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POPPER

Discute con positivistas, inductivistas y empiristas

FALSACIONISMO: Constatar una teoría significa intentar refutarla mediante un


contra ejemplo. Si no es posible refutarla, queda corroborada, pudiendo ser aceptada
provisionalmente, pero no verificada porque ninguna teoría es absolutamente
verdadera. El progreso en la ciencia se da por ensayo y error. (Ej: Cisne negro)

PROBLEMA DE LA INDUCCION: No se puede generar leyes universales a través


de datos particulares que se alcanzan por la experiencia. Inducción: De lo particular a lo
general

CRITERIO DE DEMARCACION: Separa el conocimiento cientifico de otro tipo de


conocimiento. Ciencia (economia, naturales, etc) Vs. Las denominadas por el mismo
“pseudo ciencias” (psicología, teoria marxista, etc)

METODO DEDUCTIVO:
PROBLEMA………………HIPOTESIS (enunciados generales)
PRUEBA
FALLA: SE ELIMINA
NO FALLA: VERDAD PROVISORIA
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GINO GERMANI

Discute con los cientistas sociales de Latinoamérica

CORRIENTE ESPIRITUALISTA: Siguiendo la linea alemana, creen en la fuerza de las


interpretaciones sin metodología clara. Ligada a la filosofia y sin metodo cientifico
(Brasil es el que menos desarrollo tiene)
Vs.
CORRIENTE EMPIRISTA: Pensar la ciencia en forma cientifica. El cientifico debia
ponerse en un lugar mas equilibrado entre la acumulación de datos y la filosofia, en un
marco consensuado de la comunidad cientifica y con la posibilidad deque se pueda
corroborar, rebatir y aportar a las elaboraciones. Para esto, debe haber verificación,
orden, coherencia, consensos, prestigio y producción cientifica

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BERGER Y LUCKMAN

- La realidad se construye socialmente y la sociología del conocimiento debe analizar


los procesos por la que esta se produce. Introducen la noción de “construccion social”
en las ciencias sociales

REALIDAD: Fenómenos externos al sujeto


Esta dada
Suprema
Ordenada (a partir del aquí y ahora)
Mundo compartido e intersubjetivo (el cara a cara es el mas inmediato)
CONOCIMIENTO: Es la información que surge de los fenómenos que se dan en la
realidad

PERSONAS DEL PASADO


PROXIMIDAD -------------------------------------------------------------- ANONIMATO
PERSONAS DEL FUTURO

|---------------------------------DIVISION ESPACIAL TEMPORAL------------------------|

LENGUAJE: Son las reglas dadas para expresar hacia el exterior el mundo privado de
los individuos
TIPIFICACION: Me permite pensar algo acerca de los demás. Cuanto mas alejado se
encuentra de mi (temporal o espacialmente), mas difícil.

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GIDDENS

GIDDENS Acción, estructura y poder


Aproximaciones a la teoría de la acción. La gran mayoría de los análisis filosóficos de
la acción limitan su interés a lo que podría llamarse “la producción de la acción” por
parte de los actores. Estos no estuvieron interesados en las consecuencias de los actos
que escapan a las intenciones o propósitos de los actores, ni las condiciones no
reconocidas de la acción. Por otro lado, las tradiciones de pensamiento que ubicaron en
primer lugar las condiciones no reconocidas y las consecuencias no intencionadas de la
acción que enfatizaban los problemas de la organización y el cambio institucional,
tienen grandes falencias para desarrollar teorías de la acción de forma elaborada. Han
enfatizado la primacía del objeto sobre el sujeto, de lo social o el sistema social por
sobre el actor intencional. Las razones que la gente tiene para sus acciones- la
“racionalización de la acción”, en tanto involucra con el monitoreo reflexivo crónico de
la conducta que los actores sociales rutinariamente llevan a cabo- están crucialmente
implicadas en el modo en que esas acciones se sostienen.

monitoreo de la acción
condiciones no (1)
consecuencias
intencionadas de
no
la acción
intencionadas
de la acción
racionalización de la
acción(2)

motivación de la acción
Las frases 1 y 2 se refieren al carácter intencional del comportamiento humano,
considerado como un proceso, como involucrado en la dureé de la vida cotidiana. Los
términos “motivo” y “razón” deben distinguirse, consagrando a la motivación como
referendo a las necesidades que impulsan la acción. Es importante diferenciar los dos
sentidos o niveles en los que los agentes son capaces de conocer el medio social que
constituyen en y a través de su acción: conciencia práctica y conciencia discursiva. La
noción de “capacidad de dar cuenta” es muy importante, esto significa que los relatos
que los actores son capaces de ofrecer de sus conductas recurren a los mismos stockes
de conocimiento que son requeridos en la misma producción y reducción de su acción.
El “dar cuenta” o “suministrar razones” para la acción que hace referencia a las
capacidades discursivas y a las inclinaciones de los actores de ningún modo agota las
conexiones entre “stockes de conocimiento” y acción. Lo que los actores son “capaces
de decir” sobre sus actividades no es en modo alguno todo lo que “saben” sobre ellas.
La conciencia práctica alude al conocimiento tácito que es empleado hábilmente en la
ejecución de cursos de conducta, pero que el actor no es capaz de formular
discursivamente (conocimiento de una regla).
La cognoscibilidad de los agentes humanos en circunstancias históricas dadas, está
siempre enmarcada por las condiciones no reconocidas de la acción y por las
consecuencias no intencionadas. Estas últimas son de importancia esencial para la teoría
social, especialmente en cuanto son incorporadas sistemáticamente dentro de los
procesos de la reproducción de las ideas: en tanto las consecuencias no intencionadas
están sistemáticamente involucradas en la reproducción social, se transforman en
condiciones de la acción.
Conceptos de estructura. Cuando uno enuncia una oración, o doy sentido a una
oración enunciada por alguien, recurro a un “corpus ausente” de reglas sintácticas y
semánticas. Las relaciones sintagmáticas entre las palabras enunciadas existen en un
contexto espacio-temporal, pero las propiedades estructurales del lenguaje, como
características de una comunidad de hablantes de un lenguaje, sólo tienen una existencia
virtual.
Estructura. Reglas y recursos organizados recursivamente. Solo existe como
propiedades estructurales (existencia virtual)
Sistema. Relaciones reproducidas entre actores o colectividades organizadas como
prácticas sociales regulares.
Estructuración. Condiciones que gobiernan la continuidad o transformación de
estructura y por tanto la reproducción de sistemas.
Los sistemas sociales no son estructuras, ellos exhiben propiedades estructurales.
Estructuras son propiedades de los sistemas o de las colectividades, no de las
actividades situadas de los sujetos. Los sistemas sociales solo existen en y a través de la
estructuración.
Las estructuras pueden entenderse como propiedades de los conjuntos o matrices,
reglas-recursos que gobiernan las transformaciones.
Un sistema social es una totalidad estructurada, consistiendo en las prácticas
reproducidas. Las propiedades estructurales existen en el tiempo y en el espacio sólo
como momentos de la constitución de los sistemas sociales. No obstante, podemos
analizar cómo las estructuras están profundamente enraizadas en términos de la
duración histórica de las prácticas aquellas recursivamente, y del alcance espacial de
esas prácticas más profundamente enraizadas en este sentido son instituciones.
La dualidad de la estructura. Se refiere al carácter esencialmente recursivo de la vida
social; las propiedades estructurales de los sistemas sociales tanto medio como resultado
de las prácticas que constituyen esos. La estructura está a la vez permitiendo y
constriñendo.
Las ideas no sólo trabajan “tras las espaldas” de los actores sociales las producen y
reproducen. Cada miembro competente de toda sociedad conoce (en el sentido de
conciencia práctica y discursiva) mucho acerca de las ideas de esa sociedad; tal
conocimiento no es incidental para la operación en la sociedad, sino que está
necesariamente involucrado en ella.
Las propiedades estructurales de los sistemas sociales pueden ser consideradas como
involucrando reglas y recursos. Al referirse a “recursos” Giddens insiste en la
centralidad del poder en la teoría social. El concepto de acción esa vinculado
lógicamente al poder, si este ultimo, interpretado en un sentido amplio como la
capacidad de lograr recursos.
Los recursos son los medios por los cuales el poder es empleado en el curso rutinario de
la acción social: pero son al mismo tiempo elementos estructurales de los sistemas
sociales, reconstituidos en la interacción.
Los sistemas sociales se constituyen como practicas regularizadas, reproducidas a través
del tiempo y del espacio; el poder en los sistemas sociales puede entonces entenderse
como involucrando relaciones reproducidas de “autonomía y dependencia” en la
interacción social.
Dialéctica del control: en los sistemas sociales: la capacidad de los débiles, en las
relaciones regularizadas de autonomía y dependencia q constituyen los sistemas sociales
de volver su debilidad contra los poderosos. Un agente que no participa en ella, de un
modo mínimo deja de ser agente. Todas las relaciones de autonomía y dependencia son
recíprocas: aunque amplían la distribución asimétrica de recursos, todas las relaciones
de poder expresan autonomía y dependencia en ambas direcciones.

GIDDENS Hermenéutica y teoría social

Hermenéutica y teoría social: el interés por la hermenéutica es una respuesta a la


superación del consenso ortodoxo en el ámbito de la lógica y la metodología de la
ciencia social.
Winch argumenta que el objeto de las ciencias sociales concierne sobre todo con la
inteligibilidad de la acción humana. Para captar porque los seres humanos actúan como
lo hacen, debemos comprender el significado de su actividad. Y comprender el
significado de la conducta es captar las reglas que los actores siguen haciendo aquello
que hacen. La acción significativa es una acción orientada por reglas, donde el
conocimiento de estas suministra las razones de los actores para la conducta en la cual
están involucrados.
Verstehen (comprensión del significado) vs. Erklaren (explicación causal de los
fenómenos naturales). Una de las principales diferencias del positivismo y la tradición
hermenéutica ha sido el continuo compromiso de la última con la hipótesis, entendida
no como transcurso de tiempo, sino como la capacidad de los seres humanos de llegar a
ser conscientes de su propio pasado y de incorporar esa conciencia como parte de lo que
es la hipótesis.
La hermenéutica es un cuerpo teórico compartido por todas las disciplinas que
conciernen a la conducta de los seres humanos.
Bajo el título de una “teoría social informada hermenéutica mente”, quisiera desarrollar
una aproximación a la teoría social en la cual el concepto función no tiene lugar. Una
teoría social informada hermenéuticamente no conoce la necesidad de concertar una
adecuada consideración de acción (significativa) con el análisis de sus condiciones no
anticipadas y consecuencias no intencionadas. En lugar del funcionalismo se ofrece la
Teoría de la Estructuración.
Doble hermenéutica: El cuentista social estudia el movimiento social, constituido
como significativo por aquellos que lo producen y reproducen en sus actividades, los
sujetos humanos. Describir la conducta humana de una manera valida es en propio ser
capaz de participar en formas de vida que constituyen y son constituidas por esa
conducta.
La teoría de la estructuración: ni el sujeto (agente humano) ni el objeto (“sociedad”
“ideas sociales”) deberían ser vistos como teniendo supremacía. Cada una es constituida
en y a través de prácticas recurrentes.
El concepto de acción humana presupone el concepto de ideas y viceversa, el concepto
de acción se refiere a 2 componentes de la conducta humana: capacidad y
cognoscibilidad. Por el primero quiero significar que cuando hablamos de la acción
humana, implicamos la posibilidad de que el agente podría haber actuado de otra
manera. Este concepto se conecta de forma inmediata con el significado del poder en la
teoría social.
Por el segundo término quiero significar todas aquellas cosas que los miembros de la
sociedad conocen acerca de esa sociedad y las condiciones de su actividad dentro de
ella. Al igual que la cognoscibilidad, la capacidad no debe ser identificada con la
habilidad de los agentes para tomar decisiones. La capacidad, la posibilidad de hacer de
otra manera es generalmente ejercida como una rutina, como un aspecto tácito en la
conducta cotidiana.
Instituciones. Prácticas sociales estructuradas, con una amplia extensión espacial y
temporal, y que son seguidas o reconocidas por la mayoría de los miembros de una
sociedad. Estructura se refiere a regularidad y recursos aplicados en los sistemas
sociales pero que tienen solo una existencia virtual. Las propiedades estructuradas de la
sociedad existen solamente en su aplicación en la estructuración de los sistemas sociales
y en las huellas de la memoria que constituye la cognoscibilidad de los actores sociales.
Pero las prácticas institucionalizadas suceden y son hechas suceder a través de la
aplicación de recursos en la continuidad de la vida cotidiana. Los recursos son
propiedad estructuradas del sistema social pero existen solamente en la capacidad de los
actores, en su capacidad de actuar de otra manera.
Entre las condiciones no conocidas de la acción deberían ser incluidas las fuentes
inconscientes de la conducta. Estas constituyen un límite a la congnoscibilidad
/capacidad de los agentes. La reproducción social vía la relación de retroalimentación
(feedback) de las consecuencias intencionadas. Aquí las consecuencias inintencionadas
de la acción son simultáneamente condiciones no reconocidas del sistema de
reproducción.
La doble hermenéutica. La Verstehen fue entendida como revivir o reexperimentar los
estados mentales de aquellos cuyas actividades o creaciones tenían que ser
interpretadas.
En las ciencias sociales hoy día tenemos que rotar sobre dos ejes simultáneamente. Al
repensar el carácter de la acción humana, las ideas y su relación, tenemos al mismo
tiempo que tener en mente las transformaciones de la filosofía de la ciencia: la ciencia
es tanto interpretar el mundo como explicarlo.
La doble hermenéutica de las ciencias sociales implica una ligazón lógica entre el
lenguaje ordinario de los actores y la terminología lógica inventada por los científicos
sociales. Schutz dice que los conceptos del observador social deben ser adecuados a
aquellos empleados por los actores cuya actividad tiene que ser descrita o analizada. Los
términos técnicos en las ciencias sociales son adecuados sólo si el modo de actividad
analizado en la construcción típica es comprensible por el actor mismo en términos de
sus propios conceptos. Schutz planteó las cosas de manera equivocada. La ligazón
lógica implicada en la doble hermenéutica no depende de su el actor o actores cuya
conducta está siendo descrita es capaz de captar los conceptos que usa el científico
social. Depende de si el observador científico comprende correctamente los conceptos
por los cuales la conducta de los actores está orientada.
La doble hermenéutica implica que las relaciones entre las ciencias sociales y la vida de
los seres humanos cuya conducta es analizada son dialógicas.

LATOUR

Principales ideas:
- Lo social debe ser explicado
- Los objetos (no humanos) deben ser estudiados por las ciencias sociales
- La asimetría entre “naturales” y “mundo social” debe ser abandonada
- Lo socialmente construido es real y toda construccion es solo parcialmente
previsible
- Las verdades mas “duras” y reconocidas como “objetivas” se encuentran
relacionadas con saberes menos consolidados, señalados como ideologicos,
dudosos o relativos.

