilegio firmada por el Rey y el dicho Arzobispo, y que él que fuera Limosnero del Papa Benedicto, Y yo lo vi, y hablé
Relator) tenía el original de esa carta. con él en Morilla agora treinta y seis años, quando alla fui, el
qual era desta Nación, y era natural de Valencia"22
..... que hubo agora sesenta años, y entre los de T
otros muchos se tornaron Christianos; y otros tales La herejía de Marquillos iba contra las disposiciones de los
Marquillos les oponían esto mysmo, y fue declarado, y canónico y civil, contra la Teología y contra los decretos
minado lo suso dicho con acuerdo de los de su conseio
Santos Padres y Doctores que defienden que los que están
mandó dar sobre ello su carta de privilegio, que está
.de la fe, especialmente los judíos, han de ser atraídos a la fe y
de su nombre, y refrendada de el dicho Arzobispo, y de el
Periañes, que Dios haya, que era de su Consejo; y sellada 'eCido!ót amorosamente por los cristianos.

p.346.
20. Ibídem, p. 345. p.347.

32 33
..... convidar y atraer por alagos, e ruegos, e beneficios, e de el mal al bien, de la infidelidad a la Fee; y por esto los
por otras maneras de buena, e graciosa enseñanza para los llama conversos el dicho Maestro de las Historias"24
ganar a fabor hijos de Dios, e que los Christianos los deben
ayudar, y socorrer y honrar, y tratar fraternalmente y caritati­
vamente y aun con todo amor, sin hacer departimiento ni dis­ El descendiente de judíos que se hace cristiano está dentro de
tinción alguna de los antiguos a los nuevos, antes en algunas esa doctrina y no a la inversa. Por eso no se puede entender, como
cosas los deben faborecer e facer ventaja, mas que a otros, afirma heréticamente el descreído de MarquilloS, que al cristiano de
hasta que sean plantados e radicados en la Santa Fee, segun procedencia judía se le incapacite para todo oficio, beneficio, digni­
se face a los novicios en la religion. Con lo qual todo bien dad u honra como si fuera hereje o infiel. cuando la Sagrada Escri­
concuerda en Decreto fecho en Basilea ... "23 tura, en el Antiguo Testamento, pide que al venido a la Ley se le
honre Y se le trate como a hermano, compartiendo con él tierra y
bienes. y si esto se pedía en el Antiguo Testamento, cuánto más en
El traidor hereje de Marquillos venía ahora a decir que los con­ el Nuevo con la Ley de Gracia, que es la misma Verdad. Marqui­
versos con más de sesenta afios en la Santa Fe no debían tener ni llos, pues, partía de un falsísimo fundamento Yestaba en el error y,
honras, ni dignidades, ni oficios ni beneficios, y especialmente los si en él pertinazmente insistía, merecería ser condenado por hereje.
hijos, nietos y "travis-nietos". El Relator no entendía cómo se De la misma manera que el cristiano nuevo que no actuara como
podían llamar conversos a los hijos y nietos de cristianos nacidos en cristiano, si después de amonestado insistiera, debería ser castigado
la cristiandad y desconocedores tanto del judaismo como de su cruelmente con arreglo a las leyes del reino y a las leyes eclesiásti­
liturgia. Es más, este término de converso para el judío que ingresa cas. y si fuera de linaje judío, debería ser castigado más cruelmente
en la fe católica resultaba inapropiado, puesto que históricamente el aún, porque lo hace de manera consciente.
término converso se reservaba para los gentiles, porque era el gentil
el que estaba fuera de la ley y venía a la fe, no el judío que ya " ... y aun pongo por conclusión, que si el descendiere de
estaba dentro de la ley y que sólo necesitaba bautizarse y creer en el el linage ysraelitico, este debe ser mas grandemente Y cruel­
Mesías prometido en su Ley y en sus profetas. mente punido; pues que yerra a sabiendas, habiendo más noti­
cias de la Ley, e de los Profetas, que otro. Y esto mismo fabla
" ... e aun este nombre converso segun el Maestro de las el Apostol quando dice: Judeo et Graeco; ansí en las honras
Historias Eclesiasticas solamente se decia en la primera Igle­ como en la pena, en casO que algunos hubiera malos; lo que
sia por los Gentiles que venían a la Fee; e non se decía por los se afirma lo contrario, e que por codicia desordenada de los
Judios; porque aquellos en su casa y Ley estaban y no les era robar lo suyo (lo que es raiz de todos los males) les fue levan­
necesario otra cosa, salbo bautizarse, e creer, que Nuestro tado",z5
Señor Jesuchristo era el Rey Mezías, prometido en la Ley y
en los profetas. Ca como dice San Geronimo, esto tenian ellos
muy ligero de facer por su mesma Ley, la qual no víno a Pero lo que no se puede hacer es generalizar que. porque uno
desatar Nuestro Señor Jesuchristo, mas la a cumplir. Mas el haya cometido herejía, haya que matar a todos los que pertenecen a
trabajo propio era con los Gentíles, que se habían de convertir ese grupo o linaje y que viven fielmente sin culpa alguna. Como

Ibídem, pp. 348-349.


23. Ibídem, p. 348.
Ibídem, p. 350.

34 35
sería injusto matar a todos los vizcaínos porque haya habido here­
jías en Vizcaya, o matar a todos los andaluces porque todos los días
se convierte alguno en moro. Siempre hubo buenos y malos. Siem­
pre' desde la fundación de la Iglesia, hubo dos pueblos juntos: el
pueblo judío y el pueblo gentil, y siempre habrá conversiones hasta
el fin del mundo. Nuestro Sef\or ha padecido por todos. Y tantas
han sido las conversiones, y desde hace tanto tiempo. que es difícil
saber de qué pueblo viene cada uno. Como dice San Agustín (sic)
en sus Etimologías: todos los judíos de Espafia en tiempos de un rey
de los godos, lo cual habrá. bien setecientos afios, fueron cristianos
y, a pesar de que era difícil, se sabía de muchos que en estos tiem­
pos descendían de los judíos.
A continuación el Relator se complace en hacer referencia de
los que estaba seguro que descendían de judíos en su tiempo y
se encontraban entre los más prestigiosos linajes. Aunque el número
de los referidos es muy abundante, sin embargo, por la importancia
de los mismos creemos oportuno traer aquí la cita completa
ellos.

" ... e en nuestros tiempos fue el Reverendo Padre


Pablo, Obyspo de Burgos, de buena menoria e CancmCOl
mayor de el Rey, e de su Consejo; e sus nietos e viznietos,
sobrinos, e los otros de su Linage son ya oyen los Linages
los Manriques e Mendo~as e Roxas, e Saravias e Pestines,
Luyanes e Solys, e Mirandas, e Ossorios, e Salcedos,
Linages, e Solares, e algunos de ellos son viznietos de
Furtado de Mendoza, Mayordomo mayor de el Rey, e de
Maryscal Diego Femandez de Cordoba, sobrino de los
res de el Reyno. E assi mesmo Juan de Sanches de Sev
que era de este Linage, e era Contador mayor de el Rey,
nietos y tras-viznietos son hoy los de Araujo, e los de
e los de Valdez, e de Anaya, e de Ocampo, e de Monroy, e
Solís de Sosa, e de ViIla-quiran, e los de Bobadilla. e de
linages. Y mucho menos habrá mejoría de los que habrá
aqui a cien años. Y que cuidado tiene Juan Manuel
Olanda, porque es nieto de Francisco Femandez Marmole~
Contador mayor de el Rey N. S. que fue, el que venía de

37
36
Linage, de el qual esto mesmo estan hoy en Sevilla muchos otros Vis-nietos del Maestre, e Infante Don Fadrique: fijo de
regidores e caballeros e oficiales de ella. Ca ansi mismo los el Rey Don Alonso, hermano de el Rey Don Henrique, el
Nietos e Viz-nietos de Diego Sanchez de Valladolid, Conta­ Viejo; e Don Juan Alfonso, Conde de Niebla e sobrino de el
dor mayor de el Rey, e de sus quentas. Los unos son de Santi­
Duque de Medina, Conde de Niebla, fijos de su hermano. E
Esteban, e los otros de Moti~on e Bernaldes los otros de otros no solo estos que me vinieron a la memoria por ser de sangre
linages e solares, e los nietos de mi primo e Señor Alfonso Real e de algos.linages de Caballeros, e de los mayores de el
Albares, eso mesmo algunos de ellos son de Sandobal, e de los Reyno, e mas principales, de los queales, allende de la Caba­
Carrillos, e de los Cerbantes, e otros de Alarcon, e otros de lleria, e nobleza e de haber en ellos Condes e Ricos hombres
Viello, e ansi de otros Linages e solares. E los nietos de el Dr. e otros Grandes Señores, mas aun de este mismo linage del
Fonico: los unos son de Abellaneda, e los otros dos de Cuellar,
dicho Caballero hay y ha habido Obispos, Arzobispos e otros
e los de Peña Loza; e algunos de mis nietos de Barrionuevo, e
Prelados e Barones Eclesiasticos e Religiosos: e hoy viven
Soto-Mayor, e Mendosa, e descienden de Juan Hurtado de algunos de ellos. Mas esto mesmo por la gracia de Dios hay
Mendosa, el Viejo, Mayordomo mayor de el Rey, que era un muchos Linages en Castilla, fijos, e Nietos e Vis-nietos de el
traviz-abuelo: y assi podia henchir papel de otros muchos. linage de Israel ansi legos, como Clerigos, ansi de el linage
Subiendo mas alto, no es necesario de recontrar los Fijos de Nobles, como de caballeros, e Ciudadanos, a los quales
e nietos e viznietos de el Noble Caballero, e de grande Autho­
todos no fase poca injuria el hereje malvado de Marquillos el
ridad el Almirante Don Alonso Enriques que de una parte
poner contra ellos esta mancilla... "26
desciende de el Rey Don Alonso, e de el Rey Don Henrique
el Viejo, e de otras partes viene de este linage: e de parte de
sus padres e madres vieje de los Mendosas, e Ayalas, e Guz­ A estos era a los que el de baja procedencia y malvado hereje
manes, e de los Nobles de Toledo, e Cordova; e ansi todos los Marquillas injuriaba y quería privar de dignidad, de oficio, y aún de
solares de Castilla por la mayor parte, gracias a Dios, son honor. Injuria que no s6lo afectaría a Castilla, sino a toda Espafia y
mezclados con ellos: que aqui estan los Enriques, por el rey
a todo el mundo.
Don Enrique, e de los Lunas e Portocarreros, e Roxas e de
Ossorio, e la casa de Aguilar, e Mendosas e Manriques, e ..... pues que dijo e afirmo falsamente que los que venian
Herrera e Tobar, e Quiñones e Pimenteles, Suñiga, e Are­ de este linage non pueden haber Dignidad, oficio, ni aun
llano, e otros Grandes, e aprobados Linages. Ca aun hay ya honor. ......... el non es home para ello ni aun en su villano
Reyes e Infantes, fijos de Rey, e de Infantes, e nietos e viz­ linage de la Aldea de Ma~arambros, ·donde es su naturaleza,
nietos de Reyes y de Condes, Viz-Condes e Condesas, e Mar­ que aun no son para fablar en esta gran materia; e mejor fuera
queses e otros grandes Señores, e Señoras, que descienden de tornase a arar, como lo fizo su padre e sus abuelos e lo fazen
los Reyes de Castilla, Aragon, Portugal, e Navarra; pues esto oy dia sus hermanos, e parientes.......... Y lo que mas malo e
no lo puede quitar Marquillos, que los Fijos del Rey de Nava­ peor es, a sabiendas, dogmatizar con grande error contra una
rra no sean Vis-nietos de el Almirante Don Alonso Henriquez fee; e aun sin esto non solo se face injuria a los de Castilla,
el Viejo, el Fijo de el Infante Don Henrique. Esto mesmo era más aun a los de todas las Españas e aun de todo el
ansi mesmo el Conde Don Juan de Luna, e los otros Vis-nie­
Mundo ..... 27
tos del Maestre Condestable de Castilla e de otros muchos
Grandes de el Reyno; ansi como los Fijos de Don Henrique,
que son Reales de ambas partes, e de parte de su padre son
Vis-nietos de aquel buen Caballero Don Alonso Henriques, e Ibídem, pp. 352-354.
Ibídem, p. 354.

38 39
~1r,: :~T,_.,~'__ ~' !~l
~"r : ¡ ~ : í ~ l.
Acaba el Relator su Instrucción pidiéndole al Obispo que inter­
ceda principalmente ante el Póncipe don Enrique, que le dé a éste el El Memorial de MarquilIos
Breve que el Papa había enviado al Rey y, si lo cree conveniente y
oportuno, la traducción de la bula. el privilegio del Rey don Enrique Se dice que Marquillos antes de escribir su Memorial e inme­
IlI, las leyes de las Partidas y Ordenamientos, y los Decretos de diatamente después de la publicación de la Sentencia-Estatuto de
Basilea. y si fuere posible que procurase la restitución de lo que Pero Sanniento, había publicado un escrito en apoyo de la misma,
Pero Sanniento. Marquillos y otros habían robado a los conversos escrito que parece haberse perdido, pero de cuya existencia seóa
en la ciudad de Toledo. dejándolos en la pobreza. ya que el pecado aventurado dudar, puesto que la Instrucción del Relator es una refu­
de robo no se perdona mientras no haya restitución de lo robado. tación de las principales ideas de Marquillos, y Marquillos aún no
había escrito su Memorial. La prueba más evidente de que aún no lo
u ... que quiera su merced procurar. si hubiere. que hay había escrito es que en el Memorial Marquillos hace referencia y
lugar y tiempo para ello. la restitucion de lo que Pero Sar­ contesta a los insultos y ataques que le había dirigido Mose
miento e Marquillos, e los otros han robado en esta Ciudad, Hamomo (el Relator) en su Instrucción. El Memorial es también
dejando como dexan. pobres. e desventurados a los dueños de
posterior a las bulas condenatorias del Papa, fechadas en el Vati­
ellos. pues que non dimittitur peccatum ni si restituatur ab/a­
tum".28 cano a veinticuatro de septiembre de 1449. Nace precisamente este
documento como consecuencia de la condena papal y monárquica,
contra las que protesta y a las que censura, y ataca a don Alvaro de
Luna y al Relator como figuras representativas de sus oponentes.
A las bulas condenatorias, como hemos dicho, del Papa Nicolás
V, ambas fechadas en Roma el veinticuatro de septiembre de
144929 , respondió Marquillos con su Memoriapo, dirigiéndose tanto
al Papa como al Rey, así como a las autoridades religiosas y civiles

29. El Papa expide dos bulas: una, la "humani generis inimicus", en la que con­
dena la división entre cristianos viejos y nuevos. así como las limitaciones de
acceso de los conversos a los cargos públicos; otra, en la que excomulga a
Pero Sarmiento y a sus seguidores por su rebeldía contra Juan II, y en la que
declara en entredicho las ciudades y tierras bajo su dominio. La primera se
encuentra en el Archivo Vaticano, "Reg. Vat." 410, fols. CXXX-CXXXIl y
"Reg. Vat." 394, fols. CCXLIX-CCL, publicada por M. Alonso en su edición
latina del Defensorium Unitatis Christianae, Madrid 1943, pp. 367-370; la
segunda también en el Archivo Vaticano, "Reg. Vat.", 410, fols. CXLVI­
l¡ ,
CXLVIII y publicada fragmentariamente en Bullarium Equestris Ordinis
Sancti Jacobi de Spatha por A. F. Aguado de Córdoba, A. A. Alemán y Rosa­
I
¡i
les y 1. López Aguoleta, Madrid 1719, pp. 387-388. Ambas, y con toda la
información antedicha, las recoge en documentación completa Eloy Benito
¡I Ruano en su libro Toledo en el siglo XV, documentos 18 y 19, pp. 198-201 Y
:J:
28. Ibídem, p. 356. 201-203, respectivamente.
30. Sigo el texto reproducido íntegramente por Eloy Benito Ruano en Los oríge­
1,
nes del problema converso, Madrid 1976, pp. 103-132.
40

l 41
de la Cristiandad. El documento es considerablemente extenso y cM, según Marcos, eran nulas de derecho, porque no procedían de
abundan en él las citas bíblicas, canónicas y civiles. la libre voluntad del rey Juan n, sino de una tiránica y suplantadora
Desde el principio ataca a don Alvaro de Lun.a por sus cruelda­ potestad. En su propio nombre, en nombre de Pero Sanniento, yen
des e "inhumanidades" contra el género humano y cristiano en los nombre de la ciudad de Toledo, afinnaba que todas las cartas y pro­
reinos de Castilla y de León, de manera especial durante los cuatro cesOs tanto del Papa como del rey tampoco tenían validez, ni fuerza
últimos aftos, 1445-1449, e igualmente ataca de manera violenta al condenatoria, Y por 10 tanto no afectaban a la ciudad, ni a persona
titulado por él, "aborrecido y detestado género de judíos bautiza­ alguna, ni a Pero Sanniento, ni a él, por varias razones. En primer
dos", a quienes considera incitadores de las acciones de Alvaro de lugar, por defecto de potestad ordinaria y jurídica de los procesos,
Luna, y condenados por los profetas y por el mismo Cristo. por aquello de que la verdad no tiene por condenado a aquel a quien
el temporal tribunal o juez condena injustamente. Porque Fray Juan
"Conosliida cosa sea cómo en las grandísimas e intolera­ de Torquemada, incitado por la persecución judaica de sus parientes
bles crueldades e inhumanidades echas en el género humano y por el poder de don Alvaro de Luna, astutamente había logrado
e chrislÍano de los dichos Reynos de Castilla y de Leon, de que el Papa Nicolás V se negara a oír los santos motivos y propósi­
quatro años a esta parte por el malo tirano don Alvaro de tos de la ciudad de Toledo, y no había querido vengar las injurias
Luna, condesta':le que se llama de Castilla, causadas, promo­ hechas a Cristo, favoreciendo a don Alvaro por temor. Contra toda
vidas e incitadas por el aborrecido, dañado, detestado quarto
"justicia, pues, el Papa había habilitado al género judío y a sus des­
género e estado de judíos baptic;ados e los procedentes de su
cendientes y condenado e inhabilitado a los cristianos al no querer
línea dañada, adúlteros, fijos de incredulidad e infidelidad,
conocer la verdad. En consecuencia la condena, por desconoci­
padres de toda cobdicia ... " ..... ingratos siempre a Dios con­
miento de la verdad, no obliga a las personas condenadas ni ante
trarios a sus mandamientos, apartados de sus caminos e carre­
ras según da testimonio el psalmista David en el salterio Dios, ni ante la verdad, ni ante los hombres.
Audite. ~eli. que loquar ... ..... condenados por su obstinada
porfia perpetuamente ... la cual condenación hi~o Nuestro "La verdad no tiene por condemnado aquel a quien el
Señor por su sentenc;ia, cuyas palabras son: quadraginta temporal tribunal o juez condena injustamente, la qual autho­
annis proximus fui generaríoni huic et dixi: semper hi errant ridad se confirma por lo notado en el capítulo Ad aures, q. 2.
corde ipsi vero non cognoverunt vias meas. quibus juravi in e no se confien los elatos e tiranos dominantes ni esperen
ira mea si introibunt in requiem meam.3 1 redemp~ion los ambiliiosos impetrantes, lisonxeros, subrre­
tic;ios ampliantes la autoridad divina dic;iente todo lo que
ligare. será ligado, etc., ca fablando so la dicha potestac;ion,
El bachiller Marcos de Mora se considera una especie de pre­ todavia la dicha authoridad es limitada y verdaderamente
destinado salvador, tanto de la fe cristiana como del reino de Casti­ entendida, si justamente ligare, e la llave non errare, según se
lla, a los cuales realmente venía a liberar de la opresión de los nota en los dichos lugares, e si de otra manera se entendiese
judíos, personificados en la figura de Mose Hamomo y del tirano y sería grande obscuridad e lieguedad, conviene a saver, que el
ambicioso poder de don Alvaro de Luna respectivamente. Las deci­ delegado podría más que el delegante y el menor avria mas
siones de este último en favor de los judíos y en su propio prove­ poder que el mayor, lo qual no es deliir ut in cap. Cum infe­
rior. De majoritate et obedien,ia (sic.), y ansÍ es como se
dice que por la astuliia del cardenal de San Six.to (Fray Juan
de Torquemada), in~itado por la judaica persecución de sus
31. Ibídem, pp. 103-104.

43
42
se dé e buelva a quien la oviese de aver en caso de muerte, ut
parientes e por la potenyia del obstinado don Alvaro de Luna.
in cap. Grandi, De suplenda negligentia Prelatorum, con lo
el Santo Padre Nicolas, denegada toda abdienyia yerró los
ende notado por los doctores in lex Qui de verborum obliga­
oydos e no quiso oyr los santos echos y movimientos de
tionibus, Y de la crueldad o dilapidayion est textus in L. }ª ff.·
dicha santa ciudad de Toledo... " H ...et temió e favoreyió
De his qui sunt sui vel alíeni juris. el Instuta. eodem finali.
triste faz del dicho don Alvaro más que a la eterna Con todo lo demás notado en la disyension o negligenyia de
tad... " ..... no se puede deyir que los tales procesos y
pugniyion o castigo, n6tase por el Enrrique y Doctores en el
apost6licas manaron de la voluntad jurídica ni ordenada cap. Ad abolendum. De hereticis. et in cap. Si Papa Quadra­
dicho Santo Padre a otorgar lo que de derecho dio por
gessima distinctione. Quanto mas que la dicha ciudad de
gado e a denegar abdienyia, la qual Su Santidad no dev Toledo requirió en forma de derecho solemne e publicamente
denegar y por consequenyia se sigue, los tales proyesos e al dicho senor Rey que los oyese a justiyia e a derecho en
tas no ligaron ni ligan a las personas contra quien se dimne..l lugar seguro e ante personas sin sospecha e no lo quiso fayer,
ron que las cumplan ante Dios y ante la verdad ni ante e por esto la dicha cibdad le constringio la obedien yia... "33
hombres, segón se nota en los dichos lugares y por el
in L. Quoties, C. Si contra jus vel utilitatem publicam ... "32
Por rehusar querer conocer esa verdad se condenaba a la ciudad
de Toledo por cinco crímenes principalmente, crímenes, por
Exactamente igual sucedía con las disposiciones del Rey,
supuesto, inexistentes, Ypor lo tanto falsos y nulos de derecho.
más bien eran las disposiciones del tirano Alvaro de Luna incitadd
por la malicia de Mose Hamomo y de su grupo judaico, porque si He aquí, segun ellos, los cinco crímenes.
Primer crimen: apoderarse de la ciudad sin consentimiento del
Rey tuviese libertad de voluntad y hubiese escuchado la verdad,
se negó a escucharla, no hubiese negado la justicia a la ciudad rey.
Este crimen ha sido por servicio de Dios, fue en favor de lajus­
Toledo. Por lo tanto, sin previa amonestación, que es lo que
ticia para combatir los crímenes que se cometían contra el pueblo y
blece la ley para que pueda incurrirse en pena, no hubiera manoao(]
para expulsar a los tiranos y extirpar las herejías. Razones apoyadas
obrar cruelmente contra ella y contra sus cristianos, defendiendo
'por el derecho para combatir las injusticias, abusos y atroces críme­
los herejes. Esa es la razón de que la ciudad le haya negado
nes cometidos por los hombres puestos por el tirano Alvaro de Luna
diencia al rey por considerarle injusto en sus disposiciones, dispuSl
~y carentes de todo temor de la justicia de Dios y del rey. Todo esto
ciones que no proceden de la misma voluntad del rey, disposicionel
iJlin tener en consideración que las acciones se llevaron a cabo con el
que van en contra del mismo rey, en contra de Dios, en contra
lpmsentimiento de Pero Sarmiento que, como alcalde nombrado por
toda razón, y en contra de toda justicia.
fl rey, tenía plena autoridad para ocupar puertas, puentes Y fortale­
"Pues notoria conclusi6n es de derecho que los Prín<'.......~
~as pertenecientes a la ciudad y de las cuales Alvaro de Luna se
que son negligentes en la execuyion de la justicia, si su abía apoderado a la fuerza.
genyia es grande o universal, o si trata cruelmente a sus
..... fue principio de restaurayion de todo bien y de expul­
tos e naturales, si defiende los hereges e siendo requerido
si6n de tiranos y extirpacion de las heregias, Y pudo y devióse
tinua en tal negligencia o crueldad o discensión, pierdan
ha~er por dos causas principalmente: la primera. porque es
administrayi6n de los Principados, Reynos e señoríos e

32. Ibídem, pp. 107-108. Ibídem. p. 109.

45
44
texto expreso de auténtico, según lo relj;a el Baldo en la Ley cristianos viejos se enfrentaron a ellos y los derrotaron, Y los con­
Milis, C. de SUnJ.ma Trinitate, que las comunidades de las ciu­ versos fueron, con razón y con justicia, perseguidos en sus personas
dades pueden y deven tener las fortalelj;as no solamente suyas
y bienes.
mas aun de las iglesias, mayormente en tiempo de guerra. La
segunda, porque los alcaldes y hombres que el dicho tirano ..... mas si asi no fuera echo fuera crimen y defecto de
tenía en las dichas puertas, puentes, torres y fortalelj;as. halj;ían justicia y no se escusaran los Ij;iudadanos de la dicha <;iudad
como hilj;ieron publicamente muchos y muy notorios delictos de ser participantes en sus errores y hereticas pravedades de
e excesos atrocissimos, combiene a saver. poniendo imposi­ los suso dichos si ansimismo no lo hilj;ieran, por quanto es
ciones nuevas tributarias a los velj;inos desta ciudad, robando público, notorio y manifiesto, fallado por pesquisas verdaderas
coechando, rapiendo mugeres casadas, virgenes y otras, careslj;ientes de toda sospecha, que todos los confesos de la
matando a sus maridos. padres e parientes porque lo querella­ dicha ciudad, con favor y esfuerlj;o del dicho tirano se armaron
van, e ayuntandose cinquenta e cien hombres dellos rufianes y ay untaron en las parroquias de la dicha ciudad yen sus casas
matadores. andando con favor del dicho tirano por la ciudad estuvieron tres dias armados contra voluntad e defendimiento
en contumelia e ignominia della e fmendo e deshonrrando a del dicho Pero Sarmiento e de la dicha ciudad e en menospre­
los ofilj;iales de la justilj;ia e amenalj;andolos e acuchillandolos cio e daño della e tratando cómo matarían al dicho Pero Sar­
e haciendo otros delictos. males y daños y desacatos" ..... por­ miento e a los christianos biexos de la dicha ciudad e los roba­
que sobre esto requirieron muchas veces al Señor e non falla­ rían e apoderarían della e dellos e de los dichos alcalj;ares para
ron en él justilj;ia. en defecto de la qual por su autoridad pro­ lo entregar todo al dicho tirano e de echo lo pusieron en obra e
pia pudieron hacer lo que hilj;ieron. según lo notado in lege salieron a las plalj;as armados en dos quadrillas so capitanía de
prima. C. Quando /icel unicuique se vindicare propia autho­ Juan de Ciudad e Arias de Silva ... "35
rilale. Quanto más que lo hicieron con authoridad o licenlj;ia
del dicho señor Pero Sarmiento el qual tenía poder e autori­
dad plenaria del dicho señor Rey para mandar e halj;er seme­ Por otra parte es sabido también que los conversoS fueron
jantes cosas e mayores .....34 ~allados heréticos, infieles y blasfemos, negando la divinidad de
'Pisto, judaizando y siguiendo la ley mosaica. Se sabe incluso que
~nos clérigos, procedentes de conversos, vendieron hostias con­
Segundo crimen: El robo. quema y muerte de algunos conver ~radas a judíos e infieles. Es lógico, pues, que hayan sido perse­
sos. judíos bautizados. y quemados como herejes de acuerdo con la ley divina y
Esto no era crimen. 10 contrario sería crimen y defecto de justi wmana, porque la pena de herejía es pena de fuego.
cia. Es sabido, por indagaciones series y dignas de crédito, que
el favor y ayuda del tirano Alvaro de Luna todos los conversos de "Otrosí fue e es notorio que fueron fallados heréticos,
ciudad, dirigidos por Juan de Ciudad y Arias de Silva. se juntaron infieles e blasfemos, negando ser Dios Nuestro Salvador
Jesuchristo y ansimismo contra la Reyna de los Cielos su madre
armaro~ contra la voluntad y la autoridad establecida de Pero
e fueron fallados judailj;ar e guardar todas las ceremonias judai­
miento, buscando la manera de matar al mismo Pero Sarmiento
cas ... ; se fallaron algunos clérigos dellos vender las ostias con­
apoderarse de la ciudad para entregársela a Alvaro de Luna. sagradas y el ara y corporales a judíos e a otras personas infie-

34. Ibídem, p. 11 L Ibídem, p. 112.

47
46
les, e muchos de los conversos bapti~ados fueron vistos recon~i­ chos, decretos Y leyes que no pueden ser derogados ni abrogados
liarse al tiempo de la muerte con rabíes doctores e judíos maes­
por ley o constitución apostólica, imperial o real.
tros en su ley e por ende los que fueron quemados dellos por los
tales herejes justamente fueron quemados, ca la pena del heré­
"Siguese pues que los mandamientos executorios que el
tico según la ley según divina e humana consuetudinaria es pena
dicho señor Pero Sarmiento e la dicha ciudad hizieron sobre
de fuego, según se nota por los doctores, en especial por el Enri­
la dicha razón no fueron ni son injustos ni voluntariosos,
que in cap. Ad abolendum, De heretecis"}6
según el dicho Mose Hamomo mali~iosamente dize, antes
fueron y son justos y jurídicos y no embargante que los
Por supuesto tampoco se puede considerar crimen el que dichos señores Santo Padre y Rey con las dichas leyes y
decretos, salva su santidad y realeza, digo que los dichos
judíos bautizados hubieran sido excluídos de sus oficios por inhábi
derechos, decretos Y leyes no pueden ser derogados ni abrro­
les, cuando en ellos se han seguido las leyes y decretos tanto de
gado s por ley o por constitu~ion apostólicas, ymperial o
divina como de la humana escritura. Entre ellas cita Marquillos reat.. " " ... pues los sus decretos e decretales resisten, inpug­
que serían eje central de toda la polémica los capítulos "Plerique" nan e contradizen la tal havilita~ion, según se nota por algu­
"Judei", y sobre cuya interpretación Alonso de Cartagena se nos Doctores in cap. primo de Constitutionibus, Y por otros
dería con amplitud en su Defensorium. en el cap. Ad Romanos, Pontif., De Constitutionibus lib. 6 Y
por otros en el cap. Ex Patre, De officiis delegati y por otros
" ... porque est textus expresus in cap. Constituit iJanrtu.a en el cap. Ad Aures et Temporibus ordinandorum Y por los
Concilium, de cima septima quaestione, quarta y en el legistas en la ley Ex hoc jure, ff. De justitia et jure y en la ley
Nulla oficia, quinquagesima quarta distinctione y el cap. Quotiens, C. Si contra jus ad utilitatem publicam .... "38
rique, De consecratione, disto 4ª y en el cap. ludei de la
distin~ion donde se contiene que los tales judíos baptizal10
non deven haver offi~ios ni benefi~ios porque siempre
Tercer crimen: los vecinos de Toledo se rebelaron contra el rey
ricaron en la fée y so color de nombre de christianos acostuní le permitieron entrar en la ciudad.
bran y acostumbraron a hazer siempre muchos males e Esta causa parece crimen. pero no lo es. porque la rebelión ha
a los verdaderos christianos y porque es cosa oscura y fea hecha en servicio de Dios, en restauración de la corona, Y en
el ayer meldava en la sinagoga cante oyen la iglesia del Rey, para que tanto el Rey como sus reinos y los natura-
pre~iando los mandamientos de ella")7 ellos salgan de la servidumbre a que han estado y están some­
bajo el tirano poder de Alvaro de Luna y de los consejos de
en especial de Mose Hamomo Y sus parientes.
En consecuencia. Pero Sarmiento no cometió ninguna
cia, sus órdenes ni fueron injustas. ni caprichosas. como malicio/d "ca por esta causa saldrá el dicho Rey de la servidumbre
en que a estado y está, y todos sus Reynos y naturales dellos,
mente afirmaba Mose Hamomo. sino que en representación de
por el tirano poderio de don Alvaro de Luna y de los judaicos
ciudad obró de acuerdo con la justicia y la ley, aunque el Papa y
consejos de los dichos infieles, en especial del dicho Mose
Rey hayan procedido de manera distinta y en contra de los
Hamomo e sus parientes".3 9

36. Ibídem, p. 113.


37. Ibídem, p. 116.

48 49
Otra de las causas de la rebelión fue la exigencia de una
dicho Sancto Padre y contra el dicho Señor Rey y contra
refonna de justicia. No toda rebelión es crimen. En toda rebelión
todos los Príncipes y señores del mundo, no excediendo como
hay que distinguir dos clases: una, la que tiene lugar contra su rey o nunca excedimos ni entendemos exceder la fonna de defen­
su príncipe para defender la vida, libertad e intereses cuando el rey, sión dada y otorgada por las leyes divinas y humanas"4(J
sin justificación alguna, intenta matar o destruir sus reinos, ciudades
o personas. Esta clase de rebelión es justa porque los súbditos no
pueden ni deben cumplir sus mandamientos, y porque rebelándose Marquillos al llegar a este punto hace extensas consideraciones
contra él al mismo tiempo le sirven, al impedirle hacer cosas contra­ al Papa Nicolas V Y a Juan 11, lamentándose de la actitud y conde­
rias a Dios y en contra de sí mismo. La otra manera de rebelión es nas provenientes tanto del Papa como del Rey, y rogándoles su
cuando sin justificación alguna los súbditos se rebelan contra el rey revocación. También tiene palabras de recriminación y de súplica
no reconociendo su autoridad, ni reconociéndose ellos mismos para el príncipe Enrique al recordarle cómo el Obispo de Cuenca,
como súbditos. Esta es la rebelión condenable, pero ésta no es la Lope de Barrientos, había logrado engafiarle para hacerle faltar a
rebelión cometida por los vecinos de la ciudad de Toledo, y mienten los juramentos y promesas hechas por escrito a la ciudad en la que
los que lo afinnan. juraba defenderla por considerar justas sus pretensiones.
La rebelión ha sido contra el tirano Alvaro de Luna y
"cómo vos engañ6 el mal fraile e vos hiljio olvidar los
Mose Hamomo y sus parientes, porque el Rey ni manda, juramentos e promissiones que hiljiisteis a la dicha ciudad
gobierna, al estar su voluntad sometida al tirano poderío de Alv sancta de Toledo e conoljiisteis la intenljiion de la ciudad e
de Luna. La rebelión, pues, de la ciudad de Toledo ha sido en veljiinos della e la fallastes santa e buena e aprovastes sus
tima defensa, la pennitidapor el derecho divino y por la ley naLUCru echos e movimientos por justos e buenos, e firmastes con
f
y contra la cual no pueden atentar ni el Santo Padre, ni el Rey, vuestro nombre e sellastes con vuestro sello carta patente e
todos los príncipes y sefiores de este mundo. jurastes e prometístes de defender e amparar la dicha ciudad e
procurar entre el dicho Rey vuestro padre e la dicha ciudad
"ellos (los vecinos) son y querrán ser sus súbditos toda justi'íiia e toda paz e concordia. ¿Por que, Señor, ... qui­
rales, pero saben y ven notoriamente que el dicho Senor sisteis aprovar lo que reprovaste... ? Suplico a Vuestra Señoría
no manda ni govierna ni puede mandar ni gobernar sus que vos querais acordar de lo que jurastes e promestistes a la
nos de derecho, antes los manda y so color de gobernaljii ní dicha ciudad e lo querais guardar... "41
los destruye el dicho malo tirano don Alvaro de Luna con
consejo del dicho Mose Hamomo y sus parientes, de' cu
poder tirano está la persona del dicho señor Rey presa Cuarto crimen: recibir por sei'lor de la ciudad al príncipe don
oppressa con todos sus Reynos. Por ende la rebelli6n
dizen que hizo la dicha ciudad contra el dicho Señor Rey ciudad hizo lo que tenía que hacer, sin faltar a la autoridad
fue ni es ni se puede dezir rebelli6n, salvo justa y verdad... a quien se le pidió muchas veces que administrase justicia
defenssi6n, la qual da y pennite el derecho divino y la
procediese contra el tirano Alvaro de Luna. No hay, pues, cri­
natural y tambien de scriptura, y no la puede quitar
alguno en recibir al Príncipe por sefior de la ciudad. y puesto
alguno temporal y espiritual, según se nota en los lu
suso declarados el est texto in L. Prohivitum, C. De jure
de la qual defenssión podimos e podemos ussar contra

50 51
que había habido defecto de justicia en el rey. es al príncipe al que
le corresponde administrar la justicia en ausencia del rey, de
acuerdo con el derecho y las leyes de las Partidas. No ha habido.
pues, deslealtad al Rey por parte de los vecinos de Toledo.

"guardaron toda lealtad devida al padre pues fue requ

rido por muchás b~es que administrase justi~ia a la

ciudad y a los dichos Reynos e pro~ediesse contra

tirano, e por ende. en defecto de justi~ia, la administra~i6n

devolvi6 al dicho señor Príncipe a quien se le

muriendo el dicho señor Rey, según es texto expreso en

cap. Grandi. De suplenda negligentia prelatorum. lino 6.

Según se nota en los dichos lugares y en la ley is enim. ff..

verborum obligationibus, y en la ley Imperator ff.. Ad

lianum, e por esto di~e una glosa en el cap. Cepit. H

lius. vigesima quarta quaestione. jq. que el hijo primogénítl

del Rey se puede llamar en vida del padre. e por ende justa

sanamente pudo ha~er la dicha ciudad lo que en esta

hi~o. e en defecto del padre pudimos tomar al hijo ... "42

Quinto crimen: que todos estos levantamientos (según


Hamomo) han sido hechos por su consejo.
Al referirse a este crimen Marquillos se siente muy honra"
porque estas acciones eran más bien fruto de consejo divino que
mano de hombre. aunque no niega que él haya contribuído con
escritos a hablar de la justicia y de las leyes promulgadas por
de Dios. Como el mencionado Mose Hamomo había tratado
todos los medios de deshonrarle. se veía oblidado a defender
honra. recordando que hay tres clases de nobleza --civil,
teológica- y que Mose Hamomo no tenía ninguna de ellas.
tenía nobleza civil en su doble acepción de generosidad y de
duría. porque todos saben que es judío y de los más viles y
judíos de Alcalá de Henares. El. Marquillos. en cambio. sí la
especialmente por ser vecino y natural de Toledo e hijo de

42. Ibídem. p. 125.

52 53
honrado e hidalgo como lo son todos los vecinos de Toledo porque carecía de todo efecto jurídico e iba contra Dios y contra
acuerdo con la definición de Bártulo. Tampoco tenía nobleza toda razón y justicia; ni él tampoco merecía pena alguna por haber
en I8. acepción de sabiduría, porque, aunque doctor, no sabe prestadO sus esfuerzos y consejos. y no debían ejecutarse tales pro­
letras que las judaicas y heréticas. El, Marquillos, en cambio, cesos porque eran nulos por defecto de parte, porque habían sido
que bachiller, era legista y canonista famoso. y conocido en mU~Uél hechos a instancia del malvado Mose Hamomo, llamado Relator,
partes, que la honra es debida a la ciencia y no al grado, como sin presentar acusaciones en forma, que no se sabe si acusa sus inju­
Enrique. Mose Hamomo no tenía nobleza natural porque era rias o las injurias que dice se han hecho al Rey, porque en tales pro­
ruin. El, Marquillas, en cambio, era cristiano y cristiano viejo. cesos ha habido defecto de citación, defecto de audiencia, defecto
Relator aunque parecía elocuente, no lo era, era engafioso. El, de conocimiento de causa, defecto de lugar y de tribunal seguro. No
quillas, en cambio, era elocuente defensor de la fe y de la justicia. se podía negar audiencia a los acusados. ni proceder contra ellos sin
Mose Hamomo no tenía nobleza teológica porque era he citarlos Y sin tener conocimiento de la causa. Proceder así es
traidor a su tierra y a su rey, de malas costumbres. lujurioso, injusto, y el proceso resultante no tiene efecto alguno de derecho.
y malvado, desnudo de los bienes del paraíso y digno de que Siendo esto así, las sentencias y las excomuniones no obligaban ni
hombres lo acocearan y le, quitaran los bienes de la tierra. El, ante Dios, ni ante la verdad, y por lo tanto no debían ser cumplidas
quillos, en cambio, aunque pecador, por la gracia del Espíritu por los súbditos. No se podía mandar apresar o matar a los vecinos
cristiano católico y defensor de la fe y de la justicia, leal a su Rey, ,de la ciudad de Toledo por el mero hecho de ser vecinos de Toledo
su tierra y a sus amigos. e ir a las cortes a mostrar sus derechos de justicia. Y como ni el
-Santo Padre, ni el Rey. no habían querido saber la verdad, según el
"De todas estas tres nobleyas se desnudó e está
el dicho Mose Hamomo e por eso no es digno de honor,
derecho sus procesos son injustos.
L
vituperio ... , por quanto que es notorio que el dicho
..... e pues el dicho Santo Padre no lo hiyo asÍ, salvo su
Hamomo es judío e de los más bíles e sUyios judíos de
Santidad, sus proyesos son injustos e por ende no tienen
de Henares ... Y el dicho Mose Hamomo es judío herético,
effecto alguno de derecho, ni sus sentenyias ni excomuniones
no es christiano ... Como quiera que es Doctor, no save
ligan ni ligaron ante Dios ni ante la verdad ní deben ser cum­
algunas. salvo judaicas y heréticas ...." " ... de la honrra
plidas por los súbditos. Otrosí, puesto que cessase lo que no
fee christiana de la qual es desnudo el dicho Mose Hamolll
cesa, digo que los dichos proyesos no lígan por defecto de
e por ende, pues. es desnudo de los bienes del paraíso
lugar seguro, por quanto es notorío al dicho Santo Padre y a
herege, justo y digno es que los hombres lo acoyeen e
sus Cardenales e al dicho señor Rey e a todos los de sus Cor­
den de los bienes de la tierra que no se debe quexar
tes, que mandaron e mandan prender e matar e an sido presos
aquesto".43
e muertos muchos veyinos de la dicha ciudad solamente por
esto, que son veyinos delta, e porque fueron a las Cortes a
alegar e mostrar el derecho de justiyia de la dicha ciudad, por
En conclusión, todo proceso. tanto del Santo Padre como los quales defectos e porque la justiyia a verdad de la dicha
Sefl.or Rey contra la ciudad y sus vecinos, no debía ser ej ciudad es ya notoria e devió e deve ser savida por el dicho
Santo Padre e por el dicho señor Rey digo que los processo s
son ningunos e injustos, según es texto expreso en la Clemen­
43. Ibídem, pp. 126-128. tina pastoralis, De re judicata, in Clementinis, e nótese por el

54 55
Bártulo en la L. Sciendum cum sequentibus /J. Ad Concluye Marquillos su Memorial afirmando que el temor de la
numo Quanto más que los lugares e caminos por donde ciudad era tan grande que nadie se atrevía a proseguir la apelación.
ha~e cierto para yr a las dichas Cortes están cerrados e y menos él. Por eso en nombre de la ciudad y en el suyo pedia que
tos de enemigos del tenor del dicho malo tirano e de fuera proseguida dicha apelación Y súplica por vía de nulidad o
dichos hereges"44 agravio tan pronto como cesaran los temores, temores que acabarían
muriendo tan pronto como muriera el tirano don Alvaro de Luna y
Acaba Marquillos el documento apelando y suplicando al fueran quemados y destruídos los dichos herejes. Porque una vez
y al Rey, en nombre de la ciudad y del suyo propio, que no se desaparecidos los temores, se conocería la verdad y se haría la justi­
ceda contra los procesos de la ciudad o sus vecinos, especialmt:n~
cia.
contra Pero Sarmiento o sus familiares, o contra él mismo; que
informen de la verdad; que se administre la verdad en lugar
en Cortes, ante los grandes de los dichos reinos, y ante los
dores de las ciudades, villas y lugares de los dichos reinos, o
aquellos que deben conocer esta apelación: que una vez "'."..,
estas apelaciones, que no se atente ni mande atentar, ni innovar
alguna que resulte en perjuicio de la ciudad o de sus vecinos,
contra alguno de ellos, en especial contra él.
De no cumplirse así, la ciudad, por falta de justicia, l:UU1S1Ut:C/II
ría los procesos como nulos y tendría que usar de todos los medio~
de hecho y de derecho, a su alcance. Y si de estos medios sunden
algún mal, el mal sería imputado a los que habían causado la
de justicia.

.. ... en otra manera, en el dicho nombre e por mi,


que todos los tales autos e pro~esos que son o serán
sean como serán ningunos, e que la dicha ciudad e
delIa puedan usar de todos los remedios defensorios que
mengua de justi~ia les compete o competer puede de eCho
de derecho; e si por esta causa males o daños o escándalcl
nas~ieren, que sea todo contado e imputado a aquellos
son o serán causa dello; e por quanto los temores e
suso contados son tales e tan notorios que la dicha ciudad
valedores della no pueden ni osan proseguir la dicha
cion e suplicacion"4s

44. Ibídem, p. 130.


45. Ibídem, p. 132.

57
56

3. Documentos y conclusiones de Luna como responsable principal, y a los


ÍIblabOradores de los problemas económico-socia­
Al sacar conclusiones de los documentos expuestos y contra los conversos de la administración
dos observamos que las cartas de Pero Sarmiento y de Ikhldablemente todas ellas vayan unidas, son en
la Sentencia-Estatuto y el Memorial, tomadas como un orden económico social, y en segundo lugar de
denuncian y piden soluciones radicales a problemas político!l a la inversa.
les y religiosos. La Instrucción del Relator, en cambio, ni Marquillos venían a escandalizar a nadie,
ciones al problema religioso, pasando por alto los problema! ni en cuanto a la tiranía ejercida por Don
cos y económicos. Del Defensorium no se puede decir que sus ambiciones políticas y económicas, ni en
los problemas políticos y sociales como la Instrucción, IDIUfUda riqueza, ni en cuanto a sus relaciones con
realidad si los toca, lo veremos más adelante, pero sí se lllticioación de los mismos en los oficios públicos,
mar que los toca de manera más incidental, como consP."''';': reales, hechos Y derechos que proporciona-
que su preocupación es más social y religiosa. Dentro y ganancias. 46
gioso las cartas, Sentencia-Estatuto y el Memorial era lógico que los conversos, por su previa condi­
hechos concretos y graves en contra de los conversos, la legislación canónica y civil vigente, tratasen
tanto la Instrucción como el Defensorium no se detienen a que se afanasen en buscar la protección ofi­
rar, antes bien los califican de difamaciones heréticas, éste a su vez se sirviese de ellos aprovechán­
general la ortodoxia de la conducta cristiana de los económica. Esa especie de mutuo entendi­
entrar en la discusión de los cargos específicos denunciadot ser oficial pudiéramos llamar compromiso,
Sentencia-Estatuto y el Memorial. Cartagena más bien social poderoso en la misma proporción que
aquellos que teniendo autoridad para evitar estos ldemente al pueblo que tenía que pagar con intere­
tomado las medidas necesarias para impedirlos. Está más que le resultaba oneroso. Hablando de ese com­
pado por la gravedad que supone para la unidad cristiana el carga sobre el pueblo dice Domínguez Ortiz al
global de los conversos que por admitir o discutir la donde solían vivir los judíos y después los
lada o parcial de los conversos de la actualidad, aunque
veremos, hace mención y comentario de los sucesos de la
los Concilios de Toledo. una población urbana, extraña al mundo rural, y no
En realidad tanto los anti-conversos como los pro-convC!ll ser de otra manera teniendo en cuenta la índole de sus
llegan a coincidir en punto alguno, cada cual llega ."'A. . . .,;
no había casi entre ellos agricultores ni pastores;
mente, sin faltar los insultos, a extremos opuestos: los
gran a los conversos, los otros afirman la grandeza y
J.ound, The Greatest Man Uncrowned. A Study 01 the laU 01 Don
los mismos. London 1986. La información sobre sus ambiciones, relaciones
Pero Sarmiento y Marquillas denuncian los pWIUU~A" y riqueza está ampliamente dispersa y documentada por todo el
blemas políticos, económicos y sociales que estaban y deseada caída de Alvaro de Luna fue todo un aconteci­
dice agudamente Round al priocipio del capítulo séptimo:
reinos y de manera especial la ciudad de Toledo, y que Christendom 1453 was me year the Turks took Constantinople, for
tado, según ellos, de una mala justicia y de una mala tbe year of Alvaro de Luna faU" (Chapter 7, p. 211).

58 59
eran cortesanos, mercaderes, escribanos, mayo..... ~­ presentación de hechos y acusaciones, tanto en las
cos, arrendatarios de rentas públicas, es decir. Sentencia~Estatuto y el Memorial, se insiste en la
clase media, en gran parte útil en gran parte Juan de que sea él el que reine y el que haga jus~
cuyos servicios resultaban interesantes a la capa constar que desde hace treinta años tanto los gran~
elevada, pero que pesaba duramente sobre el los procuradores de las ciudades junto con la
semitismo, disfrazado de celo religioso, no debe se lo venían pidiendo inútilmente. En caso de
nos"47 ya hacer justicia. le suplican que se ordene levan~
ciudad de Toledo, que se destituya al Condestable
Luna Y a los conversos que ocupan los cargos admi­
Tampoco suponía sorpresa acusar a los conversos
él. el Rey, junto con su hijo, el Príncipe Enrique.
cuando está sobradamente documentado que muchos
heredero, Y los grandes del reino, y los procuradores
hacían, en especial los de la clase alta. Hablando de las
ciudades, se junten en Cortes y se haga justicia de
nes al cristianismo. condición. sobre todo a partir de
verdad de las acusaciones Y de los hechos menciona~
poder seguir ejerciendo ciertas profesiones tradicionales,
el arrendamiento de rentas reales. y para poder así paz y la tranquilidad vuelvan a los reinos.
un caso insólito. A lo largo del reinado de Juan II
cualquier cargo, incluso los más altos, tanto civiles como
scuencia este tipo de súplica al Rey pidiéndole justicia
cos, concluye el mismo autor
Üstente y pidiéndole que fuera él, Y no Don Alvaro de
y que acabase con tantas rivalidades. escán~
"así nació el problema converso; porque si
los judíos. no lo fueron menos los que ahora que estaban arruinando los reinos. Precisamente. Y
prepotencia escudados con el nombre de cristiano" meses antes, en las postrimerías de 1448, Mosen
saba de haberse hecho bautizar por razones de le había enviado al Rey una larga y emotiva carta
niencia, y en muchos casos es innegable la y término a tanto mal, carta que por su interés
conversión, y en no pocos ni los mismos interesadol solamente en su parte final
a ver claro en sus sentimientos. Fue la parte más
comunidad judía la que mostró menos repugnalK:l ..... para lo qual. Señor. conseguir. conviene consejo Y
dono de la antigua fe; esta porción más culta y ,eración de hombres discretos, Y de buena vida. agenos
bién la más inmoral, la más corrompida y la toda parcialidad é afeción; que los que deben consejar
su lujo insultante y su dureza de corazón no Salustío dice) de odio. temor. amistad é cobdicia
sus correligionarios que a los cristianos. En ser vacios; é sin dubda de otros no se puede haber buen
conversión puede considerarse como el desenlace' ; con los quales así escogidos. ayudando Nuestro
latente que venía oponiendo en las aljamas a espero en él que los males y daños de vuestros Reynos
enriquecidos de tibia fe frente a los modestos reparados. iD Señor! pues muévase agora el ánimo
mostraron más constancia en las adversidades".48 a compasión de tan duros males; mirad con los ojos
entendimiento las muy vivas llamas en que vuestros Rey~
nos se consumen y queman; acatad con recto juicio el estado
47. Antonio Domínguez Ortiz, Los ¡udfos conversos en España y en que los tomastes, é qual es el punto en que los teneis, é
1971, p. 22. que tales quedarán en adelante. si van las cosas segun los
48. Ibídem, pp. 17-18.

61
60
comienzos; é si de nosotros no habeis c carta, que nunca fue contestada, ni tampoco tení­
siquiera Señor, de vos. que mucho es cruel quien denuncia y súplica de justicia, lo único que consi­
da su fama. Muy excelente Señor. si mas y sus seguidorese, unos meses más tarde, en
debo ó menos bien que conviene he hablado, una bula de excomunión por parte de Nicolás V por
Magestad me perdone. como á aquel que es fuera amenaza y haberse apoderado de la ciudad de
entrañable dolor pungido dice sin órden lo que IQtregársela al Principe Enrique, Y por rebelarse contra
Aqui da fin mi simple epístola, humildemente
Spiritu Santo, muy ilustre Señor, que por su . al negarle la debida obediencia.

y en posesión de la ciudad Pero Sarmiento Y la

cia alumbre vuestro entendimiento. porque en tal


neis, que los males presentes cesen, y los venidefOl
convocada deciden la suerte de los conversos, a

se eviten, é á largos días de gloria perpetua e IOnnente ya habían acusado junto con Don Alvaro de
seais mereciente",49 de los problemas político-económicos de la
las acusaciones de Pero Sarmiento y de Marquillos
gama de facetas y aparecen confirmadas, al tratar el
Entre la fuerte, pero perpetuosa petición de la carta en las crónicas tanto de la época que nos interesa
Valera y la de Pero Sarmiento, sin embargo. hay una anteriores y posteriores. Hablando de los conversos
cia. Porque si la denuncia y la súplica de la primera Palencia
miento, aunque con cierta acritud, eran tolerables por
nio público, la consecuencia final que de ellas trataba de "extraordinariamente enriquecidos por raras artes, enso­
Sarmiento, o más bien exigía e imponía, era intolerable. llerbecidos y aspirando con insolente arrogancia a disponer de
cargos públicos. después de que por dinero y fuera de toda
directamente al mismo Rey que de no hacer caso de la
habían logrado la orden de caballería hombres de baja
súplica se verían obligados a negarle la obediencia y acostumbrados a los más viles menesteres. lan­
acuerdo con el derecho, a tomar por sefior al Principe p,ndose a suscitar revueltas y bandos los que antes jamás se
lo que así hicieron con el beneplácito del Principe que __vían al más insignificante movimiento de libertad" .50
abierta oposición contra Don Alvaro y contra su propio
Juan 11, responsable de la prepotencia del Condestable.
laciones de historiadores Y cronistas no eran solamente
económico y social, sino que recorrían amplia
49. Crónicas de los Reyes de Castilla, Don Jllallll, Madrid, 1953, p. Lógicamente hay que pensar que muchas de estas
había sido escrita por Mosen Diego de Valera una semana
presencia de los procuradores convocados por la Corona, se
en no pocas ocasiones se exorbitarían, sobre todo
mismo Rey suplicándole justicia con motivo de la condena y lIni.....an de cronistas poco afectos a los conversos o de
bienes de varios nobles caballeros sin ser escuchados y sin . Sin embargo, como muy bien dice Domínguez
cio -entre ellos estaban el Adelantado Pero Manrique y los
vente y de Alba. Este tipo de acciones, nada ins6litas, incitaban a
del testimonio del cronista Andrés Bemaldez, estos
los caballeros y a los Grandes del reino, porque sabían que era "preciosos en su misma parcialidad porque revelan
Alvaro de Luna y no de la libre voluntad del Rey. La carta
ción en Don Alvaro de Luna que estuvo a punto de costarle la
Valera, aunque en su carta Diego de Valera 00 menciona ni
nombre del Condestable. Enrique IV, edici6n de Paz y Meliá, p. 108.

63
62
potest erg a homines esse fidelis qui Deo exteterit
lo que el pueblo en general pensaba de los cristianos
Judei, ergo, qui dudum christiani effectí sunt, et
Andrés Bemáldez no sólo alude a la falta de sinceridad
Christi fidem prevaricati sunt ad testimonium admitti
conversión, a la ambición por los altos cargos públicos y fldebent, quamvís esse se christianos annuncient, quia
desprecio de los bajos oficios, sobre todo del campo, al fide Christi suspecti sunt, ita in testimonio humano
altivez y arrogancia, sino que en el terreno moral habla habentur. lnfirmari, ergo, oportet eorum testimonium
nes, e incluso de violaciones de monjas dentro del fide falsi docentur. Neque eis es se credendum qui veri­
rio: se fídem abjecerunt"S3

"muchos monasterios eran violados, e


profesas adulteradas e escarnecidas, de ellas por de Pero Sarmiento también está basada en la ley
ellas por engaños de alcahuetas, no creyendo ni . séptima, que establece que a los judíos, o a los
descomunión ... "52 tudlOS, no se les permita alcanzar los puestos públi­
estas actividades cometen injusticias contra los
Pero Sarmiento decide en consecuencia ~e 1UiUll;l~1 la excomunión para el que les diese el puesto,
pero improcedente, al entrar en un terreno de jurisdicci4 para el que dolosamente lo alcanzase.
muy lejos de su competencia- destituir a los conversnl'l
gos públicos e incapacitarlos para dar testimonio o fe ~·~precipiente domino ac excellentisimo Sesinando consti­
Lo que le proporciona a Pero Sarmiento y a sus seguid ~antum Concilium ut judeí aut hii qui ex judeís sunt, offi­
ellos a Marquillos, la segunda bula de excomunión ~publica nullatenus appetant, qui sub hac actione christia­
faciunt. Ideoque judices provincíarum cum
romper la unidad cristiana al deshacer la igualdad y
s fraudulenter relictas suspendant et officia
rencias entre cristianos viejos y cristianos nuevos.
agere non permittant. Si quís autem hoc permisserit
al decidir eliminar para siempre a los conversos no lo
in sacrilegum excomunicatio proferatur. Et qui subrep­
mero hecho de que son conversos fieles al cristianismo.
publicis cedibus deputetur"S4
dice insistente y ampliamente, tanto en la carta como
cía-Estatuto, porque la mayoría de los conversos no
cristiana y sigue practicando su judaísmo. Y aunque parece que Pero Sarmiento entiende como judíos,
y Marquillos hablan de leyes y privilegios del Rey de los judíos. a los conversos judaízantes, como en
Rey de Castilla y de León, la decisión de Pero séptima del Cuarto Concilio de Toledo. Esta es la
basada en los decretos del Cuarto Concilio de Toledo cual los defensores de los conversos van a centrar
la época del Rey Sisenando, concretamente en la ley wnoue todos ya esbozan las razones de la defensa de
lida el testimonio de los judíos que prevarican,
son cristianos, porque los que son sospechosos en Toletanum IV, en Josephus Saenz de Aguirre, Collectio maxima
como tales han de juzgarse en el testimonio humano. ium Hispaníae et noví orbis, cura et studio, Romae 1696.
cap. LXIV, "De judaeis conversis et post praevaricantibus ut
admittantur". p. 489.
• UNe judaei. vel si qui ex judaeis sunt. officia publica agant".
51. Ibídem, p. 22.
52. Historia de los Reyes Católicos, Madrid, 1953, cap. XLllI. p.

65
64
los conversos, el Relator entre ellos e incluso el mismo líneas más abajo en la misma bula papal, añade
será Alonso de Cartagena, sin embargo, el que explicará si se averigua que después de recibir el bautismo
tud esta ley, las circunstancias en que nació y cómo debe ,*,~ncionadOs sigue los errores de los gentiles o de los
exclusivamente de los conversos que han vuelto a su j fe o ignorancia no guarda los mandamientos, a
parece que haya divergencia entre Alonso de Cartagena y admitir a los mismos honores que a los buenos
miento en cuanto a la comprensión de la ley se entiende. casos se les aplica, como a apóstatas de la fe cristiana,
cial divergencia que los separa es el uso de la misma. Instituít" de los Concilios Toledanos, pero teniendo en
astuta e intencionadamente la interpreta al pie de 'la letra esta materia es la autoridad competente la que tiene
liza la ley porque le interesa, como si todos los conversos nadie puede ir contra la doctrina de las leyes, tanto
caído en una judaización al estilo de la época visigod humanas, at~viéndose a actuar contra ellos por propia
manera elimina a los conversos de los cargos públicos, a respetar las disposiciones del derecho.
importar la matización de si es converso o todavía judío, y
de converso es fiel o no es fiel. "verum si qui ex his post baptisma reperiantur christia­
Esta eliminación es la que condenaba Nicolás V, fídem non sapere aut gentilium vel judeorum errores
naba bajo excomunión que a todos los que se conv vel dolo aut ignorantia christianae fidei non servare
cristiana, presentes o futuros, procedentes de la genullQl r;ocepta, quibus casibus quae in Toletanis concitiis et
judaísmo, o de cualquier otra secta, había que adm in capitulo Constituit et alibí contra hujusmodi ad
clase de dignidades, oficios, etc., igual que a los cristi fidem apostatas non pariter cum aliis bonis fideIíbus
criminarlos, ni ofenderlos de palabra o de obra. hujusmodi honores admittendos decreta sunt, locum sibi
íindicent, prout praefati reges recte sacros canones intelligen­
in praemissis eorum constitutionibus quasdam eorum reg­
"sub excomunicationis poena mandamus ut
leges interpretatí sunt. aut alias minus quam chrislÍano
gulos ad chnstianam fidem conversos aut in
agere aut sapere qui de hoc scandalizatus fuerít.
tendos, seu ex gentilitate, seu ex judaismo. aut
competentem judicem et quos justum est fieri. publica
secta venerint aut venire contingerit ac eorum
juris servato ordine, studeat; nec quisquam propia
ecclesiasticos quam saeculares catholicae et quod
~uctoTitate aut ordíne juris non servato contra divínarum
decet viven tes ad secundum omnes dignitates,
que legum doctrínam aliquid in eos aut eorum
cia, tabellionatus, testium depositíones et ad
quae alii christiani quantumcumque antiqui
admittant; neque propter novam fidei receptionem
alios christianos discretionem faciant, neque parte de la bula citada es la que parece aplicar
contumeliis afficiant neque affici perrnittant... "ss Jos conversos de Toledo al considerarlos apóstatas de
Sin embargo, inmediatamente a continuación, las
del Papa le condenan al amonestar que en esta
le corresponde juzgar a la autoridad competente, con­
que se atreven a actuar por su propia cuenta. Esta
55. Bula papal de excomunión a Pero Sarmiento y a sus seguidores
Benito Ruano dentro de Toledo en el siglo XV en "Colección
número 18, p. 199.

66
observación papal que se ajusta a las disposiciones básicas del conviene a saver, el dicho tirano e a los dichos hereges, e
cho, tanto canónico como civil, es la que va a fundamentar la queredes ser causa por consejo del mal fraile, que sean des­
denación papal de Sarmiento en lo tocante a materia religiosa, truidos los dichos Reynos e que el dicho tirano acres¡;iente su
mismo que le va a suponer otra condena papal el rebelarse contra tiranía e los dichos hereges ensal~n su mentira contra la fee
cathólica e tomen cruda bengan¡;a del pueblo christiano e de
autoridad real, precisamente por eso, por actuar por su propia
la dicha ciudad? Suplico a vuestra Señoría que vos querais
ridad sin tenerla. En tales circunstancias parece lógica la censura,
acordar de lo que jurastes e prometistes a la dicha ciudad e lo
que ya no parece tan lógico, o al menos no resulta facil de creer, querais guardar, ca pues es justo e lícito lo que prometistes e
pensar que Sarmiento, y Marquillos al apoyarlo, se creyesen jurastes de vuestra propia voluntad, sin premio ni fuerc;;a
autoridad suficiente para rebelarse contra el Rey y sustituirlo por alguna, no vos puede absolver el falso obispo de linage de
príncipe heredero, y para destituir a los conversos de sus judíos ni otro perlado alguno. En otra manera, la dicha ciudad
públicos y hasta del derecho a testificar. protesta como suso dicho es e a protestado"S7
Al llegar a este punto hay que sospechar que detrás de
Sarmiento y del levantamiento popular había una fuerza que
el principio los había impulsado en ambos incidentes y que No se puede acusar al Príncipe, de deslealtad y de traición, de
dispuesta a respaldarlos, aunque al final no lo hiciera. Que esto llftlanera más clara. Sería interesante contar con ésta y con otras car­
así, es decir, que había una fuerza rebelde, con no poca autnriihu tas y documentos citados, así como con el mismo proceso incoado
que le respaldaba y que esa fuerza estaba encabezada por el Roma contra Sarmiento, Y que desgraciadamente, por las razones
Príncipe, o al menos el Príncipe asentía y estaba comprometido, sea, no se cuenta con ellos. Un mejor conocimiento de la histo­
hay manera de dudarlo. Es diffcil de interpretar de otro modo economica-social "y de los subterfugios políticos" de nuestra
palabras que Marquillos le dirige al Príncipe Don Enrique en Edad Media quizá nos proporcionaría puntos de vista insospe-
Memorial:
Este tipo de comportamiento falto de ética, al estilo del Prín­
"O ilustrissimo Príncipe e poderoso señor Don es nornal en la vida política de aquel entonces. La rivalidad
hijo primogénito heredero del dicho señor Rey, cómo la nobleza y Don Alvaro de Luna, entre los infantes de Aragón
engañó el mal fraile (se refiere a Fray Lope Barriem Don Alvaro, entre Don Alvaro y Don Juan Pacheco, entre Don
Obispo de Cuenca) e vos hi~o olvidar los juramentos e y el Príncipe Don Enrique, entre el Príncipe Don Enrique y
missiones que hi~isteis a la ciudad sancta de Toledo e propio padre Don Juan, etc. etc., fueron la tónica de la época. La
cisteis la inten~ión de la ciudad e v~inos della e la
y la lealtad estaban subordinadas a las conspiraciones en la
sancta e buena e aprovastes sus echos e movimientos por
~Ul¡';losa lucha por el poder y el dinero, y en las que es obvio que
tos e buenos, e firmastes con vuestro nombre e sellastes
vuestro sello carta patente e jurastes e prometistes de bienestar del pueblo no contaba.
der e amparar la dicha ciudad e procurar entre el dicho
vuestro padre e la dicha ciudad toda justi\;ia e toda paz e
cordia. ¿Por qué, señor, en detrimento de la salud de Memorial de Marquillos. recogido por Benito Ruano en Los orígenes del pro­
ánima e en gran deservi~io de Dios e del dicho señor blema converso, pp. 123-124.
Antonio Domínguez Ortiz, Los judeo conversos en España y América, p. 15. A
vuestro padre e en tanto daño e destrulrion de los dichos la idea de Domínguez Orla le he añadido la frase entre comillas"y de los sub­
nos e de la dicha ciudad quisistes aprobar lo que ....n ..nvalli
terfugios políticos".

68
69
Un ejemplo típico de estas conspiraciones y de esta (1eSlealta~ y, a través de Fray Lope de Barrientos, firmó cerca de Huete un
la protagonizan Don Juan Pacheco y, precisamente, el Príncipe nuevo acuerdo, el de Palomares, que era un nuevo plazo de vida
Enrique en el mismo año de 1449 y en el momento en que para Don Alvaro. Don Enrique se comprometía a devolver
abría sus puertas a Don Enrique. Está mezclado también el Obi Toledo antes de un año. El castillo de Burgos sería para los Stu­
de Cuenca, Fray Lope de Barrientos, y se menciona a Pero S niga.
miento como víctima. No falta tampoco la alusión a los conversos La sorpresa paralizó a los nobles y disolvió momentánea­
la preocupación de los Santamaría, entre los que se encontraba mente la Liga., Yo no dudaría en afirmar que fue entonces
mismo Alonso de Cartagena, aunque la mención explícita es la cuando la primera mancha cayó sobre el honor de Don Enri­
que, el más desdichado monarca castellano. El Conde de
Alvar García de Santamaría. El ejemplo es preciso y precioso.
Benavente volvió a PortugaL Pero Sarmiento fue duramente
nos lo presenta Suárez Femández:
castigado. Pacheco fue todavía más lejos: en noviembre de
1449 hizo que el Príncipe entregara el Alcazar de Toledo no al
''Esta interpretación de los hechos me parece cada vez
Rey, sino a su propio hermano, Pedro Gir6n, Maestre de Cala­
segura. En el momento crítico, cuando llega la noticia de
trava. Estaba en el cénit de su poder y, desde luego en condi­
derrota y muerte del Duque de Coimbra en Alfarrobeira, y
ciones de convertirse en sucesor de Don Alvaro. Mientras
abre sus puertas al Príncipe de Asturias negándose incluso a
tanto Castilla vivía semanas de terror. Ninguna muestra mejor
bir al Rey, el Marques de Villena maniobró con suma
que el proyecto de Alvar García de Santamaría de abandonar
para impedir la victoria de los enemigos del Condestable.
Castilla ante los siniestros rumores que circulaban por Burgos
Las cosas sucedieron del siguiente modo. Al comen"'..•
de una inminente matanza de conversos, para la que algunos
verano de 1449 el almirante Don Fadrique Enriquez
esperaban ayuda de Pedro Sarmiento. Las tropas del Conde de
regresado a Castilla, con plenos poderes de Alfonso Ve'
Haro se encargaron de proteger a los amenazados".59
ciones muy amplias de su yerno, el Rey de Navarra, para
nuevamente en pie la Liga de Nobles, invitar al Príncipe
dero a que toma~e de ella la jefatura, y atraer al Conde de La solución a los conflictos y acusaciones contra Don ALvaro
mediante el matrimonio de una hija de éste con el
y contra los conversos del Toledo de 1449 hubieran podido
Viana. Tuvo un éxito completo. La Liga nació el 26 de
por vía de una revisión de los hechos y un juicio objetivo en
1449 en Coruña del Conde, tierra de los Mendoza. Entrab.
ella el Rey de Navarra, el Príncipe de Asturias, el Almiranl
escuchadas ambas partes. se procediese a la aplicación de la
Conde de Haro, el de Plasencia y el de Benavente, el a. No sucedió así. De eso se quejaban especialmente Sar­
de Santillana y otros muchos nobles en amplio abanico de y Marquillos y también el Relator y Alonso de Cartagena,
las. Sólo con la movilización de estas fuerzas hubiera estos últimos más cautamente y en diferente tono. Hemos
Pero entonces Don Juan Pacheco fijó un plazo extraordil que Mosen Diego de Valera unos meses antes se lamentaba de
corto: el 15 de agosto todos tenían que estar en el campo. de que se condenaba sin escuchar al condenado, y de que
ciencia por entrar en acción o deseo de jugar el golpe administraba la justicia, hablando incluso de los requisitos
presa, todo podía contemplarse. En realidad el Marqués exige la justicia, y que él se atreve a puntualizar con no poca
raba que, como sucedió, nadie pudiese estar dispuesto y valentía al mismo Rey:
plazo tan corto. A mediados de agosto no había más que
cuantas unidades dispersas. El príncipe, entonces
incumplimiento del compromiso de Coruña, negó su ~uis Suárez Femández, Nobleza y monarquía. Puntos de vista sobre la Histo­
ria P0/(tica castellana del siglo XV, pp. 173-174.

70
71
..... e Mosen Diego ovo de responder, e dixo al Rey
gada toda abdien~ia, cerró los oydos e no quiso oyr los santos
Juan "Señor, humildemente suplico a Vuestra Alteza no
echos y movimiento de la dicha santa ciudad de Toledo .. ," " ...
ciba enojo, si yo añadiere algo a lo dicho por estos Procuradc
la verdad no tiene por condebnado aquel a quien el temporal
res. Es cierto, Señor, que no se puede decir salvo que el
tribunal o juez condena injustamente ... " " ... no se puede decir
sito de Vuestra Alteza sea virtuoso, santo e bueno,
que los tales procesos y letras apostólicas manaron de la
parescería si a Vuestra Real Magestad pluguiese, sería
voluntad jurídica ni ordenada del dicho Santo Padre a otorgar
razonable mandase llamar todos estos Caballeros au
lo que de derecho dio por otorgado e a denegar abdien~ia, la
como los presos, que por sus Procuradores pares~iesen
qual Su Santidad no devió denegar, y por consequen~ia se
vuestro alto consejo, e la causa allí se ventilase. E quando
sigue, los tales procesos e cartas no ligaron ni ligan a las per­
hallase que por la mera justicia les podría des tomar lo
sonas contra quienes se dirigieron ... " ..... otrosí digo que los
quedaría que Vuestra Alteza usase de lo que más le pI
dichos procesos, autos, cartas, tambien apostólicas como rea­
es a saber, de la' clemencia o del rigor de la justicia, en lo
les carecen de todo efecto jurídico por defecto de causa y por­
a mi ver se guardarían dos cosas. Primera que se guardar!
que fueron y son promovidos e incitados e impetrados callada
las leyes que quieren que ninguno sea condenado sin ser
la verdad y fecha relación de lo contrario .. ,"61
e vencido. Segunda, que no se pudiese por vos, Señor,
que Séneca dice "que muchas veces acaesce la sentencia
justa y el juez injusto, y esto es quando se da sin la parte Por otra parte, como previamente hemos mencionado, el Rela­
oída". Lo qual todo el Rey oyó con gesto alegre. E y Alonso de Cartagena también piden que se proteja a los con­
de Ribadeneyra, que después fue Mariscal, ovo tan de acuerdo con los derechos can6nico y civil y con la doc­
enojo de lo di ~ho por Mosen Diego, que dixo: voto a universal de la iglesia. El Relator en su Instrucción recuerda
Diego de Valera, vos os arrepintais de lo que habeis torrecciones al Decreto citado por Marquillos, la opini6n de la igle­
la excelencia judaíca, las leyes del reino, y aún la carta privile­
en favor de los conversos con motivo de las persecuciones de
Mosen Diego de Valera afirma que nadie puede ser condená 1 que habían planteado el mismo problema
sin ser oido y convicto, y aunque la sentencia fuera justa,
injusto el juez, si la diese sin oir a la parte condenada. .. ... lo contrario sería notoria heregía, e directo, o indi­
en su Memorial ante la condena del Papa Nicolás proclama la recto contra el capitulo eam causam de rescriptis, que fue
dad jurídica de la excomuni6n exactamente por las mismas hecho despues del Decreto que dice dicho Marquillos; el qual
que expone Mosen Diego de Valera capitulo dice espresamente que ninguno debe ser desdeñado,
ni repulso para haber honra, y dignidad por haber sido judío.
" ... y ansí es como se dice que por la astu~ia del Sobre aquel paso dicen los Doctores que, no solo no deben
de San Sixto (Fray Juan de Torquemada) in~itado ser desdeñados, mas que deben ser favorescidos, lo qual con­
judaica persecu~i6n de sus parientes y por la poten~i. cuerda bien con las palabras del Apostol, aunque era nuestro
obstinado Don Alvaro de Luna, el Santo Padre Nicolás, Pariente, donde dice: "judea, Primo, et Greco ... "
Yeso mismo dice en las leyes de las Partidas, ordenadas
por el Rey D. Alonso, el Sabio, por las quales nos havemos
60, Cr6nicas de los Reyes de Castilla. Do" Jual/ 11, p. 660. Esta
Mosen Diego de Valera es la intervención verbal ante el Rey y los de regir. y gobernar; pues son Leyes del Reyno y no por otras
res; intervención verbal que más tarde daría lugar a la carta a la cual
hecho referencia en la nota 49.
Memorial de Marquillos, pp. 107-110.

72 73
algunas. Y assi lo tiene el Rey D. Alonso en el Subordina­ dic , tanto canónica como civil y política. Su preocupación princi­
miento de Alcala de Henares y aun assi lo tiene ordenado el
a
palla constituye la posible división dentro de la iglesia cristiana al
Rey nuestro señor en sus Leyes; y aun hay mas en esto: esta querer diferenciar a los cristianos entre sí de acuerdo con el lugar de
misma question vino ante el rey D. Enrique, Padre del Rey nacimiento camal, intentando separar a los que proceden del pueblo
N.S. en tiempo del Arzobispo de Toledo, de buena memoria, y a los que proceden, según la carne, de la gentilidad,
D. Pedro Tenorio, que hubo ahora sesenta años, y entre los de
W!üanou por la regeneración del sacramenteo del bautismo todos tie­
Toledo otros muchos se tornaron Christianos; y otros tales
el mismo padre, Dios, y la misma madre, la Santa Iglesia, y,
como Marquillos les oponían esto mysmo, y fue declarado y
determinado lo suso dicho con acuerdo de los de su consejo; e procedentes de uno y otro, son y deben ser llamados herma­
mandó dar sobre ello su carta de privilegio, que está firmada Su Defensorium unitatis christianae está encaminado a demos­
de su nombre, y refrendada de el dicho Arzobispo ... "62 cómo Dios, amador de la unidad, en la unidad había puesto el
del género humano al formarlo, Y a la unidad lo había
!reducido al redimirlo. La redención fue para todos. Ir contra esta
I

Todos piden al Rey aplicación de la ley y de la justicia y una unidad es un grave error en el que incurren los que tratan de
solución a los problemas. Cada cual aduce sus argumentos en favor romperla, y es una obligación. por parte de las autoridades. el redu­
de sus aspiraciones, pero ninguno consigue nada de una manera o castigar a aquellos que incurren en dicho error.
justa. La solución final llegaría, pero no de acuerdo con la ley y con Alonso de Cartagena, como insinuamos anteriormente, no dis­
la justicia --oyendo a ambas partes. revisando y juzgando objetiva­ la actuación política de Don Alvaro de Luna, ni rebate las acu­
mente los hechos en las Cortes, y fallando en consecuencia- sino laciones contra los conversos judaizantes. Se limita a afirmar en el
de acuerdo con la conveniencia política. Así se explica que Juan 11, teórico que al judaizante hay que aplicarle la ley, exactamente
después de haber conseguido la excomunión para Toledo al produ­ que al paganizante que vuelve a sus antiguos errores una vez
cirse el levantamiento, pidiera un afio más tarde al mismo P ~lOldo el bautismo.
Nicolás V que levantara la excomunión que pesaba sobre Después de asentar sólidamente los fundamentos de la unidad
una vez recuperada la ciudad. La misma bula "humani generis" con­ Ilístiana Alonso de Cartagena se preocupa por defenderla, demos­
tra los que trataban de romper la unidad cristiana quedaría la falsedad de los argumentos de los que atentan contra ella.
efecto porque los conversos ni conseguirían sus aspiraciones. ni errónea interpretación de los mismos. Este es el caso de Mar­
volverían a ocupar los cargos de los que habían sido desposeídos. ni blanco de sus ataques como expositor de una doctrina anti­
recuperarían los bienes confiscados o robados. Había habido IlAnv"rsa contraria a la ensefianza de la Iglesia y a la unidad cris­
cambio, pero no una solución. El problema político. económico Con irónica afección Cartagena le da a Marquillos cinco
religioso seguía sin solucionar, pero Juan 11 había logrado r","1Irv>r"..1 Ionseios para interpretar en su correcto sentido los textos de Gra­
a Toledo, que era lo que le importaba. especialmente el perteneciente al capítulo "Plerique", de
Alonso de Cartagena remata la defensa de los conversos con Marquillos había sacado la letra condenatoria de los conver­
tratado completo en el que a las leyes y argumentos de los opon"n­ y que, según Cartagena, Marquillos había interpretado torcida­
tes contrapone argumentos teológicos, filosóficos. y doctrina j arrastrado por negra envidia. Los cinco consejos son esen­
pialmente los que siguen:
Primero: El libro de los Decretos de Graciano no es un libro
62. Instrucción del Relator, pp. 345-346. otros libros de derecho civil o de derecho canónico que tenga

74 75
fuerza de derecho por sí. El libro de Graciano es una amalgama, sin que las deserciones en la fe crecieran ocultamente. Esa es la raz6n
trabaz6n, de decretos eclesiásticos, cánones de concilios universales de que entre los concilios de Toledo solamente el cuarto hace refe­
y diocesanos, sentencias de autores famosos, leyes civiles, etc.,entre rencia a los que judaízan. Ocho decretos se redactaron en aquella
las cuales Graciano intercala su parecer, sin atribuir a las cosas más ocasión, decretos que hay que interpretarlos como han sido escritos
autoridad de la que tenían por su fuerza original. Graciano no es un originalmente, es decir, en su texto íntegro y no como lo hizo Gra­
legislador, es un compilador que opina y comenta, pero sin autori­ ciano, cortándolos según le convenía a su propósito, e interrum­
dad legislativa. piendo el sentido y la comprensión de la ley al omitir lo que antece­
Segundo: Graciano usa con frecuencia los textos de los decre­ día y seguía a dicha ley, o las circunstancias en las que se había
tos de acuerdo con sus propósitos. En ocasiones en vez de presen­ producid063, Uno de esos decretos, precisamente el citado por Mar­
tar los textos íntegros expone una parte y se calla el resto; otras quillos y en el que se basa para eliminar a los judíos de los cargos
veces, el texto tomado de un solo original 10 divide en partes y públicos, es el siguiente de Sisenando.
calla lo que antecede y sigue, dando lugar a interpretaciones
neas. "Precipiente domino ac excelentissimo Sesinando consti­
Tercero: En la detenninaci6n de las causas la mayor tuit sanctum Concilium ut judaei aut hii qui ex judeis sunt,
le corresponde a los pontífices y a los cánones de los concilios officia publica nullatenus appetant, qui sub hac occasione
christianis injuriam faciunt. Ideoque judices provinciarum
versales que están por encima de la excelencia de sabiduría de
cum sacerdotibus eorum subreptiones fraudulenter relictas
santos doctores y de los concilios particulares, concilios estos suspendant et officia publica agere non permittant. Si quis
mos que s6lo pueden detenninar sobre asuntos limitados y particu autem hoc permisscrit in sacrilegum excommunicatio profera­
lares. tur. Et qui subrepserit. publicís cedibus deputetur".64
Cuarto: Los concilios de Toledo fueron concilios
no universales. Para que un concilio sea universal tiene que
presente el Romano Pontífice, o un delegado de la sede apostum;a. Graciano, al hablar de esta ley que condena con la excomunión
En los concilios de Toledo no estuvo presente ninguno de los dos. al que pennitiere a los judíos ocupar puestos públicos, y al que los
Quinto: Las leyes y decretos han de promulgarse de ocupare pena de muerte, omite por completo que esta ley había sido
con la naturaleza de los lugares y de los tiempos, de modo que establecida bajo el mandato del rey Sesinando. La ley se refería a
que muchas veces pudiera ser conveniente para un lugar no lo los que habían sido forzados a convertirse en tiempo de Sisebuto, y
para otro, y lo que es apropiado para una época pudiera ser que en tiempo de Sisenando habían vuelto al judaísmo. Cuando se
piado para otra --de acuerdo con el pensar de San Agustín de que dice "judei aut hii qui ex judeis sunt" hay que entender que no se
ley ha de ser justa, ejecutable y apropiada al lugar y a la época. está haciendo referencia a la procedencia camal, sino a la proceden­
Cartagena después de estos consejos, aún le aftade a cia espiritual, es decir, a aquellos que por sus obras y creencias se
un par de importantes observaciones relacionadas con los judíos identifican espiritualmente con los judíos. Que esto es así, afinna
los concilios de Toledo y muy dignas de tener en cuenta: una,
en la época de Sisebuto los judíos fueron arrastrados a la fe, a
fuerza; otra, que, poco después de Sisebuto, Sesinando Veánse en la traducción los capítulos vigésimo tercero y vigésimo cuarto del
teorema cuarto de la segunda parte del Defensorium.

rigurosamente a los judaizantes que en la época de Sisebuto Graciano, Decreti pars secunda, causa XVII, quaestio IV, C. XXXI, "Sacrile­

sido convertidos a la fuerza. La violencia de Sisebuto había gum faciunt..." (Constituit sanctum), ML, vol. 187, pp. 1701.

