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CONTACTO DE LENGUAS

Por: Eva García Cruzado


Comunicación VIII Ciclo
¿CÓMO INFLUYEN LAS DIFERENTES LENGUAS EN NUESTRA SOCIEDAD?
Si analizamos los espacios sociales habitados por personas que no tienen una
misma lengua, debemos distinguir entre grupos de hablantes de la lengua A,
grupos de la lengua B, y un tercer grupo de hablantes de A y B. Estos últimos
serían los únicos bilingües efectivos. En este caso la situación se denomina de
"Lenguas en Contacto”.Transformaciones en los planos demográficos y socio-
económico del Perú a partir del siglo XX han favorecido la intensificación de la
interacción entre las poblaciones hablantes de lenguas indígenas y de español en
el Perú. Es decir, las migraciones de quechua hablantes de las zonas rurales a los
grandes centros urbanos en búsqueda de mejores condiciones de vida ocurridas
desde fines de 1940 hasta hoy han modificado el escenario social peruano.
El dicho contacto lingüístico deflagra el conflicto entre las variantes, debido al
desprestigio de la variedad de los bilingües y al estatus superior conferido al
castellano de los monolingües por aproximarse más a lo que se considera como
la norma lingüística estándar. Norma lingüística estándar aquí conceptualizada
como “lo que la lengua le ofrece en tanto posibilidad sistemática y lo que la
comunidad acepta como emisiones concretas habituales” (ESCOBAR, 1978,
p.102).
Según Cerrón-Palomino (1981, p.41) “en el caso peruano hay dos maneras de
aprender castellano: como lengua materna y como segunda lengua; el primer caso
se trata del aprendizaje y dominio de la (única) lengua; en el segundo, de la
adquisición de otra lengua”. En cuanto al nativo de español, cuando éste entra en
la escuela en ningún momento se confrontará con un sistema lingüístico
desconocido (CERRÓN-PALOMINO, 1981, p. 41).
Consiguientemente, la enseñanza en general, y la del castellano en particular, no
puede basarse en el saber lingüístico implícito del alumno, pues en ese caso el
saber corresponde al de una lengua totalmente distinta (CERRÓN-PALOMINO,
1981, p.43-44). Aún así, la práctica educativa del Perú, incluso la de las escuelas
destinadas a las poblaciones de habla vernácula (o sea, de lengua indígena), era
(y en ciertos casos sigue siendo) la de ignorar este hecho y la de usar como
vehículo de enseñanza el español. Las consecuencias de esa realidad son, por un
lado un sentimiento de inferioridad, incapacidad y frustración que llevan a los
bilingües a la deserción escolar, por otro un aprendizaje del español fragmentado y
que no pasa, en la mayoría de los casos, del nivel elemental (CERRÓN-
PALOMINO, 1981, p.44).
El contacto entre el español y el quechua pone en relación dos lenguas con la
mayor distancia lingüística en los campos genético, estructural y sociolingüístico
(ESCOBAR, Anna Maria, 2004, p.12).
Así, el contacto entre lenguas tan distintas, el quechua y el español, unido a las
especificidades del contexto social peruano, ha posibilitado el surgimiento de la
variedad de castellano interlingual que se conoce como interlecto. Variedad esa
que, aunque sea tributaria tanto al español como al quechua, de cierto modo, se
diferencia de ambos y opera como un sistema y realidad lingüística (ESCOBAR,
1978, p.37). Pensamiento que se confirma en los datos lingüísticos del estudio de
Anna Maria Escobar:
Lingüísticamente, la conducta verbal del mencionado bilingüe depende del
cruzamiento de los siguientes factores: la escala de castellanización, el lapso de
escolaridad, el tiempo de exposición al castellano y la tasa de frecuencia de uso
(ESCOBAR, 1978, p.30). Tales factores son lo que determina el grado de
interferencia entre las dos lenguas en contacto, el castellano y el quechua.
La transferencia del quechua al español peruano, es decir, la influencia que el
primero ejerce sobre el segundo más concretamente el uso de un rasgo del
quechua en el español del Perú puede, en el terreno gramatical, resultar
construcciones que, según la norma estándar, serían agramaticales. Sin embargo,
eso no quiere decir que las citadas construcciones sean infrecuentes o
antinaturales, pues en esa situación de contacto son tan esperables como
habituales (FERNÁNDEZ, 1998, p.263).
Por lo general, las transferencias del quechua al español atingen al orden de
palabras, a la desaparición de categorías obligatorias, a un aumento de la
frecuencia de categorías que se muestran de un modo variable o que poco se
usan en la lengua meta (español), además de producir simplificaciones de
categorías gramaticales (CERRÓN-PALOMINO, 1981, p.47). De modo más
específico, entre los bilingües iniciales, o sea, entre los hablantes de la variedad
interlecto, es notorio que el género y el número del nombre son inestables y que,
esa indiferencia afecta a la concordancia sintáctica. Asimismo, en esa variedad
destaca la tendencia sistemática de omitirse el artículo y de producir calcos
sintácticos en las construcciones nominales y verbales (ESCOBAR, 1978, p.93).

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