Critica la “sociología de los social” y postula la TAR (Teoria Actor Red) para detectar y
rastrear las conexiones sociales: SOCIOLOGIA DE LAS ASOCIACIONES

SOCIOLOGIA DE LO SOCIAL:
- Hegemonica
- Los cientificos sociales pueden ser tan exitosos como los naturales, mediante la
objetividad por las herramientas cuantitativas

PROPUESTA:
Rastrear constantemente las asociaciones, Lo social se ha vuelto irrelevante porque la
TAR demuestra que estamos asociados (humanos y no humanos) en colectivos mas
amplios de los que se piensa tradicionalmente. Lo social: “Movimiento muy peculiar de
reasociaciones y reensamblado”

TEORIA ACTOR RED (TAR)


- SEGUIR A LOS ACTORES
- ACEPTAR PLENAMENTE Y EN STATUS DE IGUALDAD SUS PROPIAS
TEORIAS
- Cuando aparecen nuevas entidades a considerar o innovaciones, la sociología de
lo social ya no es capaz de rastrear nuevas asociaciones de los actores
- La modernidad y su tecnología multiplico las asociaciones y muchas se tornaron
ilegibles al lenguaje sociologico tradicional
- LOS OBJETOS TAMBIEN TIENEN AGENCIA: Cualquier objeto que modifica
con su injerencia un estado de cosas es un actor
FOUCAULT

El sujeto y el poder

Sujeto: sujeto humano se sitúa en relaciones de producción y significación y también en


relaciones de poder muy complejas.
- Poder pastoral: técnica de poder originada en las instituciones cristianas.
- Es una forma de poder cuyo objetivo último es asegurar la salvación individual
en el más allá.
- Se debe estar preparado para sacrificarse a él por la vida y la salvación del
rebaño.
- Se presenta no sólo ante toda la comunidad sino ante cada individuo en
particular durante toda su vida
- No puede ser ejercida sin conocer el interior de la mente de las personas. Esto
implica un conocimiento de la conciencia y una habilidad para dirigirla.
- Estado moderno: estructura muy sofisticada, en la que los individuos pueden
integrarse bajo una sola condición: que su individualidad debe configurarse de una
forma nueva y someterse a un conjunto de patrones muy específicos. “Nuevo poder
pastoral”.
- Cambio en su objetivo: ya no se trata de conducir a la gente hacia su salvación
en el más allá sino más bien de asegurársela en este mundo. La palabra salvación
adquiere un significado diferente: bienestar, salud, seguridad, protección contra los
accidentes.
- Aumentó el número de funcionarios del poder pastoral. A veces, esta forma de
poder se ejerció por medio del aparato del Estado o, en todo caso, por medio de una
institución pública como la policía.
- Desarrollo del conocimiento de los hombres acerca de dos funciones: una
globalizadora y cuantitativa, que concierne a la población, y otra analítica, que
concierne al individuo.
El problema político, ético, social, filosófico de nuestros días no es tratar de liberar al
individuo de las instituciones del Estado, sino de liberar a ambos del Estado y del tipo
de individualización que se vincula con el Estado.
- Poder: reposa sobre actitudes directamente inherentes al cuerpo o subyacente en
instrumentos externos. Hay aquí una cuestión de capacidad. Pone en juego relaciones
entre individuos porque al hablar de estructuras o mecanismos de poder es sólo en la
medida en que suponemos que ciertas personas ejercen poder sobre otras. El término
poder designa relaciones entre partes. Diferenciar las relaciones de poder de las
relaciones de comunicación y de las capacidades. No es que son tres dominios
diferentes, de hecho se superponen unos sobre otros. El poder no es el resultado de un
consenso y tampoco es violencia. Es una capacidad del hombre. No actúa sobre otros
sino sobre las acciones: acción sobre acción. Es una estructura total de acciones
dispuestas para producir posibles acciones. El poder es una cuestión de gobierno. Aquí
se incluye un elemento importante: libertad. El poder se ejerce solamente sobre sujetos
libres que se enfrentan con un campo de posibilidades en el cual pueden desenvolverse
varias formas de conductas, varias reacciones y diversos comportamientos. La
esclavitud no es un ejemplo.
- Disciplina: bloque de capacidad-comunicación-poder. Muestran diferentes modelos de
articulación, a menuda dando preminencia a las relaciones de poder y obediencia. Lo
que se entiende por disciplinamiento de las sociedades es que se ha venido procurando
un creciente y cada vez mejor vigilado proceso de ajuste entre actividades productivas,
recursos de comunicación y juego de relaciones de poder.
- Gobierno: forma en que podría dirigirse la conducta de los individuos o de los grupos.
Gobernar es estructurar un campo posible de acción de los otros.
Una sociedad sin relaciones de poder sólo puede ser una abstracción. Puntos a tener en
cuenta en el análisis del poder:
- El sistema de diferenciaciones que permite actuar sobre las acciones de otros. Cada
relación de poder pone en funcionamientos diferenciaciones que son a su vez sus
condiciones y efectos.
- Los tipos de objetivos perseguidos por aquellos que actúan sobre las acciones de otros.
- Los medios por los cuales se crean relaciones de poder.
- Las formas de institucionalización.
- Los grados de racionalización.
Las relaciones de poder han sido gubernamentalizadas, es decir, elaboradas,
normalizadas y centralizadas en la forma o bajo los auspicios de instituciones estatales.
- Estrategia: designar los medios empleados para alcanzar cierto fin. El poder es la
totalidad de los medios puestos en funcionamiento para instrumentar efectivamente el
poder o mantenerlo. El consenso y la violencia son estrategias del poder.
- Sujeto: gobierno del yo, resistencia del gobierno de los otros sobre mí. Hay estrategias
de los otros para gobernar y hay estrategias propias para resistirse.

FOUCAULT ¿Qué es la crítica?

“La crítica no existe más que en relación con otra cosa distinta de ella misma”.
La cuestión de ¿cómo gobernar?, a la cual ha respondido la multiplicación de todas las
artes de gobernar y de todas las instituciones de gobierno, no puede ser disociada de la
cuestión de ¿cómo no ser gobernado? Actitud crítica: el arte de no ser de tal
modo gobernado.
Puntos de anclaje:
1) Crítica históricamente bíblica: cuál es el tipo de verdad que dice la Escritura.
2) Crítica es jurídica: oponer unos derechos universales e imprescriptibles a los
cuales todo el gobierno deberá someterse.
3) Crítica como problema de la certeza frente a la autoridad: no aceptar como
verdadero lo que una autoridad dice que es verdad, o no aceptarlo por el hecho de que
una autoridad os diga que lo es.
“Yo diría que la crítica es el movimiento por el cual es sujeto se atribuye el derecho de
interrogar a la verdad acerca de sus efectos de poder, y al poder acerca de sus discursos
de verdad”.
Ilustración (Kant): salida de la minoría de edad. Esta minoría de edad es la incapacidad
de servirse del propio entendimiento sin algo que sería la dirección del otro. Esta
incapacidad como una correlación entre el exceso de autoridad y una falta de decisión y
coraje.
Lo que Kant describe como Ilustración es lo que Foucault describe como crítica, como
actitud específica que aparece en Occidente a partir de la gubernamentalización de la
sociedad. La crítica dirá que nuestra libertad se juega menos con lo que emprendemos,
con o más coraje, que en la idea que nos hacemos de nuestro conocimiento y de sus
límites y que en lugar de dejar que otro nos diga “obedece”, cuando nos hayamos hecho
del propio conocimiento una idea justa, cuando podamos descubrir el principio de
autonomía, no tendremos que escuchar el “obedece” o, más bien, el “obedece” se
fundará sobre la autonomía misma.
- Saber: todos los procedimientos y efectos de conocimiento que son aceptables en un
momento dado y en un dominio definido.
- Poder: mecanismos particulares, definibles y definidos que parecen susceptibles de
inducir comportamientos o discursos.
- Saber-poder: mecanismo de poder que se despliega según procedimientos,
instrumentos, medios, objetivos, que puedan ser validados en un sistema de saber más o
menos coherentes
Dos tradiciones de la crítica:
- Analítica de la verdad (Habermas): crítica metódica, crítica de las ideologías. La
crítica consiste en construir un método a partir del cual se pueden establecer criterios
universales del juicio.
- Ontología del presente (Foucault): tradición genealógica (algo que intenta restituir las
condiciones de aparición de una singularidad a partir de múltiples elementos
determinantes, de los que no aparece como el producto sino el efecto). Crítica = actitud
= oponerse a ser gobernado de esa manera; mostrar cómo toda verdad es un efecto del
poder; herramienta que nos da la teoría para desarrollar tecnologías del yo que sean
estratégicas para seguir manteniendo relaciones del poder; fisura en los dispositivos
alrededor de los cuales se puede generar la subjetivación (responder a las tecnologías
del yo, no a las de otro); busca la autonomía (no ser gobernado por el gobierno de los
otros sino por las propias tecnologías, estrategias y prácticas). El problema no es la
validez, el problema es que provoque efectos.

FOUCAULT La verdad y las formas jurídicas

La sociedad contemporánea puede ser denominada sociedad disciplinaria. La formación


de ella se enmarca en la reforma y reorganización del sistema judicial y penal en los
diferentes países de Europa a finales del siglo XVIII y principios del XIX.
- Crimen (infracción, ruptura con la ley civil) = falta (a la ley natural, es inmoral)
- Ley civil no puede debe transcribir en términos positivos los contenidos de la ley
natural.
- Crimen: no es algo emparentado con el pecado y la falta, es algo que damnifica a la
sociedad, es un daño social, una perturbación para la sociedad. El criminal es el
enemigo social
La ley penal debe ser concebida como reparadora del daño que se causó y como aquella
que impida futuros males. Cuatro tipos posibles de castigo:
- Deportación
- Exclusión, aislamiento dentro del espacio moral. Castigo a nivel del escándalo
público, la vergüenza, humillación.
- Reparación del daño social, trabajo forzado, actividades útiles para el Estado o la
sociedad de manera que el daño causado sea recompensado.
- Que el daño no sea cometido nuevamente: matar a quien mató, confiscar los bienes a
quien robó, etc.
Estos proyectos fueron sustituidos por una pena muy curiosa: el encarcelamiento. La
cárcel surgió como una institución casi sin justificación teórica. La penalidad del siglo
XIX se propone cada vez menos definir de modo abstracto y general qué es nocivo para
la sociedad, alejar a los individuos dañinos o impedir que reincidan en sus delitos. Toda
la penalidad del siglo pasa a ser un control, no tanto sobre si lo que hacen los individuos
está de acuerdo o no con la ley sino más bien al nivel de lo que pueden hacer, son
capaces de hacer, están dispuestos a hacer o están a punto de hacer. Para asegurar el
control de los individuos, la institución penal no puede estar en manos de un poder
autónomo, el poder judicial, sino que debe estar en manos de una serie de poderes
laterales, al margen de la justicia, como la policía, las instituciones psicológicas,
psiquiátricas (hospital, asilo), médicas y pedagógicas (escuela). La función ya no es
castigar a los individuos sino corregir sus virtualidades.
Lo que describe bien a esta sociedad disciplinaria es el Panóptico: forma de saber que se
apoya ya no sobre una indagación sino sobre el examen y vigilancia ininterrumpida
sobre los individuos por parte de alguien que ejerce un poder y que, porque ejerce ese
poder, tiene la posibilidad no sólo de vigilar sino también de constituir un saber sobre
aquellos a quienes vigila.
Discurso: no es una orientación al entendimiento ni necesariamente verbal. Es un
régimen de significación que conforma determinados objetos y excluye otros. Tiene una
función perlocurionaria (Austin) pues genera un conjunto de efectos. ¿Qué hace?
1) Establece un principio de verdad, qué es verdad y qué no. La verdad es el resultado
del poder. La verdad acerca de lo que es pensable.
2) El discurso no verbal conforma un dispositivo institucional directamente vinculado a
un saber (saber-poder). El cambio en el discurso se logra a través de un conjunto de
estrategias del poder. Esto es lo que ocurrió para la creación de la sociedad disciplinaria.
Desde el siglo XVIII hasta la sociedad industrial el hombre era considerado no un
objeto de la ciencia social sino una reflexión filosófica. Con el surgimiento del
capitalismo (cambio en el discurso) el hombre es considerado como un individuo vivo
inserto en una trama de relaciones de poder. Las ciencias sociales se combinan:
antropología (hombre es producto de la cultura), economía (hombre es efecto de la
producción). El hombre es desbordado por el lenguaje. El criterio de normalidad lo
establece la ciencia y es que el hombre se puede corregir y cualquier crimen se puede
recuperar.
Capitalismo: los sectores pobres de la población, gente sin trabajo, tienen ahora una
especie de contacto físico con la riqueza. El gran problema del poder en esta época es
instaurar mecanismos de control que permitan la protección de esta nueva forma
material de fortuna.
“Los nuevos sistemas de control social establecidos por el poder, la clase industrial y
propietaria, se tomaron de los controles de origen popular o semipopular y se
organizaron en una versión autoritaria y estatal”.
La sociedad disciplinaria gobierna cuerpos, no grupos ni territorios. Lo verdaderamente
nuevo e interesante es el hecho de que el Estado y aquello que no es estatal se confunde,
se entrecruza dentro de estas instituciones. Más que instituciones estatales o no estatales
habría que hablar de red institucional de secuestro, que es infraestatal. La primera
función de estas instituciones de secuestro es la explotación de la totalidad del tiempo,
de modo tal que el tiempo del hombre se transforme en tiempo de trabajo. La segunda
función es controlar los cuerpos de los individuos, de manera que convierta en fuerza de
trabajo. La tercera función es la creación de un nuevo y curioso tipo de poder: micro-
poder.

FOUCAULT, El orden del discurso,

Hay relaciones de poder en todos los ámbitos de la vida, no sólo en el Estado: en el


discurso, en la producción de discurso y en el orden del discurso.
La producción de discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un
cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros,
dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad.
1) Procedimientos de exclusión (carácter externo): dominar los poderes y los deseos que
el discurso conlleva
- Prohibición: es el más evidente. No se puede hablar de todo ni todos pueden hablar de
todo.
 Tabú del objeto: no se puede hablar de ciertos temas
 Ritual de las circunstancias: cosas que sólo se pueden decir en determinadas
situaciones.
 Derecho privilegiado del sujeto que habla: no todos pueden hablar de todo.
- Separación razón y locura: la palabra del loco no tiene la misma validez que la de un
cuerdo. Que haya una distinción hace que el discurso del loco esté excluido. El trato de
ese discurso es diferente. Históricamente se han creado instituciones que legitiman esta
distinción
- Voluntad de verdad: separación entre lo verdadero y lo falso. Históricamente la verdad
constituía el saber, lo cual la volvía arbitraria y era amparada por prácticas (sofistas). La
voluntad de verdad está amparada por un soporte institucional, pero es acompañada por
la forma que tiene el saber de ponerse en práctica en una sociedad, en la que es
valorizado, distribuido, repartido y en cierta forma atribuido. Tiende a ejercer una
especie de presión y como un poder de coacción. Lo que pretende ser verdadero pero no
lo es y está legitimado por un soporte institucional. “Prodigiosa maquinaria a excluir”.
La prohibición y la separación de locura se debilitan frente a este.