76 77
Alonso de Cartagena, se desprende de las leyes anteriores a ésta, nuevO error contrario a la fe católica no se lancen contra la sobera­
concretamente de la segunda que -refiriéndose a la codicia de nía de los príncipes de la tierra, teniendo en cuenta que la temporal
algunos sacerdotes y laicos que al aceptar regalos de los judíos potestad de los reyes y de los príncipes de este mundo depende de
fomentaban con su favor la infidelidad- dice la eterna y divina potestad 68 •
Esta estrecha relación de 10 religioso y de 10 político es 10 que
quae non in merito ex corpore Antichristi esse lleva a Alonso de Cartagena a recordarle al Rey Don Juan II, desde
cuntur, quía contra Christum faciunt"65 el principio de la obra, su obligación no sólo de gobernar, sino tam­
bién de dar razón de la Iglesia que recibe de Cristo para ser defen­
Cuando dice. y con razón -añade Alonso de Cartagena­ dida. Es decir, velar por la unidad cristiana y solucionar el problema
estas cosas se consideran como propias del cuerpo del Antic religioso a la vez que el problema político restableciendo el
porque obran en contra de Cristo, hay que entenderlo en el sellUUQ, gobierno aristocrático convertido en democracia por la rebelión
espiritual, no en el material. Sería ridículo entender en cuanto popular de Toledo.
cuerpo la consaguinidad con el Anticristo cuando aún no Para Cartagena la solución llegaría con la aplicación de la ley,
nacido el Anticristo, ni se sabía que en aquel entonces huuu;,ai! examinando justamente las causas y los individuos, y apartando a
nacido 66• los encontrados como culpables, y siempre procediendo de manera
Aparte de estos razonamientos fundamentales en torno a legal para que no se puediera decir que se había procedido sin justi­
correcta interpretación de los textos agrega Cartagena que cia. Sin embargo, la deseada solución jamás llegaría. La justicia era
se produce una ruptura en materia religiosa, en esa ruptura UlI,;IUC;1l demasiado débil y estaba subordinada, como hemos visto, a otros
normalmente otras que, aunque parezcan accesorias, sin em ¡intereses. Los conflictos entre cristianos viejos y conversos, por otra
con frecuencia. por las circunstancias mismas, dejan de serlo , habían llegado ya a un punto que exigía medidas rigurosas y
adquirir proporciones desmesuradas. Todas las alegaciones de as de una monarquía que no 10 era. A pesar de su exce­
quillos en el Memorial para defender el levantamiento de jurídica, canónica y civil, el Defensorium no fue tenido en
las destituciones de los conversos, las persecuciones y robos, o por 10 menos no consiguió el resultado apetecido. Quizás
son disculpas para ocultar lo que los juristas consideran como llegado demasiado tarde, cuando el problema ya no tenía
tos de conspiración y de subversión, de injuria, de difamación, ón. La fusión "cristianos viejos-cristianos nuevos" resultó
robo, y de asesinat067 • Los conversos serían, en adelante, rechazados sistemáti­
Alonso de Cartagena trata de demostrar con cierto detalle lImente para ocupar cargos públicos. Se abría una nueva época. Se
delitos haciendo repaso de las circunstancias. Y concluye que la limpieza de sangre69 • Había quedado definitivamente sol­
mente se encontrará que los que trabajan con empeño en la separación, contraria a la tesis de Alonso de Cartagena y
enseñanzas y de la Iglesia.
65. Collectio Maxima Conciliorum omnium Hispaniae et nobí orbis,
Toletanum IV", (cap. LVII De bis qui contra fidem Christi judaeis munus
favore praestant), p. 488.
66. Véase en la traducción el capítulo vigésimo sexto del teorema cuarto de
segunda parte. Véase el capítulo cuarto de la tercera parte del Defensorium.

67. Véase la traducción de los 'capítulos segundo y tercero de la tercera parte Véase Albert Sicroff, Les controverses des Statuts de "Pureté de Sang" en

Defensorium. Espagne, du XVI.' au XVI/e siecle. París, 1964.

78
79
4. Alonso de Cartagena, humanista

Alonso. de Cartagena (1384-1456) fue uno. de los hijDS


famDso rabino. SalemDh Ha-Levi, que en 1390, unos meses antes
los ataques a las aljamas judías, se había convertido. al cristianismo.
Al convertirse había cambiado su nombre pDr el de Pablo de
maría y arrastrado. consigo. a la religi6n cristiana a sus hennanos y
sus propios hijos dando lugar a la fonnaci6n de un grupo compuestu:
principalmente por miembros de la nueva familia cristiana
maría70• Este grupo tendría participaci6n activa en la vida política
intelectual de Castilla en la primera mitad del siglo XV espafiol.
El mismo Pablo de Santamaría a raíz de su conversi6n
incorporado. al CDnsejD de Enrique 1I1, y a la muerte de éste
parte del CDnsejD encargado de velar pDr la minoría de Juan 11,
gando a ser Obispo de Burgos en 1416. Su hennano Alvar
de Santamaría alcanz6 el puesto. de cronista oficial de la cDrte
Juan 11. Dos de los hijos de Pablo. fueron nombrados obispos:
zalo, que había participado. en el Concilio. de Constanza (1416),
elegido Obispo de Plasencia en 1427, Y AIDnsD de Cartagena
también había sido. activo participante en el Concilio de B
(1434-1439), ocuparía la sede del Obispado. de Burgos, vacante
1435 por la muerte de su padre. Probablemente el representant~
más sDbresaliente del grupo Santamaría haya sido Alonso de
gena.
Merece la pena notar que no. hay decisi6n de importancia
materia política y religiosa en la que Castilla, durante la épDca
Juan 11, no haya considerado indispensable la intervenci6n
de Alonso. de Cartagena: Delegado de la Iglesia española
Roma; representante y defensor de la iglesia, y en especial de
política espafiola, en el Concilio de Basilea; mediador y D. ALFONSO CAllTAGENA.,
de la crisis política de sucesi6n al reino de Bohemia; mediador {J¿~ .¿ ~¿J?J?O'{J ~¿ ~~
manera CDnstante entre los reinos de Castilla y de Arag6n; . ciUre &('rtbra:rUJ. art.i~ aJddW.
~'U2 ..0~dd e/~c/dJ8/
70. Véanse principalmente: Luciano Serrano, Los conversos Don Pablo de HUVrW'Nto//r&áJa:n..:knll él"a1 .
marfa y Don Alfonso de Car/agena, C.SJ.C., Madrid, 1942, y Francisco
lera Burgos, Alvar Garda de San/amarfa, Historia de la judería de Burgos
de sus conversos más egregios, C.S.I.C., Madrid, 1952.

! i

l
80 81
jero del reino de Castilla, además de otros cargos y obligaciones A pesar de sus momentos de fuerte tensión el balance de la sos­
propias de su condición de hombre de la Iglesia. tenida polémica epistolar entre Alonso de Cartagena y Bruni es juz­
Ottavio Di Camillo en su valioso estudio sobre el humanismo gado por Cartagena como "dulce comercio por epístolas"72. Si a Car­
en la Castilla del Siglo XV considera a Alonso de Cartagena la tag ena la polémica le merece el título de "dulce comercio por
figura humanista más destacada de su época, a la que no sólo no se epístolas", a Bruni las cartas de Alonso de Cartagena, a quien cali­
le ha prestado la debida atención, sino que se la ha clasificado inde­ fica de hombre muy sabio, le parecieron "dulcísimas": de lo más
bidamente, afirmando que ni es un teólogo escolástico opuesto a la agradable, colmadas de elegancia y de admirable sabiduría. Esto se
retórica humanista, ni es un bárbaro, como se le ha querido catalo­ lo manifiesta directamente Leonardo Bruni a Cartagena en una de las
gar, incapaz de comprender los nuevos ideales de los humanistas. cartas en que además le reitera, en bonita comparación, su amistad,
Es obvio que las actividades del Obispo de Burgos están en desa­ finalizando la carta con el ruego explícito de que examine -entre
cuerdo con tales encasillamientos. Cartagena, como doctor en Dere­ los libros envíados a Espafta a petición del Rey Don Juan-- un opús­
cho Civil y en Derecho Canónico por la Universidad de Salamanca, culo titulado "Isagogicon moralis philosophiae", insistiéndole en que
no fue principalmente un teólogo escolástico, sino un jurista, un no deje de contestarle dándole su opinión
diplomático y sobre todo un moralista bien versado en estudios clá­
sicos y bíblicos, y agudam,ente consciente, no solamente de las ten­ "Pergratae mihi fuerunt litterae tuae, Reverende Pater ac
Doctissime Vir, quas proxime suscepi, mirabili sapientia et
dencias culturales de su tiempo, sino también de los problemas polí­
optimorum copia verborum refertae. In quibus multa me delec­
ticos, sociales y religiosos como lo revelan sus obras Doctrinal de
tarunt et in primis pugillum illa similitudo ad causam utriusque
caballeros y Defensorium unitatis christianae. Tanto una obra como nostrum verissime accommodata. Etenim si in armorum certa­
otra manifiestan, por parte del autor, una compleja preocupación minibus et in gl~diatorio ludo, qui ferro inler se dimicant, tamen
que abarca variedad de problemas de la sociedad, y aunque la pri­ amici postea remanent, quanto magis id debet esse in certamini­
mera se plantea en tomo a un problema social, y la segunda en bus litterarum, in quibus non ferro, sed ingenio decertatur? ..
tomo a un problema religioso, la preocupación jurídico-moral es la Nisi vero jam pridem ad Dominum Regem Hispaniae,
que prevalece en ambas. qui hoc per su as liueras postulaverat, libellos quosdam meos,
La diversidad de la obra de Cartagena, su conocimiento de los in quibus fuit opusculum, cuius titulus est: "Isagogicon mora­
clásicos latinos, sus traducciones de Séneca y de Cicerón, entre otros, lis philosophiae". Hoc rogo, ut videas et ad me rescribas quid
y sus polémicas con los humanistas italianos, de manera especial con tibi videatur. Vale ac me ama".73
Leonardo Bruni, sobrepasan la actividad intelectual de la mayoría de
sus contemporáneos. La famosa polémica en torno a la primera tra­
ducción renacentista del griego al latín de la Etica a Nic6maco, de "Respuesta del muy noble y sabio Obispo de Burgos a la question fecha por el
Aristóteles, hecha por Leonardo Bruni, en la que participaron la noble e manifico señor don Inigo Lope de Mendo~a", en prosistas castellanos
del Siglo XV, B.A.E., Madrid, 1959, p. 239.
mayoría de los humanistas italianos del quattrocento -Decembrio, La carta está incluída dentro de la polémica entre Leonardo Bruni y Alonso de
Filelfo, Valla y Bessario, entre otros- fue iniciada por Alonso de Cartagena, recogida por A. Birkenmayer: "Der Streit des Alfonso von Cartagena
Cartagena71 • mit Leonardo Bruni Aretino" en Beitrage zur Geschichte der PhUosophie des
Mittelalters, Band XX, Heft 5, Munster, 1922, pp. 157-202. La carta aparece
71. Ottavio Di Camillo, El humanismo castellano del Siglo XV, Valencia, 1976. bajo el epígrafe "Leonardus Alphonso episcopo Burgensis", pp. 209-210. La
polémica en traducción castellana hecha por Guillermo Verdín será proxima­
Obra de gran interés, con un extenso estudio sobre la figura de Alonso de Car­
tagena, y lleno de agudas observaciones. mente publicada con el título Leonardo Bruni y Alonso de Cartagena,

83
82
El elogioso juicio de Leonardo Bruni acerca de Alonso de Car­
5. Ideas humanistas en el Defensorium Vnilalis Chrislianae
tagena y el hecho de que Leonardo Bruni. siendo una de las presti- .
giosas figuras del Humanismo. le solicite encarecidamente a Alonso
A primera vista podría pensarse que el Defensorium unitatis
de Cartagena que le diga qué es 10 que piensa de su libro de filoso­
christianae por el título y las circunstancias en que nació seguiría
fía moral -tema clave en los estudios humanísticos-- no sólo con­
unas directrices de eclesiástico conservadurismo tradicional, rece­
firma el acertado juicio de Di Camillo. sino que hablan por si solos
loso de los pujantes estudios humanistas. No es así, sin embargo,
del reconocimiento y respeto intelectual que en el terreno de las
como acabamos de exponer. Por supuesto que en el Defensorium,
humanidades se le tenía en la misma Italia del Renacimiento.
como tratado religioso que es, los que pudieramos llamar "studia
divinitatis" con fundamento en las Sagradas Escrituras ocupan un
lugar preferente e insustituible por encima de los "studia humanita­
tis", cosa lógica desde el punto de vista de la fe cristiana y de lo que
se trata de demostrar, pero no faltan en él los continuos intentos por
acercarse de una manera racional a la Verdad revelada.
Cartagena en todo momento es consciente de que el hombre
como ser racional no ha de conformarse con la sola fe, sino que en su
aspiración integral como individuo ha de esforzarse además por tratar
de comprender esas verdades de la fe que constituyen el fin último y
trascendente del hombre. ~asado en esta manera de pensar los estu­
dios humanistas no constituyen para Cartagena una fuente de inge­
rencias y de doctrinas nocivas para el pensamiento cristiano, sino una
fuente de conocimientos muy valiosa en tomo a la vida práctica y a
las virtudes humanas por 10 que supone de inquietud racional en la
búsqueda de la perfección moral del individuo en sí mismo y en sus
relaciones con los demás 74 • Inquietud racional que corre pareja con la
inquietud cristiana a la que no sólo no contradice, sino que le sirve de
poderoso apoyo para llegar a la Verdad trascendente.
Para Cartagena ignorar a los clásicos en sus estudios sobre el
hombre sería poco menos que afirmar que la ética y la filosofía

74. Como mencionamos previamente es conocida en Cartagena su temprana incli­


nación al estudio de los clásicos, así como a la traducción de alguno de ellos,
especialmente de Séneca y de Cicerón. Cartagena es autor de la primera traduc­
ción castellana aparecida bajo el título de Cinco libros de Séneca ("De la vida
bienaventurada", "De las siete artes liberales", "De amonestaciones e doctri­
nas", y los libros primero y segundo de "De la providencia"), y de varios libros
de Cicerón, entre ellos De los deberes, De la vejez, De la amistad, y Ret6rica.
Este conocimiento de los clásicos influye en Cartagena en sus consideraciones
sobre el comportamiento cívico-moral de los individuos.

84
85
moral -temas esenciales en el Humanismo-- son inútiles y ajenos El paso de lo humano a lo divino, o de lo pagano a lo cristiano,
al saber humano. Cartagena defiende, pues, la nobleza del estudio, es en Cartagena una tendencia frecuente. Siempre encuentra la
la idea de que el hombre debe aprovecharse de sus sentidos y de su manera de entenderlos y relacionarlos distinguiendo los fines últi­
facultad de raciocinio para tratar, sino de descubrir la Verdad, por mos de uno y otro: adopción humana, adopción divina: paternidad
lo menos acercarse a Ella. Hablando contra los que quieren introdu­ humana, paternidad divina; filiación humana, filiación divina: pos­
cir diferencias inadmisibles dentro del cristianismo, y hablando pre­ tliminio humano, postliminio divino; jurisdicción humana, jurisdic­
ción divina; etc. Hablando de política, de los diferentes tipos de
cisamente de la preocupación principal del Defensorium, la unidad
gobierno en las ciudades y de las agrupaciones humanas, Cartagena
cristiana, y de la maravilla de los testimonios de Dios --que, ama­
dor de la unidad, en la unidad había puesto el principio del género puntualiza esas diferencias de fines: cómo las gentes que descono­
humano al fonnularlo y a la unidad lo había reducido al redimirlo-­ cían a Dios en el establecimiento de sus ciudades y de sus gobiernos
invita a los lectores a que traten de comprenderlo, a que reflexionen parecían esforzarse, como en su aspiración final, por conseguir la
felicidad práctica hacia la que tiende el conocimiento humano- aun­
de acuerdo con la debilidad de sus fuerzas, porque muchas veces la
misericordia de Dios nos concede descubrir algo de la grandeza de que algunas de esas gentes reflexionando más profundamente se
proponían alcanzar la felicidad especulativa en el más alto grado del
sus misterios para que no se siga el abandono de los nobles estudios
gobierno más perfecto, cosa muy difícil de alcanzar en esta vida; y
al no dar fruto el trabajo de investigación en los hombres. Esa es la
cómo los cristianos, en cambio, no admitían como aspiración final,
razón de que la infinita bondad abriera, según Cartagena, innumera­
ni la felicidad práctica, ni la felicidad especulativa que se pueda
bles caminos en el discurrir, estimulándonos la misma sabiduría con
la promesa del más alto premio, la vida eterna. alcanzar en esta vida, sino que al establecer las ciudades, por medio
de ellas, como a través de un sendero, enderezaban sus pensamien­
tos hacia la bienaventuranza eterna como al supremo y último fin
"Quod si lucidius ante mentem oculos intueri volumus,
aliqua ex hiís quae praecceserunt, humili contemplatione ad
nostram memoriam reducamus. Non quod altitudinem divitia­ oportet enim ad hoc, ut civitas constituatur, quod
rum sapientiae et scientiae comprehendere presumamus, cum homines ibi conveniant bene vivendi causam et ad invicem
incomprehensibilia sint judicia eius et investigabiles viae communicandi ad finem practícae felicitatis quae in hac via
eius, sed ut modicum quid juxta imbecillitatem virium nostra­ haberi potest, quae in christiana republica beatítudo aeterna ut
rum consideremus. Etenim misericordia divina altitudinis ultimus finís intenditur, licet gentes quae deum ignorabant
secretorum suorum aliquid cognoscere saepe concedít, ne ex felicitate practica ad quam prudentia humana intendit, tan­
toto in hominibus inquirendi labore cessante, desertio con­ quam fine contentan viderentur, licet aliqui ex illis acutius
templationís et honestorum studiorum sequatur. Ideo infinita rem considerantis in summo gradu optimae politiae, quae
bonitas infinitas vias discurrendi aperuit, et ut ad vehementius dificillime attangibilis est, speculativam felicitatem assequí
ad contemplandum ipsum sapientiae divinae incomprehensi­ íntendebant. Nos yero nec practicam nec speculatívam felíci­
bilem. sed admirandum progressum assurgeremus, summi tatem prout in hac vía haben possunt, in ultimum finem reci­
premii nos oblatione invitavit, ipsa sapientia sic inquiente: pimus, sed per iHas tanquam per quandam viam in fundandis
Qui elucidant me, vitam aeternam habebunt.7:5 civitatibus ad aeternam beatitudinem ut supremum et ultimum
finem conceptus nostros dirigimus ... "76

75. En el prólogo a la primera parte del Defellli:orium. Obra citada, capítulo duodécimo de la tercera parte.

86 87

1...
Cartagena pone el verdadero conocimiento en la aspiración a la
eterna bienaventuranza donde radica el Sumo Bien, Cartagena trata búsqueda de la virtud y de la perfección moral del hombre se tras­
de comprender y de distinguir. o más bien de hacer compatibles lo vasa al molde cristiano con lo que adquiere una finalidad trascen­
que cae dentro del campo de los "studia humanitatis" con lo que es dente, al mismo tiempo que una aplicación práctica dentro de la
propio de los "studia divinitatis", Defiende y valora el estudio y sociedad de pensamiento cristiano. Cartagena, pues, proclama, por
conocimiento racional siempre que éste sea aprovechable en su ser juicio de Dios, la excelencia de la sabiduría divina manifestada
orientación hacia el Sumo Bien, De aquí que lo presente como en las Escrituras, fuente depositaria de la Verdad.
medio idóneo natual puesto por el mismo Dios al servicio del hom­ Al tocar este punto es interesante señalar, como incidencia muy
bre para estimularlo, como se dijo previamente. en la búsqueda de digna de tener en cuenta, la reacción personal de Cartagena quien,
la Verdad, una Verdad de la que la sabiduría humana -represen­ al poner la Verdad en las Escrituras -y no sería aventurado pensar
tada por los filósofos de la antiguedad. Pitágoras. Zenón. Platón. que también por sentirse herido en lo que consideraba ofensa no
Aristóteles. etc.- al decir de Pablo. no tenía conocimiento alguno sólo contra un pueblo, sino contra sí mismo por su fonnación y pro­
cedencia conversa, cuando considera el enfrentamiento entre los
"Unde apostolus ait: Loquimur dei sapientiam qua m cristianos de procedencia judía y los cristianos de procedencia gen­
nemo principum huius saeculi cognovit. Principes autem. non til, pero con pretensiones, estos últimos, de primeros y puros­
imperatores aut reges aliosve militiarum exercitum duces qui antepone la excelencia de la tradición religiosa del pueblo creyente
non scientificis rebus intendere solent. sed philosophos et judío -pueblo que había prevaricado, pero pueblo escogido, pueblo
philosophorum principales ut Pythagoram, Zenonem, Plato­ que había pennanecido en la Verdad, y pueblo al que se le había
nem. Aristotelem, et si qui alií fuerunt ardentis ingenii et confiado la palabra de Dios- sobre la tradición religiosa del pueblo
similis auctoritatis intelligí voluit, qui de scientia abscondito­
gentil, apartado por mucho tiempo de la Verdad, incorporado a ella
rum naturae gloriari solebant."77
merced a la misericordia divina, y conocedor de la Verdad por amor
de Cristo y de los primeros cristianos, todos ellos de procedencia
Cartagena con esta manera de discurrir no hace otra cosa que judía.
seguir el pensamiento de los Padres de la Iglesia y muy especial­ Cartagena enfatiza que no son los judíos, cuando llegan al cris­
mente el del apóstol Pablo, quien de manera sencilla --confonne a tianismo, los que llegan a una religión nueva y desconocida para
la sencillez de la doctrina de Cristo al alcance de la comprensión de ellos,
todos. y no por oposición a la elocuencia pagana- habla de una
sabiduría divina desconocida por los paganos, basada en la virtud ..... quae Origenis yerba sic ad lítteram posui ut diligen­
de Dios, y que está por encima de toda sabiduría humana. no que­ ter lector attendat quod non quasi ad ínauditam legem et de
dando esta última relegad~ o abandonada, sino subordinada a la pri­ novo recenter oblatam ex israelitico populo descendentes
accedunt, sed ad implementum legís scríptae eíusque pie ni sí­
mera en calidad de valioso auxiliar. Para Cartagena la sabiduría
mam perfectionem"78
humana en lo que tiene de logro en su inquietante preocupación y

77. Obra citada, capítulo sexto de la primera parte. Como comentario a San Pablo:
Loquimur dei sapientiam quam nemo principum huius saeculi cognovit, Corin­
tios 2,6. 78. Obra citada. capítulo sexto de la primera parte. A propósito del comentario de
Orígenes al salmo: Recedite de medio multitudinis. Números 16,45.
88
89
sino, todo 10 contrario. son los gentiles. cuando
concluye, .lógicamente, que por el bautismo, sin
nismo, los que llegan a algo desconocido y nuevo
se convierten en iguales y todos forman un solo
que jamás habían visto en sus libros, ni explícita. ni
con los designos de la omnipotencia divina. De
ni de manera clara. ni de manera obscura
planes de redención y la muerte de Cristo hubieran
Observa, con referencia al bautismo, que la limpieza
"non ergo. ut penitus novum testa igual para todos, empero la limpieza del bautismo
fidem accipientes. audire videntur, sed vetus del límite de los bautizados. Cartagena con esa
et novum spirituali impletione el ímperfecll al paso, una vez más, de la, para él, insolente dis­
tione ..." ..... alii, Yero, qui ex diversis nationibll viejos y cristianos nuevos. No se puede tolerar a
catholicam fidem recipiunt, ad legem ex
videntur accedere, cum iIIam nunquam in
lllóU
Uan a unos cristianos viejos y a otros cristianos
no existe católico alguno que no haya llegado a la fe
explicite nec implicite, expresse aut enigmate
nuevo, ni la virtud del agua bautismal pasa de uno a
audierint"79
que por el bautismo del padre nazca cristiano el hijo.

manera que estando en el vientre de la madre nadie

y esa misma referencia a lo viejo y a 10 nuevo cundado, nadie tampoco estando encerrado en el vein­
con claridad en la llamada a los dos pueblos. si se ser bautizado
contenido de cada una de las llamadas: el uno es
más profundamente lo suyo, lo que de alguna manera ..... unde Gregorius, non est ergo differentia ínter fideles
cido ya; el otro. en cambio, es invitado a lo ajeno, a hac generali consideratione, an ex hac vel ex illa gente
había oído l'escenderint, facienda esto cum omnes intra fídem catholicam
~nstituti unum et indivisibilem populum faciant. Non igilur
sunt illi qui alios novos, alios antiquos evocant, cum
..... Quale ergo est hoc lumen quod
catholicus sit qui noviter ad fidem non venerit. Neque
concurreret quod nondum venerat et quod
baptismalis gurgutis virtus de uno in alium transsit. ut
dubio ut intelligamus, ammoneres, iIluminatMlll
baptismate patris filius christianus nascatur. Nam sicut in
mam in Jherusalem venturam et suam esse
matris clausus circumcidi quisquam non potest. sic nec
patrum et praedictione prophetarum per
Jiptizari in utero materno conclusus"81
scripturae continentiam, futuram. Yero, per
implementum repromissionís vetustae; gentes
quasi ad suum, sed tanquam alienum lumen ut
la igualdad por el bautismo, si se establece ilógica­
litate faciant, invitantur"SO
.nnción con el converso de procedencia judía, no sola­
un acto religioso intolerable, sino que incurrimos
que atenta contra la moral, el derecho canónico y
79. Obra citada. Capítulo sexto de la primera parte. A propósito
San Agustín al salmo de Mateo: Nolite putare quon;am ven; al interferir con el honor del individuo y con su
prophetas. Non ven; solvere, sed adimplere, Mt. 5, 17.
80. Obra citada. Capítulo séptimo de la primera parte. A propósito
a: Surge, iIluminare Jherusalem, quía ven;t lumen tuum et
te orta est, Isaías 60, 1. Capítulo quinto del teorema tercero de la segunda parte.

91
90
participación en la vida social. La purificación del sacramento del individuo de algo que le pertenece. Por otra parte como el honor
bautismo faculta a todo cristiano, sin distinción, para alcanzar tanto verdadero no va solo. sino que siempre va asociado con la virtud,
la salvación del alma como los honores de esta vida. Cartagena se resulta que la virtud queda también afectada en el problema del
apoya en la doctrina de la Iglesia y en el pensamiento de San Agus· honor. Si no se reconoce el honor, no se reconoce la virtud, y no
tín de que donde quiera que los hombres nazcan, sino siguen la reconocer la virtud supone un atentado contra la moral. Los filóso­
imperfección de los padres, serán hombres salvos y honrados. Doc·. fos y moralistas, tanto cristianos como paganos. afirman esta reci­
trina de la iglesia y afirmación de San Agusitín que paradógíca. procidad entre virtud y honor. Aristóteles. Cicerón y San Alberto el
mente, según Cartagena, no se cumpliría en los conversos, o Magno, entre otros, coinciden en que el honor es una muestra de
cumpliría a medias, al negarles a los mismos el acceso al honor, respeto en señal o testimonio de virtud. Si se añade a esto que el
que la honradez no sólo lleva consigo la honra interna, sino un bautismo infunde en el bautizado gracia y virtudes. hay que llegar a
peto externo. Para Cartagena la honradez es una condición la conclusión de que el que sostenga que a ciertos bautizados. en
honor, y no puede tenerlo en su integridad el que no está capacitllu\' este caso los conversos, hay que negarles el honor debido, necesa­
para tener un mayor honor, sí se le diera. Si al converso se riamente está afirmando una de dos cosas: o que en el bautismo no
excluye de la participación del honor, de ninguna manera será se infunden virtudes, lo que va en contra de la fe católica; o que a la
rado, porque no tiene estado jurídico para aspirar libremente a él. virtud no se le debe honor, lo que va totalmente en contra de la doc­
trina filosófica y moral y de toda política de gobierno. Afirmar 10
" ... nichil ergo ex vetusto homine, impedimenti seu primero es herético, para afirmar lo segundo hay que estar extrema­
ginis remanet, ut 13m animae salutem quam honores
damente loco
viae assequi valeat, si individuo suo aliquid singulare
obest. Unde Augustinus ait: "undecumque homines nascamu~
Nec enim quemquam novum adipisci. sed quod
si parentum vitia non sec13ntur, honesti et salvi erunt".
habet, auferre videtur qui cuicumque fideli undecumque des­
modo, autem, Augustini yerba veri13te non frustrarentur si
cenderit, honorem congruum denegare conatur. Nan sicut
aliqua honoris adipiscendi facultas auferatur cum honestos
Aristotelis voluit, honor propter virtutem consideratur, et
salvos futuros edixerit? Et licet salvatio quo ad animam
Cicero dixit honore m esse exhibitionem reverentiae in sig­
IIigi posset, honesti tamen non esset, quibus honor
num virtutis. Et Albertus Magnus non signum, sed testimo­
cum honestas n~dum interiora, sed etiam moderatum
nium vocavit. duplicem honoris speciem constituens. Quarum
ris cultus honorem includit. Est enim honestas status
unam generalem apellat quae, ut ait, est exhibitio reverentiae
honorem autem integrum non videtur habere qui
in testimonium virtutis. et quod Cicero vocavit signum. ipse
honoris, si sibi offeratur, capax non esto Etenim ab
testimonium apellat. Secundam specialem. quae exaltatio est
participatione excluditur, honestus simpliciter dici non
virtuosi, utraque species tam genera lis quam specialis ad vir­
cum statum libere adipiscendi honoris non habet"82
tutem referatur" ut virtus causa fíat prima in signum seu testi­
monium. Secunda in premium eius prout humana capacitas
El negar el derecho al honor a un individuo, cuando como tam exhibentium quam recipientium ipsa signa aut testimonia
viduo tiene derecho a él, supone un grave delito social: r!",,,,,,, aut premia exhíbere et recipere valet et debet. Et in baptismo
infundantur gratia e virtutes, ut supra proxime diximus. con­
sequens est ut qui baptizato cuicumque absque propia culpa
82. Obra citada. Capítulo duodécimo del teorema cuarto de la segunda parte. honorem congruentem denegandum affirmat, sive in exhibi­

92 93
tione reverentiae quae ad generalem sive in testimonium vir­
tuosae personae, quae ad specialem honoris speciem pertinet 6. La edición y los manuscritos del Defensorium Unil4tis
juxta rerum et personarum qualitatis debitam proportionem, Christianae
unum de duobus illum asserere opporteat, vel quod in bap­
tismo non infundantur virtutes, quod contra fidem catholicam Para la edici6n y traducci6n al español hemos seguido dos
est, vel quod virtuti honor non debeatur, quod philosophicae manuscritos: el de la Biblioteca Nacional de Madrid (ms. 442) y el
doctrinae ac toti politichae gubematione adversissimum repe­ de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca (ms. 2.070) -en
ritur. Quod si pertinaciter deffendalur primum, hereticum, otro tiempo en la Biblioteca del Palacio- además de la versi6n
secundum, insipiens el insanissimum est."83 latina que de ambos manuscritos había hecho el Padre Manuel
Alonso (Defensorium Unitatis Christianae, Madrid, 1943). Esta
versi6n, sin embargo, a pesar de sernos de valiosa ayuda, tiene no
pocos errores de lectura.
Los dos manuscritos incluyen citas en sus textos: el de la
Biblioteca Nacional las pone en el margen y el de la Biblioteca de
la Universidad de Salamanca dentro del mismo texto. Las citas no
son del todo precisas, con frecuencia citan autores, pero no libros, o
libros, pero no capítulos, o salmos, pero no versículos. Da la impre­
si6n -y parece que era frecuente en la época- de que el autor,
más que recurrir a las fuentes para fijar las citas, de vez en cuando
las confiaba a su memoria y las transcribía tal y como las recordaba.
L6gicamente hemos tenido que seguir las citas una a una y compro­
barlas, y en algunas ocasiones corregirlas, encontrando también que
de vez en cuando el texto de las citas no era el mismo, aunque si el
sentido--explicable desde el punto de vista de que para muchos
documentos desconocemos las fuentes exactas que haya podido uti­
lizar Alonso de Cartagena en su época.
Entre el manuscrito de la Biblioteca Nacional y el de la Biblio­
teca de la Universidad de Salamanca, aunque los dos son copias deri­
vadas de un mismo original, la cantidad de variantes es abrumadora.
Esas variantes unas veces parecen obedecer a descuido o mala lectura
por parte del copista, y otras veces a una intenci6n, no tanto de modi­
ficar el texto como de corregir el vocabulario, o de corregir el estilo.
En mucha menor proporci6n se dan los "añadidos" o "cortes" de
texto, que realmente no añaden o eliminan nada esencial -lo añadido
en el texto funciona las más de las veces como un inciso explicativo.
Todo lo anteriormente dicho acerca de las variantes tiene su
83. Obra citada. Capítulo décimosexto del teorema cuarto de la segunda parte. raz6n de ser porque son dos manuscritos de épocas diferentes: el de

94
95
la Biblioteca Nacional es copia del siglo XV, y del
la Universidad de Salamanca. El copista del it!ciones de estilo (hipérbaton):
(B.N.) tiene tendencia a ese descuido que acabamos culmina tenet, necnon virtutis el dignitatís (sapientie
y como bien dice el Padre Alonso, no parece que Iftitatis culmina tenet).
latín; el copista del segundo manuscrito (B.U.S.), ICciones de estilo (hipérbaton) y a la vez inclusión de
duda más conocedor del latín -uno se ve tentado no aparece en el manuscrito de la B.N.:
que tenía ante sí una copia del anterior manuscrito t,arumque revereri videnlur
sión que se recibe después de comparar los textos revereri videntur)* .

tos)- muestra una constante preocupación por la IIbciones de errores de concordancia:

las palabras, así como por las palabras mismas. laudabile in omnibus studiosis collocutionibus est,
palabra o palabras por otra u otras que estima equi......... laudabile in omnibus studiosis collocutionibus est,)
exactamente precisas; preocupación que se extiende tamen summis laudibus extollendum in illis QUAEfide
ellúpérbaton dentro de la estructura sintáctica tamen summis laudibus extollendum in illis QUI fide)
elegancia clásica, etc. -no faltando casos en que el .. concernunt
se equivoca en sus correcciones. ... concemunt).
Es tanta la cantidad de correcciones que sin embargo, incurre en errores de omisión de construc­
presentar ambos textos latinos, con todas sus vari,.nt..... danda, como cuando escribe el copista del manus­
traducción, aunque éste había sido en principio .S.: ", .. aperuit el vehementius ad contemplandum
Como ejemplo de esto presentamos a continuación, divinae INCOMPREHENSIBILE, sed CUM admi·
de los variantes, como acabamos de decir, sino las "'ressum, assurgeremus" en vez de ".. , aperuit et UT
pales, y solamente del primer folio que abarca ad contemplandum ipsum sapientiae divinae INCOM­
del prologo inicial a la obra. Las correcciones en IDILEM. sed admirandum progressum assurgeremus"
al copista del manuscrito de la B.U.S.; el texto del de la B.U.S. ofrece también al principio de la
~uu.;al,oria ligeramente distinta de la dedicatoria del
B.N. va entre paréntesis y en redondo.
1. Correcciones de grafía: de la B.N. Aunque en una y otra figura el título de
prídem (pridie); mihi (miclú); opinionem (ODoiJúI Unitatis Christianae, y en ambas se dedica el libro al
pere (disrumpere); conUcio (connitio); oculata solamente en la dedicatoria del manuscrito de la
nem (deffensionem); natalia (nathalia); quotidie el nombre de su autor Alfonso de Cartagena con sus
sae (permisse); saepe (sepe); sapientiae (s de Burgos y Doctor en ambos derechos:
(possuit); summatim (sumatim).
"Reverendissimi in Christo Patris et Domini D. Alfonsí
2. Correcciones de vocabulario:
de Cartagena Episcopi Burguensis luris utriusque Doctoris
purissima (piissima); eclesiasticae disciplinae
eximii. in líbeIlum suum qui dicitur Defensorium Unitatis
pline); ex imbecillitate (juxta imbecilitate); nec Cbristianae ad Serenissimum Principem Dominum loannem
(nec nominare utuntur); aliquid cognoscere saepe Castellae et Legionis, etc., Regem Potentissimum"
admittere sepe concedit); .infinitas vías discendi
vias discurrendi aperuit). de la B.N. dice: ..... et matrem revereri videntur ... " El Padre
.....nscribe ..... et parum revereri videntur ... "

96
Comienza la obra titulada Defensa de la unidad cristiana diri­
gido al serenísimo y poderosísimo príncipe nuestro Señor Juan.
supremo rey de Castilla y de León.

Prologo

A Vuestra Regia Majestad. poderosísimo Señor. no hace mucho


yo le había escrito algunas cosas que se me iban viniendo al pensa­
miento para exhortar y reducir a aquellos. porque algunos hay. a
quienes la inadvertencia, la ignorancia, la envidia u otra pasión del
alma -de esas que, oh. dolor. muchas veces siente el espíritu
humano- les hizo precipitarse en una duda, vacilación, pensa­
miento, creencia o afirmación que de alguna manera podría dañar la
unidad de la iglesia católica, que es la sola, la única y muy querida
¡Paloma purísima, 2sin mancha o arruga, o que podría dañar la uni­
dad del pueblo cristiano que vive fielmente bajo ella como bajo pia­
dosísima madre de todos los fieles, y desgarrar la 3inconsútil túnica
de Cristo con algún rasgufio.
y tanta fue la atención de Vuestra Excelencia y tanta vuestra
bondadosa cortesía al manifestar gratitud por mis humildes cartas y
dignarse manifestarla en las cartas reales que con elegante estilo me
ha escrito, que esta vuestra consideración la he recibido como un
inmenso privilegio. Dulce y agradabilísimo debe ser para mí, y lo
es, el pensar que mi simplicidad pueda ser agradable a vuestra
alteza que está en la cima de la sabiduría, de la virtud y de la digni­
dad. Así que yo diré de mi sapientísimo príncipe aquello que se dice
de la Sabiduría4 : no causa amargura su trato, sino satisfacción y
alegria. Y en verdad que causa gran placer vuestra conversación,
placer que frecuentemente Vuestra Serenidad se digna manifestar
en los temas escolásticos. Muchos son los que pueden dar fe de

1. Cantar de los Cantares 6,9.


2. Efesios 5,27.
3. Juan 19,23.
4. Sabiduría 8, 16.

101
esto, y entre esos mucho,s. yo, no sólo en esta ocasión. sino en cir estas diferencias inadmisibles, sino que las proclaman, cuando
variedad de ocasiones. especialmente al tratar con Vuestra Alteza, por la unidad del bautismo todos los regenerados por la sagrada
tanto de palabra como por escrito. de estudios escolásticos y de purificación se convierten en un solo pueblo y al vestir el hombre
humanidades. nuevo abandonaron el viejo, quedando eliminada de raíz la antigua
y si esto es de alabar en toda conversación erudita, hay que diferencia. Porque aquellas diferencias de gentes permitidas en la
ensalzarlo sobre manera. sin embargo. y con las más grandes ala­ antiguedad por el inescrutable juicio de Dios se silenciaron por
banzas. en aquellos que se preocupan de la exaltación de la fe y de completo en la nueva época de la gracia.
la defensa de la unidad de la iglesia. que acción primordial de los y si interiormente con los ojos del espíritu queremos ver esto con
príncipes es el defenderla de los errores que contra ella surjan o el más claridad, traigamos en humilde consideración a nuestra memoria
aplastar de raíz los que intenten brotar como dice el insigne Isidoro, algunas de aquellas cosas que nos precedieron. Y esto no porque pre­
compatriota de vuestra Espafia5 : "sepan los príncipes del mundo que sumamos comprender la grandeza de las riquezas de la sabiduría y de
ellos deberán dar razón de la iglesia que reciben de Cristo para ser la ciencia de Dios, ya que8 sus designios son insondables e inescruta­
defendida. Y sea que la paz y la disciplina de la iglesia se fortalezca bles sus caminos, sino para que reflexionemos un poco de acuerdo con
por medio de los príncipes cristianos o se debilite. Aquél que confió la debilidad de nuestras fuerzas. En efecto muchas veces la misericor­
su iglesia a los príncipes les exigirá cuentas", dia divina nos concede captar algo de la grandeza de sus misterios
¿ y qué mayor escisión o alteración de la paz se puede dar que para que no se siga el abandono de la contemplación y de los nobles
la que restringe la extensión de la iglesia y quiere diferenciar a los estudios al no dar fruto el trabajo de investigación en los hombres. Por
unos de los otros según el lugar de nacimiento de carne. intentando esta razón la infinita bondad abrió innumerables caminos en el discu­
separar a los que proceden del pueblo israelita y a los que proceden, rrir y nos estimuló con la promesa del más alto premio para que con
según la carne. de la gentilidad. cuando por la regeneración del más ahinco nos eleváramos a contemplar el mismo incompresible,
sacramento del bautismo tienen ya el mismo padre Dios, y la misma pero admirable curso de la Sabiduría divina. Lo dice la misma Sabidu­
madre, la santa iglesia. y como procedentes de uno y otro padre son ría9 : los que me descubran tendrán vida eterna.
y deben ser llamados hermanos? Porque dice la Verdad 6 : todos Examinemos cuidadosamente una porcioncilla de ese infinito,
vosotros sois hermanos; ni llaméis a nadie Padre Vuestro en la tie­ pero, insisto. no porque presuntuosamente juzguemos aclarar la
rra. La madre, pues, es la iglesia militante; nuestro padre aquel misma Sagrada Escritura que encierra los consejos y preceptos de la
cuyo nombre pedimos todos los días7 que sea santificado y que divina Sabiduría, cuando está clarísima como dice el profeta l0: los
venga su reino y que se haga su voluntad en el cielo y en la tierra. mandatos del Señor son limpios, iluminan los ojos, sino porque la
Es manifiesto, lógicamente, que ofenden a este padre, y poco intuición de nuestro espíritu, cuanta haya en nosotros, la disponga­
respetan a la madre, quienes no solamente se esfuerzan en introdu­ mos a recibir su luz, pidiendo humildemente cada uno de nosotros
con el profeta l1 : abre mis ojos y veré las maravillas de tu ley.
5. San Isidoro, De summo bono, seu Sententíarum Jibrí, liber tertius, cap. LI
"Quod príncipes legibus teneantur", 6 (Cognoscant príncipes seculi... qui
Así pues, después de haber implorado con humildísimo corazón
eorum potestad suam Ecclesiam credidit), ML., vol. 83, p. 723; en Graciano, y con las súplicas más devotas a la Sabiduría increada, que es Cristo
Jars secunda, causa XXIII, quaestio V, cap. XX "Quod sacerdotes efficere
docendo non valent, disciplinae terrore potestas exstorqueat" (Cognoscant prin­ 8. Romanos 11, 33.
cipes), ML, vol. 187, p. 1224. 9. Eclesiástico 24, 31.
6. Mateo 23, 8, 10. Salmos 18, 19.
7. Mateo 6, 9; Lucas 11, 1-4. 11. Salmos 118, 18.

102 103
nuestro Redentor y Seí\or. auxilio irrefragable y enteramente some­
tido todo lo que haya de decir a la autoridad de la santa iglesia y de
la sede apostólica. así como a la de vuestra real y altísima inteligen­
cia. y a la enmienda de cualquiera que piense de manera recta y
razonable. y no pretendiendo decir nada que en modo alguno
parezca ir contra la religión católica o desviarse de ella, me pongo a
escribir.
Escudrií\e. pues. mi alma la maravilla de los testimonios de
Dios que. amador de la u~dad, en la unidad puso el principio del
género humano al fonnarlo, y a la unidad lo redujo al redimirlo. A
manera de una defensa de la unidad cristiana toquemos esto sumaria
y brevemente en el presente opúsculo que, aunque brevísimo, quise,
sin embargo, dividirlo en tres pequeí\as partes. La primera tendrá un
caracter general. La segunda tratará de defender de una manera
especial esta santa unidad por medio de diferentes artículos. La ter­
cera pondrá de manifiesto el grave error en que incurren los que se
atreven a dogmatizar contra ella, y qué es lo que les incumbe hacer
a sus superiores para reducirlos o castigarlos.
PRIMERA PARTE

Capítulos I - X

104
Capítulo primero

Un solo Adán fue creado como dice la escritura 1: hagamos el


hombre a nuestra imagen y semejanza. No dijo a los hombres, sino
al hombre, para manifestar desde el mismo principio que pensaba
en la unidad de los hombres y que la diferencia entre ellos, basada
en la propagación de la carne, la aborrecía. Aunque el que lo piense
detenidamente concluya diciend0 2 : los creó macho y hembra. Y la
Verdad lo dice 3 : ¿no habéis lefdo porque el que los hizo desde el
principio. los hizo macho y hembra?
Esto ha de entederse, conforme a la explicación interlineal, no a la
vez en el tiempo, sino en la presciencia divina, como la misma Escri­
tura puso en claro cuando al exponer con más detalle el orden de la
creación, dice4 : formó, pues, el Señor Dios al hombre del polvo de la
tierra y le inspiró en el rostro el aliento de vida y fue as( el hombre
ser animado. Y poco después ai\adió 5 : no es bueno que el hombre esté
solo. Hagámosle una ayuda semejante a él. Y as( hizo caer sobre
Adan un sueño profundo y tomó una de sus costillas cerrando en su
lugar con carne, y de la costilla que del hombre tomara formó el
Señor Dios a la mujer. Por lo tanto no fueron hechos dos o más al
mismo tiempo, sino que en el principio solo fue creado Adán, y a él ya
formado se le ai\adió Eva. y se hicieron dos en una sola came, de tal
manera que de la dualidad no se juzgase divididas la unidad de la
unión y la armonía de los corazones y aún la de los cuerpos.
Por eso Agustín al explicar esto en la glosa ordinaria, dice 6 : "en
principio Dios creó un macho y una hembra, no como en el resto de
los seres animados de los que Dios creó muchos en cada género.

1. Génesis 1, 26.
2. Génesis 1.27.
3. Mateo 19.4.
4. Génesis 2, 7.
S. Génesis 21, 22.
6. El manuscrito lo atribuye a San Agustín, sin embargo la Glosa Ordinaria lo
atribuye a Beda. Y así figura en su Opera exegetica (sive Omnium ejus operum
pars secunda) en el "Hexaemeron", libro r, "masculum et femminam creavit
eos" (Masculum autem unum et femminam ... ex uno totum parente ortum esse
meminisset); ML, vol. 91, p. 30.

107
para que por esto el género humano se estrechase con un lazo más pero si por el contrario obrares mal, el pecado estará presente en
fuerte de afecto al recordarse nacido de un origen único". y esto 10 la puerta, pero bajo ti estará su deseo y tú estarás bajo su dominio.
nota de nuevo el mismo Agustín en otra parte, diciendo'; "y la natu­ Se daba. pues, importancia a las obras de cada uno, no a la des­
raleza humana no se movería más acertadamente contra el vicio de cendencia de una determinada familia o linaje. Por lo tanto Noe fue
la discordia, o para prevenir que existiera, o para sanarlo si hubiera agradable a los ojos de Dios, no por peculiaridad alguna de origen,
existido, que con el recuerdo de aquel padre que Dios quiso crear sino por su rectitud, según dice la Escritura l2 : Noe fue un varón
único por ella, para que con esta advertencia la unidad fuese conser­ justo y perfecto entre sus contemporáneos y caminó con Dios. De la
vada en buena armonía aún entre muchos". Y partiendo de aquí el misma manera el sencíllo y recto Job, temeroso de Dios. se hizo
insigne sabio, alabando a la Sabiduría, aftade 8 : ésta guardó a aquél grato a la divina Majestad. Otros, casi infinitos. malos y perversos,
que por Dios fue hecho el primer padre de la redondez de la tierra movieron a Dios de alguna manera al arrepentimiento de la
al haber sido creado solo, y lo salvó en su carda. Y el apóstol dice 9 : creación l3 : viendo. pues. la mucha malicia de los hombres y que
Primero fue formado Adán, después Eva. En la unidad, pues, indivi­ todos sus pensamientos y deseos solo tendfan hacia el mal se arre­
dua, de un solo hombre tuvo lugar el principio de la muchedumbre pintió de haber hecho al hombre en la tierra.
humana. y a él se unió la compafiera. Y de estos. unidos en una Todos. por consiguiente. eran gentiles. y ninguno en aquel
carne, al nacer Caín y Abel. no sólo se siguió una separación de entonces estaba obligado a. la ley escrita. sino que estaba sometido a
alma, sino tambien una matanza de cuerpo. cuando en la misma la sola ley de la naturaleza establecida. Y según la diferencia de
infancia de los tiempos. por así decirlo. la l()perversa malicia arras­ méri tos. unos eran considerados agradables. otros aborrecibles a los
tró al fratricidio al envidioso Caín. malvadamente celoso de la ojos de Dios. En aquellos primeros tiempos Dios manifestándose a
pureza de su hermano Abel. todos igualmente, en cuanto a predilección de pueblo no daba prefe­
Después de esto el género humano se dispersó en diferentes y rencia a nadie sobre nadie, ni acogía a ningun pueblO de manera
contrarios modos de vivir: algunos realmente sirviéndose de la luz especial, ni tampoco lo rechazaba. Por eso cuando quisieron cons­
de la razón natural siguieron una vida honesta que va pareja con truir la torre de Babilonia. dijol4: he aquf un pueblo uno, pues tie­
cierto conocimiento de Dios; otros, en cambio. engreídos al ignorar nen todos una lengua sola.!~Con lo cual de manera clara hizo ver
al Dios verdadero, procedieron a crearse dioses falsos. De aquí que en aquel tiempo ninguna gente era preferida a otra por prerro­
arrancó el yerro de los muchos dioses y de otras varias supersticio­ gativa de nacimiento, sino que todos estaban incluídos bajo la uni­
nes. Sin embargo. la gente de todo el universo era igual y, ante dad de un solo pueblo y de una sola gente. y que todos habían de ser
Dios, en cuanto a origen, ninguna precedía a la otra en favor distinguidos por la virtud o el vicio de las personas, no por la dife­
alguno, sino que cada uno de los hombres, con la colaboración de la rencia de origen camal.
divina gracia, conseguía aquel favor que nacía de los méritos pro­
pios, por eso se le dijo a Caín ll : porque si bien obrares, recibirás,

7. San Agustín, De civÍlate Dei, liber duodecimus, cap. XXVII (In primo homine
exortam fuisse omnem plenitudinem generis humanL.); ML., vol. 41. p. 375.
8. Sabiduría lO, L
9. I Timoteo 2, 13.
12. Génesis 6,9.
10. Génesis 4, 1 Y siguientes.
13. Génesis 6,5.
11. Génesis 4, 7.
14. Génesis n, 6.

108 109
Capítulo segundo cación. Por eso Agustín diceS: "la circuncisión se le dio a Abrahan
en seftal de justicia, no en calidad de justificación". Mas también
Habiendo sido del agrado de la inescrutable sabiduría que fuera
habló Dios de ciudades y de fortalezas al decirle 6 : te daré a ti y a tu
inminente la hora de la redención universal y que naciera el reden­
descendencia la tierra de tu peregrinación. toda la tierra de Cha­
tor del mundo, comenzó desde ese momento a iluminar a algunos
naam en posesión eterna. Y en esta región la historia sagrada, que
con una gracia o luz más abundante. y a diferenciar de alguna cuenta la suerte de aquellas, muestra ampliamente que muchas
manera a una gente de la otra. Constituyó a Abrahan, por ser dis­ comarcas habían sido ciudadelas y fortalezas y ciudades amuralla­
tinto de los demás, en padre de muchas gentes. y lo aceptó como a das hasta el cielo.
amigo suyo íntimo l : se convirtió en amigo de Dios. Y a éste.
cuando todavía se llamaba Abrahan. le dijo en su primera salida 2 :
sal de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre y ven a la
tierra que te habré de mostrar y engradeceré tu nombre y serás
bendito y bendeciré a los que te bendigan y en ti serán bendecidas
todas las familias de la tierra. A continuación mostrándole un amor
un tanto especial. le dij03: de ahora en adelante no te llamarás
Abram, sino que te habrás de llamar Abraam, porque te constitu( en
padre de muchas gentes te haré crecer muchfsímo y te estableceré
entre las gentes, y los reyes saldrán de ti.
y así como suelen hacer en las cosas temporales los príncipes
de la tierra. que distiguen con alguna extraordinaria prenda a los
nobles varones que les son fieles en recompensa por sus servicios. y
los enriquecen con abundancia de castillos y ciudades para que dis­
tinguidos de los demás por su estima se les tenga como más gratos a
los príncipes. del mismo modo el Seftor de los príncipes distinguió a
su leal amigo Abraam con la marca distintiva de la circuncisión
como con cierta prenda. quedando abandonada a la impureza la res­
tante muchedumbre de las gentes. porque dij04: este es el pacto que
observaréis entre vosotros y yo, y tu descendencia después de ti,
todo varón de los vuestros será circuncidado y circuncidaréis la
carne de vuestro prepucio en testimonio de nuestra alianza. La cir­
cuncisión era enteramente una marca, no llevaba consigo la justifi­

5. Se encuentra en Graciano, Decreti pars secunda, causa XXXIII. quaestio III


"De poenitentia". disto l. c. XXXVII "Omnis qui non diligit, in morte manet"
1. I Santiago 2, 23.
( ... et sicut circumcisio data est Abrahae in si gnu m justitiae, non in causam jus­
2. Génesis 12, 1-3.
tificationis ... ); ML. vol. 187, p. 1531. Alonso cita C. XXXVI, "Omnis qui dili­
3. Génesis 17,5-6.
git".
4. Génesis 17, 10-11.
6. Génesis 17,8.

110 III
Capítulo tercero pronunciándose para que no quedase duda alguna. Y como la ¡nfi­
nita sabiduría viese desde la eternidad el futuro que habría de acon­
Aunque Ismael e Isaac eran hijos de Abraham, la divina provi­ tecer, quiso en su secreto juicio dar la preferencia a Jacob. Y quiso
dencia no los aceptó como iguales. antes bien tuvo preferencia por que fuese distinguido no sólo por la prerrogativa de la progenitura y
uno de ellos, por el segundo, el menor en edad. El primero, Ismael, de la bendición paterna, sino también por la prerrogativa singular de
había nacido catorce afto~ antes de Isaac. Cuando nació Ismael, la divina predilección, porque dij05: Yo os he amado. Vosotros dec(s
lAbraham tenía ochenta y seis anos; cien, en cambio, cuando nació ¿en qué nos has amado? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice
Isaac. Mas la divina providencia quiso preceder de grandes privilegios Yavé. Y yo he amado a Jacob, mientras que he odiado a Esaú.
el nacimiento de Isaac, al decirle Sara a Abraham 2 : echa a esa esclava Odio divino, no como el humano que procede a veces de rencor
ya su hijo. pues el hijo de una esclava no ha de heredar con mi hijo. injusto, sino que ese odio. ha de ser entendido como reprobación o
con Isaac. Y duro se le hacia esto a Abraham por causa de su hijo; rechazo según su secreta justicia, por eso el apóstol al hablar de esto,
pero le dijo Dios: No te de pena por el niño y la esclava. haz lo que te dice6 : pues bien, cuando aún no hablan nacido, ni aún hablan hecho
dice Sara, que es por Isaac por quien será /lamada tu descendencia. bien ni mal, para que el propósito de Dios. conforme a la elección, no
También al hijo de la esclava le haré un pueblo. por ser descendencia por las obras, sino por el que /lama, permaneciese, le fue a ella dicho:
tuya. y esto, confirmado palabra por palabra de acuerdo con la verdad Porque el mayor servirá al menor, según lo que está escrito: Amé a
de la historia, muestra a Isaac apoyado en la prerrogativa de la suce­ Jacob, aborrecf, en cambio. a Esaú. ¿Qué diremos, pues? ¿Que hay
sión, después de haber sido apartado Ismael de la participación de la injusticia en Dios? Dios está libre de injusticia, pues le dijo a Moisés:
herencia -cosas que el penetrante apóstol comentador, rebasando el Tendré misericordia de quien tenga misericordia y tendré compasión
sentido literal, reveló de manera profunda al explicarlas ampliamente. de quien tenga compasión. Por consiguiente no es del que quiere ni
Pero continuemos ahora con la diferencia que comenzamos a del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
exponer, diferencia que prosiguió de una manera un tanto particu­ Los santos doctores 7 , siguiendo esta doctrina apostólica, dije­
lar, ya que Esaú y Jacob, al ser hijos de Isaac. y chocar en el vientre ron que el amor y el odio de Dios nacía de la presciencia del futuro
de Rebeca. desde el mismo vientre nacieron a este mundo como al distinguir con claridad, en su oculto juicio. las obras futuras de
enemigos, según dice la Escritura3 : rogó Isaac a Yave por su mujer los hombres. Por lo demás Dios amó cuanto creó, pero ama particu­
que era estéril, y fue oldo por Yavé. y concibió Rebeca su mujer, larmente a aquellos que son enemigos del vicio, y a los que aman el
pero chocaban en su seno los niños, por lo que el Seftor dijo a vicio, los odia. Por eso Agustín al explicar lo deS Dios tiene miseri­
Rebeca que lo llevaba con' dificultad 4 : dos linajes /levas en tu seno. cordia de quien quiere y a quien quiere le endurece, dice 9 ; "esta
Dos pueblos que desde tus entrañas estarán divididos. Un pueblo voluntad de Dios no puede ser injusta. viene de los secretísimos
prevalecerá sobre el otro. Y el mayor servirá al menor.
El mutuo choque ciertamente anunciaba la división de los hijos;
la prevalencia, en cambio. anunciaba la victoria. El omnipotente 5. Malaquías 1,2.
Dios al aceptar a una de las dos partes quiso dar fin a esta lucha, 6. Romanos 9, 11-16.
7. En abundantes ocasiones el manuscrito no específica ni los autores ni los tex­
tos, simplemente hace referencia a la Glosa Ordinaria.
1. Génesis 21. 5. 8. Romanos 9, 18.
2. Génesis 21,10-13. 9. San Agustín, De diversis questionibus lXXXIII, Iiber unus, quaestio LXVllr
3. Génesis 25,21-22. (De eo quod scriptum es!: O, horno, tu quis es!, qui respondeas Deo -Rom. IX,
4. Génesis 25, 23. 20), 4; ML, vol. 40, p. 72.

112 113
méritos". Y poco después añade 10 , "la llamada que obra en cada
uno de los hombres, o en los pueblos, o en el género humano, según
Capítulo cuarto
las circunstancias de los tiempos, es propio de una elevada y pro­
Esta división de los pueblos --que había comenzado en Abra­
funda disposici6n". De aquí el llte consagré en el vientre y el 12he
ham por la señal distintiva de la circuncisi6n, que de manera consi­
amado a Jacob mientras que he odiado a Esaú.
derable había sido restringida en Isaac por la resoluciÓn del deshe­
y no traje esto a colación, como si en ello, siguiendo las pala­
redamiento de Ismael, y que había sido restringida aún más en
bras de Agustín, dijera que los méritos de uno son producto de la
Jacob por el privilegio de la bendición, y fortalecida por la autori­
divina predestinaci6n, cuando el mismo Agustín se dice que lo
dad divina por su manifestaci6n de amor hacia Israel y de aborreci­
había modificado, como lo dio a conocer el Maestro de las Senten­
miento hacia Esaú- fue corroborada y proclamada más universal­
cias en el libro de las retractaciones 13. De una parte, porque si fuese
mente después por la prerrogativa de la promulgaci6n de la ley. La
resultado de los méritos, aparecería que la gracia en cierto modo
ley de la escritura se ofreció nada más que a un solo pueblo, que­
quedaba eliminada; de otra parte, porque nada hay que pueda prece­
dando los restantes únicamente bajo la ley general de la naturaleza,
der a la eternidad de la voluntad divina. Por lo tanto como no pare­
así lo dice Moisés 1: y no existe nación alguna tan grande que tenga
cería muy juicioso el señalar algo que preceda a la causa, al buscar
dioses tan cercanos a ella como Dios nuestro Señor está presente
una causa, pues, y para no juzgar que las gracias de Dios ocurren
en todos nuestros ruegos. ¿Y qué otra nación tan ilustre, que tenga
así, sin sentido alguno, conjeturamos que la profundísima sabiduría
culto religioso, decretos justos y una ley universal como la que yo
de Dios ha dispuesto ciertas cosas en orden a un detenninado fin.
hoyos propongo a vosotros? Y David dice 2 : no hizo tal a gente
Por consiguiente no hay que juzgar que aquella singularidad de pre­
alguna y a ninguna otra mpnifestó sus juicios.
ferencia haya podido ocurrir al margen de toda causa, porque 14nada en
En efecto, aquel pueblo se ató a la ley de la escritura, todos los
la tierra, como se lee en Job, se hace sin causa, sino que queriendo estre­
otros pueblos en cambio pennanecieron bajo el vocablo común de
char al pueblo y acercarlo así de una manera especial, de lo que nacería
gentes, como seres nacidos que vivían sin atadura alguna a la ley
un bien inmenso para salvación de todo el universo, comenzó a mostrar
escrita. El pueblo de los gentiles no estaba obligado a la observaciÓn
realmente un singular amor a la carne de la cual habría de salir el Salva­
de una ley que ni se le había dado, ni se le había hecho conocer. Y
dor de toda carne, y para que a este amor no se le juzgase carnal y
esto así dijeron los doctores cat6licos que había de ser entendido en
humano, le mezcló preceptos divinos. Así que con el paso del tiempo,
todo momento, como se deduce de la doctrina de Santo Tomás3 • La
después de los muchos años de cautividad egipcia y después de que con
ley vieja revelaba preceptos de la ley natural, añadiendo algunos otros
poderoso braw sac6 de Egipto al pueblo, se dignó darle generosamente
como suyos a aquellos preceptos que la ley escrita había tomado de la
la ley para que la diferencia no fuese percibida sólo en la carne, por el
ley natural como no matar, no robar, y a los que todos. aún los genti­
corte del prepucio, sino en las costumbres, por el corte de los vicios.
les, estaban obligados, y estaban obligados no porque procediesen de
10. San Agustín. ibídem. 6; ML., voL 40, p. 73.
la ley vieja o de la ley escrita, sino porque se encontraban en la ley
1L Geremías 1,5. natural. En cuanto a los preceptos añadidos, sin embargo, como
12. Malaquías 1, 2-3. observar el sábado y otras cosas materiales que se encuentran en los
13. Pedro Lombardo, Sententíarum libri quatuor, liber primus. distinctio XLI
(Utrum aliquod sit meritum obdurationis et misericordiae) 2. Opinio quorum­
dam, in qua fuit aliquando, Augustinus, sed postea retractavit. 3. His videtur
l. Deuteronomio 4, 7-8.
contrarium quod alibi ait Augustinus; ML. vol. 192, pp. 633-634.
14. Job 5, 6. 2. Salmos 147, 20.
3. Santo Tomás, Summa Theologica. tomo l. 2, quaestio nc. arto V.

114
115
diversos libros del Pentateuco, nadie se consideraba obligado. con la
excepción del pueblo judío, porque sólo a ese pueblo la ley le fue Abraham y a su descendencia fueron hechas las promesas. No dice
ofrecida para que alcanzase ciertas prerrogativas de virtud por encima a sus descendencias, como de muchas, sino de una sola, ya tu des­
de los demás en atención a que de ese pueblo había de nacer Cristo. cendencia, que es Cristo.
Los decretos establecidos para especial santificación de algunos Así. pues, Dios dió la ley y otros muchos beneficios a aquel
obligan solamente a aquellos a los que quieren santificar, como vemos pueblo por la promesa hecha a sus padres, por aquella especialmente
que se obligan a ellos los clérigos que se entregan al divino ministerio, que de ellos nacería Cristo. Era conveniente. por tanto, que el pue­
y a los que los laicos no estarían obligados. De la misma manera tam­ blo del cual habría de nacer Cristo tuviese poder sobre los demás.
bién. por su profesión y votos. los religiosos se atan a ciertas obras de precisamente en cuanto a especial rectitud. Por eso el apóstol. al
perfección de estado a las que los seglares no están comprometidos, y describir la abundancia de favores divinos concedidos a los israeli­
éstos, a su vez, a otras a las que otros pueblos no estaban obligados. tas. preguntándose admirad0 9 : ¿en qué aventaja el jud(o o de que
De aquí que para este pueblo se escribió: 4sé puro ante Yavé, tu Dios, aprovecha la circuncisión? responde: mucho en todos los aspectos,
diciendo todo aquel que hacía una profesión de éstas5 : yo confieso hoy porque primeramente les ha sido confiada la palabra de Dios.
ante Yavé, tu dios, que he entrado en la tierra que Yavé juró a nues­ ¿ y para qué otra cosa les fue hecha la comunicación de sus
tros padres darnos. Al tener como regla de religión la ley escrita, divinas palabras, sino para que por medio de la ley y de los profetas
eran, pues, como religiosos entre el resto de las gentes. entendieran que la futura redención, que había sido prometida, sería
y si queremos buscar una ulterior razón. aún nos podemos pre­ hecha a través de Cristo. y para que de estas cosas adoptasen una
guntar: ¿Por qué la ley le fue dada a este pueblo sobre los demás? norma de rectitud? Porque escrito está 10: sed santos porque santo
La razón no será, por cierto, porque se diga que al desviarse los soy yo. Y esto no por los méritos de Abraham. sino por decisión
otros hacia la idolatría, únicamente este pueblo se había mantenido gratuita. Aquí Isafas dice l l : ¿quién le ha suscitado al justo del lado
en el culto al único Dios, cuando en alguna ocasión, aún después de de levante y en su justicia le llamó para que le siguiera? Por la
recibir la ley, cayó en la idolatría, que fue más grave que si no sola y gratuita elección, pues, los padres recibieron la promesa, yel
tuviera ley, al decir de la Escritura6 : nunca me ofrecisteis v(ctimas pueblo engendrado de ellos recibió la ley. Está escrito l2 : y de en
en sacrificio cuando estuvisteis en el desierto. Durante cuarenta medio del fuego has o(do sus palabras, porque amó a tus padres y
años, casa de Israel, llevasteis el tabernáculo para vuestro Moloch después de ellos escogió su descendencia.
y la imagen de vuestros (dolos, el astro de vuestro dios que vosotros La razón de la distinción concedida a aquel pueblo se deriva de la
os fabricasteis. Y en otra parte está escrito?: sabed que no por tu carne de Cristo que habría de recibir de aquel pueblo. y no de los
justicia te da Yavé, tu Dios, la posesión de esa tierra; que eres pue­ méritos del pueblo. Y si alguien tratara de buscar respuesta al por qué
blo de dur(sima cerviz. sino para cumplir la palabra que bajo jura­ prefirió este pueblo a los demás para que de él naciera Cristo, recuerde
mento dio a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. Y que esta pro­ lo que a este respecto aconseja Agustín, que si el hombre no quiere
mesa les fue hecha a ellos. lo declara el apóstol cuando diceS: a equivocarse, que no se atreva a opinar o a tratar de averiguarlo, que
los misterios divinos no sólo no pueden ser conocidos por 10 hombres,
4. Deuteronomio 18, 13. sino que ni siquiera pueden ser rastreados.
5. Deuteronomio 26, 3.
6. Amós S, 25-26. 9. Romanos 3, 1-2.
7. Deuteronomio 9,5-6. 10. 1 Pedro 1, 16.
8. Gálatas 3, 16. 11. Isaías 41, 2.
12. Deuteronomio 4, 36-37.
116
117
Capítulo quinto
en la que han sido redactadas, sino como se presentaren. pero sin
La diferencia entre los pueblos, nacida de estas divisiones, per­ olvidarse, sobre todo, de que la ley del Evangelio no se diferencia
dur6 durante mucho tiempo. Los unos, pocos y singulares, vivieron de la ley de la Escritura, o el Nuevo Testamento del Viejo, por dife­
dentro de la fijada tierra de promisi6n bajo la ley escrita; los otros, rencia de especie, sino como lo perfecto de lo imperfecto.
muchos en número y sustentados por gran poder, dispersos por Hay que tener en cuenta también el hecho de que estas dos
todas las regiones del mundo, vivieron largamente sin la ley de Dios leyes podrían diferenciarse de un doble modo. De una parte, como
por Escritura. Y no hablemos aquí de otras leyes hechas por la auto­ completamente diferentes, como encaminadas a distintos fines, de
ridad de los hombres que los gentiles en diferentes partes tuvieron, la misma manera que la ley de un país, establecida para que
como las de Licurgo, Foroneo, Numa Pompilio y otros semejantes, gobierne el pueblo, sería diferente en especie de aquella que se esta­
concentrémonos más bien en tomo a la ley divina, la que no fue blece para que gobiernen los arist6cratas. Porque estas leyes respon­
anunciada a los gentiles antes de la venida de Cristo. derían a gobiernos diferentes en especie, ya que una respondería a
Cuando a Aquél, cuya casa está en paz y que es amador de la un gobierno aristocrático; la otra, en cambio, a un gobierno demo­
unidad y de la caridad, le plugo 1 acelerar la redenci6n universal, e crático. De otra parte, se pueden diferenciar las leyes en raz6n de
invalidar por completo la divisi6n entre los hombres, que por secre­ que, aunque las dos vayan encaminadas al mismo fin, una lo hace
tas razones suyas durante mucho tiempo había pennitido tolerar, y de manera más pr6xima, la otra de manera más remota, como
romper la separaci6n, y reducir a una unidad perenne al género cuando en una misma ciudad se impone una ley a los hombres que
humano que había descendido por propagaci6n de la carne de un de inmediato pueden llevar a cabo lo pertinente al bien común, y se
Adán mortal, detennin6 tomar carne humana bajo un segundo Adán impone otra ley tocante a la educaci6n de los nifios que han de ser
sin mancha y, al recibir pasi6n y muerte en ella, liberar de la muerte instruídos para que, cuando lleguen a la edad apropiada, realicen
a todas las gentes y pueblos unidos bajo El, para que desde aquel obras propias de hombres.
momento en adelante no se considerarse diferencia alguna de origen Según el primer modo, la ley nueva no es diferente de la vieja,
de generaci6n camal, sino la unidad de la regeneraci6n espiritual. Y porque uno es el fin de una y otra, el de que los hombres se sometan
esto está atestiguado con testimonios de la Sagrada Escritura en uno a la voluntad de Dios, porque uno es el Dios del Nuevo y del Viejo
y otro Testamento con tanta claridad y con tanta amplitud que sor­ Testamento. Por eso dice el ap6stoP: porque no Ilay más que un
prendería el que tratase de encerrarlo en breve compendio, pues solo Dios que justifica la circuncisión por la fe y al prepucio por la
dice Jer6nim0 2 : "casi todas las escrituras están llenas de los miste­ fe. Según el segundo modo. en cambio, la ley nueva es diferente de
rios del llamamiento de los dos pueblos". Pero no porque haya la ley vieja, porque la ·ley vieja es como el pedagogo de los nifios.
muchas cosas que decir vamos a silenciarlas todas, cada vez que De aquí que diga el ap6stol 4 : la ley fue nuestro ayo para llevarnos a
fuere posible extraigamos fuera algunas de ellas, unas veces del Cristo, para que fuéramos justificados por la fe, pero llegada la fe,
Antiguo, otras del Nuevo Testamento, mezcladas, según salieren al ya no estamos bajo el ayo. El pedagogo. como los santos doctores
encuentro de la pluma, ofreciéndolas no en el orden de la escritura dijeron, suele ser asignadó a los nifios para frenar la edad y gober­
nar los corazones inclinados a la imperfecci6n. mientras se moldea
en el estudio a esa tierna infancia y se la prepara casi obligada por
1. Salmos 75, 3.
2. San Jerónimo, Episto/a XXI (1) ad Damasum de duobus Imis, 4. "Homo quidam
habebat duos filios"; ML, vol. 22, p. 382. 3. Romanos 3, 30.
4. Gálatas 3, 24-25.
118
119
el temor, para cosas más grandes. Y esto mismo significa el nombre
de pedagogo, compuesto de aquello que forme a los runos, es decir, Capítulo sexto
que los guie. Por esta razón a manera de pedagogo se le estableció En tomo a esta novedad conviene notar que bajo la misma vieja
la ley al pueblo disoluto, para velar por él y predisponerlo a una
ley los antiguos padres. especialmente aquellos que permanecieron
futura perfección. La nueva leyes la ley de la caridad, que. según el
gratísimos a Dios, semejaban observar la ley del Evangelio en
ap6stol S, "es vínculo de perfección". muchas de sus acciones. Por eso al revelar aquello del quitáos del
medio de esa turba, Orígenes dice 2 : "se les manda a Moisés y a
Aarón salir de en medio de la sinagoga para destruirla". Mas vea­
mos lo que hacen ellos. Son santos y perfectos, y más discípulos del
Evangelio que de la ley. Por tanto aman también a los enemigos y
oran por los que los persiguen. Se encaran con los que se echan
sobre ellos, y le dice Moisés a Aarón 3 : coge el báculo y ponlo sobre
aquel fuego y echa incienso. Vean, pues, los que incriminan igual­
mente a Dios y a la ley, como Moisés y Aarón hicieron con anterio­
ridad lo que después ensenó el Evangelio. Moisés ama a los enemi­
gos y ruega por los perseguidores. La fuerza del Evangelio se
encuentra en la ley y en los cimientos de la ley tiene principio el
Evangelio. Al Viejo Testamento yo no lo llamo la ley, entendida
ésta espiritualmente; sin embargo, el Viejo Testamento es la ley
para aquellos que la conciben carnalmente, para ellos es vieja y está
envejecida porque no puede mantener sus fuerzas; para nosotros, en
cambio, que la confesamos espiritualmente, siempre es nueva. Y lo
es también para nosotros uno y otro Testamento, no por la antigue­
dad del tiempo, sino por la novedad del mensaje. Por eso dice
Juan4: un mandato nuevo os doy que os améis los unos a los otros,
porque conocía en la ley el mandato de amor confiado. Mas como la
caridad nunca sucumbe. ni el mandamiento de la caridad envejece,
siempre manifiesta ser nu~vo. Siempre, pues. hace nuevos en espí­
ritu a los que lo guardan. Sin embargo. para el pecador y para el que
no guarda las leyes de la caridad también los Evangelios envejecen,

1. Números 16, 45.


2. Orígenes. In numeroso Homilia IX,UDe batillis Core, et seditione populi adver­
sum Moysen, et de virgis in quibus virga a Aaron germinavit", 4; Mg, vol. 12,
p.628.
3. Números 16, 46.
5. Colosenses 3, 14.
4. Juan 13, 34.

120 121
y no puede ser tampoco nuevo el Testamento para aquel que no se
desprende del hombre viejo y se viste del hombre nuevo creado a que las cosas contenidas en la ley, espiritualmente cumplida e
semejanza de Dios", imperfecta, recibieron la perfección y fueron culminadas con la más
y he citado estas palabras de Orígenes, así, al pie de la letra, alta de las implementaciones por el mismo y en el mismo Cristo
para que el lector concienzudamente reflexione que los descendien­ nuestro Seí\or.
tes del pueblo israelita no llegan a la ley como si nunca la hubieran Aquellos otros, en ca~bio. que procedentes de diferentes nacio­
oído y como a algo nuevo que se les ha ofrecido recientemente, sino nes reciben la fe cat6lica, muestran de manera manifiesta llegar a
que llegan a la ley como a complemento de la ley escrita y de su una ley completamente nueva para ellos, ya que jamás, ni explícita
plenísima perfecci6n: de la misma manera que el nií\o, cuando llega ni implícitamente, ni de manera clara ni de manera oscura, ni enig­
a la juventud o a la plenitud de edad, no es otro hombre, sino el mática ni proféticamente, la habían percibido en los libros de los
mismo que era cuando nií\o. y 10 que la naturaleza del nií\o prome­ gentiles, porque de todo cuanto se puede deducir de sus libros, nada
tía, la robusta y plena juventud lo confirma. en absoluto antes de la llegada de Cristo lleg6 a conocimiento de los
He aquí lo que dice la Verdad 5 : porque no penséis que vine a gentiles acerca de la encarnaci6n del verbo divino, ni de las cosas
abrogar la ley o los profetas, no vine a abrogar, sino a cumplir.. que de ella se siguen, de las cuales depende la salvaci6n humana. Y
Explicando esto dice Agustín6 : "abroga el que no permite obrar aunque alguno se hayan inclinado a pensar que probablemente
espiritualmente, cumple Cristo cuando a las promesas para el funda­ hubieran rozado la trinidad de las personas, esto, sin embargo, está
mento del vivir, afíade muchas cosas más para perfecci6n de los muy lejos de la verdad, porque aunque hubiesen rastreado algunos
preceptos morales que se ocultaban bajo alegorías y representaban atributos en cuanto a las personas divinas, con todo, no llegaron en
figuradamente el futuro, las perfecciona en sí y en la iglesia, sin lo modo alguno a la trinidad de las personas en unidad de esencia, ni a
cual las alegorías serían algo vacío y sin cumplimiento". Por este la unidad de esencia en la trinidad de las personas, como en muchos
motivo los israelitas, al recibir la fe, no parecen escuchar exclusiva­ lugares maravillosamente lo demostraron nuestros maestros cat6li­
mente al Nuevo Testamento, sino al Viejo como representaci6n coso Por eso dice el ap6stol 9 : hablamos de una sabidurfa de Dios
anticipada del Nuevo, y al Nuevo como implementaci6n espiritual y que ninguno de los prfncipes de este mundo conoció, y como prínci­
como perfecci6n de las imperfecciones del Viejo. Por eso la Verdad pes quiso que fueran entendidos no los emperadores, o los reyes, u
misma, como hubiese dicho que no había venido a abrogar la ley, otros jefes de milicias que no suelen preocuparse por las cosas cien­
sino a cumplirla, inmediatamente a continuaci6n afíadi6 7 : porque en tíficas, sino los fil6sofos, y los principales de los fil6sofos, como
verdad os digo que antes pasaran el cielo y la tierra que falte una Pitágoras, Zenón, Plat6n, Arist6teles y otros que fueron de brillante
jota o una tilde de la ley hasta que todo se cumpla. Se cumpli6, ingenio y de autoridad similar, que solían gloriarse del conoci­
pues, todo, según explicaron los santos doctores 8 , en el momento C?fh miento de las cosas ocultas de la naturaleza. Dice, pues, que estos
no han conocido el juicio de Dios cuanto más aquellos que no tuvie­
5. Mateo 5,17. ron tan elevada inteligencia.
6. San Agustín, Contra Faustum Manichaeum (libri 1riginta tres) En realidad esta Se saca en conclusi6n, por consiguiente, que una vez libre el
cita no corresponde textualmente a San Agustín. S. Agustín glosa el texto de
Mateo, "Nolite putare quoruam veni solvere legem aut prophetas. Non veni sol­ entendimiento y purificada el alma, los israelitas que reciben la fe
vere, sed adimplere" en varios capítulos de los libros decimoséptimo, decimoc­ de los libros de la ley escrita, espiritualmente entendidos y por
tavo y decimonono; ML, vol. 42, pp. 339-370.
7. Mateo 5, 18.
8. Los manuscritos remiten simplemente a la Glosa Ordinaria.
9. Corintios 2, 6.

122
123
~ ~"'" (
Cristo completamente perfeccionados. reconocen claramente lo que
se consideraba como figurado o alegórico; los gentiles. en cambio. Capítulo séptimo
lo escuchan como algo nuevo y saludable desconocido para sus filó­
Por eso dice también el mismo profeta l : levántate, y resplan­
sofos. cosa que manifiestamente se ve en la misma llamada a los
dece Jerusalem, que ya viene tu luz y la gloria de Yavé alborea
dos pueblos, si se observa bien la cualidad de la llamada.
para ti. ¿Qué es esto. Isafas? ¿No había venido ya la luz a Israel en
El uno es invitado a conocer más profundamente lo que de
la zarza con Moisés? ¿No había aparecido el fuego en el Monte
alguna manera había conocido; el otro, en cambio, es invitado a lo
Sinaí? Porque la escritura dice 2 : la gloria de Yavé parecfa a los ojos
que no había oído, por eso el profeta después de haber dicho lo : de
de Israel como un fuego devorador sobre la cumbre de la montaña
Sión saldrá la ley, la palabra del Señor de Jerusalen, dice inmedia­
ya la vista de los hijos de Israel. ¿Cuál. pues, es la luz que había de
tamente invitando al pueblo israelita ll : venid, ¡oh, casa de Jacob!, y
venir, en la que concurrirían lo que aún no había venido y lo que al
caminemos a la luz del Señor nuestro Dios. Ahora bien, quien llama
al Seftor nuestro Dios, no lo llama ya como a algo desconocido. al mismo tiempo ya estaba?
contrario, ruega y desea que a la luz del Dios conocido caminen Para que lejos de toda duda lo entendiéramos, advertirías que la
más piadosamente y miren algo más luminoso, y aún proclama que riquísima iluminación que ,había de llegar a JeruSalem era algo suyo
la ley saldrá de Sión y la palabra del Seftor procederá de Jerusalén. ya por la promesa de los padres y la predicción de los profetas. por
contenido implícito de la Sagrada Escritura; futura, sin embargo. por
el nuevo y claro complemento de la antigua promesa de redención.
Los gentiles, en cambio, no son invitados así como a algo suyo. sino
como a una luz ajena. para que la hagan suya con su fidelidad. lo dice
Isaías 3 : las gentes andarán a tu luz y los reyes a la claridad de tu
aurora. Así, pues. a los jerosolimitanos les había sido dada la luz por
la ley, y el implemento de la leyera futuro para ellos, pero el profeta
proclamó que por la fe caminarían las gentes en esta luz y los reyes en
la claridad de su aurora por la luminosísima caridad.
La caridad, pues, que sustenta y perfecciona la fe y la hace
aceptable ante Dios, y que echa afuera el temor, en cierto modo de
hombres simples hace reyes, porque servir a Dios es reinar. porque
el que eliminado el temor del mundo por la magnificencia de la
• ,,fs caridad se une a Dios con firmeza. reina con una superioridad mani­
fiesta sobre todos los sufrimientos y adversidades de este mundo. Y
esto lo demuestra el profeta con más amplitud aún. cuando prosigue
diciend0 4 : alza los ojos y mira a tu alrededor, todos se reúnen y
vienen a ti, /legan de lejos tus hijos y tus hijas son frafdas a ancas.

1. Isaías 60, 1.
10. Isafas 2, 3. 2. Exodo 24, 17.
11. Isaías 2, S. 3. Isaías 60, 3.
4. Isafas 60, 4.

124
125
¿Qué otra cosa, pues, pudo significar con esto el profeta, sino
proclamar públicamente la innumerable multitud de pueblos cami­ Capítulo octavo
nando hacia la unidad de la fe venidera? En efecto el profeta
advierte que levanten los ojos alrededor para que no juzgue que el y si esto lo queremos analizar con un poco más de precisión,
esplendor de su nacimiento se había inclinado solamente hacia una de tres cosas me acuerdo de haber hablado en otra parte y con otro
comarca del mundo, sino para que vean que todos los lugares de la propósito. Encontramos las luces que iluminan el alma semejantes a
tierra y del mar se iluminan con la luz del lucero de la maí\ana. Por­ esas tres luces que suelen iluminar los ojos de cuerpo, de las cuales
que, al decir de Salomón, el mundo ciertamente es una esfera circu­ una es extensa, pero no intensa; otra, por el contrario, ilumina
lar alumbrada por la claridad del SOI5: sale el sol. se pone, y vuelve intensa, pero no extensamente; la tercera, en cambio, sin compara­
a su lugar y allf renaciendo, gira por el mediod(a y se vuelve hacia ción posible, sobrepasa a las demás tanto en extensión como en
el norte alumbrando el universo. En verdad que nada existe que no intensidad.
ilumine el sol con el esplendor de su claridad. Nada que no caliente La primera es la luz de la luna, que, aunque se extiende por
con su fuego, porque no hay nada que se esconda de su calor. toda la tierra, sin embargo, proporciona poca luz iluminadora. Y
aunque veamos algunas cosas a la luz de la luna, a pesar de todo
son muchas, y casi infinitas, las que el ojo corporal no podría distin­
guir con esa luz lunar. Realmente a las cosas colocadas lejos el ojo
no las reconoce en absoluto, y aún a las cercanas la mayor parte de
las veces no las distingue totalmente, siempre de manera parcial.
Aparte de esto esa luz es defectible y alguna vez se oculta furtiva­
mente a los ojos humanos.
A esta, pues, luz lunar, no por cierto de manera inapropiada,
comparamos la luz de la ,razón natural que es tan extensa que se
acomoda a todo hombre, al no ser el hombre otra cosa más que un
animal racional; su claridad, sin embargo, aunque contribuya a
conocer a Dios y también a conocer algunas propiedades de la vir­
tud, y distinguir adecuadamente muchas obras del hombre, algunas
hay, mejor dicho muchas, que las deja sin clarificar. Esta luz de la
razón natural es también defectible y oscura para la contemplación
"~\ intelectual de las cosas elevadas. Eso se debe a que nuestro conoci­
miento naturllJ tiene su origen en los sentidos,l "por eso nuestro
conocimiento natural solamente se puede extender a aquello que se
regule por las cosas perceptibles. Nuestro entendimiento, pues, no
puede llegar de los sentidos a la visión de la esencia divina, porque
las criaturas sensibles no alcanzan la perfección de Dios en manera
alguna. Partiendo, pues, del conocimiento de las cosas sensibles no

5. Eclesiastés 1.5-6.
1. Santo Tomás, Summa Theologica, tomo 1, quaestio XII, arlo XII.

126
127
se puede conocer la total perfección de Dios ni tampoco, por consi­ misma Verdad diceS: lo que es imposible para los hombres, es posi­
guiente, su esencia. Mas como las cosas sensibles son efectos ble para Dios. Estas cosas, pues, aunque excedan la razón humana
dependientes de una causa, por ellas podemos ser llevados a cono­ no van contra la razón natural "nature naturantis dei", por eso dice
cer si Dios existe y también las cosas que son esenciales que le con­ Dionisi06 : "si hay alguno que rechace completamente a las sagradas
vengan, teniendo en cuenta que es la causa primera de todas las escrituras estará muy lejos de nuestra doctrina, Mas si las admite,
cosas que excede a todas sus creaturas. De aquí que, del mismo, 10 usemos de ellas".
que podemos conocer es su manifestación externa hacia las creatu­ Así pues, la razón natural humana, a la que comparamos con la
ras, porque lógicamente es la causa de todas, y la diferencia con las luz de la luna, es ciertamente extensa, pero no intensa. porque hay
creaturas, y que el mismo no es parte de las cosas creadas por El. Y muchas cosas de la fe que no puede iluminar con claridad suficiente
si de las criaturas a El hay tan grande distancia, no es por defecto de para que sean comprendidas.
su parte, sino porque las supera. No se puede conocer a Dios por la
razón natural",
2"Por consiguiente por medio de la razón natural no es posible
llegar al conocimiento de la trinidad de las personas divinas, de tal
suerte que los que por medio de la razón natural intentan probar la
trinidad de las personas en su divinidad manifiestan derogar la fe
por partida doble: primeramente, derogan el mérito de la fe, que
trata de las cosas invisibles que exceden la razón humana, porque
según las palabras del apóstol 31a fe trata de las cosas que no
vemos; en segundo lugar, la derogan en 10 tocante a la conveniencia
de arrastrar a otros a la fe, porque cuando alguien para probar una
verdad de fe presenta razones que no son concluyentes se convierte
en la risión de los que no creen, porque ellos suponen que nosotros
no tenemos otras que éstas y que por ellas solas creemos. Aquellas
cosas, pues, relacionadas ~on la demostración de la trinidad de las
personas divinas y con la encamación, y que conciernen a la fe
católica, no hay que intentar probarlas más que por la autoridad de
la sagrada escritura a aquellos que la admitan; con aquellos, e.n,~:
cambio, que no admitan el sagrado canon de la escritura basta soste­
ner que no es imposible lo que afirma la fe, teniendo en cuenta la
omnipotencia de la causa primera que es Dios, como dice el arcán­
gel San Gabriel 4 : porque nada hay imposible para Dios. Y la

2. Santo Tomás. Summa Theologica, tomo 1, quaestio XXXII, arl. L-Cartagena 5. Lucas 18, 27.
intercala en el texto de Santo Tomás las citas de San Gabriel y de la Verdad. 6. Pseudo Dionisia, H€'pl Qf(wp ovop.aTWP (De divíflís flomiflibus), cap. II; MG,
3. Hebreos 11, 1. vol. 3, p. 639. La segunda parte de la cita no se ajusta exactamente a las pala­
4. Lucas 1, 37. bras del original, aunque sí al sentido.