2) Procedimiento de limitación (carácter interno): principios de clasificación,


ordenación, distribución del discurso. Limitar el carácter aleatorio del discurso.
- Comentario: discurso que permanece en el tiempo. Es aquel discurso que hace
referencia a un discurso anterior. “Son dichos, permanecen dichos y están aún por
decir”. En lo que se llama globalmente un comentario, el desfase entre el primer y el
segundo texto representa dos cometidos solidarios. Por una parte, permite construir e
indefinidamente nuevos discursos: el desplome del primer texto, su permanencia, su
estatuto de discurso siempre reactualizable, todo eso funda una posibilidad abierta de
hablar. Pero, por otra parte, el comentario no tiene por cometido, cualesquiera que sean
las técnicas utilizadas, más que el decir por fin lo que estaba articulado silenciosamente
allá lejos. Debe, según una paradoja que siempre desplaza pero a la cual nunca escapa,
decir por primera vez aquello que sin embargo había sido ya dicho. La limitación está
en la repetición, en los intereses (porque el discurso siempre tiene intereses) y que no
puede decirse cualquier cosa sino que debe hacerse referencia al primer texto. “Lo
nuevo no está en lo que se dice sino en el retorno”.
- Autor: considerado no como el individuo que habla sino como un principio de
agrupación y origen de las significaciones del discurso para limitarlo, como foco de
coherencia. En el ámbito científico en la Edad Media era primordial saber quién era el
autor. Eso lo legitimaba, era indicador de veracidad. En la Modernidad era importante
darle un nombre a una hipótesis. Pero en el discurso literario en la Edad Media, era más
valioso que fueran obras anónimas cuando hoy en día se les pide que pongan la firma.
La limitación del azar del discurso está en el juego de una identidad que tiene la forma
de la individualidad y del yo.
- Disciplina: se define por un ámbito de objetos, un conjunto de métodos, un corpus de
proposiciones consideradas como verdaderas, un conjunto de reglas y definiciones, de
técnicas y de instrumentos. Fija sus límites al discurso por el juego de una identidad que
tiene la forma de una reactualización permanente de las reglas.
3) Procedimiento que determina la condiciones de utilización y aparición del discurso:
todas las regiones del discurso no están igualmente abiertas y penetrables.; algunas
están altamente defendidas mientras que otras aparecen casi abiertas a todos los vientos
y se ponen sin restricción previa a disposición de cualquier sujeto que hable.
- Ritual: define la cualificación que deben poseer los individuos que hablan. Define los
gestos, los comportamientos, las circunstancias y todo el conjunto de signos que deben
acompañar el discurso. Fija la eficacia supuesta o impuesta de las palabras, su efecto
sobre aquello a los cuales se dirigen, los límites de su valor coactivo.
- Sociedades de discurso: su cometido es conservar o producir discursos, pero para
hacerlos circular en un espacio cerrado, distribuyéndolos nada más que según reglas
escritas y sin que los detentadores sean desposeídos de la función de distribución. El
número de individuos que habla es limitado y es entre ellos entre quienes el discurso
puede circular y transmitirse.
- Doctrinas: tiende a la difusión. Aprehensión común de un solo y mismo conjunto de
enunciados. La condición requerida es el reconocimiento de las mismas verdades y la
aceptación de una cierta regla de conformidad con dos discursos válidos. La
dependencia doctrinal denuncia a la vez el enunciado y el sujeto que habla, y el uno a
través del otro. Denuncia al sujeto que habla a través y a partir del enunciado, como lo
prueban los procedimientos de exclusión y los mecanismos de rechazo que entran en
juego cuando el sujeto que habla ha formulado uno o varios enunciados inasimilables.
La doctrina denuncia los enunciados a partir de los sujetos que hablan, en la medida en
que la doctrina vale siempre como el signo, la manifestación y el instrumento de una
adhesión propia. La doctrina efectúa una doble sumisión: la de los sujetos que hablan a
los discursos, y la de los discursos al grupo de los individuos que hablan.
- Educaión: instrumento gracias al cual todo individuo en una sociedad puede acceder a
cualquier tipo de discurso, se sabe que sigue en su distribución las líneas que le vienen
marcadas por las distancias, las oposiciones y las luchas sociales. Todo sistema de
educación es una forma política de mantener o de modificar la adecuación de los
discursos, con los saberes y los poderes que implican. Sistema de enseñanza =
ritualización del habla.

Exigencias que el método trae consigo:


- Principio de trastocamiento: allí donde se cree conocer la fuente, el origen de los
discursos es necesario reconocer un juego negativo del corte y admitir un
enrarecimiento del discurso.
- Principio de discontinuidad: el discurso no es ilimitado, continuo y uniforme.
Son discontinuos, se entrecruzan, se ignoran y se excluyen.
- Principio de especificidad: no hay que plantear el discurso como que nos cuenta
el mundo sino como productor del mundo. No es un transmisor de contenidos. No es un
medio de ejercer poder, es en sí poder.
- Principio de exterioridad: a partir del discurso mismo, de su aparición y de su
regularidad, ir hacia sus condiciones externas de posibilidad, hacia lo que da motivo a la
serie aleatoria de esos acontecimientos y que fija los límites.

Los análisis que me propongo hacer se disponen según dos conjuntos. Por una parte, el
conjunto “crítico” que utiliza el principio de trastocamiento: pretende cercar las formas
de exclusión, de delimitación, de apropiación, a las que aludía anteriormente; muestra
cómo se han formado, para responder a qué necesidades, como se han modificado y
desplazado, qué coacción han ejercido efectivamente, en qué medida se han alterado.
Por otra parte, el conjunto “genealógico” que utiliza los otros tres principios: cómo se
han formado, por medio, a pesar o con el apoyo de esos sistemas de coacción, de las
series de los discursos; cuál ha sido la norma específica de cada una y cuáles sus
condiciones de aparición, de crecimiento, de variación. En cuanto al aspecto
genealógico, concierne la formación efectiva de los discursos bien en el interior de los
límites de control, bien en el exterior, bien, más frecuentemente, de una parte y otra de
la delimitación. La crítica analiza los procesos de enrarecimiento, pero también el
reagrupamiento y unificación de los discursos: la genealogía estudia su formación
dispersa, discontinua y regular a la vez. A decir verdad, estas dos tareas no son nunca
separables; no hay, por una parte, las formas de rechazo, de la exclusión, del
reagrupamiento o de la atribución; y después, por otra parte, a un nivel más profundo, el
brote espontáneo de los discursos que, inmediatamente antes o después de su
manifestación, se encuentran sometidos a la selección y al control. La formación natural
del discurso puede integrar en ciertas condiciones y basta cierto punto, los
procedimientos de control; e inversamente, las figuras de control pueden tomar cuerpo
en el interior de una formación discursiva: si bien toda tarea crítica, que ponga en duda
las instancias del control, debe analizar al mismo tiempo las regularidades discursivas a
través de las cuales se forman; toda descripción genealógica debe tener en cuenta los
límites que intervienen en las formaciones reales.
Entre la empresa crítica y la empresa genealógica la diferencia no es tanto de objeto o
de dominio como de punto de ataque, de perspectiva y de delimitación.

HABERMAS

Teoría de la acción comunicativa: Accesos a la problemática de la racionalidad – J.


Habermas

Antes, la filosofía se centraba en un conocimiento unificado del mundo; un saber


totalizante. Los sucedáneos teóricos de las imágenes del mundo han quedado
devaluados no solamente por el progreso fáctico de las ciencias empíricas, sino también,
y más aun, por la conciencia reflexiva que ha acompañado ese progreso. De este modo,
el pensamiento filosófico retrocede autocríticamente por detrás de sí mismo. Con la
cuestión de qué es lo que puede proporcionar con sus competencias reflexivas en el
marco de las convenciones científicas se transforma en metafilosofía. Ahora, el interés
de la filosofía yace en las condiciones formales de la racionalidad del conocimiento, el
entendimiento lingüístico y de la acción, ya sea en la vida cotidiana o en el plano de las
experiencias organizadas metódicamente o de los discursos organizados
sistemáticamente. La teoría de la argumentación cobra aquí una significación especial,
puesto que es a ella quien compete la tarea de reconstruir las presuposiciones y
condiciones pragmático-formales del comportamiento explícitamente racional. Aquí, la
filosofía pierde su autarquía y abandona su objetivo de conseguir teorías substantivas de
la naturaleza, la historia, la sociedad, etc.
Todos los intentos de fundamentación última en que perviven las intenciones de la
filosofía primera han fracasado. En esta situación, se pone en marcha una nueva
constelación en las relaciones entre filosofía y ciencia. La explicación formal de las
condiciones de racionalidad y lo análisis empíricos de la materialización y evolución
histórica de las estructuras de racionalidad, se entrelazan entre sí de forma peculiar,
como nos demuestran la filosofía de la ciencia y la historia de la ciencia. En vez de
tratarse de fundamentaciones de tipo ontológico o transcendental, las teorías acerca de
las ciencias experimentales modernas deben contrastarse con la evidencia de
contraejemplos y, en última instancia, el único respaldo con que pueden contar es que la
teoría reconstructiva resulte capaz de destacar aspectos internos de la historia de la
ciencia y de explicar sistemáticamente, en colaboración con análisis de tipo empírico, la
historia efectiva de la ciencia, narrativamente documentada, en el contexto de las
evoluciones sociales.
Dentro de las ciencias sociales, la Sociología es la ciencia que mejor conecta en sus
conceptos básicos con la problemática de la racionalidad. La Economía Política y la
Ciencia Política dejaban de lado el tema de la racionalidad; la primera por excluir de la
consideración científica las cuestiones práctico-morales referentes a la legitimidad o
tratarlas como cuestiones empíricas relativas a una fe en la legitimidad que hay que
abordar en cada sazón en términos descriptivos y la segunda, al convertirse en una
ciencia especializada se ocupa nada más de la economía como un subsistema de la
sociedad y prescinde de las cuestiones de legitimidad reduciendo la racionalidad al
equilibrio económico y a cuestiones de elección racional. En cambio, la Sociología,
surge como una disciplina que se hace cargo de los problemas que la Política y la
Economía dejaban de lado a medida se convertían en ciencias especializadas. “Su tema
son las transformaciones de la integración social provocadas en el armazón de las
sociedades viejo-europeas por el nacimiento del sistema de los Estados modernos y por
la diferenciación de un sistema económico que se autorregula por medio del mercado.
La Sociología se convierte par excellence en una ciencia de la crisis, que se ocupa ante
todo de los aspectos anómicos de la disolución de los sistemas sociales tradicionales y
de la formación de los modernos.” En otras palabras, pese a que ha habido intentos de
convertir a la Sociología en una ciencia especializada, ha sido la única ciencia social
que ha mantenido su relación con los problemas de la sociedad global.
Hay dos motivos para esto. El primero es que en lo que refiere a los ámbitos que son de
importancia bajo los aspectos de reproducción cultural, integración social, y
socialización, las interacciones no están tan especializadas como en los ámbitos de
acción que representan la economía y la política. La Sociología, entonces, se ve
confrontada con el espectro completo de los fenómenos de la acción social y no con
tipos de acción relativamente bien delimitados que puedan interpretarse como variantes
de la acción ‘racional con arreglo a fines’, relativas a los problemas de maximización de
lucro o de la adquisición y utilización del poder político. Se toman en cuenta todas las
formas de orientación simbólica de la acción.
En este sentido, y yendo al segundo motivo, es la Sociología y no la Antropología
cultural la que muestra una particular propensión a abordar el problema de la
racionalidad debido a que surge como ciencia de la sociedad burguesa y le compete
explicar el discurso y las formas de manifestación anómicas de la modernización
capitalista en las sociedad pre burguesas. En el plano meta teórico elige categorías
tendentes a aprehender el incremento de racionalidad de los mundos de la vida
modernos. Los teóricos de la sociología tratan todos de plantear su teoría de la acción en
términos tales que sus categorías capten el tránsito desde la ‘comunidad’ a la ‘sociedad.’
Y en el plano metodológico, la comprensión de las orientaciones racionales de acción se
convierte en punto de referencia para la comprensión de todas las orientaciones de la
acción. Con ello, se lleva a la relación con la cuestión empírica de si, y en qué sentido,
la modernización de una sociedad puede ser descrita bajo el punto de vista de una
racionalización cultural y social. De acuerdo a Habermas, estas tres temáticas de la
racionalidad vienen impuestas por razones sistemáticas.

*Teórico: la racionalidad instrumental es ideológica porque hace que una parte sea
entendida como el todo. En realidad, se relaciona con la racionalidad comunicativa
que permite la interacción. Estas racionalidades se relacionan con distintos tipos de
saberes.

Habermas va a pretender demostrar que se necesita una teoría de la acción comunicativa


si se desea abordar hoy de forma adecuada la problemática de la racionalización social.