128 129

J
Capítulo noveno hacerse visible a todos los hombres con claras señales: es la brillan­
tísima luz del sol bajo la cual el que no ve deberá considerarse
Intensa, mas no extensa, diría yo que es aquella luz que está ciego, porque nada hay que el poder de la visión corporal alcance a
compuesta de fuego material, cuya claridad se extiende poco, como percibir que no lo vea a la luz del sol. Y con esta clarísima y gratí­
sucede bajo el techo de una casa o de una iglesia o de cosa seme­ sima iluminación, ¿quién hay que no diga que parezca corresponder
jante, pero que dentro de esos límites nos alumbra vivamente. En aquella iluminación espiritual que irradia de la luz evangélica, que
efecto muchas cosas que de ninguna manera, o débilmente. vería­ no rechaza a ojo alguno que esté dispuesto a usar de ella, y acerca
mos bajo la luz de la luna, las vemos perfectamente bajo la luz de de la cual las palabras de Salomón, intercaladas con anterioridad, no
una vela. De aquí que los acostumbrados ejercicios escolásticos, pueden ser impropiamente entendidas? Nació, pues, el Sol de la jus­
tanto la lectura como la escritura, que no podríamos realizar bajo la ticia conforme a la naturaleza humana, por eso dice Mate0 3 : como
luz de la luna, a veces, o mejor dicho muchas veces, las realizamos hubiese nacido Jesús en Belén; mas se puso (se murió) ese Sol, por
a la luz del fuego. Y esta iluminación corporal, por cierto, la podre­ eso dice otro evangelista4 : inclinada la cabeza entregó el espiritu, y
mos comparar con la ley escrita, que también fue transmitida por un poco más adelante,5 pero /legando a Jesús, como le vieron ya
medio de la luz, pero poco extensamente, porque, como acabamos muerto. Mas volvió a recuperar su condición cuando, al resucitar de
de decir con anterioridad, se extendía tan sólo al pueblo de Israel; entre los muertos y recorrido el venturoso camino, llevó consigo a
sin embargo, a las almas de los vinculados a la ley las iluminaba los cielos la misma naturaleza humana que había formado. Y desde
más intensa y profundamente que la luz de la razón natural. allí, volviendo a renacer, circuló por el mediodía cuando al enviar al
En efecto, en gran cantidad de lugares, tanto del Pentateuco como Espíritu Santo inflamó los corazones de los apóstoles con el fuego
de los Profetas y de los Salmos, esa ley escrita, probaba, a los que espi­ de la caridad. pues dice Lucas 6 : cuando /legó el dla de Pentecostés.
ritualmente ponían sus ojos en las cosas dignas de ser profundamente estando todos juntos en un lugar, se produjo de repente un ruido
meditadas, no solamente que Dios existía, sino también la misma trini­ como el de un viento impetuoso, que invadió la casa en que resi­
dad de personas divinas, así como la encamación del verbo divino, dlan. Aparecieron, como divididas, lenguas de fuego que se posa­
incluso la creación del mundo -que Aristóteles l dejó bajo la denomi­ ron sobre cada uno de el/os.
nación de problema neutro, al juzgar que por medio de la razón natural, y así como la parte meridional del universo es muy caliente,
ni positiva, ni negativamente, podía ser demostrada. La ley escrita con así los pechos de los apóstoles quedaron abrasados por el fuego del
gran elegancia y precisión aclaró a los entendidos las muchas maravi­ Espíritu Santo y comparados de manera muy acertada con la zona
llas de las obras divinas y las peculiares ensenanzas y muchísimas con­ meridiana del orbe. El Espíritu Santo se dirigió al norte, septen­
sideraciones de los actos humanos, además de la futura venida de trión, que es la zona helada del mundo. cuando por medio del
Cristo y de la perfección que en El y con El vendría, cosas a las que la .". ministerio de los apóstoles, ardientes en caridad, iluminó y calentó
razón n.tural no hubiese podido llegar, por eso el profeta dice:!: tu los espíritus de otros hombres. ~:l'lto de los judíos como de los gen­
palabra es para mis pies una lampara y una luz para mis pasos. tiles que aún no habían recibido la fe, y que, como habitantes de la
La tercera intensísima y extensísima luz, aunque yo no diga zona del septentrión, estaban paralizados por el frío irunenso y por
nada. la conocerá cualquiera, porque no necesita de investigación al
3. Mateo 2, 1.
4. Juan 19,30.
1. Aristóteles, Topicorum Ubri, l. cap. IX. S Juan 19,33.
2. Salmo. 118. lOS. 6. Hechos de los Apóstoles 2, 1-3.

130 131
la densa oscuridad de las tinieblas, y que obscurecidos por la ausen­
metida9 : y Jacob, de quien descendlan, permanecia tranquilo en la
cia de este Sol no encontraban la patria del alma, pues dice Isaías 7 :
casa, vagando Esaú constantemente de un lado para otro entregado
el pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que
a la caza. Sin embargo, todos los hijos y las hijas habían de ser con­
habitaban en la tierra de las sombras de la muerte resplandeci6
gregados en un solo lugar. no en diversos, por eso dicelO: entonces
una brillante luz. Circulando, pues, por el mediodía, esto es, por los se ensanchará tu coraz6n y se maravillará, cuando se vuelvan a ti
corazones de los apóstoles perfumados por el fuego de la caridad, y la grandeza de los mares y la fortaleza de los pueblos. Lejos de
dirigiéndose al septentrión, esto es, a los espíritus de los otros que toda duda la grandeza de los mares significa el infinito número de
todavía estaban poseídos por el frío de la infidelidad, iluminó a todo
gentes; la fortaleza. a buen seguro. el poder de los emperadores y
el mundo al invitar a todós a contemplar el resplandor de su luz,
reyes, de los príncipes y de los ejércitos de la más valiente milicia
absolutamente a todos, de cualquier nación o precedencia que fue­
gentil que habitaba las diferentes zonas del universo.
sen. He aquí lo que nuestro mismo Redentor dices: id por todo el
¿Quién podría contar el ingente número de hombres, la ingente
mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y
cantidad de tropas que, habiendo rechazado a sus dioses, vinieron a
fuere bautizado se salvará, mas el que no creyere se condenará.
adorar a Cristo y a caminar bajo la luz de su sol, y que en el esplen­
Verdaderamente el que invita a creer a toda criatura, a ninguna
dor de su nacimiento llegaron a Jerusalén, es decir, a la Santa Igle­
ha querido excluir. ¿Quién duda, por lo tanto, que el profeta tenía
sia? Y no fue Jerusalén la que se dirigió a los gentiles, sino que es
una idea clara de la significación de esa luz cuando proclamaba que
el pueblo gentil el que se vuelve a Jerusalén para de uno y otro pue­
las gentes y los reyes caminarían bajo ella? No hablaba ciertamente
blo establecer la única y verdadera Jerusalen. que en esta vida es la
de la luz de la razón natural que ya estaba esparcida por todas las
Iglesia militante por medio de la cual se sube a la Jerusalén celestial
regiones del mundo, que a cada uno le pertenecía por fuerza innata
y en la que todos, de cualquier parte que vinieren, caminarían en la
de la naturaleza humana, y que hacíamos semejante a la luz de la
luz sin enemistad. Y esta luz alumbraría a todos cuantos quisieren
luna. Ni tampoco hablaba de la luz de la ley escrita, la que única­
ser alumbrados bajo Cristo, que es ll la luz verdadera que viniendo
mente alumbraba a un solo pueblo y a la que comparábamos a la luz
a este mundo ilumina a todo hombre, que de Israel viene y de Israel
del fuego que desplegaba sus rayos dentro de unos angostos límites,
nacería. porque no recibió Israel a los dioses de los gentiles, sino
sino que hablaba más bien de este Sol eterno que lo desborda todo
que fueron los gentiles los que recibieron al Dios de Israel.
intensa y extensamente, que anuncia hijos que vendrían de lejos e
y todos. tanto los israelistas como los gentiles. comprendieron
hijas que surgirían de cerca. Entendía bajo la denominación de
más plena. clara y distintamente que el que había sido reconocido
hijos, no sin razón, a los gentiles que estaban lejos de la ley, los que como Dios, tanto allí como por todas las partes del mundo, sería
poderosos en armas y tierras merecían acertadamente ser represeI17,~ conocido con más amplitud. y 12SU ,.. ?mbre que se habla hecho
tados bajo el sexo masculino, porque los hijos suelen andar errantes grande en Israel, sería alabado 13desde donde sale el sol hasta
fuera de las casas de sus padres, e incluso fuera de los términos de donde se pone. no ciertamente por una extensión de la divinidad.
su propia patria: en cambio, las hijas representaban al pueblo judío.
porque la divinidad es infinita e inextensible, sino por aumento de
porque así como las hijas suelen quedarse en casa, de la misma
manera ellos, los judíos, vivían dentro de los límites de la tierra pro­
9. Génesis 25, 27.
10. Isaías 60, 5.
7. Isaías 9, 2. 11. Juan 1,9.
8. Marcos 16, 15-16. 12. Salmos 75, 1.
13. Salmos 112, 3.

132
133
la receptividad humana, para que los que desconocían a Dios, al

Capítulo décimo
conocerlo. 10 alabasen. Por eso estando el apóstol en Atenas. dijol4:

Atenienses, veo que sois sobremanera religiosos, porque al pasar y En Cristo, pues, esplendor eterno y segundo Adan sin mancha.
contemplar los objetos de vuestro culto he hallado un altar en el se disipó toda la ceguera de los ojos del corazón de una y otra
cual está escrito "al dios desconocido". Pues a ese que sin cono­ gente, y cesó toda diferencia de pueblos y de linajes, porque todos
cerlo veneráis es el que yo os anuncio. Y la Verdad dice!5: Padre, volvieron en este segundo Adan puro a la unicfsima unidad. Porque
glorifica tu nombre, y en otro lugar l6 : Padre, glorifica a tu hijo así como del primer Adan, por la propagación de la carne, todos los
para que tu hijo te glorifique a ti. yen otra parte 17: ahora ha sido hombres participantes de la naturaleza humana se pusieron en mar­
glorificado el hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en El. cha hacia la muerte, así por Cristo, que es el verdadero, nuevo e
¿Cómo, pues, podía glorificarle o podía ser glorificado el que inocente Adan, todos los hombres, hechos partícipes de la divina
es glorificado desde la eternidad, sino iluminando los ojos del alma gracia por regeneración espiritual, pasarían a la vida sin preferencia
de los mortales para que reconociesen la luz eterna que a El y de de linaje alguno.
otro se le promete? Y así iluminándonos parece ser iluminado por Fue el primer Adan la fonna del que había de venir, por eso el
nosotros, así como también conociéndonos, es decir, volviendo sus apóstol, al hablar del pecado original, dice!: reinó la muerte desde
piadosísimos ojos a nosotros para que nosotros lo conozcamos, se Adán hasta Moisés aún sobre aquellos que no hablan pecado como
dice que es conocido por nosotros. Por eso dice el apósto11 8 : ahora pecó Adan que es tipo del que habla de venir. Por consiguiente, así
que habéis conocido a Dios, o más bien habéis sido conocidos de como del primer Adan llegó la muerte, universalísima y sin excepción
Dios. Estas cosas, pues, son recíprocas, de modo que con frecuencia alguna, de la misma manera de este segundo Adan llegó la vida para
se toma la una por la otra, como aquello de 19pueblo que no todos los que quisieren recibirla. Al llegar a este punto el mismo após­
conoc(a, cuando no existe pueblo alguno que Dios no conozca, mas tol dice 2 si por la trasgresión de uno solo reinó la muerte, reinarán en
se dice no ser conocido por Dios aquél que desconoce a Dios. He la vida mucho más los que reciben la abundancia del don de la gracia
aquí lo que dice Agustín20 : "y no porque diga el apóstol21 : ahora y de la justicia por obra de uno solo, Jesucrito. Por consiguiente,
pues, habéis conocido a Dios, o más bien habéis sido conocidos de como por la trasgresión de uno solo llegó la condenación a todos los
Dios, es lícito que creamos que Dios, como presciente22 , los cono­ hombres, as( también por la justicia de uno solo llega a todos los
#ció en aquel momento antes de la creación del mundo, sino que se hombres la justificación de la vida. Pues as( Cl..no por la desobedien­
dice que han conocido a Dios en el momento en que El hizo que cia de uno muchos fueron los pecadores, as( también por la obedien­
fuese conocido". cia de un solo hombre muchos serán hechos justos. Y esto vuelve a
significar Pablo con doctrina de autoridad apostólica en otro lugar pre­
14. Hechos de los Apóstoles 17,22-24. ,.. ;}.~~ sentándolo de una manera especial y con diferentes palabras 3 : cuantos
15. Juan 12, 28. en Cristo habéis sido bautizados, os habéis vestido de Cristo. No hay
16. Juan 17,1.
17. Juan 13, 31. ya jud(o o griego, no hay siervo o libre, no hay varón o hembra, por­
18. Gálatas 4,9. que todos sois uno en Cristo Jesús.
19. Salmos 17,44.
20. San Agustín, De civitate Dei, líber vígesímus secundus. cap. 11, "De aetema
Dei, et incommutabili voluntate"; ML, vol. 41, p. 753. 1. 1 Romanos 5, 14.
21. Gálatas 4, 9. 2. Romanos 5. 17-19.
22. 1 Pedro 1,20. 3. Gálatas 3. 27-29.

134 135
Según la explicaci6n de los santos doctores nada de estas cosas alegren igualmente de que bajo esta infinita unidad de fe habrán de
sucede porque alguien sea más digno en Cristo, sino que todos son alcanzar la más abundante gracia en la vida y finalmente conseguir
lo mismo, sin diferencia en cosa alguna, por eso dice Jer6nim0 4 : la gloria en el cielo de acuerdo con la naturaleza de los méritos.
"después de que Cristo venga en el fin de los tiempos, omega vol­ Todas estas cosas las hemos presentado en esta primera parte
verá volando a alfa, esto es, hará volver el fin al principio". De esto bajo conclusi6n tan amplia y general para que en lo dicho como en
se entiende que en el tiempo de la gracia las diferencias de tiempo s6lido fundamento pétreo se consolide lo que debe decirse. Y ade­
de la ley serán arrancadas de raíz entre aquellos que recibieron la fe, más, para ofrecerlas de una manera más clara y distinta ante la cla­
pues como dijo el glosador Teut6nico S"omega es la última letra del rividentísima consideraci6n de Vuestra Majestad, determiné redu­
alfabeto de los griegos, alfa la primera de los latinos", si bien la cirlas a varios artículos, no porque ponga bajo esos artículos algo
escritura con frecuencia dice griegos en vez de gentiles, por eso dudoso que tenga necesidad de ser probado, porque todo es sobra­
dice el apóstol6 : los judfos piden señales, los griegos buscan sabi­ damente obvio, sino para, bajo divisi6n de artículos, presentarlo de
durfa, mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Para una manera más sencilla a vuestra regia memoria ocupada en los
los judfos un escándalo, para las gentes una locura. Y esto es claro dificilísimos y casi infinitos asuntos de vuestro gobierno.
que el ap6stol lo había dicho de aquellos que todavía no habían
recibido la fe, de los cuales parte eran judíos, parte gentiles. porque
si ya hubiesen recibido la fe. por supuesto que no hubiesen tenido la Aquí termina la primera parte
predicaci6n del dogma cristiano. ni como escándalo, ni como
locura. Por eso inmediatamente afiadi6 7 : mas a Cristo, poder y sabi­
durfa de Dios para los l/amados. ya judfos. ya griegos.
Por consiguiente, una y otra omega, esto es, la multitud de
hebreos y de gentiles a los que el apóstol suele comprender bajo la
forma de griegos, y que estaban alejados entre sí, vuelve volando a
Alfa para unirse con la que es la primera letra de los cristianos, esto
es, para unirse en Cristo, que es el principio y que de sí mismo
diceS: Yo soy el principio y el que os hablo a vosostros, y en la per­
sona de quien Juan en el Apocalipsis dice 9 : Yo soy el Alfa y la
Omega, el primero y el novfsimo, el principio y el fin para que, eli­
minadas las contradicciones y las diferencias del tiempo, todos se
".:t>'5,

4. San Jerónimo, Adversus JQvinianum, liber primus, 18 "Comedendarum car­


nium licentia"; ML., vol. 23, p. 248. En Graciano, Decreti pars prima, distinc­
tio XXXV, c. 1I,"Esus carnium et vini potus... "; ML, vol. 187, p. 195.
5. Juan Teutónico, Decretum Gratinan; cum glossis domini Johannis Theuto­
nicí .... distinctio XXXV (Ab exordio), folio 37, columna IV, Basilee 1512.
6. 1 Corintios 1,22.
7. I Corintios 1, 24.
8. Juan 8, 26.
9. Apocalipsis 1, 8.

136 .. 137
Prólogo
En la primera parte, excelentísimo entre los príncipes, en la
medida que pudo la pobreza de mi ingenio y con una cierta secuen­
cia lógica deduje la defensa de la unidad cristiana de las doctrinas
de la Sagrada Escritura. Ahora lo que resta en realidad es que con­
forme a la disposición de mi propósito, esto mismo, dividido en
artículos un tanto especiales, siempre que me fuere posible, lo com­
prima no de manera diferente a la que se suele hacer con el ali­
mento corporal, como cuando de la harina se hace la masa y de la
masa, haciéndola cocer, se sacan los panes.
Mas 1 como no solamente de pan viva el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios, no se deberá estimar inapro­
piado, si al modo de los panes corporales, con la harina del sacro
canon, hacemos una masa y moldeamos por separado algunos panes
especiales para cocerlos al fuego del amor dentro de las almas de
los fieles, exactamente igual que si de un horno espiritual se tratase,
de ese modo el alimento de la fe al hornearse en la auténtica caridad
del amor ardiente contribuirá a nutrir el alma. En esos panes del
piadoso y espiritual alimento, pues, decidí meter cuatro artículos
para explicarlos uno a uno con la misma confesión de respeto que
manifesté en la breve introducción anterior. A esos artículos. si se
me permite, podremos llamarlos teoremas. Se dice que un teorema
es aquella proposición que se prueba con demostración tan clara
que de ninguna manera se puede refutar, como sucede en geometría,
en donde, con frecuencia, las proposiciones están tan sólidamente
fundamentadas que no ha lugar a la diversidad o a la oposición de
pareceres. Mas ¿qué prueba más verdadera y más sólida se puede
encontrar que la que se deduce de la Sagrada Escritura que excede
toda demostración de la ciencia? La que procede de la razón
humana fácilmente puede engaflarse, aquella, en cambio, está sujeta
a la fe, a la que le es imposible subordinarse a lo falso.

1. Mateo 4, 4.

141
Después de haber invocado humildemente el auxilio divino con
reiteradas preces, y omitiendo otras introducciones, abordemos
estos artículos como teoremas fundamentados en la irrefragable cer­
tidumbre de las Sagradas Escrituras.

Primer teorema

Se demuestra que por medio del redentor del mundo, Jesucristo


nuestro Sefi.or, el pueblo israelita fue completamente redimido.

Segundo teorema

Que todas las gentes del mundo, del mismo modo y mediante el
mismo Salvador, recibieron también la gracia de la redención.

Tercer teorema
SEGUNDA PARTE
Que tanto los israelitas como los gentiles, al entrar por la puerta
del bautismo a la Iglesia católica, no permanecen divididos como Teorema primero
dos pueblos o dos gentes, sino que de uno y otro se crea un único
pueblo nuevo.
Capítulos I - VIII
Cuarto teorema

Que tanto entonces como ahora los que arriban a la fe católica ,í).

recuperan de nuevo la aptitud para obtener cualquier excelencia,


nobleza. u otra dote cualquiera que en principio tenían. siempre que
para recuperarlas no se opongan a los principios de la autoridad de
la Iglesia.

142
Teorema primero
Continuación del primer teorema que demuestra que por medio
del redentor del mundo, Jesucristo nuestro Senor, el pueblo israelita
fue completamente redimido.

Capítulo primero
No puedo creer que alguno haya perdido el juicio hasta tal
punto que se atreva a dudar que nuestro Salvador hubiera sido pro­
metido para salvar a Israel y que con su venida se haya cumplido la
promesa, cuando hay abundancia de testimonios en uno y otro Tes­
tamento. porque dice el Senor por boca de Moisés 1 : el Señor tu
Dios te suscitará un profeta como yo de entre tu gente y de entre tus
hermanos, y al mismo escucharéis; y Jeremías dice 2 : Tú eres la
esperanza de Israel. Su salvador en el tiempo de la tribulación.
''\
¿Cómo vas a ser cual extranjero en tu tierra, como viajero que se
pasa en ella una noche?; e Isaías dice también 3 : Tú eres el dios
escondido, el dios salvador de Israel.
¿Pues qué otro profeta de entre su gente y de entre sus henna­
nos había de ser suscitado, qué otro profeta habría de ser escuchado
como Moisés, sino Cristo que tomó naturaleza humana de la gente
israelita, que eran hennanos suyos según la carne? ¿Quién había de
ser escuchado como Moisés, mejor dicho más que Moisés, y de
quién se oyó decir a la voz del padre4 : Este es mi hijo amado en
quien tengo mi complacencia; escuchad/e.? ¿Y qué otro Salvador
de Israel andaría como peregrino por los caminos y como viajero
declinaría el quedarse, sino aquél que de sí mismo dice 5 : las zorras
tienen sus cuevas y las aves del cielo su nido, el hijo del hombre, en
cambio, no tiene donde reclinar su cabeza? ¿O qué otro dios escon­

1. Deuteronomio 18, 18.


2. Jeremías 14, 8.
3. lsaías 45, 15.
4. Mateo 17, 15.
5. Mateo 8, 20.

145
dido y salvador de Israel, al mismo tiempo, conocemos que exista,
habló a los judíos diciendo 13 : varones judfos y todos los que habitáis
sino Jesucristo que bajo la unidad de persona y la dualidad de natu­
en Jerusalen, oid y prestad atención a mis palabras; y después de
raleza pennanece Dios y hombre? Porque así como el alma racional
haberles expuesto muchas cosas concluyó 14: porque para vosotros
y la carne son un solo hombre, de la misma manera Dios y hombre
es esta promesa y para vuestros hijos y para todos aquellos que
uno es Cristo. He aquí lo que al Pedro que proclama6: Tú eres el
están lejos y a los cuales Dios nuestro Señor llamare.
Mesfas, el hijo de Dios vivo, le responde 7: bienaventurado eres,
¿A quiénes dice anterionnente que están lejos, sino a aquellos
Simón Bar Joná, porque la carne y la sangre no te lo reveló, sino
que después de muchos siglos habrían de recibir la fe, y a los que
mi padre que está en los cielos. Porque bajo la sangre y la carne
verdaderamente llama el Señor, según dice la Verdad l5 : nadie puede
descubrió la encerrada y oculta divinidad.
venir a mi a no ser que lo trajere el padre que a mi me ha enviado?
y al alborear ya el Nuevo Testamento y empezar a brillar la
El atraer hacia sí, pues, es llamada' interior de Dios. Por tanto a todos
aurora de la luz del Evangelio ¿no dice el ángel a la Virgen8: El
los de sangre israelita que habrían de recibir la fe católica los procla­
mismo salvará a su pueblo de sus pecados? Y Zacarías dice 9: ben­
maba partícipes de la promesa de redención hasta la consumación
dito sea el señor Dios de Israel que ha visitado y redimido a su
del mundo, pues no sólo sitúa los futuros acontecimientos en las más
pueblo. Y Simeón, después de haber dicho que se veía dejado en
remotas distancias terrestres, sino también en las grandes distancias
paz porque sus ojos habían visto la salvacil'(,n de Dios dispuesta ante
temporales. A otros también se manifestó con abundancia de pala­
la faz de todos los pueblos, al instante se sometió 10 a la gloria de su
bras y los exhortaba diciendo l6 : salváos de esta generación per­
pueblo Israel. Y en efecto, llamaba, en aquel momento, pueblo
versa. Los que recibieron su palabra se bautizaron, y se convirtieron
suyo, plebe suya e Israel, a aquellos que según la propagación de la
aquel dfa unas tres mil almas. Eran perseverantes en la doctrina de
carne descendían de Jacob, llamado también Israel, para que bajo
los apóstoles y en la participación de la fracción del pan. Y Pablo
estos nombres estuvieran incluídos también todos los futuros fieles.
dijol7: a vosotros con ven fa hablar primeramente la palabra de Dios.
Más tarde, cuando resplandecía el Evangelio y era inminente el
¿Para qué, pues, había sido enviado a las ovejas perdidas de la
tiempo de la redención, la misma Verdad dice l l : no he sido enviado,
casa de Israel?, o ¿por qué Pedro exhorta a los judíos con tanta insis­
sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel, no porque excluya a
tencia?, o ¿por qué, si estuvieran excluídos de la participación de la
otras ovejas de otro redil, sino por dar a entender que había sido pro­
salvación, se proclama que la palabra de Dios se ha de dar a conocer a
metido y enviado a las ovejas de Israel, y para que con más ardiente
ellos primeramente? Yen Juan está escrito l8 : a muchos de los hijos de
celo las ovejas de Israel lo recibiesen como a su pastor. Por eso el
Israel convertirá el Señor su Dios. Y a la bienaventurada Virgen
apóstol dice l2 : digo, pues, que Jesucristo fue el ministro de la cir­
María la voz del ángel le dijol9: Le dará el señor Dios el trono de
cuncisión para cumplir las promesas de los padres y la verdad de
David, su padre, y reinará en la casa de Jacob por los siglos. Y Juan
Dios. Y Pedro, al descender el Espíritu Santo sobre los apóstoles, les
decía a los israelistas2o : haced dignos frutos de penitencia.

6. Lucas 9, 58. 13. Hechos de los Apóstoles 2, 14.


7. Mateo 16, 17-18. 14. Hechos de los Apóstoles 2, 39.
8. Mateo 1,21 (el ángel se lo dice a José, no a María) 15. Juan 6, 44.
9. Lucas 1,68. 16. Hechos de los Apóstoles 2, 40-42.
10. Lucas 2, 32. 17. Hechos de los Apóstoles 13, 46.
11. Mateo 15, 24. 18. Lucas 1. 16.
12. Romanos 15, 8. 19. Lucas 1,32.
20. Lucas 3, 8.

146
147
¿Cómo, pues, se volvería al Sefior su Dios, si Dios no se vol­
viera a ellos?, porque dice la escritura21 ; volvéos a mi y yo me vol­ Capítulo segundo
veré a vosotros. o ¿cómo reinaría Cristo en la casa de Jacob, si la
¿Qué más podría yo decir si alguien dijere que bajo el nombre
casa de Jacob no fuera de su reino?, porque dice Juan hablando por
de Israel estaban comprendidos todos los fieles? Por supuesto que
todos22: y nos hiciste reino para nuestro Dios, o ¿cómo harían dig­
no me rasgaría las vestiduras por esr~ sentido literal del cual se
nos frutos de penitencia si Dios no los admitiese como penitentes?,
sacan los argumentos válidos en la fe, en pro de la fe y para la fe,
porque dice el profeta hablando por DiOS23: si el malvado se arren­
como Agustín escribió contra los donastistas. Porque aunque en la
pintiere de todos los pecados que cometió y guardare todos los pre­
Sagrada Escritura se aceptan muchos sentidos verdaderos, y útiles,
ceptos e hiciere juicio y justicia, vivirá y no morirá, y no me acor­
y provechosos para nuestra salvación, sin embargo el mejor, el más
daré de todas las iniquidades que ha cometido. y vivirá en la
sólido y el más verosimil es el sentido literal. De él, y como de
justicia que obró. ¿Acaso, dice el Señor, es mi deseo la muerte del
cierta raíz, salen los demás. Por tanto, no sin razón, cualquier fiel
imp(o y no que se convierta de su caminoi¡' viva? Por eso dice el
apósto124 : ¿Acaso Dios ha rechazado a su 'Pueblo? Está muy lejos puede ser llamado verdadero israelita. Realmente son auténticos
israelitas los que unen la fe católica a las honestas y virtuosas cos­
de la verdad. Pues yo soy israelita de linaje de Abraham, de la
tumbres; a los que, en cambio, denigraron la sangre israelita con la
tribu de Benjam(n. No ha rechazado Dios a su pueblo a quien de
infidelidad o con otras malas obras, aunque procedan de Israel, no
antemano conoció.
los llamaremos israelitas auténticos, cuando dice la Verdad 1: he
aqu( un verdadero o israelita en quien no hay dolo.
Así pues, para que la pureza israelita penetre profundamente, es
necesario estar exento de dolo. Siendo esto así, con entera razón todo
fiel en compañia del apóstol puede decir de todos los fieles 2: ¿Son
hebreos? También yo. ¿Son israelitas? También yo. ¿Son descendien­
tes de Abraham? También yo. Y bajo el nombre de Israel se puede
incluir a todo elegido, porque dice el Sefior por medio del profeta3 :
oye. Jacob, mi siervo e Israel, a quien yo eleg(. Y de manera igual
bajo la descendencia de Abrahan estan comprendidos todos los cre­
yentes, pues dice Juan4 : Dios es poderoso para hacer de estas piedras
hijos de Abrahan. ¿Por ventura de los corazones de piedra de las dife­
rentes naciones no fueron sacados los hijos de Abrahan y reducidos a
israelitas todos los que tomando la religión católica alcanzaron la elec­
ción de Israel? Pero no por esto han de ser excluídos de esta dignidad

1. Juan 1,47 (esto lo dijo Jesús de Natanael).


21. Zacarías 1,3; Malaquías 3,7.
2. 11, Corintios 11, 22.
22. Apocalípsis 5, 10.
3. Isaías 41, 8.
23. Ezequiel 18, 21-23.
4. Mateo 3, 9 (se equivoca Cartagena al atribuirlo a Juan; el manuSLTito de Sala­
24. Romanos 11, 1-2.
manca señala al margen la cita de Mateo).

148 149
aquellos que según la carne descienden de la estirpe israelita, si unie­
ron a la geneología de la carne el sentido místico, si son creyentes y
Capítulo tercero
ajustan a su carne israelita el espíritu católico, y verdaderamente israe­
Mas de la misma manera que entre las muchas reprensiones
lita, sin el engafto y la malicia de la infidelidad. Y si tanta fue la
hemos traído unas pocas, ¿¡:>(JI' qué no de entre las muchas alabanzas
pureza de Israel que bajo este nombre podamos incluir a todos los cre­
traer también unas pocas para que, al presentar testimonios verdade­
yentes, ¿cómo será separada de la dignidad israelita esta misma carne
ros de una y otra parte, concluyamos sin duda alguna con un juicio
israelita si está presente en ella la pureza israelita?
certero? Las alabanzas son abundantes. Dice Moisés!: pues la por­
y si por acaso alguno sacare a colación los pecados de Israel
ción propia de Yavé es su pueblo. Su lote hereditario es Jacob, yen
vituperados en los severos reproches de la palabra divina, no negaré otra parte 2 : ¿quién semejante a ti. pueblo salvado por Yavé? El es
que los israelitas fueron aborrecidos de :Qios por sus propios demé­ tu escudo de defensa, El es la espada de tu gloria. E incluso Balán,
ritos, y que por su justo juicio fueron Arrojados de su presencia,
gentil y enemigo, al ver a Israel acampando en las tiendas, tribu por
pero, sí sostendré que, manteniéndose justísima la justicia divina,
tribu, dij03: ¡qué bellas son tus tiendas, oh Jacob! ¡Qué bellos tus
los pecados de los malos no han perjudicado las virtudes de los bue­
tabernáculos, Israel! Y un poco más adelante aftadió 4 : el que te
nos. y sí probaré, con las justas y gratas palabras de la divina Escri­
bendiga será bendecido; el que te maldiga, maldito será.
tura, que los malos serán justamente reprobados, y que los buenos,
Pero que nadie piense que esto se dijo solamente en el tiempo de
en cambio, serán tratados de manera paternal y con misericordia.
la ley escrita, también del tiempo de la gracia los profetas dijeron
En efecto, de los malos dice Isaías 5 : conoció el buey a su dueño
muchas cosas en su alabanza. Isaías, previendo la venida de Cristo y
y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no me conoció, mi pue­
considerando que la salvación de Israel vendría completamente en ese
blo no me entendió. ¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de mal­
momento, dice 5 : en aquellos dfas Juda será salvada e Israel habitará
dad. raza malvada e hijos perversos! Ezequiel también, hablando al en paz. Y de nuevo volviendo a aquel día que verdaderamente había
pueblo israelita, entre otras muchas amenazas, les intercaló6 : Esto de venir como el día de Cristo, dice6 : en aquel dfa será el renuevo del
dice el señor Dios. Esta es Jerusalen, yo la puse en medio de las
Señor en magnificencia Y gloria y elfruto sublime de la tierra y la ale­
gentes y de las tierras que están en derredor suyo. Ella se rebeló
grfa para aquellos que fueren salvados. ¿Y qué otro renuevo del
contra mis mandatos de tal manera que resultase más malvada que
Seftor, ensalzado y glorioso, sino Jesucristo? ¿Y qué otro fruto
las gentes; y se rebeló contra mis leyes más que las tierras que
sublime de la tierra, sino el mismo Cristo bajo sacramento que por el
están a su alrededor. e inmediatamente afiadió: porque os levantás­
fruto de la tierra se hace pennanente? En el habían de alegrarse y de
teis sobre las gentes que os rodean y no caminásteis por mis man­ ser salvados los hijos de Israel. Y en otro lugar el mismo profeta dice?:
damientos y no cumplfsteis mis leyes. heme aquf contra ti, y yo en el Señor será justificada y ensalzada toda descendencia de Israel,
mismo haré justicia de ti a la vista de las gentes. y haré en ti las proclamando el profeta universalmente cierta esta salvación.
cosas que no hice. y parecidas a las cuales jamás volveré a hacer,
por todas tus abominaciones. Por eso dentro de ti los padres come­
rán a los hijos, y los hijos a los padres, y cumpliré en ti mis juicios 1. Deuteronomio 32, 9.
y todo lo que quede lo esparciré a todos los vientos. 2. Deuteronomio 33,29.
3. Números 24, 5.
4. Números 24, 9.
5. Jeremías 23, 6.
5 Isaías 1, 3-4.
6. IsaÍas 4, 2.
6. EzequieIS.S-10.
7. Isaías 45,25.

150 151
Toda, pues, descendencia de Israel se había de salvar, lo que
catenaci6n de parentesco sanguíneo se retrotraiga hasta Noe. en ese
ciertamente se entendía de los fieles descendientes de Israel. No en
caso, tanto unos como otros, encontrarían tan diminuta porci6n que
vano se dijo en el Señor será justificada. como si hubiera dicho,
conforme a las disposiciones can6nicas, no sería suficiente para
primerante recibirán la santidad de la fe, porque el justo vivirá de su
imPedir un matrimonio. Mas dejemos este pequei'ío inciso y conti·
fe; después, los hechos fieles tendrán la gloria. queriendo que la
núemos con nuestro propósito.
proposici6n universal se entendiese. en todos los casos. de los fieles
descendientes de Israel que son los verdaderamente israelitas. Y
otro de los profetas considerando tanto que, ceguera y la orfandad
de los israelitas persistiría por mucho tiempo. como que también los
israelitas volverían a Dios. dij08: mucho tiempo han de estar los
hijos de Israel sin rey, sin jefes, sin sacrificios y sin cipos, sin efod
y sin terafim. Luego volverán los hijos de Israel y buscarán a Yavé,
su Dios, y a David, su rey.
¿No es cierto que el mismo profeta demuestra claramente que
los ciegos y huérfanos. y sin sacrificios. y sin altares. y sin efod y
cuIto divino por tanto tiempo. serían los israelitas. pero que volve­
rían a su Dios y a David su rey? Y esto la verdad. que lo vemos
.
simplemente abriendo los ojos. En realidad los judíos no creyentes
están sin su rey propio. sin sacerdotes y sin sacrificios; los que reci­
ben la fe, en cambio. tienen a su Dios y a David su rey. ¿Qué otro
dios suyo y otro David rey suyo. sino Jesucristo Dios de Dios, Luz
de Luz, igual al Padre según la divinidad; según la humanidad,
menor que el Padre y creado por El de la descendencia de David?
Este, pues. es el Dios y el Rey de todos los creyentes. Y no han de
ser admitidos los que creen que los fieles israelitas no tienen rey de
su descendencia. porque no solamente El es el mismo Dios. el
imperecedero Rey. tanto de aquellos como de todos, sino que tam­
bién bajo El están los reyes temporales. iguales todos en sus territo­
rios, y en su reino cada uno reina en representaci6n de Dios.
Sería una impertinencia hablando de parentesco de sangre aspi­
rar de manera independiente a un rey temporal suyo, propio, cuando
hechos un solo pueblo, sin diferencia alguna con el resto, viven bajo
un solo rey común a todos y. considerando la multitud de súbditos,
son poquísimos los que tienen sangre de reyes, a no ser que la con­

8. Osías 3, 4-5.

152 153
Capítulo cuarto
pecó tu primer padre, y tus guias se rebelaron contra Mi, y tus
"" más en abominación de los pecados israeli­
Estas cosas y o~as prfncipes profanaron mi santuario. Por eso di a Jacob al anatema,
tas, simultáneamente con alabanzas y aprobaciones de sus virtudes, ya Israel al aprobio. Oye, pues, oh Jacob, mi siervo: Israel a quien
se encuentran con tanta abundancia dispersas por la Sagrada Escri­ elegf yo. Asi habla Yavé que te ha hecho, en el seno materno te
tura, que ni es necesario una investigación erudita para encontrar formó y te ha socorrido. Nada temas, siervo mio, Jacob, el Jesurun
una enonne cantidad de ellas, ni existe pluma capaz de exponerlas a quien yo elegf; porque yo derramaré aguas en el desierto, arro­
cumplidamente. Y como es imposible encontrar algo contradictorio yos en lo seco; derramar/mi espiritu sobre tu posteridad y mi ben­
en la Sagrada Escritura, es lógico que creamos igualmente verdade­ dición sobre tus descendientes.
ras la una y la otra cosa: que Israel fue rechazado y que Israel fue ¿Cómo, pues, sería posible decir acerca de un mismo Israel
elegido, para que dentro del rechazo sean incluídos todos cuantos cosas tan contrarias en un mismo contexto y con palabras de su pro­
descendientes de aquella carne, al seguir la infidelidad de los feta, si las cosas malas no fueran aplicadas a los malos y las cosas
impíos y la dureza de los' rebeldes, no hayan querido recibir la fe buenas a los buenos? Por eso las cosas duras se dirán de los endure­
católica; íncluCdos dentro de la elección, en cambio, todos aquellos cidos por su malicia; las suaves, de los fieles que de entre los judíos
que, al rechazar la imprudencia de los antecesores, hayan sometido creyeron, a los que se dirige con cierto privilegio de nombre y con
sus corazones a la fe católica con pureza de espíritu. Todo esto está una cierta dignidad de consideración. Jeronim04 , en su glosa, así
atestiguado por los mismos profetas. como otros santos doctores, al explicarlo dijeron que estas cosas
En efecto, el mismo IsaCas, habiéndose irritado con razón con­ habían de ser entendidas acerca de aquellos sobre los cuales se
tra los impíos, les dijol: si el Señor de los ejércitos no nos hubiere derrama el agua y sobre los que el Espíritu Santo desciende "en el
dejado una descendencia, hubiesemos sido Sodoma, nos asemejarf­ bautismo por imposición de manos". Y otro profeta dij05: si sus
amos a Gomorra, como si hubiese dicho, así como aquellas abomi­ hijos traspasaren mi ley y no caminaren en mis juicios, si profana­
nables ciudades desaparecieron, así por sus crímenes el pueblo ren mi justicia y no guardasen mis mandamientos, castigaré con
judío espiritualmente hubiera desaparecido por completo, si el prin­ vara sus maldades y con azotes sus pecados. pero no apartaré de él
cipio de la regeneración no hubiese pennanecido en la raíz, que es mi piedad, ni faltaré a mi fidelidad, para dar a entender que los
Cristo, para que, nacidos de nuevo a la fe, vivieran los que hubiesen impíos serán golpeados con varas y azotes; los fieles, en cambio,
muerto por sus pecados, porque la fe es la vida del alma. Por eso el levantados del suelo por la misericordia de Dios.
mismo Isaías en otra ocasión dij02: estas cosas dice el Señor, el que Por eso el apóstol dij06: ¿pues, qué, si algunos han sido incrédu­
te crea Jacob, y el que te forma Israel. Na temas, porque te red/mi y los? ¿Acaso su incredulidad agotó la fidelidad de Dios? No por
te llamé por tu nombre, tú eres mio. Cuando pasares las aguas, yo cierto. Y dijo, algunos, no todos, porque hubo quienes pennanecieron
estaré contigo, para que en la redención que por el paso de las infieles; otros, en cambio, al recibir la fe la predicaron por toda la tie­
aguas del bautismo se aplica a los israelitas, como al resto, fuera rra7 : por toda la tierra se extendió su voz y hasta los confines de toda
excluido todo temor y sentida la adhesión al Sei'ior. Revelación que la tierra sus palabras. Y el mismo apóstol queriendo mostrar, con
manifestó aún con más claridad al decir un poco más adelante 3 :
4. "Líber lsaiae prophetae" (Pro1ogus S. Hieronymí), verso 3 "Effundam SpÍrÍlum
1. IsaÍas 1,9. meum" in Glosa Ordinaria; ML, vol. 113, p. 1287.
2. IsaÍas 43, 1. 5, Salmos 88, 31.34.
3. IsaÍas 43, 27-28 Y 44, 1-3. 6. Romanos 3, 3-4.
7. Salmos 18-5.

154
155
"i\
una mayor amplitud, que los israelitas fueron rechazados realmente Capítulo quinto
por su infidelidad, y que los mismos, al creer, son admitidos y ama­
dos, dice en el momento en que se dirige a los gentiles que habían y de estas palabras del ap6stol con sobrada evidencia se deduce
recibido la feS: a vosotros gentiles os digo que, mientras yo sea após­ que la elección o rechazo de los israelitas está basada en la recepción
tol de gentiles, honraré mi ministerio por ver si despierto la emula­ de la fe o en el rechazo de la misma, de manera que de acuerdo con la
ción de los de mi linaje y salvo a alguno de ellos, porque si su repro­ diversidad de méritos los creyentes se consideren elegidos, y los no
bación es reconciliación del mundo. ¿qué será su reintegración. sino creyentes, rechazados, quedando balanceado el juicio del justo juez.
una resurrección de entre los muertos?; que si las primicias son san­ En cuanto al lugar de donde procedieren, tanto de Israel y de Abrahan
tas. también la masa; si la ralz es santa. también las ramas. Y si como de otras naciones, llámense solamente fieles israelitas y descen­
algunas de las ramas fueran desgajadas. y tú. siendo acebuche,fuiste dientes de Abrahan. por eso el mismo ap6stol dice!: porque desearla
injertado en ella y hecho participe de la ralz, es decir, de la pinguosi­ ser yo mismo anatema de Cristo por mis hermanos, mis deudos, según
dad del olivo, no te engrlas contra las ramas. Y si te engrles, ten en la carne, los israelitas, cuya es la adoración y la gloria, y las alianzas
cuenta que tú no sustentas a la ralz, sino la ralz a ti. Pero dirás: .las y la legislación, y el culto y las promesas. cuyos son los patriarcas y
ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado. Bien, por su de quienes, según la carne. procede Cristo que está por encima de
incredulidad fueron desgajadas, y tú por la fe estás en pie. No te todas las cosas, Dios bendito por los siglos, amen. Y no es que la
engrfas, antes teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas natura­ palabra de Dios haya quedado sin efecto, es que no todos los nacidos
les, tampoco a ti te perdonará. Considera, pues, la bondad y la seve­ de Israel son Israel, ni todos los descendientes de Abrahan son hijos
ridad de Dios, la severidad para con los caldos, para contigo la bon­ de Abrahan, sino que por Isaac será tu descendencia. Esto es, no los
dad si permaneces en la bondad, que de otro modo tú también serás hijos de la carne son hijos de Dios. sino los hijos de la promesa son
desgajado. Mas ellos de no perseverar en la incredulidad, serán tenidos por descendencia.
injertados, que poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. Porque si El apóstol no dijo que todos los descendientes de Israel no eran
tú fuiste cortado de un olivo silvestre y contra naturaleza injertado israelitas, sino Israe12: es que no todos los nacidos de Israel son
en un olivo legitimo, ¡cuánto más estos, los naturales, podrán ser Israel, anteponiendo la negación, no posponiéndola, para que no se
injertados en el propio olivo! Porque no quiero, hermanos, que igno­ sacase una negación universal, sino dos particulares, de las cuales
réis este misterio, para que no presumáis de vosotros mismos: que el una sena afirmativa, negativa la otra. Como si dijera, algunos de los
endurecimiento vino a una parte a Israel hasta que entrase la pleni­ descendientes de Israel son israelitas, otros no, para que fueran dis­
tud de las naciones y entonces todo Israel será salvo. Y un poco más tinguidos por la fe, no por. la carne, reduciendo el nombre de Israel
adelante afiade 9 : pues asl como vosotros algún tiempo fuistéis deso­ a la carne, el de israelitas. en cam bio, a la fe en aquel lugar.
bedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por su Por ésto Isidoro al explicar alegóricamente la lucha de Jacob dice
desobediencia. asl también ellos, que ahora se niegan a obedecer así3: "he aquí que el varón luchó con él hasta el amanecer. En esto
para dar lugar a la misericordia a vosotros concedida, alcanzarán a principalmente está figurada la imagen del pacto del Seflor. Pues este
su vez misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en la desobedien­
cia para tener de todos misericordia.
1. Romanos 9, 3-7.
2. Romanos 8,6.
8. Romanos 11, 13-25. 3. S. Isidoro, Mysricorum expositíones sacramentorum, seu Quaestíones in Vetus
9. Romanos 11, 30-32. Testamentum, cap. xxvn, "De lucta Jacob cum angelo"; MI.., vol. 83, p. 266.

156 - . 157
~ f,
ni'
~,~; l 1 ~ f !
t t lk l
"._ .1 l.
varón simboliza a Cristo, a quien, queriéndolo El, superó Jacob, para Por lo tanto, aunque el nombre de Jacob, que le viene impuesto
significar el misterio de la pasión, en la que pareció haber superado a de la suplantación pueda adaptarse en parte a los infieles descen­
Dios en fortaleza de cuerpo, y como con un enfermo así, como con su dientes de aquél, el nombre de Israel, sin embargo, especial y res­
carne, pareció comenzar una lucha, y hacerse fuerte con él, al decir: tringidamente tomado porque lo adquirió de la divina visión, sola­
Crucificalo. y sin embargo, Jacob suplicó la bendición del ángel al mente puede adaptarse a los israelitas, ya desciendan, según la
que había vencido. La imposición del nombre fue la bendición. Por­ carne, de él o de otros padres que por medio de la fe participan de la
que se traduce por Israel, varón que ve a Dios: y esto será al final el visión divina en la tierra y esperan por medio de la gloria participar
premio de todos los santos. Hirió el ángel el tendón del fémur y lo de ella en el cielo.
dejó cojo. Y así era bendito y cojo, bendito ente los fieles, cojo entre Es de lo más lógico, por consiguiente, que los descendientes de
los infieles. El nervio, pues, del fémur, o la extensión del fémur es la ellos hayan de ser juzgados, no por los pecados de los padres que
muchedumbre del género humano". pecaron contra Cristo, ni tampoco por otros pecados que antes o
Por medio de las bien dichas palabras de Isidoro que intercalé, después de la época de Cristo cometieron, sino que independiente­
quedará patente, con lucida claridad, que se consideran igual, en mente, por separado, según sus propias obras, reciban la filiación de
cuanto a nombre, los descendientes de Jacob, pero que se distinguen buenos o de malos, de tal manera que a los que sigan la doctrina de
por la fidelidad y la infidelidad. Cojo, pues, vino a salir Jacob del Cristo se les considere hijos de Dios; en cambio. a los que sigan la
esfuerzo de la pasión del Señor; cojo, ya que consta que tenía una infidelidad de los perversos conviene que se les considere hijos del
tibia sana y otra enferma, porque el que uf: puede usar una y otra diablo, como dice Agustín al presentar la autoridad evangélica de la
tibia, no es cojo, es paralítico o padece de otra clase de enfermedad, manera que sigue 7 : "el que obra en Cristo, se manifiesta su hijo, de
de la misma manera que l.Iamamos tuerto al que carece del uso de quien, pues, hace obras, de ese muestra ser hijo, por eso les dice el
un solo ojo, porque al que carece del uso de los dos, lo llamamos Senor a algunos8 : si só;s hijos de Abrahan. haced las obras de
ciego. Cojo, pues, es Jacob en los descendientes. Los que reciben Abrahan. Del mismo mod0 9 : vosotros tenéis por padre al diablo,
con honesto corazón la fe católica son juzgados recipientes de su porque queréis hacer obras de vuestro padre, mas nadie puede ser
tibia sana, a los cuales se les puede aplicar aquello de 4SUS pies son al mismo ti~mpo hijo de Dios y del diablo. lONadie, pues, como él
pies derechos. Bajo el tipo de estos vimos que la manifestación del dice, puede servir a dos señores" .
oriente había venido de lo alto para dirigir nuestros pies por el Por medio de estas palabras Agustín demuestra con claridad
camino de la paz, para que recibiéramos la paz de Aquél que, des­ que los nombres deben distinguirse no por la propagación de la
pués de la resurrección, apareciéndose a sus discípulos, les dij05: la carne. sino por la imitación de la virtud, de manera que por la mal­
paz sea con vosotros; los que, en cambio, con espíritu libertino y
corazón infiel, se negaron a recibir la fe católica, tendrán la imagen
de la tibia enferma de Jacob. A éstos se les puede aplicar aquello 7. Graciano, De poenitentia, distinctio 1, c. XXXV, "Resuscitatus corpore ... "; ML,
del salm06: se apartaron de sus caminos. En estos, pues, se mar­ vol. 187, p. 1531. Graciano al hacer la glosa intercala una cita de San Agustín,
chitó el nervio del fémur y la herencia de la bendición pasó a otros. que está incompleta en Cartagena. El tex.to completo es: "Qui autem in luce
agit, sicut Augustinus ait, in Christo operatur. Qui autem in Christo operatur,
ejus filius probatur. Cujus enim opera quisque facit, ejus filius esse perhibetur...
Nemo enim, ut ipse ait, duobus dominis servire potest".
4. Ezequiel 1,7. 8. Juan 8, 39.
5. Juan 20, 19. 9. Juan 8, 44.
6. Salmos 17, 46. 10. Mateo 6, 24.

158 159
dad o la virtud propia parezcan adherirse a esta o a aquella familia.
Aquí también dice el evangelista ll : dióles poder de venir a ser hijos Capítulo sexto
de Dios a aquellos que creen en su nombre, y no aclaro de donde
En consecuencia uno ha de ser juzgado principalmente por sus
hubiesen la carne, sino adonde encaminasen el espíritu. Abrahan,
propias acciones, aunque, de cuando en cuando para incremento de la
pues, no fue alabado porque era hijo de Thare, sino por su fe, pues
pena o del premio, se recuerden las obras de sus predecesores. Esa es
escrito está12: y creyó Abrahan a Yavl. y le fue reputado por justi­
la razón de que diga Agustín 1: si Judas hubiese cumplido aquello para
cia.
lo que fue llamado, de ninguna manera recaería en él su pasada iniqui­
dad o la de sus padres; de aquí que quien no mantuvo su filiación en la
familia de Dios, sino que prefirió la iniquidad del antiguo linaje, la ini­
quidad de sus padres le vuelve de nuevo a la presencia del Señor para
que también en él sean castigadas las mismas cosas". Y esto es igual
para todos los que vienen a la fe católica, sin excepción, tanto para los
gentiles como para los israelitas, que se les echen en cara los pecados
de sus padres así como los suyos ya pasados, si se resisten a recibir la
fe católica, o si, después de recibida, recaen en los errores del juda­
ísmo o de la gentilidad, porque el no conocer la verdad, o después de
l' conocida ir hacia atrás, es algo gravísimo y parece reavivar el
f
recuerdo de los pasados pecados.
Esa es la razón de que diga Gregori0 2 : "la palabra divina echa
en cara a los hijos los antiguos pecados de sus padres, y por eso
profetizó que sus príncipes serán derribados por la espada". Y no
solamente a los hijos, cuando pecan, les recuerda aquellos pecados
que no fueron perdonados a los padres, sino también aquellos que
habían sido borrados por la intercesión de los santos. Y añade el
mismo Gregori0 3 : "algunos santos doctores afirmaron que el pecado

1. S. Agustín, Enarratio in psalmum CVIll, 15, verso 14, ML, vol. 37, p. 1437; en
Graciano, De poenitentja, distinctio IV, c. 1 (Si Judas), ML, vol. 187, p. 1618.
2. Las palabras no son de Gregorio, sino de Graciano en De poenitentia, distinctio
N, c. XX (Vae eis), VII Pars, ML, vol. 187, p. 1630.
3. Creo, como en la cita anterior, que las palabras no pertenecen a San Gregorio,
sino a Graciano en De poenjtentia distinctio IV, c. XIX, "Intermittentes inchoa­
tionis Christi sermonem", ML, vol. 187, p. 1630. El padre Alonso cita equivo­
cadamente C. XV, (Si averterit), p. 1628, Y elimina la parte del texto que en la
traducción señalo entre corchetes, equivalente al texto latino "per Osee domi·
nus improperat ut peccalUm quod Moyse suplicante, patribus fuerat dimissum,
11. Juan 1, 12.
hoc in filiís revixisset". Por su parte Cartagena añade al texto de Graciano "et
12. O'neal, 13, 16 Y Romanoa 4, 3.
nedum actualia, sed et originale peccatum".

160 161
de antigua idolatría arrastró en esto a los hijos de Israel que habrían
escrita, en parte honrar a Cristo. A estos el apóstol los maltrata de
de sufrir el cautiverio de los asirios. El Señor por medio de Osea les
palabra y manda, con razón, que sean increpados duramente en vir­
echa en cara este pecado de tal modo que el pecado que por las
tud de su gravísima falta, porque intentaban reavivar de nuevo el
súplicas de Moisés les había sido perdonado, lo habia hecho revivir
discutido tema de la circuncisión regulado durante el primer sacro
en sus hijos, y no solamente los pecados actuales, sino también el
concilio. Este tema, en efecto. de si la circuncisión se mantendría
pecado original". Al explicar 10 de 410 entregó a los verdugos, dice
después de la ley de la gracia. fue decidido por unanimidad en el
el mismo Rábanos: "hay que considerar lo que quiere decir deuda
mismo primer concilio de la Iglesia naciente. solemnemente cele­
universal, porque no solamente le serán tenidos en cuenta para la
brado, y al cual asistieron Pedro y el resto de los apóstoles. por eso
pena los pecados que el hombre cometió después del bautismo, sino
está escrit07 : "se levantaron algunos de la secta de los fariseos que
también los pecados originales que le fueron perdonados en el bau­
habían creído, los cuales decían: es preciso que se circunden y man­
tismo". No porque el mismo pecado original "ahogado" en el agua
darles guardar la ley de Moisés. Se reunieron los apóstoles y los
del bautismo "resucite" realmente, sino porque el perdón de los
presbíteros para examinar este asunto. Después de una larga delibe­
pecados pasados aumenta la pena del que peca. Y de hecho, espe­
ración Pedro se levantó y les dijo: "Hermanos, vosotros sabéis
cialmente si se trata de pecados de bla\femia o de descamo en la fe,
como de mucho tiempo ha, determinó Dios aqu(, entre nosotros.
¡cuán grande perdón recibimos de los ¡kcados, ya propios, ya de los
que por mi boca oyesen los gentiles la palabra del evangelio y cre­
padres!
yesen. Y Dios, que conoce los corazones. ha testificado en sufavor,
y esto el apóstol lo insinúa o da a entender en muchos lugares
dándoles el Esp(ritu Santo igual que a nosotros, y no haciendo dife­
al hablar tanto de unos como de otros. Y así cuando escribe a Tito,
rencia alguna entre nosotros y ellos, purificando con lafe sus cora­
dice de los israelitas6 : pues hay muchos desobedientes, charlatanes,
zones. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios queriendo imponer
embaucadores, especialmente los de la circuncisión, a los cuales es
sobre el cuello de los discfpulos un yugo que ni nuestros padres, ni
preciso rebatir, que revolucionan todas las cosas, enseñando lo que
nosotros, fuimos capaces de soportar?" E inmediatamente San­
no deben por efecto de la torpe ganancia. De ellos dijo un profeta
tiago, leyendo en voz alta la resolución, dij08: por lo cual es mi
de los mismos: los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias,
parecer que no se inquiete a los que de los gentiles se conviertan a
glotones indolentes. Este testimonio es verdadero. Por esta razón
Dios, sino w.ás bien escribirles que se abstengan de la contamina­
incrépalos duramente para que se mantengan sanos en la fe, para
ción, de los (dolos y de lafornicación.
que no presten atención a Olas fabulas judaicas ya los preceptos de
Era muy lógico que atacara duramente a los que hubiesen que­
los hombres que se resisten a la verdad.
rido someter la libertad católica a la circuncisión, que ya estaba en
Los santos doctores dijeron que esto en realidad debía de enten­
desuso. Y no reprende a los israelitas a como tales, sino a aquellos
derse de los judíos que bajo el nombre de Cristo enseñaban a judai­
que en Creta enseñaban a judaizar. Y con motivo de estos también
zar. y es cierto que algunos habían sido regenerados en Cristo, pero
ataca a los mismos cretenses, de procedencia gentil, con palabras de
no eran cristianos puros. porque en parte querían respetar la ley
su propio poeta, porque el poeta, cuyas palabras el apóstol quiso
incorporar, no era profeta de los judíos, o de los profetas de la ley
4. Mateo 18, 34.
5. Rábano, en Graciano, De poellitentía, distinctio IV, c. I. Si Judas teneret. ML.
escrita, sino un poeta de los cretenses. al que el ap6stolllamara pro­
vol. 187, p. 1618. Sin embargo una de las notas a pie de página, la nota 8, dice
"non sunt ipsa Rabani verba".
6. Tito 1, 10-14. 7. Hechos de los Ap6stoles 15,5-10.
8. Hechos de los Ap6stoles 15. 19-20.

162
163
feta en una carta, aunque en otra carta diga uno de ellos, su propio bestias porque estan ávidos de sangre y son vientres perezosos, es
poeta. Mas si decidi6 llamarlo profeta es porque había dicho la ver­ decir, son glotones y por lo tanto indolentes. Y para que no le des
dad. Hizo como solemos nosotros decir de vez en cuando a aquellos menos crédito por ser gentil, sus palabras las avala el apóstol, al
que dicen cosas verdaderas, pero ignoradas para otros: el profeta decir12: verdadero es tal testimonio.
fuisteis vosotros. Esto decía el poeta cretense de los cretenses con
quienes Tito había permanecido por encargo de Pabl0 9 : te dejé en
Creta para que acabaras de ordenar lo que falta. Y no quiso esti­
mar en tanto a aquel a quien en una carta el apóstol llamaba profeta
de los mismos, como para damos su nombre, porque era gentil y
hablaba a los gentiles. No cabe duda que el apóstol nos hubiera
dado su nombre si hubiera sido del número de los profetas.
Al glosar esto, he aquí lo que dicen 10\ doctores cat6licos lO :
"en realidad los tales son como dijo uno de ellos que los había
conocido. El tal hombre, así como Epiménides el cretense, en cuyos
libros se halla esto, no se encuentra entre los profetas de Dios, ni su
profecía pertenece a la palabra de Dios que merece crédito a los
judíos. Por eso el apóstol no menciona su nombre, como suele men­
cionar a los profetas de Dios cuando dice: David dijo, e Isaías dijo,
o cuando dice callando los nombres de los profetas: como está
escrito. Esa escritura se entiende como escritura en que hay autori­
dad. Mas el hombre ignorante, perro rabioso, hablando mal de la
verdad se atrevi6 a decir que este había sido de los profetas judíos,
de quien dice el ap6stol": dijo uno de aquellos sus profetas, porque
dijo la verdad, y aunque fuese poeta, yo lo llamo su profeta, no pro­
feta de Dios, sino su propio profeta, porque bien que revel6 la
índole de aquellos. Y esto fue dicho con el evidente propósito de
que no fuese estimado como propio de Dios. Por consiguiente, no
era un profeta de los judíos. sino específicamente un profeta cre­
tense el que dijol1: los cretenses son siempre mentirosos y perversas

9. Tito 1, 5.
10. Doctores católicos, San Agustín, in Glossa Ordinaria, "Epistola Pauli ad
Titum", caput 1, d, (Dixit quidam ex illis), tom. 6, p. 764; Y en San Agustín.
Contra adversarium legis et prophetarum, liber secundus, cap. IV, MLB. vol.
42, p. 646. El manuscrito dice "Iste sic ac Epichíminides cretensis", Agustín, en
cambio dice "ígnorans dictum esse de quodam Epinimíde, qui cretensís fuít".
11. Epístola a Tito 1, 12. 12. Epístola a Títo 1, 13.

164 165
Capítulo séptimo como perjudiciales, a otras como insuficientes -las doctrinas de los
filósofos Hipodamo y Faleas que se habían atrevido a dogmatizar en
Estas palabras de la glosa ordinaria las intercalé de manera tan materia política- hace mención de tres ciudades griegas: la de los
extensa no fuera que alguno, leyéndolas superficialmente, juzgara cretenses, la de los calcedonios, y la de los lacedemonios, exponiendo
10 anteriormente dicho como palabra profética. El apóstol de ningún brevemente el orden social que aquellas tenían para gobernarse. Des­
modo ha querido que se aplicase 10 del poeta en un sentido general pués de satirizar muy sabiamente el orden social de cada una de ellas,
a aquellos que descienden de Israel o de la gentilidad, sino aplicarlo entre otras cosas de la república cretense menciona el que los podero­
localmente a los cretenses para encauzarlos por la recta senda del sos no son condenados por los jueces, y que en sus leyes no se ofrece
vivir. No está Creta en tierra de Judea. sino que es una isla situada recurso alguno contra las rebeliones, dos cosas realmente no poco
en el archipiélago de Grecia. hoy bajo el dominio de Venecia, y a la censurables.
que llaman vulgarmente Candia, y a cuyos habitantes. ya viviesen Decía, además, no censurando, sino comentando, que las comi­
allí por dispersión de los judíos, o de los gentiles, el poeta, o profeta das públicas en aquella ciudad se hacían no a expensas de los indi­
de los cretenses, quiso satirizar por medio de las palabras anterior­ viduos, sino a expensas de la comunidad para que los pobres no
mente dichas. quedaran excluídos de los bienes comunales, cosa ciertamente, en
y ya que como dice Aristóteles que todo 10 que existe es armó­ este caso concreto, digna de alabar; en otros casos, sin embargo, el
nico, como a esta verdad parezca ajustarse el tal principio filosófico, orden social resultaba funesto, porque si los poderosos no estaban
no sería impropio, así 10 estimo, si a la autoridad católica que aduci­ sometidos a la justicia, si los que promovían las rebeliones no eran
mos de los santos doctores que llevaron a cabo la glosa ordinaria del castigados por las leyes, ¿por ventura la maldad humana no se
sacro canon, sumáramos igual prueba de procedencia fIlosófica. Real­ impondría de manera que descendiera a la crueldad animal? Pues
mente el filósofo cuando quería hablar de doctrina política de manera como dice Aristóteles, mucho más mal hará el hombre perverso que
profusa, como suele hacer en alguno de sus tratados científicos, pre­ la bestia. ¿No fue precisamente el poeta de Epiménides llamado
sentaba previamente algunas teorías inadmisibles para que, al ser profeta por el apóstol por eso, porque llamaba bestias perversas a
puestos en evidencia los errores de los otros, brillase con más clari­ los cretenses? ¿Quién duda que de los poderes sin freno y de las
dad la verdad de su doctrina. Pero en su Polftica 1 fue aún más allá, sediciones sin castigo se siguen los delitos?
porque en ella no solamente expone el pensamiento de los sabios, Es sabido que la mayoría de las veces los que se apropian de las
sino que también describe la manera política de proceder de algunas cosas ajenas se inclinan a la codicia, sobre manera aquellos que pro­
ciudades y. al describir esa manera política. pone al descubierto las viniendo de la más baja clase social ponen mesa pobremente abaste­
faltas que en ella saltan a la vista. Y así después de echar por tierra cida en sus propias casas; sin embargo, cuando esos mismos comen
con razonamientos certeros la política de Sócrates, mas bien de Pla­ de las cosas ajenas, de las apropiadas, con frecuencia procuran
tón escrita bajo el nombre de Sócrates como claramente se describe tomar los alimentos más abundantes y exquisitos, de donde resulta
en el mencionado tratado, e igualmente después de hacer ver a unas que sobrecarguen el estómago con la desmesurada ansia de comer y
de beber, y con la que está probadísimo que el glotón se hace indo­
lente, pues el vientre sobrecargado se inclina a la sensualidad y en
1. Aristóteles, Política, lib. n. En los primeros capítulos hace un exámen crítico ocasiones se encuentra tan pesado como resultado de tanta gula que,
de la República y las leyes de Platón, y en los capítulos siguientes de las cons­
tituciones de Faleas de Calcedonia y de Hipodamo de Mileto, así como de las
olvidado de la sensualidad, se apresura a la pereza y al suefto. Con
constituciones de Lacedemonia, de Creta y de Cartago. razón, pues, los llamó vientres perezosos, porque las mentiras sue­

166 167
len provenir no sólo de la bárbara perversidad, sino también de la Dios es manifiesto entre ellos, pues Dios se lo manifestó porque
pereza, como afirma Salomón2 : dice el perezoso, en el camino hay desde la creación del mundo lo invisible de Dios, su eterno poder y
un león, porque los perezosos, como no se ocupan en nada, algunas su divinidad son conocidos mediante las criaturas. De manera que
veces recurren a las mentirosas justificaciones. por eso el mismo son inexcusables, por cuanto conociendo a Dios, no le glorificaron
poeta entre otras agresiones de palabra insertó ésta, que siempre como a Dios ni le dieron las gracias, sino que se entontecieron en
eran mentirosos. sus razonamientos, viniendo a oscurecerse su insensato corazón; y
Se confirma, pues. esta recriminación del poeta con la alardeando de sabios. se hicieron necios. y trocaron la gloria del
autoridad de Aristóteles quien. muchísimo antes que el apóstol la Dios incorruptible por la semejanza de la imagen del hombre
hubiese proclamado, tuvo interés en dárnosla a conocer al describir corruptible. y de aves. cuadrúpedos. y reptiles. Por eso los entregó
la política de los cretenses. Esta injuriosa afrenta no fue traída a Dios a los deseos de su corazón, a la impureza con que deshonran
propósito del prepucio y de la circuncisión, ni de la gentilidad, o del sus porpios cuerpos, pues, trocaron la verdad de Dios por la men­
judaísmo, de cuyas diferencias Aristóteles jamás escribió, sino a tira y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Criador. que
propósito de los ciudadanos de aquella ciudad de donde quiera que es bendito por los siglos. Amen.
hubiesen venido y de cualquier secta que fueren adeptos. Mas como Tanto a los gentiles como a los romanos los reprende por las
aquella isla, según dicen, ya vive' conforme a la fe católica, todas obras que habían cometido en la gentilídad antes de recibir la fe, o
estas censuras sobre ella deben retirarse y se retiran. Dejemos, pues, por las que aún dudaba sí seguirían cometiendo después de haberla
este inciso, y continúe la piuma con lo que comenzó. recibido. Sin embargo, con apostólica reprensión, y según le conve­
Así como el apóstol a los que querían judaizar y a los que trata­ nía a cada uno, reprimía a los israelitas por su creencia en la circun­
ban de persuadir a la circuncisión los amonestaba con justa severi­ cisión, a los gálatas por su inclinación a los agoreros, y a los roma­
dad, así también a los gentiles, al darse cuenta de que se volvían a nos por otros pecados.
las obras de la gentilidad, no les dejaba tranquilos, sino que los per­
seguía con certeros reproches. He aquí lo que mordazmente criticó a
los galatas provenientes de la gentilidad por los pecados de gentili­
dad en que parecían volver a caer. En sus cartas les decía así3: en
otro tiempo no conoclais a Dios y servisteis a los que no son real­
mente dioses. Ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, habéis
sido conocidos por Dios. ¿ cómo de nuevo os volvéis a los flacos Y
pobres elementos a los cuales de nuevo queréis servir? Observáis
los d(as, los meses, las estaciones, los años. Temo que hagáis vanos
tantos afanes como entre vosotros pasé. Haced como yo, pues yo
me hice como vosotros.
A los romanos también les recuerda los pecados pasados para
evitar los pecados futuros cuando les escribe4 : lo conoscible de

2. Proverbios 26, 13.


3. Gálatas 4, 8-12.
4. Romanos 1, 19-25.

169
168
Capítulo octavo nosotros los que servimos en el esp(ritu de Dios y nos gloriamos en
Cristo Jesús, y no ponemos nuestra confianza en la carne, aunque
Tanto a los unos como a los otros, cuando viven católicamente yo tenga confianza en la carne; si algún otro parece confiar en la
y resueltos a vivir alejados de la infamia, no los reprende, sino que carne, yo más aún. Circuncidado al octavo d(a, de la raza de Israel,
con digna alabanza les alienta para que se animen a una mayor per­ de la tribu de Benjam(n, hebreo hijo de hebreos, fariseo según la
fección. A los mismos hebreos les escribe diciéndoles 1: hermanos ley, perseguidor de la iglesia de Dios por rivalidad con ella, según
que habéis sido hechos part(cipes de la vocación celeste, conside­ la justicia que en la leyes irreprensible.
rad a Jesús, el apóstol y pontifice de nuestra confesión. El apóstol, que tenía una perfecta fe y una moldeada caridad, se
Consta, por consiguiente, que los descendientes de Israel, según gloria de haber nacido de raíz judía para mostrar que él, que había
la carne, hechos verdaderos israelitas por la recepción de la fe. han sido desgajado del olivo, de nuevo había sido injertado en él. Y así
sido y son partícipes de la salvación ofrecida al género humano por como, según los hombres de leyes, dicen que el hijo natural y legí­
mediación de nuestro redentor. Y consta de manera tanto más espe­ timo, condenado por sus propios pecados, pierde la ciudadanía, pero
cial cuanto más expresamente la Sagrada Escritura atestigua que que al ser incorporado de nuevo por el favor de la autoridad vuelve
Cristo ha venido a redimirlos. El mismo apóstol dice así2: cuando a recuperarla, o que el que emancipado del padre, al ser prohijado
llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su hijo, nacido de de nuevo por él, de nuevo vuelve a la patria potestad, del mismo
mujer, nacido bajo la ley, para redimir a los que estaban bajo la modo el israelita desterrado de la gracia divina por su infidelidad,
ley, para que recibiéramos la adopción de hijos de Dios. Constitui­ prohijado al recibir la fe en el bautismo, es restablecido en la divina
dos bajo la ley se redimen de tal manera que no se redimen sola­ gracia con más riqueza que la que tenía antes. Porque la patria
mente ellos, sino que todos, entre los cuales se cuentan ellos mis­ potestad, según algunos notables legisladores dijeron, es la misma
mos, reciben la adopción de hijos de Dios. La fe es lo principal, lo que la primera en calidad o por lo menos semejante a ella en todo;
dice el mismo apósto}3: los que nacen de la fe estos son los hijos de en cambio, la gracia que se gana por adopción divina es mucho más
Abrahan y los que serán bendecidos con el fiel Abrahan. En cambio extraordinaria, pura y provechosa que la que bajo la ley se poseía.
los que no tienen fe perdieron también el favor de la ley, por eso Porque la adopción divina abre las puertas del cielo, lo que no
dice el apósto1 4 : los gentiles que no persegu(an la justicia alcanza­ hubiese podido hacer aquella, porque los sacramentos de la antigua
ron la justicia, es decir, la justicia por la fe. Mientras que Israel ley no tenían en sí virtud alguna con la que obrasen para conferir la
siguiendo la ley de la justicia, no alcanzó la Ley. ¿Por qué? Porque gracia santificante, sino que únicamente manifestaban la fe por
no fue por el camino de lafe. sino por el de las obras. medio de la cual se justificaban.
De aquí se deduce que hay que poner especial atención en la fe, El bautismo incorpora a los bautizados a Cristo como miembros,
y si ésta resplandece en la carne israelita, no por eso es menos res­ y de él, como de cabeza, discurre por los miembros la plenitud de su
plandenciente, antes al contrario, el apóstol parece honrarse con gracia y de su virtud, pues escrito está6 : de su plenitud todos nosotros
ella, 10 que no ocultó cuando dij05: porque la circuncisión somos recibimos, por esa razón dice la misma Verdad 7 : Yo he venido para
que tengan vida y la tengan en abundancia. Para que tengan la abun­
1. Hebreos 3, 1. dancia de la adopción espiritual que se derrama en el bautismo por la
2. Gálatas 4, 4-5.
3. Gálatas 3.9.
4. Romanos 9. 30-33. 6. Juan l. 16.
5. Filipenses 3. 3-6. 7. Juan 10, 10.

170 171
gracia. la naturaleza camal unida a la adopción divina aftade un espe­
cífico honor que el mismo apóstol da peculiannente a entender. Por lo tanto, posponiendo esta diferencia general, que va contra
cuando dice8 : a los que con perseverancia en el bien obrar buscan la la ley de Dios y contra la autoridad de ambos testamentos, anticipé­
g/ería; e/honor y/a incorrupción, la vida eterna; pero a los contuma­ monos mutuamente unos a otros en el respeto. de acuerdo con el
ces, rebeldes a la verdad, que obedecen a la injusticia, ira e indigna­ apóstol, y teniendo en cuenta la calidad de las personas y otras
ción. Tribulación y angustia sobre todo el que hace mal, primero excelencias y cualidades ~ingulares. Y así, dejando ya este primer
sobre el judfo. luego sobre el griego, pero gloria, honor y paz para teorema, pasaré al segundo.
todo aquél que hace el bien, primero para el judfo, luego para el
griego, pues en Dios no hay acepción de personas. El apóstol especi­
fica con claridad que los prevaricadores y los negadores de la verdad
de la fe católica descendientes de Israel habrán de ser castigados más
severamente; los fieles, en cambio, habrán de ser tratados con más
benevolencia y de manera especial. Esa es la razón de que. al explicar
esto, digan los santos doctores9 : "al judío siempre se le antepone la
prerrogativa de los antepasados. o para ser coronado como el primero,
o para ser condenado más severamente, el que cree con Abrahan es el
más digno de honra; en cambio, al que no cree ha de tratársele peor,
porque rechazó el don prometido a sus padres".
Nadie, pues, que admita el canon sagrado puede dudar que el
israelita, según la carne, fiel, según el espíritu, y que viva católica­
mente en la morada del Señor, será agradable a Dios. Y nadie puede
dudar que ha de ser tratado con igual generosidad que el resto de los
fieles procedente de otras naciones. de modo que le baste a él usar
de esta prerrogativa que las Sagradas Escrituras le ofrecen para una
igualdad y fraternal convivencia con sus hennanos de donde quiera
que ellos procedan, y no para arrogancia de alguna excelencia o sin­
gularidad, que la arrogancia engendra envidia y ofende a la caridad,
por eso dice Gregorio 10 : "mi honor es la finneza moral de mis her­
manos, cuando a cada uno de ellos no se le niega el debido respeto.
en ese momento yo me siento respetado".

8. Romanos 2, 6-10.
9. Glossa Ordinaria, "Epistola B. Pauli ad Romanos", cap. JI. verso IX, (Judoei
primi) Ambrosius, ML, vol. 114, p. 475. Cartagena intercala en la cita "ut aut
coronetur primus aut dampnetur gravius",
10. S. Gregorio M., "Epistolam ad Eulogium episcopum alexandrinum", in libro
Vlll, cap. XXX, ML, vol. 77, p. 933 C.

172
173
Teorema Segundo
Continuación del segundo teorema que prueba que todo el
mundo ha recibido la gracia de la salvación por medio del mismo
Salvador y del mismo modo.

Capítulo primero

Como a nadie juzgo tan loco que crea que el Salvador de Israel,
que nació de Israel y que vivió en Israel, haya excluido a Israel del
beneficio de la salvación, ahora hay que tocar lo que por más verda­
dero e indudable que sea negaron algunos infieles -no cabe duda
que movidos por determinados testimonios torcidamente interpreta­
dos y que parecen ir en contra de los gentiles- que los gentiles
habían de salvarse por mediación del salvador de IsraeL Todo 10
'" dicho acerca de los israelitas ha de entenderse verdadera yexacta­
mente de los gentiles, de tal modo que tenemos que creer que la sal­
vación ha venido para los gentiles que habrían de recibir a Cristo.
Por otra parte tenemos que confesar que los gentiles que perma­
necieron en la infidelidad de su gentilidad, o habiendo recibido la fe
volvieron a renovar sus obras de gentilidad. están excluidos de la par­
ticipación de la salvación,. porque, aunque los apóstoles, siguiendo
resueltamente el provechosísimo precepto.: id por todo el mundo, pre­
dicad el evangelio a toda creatura, esparcieron su palabra por toda la
tierra y la extendieron hasta los límites de todo el mundo. No todos,
sin embargo, siguieron ni siguen el evangelio, por esa razón después
de Cristo haber mandado predicarla por todo el mundo, afiadió 2 : el
que creyere y fuere bautizado, se salvará, mas el que no creyere se
condenará. El ya sabía de antemano que algunos no creerían. Y en
efecto, los fieles de entre los gentiles recibieron la salvación, pero, al
no recibir la fe, rechazaron la salvación, por 10 que Isalas dice3 : he

1. Marcos 16, 15.


2. Marcos 16, 16.
3. Isaías 60,2.

177
aqu( que las tinieblas cubrirán la tierra y la niebla los pueblos; sobre trono del Señor y en nombre del Señor se congregarán en el/a, en
ti, sin embargo, se levantará el Señor y en ti manifestará su gloria. No Jerusalen, todas las gentes. Es obvio que ese día y ese tiempo se
anuncia anticipadamente exclusión alguna de las gentes del recibi­ entiendan del tiempo de Cristo nuestro Sefi.or, conforme al salmo de
miento del Sefi.or. ni de la participación de su gloria. sino que anuncia David l l : alabad al Señor todas las gentes y ensalzadlo todos los
que el Sefi.or vendrá sobre Israel y que su gloria primeramente habrá pueblos. En ese momento la verdadera salvación se extiende hasta
de ser vista en ella. Y a pesar de que en ese entonces las tinieblas los extremos de la tierra a todos los que son dignos de recibirla,
cubrirán la tierra y las sombras oscurecerán los pueblos, sin embargo, porque en Jerusalén, que es la Iglesia militante y en la que en esta
aquellas mismas gentes habrían de recibir esta luz, la que Simeón vida está el trono del Sefi.or, se congregan todas las gentes. De este
llamó 4 luz para iluminación de las gentes;5 luz verdadera que, tiempo también dice el profeta 12 : pueblos todos, batid palmas, can­
viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre. tad a Dios con voces jubilosas.
Con toda seguridad quien dice a todo hombre, a nadie excluye. ¿Ya quién deben cantar jubilosamente, sino a Aquél de quien
y previendo esto el anciano patriarca Jacob, al bendecir a las tribus el mismo David dice l3 : y le adorarán todos los reyes de la tierra y
dijo así6 : no faltará de Judá el cetro, ni de entre sus pies caudillo, todas las gentes le servirán? Esta afirmación universal manifestada
hasta que venga Aquél que ha de ser· enviado y él mismo será la a través del profeta realmente quedaría rota, lo que es inadmisible,
esperanza de las gentes. Es propio temer del mal como es propio si tan sólo uno quedara excluído de esta adoración. Ninguno, pues,
esperar del bien, y así llegaba a los pueblos el sumo bien en cuya ya sea israelita. ya sea gentil. será excluído de los dones de Cristo a
perfección se podría esperar la gloria. Y dice el mismo Isaías 7 : /a no ser que él mismo se excluya haciéndose indigno.
ra(z de Jesse que se levanta como edandarte de los pueblos la bus­
carán afanosamente las gentes, y en otro lugar, hablando de Cristo,
dice 8 : poco es que tú seas mi siervo para restablecer las tribus de
Jacob y convertir a los residuos de Israel; yo te di para luz de las
gentes, para que seas mi salvación hasta los confines de la tierra.
Por consiguiente, Cristo, que es el estandarte de los pueblos, y
al que las gentes buscan, y que fue dado para luz de las gentes para
que por medio de él se extienda la salvación hasta los últimos rinco­
nes de la tierra, es el Salvador de todos, y ofrece ocasión de salva­
ción a todos aquellos que se hicieren dignos de recibirla. Y Zacarías
también dice 9 : se unirán a Dios muchas gentes en aquel d(a y serán
mi pueblo, y Jeremías dice 10: en ese tiempo l/amarán a Jerusalen

4. Lucas 2, 32.
S. Juan 1,9.
6. Génesis 49, lO.
7. Isaías 11, 10.
8. Isdas 44, 6. 11. Salmos 117. 1.
9. Zacarías 2, 11. 12. Salmos 46, 2.
10. Jeremías 3, 17. 13. Salmos 21, 28.

178 179
Capítulo segundo nombre de católico, sin embargo, el orden de llamada ha de ser exa­
minado con cuidadosa consideración, ya que en el principio de su
Pero seguir dando vueltas a esto por más tiempo me parece ina­ I nacimiento Cristo nuestro Señor se dignó manifestarse en singular
propiado, por una parte, porque en el primer teorema, al hablar de I orden, porque cuando quiso que tanto los israelitas como los genti­
los israelitas, mezclamos ya muchas cosas relacionadas con los gen­ I les viniesen a adorarlo, quiso, lógicamente, establecer un orden en
¡
tiles, pues la unidad del pueblo católico es tan grande que cuando esto. En el mismo día de su nacimiento fue anunciado a los pastores
(
hablamos de los que descendieron de Israel, inmediatamente tene­ de los judíos, dice Lucas 1 : .habla en aquella misma región unos pas­
mos que hablar también de los gentiles que creyeron, ya que los tes­ ( tores cuidando y velando las vigilias de la noche sobre sus rebaños.
timonios de uno y otro testamento hablan en muchos lugares de '( y he aqul que se les presentó un ángel del Señor y la gloria del
ambos de tal modo mezclados que no es posible separar los unos de Señor los envolvió con su luz y quedaron sobrecogidos de temor. El
los otros; por otra parte también, porque la causa de esta escritura es ángel les dijo: No temáis. os anuncio una gran alegria que será
la ignorancia o la envidia de aquellos que se esfuerzan en destruir el para todo el pueblo, porque hoyos ha nacido un Salvador. que es el
honor de los israelitas fieles. Por supuesto que estos no se atreve­
rían a despegar la rabia de su lengua contra aquellos que descendie­
ron de los gentiles. Por ello lógico es que nos pongamos el escudo
1
Cristo Señor, en la ciudad de David. La inefable humildad del Sal­
vador quiso así manifestarse a la humildad pastoril antes que a
nadie. Despúes, a los trece días, se dió a conocer a los Magos que 10
defensivo con el que confi.amos resistir el dardo de la envidia, para adoraron, y no pasado un año como algunos juzgaron, sino días
que la medicina de la Sagrada Escritura cure el veneno de la lengua
del que escogiendo como navaja penetrante palabras de destrucción
se apresura a rasgar la túnica y a cometer acto vituperable. Sin
embargo, como los que están en el error no 10 están en el tipo de
t
contados en sucesión, porque si hubiera pasado un año no hubiese
sido posible encontrarlo en Belén. Está escrito, pues, que 2 cumpli­
das todas las cosas según la ley del Señor, se volvieron a Galilea. a
la ciudad de Nazaret. En tercer lugar, a los cuarenta días de su naci­
error que les haga estallar en palabras contra los que proceden de miento, fue presentado en el templo al justo Simeón, de cuya pre­
gentiles, resultaóa cosa inútil seguir perdiendo el tiempo en esto.
En otro tiempo los apóstoles alzaóan muy dignamente la voz en
contra si hubiesen visto que alguien se descarriaba en la afirmación
de este error; nosotros, teniendo aquel error por muerto, destruya­
mos éste que algunos quisieran crear, y siguiendo con sincera
humildad, cuanto desde el cielo se nos permita, los ejemplos de los
!