1. ‘Racionalidad’: una determinación preliminar del concepto


Se supondrá el concepto de saber donde hay una estrecha relación entre racionalidad y
saber. El saber tiene una estructura proposicional: las opiniones pueden exponerse
explícitamente en forma de enunciados. En este sentido, el saber tiene más que ver con
la forma en que los sujetos capaces de lenguaje y de acción hacen uso del conocimiento.
En las emisiones o manifestaciones lingüísticas se expresa explícitamente un saber, en
las acciones teleológicas se expresa una capacidad, un saber implícito. El saber puede
ser criticado pero no fiable. La estrecha relación que existe entre saber y racionalidad
permite sospechar que la racionalidad de una emisión o de una manifestación depende
de la fiabilidad del saber que encarnan. Tanto la acción comunicativa como la acción
teleológica encarnan un saber fiable, son intentos que pueden resultar fallidos y son
susceptibles de crítica. Un oyente puede poner en tela de juicio que la afirmación hecha
por A sea verdadera; un observador puede poner en duda que la acción ejecutada por B
vaya a tener éxito. La crítica se refiere, en ambos casos, a una pretensión que los sujetos
agentes necesariamente han de vincular a sus acciones. Esta necesidad es de naturaleza
conceptual, pues A no está haciendo ninguna afirmación si no presenta una pretensión
de verdad en relación con el enunciado p afirmado, dando con ello a conocer su
convicción de que en caso necesario ese enunciado puede fundamentarse. Y B no está
realizando ninguna acción teleológica en absoluto si no considera que la acción
planeada tiene alguna perspectiva de éxito, dando con ello a entender que si fuera
preciso podría justificar la elección de fines que ha hecho en las circunstancias dadas.
Es decir, ambos plantean pretensiones de validez que pueden ser criticadas o
defendidas, esto es, que pueden fundamentarse.
Estas consideraciones tienen por objeto el reducir la racionalidad de una emisión o
manifestación a su susceptibilidad de crítica o de fundamentación. Una manifestación
cumple con los presupuestos de la racionalidad si y solo si encarna un saber falible
guardando así una relación con el mundo objetivo, es decir, con los hechos y resultando
accesible a un enjuiciamiento objetivo. Dicho enjuiciamiento solo puede ser objetivo si
se hace por la vía de una pretensión transubjetiva de validez que para cualquier
observador o destinatario tenga el mismo significado que para el sujeto agente. La
verdad o la eficacia son pretensiones de este tipo. De ahí que las afirmaciones y de las
acciones teleológicas pueda decirse que son tanto más racionales cuanto mejor puedan
fundamentarse las pretensiones de verdad proposicional o de eficiencia vinculadas a
ellas.
Habermas dice que esta propuesta tiene dos debilidades: la primera es que es demasiado
abstracta, pues deja sin explicitar aspectos importantes; y la segunda s que es demasiado
estricta, pues el término ‘racional’ no solamente se utiliza en conexión con emisiones o
manifestaciones que puedan ser verdaderas o falsas, eficaces o ineficaces. La
racionalidad inmanente a la práctica comunicativa abarca un espectro más amplio.
Limitándose a la versión cognitiva en sentido estricto del concepto de racionalidad, que
está definido exclusivamente por referencia a la utilización de un saber descriptivo, se
puede ir en dos direcciones distintas. Al tomarse la utilización no comunicativa de un
saber proposicional en acciones teleológicas, se está tomando una predecisión a favor de
ese concepto de racionalidad cognitivo-instrumental que a través del empirismo ha
dejado una profunda impronta en la autocomprensión de la modernidad. Si por el
contrario, se parte de la utilización comunicativa de saber proposicional en actos de
habla, se está tomando una predecisión a favor de un concepto de racionalidad más
amplio que enlaza con la vieja idea de logos. Este concepto de racionalidad
comunicativa posee connotaciones que en última instancia se remontan a la experiencia
central que tiene un habla argumentativa en que diversos participantes superan la
subjetividad inicial de sus respectivos puntos de vista y merced a una comunidad de
convicciones racionalmente motivada se aseguran a la vez de la unidad del mundo
objetivo y de la intersubjetividad del contexto en que desarrollan sus vidas.
La pretensión de validez no es lo único que caracteriza a una acción racional, pues esto
es dar por sentada la existencia de un mundo objetivo como es en el caso del realista. En
el caso del fenomenólogo, este presupuesto se convierte en problema y se pregunta
cuáles son las condiciones bajo las que se constituye para todos los miembros de una
comunidad de comunicación la unidad de un mundo objetivo. Y un mundo solo cobra
objetividad por el hecho de ser reconocido y considerado como uno y el mismo por una
comunidad de sujetos capaces de lenguaje y de acción. Este concepto abstracto de
mundo es condición necesaria para que los sujetos que actúan comunicativamente
puedan entenderse entre sí sobre lo que sucede en el mundo o lo que hay que producir
en el mundo. Con esta práctica comunicativa se aseguran a la vez del contexto común
de sus vidas, del mundo de la vida, que intersubjetivamente comparten. Este mundo
viene delimitado por la totalidad de las interpretaciones que son presupuestas por los
participantes como un saber de fondo. De modo que la pretensión de validez no puede
ser un disenso sobre el mundo objetivo ya que este es considerado experiencia
compartida y no es falsable ni cumple una función descriptiva. En otras palabras, es.
Cualquier disenso es un desafío, pero se cuestionan las circunstancias de aquél que
expresó el disenso y no el mundo objetivo que se comparte.
Según este modelo, las manifestaciones racionales tienen el carácter de acciones plenas
de sentido e inteligibles en su contexto, con las que el actor se refiere a algo en el
mundo objetivo. Con ello, las pretensiones de validez de las expresiones simbólicas
remiten a un saber de fondo, compartido intersubjetivamente por la comunidad de
comunicación.
Este concepto más amplio de racionalidad comunicativa desarrollado a partir del
enfoque fenomenológico puede articularse con el concepto de racionalidad cognitivo-
instrumental desarrollado a partir del enfoque realista de modo que la acción no solo es
racional en tanto y en cuanto sea susceptible de crítica y fundamentación, sino que
también, la pretensión de validez debe ser congruente con el mundo de la vida donde se
despliega la acción.
Los sujetos coordinan sus intervenciones en el mundo por medio de la acción
comunicativa (que supone la interacción entre el sujeto y los demás sujetos). Si solo las
personas capaces de responder de sus actos pudieran comportarse racionalmente y su
racionalidad se midiera por el éxito de las intervenciones dirigidas a la consecución de
un propósito, basta con exigir que puedan elegir entre alternativas y controlar (algunas)
condiciones del entorno y por lo tanto, bastaría con la racionalidad cognitivo-
instrumental. Pero si su racionalidad se mide por el buen suceso de los procesos de
entendimiento entonces no basta con recurrir a tales capacidades. En los contextos de
acción comunicativa solo puede ser considerado capaz de responder de sus actos aquel
que sea capaz, como miembro de una comunidad de comunicación, de orientar su
acción por pretensiones de validez intersubjetivamente reconocidas.
Sin embargo, es evidente que existen otros tipos de emisiones y manifestaciones que,
aunque no vayan vinculadas a pretensiones de verdad o eficacia, no por ello dejan de
contar con el respaldo de buenas razones por el mismo hecho de que en los contextos de
comunicación, no solamente llamamos racional a quien hace una afirmación y es capaz
de defenderla frete a un crítico, aduciendo las evidencias pertinentes, sino que también
llamamos racional a aquel que sigo una norma vigente y es capaz de justificar su acción
frente a un crítico interpretando una situación dada a la luz de expectativas legítimas de
comportamiento. De este modo, podemos llamar racional a quien exprese un deseo, un
sentimiento, un estado de ánimo, a quién revela un secreto, que confiesa un hecho, etc.,
y que después convence a un crítico de la autenticidad de la vivencia así desvelada
sacando las consecuencias prácticas y comportándose de forma consistente con lo dicho.
También se puede decir que las acciones reguladas por normas y las
autorrepresentaciones expresivas son de carácter racional, pero en vez de hacer
referencia a los hechos, hacen referencia a normas y vivencias. El agente plantea la
pretensión de que su comportamiento es correcto en relación con un contexto normativo
reconocido como legítimo o de que su manifestación expresiva de una vivencia a la que
él tiene un acceso privilegiado es veraz. También estas emisiones pueden resultar
fallidas y sus pretensiones de validez son susceptibles de crítica. Sin embargo, el saber
encarnado en las acciones reguladas por normas o en las manifestaciones expresivas no
remite a la existencia de estados de cosas, sino a la validez de normas o a la mostración
de vivencias subjetivas. El hablante no se refiere a algo en el mundo objetivo, sino solo
a algo en el mundo social común o a algo en el mundo subjetivo que es en cada caso el
propio de cada uno. Con ello, Habermas señala que existen actos comunicativos que se
caracterizan por otras referencias al mundo y que van vinculados a pretensiones de
validez que no son las mismas que las de las emisiones o manifestaciones constatativas
(veracidad, eficacia).
Lo mismo sucede con las emisiones evaluativas, que no se limitan a expresar un
sentimiento o una necesidad meramente privados, ni tampoco apelan a una vinculación
de tipo normativo. Ellas se fundamentan mediante el uso de juicios de valor. Los actores
se comportan racionalmente mientras utilicen predicados tales de modo que los otros
miembros de su mundo de la vida puedan reconocer bajo esas descripciones sus propias
reacciones ante situaciones parecidas. Cuando, por el contrario, utilizan estándares de
valor de forma tan caprichosa que ya no pueden contar con la comprensión dimanante
de la comunidad de cultura, se están comportando idiosincráticamente. Entre esas
evaluaciones privadas puede haber algunas que tengan carácter innovador, pero eso no
quita que sean valoraciones de carácter privatista que no pueden remitirse a la
experiencia compartida del mundo de la vida. Y quien en sus actitudes y valoraciones se
comporta en términos tan privatistas que no puede explicar sus reacciones ni hacerlas
plausibles apelando a estándares de valor, no se está comportando racionalmente.
Hasta ahora, tenemos entonces, que la racionalidad inmanente a la práctica
comunicativa se pone de manifiesto en que el acuerdo alcanzado comunicativamente ha
de apoyarse en última instancia en razones. Y la racionalidad de aquellos que participan
en esta práctica comunicativa se mide por su capacidad de fundamentar sus
manifestaciones o emisiones en las circunstancias apropiadas. La racionalidad
inmanente a la práctica comunicativa cotidiana remite, pues, a la práctica de la
argumentación como instancia de apelación que permite proseguir la acción
comunicativa con otros medios cuando se produce un desacuerdo que ya no puede ser
absorbido por las rutinas cotidianas y que, sin embargo, tampoco puede ser decidido por
el empleo directo, o por el uso estratégico del poder. Por ello, Habermas piensa que el
concepto de racionalidad comunicativa, que hace referencia a una conexión sistemática
de pretensiones universales de validez, tiene que se adecuadamente desarrollado por
medio de una teoría de la argumentación.
Se llama argumentación al tipo de habla en que los participantes tematizan las
pretensiones de validez que se han vuelto dudosas y tratan de desempeñarlas o de
recusarlas por medio de argumentos. Una argumentación contiene razones que están
conectadas de forma sistemática con una pretensión de validez de la manifestación o
emisión problematizadas. La fuerza de una argumentación se mide en un contexto dado
por la pertinencia de las razones. Esta fuerza argumentativa se pone de manifiesto si es
capaz de convencer a los participantes en un discurso, esto es, en si es capaz de
motivarlos a la aceptación de la pretensión de validez en litigio. Mediante esto también
se puede juzgar la racionalidad de una persona por la forma en la que actúa y responde
al ser partícipe de la argumentación; si se muestra abierto a los argumentos, o bien
reconocerá la fuerza de esas razones o tratará de replicarlas, y en ambos casos, se estará
enfrentando a ellas de forma racional. Pero si se muestra sordo a los argumentos, o
ignora las razones en contra o las replicará con aserciones dogmáticas, no se está
enfrentando racionalmente a las cuestiones. Las personas en su comportamiento
también deben ser susceptibles de crítica y fundamentación; para ser racionales deben
también estar dispuestos a exponerse a la crítica, y en caso necesario, a participar
formalmente en argumentaciones.
En virtud de esa susceptibilidad de crítica, las manifestaciones o emisiones racionales
son también susceptibles de corrección. Podemos corregir las tentativas fallidas si
logramos identificar los errores que hemos cometido, de modo que el concepto de
fundamentación va íntimamente unido al concepto de aprendizaje. También en los
procesos de aprendizaje juega la argumentación un papel importante.
La forma de argumentación en que se convierten en tema las pretensiones de verdad que
se han vuelto problemáticas es el discurso teórico. En el ámbito práctico-moral ocurre
algo parejo. Se le llama racional a una persona que puede justificar sus acciones
recurriendo a las ordenaciones normativas vigentes. Pero sobre todo, se le llama
racional a aquel que en un conflicto normativo actúa con lucidez, es decir, no se deja
llevar por sus pasiones ni entregándose a sus intereses inmediatos, sino esforzándose
por juzgar imparcialmente la cuestión desde un punto de vista moral y por resolverla
consensualmente, El medio en que puede examinarse hipotéticamente si una norma de
acción esté o no reconocida de hecho, puede justificarse parcialmente, es el discurso
práctico. Es decir, la forma de argumentación en que se convierten en tema las
pretensiones de rectitud normativa.
Las normas de acción se presentan en su ámbito de validez con la pretensión de
expresar, en relación con la materia necesitada de regulación, un interés común a todos
los afectados y de merecer por ello un reconocimiento general. De ahí que las normas
válidas, en condiciones que neutralicen cualquier otro motivo que no sea el de la
búsqueda cooperativa de la verdad, tienen en principio que poder encontrar también el
asentamiento racionalmente motivado de todos los afectados. En este saber intuitivo nos
estamos apoyando siempre que argumentamos moralmente. Pero esto no quiere decir
que esa intuición también pueda en efecto justificarse reconstructivamente; pues esta
posición solo podrá ser defendida con alguna perspectiva de éxito si no asimilamos
precipitadamente los discursos prácticos, que se caracterizan por su referencia a las
necesidades interpretadas de los afectados en cada caso, a los discursos teóricos, que se
refieren a las experiencias interpretadas de un observador.
Las argumentaciones que sirven a la justificación de estándares de valor no cumplen
con la condición de discurso El halo de reconocimiento intersubjetivo que se forma en
torno a valores culturales no implica todavía en modo alguno una pretensión de
aceptabilidad culturalmente general o incluso universal.
Debe señalarse que las manifestaciones expresivas solo pueden enjuiciarse por su
veracidad en el contexto de una comunicación enderezada al entendimiento.
Podemos resumir diciendo que la racionalidad puede entenderse como una disposición
de los sujetos capaces de lenguaje y de acción. Se manifiesta en formas de
comportamiento para las que existen en cada caso buenas razones. Esto significa que las
emisiones o manifestaciones racionales son accesibles a un enjuiciamiento objetivo. Lo
cual es válido para todas las manifestaciones simbólicas que, a lo menos,
implícitamente, vayan vinculadas a pretensiones de validez. Todo examen explícito de
pretensiones de validez controvertidas requiere una forma más exigente de
comunicación que satisfaga los presupuestos propios de la argumentación. Las
argumentaciones hacen posible un comportamiento que puede considerarse racional en
un sentido especial, a saber: el aprender de los errores una vez que se los ha
identificado. Mientras que la susceptibilidad de crítica y de fundamentación de las
manifestaciones se limita a remitir a la posibilidad de la argumentación, los procesos de
aprendizaje por los que adquirimos conocimientos teóricos y visión moral, ampliamos y
renovamos nuestro lenguaje evaluativo y superamos autoengaños y dificultades de
comprensión, precisan de la argumentación.

Juegos con agentes racionales – M. Hollis

Los juegos con agentes racionales están compuestos por individuos que aparecen
como agentes humanos con deseos y creencias y actúan de forma que den cuenta de lo
que sucede. La teoría económica de la elección racional los trata a modo de individuos
racionales y egoístas, cada uno de los cuales intenta maximizar su propia utilidad. La
teoría de los juegos que prosigue analizando dicha interacción descansa sobre esta teoría
de elección racional.
La teoría de elección racional parte de un individuo único e idealmente racional
y consta de tres componentes:
 Preferencias totalmente ordenadas
 Informacioó n completa
 Perfecto ordenador interno
El actor actúa racionalmente en la medida en que escoge la acción que él mismo calcula
de un modo racional y que instrumentalmente es la mejor para satisfacer sus creencias.
Sin embargo, la realidad es que ninguno de nosotros cuenta con un conjunto de
preferencias tan completo y consistente respecto a la gama, incluso de los más
plausibles resultados. No contamos con nada que se le parezca a una información
completa y el patrón para funcionar con probabilidades subjetivas dentro del mundo de
incertidumbres es inequívocamente artificial. Tampoco tenemos perfectos ordenadores
internos. Es por ello que este actor racional es un tipo ideal que asume una simple y
potente noción de racionalidad.
Actuamos racionalmente cuando sabemos qué es lo que queremos, tenemos la
astuta idea de saber qué tan plausible es cada curso de acción para satisfacernos y a qué
coste y escogemos la acción que en consecuencia nos parece el medio más eficaz para
lograr nuestros fines. En el caso de la teoría de los juegos y la de la elección racional, se
habla de una racionalidad instrumental.
No existe otra cuestión sobre la racionalidad que la de sus fines. Los agentes
racionales pueden tener cualquier preferencia si y solo si sus elecciones maximizan
correspondientemente la utilidad esperada que acarician.
El agente que actúa por interés propio no debe ser concebido como una persona
con mucho amor propio o egoísta, o interesado en el sentido cotidiano del término, sino
en rigor del primer principio estándar que solo supone que los agente están guiados por
sus propias preferencias. De este modo, la teoría no brinda valoraciones de quién es
bueno y quién es malo. Los agentes solo buscan maximizar su utilidad esperada.
Este agente racional se encuentra en un medio independiente: no hay certeza de
las consecuencias de su acción. El medio establece los parámetros dentro de los cuales
debe hacerse la elección y esto es independiente de las decisiones del agente. Son
paramétricas las decisiones tomadas en un medio independiente. Sin embargo, cuando
entran otros agentes en escena, la elección racional del individuo dependerá de lo que
escoja el otro. Cada uno podría necesitar una estrategia que tome en cuenta la estrategia
del otro. Elecciones interdependientes que de ese modo son estratégicas. Es aquí donde
da comienzo la teoría de los juegos: esta analiza las estrategias de elecciones racionales
en un escenario de tipo ideal, en el cual cada agente racional sabe, además de otras
cosas, que los demás agentes son racionales en el sentido ya definido.
El escenario básico comprende dos jugadores (agentes racionales) con un
propósito y cuatro posibilidades distintas. Lo que suceda dependerá en parte de cómo
cada uno de los jugadores considere los cuatro resultados. Ambos han de tener en cuenta
la forma en la que el otro considere lo resultados y también lo que piense el otro.

Cuatro juegos básicos


1. Coordinación
Este juego es uno donde no hay intereses en conflicto. La elección racional es una
donde ambos reciben el mayor beneficio si cooperan. Estos juegos carecen de poder
explicativo ya que da una clave muy simple a la existencia de una sociedad en la que
‘todo agente actúa exclusivamente en interés propio.’ Supuesto que los intereses
individuales se complementan, no es de extrañar que los individuos formen
asociaciones. No hay ningún misterio respecto al surgimiento de una sociedad que
mejora para todos la situación del estado natural. Además, las convenciones que
benefician a todos no requieren coacciones entre agentes racionales. Así, si los intereses
no estuvieran nunca en conflicto, la sociedad civil se analizaría a modo de un conjunto
de juegos de coordinación.
2. El dilema del prisionero
Donde sí hay un conflicto de interés, la elección que dé mayor beneficio a ambos no es
la más racional (ni óptima) pues hay una elección que brinda a cada uno
individualmente un beneficio mayor.
3. Playing chicken
Ninguna elección beneficia a nadie.
4. La batalla de los sexos
Las estrategias de equilibrio pueden no beneficiar a uno de los agentes, pero salirse de
ellas sería peor para ambos.