~.

(
sentación el mismo evangelista da testimonio diciend0 3 : asl que se
cumplieron los dlas de la purificación. conforme a la ley de Moisés
lo llevaron a Jerusalen para presentarlo al Señor.
Por ventura si se buscara la razón de este orden de llamada,
¿resultaría un orden inexplicable? Si como dicen los juristas,
cuando no se puede dar explicación de todas aquellas cosas introdu­
santos doctores que, a los errores que en su época amenazaban con cidas en la premisa mayor; no es menester que se indaguen las razo­
reproducirse, los cortaban con la espada de la Sagrada Escritura, nes de aquellas cosas en que se fundan, sin duda alguna seóa una
destruyamos éste que algunos tratan de suscitar. Y ya que no pode­ enorme necedad medir la profundidad del designio divino con nues­
mos presumir de semejamos a los santos doctores en cuanto a extra­ r tra razón; sin embargo, aunque la cortedad de nuestra inteligencia
ordinaria capacidad intelectual, por lo menos recojamos sus ense­ no pueda captar tanta sublimidad de razón, si ingeniosamente se
ñanzas como otra Ruth recogía las espigas cortadas que iban
cayendo detrás de los que recogían la mies.
De la llamada de las gentes no hay mucho que decir al ser de 1. Lucas 2, 8-11.
2. Lucas 2, 39.
sobra conocida y no puesta en duda por nadie que milite bajo el 3. Lucas 2, 22.

180 181
sondea, no faltará una chispita que ilumine nuestro entendimiento y Capítulo tercero
conforte nuestro espíritu. De aquí que los santos doctores, ilumina­
dos por la luz divina, no dejaron totalmente este tema sin cierta y no debe considerarse sin importancia el que entre los pastores y
explicación racional, conjeturando de ello este orden: por medio de los magos pasaron trece días y entre los magos y Simeón, sin embargo,
los pastores se representan a los apóstoles y a aquellos judíos que pasó un número de días doblemente mayor. ¿Qué otra cosa se puede
en aquel entonces creyeron, y a los que se les manifestó la fe de inferir de esto, sino que la plenitud de los pueblos vendría a la fe, y que
Cristo en primer lugar, entre los cuales, como dice el apóstol, no la vuelta de todo el pueblo israelita, en cambio, tendría que ser espe­
estaban4 ni muchos poderosos, ni muchos nobles; la fe llegó, en rada por muy largo tiempo? y esto, en realidad, al que lo examine con
segundo lugar, a la plenitud de las gentes, de la cual está escritos: y detenimiento y lo considere con fiel y sencillo corazón claramente le
le adorarán todos los reyes, todas las gentes le servirán, la mención hace ver que cuanto más generales se hagan las conversiones de los
de todos los reyes y de todas las gentes designa la afluencia de la israelitas infieles "de tempore in tempus", tanto más parecerá acercarse
plenitud; la fe la habría de· recibir, en tercer lugar, la plenitud de los aquel tiempo del que dijo el apóstol l : todo Israel será salvo, y, por con­
judíos representada anticipadamente por medio de Simeón y otros siguiente, el final inminente de este fatigoso mundo.
justos, por eso nuestro redentor fue llevado al templo que representa Porque aunque en la primitiva iglesia y en el mismo principio
la totalidad. de la iglesia muchísimos israelitas recibieron la fe, y, al predicarla
Así pues, las primicias del pueblo israelita figuradas en los pas­ ellos, la fe pasó a las gentes, después, sin embargo, y teniendo en
tores se anticiparon a las primicias de los gentiles en la recepción de cuenta la gran cantidad de la muchedumbre israelita, pocos en
la fe católica, mas la plenitud de las gentes representada por los número siguieron la fe católica. Por este motivo cuanto más fre­
Magos se anticipó a la plenitud israelita en la fe. De aquí que el cuente y abundante sea la conversión de los infieles israelitas, tanto
apóstol, como anteriormente señalamos, decía6 : la ceguera vino a más cierto será que se aproxima el día del juicio final. Por eso cada
una parte a Israel hasta que entrase la plenitud de las gentes y uno debe volverse a su corazón y amarlo con la caridad que hace
entonces todo Israel será salvo. gratos a los hombres ante Dios, y no ejercitarse en el odio de her­
manos, que es cosa abominable a los ojos de la eterna bondad.
Nadie, pues, debe dudar que por medio de Cristo haya llegado la sal­
vación a cabalidad tanto para los israelitas como para todos los pueblos,
aunque algunos al poner obstáculos a su salvación hayan alejado de si su
eficacia y la sigan alejando, por eso al Pedro que dudaba si conviviría
con los gentiles, sintiendo hambre ... 2 le sobrevino un éxtasis, y vio el
cielo abierto y que bajaba algo como un mantel grande sostenido por las
cuatro puntas y que descendfa del cielo a la tierra. En el habla todo
género de cuadrúpedos. de reptiles de la tierra y de aves del cielo. Bajo
esta visión él comprendió lo que se le había aparecido figuradamente,
que tenía que entender que todos los hombres habían de ser admitidos a
4. 1 Corintios 1, 26.
5. Salmos 21, 28. 1. Romanos 11,26.
6. Romanos 11, 26. 2. Hechos de los Apóstoles lO, 10-12.

182 183
la fe. Entonces dijo a Cornelio y a los que con el estaban3; vosotros Galilea al Jordán y a Juan para que éste le bautizase. y al tocar
sabéis lo abominable que es para un hombre judlo llegarse a un extran­ aquellas aguas todo el líquido elemento quedó apropiado para el
jero o entrar en su casa, pero Dios me ha mostrado que a ningún hom­ sacramento del bautismo. Por consiguiente, el que debidamente ha
bre debo llamarle impuro o inmundo. sido bautizado, de cualquier parte que descendiere, ha sido hecho
Bajo la imagen de aquel gran mantel comprendió que en los partícipe de la salvación. Yen el prólogo de la epístola a los roma­
hombres no se debe escudrifl.ar diferencia alguna de nacimiento, nos narrando las cosas que los israelitas y los gentiles al discutir se
porque así como nadie debiera afirmar que los alimentos por su pro­ objetaban mutuamente, Jerónimo agregó 8 : "a los que así litigaban se
pia naturaleza son impuros, de la misma manera nadie debiera arro­ les interpone el apóstol haciéndoles ver a ambos pueblos que ni la
jar de la participación de la salvación al hombre descendiente de circuncisión, ni el prepucio, son importantes, sino la fe que obra por
gentiles si su corazón quisiera purificarse de toda inmundicia. Por medio de la caridad". Sucesivamente humillándolos les exhorta a la
eso cuando estaba hablando el mismo Pedro,4 descendió el Espíritu, humildad con relatos y testimonios a través de toda la epístola. y les
Santo sobre todos los que escuchaban la palabra, y se quedaron pas­ hace ver que ni uno ni otro han merecido esto por su rectitud, sino
mados los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro de que todo lo que son ha de ser atribuído a la santidad de Dios. Pero
que la gracia del Espíritu Santo se hubiese derramado sobre los gen­ no gastemos más palabras en esto, concluyamos este teorema con
tiles, y porque les oían hablando lenguas y glorificando al Sefl.or. dos autoridades proféticas: una de ellas tomada de la ley escrita; la
Entonces respondió Pedro: ¿podrá, acaso, alguno negar el agua del otra, del luminoso evangelio.
bautismo a éstos que han recibido el Esp(ritu Santo lo mismo que Dice Isaías9 : Me buscaron los que antes no me consultaban. Me
nosotros? Y mandó que los bautizasen en nombre de Cristo. encontraron los que no me buscaron. Yo dije: Heme aqu(, heme
No nos ocupamos, pues, de la superficialidad de la carne, sino aqu(, a gente que no me conoc(a y no invocaba mi nombre". Es
que examinamos la intimidad del corazón, y si éstos están purifica­ obvio que esto se refiere a los gentiles para quienes, una vez con­
dos, los pecados desaparecerán. Decía Elíseo al gentil Naamans ; vertidos a la fe y ya en busca de Dios y conocedores de sus manda­
lávate siete veces en el Jordán y tu carne sanará y quedarás puro. mientos, el Sefl.or, aunque antes no le conocían, ni le buscaban, está
y de esta manera cualquiera que sea lavado en las aguas del bau­ presto, mostrándoles patentísimamente su misericordia. También
tismo, aunque sea gentil o descendiente de gentil, recibirá la salva­ Juan, al hablar en el Apocalipsis profetizando el número de las
ción de su alma, como que es el agua del Jordán que santificó Cristo sefl.ales, agregó 10: después de esto miré y vi una muchedumbre
al tocarla. Porque, como dice Crisóstom0 6 : "el agua del bautismo no grande que nadie podfa contar, de toda nación, tribu, pueblo y len­
purificaría los pecados si no hubiese sido santificada al contacto del gua, que estaban delante del trono y del cordero, vestidos de túni­
cuerpo del Sefl.or". Es cosa sabida que el cuerpo de nuestro Sefl.or l cas blancas y con palmas en las manos. Clamaban con gran voz
tocó las aguas del Jordán, lo dice el evangelista 7 ; vino Jesús de ,. diciendo: salud a nuestro Dios, al que esta sentado en el trono, y al
cordero. El apóstol quiso, pues, incluir a toda carne que hubiese
3.
4.
S.
Hechos de los Apóstoles 10, 28.
Hechos de los Apóstoles 10,44-47.
II Reyes 5, 10.
t
1
exigido por sus propios deméritos excluirse de la salvación univer­
sal. Baste lo dicho hasta este punto Y pasemos al tercer teorema.

6. No es Crisóstomo, es Cromado en Graciano. Decreti pars tertja, "De Conse­


cratione", distinctio IV. c. X (Aqua baptismi... ) ML. vol. 187, p. 1795. Alonso 8. S. Jerónimo, mejor Glosa Ordinaria, tomo VI, foI. 8, col. 2.

7.
omitió "peccata".
Mateo 3. 13.
f
~,
9.
10.
Isaías 65. 1.
Apocalipsis 7. 9-10.

184 185
Teorema tercero
Continuación del tercer teorema que demuestra que tanto los
israelitas como los gentiles al entrar en la fe católica IX>r la puerta
del sagrado bautismo no persisten como dos pueblos o como dos
linajes diferentes, sino que de los procedentes de una y otra parte se
crea un pueblo nuevo.

Capítulo Primero
De estos dos grupos que mencionamos es bien sabido que
cuando acceden a la fe católica se forma una sola Iglesia, un solo
pueblo, un solo cuerpo, cuya cabeza es Cristo. Toquemos ligera­
mente este punto de la manera sumaria que nos fuere IX>sible. Lo
que sea primero en dignidad, aunque intermedio en el tiempo, no
debe IX>r esta razón preceder al resto de los testimonios porque el
mismo Jesucristo que es la verdadera y suprema cabeza nuestra y
cuyo único cuerpo es toda la Iglesia y el pueblo católico de cual­
quier parte que procediere, aunque de una manera más fundamental
proceda de uno, sin embargo, según la carne nació de uno y otro de
tal modo que nos haría a todos uno en su oculta divinidad.
En efecto, en su generación Raab y Ruth, que procedían de la
gentilidad, suministraron pruebas de la mezcla de sangre: una de
ellas era de Jericó antes de que hubiese sido tomada IX>r los israeli­
tas, la otra había nacido en Moab. Y la escritura atestigua l que de la
primera había nacido Salman, padre de Booz, y de la segunda,
Jesse, padre de David, de quien Cristo, según la carne, se consideró
digno de ser y llamarse hijo. Estas. pues, fueron gentiles, pero antes
de unirse a los fieles en matrimonio se habían incorporado al puebla
de Dios por la recepción de la fe para que de un solo pueblo naciese
un Salvador único de quien brotase la unidad indisoluble. De Raab

1. Mateo 1, 1-16. Mateo en estos dieciséis versículos del capítulo primero resume
desde Abrahan hasta Cristo.la genealogía del Salvador.

189
se escribe 2que ella misma y la casa de su padre vivieron en medio
habían apartado por el pecado de idolatría, porque, una vez conver­
del pueblo de Israel hasta el d(a de hoy. Y para que nadie creyese
tidas a la fe, y ya justificadas, dejaron de ser pecadoras.
que había pennanecido así, gentil entre los fieles, el apóstol dice 3 :
y si queremos analizar las cosas con un poco más de precisi6n,
por la fe Rahab no pereció con los incrédulos, para que sepamos
dispuso que su tabernáculo fuese servido no por la indiferente muche­
que ella había recibido la fe. También Ruth dijo a su suegra4: tu
dumbre del vulgo innoble, sino por la gente selecta de aquel entonces
pueblo será mi pueblo y tu dios será mi dios; y en la tierra que te
y, dentro de la gente selecta, por la más distinguida de las familias,
acogiere al morir en ella me moriré y al/( seré sepultada yo, para
para que el santo de los santos naciese de la más santa procedencia, y
demostrar con muy pocas palabras, pero muy expresivas, la unidad
destilando agua los cielos y deshaciéndose las nubes en agua sobre el
de la fe en lo tocante a Dios y a la uni6n con el pueblo. Y a estas ya
justo se abriese la regia tierra y germinase al rey celestial y salvador
convertidas a la fe, una vez abandonado el error de la gentilidad, no
de todos. Así, pues, a pesar de haber elegido para esto de entre todos
solamente las recibieron los nobles en igualdad de pueblo, sino tam­
los pueblos al pueblo israelita, sin embargo, dentro del mismo pueblo
bién en igualdad de matrimonio. y no desdeñaron en aceptarlas en
de Israel eligió a ciertas tribus y, dentro de esas tribus, a las familias
matrimonio, porque ellas, aunque nacidas de sangre extranjera, o
más sobresalientes, por eso dijo Origenes6 : "De 10 cual se deduce que
por mejor decir de sangre enemiga, sin embargo, por la aceptaci6n
son superiores a Israel, porque en el libro de los Números en realidad
de la ley habían hecho su alma israelita, para que de ellas nacieran
se cuenta todo el pueblo de Israel, y el censo se hace bajo un número
no solamente los humildes y plebeyos, sino los mismos reyes y
David el más grande de los mismos. exacto de doce tribus. La tribu Levítica, como superior a las demás,
está fuera de este c6mputo, de ninguna manera incluída en el número
¿Mas qué diré de los reyes mortales cuando Cristo rey de reyes
israelita". Y como esto estaba sobradamente corroborado a través de
y seflor de seflores que sin comparaci6n alguna está por encima de
. no pocos testimonios de la Sagrada Escritura --que sería prolijo inter­
todos los reyes y emperadores se dign6 tomar parte, aunque escasa,
calar aquí- que afinnaban que la tribu levítica sobresalía por encima
de estas mujeres conversas? Porque aunque quiso tomar su condi­
de las restantes y que, dentro de la misma tribu, la familia sacerdotal
ci6n humana principalmente de Israel, y no del bajo pueblo de
era la más sobresaliente. Orígenes tennina afladiend0 7 : "Ves como
Israel, sino de la parte más distinguida, con todo no rehusó mezclar
llama a los sacerdotes superiores a los levitas. Y otra vez considera a
con ella algo de la gentilidad conversa, como dice Jer6nim05: "el
los levitas superiores a los hijos de Israel". Esto lo dice Orígenes.
que había venido por los pecadores borraría todos los pecados
En efecto. la tribu de los sacerdotes y la de los reyes eran más
naciendo de pecadoras", no porque ellas fuesen pecadoras cuando
sobresalientes y distinguidas que el resto de las tribus, para que fue­
engendraron a los antepasados del Seflor, sino antes, cuando se
sen ministros de nuestras flaquezas ante el sacerdote eterno y rey
omnipotente que se dignaba tomar naturaleza humana. Por esa
2. Josué 6, 25.
razón al describir la bendición de los doce patriarcas, y hablando de
3. Hebreos 11, 31. éstas dos tribus, dice Ambrosi08 : "El Seflor, Jesús según la acepción
4. Ruth 1, 16-17.
5. S. Jerónimo, Commenlariorum in Evangelium Mauhaei ad Eusebium, Jiber pri­
mus, ML, vol. 26, p. 22. En nota a pie de página dice "Rabanus legit de pecca. 6. Orígenes, Canlicum canlicorum pr%gus, MG, vol. 13. p. 81.
lricibus en vez de peccaloribus. El manuscrito de la Biblioteca Nacional de 7. Ibídem (véase la nota anterior). El texto latino de Orígenes dice exactamente:
Madrid dice peccaloribus, pero el de Salamanca peccalricibus. Lógicamente ha "Vides quomodo ut eminentiores a filiis Israel sequestrantur Levitae. nec in
de ser peccalricibus, pues se refiere a las mujeres, entre ellas a Ruth y a Beth­ eorum numero soCÍantur. Et rursum Livitis eminentiores scribuntur sacerdotales".
sabe, mujer de Uria. 8. S. Ambrosio, De benediclÍonibus palríarcharum, liber unus. cap. DI. "Praedi­
cuntur quae fmis Simeon et.Levi.. ..., 14. ML, vol. 14, p. 678.

190
191
de la carne, parece tomar linaje de aquella tribu de la cual son
sacerdotes Leví y Nathan, y a los que San Lucas en el libro de los Capítulo segundo
evangelios contó entre los antepasados del Sefior. El es, pues, sacer­
dote de los padres y príncipe de todos los sacerdotes como está A esta elección de linaje quiso que se incorporara una parte de
escrito. El 9tú eres sacerdote eterno estaba destinado a atribuirse la la gentilidad al permitir q\le Rahab y Ruth, abandonadas las prácti­
herencia del orígen sacerdotal". Y un poco más adelante 10: "porque cas gentiles, se uniesen en matrimonio con sus antepasados para dar
las tribus se unieron por la mezcla del linaje de Leví y de Judá, por a conocer que con su venida se produciría la unidad "integérrima"
esa razón Mateo describió a su familia de la tribu de Judá. Y el de ambos pueblos. No está exento de reverente extraf1eza el que
apóstol dice ll porque de Judá nació nuestro Señor, para que de la quiso que de la gentilidad fueren incorporadas mujeres; varón, en
tribu de Leví se valore la herencia sacerdotal llena de santidad; de cambio, ninguno.
la tribu de Judá, en cambio, de la que fueron David y Salomón y el ¿Qué podemos, pues, sacar en conclusión de esto, sino que el
resto de los reyes, brille el fulgor de la sucesión real". Esto lo dice mismo que no rompería, sino que perfeccionaría abundantísima­
Ambrosio. mente la ley con toda clase de perfección, no quiso que la marca
¿Qué c;:,sa más lógica podría pensarse que el que la santísima y distintiva de la circuncisión, que subsistiría en el tiempo entre Abra­
nobilísima Virgen cuyas bienaventuradas entraf1as merecerían llevar han y Cristo, fuese interrumpida en la generación de su carne? Sin
al hijo del padre eterno descendiera de noble santidad y de santa embargo permitió que las mujeres, que no estaban sometidas a esta
nobleza? marca, desde su gentilidad entrasen con sus antepasados a esta san­
tísima recepción de la humanidad. No está exenta de admiración lo
que por medio de esta mezcla de sangre se manifestó claramente,
quizás para que comprendiéramos lo que después habría de suceder
en la regeneración espiritual en sus primeros tiempos, que de Israel
procedería la iniciativa de la predicación, de la gentilidad saldría la
pasión del justo para conseguir ubérrimo fruto.
La palabra de Dios es semilla que los apóstoles y discípulos del
Sefior y muchísimos mártires, procedentes de Israel, esparcieron dili­
gentemente al sembrarla. 'La gentilidad fiel recibiéndola en tierra
buena dio fruto centuplicado, porque los fieles descendientes de esa
gentilidad la derramaron en la más prodigiosa de las siembras; la
esparcida por los pájaros y las zorras, esto es, por los errores y las
muchas herejías, la rechazaron con la extraordinaria y agudísima
espada del poder de la virtud y de la sabiduría, protegiendo admirable­
mente en su unidad a la santa ciudad de Jerusalén, que en esta vida es
la Iglesia militante rodeada por las murallas de la fe, para que espiri­
9. Salmos 109. 4. tualmente veamos cumplido aquello de Isafas 1 : los hijos de los extran­
10. S. Ambrosio, De benidictionibus patriarcharum, liber unuS', cap. IV, "De bene­
dictione Judae... ", 16, ML, vol. 14. p. 678.
11. HebreoS' 7,14.
1. Isaías 60, 10. (Isaías dice "reedificarán")
192
193
jeros edificarán tus muros. Realmente los extranjeros de la ciudad de
Dios eran los gentiles a los que por esta razón se les llamaba paganos, der ciertamente la soledad de su purísimo ocultamiento en el que se
todavía hoya los que no han recibido la fe se les llama así, de pagos, habían unido al mismo tiempo las dos naturalezas, pues Cristo es
que significa lugares del campo fuera de los muros de la ciudad. Dios y Hombre uno.
Edificaron y edifican los muros de la ciudad, y una vez edifica­ y como en esta maravillosísima unión ninguno de los varones
dos los defienden, cuando los santos doctores descendientes de ellos gentiles mezcló su sangre para la procreación de la carne, por eso
revelaron la fe católica con la profundísima claridad de su inteligen­ con razón El dijo: de los gentiles no hay varón conmigo; mujeres,
cia. Y continuamente por, las diferentes partes del mundo muchos en cambio, como dijimos anteriormente, hubo algunas entre sus
varones sapientísimos de espíritu abnegadísimo y de grandísimo antepasados. Y no está de más otra consideración, que aunque en su
ingenio la dan a conocer con su palabra y sus escritos, y la protegen generación aceptó algunas hembras de la gentilidad, sin embargo,
con las armas de la Sagrada Escritura y con infatigable valor contra no quiso para sí la virilidad que entre los hombres gentiles es muy
las torcidas interpretaciones. y también los reyes y los príncipes fuerte y sólida, quizás entre otras manifiestas razones para mostrar
reprimen con mano armada la furia de los paganos y de los herejes visiblemente que no se apoyaba en la fortaleza humana.
que, temerarios en su dureza de corazón, intentan romper por Eligió, pues, a los débiles para confundir a los poderosos. ¡Oh,
alguna parte, o minar de manera furtiva la solidez de los muros de unión inefable y digna de admiración en la que se muestra también
la fe firmemente cimentados en la piedra de Cristo, para que hecha la unidad de la Iglesia que había de tener principio en Cristo y por
la abertura pueda penetrar algún poso de error o de infidelidad, si el mismo Cristo!
no de manera manifiesta, al menos de manera oculta.
y ya que, como dice Agustín 2 : "aún cuando el propósito del
que escribe no esté claro, ciertamente no resulta sin provecho sacar
interpretación de acuerdo con la fe", quizás igualmente, entre los
innumerables sentidos que el Espíritu Santo previó con palabras
proféticas, pudieran responder a esta manera de pensar aquellas
palabras de Isaías al narrar la gran admiración que los espíritus
celestiales mostraban con la ascensión del Cristo ya triunfante, pre­
guntándose gozoSOS3: ¿quién es aquel que viene de "~dom", teni­
dos sus vestidos de "bozra", elegante en su vestido. avanzando en
la grandeza de su poder? Y El mismo responderla: Yo soy el que
hablo justicia. el que combate para salvar. Dice que le hablan res­
pondido ¿por qué, pues. está rojo tu vestido y tus ropas como las de
los que pisan en el lagar? A esta pregunta se da testimonio de que
el Cristo ascendente había respondido: Yo s610 he pisado en el
lagar, y de las gentes no hay var6n alguno conmigo, dando a enten­

2. S. Agustin. Los mss. anotan: in Glos. Ord. super prologo primo.


3. Isaías 63, 1-3.

1~ W5

Capítulo tercero
de la gracia sin importar la procedencia de la antigua sangre. Es esta
y esta indivisible unidad de la Iglesia dada a entender miseri­ ley la que despreciando los bienes temporales promete los eternos,
cordiosamente a travé!> de la antedicha unidad de Cristo, la procla­ la que es promesa común a todos los que están unidos no por elec­
maron muchísimo tiempo antes los profetas para que llegase a ción de un determinado pueblo, o por elección de una determinada
conocimiento de todos los fieles que en el tiempo de la gracia no se familia, sino común a todos los que están unidos por la recepción de
tendría en cuenta diferencia alguna de pueblos, sino que todos por la fe. Y Zacarías anticipando esto, decía 3 : alaba y alégrate, hija de
medio del bautismo nacerían para crear un pueblo nuevo. Por este Sión, porque vengo y habito en medio de ti, dice el Señor, y se uni­
motivo el profeta, previéndolo, dijol: el pueblo que será creado, rán muchas gentes al Señor en aquel dfa y serán mi pueblo.
alabará al Señor. Crear en realidad es hacer de la nada algo nuevo. Un solo pueblo, pues, se ha de formar de uno y otro pueblo, lo
¿Cómo, pues, se podría decir que se crea un pueblo para alabar a que también predijo Ezequiel en un largo discurso, cuyas palabras,
Dios, cuando ya habían sido creados tanto el pueblo judío como el aunque sería prolijo repetirlas en toda su extensión, sin embargo no
poderoso e inmenso pueblo gentil, sin crear otro nuevo Adán de se pueden omitir en su totalidad porque confirman lo dicho de
carne de cuya nueva propagación carnal nacieran otros hombres, manera interesante y clara. Por esta razón intercalamos algunas de
sino que el nuevo pueblo había de ser formado de los judíos y de los esas palabras. El profeta, después de haber hablado ampliamente
gentiles que ya habían sido creados? acerca de la resurrección futura en la que al final de los tiempos fir­
Mas el profeta, intuyendo una creación espiritual, entendía que memente se confía para conseguir la gloria, y también de la resu­
el nuevo pueblo había de ser encarnado en espíritu en un nuevo rrección a la gracia por la que se llega por la conversión a la fe y
Adán de tal manera que, eliminada por completo la diferencia car­ por la recepción de la misma, presentó la figura de dos lenos y de
nal, todos, cualesquiera y de cualquier pueblo que vinieren, forma­ dos varas y al explicarla, hablando en la persona de Dios, dij04: Yo
rían un pueblo nuevo al emanar espiritualmente del inocente e tomaré a los hijos de Israel de entre las gentes a que fueron a parar
inmaculado segundo Adán, Cristo nuestro Senor, por generación y los reuniré de todas las partes y los /levaré a su tierra y los haré
espiritual. Y todos alcanzarían la verdadera felicidad, no aquella un solo pueblo en la tierra, en las montañas de Israel, y habrá un
imaginada que el mismo profeta ampliamente describió cuando, solo rey que os gobierne a todos y no habrá más dos pueblos, ni se
hablando de los bienes temporales que a los hombres de manera dividirán más en dos reinos, y no se mancharán en sus fdolos y en
casual en esta vida les tocan en suerte, anadió 2 : bienaventurado l/a­ sus abominaciones y en todas sus iniquidades y los libraré de todas
maron al pueblo que tiene esto, bienaventurado el pueblo del cual las rebeliones en que pecaron y los purificaré y serán mi pueblo y
el Señor es su Dios, como si dijera, se equivocan no poco los que yo seré su dios y mi siervo David será su rey y uno solo será el pas­
ponen la felicidad en los bienes temporales como la ponían muchí­ tor de todos ellos. Andarán en mis mandamientos y guardarán mis
simos gentiles y como la ponían los judios al considerar superficial­ preceptos y los cumplirán. Y habitarán sobre la tierra que yo di a
mente la letra y pegarse a ella. mi siervo Jacob en la que habitaron vuestros padres y sobre la que
La única, pues, felicidad verdadera es tener al Senor como a su habitarán ellos mismos y los hijos de ellos por los siglos. Será su
Dios, lo que es propio solamente del nuevo pueblo al recibir la ley prfncipe David, mi siervo. Estableceré con ellos un pacto de paz
que será pacto eterno; los asentaré, los acrecentaré y pondré mi
1. Salmos 101, 19.
2. Salmos 143, 15. 3. Zacarías 2, lO-ll.
4. Ezequiel 37, 21-28.

197
santuario en medio de ellos y yo seré su dios y ellos serán mi pue­ Juan en el mismo texto': no dividamos ésta. Y no usaron el verbo
blo. Y sabrán las gentes, porque yo soy el señor el santificador de descoser, o el verbo cortar, sino el verbo dividir, porque tanto era el
Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos por los siglos. conjunto y la unidad indivisible de aquella túnica que con un corte
y en verdad que estas palabras del profeta todos los santos doc­
totalmente nuevo para romperla la túnica sería destruída. Toda la
tores las entienden como dichas acerca del tiempo de Cristo y no doctrina de los santos afirma que por esta túnica se entiende la Igle­
pueden entenderse de la vuelta de Babilonia, ya que el templo
sia de Dios. Los soldados, aunque todavía permanecían en el error
levantado bajo el reinado de Zorobabel fue incendiado por los de la gentilidad, sin embargo, no se atrevieron a romperla. ¿Se atre­
romanos. Todo, pues, tiene que referirse a la Iglesia y a los tiempos verán a atacarla para romperla, oponiéndose a la verdad de este
del Salvador, tiempos en que fue establecido el tabernáculo de Dios. hecho, la temeridad de unos pocos insensatos que se creen haber
El mismo también es nuestro Dios, y nosotros somos su pueblo, y descendido de la gentilidad, cuando ellos mismos incluso lo ignoran
todos los hombres hemos sido reducidos a un solo linaje para que por las mezclas de sangre acaecidas después de las conversiones de
no se hable más de dos linajes, sino de uno solo y de un solo pueblo los infieles, frecuentísimas en las diferentes épocas?
bajo un solo rey y bajo un solo pastor llamado David, que es el De las antedichas palabras del profeta hay que poner especial
Cristo, el buen pastor y el rey de reyes, el hijo de David según la atención en aquello de que la santificación de Israel habría de venir
carne. Porque, según la explicación de los doctores 5 contenida en la no realmente bajo la forma de división, sino de unificación, de
Glosa Ordinaria, con la llegada del Salvador las dos ramas y los t;' modo que, tanto los que descendieran de Jacob según la carne como
dos leños han sido unidos en el cetro de un solo imperio, porque en el resto, se unirían para bajo un solo rey y un solo pastor, que es
el bautismo de Cristo las cosas por largo tiempo separadas se juntan Cristo, para formar un solo pueblo, un solo linaje y un solo rebaño.
en un solo hombre nuevo y en un solo pueblo. ¿Qué cosa, pues, por
así decirlo, se puede decir más unida o más una o junta que un solo
hombre que indivisiblemente es solo uno?
Por consiguiente, la multitud de hombres que vinieron de una y
otra parte por la santísima ligadura del bautismo convergen en un
único hombre nuevo para que de ninguna manera se reconozca el
lugar de la anterior división. No en vano dice Juan 6 : era la túnica
sin costura, tejida toda desde arriba. Bastaba realmente decir sin
costura, ¿para qué, entonces, añadió tejida toda desde arriba. a no
ser porque quiso que entendiéramos que no sólo no había quedado
huella alguna de división en la parte interior, sino tampoco en la
parte exterior o en el colorido? Por eso los soldados, que eran genti­
les y que permanecían aún en la gentilidad, después de haberse
repartido las otras vestidur.as se dijeron, como lo atestigua el propio

5. Doctores, en Glossa Ordinaria, tomo 4, falo 1343 (atribuido a San Jerónimo en


su comentario).
6. Juan 19.23.
7. Juan 19,24.

198 199
Capítulo cuarto
armada se une a la blandura de la mansedumbre israelita. Y conti­
núa el profetaS: el ternero y el león y la oveja habitarán juntos, y un
y esto lo expresó con suficiente claridad Isaías. y b~o acertada
imagen, pues después de haber dicho de Cristo l : la justicia será el niño pequeñito los pastoreará. El ternero pacerá con la osa y las
cinturón de sus lomos y la fidelidad el ceñidor de su cintura, refi­ erras de ambos se echarán juntas.
riéndose al tiempo de la ley de la gracia aftadi02: habitará el lobo No en vano, pues, la palabra profética repite tantas veces esta
con el carnero y el leopardo se acostará con el cabrito. Bajo imá­ mezcla de animales, más bien enemigos que diferentes, en unión de
habitación y en armonía de sus crías, sino que la repite intenciona­
genes de animales se encuentran muchísimas veces representadas
damente para significar la indivisible unidad del pueblo cristiano. Y
abundantes costumbres de los hombres no solamente en la Sagrada
este pueblo está regido por un nifio, que es Cristo, y del que el
Escritura, sino en los libros de los filósofos, imágenes que conti~úa
mismo profeta dice en otro lugar<>: nos ha nacido un niño y nos ha
Boecio. ¿Qué otra cosa es, pues, que el lobo habite con el cordero o
sido dado un hijo. El mismo Cristo que había manifestado esta uni­
que el leopardo se acueste con el cabrito, sino que la desenfrenada
dad en la aceptación de la carne humana, de nuevo la manifestó
beligerancia de los gentiles y la fuerza de las armas se unen a la
también inmediatamente de haber nacido, porque después de su
mansedumbre del pueblo de la ley dentro de una misma Iglesia?
nacimiento haciéndose visible, como dijimos con anterioridad,
y en esta unión los santos doctores dijeron que había que pres­
quiso ser adorado por una y otra gente, tanto de los pastores de
tar atención no al hecho de que habrían de habitar y de acostarse el
Israel como de los gentiles. Y finalmente en su predicación, después
cordero con el lobo o el cabrito con el leopardo, sino a la inversa, el
de haberse manifestado como enviado a las ovejas perdidas de la
lobo con el cordero y el leopardo con el cabrito. Lo así escrito no lo
casa de Israel, afiadi07: tengo otras ovejas que no son de este
debemos interpretar al pie de la letra, sino que dentro de la unidad
aprisco y es preciso que yo las traiga y se hará un solo redil y un
de la Iglesia hay que abandonar la violencia que se sefiala en esos
solo pastor. No decidió reinar sobre dos pueblos, o formar dos reba­
animales y hay que introducir la mansedumbre de otros para que la
nos, sino reunir en un solo pueblo y en un solo redil a los pueblos
violencia de un Alejandro, de un Hanibal, o de un César. o de otros
dispersos y a las ovejas por diversos caminos extraviadas, por eso
turbulentos caudillos de la gentilidad. no altere la mansedumbre de
rogó al Padre, diciend0 8 : para que sean uno como nosotros somos
David, sino que la mansedumbre de David someta la violencia del
uno. El ruego de Cristo no pudo ser desoído, al decir el mism0 9 :
César al imperio de la razón. Esta mansedumbre, pues, es la que
gracias te doy. padre, porque me escuchaste. Yo lo sab(a porque Tú
hace a los reyes agradables a los ojos de Dios según el profeta3:
acuérdate, Señor, de David y de su gran bondad; no dijo de su for­ siempre me escuchas. Y el apóstol dijo de EllO: fue escuchado por
su respeto.
taleza. a pesar de que David era fuertísimo. Y en otro lugar dij04: no
y esta unidad que había manifestado en la misma aceptación de
se salvará el rey por su mucha fuerza, ni el gigante por la cantidad
la carne y de la sangre gentil, aunque convertida, así como después
de su robustez, entendiendo fuer.la por la fortaleza de cuerpo o por
del nacimiento en la adoración de uno y otro pueblo y en la predica-
exceso de poder. Y así, bajo la fe, el lobo habita con el cordero y el
leopardo con el cabrito, porque la turbulencia de la gentilidad
S. Isaías 11, 6-7.
1. Isaías 11, 15. 6. Isaías 9. 6.
2. Isaías 11,6. 7. Juan lO, 16.
3. Salmos 131, 1. 8. Juan 17,22.
4. Salmos 32, 16. 9. Juan 11,41-42.
10. Hebreos S, 7.

200
201
ci6n en su edad madura, se dignó hacerla visible también en su glo­
riosa pasión cuando quiso que ambos pueblos se uniesen para tan naturaleza del pecado como por la maldad de su depravada volun­
sacn1ega acción de parte de los que lo hicieron; acción piadosísima, tad. Los judíos menores pecaron gravísimamente en cuanto al hecho
en cambio, y saludable por la perfección del que la padecía para que externo del crimen, sin embargo, su culpa en cierto modo se atenúa
todos representativamente tuviesen participación en aquel acto por la ignorancia, esa es la razón de que Beda sobre 10 12 de no
mediante el cual habría de conseguirse a cabalidad la salvación de saben lo que hacen diga l3 : "ruega por aquellos que no sabían lo que
todos. Fue muy necesario que el nuevo e inmaculado Adán pade­ hacían al tener envidia de Dios, pero no por conocimiento". Los
ciese por la maldad de algunos, que representaban a todos, para gentiles, a manos de los que Cristo fue crucificado, realmente peca­
liberar de la muerte eterna a todos los que habían pecado en el pri­ ron, pero son mucho más perdonables porque no poseían el conoci­
mer Adán. Así pues, aunque los grados de culpa fueron diferentes, miento de la ley.
tanto los israelitas como los gentiles participaron en aquella culpa. Todos, pues, tanto los israelitas como los gentiles, participaron en
Hay que prestar atención, como nos ensenan los santos docto­ esta acción, aunque, como dijimos, la graduación de los pecados se
res, al hecho de que en todas las acciones de Cristo se observó tanta considera diferente. Y esta participación de uno y otro pueblo en la
y tan grande inefable confonnidad que ésta hace que las almas de pasión del Sefior fue sefialada en la antigüedad por aquel profeta y rey,
los fieles se eleven en gran admiración y devoción, pues en esa al decir 14 : ¿por qué se alborotaron las gentes y trazaron planes vanos
misma confonnidad de la pasión está prefigurado el efecto de la los pueblos, se reúnen los reyes de la tierra y se confabularon los prin­
misma. En primer lugar la pasión de Cristo tuvo fruto de salvación cipes contra Dios y contra su Ungido? Lo que consta haberse cumplido
en los judíos, muchos de los cuales se bautizaron a la muerte de en los reyes Herodes y Pilatos. y en los soldados romanos que eran
Cristo; en segundo lugar, mediante la predicación de los judíos el gentiles, y en los príncipes de los sacerdotes, y en muchos otros, y en el
efecto de la pasión pasó a los gentiles. Por eso fue conveniente que pueblo israelita entregado a la obra de la pasión de Cristo; sin embargo,
Cristo empezase a sufrir por parte de los judíos, y más tarde. en el mismo momento de l~ perpetración del crimen la divina clemen­
habiéndolo ellos entregado, que su pasión fuese rematada a manos cia no quiso olvidarse de su misericordia, de la cual está escrito l5 ;
de los gentiles para que as! como todos participaron en la culpa, así cuando estuvieres airado, no te olvides de la misericordia, y así dice 16;
también todos habrían de participar en el provecho. Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Hubo, sin embargo, diferencias en la gravedad de la culpa. Veía. pues, que algunos harían penitencia y vendrían al camino
Podemos considerar un triple grado en ella: primeramente y de de la verdad. cosa que comenzó a manifestarse inmediatamente
manera especial en los de más autoridad, en los llamados príncipes, cuando el centurión y los que con él estaban en representación de
porque veían que se daban en El las sefiales que los profetas habían los gentiles, al ver el terremoto y todo lo que estaba sucediendo,
manifestado, porque aunque hubiesen desconocido el misterio de su sintieron un gran miedo y decían 17 : verdaderamente este era el Hijo
divinidad como dice el ap6stol ll : si la hubiesen conocido no hubie­ de Dios. Del mismo modo toda aquella gente del pueblo israelita
sen crucificado al Señor de la gloria; sin embargo, esa ignorancia
no les excusaba del crimen. Era en cierto grado ignorancia fingida 12. Lucas 23, 34.
porque veían con claridad las sefias de la divinidad y las defonna­ 13. Beda, in Lucae Evangelium expositio. liber VI, cap. XXIII, ML. vol. 92, p.
ban por odio y envidia, por eso su culpa fue gravísima tanto por la 616.
14. Salmos 2, 1-2.
15. Habacuc 3, 2.
11. l. Corintios 2, 8. 16. Lucas 23, 34.
17. Lucas 23, 47.
202
203
que asistía al espectáculo al mismo tiempo y veía lo que estaba
sucediendo regresaba a sus casas golpeándose el pecho en sei'!.al de Capítulo quinto
penitencia, mostrando en aquellos pocos a todos cuantos fieles des­
pués existieron en el paso del tiempo y que, creyendo, se arrepenti­ y al proclamar esto dice el apóstol1: el mismo es, pues, nuestra
rían de sus pecados, fueran de este o del otro pueblo, porque ambos paz, el que hizo de dos pueblos uno, derribando el muro de separa­
habían estado allí representados. En aquellos pocos, pues, estaba ción, la enemistad, anulando en su carne la ley de los mandamien­
, ,
I
I
representado todo el universo de los que recibirían la fe, como en tos formulada en decretos para hacer en s( mismo de los dos un
,1 ,
otros había estado representada la perversa terquedad y rebeldía de solo hombre nuevo, y estableciendo la paz, y reconci/iándolos a
los infieles, ya descendieran de esta o de aquella gente, porque ambos en un solo cuerpo con Dios por la cruz, dando muerte en s(
I!I

ambas se habían encontrado en uno y otro acto, y al recibir la fe mismo a la enemistad, y, viniendo, nos anunció la paz a los de lejos
, '1'
'11
habían de ser reducidos a un solo pueblo. y la paz a los de cerca, pues por El tenemos los unos y los otros el
il: poder de acercarnos al Padre en un mismo esp(ritu. Por eso Grego­
'1
11
rio, hablando sobre Ezequiel, dice 2 : "hay que advertir también que
1 '
1'1
cuando se hablaba de los gazofilaceos, de que sus caras miraban a
,'1, la via austral, se ai'!.adía, a la única. Está claro que era para que nos
1'1,
,11,
diéramos cuenta de que no hay un camino hacia la patria celestial
,11 para nosotros los que venimos de la gentilidad y otro para aquellos
, '1'
'1, antepasados que existieron en Judea, sino que, para nosotros y para
l'
1
',
ellos, este es el mismo y único camino que nos conduce a la eterna
\II!I
1

alegría de que se nos habla en el evangeli0 3 : Yo soy el camino, la


,,11,
111'
verdad y la vida. Y el salmista dice 4 : para que conozcamos en la
1
tierra tus caminos y en todos los pueblos tu salvación, pues lo que
. ~;'
1
1

111
" en hebreo es Jesús, en latín se dice Salvador. En la tierra, pues, el
11

,11,
1 camino se conoce porque Jesús, Dios antes de los siglos, hecho
II ~ I hombre, fue anunciado claramente a los pueblos al final de los
siglos. Uno solo por tanto es el camino, tanto para aquellos que pro­
I!I
'I!
ceden del sur como para estos que proceden del norte, porque para
los judíos y gentiles escogidos, el Sei'!.or y Redentor, superado el
tormento del miedo, se entregó al Padre, camino de amor y auxilio
de salvación". Esto dijo Gregorio.
Según esta consideración general, por consiguiente, no hay que
,
hacer diferencia alguna entre los fieles de si descienden de éste o del
',"

II,¡
1. Efesios 2, 14-18.
,:1
2. S. Gregorio, Homiliarum in Ezechielem prophetam, liber secundus, Homilia X.
verso 44. "Et extra portam interirem gazophylacia...... 11. ML, vol. 76. p. 1064.
3. Juan 14,6.
4. Salmos 66.3.

,:1 204
205

---'­
otro pueblo, cuando todos, al estar establecidos dentro de la fe cató­ pecado original comienza en ellos con su propio bautismo y no con
lica, constituyen un pueblo único e indivisible. De aquí que no se el bautismo de sus antepasados? El que es más viejo en edad, si de
pueda tolerar a aquellos que llaman a unos nuevos y a otros viejos, nií'l.o hubiere recibido el bautismo, ese es el más antiguo cristiano,
porque no existe católico alguno que nO haya llegado a la fe reciente­ porque los nií'l.os se bautizan, no en la fe de los padres carnales, sino
mente, ni la virtud del agua bautismal pasa de uno a otro de modo en la fe de sus padres espirituales, como dice Isidoro8 : "los nií'l.os se
que por el bautismo del padre nazca cristiano el hijo. Porque así bautizan haciendo la profesión otro, porque ellos todavía no saben
como estando encerrado en el vientre de la madre nadie puede ser hablar o creer".
circuncidado, nadie tampoco estando encerrado en el vientre materno Cesen, por lo tanto, esas jactancias que hieren la caridad y
:1
,1
puede ser bautizado. De manera semejante si una mujer encinta es engendran la sobelbia y atormentan a todos los que bajo el nombre
bautizada, el pequefto embrión que lleva en su vientre no queda bau­ de Cristo se glorían de seguir con purísimo corazón la doctrina de
tizado. Como dice Agustín.5: "si perteneciera al cuerpo de la madre lo Aquel que dice 9 : aprended de m( que soy manso y humilde de cora­
que en ella se concibe de modo que se considerara como parte suya, zón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Parecen despre­
no quedaría bautizado el embrión cuya madre fue bautizada por peli­ ciar, pues, la tranquilidad de las almas y dar de lado al nombre de
gro eminente de muerte, porque ella lo llevaría consigo en la matriz. cristianos los que bajo el nombre de cristiano se arman de furia y de
Ahora bien, cuando el mismo es bautizado, no queda bautizado real­ soberbia en lugar de armarse de mansedumbre y de humildad,
mente por segunda vez, porque cuando estaba en el vientre no perte­ cuando en ninguna ley natural, ni tampoco en las reglas de costum­
necía al cuerpo materno". E Isidoro dice 6 : "los que están en el vientre bres o en la ley escrita, se alaba la humildad tan clara como repetida
de su madre no por eso pueden ser bautizados con su madre, porque y vehementísimamente se recomienda en la ley evangélica y en
el que aún no ha nacido como Adán, no puede ser regenerado según muchísimas partes de la predicación apostólica.
Cristo. Ni puede hablarse de regeneración en aquel en quien no tuvo Nada hay tan opuesto a la bondad cristiana como la sobelbia, y
lugar previamente la generación". Y en la resolución del papa Martín nada por tanto puede por esta razón echarse en cara uno a otro,
se encuentra escrito?: "si una mujer encinta deseare recibir la gracia cuando de donde quiera que hayan procedido son un único y mismo
del bautismo, tenga la potestad de hacerlo cuando quisiere, porque la pueblo. No en vano, como dijimos, el apóstol, queriendo eliminar
madre en este acto en nada hace partícipe al rufto que va a nacer, por­ todas aquellas diferencias, resumió las que suelen incitar a mayor
que se muestre en cada uno la propia voluntad en la elección". divergencia como: esclavos y libres, que es una difereneia de estado
Por 10 tanto, ¿qué es 10 que pretenden los que de esta manera se jurídico y ocasiona la más grande y contradictoria según la ley;
vanaglorian de antiguos en la fe, cuando la fe y el perdón del masculino y femenino, que, bajo sexos opuestos, dan lugar a grandí­
sima diferencia; judíos y griegos, que en el culto a Dios son diferen­
5. S. Agustin, Contra Julianum. líber sextus, cap. XIV, 43, ML, vol. 44, p. 487; en tes, o mejor dicho, eran enemigos, mas el apóstol nombró aquellas
Graciano, Decreli pars lerli,a. "De consecratione". distinctio IV, c. CXIV (Non que a mayor divergencia suelen conducir para rechazar por com­
baptizatur cum matre), XXII, ML, vol. 187, p. 1836.
6. S. Isidoro, Sententiarum Uber primus, cap. xxn "De baptismo et communione, 5, pleto toda consideración de origen o de propagación camal, causa o
ML., vol. 83, p. 589; en Graciano, Decreli pan; tertia, "De consecratione", distinc­ pretexto de la diferencia.
tio IV, c. CXV (Quare non baptizetur cum matre», MI., vol. 187, pp. 1836.
7. No se trata de Martín Papa, sino de San Martín de Braga, in Concilium Braca­ 8. S. Isidoro, De ecclesiasticis o/ficiis, liber secundus, caput. XXV, "De baptismo", 7,
rense secundum, c. LIV (De pregnantibus baptizandi, ML., vol. 84, p. 582); en ML, vol. 83, p. 822; en Graciano, Deaeti pars tertia, "De consecratione", distinc­
Graciano, Deaet; pars tertia, "De consecratione", distínctio IV, c. CXVI (De tío IV, c. CXXIV (Aliorum fide et professione...), XIV, ML, vol. 187, p. 1824.
eodem), ML, vol. 187, p. 1836. 9. Mateo 11,29.

206 207
Capítulo sexto lita, sin embargo, una vez fusionado con él y hecho unidad indivisi­
ble bajo la amplitud de la fe, no se ha de distinguir del pueblo israe­
No por esto, sin embargo, ha de sacarse en consecuencia que no lita, porque ambos integran un solo cuerpo. Y así como los muchos
se pueda y deba considerar gran diferencia entre los individuos con ríos cuando penetran en el mar, que aunque uno lleve un caudal de
respecto a las personas y a las familias particulares, y que unos mani­ agua mayor que otro, sin embargo, ya no queda rastro alguno de los
fiestamente aventajen a otros en virtud, en claridad de linaje y en otras ríos, sino que todas las aguas de donde quiera que hayan venido al
cualidades, ni que todos los descendientes de gentiles han de ser hon­ tener el sabor del mar no retienen ni nombre, ni cualidad alguna de
rados por igual, cuando algunos de ellos han sobresalido como empe­ su antigua procedencia, del mismo modo cuando los ríos de los isra­
radores, reyes, príncipes y caudillos dentro de una muy distinguida elitas o de los gentiles entran en el vastísimo mar de la cristiandad se
nobleza y reputación de diferentes grados, otros, en cambio, fueron forma una sola agua de mar cristiano l : éste es. pues. el gran e
plebeyos y otros, nísticos de origen. inmenso mar para las embarcaciones; en éste, reptiles sin número;
Entre los que descienden de Israel también hay una gran diferen­ por este mar navegan las embarcaciones. Y todos los hombres, de
cia, como la había en el tiempo en que vivían en la tierra asignada a donde quiera que vinieren, pueden pasar en esas naves, que son el
sus antepasados. Aunque descendiesen de las mismas tribus, la dife­ bautismo y la penitencia, a la tierra de los que gozan verdadera vida.
rencia de clases era enorme. Ni sería posible, a no ser que aquella No quiero que alguno piense que el ejemplo de las aguas es un
tierra estuviera deshabitada, que la mayor parte de la gente no estu­ ejemplo peregrino, porque dice Juan 2 : las muchas aguas son los
viese dedicada a los trabajos más bajos y que estuviese formada de muchos pueblos. No, pues, sin razón, a los muchos pueblos que
gente nística y plebeya, por más que algunos, tanto de la clase sacer­ vivieron, viven y vivirán bajo las banderas de la fe católica los lla­
dotal como de la real y de otras, sobresaliesen en cualidades y cargos mamos las muchas aguas que colman el gran mar de la república
como es costumbre en las repúblicas. Porque incluso cuanto lo per­ cristiana, como que también se puede aplicar lo que dijo el Señor en
mitía su desgracia, nacida de su perfidia y malas obras, se esforzaron el principio de la creación3 : júntense en un lugar las aguas y apa­
en hacer ver los cargos y cualidades que desempeñaban antes de rezca [o seco. Y de esa manera volvemos a vivir o recrear 10 que se
recibir la fe, considerándose ellos entre sí superiores unos a otros dijo en la creación. Se juntan, pues, en un lugar las aguas, cuando
tanto en claridad de linaje como en excelencia de otras cualidades. los numerosos pueblos de diferentes naciones se reducen a una sola
Por consiguiente, es muy justo, y no es contrario a la fe cató­ Santa Iglesia, e inmediatamente aparece lo seco.
lica, que se respete el privilegio de estas características distintivas ¿Qué cosa hay que sea más seca que la infidelidad, ya sea bajo
conforme a una justa y lógica proporcionalidad, con tal, sin forma de judaísmo, ya sea bajo forma de gentilidad? En efecto, cuando el
embargo, de que no se saque conclusión alguna como consecuencia espíritu del Señor desciende sobre las aguas del gran mar de la Iglesia
de la diferencia general de carne, sino que en lo tocante a ésta, a militante, necesariamente todo lo que permanezca fuera, al estar falto de
todos se les trate con igualdad y con caridad, manteniéndose íntegra aliento vital, se seca. Y ¿qué es lo que añade a continuación la
e intacta la excelencia y respeto a los más altos, distinguidos y escritura?4: Dios lIam6 a la tierra. árida. En efecto el nombre de tierra lo
nobles varones, a sus personas y a las de sus familias, para que bajo merecen los hombres terrenos que, privados de la participación de los
la identidad de un solo pueblo unos superen a otros por las cualida­
des de sus individuos, no únicamente por ser gentil o israelita. 1. Salmos 103,25-26. (el sentido es el mismo, pero no la letra).
Porque aunque el pueblo gentil haya sido más numeroso, más 2. Apocalipsis 17, 15.
3. Génesis 1, 19.
fuerte y superior en algunas cualidades temporales al pueblo israe­ 4. Génesis 1, 10.

208 209
bienes celestiales que concede la fe, hunden sus manos en las cosas terre­
nas,s: mas la tierra estaba confusa y vacfa. ¿Qué cosa más confusa o qué
cosa más vacía se puede pensar que judaizar con letra ciega después del
resplandeciente evangelio y el cumplimiento de las escrituras, o que gen­
tilizar con viejas supersticiones después de la predicación del nombre del
Seftot! Todo, pues, ha sido ya rechazado, más bien todos los de diferen­
tes procedencias han sido reunidos en un solo cuerpo, como dice el ap6s­
tol6 : asf nosotros siendo muchos somos un solo cuerpo en Cristo, pero
cada miembro está al servicio de los otros miembros.
Por consiguiente, por la unidad del nuevo cuerpo podremos
apreciar cuán grande es la unidad de los fieles entre sí. Porque aun­ -c

que tengamos muchos miembros, y el uno sea más noble que el otro
por la diferencia de funciones que les corresponden para atender
con solicitud al todo, sin embargo, cualquier dafto que se le haga a
uno de los miembros afecta a los otros, ya que en su debida propor­
ción se ayudan mutuamente. Así pues, bajo la unidad del cuerpo de
la Iglesia. aunque un individuo sea más digno de honor que otro por
diversas excelencias que quizás concurran en él, sin embargo, en lo
que se refiere a la universalidad de integrar el cuerpo como un todo
SEGUNDA PARTE

y de ser llamado miembro como otro cualquiera, no hay ninguno


despreciable. sino que todos son iguales. Y así como el ojo no
puede decir al pie que no es un miembro, aunque él por su oficio
Teorema cuarto

visual sea más sobresaliente, delicado y honroso. de la misma


manera en el cuerpo de la Iglesia. en que los miembros fieles tienen
diferentes oficios y unos son, en cierto modo. semejantes alojo.
Capítulos I - XXXIV

otros a la lengua. otros a los brazos, otros a los pies. y a alguno a


causa de un oficio superior o de una ilustre nobleza o de cualquier
otra particular excelencia haya que honrarlo más que a otro, sin
embargo. todo fiel, de cualquier origen que sea, es un miembro ínte­
gro y apto, de manera que bajo la imagen de miembro conveniente
sea colocado por la providencia de la Iglesia en el lugar adecuado.
Mas dejando ya este tercer teorema, le invito a mi pluma a
pasar al cuarto. Aquí termina el tercer teorema de la segunda parte.

5. Génesis 1,2.
6. Romanos 12. 5.

210
TEOREMA CUARTO

Comienza el cuarto teorema de esta segunda parte.


Continuación del cuarto teorema que hace ver como los que lle­
gan a la fe católica. tanto de un lado como del otro, recobran y
adquieren el derecho de conseguir de nuevo toda la superioridad.
nobleza, u otros méritos que primeramente tenían, con tal de que no
vaya en contra de los principios de la jerarquía de la Iglesia.

Capítulo primero
El plan de esta exposición exige que entremos ya en el cuarto
teorema comprendido en el título. Este teorema en realidad se des­
prende de los teoremas anteriores como consecuencia lógica de un
correcto silogismo, pues al ser tanto el pueblo gentil como el israe­
lita salvados a cabalidad, como en el primero y en el segundo teo­
rema se deduce a modo de una proposición mayor, yal formarse un
solo pueblo y un nuevo grupo de estos dos pueblos llegados a la fe,
como se demostró con el tercer teorema a modo de una proposición
menor, este cuarto teorema se deduce de ellos como una consecuen­
cia lógica; de tal manera que los procedentes de ambas parte, reuni­
dos ya en un solo pueblo bajo la caridad cristiana y sin diferencia
alguna de linaje, puedan aspirar a todos los méritos que tenían, y a
conseguir otros dentro de la unidad del nuevo pueblo. De no ser así.
si se tuviese en cuenta la diferencia de la antigua procedencia, no se
hubiera formado entera y acabad amente un solo pueblo, lo cual
mostraría rebajar la omnipotencia divina, cuyas obras son perfectas.
Por lo tanto para probar esto no se necesitaría demostración alguna,
pero como hay algunos, para decirlo como Aristóteles. que defien­
den su postura y rehusan doblegarse a las razones, a estos tales es
preciso hacerlos entrar bajo el peso de las razones para que o reco­
nozcan la verdad o manifiesten su vergonzosa ignorancia por el
mismo rechazo de la verdad.
Aunque este teorema está implícito en los primeros teoremas
como una consecuencia lógica, sin embargo lo fundamentaré sobra­

213
damente en argumentación peculiar para que quede clarísimamente
demostrado por qué a todos los que llegan a la fe católica, al no sima devoción a la verdadera Jerusalén, que es la Iglesia de Dios. Y
existir marcha alguna o impedimento derivado de la antigua infide­ entre ellos el emperador Valentiniano, en época en que la Iglesia
lidad por haber sido bonado con la recepción de la fe, les será apro­ mediolanense estaba vacante, se manifestó pública y humildemente
piado tanto el mantener, y aún hacer ilustre, cualquier honor que al exhortar a los electores con estas palabras 2 : "consolidad a Talen
tenían, como el poder de conseguirlo de nuevo de acuerdo con la en la sede pontificia. Ante ella nosotros los que gobernamos el
categoría de sus personas y de sus profesiones. Más primeramente, imperio bajemos con humildad nuestras cabezas. Y en tanto que
para no emplear en vano la pluma, todo esto, cuando se trata de los como hombres por verdadera necesidad cometiéramos faltas, reci­
que descienden de familias gentiles, hay que darlo por supuesto, bamos sus consejos como medicina sanadora". Del mismo modo los
porque no habrá nadie tan loco que no vea que los gentiles son muy reyes de España solían dirigirse con el mayor respeto a los prelados
dignos de los honores que primero tenían y aún de honores mayo­ reunidos en los concilios toledanos, y así se desprende de las dispo­
res. ¿Quién hay que no confiese que Constantino el Grande empera­ siciones de dichos concilios. Mas añadamos a los ejemplos antiguos
dor de los romanos, Clodoveo de los francos, Alverico de los godos, uno de los modernos. Hemos oído decir muy recientemente que
que en sus imperios fueron los primeros en recibir la fe católica, y Ygagald0 3 , duque pagano de Lituania, y' conforme al rito de su
que otros innumerables reyes y príncipes que procedieron del paga­ paganismo -según se cuenta, adorador del fuego como otro Abra­
nismo no solamente han mantenido sus atributos de majestad y han salido de la Ur de los caldeos- había recibido la religión cató­
nobleza de linaje, sino que los han ennoblecido con una dignidad lica; que con el nombre de Uladislao, adoptado en la pila del bau­
mayor, cuando los imperios, los reinos y los restantes potentados tismo, había sido nombrado rey de Polonia, y que con toda humildad
del mundo proceden en su mayor parte de la ilustre gentilidad? había asignado embajadores para el concilio de Basilea, congregado
Empero, esos mismos príncipes doblegaron su grandeza y poderío en ese tiempo con la autoridad del sumo pontífice.
al yugo de la fe al someterse a los preceptos de la Iglesia, para que Más ¿para qué recuerdo cosas modernas o antiguas cuando el
viéramos cumplido aquello de Isaías 1: a ti vendrán humillados los mundo está lleno de ilustres y nobles y católicos varones que desde la
hijos de aquellos que te humillaron y se postrarán a tus pies todos antigüedad arrastraron el origen camal de la raíz gentil? Y tanto y tan
los que te infamaban y te llamarán la ciudad del Señor, la Sión del copioso es el número de ellos, y tan grande fue el esplendor de sus ante­
santo Israel. pasados entre los gentiles, que en el habla común acostumbramos a lla­
¿Acaso no vienen humillados y doblegados a la verdadera Jeru­ mar gentiles hombres a los varones nobles; al falto de nobleza, en cam­
salén, que es la Iglesia militante, los príncipes y poderosos del bio, vulgar, plebeyo, aunque haya descendido de la misma gentilidad,
mundo cuyos predecesores no sólo agredían a los mismos fieles que eliminándole del nombre de la gentilidad para que no parezca que bajo
vivían antes de la llegada de Cristo bajo la fe implícita del venidero la participación de este nombre se le adjudica la nobleza. Por eso la
Salvador, sino que también después de la ascensión de Cristo y del Iglesia de Dios, cuando en el oficio de vísperas del sábado ruega por
descenso del Espíritu Santo sobre los apóstoles persiguieron bárba­ aquellos que todavía están poseídOS por alguna sombra de paganismo,
ramente a los cristianos que abiertamente vivían bajo el testimonio
católico de la santísima fe? Una vez recibida la fe católica, sin 2. Historia tripartita, líber septimus, cap. VIII "De Ambrosií Mediolanensis epis­
embargo, no se avergonzaron de someter sus cervices con humildí­ copatu ... ", ML, vol. 69, p. 1074; en Graciano, Decreti pars prima, distinctio
LXn (Eleccioni episcoporum... ), ML, vol. 187, p. 328.
3. Se trata de Jaguel, gran duque de Lituania, que en 1386 casó con Eduvigis,
1. Isaías 60, 14. reina de Polonia, y recibió el nombre de Uladislao Jaguellon. Reinó entre 1386­
1434.
214
215

j
no suele llamarlos gentiles, sino paganos o bárbaros, para que el nombre y en esto no hay que insistir más, cuando la inmensa nobleza y
de gentil, que el pueblo ya no asocia con la idolatría, sino con la el máximo poder temporal. que en los pasados siglos florecieron
nobleza, no parezca relacionarse con la idea de pecado. Así pues, entre los gentiles. proporcionan no poco esplendor a la Iglesia cató­
siguiendo este ejemplo, aunque en las premisas- porque hablaba inme­ lica, por eso el emperador católico Justiniano no se desdefiaba en
diatamente a continuación de las cosas tocantes a la fe--llamaba genti­ tejer la antigüedad de su origen partiendo del troyano Aeneas, que
les a aquellos que estaban poseídos por el error del paganismo, era gentil.
siguiendo la manera de hablar o de decir que usa la Sagrada Escritura en
ambos testamentos, sin embargo, al hablar del extravío de aquellos que
después de haber recibido la fe caen en el pecado de paganización, usaré
la palabra paganismo y no la palabra gentilidad. para adaptanne al uso
moderno del habla, cosa que parece confirmar Agustín en el prefacio
anterior al prólogo principal de De la ciudad de Dios cuando dice acerca
de los gentiles 4 : "aquellos a los que en lenguaje corriente llamamos
paganos". Pero sigamos con lo propuesto y no perdamos el tiempo en la
cimentación de una conclusión que nadie niega, ni podría ser negada.
cuando los testimonios sobre este particular son tantos y de tanto peso
que reunirlos todos no sólo sería superfluo, sino ridículo. A pesar de que
renunciemos a las cosas mundanas, aún así la Iglesia católica quiso hon­
rar, por más que estuviera exenta de toda verdad, la apariencia espiritual
que tenían los gentiles, y siguiendo el método de división de las provin­
cias, allí donde en la antigüedad había un pueblo gentil, estableció pri­
mates, obispos metropolitanos y obispos para que al disminuir el pode­
río pagano fuese penetrando subrepticiamente la católica y legítima
potestad, y el orden jerárquico de la Iglesia fuese anulando la antigua
organización del paganismo, por eso dice el papa Anaclet05 : "en la
época anterior a la venida de Cristo muchas provincias, en su mayor
parte, estaban divididas, y esa misma división fue renovada después por
los apóstoles y por nuestro predecesor el beato Oemente", para que
fuera realzado el puro y santo orden de la Iglesia, una vez abandonados
los tlamenes, los grandes tlamenes y los prototlamenes con toda su vana
superstición.

4. S. Agustín, los mss. anotan: in prefacio ante prologum principale (no hay pró­
logo principal en el De civitate Dei y tan solo el Líber primus y el Líber Septí·
mus llevan prefacio).
5. S. Anac1eto, "Ad epis. ltaliae", epist. II, en Graciano. Decreti pars prima, dis­
tinctio XCIX. c. 1 ("Quae obedientia sit exhibenda"), ML, vol. 187, p. 469.

216 ...... 217

__ .::..a.
Capítulo segundo autenticidad del sacerdocio, sino la opinión de aquellos que los
tenían por sacerdotes. Porque si el nombre de sacerdote viene de
Hablemos, pues, de los israelitas, que aunque en la antigüedad
cosa sagrada como quien es dador de cosas sagradas, ¿de qué
y durante muchísimo tiempo tuvieron dignidades sacerdotales y rea­
manera se podrá decir sacerdote, no de cosas sagradas, sino de
les, sin embargo, de tal manera se eclipsaron, especialmente por
cosas profanas? , mas bien será ministro de cosas abominables.
imperativo de sus propias faltas, que a los ignorantes o a los mal
Nadie podrá dudar tampoco que entre ellos hayan existido
intencionados les quedaron, por decirlo así, ocasioncillas para deni­
reyes cuando la escritura señala el origen de los mismos en el
grarlos. Para aclarar esto hagamos una división en varios subartícu­
momento en que el pueblo se lo había pedido a Samuel 4 ; danos un
los: el primero de ellos va a tratar de las prerrogativas que tuvieron
rey que nos gobierne como lo tienen todos los pueblos. Y en verdad
los israelitas antes de la pasión de Cristo; el segundo explicará el
que esto les fue concedido con la aprobación divina. Saúl, de la
eclipse y obscurecimiento de aquellas prerrogativas en las que caye­
tribu de Benjamín, fue nombrado rey, y después de él, David, de la
ron por el pecado de infidelidad; y el tercero, de la recuperación de
tribu de Judá, de acuerdo con la profecía de Jacob. Más tarde, divi­
aquellas prerrogativas y de la aptitud adquirida para alcanzarlas de
dido el reino, muchos, tanto en Judá con quien permanecieron Ben­
nuevo en cuanto no se oponga a la jerarquía eclesiástica, una vez
jamín y Leví como en las otras tribus que, al seguir a Jeroboam, de
eliminado el impedimento de infidelidad por el agua del santo bau­
la tribu de Efraím, recibieron el nombre de Israel, tuvieron un solo
tismo.
reino. Finalmente, forzadas a emigrar de manera inevitable las diez
tribus, y volviendo a Jerusalén después del cautiverio las otras tri­
bus que habían permanecido en Judá durante y después del tiempo
Subartículo primero
de la cautividad de Babilonia, el reino volvió a restablecerse en
parte. Este reino nombrado bajo diferentes títulos vino a parar a los
En cuanto al subartículo primero ¿quién duda que como en
Macabeos, descendientes de la tribu de Lev!, cuya tribu en sus indi­
otras naciones antes de la venida de Cristo hubo en Israel dignida­
viduos, a veces, se unía en matrimonio con la tribu de Judá. Entre
des tanto sacerdotales como reales? Más aún, después de la ley
ellos, Arestobol0 5 , hijo de Juan de Hircania, hijo del hijo de
escrita la investidura sacerdotal en su auténtica acepción subsistió
Simeón, el último de los hijos de Matatías, y alguno más, se atribu­
solamente entre ellos, porque aunque Melchisedech 1 haya sido el
yeron título de reyes hasta la llegada del que había de ser enviado.
sacerdote del Dios altísimo, con todo, una vez recibida la ley, lee­
El reino de Israel, que por razones especiales se había separado de
mos que ningún sacerdote había sido grato a los ojos de Dios,
las otras tribus, desapareció por completo, y para decirlo según la
excepto aquellos que Dios estableció por medio de Moisés; a aque­
apostilla de Nicolás de Lira6 , al extinguirse el reino de los judíos y
llos otros, sin embargo -a los que la gente llamaba sacerdotes,
haber muerto su rey Sedechia en el cautiverio de Babilonia, el pue­
aunque de cuando en cuando la Sagrada Escritura 2 los mencione
blo fue gobernado desde tmtonces por algunos descendientes de la
bajo el nombre de sacerdotes, como los llamaron los filisteos, y en
tribu de Judá. Zorababel fue su caudillo a la vuelta del cautiverio.
otra ocasión3 ; llamad a todos los sacerdotes de Bahal- no los
Después gobernaron al pueblo los sacerdotes, como muy obvia­
compromete esta denominación, que en este caso denota no la
4. Samuel8,5.
1- Génesis 14, 18. S. Pedro Comestor, Historia scho/astíca. "Libri prímus et secundus Machabeo­
2. 1 Reyes 4, 2.
3. 11 Reyes lO, 19. rum, ML, vol,.189. pp, 1506-1538.
6. Nicolás de Lira, G/ossa Ordinaria, tomo r. fol. 458.
218
219
mente está a la vista en la época de los Macabeos, que eran también
de la tribu de Judá, porque estas tribus, la sacerdotal y la real, algu­ Capítulo tercero
nas veces se unían en matrimonio: Josabeth, la hermana de Oloho­
sias, rey de Judá, era la mujer del pontífice Yoyade. El reinado de Como es notorio que tuvieron sacerdocio y reino, que son la
estos reyes descendientes de los enlaces de Judá y de Leví duró cumbre de las dignidades, resultaría inútil y superfluo hablar de
hasta los tiempos de Herodes, que era de linaje de nobleza extran­ otras dignidades, porque en donde existe un reino es obligado que
jera y bajo cuyo reinado -según la carne y procedente de ambas existan principados y ducados. Y esto tampoco lo calló la Sagrada
tribus, la de Judá y la de Lev!, como dijimos anteriormente- nació Escritura al citar en diferentes lugares príncipes de la milicia, centu­
Cristo, rey de reyes, de quien viene toda potestad y7 cuyo reino no rianos y tribunos, que son obviamente nombres de mando de activi­
tendrdfin. dades militares, y que nosotros los pasamos por alto como cosas
conocidísimas. Ahora bien, como la nobleza acostumbra a decirse
de aquello que no es vileza y constituye un alejamiento de la íntima
bajeza, y como la prominencia del sacerdocio y del reino está muy
distante de la vileza común del bajo vulgo, era lógico que donde
existía la grandeza de los reyes, estuviera presente la más alta
nobleza. Por otra parte, además, los mismos príncipes de la leyl en
sus tratados pusieron la nobleza teológica en el reconocimiento
divino, la nobleza natural o moral en el ejercicio de las virtudes,
situando la nobleza civil en el reconocimiento del que tiene el ejer­
cicio del poder, y en virtud de la cual distingue a alguien sobre los
hombres honestos del pueblo. Por consiguiente, si el que teniendo
poder hace nobles a otros ¿no será también noble, más bien nobilí­
simo, el mismo príncipe del que emana el poder de acuerdo con el
dicho profétic0 2 : Yo que hago engendrar a los demds. ¿seré estéril?
Es de sobra sabido.pues, que esta triple clase de nobleza la han
tenido muchos israelitas antes de su infidelidad, y tantas veces la
Sagrada Escritura da testimonio de que algunos de ellos fueron
agradables a lo ojos de Dios, adquiriendo así la nobleza teológica,
que no sería justo dudarlo. ¿Quién lo podrá dudar cuando es com­
pletamente obvio que la han tenido los patriarcas, los profetas, y
algunos reyes y sacerdotes virtuosísimos, y que han brillado por sus
virtudes morales hasta tal punto que se distinguían también por su
nobleza moral o natural? Porque no hubieran sido agradables a los
ojos de Dios si estuvieran exentos de la hermosura moral; porque

7. Lucas 1,33. 1. Legistas, los mss anotan: videlicet Bar. en L. 1; c. de digni., Ji, 12.
2. Isaías 66, 9 (la versión de la Biblia es muy libre).
220
221
incluso muchos de ellos son alabados por su prudencia, justicia for­
taleza, y templanza en muchos lugares. ¿Quién más prudente que familias Y los hombres del ejército de Israel a los que Moisés y
Salomón? ¿Quién más justo que Samuel? ¿Quién más fuerte, no Aarón tomaron junto con toda la muchedumbre del pueblo. Y está
escrito para que todos comprendiesen que en aquel pueblo, como en
diré que Sansón para que no parezca que tomamos la fortaleza en el
las demás naciones, los nobles eran distintos de la plebe. Y a Saúl
sentido de fuerza física, sino que David y que algunos de sus solda­
se le dij05: he aquf en esta ciudad un varón de Dios, un varón
dos que en el sagrado canon son alabados como fortísimos?
noble, de manera que no fuera suficiente el haber dicho tan sólo
¿En la actividad militar y en la grandeza guerrera no tuvieron
varón de Dios, que indica nobleza teológica, sino que se le afl.adió
Macabeo y sus hermanos no solamente fortaleza militar y política,
que era varón noble para que se entendiese que en aquel varón
sino también la más auténtica fortaleza por efecto de la virtud o, por
había nobleza política o civil. Y de Abisay6 se escribe que entre tres
mejor decir, por efecto del creador de la virtud misma, el Dios por el
valientes varones él era el más noble: e Isaías, lamentando la futura
que ellos virilmente peleaban? ¿Quién, pues, no apreciará que la tem­
destrucción de Jerusalén, dice1 : desaparecerán de al/( sus nobles; y
planza ha brillado en José, en Susana, y en otros muchísimos que pre­
el evangelista Marcos8 llamó a José de Arimatea noble varón y
firiendo la virtud del alma a la vida del cuerpo renunciaron con gran
decurión; Lucas atestigua en los Hechos de los Apóstoles 9 que esta­
peligro suyo a los contactos prohibidos? Y si queremos conceder
nobleza a la virtud moral, ¿no fueron acaso aquellos, nobles? Está ban presentes no pocas mujeres nobles.
¿Cómo, pues, se puede dudar de que en aquel pueblo en el que
muy claro también que ellos abundaron en la nobleza que nosotros lla­
hubo sacerdocio y reino hayan brillado algunos con el esplendor de
mamos civil. El sagrado canon nos da el testimonio en muchas ocasio­
la nobleza como en otras naciones? Lo que no quiere decir que
nes en cuanto al sacerdocio y al reino y a otras representaciones de
llame nobles a todos los de aquel pueblo, sino que llamó nobles a
principados y de dignidades a la que está íntimamente unida la
algunos de sus individuos, como en otros pueblos, porque ni existió,
nobleza civil.
ni existe nación alguna en la que todos sean nobles.
y ya que la Sagrada Escritura está llena de sacerdocio y de
reino, intercalemos unos poquísimos testimonios relacionados con
la nobleza civil acerca de la que comenzó la plática. Dice Moisés al
no poder sobrellevar solo la carga del gobierno y al haber elegido
algunos para dirigir3 : tomé yo de vuestras tribus hombres sabios y
nobles y los constituf cabos, jefes de millar, de centena, de cincuen':'
tena y de decena para que os enseñaran cada una de estas cosas.
Lo dice para hacer ver que en algunos de los de su pueblo no sola­
mente existía sabiduría, que es virtud intelectual, sino también
nobleza civil. Y después de haber contado al pueblo por mandato
divino, y de haber establecido autoridades en cada una de las tribus,
S. 1 Samuel 9, 6.
y de haberlas designado por sus propios nombres, quedó escrit04 : 6. n Samuel 23, 18-19. (Realmente dice lo contrarío: que era muy renombrado,
estos son los nobilfsimos prfncipes del pueblo entre las tribus y las pero que no igualaba a los tres -los tres eran: Jesbel, Eleazar y Sama).
7. Isaias, 34, 12.
8. Marcos 15, 43. (Exactamente dice: ...vino José de Arímatea, miembro ilustre
3 Deuteronomio 1, 15. del Sanedrín... )
9. Hechos de los Apóstoles 17. 12. (Dice: ... y además mujeres griegas de distin­
4. Números 1, 16-17.
ción...).

222 223
Capítulo cuarto
vosotros alianza de paz y que nos inscribáis en la lista de vuestros
aliados y amigos. Y estas palabras fueron bien recibidas. He aquf
,
1: 1 I
I E incluso Pedro para atraerlos más fácilmente a la fe les recor­
"'1' ahora la copia de la epfstola que los romanos escribieron en tablas
daba la dignidad y nobleza del pasado, diciéndoles l : vosotros sois
de bronce y que enviaron a Jerusalén para que les sirviese de
nación santa, linaje escogido, sacerdocio real. Y esto en verdad,
memorial de paz y de alianza.
téngase en cuenta, que ha sido escrito tanto para los que descendían
El espíritu del pacto fue redactado con hermosas palabras de esta
de Israel como para los otros, sin embargo, para el que lo examine
manera: Salud a los romanos y al pueblo judfo por tierra y por mar
con atención, del orden de estas palabras se deduce una diferencia
para siempre, y que la espada y el enemigo estén siempre lejos de ellos.
temporal, pues el pueblo al vivir bajo la ley escrita era llamado
y si el pueblo romano fuere primero atacado o lo fuere alguno de sus
reino sacerdotal, reino, usado como sustantivo, como algo
aliados en todo su imperio, el pueblo de los judfos les prestará auxilio,
superior; en cambio, sacerdotal se colocaría bajo la forma de adje­
según las circunstancias lo dicten, con plena lealtad. Al enemigo no le
tivo, inferior (o menos principal), porque el sacerdocio de aquella
dará, ni suministrará trigo, armas, plata, ni naves. Esta es la voluntad
época era imperfecto, ya que bajo él no se ofrecía otra cosa que la
de los romanos y guardarán este convenio sin compensación ninguna.
sangre de machos cabríos, de becerros y otros animales semejantes.
Asf mismo si el pueblo judfo fuere atacado primero, los romanos le ayu­
Por el contrario, bajo la ley de la gracia al pueblo católico se le
darán lealmente, según las circunstancias lo dicten, y al enemigo no le
llama sacerdocio real, de tal manera que sacerdocio, al figurar como
darán trigo, ni armas, ni plata, ni naves. Esta es la voluntad de los
sustantivo, representa la primacía; real, sin embargo, como menos
romanos y guardarán este convenio sin fraude alguno"
importante, figura bajo la forma de adjetivo, porque el sacerdocio
y si los romanos, cuyo poder fue superior a todo poder de la tie­
de la nueva ley por el cual Cristo es inmolado es perfectísimo. Por
rra, tanto en grandeza de ejércitos como en extensión de dominios, así
último, de la Iglesia triunfante escribió Juan 2 : y nos han hecho reyes
como en duración temporal, recibieron en igualdad de alianza y com­
y sacerdotes de Dios, poniendo a uno y a otro bajo forma de sustan­
promiso a los israelitas que estaban ya ciertamente muy venidos a
tivos, como cosa principal, porque ya no existe superioridad alguna
menos, no despreciando contar entre sus Escipiones y entre sus otros
por razón de la calificación de real o sacerdotal, sino que sólo se
preclaros caudillos como amigos y aliados a los Macabeos de la tribu
tienen en consideración los méritos propios de cada persona.
de Leví, ¿quién que esté en su sano juicio podrá dudar que en aquel
Mas entre los testimonios de la Sagrada Escritura incorporemos
pueblo, como en otras naciones, a su manera brilló la práctica militar a
también el testimonio de los mismos gentiles. ¿Acaso los romanos,
la que acostumbra a estar unida la nobleza civil, cuando está clarísi­
que en aquel entonces en~re los imperios de los gentiles tenían el
mamente manifiesto en el sagrado canon y en las historias antiguas?
más grande y principal, no hicieron un pacto de igual a igual con
Insistir en esto aquí sería totalmente absurdo y más propio de
Judas Macabeo y con su pueblo? Atestigua esto el Libro de los
un contexto histórico que de nuestro propósito, empero, el que en
Macabeos que cuenta que, habiendo enviado Judas Macabeo una
esto quiera documentarse más ampliamente lea el sagrado canon y
delegación a los romanos, los delegados después de un largo viaje
al erudito maestro de la hi~toria4, así como a Josefo S, y tanto acerca
llegaron a Roma, entraron en la curia, y dijeron 3 : Judas Macabeo,
sus hermanos y el pueblo de los judfos nos envfan para hacer con
4. Pedro Comestor, Historia Scholastica, M., vol, 198, pp. 1049-1722. El autor
1. Pedro 2, 9. hace un comentario de los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento desde el
2. Apocalipsis 1,6. Génesis hasta los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles.
3. Macabeos 8, 20-28. 5. Josefo, De antiquitatibus, ed. Didot, 1845, 1; De bello judaico, ed. Paris,.
Didot, 1847,11.