La teoría de los juegos puede ofrecer un análisis en profundidad de las


instituciones sociales y de la sociedad en su conjunto.
La sociedad vista aquí como artificio que permite a los individuos racionales salir del
lema del prisionero
SCHUSTER “Del naturalismo la escenario postempirísta”

Corriente anglosajona. Dominante en la filosofía de la ciencia siglo XX.


a- empirismo lógico. Circulo de Viena (Carnap), Círculo de Berlín(Reichenbach) y
Escuela de Oxford (primer Wittgestein)
b- racionalismo crítico/falsacionismo: Popper
c- postempirísmo: Kuhn, Hesse y Hacking
En los años ´60 y ´70 entra en crisis el modelo clásico en la filosofía de la
ciencia, caracterizado por el empirismo lógico y el racionalismo crítico, las cuales
coinciden en algunos puntos puestos en cuestión por el postempirismo.
 La ciencia como un conjunto de enunciados de distintos niveles de generalidad y
abstracción testeables empíricamente y organizados en las teorías científicas.
 La confianza en la capacidad de la lógica para explicar y comprender los
procesos científicos y su legitimidad a través de la reconstrucción del método científico.
 La creencia en el proceso científico y en la racionalidad (lógica) de los procesos
de cambio teórico.
 Ante dos o más teorías coexistentes en determinado momento, sólo una debería
poder sostenerse legítimamente.
 La confianza en la experiencia como “último ratio” objetiva de verdad científica.
 La ciencia es la única forma legítima de conocimiento humano
Hacia mediados de los ´60 se produjo un importante cambio en la manera de
pensar lo científico: en 1962 Kuhn publica “La estructura de las revoluciones
científicas”.
Sin embargo, ya entre los años ´20 y 1962 se muestra el germen que llevará a las
convicciones postempiristas y ello de la misma mano del empirismo. En los enfoques
clásicos de aquellos resulta clave la creencia de que para entender los procesos que
permiten la comparación de los enunciados con la realidad por medio de la percepción
ha de haber un orden lógico, una claridad enunciativa, una determinada formalización
del lenguaje.
En las dos primeras etapas de la filosofía de la ciencia anglosajona, el problema central
podía dividirse en dos claves de análisis: el criterio de demarcación de la ciencia, y la
búsqueda de la verdad de los enunciados científicos. Este conjunto de criterios es lo que
se va a llamar método científico.
El problema del método es el de las garantías a través de las cuales yo puedo confiar en
los productos del conocimiento, es decir, los enunciados enlazados entre sí a través de
un orden lógico en un cuerpo que llamamos teoría. Para el empirista lógico un
enunciado debe ser verificable, siendo esta la base de su legitimidad, no sólo en tanto
enunciado científico, sino también en tanto enunciado significativo. Para Popper, un
enunciado nunca puede ser verificable: la verificabilidad supone la confianza en el
carácter objetivo y absoluto de la observación sensorial. Pero si debe ser falsable, que
quiere decir que exista en su propio planteo la posibilidad de que haya algún tipo de
datos empíricos que pueda obligarnos a abandonar este enunciado. Que algo sea falsable
no quiere decir que sea falso, sino que si yo afirmo A y en algún momento alguien me
demuestra X, Y o 2 (contradictorios con A) yo estaré dispuesto a abandonar A.
Las discusiones en las primeras décadas del último medio siglo en las ciencias sociales
oscilaban entre dos extremos. O la pura especulación filosófica o bien, una pura
recopilación de datos, lo que se llamaba el hiperfactualismo. El gran desafío de las
ciencias sociales de los ´50 fue constituir lo que Bernstein denomina la teoría empírica:
la cristalización de construcciones conceptuales de un nivel de generalidad y
abstracción medianamente alto para ambas pero con un campo empírico de aplicación
que permita el control la comparación y el testeo de un cierto nivel.
El empirismo lógico fundó centralmente su idea de una teoría sobre la base de que esta
es un conjunto de enunciados, es decir, construcciones de lenguaje que se diferencian de
otras construcciones de lenguaje que se diferencian de otras construcciones en el hecho
de que pueden ser verdaderos o falsos. Los enunciados de las teorías son llamados
hipótesis debido a que son enunciados que deben ser puestos a prueba por medio del
control empírico.
Según Klimovsky, hay enunciados de diferentes niveles.
 De descripción singular de contenido empírico
 De nivel empírico pero de cierto grado de generalidad
 Términos teóricos: su contenido no es ni directamente ni indirectamente
observable. Son términos que aparentemente no tienen un contenido (dimensiones
empíricas). Por Ej.: los protones, el inconsciente, el poder.
Una teoría es un conjunto de enunciados de carácter hipotético.
La idea tradicional de teoría es que hay enunciados de diferente nivel, en general un
grupo de enunciados de base que suelen ser de alto nivel teórico, y a partir de allí se
deducirían los enunciados de más bajo nivel teórico y de mayor legitimidad hasta llegar
al punto en que los enunciados se puedan llegar a poner a prueba. Cada enunciado se
pone a prueba independientemente de los demás. Si el enunciado que resulta ser falso se
dedujo de otros enunciados, entonces la falsedad de este enunciado inmediatamente nos
hace preguntar sobre la verdad o falsedad de los enunciados premisa de los que
partimos. Así hasta llegar al corazón de la teoría.
Kuhn criticó todo esto afirmando que en realidad uno pone a prueba una teoría toda en
su conjunto o no pone a prueba nada. El mismo enunciado significaría entonces cosas
distintas en dos teorías, porque el uso de los términos dependería del contexto: en
concepción holista de las teorías científicas cada término adquiere su significado de las
relaciones con los demás términos. Las teorías con esta concepción ya no son conjuntos
sino estructuras enunciativas.
La idea tradicional de teoría viene ligada a conjuntos de enunciados con cierto nivel de
generalidad y abstracción, que a su vez se puede poner a prueba empíricamente por
procedimientos de correspondencias empíricas, por deducción, etc. Se cambia la idea de
“conjunto de enunciados” por la idea de “estructuras enunciativas”, en el sentido de que
la teoría, es una unidad de sentido.
Un elemento de acción hoy en día es poder interpretar la información, no alcanza sólo
con tenerla, hay que saber leerla, y justamente es esto lo que se le está pidiendo a
muchas ciencias sociales: claves de lecturas, matrices de interpretación. Cuando se pide
eso aparece de nuevo la preocupación por la teoría, porque para que haya una clave de
lectura tiene que haber algún conjunto de líneas directrices, de conceptos reguladores
que permitan ordenar la información.
En ciencia no sólo importa la verdad sino también la relevancia. Para que uno pueda
establecer que correlaciones, que regularidades que uno se encuentra entre ciertas
variables son relevantes, uno tiene que tener alguna teoría en un sentido blando (sin
términos teóricos de alto nivel de abstracción), pero sí alguna clave de lectura, que tenga
algunas reglas de interpretación; tal que en esa matriz de interpretación yo sepa que
existen ciertas regularidades que se puedan dar pero que no son relevantes.
En el enfoque postempirísta, el eje de consideración pasa de entender a la filosofía de la
ciencia como un análisis circunscrito en el estudio de las teorías a una concepción más
amplia, que admite el estudio no sólo del producto científico (las construcciones del
lenguaje llamadas teorías), sino también de los procesos científicos: construcción de
comunidades científicas, procedimientos a través de los cuales una teoría se construye,
formas de asociación humana a través de las cuales las teorías adquieren sentido y se
controlan.
Ya no podemos pensar las teorías en términos de que su verdad o falsedad esté limitada
a una relación especular con un conjunto de datos. Por relación especular quiero decir la
idea de que para cada enunciado hay un hecho que corresponde a ese enunciado, y
entonces uno podría pensar que las teorías reflejan el mundo igual que un espejo. En
general, siempre se plantea la noción de verdad en estos términos: unas teorías serán
aceptables si representan el mundo tal cual es. Y la manera de entender esto es formular
enunciados aislados de las teorías y ponerlos a prueba empíricamente con los hechos de
los cuales esas teorías hablan.
Esto entra en crisis con Popper, quien empieza a mostrar que todo enunciado tiene carga
teórica, que no existe la idea de la pura descripción del mundo (adecuación perfecta).
Hay algunos autores que hablan de la diferencia entre el programa popperiano y su
metodología. Mientras que esta se aparta del empirismo, su programa, el conjunto de
concepciones filosóficas que tenía del mundo, siguen perteneciendo a la tradición
empirista. A Popper no le interesa saber que es lo que pasa en la mente de los científicos
cuando a partir de determinadas observaciones se ponen todos de acuerdo sobre los
enunciados. Hay algo de la experiencia que se nos impone y nos obliga por la fuerza a
aceptar ciertos enunciados como verdaderos o falsos.
El postempirismo no tiene rasgos unificadores absolutos; es un escenario dentro del cual
conviven y entran en conflicto diversas corrientes de pensamiento. Con él se abandona
la idea de que el estudio de las ciencias es centralmente el estudio de las teorías
científicas. Aparece como necesaria una psicología de la ciencia, una sociología de la
ciencia, una historia de la ciencia.
No solo se trata de que la cada hipótesis afirma que las cosas son de tal manera, sino
que la clave de lectura debe entenderse en términos de individuos, grupos, o en términos
de determinadas categorías de análisis general. Entonces aquí aparece este problema de
interpretación, que obliga a pensar no solamente si tenemos una teoría verdadera, sino
centralmente cual es la mejor teoría.
Aparece también la idea de que aquellos cuerpos teóricos que son relevantes, y
explicativos durante determinado tiempo es raro que sean refutados de un día para el
otro. En general, sucede que van siendo abandonados progresivamente, en la medida en
que los investigadores científicos se encuentran con problemas que están en el centro de
la cuestión y nunca terminan de ser abordados; a estos problemas Kuhn los denomina
anomalías, y hacen que los investigadores vayan abandonando sus cuerpos teóricos y
reemplazándolos por otros.
Mary Hesse planteó la tesis de subdeterminación de las teorías por los datos, que
sostiene que sólo puede testearse una teoría empíricamente en la medida en que esa
teoría conlleva una clave de interpretación de los datos empíricos mismos. En este
sentido, distintas teorías, aunque no cualquiera, pueden resultar avaladas
empíricamente, en la medida en que sus diversas claves de interpretación resulten
eficaces a la hora de dar sentido a la multiplicidad de la información.
La idea de determinación de las teorías por los datos nos remite a la noción acerca de
que los datos determinan las teorías frente a un cuerpo de datos uno sabe que es
aceptable y cuales no, y habitualmente la idea es que debe quedar “una” teoría. La
indeterminación (no aceptada por los postempiristas) sostiene que hay una separación
tal entre realidad y lenguaje que es el propio lenguaje el que diseña y ordena la realidad.
Pero si no hay determinación ni hay indeterminación, lo que si hay es subdeterminación.
Esto es, al cuerpo de datos no permite afirmar cualquier teoría, pero al mismo tiempo no
es obligatoria que quede un solo cuerpo teórico, pueden quedar diferentes cuerpos
teóricos. Sobrevivirán todos los cuerpos teóricos que logren construir un esquema de
interpretación que de cuenta adecuadamente de un complejo de datos, no solamente
sincrónico, sino que ese complejo de datos se va actualizando permanentemente con
nuevos datos pasados o futuros.
El postempirismo es una concepción amplia de la ciencia, una idea subdeterminista de
la relación con los datos y una teoría de la interpretación.
Giddens dice que toda ciencia es hermenéutica, porque exige una dimensión de
interpretación, pues ya no alcanza con la lógica para hacer filosofía de la ciencia, hay
que tener una teoría de la interpretación, o sea, de la asignación de matrices de lenguaje
conjuntos de información empírica. Pero al mismo tiempo las teorías sociales soportan
una doble hermenéutica, porque interpretan una realidad que ya está interpretada por los
propios sujetos que la producen y reproducen. Entonces, hay que tener una teoría de la
interpretación del sentido común, y a su vez una teoría de la interpretación de nuestra
investigación sobre ese sentido común ya interpretado. Esto genera una vuelta, porque a
los sujetos sociales les interesa lo que las teorías construyen sobre ellos. Con lo cual
resurge el problema de las predicciones suicidas: una predicción que en principio puede
ser buena pero, al ser conocida por los sujetos sociales da lugar a que estos puedan,
desde el punto de vista político, transformar las condiciones que la predicción suponía y
hacer que no se cumpla. Giddens dirá entonces que lo que antes era un problema
metodológico hoy tenemos que asumirlo como un elemento constitutivo del
conocimiento social. Las predicciones suicidas se convierten así en una consecuencia de
la doble hermenéutica, del impacto de las afirmaciones del mundo empírico sobre sus
hacedores.
Un último punto del postempirismo es el que tiene que ver con la idea de que el acuerdo
científico es posible sobre la base de que hay una serie de acuerdos tácitos que están en
la base de las teorías científicas. Y esos acuerdos son filosóficos y metodológicos
acerca, por ejemplo, de que tipo de entidades estamos dispuestos a aceptar en el mundo,
límite no sólo dado por términos empíricos, sino dado por lo que muchos autores llaman
una cosmovisión.
El postempirismo nos ha permitido salir de una concepción de las ciencias sociales en la
que estas reducían su lógica y su método a la de las ciencias naturales abriendo el juego
a la interpretación, al mundo de la acción y la subjetividad, y de la doble hermenéutica.
No obstante, en este punto la situación podría volverse sobre sí misma. Al plantearse la
cuestión en términos de un escenario de complejidad, el postempirismo nos desafía a
recuperar un concepto de realidad, ya no ingenuo ni obvio, y al hacerlo nos fuerza a
pensar que quizá la separación entre subjetividad y objetividad en la realidad social sólo
pueda tener fines analíticos. A la vez, podemos interrogarnos acerca de hasta de que
punto la distinción entre realidad social y natural tiene límites precisos.

SCHUTZ “El problema de la realidad social”