224
225
de la historia antigua como de las guerras judías en donde verá
muchas acciones valerosas hechas por los israelitas en el ejercicio Capítulo quinto
militar. De tal manera que el que quisiere volver a estudiar concien­
zudamente las crónicas de los diferentes autores se encontrará con
que no ha habido, con la excepción de Troya, destrucción, ni asedio
de ciudad alguna, con tanta luchas, con tantas desgracias, ni tan Subartículo segundo
asociada, por así decirlo, con la muerte, como el famoso asalto del
Fue muy merecido que todas estas cosas en parte hubieran sido
asedio final de Jerusalén en el que perecieron un millón de hom­
perdidas, en parte oscurecidas, por la infidelidad de aquellos que no
bres. Y no hay que pensar que hubiesen perecido tantos hombres si
quisieron recibir a su Salvador. Era lógico que los que rehusaron ser
no hubiesen caído en los mismos combates luchando y defendiendo
alumbrados por la luz de la divina claridad permaneciesen ciegos,
valientemente la ciudad, pues era costumbre que los vencedores,
de estos está escrito 1: porque los cegó su maldad. Los que despre­
una vez conseguida la victoria, no mataran a los que encontraban
ciaron unirse al sacerdote eterno se verían despojados del sacerdo­
vivos, sino que los esclavizaran.
cio, y los que no quisieron escuchar al más legítimo de los legisla­
En todo esto hay algo que alegra la piedad católica y a lo que
dores serían apartados de los beneficios de la ley, pues dice el
creo que hay que prestarle atención: que así como en aquel tiempo
apósto12: mudado el sacerdocio, de necesidad ha de mudarse tam­
en que estaban unidos a Dios se iniciaron venturosamente en la
bién la ley. Y los que negaron al rey eterno diciend0 3 : nosotros no
milicia y al salir del cautiverio temporal de Egipto derrotaron a ejér­
tenemos más rey que al Cbar, serían privados de los títulos reales,
citos poderosísimos y muy fuertes, de la misma manera al apartarse
y los que rehusaron ser ciudadanos de la celestial Jerusalén, que
de Dios en su anteriormente dicha última batalla, la llamada guerra
está en el cielo y es libre y madre nuestra, vivirían en la esclavitud
judía, perdieron de modo irreparable su milicia armada al ser derro­
en las ciudades terrenas, y merecidamente, por supuesto, aunque en
tados por Tito y Vespasiano, quedando como en el cautiverio de un
aquel tan criminal grupo intervinieron pocos en número, teniendo
Egipto espiritual por exigencia de sus propios pecados. Y así como
en cuenta que las diez tribus desde hacia mucho tiempo habían sido
por la divina clemencia fueron librados del Egipto material a través
trasladadas a regiones extranjeras, y que de las tribus que habían
del paso del Mar Rojo seftalándoles el camino una columna de
permanecido en Judea, muchos que vivían en diferentes ciudades
fuego, así serán misericordiosamente liberados del Egipto espiritual
fuera de Jerusalén, así como muchos de los de los alrededores de
de la infidelidad, y de todas sus congojas, por el Mar Rojo del agua
Jerusalén, no se encontraban .allí.
bautismal, enrojecidos por la sangre de Cristo al pasar a la fe cató­
¿Quién podría decir cuántos santos varones y cuántas santas
lica y seftalándoles el camino la columna de fuego del amor del
mujeres se dolieron profundísimamente de esta acción tan perversa?
Espíritu Santo.
¿Quién podrá imaginarse la dolorosa amargura que afligió a la ya
bienaventurada Virgen, atravesada su sacratísima alma por una
espada? Se dolían también profundamente las santas mujeres a las
que la bondadosísima voz del Salvador les dij04: hijas de Jerusalén,

1. Sabiduría 2, 2 L
2. Hebreos 7, 12.
3. Juan 19, 15.
4. Lucas 23. 28.

226 227
I

J
no l/oréis por mi. Y en verdad que lloraban, y algunas de ellas pres­
taron piadosísimos cuidados al Señor una vez sepultado. Y lo estos dos convenían a este propósito: "uno de la sierva", Ismael, y
mismo el venerable grupo de los apóstoles, y Nicodemo, decidido "otro de la libre", Isaac. Y aunque Agar, la madre de Ismael, fue
seguidor de los discípulos, y José de Arimatea, de todos ellos está mujer de Abrahan, sin embargo Sara conservó el nombre de esposa
lleno el Kalendarium y (que) aunque presentes en cuerpo, espiri­ como primera: Agar, en cambio, fue designada con el nombre de
tualmente estaban muy lejos de la monstruosísima malicia de los sierva l0, pero el de la sierva nació según la carne, el de la libre en
otros. Por eso aquellos muy perversos vociferaban5 : que no sea virtud de la promesa, porque Abrahan cuando había engendrado a
durante la fiesta, no vaya a alborotarse el pueblo. Temían, pues, y Ismael no era todavía de edad muy avanzada; Agar, en cambio, era
temían con razón, al pueblo que lo tenía como profeta, aunque más una muchacha joven. No es tan raro, pues, que un hombre de avan­
tarde los sacerdotes incitaron a ese pueblo para que pidiese a zada edad engendre de una mujer joven como para que se tenga por
gritos6 : ¡crucifiquenle! un milagro, por 10 tanto se dice nacer según la carne, porque real­
He aquí, sin embargo, que los muy impíos no pidieron que la san­ mente Abrahan tenía cien años y Sara era muy vieja, era nonagena­
gre cayese sobre todo el pueblo, sino que cayese sobre si y sobre sus .rla, y ya le había desaparecido la fertilidad. Por eso Isaac, al ser
hijos, diciend0 7 : caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros engendrado, según Sara decía l1 : cuando estoy ya consumida voy a
hijos. En realidad hablaron proféticamente, porque como anterior­ remocear, siendo ya también viejo mi Señor, muestra nacer por pro­
mente dijimos, se dice hijos por semejanza o imitación, del mismo mesa, colaborando Dios por supuesto con la naturaleza, porque lo
modo que se dice Tubal8 al padre de los que tocan la cftara, no preci­ dicho de manera alegórica, como dijo el apóstol, como hecho no
samente por generación carnal, sino por continuidad en la manera de hubiera sucedido así en la realidad.
obrar o de pensar -yen efecto la Sagrada Escritura con mucha fre­ La cosa sucedió al pie de la letra como está escrito, pero como
cuencia habla de hijos por 'semejanza o a imitación. Estos, pues, que bajo el sentido literal está encerrado el alegórico por el cual se rige
quisieron participar de la filiación de aquellos, merecieron hacerse la fe, bajo este sentido l2 : estas mujeres son los dos testamentos, uno
coopartícipes de la culpa perpetrada en el derramamiento de su sangre, en el monte Sinaf, en donde fue dado por Dios el que llamamos
y coopartícipes también del castigo que debe seguir a la culpa. Y Viejo Testamento, y cuya figura representó Abrahan cuando engen­
como rechazaron ser hijos de Sara por medio de la fe, al adquirir la dró a Ismael de Agar. Este testamento, pues, engendró en la servi­
filiación de Agar, por infidelidad, cayeron en la servidumbre. dumbre' ya que sometía a los hombres a la esclavitud de las cere­
y el apóstol, al explicar esta servidumbre, alegóricamente monias legales, una carga insufrible. de la cual decía Pedro 13 que ni
representó de muy diligente y profunda manera la situación de los nuestros padres. ni nosotros fuimos capaces de soportar. Agar,
hijo de Abrahan diciend0 9 : porque está escrito que Abrahan tuvo pues, es alegóricamente la figura de la servidumbre de la ley. 14El
dos hijos, no porque no hubiese tenido otros, porque de Cethura Monte Sinaf se halla en Arabia, que vive en esclavitud con sus
había tenido varios como la escritura hace mención, sino porque hijos, pues aunque el Sinaí, de acuerdo con la distancia terrestre,
tomado en el sentido literal, no diste poco de Jerusalén, sin
5. Mateo 26,5. embargo, en el sentido alegórico en el que aquí hablamos, está
6. Mateo 27, 22-23
7. Mateo 27. 25.
8. 10. Gálatas 4, 23.
Génesis 4, 21. (El nombre de su hermano fue Jubal, no Tubal, el padre de cuan­ 11. Génesis 18, 12
tos tocan la cítara y la flauta).
9. 12. Gálatas 4, 24.
Gálatas 4, 22.
13. Hechos de los Ap6stoles 15, JO.
14. Gálatas 4, 25.
228
229
unido a ella, porque la condición de servidumbre de la ley de la
escritura significada por el Monte Sinaf estaba entonces en vigor en Capítulo sexto
Jerusalén, en la que estaba el templo, en donde se ofrecían sacrifi­
cios y se practicaba el culto según la ley. El templo aún no había Aquella Jerusalén terrena junto con sus hijos era realmente
sido destruido por los romanos cuando Pablo hablaba de esto, por­ esclava, porque los judíos, al seguir al pie de la letra la legislación,
que su destrucción tuvo lugar después del martirio del apóstol, y estaban bajo la servidumbre de la ley, lmas aquella Jerusalén que
éste lo sufrió bajo el imperio de Nerón. El templo, en realidad, fue está arriba, la Iglesia militante, a la que alegóricamente se le llama
destruído en la época de Tito y de Vespasiano. Nerón fue anterior a 1erusalén, y que se proclama que está arriba porque predica y pro­
Tito en casi veinte aftoso mete bienes celestiales y nos exhorta a que nos encaminemos al cielo,
es la Jerusalén que "está libre" de la esclavitud de la ley escrita y que
"es nuestra madre", la de todos los cristianos, porque por ella hemos
sido regenerados a través del bautismo. Y esto lo quiso demostrar el
apóstol con autoridad profética, al decir2 : pues estd escrito: alégrate
estéril que no pares. En realidad lo decía IsaCas de la generación
segunda, de la que se genera por la ley de la gracia y bajo la cual la
Iglesia esperaba rebosar de gentes convertidas a la fe.
En el período del Viejo Testamento la gentilidad era estéril,
vacía de obras, más el apóstol a los convertidos de la gentilidad y
que vivían honestamente bajo la fe católica los exhorta a que rom­
pan en alabanzas divinas y que griten con el corazón y con la boca
en acción de gracias, "porque son muchos los hijos de la abando­
nada" --esto es, de la gentilidad convertida a Cristo que anterior­
mente había sido abandonada a causa de la gentilidad y de la idola­
tría- "más que los de aquella que tiene marido", esto es, de la
sinagoga, que en el monte Sinar se desposó con Dios por la recep­
ción de la ley, aunque no de manera indivisible, porque el matrimo­
nio no se consumó hasta que la inefable y asombrosa unión de la
divina y humana naturaleza formó una sola persona y substancia en
Cristo. Entonces a esa naturaleza humana, al unfrsele Dios, se
siguió la ley de la gracia por la que estamos unidos a Dios, y se nos
. llama y somos hijos de Sara, esto es, de la Iglesia militante.
Mas como muchos en cantidad procedieron de la gentilidad,
por eso a muchos se les llama hijos de la abandonada; de la que
tuvo varón, esto es, de la del pueblo israelita, vinieron algunos,

Gálatas 4, 26.

Gálatas 4,27.

230
231
pero en menor cantidad. Sin embargo, todos están comprendidos
sario ser gobernado por el. alma, y a la parte sensible ser regida por
bajo eP nosotros somos hijos de la promesa, cristianos a la manera la inteligencia y por la parte racional; la igualdad o lo contrario
de Isaac y a semejanza de él engendrados por la magnificencia de la
sería perjudicial para todos", Esto dice Aristóteles.
gracia, no por el ordinario curso de la naturaleza. Y con esas pala­
Igualmente, pues, en la sociedad humana los que son inferiores en
bras clarisimamente el apóstol da a entender que todos los regene­
discernimiento deben ser gobernados por los más inteligentes, y al ser
rados por el bautismo son hijos libres y de madre libre, que es la gobernados por otros, en cierto modo se dice que viven en esclavitud
Iglesia militante, engendrados según la promesa de redención a
y que son esclavos. Por eso ai'iade el mismo Aristóteles5: "y a los que
imagen de Isaac; en cambio, los que permanecen desleales bajo la
distan tanto como el alma del cuerpo y el hombre de la bestia se dis­
ley escrita y rehusan aceptar la ley de la gracia deben ser llamados pone de ellos de este modo, y de los tales es útil el uso de sus cuerpos,
hijos de Agar, la sierva, que es la sinagoga y, por consiguiente,
que es 10 mejor de los mismos. Estos en realidad por naturaleza son
deben ser llamados siervos, tomado el vocablo de una manera gene­
siervos para quienes lo más conveniente es ser gobernados por este
ral, porque en lo tocante a aquellas cosas inherentes a la servidum­ poder". Esta doctrina de Aristóteles prueba con claridad que si carecen
bre, el hijo sigue la condición de la madre. totalmente de inteligencia, como los niños recién nacidos y como los
Si queremos examinar qué clase de servidumbre es ésta debe­ tontos. entonces existe sobre ellos una especie de autoridad despótica
mos tener en cuenta que en la servidumbre hay tres clases, para que porque no se les pide opinión, ni voto, en lo que tienen que hacer, por­
de acuerdo con las propiedades de cada una consideremos cuál de que no tienen capacidad para discernir; en cambio, si tienen inteligen­
ellas puede aplicarse a este caso. Hay, pues, servidumbre "a cia, aunque en un grado inferior, en ese caso los gobernados por otros
natura", servidumbre "ab humana lege", y servidumbre "a jure parecen ser gobernados por un poderío político bajo el cual lo que se
divino"; a estas tres servidumbres las llamamos respectivamente: propone el que gobierna es que la voluntad de los súbditos se acomode
natural, civil y teológica. Se les llama siervos por naturaleza a los a su mandato racional.
que son tan torpes de ingenio que necesitan ser dirigidos por otros Mas así como en el cuerpo humano muchas veces los miembros
más capacitados, del mismo modo que en el individuo humano el por una determinada enfern'ledad grave no se mueven a las órdenes del
alma intelectiva manda al cuerpo, aunque de diferente manera, dán­ alma, e incluso en ocasiones vemos que se mueven contra los deseos
doles órdenes a sus miembros como quiere, a modo de autoridad, de la misma, como cuando por parálisis u otra molesta enfermedad
sin pedirles aprobación o parecer, ya que no tiene ni poder irascible nuestros miembros tiemblan y con frecuencia sufren convulsiones con
ni concupiscible. De hecho los miembros suelen moverse a voluntad desagrado de la voluntad, de manera igual sucede en la sociedad
del alma; a los apetitos sensuales, a manera del poder político, les humana. Porque, aunque por naturaleza los completamente tontos, o al
ordena lo que tienen que hacer, inclinándolos a que se sometan a la menos los más tardos de ingenio, deberían ser gobernados por los
razón. De aquí que diga Aristóteles 4 : "en lo viviente lo primero que mejores y más sabios, y bajo esta consideración se dice que son como
hay que considerar con cuidado es la autoridad política y despótica: esclavos. muchas veces, sin embargo, por sus imperfecciones, oponen
el alma realmente manda al cuerpo con autoridad despótica; el resistencia y no sufren el gobierno de los que están por encima. Mas
entendimiento domina a las pasiones con autoridad política y real. no por esto la doctrina de Aristóteles deja de ser útil, pues nos dice
Con lo que está claro que, según la naturaleza, al cuerpo le es nece­ qué se debe hacer, qué es lo que conviene, y qué es lo que aconseja la
naturaleza. Cada uno de nosotros, empero, considere lo que haga.
3. Gálatas 4. 28.
4. Aristóteles, Política, lib. 1, cap. TI. (De la esclavitud).
S. Aristóteles, ibídem.

232 233
De esta servidumbre, en realidad, hay que entender aquello que
dice el apóstol 6 : mientras el heredero es menor, siendo el dueño de Capítulo séptimo
todo, no difiere del siervo, sino que está bajo tutores y curadores
hasta lafecha señalada por el padre. Y esto en verdad no se puede La segunda servidwnbre es la que procede de la ley hwnana, de la
entender de ninguna otra esclavitud, tenidas en cuenta las propieda­ que el derecho habla en muchos lugares. A esta servidwnbre algunos
des de las otras esclavitudes de las que un poco más adelante habla­ comentaristas morales de la fIlosofía la llaman legal, apropiándose de la
remos. Porque muchas veces sucede que son colocados, bajo edad manera de hablar de Aristóteles que al tratar de esta clase de servidum­
infantil, reyes y poderosos de distinguida nobleza, y hombres de bre comenta que un hombre puede ser, según la ley, esclavo y servidor,
buena condición social a los que nadie que esté en su sano juicio se y que esta leyes el resultado de una convención en virtud de la cual los
atrevería a decir que están bajo otra esclavitud, cuando están lejísi­ resultantes vencidos en la guerra se dice que pasan a ser propiedad de
mos de la esclavitud civil, ya que incluso esos mismos, con frecuen­ los vencedores. Nosotros, en cambio, por el momento, no la llamaremos
cia, tienen sometidos a su autoridad abundancia de siervos, y servidumbre legal, sino civil, ya que como aquí hablamos muchas veces
muchos de ellos en gran número. Tampoco les viene bien a éstos la de ley divina, si la llamáramos legal, alguno, quizás engafiado por el
esclavitud teológica, porque no pueden estar manchados de pecado doble sentido, creería que se dice legal por alusión a la ley divina. Para
alguno cuando gozan de la inocencia propia de la edad. Solo nos evitar, pues, este equívoco, la llamaremos civil. Este nombre de civil,
queda, ya que la doctrina del apóstol no está exenta de autoridad, además, se acomoda a la ley porque parece contraponerse a aquella
que se les llame siervos en confonnidad con la esclavitud temporal nobleza que llamamos civil, de tal manera que para que se comprenda
que está basada en la falta de capacidad. mejor la oposición entre ellas reciban ambas el mismo nombre.
y aunque por naturaleza todos nazcan libres en lo que se refiere
a esta servidumbre, como dice el jurista Ulpiano 1 cuando habla de
manumisión, acción de conceder la libertad a un esclavo -y que
tuvo su origen en el derecho de gentes, ya que por derecho natural
todos los hombres nacerían libres y la manwnisión no hubiese sido
conocida al ser desconocida la servidumbre- y aunque el mismo
Ulpiano dice en otro lugar2 "que en lo que toca al derecho natural
todos los hombres son iguales", sin embargo, por ciertas razones
fue introducida esta servidumbre, como se expone en diferentes par­
tes del derecho, tanto en el derecho hwnano, al que se le llama dere­
cho de gentes, como en el derecho civil. Mas no es del presente pro­
pósito hablar extensamente de esta servidumbre, ya que de estos
esclavos el derecho trata con mucha amplitud, solamente diré esto:
que al que está sometido a esta servidumbre no se le considera per­
Sona, de modo que no puede comparecer en juicio, ni querellarse

1. Ulpiano en Corpus Juris Civilis. "Digestorum liber primus", tito 1, De justitia et


jure, 4 (Manumissiones), tomo 1, p. 142.
6. Gálatas 4, 1-2. 2. U1piano, en Corpus Juris Civilis. "Digestorum liber L", tito XVII, De diversis
regulis Juris Antiquí (Quod attinet), tomo l. p. 1895.

234
235
judicialmente con su sefíor o con cualquier otro. ni ser duefío de
bien temporal alguno. nos pertenece por derecho". Por lo tanto el apóstol no se refirió a
La tercera servidumbre que proviene de la ley divina es la servi­ esta clase de servidumbre.
dumbre del pecado, ya que dice la escritura3 : el que comete pecado es La tercera, pues, que es la servidumbre de pecado y que llama­
siervo del pecado. ¿De cuál de estas servidumbres hablaría el apóstol, mos servidumbre teológica, es la más adecuada a esta situación. Y el
cuando dice que aquellos que observaban el culto de la ley mosaica mismo orden del lenguaje manifiesta que el apóstol se había referido
eran tan esclavos como los hijos de Agar? De las palabras expuestas a ésta porque la felicidad y la infelicidad pasa de Agar a Sara. y de
por él, tanto en lo acabado de decir como en lo dicho en otros lugares, Sara a Agar. de tal manera que se llamen hijos de Sara, y lo sean, los
se podría deducir que no pudo hablar de la servidumbre de naturaleza, que por medio del agua del sagrado bautismo, como por mano de
ya que ésta depende de la agudeza o de la torpeza del entendimiento; partera, salen renacidos del vientre de la Iglesia militantes, imagen
por otra parte se sabe que bajo el paganismo. o bajo la circuncisión, no prefigurada por Sara; hijos de Agar, en cambio, que en principio
todos los infieles vivían en la oscuridad intelectual hasta el extremo de representaba la sinagoga, ya que dió a luz antes que Sara, llámanse
ser tan torpes como que por esta falta estuvieran sometidos a la volun­ aquellos que se juzgan todavía atados como con cepos a las ceremo­
tad de otros. Ni tampoco se podría imaginar país alguno, pueblo o nias legales completamente superadas con la aparición de Sara, lo
familia que sea toda ella poderosa por su inteligencia, o que su inteli­ que no podría encajar en la auténtica servidumbre natural O civil.
gencia esté sumida en una total oscuridad. Unos, pues, más inteligen­ La servidumbre natural que procede de la debilidad de inteli­
tes o más torpes. en cuanto a cuerpo más ágiles o más pesados. se gencia, y de su inferioridad, jamás o muy raramente desaparece, a
someten a otros según las cualidades de sus individuos. no ser que provenga de la falta de edad, de tal manera que al adqui­
Tampoco el apóstol quiso hacer referencia a la segunda servi­ rir el desarrollo conveniente brote la fuerza de las dotes intelectua­
dumbre a la que llamamos civil. ya que en su época muchos de los les; pero muy difícilmente la energía intelectual experimenta cam­
infieles, tanto judíos como paganos, abundaban en bienes tempora­ bios por otras razones, porque según Valerio, el estudio y la
les, pues entonces aún Jerusalén no había sido destruída y hoy toda­ disciplina hacen las inteligencias más brillantes, pero no mejores.
vía tiene abundancia de bienes materiales en diferentes partes del Lo que no hay que entender como algo que se tenga por imposible.
mundo. Además los mismos judíos que viven dentro de nuestro sino por muy difícil. La servidumbre civil, aunque desaparezca con
ámbito gozan de bienes materiales de acuerdo con la calidad de su más facilidad, sin embargo, no hasta el punto de que la libertad
estado. y en los juicios acusan y son acusados. no solamente en los dependa de la voluntad del que sirve; en la servidumbre teológica,
juicios con simples ciudadanos. sino también en los juicios con los en cambio, no sucede así, sino que cuando el que sirve desea de
mismos príncipes con los que algunas veces negocian. Y cuando todo corazón lograr la libertad, al instante la misericordia divina le
sobre la ejecución de lo contratado surgen las disputas en el consejo concede la libertad por medio de los sacramentos. Y como la escla­
real yen otras partes. plantean demandas fiscales contra los procu­ vitud del pecado. a la que llamamos teológica. es vergonzosa, y no
radores (administradores) y reciben legalmente tierras en cesión o sin razón sobrepasa en culpa a todas las servidumbres. aunque aca­
en heredad. lo que es contrario a la servidumbre civil, porque como rrea innumerables dafíos a todos los pecadores. en los judíos, sin
dice el jurista4 : "no se puede tener litigio alguno contra alguien que embargo, afíade la maldad de las otras servidumbres, porque el
pecado de infidelidad es gravísimo, pecado que ellos mismos con su
3. Juan 8. 34.
4. Jurisconsulto. Gaius en Corpus Juris Civi/is, "Digestorum pars secunda". líber terquedad y duración de tiempo lo convirtieron en más grave y en
V, tito 1. De Judiciis. 4 (Lis !lulla). tomo l. p. 298. más digno de culpa, y porque, además, inmediatamente después de
cometido, como Sodoma. lejos de ocultarlo, lo pregonaron.
236
237
No pueden, pues, ser llamados inteligentes cuando no encami­
nan sus acciones a un buen término, aunque algunas veces en las Capítulo octavo
cosas pequeí\as parezcan ingeniosos, porque la agudeza que tiende
hacia un mal fin, como dice Aristóteles S, no es sabiduría, sino astu­ No hay que maravillarse de que a las almas enfermas, cuando se
cia. Por lo tanto al no usar enteramente de la inteligencia como con­ les arrastra hacia la salvación, les desagrade. Le decía Agustín a
viene, parecen esforzarse en la servidumbre natural. Tiene necesi­ 1>onato 1: "no te agrada que te atraigan a la salvación, sin embargo, por
dad, pues, de un guía que les dirija por el camino de la salvación este desagrado no hay que' desistir, como no debe desistir el médico
eterna. Por este motivo es muy conveniente que, como carentes de del que está enfermo corporalmente y rehusa tomar las medicinas". De
entendimiento, escuchen, quieran o no, a los predicadores católicos tal modo, pues, estas cosas son parecidas que vamos de la medicina
para que estos, como tutores de menores o como cuidadores de corporal a la espiritual por una cierta semejanza. El mismo Agustín al
necios, los aconsejen y los exhorten a recibir la fe. Y aunque en un escribir a Bonifacio le había dich02: "al loco frenético le resulta eno­
principio el oír estas cosas les resulte desagradable, poco a poco, sin joso el médico, y al hijo indisciplinado le resulta enojoso el padre;
embargo, al ir abriéndoseles los ojos del alma se darán cuenta de aquél, porque le hace dano; éste, porque le disciplina; pero uno Y otro
que es algo muy dulce y muy grato. obran por amor, porque si los desatienden, y les dejan más o menos
pasar con la suya, ésta más bien bondad falsa resulta crueldad".
Al exhortar a los infieles la Iglesia sigue esta costumbre, que,
aunque sea enojosa para los rebeldes, sin embargo, se toma dulce y
agradabilísima para los que reciben la buena doctrina. Y dice de
nuevo el mismo Agustín al escribir a Faust0 3 : "¿Qué tendrá que
hacer la medicina de la Iglesia que procura por todos los medios la
salud de todos con amor materno cuando está metida entre locos y
apáticos? ¿Por ventura debe o puede no hacer caso o desistir? A uno
y otro moléstalos si hay necesidad de molestarlos, cosa que resulta
hostil a los indiferentes, porque los locos no quieren que los aten, ni
los apáticos quieren que se les estimule, empero que la solicitud del
amor persista en atar al loco y en estimular al apático, en amar a
ambos; ambos se ofenden"mas ambos son amados; ambos, incomo­

1. S. Agustín, Epistolarum classis ¡erlia (llamada así "classis tertia" por seguir
una clasificación cronológica que abarca cuatro etapas. Esta tercera va del año
441 al 430 y parece ser la etapa más prolífica en epístolas). La epístola "Ad
Donarum" es la número CLXXIII, 1; ML. vol. 33, p. 753; en Graciano,
"Decreri pars secunda", causa XXIII, quaestio IV, c. XXXVIII, "Oonato, Pres­
bítero. epístola", ML, vol. 187, p. 1198.
2. S. Agustín, Epistolarum classis terlia, "At Bonifacium epístola CLXXXV, 7,
5. Aristóteles. Los mss. anotan 61 Ethica. En varios pasajes de Aristóteles se
ML, vol. 33, p. 395; en Graciano, Decreli pars secunda, causa XXIII, quaestio
podría ver la sentencia del texto, pero adviértase que el autor no copia literal­
IV, c. XXIV, "L. Bonifacio epístola", ML, vol. 187, p. 1186.
mente, ni seguía la traduc. de la ed, Didot.
3. S. Agustín, Epistolarum classis secunda, (la segunda etapa epistolar va del año
396 al 410), "Ad festum", epístola LXXXIX, 6, ML. vol. 33, p. 312; en Gra­
238
239
dados, mientras están enfermos, están indignados, pero ambos, una puede dar amplio gobierno para que 10 ejerzan con libertad en las
vez sanos, se congratulan". otras cosas que tocan a su humano mantenimiento, así como en las
Todo esto ciertamente, y de una manera clarísima, se puede relativas a las artes mecánicas (artesanas) de toda república y en
aplicar a la enfermedad de los judíos. ¿Acaso no son locos los que otras prácticas provechosas. El hacer referencia a ellas en toda su
enajenados huyen de la salud espiritual? ¿Por ventura no son apáti­ extensión seña algo ajeno al propósito, y seña necesario hacer no
cos los que ofuscados por el sopor de su embotamiento están peli­ una pequefl.a obra, sino un voluminoso libro, porque se encuentran
grosísimamente dormidos para oír las verdaderas ensefl.anzas1 Por en gran cantidad dispersas en los libros de derecho y también, fuera
eso así como a los locos hay que atarlos para que no se hagan daño del derecho común, en gran número de estatutos tanto eclesiásticos
a sí mismos y a los demás, y a los apáticos hay que estimularlos
como seculares.
para que vean la luz y se repongan con el alimento de la salud, así Así se eclipsaron los esplendores de todos sus antiguos méritos
también, en verdad, a estos (a los judíos) hay que ponerles freno y siguen eclipsados en aquellos que permanecieron y permanecen
para que no dañen a los demás. Hay que provocarlos realmente para infieles. En ellos se oscureció el oro y su brillo desapareció. En
que escuchen las muy saludables predicaciones, para que tanto éstos efecto, en lugar de la nobleza teológica que por consideración de
como aquellos, una vez sanos, se alegren de la salud conseguida. Y Dios tenían, se vistieron la esclavitud del pecado. No quisieron la
esto es lo que procura la Iglesia cuando como médico muy experi­ bendición de Dios, y la bendición de Dios se alejó de ellos. Esco­
mentado les prohibe aquellas cosas con las que pueden causar daño gieron la maldición, y la maldición vino a ellos y se vistieron con
a otros, o que pueden mantenerlos a ellos mismos despreocupada­ ella como con capa o prenda de vestir. Y perdieron, además, en su
mente dentro del error, y los exhorta a ocuparse en las predicacio­ mayor parte, aquella nobleza moral que llamamos natural, porque
nes y en las convicciones de la Sagrada Escritura. Al escoger a los como la principal de las virtudes morales es la prudencia, cuya pro­
curados dentro del número de los hijos sanos los devuelve rebosan­ piedad es encaminar todos los actos de la vida a un fin rectísimo, al
tes de alegría y congratulándose en el Sefl.or. desviarse de Dios que es el fin rectísimo, en realidad pueden tener
y además tienen aquella mancha de la esclavitud civil que hay una apariencia de cierta virtud moral, pero no pueden tener virtud
que reducir para que la esclavitud del pecado no se extienda de ellos perfecta alguna. También se les despojó de los hermosísimos dones
a otros. Por esta razón se les prohibió que tuvieran cargos públicos de la nobleza civil al ser excluídos de los cargos públicos y de los
y participaciones familiares por las que pudieran tener autoridad honores de la política humana por su insistente perficia. porque
sobre los fieles. De aquí que si cuidadosamente volvemos sobre las como Aristóteles dice, no pueden llamarse ciudadanos aquellos a
cosas especiales que les fueron prohibidas, tanto en las decretales y los que les está prohibido el participar en el gobierno de la ciudad.
en las leyes de uno y otro derecho contenidas en el Corpus como en Por lo tanto, aunque habiten en las ciudades, no pertenecen a ellas
algunas extravagancias y decretos de los pontífices romanos yesta­ cuando rehusan ser coopartícipes de la fe católica en la cual están
tutos sinodiales, así como en los antiguos y nuevos estatutos de cimentadas las ciudades cristianas, Sean, pues, debidamente excluí­
estos reinos, veremos que únicamente se les prohibe aquellas cosas dos de la gran nobleza civil, aunque entre ellos mismos, por ciertas
que pueden hacer daño a la fidelidad de otros, o que pueden fomen­ preeminencias y prerrogativas de familia, se empefl.en en retener la
tar despreocupadamente su propia infidelidad; en cambio, se les nobleza oscurecida por sus antiguos deméritos o sus huellas e indi­
cios.
ciano Decreli pars secunda, causa XXIII, quaestio IV, c. XX. "Festo epístola", y todas estas cosas ci~rtamente no acontecen por si mismas de
ML, vol. 187, p. 1188. una manera especial y aislada, sino por añadidura, como lógica con­

240 241
secuencia de la servidumbre teológica. porque resulta lógico que los
que procuran a Agar como madre sean partícipes de los males aga­ 'las sanciones canónicas no solamente los herejes y los cismáticos
renos. Y vemos que esto no sucede solamente a los que están poseí­ que por sus propias culpas se desgajan de la unidad de la Iglesia.
dos de la ceguera judaica. antes bien los danos de esta servidumbre sino también otros notorios pecadores. y también los excomulgados,
sobrevienen a todos aquellos que. de modo semejante. no están den­ son rechazados tanto por las autoridades eclesiásticas como por las
tro de los muros de la fe católica. Es obvio. pues. que sufren de ser­ seculares. Su credibilidad. dada la notoriedad y la magnitud de sus
vidumbre teológica todos cuantos viven en el paganismo o en otras pecados. se desvanece completamente o en su mayor parte. Y esto
religiones fuera de la Iglesia, porque los que ofenden a la divina hace que caigan en la servidumbre teológica que emana de la indig­
piedad, bajo idolatría, u otras vanas representaciones o supersticio­ nación divina, y que por vía de culpa pierdan aquella nobleza que
nes, están en gravísimo pecado al rehusar querer entrar en el ámbito procede del resplandor de la divina gracia. Y lógicamente los que se
de la Iglesia por la puerta del bautismo. apartan de Dios por culpa propia, al no obrar con cordura, caen en
Se revisten también de la servidumbre natural cuando no usan la servidumbre natural, cayendo también, inseparablemente, en la
inteligentemente de su entendimiento y de su voluntad para el más servidumbre civil, al volverse incapaces e inútiles para los cargos
alto fin. pero además mantienen las desgracias de la servidumbre públicos por su perseverante delito. y obscureciendo las excelencias
civil del mismo modo que los judíos. cuando los cargos públicos que se oponen a estas servidumbre mientras no se reconcilien.
que se prohiben a la judíos parecen prohibirse también a los paga­ Esta ineptitud a la manera de los judíos y de los paganos es en
nos. De aquí que Inocencio tercero 4 en concilio general. al hacer algún modo parecida a otras ineptitudes, aunque aquellas por su
mención del concilio tole~ano que prohibía a los judíos el desem­ prolongada duración y notoriedad sean más graves y más conocidas,
peno de cargos públicos. hizo extensiva la misma prohibición a los pero ninguna de ellas carece de remedio, porque la ineptitud de los
paganos. y Gregorio nonos prohibe de la misma manera las distin­ fieles pecadores se recobra con el azadón de la penitencia y el privi­
ciones a todos los infieles. judíos, paganos y sarracenos. Tanto los 1egio de la confesión; la de los infieles, en cambio, se purifica con
textos como los doctores en derecho canónico afirmaron que todo el agua del santo bautismo. Y así como los judíos por impía elec­
aquello que acerca de los judíos establece el derecho había que ción de la servidumbre materna cayeron jus~amente en esto, cuando
entenderlo de manera análoga también acerca de los paganos. Nin­ vuelven al seno de Sara renacen venturosamente de la misma. y6 "si
guna otra causa. sino la culpa del pecado. les atrajo estos males. El la fuerza del matrimonio temporal es tan grande que a los primeros
mismo Inocencio decía de los judíos que su propia culpa les había hijos nacidos los convierte en legítimos", ¿por ventura el matrimo­
puesto bajo servidumbre. La causa. pues. de sus dificultades e inca­ nio indivisible de Cristo y de la Iglesia, con una mayor fuerza. no
pacidades es la gigantesca gravedad de su pecado de infidelidad. purificará de toda inmundicia agarena a cualquier fiel por medio del
Es muy sabido que a todos los otros notorios pecadores que agua de Sara. es decir. a los hijos de la Iglesia, y los librará del cepo
recibieron la fe católica se les acrecientan males semejantes de de cualquier modo servil? El único que sólo puede hacer limpio lo
acuerdo con el número y la naturaleza de sus delitos. Y conforme a formado de impuro los limpia de todo pecado por la aspersión del
hisopo y, limpiándolos, los deja más blancos que la nieve; y a los
4. Inocencio IIl. en "Conc. Gen. Later." IV (1215), c. 69, en Hardouin, Act.
que como prisioneros de enemigos regresan a la patria los recibe
Co,nc .. tomo septimus, Paris, Typogr. regia, 1714, col. 70.
5. Corpus Juris Canonici, "Decretalium Gregorii Papae IX líber V", tito VI, cap.
XVI, "Praeponens judaeum vel paganum publicis officiis" (Cum sit). vol. n, p. 6. Corpus Juris Cano,tici, "Decretalium Gregori IX liber IV", tito XVII, "Natura­
741, Halae Magdeburgicae, 1747. les legitimantur per subsequens parentum conjugium" (Tanta est vis matrimo,
nii), vol. n, p. 677.

242
243
con el derecho legal de postliminio, y hace como que siempre han
pennanecido en la ciudad, y en libertad, como si jamás hubiesen
sido cautivos.
y si este mismo derecho civil y humano de postliminio, de
regreso a la patria, se suele llevar a cabo, ¿acaso no se podrá llevar
a cabo más amplia y perfectamente el postliminio divino? Más .Subartículo tercero
como esto parece ser más propio del subartículo siguiente, salgamos
de este segundo subartículo y vayamos al tercero en donde 10 conti­ Al entrar en el tercer subartículo ---que va a tratar, una vez eH­
nuaremos con una mayor amplitud. . minado todo impedimento por el sacramento del santo bautismo, del
restablecimiento de los méritos en cuyo oscurecimiento y eclipse
cayeron los israelitas por el pecado de infidelidad- recordemos
. que después del naufragío del primer padre se nos procura dos
,tablas de salvación: la primera de ellas es el bautismo; la segunda.
,la penitencia. Por eso dice Jerónim0 1: "después del naufragio la
segunda tabla es confesar humildemente la culpa". En efecto. como
-lo ensefian los doctores, incurrimos en naufragio por el pecado del
,primer hombre y por su culpa estamos condenados a la muerte.
La primera tabla en la que podemos escapamos del naufragio es
, el bautismo, por medio del cual renunciamos al hombre viejo y nos
, vestimos del nuevo. A esta tabla algunos la llaman nave, no porque
lo sea, sino porque en ella, como en una nave se siente inocencia
completa sin impregnación alguna de pecado. La segunda tabla es la
penitencia, a la que con propiedad se la llama tabla, y, sirviéndonos
, de ella, los que por nuestras propias culpas caemos de la nave del
bautismo en el amargo mar del pecado, podemos volver a esa nave
que es la nave de la inocencia bautismal.
La verdadera penitencia, pues, se propone llevar al penitente a la
pureza del bautismo, porque por la penitencia, una vez arrojada la
carga de los pecados, surge el hombre nuevo. Como dice Gregori0 2 :
"se levanta el hierro (la reja del arado) de la tierra cuando el valiente
defensor de la iglesia se aparta de la actividad terrena en que antes

1. S. Jerónimo, Ad Pammachíum et Oceanum. epístola LXXXIV, 6, ML, vol. 22.


p. 748; en Graciano, Decreti pars secunda. causa XXIII. quaestio III. c. LXXII,
epístola LXV. "Ad Pammachium et Oceanum", ML, vol. 187. p, 1548.
2. S. Gregorio Magno, Moralium líber decimus octavus (in cap. XXVII B. Job)
"Ferrum de terra tollitur", ML, vol. 76, p. 69; en Graciano, Decreti pars prima,
distinctio L, c. XVIII, "Ferrum de terra tollitur", ML, vol. 187, p. 265.
244
245
estuvo ocupado. Por consiguiente. no debe rebajarse en aquello que
fue el que ya ¡xme principio en lo que no fue. Porque la fuerza de la ¡pecado sobreabundó la gracia. Los primogénitos de Egipto fueron
penitencia es tan grande que todo 10 puede hacer volver a su digni­ ~egollados y, en verdad, ni una bestia israelita fue abandonada en
dad primera. ya que una vez formado el hombre nuevo nada perma­ ~Bgipto. Contra mí se levantó la herejía cainita y alzó su aplastada
nece del hombre viejo. Y así como el hierro que es el más duro de fi~Aheza la extinguida víbora para trastornar no parte, como antes
los metales se extrae con mano diestra y fuerte de la misma tierra, sino todo el misterio de Cristo, porque dice que hay algunas
que es pesada y profunda, así, descargada la muchedumbre de peca­ cosas que Cristo no podría limpiar con su sangre y que se imprimen
dos y de culpas, el esforzado atleta es forjado con el azadón de la los cuerpos y almas tan profundas heridas de sus precedentes ini­
penitencia por la mano del sumo pontífice, el Dios piadoso. vautdades que no puedan ser eliminadas por los remedios de Cristo.
En efecto el agua del sagrado bautismo que es más poderosa que ¿Qué otra cosa trata de decir, sino que Cristo ha muerto en
todos los azadones conseguirá esto más colmada y perfectamente, Pues en vano ha muerto si hay alguno al que no pueda darle
porque en el bautismo se derraman los dones, virtudes y gracia del vida. Si aún hay pecados en alguno, cuyos pecados Cristo no
Espíritu Santo. Por esa razón Clemente V al considerar la eficacia hubiera borrado, miente Juan el Bautista al sefialar con el dedo y
universal de la muerte de Cristo, que se aplica por igual a todos los sus palabras a Cristo l : he aqu( el Cordero de Dios, he aqu( el
bautizados, declaró en el Concilio de Viena que en el bautismo se quita los pecados del mundo. Así que o hay que hacer entender
confiere la gracia informante y las virtudes tanto a los pequefios no pertenecen al mundo, porque el perdón de Cristo no los
como a los adultos. No se observa diferencia, ni distinción alguna de canoce, o, si pertenecen al mundo, no están liberados del pecado.
personas. Todos, pues. consiguen la limpieza absoluta de todas sus elección de una de las dos alternativas demuestra o la inconsis­
impurezas al ser purificados por el agua del bautismo. del argumento o la impotencia de Cristo. Resulta muy difícil
y así como sería censurable que el liberado de la cárcel se afli­ de creer que la omnipotencia sea impotente en algo.
giese de que otros fuesen liberados de las cadenas de la prisión. de Todo 10 que hace el padre lo hace igualmente el hijo; la debili­
la misma manera es muy digno de dura represión el que liberado en del hijo recae sobre el padre. Todas las partes del cuerpo de la
sí mismo por el misterio del bautismo quisiera reducir la eficacia pequefia oveja han sido llevadas sobre los hombros del buen pastor;
del bautismo en otro cualquiera. o afirmarse que en él había que­ todas las epístolas del apóstol celebran la gracia de Cristo. Y para
dado alguna mancha. Por eso dice Jerónim0 3 : "jamás, hijo Océano, no pareciese poco nombrar simplemente la gracia, dijos: que la
yo pensara que fuera posible que la indulgencia del príncipe contri­ gracia y la paz se os multiplique. ¿Se nos promete la multiplicación
buyese a la acusación injusta de los procesados, y que los que salen y nosotros asegurarnos la cortedad"? Esto dice Jerónimo.
de las cárceles, después de la vergüenza y de las marcas de las cade­
nas, se afligiesen de que otros fuesen liberados. En el Evangelio el
envidioso del bien ajeno tiene que oi"": "amigo. si yo soy bueno.
por qué tu ojo es malo; 5Dios nos encerró a todos en la desobedien­
cia para tener de todos misericordia; 6pero donde abundó el

3. S. Jer6nimo, Ad Oceanum. epístola LXIX. 1, ML, vol. 22, p. 653.


4. Mateo 20. 15.
5. Romanos 11,32.
6. Romanos 5, 20. Juan l, 29.

1 Pedro 1,2; n Pedro 1,2.

246
247
Capítulo d~cimo y si alguno dijere ¿acaso no dijo el apósto}2: cada uno perma­
nezca en el estado en que fue llamado? ¿Fuiste llamado en la servi­
y estas palabras de Jerónimo relativas a las impurezas proce­ dumbre? No te dé cuidado, y aún pudiendo hacerte libre aprové­
dentes de la culpa o culpas, de que después del bautismo a los bauti­ chate mas bien de tu servidumbre. Pues el que siervo fue llamado
zados no se les puede imputar nada procedente de la culpa, o de la por su señor es liberto del señor, igualmente el que libre fue lla­
ocasión de culpa precedentes, han sido aceptadas como muy verda­ mado es siervo de Cristo. Habéis sido comprados a precio; no os
deras. De aquí que Agustín, aunque no está de acuerdo con Jeró­ hagais siervos de los hombres. Esto se limita a aquellas cosas que
mino "in bigamiae defectu", rechazándola movido por la sola razón no proceden de la sujeción al error que uno abandona, de otra
de que no existe pecado en el matrimonio. Las cosas de pecado son manera la misma fe de Cristo parecería tolerar el pecado. Por eso
curadas por el agua del bautismo, pero lo que no es pecado no nece­ los santos doctores al explicarlo, dicen 3 : "en el estado en que fue
sita de curación. Por eso el mismo dice 1: "de manera muy inteli­ llamado, no desde el estado", porque el estado desde el que uno es
gente lo entienden los que no estimaron que había de ser ordenado llamado debe ser abandonado con todas las cosas con él relaciona­
aquel que, cateclÍmeno o pagano, haya tenido una mujer antes del das. No en vano el apóstol anadió 4 : no os hagáis siervos de los
bautismo y otra después del bautismo, porque se trata de un sacra­ hombres. Y al explicar esto la glosa ordinaria dice: son siervos de
mento, no de un pecado". Como si hubiera dicho: toda mancha y los hombres los que se subordinan a los cultos humanos,lo que os
cantidad de pecado queda eliminada como escribió Jerónimo, pero sucede a vosotros si decís 5 : yo realmente soy de Pablo, pero yo soy
la acción que no es pecado, ni procede de pecado, no hace falta que de Apolo, o cosas así. Pues ¿qué otra cosa es decir "o cosas asf',
sea eliminada. Es como si un ciego o un cojo fuere bautizado, a no sino que el que se esfueI;Za por ensenar estas diferencias parece
ser que Cristo se dignase hacer un milagro particular, ese ciego y resistirse a la servidumbre de Cristo? Por esta causa dice la misma
cojo permanecería ciego y cojo. La fe que llega purifica el espíritu y glosa6 : "porque habéis sido comprados, restituid la fortuna al com­
lo tocante al espíritu, pero las enfermedades, u otros defectos del prador para que seáis siervos de Cristo y no de los hombres", con
cuerpo, permanecen a no ser que se produzca un milagro. cuya servidumbre parece concordar la doctrina civiP que detennina
y nadie por más faltas que tenga, una vez recibida la fe, se vol­ que el redimido sea rescatado de sus enemigos por mano del resca­
verá sin la más completa salud, pues no estamos poniendo límite a tante bajo fianza hasta que pague su precio.
la liberalidad del sumo liberal. Y si, al descender el ángel a la pis­ Por consiguiente, como Cristo nos rescató de muy cruel ene­
cina, el agua se movía y sanaba uno de cualquier enfermedad que le migo con el precio de su sagrada sangre, justísimo es que hasta que
afectase, realmente en la sagrada piscina del bautismo, al intervenir paguemos el precio permanezcamos bajo fianza bajo su servidum­
el poder del Espíritu Santo, toda el agua proporcionará salud per­
fecta, porque aquel ángel era simplemente una criatura finita, noso­ 2. 1 Corintios 7, 20-23.
3. Glossa Ordinaria, "Epístola ad Corinthios". cap. VII, (Unusquisque ergo in
tros, en cambio, estamos hablando del poder del Creador que es quo vocatus est, fratres, in hoc permaneat apud Deum. Non "a quo" quia nullus
omnipotente e infinito. status nocet "in quo" quis vocatur), Tom. VI, col. 251-252.
4. 1 Corintios s,23.
S. 1 Corintios 1, 12.
6. Glossa Ordinaria, ibídem, cap. VII: "Pretio empti estis. Nolite fieri servi homi­
num". Hi sunt servi hominun qui humanis se subjiciunt superstitionibus, tom.
1. S. Agustín, De bono con¡uga/j, cap. XVIII, ML., vol. 40, p. 387; en Gradano, 6, fol. 251-252.
Decretí pars prima. distinctio XXVI, c. II, "Qui ante baptismum ... ", ML, vol. 7. Corpus Juris Civilis, II, Iiber octavus, ("De postliminio reversis et redemptis ab
187, p. 149. hostibus"), p. 656.

248 249
bre, pero, como jamás podremos pagar el precio, ni siquiera una
en la que se dice: "si oppositum ex opJX>sito, ergo propositum
mínima parte, lo que procede es que con corazón voluntario y con
proposito". Un ejemplo de esa teoría sería el siguiente: si de la
muy dispuesto espíritu seamos eternamente sus servidores. Esta es
!teguera nace la incapacidad de ver, una vez recobrado el sentido de
la servidumbre ideal que supera la excelencia de todos los reinos,
vista, lejos de toda duda, nacerá la capacidad de ver. Por lo tanto,
porque servirle a El es reinar. Mas dejemos este pequeño inciso y
los infortunados judíos JX>r la ceguera de su corazón son col­
volvamos la pluma al meollo de nuestro propósito.
de desgracias, tanto espirituales como corporales, al no ver
Aún cuando los israelitas infieles tienen la mancha de la servidum­
luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo, si abier­
bre --cayeron en ella por su misma infidelidad, y desde esa infidelidad
tos los ojos, una vez llegados a la Iglesia, reciben la visión del alma,
con bondadosa voz son invitados a recibir la fe de Cristo- si admiten
cabe lugar a duda de que, al ser liberados de los males espiritua­
esa fe, dejan tras de sí toda la infidelidad con los pecados y secuelas pro­
serán también liberados del peso de los males temporales. Y
pias del pecado, JX>rque no han sido llamados en ella, sino desde ella. Por
de la servidumbre teológica, como cierto "oppositum ex oPJX>­
eso Inocencio III al hablar de los judíos que se mantienen en su rebelde
, les nacen las desgracias de las otras servidumbres, lógica­
infidelidad, dij08: "JX>rque la muerte de Cristo nos hizo a nosotros libres
i1mente, suprimida la servidumbre teológica, como cierto "proposi­
y a ellos los hizo siervos". Así, pues, como la muerte de Cristo no con­
ex proposito", se seguirá la supresión de los otros males.
virtió a nadie en esclavo, sino que a todos los hizo libres a cabalidad, y
como una sola y misma cosa no podría producir efectos contrarios, es
lógico que comprendamos lo que dice Inocencio, que la infidelidad de
los que en la llamada "qua decet" no aceptan la muerte de Cristo, y terca­
mente rechazan los sacramentos que tienen origen en su sangre, ha some­
tido a aquellos infelices tanto a la esclavitud como a otras calamidades.
y no atacamos a las personas, sino a la secta, y a las personas JX>r la
secta, no a la secta JX>r las pe,rsonas.
Cualquiera, por tanto, y de cualquier nación que procediere
según la carne, que fuera copartícipe de aquel error, sería, y con jus­
ticia, partícipe de las penas que a aquel error se le deben, así como
sucede en los regalos civiles, según los juristas9 : "JX>r naturaleza de
la cosa una persona, si quiere retener esa cosa, se obliga a pagar un
impuesto sobre ella, y, al dejarla, al momento se queda libre de
aquel impuesto". Por consiguiente, como todas estas cosas se origi­
nan en la servidumbre teológica, como he dicho anterionnente, es
de necesidad que, eliminada la servidumbre teológica, desaparezcan
todas estas cosas. Y no juzgo ajena a este asunto la teoría de Aristó­

8. Inocencio IlL Regestorum sive epistolarum líber septímus. CXXJ, "Archiepís­


copo senonensi, et... parisiense epíscopo", ML, vol. 215, p. 695.
9. Juristas, en Corpus Jurís Civí/is. "Digestorum liber L", tít. IV, "De muneribus
et honoribus". XVIII (Munerum civilium), tomo I, p. 1846.

250 251
Capítulo undécimo
, mios son y el alma que pecare esa perecerá. Y un poco más
¿Quién, pues, se atreverá a decir que al purificado por el agua adelante 4 : si un padre engendrara a un hijo que, viendo todos los
del bautismo le ha quedado mancha alguna de la infamia de sus pecados que su padre habia comentido, temiere y no los imitare. no
antepasados, cuando hasta sus propios pecados son completamente !íí'wtnrirá por la iniquidad de su padre. sino que vivirá; su padre. por­
removidos por la misma agua del bautismo? Porque dice el profeta 1: fue injusto. se morirá por su iniquidad. El alma que pecare, esa
os aspergeré con aguas puras y os purificaré de todas vuestras misma morirá. El hijo no cargará con la iniquidad de su padre, ni
impurezas. Todo esto lo dijo sin excluir a nadie. el padre con la de su hijo. La justicia del justo será sobre él.
¿Por qué si las propias inmundicias son completamente y de 'De estas palabras se deduce claramente que no se encuentra
raíz eliminadas por el sacramento del bautismo, hay que hablar de ~jpecado alguno que transmita mancha de sus precedesores al que
las inmundicias de los padres, que son menos graves, y que no pue­ viva fiel y justamente, puesto que el profeta en las anteriores pala­
den mancillar a los hijos? Según dice la ley del derecho civil, 2"el bras ha expuesto casi todos los pecados "sub genere", y como con­
pecado o el castigo paterno no puede imponer mancha alguna al clusión final ha proclamado que no se transmiten de padre a hijo y
hijo, ya que cada cual está sujeto a su propia responsabilidad y no hijo a padre. Finalmente esto lo igualó, diciendo s: el hijo no I/e­
se establece como sucesor del delito a nadie". Y no viene al caso sobre si la maldad del padre, ni el padre la del hijo.
que alguien diga que en el crimen de lesa majestad se da un caso Es evidente que la iniquidad del hijo jamás asciende hasta el
específico de esto, porque aquí no estamos hablando de la majestad padre, por lo tanto tampoco la iniquidad del padre desciende hasta el
temporal que, de vez en cuando, aumenta las penas para intimidar a hijo, sino que cada cual es juzgado por la suya propia y no sufre pena
los hombres, cosa que por cierto no se encuentra en las leyes de los alguna de culpa ajena. Lo inmediato seóa que habláramos de qué es
juristas, porque estos siguiendo la ley natural jamás impusieron lo que sucedió de especial en Adán, a qué grado por la culpa de éste
infamia alguna a los hijos por el crimen de los padres, aunque, en la manchada naturaleza llevaóa a la posteridad al contagio del pecado
ocasiones, lo hayan hechos los póncipes movidos por ciertas razo­ original para que se extienda a otros hombres, al estar la naturaleza
nes especiales. Y si los juristas siguiendo la razón natural "nature humana entera injerta en él. De aquí que hablando de Adán le escribe
naturate", con diáfanas palabras establecieron este criterio, ¿qué Agustín a Bonifaci06 : "dice el Sei'i.or7 : el alma, pues, del padre es
diremos de aquella razón natural "naturantis nature", que es eterna mio. Aún no era alma que vivía separadamente, esto es, otra alma, de
y liberal, y misericordiosa, y que está por encima de la maldad de la la que se dijese que como el alma del padre es mía, también es la del
naturaleza? hijo. Por otra parte dice que como el hombre en sí mismo procede de
He aquí lo que la misma majestad divina dice por boca de Eze­ aquel que 10 engendró, otro efecto por el pecado de otro, sin su parti­
quieP: ¡qué andáis repitiendo este proverbio en la tierra de Israel, cipación, no se considera digno de castigo". Un poco más adelante
y decfs: los padres comieron los agraces y los hijos tienen la den­ anade: "la culpa, pues, no se comunica así por la voluntad de otro,
tera! Por mi vida, dice Y~vé, que nunca más diréis ese refrán en como se comunica la gracia por la unidad del Espíritu Santo".
Israel. Mios son las almas todas; lo mismo la del padre que la del Ezequiel 18, 14. (La traducción de la Biblia no corresponde con el texto de
Cartagena. Es más amplio el de Cartagena; y mi traducción se adapta a Carta­
1. Ezequiel 36,25. gena más que a la traducción de la Biblia).
2. Ley Civil, en Corpus Jur;s Civilis, "Digestorum líber XLVIII", tito XIX, "De Ezequiel 18, 20.
poenis", 26. (Crimen vel poena), tomo 1, p. 1783. S. Agustín, Epistolarum classis 11, epístola XCVIII, "Ad Bonifacium", 1-2.

3. Ezequiel 18,2-4. ML. vol. 33, p. 359. .

Ezequiel 18,4.

252
253
Está claro, por lo tanto, que la culpa del padre no se propaga al
hijo, con la excepción de aquella que fijó sus raíces en Adán y que
llamamos pecado orginal. De no ser así concurrirían muchos peca­
dos originales en algunos, mejor dicho en muchos, y casi en todos, He intercalado aquí las palabras de Agustín para que nadie crea,
porque supongo que, independientemente de Adán, muchos de los gatlándose a sí mismo, que el bautismo del padre pasa al hijo, o le
padres comunes de todos nosotros alguna vez, a mi entender, algún privilegio porque nazca uno de cristiano o nazca uno de
habrán cometido graves pecados. Y de esa manera no solamente por La procreación del embrión no se realiza a través de la virtud de
el pecado de Adán, sino también por el pecado de otros que después regeneración que es espiritual, sino a través de la energía camal,
de él fueron nuestros abuelos, naceríamos manchados, lo que es este cuerpo camal es concebido de lo viejo a través del Adán
absurdo y a los oídos católicos inaudito, ya que la mancha original nAfl¡raleza imperfecta, y no de lo nuevo a través del Cristo de la
es única, y sin excepción alguna se extiende, sin importar su ascen­ renaciente. Como dice el mismo Agustín l : "si la carne de
dencia, a todos cuantos nacen de la unión de hombre y de mujer, que no tenía pecado fue bautizada como modelo para imitar,
como le dice Agustín al diácono Pedro 8 : "tenlo por muy cierto, y no más ha de ser bautizada la carne mortal para librarse de la sen­
lo dudes en absoluto, que todo hombre que nace de hombre y mujer de condena. Pues así como en la época de circuncisión el que
nace con pecado original, sometido al mal y sujeto a la muerte. Y de circunciso tenía que ser circuncidado, así ahora el que nace
por esta razón nace de manera natural hijo de la ira de quien dice el bautizado habrá de ser bautizado, ya que el sacramento del bau­
ap6sto1 9 : éramos por naturaleza hijos de la ira como los demás, y es el sacramento de la regeneración. Porque así como no puede
de esa ira nadie se libra a no ser por la fe del mediador del hombre, el que no haya nacido, de la misma manera no puede volver a
Jesucristo". Y sigue: "ten 'por muy cierto que no sólo los hombres el que no hubiere nacido. De donde se concluye que nadie no
con uso de razón, sino también los pequetlos que empiezan a vivir ha podido renacer en su padre. Y por más que después de la
en el útero de la madre y allí mueren, o, nacidos ya de la madre, si ~nversión al padre no le datlen los pecados propios, sin embargo, les
se murieren sin el sacramento del bautismo que se da en el nombre a aquellos que nacen de él. Al padre no le datlan por esta razón,
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, habrían de ser condenados ha renacido; en cambio, los pecados que fueron,contraídos por
con el fuego eterno, porque aunque no tengan pecado alguno de padre datlarán a los que. de él han sido engendrados, a no ser que
propia iniciativa, sin embargo, por nacimiento, por concepción car­ renazcan de la misma manera, porque el renovado padre aún no
nal, trajeron la condena del pecado original". de lo nuevo, sino de los restos de la antigüedad camal, y los
de la antigüedad remanente de los padres, transmitida por la
se libran de la condenación del pecado por el sacramento de la
~Deneración". Esto dice Agustín.
Por consiguiente, todo cuanto la maldad de los envidiosos con
audacia se haya atrevido a manifestar públicamente en difa­
8. No es S. Agustín, es S. Fulgencio de Ruspe, De ¡ide ad Petrum. liber unus,
..aclon de los israelitas, o de los descendientes de sangre israelita que
cap. XXVI, "Peccatum originale", 67, y cap. XXVII "Non baptil.orum poena limpiamente bajo la fe católica, eso mismo es preciso que por
quae". 68. MI.., vol. 65, p. 701; en GraCÍano, Decreti pars tertia. "De conse­ se extienda a los que nacen en la gentilidad, ya que la limpieza
cratione", distinctio IV, c. lII, "Qui ex viro et muliere concipitur" ML, vol.
187, p. 1792.
9. Efesios 2, 3. S. Agustín, en Graciano, Decrezi pars tertia, "De consecratione", distinctio IV,
cap. CXXXIl, "Quare sil baptil.andus", ML, vol. 187, pp. 1846-1847.
254
255
del bautismo no va más allá de los límites de los bautizados. Afinnar ,jUonde quiera que los hombres nazcan, si no siguen la imperfección
una diferencia específica de este tipo es de lo más demente e infame, los padres, serán hombres honrados y salvos".
porque todos los que acceden a la fe católica. de cualquier secta que ¿De qué manera, pues, las palabras de Agustín no engaf!.arían
sean, son recibidos bajo la unidad del amor. De esa misma manem los ;:.con la verdad si a los judíos se les quita la posibilidad de alcanzar
invita el mismo Agustín2 : "Vengan. dice, a la verdadera Iglesia de ihonores, cuando Agustín ha dicho que serán honrados y salvos? Y
Cristo, esto es, a la madre católica; sean en ella clérigos, sean provecho­ aunque lo de salvación pudiera entenderse en cuanto al alma, lo de
sos obispos los que lucharon contm ella. No los rechazamos, antes bien honrados, sin embargo, no lo serían aquellos a los que se les niega
los estrechamos en nuestros brazos, los alentamos y los deseamos". ¡,el honor, porque la honradez no sólo lleva consigo la honra interna,
A todos, pues, se les recibe de igual manem, a no ser que haya un sino también una razonable consideración de respeto externo. La
especial impedimento que se oponga a un detenninado individuo. De tbonradez es una condición personal de honor, y no parece tenerlo,
aquí que reprochando canónicamente al obispo Tornassense por no manera total, el que no' está capacitado para tener mayor honor,
aceptar a un candidato judío le dice, entre otras cosas, el papa si se le diera. Al ser excluído de la participación del honor, sencilla­
Alejandro 3 : .. por el hecho de que fuese judío, no debes despreciarlo". . mente no se le puede llamar honrado, porque no tiene estado jurí­
y la glosa confinnando esto dice: "porque la Iglesia fue cimentada dico para conseguir libremente el honor,
sobre judíos conversos". Y el compilador del nuevo tratado af!.adió:
"éste tenía que ser considerado digno de apoyo". Ya esto el moderno
comentador Panonnitano le agregó: "no ha de ser menospreciado
porque fue judío, al contrario debe ser alabado porque se convirtió a la
fe". Todos, pues, juzgan que el candidato en referencia estaba
perfectamente capacitado como otros para desempenar cualquier
beneficio eclesiástico, porque es necesario que se preste atención no a
lo que uno haya sido, sino a lo que uno es.
¿ Qué mayor alejamiento de la vida pasada o qué mayor renova­
ción puede darse, una vez rechazada la infidelidad, que aquella que
por medio de la recepción de la fe se produce con la purificación
sacramental por la cual surge el hombre nuevo al despojarse com­
pletamente del hombre viejo? Del hombre viejo, por consiguiente,
no queda impedimento, o mancha, de tal manera que puede alcanzar
tanto la salvación del alma como los honores de esta vida, si no hay
cosa alguna especial en contra de su persona. Por eso dice Agustín 4 :
2. S. Agustin, De bOllO eOlljug.• c. 16, ML,40, 386; en Graciano, d. 56, c. 3
(Ulldeeumque) ML/ 187, 307.
3. Alejandro III, en Corpus Juris Callolliei, liber 1, tit, III, cap. VII, "Si sede
vacante scribitur capitulo ... " (Eam te), vol. D, p. 14.
4. S. Agustín, De bOllO eOlljugali, liber unus, cap. XVI, "In concubitu ac in
cibi... "ML, vol. 40, p. 386; en Graciano, Decreti pars prima, distincto LVI, c.
III, "Vitia parentum filiis non imputantur", ML, vol. 187, p. 307.

256 257

Capítulo decimotercero
los padres, sino que busquemos solamente una cosa: la virtud.
La deshonra del padre, por tanto, no pasa a los descendientes a esta suerte aún cuando uno tenga madre extranjera, aún cuando
no ser que se tomaren de su misma condici6n. No viene al caso el manchada por la fornificaci6n, o deshonrada por cualquiera
hecho de que a los nacidos ilegítimamente, aunque sean virtuosos bajeza de esta índole nada, sin embargo, quedará empafiado por
en sí mismos, no se les de acceso a los honores, a no ser que por bajeza o contaminado por su pecado. Porque si la vida pasada no
privilegio de la autoridad recobren sus derechos de nacimiento, por­ :mancha, en absoluto, al mismo fornicador que ha mudado de vida
que esto no les sobrevino por la culpa de los padres en que cayeron mejorarse, con mayor raz6n el nacido de madre prostituta y
al engendrarlo y que no puede pasar a los descendientes. Pues como si es honrado por su propia virtud, no es deshonrado por la
dice el mismo Agustín 1 : "el semen del hombre, de cualquier hom­ ~1iúamia de sus padres". Y sigue Cris6stomo: "Nadie en absoluto ha
bre, es creaci6n de Dios, por esa raz6n será malo para aquellos que alabarse o culparse de la virtud o del vicio de los padres. Nadie,
10 usen mal, pero jamás será malo en sí mismo". Así pues, a los lo tanto, es verdaderamente de origen humilde o esclarecido,
nacidos de uni6n ilícita no los llamamos culpables, pero al ser .mCIUSO, si se me permite la paradoja, más altamente brilla por su
engendrados de una uni6n al margen de la ley, se les considera aje­ el que sin venir de padres buenos, es, sin embargo, bueno".
nos a la república. Por 10 tanto quedan eliminados de ciertos hono­ Esto dice Cris6stomo.
res. y si la doctrina de Agustín y Cris6stomo es doctrina de enorme
Son los matrimonios, pues, los que establecen la filiaci6n, por­ autoridad, y las leyes muestran visiblemente decir 10 contrario en
que no es posible, como dijeron los juristas2 , probar plenamente la cuanto a los nacidos ilegítimamente, es conveniente que doctrinas y
paternidad; la maternidad tal vez fuera posible probarla. Por esta leyes las pongamos de acuerdo entre si porque entendamos hasta
raz6n el derecho estableci6 el matrimonio legítimo en la cohabita­ donde no echamos la mancha o deshonra al hijo por el vicio del
ci6n de los c6nyuges en lugar de la prueba total de paternidad que padre, y hasta donde llega la idoneidad de los engendrados ilegíti­
tendría que adoptarse. Con 10 que acontece que sin matrimonio legí­ mamente mientras no sean restaurados por el príncipe, no por el
timo el hijo no tiene reconocimiento de derecho; de hecho, en cam­ vicio de los padres, sino por el miramiento de que hablamos, o por
bio, resulta imposible. Estando bajo la duda de filiaci6n entre los otra raz6n que se haya querido establecer. Por eso los hijos natura­
demás no se les admite en su totalidad, a no ser que por medio de la les que nacen de concubina en casa mantenida con manifiesto amor
suprema autoridad que tiene la facultad de establecer el derecho, se tienen acceso a una pequefia participaci6n de la herencia paterna,
supla la prueba de matrimonio por la rehabilitaci6n natural a la que porque tienen a su favor una parte de certeza, pero no tienen acceso
llamamos dispensa o legitimaci6n. a la totalidad, porque, al faltar la prueba legal de matrimonio, no
A no ser por eso, en cuanto al pecado se refiere, el nacido ilegí­ gozan de certeza completa de filiaci6n, Está conforme con esto el
timamente de ninguna manera es mancillado a través del padre por que entre las razones por las que la simple fornicaci6n prueba ser
degradaci6n alguna de pecado, por eso hablando de esto dice mara­ pecado mortal, la más importante es porque da lugar a la duda de la
villosamente Cris6stom0 3 : "jamás nos avergoncemos de los vicios filiaci6n.
Estas cosas, aunque las intercalé para satisfacer a algún posible
1. S. Agustín, ibídem. murmurador, de ninguna manera, sin embargo, son imprescindibles
2. Jurisconsultos, en Corpus Juris Civilis, "Digestorum liber XXXV", tito 1, "De
conditionibus et demonstrationibus" (Lucius Titius), tom. 1, p. 1166.
3. S. Juan Crisóstomo, In MaFhaeum, homilía IIJ, 2, "De majorum nequitia non erubescendum", MG, vol. 57, p. 34; en Graciano, Decreti pars prima, distinctio
LVI, c. IV. (Nunquam de), ML, vol. 187, p. 307-308.

258
259
para el asunto de que estamos tratando, porque entre los infieles el
matrimonio es verdadero, ya los nacidos de él se les titula de legíti­
mos, y a ellos no se les podría aplicar esta semejanza. Sin embargo,
¿Quién no ve por consiguiente, que todos, absolutamente todos,
toqué este punto no sea que alguno murmurase entre dientes y, que­
venido del paganismo o del judaísmo, una vez hechos católicos,
riendo sacar argumento de la ilegitimidad, pensase que el pecado de
hombres nuevos Y no se les puede echar en cara nada de su antigua
los padres es obstáculo para el honor de los hijos.
Infidelidad para impedir que de acuerdo con la aptitud de cada uno, junto
y aunque tampoco sea necesario, puedo decirlo profusamente,
los otros y entre los otros, puedan disfrutar de los honores corres­
que ninguna restitución de nacimiento por intervención de autoridad
:,ondientes? Por eso hace tiempo que en el concilio de Basilea estando
eclesiástica, o seglar, puede ser tan completa o completísima como
~ntes Juliano, cardenal del santo Angel, legado de la sede apostólica,
la que por medio de Cristo Jesús nuestro Seflor, rey de reyes y prín­
como Juan, arzobispo tarentino, y Pedro, obispo de Padua, que lo
cipe de príncipes, es otorgada a todos los renacidos bajo la "bulla"
;wesidían con autoridad apostólica, y muchos cardenales, patriarcas,
del sagrado bautismo, por medio de la cual tanto la culpa de infide­
Irrobispos, obispos. y legados del emperador de los romanos y de otros
lidad como la de pecado en toda su integridad, surge como novedad
reyes y príncipes, discurriendo todo tranquila, pacífica y armo­
purísima en los rechazados, como hablaremos un poco más adelante
~samente, mucho antes de que el concilio fuese disuelto por el papa
en lo que viene inmediatamente a continuación.
IBugenio, de feliz memoria, se estableció por unanimidad un decreto en
que entre otras cosas, a los prelados se les exhortaba a que con pater­
afecto defendieran de las difamaciones y de los ultrajes a los israeli­
que llegaban nuevos a la fe, y se citan las siguientes palabras 1: "y
por la gracia del bautismo se convierten en ciudadanos miembros
la familia de Dios y de los santos, y sea mucho más digno ser regene­
rado en el espíritu que nacido en la carne, por este decreto establecemos
los de aquellas ciudades y lugares en donde son regenerados por el
bautismo gocen de los privilegios, libertades y exenciones que
consiguen solamente por razón de nacimiento y de origen".
Consideró, pues, y con razón aquel sínodo que no había que
'._+~-" como a extranjeros y como a extraflos a los que afirmados
de la Iglesia católica, hechos habitantes de la ciudad de Dios
la recepción de la fe, hicieron méritos, no ya como extranjeros y
'aflos, sino como ciudadanos miembros de la familia de Dios y
los santos, edificados sobre los cimientos de los apóstoles y de
profetas en la misma suprema piedra angular, Cristo Jesús. En
vista de esto se decretó que también había que permitirles el acceso
los cargos civiles como a los demás ciudadanos.

Decretum Sexto Basileense, sess. XIX. en Hardouin, VIII. 1922.

Efesios 2. 19- 20.

260
261
¿Quién. por consiguiente. honesto e inteligente. podrá dudar uno. No dice para que todos seamos, sino para que todos ellos
que a los hombres de esta clase como a los otros que viven en la fe uno, como Tú en mi y yo en Ti, Padre. De tal manera está el
católica hay que tratarlos con el debido honor de acuerdo con la en el Hijo y el Hijo en el Padre, que son uno porque son de
categoría de sus personas, eliminando toda diferencia de primitivo sola sustancia. Nosotros a buen seguro que podemos estar en el
origen. y que deben ser tratados tanto más delicada cuanto más y en el Hijo y en el Espíritu Santo, o el Padre y el Hijo y el
recientemente hayan llegado a la fe, a la manera del apóstol que a Santo pueden estar en nosotros, pero nosotros no podemos
los neófitos en la fe como a niños recién nacidos les daba leche, no uno con Dios, porque no somos de una misma sustancia. Dios
comida sólida? Con lo que no quiero decir que éstos han de ser tra­ lJAIIllente está en nosotros como en un templo, nosotros en El como
tados de diferente manera que los demás, sino que bajo la unidad de ....turas en el Creador". Esto dice Agustín.
un mismo cuerpo si advertimos que algunos son débiles, que los ali­ Explicación de Agustín que nos hace ver que la suma unidad
viemos con la leche de la caridad y con los pechos de la generosi­ convenientemente en nosotros los hombres, aunque debamos
dad, como en un mismo ja:rdín a las plantas más tiernas se las riega alabar y admirar a aquella suprema unidad que existe en lo
más a menudo con abundancia de buena agua. Porque la Iglesia 3 es ya que no nos es posible imitarla. Más para que diligente­
un jardEn cercado y una fuente sellada bajo cuya unidad y sello tratemos de alcanzar lo que de unidad sea alcanzable nos pro­
todos cuantos se lavan con el agua de la fuente sellada. que es el como ejemplo la unidad que nos resulta inalcanzable, pero que
bautismo, han de ser cuidados con mano fraterna y caritativa para la digna de alabanza y de admiración, como cuando nosotros
que se sientan una sola cosa sin diferencia alguna motivada por la lberemos significar una extraordinaria blancura decimos, "como la
antigüedad de origen, si es que queremos seguir el ejemplo de , aunque no pueda equipararse a la blancura de la nieve, por
Aquél cuya oración no pudo resultar estéril, y que orando decía 4 : decía el profeta7 : emblanquecer¿ mds que la nieve.
Padre santo, guarda en tu nombre a estos que me has dado para
que sean uno como nosotros.
Verdaderamente ¿ quién duda que esta generosísima oración no
había sido extendida a unos pocos tan sólo, sino a todos cuantos fie­
les había entonces y habría en el futuro? Por esa razón un poco más
adelante añadió s: pero no ruego solo por estos, sino por cuantos
crean en mi por su palabra, para que todos sean uno, como tú,
padre, estds en mE y yo en tE, para que también ellos mismos sean
uno en nosotros. Lo que Agustín explica con estas palabras,
diciend06 : "los que creyeron hasta el fin del mundo, para que todos

3. Cantar de los cantares 4. 12.


4. Juan 17. 11.
5. Juan 17,20-21.
6. La glosa dice Theoohylactus (no S. Agustín), en Glossa Ordinaria, "Evange­
Hum secundum Joannem. cap. XVII", tomo 5, fol. 1280; en Glossa Ordinaria.
"EvangeHum secundum Joannem, cap. XVII, verso 21 (Ut omnes unum sint),
ML, vol. 114. p. 417. Salmos 50, 9.

262 263
Capítulo decimoquinto la paz de espíritu y el perd6n de los pecados, se les niegan a
aauellas que quieren introducir estas diferencias, y por lo tanto esta­
Esta unidad --que a imitaci6n de la suprema unidad divina en fuera de Jesucristo en, quien nada vale ni la circuncisi6n, ni el
la que se honra y se adora la pluralidad de personas en la unidad de Menucio, y también estarán sin la paz y sin las misericordia prome­
esencia y la unidad de esencia en la pluralidad de personas, y que los que siguen una norma que los cristianos aborrecen.
nos ha sido impuesta con palabras del Seftor para que nos esforce­ Así pues, como dijeron los santos doctores, el apóstol de los
mos en imitarla de acuerdo con nuestra flaqueza- se rompería muy trenriles quiso sin duda significar las dos partes, la de los fieles y la
obviamente si nosotros admitiéramos, de cualquier modo que fuera, los judíos creyentes. Por esa raz6n dijo que sobre ellos, esto es,
unas diferencias de origen judío, o gentil, o pagano. Por eso el após­ los creyentes de la gentilidad y sobre la Israel de Dios, todos
tol de una manera un tanto peculiar nos dice al explicar esto 1: en ",echos ya una sola cosa, vendrían la paz y la misericordia, lla­
Cristo Jesús ni la circuncisi6n es nada, ni el prepucio, sino la ~ando a los israelitas fieles la Israel de Dios, porque a los que per­
nueva criatura. manecen en la infidelidad realmente no se les debe llamar hijos de
¿Qué quiere decir, pues, que ni la circuncisi6n ni el prepucio sino del diablo, ya que como atestigua la doctrina de los san­
vale nada, sino que de esto no se puede sacar diferencia alguna? doctores 4 : "los que no creen son peores y más torpes que los
Con raz6n sobre ese punto dicen los santos doctores 2 : "para Dios ~laDlos, porque éstos, aunque no amen, creen y tiene miedo; aque­
son iguales el prepucio y la circuncisi6n; y explican la nueva cria­ en cambio, no tienen esa credulidad".
tura, esto es, la nueva vida por la fe de Cristo", como dijo el Por consiguiente, la diferencia del antiguo rito queda abolida y
ap6sto}3: y la paz y la misericordia caerán sobre aquellos que amente hay que fijarse en la fe. Así lo proclama de nuevo el
siguieren esta ley y sobre e/Israel de Dios. mIsmo ap6stol 5 : en Cristo Jesús ni vale la circuncisi6n, ni vale el
¿ y cuál es esta ley que nos ensefta a seguir, sino es la rectitud , sino la fe actuada por la caridad. Lo que aquí por esta
de gloriarse como allí mismo lo leímos con claridad? Por tanto no expresi6n se pone de manifiesto es que la circuncisi6n se iguala al
se gloria rectamente el que se vanagloria de haber llegado a la fe 'prepuci06 : "aquellos que quieren vivir en Cristo han de buscar las
cat6lica procedente de estos o de los otros. Como la gloria y la l-irtudes y huir de los vicios. Las cosas medias que están entre los
ignominia son género contrarios y la doctrina de los contrarios es la y las virtudes ni tienen por qué apetecerlas, ni huir de ellas,
misma, si de una diferencia así no se saca la gloria, evidentemente la circuncisi6n y el prepucio que nada valen en Cristo, sino la
tampoco se deduce la ignomina. fe, no la improductiva por cierto, porque la fe sin obras no salva,
¿ Qué es, pues, lo que pretenden para sí los que no prestando . la que trabaja por amor a Dios y al prójimo. El mismo amor es
atenci6n a esto procuran por todos los medios destruir la honra de de la fe, sin el amor la fe es algo vacío. La fe con amor es pro-
sus hermanos? Escuchen la recompensa que aftadi6 el apóstol a los
seguidores de aquella ley, "la paz" ciertamente y "la misericordia", Las palabras parecen ser de S. Agustín, Glossa Ordinaria, cap. V, "Ad Gala­
que los glosadores manifestaron como la paz del espíritu y el per­ tas" (vers. Sed fides quae per dilectionem operatur), tomo 6, fol. 510; Glossa
Ordinaria, "Epístola ad Galatas", cap. V, vers, 6 (Nam in Christo), ML, voL
d6n de los pecados. Consecuentemente estos dos inestimables 114, p. 583.

Gálatas 5, 6.

1. Gálatas 6, 15. Expositores, Gloss, Ord., tomo 6, fol. 510.

2. Nicolás de Lira, Glossa Ordinaria. "Epístola ad Galatas", cap. VI, tomo 6, fol. Parecen palabras de S. Agustín, Glossa Ordinaria, cap. V, "Epístola ad Gala­

522. tas", (vers. Nam in Christo Jesu ... ), tomo 6, foI. 510; Glossa Ordinaria. "Epis­

3. Gálatas 6, 16. tola ad Galatas", cap. V, vers, 6, ML, vol. 114, p. 582.

264 265
pia del cristiano: la otra, esto es, la fe sin amor, es propia del demo­ sino para que apeteciendo seguir sus huellas cuanto se pro­
nio, porque también los demonios creen y temen". Esta es la glosa. desde el cielo, procurásemos guardar la más estrecha unidad
Así pues, como no se saca nada de una distinción de este la pluralidad de nuestras personas, y para que ningún fiel fuera
género, lógico es que en este sentido nada en absoluto se puede Iuz2ado despreciable, a no ser que él mismo diese motivo para
deducir en lo espiritual o en lo temporal; de otra manera sería algo, sino más bien para que se velase por una unidad inviolable
por mínimo y débil que fuese, 10 que también en otra parte por todos los individuos existentes.
medio de una expresión negativa lo manifestó el apóstol al decir 7 :
porque la circuncisión no vale nada. Es obvio, pues, que de la nada
nada se saca, porque si la misma circuncisión y el prepucio no valen
nada, en realidad si pudiera encontrarse algo menos que nada,
menos que nada sería ser circunciso o incircunciso, o haber descen­
dido de padres o de otros antepasados circuncisos o incircuncisos.
Por consiguiente, mientras uno sea fiel es preciso que elimi­
nado lo abstracto se haga desaparecer lo concreto, porque si quita­
mos la blancura, lógico es que no dejemos nada blanco. Así pues, al
quedar reducido a la nada la diferencia de la circuncisión y del pre­
pucio, lógicamente se deduce que deja de existir la diferencia de si
uno ha llegado a la fe católica de ésta o de aquella religión. Bajo el
nombre de prepucio el apóstol quiso decir los procedentes de la
gentilidad, de la misma manera que mediante la palabra circunci­
sión incluyó a los que provenían de la religión judía.
El apóstol considero, pues, que Cristo había querido que exis­
tiese en su pueblo la más completa unidad. Por eso enseBó que
había que extirpar de raíz esta diferencia que está vigente antes de
la venida de Cristo, porque Aquél en cuyos labios había sido derra­
mada la gracia no quiso excluir de la gratísima participación de la
unidad a fiel alguno, de donde quiera que hubiese venido, ni quiso
que los que ya estaban dentro de ella fuesen diferenciados o dividi­
dos por ninguna clase de distinción extraída de antiguos orígenes.
Por eso afiadi6 aquella inefable semejanza al rogar para que todos
sean uno como nosotros, por supuesto, no para igualar a aquella
maravillosa unidad de naturaleza con su inefable pluralidad de per­
sonas y la pluralidad de personas bajo unidad de naturaleza, cuando
no hay proporción alguna entre la humana debilidad y la grandeza

7. Gálatas 5.6.

2~ ~7
Capítulo decimosexto y Alberto Magn03 no lo llama senal, sino un testimonio que
bnstituye una doble imagen del honor. a una de las cuales la llama
y esto. cuando la muchedumbre de los creyentes era un solo cora­
(eneral, y ésta. como él dice. es una manifestaci6n de respeto en
zón y una sola alma. y para que nosotros lo siguiéramos. lo siguieron
~stimonio de virtud. Y a lo que Cicer6n llama senal. él mismo lo
y lo enseftaron los apóstoles y todos los creyentes de aquellos tiempos. testimonio. a la segunda. que es la exaltaci6n del virtuoso. la
¿Es que una sola alma racional daba forma a todos los cuerpos especial, de tal manera que una y otra imagen o sedal, tanto
humanos de tal manera que una sola forma en número era la forma general como la especial. se refieren a la virtud. para que la vir­
esencial de todos los hombres? No. en absoluto. Aquel error de la anti­ se convierta en la causa primera en la sedal o testimonio. La
güedad de quienes juzgaban que todo el género humano tenía una sola !$tgunda puede y debe recibir y mostrar en recompensa las mismas
alma. fue considerado absurdo. mas nosotros hablamos de una sola lefiales de testimonios o favores. según la capacidad humana. tanto
alma cuando tenemos pensamientos semejantes y nos deseamos el los que los manifiestan como de los que los reciben. Y como
bien el uno al otro. y no despedazamos el honor propio. sino que a ,..,.ftbamos de decir que en el bautismo se infunden gracia y virtu­
cualquier otro fiel. como a nosotros mismos. lo consideramos de • es 16gico que el que sostiene que al bautizado, sin culpa pro­
acuerdo con la dignidad de su persona capacitado para cualquier honor se le ha de negar el honor debido, ya en la muestra de respeto
y dignidad. siempre que se le conceda legítimamente y no le resulte pertenece a la forma general, ya en la exaltaci6n de la persona
nocivo. Por esa raz6n al exponerlo Lucas. al momento afiadi6 1: y nin­ 1.10'.'; ....."'.,,, que pertenece a la forma especial de honor adecuado a la
guno tenia por propia cosa alguna, antes todo lo ten(an en común. Y teuwlOao de la persona y de las cosas. necesariamente afirma una
esto -aunque se deba observar más literalmente entre los que siguen las dos cosas: o que en el bautismo no se infunden virtudes. lo
una regla o disciplina y los que profesan un estado de perfecci6n. por va contra la fe cat6lica. o que a la virtud no se le debe honor,
eso se llaman cenobitas. como los que viven en comunidad. del griego que va completamente en contra de la doctrina filos6fica y de
cena. que se pronuncia como en latín-. sin embargo. a su manera ha política de gobierno. Si obstinadamente se afirma lo primero
de observarse entre los fieles. para quienes. si no en acto. por lo menos herético. si lo segundo. es insensato y de una extremada locura.
en potencia. también todas las cosas deben ser comunes de suerte que No se puede, por tanto. dudar que cualquier israelita. al igual que
nadie deba arrogarse que una determinada dignidad. categoría u [Cualquier otro, una vez limpio del pecado de infidelidad por el agua del
honor, de tal manera se ajusta a él que el dicho honor u otro seme­ ¡'6autismo, en la medida que le corresponda será partícipe del honor tanto
jante, si se respeta inteligentemente el orden de la jerarquía eclesiás­ reclesiástico como civil, de modo que el rústico se sienta igual entre los
tica y de la república cristiana. no puede corresponderle a ningún otro h1sticos, el plebeyo entre los plebeyos, el de pueblo entre los de pueblo,
fiel, no importa quien sea. El que trata de negarle el debido honor a mercader entre los mercaderes. el soldado entre los soldados. el noble
cualquier fiel. de cualquier procedencia que fuere, no sólo manifiesta los nobles, el sacerdote entre los sacerdotes, y así sin interrupci6n
privarle de conseguir algo nuevo. sino de despojarle de lo que le perte­ recorrer todas las escalas del gobierno eclesiástico o político. res­
nece. rí}etando siempre la preminencia y honor de los más nobles y de las
Como Arist6teles afirma 2 , por la virtud se considera el honor. as sobresalientes. ya que la nobleza no es exactamente la misma
y Cicerón dice que el honor es una muestra de respeto en senal de todos los nobles. porque algunos nobles son más nobles que otros.

1. Hechos de los Apóstoles 4, ;32.


2. Aristóteles, EthicaNicomachea.lib. IV, c. 3. &1. Paris, Didot, 1850, tomo n, p. 44. S. Alberto Magno. In librum IV ethic., tracto n, C. VIII, &1. Vives. Paris, 1891,
tomo 7, p. 307.

268 269
y del mismo modo que no indagamos individualmente entre los y los depurará como se depura el oro y la plata para que
espaf\oles quien haya descendido de los godos o de los vándalos, o tezcan a Yavé sacrificios de justicia. Entonces agradará a Yavé el
de los suevos o de los hunos -aunque estas gentes en gran número ~rificio de Judá y de Jerusalén como en los dlas pasados y como
abundaron en Espaf\a en diferentes épocas, y de sus príncipes, des­ los años antiguos.
cendieron príncipes, de sus nobles, nobles, de sus plebeyos, plebe­ y esto ha de entenderse de todos los que habrían de creer, de
yos, y de sus rústicos, rústicos, porque aquellas multitudes venían lIalauier parte que procediesen, a quienes les hizo saber que todos
llenas de toda clase de hombres- sino que es justo que en esta habían de ser purificados por las aguas del bautismo pre­
diversidad de antiguas naciones que experimentó innumerables sacrificios agradables.
mezclas a través de casi innumerables matrimonios, según las exce­
lencias de las familias y el valor de las acciones que se siguieron a
continuación, de las que también podemos deducir excelencias ante­
riores, respetemos y honremos debidamente a sus individuos: a los
reyes, de manera regia; a los caudillos, como a caudillos; a los ser­
vidores, como servidores; a los "marchionibus, marchionilem"; a
los mercenarios, como a mercenarios; y así bajando sin interrupción
por las diferentes categorías hasta llegar al primero y simple grado
de nobleza, concédaseles el debido respeto a los hombres del pueblo
y a los hombres del campo, de quienes no hay duda de que gran
cantidad de ellos han descendido de aquellas gentes, y tráteseles
con bondad a la manera que les corresponde, de acuerdo con su
categoría, en aquellas cosas que son patrimonio de todos.
¿Quién duda que todos los israelitas que reciben la fe han de
ser admitidos socialmente? Cada uno de ellos, según fuere justo y
de acuerdo con lo que henios dicho de los otros, atribúyase en aten­
ción a su nobleza o dignidad, una cierta cantidad de honor antepa­
sado, una vez ahogado por completo el pecado de infidelidad de sus
progenitores en el agua del bautismo y purificado en el fuego del
Espíritu Santo, por cuya llama abandonan toda infamia y malas cos­
tumbres, como decía uno de los profetas 4 : y luego en seguida ven­
drá a su templo el Señor a quien buscáis y el ángel de la alianza
que deseáis. Ved que viene, dice Yavé Sabaot y ¿quién podrá sopor­
tar el dla de su venida?, ¿quién podrá mantenerse firme cuando
aparezca? Porque será como fuego fundido y como lejla de bata­
nero y se pondrá a fundir y a depurar la plata y a purgar a los hijos

4. Malaquías 3. 1-4.

270 271
Capítulo decimoséptimo I.P.rencia merecería ser y llamarse de la tribu del Sefior. y de estos,
amadísimos hijos, recibís también el nombre y oficio los que
¿Cómo, pues, alguien se propondrá quitarles los honores huma­ elegidos para el servicio del tabernáculo, esto es. de la Iglesia
nos o cuando se les presenta la ocasión de conseguirlos procurará Dios en el oficio levítico", Estas palabras se encuentran en el
que se los nieguen a aquellos de quienes el profeta afirma que des­ pontificialllamado Ordinario, y aunque las diga el pontífice al
pués de recibir la fe sus sacrificios serán gratos a Dios?, porque la a los diáconos. es muy sabido que en el tiempo de la ley
fe es la limpieza de los corazones como dice el apóstol Pedro 1: JlleSCnta se tenía la costumbre de que tanto los sacerdotes como los
purificando con la fe sus corazones. Y no en vano el profeta puso fuesen escogidos exclusivamente de la tribu de Leví, aunque
esta comparación cuando dij02: como en los dfas pasados y como en lianlamente los que servían en la orden de diácono recibieron el nom­
los años antiguos. Afios y días en los que consta que disfrutaron de de levitas.
dignidades reales y sacerdotales. Por eso, no sin razón, en este teorema y proposición se advirtió
¿Qué necesidad había de puntualizar de tal manera si no para que los que accedían a la fe. tanto de una parte como
por esto hacer saber a todos que por medio de la lejía de batanero y la otra, recobraban la distinción, nobleza o cualquier otra cuali­
del fuego fundido, es decir, una vez fundida la infamia. purificados natural que primeramente tenían en cuanto no se oponga a los
por la medicina de Jesucristo nuestro Sefior y de sus saludables 1Dcipios de la jerarquía de la Iglesia. Mas como la jerarquía de la
sacramentos, todos los hijos de Leví y de toda Judá y Jerusalén, que fIIlllesia se antepone a todo. de acuerdo con ella ya no existe una
abarca a todos los fieles, se levantarían aptos para todo, de acuerdo única. sino que todos cuantos dignamente son elegidos para el
con la calidad de sus individuos? IMUt'ino ministerio semejan proceder espiritualmente de aquella tribu.
Esto de que la purificación de este eterno batanero limpia tanto efecto, el sacerdocio fue ajustado de modo que todo grado de
a éstos como aquéllos, de donde quiera que procedieren, hay que ¡isterio se conceda no a una familia en particular, sino a cual­
entenderlo de una manera general. En efecto, con la denominación en general, en cualquier grado que fuere recibido con arreglo
de hijos de Leví es claro que están comprendidos ya no sólo los los cánones de la Iglesia, eliminando absolutamente toda diferen­
descendientes de esa sangre, siempre que hubieren permanecido fie­ de sangre camal.
les, sino también todo cuantos son aceptados al orden diaconallla­ Mas así como antes hemos traído a colación cosas pertinentes a
mado levítico. Por eso de acuerdo con las disposiciones de la Iglesia divino, a lo eclesiástico y a 10 canónico, traigamos ahora algunas
el pontífice cuando ordena a los diáconos, al hacer las exhortacio­ seculares. Dice el Rey Alfonso, el Décimo de este
nes, entre otras cosas dice 3 ; "realmente en la antigua ley fue esco­ en una de las leyes de sus Partidas al hablar de los fieles
gida una de las doce tribus para que con espiritual dedicación se rbrocedentes del pueblo israelita, 4que nadie se atreva a decirles a
consagrase al tabernáculo de Dios y a sus sacrificios con liturgia o a su linaje a manera de afrenta el que fueron judíos; y pue­
constante. Y tan grande dignidad fue confiada a la misma que nadie, den tener todos los cargos y honores que los cristianos tienen. Más
a no ser de la estirpe de Leyí, sería elevado para servir a este culto y el mismo rey Alfonso en otra ley de la misma obra hablando
oficio divino, hasta el punto de que por este gran privilegio de extensamente de este problema, vertidas las palabras del
idioma expan.ol a la lengua literaria, dice así: "Viven y mueren en
l. Hechos de los Apóstoles 15,9.
2. Malaquías 3.4.
3. Véase el Pontifical Romano en una edicción cualquier en la "Ordenación del Alfonso X el Sabio, Partidas, la séptima partida, tito XXIV, ley VI y título
Diácono", o el Manual de Ordenandos, Bilbao, Mensajero, 1921, p. 96. XXV, ley III.

272 273
peregrinas sectas religiosas muchos que desearían hacerse cristia­ disposiciones, tanto las de vuestro ilustre padre como las de
nos, sino fuera por los desprecios e infamias que ven se hace contra Serenidad, estarí~ en descuerdo con la brevedad del pre­
aquellos que se convierten a la fe católica; que algunos hieren a tratado y no lo juzgo necesario para el tema que tratamos,
estos con muchas maneras de oprobios; los que lanzan oprobios de esas disposiciones son muy recientes y el que quisiere ver­
esta clase pecan gravemente porque no deberían tratarlos de manera podrá hacerlo fácilmente.
ignomiosa y sí de honrarlos; de una parte, porque abandonaron la Por consiguiente, si el honor no se puede reconocer de ninguna
religión en la que ellos mismos y sus padres nacieron; de otra parte, manera, si no es de una manera positiva por medio del acceso a
porque al reconocer la grandeza de nuestra fe y aceptarla se apartan cosas dignas de honor, y de una manera negativa por el aleja­
de sus padres, y de sus consortes, y del resto de su parentela, y de la de las cosas dignas de deshonra o vituperables, al ser éstas,
manera de vivir que acostumbraban, y de todas aquellas cosas en las honor y el vituperio, cosas contrarias, es lógico que el aleja­
que solían deleitarse. Razón por la cual algunos de ellos al ver estas del vituperio tenga naturaleza de honor como el apartarse
ignominias que se les atribuye después de haber recibido la fe cató­ daño tiene sentido de provecho. Así, pues, como uno y otro
lica, abrumados en la ofuscación de los corazones por los disgustos iíarecen estar contenidos en las premisas, el suprimir los oprobios y
que reciben de calumnias y de palabras ultrajantes que se les infli­ dar el justo honor. más que claro es que éstos, los judíos, tienen
gen, recaen de nuevo y abandonan la fe. Por este motivo ordenamos IlOneidad para toda clase de honores de la misma manera que el
que todos los católicos sujetos a nuestro mandato honren, de todas de los fieles, y que en consideración a esto se les debe descar­
las maneras que les sea posible, a todos cuantos procedentes de reli­ de toda clase de deshonras, pero además también por otros
giones extranjeras llegaren a nuestra fe, de la misma manera que [vos, de acuerdo con sus merecimientos, y como a los demás, se
honrarían a otro cualquiera cuyos padres hubiesen sido cristianos, debe aumentar o disminuir la honra como el buen juicio lo orde­
prohibiendo que nadie se atreva a ofenderlos de palabra o de obra, y
que no se les infiera injuria, daño o mal. Y si alguno obrare contra
esta orden sea castigado al arbitrio de los jueces con más rigor que
si hubiese atentato contra alguien cuyo linaje y antepasados hubie­
sen sido cristianos". Estas son palabras del rey Alfonso.
Siguiendo esta real disposición que se ajusta al derecho divino
y canónico, el muy preclaro rey Enrique, el tercero de este nombre,
de gloriosa memoria, a través de sus cartas ampliamente estableció,
declaró y decretó lo mismo, ordenando que gozasen de todos los
privilegios, honores, provechos y ventajas que gozan o que podrían
gozar los otros católicos.
Pero, ¿para qué traigo como testimonio a reyes que ya abando­
naron la luz de este mundo cuando Vuestra Serenidad, siguiendo las
santas huellas paternas, estableció y confirmó todo esto con temi­
bles castigos, y decretó que la fuerza de la ley establecida con el
consentimiento general de nuestros reinos siempre mantendría esta
firmeza? Repetir al pie de la letra en toda su extensión estas católi­

274
Capítulo decimoctavo qué. sin embargo. has hecho menci6n de la nobleza en este teo­
cuando los israelitas. después de la pasi6n de Cristo y antes
Pero ¿por qué sigo dándole a la pluma en esto, cuando creo que
recibir la fe. se mantenían en tal grado de oscuridad que clara­
nadie negará a los fieles israelitas la plena aptitud para alcanzar mostraban no tener nobleza alguna? ¿De qué manera, pues, la
libremente, por derecho, dignidades, honores y demás cargos tanto w-..'perarán, si en principio no la tuvieron. cuando el postliminio,
eclesiásticos como seglart?s, de la misma manera que a los demás
muy grande y rico que sea, restituye los derechos primitivos,
que descendieron de la gentilidad y de otras cualesquiera naciones,
no concede otros nuevos?
y que han llegado a la fe por la gracia del bautismo? Esto clara­
Para responder a esto, y ajustándome a 10 que acerca de la dife­
mente 10 respeta la costumbre universal de la Iglesia cat6lica como
de servidumbre toqué con inmediata anterioridad en el subar­
algo conforme con el derecho divino y humano al admitir a las dig­
segundo. yo diría ql!-e los israelitas habían perdido la nobleza
nidades y oficios eclesiásticos y seglares tanto a éstos como a los
IOlógica, permaneciendo bajo la infidelidad, cuando, al rechazar
otros, según la calidad de las personas y sin distinci6n alguna,
preceptos y consejos evangélicos, perdieron la gracia divina
teniendo sabiamente en cuenta las particularidades de las situacio­ como dice el profeta 2 : los que me desprecian. no serán
nes y de las épocas. De cuánta autoridad sea el respeto de la Iglesia,
pero las noblezas natural y civil. aunque las cubrieron con la
oigamos los que dice Tomás 1: "la costumbre de la Iglesia que en
de oscurísimas tinieblas, sin embargo no las perdieron por
todo hay que imitarla, tiene la máxima autoridad, porque incluso la
.ulllplt:;to, pues algunos de ellos por naturaleza tienen agudeza de
doctrina de los doctores cat6licos recibe la autoridad de la Iglesia.
Ihtendimiento, por más que lo que no se encamina a un recto fin
Por eso hay que inclinarse más a la autoridad de la Iglesia que a la
las sendas de la fe cat6lica no pueda llamarse verdadera sabidu­
autoridad de Agustín. o de Jer6nimo, o de cualquier doctor". Esto aunque tenga aspecto de sabiduría; ni tampoco perdieron por
dice Tomás.
[IIIompleto las virtudes morales, aunque en pura esencia no las tengan
y si la autoridad de la Iglesia sobrepasa a la autoridad de los
carecer directamente de la virtud de la sabiduría y de las virtudes
santos doctores, y no sin raz6n, como que los mismos doctores Ieologales. A pesar de todo algunos de ellos muestran tener accio­
están comprendidos dentro de la Iglesia y recibieron de ella la auto­ propias de las virtudes morales, e incluso de aquella que propor­
ridad que tienen, ¿de cuánta autoridad será que lo conforme a la la capacidad de sefiorear y a la que principalmente se le atri­
doctrina repetida por los santos doctores, como dijimos en muchos ye la nobleza natural, pero no porque los mismos con su
lugares, la Iglesia cat6lica la respeta y manda que se respete? En tlStante infidelidad puedan y deban mandar, sino porque algunos
esto, pues, no hay que insistir más porque está más claro que la luz ellos que están cercanos a los que con frecuencia mandan, los
del día, y todo ojo que no haya perdido la facultad de ver verá con tnlven en las cosas de administraci6n, lo que hace que conserven
plenísima claridad que esto que he dicho se apoya en la verdad cris­
indicios de nobleza natural.
tiana. Sin embargo, al final de esta exposici6n creí oportuno que De la nobleza civil, aunque en pobre proporci6n. parecen con­
habría que referirse a 10 único que quizás no esté tan claro, porque también algunos indicios cubiertos con la sombra de una
parece apoyarse o fundamentarse en la manera de pensar de los que blU'nnsima nube, cuando entre ellos unos se juzgan plebeyos. otros
10 examinen. ¿Qué habría que contestar si alguno dijere en tono de . y aún entre los mismo a los que juzgan nobles, a unos los
censura, si bien lo que expusiste se confirma como muy verdadero,
más nobles que a otros, hasta el punto de que en sus matri-

1. S. Tomás. Summa theologica. 2. 2, q. 12, a. 12.


IReyes 2,30

276 277
monios y en su estima guardan esta distinción con muy precisa
_un...."" decimonono
escrupulosidad, y sus nobles desprecian el aceptar trabajo de artesa­
nos o matrimonios plebeyos, a no ser forzados por una extrema Así, pues, como los is~aelitas infieles reciben todos estos danos
necesidad sobre todo en Espaf\a a la que, como dicen, llegaron en su propia infidelidad, no tenemos con ellos ninguna otra contro­
tiempos remotísimos muchos de los más importantes y más nobles o motivo de discusión, a no ser el que sean rebeldes a la fe
del pueblo israelita después de la destrucción de Jerusalén. y el que llevados por su ceguera de espíritu al no someterse
De donde se infiere que al perder la gracia divina, hayan per­ tEvangelio se resistan a la verdad cristiana, lo que muy claramente
dido por completo la nobleza teológica y como resultado de la falta festó uno de los profetas cuando dijol: pues los labios del
de nobleza teológica hayan obscurecido con gran moho la nobleza tcerdote han de guardar la sabidur(a y de su boca ha de salir la
natural y civil. Sin embargo, de las noblezas natural y civil, que no IIrtrina. porque es un enviado de Yavé Sebaot. pero vosotros os
difamaron en su origen, sino que difamaron por el adimento de la apartado del camino y habéis hecho tropezar a muchos en la
falta de nobleza teológica, conservan por así decirlo algo como y habéis pervertido el pacto de Lev(, dice Yavé Sebaot. Por eso
cadáveres. Y como incurrieron en ella como consecuencia de la también os he hecho a vosotros despreciables y viles para todo
cólera divina, es lógico qu~, al cesar la cólera y concedérseles cum­ pueblo a la medida en que vosotros no habéis seguido mis cami­
plidamente el perdón por medio del agua del bautismo, todo este ni habéis tenido en cuenta la ley.
moho desaparezca como algo secundario, así como en derech0 3 ¿Qué hubiera podido decir el profeta con más claridad para dar­
cuando la condición de lo sustituído depende de la condición de 10 a conocer que todo desprecio y vilipendio o b~eza en que los
establecido, si la condición de lo establecido se destruye por reco­ infieles incurrieron les sucedió por su infidelidad? Pues
nocimiento del último, inmediatamente conviene que se rompa la "por eso", como si dijera no por otra cosa, sino porque debe­
condición de los sustituído que de él dependía. buscar con afán la Ley de la boca del sacerdote eterno que es
~aderamente el ángel de Dios, más aún el mismo Dios, al que en
lugar el mismo profeta llama el ángel del testamento, e Isaías
el ángel del consejo, mas no solamente no la buscaron, sino
incluso ofrecida por E'l y por sus apóstoles rehusaron aceptarla.
no hubiesen caído en presencia de todos los pueblos en el mismo
-.,recio por alguna otra causa o pecados especiales, si la obstina­
de su infidelidad no se hubiese ganado esta implacabilísima
IIOígnación, porque no vemos en ellos más que en otros pueblos
nos sean conocidos, otros enormes pecados por los que hubie­
arrastrado a la justicia divina a tan gran indignación, a no ser la
!l"'"nnadísima y prolongada duración de su infidelidad.
Los judíos hicieron inútil y lo siguen haciendo el pacto de Leví,
el cual se representa la dignidad y oficio de sacerdote cuando no
Dedecen al sacerdote eterno y a El mismo no le ofrecen sacrificio

3. Legistas, en Corpus Juris Civi/is. 1, in L. Filius; ff. de lib., p. 780. Malaquías 2, 7-9.

278 279
bajo el admirable sacramento, sino que toman la cara externa de la antecesores, bajo sutiles formas, guardaban continuamente entre
ley al considerar superficialmente la letra de la ley. Solemos, pues, Mas yo también, si os place, aduciré la otro conjetura que se
decir que nos hemos expresado superficialmente cuando hablamos que así como hacemos conjeturas del pasado hacia el pre­
de manera descuidada y sin reflexionar para no avergonzamos de del mismo modo, a veces, dijeron los juristas3, hay que hacer
dedicamos a buscar profundamente la verdad por medio de la exce­ del presente hacia el pasado. Por esto únicamente mi
lencia del estudio. Los judíos aceptan, pues, la cara externa de la ""lUma me obliga a escribir para que no calle lo que todo el mundo
ley, esto es la superficie de la letra que mata, no la interioridad del y la lengua me empuja a que hable para que no sea que,
espíritu que vivifica, porque siguen solamente el aspecto externo de ¡callando, parezca que no he prestado la debida atención, o que lo he
las palabras, no penetran en la auténtica fuerza vitalizadora y en la [basadO por alto intencionadamente.
plenitud de la ley porque tercamente no siguen a Jesucrito, quien no
vino a romper la ley, sino a cumplirla. Por eso dijo el Senor2 : he
aquf que yo os hecho despreciables y viles para todo el pueblo.
Esta. pues, es la causa eficiente y final de su desprecio y vileza,
o de su baja condición. quitada la cual su desprecio y vileza. o
bajeza, al instante desaparece. Por eso el mismo profeta anunció
que, después de purificados los hijos de Leví. el sacrificio de Jeru­
salén y de Judá sena grato como en los días pasados y como en los
anos antiguos, como ya dijimos. Así. pues, cuando el Senor se digne
abrirles los corazones a su ley y, a sus preceptos, síguese lógica­
mente que haga la paz y que no quede rastro de la antigua diferen­
cia, una vez sometida la rebeldía de sus malvadas pasiones por la
recepción de la fe.
Esta, pues. es la victoria que vence al mundo, nuestra fe. Júz­
guense ellos a sí mismos como vencedores entre vencedores. Y, al
resurgir por la fuerza de la fe aquellos que estaban muertos, no
resultará ilógico que como consecuencia vuelvan a la vida los cadá­
veres de las noblezas que yacían sepultos con ellos. Porque si al
contacto del cadáver de Eliseo resucitó el cadáver del caminante
desvalijado, ¿por ventura 8.I contacto del cuerpo vivo de Cristo no
se levantarán sin vacilación alguna los cadáveres de las noblezas
mencionadas? Justo es, por consiguiente, que aquellos que tuvieron
noblezas las recobren.
Si Vuestra Real Majestad quisiere saber quiénes son ellos, lo
podrá conjeturar por los privilegios y respeto que ellos mismos, o

2. Malaquías 2. 9. Juristas. en CJ.C., n, en L. "Sive possidetis", de prob., p. 227.

280 281
Capítulo vigésimo Los campesinos y plebeyos en tanto que son rústicos y plebe­
no hacen uso de esta manera de pelear, ni acostumbran a tener
Se dice que la naturaleza obra de manera semejante en los gru­ tiempo de paz en su bagaje, armas de este tipo, caballos y otras
pos de la misma especie, ya que todos, o la mayor parte de los que que son necesarias y convenientes a este ejercicio para usarlas
se individualizan bajo una 'determinada especie, acostumbran a ape­ sobreviniere la guerra, porque sobrepasan sus posibilidades
tecer aquellas cosas hacia las cuales la fuerza de la naturaleza los muy aparejados trabajos y peligros, a no ser que, quizás de
arrastra. Así, pues, vemos que todos los animales en su mayoría irillerdo con la legislación de los pueblos, en algunos lugares limí­
siguen ciertas cosas que les son comunes a su género, y que tienen con las tierra de los musulmanes, sea costumbre que. de vez
inclinación a diferentes modos de vivir de acuerdo con las diferen­ cuando, estén obligado!f a tenerlos según la abundancia de recur­
cias de sus especies. Y aunque alguno de ellos aisladamente siga o de tal suerte que queden libres del cultivo de la tierra y otras
apetezca algo especial, sin embargo, esto raramente acontece. leupaciones de índole campesina y urbana que, aunque honrosas,
Pero dejemos de hablar de los animales irracionales y hablemos son para el espíritu de la grandeza y hermosura del arte militar.
de los hombres, de cuya especie somos. Somos animales, o por aunque algunos de estos impulsados por su espíritu y animosidad
mejor decir, cambiemos los términos, los más notables entre los ani­ eleven a las actividades de la nobleza, y combatan a mano
males, y en los que vemos muchas cosas, más bien casi infinitas, que rmada, y poco a poco se vayan incorporando al grupo de los
a todos nos tocan en suerte por naturaleza. Algunas familias, por pues la nobleza como el resto de los bienes temporales es
cierto, suelen tener inclinación a determinadas cosas por determina­ y susceptible de perderse; sin embargo, son pocos los
das características. Seguir de cerca, familia por familia, sería larguí­ iacidos de padres rústicos y plebeyos los que lo intenten, teniendo
simo, y no viene a propósito. Mas solamente quiero decir esto por la cuenta la cantidad de gente agrupada bajo el nombre de rústico,
misma razón por la que dije lo anterior. En los hombres, entre otras plebeyo, o de pueblo, y también de artesano, y de otros oficios
muchas, se ha establecido esta diferencia: que unos sean tenidos por no son propios de los nobles.
nobles y otros por plebeyos. Es propio de los nobles elevarse a las En cambio, de aquellos que proceden de los israelitas, elimi­
altas prácticas por difíciles que sean, y alejar sus actos de los oficios por el bautismo el impedimento que tenían por la mancha de
o actividades bajas; es propio de los plebeyos, en cambio, pasar la infidelidad, y teniendo en cuenta la escasa cantidad de ellos,
vida en oficios más sosegados y más penosos. Esa es la razón de que a muchos en número, que por iniciativa propia y sin que
la práctica militar, por superar a todas las otras en esfueno y peligro, les fuerce, de continuo tienden al ejercicio de las armas, y con
se considere propia de los nobles por estar más próxima a la perfec­ lIn'ooiado arrojo militar en las actividades guerreras, cosa tanto más
ción moral, y llena de hermosura, de energía y de grandeza. Y aun­ como que antes de la supresión del impedimento se les
que el pueblo, de vez en cuando, usa de las armas, y los plebeyos i!Onsideraba,y lo eran, un tanto cobardes. Tanta y tan notoria era la
algunas veces esgrimen las lanzas y las espadas tanto contra los ene­ lmidez de los infieles israelitas que, cuando queremos expresar un
migos como entre ellos mismos, sin embargo, lo suelen hacer tosca­ de timidez, la llamamos timidez judaica, y al temoroso en
mente y a pie, y no se atreven a oponerse a la nobleza armada. La le solemos llamar judío.
práctica militar, en cambio, y el correr a caballo y el pelear al sonido ¿Qué es, pues, lo que les hace lanzarse tan súbitamente de la
de las trompetas y bajo las banderas de los príncipes, guarnecidos la timidez a las acciones de valentía? Porque, aunque desde
cabeza y el pecho y cubiertas las piernas con hierro finamente tem­ los vicios es difícil escalar a las virtudes opuestas a ellos, no
plado, es realmente una actividad propia de los nobles. ascenso más difícil de virtud, sin embargo, que el ascenso a la

282 283
fortaleza, ni puede existir fingimiento alguno más difícil que el que que este impulso de cólera o de ira proviene sobre todo de los
se intenta hacer en los actos de guerra. Porque en otras acciones, Ifogenitores como herencia, pues como Aristóteles dice 2 , entre las
cuando ocurren con frecuencia y sin peligro, nos podemos ajustar a arlinaciones a la virtud ninguna se propaga y pasa a los descen­
ellas con cierto decoro. ,A;.sí que quien quisiere finnemente conse­ por medio de la sangre como la que tiene a la fortaleza, pues
guir algo, aunque tenga inclinación a lo contrario, podrá ganar per­ proveniente de la condición de sus padres, muchísimas veces
fección moral. o por lo menos no alejarse mucho de ella. En efecto, en los hijos una fortaleza natural que si se controla con la
el que quisiere abstenerse del exceso de alimentos, o del uso prohi­ producirá la fortaleza, como virtud moral, y en muchos eleva
bid o de placeres, sin peligro lo podrá hacer, como sin preocupación timidez y la ineptitud d'esde la cualidad servil a la valentía gue-
de peligro alguno lo podrá hacer lícitamente el que se limite al ali­
mento necesario para satisfacer la fatiga del hambre, y use el matri­ Por lo tanto como a los oficios de la milicia annada, gloriosos
monio para sofocar los instintos venéreos. Y si aún quiere ir más cierto, pero llenos de trabajo y de peligro, en proporción, y
lejos, privándose del deseo de comer por amor del ayuno, o abste­ iíniendo en cuenta el corto número de ellos (de judíos), se eleven
niéndose del matrimonio por ansia de castidad, como las pasiones de estos, de los judíos, que de aquellos que proceden de familia
que se oponen a la abstinencia y a la continencia con frecuencia nos o falta de nobleza, es lógico que conjeturemos que en algu­
salen al encuentro, el que se propusiere sujetarlas por un espacio de de ellos aquella nobleza poseída en la antigüedad haya estado

tiempo se encontrará a sí mismo muy cercano a la virtud a través de encerrada en sus pechos, aunque ennegrecida por la obscuri­

esa sujección, hasta tal punto que llevado por el honesto hábito se de la infidelidad. al quedar purificada por la aceptación de la fe

abstendrá con alegría de aquello de lo que con trabajo y con tristeza por "herbam fulonis" y más blanca que la nieve por la asper­
había comenzado a abstenerse, porque el hábito honesto convierte del agua del santo bautismo como lámpara que había estado

en alegre lo que antes de ese hábito honesto se imaginaba dificul­ i.M....... rrada en un modio, y una vez sacada del modio, se dispone de

toso. a lanzar sus rayos y esplendor porque estaba acostumbrada a


En los actos de guerra hacia los que tiende la fortaleza, en cam­ prunair su luz. Y no de otra manera, según el curso ordinario de la
bio' no sucede lo mismo. porque raramente viene la fortaleza con IUlturaleza, en tan corto espacio de tiempo hubiesen podido perder
las dificultades y con el ~ucho peligro. La mayoría de las veces manera verosímil tan repentina el excesivo temor y adquirir el
llega de manera súbita cuando no hay lugar para la reflexión. Por o guerrero y el arte militar, a no ser que algún rescoldo de
esa razón. a no ser que impetuosamente venga en socorro la disposi­ Ibobleza. aunque no completamente encendido, pero tampoco com­
ción natural. conseguir la fortaleza en medio de los peligros de las apagado, conservándose de siglo en siglo, hubiese
guerras es sumamente difícil. De aquí que diga JeTÓnimo l que el humeando un poco, en el interior de algunos de los descen­
ataque repentino altera incluso a los soldados más valientes, que esa Ilentes de la antiquísima nobleza de aquellos. Y este rescoldo. desa­ ~
es la razón que le obliga a Homero a decir que la fuerza se acre­ ~ido el humo, vuelve a mostrar su luz, y los pincha como con
cienta con la cólera, que la cólera y la ira ayudan a la virtud de la ~uelas para que aspiren ardientemente a elevarse a los trabajos de
fortaleza, y que la razón debe dirigirlas y controlarlas hasta que de milicia. porque así como se dice, según el historiador escolástico,
ellas estrechamente unidas se fonne la fortaleza como virtud moral, el fuego del sacrificio en la época del cautiverio babilónico se
mantenido durante mucho tiempo enterrado. así se mantiene
1. S. Jerónimo. Los mss. anotan lheronymus ad Augustitlum. Jerónimo hace refe­
rencia al comentario de Aristóteles acerca del valor y de sus diversas especies
en Etica a Nicomaco. libro III. cap. IX.
Aristóteles, Ethica. lib. m, c. vm.

284 285
en la profundidad del corazón de los infieles un pequello fuego de
nobleza que empezará a brillar poco a poco una vez desechada la vigésimo primero
infidelidad.
De aquí que la Iglesia de Dios no pase en silencio la nobleza de No se puede aceptar. por consiguiente. a los que juzgan que
aquellos, sino que volviendo al pasado la recuerde con nueva ale­ los descendientes de este linaje deben ser considerados de la
gría. Por eso Guillermo, dándose cuente de la grandiosa ceremonia manera y llamarlos a todos nobles. o llamarlos a todos ple­
que solemnemente celebra el romano pontífice en el acto de entrega cuando una y otra afirmación manifiestan estar muy lejos de
de la rosa durante el cuarto dominto de cuadragésima, y que se .verdad. Porque llamar a algún pueblo, o nación. noble en todos
titula "letare", dice as{3: "en verdad la rosa en las manos del romano individuos. parece propio de un presuntuoso. o de un lisonjero;
pontífice representa la alegría del pueblo judío cuando por la gracia !l.lDarlo. en cambio, plebeyo sería propio de un ignorante, o de un
de Cristo se le concedió libertad para volver a la cautividad de y afirmar sin importancia tanto esto como aquello está
Babilonia. Acto seguido el pontífice le entrega la rosa al más noble de la duda del que no lo cree así. Porque aunque todos en
y de más autoridad que en esos momentos se encuentre en la curia, a la salvación del alma se vuelvan de igual condición al reci­
y en quien está representada la nobleza y excelencia de aquel pue­ la fe, al igual que todos los fieles que descienden de la gentili­
blo especial". Esto dice Guillermo. sin embargo ¿quién duda que en honores unos son más sobre­
Nadie, pues, juzgue como algo nuevo o desconocido. si aban­ Ilientes que otros? Quien lo quisiere observar podrá comprobarlo
donada la ceguera interna y recibida la luz interior de la verdad, los por las sellales, que 'aún estando bajo la infidelidad se maní­
~aban en ellos, como en la manera de vivir que tiene después de
que hayan tenido esa nobleza, aunque obscurecida, la reciben ya
clarificada. porque la Iglesia romana no rehusa celebrar acto tan la fe.
notable en manifestación de su nobleza. Así. pues, no juzgue nadie razonable, sino más bien conforme
la justicia y con la dignidad, el que recibamos dentro de grupo de
nobles a aquellos en los que eran evidentes. aunque obscurecidos,
vestigios de la nobleza, de modo que aceptados en un primer
de nobleza por el que uno se diferencia de la plebeya obscuri­
de linaje. sean considerados entre los nobles y, como los demás
puedan dar fe y no dar fe, prestar juramento de vasallaje y
en defensa de las fortalezas, litigar tanto como acusadores
acusados en los casos de violación de la ley. de acuerdo con las
"stumbres del país, y que puedan, en general, hacer todo aquello que
nobles les otorgan las costumbres y las leyes sobre los honrados
ltisanos del pueblo, hasta que asegurando una continuidad en los
de nobleza y derramando valerosa y virilmente su sangre al ser­
de vuestra Regia Majestad, y en defensa de vuestra república,
sea conveniente y la ocasión propicia, adquieran un más alto
de nobleza como otros lo hicieron.
3. G. Durantis. Rationale divinorum officiorum, Granada, Juan Varela, ~504, fol. y si el derecho de postliminio de la ley humana. del cual habla­
CLXXXIII. vi, (de dominica quarta quadragesime Rubrica).
ligeramente al final dyl subartículo anterior. no solamente con­

286
287
cede la condición de liberto, sino la primitiva condición del que predecesores puede ser obstáculo a este postliminio. porque estamos
nace libre, y, haciendo caso omiso del tiempo de cautiverio, supone hablando del poder de aqu~l Rey para quien todas las cosas viven y
que el que viene del enemigo siempre ha permanecido en la ciudad, al que toda carne vuelve.
¿acaso el postliminio de la ley eterna no 10 hará más fructíferamente Pero aparte de esto también hay que tener en cuenta2 , que cada
de modo que a los que regresen del cautiverio del antiguo enemigo uno muestra regresar por su propia voluntad, porque la discusión no
y vuelvan a entrar de nuevo en los términos de la ciudad de Dios, y es acerca de los muertos que permanecieron bajo la infidelidad, y a
a los descendientes de ellos. mientras permanezcan fieles. los res ti­ quienes no se les puede aplicar el postliminio. sino que la discusión
tuya en los derechos de su primera condición de libres. en su ido­ es acerca de los que regresan. quienes. así como en el momento en
neidad e integridad total, para que sean admitidos a la integérrima que entran en los confines del imperio huyendo de la cólera del ene­
unidad con todas sus prerrogativas, eliminado y olvidado el mucho migo, al verse en su condición de libres por la protección del postli­
tiempo como no pasado, como si próximos al tiempo de la pasión minio, inmediatamente se desbordan de alegría hasta tal punto que se
de Cristo hubiesen recibido la fe católica en unión de Pablo y los imaginan que jamás han estado en poder del enemigo. De la misma
otros apóstoles y discípulos? Porque Pablo también recuperó la manera también los que entran en los términos de nuestro imperio
nobleza que había tenido de nacimiento. Y aunque la había obscure­ cristiano por la puerta del bautismo. al conseguir los derechos del
cido con su avidez de amenazas y de muertes contra los apóstoles postliminio divino, al instante se imaginan que jamás han estado bajo
del Sefior y persiguiendo a la Iglesia de Dios, sin embargo, al reci­ el poder de un antiguo enemigo. Otra semejanza sacada de la ley
bir la fe fue convertido en vaso de elección. humana y no demasiado peregrina es que 3 "el restituido en su naci­
¿Quién duda que Pablo fue hecho más noble? Como noble, miento por el príncipe, como uno de los jurisconsultos dice. muestra
pues, fue juzgado siempre. y como a noble h!lrató la mano ene­ visiblemente ser restituido a su pureza de nacimiento de la que en
miga, de tal modo que no consideremos un hecho sin intención principio todos los hombres gozaron". Porque está claro que todos los
divina el que haya recibido muerte de nobles. Y no se le tuvo en hombres en principio han sido iguales en libertad y condición. Y otro
cuenta en modo alguno la época de su infidelidad y de su persecu­ jurisconsulto, respondiendo a alguien que se 10 preguntaba, le dij04:
ción, como si nunca hubiese pasado. porque por la recepción de la "¿tratas de saber si goza del derecho de condición libre aquel a quien
fe se le habían restaurado todos los bienes, tanto del alma como del el muy venerable y noble emperador le haya restituído en su naci­
cuetpO, más aún los había ennoblecido con inmenso esplendor. Y a miento? Esta pregunta no encierra duda, ni jamás la encerró. al estar
nadie debe hacerle cambiar de parecer el hecho de que haya pasado probado que aquel que recibe este beneficio de la autoridad, queda
mucho tiempo y muchos lustros de tiempo, porque no estamos íntegramente restituido en su condición de libre nacido".
hablando del postliminio de la potestad humana -los días del hom­ ¿Quién, pues, más noble y virtuoso emperador se puede nom­
bre son breves. mejor dicho brevísimos- sino del postliminio de brar acertadamente que Aquél cuya nobleza y santidad excede sin
Aquél de quien hay que admirarse y gozarse. ya quien dice la voz comparación alguna a toda nobleza Y santidad? Este es Cristo Jesús,
del profeta l : mil años son a tus ojos como el dfa de ayer que ya nuestro Dios y nuestro emperador, y de cuya nobleza decía Isaías.5:
pasó. No existe. pues, proporción alguna de lo finito a 10 infinito.
por lo tanto la cantidad de afios no podrá entorpecer el fecundísimo 2. S. Tomás, Summa Theologica. l, q. 18. a. 4. (ver)
y justísimo postliminio de la eterna divinidad, ni la muerte de los 3. Jurisconsulto, en Corpus Juris Civi/ÍS. "Diggestorum". liber XL, tit. XI, "De
nathalibus et restituendis" 2, (Interdum), tomo I, p. 1428.
4. Ibídem, en "De nathalibus et restituendis", 3 (Quaeris), p. 1428.
1. Salmos 89. 4. S. Isaías 53, 8.

288 289
¿quién podrá contar su generación?, y de cuya santidad decía Ana 6 :
no hay santo como nuestro dios, y el ángel a la Virgen': y por esto lo vigésimo segundo
el hijo engendrado de ti será santo, será llamado hijo de Dios. Y si
la rehabilitación natal hecha por un príncipe mortal devuelve la Todo esto que he dicho no sólo se prueba con el derecho divino
pureza y libertad del derecho primigenio y natural, ¿acaso no con­ sus dos testamentos, como contenido en las dos tablas de piedra
cederá esto con más pleni,tud la misma restitución otorgada por la la ley así como en los decretos canónicos, en las doctrinas de los
preciosa sangre del Rey eterno que muriendo destruyó nuestra doctores, y en las leyes de los reinos, sino también aparece
muerte y resucitando restauró la vida? Incluso la restitución hecha .rroborado con ejemplos y analogías del antiguo derecho civil que
por un príncipe reintegra toda clase de honores a quien condenado ilmamos común, y se encuentra igualmente conforme en Aristóte-
por delación había perdido el derecho de ciudadanía, pues refiere la
ley civil que a Juliano Liciniano, varón que había sido desterrado a Por consiguiente hay gue concluir que así como el matrimonio
una isla, le había dicho el emperador8 : "te restituyo íntegramente a sigue a los primeros hijos reconoce a esos hijos nacidos con
tu provincia, y afiadió, para que sepas en que consiste el restituirte
rioridad como legítimos, no como legalizados, hasta tal punto
íntegramente, esto es lo que quiere decir: que te restituyo con tus según algunos insignes juristas l , en el derecho de progenitura
honores, con tu categoría social. y con todo lo que lleva consigo". preferidos a los engendrados legítimamente después del matri­
así también el postliminio en el momento en que entran en
..arritorio de nuestro imperio concede inmediatamente, y por com­
el derecho de libertad, los honores, y todo lo que lleva con­
a los que regresan de la opresión enemiga, como si nunca
lUDIeSen estado en poder del enemigo, de la misma manera también
¡'rehabilitación de nacimiento, una vez otorgada, al que ha nacido
copiosísimamente se le concede la más pura y natural liber­
primigenia del derecho natural bajo el que no se había inventado
la desgracia de la cautividad y de la esclavitud; e igual­
la fuerza de la rehabilitación de los condenados, hecha por el
rincipe temporal, restituye por completo todos los honores.
y si todo lo anterior lo pueden hacer las leyes y el poder
!umano, con mucha mayor abundancia lo puede hacer y lo hará
inefable e inmenso poder de Cristo que sobrepasa la potestad
todos los derechos y de todos los emperadores. Porque el matri­
de Cristo con la Iglesia es más eficaz que el matrimonio de
simples ciudadanos, de' manera que, al ser padre natural de todos
hombres, a sus hijos naturales los hace legítimos (como dice el
6. 1 Samuel 2. 2.
ático: elliminio hace al rey, la creación al padre); el postlimi-
7. Lucas 1,35.
8. Ley Civil, en Corpus Juris Civilis. "Codicis liber IX", tito LI, "De sententia
passis. et restitutis", 1 (Cum salutatus), tomo JI, p. 724. Juristas. Los mss. anotan: De qua per Yo. An (dres?) in reg. sine culpa de Reg.
in lib. 6 et eundem in 2 q. Mercurio.

290
291
nio de Cristo a los que vienen del poder y de la autoridad del ene­ _ ... ~~~'" está fuera de duda que por privilegio de sus individuos
migo maligno, al entrar en los límites del imperio cristiano ~al1U.u ..'" particulares de las que uno desciende, unos son más
mediante el bautismo que les abre las puertas, de tal manera les res­ bresalientes, más distinguidos, más nobles, o más dignos de res­
tituye en toda su integridad los primitivos derechos que nunca se
imaginan haber estado bajo dominio enemigo; la rehabilitación de
nacimiento, hecha también por la regeneración del sagrado bau­
tismo, les concederá la condición de libres y todas las facultades del
derecho natural primigenio, esto es, la verdadera inocencia; y a los
condenados a muerte, tanto por el pecado original como por los
pecados cometidos, les restituye en todos los honores gracias al
poder de salvación de su sagrada pasión, porque por esta razón vino
a este mundo.
Digamos, pues, todos, de donde quiera que descendamos según
la carne, los que hemos si~o redimidos por el Señor, los que fuimos
rescatados del poder del enemigo y reunidos de todas las partes, es
decir, de las diferentes sectas y supersticiones y de las diferentes
familias, gentes, tribus, y de toda nación existente bajo los cielos, y
de todas las zonas del orbe, digamos todos aquello de Malaquías 2:
¿no tenemos todos un padre?, ¿no nos ha criado a todos un dios?,
¿por qué, pues, obrar pérfidamente unos con otros? Así pues, todos
nosotros, que descendemos tanto de los israelitas como de los genti­
les y de los griegos o paganos, cualquier que sea la familia, o por
cualquier nombre que se le llame, digamos con Isaías 3 : todos noso­
tros andábamos errantes como ovejas siguiendo cada uno su
camino.
Ninguno de vosotros se lisonje, porque todos, ya en nosotros
mismos, ya en nuestros antepasados, venimos de diferentes errores
y hemos sido acogidos dentro de la casa de la fidelidad por la sola
misericordia de la omnipotencia divina. Ninguno de nosotros, por la
~
universalidad del pecado que uno mismo o sus antepasados dejaron
tras de sí es más despreciable, o más desdeñable, como tampoco por
esto es más libre, o es más idóneo, o es más digno de respeto, sino
que por la misma recepción de la fe todo individuo es libre y apto;

2. Malaquías 2. 10.
3. Isaías 53, 6.

292 293

Capítulo vigésimo tercero


En las decretales no se suele averiguar por qué romano pon­

Mas como se dice que un tal Marcos -no exactamente el evan­ fue establecido el decreto, o por qué emperador, o juriscon­

gelista, ójala que fuese un jurista íntegro para que no contradijese al la ley, ya que todas las decretales encerradas en el cuerpo de

Marcos evangelista y sobre todo a Nuestro Sefior Jesucristo y a sus canónico fueron compiladas por Gregorio nono, Bonifacio

santos apóstoles- viéndose bajo esta afinnación rechazado por el y Juan veintidÓs, y nosotros las usamos tanto en los estudios

derecho divino y católico, y refutado por los santos doctores, con­ en los procesos "pro jure", y tiene innegable autoridad de

trario a la doctrina moral, y en contra también del derecho civil, y ninguna aventaja a la otra en autoridad, a no ser que,

tanto del común como del de estos reinos, se quiere refugiar, como al tiempo, la más reciente corrija a la más antigua, la deli­
en cueva, en ciertos juicios particulares afinnativos interpretados o la enmiende, porque la autoridad de todos los romanos pon­
con torcida intención, y quiere recurrir a la ley que, sacada del es única y, al ser la sede apostólica la misma, así han de ser
~deradas todas las decretales establecidas por ellos. Y si hubie­
cuarto concilio de Toledo, Graciano intercaló en su copilación, es
conveniente que yo le dirija a él mis razonamientos durante un promulgadas por un solo y mismo pontífice, y discordasen,
cierto tiempo. Discúlpeme, pues, Vuestra Real Excelencia, si para su concordancia o corrección habría que tomar en cuenta no la
reducirlo a la verdad dispongo mis palabras como sigue, conver­ de las personas de los romanos pontífices, sino la diver­

sando con él como si lo tuviese presente. del tiempo y otras circunstancias de tenninología y de situa-

y
Escucha, queridísimo Marcos, centra tu inteligencia no en la
Del mismo modo las leyes comenzaron a tener fuerza de dere­
superficie de la letra torcidamente interpretada por la negra envidia,
sino en su raíz y en su verdadera y honesta acepción. Y si del Libro 'desde el mismo Justiniano que mandó que fuesen compiladas, y
~'transmitió "pro jure", aunque antes de él, y durante mucho
de Decretos quieres extraer alguno para tu doctrina, y para verda­
dera aclaraciÓn de otros, y evitar incurrir en no pocos errores, debes fueron ordenadas por los jurisconsultos, y muchas de ellas
tener presente muy cuidadosa y celosamente como advertencias !Bblecidas por pontífices romanos. Por eso no las consideran
derecho en algunas regiones que no están bajo el influjo del
practiquísimas cinco cosas evidentes. La primera de ellas es que
Graciano, cuando compuso el Libro de los Decretos, compiló decre­ romano. o que pretextan no estar, y aún no haber estado,
algunas veces en las discusiones de las causas las citan
tos de los romanos pontífices, cánones de concilios universales,
algo lógico y de acuerdo con la razón humana, como citarían
autoridades de los santos doctores, ordenamientos de sínodos pro­
vinciales y diocesanos, y sentencias de algunos insignes varones II"lflstóteles, o a otro autor de reconocida reputación que hubiera
que no figuran en el catálogo de los santos, e introdujo también de encontrar la fe con sus ideas, no por la potestad de esta­
derecho, sino por la excelencia de su sabiduría, además tam­
algunas leyes de derecho civil, además de "quedan corresponden­
tia", e intercaló su parecer sin atribuirles a las cosas autoridad de las leyes de los feudos promulgadas a partir del momento en
~
el imperio romano se había debilitado en gran parte, y había
alguna más allá de la que tenían por su fuerza original.
de los griegos a los gennanos y que, aunque las encontra­
El libro de Graciano que llamamos Decretum no tiene seme­
janza con otros libros de derecho civil o canónico. Otros libros, que expuestas o incluidas en el cuerpo de derecho civil, sin
tienen la autoridad por sus autores en todo aquellos que se contiene como no fueron compiladas por el mismo Justiniano. se
y entre los juristas todavía se suele poner en duda y discutir,
en ellos, tienen constante fuerza de derecho y, a no ser que un
......sión que no es propia de nuestro análisis si en líneas generales
decreto sea rectificado por otro, mantiene la fuerza del derecho
leyes tiene autoridad de derecho.

294
295
Esto no sucede con el Libro de los Decretos porque Graciano ¡,aIlUUIV vigésimo cuarto
no tuvo poder de establecer leyes en ningún país, ni en foro alguno
eclesiástico o civil, sino que, reuniendo con mano maestra las sen­ En segundo lugar, pues, ten en cuenta que Graciano con fre­
tencias de diferentes varones y de distinta autoridad, compuso un ¡U~llcia ha recortado las sentencias que expone en relación con las
guiso muy bien condimentado de variadas viandas, conservando llentencias originales. exponiendo una pequefta parte y callándose el
cada una de ellas su valor y estima, no queriendo darles autoridad y ten en cuenta también que en muchos lugares, según le
actual alguna, porque incluso él mismo a menudo no se mantenía en a su propósito, ha dividido en partes el texto tomado de
las cosas que decía de su propia cosecha. Esto se podría demostrar solo original, lo que realmente es digno de alabar si lo que trata­
perfectamente en número infinito de pasajes de su mismo libro. Mas de descubrir es la agudeza de una magistral inteligencia. pero
para no caer en la prolijida:d sírvate como ejemplo este solo testimo­ lo que que deseamos es una mayor comprensión de aquellas cosas
nio del mismo Graciano, quien habiendo reW1ido muchísimos argu­ se propuso exponer, muy a menudo nos encontramos que eso
mentos de todas partes, en pro y en contra, sobre "distinctione peligroso. Muchos textos, pues. están íntegros en sus origi­
prima" acerca de los arrepentimientos, en el debate de si es sufi­ y al examinarlos de acuerdo con lo que les antecede y lo que
ciente la contricción, acaba concluyendo 1: "una y otra opinión, la de sigue. tienen un comprensible desarrollo, pero esos mismos tex­
la confesión y la de la justificación, apóyese en estas autoridades, o al haberlos recortado Graciano, le resultan difíciles de entender
en estos principios de razón, nosotros las hemos expuesto en pocas
palabras. ¿A quién de estos con preferencia hay que seguir? Se deja Por eso yo recuerdo haber visto alguna vez en Basilea que
a juicio del lector, pues ambas tienen como defensores a sabios y ",uwldo se hacían las solemnes disertaciones con la presencia de
concienzudos varones", Esto es lo que dice Graciano. Como si de la sede romana y otros dirigentes con autoridad apostó-
dijera: en estas cosas que he aportado para la discusión del tema no y se exponía algo sacado del libro de Graciano, se traían los
hay que prestar atención a la ecuanimidad de mi compilación, sino de donde él lo había tomado para que. leído íntegramente el
más bien a la diversidad de autoridad de las fuentes. original, se viese con más claridad lo que su autor había
Por eso al escribir "de distinctione XXVI"2 acerca de la biga­ y como muchos de los originales que Graciano resumió no
mia, a pesar de haber citado en el mismo contexto a Jerónimo y a al alcance del público, ni se encuentran en la "práctica" de los
Agustín, sin embargo, en aquel tema antepone la autoridad de FUUUlOS generales, los eruditos indagaban en las bibliotecas de los
Agustín a la autoridad de Jerónimo. De lo que claramente se deduce lPlonasterios germanos en donde con frecuencia se han encontrado
que no hay trabazón uniforme en el libro de Graciano, ni debe ser antiguos que contenían tanto decretos como epístolas roma-
juzgado bajo un mismo criterio de autoridad, sino más bien la de los pontífices, y cánones de los concilios universales así
fuerza y la autoridad de ella depende de la diversidad de las fuentes, sentencias de santos doctores, que por su misma antiquísima
","u!óuedad parecían extremadamente singulares a los que las exa­
¡l,ninaban, algunas de las cuales, que están en el libro de Graciano,
una percepción más diáfana en su contexto. Actualmente yo
alguno de esos libros que con gran interés mandé que me los
l. Graciano, Decreti pars secunda, "De poenitentia", quaestio III, dístinctio l. c. :copiasen en aquella ocasi~n, y entre estos tuve W1 libro que incluía
LXXXIX (Quamvis plenitudo), ML, vol. 187, p. 1562.
2. Graciano, Decreti pars prima, distinctío XXVI, c. 1 (Hieronymus); c. II (Augu
serie de todos los concilios de Toledo y de algunos otros conci­
stinus;) c. III y c. IV, ML, vol. 187, p. 150. particulares que habían tenido lugar en Espafta en los pasados

296 297
siglos. No sé si éste se encuentra tan completo en Espafta entre los
espaftoles, por la conocida desgracia acaecida en tiempos del rey lo que allí, de una y o~ra parte, se dijo, de la manera que sucedió,
~bidamente documentado. Está claro que aquellos concilios fueron
Rodrigo y que destruyó muchos libros en espaftol, porque, después
de haber leído íntegramente el original de 10 acortado por Graciano, gran autoridad y, entre los concilios particulares que hasta este
uno consideraba que tenía una idea más clara, porque "injusto omento he leído, los más brillantes, tanto por la importancia de los
sería", como dicen los legisladores,!" discutir el contenido de una como por la elegancia de la composición, aunque no tanto
ley sin haberla examinado íntegramente". se puedan poner a la altura de la autoridad de los romanos pontífi­
La tercera cosa evidente que tienes que presuponer es que en la o de los concilios universales.
determinación de las causas, los decretos de los pontífices romanos, Lo quinto que es evidente es advertirte que no pases por alto
y los cánones de los concilios universales tienen una mayor autori­ las leyes han de promulgarse de acuerdo con la naturaleza de
dad que cualesquiera otras, y que, aunque en la exposición de las lugares y de los tiempos, de modo que lo que muchas veces
Sagradas Escrituras los santos doctores por su excelencia de sabidu­ ser conveniente para un lugar, no lo sea para otro, y lo que
ría sean preferidos a los pontífices, en la determinación de las cau­ apropiado para una época, 10 sea inapropiado para otra. Como
sas, sin embargo, ocupan un segundo lugar después de los pontífi­ Isidoro 3 : "la ley será buena, justa, ejecutable, y apropiada al
ces. Los concilios particulares indudablemente tienen una autoridad y a la época".
inferior, así lo dice Gracian0 2 : "los concilios de los obispos no tie­ y aún cuando me propuse presentarte estas cinco cosas eviden­
nen validez para definir y decretar, pero sí para corregir. Los conci­ que conciernen en líneas generales a todo cuanto se contiene en
lios de los obispos son imprescindibles para la exhortación y para la libro de Graciano, no quiero que desconozcas otras dos que cuen­
corrección, y aunque no tengan fuerza de uso, sin embargo, tienen de manera especial los hechos espaftoles acaecidos en ese
la autoridad de imponer y de obligar lo que en otra parte se ha esta­ según se desprende de las histogas autorizadas. La primera
blecido, y 10 que, de manera general o especial, se manda que sea ellas es que en la época de Sisebuto, rey de Espafta, los judíos
respetado". Ciertamente la palabra de Graciano acerca de las causas arrastrados a la fe a la fuerza, por eso Rodrigo, el pontífice
mayores se puede tomar por buena, ya que los sínodos particulares lDleGano y gran historiador, dice así en su crónica4 : "Sisebuto, rey
pueden decretar cosas menores y particulares. cristiano fue llam ado a la dignidad real después de Gunde­
Lo cuarto que es evidente es que los concilios toledanos no fueron en el afio 654,. reinando nueve aftos y seis meses. Y éste. en el
¡¡,.;...... ;~;~ de su reinado, empujando a los judíos a la religión cris-
universales, sino particulares. No hay concilio universal alguno en el
que no esté presente el romano pontífice o un legado de la sede apos­
tólica. Consta que los concilios toledanos ni fueron reunidos por orden S. Isidoro, en Graciano, Decreti pars prima, distinctio IV, c. lI, "Qualis debeat
del romano pontífice, ni allí estuvo nadie como legado de la sede esse lex" (Erit autem), ML. vol. 187, p. 35.
apostólica, como se manifiesta patentísimamente del tenor de los con­ Don Rodrigo Jiménez de Rada, Rerum in Hispania gestarum chronicon libri
cilios. Te haré ver, si quieres verlo, no sólo todos los decretos que allí novem, líber secundus, cap. XVII, "De Sisebuto rege". El texto dice exacta­
mente así: "Sisebutus Rex Christianissimus post Gundemarum ad Regale fasti­
fueron promulgados, sino también los prefacios de tales decretos, y gium evocatur aera DCLIIII, regnans annis VIII mensibus sexo Qui in initio
regni Judaeos ad fidem Christianam permanens, aemulationen quidem habuit,
L Legistae, en Corpus Juris Civífis, "Digestorum liba /", tito 111, "De legibus", sed non secundum scientiam, potestate enim compulit, quos provocari oportuit
24 (Incivíle est), tolO. 1, p. 151. fidei ratione, sed sicut Paulus dicit, sive per occasionem, sive per veritatem
2. Graciano, Decreti pars prima, distinctio XVIII, I Pan (Concilia generalia ... ), Christus annuncietur, in hoc gaudeo et gaudebo", fol. XV, apud inclytam Gra­
ML, vol. 187, p. 97. natam, anno MDXLV. Al final de esta obra figura incluida precisamente la
obra de Alonso de Cartagena, titulada Genealogía Regum Hispanorum.

298
299
tiana, mostró realmente su celo, pero no a base de instrucción, por­
que a los que convenía atraer por motivos de fe, los obligó por la redactaron en aquella ocasión ocho decretos que encierran esta
fuerza. Mas como dice Pablo s; sea hipócrita, sea sinceramente, que y que intercalarlos aquí textualmente resultaría inapro­
Cristo sea anunciado, yo me alegro de ello y me alegraré". Esto ; sin embargo, considero razonable y útil tomar algunas leyes
dice Rodrigo. las que vienen bien a los propósitos del capítulo anterior, e inter­
En segundo lugar escucha esto, porque poco después de Sise­ en uno solo y seguido contexto según han sido escritas ori­
buto, Sisenando despóticamente se apoderó del reino godo, y dice el iíalmente, y explicarlas en aquellos lugares en que Graciano las
mismo Rodrig0 6 ; "después de Suinthila y de su hijo Ramiro
comenzó a reinar Sisenando en el afto seiscientos setenta y tres, y
reinó cuatro aftos y once meses. Este se establece despóticamente en
el trono del reino de los godos". Te transcribí estas palabras de
Rodrigo, que tienes que considemr atentamente, para que conozcas
todas las circunstancias, porque es necesario que el que juzgue lo
indague todo y que en su trabajo no pierda de vista la época, de otra
manera iría al abismo del error.
y como el despotismo no puede ser eterno, algunos de aquellos
que violentamente habían sido bautizados, al volver a caer en la pri­
mitiva infidelidad, judaizaban. Por esa razón el cuarto concilio cele­
brado en la época de este Sisenando --durante la cual es verosímil
que muchos de aquellos que habían sido convertidos a la fuerza
vivieran todavía, ya que entre Sisenando y Sisebuto hay unos diez
aftos aproximadamente- quiso con razón tomar las medidas nece­
sarias en este asunto y castigar con justo rigor a los blasfemos que
retrocedían en la fe. En ningún otro de los concilios toledanos, que
se dice que fueron quince, y de los que conservamos trece, dos no
aparecen, sólamente en este cuarto concilio se encuentra algo acerca
de los que judaízan. La razón de esto me imagino que será porque a
causa de la violencia hecha por Sisebuto, y que estaba reciente, los
delitos de retroceso en la fe crecían ocultamente. Era necesario, por
lo tanto, tomar las medidas necesarias contra tan execrable delito.

5. Filipenses 1, 18.
6. Don Rodrigo Jiménez de Rada, ibídem, cap. XIX, "De Sisenando el Cintila
conci!üs eorum temporibus celebratis el de Tulga", fol. XVI ("Post Suintilam
et Rechimirum fIlium ejus, cepit regnare Sisenandus. aera DCLXXIll. Et reg­
navit annis quinque el mensibus XI. Isle per tyrannidem in Gothorum solio
collocatur").

300
301

Capítulo vigésimo quinto El comienzo de la tercera leyes el siguiente4 : "Muchos de los


La primera de ellas está redactada en los siguientes términosl: que fueron empujados a la religión cristiana, ahora blasfe­
contra Cristo, no sólo se sabe que han practicado los ritos
"Acerca de los judíos el santo sínodo ordena que en adelante no se le
sino que también se atreven a poner en uso las execrables
fuerce a nadie a creer, porque Dios es compasivo con quien quiere y con
Icuncisiones, acerca de los cuales por consejo del muy devoto y
quien quiere se~uestra riguroso. Para que la imagen, pues, de la justicia
iRiosísimo príncipe y Sefior nuestro, el rey Sisenando, este santo
sea completa, los tales no han de ser salvados contra su voluntad, sino
ordenó que a los tales transgresores de la ley en esta mate­
voluntariamente. Porque a.-.í como el hombre al obedecer a la serpiente,
'una vez corregidos por la autoridad del obispo, se les haga vol­
se perdió por su propia voluntad, de la misma manera cualquier hombre
a! dogma cristiano, de tal manera que a los que no les enmiende
creyendo, por la llamada de la gracia de Dios, se salva por la conversión
livoluntad propia, les refrene la reprensión episcopal; más a los
de la propia alma. Por consiguiente, para que se conviertan hay que per­
ICundados, si son hijos de éstos, que se les aparte de la compafiía
suadidos, no con la fuerza, sino con la propia libre voluntad de albedrío.
padres, si son siervos, que se les devuelva la libertad en com­
Pero aquellos que fueron convertidos anteriormente por la fuerza al cris­
badón por la afrenta corporal". El mismo Graciano intercaló
tianismo, como se hizo por los afios del religiosísimo príncipe Sisebuto,
ley en la división de "pe consacratione"s. y poco después en el
porque consta que recibieron los sacramentos divinos y la gracia del bau­
ordenamiento afiadió en su original6 : "Decn tamos, para que
tismo, y que fueron ungidos por el crisma, y que participaron del cuerpo
arrastren más en los errores de los padres, que .os hijos y las
y de la sangre del Sefior, conviene que sean movidos a guardar la fe que
de los judíos sean separados de la compafiía de éstos, asignán­
recibieron a la fuerza, o por una necesidad crítica, para que no blasfemen
o a monasterios, o a varones, o a mujeres cristianos, temero­
del nombre de Dios, ni tengan como algo de poca estima y despreciable
de Dios, para que bajo su tutela lleguen a conocer el culto de
la fe que recibieron". Graciano situó esta ley bajo "distinctio XLV".2
y, mejor instruídos, hagan progresos tanto en las costumbres
Inmediatamente a continuación de ésa viene otra cuyo principio
en la fe". Esta conclusión de la ley anterior la escribió Gra­
es la-de la siguiente naturaleza3 : "Tanta es la codicia que algunos,
"sub prima quaestione causae XXVIII"7,
ansiosos de la misma, se alejaron de la fe conforme a lo que dijo el
Dejando la cuarta, que no viene al caso, sigue la quinta que
apóstol, porque muchos sacerdotes y laicos al recibir regalos de los
: "Los judíos que tienen como esposas a mujeres cristianas
judíos fomentan con su favor la infidelidad de éstos. Y estas cosas, no
amonestados por el obispo de la ciudad a que se hagan cristía­
sin razón, se consideran como propias del anticristo, porque obran
si desean permanecer unidos con ellas, y si, una vez amonesta­
contra Cristo". Yo realmente no encuentro esta ley en el libro de Gra­
rehusaren ser cristianos, que sean separados, porque no puede
ciano, sin embargo, en el original está puesta bajo el mismo contexto,
como dije anteriormente.
"Coneíliorum Toletanum IV". ibídem, cap. LIX, "De judaeis dudum christianis
1. "Coneiliorum Toletanum IV", en Aguirre, Josephus Saenz de, Colleetio et postea in priorem ritum conversis", p. 488.

Maxima Concíliorum omnium Hispaniae et no vi orbis, cura et studio, tomus Gracia no, Deereti pars prima. "De consecratione", distinctio IV, c. XCIV,

secundus, "De discretione judaeorum qui non vel qui credere coguntur", cap. "De judaeis plerisque.. ." (Plerique), ML, vol. 187, p. 1830.

LVII, p. 488, Komarek, Romae, 1694. "Conciliorum Toletanum N". ibídem, c. LX, "De filiís judeaeorum ut a paren­

2. Gmciano. Decreti pan prima, distinctio XLV, c. V, "Sicut non sunt judaei... " tibus separati chrístianis debeant deputari", p. 489.

(Dejudaeis) ML, vol. 187, p. 237. Graciano, Decreti pars prima. causa XXVIII, quaestio 1, c. XI, "A parentum

3. "Coneilíorum Toletanum IV", ibídem, cap. LVIII, "De his qui contra fidem infidelium .. ." (Judaeorum fuios), ML, vol. 187, p. 1425.

Christi judaeis munus vel favorem praestant", p. 488. "Coneíliorum Toletanum IV", ibídem, cap. LXIII. "De christianorum judaeo­

rumque conjugiis", p. 489.

302
303
un infiel pennanecer unido a la que ya está injerta en la fe cristiana.
Los hijos nacidos de los tales, que sigan la fe y la ley de la madre.
,LKunUIO vigésimo sexto
pel mismo modo los hijos de mujeres infieles y de hombres cristia­
Fíjate, pues, Marcos que es lo que ha querido decir esta ley y de
has, que sigan la religi6n cristiana, no la superstici6n judaica". Esta
JUuu;;nes se proponía hablar. Pues es claro que cuando dice son de
ley está puesta "sub prima distinctione causae XXVIII"9.
judíos, no se refería a la propagaci6n carnal, sino al espíritu. Y
y después de esta ley la sexta dice así lO : "No puede ser fiel ante
realmente se prueba tanto por autoridad can6nica, como igual­
los hombres el que haya sido infiel a Dios. Por consiguiente, los judíos
lo manifiestan las palabras de las leyes que mencionamos
que en otro tiempo se hicieron cristianos y ahora han prevaricado con­
:previamente, porque dice Juan, para empezar por el Evangelio!:
tra la fe cristiana no deben ser admitidos a testificar, por más que pro­
"dióles poder de venir a ser hijos de Dios a aquel/os que creen en su
clamen que son cristianos, porque así como son sospechosos en la fe
:nombre, que no de la sangre, ni de la voluntad carnal, ni de la
de Cristo, de la misma manera deben ser tenidos por sospechosos en el
. :voluntad de varón, sino de Dios son nacidos.
testimonio humano. Por lo tanto el testimonio de aquellos que se
Por favor, Marcos, si examinamos la carne, ¿hay alguno de
muestran falsos en la fe debe ser rechazado, y no hay que creer a aque­
nosotros que no nazca de la voluntad de la carne y de la voluntad de
llos que arrojaron de sí la fe de la verdad". Esta ley la encontrarás en
;,var6n, cuando se lamenta públicamente el profeta2 : mira que en
el libro de Graciano "sub distinctione VII" de la misma causa!!.
.maldad fui formado y en pecado me concibió mi madre? Y esto lo
Después de ella viene inmediatamente la ley que tú citas y que está
decía. fuera de toda duda, por la voluntad, y aún más por la volup­
así redactada 12: "Por mandato del sefior y excelentísimo rey Sisenando
.tuosidad de la carne y del varón que se mezclan en la concepci6n de
el santo concilio dispuso que los judíos, o los que son de los judíos, de
Jos hombres; sin embargo, aún cuando son procreados de ella car­
ninguna manera aspiren a cargos públicos porque bajo esta actividad
nalmente, no se dicen nacer de ella los que siguen viviendo una
agravian a los cristianos. Por lo tanto los jueces de provincias, junto con
.vida limpia y no usan de los placeres mundanos más allá de la
los obispos, impidan sus infiltraciones dolosamente encubiertas, y no les
,debida moderaci6n. Espíritu, pues, no carne, es lo que significa en
pennitan desempefiar cargos públicos. y si alguno lo pennitiere, lánce­
'la Sagrada Escritura este vocablo o preposici6n "ex".
sele la excomuni6n como sacrfiego, y al que dolosamente alcanz6 el
y porque dice de Dios nacieron ¿es que crees que las almas han
cargo, condénesele a muerte públicamente". y esto lo llev6 Graciano a
sido creadas de la naturaleza divina? Erróneo y herético. Aquellos
la discusi6n de la causa decimoséptima 13 , omitiendo que esta ley había
que juzgaban que las almas racionales eran pequefias partes de la
sido establecida bajo el mandato del rey Sisenando.
divinidad fueron tenidos en error por los fil6sofos, y como herejes
por los cat6licos, ya que las almas no nacen de la.naturalez;a dhdna,
~o que son creaoas-oe la nada por omnipotencia divina; sin
9. Graciano, Decreti pars secunda. causa XXVIII, quaestio l. c. X. "Nísi ad fidem .embargo: 'se llaman hijos de Dios y nacidos de Dios los que, en la
Judaeus acceserit... " (Judaei qui), ML. vol. 187, p. 1424.
10. "Conciliorum Toletanum IV". íbídem, cap. LXIV, "De judaeis conversis et 'medida que la debilidad humana lo pennite, siguiendo el consejo
post praevaricantibus ut ad testimonium non admittantur", p. 489. del ap6stoP: sed imitadores de Dios como hijos muy amados, se
11. Graciano, Decreti pars secunda. causa 11, quaestio VII, c. XXIV, "Christianos 'esfuerzan en imitar a Dios con obras buenas, habiendo conseguido
accusare ..." (Non potes erga), ML, vol. 187, p. 644.
12 "Conciliorum Toletanum IV". ibídem, cap. LXV, UNe judaei vel si qui ex .
/~'>i~(~4
l' . ¡
I
judaeis sunt, officia publica agant", p. 489. ,
13. Graciano, Decreti pars secunda. causa XVII, quaestio IV, c. XXXI, "Sacrile­ Juan 1, 12-14.
gium faciunt ... " (Constituít sanctum), ML, vol. 187, p. 1071. Salmos SO. 7. C;'U..~lt"'
Efesios S, 1.

304 , "
.30s"'"
la filiación, no por identidad de naturaleza, la cual es propia sola­ ledaOo con nosotros". Por medio de lo cual se hace ver patente­
mente del verbo eterno, sino por imitación de la bondad, que es pro­ que "ex mis" se dice de los que se juntan a ellos siguiendo su
pia de todos los justos, pues dice el mismo Juan 4 que Jesús había de lmOlci6n, pero no en cuerpo, sino en espíritu. Esto también lo
morir por el pueblo, y no sólo por el pueblo, sino también para reu­ claramente en uno de los decretos intercalado con anteriori­
nir en uno todos los hijos de Dios, que están dispersos, llamándolos al hablar de los que favorecen la infidelidad de los judíos, que
a todos hijos de Dios. sin raz6n se les dice ser del cuerpo del anticristo, porque obran
Por eso al explicar esto dice Agustín.5: "los que creyendo en
Cristo.
verdad por la predicación del evangelio habían de ser, ya eran, hijos ¿Acaso crees haber entendido esto en cuanto al cuerpo o la con­
de Dios, sin embargo, antes de que hubiese tenido lugar", y el languinidad con el Anticristo, cuando aún no había nacido el Anti­
mismo Juan "in canonica sua" dice de ciertos discípulos disidentes 6 : ni sabemos hoy si ha nacido? Decir esto sería ridículo. Sin
de nosotros han salido, pero no eran de los nuestros. Si de los nues­ ~J..", ..rrn, es clarísimo que ~dicen del cuerpo del anticristo los que
tros fueran, hubieran permanecido con nosotros, indicando clara­ contra Cristo :p(~ostraban visiblemente unirse a las futu­
mente que la expresión "ex nobis" no se refiere a la propagación de aberraciones del ;lÍ1ticristo. Por tanto, movido por tantos ejem­
)a.carne, o al vÍI1~ulo de P3:~e.I1!~~CO, sino a la unidad de espíritu, ya comprende que esas palabras, "hii qui ex judeis sunt", se dije­
que los que se volvieron atrás ñI cambiaron el nacimiento de la de aquellos tiue, ya desciendan de ésta o de aquella familia, se
carne, ni el parentesco de la sangre, si lo tenían. Se salieron. Como a la infidelidad de los judíos, por eso lo dijo bajo la forma del
que los lazos de la sangre, como dicen los legisladores 7 , no pueden presente "sunt", porque no dijo fueron, sino son. Es evidente
ser separados por operación humana, sino mudando el espíritu. O no son de los judíos los que, descendiendo de ellos por la sola
tal vez descubriendo la mala intenci6n que tenían, dejaron de ser de mantienen la fe cat6lica, o, por mejor decir, están muy lejos
los discípulos de Cristo, lo que Agustín explica aún con más clari­ los judíos, porque no hay mayor alejamiento que el alejamiento
dad, diciend08 : "No dijo se han salido de nosotros, sino, porque no coraz6n, por eso el Seftor dice por medio de uno de los
se quedaron con nosotros, ya no son de los nuestros'!f~n realiqad proletas9: ¡ay de el/os por haberse apartado de mi!. Nadie, pues,
dice se han salido de nosotros, pero no eran de los huestros. ¡En apartarse de Dios materialmente, porque lO si subiere a los
otros palabras, cuando parecían de los nuestros, no eran de los nues­ allf está; si bajare' a los abismos, está. pero se dice que se
tros. y como se le preguntase, de d6nde lo deduces, contesta, por­ de Dios el que lo desobedece; en cambio, se acerca a El el
que si hubiesen sido de los nuestros, sin duda alguna se hubiesen se une a El por la fe, por eso El mismo dice ll : el que come mi
y bebe mi sangre está en mi y yo en él. Del mismo modo, por
4. Juan 11,51-52. :uiente, se dice ser de los judíos el que se junta con ellos en el
5. S. Agustín, De correptione el gratia. "liber unus". c. IX, MI.., vol. 44, p. 928; , pero está muy lejos de ellos el que apartándose de su infideli­
en Graciano, Decreti pars secunda. "De poenitentia", dístinctio IV, c. VIII (Sí sigue la fe cat6lica, recibiendo el nombre por la creencia del
ex bono), ML, vol. 187, p. 1620.
6. Juan, Epístolas 1, 2, 19. no por la propagaci6n de la carne, exactamente igual que
7. LegiSlaS, en Corpus Juris Civilís, "Dígestorum". líber L, tit. XVII, "De regulis llama anglicanos a los que siguen la creencia anglicana, aunque
juris antiqui diversis", 8 (Jura sanguinis), tomo 1, p. 1893. La ley dice así: "Jura
sanguinis nullo jure civili dirimi possunt".
8. San Agustín, De correptione et gratia, "líber unus", cap. IX, ML, vol. 44, p.
928; en Graciano, Decreti pars secunda. distinctio IV, c. VIII (Si ex bono),
Oseas 7, 13.
Salmos 138, 8.
ML, vol. 187, p. 1621.
Juan 6,56.

306 307
hayan nacido en tierra gala. Y esto vemos que se cumple también en por esta manera de pensar, siendo inocente, que no te angus­
otras clases de seguidores, de manera que los que siguen su creencia estas palabras, pues según un proverbio galo, el lenguaje en
toman el nombre de ese partido, aunque por el origen de la carne no preocupa, sino a los que afecta. Y si por casualidad no
debieran ser de diferente disposición moral; y así como se les llama dicho o escrito con este propósito palabra alguna que manifieste
en lengua vulgar moros a los mahometanos procedentes de la pro­ postrar este error, y no retienes error alguno en tu corazón, te
vincia de Mauritania, que está situada en el Africa, en donde el ~nsejo las palabras de Agustín que dicen que se mantenga el espí­
error de Mahoma fue bien 'acogido, así también los cristianos, si por y que se corrija la lengua. porque no es suficiente mantener la
apostasía se pasan al error mahometano, aunque hayan nacido en en el corazón, si la lengua esparce los errores en la fe, por-
Europa, reciben el nombre de moros, porque este nombre, por más en aquellas cosas que pertenecen a la fe ni debemos inducir a
que tuvo su origen por alusión a la tierra de Mauritania, sin ni debemos ser inducidos, sino que debemos sujetamos a los
embargo, ya se reserva para referirse a una secta, no a una zona de IDgmas de la iglesia.
la tierra, del mismo modo que los judíos originariamente recibieron Quiero que recuerdes que no hace muchos afios, otro, a mi
su nombre de la tierra de Judea y de la tribu misma, y hoy, sin más sabio que tú, porque tenía un título más alto en dere­
embargo. dispersos por diferentes partes del mundo, se les da el dijo cosas semejantes de una manera imprudente. sin embargo,
nombre de judíos. no por el origen de la tierra, sino como conse­ IÍlmildemente se desdijo en concilio real en presencia de distin­
cuencia de la secta. número de obispos y de grandes sefiores; de 10 contrario. si
Examina, pues, para hablar a tu modo, si acaso tú eres de los permanecido pertinaz, hubiese sido condenado como sus­
judíos, porque tú, aplaudiendo su infidelidad, persigues con renco­ Dntador de un error o como hereje, porque así como se cree en la
roso odio a los fieles que descienden de ellos hasta el punto que una con el corazón, mas la confesión para la salvación se hace
criada portera pudiera decirte, tú eres uno de ellos, no sé si en la la boca, así es necesario que en lo íntimo del corazón vivamos
carne, pero sí ciertamente en el espíritu. Si mantienes esa posición fe pura y que en nuestra boca eduquemos nuestra lengua para que
que se te achaca, tú eres uno de ellos, porque tu lenguaje te delata, hablar con cordura.
porque dices, como tocado de muerte por cuerpo de bestia. cosas
enormes contra Dios. Estas cosas están relacionadas entre sí y la
,,
una se deduce de la otra, porque es obvio que el que persigue a los
fieles ayuda a los infieles.
¿Y no es verdad que tú con todas tus fuerzas procuras resuelta­
,~

mente inducir a los judío's a que se mantengan en su infidelidad


cuando te ocupas en perjudicar moralmente con ignominias y ultra­
jes a los que reciben la fe? Y si tú no eres partícipe de este error,
considera esto no dicho por ti, sino por aquellos que resolvieron
complicarse en tan enorme error. Cualquiera que sea, sufrirá la
acción de la justicia.
Nadie, pues, es tan poderoso que no imagine más poderoso sin
comparación alguna a Dios, por cuya blandiente espada justiciera
los grandes sufren grandes castigos. Tú, por cierto, si no estás man­

308 309

Capítulo vigésimo séptimo


frroente, y al haberlo colocado en otra causa, dejo en la duda a los
Pongo fin a este paréntesis inserto con fraterno amor y hecho de si los hijos de los judíos deberían ser separados de sus
con bondad de corazón para ti o para cualquier otro que sea partida­ a la fuerza. El Teutónico, al darse cuenta de este problema,
rio de este error. Y te ruego que consideres que esta ley ha sido . "algunos dan por sentado en esta ley que a los judíos se les ha
colocada inmediatamente después de otra que habla de los que arrancar a los hijos pequet\os, y se les ha de bautizar, a los adul­
hechos cristianos han prevaricado de la fe de Cristo, a los cuales en cambio, no. Pero, realmente, así como a los adultos no se les
humanamente, no sin razón, se les considera que no han de ser futu­ de arrastrar a la fe por la fuerza, a los nit\os, tampoco, antes al
ros fieles. Con respecto a estos, tu estatuto puede ser presentado , según eso en poco tiempo no existiría judío alguno.
como verdadero, porque éstos son de los judíos, porque vuelven a la entonces, se salvarían las reliquias de Israel? Por lo tanto
lo entiendo de los hijos ya cristianos, a los que quizás los padres
ofuscación judaica por vómito. También la ley anterior a ésta persi­
circuncidar -10 que está claro en el capítulo "plerique" de
gue justamente a aquellos que, admitidos en la fe católica desde
distinción cuarta de "de consecratione", y, dentro del mismo
hace algún tiempo, se atrevieron a practicar las abominadas circun­
donde dice "ultra", y donde dice "separari"-. Así pues, por
cisiones. Esta ley, pues, hay que entenderla como las otras, que se
bautismo se disuelve el derecho de patria potestad". Esto dice el
consideren como "ex illis" los que prevaricando de la fe siguen la
ofuscación de los judíos, de tal manera que caminando bajo la guía
¿Ves cuánto trabajo le ha dado la dispersión de Graciano al
de los ciegos caigan en el hoyo, y al caer en el error se les ha de
eu[ónico quien se da cuenta de que el texto no se entendería bien
juzgar de acuerdo con la gravedad del delito. Guido en su Rosario l ,
de esa manera hubiese sido interpretado, ya que a los hijos peque­
al glosar este decreto encontrado en el libro de Graciano, parece
de los judíos no hay q\le separarlos a la fuerza de sus padres, de
estar de acuerdo en esto cuando pone notas explicatorias en el capí­
modo la facción judía ya se hubiera extinguido hace mucho
tulo "plerique", set\alando claramente que debe entenderse de aque­
;"mpo? Así pues, cuando la Iglesia los tolera, es menester que no
llos de los que la ley "plerique" hablaba. Son, pues, realmente de
les quite a sus hijos como ampliamente lo determina Tomás
los judíos aquellos que, ya desciendan carnalmente de ellos, o de
aJando. aduciendo el respeto a la Iglesia en este materia de suma
los gentiles, se unen espiritualmente a los judíos al practicar su reli­
dice4 : "la costumbre de la Iglesia, que ha de ser imitada
gión.
todo, tiene la máxima autoridad. Pues bien, esta costumbre de la
Considera, pues. cuánto problema podría resultar de la disper­
a jamás dispuso que los hijos de los judíos fuesen bautizados
sión, en el libro de Graciano, de aquellas cosas que en sus respecti­
la voluntad de los padres, a pesar de que hubo en el pasado
vos originales están unidas; y para que esto lo percibas con más cla­
buchos y poderosísimos príncipes católicos como Constantino y
ridad, escucha lo que viene a continuación. Graciano al haber
~eodosio, con los que tuvieron una gran intimidad obispos muy
extendido el final de este capítulo "plerique"2, como mencioné ante­
como Silvestre con Constantino y Ambrosio con Teodosio,
cuales, de ninguna manera, hubiesen dejado pasar la ocasión de
1. Guido de Baysio, Rosarium decretorum, secunda pars, causa XVII, quaestio s esto, si esto estuviese de acuerdo con la razón. Y por lo
un, (Constituit), fol. 279, Venetiís, Apud Iuntas, MDCI.
2. "Concíliorum Toletanum IV" , ibídem, cap. LIX, p. 488; en Graciano, Decrelis
pars lerlja, "De consecratione", distinctio IV, c. XCIV "De judaeis plerisque Juan Teotónico, Decrelum Gratiani cum glossis domini Johannis Theutoníci ... ,
frequenter ad Judaismum redeuntibus" (ex Concilio Toletano IV, c. LVIII), causa XXVIII. quaestio 1, c. "Judaeorum filii non sunt per vim baptízandí",
(Pleríque), ML, vol. 187, p .. 1830. (Judaeorum), fol. 321, col. IV, Basilee 1512.
S. Tomas, Summa lheologica. c. 2, q. 12, a. 12.

310 í"
. 3r'r'" ,
hi. ",<'

\, )
tanto parece peligroso introducir como cosa nueva esta libertad de se hace abiertamente se dirá ilegal, pero jamás furtivo. Por lo
que contra la costumbre mantenida en la Iglesia hasta aborta, sean cuando el judío acepta un cargo público, abiertamente se
bautizados los hijos de los' judíos contra la voluntad de sus padres". decir ilegal; en cambio, el cristiano, no importa la estirpe de
Esto dice Tomás. descienda, que vive como católico, abierta y justamente puede
El trabajo que, llevado por la rectitud de su talento, realizó el Por consiguiente a los judíos no se les puede aplicar la
Teutónico en cuanto al capítulo "plerique" para aclarar este con­ ¡"hrepción si reciben los oficios por lo que son en sí, pues eso no
texto, para que no se juzgase como algo establecido y en contra de tomarlos furtivamente, sino tomarlos a la vista de todos, ni
las costumbres de la Iglesia, y para aclarar que había de entenderse ~--~~,..'" se puede aplicar la subrepción a los cristianos que,
acerca de los hijos ya cristianos -no es necesario para los que ven con arreglo a la fe, lo reciben legítimamente, con tal de
el texto original íntegro, ni es preciso entenderlo tan sólo acerca de estén capacitados, a no ser que algo especial, por razones perso­
los hijos ya cristianos, porque siendo ya cristianos ¿quién dudaría se lo impida.
que habrían de ser aislados de los judíos? Es totalmente obvio que. Es necesario, pues, que lo entendamos de uno de los dos
conforme al final del capítulo en el que está situado, ha de enten­ Ibodos: o de aquellos que favorecen a los judíos como dijimos, que
derse realmente de los hijos de aquellos que habían recibido el bau­ teniendo espíritu judío, aunque tengan cuerpo cristiano, se les pueda
tismo y que, al prevaricar, volvían a caer en el error del judaismo. A de los judíos, o de los constantes amigos de los judíos, de
los hijos, pues, bautizados o no bautizados, hay que apartarlos de IllUlenes es creible que presten ayuda a los judíos. A todos estos,
ellos para que no sean arrastrados por el error paterno. A este pro­ les encaja bien la subrepción y el fraude, pues como los legis­
pósito también es suficiente el bautismo de un solo padre para que s dicen 6 : "se comete fraude contra la ley cuando alguien,
los hijos pequenos cristianos sigan la condición moral del padre lDlamando las palabras de la ley, obra en contra del espíritu de la
fiel, y no la infidelidad del infiel, como pudiste leer en otra ley de lo que realmente sucede cuando los cargos prohibidos a los
las intercaladas anteriormente. reconocidos se entregan a sus constantes amigos. Esto, por
Mas prosigamos con nuestro propósito. Si para comprensión de guiente, adúcelo allí donde se les niegan a los judíos el cobro
la expresión "ex judeis" d~seas oir al mencionado Teutónico, leélo las contribuciones, y a veces se les acepta como receptores a sus
en donde él dice asíS: "ex judeis", esto es, de la familia de los mis­ lI'I'. .ui20S, los cuales no son aptos ni por inteligencia, ni por capaci­

mos. Si quieres hablar de los amigos entras en otra materia que no mas ponen a los judíos como dirigentes de la fe y como merca­
corresponde a la presente discusión, quizás para entenderla se y administradores de arrendamientos. Esto se puede llamar
debiera hacer referencia a las palabras del canon que siguen los jue­ ~.ubrepción o fraude porque la realidad del cargo se pasa al judío
ces de provincias, cuando a los sacerdotes les examinan las subrep­ denominación de cristiano; pero los verdaderos católicos, de
ciones fraudulentamente permitidas, y no les consienten ejercer car­ quiera que procedan, no los amigos de los judíos, no cometen
gos públicos, palabras que verdaderamente no contradicen este ÍlUhrepción alguna. Y si de esto de lo que te quejas, de que los ami­
sentido y no lo contradice ningún otro canon de los que hasta aquí de ellos o los que los protegen, reciben los cargos públicos para
he visto, aún cuando la letra les favorezca bastante. Se dice que de los judíos, anade a esos los que pudieron tomar las
alguien obra furtivamente cuando hace algo a escondidas, mas lo
Legistas en Corpus Juris Civilis. "De legibus et constitutionisbus". liber l. tito
XIV. 4 (Non dubium est), tomo n. p. 81. El texto de la ley dice: "Non dubium
5. Juan Teutónico, Decretum Oratiani cum glossis domini Johannis Theutonici .... esto in legem committere eum qui verba legis amplexus contra legis nititur
causa XVII. quaestio IV (Constituit). fol. 248. col. l. Basilee 1512. voluntatem" .