Formación de conceptos y teorías en las ciencias sociales. Dos tendencias dividen a
lógicos, metodológicos y científicos sociales. En el monismo metodológico los únicos
métodos científicos son de las ciencias naturales, y sólo ellos deben ser aplicados en su
totalidad al estudio de los asuntos humanos. Se afirma que es el no haber actuado así es
lo que ha impedido a las ciencias sociales elaborar sistemas de teorías explicativas de
precisión comparables a las que ofrecen las ciencias naturales.
El dualismo metodológico plantea que existe una diferencia estructural básica entre el
mundo social y el mundo natural. Esta idea condujo a concluir que los métodos de las
ciencias sociales difieren de los que se utilizan en las ciencias naturales.
Estos argumentos no toman en cuenta que un conjunto de reglas de procedimiento
científico tiene igual validez para todas las ciencias empíricas. En todas rigen los
principios del control de las inferencias y a la verificación por parte de otros
investigadores, así como los ideales teóricos de unicidad, simplicidad y universalidad
El comprensivísimo afirma que las ciencias sociales procuran “comprender” los
fenómenos sociales en términos de categorías “provistas de sentido” de la experiencia
humana, y por lo tanto el enfoque “causal-funcional” de las ciencias naturales no es
aplicable a la investigación social. El experto en ciencias sociales debe construir tipos
ideales o modelos de motivaciones en cuyos términos procura “comprender” la
conducta social manifiesta atribuyendo fuentes de acción a los actores que toman parte
de ella.
Nagel critica y sostiene que:
(a) estas fuentes de acción no son accesibles a la observación sensorial. De esto se
desprende que el especialista en ciencias sociales debe identificarse imaginativamente
con los participantes, y contemplar la situación tal como lo hacen los actores mismos.
Sin embargo todo esto, dice Shutz, no es necesario.
(b) la imputación de emociones, actitudes y propósitos como explicación de la conducta
manifesta es una hipótesis doble: por un lado, presupone que los agentes participantes
en algún fenómeno social se encuentran en determinado estado psicológico; y por otro
lado, presupone relaciones definidas de concordancia entre dichos estados y entre estos
y la conducta manifiesta.
(c) no “comprendemos” la índole y el funcionamiento de los motivos humanos y su
expresión en la conducta manifiesta mas adecuadamente que las relaciones causales
externas.
Shutz concuerda con Nagel en que todo conocimiento empírico supone descubrimientos
logrados mediante procesos de inferencia controlada, y que debe poder ser enunciado de
una forma proposicional y verificado por cualquier persona mediante la observación
(que necesariamente tiene que ser sensorial). También concuerda en que teoría
significa, en todas las ciencias empíricas la formulación explícita de relaciones
determinadas entre un conjunto de variables, en términos de las cuales puede ser
explicada una clase de regularidades empíricamente discernibles. Schutz opina que
Nagel interpretó erróneamente el postulado de Weber acerca de la interpretación
subjetiva. Lo que impide captar la cuestión más importante para los científicos sociales
es su filosofía básica (empirismo sensorialista o positivismo lógico) que identifica la
experiencia con la observación sensorial, presuponiendo que la única alternativa a la
observación sensorial (controlable y objetiva) es la introspección subjetiva
(incontrolable e inverificable).
El objetivo primario de las ciencias sociales es lograr un conocimiento organizado de la
realidad social, entendida como la suma total de objetos y sucesos dentro del mundo
social cultural, tal como lo experimenta el pensamiento del sentido común de los
hombres que viven su existencia cotidiana entre sus semejantes, con quienes los
vinculan múltiples relaciones de interacción. Es el mundo de los objetos culturales e
ideas sociales en el que todos hemos nacido, dentro del cual debemos movernos y con el
que tenemos que entendernos. Todos experimentamos el mundo en el que vivimos como
un mundo natural y cultural al mismo tiempo; como un mundo natural y cultural al
mismo tiempo; como un mundo no privado, sino intersubjetivo común a todos,
realmente dado a potencialmente accesible a cada uno. Esto supone la
intercomunicación y el lenguaje.
Esta realidad social es el objeto propio de las ciencias sociales. El postulado que
describe y explica la conducta humana en términos de observaciones sensoriales
controlables no llega a describir ni a explicar el proceso mediante el cual el investigador
controla y verifica los descubrimientos obtenidos, con su observación, otro investigador
y las conclusiones que este ha extraído. Para hacerlo, el primero debe saber que ha
observado el segundo, cual es el objetivo de su investigación, porque consideró que el
hecho observado era pertinente para la investigación, etc. Este conocimiento es
comúnmente denominado comprensión.
 Una misma conducta manifiesta puede tener para los actores un significado
diferente del que tiene para el observador.
 El concepto de acción humana en términos del pensamiento de sentido común y
de las ciencias sociales incluye las acciones negativas (abstención intencional de
actuar), lo cual escapa a la observación sensorial.
 La realidad social contiene elementos de creencias y convicciones que son reales
porque así lo definen los participantes, y que escapan a la observación sensorial.
 El postulado de la observación sensorial de la conducta humana manifiesta adopta
como modelo un sector particular y pequeño del mundo social: las situaciones en las
que el individuo actuante se presenta al observador en una relación cara a cara. Pero
estas situaciones no son las que predominan.
En términos del pensamiento de sentido común, en su vida cotidiana los hombres tienen
conocimiento de esas diversas dimensiones del mundo social en que viven. Este
conocimiento no solo es fragmentario, ya que se limita principalmente a ciertos sectores
de este mundo; también es con frecuencia contradictorio en sí mismo y presenta todos
los grados de claridad y nitidez; desde la compenetración plena o “conocimiento acerca
de”, pasando por el trato directo o mera familiaridad, hasta la ciega creencia en cosas
presupuestas. Con todo, y pese a estas insuficiencias, el conocimiento del sentido
común de la vida cotidiana basta para entenderse con la realidad social. Esto es así,
porque el mundo es desde el comienzo un mundo intersubjetivo, y porque nuestro
conocimiento de él está socializado de diversas maneras. Además, el mundo social es
experimentado como un mundo provisto de sentido. Experimentamos la acción de
nuestro semejante en términos de sus motivos y fines. De igual modo, experimentamos
los objetos culturales en términos de la acción humana de la cual son resultado.
La Verstehen no es un método empleado por el científico social, sino la particular forma
experiencial en que el pensamiento de sentido común toma conocimiento del mundo
social cultural. Los críticos de la comprensión la clasifican como subjetiva porque
comprender los motivos de la acción de otro hombre depende de la intuición privada,
incontrolable e inverificable del observador, o se remite a su situación privada de
valores. En cambio Weber la llama subjetiva porque se propone descubrir el sentido que
esa acción tiene para su copartícipe o para un observador neutral.
(a) como forma experimental del conocimiento de sentido común de los asuntos
humanos.
(b) como problema epistemológico.
(c) como método específico de las ciencias sociales.
El conocimiento de sentido común de la vida cotidiana es el fondo incuestionado dentro
del cual comienza la investigación, y el único en cuyo interior es posible efectuarla.
Dentro de ese Lebenswelt se origina todos los conceptos científicos y lógicos. El
objetivo de la ciencia es elaborar una teoría que concuerde con la experiencia
explicando los objetivos de pensamiento construidos por el sentido común mediante las
construcciones mentales u objetos de pensamiento de la ciencia. Todo conocimiento del
mundo supone construcciones mentales, síntesis, generalizaciones, formalizaciones e
idealizaciones específicas del nivel respectivo de organización del pensamiento.
Una teoría encaminada a explicar la realidad social debe elaborar recursos particulares
ajenos a las de las ciencias naturales, destinados a coincidir con la experiencia de
sentido común del mundo social.
El campo observasional del científico social, la realidad social, tiene un significado
específico y una estructura de significatividades para los seres humanos que viven,
actúan y piensan dentro de él, quienes mediante una serie de construcciones de sentido
común van afectando selecciones e interpretaciones previas de este mundo que
experimentan como la realidad de sus vidas cotidianas. Son estos objetos de
pensamiento suyos los que determinan su conducta al motivarla. Las construcciones de
las ciencias sociales son construcciones de segunda, o sea construcciones de las
construcciones elaboradas por quienes actúan en la escena social, cuya conducta debe
observar y explicar el especialista en ciencias sociales de acuerdo con las reglas de
procedimiento de sus ciencias sociales. La indagación de los principios generales según
los cuales el hombre organiza en la vida cotidiana sus experiencias del mundo social, es
la primera tarea de la metodología de las ciencias sociales.
El mundo es experimentado desde un principio, en el pensamiento precientífico de la
vida cotidiana, a la manera de lo típico. Los objetos y sucesos singulares que se nos dan
en un aspecto singular son singulares dentro de un típico horizonte de familiaridad y
conocimiento previo por tratamiento directo. El hecho de que yo haga una cosa u otra
cosa, y también que rasgos o cualidades de un objeto o suceso dados consideraré como
individualmente únicos y cuáles como típicos, dependerá de mi interés actual y del
correspondiente sistema de significatividades, del problema práctico o teórico que tenga
a mano. La tipificación dependerá de mi problema a mano, para cuya definición y
solución he elaborado tal tipo. A esta percepción del actor en cuanto a la dependencia a
los motivos y fines de sus acciones con respecto a su situación biográficamente definida
se refieren los especialistas en ciencias sociales cuando hablan del significado subjetivo
que el actor “asigna a” su acción o “vincula con” ella.
Pero el mundo de la vida cotidiana también es un mundo social cultural dentro del cual
me relaciono, en múltiples formas de interacción, con semejantes a quienes conozco en
grados diversos de intimidad. Sólo en situaciones particulares y de modo fragmentario,
puedo experimentar los motivos, objetivos, etc. de los otros; los significados subjetivos
que ellos atribuyen a sus acciones, en su unicidad. Puedo, en cambio, experimentarlos
en su tipicidad. Esos esquemas tipificados de la conducta de los otros, pasan a ser a su
vez motivos de mis propias acciones, lo cual conduce a la autotipificación.
Existen también otras especies de tipos ideales, los elaborados por el especialista en
ciencias sociales, que poseen una estructura diferente y suponen una teoría. El
conocimiento de sentido común de la vida cotidiana está socializado de tres maneras:
(a) estructuralmente. Se basa en la idealización de la reciprocidad de perspectivas,
según la cual, si yo cambiara de lugar con mi semejante, experimentaría el mismo sector
del mundo en las mismas perspectivas que él, perdiendo toda significación nuestras
situaciones biográficas.
(b) genéticamente. La mayor parte de nuestro conocimiento es de origen social, y en
términos socialmente aprobados.
(c) en el sentido de la distribución social. Cada individuo conoce sólo un sector del
mundo.
Se ha demostrado que las construcciones del primer nivel (sentido común) se refieren a
elementos subjetivos: la Verstehen de la acción del actor desde su punto de vista. Por
consiguiente, si en verdad las ciencias sociales aspiran a explicar la realidad social
también las construcciones científicas del segundo nivel deben incluir una referencia al
sentido subjetivo que tiene una acción para el actor. El postulado de la interpretación
subjetiva de Weber debe ser entendido así: todas las explicaciones científicas del mundo
social pueden y deben referirse al sentido subjetivo de las acciones de los seres humanos
en las que se origina la realidad social.
¿Cómo es posible elaborar conceptos objetivos y una teoría objetivamente verificable de
la estructuras subjetivas de sentido? Los conceptos elaborados por el científico social
son construcciones de las construcciones elaboradas en el pensamiento de sentido
común por los actores de la escena social. Las construcciones de segundo nivel son
sistemas teóricos que contienen hipótesis susceptibles de ser puestos a prueba.
Como hombre de ciencia, y no como ser humano, aquel no toma parte de la situación
observada, que no ofrece para él un interés práctico, sino sólo cognoscitivo. Al decidirse
a ser un científico, el experto en ciencias sociales ha reemplazado su situación
biográfica personal por una situación científica. Todo problema científico está
determinado por el estado actual de la ciencia, y su solución debe ser lograda de acuerdo
con las reglas de procedimiento que gobiernan esta ciencia, y que garantizan el control y
la verificación de la solución ofrecida. Solamente el problema científico, una vez
establecido, determina lo que es significativo para el científico, así como el marco
conceptual de referencia que deberá utilizar. Esto es lo que Weber postula como
objetividad en ciencias sociales.
Cada término de cualquier modelo científico de acción humana debe ser constituido de
un modo que un acto humano afectado dentro del mundo real por un actor determinado,
sería comprensible para el actor mismo así como para sus semejantes en términos de
interpretaciones de sentido común de la vida cotidiana. El cumplimiento del postulado
de coherencia lógica garantiza la validez objetiva de los objetos de pensamientos
construidos por el científico social, el cumplimiento del postulado de adecuación
garantiza su compatibilidad con las construcciones de la vida cotidiana.

HABERMAS/FOUCAULT

¿Qué tienen en común?


Estos autores discuten en un terreno común que está conformado por 3 dimensiones

1) Dimensión teórica: ambos son pensadores Postmarxistas. Ambos se distancian de la tradición


marxista en cuanto no reconocen una jerarquía de conflictos en el cual el conflicto
capital/trabajo fuera el conflicto fundamental. No están de acuerdo con la idea marxista de que
superado este conflicto se pueda acceder a una sociedad libre de relaciones de poder.
2) Dimensión político-social: Ambos trabajan en los años 70, en el contexto de la crisis del
estado de bienestar y la desestructuración de la sociedad salarial. Asisten a la ofensiva de un
discurso neoconservador y al surgimiento de formas de resistencia novedosas. Surgen
Movimientos sociales, estos son expresiones políticas que confrontan con las formas
institucionales clásicas de mediación de los conflictos políticos: los partidos y los sindicatos.
Son organizaciones horizontales, deliberativas que funcionan en red y cuya idea es que es
dentro de la propia experiencia democrática donde se puede construir una sociedad más
emancipada.
Ejemplos de estos movimientos son los movs. Ecologistas, feministas, de derechos civiles.

3) Dimensión Metodológica: Postempirismo Según esta tradición la realidad social es una


construcción simbólica que debe estudiarse a partir del perfeccionamiento de una teoría del
lenguaje.
4) Dimensión Ideológica: Postmetafísicos Buscan desarrollar una teoría social a partir de una
descripción pragmática del discurso y la comunicación sin apelar a concepciones dialécticas o
trascendentales.

Ejes de comparación:
.1 - Críticas que un autor al otro
.2- Discurso
.3- Racionalidad
.4- La idea de crítica y el Rol del cientista Social.

1- CRÍTICAS DE UN AUTOR AL OTRO.

De Foucault a Habermas:

Foucault critica el componente de universalidad en la teoría de Habermas, la idea de que las


acciones comunicativas y las pretensiones de validez son universales a todo acto de habla, a
toda situación de entendimiento. Foucault va a decir que esto lo lleva a un discurso de
trascendencia utópica que va a terminar siendo una forma de defender una determinada forma
de poder, y bajo el concepto de acción comunicativa y de pretensión de validez universal
legitima lo que critica, la ideología de hacer pasar un particular como universal.
el discurso de trascendencia utópica en Habermas lo vemos en su postulación de una comunidad
ideal de comunicación que apunta a un consenso universal en un auditorio ilimitado. Esta
comunidad no solo abarca a todos los habitantes actuales del planeta con posibilidad de dialogo
comunicativo, sino incluso a los que aun no han nacido.
f. dice que se debe transformar pero sin dar recetas universales cuestionando lo existente,
abriendo nuevos campos.
Lugar emancipatorio dado a la racionalidad comunicativa. La razón no puede sustraernos del
problema del poder ya que este es siempre singular y material. Y menos cuando esa posibilidad
de nos la ofrezca la ciencia o la filosofía. Foucault en esto se parece a Adorno que toma a la
razón como un sistema de exclusión. La razón separa (hombre/ mujer – hombre/naturaleza) Es a
través de la razón es que se construye la lógica de la identidad que expulsa lo diferente.
De Habermas a Foucault:

acusa a F de neoconservador y normativista.


Neoconservador porque dice que justifica el statu quo: al ver relaciones de poder en todo y al no
haber jerarquías en las que se puedan delinear modelos de acción, todo queda relativizado. Si
todo es poder, entonces, nada es poder.
Normativista porque promueve una manera de ser y de hacer las cosas.
Es una teoría elitista, la genealogía como procedimiento no está al alcance de cualquiera, queda
limitado al investigador social.

2- EL DISCURSO
Para Habermas es un medio para alcanzar un consenso racional en el cual por medio de una
argumentación y contra argumentación sobrevivan las mejores ideas, y la idea del consenso
racional es alcanzar emancipación. El discurso es el momento de la comunicación en el cual se
cuestiona una pretensión de validez y se comienza un intercambio argumentativo para tratar de
fundamentar un nuevo entendimiento, por eso el discurso es una potencial posibilidad de toda
comunicación. Y lo que va a posibilitar el entendimiento en todo acto de habla es la acción
comunicativa que va a estar separada de las formas de poder y dominación, Para H el discurso
está separado del poder, cuando se busca imponer intereses particulares es una distorsión al
lenguaje. Por otro lado las pretensiones de validez se discuten en la acción comunicativa.
Cuando el discurso se desarrolla desde la acción comunicativa, es ahi cuando se pueden debatir
las pretensiones (ampliar)
Para Foucault no hay posibilidad de separar la idea de discurso de las relaciones de dominación,
estas no son distorciones al lenguaje que puedan ser dejadas de lado en la búsqueda de la
emancipación de la conciencia via la argumentación racional. sino que para Foucault, es el
mismo discurso el principa productor de relaciones de poder y dominación. Tampoco está
presente en este autor la voluntad de pensar una sociedad utópica sin relaciones de poder o
dominación.
El discurso para Foucault, es un régimen de significación (produce significados) a partir del cual
se puede establecer que una cosa es verdadera o falsa, que una cosa es visible y otra no visible,
que un tipo de sujeto es normal o anormal. T oda sociedad va a construir dispositivos para poder
controlar el discurso. El discurso es el resultado de un escenario de luchas y depende de los
acontecimientos específicos que se producen en relación con esas luchas. Funciona por rupturas
y recomposiciones de acuerdo a la situación estratégica de las luchas. El propósito central del
discurso es la normalización, es decir, el control permanente de los individuos en función de
ciertos criterios de normalidad. Para Foucault no es deseable una sociedad donde no haya
relaciones estratégicas de poder.
Para F el discurso tiene 3 propiedades fundamentales:
Discontinuidad: El discurso es el resultado de un escenario de luchas específico y depende de
los acontecimientos que se producen en relación con esas luchas. Por ende no existe un discurso
inmutable donde las relaciones de poder que se ejercen en el sean eternas sino que funciona por
rupturas y recomposiciones.
Singularidad: El discurso debe estudiarse en si mismo, según el régimen en el que esta sujeto y
según el cual funciona.
Materialidad: El discurso es PERFORMATIVO, produce estados de cosas, no ofrece acuerdos
posibles. Los efectos del discurso no se resisten a través del argumento, se resisten a través de
una acción que los disloque. De otro discurso que luche contra ese, produciendo un efecto
diferente.
En síntesis, para H el lenguaje tiene como fin el entendimiento. El poder o el control son
factores distorsivos externos al lenguaje, interrumpiendo la búsqueda del consenso racional
imponiendo un interés particular. Para H el lenguaje a través de la acción comunicativa es un
medio para la emancipación. Para F, no hay sociedad sin relaciones de dominación, la cual va a
intentar controlar el discurso como mecanismo de poder, y neutralizar el lugar del azar, el
discurso es esencial no como medio sino como material de construcción. Ver
Otras diferencias entre los autores en relación al discurso. Mientras para Habermas el discurso
es verbal, para Foucault no es únicamente verbal. Para H. la comunicación es
INTERSUBJETIVA: lo que hay es comunicación entre sujetos capaces de acción y de lenguaje,
para F. el discurso es TRANSUBJETIVO: es el mismo discurso el que produce sujetos con
determinadas características específicas de acuerdo a los diferentes dispositivos.
Para H. el discurso en la vida cotidiana debe ofrecer acuerdos que permitan coordinar acciones a
través del entendimiento. Para F. el discurso no ofrece acuerdos sino que produce estados de
cosas: implica una definición de verdad, una institucionalización de esa verdad y a través de ella
la creación de subjetividades. Produce sujetos.