312 313
medidas necesarias contra esta situación. Y si a mi me preguntasen,
vigésimo octavo
sin dilación alguna diría que estas subrepciones tendrían que ser eli­
minadas, y que tendría que cumplirse la ordenanza de Gregorio Entre tanto, pues, como contra los fraudes de este tipo está pre­
nono', el cual, en los casos en que las rentas reales se venden a los invito a mi pluma a continuar la escritura comenzada. Reca­
infieles, decretó que había que asignar a un cristiano no sospechoso por favor sobre lo que acerca de las últimas palabras dice el
de acarrear problemas, para que llevase a cabo su misión fielmente Teutónico 1: "advierte que la Iglesia está juzgando de aque­
y sin fraude. que están fuera de ella". ¿Cómo. pues, pudo de otro modo sacar
aquel capítulo esto como reprensible el Teutónico, si no lo
entendido de los judíos, y de los que judaízan, de los cuales
por infidelidad, otros por herejía de recaída, están, como les
brresponde, fuera de la Iglesia, y no deben ser contados dentro de
puesto que los que guardan la fe católica están bajo el techo de
Istlesia y a ellos de ninguna manera se les puede aplicar la repre­
del Teutónico?
y si quieres entender la expresión "de novo", te ruego encareci­
amente que escuches atentamente -ya que no se apoya en dere­
alguno- una segunda explicación en tomo a los judíos conver­
a la fe "de novo". Si tú la expresión "de novo" la entiendes tan
IIínpliamente que afirmes que esta calidad de nuevo persiste durante
y años, y que pasa también a los descendientes, a todos real­
los considerarás como a nuevos conversos, porque, como
dicho, tanto en este como en el otro teorema, nadie nace bau­
Tanto la doctrina apostólica como la santa doctrina de los
Nnones, sin embargo. no lo entiende así.
Escucha lo que dice Graciano al hablar de este asunt0 2 ; "que se
kohiba que los neófitos sean promovidos a obispos, para que el que
era catecúmeno, hoy no se convierta en obispo; el que ayer se
fledicaba al teatro, hoy no ocupe un lugar en la Iglesia; el que la vis­
tmbajaba en el circo, hoy no sirva en el altar; el que por largo
había sido comediante, no sea hoy guardián de vírgenes".
realmente hay que entenderlo de todos. desciendan de la clase
desciendan, pero de manera más especial de la clase gentil por-

Juan Teutónico, Decretum Gratiani cum glossis domini Johanllis Theutonici ...

7. Gregorio nono, en Corpus Juris canonici, "Decret. Greg. IX", Iiber V, tito VI. causa XVII, quaestio IV (Eclessia de his qui foris sunt quantumque judicat),

cap. XVIII, "Judaeis vel pagani publicis officiis praeficiendae non sunt" (Ex Col. 248, col. 1, Basilee, 1512.

speciali), vol. n, p. 741. Graciano, Decreti pars prima, distinctio XLVIII, 1 Pars, ML, vol. 187, p. 249.

314 315
que participaban menos de la ley de Dios, porque, como dijimos
.culos. Y si no me lo crees, escucha a Isidoro que lo dice así6: "los
anteriormente en la primera parte, los gentiles cuando reciben la fe
~juegos circenses fueron establecidos por los que por motivos reli­
acceden a una ley totalmente nueva para ellos, por este motivo se
~mosoS alababan a los dioses gentiles, por eso los que los ven seme­
les llama acertadamente neófitos en su correcta acepción, porque
prestar un servicio a los cultos de los demonios". Y un poco más
son completamente nuevos en la fe; en cambio, los israelitas, aún
aflade1 : "el circo fue consagrado por los paganos de
cuando vengan de nuevo, no son realmente neófitos, sino que se lla­
¡manera especial al sol, cuyo templo es el espacio celeste y cuya
man neófitos por cierta connotación de la palabra, porque en parte,
litnagen resplandece en la parte más alta del templo, porque no cre­
explfcitamente, y en parte, implícitamente, conservaron la fe en la
debía darse culto bajo techo a quien se encuentra al descu­
ley, igual que por semejanza se le llama neófito al religioso que, por
El circo, pues, es el espacio alrededor del cual los caballos
no estar experimentado, se le considera nuevo en la vida regular, y
suelen dar vueltas. Esta palabra los romanos la creen derivada de
de los que dice Gregori0 3 : "así como se le llamaba neófito al que en
acción de girar en círculo, por aquello de que allí corren
el principio había sido plantado en la instrucción de la santa fe, de
caballos alrededor de las "metas"; los griegos. en cambio, afir­
la misma manera hay que considerar neófito al que recién plantado
que el nombre viene de Circe, la hija del sol, que estableció
en el ámbito religioso aspirase a solicitar las órdenes sagradas". De
esta clase de juegos en honor de su padre. y de esta denominaciuón
lo que antecede se nos hace ver que la palabra "neophisis" es una
Circe aducen la prueba. Circe fue, pues, una maga, hechicera, y
palabra demasiado común, y que se aplica indistintamente tanto a la
bién sacerdotisa de los demonios, en la práctica circense se
novedad de la recepción de la fe como a la novedad de la religión,
;.freconocen las artes mágicas y el culto de idolatria". Esto dice Isi-
pero muy especial y particularmente se entiende de los gentiles con­
vertidos a la fe. El apóstol, pues, cuando decía 4 no neo/ito, instruía a
De lo que se deduce sobradamente que la palabra "neophisis" y
Timoteo acerca de los gentiles que recibían la fe para ser ordenados,
lo que Graciano y otros dijeron acerca de esto, está de manera
por eso Ambrosio en su pastoral dirigida a los obispos acerca de los
pluy específica dirigida a aquellos que recientemente vinieron de la
ordenandos, al explicar la norma del apóstol, dice asíS: "no neófito,
tsentilidad a la fe, aunque por semejanza, identidad o apariencia,
esto es, el que hace poco que llegó de la gentilidad a la fe", no por­
lugar en algunos israelitas, y en otros que desde la infidelidad
que no se hubiese que cumplir lo mismo entre los israelitas, sino
: judaica, o desde otra cualquiera, llegan a la fe de nuevo.
porque los gentiles dieron origen al término. Esa es la razón, como
ya hemos mencionado, de que Graciano dijera, "el que ayer se dedi­
caba al teatro, hoy no ocupe un lugar en la Iglesia; el que la víspera
trabajaba en el circo, no sirva hoy en el altar". Es sabido que el tea­
tro y el circo eran lugares de espectáculos gentiles, de aquí que tam­
bién se llaman juegos circenses; los israelitas no tenían estos espec­

3, S. Gregorio. Epistolarum líber nonus, índictione lI, epístola CVI, "Ad Sya­
grium, Aetherium... episcopos", ML. vol. 77. p. 1030; en Graciano, Decreti
pars prima. distinctio XLVIII. c. Il "Quic (sic) dicatur neophytus" (Sicut
S. Isidro, Etymologiarum, liber XVIII, cap. XXVII, "De ludís circensíbus",
neophytus), ML, vol. 187, p. 252.
4. Epístola a Timoteo 1, 3, 6. ML, vol. 82, p. 653.
S. Isidoro, Etym%gíarum. líber XVIII, cap. XXVIII. "De circo", 1 y 2. ML,
5. S. Ambrosio, De dígnitate sacerdotale. cap. IV, ML, vol. 17, p. 574.
vol. 82. p. 654.

316
317
Capítulo vigésimo nono
Uesciendan, aún permanecen dentro de la inmediatez de la conver­
Mas hay que tener en cuenta que este carácter de "nuevo" debe y no se describe sin razón la palabra momento, sino es para
ser debidamente comprendido de modo que se entienda de un por esa brevedad se entienda un cierto tiempo restringido en
tiempo corto, porque no en vano se dice ayer, si no es para signifi­ ~onformidad con una razonable medida, de 10 contrario de entre los

car un tiempo muy breve; no se dice ayer para que entendamos un religiosos ninguno podría ser escogido para abad, porque todos
día entero, sino para que con inteligente criterio 10 asociemos a una Ingresan en la religión como nuevos, pues nadie nace religioso. Ni
breve duración. De aquí que también el papa Gelasio l , no precisa­ podría ser tampoco en el caso de que no alcance la edad de dis­
mente por esto, sino por otras razones, quiere que los ordenando s k:reción. A pesar de todo en la religión, como en la fe, se dice neó­
sean probados durante un tiempo razonable, porque el sacerdote y por último hay que tener en cuenta 10 que el apóstol sencilla­
instantáneo, como dice Graciano, no sabe guardar la humildad; dijo no manifestó, pero que dió inmediatamente a entender como
instantáneo, no dijo diez anos, o veinte aftos, ni tampoco un afto, o de su manera de pensar, cuando dice 3: no neófito, no sea que
dos aftos, si no hay impedimento alguno. Un instante tan brevísima Minchado venga a incurrir en el juicio del diablo. La sospecha de
cosa es, que los filósofos no lo llaman ni tiempo, ni parte de tiempo, pues, fue la causa de esta prohibición.
mas nosotros, tomándolo con mucho menos rigor, bajo esta denomi­ Por lo tanto si no hay soberbia y hay humildad, sin duda alguna
nación debemos entender, respetando los casos especiales de perso­ tamoién se retira la prohibición bajo la brevedad de tiempo, por eso
nas y circunstancias, una cierta cantidad pequefta de tiempo al justo Ambrosio que, por procedyr de gentiles, había recibido de "novo" la
criterio del hombre honesto, y conforme a la doctrina del derecho fe, y a los ocho días de recibido el bautismo había sido asignado a
civil que, cuando hace mención del tiempo, no dice de cuant0 2 : la sede mediolanense, dice de si mism0 4 : "se prohibe que el neófito
"dejemos la medida de ese tiempo al arbitrio del varón honesto". sea ordenado para que no caiga en la soberbia, mas si no falta la
Por consiguiente, o se engaftan a si mismos, o parecen tener no humildad apropiada para el sacerdocio, no se atribuye imperfección
poca intención de ofender los que consideran neófitos a los que han donde no hay motivo. Así, pues, mi ordenación la aprobaron los
sido bautizados en la niftez, y después del bautismo alcanzan la obispos occidentales con la razón, los orientales, además, con el
edad de discreción -aunque hayan descendido de padres infieles­ ejemplo. De esa manera se cumplió, no ya solamente en Ambrosio,
o a los que reciben el sagrado bautismo en la adolescencia, o en la que brilló por su grandeza de vida y por la excelencia de su sabidu­
edad viril, después de haber transcurrido un largo periodo de tiempo ría, sino también en algunos otros, tanto griegos como latinos, en
viviendo como fieles, o se sirven de esta palabra como menoscabo quienes no había soberbia y en los que en el mismo momento de la
de su honor cuando quieren hablar de ellos. A ninguno de ellos se le
puede aplicar con justicia y propiedad esta denominación de neófi­
Conversión estaba presente la humildad. Y todos, de modo igual, de
acuerdo con la calidad de sus personas y méritos, sean aceptados
1
tos, a no ser a aquellos que, de cualquier parentesco de sangre que !;unánimemente, y la palabra "neophisis", limitada a la sola conver­
lsión recentísima, abarque exclusivamente a los que reciban de
inmediata la fe, e incluso, en la más reciente novedad, susti­
l. La cita parece pertenecer a' S. Gregorio Magno, no al papa Gelasio, Epístola­ túyase por la gracia de la humildad y de la virtud.
rum líber secundus. indictione X, epistola xxxvn, "Ad Joannem episcopum",
ML, vol. 77, p. 575; en Graciano, Decreti pars secunda, causa vn, quaestio 1,
c. XLII "Pastoralis officii", ML, vol. 187, p. 763. Epístola a Tímoteo 1, 3, 6.
2. Derecho Civil, en Corpus Juris Civilis. "Digestorum liber XLV. tito 1, "De ver­ S. Ambrosio, Epistolarum classis 1, epístola LXIII, n. 65, "Ad Vercellensem

borum obligationibus", 137, (Continuus actus), tomo 1, p. 1618. Ecclesíam", ML, vol. 16, p. 1258; en Graciano, Decreti pars prima. dístinctio

LI, c. IX "Neophytus", ML, vol. 187, p. 321.

318
319

j
De hecho esta doctrina católica, confinnada por la considera­
ción general y común de la Iglesia en la misma Santa Iglesia sin ¿De cuánta autoridad crees que es este respeto universal de que
interrupción alguna, ha sido respetada en ti en su momento. Dentro usa la Iglesia, cuando sobrepasa no digo ya la autoridad de los hom­
de ella ¿quién podría decir cuántos gentiles a raíz de su conversión bres particulares y ordinarios, sino incluso la autoridad de santos
brillaron en cargos tanto eclesiásticos como seculares? El número :doctores, como más arriba hemos sacado en conclusión de Tomás?
es infinito y no podría ser descrito por mi pluma. De los israelitas, .En consecuencia, Marco, la autoridad de la Iglesia se antepone a tus
aunque sean menos, algunos, sin embargo, muy cerca de su misma extravagancias o a las de otro cualquiera, no importa quién sea;
conversión; muchos, en cambio, pasado un cierto tiempo, tuvieron y extravagancias que tratan de incubar estas innovaciones para ofensa
tienen notable prestigio tanto eclesiástico como seglar, y tanto en la de Dios, y falta de respeto de la Iglesia, y ultraje de sus hennanos y
época pasada como en la actualidad. Y jamás se ha descubierto que prójimos, de tal manera que a aquellos que la Iglesia acepta general­
nadie hubiera sido rechazado por esta causa. Y no hablemos del ori­ ¡·mente para toda clase de dignidades, tanto eclesiásticas como segla­
gen mismo de la Iglesia en el que las columnas de la fe, los santos res, cuando llega el caso y los méritos de las personas lo piden, tú
apÓstoles y, después de ellos, los discípulos de nuestro Redentor, deseas con venenoso empefto que sean excluidos de los cargos
además de muchos otros descendientes de sangre judía, gobernaron públicos, y de las escribanías, y del derecho de testimonio accesible
la Iglesia de Dios bajo vestiduras de dignidades, y algunos la enno­ incluso a los hombres de más baja condición.
blecieron con el martirio, y muchos con sus virtudes, porque como ¿Por qué te atonnentas con la envidia, Marco? Te diré 10 que le
dice Agustín.5: "innumerables israelitas creyeron en el evangelio". Y decía Demóstenes, el gentil, a Esquines en aquella arenga que
después de aquellos felices comienzos de la iglesia, Evaristo, de recuerda Jerónimo en el prólogo de la Biblia que Leonardo tradujo del
este linaje, gobernó con aplauso al pueblo de Dios en la sede apos­ ,griego allatín6 : "aunque revientes no mentiré, ni tu extraordinaria can­
tólica durante diez aftos; Juliano, dignísimo por su ciencia y virtud, tidad de intolerancia, o de envidia, debilitará la patentísima verdad de
brillÓ también como arzobispo en la sobresaliente y singular metró­ mi posición". Sin embargo, quiero que te des cuenta de esto, que no
poli de Toledo, y algunos otros también regentaron Iglesias, cate­ me maravillo si por ventura estás un poco inclinado a la envidia, espe­
drales, varios de los cuales, que brillaron por su vida y sabiduría, ya cialmente porque, como algunos dicen, tú provienes de la más baja
murieron, otros viven. Dentro de los claustros regulares hubo tam­ tierra de la clase campesina, como dice la escritura7 : al insignificante
bién y hay muchos descendientes carnales de este pueblo, que fue­ le mata la envidia. En cierto modo por debilidad humana les es conna­
ron extraordinariamente provechosos con sus palabras y ejemplo en tural a los hombres que experimenten cierto sentimiento de envidia
la Iglesia católica, y constantemente lo son entre los demás por el cuando ven elevarse en riquezas y en honores a otros, a los que ellos
uso de acertadas consideraciones en provecho de la religiÓn. En el juzgan iguales o inferiores, quedándose ellos mismos encerrados en la
ejercicio secular ni faltaron, ni faltan, quienes se consagran diestra­ cueva de su pobreza, o de su oscuridad. Sobre todo cuando ven que
mente a las annas y a otros honestos ejercicios bajo variedad de car­ esto se realiza en un corto plazo, porque como dice AristÓteles 8 , los
gos y de grados, tanto de la milicia armada como de la milicia sin recientemente enriquecidos provocan envidia, y las nuevas riquezas
engendran envidiosas negruras.
annas, con hennosa diversidad para la república.

5. S. Agustín, Tractatus adversus JudaeQs. cap. VI, 7, ML, vol. 42, pp. 55-56. S. 6. S. Jerónimo. El manuscrito de Salamanca dice: "in prologo Bibliae quam trans­
Agustín dice exactamente " ... et aliis multis, qui ex Israelitis in Christum Deum tulit Leonardus de Graeco in latinum",
crediderunt, accedente plenitudine Gentium, vinea sancta perficitur". 7. Job 5, 2.
8. Aristóteles, Rhetorices. lib. n. ed. Didol, París, 1862, tomo I. p. 360.

320
321
y si tú te atormentas por algún sentimiento de envidia, o ves
que tus vecinos se te adelantan en talento, o en honor. en realidad
no hay por qué admirarse, sino que hay que compadecerse de tí. A
la "nemesim", pues, que los latinos llamamos envidia en el sentido por consiguiente, el que se deja arrastrar por el aguijón de la
amplio de la palabra, la contó el filósofo entre las pasiones del a tal grado que hunde el buen nombre de sus hermanos, des­
alma, mas si inmediatamente por medio de la razón la afrontas pru­ sus virtudes y mata sus cuerpos, es un secuaz de la envidia
dentemente, en el sufrimiento formarás un hábito de perfección l!lloulica, pues éste fue el camino que siguió Satán contra el fiel
moral para escapar de ella, no ya como merecedor de censura Primeramente quiso denigrar su reputación, y al decirle el
alguna, sino como merecedor de alabanza, porque has formado una : ¿por ventura has reparado en mi siervo Job que no hay
virtud en el dominio de una pasión; en cambio, si no solamente no como él en la tierra, varón, integro y justo, y temeroso de
la reprimes, sino que más bien tratas de acrecentarla fomentando y apartado del mal? respondió Satán: ¿acaso teme Job a
taimadas y perversas maquinaciones para exterminio de tus próji­ en balde? ¿No le has rodeado de un valladar protector a él, a
mos, y la conjuras para datlo, agravio y muerte de católicos, no te casa y a todo cuanto tiene? Has bendecido el trabajo de sus
diré tocado de la envidia que algunas veces es del número de las y ha crecido su hacienda en la tierra, como si hubiese dicho:
provechosas pasiones. ni tocado por la envidia humana que, aunque Dios, no te engatles a ti mismo, que el temor que Job te tiene
suena a vicio, sin embargo, por la naturaleza de la palabra yace en es por ti, ni por virtud, ni por honestidad, sino por los bienes
las cuevas del corazón, sino que te demostraré que eres de la espe­
cie del diablo, y que estás herido por la mortífera y diabólica envi­ A este grado realmente llega la envidia, porque, al ver las obras
dia, porque escrito está9 : mas por envidia del diablo entró la muerte .aosas del prójimo con malos ojos, las atribuye al orgullo vani~
no a la rectitud del alma, atreviéndose los hinchados de orgu­
en el mundo. Lo imitan, pues, los que están de su parte,
y soberbios a usurpar un juicio que pertenece a la divinidad
y juzgando en contra de la doctrina del apóstol, que dice 2 :
IJHnnt::'o, pues, juzguéis vosotros antes de tiempo, mientras no
el Señor, que iluminará los escondrijos de las tinieblas y
manifiestos los propósitos de los corazones, y entonces cada
tendrá la alabanza de Dios, yen otra ocasión): ¿quién eres tu
juzgar al criado ajeno? Para su amo está en pie o cae, pero
llegó a un grado de envidia aún peor cuando dij04: extiende tu
y tócale en lo suyo, a ver si no te maldice. ¿Ves al punto. de
manera el grado detestable de la negra envidia se fue de la deni­
del buen nombre a la destrucción de los bienes materiales?
auuque pedía que extendiera la mano un poco, sin embargo, pidió
le tocase todo cuanto poseía.

Job 1, 8,10.

1 Corintios 4, 5.

9. Sabiduría 2. 24. Romanos 14,4.

Job 1, 11

322 323
y ¿acaso no manifiestan visiblemente envidiar en este grado los
que. después de denigrado el buen nombre. procuran ser los primeros por serlo, porque virilmente no sólo había sufrido las tenta­
en apoderarse de los bienes ajenos bajo falsos pretextos? Algunos de de la palabra del hombre, sino que se había mantenido firme
estos se pudren de negro odio en el grado supremo de envidia al con­ esa misma palabra. lo que no es propio de cualquiera. sino
tribuir de palabra y de obra a la expoliación de los bienes ajenos. hombre inteligente de fortaleza íntegra y perfecta; más Satán no
satisfechos con la sola expoliación y dafto del prójimo en sí. aunque de insistir en su malicia respondiend0 6 : ¡piel por piel! Y cuanto
no reciban parte alguna del robo; otros, en cambio, al tener participa­ hombre tiene lo dará por su vida. Anda, pues, extiende tu mano y
ción en el robo, aftaden a la envidia la codicia. A estos los podemos en su carne y hueso, a ver si no te vuelve la espalda. Y el
llamar graduados en"utroque", porque poseen la perversa maldad le contestó a Satán7 : ah( le tienes, lo pongo en tu mano, pero
tanto de la envidia como de la codicia, aventajando en esto al mismo su vida. Salió Satán de la presencia de Yavé e hirió a Job
Satán que, por más que envidie la felicidad humana, sin embargo. no una ulceración maligna desde la planta de los pies hasta la
se apodera violentamente de los bienes temporales. de la cabeza.
¿Quién de estos pecará más detestablemente? Me resultaría ¿Ves la progresión de la detestable malignidad de la envidia?
difícil contestar, porque los que son codiciosos y envidiosos al Satán hubiese deseado que la muerte estuviera incluida den­
mismo tiempo se deshonran tanto con el vicio de la envidia como de la persecusión, si no fuera que la bondad de Dios la hubiera
h.a...;,t", Pero así como los príncipes algunas veces permiten pro­
con el de la rapina; en cambio, los que no tienen participación de
ganancias en el robo parecen estar libres de culpa en cuanto a la Jlwu;uumentos exclusivamente hasta la sentencia final, así el bonda­
codicia. pero les queda una envidia más intensa, porque los que sin IIosísimo Dios para probar la rectitud de Job y acrecentar su mereci­
beneficio temporal alguno desean vivamente que se le arrebaten los to, permitió a Satanás la tentación hasta la muerte.
bienes al prójimo y, deseándolo, se ocupan en ello. y ocupándose en biéndole esta. De la tentación el diablo se llevó la culpa, Job,
ello. prestan su colaboración, realmente son envidiosos de la más cambio, los méritos y la recompensa. La maldad humana sigue en
intensa manera. Y si los otros parecen pecar más extensamente, !Dcasiones esta disposición de la envidia diabólica cuando se esfuerza
estos pecan más intensamente. denigrar el honor y el buen nombre del prójimo, y en arrebatar
Mas la envidia no descansa dentro de estos términos porque se lentamente o hacer desaparecer los bienes y las virtudes. Y por
encamina con el más demente odio a atormentar al cuerpo, por esta , incluso desea vivamente la muerte de sus prójimos, y en la
razón Satán. aunque había consternado a Job tanto con la pérdida de i\!U1eUlUa de sus fuerzas no deja de buscarla como Satanás.
sus hijos como con la aniquilación de su fortuna, no se quedó satis­ Por lo tanto si te consideras reo de este pecado en todos estos
fecho con aquellos enormes danos, a pesar de que de nuevo le había n:rr<>tf.os. o en alguno de ellos, arrepiéntete de corazón y haz peniten­
dicho el Senor s: ¿no has reparado en mi siervo Job que no hay que entre los actos humanos no existe ninguno tan detestable
como él en la tierra, varón (ntegro y justo, y temerosos de Dios y no se pueda borrar con el verdadero arrepentimiento; si, por el
~nntr"'rio. te consideras exento de este tipo de culpa, no poco te
apartado del mal, y que a~n perservera en su rectitud aunque tú me
incitaste contra él para que en vano lo afligiese? Y al que Dios alegrar, de acuerdo con el pensamiento de Gregorio que
anteriormente, alabándolo, había llamado varón justo, ahora lo "en medio de las palabras de alabanza y de reprobación hay

Job 2, 4-5.

Job 2, 6-7

5. Job 2, 2-3 S. Gregorio, Epistolarum liber undecímus. indíctíone IV. epístola n, "Ad Palla­
dium presbyterum", ML. vól. 77, p. 1120; en Graciano, Decreti pars secunda.

324
325
que recurrir siempre a la conciencia, y si en ella no encontramos el
mal que los hombres dicen de nosotros, debemos dar grandes saltos pítulo trigésimo primero
de alegna".
Pero dejemos ya esta exhortaci6n. Continuando con el tema,
i!'ironviene que tengas presente que ofendenas gravemente esta ley
quieres presentar como rechazable para presentar como buenas
afirmaciones, si no aceptaras entenderla como hemos dicho. Así
lhtendida, como tú quieres, no te justificaría a ti tanto cuanto tu
la dignidad, fuerza y autoridad de ella, porque, según tu
llanera de entenderla, ina contra el derecho divino de ambos testa­
lirentos y de los romanos pontífices, además de ir contra las disposi­
de los concilios universales y contra la costumbre general de
Iglesia, cada uno de los cuales, incluso por separado, sin tener en
los demás, es superior en autoridad a la de los sínodos parti­
, cuanto más triplemente reunidos (una cuerda triple difícil­
se parte l ).
Lo que tu dices sena 16gico suponiendo que el decreto no s61a­
no fuese de importancia alguna, sino también que los que la
se hubieran equivocado, y decir eso es de 10 más
ibsurdo. pues la dignidad y santidad de tantos y tantos pontífices no
Ibubiese establecido nada que fuera contrario al derecho divino o al
hn6nico. Cuando por boca de varones autorizados se dicen ciertas
lmIabras, que de alguna manera, por el tono de las mismas, parecen
;aplaudir el error, esas palabras han de ser explicadas y ajustadas de
que se perciban conformes con la verdad, pues se presupone
la intenci6n de los que las dicen será aquella que esté de
7acuerdo con la verdad. De esa manera reproducimos las palabras de
:Agustín, de Jer6nimo y de otros santos doctores. Y algunas veces
palabras que si fueran dichas por otros, a esos otros que las
dicho les atribuinamos el error, cuando son dichas por san-
varones, como están muy lejos de toda sospecha de error, por
causa XI, quaestio lIT, c. LV, "Non hominun Iinguas, sed conscientias curare de una explicaci6n de palabras, o una diferencia de épocas,
debemus" (Inter yerba), ML, vol. 187. p. 859. Cartagena elimina una parte de unimos a otras razonables doctrinas escritas tanto por ellos como
las palabras de S. Gregorio: "Inter yerba enim laudatium sive vituperantium at otros en distintos pasajes. Lo que si te plugo, claramente 10 has
mentem semper recurrendum esto el si in ea non invenitur (bonum quod de
no bis dicitur, magna tristitia generad debet. Et rursum si in ea non invenitur) lIVuido ver al hablar del alcance de aquel decreto previamente
malum quod de nobis homines loquuntur, in magnam debemus laetitiam prosi­
lire".
Eclesiastés 4, 12 (La Biblia dice: "la cuerda de tres hilos no es fácil de romper").

326 327
citado acerca de los hijos de los judíos que habían de ser separados el bautismo en tu ciudad y sus contornos. judaizaban de manera
de sus padres, y que, si hubiese sido entendido de una manera descarada como bien se deduce de la crónica anteriormente mencio­
amplia y general, hubiera sido considerado como vacío e inope­ nada. y más claramente aún se pone de manifiesto al final del libro
rante. Por esa razón el Teutónico y otros comentadores se apresura­ que llaman Juzgo como diremos en breve. Por este motivo quiso el
ron a aclarar con pequefias glosas, que en aquel caso no eran nece­ concilio tomar las medidas necesarias en un tiempo en que era tal la
sarios, porque incluso tú cuando leas lo decretado en su texto cantidad de gente que recaía en el error del judaismo. que casi todos
completo -cosa que Graciano al desparramarlo en párrafos por se tomaban sospechosos. Probablemente, pues, para aquel tiempo
diferentes lugares no le había concedido al Teutónico- aunque en era apropiado lo que, después de pasado aquel desorden y acallados
saber e inteligencia no se te pueda comparar al Teutónico, sin los perversos con la muerte temporal, sería completamente inapro­
embargo, entenderás muy fácilmente que es lo que haya querido piado. Esa es la razón de que lo que se les permitió a los anglos en
decir. Porque el fin ha de entenderse de acuerdo con la disposición ciertos grados de parentesco prohibidos, para que pudiesen contraer
del principio de que a los hijos pequefios se les separe de aquellos matrimonio, no se les concediera por extensión en las épocas
que, una vez recibida la fe, han recaído por vómito en el judaísmo. siguientes, porque en aquel entonces a los que todavía no estaban
Los hijos, pues, han de ser apartados de los malos varones para que enteramente sometidos a la sujección de la Iglesia se les concedían
no se vean arrastrados por los errores de sus padres; de aquellos ciertas prohibiciones. Esas prohibiciones, hoy día, no se las pasa­
padres, sin embargo, que guardan en católico pecho la fe recibida, rían por alto a los que ya observan íntegramente las costumbres de
que no están implicados en error alguno, sino que se gobiernan por la Iglesia. Por eso Gregorio al escribir al pontífice Messano sobre
la misma primera verdad, que es Dios, y por sus verdaderas ense­ este tema. le dice 2 : "lo que yo escribí a Agustín obispo del pueblo
fianzas, ¿por qué se les ha de apartar a sus hijos. cuando estos anglo, esto es. a tu discípulo. como recordarás, y al mismo pueblo
padres los educarán en la buena doctrina. cuando incluso, por tole­ anglo que hace poco había llegado a la fe. quiero que sepas clarísi­
rancia de la Iglesia. a aquellos padres que no han recibido la fe hay mamente que lo he escrito no como norma general, sino como cosa
que dejarles a sus hijos. a no ser que éstos, siendo ya conscientes especial. para que por temor a mayores dificultades no echarán mar­
deseen bautizarse contra la voluntad de su padres? cha atrás en el bien que habían comenzado. Por esa razón, y sír­
¿ Ves, por tanto, por qué aquel decreto hubiese sido mal inter­ vame de testigo toda la ciudad de Roma. no les escribí estos manda­
pretado si no hubiese sido correctamente aclarado o circunscrito a mientos con la intención de que una vez que se hubieran \~

sus justos términos, de acuerdo con la verdad, a la que indudable­ consolidado con firmeza en la fe. si llegaren a saber que eran de la t
mente hay que creer que se han querido ajustar los que han estable­ misma familia. no se separaran. sino porque a ellos todavía neófitos J
i
cido la ley? Así que con este ejemplo considera seriamente que tu se les permitieran ciertas cosas ilícitas en un principio. Es necesario
estatuto hay que aclararlo y ponerlo en sus justos términos con rec­ formarlos con la palabra y el ejemplo, pues. de acuerdo con el após­
titud semejante para que no sea tenido por vacuo e inoperante, si tol que dice 3 : os di a beber leche, bebida, no comida, únicamente
sus palabras de algún modo fueran eco del sentido que tú quieres fuimos tolerantes con ellos en un momento prefijado. no después".
sacar. El circunscribirlo a sus justos términos no es cosa nuestra.
puesto que la significación propia de la frase "ex judeis" se limita a 2. S. Gregorio, Epístolarum líber decimusquartus, indictione VII, epístola XVIII.
una adherencia de espíritu, y no a una genealogía camal. "Ad Felicem Messanensem episcopum", ML, vol. 77, p. 1323. S. Gregorio
y si aún insistes, considera el hecho de que en la época de este intercala otra explicación aclaratoria "aut intra affinitatis lineam. id est, usque
decreto muchos, más bien casi todos los judíos, que habían recibido ad septimam generationem, conjugantur".
3. 1 Corintios 3,2

328 329
Como dice Inocencio tercero4 : "no se debe juzgar reprensible, si de nos, esto lo dicen Inocencio Tercero y Gregorio Nono y los comen­

acuerdo con el mudar de los tiempos se mudaren también las dispo­ taristas de ambos, es lógico que esta prohibición incluya a los paga­

siciones humanas". nos. y como los paganos y los que descienden de paganos, según

Por consiguiente, aunque tú quieras darle al pie de la letra tan tú, no podrían desempefiar oficios públicos, y como por otra parte

inflexible sentido al decreto, los fieles de procedencia judía no esta­ ; todos cuantos sinceramente viven bajo la fe católica proceden de

rían incluídos en él, por ser completamente absurdo y totalmente estos o de los otros, tú verás a que cantidad convertirías en ineptos,

opuesto tanto al derecho divino como al derecho humano. Y no creo lo que sería vergonzoso no digo ya afirmarlo o decirlo, sino incluso

que seas tan insensato que esto lo extiendas a todas las épocas o a pensarlo.
todos los lugares, debes limitarlo a aquel lugar y aquel tiempo en y tú no te quedarías completamete protegido si te escudases en
que, por la violenta conversación llevada a cabo por el rey Sisebuto, la antigüedad de la conversión, cuando todo el mundo sabe que

permanecieron judaizantes un número tal que todos los de aquel innumerables reyes y príncipes, prelados, y otras preeminencias en

lugar y época vinieron a ser sospechosos, hasta el extremo de verse diferentes grados, procedentes del mismo paganismo o de la gentili­
obligados a negar solemnemente aquel error con falso juramento, . dad, han sido aceptados recientemente como conversos, y que la

como inmediatemente a continuación de esto te voy a describir. Iglesia congratulante se desbordó de venturoso gozo en su acogida.

Mas si quieres, vuelve a lo que, mandando el.rey Sisenando, se dice Hace poco incluso, como recordé más arriba, el duque de Lituania,

establecido. El texto del mandato se lo calló Graciano en su copila­ que era pagano, engrandecido al recibir la fe, fue elevado inmedia­
ción y no se encuentra en ninguno de los otros decretos. Mejor tamente a rey de Polonia.
dicho, en todos los trece concilios toledanos, en los que hay muchí­ Todo esto, pues, escribí, no como cosa necesaria, sino como
simos decretos, no encontrarás ninguno hecho por mandato de rey. cosa bastante más allá de lo necesario, para que no persista. ni en ti,
¿A qué se debe el hecho de que únicamente éste se dice estable­ ni en otro, ocasión alguna de difamar. Son suficientes, pues, las
cido por mandamiento del rey, especialmente del rey Sisenando que, . cosas que muy acertadamente al principio has escrito en tu mani­
según atestigua la crónica que anteriormente cité, tuvo un principio ; fiesto acerca de los que judaizaban, ya desciendan de israelitas ya
despótico en el reino? ¿No es cierto que en los príncipes seculares no desciendan de gentiles, o de los que favorecen la deslealtad de los
domina la autoridad de mandar dentro de la Iglesia, sino la de obede­ judíos; de otra manera, como ampliamente dijimos, sería inútil e
cer? Está lejos de mí, sin embargo, querer suprimir este decreto por inoperante.
razón de estas muertes, más bien lo que quiero es poner en su sitio por
medio de una exposición verdadera y conforme a otras doctrinas ver­
daderas, la autoridad recogida de aquel concilio y de otros decretos.
Pero hablemos de algo que está por encima de todo esto. ¿Te
das cuenta en qué abismo entrarías, si te adhieres a la afirmación
que se te atribuye? Porque como es obvio que todas las prohibicio­
nes que se promulgan ace~a de los judíos se extienden a los paga­

4. Inocencia tercero, Corpus Jurís Canoniei, lib. IV, tít. IX, cap. Vill. "In secundo
et tertio affinitatis genere tollitur prohibitio" (Non debet reprehensibile judi­
cad), vol. il. p. 669.

330 331
Capítulo trigésimo segundo
y ceremonias judías; una tercera 4 1es prohibe contraer matri­
Pero puede ser que todavía, así como acostumbran a hacer los dentro del séptimo, grado de parentesco; la que le sigue 5 no
reptiles, que, al ponerlos en fuga, obligados a salir de su escondrijo, pennite que se circunciden; otra6 prescribe que no se discierna
buscan refugio en otro, así tú al huir del recto y sano sentido del" cuanto a alimentos, sino que sin distinción alguna, de acuerdo
decreto que citaste, quieras entrar en otro estrecho escondrijo, y el apóstol. se consuma toda clase de alimentos. Después de
quieras inclinar a tu favor cierta ley redactada en lenguaje ordinario, viene la que tú citas con palabras envenenadas, y cuya int.ro­
que se halla escrita en el libro de las leyes municipales I que llama­ IUCclón dice as{7: "Si el que miente delante de los hombres es difa­
mos Libro Juzgo -para no caer en un error de denominación, por­ y ha de ser penado, ¿cuánto más lo debe ser aquel del que se
que existe en derecho sagrado otro Libro Juzgo, a éste no le llama­ pruebas de que hace engafto contra la fe de Dios? A los tales
remos libro juzgo, sino judicial. se les debe aceptar en testimonios contra los cristianos". Y des­
Aquella ley, al igual que dijimos de la ley inmediatamente ante­ de esta introducción se establece la conclusión siguiente: "Por
rior, prohibe la declaración como testigos a los judaizantes o a tanto prohibimos que los judíos, bautizados o no bautizados, pue­
aquellos que volviesen al judaismo por vómito. Y si quieres para ser testimonios contra los cristianos",
mostrártelo de una manera bastante más evidente, así como previa­ Estas son palabras de la ley de tu libro, pero me imagino las entien­
mente y para que la entendieras en toda su extensión expuse aque­ de las leyes anteriores de las cuales habla, porque, si hablasen de los
llas leyes de acuerdo con la verdadera intención del mencionado que no recibieron la fe, verías que claramente las leyes anterior­
estatuto, así de la misma manera y para que trates de comprender no citadas no concluyen en nada, al prohibirles sus prácticas, cosa
el erróneo, sino el verdadero significado de esta ley que tú quieres la Iglesia pacientemente tolera para de vez en cuando conseguir el
aducir como prueba, presta atención a algunas leyes que la preceden de la conversión voluntaria, por eso en unos de los decretos men­
y la siguen. Para no parecer demasiado prolijo, en pocas palabras Cionados del cuarto concilio se dice8 : "y no se haga violencia a ninguno
voy a escribir el alcance de algunas: una de ellas 2 les prohibe a los ellos". Y si esto lo entiendes de los que descendiendo de aquella gen­
judíos guardar la pascua o el sábado; otra 3 les prohibe guardar las viven con arreglo a la fu, sería algo completamente superfluo, por­
se gobiernan enteramente por la doctrina de la Iglesia.
1. De ahora en adelante tanto para referirnos al "libro juzgo o judicial", o a otras
Por lo tanto sólo queda que se entiendan de aquellos que habían
leyes civiles, específicamente españolas usaremos la colección de leyes Códigos ¡recibido el bautismo y que con sacnlega perversidad seguían obser­
'.
Españoles concordados y tUIOtados (12 volúmenes), Rivadeneyra, Madrid, 1848­ vando las costumbres judías. A todos estos, pues, es a quienes repri­
1851. Hay que advertir como es norma en Cartagena que muchas veces la cita no
es textual, sino que refleja el espúitu de la ley, o del texto al que se refiere.
2. contingere quandoque praesumat. Nam praeventus mox speciali darnnationis suae

Una de ellas, Liber Judicum aut Codex Wisigothorum. liber XII, titulus II, lex mulctavitur ultiones". (La ley fue dada por Aavius Recesvintus Rex).

V, "Ne judaei more suo celebrent pascha", vol. l, p. 75. La ley no solo alude a Una tercera, ibídem, lex VI, UNe judaei more suo foedus copulent nuptiales",

la Pascua y al día del sábado, sino que se extiende a cualquier festividad reli­ vol. 1, p. 75.

giosa relacionada con el ritual judaico.


3. La que le sigue, ibídem, lex VII, UNe judaei carnis faciant circumcissionem",

Otra. En realidad no es otra. Es la misma que la anterior. Me permito transcribir vol. l, pp. 75-76.

textualmente la ley entera para aclarar el error: uNullus de Judaeis XIII l luna Otra, ibídem, lex VIII, UNe judaei more suo dijudicent escas", vol, r, p. 76.

mensis prirni alicuius faciat pascha, neque dierum ipsorum. ut soliti sunt, sollem­ La que tú citas. Esta no es la ley siguiente. Entre ésta y las anteriores está la ley

nia celebrabunt. Non dies festos omnis solemnitatis mediocres aut summos quis­ IX: UNe judaeí quaestione christianos inscribant". La ley citada por Marquillos

que eorum venerabitur, aut intendat honore ve! errore vetusto: non ferias custo­ es la ley X: "Ne judaei contra christianos testificentur, et quando ex illis proge­

dial, non sabbata et omnia festa rito observantiae suae deinceps aut co!at, aut nitis testificari sit licitum", vol. l, p. 76.

Concilíorum Toletanum IV, cap. LVII, p. 488.

332
333
men aquellas leyes que fueron establecidas poco tiempo después del
cuarto concilio. Por lo tanto ésta, así como las otras, habla de los mis­ Allí también hay algunas otras leyes que se dice han sido estable­
mos perversos que han vuelto a caer, de tal modo que en este sentido por diferentes reyes, pero no se dice que han sido recopiladas por
parece igualarlos a los que todavía se mantienen en el judaísmo, ya detenninado. Se equivocan, pues, los que creen que el libro
que los que se mantienen en semejanza de error incurren en seme­ hecho por el concilio, aunque cierta inscripción quiera significar
janza de ineptitud. Y esto. sirve también para que entiendas mejor y aunque algunas leyes, especialmente las que hablan de la elec­
aquella carta perjura9 que le enviaron al rey Recesvindo los judíos de los reyes, digan que fueron establecidas en el concilio. ya que
que habían recibido el bautismo y que habían vuelto a recaer --esta todas las leyes han sido promulgadas por los insignes Cindasindo y
carta por la cual se confiesan haber caído en el error de judaizar, error Sintila, Bamba y Ervigio que vivieron después del cuarto
en el que abiertamente prometen con falso juramento no volver a caer De modo que, al haber vivido Recesvindo después de Sise­
en el futuro, está en el libro alIado de la ley que tú citas. y constar por la carta .perjura que acerca de la recaída se le había
Después de Sisebuto, riguroso contra los judíos, y después de es lógico que cuando se hable de bautizados se entienda de los
Sisenando, en cuya época se celebró el cuarto concilio, vino Rece­ han recaído, que ya en su presencia habían abjurado el error de
sindo, de donde resulta que para que eso se ajuste claramente a esta iOstaSÍa, lo que él también lo hace ver con claridad en una ley dife­
ley y a las precedentes de las cuales hicimos mención, sería necesa­ cuando hace mención de la abjuración. pues dice que los que
rio hablar de perjurio, al referirse a aquellos que de esa manera vol­ en el error y los que rompen lo acordado mueran a manos de
vieron de nuevo al vómito. Y si quieres más detalles, debes tener en con piedras o con fuego como ellos mismos juraron. Se refiere
cuenta que esa ley y las precedentes habrían de ser dadas a conocer ridentemente a la epístola abjudicatoria en la que los mismos abjuran­
oficialmente por el mismo rey Recesindo, a quien los infames que juraron matar con sus propias manos a cualquiera que recayese de
habían recaído le enviaron la carta perjura. Y debes tener en cuenta Era, pues, muy justo que los que reincidiesen en la abjurada
también que, aunque hayan sido publicadas al final del libro judi­ que es herejía, fueran condenados con la pena exigida por la
cial, sin embargo, se dice que han tenido su origen, no en Sise­ Es obvio. por lo tanto. que está hablando de ellos. y que es así lo
nando, en cuya época se celebró el cuarto concilio. sino en Reces­ de manifiesto hasta la misma violencia de las palabras.
vindo, dato que verás en la misma inscripción de la parte superior. En cambio. los que recibieron la fe católica. y bajo ella viven
pues así como en las leyes del códice y de los "digestos" se escriben ...:alllente como el resto de los católicos, no deben, ni suelen ser Ha­
encima los nombres de los emperadores o de los juristas que las judíos. de la misma manera que después de recibir el bau­
establecieron, así mismo encontrarás allí Recesvindo, Rey, escrito no se les llama paganos a los que proceden del paganismo.
en la parte superior. para que sepamos que todo lo que aparece que tanto aquellos como estos reciben el nombre de cristianos
escrito bajo ese título ha sido promulgado por él. lIuuando católicamente bajo las sagradas banderas de Cristo en el
principio de la Iglesia militante. Y yo diría que de la misma
que en la misma infancia de la Iglesia primero se llamaron
9. Carta perjura, Liber Judicum. liber XII, tit. n, lex XVI, "Placitum judaeorum in líscípulos. después cristianos, hubiesen descendido de los judíos o
nomine principis factum", vol. 1, pp. 77-78. En realidad no es una ley, sino una
carta --<:onocida como epístola abjuratoria- enviada por los judíos al rey
los gentiles. Y este santísimo nombre perdura en nuestros días y
Recesvindo. En ella reconocen que no han obrado como cristianos según las ¡"mnr<ará hasta que la justicia se trastoque en juicio y. pasado el
disposiciones del rey Cintilla, pero prometen que en adelante lo harán, que se día del juicio final, esta ciudad de viandantes deje de existir
olvidarán de todo rito, uso o costumbre judía, que ponen por testigo a la Trini­ los que vivieron honestamente, al resucitar, sean transportados a
dad, y juran incluso quemar o apedrear al judío que rompa esta promesa.
divina ciudad con sus cuerpos.
334
335
En conclusión, a éstos no se les debe llamar judíos bautizados, Capítulo trigésimo tercero
cuando ya no son judíos, porque este nombre no se da por razón de
un pedazo de tierra, sino como consecuencia de un modo de vivir. y esto igualmente lo dan a entender las mismas palabras de la
como poco antes he especificado. Por 10 tanto se les llama judíos breve introducción de la ley, cuando dice l : .. si el que miente
bautizados a los que después del bautismo volvieron a caer en el delante los omnes es difamado, e ha de seer penado, ¿quanto 10
condenado error del judaismo. Estos son los que están privados de deve mas seer aquel que es probado que face enganno contra la fe
la dignidad de testimonio, como si no hubiesen recibido el bau­ de Dios?" El engafl.o ciertamente revela fingimiento y disimulo, por
tismo, porque con la suciedad del judaísmo manchan el bautismo eso los legisladores dicen que el engafl.o es necesario que sea pro­
recibido en toda su extensión. bado por la evidencia de los artificios, pues los artificios dan a
conocer algo oculto, ya que los delitos manifiestos, claros, están
prohibidos, y son condenables, los engafl.osos o fraudulentos, en la
medida que el engatlo, o el fraude, representa una estrategema
oculta del corazón, no pueden ser llamados con propiedad delitos.
Mas como aquí se trata de aquellos a quienes se les ha probado
que hacían engafl.o contra la ley de Dios, es lógico que se entienda
de aquellos que después del bautismo volvieron a caer, porque hay
que suponer que los que después de recibir el bautismo caen en el
primitivo error, habían recibido el bautismo fraudulentamente;
aquellos, en cambio, que no habiendo jamás recibido la fe permane­
cen infieles en su ceguera judaica, con razón pueden ser llamados
ciegos, pertinaces, tercos, malvados e impíos, pero no apóstatas o
herejes, pues entre infieles y apóstatas o herejes el derecho estable­
ció una enorme diferencia. Porque el amor de la generosidad de la
Iglesia sufre a los infieles en sus costumbres religiosas y tanto entre
los vivos como en su última voluntad se les permite pasarse los bie­
nes entre sí sin haber testado o con testamento; a los herejes, en
cambio, o a los apóstatas en la fe, que es herejía, al estar mancilla­
•.
t
'

dos por la impía llaga, se les castiga muy rigurosamente y sus bie­
nes entregados a la hacienda pública. De esta manera ha de ser
entendida tu ley acerca de los individuos sacrílegos.
Sacrílegos son los que purificados por el agua del bautismo \
vuelven a caer en la primitiva inmundicia, ya estos tales no se les'
debe aceptar como testigos contra los cristianos, porque esos mis­

1. Fuero Juzgo, en C6dices Españoles. vol. l, lib. XII, tito lI, ley X, "Que los
judíos no deven seer testimonios contra los cristianos", p. 188.

336 337
mos no son considerados cristianos en su integridad, ya que, al palabras insultantes, a no ser que estos súbditos por sus propias cul­
apostatar de su cristianismo, volvieron de nuevo a vestir el nombre pas se hicieran dignos de esa connotación insultante, porque todas
y el pecado de la infidelidad judía. De éstos lógicamente se saca la las leyes rehuyen decir palabra alguna que roce la memoria de la
mencionada conclusión: "por 10 tanto impedimos que sean judíos antigua infidelidad a los católicos que llegaron de peregrinas sectas
tanto bautizados como no". Y así para incluir a los apóstatas y unir­ religiosas. .
los en la misma suerte de los judíos, también se recuerda que junta­ ¿Cómo podría llamar tu ley judíos bautizados a los católicos
mente con los judíos, por su prevaricación y marca de apostasía, que viven honestamente, a no ser que hablase de aquellos que
han de ser despojados del honor del nombre y del testimonio los apostataron después de recibir el bautismo y que por su abominable
mismos apóstatas, aunque se hubieran arrepentido y hayan sido recaída son dignos de oprobioso nombre? De algún modo sería lo
reconciliados y recibidos amorosamente por la Iglesia; de otra mismo que llamar paganos bautizados a los fieles descendientes de
manera, si no se hubiesen arrepentido, no sería necesario que se les gentiles, lo que no sólo sería vergonzoso decirlo, sino incluso
privase del derecho de declaración como testigos, porque como pensarlo. Por eso Isidoro -que tanto por la excelencia de su
herejes pertinaces se les ha de privar de la vida y de los bienes. sabiduría como por la santidad de su vida, así como por la nobleza
Como podrás ver, si lees la ley que trata de los apóstatas, la ley de su origen, descendiente de sangre real, era tío materno del rey
del Fuero Juzgo se mantiene políticamente de acuerdo con esta dis­ Recaredo, fue muy notable entre los españoles, y quise mencionar
posición. Y esto es común a todos los apóstatas y a todos los que se sus cualidades para que te des cuenta en que enorme proporción te
descarrían por cualquier secta errónea, pues el que habiendo recha­ aventaja en todo-- al hablar de esto, dice asf3: "después de recibida
zado la fe católica adoptare la religión musulmana, o la judía, u otra la fe no deben llamarse extranjeros o gentiles a aquellos que
pagana, aunque guiado por la penitencia volviera al gremio de la proceden de los gentiles; de la misma manera que no se le puede
Iglesia, y la indulgencia eclesiástica lo acogiere piadosamete en su llamar judío a quien adopta nuestra fe, porque lo atestigua y dice el
seno, y le admitera en la participación de los sacramentos, con todo, apóstol Pablo a los cristianos4 : ya que cuando émls gentiles, esto
no tiene capacidad legal para declarar como testigo, a no ser que es, infieles" . Esto lo dice Isidoro.
fuese totalmente restablecido en su anterior buen nombre e integri­ Todos, pues, de donde quiera que procedieren, admitidos den­
dad por aquel que pueda resolver en esta materia. tro de la Iglesia a través de la puerta del bautismo, adoptan el nom­
De esta manera la ley del libro judicial que tú pretendes alegar, bre de cristianos, y por ese nombre han de ser llamados, a no ser
al juntar a estos con los infieles bajo el nombre de indifelidad, los que por propios pecados ellos mismos se coloquen bajo oprobios a
llama infieles apóstatas, lo que ciertamente es ultrajante. En nin­ denominación. Y esto lo muestra aún más claro que la luz del sol
guna ocasión la ley2 en sus disposiciones usaría una palabra ofen­ esa leyezuela tuya, cuando diceS: "no sean testigos contra cristia­
siva, pues si las leyes del mundo establecidas por los mismos juris­ nos", como si los mismos no fueran cristianos.
tas, que eran paganos, no permiten que las herencias o las mandas
testamentarias se dejen bajo palabras injuriosas, de ninguna manera
se ha de creer que ley alguna promulgada por los dirigentes de la
3. S. Isidoro, Etymologiarum liber octavus, cap. X. "De paganis, 4, ML.• vol. 82,
república cristiana disponga acerca de determinados súbditos bajo
p.314.
4. 1 Corintios 12,2.
5. Líber Judicum aut Codex Wisigothorum, en C6dices Españoles, vol. l, lib.
2. Ley Civil. en Corpusltlris Civilis, "Digestorum líber XVIII", tito V, "De here­ XII, tito n, ley X, UNe judae contra Christianos testificentur" (Si coram homini­
dibus instituendis", IX (Quoties volens). tom. 1, p. 920. bus repertum mendacium). pp. 76 Y 188.

338 339
¿Cómo se le privaría del nombre de cristiano al bautizado, a no
ser que el mismo, apostatando, se despojare de la sagrada henno_ trigésimo cuarto
sura de este ténnino? Me resisto, por último, si se entendiere como
tú quisieras, a llamar ley a esta tuya, por ser contraria al derecho Ya te creo, Marco, tan soterrado por el peso de los decretos, y
divino e igualmente contraria al derecho humano, y a la leyes de las la autoridad de los autores. y por tantos testimonios del derecho
Partidas, y a otras disposiciones contenidas tanto dentro del cuerpo ¡UlIlano, que si habías llegado a fonnar algún concepto erróneo,
del derecho como fuera. En las autorizadas disposiciones pontificias ~berías renunciar a él, y como hijo de la Iglesia mostrarte dócil a
no existe nada que en momento alguno haya sido declarado y enten­ principios de la Iglesia para honrar a tu madre en tus hermanos, y
dido en el sentido que tú alegas. Es más, si fuera posible interpretar apartarte con horror de la terquedad, que es reprochable en
alguna de ellas de la manera que tú quieres interpretarla, esa dispo­ las aberraciones, pero que, en aquellas que van directa o indi­
sición hubiera sido abrogada. Ten cuidado. pues, Marco. no sea que ~,amente contra la Iglesia, resulta abominable y detestable, a no

alegando una ley abrogada o un sentido abrogado de la ley, y siendo que quieras que así como de Marcio reciben el nombre de mar-
consciente de esa abrogación, caigas, de acuerdo con las sanciones i;:ionistas los que se apoyan en dos principios --dice Isidoro l , los
de la ley6, más allá del delito de herejía y del crimen de falsedad. , llevan es'te nombre por Marcio. filósofo estoico
~guidor del dogma de Edon: defienden la existencia de un dios bon­
~doso y de otro justo como los dos principios del creador y de la
~ndad así de Marco reciban el nombre de marquistas, los que
~guiendo su error tratan de establecer dos rediles, Y estos errores,
~.aunque parezcan errores diferentes. sin embargo. convergen en un
'~ismo centro de delito y. aunque tenazmente traten de defenderse,
representan una herejía, como dice Isidoro al enumerar las diferentes
de herejías2 : "Estas son las herejías que se levantan contra la
católica condenadas por los apóstoles y por los santos padres o
los concilios. Y éstas. aún cuando divididas en si mismas por
muchos errores no estén de acuerdo entre sí. sin embargo, forman
causa común contra la Iglesia de Dios, Porque cualquiera que con­
ciba la Sagrada Escritura de una manera diferente de la que exige el ~

significado del Espíritu Santo por quien fue escrita. aunque no se


. haya salido de la iglesia, con todo, se le puede llamar hereje".
Pero no quiero que te lisonjees, como si pudieras escapar al nom­
bre de hereje, porque a ti te parezca que no estés explícitamente en

6. Ley Civil, en Corpus Juris Civilis. "Digestorum líber XLVIII", tito X, "De lege S. Isidoro, Etymologíarum líber octavus, cap. V, "De haeresibus Christiano­

Cornelía de Falsis", 1, tomo 1, p. 1758. La pena Cornelia de Falsis abarca rum", 21, ML, vol. 82, p. 300. S. Isidoro dice "Cerdonis dogma", no "Edonis

muchos delitos. Cartagena, sin duda alguna, al referirse a Marcos se refiere dogma"; en Graciano, Decretí pars secunda, causa XXIV, quaestio III, c.

específicamente a la más general, a la que condena "ei, qui falsas testationes, XXXIX, "Quod sint sectae haeriticorum", 20, ML, vol. 187, p. 1312.

testimoniave falsa inspicienda, dolo malo curaverit". S. Isidoro, ibídem, caput V, 70, ML, vol. 82, p. 305; en Graciano, ibídem,

causa XXIV, quaestio III, c. XXXIX, 69-70, ML, vol. 187, p. 1317.

340
341
contra de los artículos de la fe, porque te engafias, porque el que esta­
bleciendo una doctrina intenta dividir a la una y Santa Iglesia, de cual­
quier manera que sea, incluso aunque sea con un levísimo rasgufio, se
estimará también que ataca a toda la fe que es indivisible, porque el
que ofende en una sola cosa se hace reo de todas, porque la misma ley
civil dice que están incluidos en el término de herejes y que deben
caer bajo las penas establecidas contra aquellos que se desviaren del
pensamiento de la Iglesia, aún en materia leve. A esto afiade también
que Juan veintidós 3 había declarado digno y conveniente que, después
de haber renunciado a la ceguera judaica. los regenerados por el agua
del bautismo abundaran en favores y estima. Y rigurosamente había
ordenado a todos los ministros de los dominios eclesiásticos que se
mostrasen amables con ellos y que protegiesen y defendiesen a los
mismos de injusticias y de molestias.
¿y no crees que está incluido bajo el género de molestia el excluir
a alguien de testimonio? o ¿de qué modo abundarían en estima y favo­
res si tuvieran que padecer'la repulsa por ultrajes de este tipo? Nadie
puede apartarse de lo que la Iglesia de Roma ensefta y sigue sin peli­
gro de error. Como dice el papa Julio. es bastante vergonzoso que
TERCERA PARTE
alguno rechace esta norma, ya de los pontífices. ya de las disposicio­
nes que se derivan de ella y que tratan de enseftar y continuar la doc­
trina del bienaventurado Pedro. Es absolutamente necesario que todo
Prólogo
el cuerpo de la Iglesia se ponga de acuerdo en esta costumbre, que por
esto tiene fuerza. y en donde el Seftor colocó la primacia de toda la
Iglesia. Por lo tanto no se librará de la mancha de hereje el que se
enrede en errores de esta especie como en la siguiente parte hablare­ ~'
.-'
mos. Es suficiente ya. Marco. todo lo que te he dicho. y me vuelvo a
la plática con su Real Majestad con quien había comenzado a hablar.
Vea Vuestra Alteza que de acuerdo con la cortedad de mi
entendimiento. el teorema cuarto está muy claramente deducido
tanto de la conclusión de los teoremas precedentes como, de manera
especial, de la misma argumentación anterior. La disposición del
opúsculo nos empuja a que pasemos a la tercera parte en la medida
que nos sea posible.

3. Juan XXII. EX/rav. comm .• lib. V. tito n. c. 2 (Dignum arbitrantes), p. 1183.

342

.. ...1
Como lo pide el orden propuesto, Inclitísimo Rey, primera­

expuse de una manera general algunas cosas pertenecientes a

defensa de la unidad cristiana, después las continué, bajo artícu­


o teoremjls, de una manera especial. elaborando de esa masa,
anticipé, una especie de panes hechos al rescoldo. con cuya
cualquier devoto cat6lico se convirtiese en eficaz celador de
y perseguidor ardentísimo de los errores de los que intentan
iflflntllrse contra ella. como otro Elías 1 con la fuerza de aquella
hasta el monte de Dios, Horeb, que es la más constante fir­
y sublimidad altísima de la fe cat6lica. 2Monte del Señor,
, pues, fértil. y que nadie debe considerar como montes uni­
porque el monte de la fe es uno e indivisible. no montes dividi­
Este es. pues, el monte del que el profeta dice 3 : el monte de
serd confirmado por cabeza de los montes y serd ensalzado
los collados. Y es que el monte de la fe cat6lica. elevado
los montes tanto de la ley escrita como de la poderosísima
r"u~l1idad. todo lo conjunt6 bajo ella en uni6n indivisible. de tal
.-anera que el resto de las cumbres que no se integran a esta uni6n
resecan estériles. sin lluvia y sin rocío. en los montes de Gelboe.
eso en ellos se ven refutados los poderosos de Israel. porque los
más hostilmente acometen contra los israelitas ya convertidos
cat6licos y fieles. parecen proclamar que todavía se mantienen

la infidelidad como paganos y que, paganizando. luchan en los

¡nontes del Gelboe contra el ejército fiel (y no digo gentilizando, ,


:~.

ya esta palabra tomada en el uso común. como arriba dije,


aplicarse a cierta clase de nobleza o a expresi6n de limpieza).
consiguiente. así como se dice que judaízan aquellos que. reci­
la fe, se atreven a practicar los ritos judíos, así se dice que
,a,ganizan aquellos que. purificados por el agua del bautismo y
un solo pueblo con los demás, quieren volver a reavivar la

Reyes 1. 19,8.

Salmos 67, 16. Los Salmos se refieren aquí no a la singularidad del monte

Horeb, sino a los montes de Basan.

Isaías 2, 2.

345
antigua diferencia al tratar de romper la unidad cristiana y de sepa­
rar a los unos de los otros al estilo de los tiempos del paganismo. Y
a cuán gran error lleva esto, aunque yo me calle, la misma situación
lo proclama; no obstante. algo diré muy brevemente, a manera de
degustación, para que, catándolo el lector diligente, haga más apete­
cible y extraordinario el sabrosísimo plato.
Así pues, y siempre teniendo en cuenta ante los ojos del espí­
ritu las declaraciones y respeto probados de antemano en otras par­
tes, diré unas poquísimas cosas, y las diré intentando con el mismo
divino favor no ofender a nadie, sino defender la unidad del pueblo
católico y su fraternidad unicísima, pues no se trata de atacar a las
personas, sino al error.

TERCERA PARTE
Capítulos I-XIV

"

346

Capítulo primero

Si quisiera explicar uno a uno cuán grande es el error de los que


dogmatizan estas diferencias y de los que tratan de desgarrar la uni­
dad del pueblo cristiano, sería necesario escribir no un tratado o una
memoria, sino libros. Y esto no para contar todas las abominacio­
nes, para hablar con cierta indulgencia, sino las no pocas que se
seguirían de esta dogmatización, algunas de las cuales es manifiesto
que suelen brotar de manera natural, otras como consecuencia. Por
ejemplo, al ser la caridad la más grande de las virtudes, el que
ofende a la caridad es obvio que ofende a todas las virtudes; el que
denigra todas las virtudes, pues, por imposibilidad de contrarios,
parece alimentar toda clase de vicios, porque así como al faltar la
luz las tinieblas hacen acto de presencia, del mismo modo al faltar
la virtud, es obligada la presencia del vicio, y al contrario. Pero para
que no parezca que andamos divagando con oscuras generalidades,
expongamos algunas, aunque muy pocas, de esas cosas aborreci­
bles, porque pretender exponerlas todas y cada una de ellas real­
mente sería de una enorme presunción cuando son casi infinitas.
Además porque de alguna manera, al tocar ciertas características de
algunas de ellas bajo determinadas condiciones, se descubren canti­
dad de otras que mi pluma no puede decir, y que puede tratar de
descubrirlas el que estuviere interesado.
A modo de degustación como previamente lo hice y no de
comida completa, he traído a colación lo poco que se sigue. Dice
Salomón l : seis son las cosas que aborrece Yavé y aún siete abo­
mina su alma: ojos altaneros; lengua mentirosa; manos que derra­
man sangre inocente; corazón que trama iniquidades; pies que
corren presurosos al mal,' testigo falso que difunde calumnias y
enciende rencores entre hermanos. El odio, pues, de Dios supone la
culpa del odioso. Y Dios, como expusimos en la primera parte, no
aborrece otra cosa más que el pecado, para que entendamos que
tanto más culpable es uno cuanto más aborrecible es a Dios. Por
consiguiente medimos la cantidad de la culpa por la cantidad del

1. Proverbios 6, 16-19.

349
odio divino. ¿Quién duda que el crimen que nace de la intención de
sembrar discordia entre los hermanos es gravísimo cuando sobre­ segundo
pasa los seis crímenes tan enormes que hemos citado? Y no en vano
se le dice no solamente odioso a Dios, sino además, para su propia ¿Quién, pues, puede negar que este error lleva a la discordia
reprobación, detestable. y detestable lo decimos de aquello que los hermanos y a la grave división del pueblo cristiano y que
abominamos en sumo grado. de infligir alguna mancha o vejación a la Iglesia de Dios? Y esto
en contra de la hermosura de la limpieza de la Iglesia que se
Pero si además queremos medir la gravedad del pecado no sólo
inantiene fIrme, sin mancha ni arruga, de suerte que ninguna infa­
por la cantidad del odio divino, sino también por la pena impuesta
por la divina justicia a los autores de tal clase de delito, no nos de pecado que represente mancha, ningún equívoco o contra­
equivocaremos, ya que, como de Dios jamás procede nada injusto, Hicción que represente arruga, se le puede imponer a quien esté den­
la gravedad o la levedad de la pena impuesta por la divina justicia de ella, a no ser que ese mismo por sus propias acciones o
~ ....."nnales defectos, mancha o arruga, se volviere infame o
en tales casos es el testimonio cierto de culpa y su medida legítima.
Por eso dice Jerónim0 2 : "no llevemos balanzas falsas en las que
pesemos lo que queremos a nuestro capricho, diciendo: esto es En este punto el mismo Jerónimo dice de la Iglesia l : "y a ésta
grave, esto es leve, sino que tomemos la divina balanza de las le llama paloma única, la cual es esposa hermosa, sin arruga y sin
Sagradas Escrituras como tesoros del Señor y en ella pesemos qué ''ln.aD.cha, y huerto cerrado y fuente sellada y paraíso de frutas". Los
es lo más grave... En un tiempo en que el Señor advertía que los intentan imponer alguna mancha en cualquier parte de ella
delitos deben ser evitados con los ejemplos de los castigos, se cons­ stran manifiestamente dividir esta unidad, amargar a esta
'''Paloma que no tiene amargura, deshonrar a esta esposa, arrugar a la
truyó y adoró un ídolo, la ira de un rey soberbio quemó el libro pro­
fético y por la ira de un rey arrogante se provocó un cisma; y la ido­ no tiene arrugas, y manchar a la que no tiene mancha, destruir
latría fue castigada con la espada, el incendio del libro con la muros del huerto cerrado, enturbiar esta fuente sellada y este
matanza guerrera como consecuencia del cautiverio extranjero, el de agua viva, desparramar y dañar la fruta del paraíso, que son
cisma sepultando vivos a los autores al abrirse la tierra y quedando fieles de Cristo, y oscurecer toda la belleza de la Iglesia. Como
abrasados los restantes por el fuego celeste. ¿Quién dudará ya que un antiguo dicho, un solo defecto deforma toda la cara. Esto no
este último es el pecado más gravemente cometido, al ser el más puede aplicar a la hermosura de la Iglesia, porque lo dice la
gravemente castigado?" ·..."""'itura2 : eres del todo hermosa, amada mía, y no hay tacha en ti.
Por estas palabras de Jerónimo, y por lo atroz de la pena obser­ Por consiguiente ha de juzgarse que los que quisieran introducir
vada, se nos hace ver la enorme monstruosidad que es sembrar cual­ rugosidades y discordias entre los fieles de Cristo deforman
quier tipo de división dentro del pueblo católico, porque los autores la faz de la Iglesia. Lo que se deduzca de esto, cualquiera
del cisma fueron engullidos por la tierra al abrirse. Esta clase de fácilmente advertirlo, pues el que divide a la Iglesia, es un
--________ , y el que autoriza el cisma y niega la unidad de la Iglesia,
castigo realmente supera en terror y en singularidad a cualquier
otro. es un hereje, sobre manera cuando obstinadamente se adhiere a la

2. San Agustín (no San Jer6nimo) de baptismo contra donatistas, líber secundus, S. Agustín (no S. Jerónimo) De baptismo contra donatistas, líber septimus,

cap. VI, 9, ML, vol. 43, p. 132; en Graciano, Decreti pars secunda, causa cap. LI, ML, vol. 43, p. 241; en Graciano, Decreti pars secunda, causa XXIV,

XXIV, quaestio r, c. XXI, "Varia crinúna, variis sunt poenis afficienda" (Non quaestio 1, cap. XX "Ligandi et solvendi non habet potestatem..... (Omnibus

afferarous), ML, vol. 187, p. 1274. consideratis), ML, vol. 187, p. 1273.

Cantar de los Cantares 4,7.

350
351
opinión que divide o rompe. Porque como Jerónimo afirma, a pesar
de que en un principio el cisma puede ser entendido, en parte, como vio dio testimonio y 10 tenemos por cierto porque su testimonio es
diferente de la herejía, sin embargo, si persevera en su marcha verdadero.
ascendente fácilmente se cae del cisma en la herejía. Y al explicarlo ¿Quién, pues, podrá decir cuántos homicidios, cuántos robos y
dice el Teutónic0 3; "la diferencia entre cisma y herejía es la que humillaciones de violencia se consumaron contra la voluntad de sus
existe entre disposición y hábito. En un principio, pues, se llama dueños dentro de una ciudad tan nobilísima, --cosas que aún en los
cisma, pero, si después de un tiempo, alguien pertinazmente se mismos montes solitarios hubiesen sido merecedoras de abomina­
mantuviere en su opinión, se llama herejía". Y esto, aunque real­ ción y de penas enormes-, para claramente damos cuenta de que el
mente se adapta a otras divisiones que, de cualquier manera que género hechos no ha estado ausente de este crimen? Si del género
sean, tratan de romper la unidad de la Iglesia, de manera especial, dichos hablo, no se dice que las detestables protestas e injurias se
sin embargo, clarísimamente se ajusta a ésta de la que estamos han llevado a cabo secretamente, ni se dice que sólo han tenido
hablando. Y ésta no procede del error de una acción, sino de un lugar entre los plebeyos y la gente del pueblo, sino también entre
hostil y aberrado entendimiento de la Sagrada Escritura. los mismos proceres y entre los varones de esclarecidísima nobleza
No tiene sentido que yo diga de cuánta enonnidad sean entre y de gran prominencia que militaban alIado del príncipe, y, según
los otros errores el cisma y la herejía, cuando las sanciones tanto los rumores de la ciudad, de manera descarada, y no solamente en
humanas como divinas son de completa reprobación y castigo. Mas una ocasión, sino en muchas. Si pasamos al tercer género que radica
al hablar de estos fundamentales muchas veces sucede también que en los escritos, ¿cuántas infames cartas se mandaron tanto a ilustrí­
en ellos inciden otros que aunque parezcan menos graves, sin simos varones como a insignes ciudades, cartas que ponían de
embargo, con frecuencia, por las circunstancias mismas se pueden manifiesto la notoriedad de los crímenes y la perversidad de los que
convertir en gravísimos. A éstos, cierto jurisconsulto para explicar­ escribían de modo que con la misma escritura suya, como docu­
los con más claridad, los redujo a cuatro géneros, y aún señaló que mento escrito de propio puño, no habría necesidad de testigos para
en esos mismos cuatro géneros había que considerar siete clases, probar con evidencia manifiesta la detestable maldad de los mismos
diciendo así4 ; "se castigan, bien los hechos, como el robo y el asesi­ delincuentes? Y que el cuarto género, que está fundado en las juntas
nato; o los dichos, como las injurias; o los escritos, como las false­ o asambleas, también estuvo presente con los otros tres, ¿quién lo
dades y los conocidos libros difamatorios; o las asambleas, como duda que lo haya estado cuando las conspiraciones entre ellos han
las conspiraciones". y si alguien quisiere considerarlos en esta oca­ tenido lugar contra la república, contra la libertad y contra la
sión, que es la que dio motivo a este escrito, si se produjeron de la máxima autoridad de nuestra república a quien le cerraron las puer­
manera que lo divulga la opinión pública, verá que en ella no sola­ tas de su propia ciudad?
mente se dio uno de estos géneros, sino que se dieron los cuatro a
cabalidad. Yo no los presencié, pero oí a aquellos que aseguran
haberlos presenciado, y no sé si podría decir con Juan, y el que lo

3. Juan TeutÓnico. Decrelum Gralian; curo glossis domini Johannis theutonici...,


causa XXIV, quaestio m, "Inter heresim et scrusma", fol. 297, col. IV, Basilee
1512.
4. Jurisconsulto, en Corpus Juris Canonici, Digeslorum líber XLVm, tit. XIX,
"De poenis", 16 (Aut facta), vol. 1, p. 1782.

352 353

Capítulo tercero
colocado en el centro del reino son características que lejos
Pero como el mismo jurisconsulto dijol: "cada uno de estos toda duda merecen un gran respeto.
cuatro géneros en determinadas circunstancias puede agravarse de Del tiempo, ¿qué diré?, cuando estas cosas coincidieron con las
siete maneras: según la causa, la persona, el lugar, el tiempo, la I::._•• ~~~~" .. " hostiles de algunos de nuestros vecinos del reino colin­
calidad, la cantidad, y el efecto". y con los ataques de los mercenarios que dentro de nuestro
Si aquí consideramos la causa, ¿qué otra fue, sino la temeridad reino nos perturbaban la paz. En esta afluencia de desgracias
de resistir a la potestad monárquica, el odio al prójimo, la avaricia sediciosos agitadores de la plebe se encargaron de alterar el
de bienes, el apetito desordenado de mandar y una increíble pasión IOSlego de la paz que florecía en el centro del reino para que los
~
de liberarse de la legítima autoridad? Cuán odioso sea esto a Dios I'oblemas nos quebrantasen por todas partes. Y para colmo esco­
no lo pasó por alto la escritura, como dice Samue12: ¿no quiere para llevar a cabo estas revueltas precisamente el momento
mejor Yavé la obediencia a sus mandatos que no los holocaustos y que nuestros viejos enemigos mahometanos arrasaban toda la
las víctimas? Y otro profeta increpando en nombre de Dios, dice3: andalia destruyendo fortalezas y pueblos, apoderándose de nume­
¡Cuán de antiguo ya quebrantaste tu yugo, rompiste tus coyundas y muchedumbre de hombres y mujeres cristianos, así como de
dijiste: no te serviré! Muestra, pues, romper el yugo divino el que Docentes niños, y convirtiéndolos en miserables esclavos. Esta cir­
intenta rebelarse contra los que tienen imperio sobre él, porque hizo que Vuestra Majestad, o vuestro ilustrísimo prin­
como dice Pedr04 : quien resiste a la autoridad, resiste a la disposi­ primogénito, u otros jefes y grandes, por mandato vuestro no
ción de Dios. .bieran podido en modo alguno dirigirse a aquellas fronteras
Si se consideran las personas, veremos que una fortificadísima bientras tenía lugar la revuelta de aquella sublevación. Porque, ade­
plebe, fiada en bastardo interés, cometió excesos contra los grandes no solamente alborotaban aquella insigne ciudad, sino que, no
señores y oficiales y también contra los nobles, se apropió desver­ con el desorden de tan gran ciudad, intentaban alborotar
gonzadamente, por la fuerza, de la jurisdicción y autoridad de muchas otras grandes ciudades, e incluso sobornar a varones muy
mando, ya aquellos en su mayoría los hizo salir de su propia ciudad ~sclarecidos tratando de convencerlos y arrastrarlos a su rebelión
para que no pudiesen entrar en sus propias casas, cerrándoles el medio de cartas y de mensajeros, aunque éstos, teniendo pre­
paso con el aplauso del vulgo. Esta circunstancia de las personas la debida fidelidad a la fe católica y a Vuestra Majestad, no
aumenta considerablemente el delito, porque la baja condición de I-tideron caso a las malvadas persuasiones de aquellos.
los que lo perpetraron le añade una desmesurada magnitud. ¿Acaso la ocupación de todas las fortificaciones, el cautiverio
Al considerar el lugar, se distorsiona muchísimo más esa mag­ los desventurados llevado a cabo por los infieles en esta ocasión
nitud del delito, porque la excelencia de la ciudad, la autoridad de la con certeza no hubiesen ocurrido si este condenable levanta­
Iglesia metropolitana, la muy numerosa población, la situación que Púento no hubiese impedido la posibilidad de enviar el debido auxi­
y todo lo demás que de esto y por esto brotó y de continuo
1. Jurisconsulto, en Corpus Juris Civilis, Digestorum, lib. XLVIIll, tito XIX, "De
considerado bajo la circunstancia de tiempo no agrava el peso
poenis", 16 (Aut facta), 1, vol. 1, p. 1782. La ley dice exactamente "Sed haec
este crimen, para que a las penas que en aquella época algunos
quatuor genera consideranda sunt septem modis: causa, ... "
escribieron contra los manifestantes culpables haya que
2. Samuel 1, 15,22.
3. Jeremías 2, 20. fAñ"dir ésta que pertenece a la nuestra?
4. Romanos 13, 2. Si examinamos la calidad, este crimen se le tendrá como graví­
porque la lucha que nace de la pasión y repentinamente, por
354
355
efecto de la ira y de la violencia, está muy lejos de los asaltos de Capítulo cuarto
aquellos que deliberadamente roban lo ajeno y afiaden asesinatos a
sus robos. Por esta característica, con razón, pues, este crimen se Mas a esto hay que afiadir lo que esas personas a tantos y tan
torna más grave, porque los robos y las muertes no fueron hechos grandes delitos no se avergonzaron de sumar: el haberse atrevido a
como producto del acaloramiento y durante un solo día, sino como atacar a Vuestra Real Majestad, vomitando, de palabra y por
producto de una criminal obstinación prolongada, y durante muchos escrito, algunas cosas que son contrarias a la debida lealtad; el
días. Bajo esta violencia se cometieron muchos robos y crímenes, y haberse atrevido a atacar de hecho a Vuestra Excelencia, cuando,
se siguieron los destierros. cerrándoos las puertas de vuestra ciudad, os negaron la entrada en
Si la cantidad distingue al ladrón del abigeo, y el incremento de ella; y el haberse atrevido vergonzosamente a disponer ingenios y
la cantidad hace el crimen más grande, ¿no es cierto que tendrá que lanzar piedras de bombardas contra los campamentos reales en los
agravar este crimen la acumulación por botín de las cosas arrebata­ que estaba presente vuestra dignísima persona Y vuestra bandera,
das a la gente particular y de las rentas reales de las que se apodera­ tan temida por los enemigos y tan amada por los que os son leales.
ron que, según dicen, asciende a una suma elevadísima? Muchos son los que se maravillan de esta criminalísima temeridad.
En los crímenes se juzga también el efecto. Y de vez en cuando La verdad es que yo, a pesar de detestar con toda mi alma tan abominable
acontece que los castigos de algunos malhechores se ejecutan en monstruosidad, sin embargo, cuando recuerdo algunos hechos de la histo­
uno, cuantas veces haya necesidad de escarmentar a muchos, aun­ ria antigua, no me maravillo demasiado. Raramente se hallará que los que
que en esto sean muchos los que hayan intervenido. Pero mejor me trabajan con gran empeño en algún nuevo error contrario a la fe católica
callo yo y habla la voz del pueblo, porque como dice el mismo no se lancen contra la soberanía de los príncipes de la tierra, teniendo en
jurisconsulto, a los que con más frecuencia se suelen manifestar cuenta que la potestad de los reyes y de los príncipes de este mundo
como promotores de levantamientos se les condena a la pena capi­ depende de la misma eterna y divina potestad, según aquello de que 1 no
tal. tendrías ningún poder sobre mi si no te hubiera sido dado de lo alto.
De todo lo cual sobradamente se deduce que en este acto crimi­ En realidad no hay que maravillarse de que la rebelión se
nal, y en torno a él, han concurrido tanto las cuatro clases de delitos extienda de una a otra por una cierta repulsa recíproca, pues el que
como las siete circunstancias que los acompafian y que los suelen viola la fe debida a Dios, se esfuerza también en violar la fidelidad
I
I

convertir en más graves. debida al príncipe terreno; y los que no obedecen al que gobierna 1
poco a poco se remontan a ultrajar a la majestad divina, de acuerdo , i:
),1
con aquello del profeta2 : el tumulto siempre creciente de los que se
,~I
alzan contra Ti. Y siendo muy semejantes y análogos los hechos, y li¡
¡Ji
estando la antigüedad tan llena de ejemplos, si para probar esto (ll
escogiere muchos de los hechos de la antigüedad, más que un opús­ 'ni
11
;1,
culo haría una crónica. Por lo tanto solamente quiero presentar tres
ejemplos: el primero de ellos perteneciente a la remota antigüedad;
el segundo, a la antigüedad; y el tercero, a los tiempos modernos.

1. Juan 19. 11.


2. Salmos 73. 23.

356 357
El primero es el siguiente: cuando las doce tribus, separadas de
la monarquía del rey Roboan, se asociaron al rey Jeroboan y de cautividad de diez tribus, a quienes por decreto no se les permitía
manera irreparable rompieron la unidad del reino judío, inmediata­ salir, se presentaron a él pidiéndole permiso o salvoconducto para
mente Jereboan cometió el error de caer en la idolatría y fabricó marcharse. Y al preguntarles Alejandro la causa del cautiverio, le
ídolos, apartándose del templo que por mandato divino Salomón contestaron que abiertamente se habían apartado del Dios de Israel
había construído. Así está escrit0 3 : Jeroboan se dijo en su coraz6n: prestando adoración a los becerros de oro, y que había sido predi­
El reino podría muy bien volver otra vez a la casa de David. Si este cho por los profetas que ellos no regresarían del cautiverio. Enton­
pueblo sube a Jerusalén para hacer sus sacrificios en la casa de ces Alejandro les respondió que él los cercaría más estrechamente,
Yavé, el coraz6n del pueblo se volverá a su señor Roboan, rey de y tapando los angostos caminos con piedras enormes revestidas de
Judá, y me matarán a mí. Después de pensarlo, hizo el rey dos pez, viendo que el trabajo de los hombres no era suficiente, rogó al
becerros de oro y dijo al pueblo: Bastante tiempo habéis subido a dios de Israel que completara aquella obra. Y se estrecharon las par­
Jerusalén; ahí tienes a tu dios, el que te sac6 de la tierra de Egipto. tes más escarpadas de las montañas y el lugar se hizo intransitable".
Hizo poner uno de los becerros en Betel y el otro en Dan; y esto Esto dice el historiador escolástico.
indujo al pecado, pues iba el pueblo hasta Dan para adorar. Edi­ ¿Quién, pues, no considerará atentamente disposición tan graví­
fic6 también Jeroboan lugares excelsos e hizo sacerdotes a gentes sima de la justicia divina? Y como ésta siempre es muy justa, no queda
del pueblo que no eran de los hijos de Leví. más remedio que considerar la causa con profunda humildad. ¿Cuál fue
y por haber seguido este error, muchos de sus sucesores provo­ para que tan cruel condena cayese sobre aquellas tribus hasta llevarlas
caron tal irritación en la justicia divina que tuvieron que salir en irreparablemente al cautiverio? Porque las otras tribus que se habían
perpetuo cautiverio arrojados de sus casas. Primeramente, el rey de quedado con Roboan y sus sucesores, aunque habían cometido gravísi­
Asiria, Falasar, subió hasta Israel y arrasó toda la región transjor­ mas culpas, sin embargo, no padecieron el ininterrumpido castigo del
dana y llevó cautivas dos tribus y media. Y al asolar Galilea, de la cautiverio, sino que pasaron a Babilonia en cautiverio temporal, y al
tribu de Zabulón y de Neptali, se llevó a Asiria tantos consigo que regresar, después de setenta años, reconstruyeron la ciudad, e incluso el
podrían estimarse en media tribu, por esta razón se lee con frecuen­ templo, tan dignamente favorecido por la divina misericordia que en él
cia que habían sido hechas cautivas tres tribus de Israel. Este fue, sería presentado nuestro Señor Jesucristo en su niñez, y en aquella ciu­
pues, el principio de su cautiverio. Finalmente, el rey de los asirios dad se dignaría padecer y resucitar, aparte de otras gracias que ni se
Salmansar, al ponerle cerco a Samaria durante tres años y tomarla, pueden contar, ni explicar. Quizás entre las causas desconocidas para
se llevó las tribus que habían quedado y las trasladó a Asiria al otro nosotros, pero muy presentes para la divina majestad, pudiese encon­
lado de las montañas medas y persas. Y tanta fue la cólera de la jus­ trarse la de que aquellas tribus cometieron estos tres pecados: el cisma
ticia divina contra aquellas tribus, que jamás se lee en parte alguna entre los hermanos al decirs: ¿qué tenemos que ver nosotros con David,
que hubiesen regresado, hasta tal punto que se cuenta, para ver­ no tenemos heredad con el hijo de Jesé. ¡A tus tiendas, Israel!; la rup­
güenza de ellos, que la oración de Alejandro, aunque era gentil, tura de la casa de Israel, que hizo que la que era una se dividiera en
había sido escuchada. Así lo cuenta el maestro de la historia4: dos; y rmalmente la herejía de idolatría cometida al adorar los becerros
"cuando llegó Alejandro a las montañas del Caspio, los hijos de la de oro que Joroboan había mandado construir.
y a estos pecados cometidos directamente contra Dios añadie­
ron una ofensa a la majestad temporal, cuando al apartarse de
3. Reyes 112,26-31.
4. Pedro Comestor, Historia Scholastica, in libro Esther, cap. V, ML, vol. 198, p. 1498.
5. 1 Reyes 12, 16.
358
359
Roboan, dispusieron en asambleas públicas que nunca jamás le obe­
decerían como a reyes, ni a él, ni a sus sucesores. En cambio, los
Capítulo quinto
que habían permanecido en Juda, aunque habían cometido graves
faltas, esas faltas no fueron juzgadas tan severamente, porque ni Por consiguiente, aquellos no merecieron "ab re" salir en per­
dieron lugar a un cisma, ya que ellos mismos no dividieron a otros, petuo y peregrino cautiverio por tan grandísimos pecados; éstos, en
ni los apartaron de si, mas bien los otros, al dividirse entre si, vinie­ cambio, padecieron el sufrimiento temporal de Babilonia, al resultar
ron a parar en la ruptura del cisma. Estos además honraron el tem­ odiosos a los ojos de Dios, pero no por aquellos pecados, sino por
plo de Dios y tuvieron sacerdotes de la tribu de Lev! según el man­ otros pecados particulares. Está escrito que en los días del rey Joa­
damiento del Señor; aquellos, al despreciar la santidad del templo, quín el Señor mandó soldados mercenarios l : y Nabucodonosor rey
no subían a él a ofrecer sacrificios, y ordenaron sacerdotes de entre de Babilonia se puso en campaña. Joaquín le habfa estado sujeto
el bajo pueblo que no eran de los hijos de Leví, creando un cisma durante tres años, pero luego se volvió y se rebeló contra él. Enton­
total. De los que habían permanecido en Judá no hay noticia de que ces mandó Yavé contra Joaquín tropas caldeas, tropas de los sirios,
pública o secretamente hubieran caído en el pecado de idolatría, a tropas de los maovitas y de los amonitas; las envió contra Judá
pesar de que algunos individualmente lo cometieron; los otros, para destruirle según la palabra que Yavé había pronunciado por
como manifesté anteriormente, consumaron la idolatría de manera
sus siervos los profetas. No sucedió esto sino por orden de Yavé
notoria y general cuando Jeroboan, al hacer los dos becerros de oro, que quería arrojar a Judá de su presencia por los pecados cometi­
dijo en asamblea pública6 : ah( tienes a tus dioses, Israel, los que te
dos por Manases, y por la sangre inocente derramada por Mana­
sacaron de la tierra de Egipto. Estos no abandonaron a su rey
ses, que había llenado a Jerusalén ,y que no quiso Yavé perdonar.
cuando las otras tribus decían': provee ahora a tu casa, David. E
y un poco más adelante la misma escritura dice hablando del rey
Israel se fue a sus tiendas (y Roboan reinó sobre los hijos de Israel
Sedecías 2: hizo el mal ante los ojos de Yavé enteramente como lo
que habitaban en las ciudades de Judá); aquellos, en cambio, se
había hecho Joaquín, por la cólera de Yavé contra Jerusalén y con­
alejaron de su rey para siempre, pues dice la escritura8: y así se
tra Judá, que Yavé queda arrojar de su presencia.
separó Israel de la casa de David hasta el día de hoy, llamando por
De estas palabras bien se puede deducir que las tribus que habían
el nombre de Israel a las diez tribus que siguieron a Jeroboan.
permanecido en Judá habían merecido aquella cólera que les había lle­
vado al cautiverio babilónico por los pecados particulares, sobre todo
de Manases, de los reyes Joaquín y Sedecías, y por otros pecados, me
imagino, cometidos tanto por los reyes como por gente del pueblo.
Las otras tribus que habían seguido a Jeroboan, por haber cometido
pecado de discordia dentro del pueblo, pecado de herejía y de idolatría
contra Dios, y delito de lesa majestad, al menos de intención, contra el
rey, incurrieron en un cautiverio más grave y mucho más duradero al
hacerse merecedores de un grado más severo de cólera.
y no he dicho esto porque no haya leído a Agustín, que parece
6. I Reyes 12, 28. excusar del pecado de rebelión contra el rey a Jeroboan y al pueblo
7. IReyes 12, 16-17.
8. I Reyes 12, 19.
1. II Reyes 24, 1-4.
2. II Reyes 24. 19-20.
360

361
que lo siguió, cuando dice 3 : "dividido el pueblo, reinó en Jerusalén
Roboam, rey de Judá, hijo de Salomón, y en Samaria, Jeroboan, rey tenía que venir a ofrecer sus sacrificios, el pueblo se separase de él y
de Israel, siervo de Salomón, y como Jeroboan hubiese querido per­ se volviese a la estirpe de David como a su raíz real, y estableció la
seguir con la guerra a Roboan como tirano de la parte dividida, al idolatría en su reino, y engañó con inmoralidad criminal a su pueblo
pueblo se le prohibió luchar contra sus hermanos, diciendo Dios por atado por el culto de las imágenes".
medio del profeta que El había hecho esto. Por donde quedó claro De esto claramente se deduce que, aunque en el principio del
que en este asunto no había existido pecado alguno, ni por parte del reinado hubiese recibido del Dios creador su aprobación, sin
rey, ni por parte del pueblo, sino que se había cumplido la voluntad embargo, con el paso del tiempo mostró un espíritu de ambición y
del Dios reivindicador, conocida la cual ambas partes se calmaron un deseo tal de reinar que incluso deseaba reinar por encima o en
haciendo las paces entre si. No se había producido, pues, una divi­ contra de la divina voluntad. Y de este modo en su alma envidiosa
sión religiosa, sino una división de reino". Esto dice Agustín. había juntado el pecado de ofensa de majestad y de división con el
A esta teoría de Agustín, no contradiciéndola, sino más bien de idolatría. Por eso muchas veces en el canon sagrado se le
ajustándome a ella, podría yo añadir que, aunque en el mismo princi­ recuerda como a rey sumamente depravado. Esa es la razón de que
pio de discordia se les excuse de pecado, más adelante, sin embargo, el Libro de los Reyes de Israel generalmente sintetice cuando
Jeroboam, al no aceptar a Dios por el deseo de reinar, añadió la ido­ cuenta alguno de los pecados de los reyes, para que quede claro que
latría, y no solo pecó contra Dios, sino que se hizo también reo de bajo pocas palabras están implícitas muchas cosas 5 ; y no se apartó
ofensa de majestad temporal, por lo menos de intención, al ambicio­ de los pecados de Jeroboan hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel.
nar usurpar la extensión del reino, no confiando en la divina provi­ Realmente aunque es cierto que en Judá hubo algunos reyes
dencia, sino en su maldad. Por eso como dije en las premisas, respe­ que fueron pecadores, también es cierto que hubo otros que fueron
tando siempre el pensamiento de la Iglesia, creo que Jeroboam ha de elogiados por su virtud. En Israel, sin embargo, todos los reyes fue­
ser acusado de deliberado propósito de llevar a cabo la separación ron malos, aunque algunos fueron peores que otros. Por eso el
del reino por medio de pérfidos medios y de malévolo espíritu para mismo Agustín al hablar del reino de Juda dice 6 : "allí, con todo,
sublevarse, aunque ya la divina voluntad no hubiese intervenido. No aunque mucho menos que en Israel, existieron reyes que ofendían
ha de ser acusado de la división inicial que disculpa Agustín, con el gravemente a Dios con sus inmoralidades, y al mismo tiempo se
que, como excelentísimo maestro que es, estimo que hay que estar azotaban moderadamente con el pueblo. En verdad que aquí se ala­
de acuerdo, cosa que también el mismo Agustín muestra indicar sufi­ ban no poco los méritos de los reyes virtuosos. En cambio, en
cientemente cuando un poco más adelante dice4 ; "sin embargo, el Israel, leemos que unos reyes más, otros reyes menos, pero que
rey de Israel, Jeroboan, con pérfido espíritu, no aceptando a Dios, al todos ellos eran condenables". Por estas palabras de Agustín en
que había experimentado como veraz por el reino que se le había cierto modo, en la medida que la humana condición desprovista de
prometido y dado, tuvo miedo de que al venir al templo de Dios que todo prejuicio y temeridad se esfuerza por intentar explicar, se
estaba en Jerusalén, y adonde, según la ley divina, toda aquella gente puede comprender la causa de por qué el cautiverio de las diez tri­
bus que fueron llevadas a Asiria haya sido más cruel y más dura­
dero que el de las tres tribus que, al haberse quedado en Judá, pasa­
3. S. Agustín. De civitate Dei, lib. decÍIIlus septimus, cap. XXI, "De regibus post
Salomonem... " ML, vol. 41, p. 557.
4. S. Agustín. De civitate Dei, líber decÍIIlus septimus, cap. XXII, "De Jeroboan, 5. Reyes II 14, 24; 15,9; 15, 18; 15,24.
qui impietate idolalriae... ", ML, vol. 41, p. 577. 6. S. Agustín. De civitate Dei, líber decimus septimus, cap. XXIII, "De vario
utriusque regni Hebraeorum statu... ", ML, vol. 41, p. 577.
362
363
ron al cautiverio de Babilonia y después del cautiverio volvieron de
nuevo de Babilonia a Jerusalén. Capítulo sexto
Mas para que nadie tampoco se maraville de lo que dije, que las
Mas dejemos aparte esta inserción intercalada para satisfacer al
tribus ascendían al número de trece, y de las que a menudo se
posible dubitante. Al primer ejemplo antiquísimo en el que se vio
escribe que fueron doce, no pasemos en silencio que esto sucedió
correr pareja la ofensa de una y otra majestad, de la divina y de la
por la división de la tribu de José, que se escindió en dos. Al expli­
humana, le va a seguir otro antiguo también, aunque no tanto.
carlo dice Agustín: "las diez tribus que tomó para sí Jeroboan,
Cuando el pérfido Macometo recogió las inmundicias de los errores
siervo de Salomón, proclamado rey en Samaria, eran especialmente
de Arrio, Macedonio, Nestor, Euticides y de otros herejes, y las
llamadas de Israel, aunque este nombre fuese el de todo aquel pue­
aunó cismáticamente dentro de su secta, al momento se rebeló con­
blo. Se le dio el nombre de Judá, en cambio, a las dos tribus de Juda
tra Heraclio, emperador de los romanos. Y al apartarse él y sus
y Benjamín que por David habían permanecido subordinados a la
seguidores de la obediencia del imperio romano, deshizo en gran
ciudad de Jerusalén, para que el reino de su estirpe no desapareciese
parte la monarquía de Roma, abandonando de esa manera no sólo la
por completo, porque era la misma tribu de donde era David. En
pureza de la fe católica, sino también haciéndose él mismo reo de
realidad la tribu de Benjamín, aunque perteneciente al mismo reino,
ofensa a la majestad al ir contra los emperadores romanos que
era diferente de la que nació antes de David el rey Saúl, pero, como
gobernaban terrenalmente aquellas provincias.
se dijo, estas dos tribus se llamaban lo mismo, Juda, y por este
A estos ejemplos antiguos vamos a añadir, como dijimos, un
nombre se distinguían de Israel por el que eran llamadas especial­
ejemplo moderno. Poco ha en Bohemia los husitas -llamados así
mente las diez tribus que tenían su propio rey. Mas la tribu de Leví,
de Juan Hus el que trajo a Praga la perversidad de la doctrina de
sacerdotal, dedicada al servicio de Dios, no al servicio de los reyes,
Juan Vicleph, expulsada y desterrada de Inglaterra por su descarrio
era contada como la tribu decimotercera. En efecto, José, uno de los
y errores- se rebelarían contra la Iglesia de Dios y se atreverían a
doce hijos de Israel, no formó una tribu como los demás, sino dos:
dogmatizar muchísimos errores que más tarde en Basilea se acalla­
Efraim y Manassem. Cierto es también que la tribu de Leví pertene­
ron en parte, al ser puestos en evidencia en brillantísimas disertacio­
cía más al reino de Jerusalén, que era donde estaba el templo de
nes. En el mismo nacimiento de aquella herejía los husitas se rebe­
Dios a quien servía". Estas son palabras de Agustín.
laron contra Segismundo, rey de Bohemia, y no temieron ofender,
ni de manera insolente y vergonzosa hacer huir de Praga a aquel
príncipe, que no sólo era muy preclaro rey de los bohemios por
estirpe, sino también por elección de los romanos, así como rey de
Hungría por matrimonio. Y en verdad que entremezclé aquí ejem­
plos de otras naciones porque no resulta agradable dedicarse a con­
tar lo que, en nuestra propia casa, nos ha sucedido con el conde
Juliano de Tinguitana cuando se determinó a sublevarse contra el
rey Rodrigo, porque al hacer pasar el estrecho del mar Mediterráneo
a los macometistas, a los que llamamos sarracenos, con la criminalí­
sima alianza injurió gravemente tanto a la majestad divina como a
la humana, y a toda la república le infligió tan enormes daños que
hasta el día de hoy no se han reparado en su totalidad. En fin, me

364
365
callo, que también se hicieron otras cosas en otras épocas, aunque alma son semejantes a las del cuerpo, tanto en la peligrosidad como
no de tanta importancia, ni de tan enorme gravedad. en la curación. Y aquí llegamos a aquello de lo que empezamos
Realmente lo que no hay que considerar como cosa nueva es que hablando: de aquel levantamiento --que provocó la pérfida persua­
los que se rebelan contra Dios se rebelan también contra los príncipes, sión de Marcos, a quien citamos anteriormente, o la pérfida persua­
y que los que se enfrentan a la soberanía del príncipe fácilmente llegan sión de algunos otros pocos más- nació una enfermedad. Juzgar el
al pecado de herejía, como que los delitos de herejía y de lesa majestad grado o la medida de esa enfermedad no es competencia mía, sino
se tocan, o por lo menos están tan extremadamente inmediatos que o de Vuestra Real Majestad y de aquellos que en esta materia tienen
uno y otro llegan a encontrarse, o el paso del uno al otro y del otro al poder para juzgar de acuerdo con sus facultades jurídicas.
uno se hace con tanta facilidad, que no diré que se den juntos siempre, Todo lo anterior lo intercalé con la intención de denunciar con
pero sí muchas veces. Y no quiero que alguien crea que yo me saqué qué sumo cuidado los muy poderosos príncipes deben estar atentos
esto de las crónicas como para arrrmaI' que lo que estamos tratando es a arrancar de raíz, por mínimo que parezca, cualquier error que
igual a aquellos excesos. Ni tampoco podría sacarse en conclusión que intente brotar, nacer o levantarse, directa o indirectamente, pública
yo crea que la fe para con Dios y la fidelidad para con los reyes que los u ocultamente, contra la fe católica o contra las cosas tocantes a
españoles tienen arraigados en lo íntimo de los corazones puedan real­ ella. Fácilmente pueden darse cuenta que de la misma insensibilidad
mente en algunos de ellos, aunque en pocos, estar abrumadas por tanta del crimen se puede pasar por proximidad y peligro de contagio a
cantidad de pecados. Porque siendo todos los españoles fuertes en f11'­ otros pecados enormes, pues no hay que considerar mínimo nada
meza de fe y de fidelidad, aunque algunos pocos permitan que estas que vaya contra la fe. Por muy de poca importancia que parezca,
grandes virtudes, la fe y la fidelidad, sean denigradas en ellos, sin hay que ponerle remedio sin dilación, como a un incendio cual­
embargo, no creo que hasta tal punto que, olvidándose completamente quiera. Y no hay que estimar en poco aquella conocida sentencia
de sí, hayan querido descender a esa profundidad de pecados que las del filósofo 1: "un pequeño error en principio, se hace grande al
historias de otros tiempos narran; más bien creería que, reconocida la final". Y Jerónimo dice 2 : "Arrio fue una chispita en Alejandría,
senda, volverían felizmente al recto camino. pero, como no fue sofocada instantáneamente, su fuego causó daños \
Mas así como en los malestares físicos se suele decir que toda en todo el orbe".

enfermedad tiende a la muerte del paciente!~aunque muchas de ellas


son tan leves que uno realmente no teme peligro de muerte por
parte de ellas, a pesar de ello, sin embargo, a todos los males físi­
Por esta razón no resulta ilógico que después de lo dicho acerca

de la gravedad de este error, digamos algo de lo que sería conve­

niente que hiciesen los gobernantes para corregirlo. ,JI


i
cos, por muy leves que sean, hay que administrarles remedio con
oportuna diligencia -no sea que, al dejarlas esparcirse por sí mis­
mos o unirse a otras que muchas veces brotan como consecuencia,
se tomen mortales, así, de la misma manera, hay que prevenir con
sumo cuidado en las enfermedades espirituales, y curarlas con el
correspondiente remedio en la blandura de su principio, no sea que,
al hacerse de más difícil cura, por la larga duración misma, o por la
1. Aristóteles. Los mss. anotan: De coelo et mundo.
unión con otros males, se curen con una mayor dificultad. 2. S. Jerónimo, Commentarium in Epistolam ad Galatas, liber tertius, cap. V
En muchas ocasiones tanto santos doctores como filósofos e (vers. 9), ML, vol. 26, p. 430; en Graciano, Decreti pars secunda, causa XXIV,
quaestio ID, c. XVI, "Mali ab ecc1esia sunt elirninandi", (Resecandae), ML,
insignes oradores dijeron que en cierto modo las enfermedades del
vol. 187, p. 1302.

366 367
Capítulo séptimo darse al raciocinio humano con esta previsión. Y aunque los pue­
blos se dividan en diócesis y ciudades, sin embargo, así como la
Pasemos ya sencillamente a lo que incumba hacer a las autori­ Iglesia es una, es necesario que unO también sea el pueblo cristiano.
dades para hacer volver a la verdad, o castigar, si no quisieren y así como en un solo pueblo de una sola iglesia se requiere un solo
hacerlo, a cuantos, de una manera o de otra, se muestren partidarios obispo que sea la cabeza de todo el pueblo, así en el pueblo cris­
de este error. Está sumamente claro, y lejos de toda discusión, que tiano fue preciso que existiese uno solo como cabeza de toda la
al Romano Pontífice, antes que todos y sobre todos, le pertenece y
tiene sobre los demás el poder de pronunciarse acerca de los casos Iglesia.
Por último, como para unidad de la Iglesia se exige que todos
extraordinarios de este tipo, porque a él también, sobre todos, le se agrupen en la fe, es lógico que para conservar la unidad de la
toca defender la fe y, si algo se levanta contra ella, extirparlo por misma sea uno solo el que presida la Iglesia, por si se planteasen
completo, e igualmente dilucidar, si reconoce que le atañe, cual­
discusiones en torno a las cosas propias de la fe, para que no se
quier pasaje de doble sentido si de alguna manera se sale de lo esta­
divida la Iglesia por la diversidad de opiniones, y para que perma­
blecido, porque aunque todos los prelados, y también los príncipes,
nezca en la unidad por la resolución de uno. y si de la sinagoga se
así como los simples individuos, en la medida de sus fuerzas y
dice 4 que más debla hacer por mi viña, cuánto más se ha de afirmar
jurisdicción, están obligados a defender la misma fe y los artículos
de la Iglesia a la que Cristo no abandona en las necesidades y a la
de fe, sin embargo, el señalar límites en lo que parece dudoso o aña­
que amó tanto que derramó su sangre por ella. Por consiguiente, no
dir un nuevo artículo, si no se aparta de los artículos establecidos,
solamente no se ha de dudar que por mandato de Cristo uno solo
sino que razonablemente se puede volver a traer a ellos, es compe­
preside toda la Iglesia, sino que nadie debe dudar tampoco que el
tencia exclusiva del Romano Pontífice.
gobierno de la Iglesia esté perfectísimamente organizado, como que
Como Tomás! enseña, porque la fe de toda la Iglesia debe ser
ha sido dispuésto por Aquél por quien los reyes reinan y por quien
una, según aquello del apósto12: esto mismo digáis todos y no
los legisladores juzgan con justicia. El mejor gobierno de muchos
hagáis cisma entre vosotros. Y esto no podría ser cumplido, a no
está en que sea gobernado por uno solo, lo que se desprende lógica­
ser que la discusión, nacida de la fe, fuese delimitada por aquel que
mente de la f'malidad del gobierno. y puesto que el objetivo del que
preside la Iglesia, para que de esta manera su dictamen sea firme­
gobierna es la paz y la unidad de los súbditos, uno es más conforme
mente guardado por toda ella. Es muy lógico, pues, que cuando se
con el principio de unidad que muchos. Es muy apropiado, por
presente un caso, el Sumo Pontífice que gobierna la Iglesia univer­
tanto, que el gobierno de la Iglesia haya sido dispuesto de manera
sal tome las medidas necesarias revelando y solucionando las
que uno solo la presida a toda ella.
dudas, cosa que está muy de acuerdo con la razón. El mismo Tomás Por otra parte hay que tener en cuenta también que la Iglesia
al escribir contra los gentiles3 demuestra con abundancia de argu­ militante, por semejanza, se deriva de la Iglesia triunfante, no por
mentos válidos que esto se puede probar no sólo por autoridad
otra razón Juan, en el Apocalipsis, vio una casa que bajaba del
divina, sino también por razón humana. Consideremos con devota
cielo, y a Moisés se le mandó que hiciera todas las cosas según el
humildad hasta qué punto la autoridad divina se ha dignado acomo­
modelo que se le había hecho ver en el monte. En la Iglesia triun­
fante preside solamente uno, el Mismo que preside todo el universo.
l. S. Tomás, Summa Theologica, 2. 2, q. 1, a. 12. Este es nuestro Dios, y no habrá que pensar que es de otro diferente
2. 1 Corintios 1, 10.
3. S. Tomás, Summa con.tra Gen.tiles, IV, 76.
4. Isaías 5. 4.

368 369
de El de quien se escribe, serán de su mismo pueblo y su Dios
estará con ellos. De la misma manera, por consiguiente, en la Igle­ Capítulo octavo
sia militante es uno solo el que gobierna a todos, por eso uno de los
profetas diceS: los hijos de Juda y los hijos de Israel se juntarán en y efectivamente, teniendo en cuenta esto, los sumos pontífices
uno, y la Verdad dice 6 : se hará un solo rebaño y un solo pastor. Y en sus respectivas épocas, y con suma diligencia procuraron tomar
no obsta a esto que una sola cabeza y uno solo sea Cristo, que es el las medidas necesarias contra los errores que surgían, por eso decía
solo esposo de una sola Iglesia, porque el mismo Cristo hizo tam­ el papa Sixto l : "no me olvido de que presido la Iglesia bajo el nom­
bién de manera perfecta todos los sacramentos de la Iglesia. El bre de Aquél cuyo reconocimiento fue glorificado por el Señor
mismo, es el que bautiza, El mismo es el que perdona los pecados, Jesucristo, y cuya fe jamás favorece la herejía, sino que destruye a
El mismo, es el sacerdote que se inmol6 en el ara de la cruz y por todos los herejes. Entiendo, pues, que no me es permitido hacerlo
cuya virtud todos los días se consagra su cuerpo en el altar. Sin de otra manera que consagrando todos mis esfuerzos a aquella
embargo, como no había de estar corporalmente con todos los fieles causa en la que la salud de la Iglesia sea atacada". Y dice el papa
en persona, escogi6 ministros por medio de los cuales administraría Juli0 2 : "en la consideraci6n de nuestro deber, a nosotros, sobre
este cuerpo a los fieles. Y por la misma raz6n por la que habría de quienes pesa una mayor preocupaci6n por la totalidad de la religión
ocultar su presencia corp6rea a la Iglesia, fue necesario que con­ cristiana, ni nos es propio el despreocupamos, ni nos es propio el
fiase a alguien sus veces para que en su lugar velase por toda la derecho de permanecer callados".
Iglesia. Por eso le dijo a Pedro antes de la Ascensi6n 7: apacienta Con raz6n, pues, cuando nace algún error y se trae al conoci­
mis ovejas, y a él también antes de la Pasi6n le había dich08: tú, una miento del pontífice romano, éste, pospuesta toda tarea, debe perse­
vez convertido, confirma a tus hermanos, y solamente a él le dij09: guirlo con todo empeño hasta su extinción. Y así como es pertinente
a ti te daré las llaves del reino de los cielos". Esto dice Tomás. y está muy conforme con su plena potestad que él proclame lo que
sea dudoso, si por alguna parte brota, también 10 es que él defienda
aquello que no ofrezca duda por haber sido establecido por los mis­
mos apóstoles, no proclamando una nueva ley. sino manteniendo lo
establecido con firmeza. Dice el papa Urban0 3: "hay quiénes dicen
que al romano pontífice siempre ha sido licito establecer leyes, lo
que nos no s610 no negamos, sino que categóricamente lo afirma­
mos, pero debe entenderse con el mayor cuidado, que puede esta­
blecer nuevas leyes allí donde los evangelistas no dijeron nada en
absoluto. En cambio en donde claramente el Señor, o sus ap6stoles,

1. . Sixto II, papa, "Ad Gratum episcopum", en Graciano, Decreti pars secunda,
causa XXIV, quaestio 1, c. 10, "Fides romanae ecc1essiae ..... (Memor sum),
lVIL, vol. 187, p. 1268.
5. Oseas 1, 11. 2. S. Julio, papa, "Ad episcopos orientales", en Graciano, Decreti pars secunda,
6. Juan 10, 16. causa XXIV, quaestio 1, c. XXIII, "Christianae religionis zelum..." (Officii
7. Juan 21, 17. nostri), lVIL, vol. 187, p. 1269.
8. Lucas 22, 32. 3. Urbano, papa, en Graciano, Decreti pars secunda, causa XXV, quaestio 1, c.
9. Mateo 16, 19. VI, "In quibus Romano Pontifici licet novas condere leges" (Sunt quidam),
lVIL, vol. 187, p. 1321.
370
371
o sus seguidores, los santos padres, establecieron algo bajo forma Capítulo noveno
de sentencia, allí el romano pontífice no puede otorgar una nueva
ley, sino más bien lo establecido debe mantenerlo con el alma y con Pero ya qii'é, como dicen algunos de los que intentan provocar
la vida", esta ruptura dentro de la unidad de la Iglesia, parecen aducir como
Esta unidad acerca de la cual comenzó mi tratado no es necesa­ razón el haber descubierto que algunos de los descendientes de sangre
rio repetirla al estar fundamentada en las premisas y al haber sido israelita judaizaban en la ciudad, cosa que en tanto no esté totalmente
proclamada en pasajes de ambos testamentos, tanto por boca de los comprobada con hechos no se puede ni admitir, ni negar, antes habrá
profetas como de Cristo Nuestro Señor y de sus apóstoles. De aquí que esclarecer la verdad de esos hechos, y, por consiguiente, así como
claramente se deduce que en relación con esta unidad al romano hay que proceder, porque están en el error, contra los que quieren
pontífice lógicamente le incumben dos cosas: romper la unidad de la Iglesia y volver a introducir las diferencias de
La primera de ellas es dar a conocer universalmente a todos los origen carnal anuladas por Cristo, de la misma manera habrá que
fieles, por medio de sus epístolas, que esta afirmación y chispa de reprimir muy enérgicamente a los que purificados por el agua del bau­
división es errónea y está fuera del recto camino de la fe católica, tismo se vuelven al vómito del judaísmo, porque la pureza de la reli­
para que en la medida y capacidad a que cada uno de los fieles está gión cristiana y la novedad purísima de la ley evangélica no tolera
obligado, tanto más diligentemente se alejen del emponzoñamiento herrumbre alguna, sarro, malas costumbres del antiguo judaísmo o del
de este error cuánto más ¡mue, humilde y devotamente, escuchen y paganismo; todo 10 contrario, detesta toda judaización y paganización.
sigan los consejos, mandamientos y doctrinas del sumo pontífice y Con sumo cuidado, pues, hay que evitar consentir que error
vicario del supremo pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y su represen­ alguno de este tipo pase sin ser corregido o sin ser castigado, y donde
tante en la tierra. Es, pues, de necesidad de salvación creer en una quiera que se tenga sospecha de alguno, averigüese con diligente acto
Santa Iglesia católica, y creer en lo que ella enseña y predica, de tal quién es el culpable, y el encontrado culpable sea expulsado de la con­
manera que a cualquiera, según el grado de su dignidad o estado, le gregación de los fieles, y los partidarios sean castigados con canónica
toca defenderla con corazón fiel y mano pronta. severidad. El derecho no dejó esto sin previsión, ya que de múltiples
La otra cosa que al sumo pontífice le incumbe es proceder con­ maneras y con admirable disposición se ocupó en prever penas, tanto
tra los que están en el error, y contra los que favorecen ese error, canónicas como civiles. Intercalarlas aquí sería muy poco oportuno
por medio de la censura eclesiástica y otros recursos del derecho, y por lo muy evidente para cualquiera entendido en derecho. Por 10
mandar que se proceda a través de sus ordinarios, y que los fieles tanto, el que los convictos del reprobable delito de judaizar hayan
también, para la extirpación de este error y de los que están en el merecido justa sentencia de condena de acuerdo con las disposiciones
error, impulsen la corrección, si ésta es posible, o el castigo, si es canónicas, es un hecho justísimo, digno de alabanza, no de censura
imposible la corrección. Semejante responsabilidad, por cierto, les alguna. E igualmente lo es lo que en estos días sucedió con ciertos
incumbe dentro de sus diócesis a los prelados, porque 10 que el individuos de una región montañosa vecina nuestra, que, volviendo de
Sumo Pontífice, que es la cabeza de la Iglesia universal, enseña y nuevo a antiquísimas ideas y pensamientos erróneos del antiguo paga­
predica universalmente, se infiere que hay que enseñarlo y predi­ nismo, y tratando de defenderlas con terco espíritu, y rehusando ade­
carlo por todo el mundo; aquellos que han sido llamados a colabo­ más reverenciar a la santa cruz y al sacratísimo cuerpo de Cristo Nues­
rar, particularmente lo cumplirán en las diócesis a ellos confiadas. tro Señor, oculto bajo el piadosísimo y admirable sacramento, y no
queriendo ya no digo adorarlo, sino mirarlo, declarados herejes perti­
naces e incorregibles por su obispado, por medio del poder secular y

372 373
confonne al rigor de las leyes fueron consumidos por el fuego. Hasta la divina providencia permite que existan muy diferentes herejías,
tal punto eran los tales tan tercos que se cuenta que una niña de esa para qu~uando nos ataquen y nos pregunten lo que no sabemos,
secta, a la que por su tierna edad y debilidad de sexo los jueces habían sacudamos la pereza y deseemos haber conocido las Sagradas Escri­
querido perdonar, y a la que habían llevado a presenciar el suplicio de turas. Por esa razón dice el apóstol, es necesario que haya disensio­
los otros para que con el espanto del fuego en que sus compañeros nes también entre vosotros, para que se ponga de manifiesto quiénes
desgraciadamente se abrasaban, aterrada, se enmendase, escapándose son de probada virtud entre vosotros, porque son de probada virtud
de los que la sujetaban por las manos se arrojó espontáneamente a la ante Dios los que son capaces de enseñar rectamente".
hoguera y al instante fue consumida por la violenta fuerza del fuego. En consecuencia no solo creo que hay que eliminar de los tér­
¿Quién, pues, no pensará que ella estaba profundísimamente minos cristianos el error de los que quieren introducir las diferen­
emponzoñada por la mancha de la herejía, cuando después de cias de origen carnal, sino que también hay que purificar y arrojar
rogada, no solamente no pudo librarse del maleficio de la herejía, muy lejos toda suciedad e inmundicia de los que vuelven a caer en
sino que tampoco pudo escaparse del suplicio del fuego hacia el que la ceguera del judaísmo o de cualquier paganismo o sórdida secta.
aquel maleficio le arrastraba? No es nuevo, pues, que en diferentes ¿Quién 10 duda? Y donde quiera que con indicios de certeza haya
partes del mundo se encuentren personas que yerren o que sean here­ sospecha de algún error, aquél a quien le compita por obligación
jes, algunas de las cuales, a través del paso de los tiempos, descen­ debe hacer uso de habilísima escrupulosidad para sacarlo a la luz, y
dieron de sangre israelita, otra de sangre gentil, aunque en épocas los que fueren encontrados culpables vuelvan al buen camino de
cercanas hubieran tenido abuelos y padres cristianos; sin embargo, la acuerdo con las disposiciones canónicas, si renuncian a la herejía;
perfidia de los que justamente fueron condenados no arroja mancha en cambio, los obstinados o los declarados por la autoridad eclesiás­
alguna, "rubíginem", o sospecha de pecado sobre otros ciudadanos tica como reincidentes en herejía, negada con falso juramento, sean
de su origen, ni tampoco sobre sus familiares o amigos de otro castigados por el poder secular con muy justa severidad.
tiempo, porque los inflamados por el fuego de la fe, posponiendo la
amistad y los lazos de sangre, arrastraron a la Iglesia, contra su
voluntad, a aquellos que eran desleales para que tomaran a la verdad
de la fe o sufrieran el castigo. Consecuentemente los montañeses
católicos no merecieron infamia de complicidad por la infidelidad de
los herejes, más bien merecieron alabanza por la pureza de su fideli­
dad y por la fuerza de su celo, pues Dios, de vez en cuando, permite
que surja la maldad de los herejes para que sean castigados los cul­
pables del delito, para que los fieles se ejerciten, para que saliendo
de cualquier estado de embotamiento, conozcan con más profundi­
dad la Sagrada Escritura, y para que con sus argumentos atraigan a
los impíos a la rectitud. De aquí que San Agustín diga1 : "por 10 tanto

1. S. Agustín, de Genesi contra Manichaeos. liber primus, cap. 1, 2, ML, vol. 34,
p. 173; en Graciano, Decreti pars secunda, causa 24, quaestio 1, c. XL (Ideo
divina), ML, voL 187, p. 1318.

374 111 375


Capítulo décimo

A los jueces seglares, en realidad, de los cuales los principales


-
los patriarcas, quien con atrevimiento temerario trata de reprochar
aquella sangre de la cual El se dignó descender carnalmente, y con­
son los reyes y después de ellos el resto de las autoridades, les atañe secuentemente denigra, y no poco, el honor de la bienaventurada e
el defender la integridad de la fe y la unidad del pueblo cristiano inmaculada María, su madre, así como el de los santos varones que
con el máximo interés y con la espada temporal, y el castigar con la a través de los tiempos descendieron de aquellos padres?
fuerza de su rigor a Jos que la ataquen, y el mandar que con justa ¿Quién más desvergonzadamente desprecia el fruto del parto de
severidad castiguen a los condenados que hayan sido señalados por su madre que aquél que como otro faraón intenta matar, y sin culpa
la Iglesia Con el delito de cisma o de herejía. alguna por' parte de ellos, a los nacidos de las entrañas de la Iglesia,
y esto en verdad está tan claramente expuesto en las sanciones cuya imagen representa Sara, y a los limpios desde el vientre de la
del derecho que no necesita razonamiento, ni hay necesidad de fuente bautismal por medio del sacerdote como por comadrona?
explicación de las leyes. Y el que quisiere indagar atentamente estas Porque no es menos el quitar la fama y acusar de infamia al ino­
cosas encontrará, a través tanto de los textos como de las glosas o cente que el dar la muerte corporal. Por eso Juan el apóstol dice 2 :
de los comentaristas, qué pasos hay que seguir en el proceso de este todo aquel que aborrece a su hermano es homicida y todo homicida
asunto; no obstante, no dejaré de intercalar aquí aquello de Salomón no tiene parte en el reino de Cristo y de Dios, y el Papa Alejandro
que dice así1: al que escarnece a su padre y pisotea el respeto de su dice 3 : "el acusar y denigrar a los hermanos es la mayor iniquidad".
madre, cuervos del valle le saquen los ojos y aguiluchos le devoren. Lo que esto pone de manifiesto es que el difamar es un delito tan
AÍrrmaron los santos doctores que bajo el ojo del que escarnece reprochable que el que difama es considerado peor que el que roba.
a su padre y del que menosprecia el fruto de su madre, se entienda a Anacleto dice de los difamadores 4 : "peores son los que corrompen
los heréticos y a los que están en error. Mas aunque sea aplicable a la conducta y las costumbres de los instruídos que los que saquean
todo error, no sé, sin embargo, a quién sea más claramente aplicable los bienes y las posesiones de los otros, porque éstos nos quitan lo
que a aquél que es el seguidor de este error, que intenta atraer de que, aunque sea nuestro, está fuera de nosotros. Y también son peo~
nuevo la diferencia de la que hicimos mención más arriba, y según res los detractores y los corruptores de costumbres, o los que se
la generalidad de la antigua sangre distinguir a los unos de los otros arman contra nosotros, o especialmente nos engañan a nosotros
con merma del honor. De manera manifiesta escarnece al padre el mismos. Y por eso justamente son infames y con razón se encuen­
que menosprecia al hijo, porque recae sobre el padre el honor que tran desterrados de la Iglesia". Engañar aquí hay que entenderlo
se da al hijo. ¿No es evidente, pues, que de manera vergonzosa también como mintiendo a otros, para que piensen mal de nosotros,
menosprecia a los muy honrados y antiguos padres, más bien a los engañándolos para que nos perjudiquen en la medida de sus fuerzas;
patriarcas Abrahan, Isaac y Jacob, quien juzga despreciables, por aunque, en realidad, el que mintiendo deshonra a otro, más se daña
más fieles y católicos que sean, a los que por la procreación de la a sí mismo que al otro.
carne descienden de ellos, por el mero hecho de que descienden de
su pueblo?
2. Juan Epístolas 1,3, 15.
Mas ¿qué digo de menosprecio de patriarcas, cuando abierta­ 3. Alejandro papa, en Graciano, Decreti pars secunda, causa VI, quaestio 1, c. 16
mente menosprecia a nuestro señor Jesucristo, príncipe y señor de (Summa iniquitas), ML, vol. 187, p. 732.
4. Anadeto papa, en Graciano, Decreti pars secunda, causa VI, quaestio 1, c. XV
(Deteriores), ML, vol. 187, p. 732. En la epístola Anacleto habla en primera
1. Proverbios 30,17. persona. Alonso lo presenta en segunda persona, aunque en ambos manuscritos
figura también en primera persona.
376
377
Así pues, manifiesta seguir las huellas del faraón el que a los
"
Mas sigamos adelante, ¿acaso no desprecia el fruto de su madre
hijos de la Iglesia desea causarles difamación de honra que es como el que no se avergüenza de desdeñar a su hermano nacido del fruto
una muerte espiritual. Mas ¿qué es lo que dice la escritura?5: Las de la Iglesia? A este ojo escarnecedor y displicente deberían arran­
parteras eran temerosas de Dios y dejaron con vida a los niños. Por carlo los cuervos de los torrentes y devorarlo las crías de las águi­
la palabra parteras es justo que se entienda en primer lugar los las. La misma "apostilla" de los doctores nos hace ver que cierta­
romanos pontífices y después cuantos en la Iglesia tienen las llaves mente los cuervos representan los prelados y doctores de la Iglesia,
de Dios para atar y desligar, para abrir y cerrar. Estos, pues, poseen y se muestran visiblemente negros, en cierto modo, por la austeri­
el arte y la ciencia de ejercer espiritualmente el oficio de partera dad de la vida y por el desprecio de la felicidad del mundo. Esa es
cuando litúrgicamente, en representación de la Iglesia, sacan del la razón por la que muchos de los que obedecen reglas usan ropa
vientre de la madre a los fieles que se bautizan, de tal manera que negra y oscura para semejar huir de la hermosura física mundana y
así como a los que yacen dentro de la oscuridad de las entrañas de temporal. Estos cuervos de los barrancos, pues, arrancan el ojo
la carne se les trae hacia esta luz temporal por mano de la partera, escarnecedor, cuando haciendo salir al erróneo, o herético, de las
así a los ciegos por las tinieblas de la infidelidad, por medio de la madrigueras de la malicia y de la inmundicia de la sucia sentina de
lengua del que administra el bautismo al proferir las palabras apro­ los sofismas, con el cuidadosísimo pico de las escrituras lo ponen
piadas, se les conduce como por mano de partera a la luz verdadera claramente al descubierto ante los poderes seculares para que las
que ilumina a todo hombre que viene a este mundo, al sol verdadero crías de las águilas 10 devoren.
de justicia, Cristo nuestro Dios; y a los guiados se les alimenta espi­ Con el nombre de águilas el sagrado canon algunas veces hace
ritualmente con algunos sacramentos. que sean representados los príncipes y la milicia armada, pues dice
La dirección de almas es, como se dice, el arte de las artes, y al uno de los profetas al hablar de Nabuconodosor 8 : la gran águila de
igual que de aquellas parteras se dijo porque 6 las parteras temieron grandes alas, y lo mismo David al llorar la muerte de Saúl y de
a Dios y Dios consolidó sus casas, así de estas parteras espirituales, Jonathan, alabándolos. decía9 : más veloces que las águilas. más
especialmente de los pontífices y de otros prelados de la Iglesia fuertes que los leones. Con el nombre, pues, de estos dos animales,
que, temiendo a Dios y no siguiendo los malos pensamientos de los porque de alguna manera tienen la supremacía entre el resto de los
mal intencionados y de los detractores, a los nacidos del bautismo mismos, se designa muy a menudo a los reyes y a los príncipes. Del
les cuidan el honor y la honra que ha de ser tenida en el puesto de la mismo Cristo se dice 1o: ha vencido el león de la tribu de Judá. De
vida, mejor dicho, más aún que en el de la vida temporal. Hay que aquí que no absurdamente el imperio romano pinte un águila, y
confiar firmemente en que las casas, en este caso las conciencias, Vuestra Excelencia un león, en las divisas que comunmente desig­
han de ser consolidadas por Dios por medio de la gracia para que en namos con el nombre de armas para señalar una determinada forta­
el futuro, por la gloria, tengan eterna morada en aquella casa del leza y superioridad con la imagen de cualquiera de estos animales.
Señor de la que el profeta dice 7 : ¡Cuán grande es la casa de Dios y Vuestras divisas le añadieron al león también el castillo para que
cuán vasto su dominio, grande es y no tiene término, alto e una y otra acción, la agresiva y la defensiva, se vieran con mayor
inmenso! evidencia en la representación de la misma figura, porque es mani­

5. Exodo 1, 17. 8. Ezequiel 17,3.


6. Exodo 1,21. 9. Reyes l. 23.
7. Baxuc 3, 24. 10. Apocalipsis 5, 5.

378 379
fiesto que el león representa la actividad agresiva y el castillo la
Capítulo undécimo
actividad defensiva correspondiente a la fortaleza, pero de esto, dis­
poniéndolo Dios, hablaremos con mayor amplitud si fuere conve­
En aquella oportunidad en que me tomé la tarea de escribir
niente para otro propósito.
estas cosas para aplastar en su mismo nacimiento el error que algu­
Ahora volvamos a la esencia de nuestra intención. No se llama
nos se esforzaban por introducir, y del que nació el tratado, aunque
águilas, por consiguiente, sin ningún sentido a todos cuantos tienen
incidentalmente toqué algunos puntos relacionados con otros delitos
la primacía secular, o algún poder de jurisdicción procedente de
que dicen seguirse de aquél o por aquél, sin embargo, mi propósito
aquella supremacía. De modo que nadie, de acuerdo con su poder y
no es acusar a nadie, pues existe quien pueda hacerlo y juzgarlo. Yo
alcance de jurisdicción y de territorio, deje para después el devorar
poco hice y, gracias al testimonio de las Sagradas Escrituras y de
el ojo que escarnece al padre y desprecia el parto de su madre, una
otras autoridades incontradecibles, ha sido la flaqueza de mi pluma
vez extraído de los torrentes del error por los cuervos, que son los
la que ha podido refutar lo que intentaba romper la indivisibilidad
jueces eclesiásticos. Esto es, procedan con justo rigor contra el erró­
de la unidad cristiana. Acuse otro, pues, si quisiere, otros delitos
neo o el herético declarado pertinaz e incorregible por un juez ecle­
que se dice que han provenido de éstos.
siástico competente y entregado al poder secular. Y esto está com­
Yo, queriendo poner fin a los pensamientos que he comen­
pletamente establecido por las penas canónicas en multitud de
zado, afirmaría responsables de esta culpa, en la medida que sea
lugares yen clarísima doctrina, y no sólo ha de entenderse de los
lícito hacerlo, solamente a unos pocos, porque aunque los delitos
seguidores de este error, si los hay, sino de todo el que esté en error
se digan perpetrados en aquella ciudad insigne y muy poblada, yo
o sea herético, ya sea hallado culpable de introducir un nuevo error,
ya de seguir uno antiguo. no juzgaría culpable a toda la ciudad, ni al conjunto de los ciuda­
danos, mas aún, de entre los que intervinieron en los hechos yo no
Por consiguiente, todo judaizante o paganizante, o que de cual­
los juzgaría a todos culpables, y de entre los culpables a algunos
quier manera se aparte de la fe católica recibida, ha de ser reprimido
los consideraría con menos culpa, de tal manera que a algunos los
por el juez eclesiástico, y si es posible, al arrepentido hay que vol­
juzgaría completamente inocentes y a muchos, delincuentes leves.
verlo al recto camino de la fe; al pertinaz, en cambio, o al declarado
No se puede decir en modo alguno que este montón de delitos y
por el juez eclesiástico como reincidente de herejía con falso jura­
los daños de ellos derivados hay que atribuirlos a aquella ilustre
mento, el poder secular tiene que castigarlo de acuerdo con la ley.
ciudad, en cuanto a ciudad, de la que y en la que se dice que han
tenido lugar, sino que hay que atribuirlos a aquél o a aquellos que
fueron los promotores de esta situación. Porque no puede decirse
que ha hecho esto una ciudad de la que estaban ausentes, expulsa­
dos por la violencia del pueblo, las autoridades y aquellos a quié­
nes les incumbía el trabajo de gobernar la república, y que no
hubieran podido permanecer seguros dentro de la ciudad, o
habiendo salido de ella, no hubieran podido regresar, a no ser que
hubiesen querido ser partícipes de aquel levantamiento y de los
crímenes que de esta situación se seguían. Y esto lo considero tan
obvio y tan conforme con la razón que no necesita de demostra­
ción alguna.

380
381
Mas para que esto quede más que suficientemente claro, me
muerte", porque por definición del arado, nace la urbe en la que se
parece conveniente aclarar que, aunque en nuestra lengua popular
establece una ciudad, y muere una vez metido el arado para su des­
cuando queremos hablar de alguna ciudad, ya para referirnos al
trucción.
asentamiento material de ella, calles o murallas, ya para referirnos a
Esta es la razón de que en estos contornos desde antiguo se
su población o a su gobierno, usamos solamente la palabra ciudad, y
haya arraigado la costumbre de que a los lugares llamados behe­
ya hablemos de éste o de aquel punto de vista a aquella a la que nos
trías, para que se les vuelva a llamar lugares desiertos, aquellos
referimos, la llamamos ciudad; sin embargo, la lengua literaria que
nobles que alegan su derecho de propiedad acostumbran a ararlos
llamamos latina, a estas acepciones les dio dos nombres que no hay
con sus propias manos para que se vea que están completamente
que creer que han sido sin motivo, sino para que de ellos, tomados
extinguidos y sin vida. Porque, de ser habitados antes de ararlos,
bajo concisa y apropiada significación, uno lo refiramos a la exis­
estos lugares no se considerarían como behetrías que son de vasa­
tencia material e informe de la ciudad, el otro, en cambio, a la parti­
llaje mudable, sino como lugares nuevos bajo el vasallaje perpetuo
cipación política de los ciudadanos. Estos nombres son urbe y ciu­
dad. de aquellos nobles que los hicieron surgir con el arado, como nacen
y mueren con el'arado todas las urbes y villas.
Bajo el nombre de urbe parecen estar comprendidas las mura­
Realmente la palabra ciudad tomada en su estricto sentido se
llas y las torres, las calles y las casas, y otras cosas de este tipo que
refiere a una agrupación o comunidad de ciudadanos. Por eso otro
conciernen al estado material. Por esta razón uno de los juriconsul­
de los jurisconsultos dice que 4 "la ciudad puede quedarse compro­
tos dice l : "la denominación de urbe se acaba en las murallas, la de
metida por un préstamo, pero no las murallas, ni las torres reciben
Roma, pues, en los edificios que la rodean"; lo que Marcelo expli­
el préstamo, sino los ciudadanos". Por consiguiente, cuando algo
cando con más precisión dice, la urbe romana es la que esta circun­
sucede en las ciudades, aunque se diga que sucede por la violencia
dada por las murallas. Roma es, y lo serían también, los edificios
del pueblo, o por el poder de un tirano, o por cualquier otra razón,
que encierra, pues pensar en una Roma con solamente muralla, no
las urbes de acuerdo con la primera acepción siguen siendo las mis­
se podría entender en el lenguaje corriente cuando dijéramos que
mas, ya que están rodeadas por las mismas torres y murallas, y
íbamos a Roma, aún cuando viviéramos fuera de la ciudad. Y esto
siguen situadas en el mismo lugar del emplazamiento. Por lo tanto
está tomado de la significación propia de la palabra y de su empleo.
en este aspecto son numéricamente las mismas y se les llama por el
Por eso dice Pompey02, "de urbo se ha llamado urbe". Urbare es
mismo nombre que se les solía llamar antes de los levantamientos.
delimitar algo con el arado. Y Varo dice que se llama "urbem" a la
En cambio, teniendo en cuenta la segunda acepción, aunque se
curvatura del arado que acostumbra a emplearse en la fundación de
sigan llamando todavía por el mismo nombre, realmente no son
una urbe. Con el arado, pues, solían ser fundadas y destruídas las
iguales. El nombre ha de ser considerado como equívoco, como
ciudades. Por esa razón otra ley civil dice 3 : "si la ciudad sufre el
cuando le llaman a veces al nieto por el nombre del abuelo, a pesar
arado como lo sufrió Cartago, en cierto modo deja de ser ciudad por
de que es un individuo diferente del abuelo.
A esto no parece oponerse lo dicho por otro jurisconsulto que 5
1. Jurisconsulto, en Corpus Juris Civilis, "Dígeslorum", liber L, tit. XVI, "De
"consideraba como a un mismo pueblo tanto al actual como al que
verborum significatione", 2 (Urbis appellatio murls), vol. 1, p. 1866.

2. No es Pompeius, es Pomponius, en Corpus Jurís Civílis, "Digestorum", liber


4. Jurisconsulto, en Corpus Jurís Civilis, "Digestorum". liber XII, tito 1, "De rebus
L, tit. XVI, "De verborum significatione", 239 (Pupillus est), 6, vol. 1, p. 1891.
3. Ley Civil, en Corpus Juris Civills, "Digestorum", liber VII, tito IV, "Quibus creditis, si certum petatur", 27 (Civitas mutui dationi), vol. 1, p. 478.
modis ususfructus", 21 (Si ususfructus civítatis), vol. 1, p. 367. 5. Jurisconsulto, en Corpus Juris Civilis, "Digestorum", liber V, tit., "De judiciis
et ubi quisque agere vel convenire debeat", 76 (Proponebatur), vol. 1, p. 307.

382
~; r ~ ;r\W!."'~ 1.....' '" r· ~;"" .""

383
~: i ~:~' ~ ... : \ " ¡ " , "

~
hubiese existido hace cien años, aún cuando ninguno de ellos exis­
tiera ahora. De la misma manera también se consideraría que una Capítulo duodécimo
sería la misma nave, aún cuando hubiese sido tan restaurada que no
le quedase ninguna tabla de madera que no fuese nueva, porque per­ Debemos recordar, para que esto resulte un poco más claro, que
manece la misma bajo la misma especie". Por eso el mismo juris­ las cosas humanas están compuestas de forma y materia. Y así
consulto añadió al final de la ley "que una cosa cuya especie se como la forma da el ser a la cosa y la conserva en el ser, al desapa­
mantiene igual se considera la misma cosa". recer la forma, la cosa misma deja de existir, y al aparecer otra
De lo que perfectamente se deduce que la identidad de una cosa forma, se produce otra cosa. Por eso al ser el alma racional la forma
está fundada en la identidad de especie. Cambiada la especie, se propia del hombre, cuando el alma se separa y abandona al cuerpo
cambia también la cosa, lo que se ve clarísimamente en el ejemplo humano, en realidad, no subsiste el hombre, sino que la forma de
anterior. Pues si de las tablas de un barco se hiciera una casa, o un cadáver, al penetrar en el cuerpo cadáver, establece la apariencia de
casco, o una embarcación de otra especie, realmente no se diría que hombre hasta que sean llamados los hombres a juicio universal,
la nave seguiría siendo la misma. Lo mismo, pues, se diría del pue­ cuando resurja el mismo hombre al entrar de nuevo el alma en el
blo que establece un gobierno: cambiada la especie de gobierno, la cuerpo que había abandonado, o hasta que algunos, por un especial
ciudad no sigue siendo la misma, aunque siga rodeada por las mis­ milagro divino, resuciten, como ha sucedido a veces por omnipoten­
mas torres y murallas. cia divina.
y esto que con facilidad se comprende en los cuerpos materia­
les, a semejanza de ellos el que quisiere comprenderlo también lo
comprenderá en las cosas místicas, como son las asociaciones, las
sociedades, y gran número de pueblos solidariamente unidos, y a
los que se acostumbra a llamar cuerpos místicos, pues muestran
tener materia y forma, o algo en el lugar de la materia y algo en el
lugar de la forma. Y como esto es evidente, también resultará evi­
dente al que 10 piense, que no se le llamará ciudad a una multitud de
hombres, aunque permanezca reunida en un mismo lugar, a no ser
que ordenamente tienda al bien de la felicidad, porque todas las ciu­
dades y toda participación humana aspiran a algún grado de
gobierno. Así vemos que en las agrupaciones guerreras las gentes se
unen por un interés, y que algunas veces se agrupan bajo una misma
estacada, que es como una fortificación de madera que llaman
palenque, no forman ciudades, sino que constituyen una agrupación
de gentes a la que llamamos ejército.
Es necesario, pues, para esto, es decir, para que se establezca
una ciudad, que los hombres se reunan allí para bien vivir y hacer
cosas en común orientadas a la felicidad práctica que pueda tenerse
en esta vida, y que en la república cristiana es la felicidad eterna la
que se persigue como último fin, aunque las gentes que desconocían
384
385
a Dios parecían esforzarse, como en su aspiración final, en la felici­
dad práctica hacia la que tiende el conocimiento humano, y aún juzgar en materia alguna. De 10 cual resulta lógico que se les consi­
algunos de ellos, reflexionando más profundamente, se proponían derase tres ciudades en una misma urbe. No sé si hoy día sigue exis­
alcanzar la felicidad contemplativa en el más alto grado del tiendo en la urbe de Praga esa pluralidad de ciudades o existe algún
gobierno más perfecto, que muy difícilmente se alcanza. Nosotros, cambio. Nunca oí que de esa pluralidad se hubiera originado pro­
en verdad, no admitimos como último fin, ni la felicidad práctica, ni blema alguno.
la felicidad contemplativa que se pueda conseguir en esta vida, sino Si buscamos un ejemplo de lo contrario, de varias urbes en una
que al establecer las ciudades, por medio de ellas, como a través de sola ciudad, lo tenemos a la puerta de la casa y no se 10 pediremos
cierto camino, enderezamos nuestros pensamientos hacia la biena­ prestado a ningún país extranjero. ¿Acaso no existe cerca de noso­
venturanza eterna como al supremo y último fin. tros una fortaleza (ciudadela) o poblado que se llama "Balvasium"
De esto ahora tenemos que sacar como principio, y aceptarlo en el que existen dos urbes, cada una de las cuales, separadamente
como ciertísimo, que de cualquier manera y para cualquier 1m que fortificada con murallas, torres y defensas, es distinta de la otra,
las ciudades se funden, la disposición, participación y dependencia hasta tal punto que cada una de ellas podría ser cercada y vencida?
que se da en las ciudades para ~obernar, y a la que llamamos polí­ y en otro tiempo una lo fue, permaneciendo la otra tranquila y en
tica o "politheuman", es la forma esencial de la ciudad en cuanto paz dentro de sus murallas y fortificaciones. Sin embargo, aunque
que ciudad, porque aunque las murallas parezcan constituir la ciu­ son dos urbes, numéricamente es una sola ciudad, porque los ciuda­
dad y fijarla con ciertos límites, la ciudad, sin embargo, no está danos de una y otra tienen en común el mismo fuero, los mismos
representada por las murallas, sino por la clase de gobierno. Por eso jueces, la misma clase de gobierno, el mismo territorio o distrito, de
dice Tomás! que la participación del lugar no es la ciudad, sino que modo que cuando quieren tomar medidas necesarias para su repú­
la ciudad es la participación del bien vivir, compuesta de viviendas blica, saliendo de sus urbes se reunen en un punto equidistante de
y de variadas gentes en razón de una vida perfecta y suficiente por una y otra. Y no va en contra de este ejemplo el que por estas regio­
si. Por consiguiente, para la existencia de la ciudad no hay que tener nes a los poblados de este tipo no acostumbremos a llamarlos ciuda­
en cuenta la unidad de las murallas, sino la calidad de la participa­ des, porque, cuando comparamos entre sí la superioridad de las
ción de que disfrutan los habitantes. De donde resulta que no se agrupaciones, prestamos atención a aquellas diferencias distintivas,
pueda considerar absurdo que en una misma urbe puedan estable­ de modo que estrictamente llamamos ciudad a la que se distingue
cerse varias ciudades, y que en una misma ciudad puedan estable­ por la dignidad y autoridad de la iglesia catedral y, después de ella,
cerse varias urbes. Y si alguien se maravillara de esto, o lo conside­ a aquellas poblaciones que merecieron conseguir los honores de
rara fuera de lo racional, lo encontrará muy claro y muy lógico por ciudad por parte de la autoridad.
medio de ejemplos. Praga, la metrópoli de Bohemia, es una sola El que quisiere conocer esto con más amplitud consulte a los
urbe, pero, según dicen, se le solía llamar las tres ciudades, porque comentaristas de los legisladores, concretamente a través de Bartulo
en ella existían tres agrupaciones de pueblo, cada una de las cuales en la extravagante "in reprimendum". No me olvido que uno de
tenía sus propios jueces y oficiales, y los oficiales de un territorio ellos lo había precisado sabia y maravillosamente, pero esto no
no podían entrar en el territorio del otro a ejercer su autoridad, o a viene ahora al caso, ya que no tratamos de indagar qué es lo que se
denomina comunidad, ciudad, poblado, ciudadela o "víllagium", o
1. entre las ciudades, cuál se estima que sea la más grande, la
Santo Tomás, Lect. VIIa en 3 Polític., c. V. Ed. Vives, París, tomo 26, p. 231,
col. l. mediana, la pequeña, como las diferenció el jurisconsulto. Porque
no estamos probando la excelencia de ellas entre sí, sino que esta­
386
387
mos hablando de la existencia y esencia de la ciudad de una manera Capítulo decimotercero
general, de acuerdo a como la establece la doctrina moral. Cuando
examinamos los fundamentos de los gobiernos, llamamos ciudades Por lo expuesto queda claro que la ciudad se llama ciudad no
a todas las poblaciones y fortalezas que tienen su propio orden polí­ por la unidad de sus murallas, sino por la unidad de su política. Y
tico y sus autoridades y súbditos. Y en algunas partes, sobre todo en de la misma manera que se nombra la misma urbe por las mismas
Alemania, a todas las poblaciones que tienen un número considera­ murallas, de la misma manera se designa una misma ciudad por un
ble de habitantes se les suele honrar con el nombre de ciudades. Así mismo tipo de gobierno.
en Bohemia se llama las seis ciudades a ciertas plazas fuertes que Es tradición secular que las clases de gobierno sean principal­
tienen la iglesia catedral de la ciudad de "Musinensis" como sede mente tres: la monarquía, a la que llamamos reino; la aristocracia,
episcopal. Y para esto no hay necesidad de privilegio alguno, ya en la que gobiernan unos pocos sobresalientes en virtud; y la timo­
que el uso lo mantiene. En realidad no se exige la más alta autori­ cracia, en la que gobiernan los muchos e inferiores, y a la que lla­
dad, sino que en lo tocante a autoridad es suficiente un gobierno mamos "política", tomando el vocablo en un sentido amplio. A esta
verdadero y unido, una jurisdicción, pretores, jueces, y un cierto última a menudo se le llama de distintas maneras: Aristóteles, en la
tipo de senado o de decuriones, aunque estén bajo el rey u otro prín­ Etica, la llamó timocracia, como hemos dicho, pero en el Politico­
cipe, pues muchas ciudades viven bajo Vuestra Excelenciá y de la rum la llama simplemente gobierno, para que cuando mencionemos
de otros príncipes (autoridades), y esas ciudades se dice que tienen la palabra gobierno, sin adición alguna, entendamos gobierno popu­
autoridad, tomado el vocablo en sentido amplio. lar; Tomás, en cambio, alguna vez la llamo "poliarchiam", como
En efecto a los ciudadanos más importantes de una ciudad a gobierno del pueblo. Esto 10 quiero así intercalar para que sepamos
veces se les llama príncipes, porque la palabra príncipe tiene un que una sola forma de gobierno puede ser denominada por todas
sentido muy amplio y, aunque tomada de modo particular deba apli­ estas palabras, y que si, al hablar, la llamo timocracia o simple­
carse a la autoridad más alta de aquella región de la que se hable, mente gobierno popular o poliarquía, como lo hace Tomás, se
sin embargo, en líneas generales, y por extensión, también se puede entienda que la he tomado en el sentido político.
aplicar a los inferiores que tienen algún tipo de autoridad de mando. Sin embargo, estos gobiernos que hemos nombrado, si degeneran,
y esto se manifiesta con mucha claridad a través tanto de la reciben otros nombres: así la monarquía se convierte en tiranía; el
Sagrada Escritura como de otros textos, y en algunas naciones se gobiemo de unos pocos, eliminado el nombre de aristocracia, se con­
mantiene en el uso común del hablar. Así, pues, muchos, lo mismo vierte en oligarquía, en el gobierno de los ricos, para decirlo de otra
eclesiásticos que seglares, se dice que son príncipes del imperio manera; el gobierno popular se convierte en funesta democracia, una
romano, y aunque nosotros, en nuestro uso común de habla, no lla­ especie, mas o menos, de alianza de muchos menesterosos. Esta clase
memos príncipes a los grandes de las ciudades, sin embargo, sole­ de gobiernos configura a las ciudades de tal modo que, aunque los
mos llamarles principales, derivado de lo que tiene principio o hombres no cambien, si cambia el tipo de gobierno, la esencia de la ciu­
comienzo. dad en cuanto a ciudad, y por así decirlo, su "quiditas", se cambia visi­
y esto 10 inserté, aunque sea de sobra sabido, para que, si en 10 blemente, y los principios se reducen a la nada, y vuelven a nacer otros,
que sigue dijere algo acerca de los que tienen el poder y de los súb­ así como el que vivía, al írsele la vida, se queda muerto, porque como
ditos, lo dicho se entienda con respecto a la superioridad o inferiori­ dice Aristóteles, el gobierno es la vida de la ciudad. Y Tomás, al expli­
dad de juzgar o de decidir acerca de las cosas pertinentes a la ciu­ carlo, dice que el gobierno es el orden de la ciudad; quien tiene orden
dad. verdaderamente tiene vida; luego el gobierno es la vida de la ciudad.

389
388
Esto que acabo de exponer hay que enlazarlo inmediatamente
con lo que es nuestro propósito. Aquella insigne ciudad acerca de la dades que están inmediatamente bajo el rey, en cambio, aunque
que comencé este trabajo, hace tres días estaba gobernada por una reciban del rey todo el poder de gobierno que tienen, sin embargo,
aristocracia, aunque, tomada la palabra en su más propia acepción, 10 reciben de manera distinta, pues en algunas de ellas, si queremos
esta forma de gobernar parezca practicarse en aquellas ciudades que proponer para un cargo elevado, o si queremos proponer para una
tienen un tribunal supremo y que no reconocen a nadie por encima, mayordomía y oficio de acompañante -a los que lo ejercen los lla­
como hay algunas hoy en Italia y como igualmente, en la antigüe­ mados algacelos- o para un cargo dentro del orden de los decurio­
dad, las había en Grecia. Mas Florencia, de manera manifiesta, se nes, no se puede escoger. sino de entre los nobles o varones más
gobierna bajo una timocracia o gobierno popular, porque periódica­ respetables y poseedores de abundancia de virtudes, porque se
mente para gobemar recluta de entre todos, hasta de entre los arte­ supone que sobresalgan en perfección moral, y algunas veces de
sanos, a los hombres del pueblo y de llana condición, característica entre ciertas familias o de entre determinadas casas, según las cir­
esta que es propia de la timocracia o del gobierno popular; Venecia, cunstancias del caso; los plebeyos, o la gente de baja condición, o
en cambio, se gobierna aristocrática, o por 10 menos oligárquica­ los mercenarios, que recibiendo un salario trabajan los campos aje­
mente, porque para hacerse cargo del gobierno no toma de entre la nos, o los artesanos de bajos oficios, a los que los griegos llaman
gente del pueblo, sino que, según sus decretos y leyes, los toma de "bananses", serían rechazados.
ciertos ciudadanos escogidos a los que llama nobles y a los que con­ De aquellos, pues, de los más distinguidos, que son considera­
sidera capacitados. Y no va contra este régimen el que tengan un dos los idóneos, se escoge para gobernar, para dedicarse a los asun­
jefe, porque ese jefe está sujeto a leyes positivas y tiene limitacio­ tos de la república, dejando a todos los demás para otras prácticas, y
nes de gobierno fijadas, cosa que lo hace contrario al gobierno para que obedezcan a estos. Las ciudades, pues, que así se gobier­
monárquico. Por lo tanto la presencia de ese jefe no constituye pro­ nan, ¿quién duda que viven bajo un tipo de gobierno aristocrático?
piamente una monarquía, ni cambia o rompe el tipo de gobierno y si estos que gobiernan no lo hicieran bien, esta aristocracia se
aristocrático u oligárquico por el que se rige aquel pueblo. Los convertiría en una oligarquía. Y los que eran considerados los mejo­
"mediolanenses", en cambio, se gobiernan al estilo de la monarquía, res como sobresalientes en virtud, se convertirán en oligarcas, por­
porque suelen tener un caudillo, especie de rey, que gobierna con que ya no sobresalen en virtud, sino solamente en reputación de
libertad. familia, o en poder, o en abundancia de bienes.
y aunque en estas ciudades que pretextan un tribunal supremo En algunas ciudades, sin embargo, no es así, sino que se da
se distingan diferencias, especialmente de gobierno, sin embargo, acceso a todos, incluso a los plebeyos y a los hombres de baja con­
tomada en cuenta la mayor o menor semejanza, nada impide que dición, para aquellos empleos que hemos mencionado y para todos
todas estas formas de gobierno se lleven a cabo también bajo tribu­ aquellos oficios públicos, según el provecho y la importancia, y de
nal supremo. En efecto la ciudad, las fortalezas o los pueblos, a los acuerdo con un sistema preestablecido por vía de votaciones o por
que tocante a esto les aplicamos el nombre de ciudades y que inme­ otros medios. Estos, si gobiernan bien, se distinguen por ocupar su
diatamente bajo las autoridades más altas tienen a algunos señores, vida en la timocracia que hemos llamado gobierno popular o poliar­
como duques, condes, o barones, parecen ser gobernadas de manera quía, si alteran este modo de gobernar de manera que resulte en
monárquica al obedecer únicamente a esas autoridades más altas, detrimento de lo establecido, entonces hacen pasar la timocracia a
sin embargo, cuando éstas los agravian, recurren al emperador o al democracia para convertirse de timócratas o "polithicis" en demó­
rey, a quien todos reconocen como a la autoridad suprema. Las ciu­ cratas. Y en las ciudades que tienen por encima de sus jueces y
gobernadores al rey como supremo señor, estas clases de gobierno
390
391
que hemos mencionado han de ser asumidas con expreso consenti­
miento de éste, o por un antiquísimo privilegio manifiesto. De no Capítulo decimocuarto
ser así, la plebe, que por decisión propia usurpase contra derecho
esta posesión, no establecería una ciudad gobernada por una política De todo esto creo, sin duda, que lógicamente se deduce lo
conforme a las leyes, sino que establecería una agrupación ilegaL siguiente: que así como en cuanto a categoría es un mismo hombre
Esta, pues, manera de gobernar da configuración a las ciudades un débil que está sano, un loco que está tranquilo, un ebrio que está
de modo que en ellas el senado y el orden de decuriones y todos sobrio, o un hombre con otras cualidades contingentes alteradas,
aquellos que tienen el cuidado de la república por la fuerza de la con tal de que esté presente el alma racional, que es la forma del
autoridad establecida, representan la forma; la plebe, que está bajo hombre -porque si el alma está ausente, el hombre deja de ser­
estas, representa la materia. Y así resulta que el cuerpo místico del mismo modo una ciudad es la misma en cuanto a categoría, aun­
compuesto de esta forma y materia se llama ciudad. Mientras se que el gobierno se corrompa de alguna manera, con tal de que se
mantenga firme esta composición, aunque bajo la misma particular conserve la especie de gobierno, pero si el gobierno se reemplaza
especie se cambie algo, la ciudad es categóricamente la misma, pero por completo o desaparece, la ciudad deja de ser, y si se crea una
si la forma desaparece y subrepticiamente penetra otra, la que exis­ nueva política se crea otra nueva ciudad. Sin política alguna
tía se destruye y nace otra ciudad nueva. y si por casualidad, elimi­ naciente, quizás la ciudad tenga imagen de ciudad, pero práctica­
nada la forma, no le sigue ninguna otra forma de ciudad, aunque la mente hablando no se le llamará ciudad.
gente permanezca la misma, al no estar ligada políticamente por Para presentarlo con más claridad, si en una ciudad gobernada
nada legítimo, la primera ciudad deja de ser y no se forma una aristocráticamente, sus dirigentes, que deberían sobresalir por sus
nueva. La gente que permanece en ella puede recibir el nombre de virtudes, abandonando las prácticas de la virtud, gobiernan confia­
tropel de gentes, u otro que signifique aglomeración de hombres, dos en su nobleza, o en su poder, o en la abundancia de sus rique­
pero no puede de ninguna manera recibir el nombre de ciudad, zas, la ciudad sigue siendo la misma, aunque la aristocracia se haya
exactamente igual que el cadáver de un hombre indica que ha exis­ cambiado en oligarquía, pues la oligarquía no es otra cosa que una
tido un hombre, pero que el hombre ya no existe. aristocracia transgredida o violada. Por consiguiente, la ciudad
enferma será la misma que tenía salud en un principio, como diji­
mos del hombre, que el débil que está sano, en categoría, es el
mismo; pero si, estando gobernando la aristocracia, el pueblo se
apropia del gobierno, la política que existía desaparece por com­
pleto y se crea otra nueva que se llamará poliarquía, o gobierno
popular; y si ésta degenera, aparecerá la democracia. En conclusión,
desaparecida la primitiva forma, la primitiva ciudad deja de ser, y al
introducir una nueva forma, surge una nueva ciudad. Pero como ya
nos parece que nos estamos apartando mucho del tema, conviene
que volvamos a él. Es propio de los que llevan mucho tiempo fuera
de la casa que vuelvan a ella, o por lo menos que deseen volver.
Volvamos, pues, a aquello que motivó lo que hemos dicho.
¿ Quién puede dudar que aquella insigne ciudad acerca de la cual
comenzó la discusión, aunque cimentada en su tribunal suprealb
392
bajo vuestra monarquía. ha sido, sin embargo. interna y de manera
continua e inmediata regida por un gobierno aristocrático en el reconozca que ha florecido la oligarquía. La cosa es tan obvia que
pasado, cuando los que tienen la suprema jurisdicción en esa misma no se puede negar. Pero como la oligarquía no es otra cosa que la
ciudad bajo vuestro imperio, a los que comunmente se les llama aristocracia transformada. es lógico que digamos que el régimen de
alcaldes mayores. y que conforme a la ley de la partida podremos aquella ciudad ha existido bajo aquella especie bajo la cual están la
llamar prefectos por presidir esa ciudad cabeza que fue de toda aristocracia y la oligarquía. y en las que no solamente uno, como en
España en siglos pasados, y hoy cabeza de uno de vuestros reinos? la monarquía. ni un pueblo, como en la timocracia o democracia.
En verdad que el que tiene la mayor jurisdicción en la urbe que es sino que varios y pocos -teniendo en cuenta la multitud del pue­
cabeza de reino. no podría ser ilógicamente considerado prefecto de blo-- y sobresalientes en virtud o en nobleza, en poder o en rique­
la ciudad, y lo mismo acontece con el magistrado de justicia. al que zas, tienen la superioridad de gobernar.
se le llama aguacil mayor, que no sólo muy manifiestamente son de Y que esto ha existido en aquella ciudad es clarísimo. Pero
los más nobles, más poderosos y más ricos de aquella ciudad, sino como. al producirse la locura de aquel levantamiento, este gobierno
también de entre los principales condes y barones y demás distingui­ fue destruido, y se trató de establecer el del pueblo, al arrogarse el
dos hombres de vuestros reinos, de cuya sangre dignamente partici­ pueblo la potestad de gobernar, necesariamente se sigue como con­
pan. y en cuanto a los decuriones que ocupaban en aquella ciudad el secuencia que, desaparecida la primitiva forma de la ciudad, desa­
senado y la asamblea para gobernar la república, éstos eran escogi­ parecería la esencia misma de la ciudad. y. al nacer otra forma, se
dos de entre los soldados y hombres militares. y aunque aconteciese intentaría construir. en categoría. otra ciudad que recibiría la esen­
que algunos pocos. dentro del orden establecido, se escogieran de cia de ciudad de acuerdo con la timocracia, si fuese bien gobernada,
entre las clases populares, en realidad los decuriones se escogían de o de acuerdo con la democracia, si fuese mal gobernada.
entre aquellos que tenían casas honradas y abundancia de recursos y Por consiguiente. según esto, en la misma urbe existirá una ciu­
que personalmente estaban al margen de las artes mecánicas. dad categóricamente diferente de aquella que había antes del cam­
¿Quién, por tanto. podría negar que aquel gobierno ha sido aris­
bio de gobierno. Y en este caso sobre el que discurre la pluma, no
tocrático? y si alguno dijera que aquellos no tenían superioridad en
puede ser posible, pues no anticipamos en vano que en aquellas ciu­
virtud, yo no lo admitiría. pero diré que no sé si es así para que no
dades que tienen en el prínCipe al rey supremo no se puede estable­
se me diga que tengo espíritu adulador. ya que si el hombre en sí
cer un gobierno legítimo sin su expreso reconocimiento, o sin una
mismo no sabe si es digno de amor o de odio, ¿cómo se atreverá a
larga tradición que lo reconozca, sobre todo, porque real y verdade­
afirmar que la virtud existe en otros, aunque quizás presuntuosa­
ramente, no puede existir gobierno, si no existe potestad de mandar,
mente lo crea? Profundo es el corazón del hombre y difícil de escu­
y de administrar justicia, y de gobernar la república de aquella ciu­
driñar. No obstante si alguien atrevidamente quisiera negarlo, será
dad. Y esta potestad procede del mismo rey; el pueblo no puede
necesario que lo fundamente. Yo. para que no parezca que insolen­ otorgar autoridad contra la tradición, ni contra la voluntad del rey.
temente me intereso en favor de ellos. no diré que ellos aventajasen Y como esta voluntad, expresa o tácita, de Vuestra Majestad no se
con mucho a todos en claridad de linaje. en poder, y en abundancia da, la plebe, en deímitiva, aunque permanezca en la misma urbe,
de recursos, aunque quizás podría decirlo de algunos de ellos, toma­ según el derecho no alcanza el nombre de ciudad y se queda bajo el
dos todos los del país particular y distributivamente, y aún muchos nombre de (la) turba o plebe o muchedumbre de gentes.
de ellos agrupados. Así que el que quisiere ignorar. como un necio. De aquí se saca en consecuencia que estos errores no se deben
que allí no ha florecido el gobierno aristocrático, será necesario que atribuir a esa ciudad, ni a una ciudad como tal ciudad, ya que ese
delito no existe en ella; ni a ella se le debe imponer castigo alguno,
394
395

~
sino que la imposición del castigo debe reducirse al ámbito de los Pero ya me he ido demasiado lejos y es conveniente que vuelva
delincuentes. Sea, por tanto, la turba misma que faltó a la ley, la que a mi lugar y ponga fm al presente opúsculo. Así que como conclu­
haya de ser castigada. Y aún creo que en esto hay que tener una sión le diré a Vuestra Excelencia aquel dicho profétic0 2 : Ciñete la
lógica moderación para que quede patente que el castigo más bien espada sobre el muslo, muy soberano señor, que estas palabras
que ampliarse se reduce. Realmente los disturbios del pueblo en resuenen de tal manera que parezcan estar invocando al que es muy
algunas ciudades los suelen hacer, con frecuencia, aquellos a los poderoso para, que levantándose poderosísimamente, medido todo
que los griegos llaman demagogos, y a los que nosotros solemos lo dicho en la justísima balanza de vuestra regia justicia, aplique el
llamar sediciosos, arengadores, persuasores, o agitadores. Pues de la remedio o el cauterio a esta enfermedad, lo que se consideraría ser
misma manera que nosotros llamamos halagadores, lisonjeadores, o 10 más provechoso para la defensa de la fe y de la unidad del pueblo
aduladores, a los que tratan servilmente a los príncipes, o a las per­ creyente de acuerdo con los derechos divino y humano.
sonas importantes, y a los que en muchas ocasiones los arrastran a
aquellas cosas que les son provechosas a ellos, induciéndoles a vitu­
perables acciones y a actos ilícitos, exactamente igual los griegos
llamaban demagogos -palabra usada· por Aristóteles en política-­
a aquellos que adulando a la plebe y convenciéndola de que conse­
guirá lo que apetece, la empujan a las agitaciones violentas, a las
sublevaciones, a la rebelión, y al cambio de gobierno.
A estos, pues, es a quienes hay que aplicar una disciplina más
rigurosa cuando la plebe comete un error. Porque aunque todos los
partícipes de un delito son culpables, sin embargo, hay que considerar
como más gravemente culpables a los agitadores que, bajo apariencia
de conseguir liberación de impuestos o de expulsar a los que tienen
autoridad, provocan revueltas de esta índole para que la plebe, hacién­
dose fuerte, se apropie del poder o de la libertad ilícita. Estos, pues,
con razón son dignos de castigo, porque con la astucia de la persua­
sión embaucan al pueblo ingenuo, porque, para decirlo por boca de
Jerónimol : "no hay nada tan fácil como engañar al pueblo inculto con
la palabrería". A estos, por consiguiente, es justo que según la natura­
leza de sus delitos y de las personas, se les castigue con honesta rigu­
rosidad y con rigurosa honestidad, para que se arrepientan, al sufrir el
castigo, de aquellas cosas que hicieron, y para que en el futuro otros se
mantengan alejados de los delitos de esta especie.

1. 1erónimo, "Epístola Lll, Ad Nepotianum", 8, ML, vol. 22, p. 534. San 1erónimo
dice exactamente: "Nihil tani facile quam vilern plebeculam et indoctam rondo­
nem, linguae volubitate decipere. que quidquid non intelligit, plus miratur".
2. Salmos 44, 4.

396 397
Ultílogo aceptar la enmienda, y para que el resto, estimulado por la enmienda
de aquellos, o aterrorizados por el castigo, en adelante no se atrevan a
De entre las muchas cosas que para escribir se me ofreCÍan a la incitar al pueblo para que se subleve, demagoguizando, como dice
pluma he escogido estas pocas, dignísimo Príncipe, pues creí que Aristóteles en griego, o arengando o provocando motines para usar
después de haber prometido un pequeño libro, elaborar un libro una palabra latina. y a aquellos que no fueron seductores, ni agitado­
enorme, no tendría sentido. En este tema convergen tantos testimo­ res, sino que como seducidos y agitados se prestaron a estos tumul­
nios de ambos testamentos y tantos principios básicos de otros luga­ tos, si se enmendaren, arrepintiéndose de corazón, recíbalos Vuestra
res de gran autoridad que el que pretendiese escribirlos en toda su Clemencia dentro de la amplitud de la generosidad real.
extensión y profundidad demostraría no estar en su sano juicio. Vuestra justicia real se dignará restablecer el gobierno aristo­
Básteme haberle presentado estas pocas a Vuestra Excelencia para crático que después del monárquico es mejor que el resto de los
que si le pluguiere las examine el profundo conocimiento de su gobiernos, y por el que aquella ciudad era famosa en tiempos pasa­
inteligencia. dos. Es algo muy justo, para que, la que era originariamente antes
Cualquier cosa necia, ignorante, o desordenadamente escrita, de estos disturbios, siga siendo esencialmente la misma en la misma
que se encontrare en su composición y articulación, hay que atri­ ciudad. Esto, pues, se hará si son restituidos en sus puestos los pre­
buirla a mi falta de conocimiento y a mi estupidez, que yo seguidor fectos de la ciudad y los demás oficiales, así como dentro de la
de la doctrina apostólica --que nos enseña que el que da a conocer orden de los decuriones los que fueron expulsados de ellos con
las cosas tocantes a la fe debe l apoyarse no en la sabiduría de los motivo de estas revueltas. Y si algunos de estos por sus deméritos
hombres, sino en el poder de Dios- sabía que no las exponía con merecen quizás ser expulsados, probada su culpabilidad por la dis­
la hermosura de estilo que correspondía a tan gran asunto. Por con­ posición del derecho, sean apartados de sus cargos. No es nada
siguiente, la ineptitud del copilador no podrá empañar la luz de la nuevo que por sus delitos, de vez en cuando, se proceda así con los
irrefragable autoridad, ya que en las cosas que son de fe, o que con­ decuriones Y otros oficiales. Pero esto se debe hacer por procedi­
ciernen a la fe, o a las doctrinas de la Iglesia, la argumentación por miento legal, para que no sean apartados de sus cargos si:n..justicia.
autoridad es muy sólida, más sólida aún que cualquier afirmación y entonces, si acontece que son justamente apartados. hay que
de la más profunda elocuencia o sabiduría. poner a otros que merecidamente sean tenidos como superiores a
Vuestra piadosísima prudencia, pues, como conviene, ponga su aquellos, en virtud, en nobleza, en poder y en riqueza de cualidades,
atención, no en la pluma articuladora, sino en la misma Ítrmeza de la para que la luz del gobierne> aristocrático brille siempre en. esa ciu­
verdad que defiende de palabra y de obra la indivisible unidad de los dad. Porque así como el individuo humano, anulado por la ausencia
fieles. Lo que quedará más patente que la luz del sol en el tema de del alma, algunas veces uniéndolo milagrosamente el Dios omnipo­
que hablamos, si a aquel Marco --del que hice mención anterior­ tente lo hace vivir, así Vuestra Alteza Real, que ocupa el lugar de
mente, o a cualquier otro que haya sido el autor de este error, o haya Dios en la tierra, al individuo místico de esta ciudad, disuelto por la
dado lugar a estas violentas perturbaciones- la grave censura sir­ violencia de la democracia que trata de penetrar, restitúyalo vivo a
viera para frenarlos, para que los mismos se enmienden si son enmen­ su primitiva naturaleza de vida. devolviéndolo a su orden aristocrá­
dables, o sean sometidos a la disposición del derecho si rehusaren tico, para que como el mismo Job, el orden mismo de la ciudad, y
no otro, sea restablecido, para que la ciudad, como otro Lázaro,
levantándose del sepulcro después de cuatro días, libre de toda ata­
1. Corintios 1, 2. 5. dura, se pliegue a la voluntad de Vuestra Majestad.

398 399
De esta manera con esta ilustrísima acci6n de bondad, a la vez
que de justicia, y con otras virtuosísimas obras vuestras, Vuestra
Majestad haciéndose agradable a los ojos del Inisericordiosísimo y a
la vez justísimo Dios, reciba la gracia que hace a uno querido en
esta vida, y después del término de la vida suba a la invisible y
eterna gloria que a Vuestra Majestad y a todos los cat6licos les con­
cederá el que permiti6 que su cabeza fuese atravesada por espinas,
su costado por una lanza, sus pies por clavos, y todo su cuerpo des­
garrado por los azotes, y ofendido con innumerables oprobios, para
que todos los creyentes, de donde quiera que procedieren, constitu­
yan un solo e indivisible cuerpo bajo un amor verdadero, no ¡In­
gido, y exento de toda ofensa de hermanos entre sí. Y este es nues­
tro Señor Jesucristo, Santo Dios, a quien se le debe alabanza, honor,
virtud y gloria por siempre. Amén.
Que Vuestra Regia Majestad goce de buena salud con prosperi­
dad, más bien con felicidad, para encerrar en una sola palabra los
bienes de la fortuna y de la virtud. Dígnese aceptar este pequeño
opúsculo ofrecido a Vuestra Gracia Real con humildad de corazón y Manuscritos Y Bibliografía

con el fuego de la caridad, y dígnese corregirlo y enmendarlo en


donde fuere menester.
Escrito en el año mil cuatrocientos cincuenta de la encamación
del Verbo Eterno, año en el que se celebra el santo y deseado
tiempo del sacro jubileo romano. Deo gratias.

i'
400

Vous aimerez peut-être aussi