3- RACIONALIDAD:
Habermas desideologiza el concepto de razón kantiano. ¿Qué quiere decir que ese concepto es
ideológico? La modernidad hizo pasar por universal un particular. La razón Instrumental
(mejores medios para conseguir determinado fin) colonizó el mundo de la vida. La racionalidad
instrumental es adecuada para las ciencias empírico-analíticas cuyo objetivo es ejercer control
sobre la naturaleza. Observar, controlar variables, predecir, etc. Pero no es la única racionalidad.
Si se la pasa al terreno de las ciencias sociales se cae en la idea positivista de que es el técnico el
único con capacidad para interferir en la vida social.
Es alejándose de esta concepción que Habermas plantea una idea de racionalidad ampliada. A
cada tipo de acción humana corresponde un determinado tipo de racionalidad (instrumental- de
acuerdo a valores- veracidad) y hay una racionalidad que engloba a todas las otras haciéndolas
posibles que es la Racionalidad Comunicativa. Esta última (transcultural y transhistórica) es la
que va a orientarse a la emancipación de la conciencia, a la auto reflexión tanto individual como
colectiva, esto se alcanza a partir de la argumentación discursiva, a partir de la cual el hombre
puede evolucionar a través de la auto reflexión.
Para Foucault la racionalidad es una construcción que va a organizarse de distintas maneras, en
distintas sociedades para controlar el discurso y ejercer el poder. Critica a la racionalidad como
idea totalizarte, o como idea de superación. No cree en una idea de racionalidad universal.
Foucault (al igual que Theodor Adorno) toma a la razón como un sistema de exclusión. La razón
separa (hombre/ mujer – hombre/naturaleza) Es a través de la razón que se construye la lógica
de la identidad que expulsa lo diferente.

4- LA IDEA DE CRÍTICA Y EL ROL DEL CIENTISTA SOCIAL:


La idea de Crítica refiere a la relación del discurso de las ciencias sociales con las realidades
sociales de dominación o emancipación a las que ese discurso se refiere.
Foucault:
la idea de critica pasa por la idea de que el rol del científico va a ser desnaturalizar aquello que
se da como natural. Poder cuestionar el orden de las cosas y poder ver el lugar de la
construcción social en cada uno de los discursos y proponer modelos alternativos. Esto se da a
través de la Genealogía.
Para poder hacer critica el científico tiene que basarse en los siguientes principios: el principio
de especificidad se refiere a dejar de ver al lenguaje como medio, este no describe, es parte de
una realidad concreta, material que ejerce violencia, poder. El principio de exterioridad implica
ver las condiciones externas de producción del discurso, es decir, desde qué marcos de poder se
construye ese discurso (ej. Cómo surge la idea del loco, quién la promueve a quién favorece). Y
este trabajo crítico va a estar relacionado con el principio de trastocamiento que implica ver las
formas concretas de exclusión, qué grupos están representados en un discurso y que grupos
quedan marginados de ese discurso.
La metodología crítica para Foucault es la Genealogía:
“un modo de investigación que consiste en remontarse hacia los orígenes de las convicciones
morales, de las ideas, de las creencias. No con el objetivo de buscar algo así como una esencia
sino para poner de manifiesto la fuente según la cual se habrían originado, su carácter de
construcción social y por ende permeable y transformable con el tiempo.”
La Genealogía va a combatir tres tipos de reduccionismos 1. Reducción de la diversidad de los
procesos históricos a una totalidad sintética, 2. Reducción de las historia a lo que somos en el
presente, 3. Reducción del pasado a un producto acabado y logrado.
Para Foucault la crítica no es un método sino una actitud que consiste en usar el discurso teórico
para provocar la dislocación de los dispositivos, de los discursos. Para mostrar su carácter
artificial, su carácter de dispositivos de poder. La pregunta que debe hacerse la crítica es:
¿Cómo llegamos a ser lo que somos? La crítica debe trabajar genealógicamente sobre las
condiciones de emergencia de un determinado discurso para tratar de dislocarlo. Y Cuál es la
consecuencia de esta dislocación? La crítica no lleva necesariamente a la emancipación, no
dirige la emancipación. Lo que sí hace es promover la creación de nuevas subjetividades antes
ocultas, reprimidas por ese discurso. En el modelo de Foucault no se puede llegar a una
sociedad libre de dominación pero si se puede aspirar a ampliar el campo de la libertad del
sujeto. Dar voz a los excluidos, presentar alternativas para cada situación que antes no existían.
CONCLUSION CRITICA FOUCAULT: Hay algo que se da como natural, Foucault trata de
mostrar que no lo es, remontarse a su origen, a su justificación para crear conciencia alrededor
suyo. Para hacer ver que es un dispositivo, una construcción social y que por ende es transitorio
y específico. De esta manera se puede rastrear en la historia lo que quedó excluido.Se puede dar
voz a ese silencio y así ampliar la libertad del sujeto, abriendo nuevas alternativas.

EL modelo de Crítica de Habermas es el modelo normativista-emancipador.


La crítica no tiene un objetivo teórico sino práctico. El lenguaje separado de manera utópica de
las formas de dominación va a buscar desarmarlas y construir algo mejor. EL horizonte al cual
llegar es la comunidad comunicativa (donde no haya distorsiones en la comunicación y se
llegue a los mejores consensos y por ende se cordinen acciones de la mejor manera).
Lo que tiene que hacer la teoría social crítica es promover la autorreflexión libre, lo que la
ciencia tiene que afrontar es cómo generar condiciones para una democracia mas libre,
autónoma, deliberativa. Que desde la acción comunicativa va a haber un potencial
entendimiento en cualquier sociedad, que este entendimiento se va a ver amenazado por las
relaciones de dominación, el lenguaje separado de estas formas de dominación va a
cuestionarlas y construir algo mejor, una comunidad comunicativa donde se pueda alcanzar el
consenso.
Síntesis: F a diferencia de H no le confía ninguna prioridad a lo que respecta a la racionalidad o
pretensiones de validez, por otro lado F no cree en un sistema teórico a partir del cual se va a
llegar a la emancipación, porque cualquier sistema universal ya va a ser una manera de ejercer
poder y dominación, el investigador tiene que cuestionar la realidad y proponer modelos
alternativos y a diferencia de H no hay una única alternativa, H sostiene que a la acción
comunicativa como la que va a traer la emancipación, para F cada alternativa se va a tener que
analizar en cada situación específica. Idea de lo múltiple en F, y la idea de universalidad en H.
Para F no hay una base objetiva, no hay algo universal, la objetividad es una construcción.

OBJETIVIDAD EN HABERMAS: intersubjetividad mediada por la comunicación


Cómo actúa el científico? Primero debe COMPRENDER. Para comprender debe ser un
participante potencial o virtual de la comunicación. Por qué virtual?
Los sujetos directamente implicados en la acción comunicativa persiguen en la practica
comunicativa cotidiana sus propias intenciones de acción. El sistema en el que el científico
social se mueve como actor se encuentra en otro niel. En este ultimo el científico social
participa despojándose de sus atributos de actor y concentrándose, como hablante y oyente,
exclusivamente en el proceso de entendimiento, ya que el interprete científico cuando se lo
considera en su calidad de actor, persigue fines que no se relacionan con el contexto que está
investigando, sino con un sistema de acción distinto. En este sentido, el intérprete, dentro de un
contexto de observación, no persigue intenciones de acción propias.
A su vez, comprender implica la posibilidad de juzgar sobre las pretensiones de validez de las
acciones o practicasen estudio.
El investigador juzga las pretensiones de validez de los sujetos que estudia. A su vez los pares
científicos juzgarán la adecuación teórica y metodológica de que se vale el científico. A su vez,
los sujetos de su estudio pueden querer debatir los resultados de la investigación. Así, podría
resultar que la investigación ilustra a los sujetos sobre las condiciones de sus propias prácticas y
les permite ver las cosas de otro modo. Sería este el resultado perfecto para el sueño
emancipatorio de la crítica de raíz frankfurtiana. Pero también podría resultar que los sujetos
rechaces el juicio critico de base científica y se afirmen en sus propias posiciones. Pueden
hacerlo, pero deben argumentar.

Resumen de Ricoeur:
Capítulo 3: La acción considerada como un texto.
Paul Ricoeur (1913-2005) es un filósofo francés que ejerció una influencia renovadora en el campo de
la orientación hermenéutica de los estudios sociales.
En el siglo XX y a partir de la propuesta de Max Weber (1864-1920) de concebir a la comprensión
como el método fundamental de la sociología, numerosos autores trabajaron en el campo de la teoría
de la acción. Un seguidor de las ideas de Weber, Alfred Schütz (1899-1959), desarrolló la noción de lo
social como un ámbito pleno de significado, con lo cual se revalorizó el papel de la comprensión en
las ciencias sociales. Ahora bien, Schütz se preocupó por despejar las dudas en cuanto a la
comprensión, pues muchos filósofos neopositivistas (como Nagel y Hempel) habían sostenido que se
trataba de un método subjetivista (fundado en una interpretación meramente subjetiva de los motivos
por los que actuaban las personas), que impedía que las ciencias sociales se convirtieran en
disciplinas verdaderamente científicas. Schütz trató de elevar la comprensión a un método objetivo,
que no tenía nada que envidiarle a las ciencias naturales.
Ricoeur puede ser ubicado como parte de un grupo de autores que ampliaron la noción de
comprensión al incorporarle los avances de la hermenéutica en el plano de los estudios lingüísticos y
literarios. Ante todo, Ricoeur aclara que debe entenderse por hermenéutica la interpretación de los
documentos escritos de nuestra cultura (actividad también conocida como exégesis), es decir,
constituye una actividad cuyo objeto es restringido (los signos escritos), mientras que la comprensión
(la verstehen) abarca todas las formas de signos que puede emitir un individuo. Mediante esta
restricción, Ricoeur se pone a cubierto de las críticas que se le formularon al uso de la comprensión
en las ciencias sociales.
La hipótesis principal de Ricoeur es la siguiente: las ciencias humanas (prefiere esta denominación a
la de ciencias sociales) son hermenéuticas, a) porque su objeto revela algunos rasgos semejantes a
los de un texto; b) porque su metodología desarrolla procedimientos similares a los de la
interpretación de textos.
En este capítulo Ricoeur se dedica a justificar ambos puntos de su hipótesis.
¿Por qué puede aplicarse el paradigma del texto, desarrollado por la hermenéutica, al objeto de las
ciencias sociales? En otras palabras, ¿por qué pueden analizarse los fenómenos sociales como si se
tratara de un texto, aplicando las técnicas de la hermenéutica?
Para entender el argumento de Ricoeur es preciso entender a qué se refiere cuando habla de
discurso. Nuestro autor sostiene que el discurso es un acontecimiento, en el sentido de que es algo
que se da y que resulta diferente a lo existente. Si se trata de discurso hablado, el acontecimiento es
evanescente, desaparece casi al mismo tiempo de ser emitido, sin dejar rastros (cosa que hace muy
difícil su estudio). En cambio, cuando el discurso es fijado en la escritura, es decir, el registro escrito
de lo que se dice, se abre la posibilidad de emprender el análisis por medio de la hermenéutica.
Ahora bien, el pasaje del discurso hablado a la escritura genera una serie de cambios en el discurso,
a saber:
a) El discurso hablado sólo existe en presente, en el sentido de que es un acontecimiento fugaz. En
condiciones normales, lo que se dice desaparece rápidamente. Pero si el discurso es fijado en la
escritura, se ve reforzado, pues no está destinado a desaparecer. Ricoeur señala que en la escritura
no se fija el acontecimiento de hablar (el mero hecho de hablar, de decir algo), sino la exteriorización
del objetivo del discurso. En palabras más complejas, el Sagen (el decir) quiere convertirse en Aus-
sage (la enunciación, lo enunciado). Es justamente este enunciado el objeto de estudio de la
hermenéutica.
El problema fundamental que debe resolver la hermenéutica es qué se dice en el acto de hablar.
Ricoeur recurre a la teoría del acto del habla desarrollada por los filósofos analíticos John Austin
(1911-1960) y John Searle (n. 1932).
El acto de hablar está constituido por una jerarquía de actos subordinados, que se dividen en tres
niveles: 1) acto locucional, que es el acto de decir; b) acto ilocucional, que es aquello que hacemos en
el decir; c) acto perlocucional, que aquello que hacemos por medio del decir. Así, el profesor que dice
“¡Saquen una hoja!” está realizando a la vez un acto locucional, emitiendo la oración mencionada; un
acto ilocucional, está formulando una orden y no un ruego (está haciendo una orden); un acto
perlocucional, está consiguiendo que los estudiantes saquen efectivamente una hoja y se apresten
efectivamente a realizar el parcial.
A partir de lo anterior, Ricoeur está en condiciones de afirmar que el significado del acto del habla
depende no sólo del acto locucional, sino también del acto ilocucional y del perlocucional. La
significación es la suma de todos estos aspectos.
b) En el discurso hablado coinciden la intención del autor y el significado del texto, pues en el habla la
referencia al interlocutor de lo que se está diciendo es inmediata. De ahí que pueda decirse que el
discurso es autorreferencial. En cambio, al fijarse el texto lo que autor quiere decir se separa de lo
que el texto dice ahora, pues se pierde la referencia directa a un interlocutor (que existe, como
dijimos, en el habla). En este sentido, cabe afirmar que el texto se separa de la psicología del autor.
De ahí que surja un espacio amplio para la interpretación.
c) Así como en el punto anterior se planteó la separación entre la intención del autor y el significado
del texto en el discurso escrito, se verifica también una separación entre la referencia a una situación
común a los interlocutores, que se verifica en el habla (y que permite que todos los participantes en el
diálogo entiendan lo que se dice, aún cuando se de el caso de que hablen por “medias palabras”).
En cambio, en el discurso escrito se pierde esa referencia a una situación común, liberando al
discurso de los límites de referencia ostensible (es decir, las referencias directas que aparecen en el
diálogo hablado). Ricouer afirma que ésta es una virtud del discurso escrito, pues permite generar
referencias abiertas, que vayan más allá de lo que el texto dice. De este modo, el texto escrito abre
posibilidades, que van mucho más allá de lo que el texto mismo dice.
d) En el habla, los participantes están siempre inmersos en los límites de esa relación (no pueden
zafar de las referencias directas y de un mundo común). En el texto escrito, en cambio, no existe un
interlocutor definido. Un texto, en principio, está dirigido a todos (en un sentido extremadamente
general, todos en todos los tiempos y lugares). Ricoeur afirma, entonces, que un texto crea su propio
público. De manera que el discurso escrito se separa de todos los límites que condicionan la relación
cara a cara propia del diálogo hablado.
A continuación, Ricoeur aplica los cuatro puntos anteriores al análisis de la acción significativa (esto
es, el tipo de acción que estudian las ciencias sociales – la acción que posee un sentido -). Ricoeur
aclara desde el principio que la acción significativa sólo puede ser un objeto para la ciencia en la
medida en que presente un tipo de objetivación equivalente a la fijación de un discurso en la escritura.
Dicho de otro modo, para poder estudiar científicamente la acción significativa es preciso que la
misma persista de algún modo en el tiempo (cristalice en alguna manifestación), permitiendo así su
estudio. En esto es semejante a lo que ocurre con el pasaje del habla al discurso escrito.
a) La fijación de la acción.
¿Cómo es posible la objetivación de la acción significativa?
Ricoeur sostiene que esto es posible por algunos rasgos internos de la acción, que la asemejan a la
estructura del acto del habla que analizamos más arriba. De modo sintético, nuestro autor plantea que
la acción significativa posee contenido proposicional y fuerza ilocucional (ambos constituyen su
“contenido de sentido”). La acción deja de ser una mera interacción y se transforma en un objeto a
interpretar. Ello es posible porque la acción se parece a un acto de habla.
b) La autonomización de la acción.
Este punto es especialmente importante. Del mismo modo que un texto se independiza de su autor, la
acción va más allá de lo que espera su agente y da lugar a consecuencias que son propias de la
acción, pero que no son esperadas por el agente. Nuestros hechos se nos escapan y producen
efectos inesperados. Esto, que ya había sido desarrollado por otros autores que se ocuparon de la
teoría de la acción, hace que surja el problema de la adscripción de responsabilidad. En las acciones
simples, noema (significado) y noiesis (intención) de la acción, coinciden. En las acciones complejas,
esto es más complejo, pues hay más agentes que intervienen.
Ahora bien, Ricoeur postula que esta separación entre sentido e intención termina por generar la
transformación de los hechos humanos (en este caso, de las acciones) en instituciones, pues en ellas
el sentido no coincide con las intenciones lógicas de los actores. Este punto es fundamentar en la
teoría de Ricoeur, pues permite dar respuesta a los críticos que sostienen que la acción está motivada
por cuestiones psicológicas (internas al individuo, y por tanto imposibles de abordar objetivamente).
Las instituciones, como se originan de un proceso de separación entre sentido e intención, permiten
un abordaje objetivo del problema del significado de la acción, pues se encuentran separadas de las
intenciones individuales.
c) Pertinencia e importancia.
En este punto, Ricoeur vuelve a apoyarse en el análisis del discurso escrito. En el texto, el discurso
quiebra todas las referencias ostensibles (las referencias directas que se dan en el diálogo). En las
acciones, la importancia (su relevancia más allá de la acción en particular) se independiza de la
pertinencia (su relevancia en un contexto dado). Existen, por tanto, acciones muy importantes cuya
significación desborda ampliamente el contexto en que se desarrollan y pueden aplicarse a otros
contextos sociales.
d) La acción humana como una “obra abierta”
Como indicamos arriba, el discurso escrito se dirige a un número potencialmente infinito de lectores
(como consecuencia de la autonomización del texto respecto del escritor). Ricoeur apunta que algo
semejante ocurre en el caso de las accciones significativas.
La acción humana es una “obra abierta”, es decir, que su significación está sujeta siempre a nuevas
interpretaciones. Nunca queda cristalizada una interpretación. Ricoeur llega a decir que su
significación está abierta a todo el que quiera “leer” el sentido de la acción.
A partir de estas relaciones entre el texto y la acción significativa, pueden plantearse las implicaciones
metodológicas de la interpretación (del paradigma de la lectura).

¿Cuáles son las consecuencias metodológicas de la equiparación entre el texto y la acción


significativa?
Ante todo, sirven para proponer una forma diferente de concebir la relación entre erklären
(explicación) y verstehen (comprensión). Aquí corresponde hacer un poco de historia. La problemática
de la relación entre explicación y comprensión fue planteada por primera vez por el filósofo alemán
Wilhelm Dilthey (1833-1911), en el marco de su crítica del positivismo. Para los positivistas, el único
modelo válido de ciencia era el de las ciencias naturales, basado en la explicación (un método cuyo
eje estaba en el descubrimiento de la relación causa-efecto que producía cada fenómeno). Es por ello
que los positivistas sostenían que si las ciencias sociales querían convertirse efectivamente en
ciencias tenían que adoptar los métodos de las ciencias naturales, es decir, la explicación tenía que
convertirse en la herramienta por antonomasia de los científicos sociales.
Dilthey propuso una posición contraria a la de los positivistas. Sostuvo que la explicación es propia de
las ciencias naturales y que se basa en una lógica inductiva. Pero las ciencias del espíritu (las
ciencias sociales) no pueden emplear la explicación, porque ellas se basan en entender la vida
psíquica de los individuos a partir de los signos en los que ésta se exterioriza (por ejemplo, el
lenguaje, las acciones, etc.). Para ello sólo sirve la comprensión, a la que Dilthey entendía en
términos más bien psicológicos (poder “meterse” en el pensamiento del otro, comprendiendo así las
motivaciones de su acción). La concepción de Dilthey, sin embargo, daba origen a un problema
importante: ¿cómo podían ser científicas las ciencias humanas, esto es, en qué medida podían ser
caracterizadas como ciencias si no podían utilizar la explicación?
Dar respuesta a este problema supone incorporar, de algún modo, la explicación a las ciencias
sociales. Ricoeur cree poder resolver esto mediante la adopción del paradigma de la lectura, que
constituye la contrapartida del paradigma de la escritura expuesto en los párrafos anteriores. La
objetivación del discurso en el texto permite introducir la explicación en las ciencias sociales. En otras
palabras, existe una dialéctica (entendida como relación recíproca) entre el explicar y el comprender
porque la situación escritura/lectura desarrolla una problemática propia (de paso, esto justifica la
centralidad que tiene la hermenéutica para las ciencias sociales).
¿En qué consiste el paradigma de la lectura?
Ricoeur afirma que deriva sus rasgos principales del estado del texto mismo: 1) la fijación del
significado; 2) su separación de la intención mental del autor; 3) la exhibición de referencias no
ostensibles; 4) el ámbito universal de sus destinatarios.
Ricoeur sostiene que la mejor manera de comprender en qué consiste el paradigma de la lectura es
planteando dos dialécticas: 1) la que va desde la comprensión a la explicación; 2) la que avanza
desde la explicación a la comprensión. A partir de ambas pueden entenderse el papel que puede
jugar el paradigma de la lectura en las ciencias sociales.
¿Cómo describe Ricoeur la dialéctica de la comprensión a la explicación?
Ante todo, esta dialéctica se encuentra determinada por el hecho de que comprender un texto no
significa reunirse con el autor. Debido a esto, no puede entenderse la comprensión como un proceso
por el que conocemos la intención del autor. Esto permite descartar las interpretaciones subjetivistas
de la comprensión (como una especie de conexión psicológica, subjetiva, irrepetible, entre el sujeto
que estudia el texto y el autor del texto). Pero genera el problema adicional de cómo decidir entre
distintas interpretaciones posibles del mismo texto (nunca existe una única interpretación para cada
texto).

La elaboración de una interpretación adecuada se da mediante un proceso que consiste en conjeturar


(formular conjeturas que proporcionen una interpretación del texto) y en validar (desarrollar
procedimientos para establecer cuál interpretación es la más adecuada). La clave para presentar esta
dialéctica como una forma de conciliar la explicación con las ciencias sociales radica en que la
validación adquiera el carácter de una disciplina argumentativa, con procedimientos objetivos, y no un
arte subjetivo. La validación es posible como disciplina científica porque si bien existe más de una
forma de interpretar un texto, no todas las interpretaciones son iguales ni todas son posibles. A este
respecto, Ricoeur dice que en la acción humana existe una plurivocidad específica de significados, los
cuales constituyen la base para un número limitado de interpretaciones posibles.
Ricoeur adopta el concepto de “conjetura” como sinónimo de verstehen (comprensión) y el de
“validación” como sinónimo de erklären (explicación).
¿Cómo describe Ricoeur la dialéctica de la explicación a la comprensión?
Para desarrollar esta dialéctica se basa en la separación que se produce en el texto respecto a las
referencias ostensibles que se dan en el diálogo (recordar que en el discurso hablado siempre están
presentes los interlocutores del discurso o se hacen visibles las referencias que se hacen en el
discurso). Ante esta situación, existen dos actitudes posibles: a) se toma el texto como una entidad
ajena al mundo; b) creamos una nueva referencia ostensible como resultado del tipo de actividad que
significa leer.
Ricoeur decide adoptar la primera actitud, que es la desarrollada por los enfoques estructuralistas.
Así, se deja de lado toda referencia exterior del texto (las referencias ostensibles a que hacíamos
referencia antes) y nos concentramos exclusivamente en el interior del texto. El texto se transforma
en un sistema de signos. Con este procedimiento, el texto se transforma en una estructura, libre de
toda referencia exterior, pero así las cosas hace falta incorporar la comprensión para entender en qué
consiste el sentido del texto. La explicación de la estructura, sin la comprensión de su sentido, es una
especie de juego vacío.
Ricoeur supera esta cuestión planteando, justamente, una relación dialéctica entre la explicación
(desentrañar la estructura de los signos) y la comprensión (establecer el sentido del texto). Se trata de
los dos momentos de lo que denomina el arco hermenéutico. Ahora bien, queda claro que esta
comprensión no tiene nada que ver con la intención subjetiva del autor del texto. Como ya se dijo
varias veces, el texto está separado de las intenciones del autor que lo escribió.
Ricoeur sostiene que esta dialéctica es válida para las ciencias humanas.
Las dos dialécticas expuestas aquí permiten entender que la comprensión nada tiene que ver con un
acercamiento subjetivo (psicológico) a las intenciones de los actores. Por el contrario, los distintos
procedimientos de interpretación (validación, estudio estructural del texto como sistema de signos,
etc.) y las mismas características de los textos (sobre todo, el alejamiento del texto respecto del autor
y la supresión de las referencias ostensibles a la situación a la que se refiere el autor), hacen que la
comprensión se convierta en una herramienta objetiva.
Para finalizar, Ricoeur sostiene que existe un círculo hermenéutico, que consiste en la correlación
entre explicación y comprensión, entre comprensión y explicación.
HOLLIS “Filosofía de las ciencias sociales”
Juegos con agentes racionales. La teoría económica de elección racional nos trata a
modo de individuos racionales y egoístas cada uno de los cuales intenta maximizar su
propia utilidad. La teoría de los juegos descansa sobre la teoría de la elección racional.
Los agentes racionales. La teoría de la elección racional parte de un individuo único e
idealmente racional. Consta de tres componentes: preferencias totalmente ordenadas,
información completa y un perfecto ordenador interno. Actúa racionalmente en la
medida en que escoge la acción que el mismo calcula de un modo racional y que
instrumentalmente es la mejor para satisfacer sus preferencias.
La teoría supone que el agente cuenta con la clasificación completa de los resultados
posibles, independientemente de su probabilidad. Luego supone que la información es
completa, en cuanto que conoce cuán probable es cada uno de los resultados. Puesto que
además cuenta con un perfecto ordenador interno por el cual puede calcular la utilidad
esperada (la suma de la utilidad de un posible resultado que se deja de lado, descontada
la probabilidad de que ocurra en efecto).
La acción racional es la acción instrumentalmente racional. Los agentes racionales
pueden tener cualquier (consistente) preferencia si, y sólo si sus elecciones maximizan
correspondientemente la utilidad esperada. No existe otra cuestión sobre la racionalidad
que la de sus fines.
Las personas cuentan con mucho amor propio y son egoístas e interesadas. Los agentes
están guiados por sus propias preferencias.
La teoría de los juegos. La teoría de la elección racional parte de un agente único en un
medio independiente. El medio establece los “parámetros” dentro de los cuales debe
hacerse la elección. Llamaré paramétricas a las decisiones tomadas en un medio
independiente donde cada uno podría necesitar una “estrategia” que tome en cuenta la
estrategia del otro. Elecciones interdependientes que de este modo son estratégicas. Ahí
da comienzo la teoría de los juegos. Analiza las estratégicas elecciones racionales en un
escenario de tipo ideal, en el cual cada agente racional sabe, además de otras cosas, que
los demás agentes también son racionales.
El escenario básico requiere de dos agentes, cada uno con una elección que hacer sobre
sus acciones. Además, ambos han de tener en cuenta la forma en la que el otro considere
los resultados, y también lo que piense el otro.

Cuatro juegos básicos


1. Coordinación. Supongamos que Jack y Hill son dos motociclistas que se hallan en
los extremos opuestos de un puente en el cual sólo hay espacio para un coche. Cada uno
debe elegir si avanza o espera. Hay cuatro resultados posibles (espere, espere);
(espere, avance); (avance, espere); (avance, avance).
A ninguno de los dos le importa quién espera, por lo tanto se dan dos resultados óptimos
para ambos y dos resultados inferiores para ambos.
Jill Ambos jugadores prefieren los
espere avance resultados en los que se
coordina la acción.
espere 0;0 1;1 Pueden darse dos soluciones al
Jack juego:
avance 1;1 0;0 (a) Espere, espere. Esto nos
proporciona la noción que
encierra el equilibrio de Nash,
un par de estrategias, una para
cada uno de los jugadores, donde cada una de ellas es la mejor respuesta a la del otro. El
par produce equilibrio en cuanto es resultado estable, puesto que ninguno de los dos
cuenta con una estrategia mejor, dada la estrategia del otro.
(b) Avance, espere. Si Jack y Hill llegaran regularmente al puente al mismo tiempo
surgiría una convención. O incluso si este fuera su único encuentro podrían beneficiarse
de las convenciones que hay surgido en otros juegos (“las señoritas primero” por
ejemplo).
Si se ha de considerar la teoría de los juegos un potente instrumento para analizar la
vida social, no debe de asumirse simplemente la existencia de convenciones sociales.
Tampoco puede suponerse sin más la posibilidad de que los jugadores lleguen a
acuerdos con la ayuda del lenguaje si, tal como frecuentemente presumen los teóricos de
juegos, el lenguaje está arraigado en las convenciones.
Jill
espere avance
En (b), la redistribución (1;1) es
espere 0;0 2;2 peor para ambos que (2;2). En
Jack este caso, solo tendría una
avance 1;1 0;0 solución.

Allí donde un resultado es superior para todos los jugadores, es natural suponer
que sea racional que cada jugador juegue la estrategia que contribuya a ello. Dicho
resultado se llama pareto-superior: un resultado es así en relación a otro si al menos a
uno de los jugadores le va mejor y a ninguno le va peor.
La clave de los juegos de coordinación se halla en que ambos jugadores comparten el
interés de coordinarse. Si los intereses no estuvieran en conflicto nunca, la sociedad
civil se analizaría a modo de un conjunto de juegos de coordinación.

2. El dilema del prisionero. Si uno confiesa y el otro no, el primero sale libre y el otro
será juzgado y ejecutado. Si ambos confiesan, ambos son condenados y reciben una
sentencia de diez años de cárcel. Si ninguno de los dos confiesa, cada uno recibirá dos
años de cárcel.
Jill Ambos clasifican (silencio, silencio)
silencio confesar por encima de (confesar; confesar),
pero están agudamente encontrados
silencio 3;3 1;4 respecto al resto. La teoría de los
Jack juegos obliga a Jack a reflexionar en
confesar 4;1 2;2 que si Jill confiesa, a él le irá mejor
confesando (2;2) y que, si Jill
permanece en silencio, también será
mejor para él confesar (4;1). Por
consiguiente, para él es mejor confesar “sea lo que fuere lo que ella haga”; y en paridad
de razonamiento, para ella también será lo mejor “sea lo que fuere que él haga”. Así que
los dos confesaran sin tener en cuenta al otro, y serán enviados diez años a la cárcel
(2;2).
Confesar es su estrategia dominante, dado que da una puntuación más alta que
“silencio” (estrategia dominada). Una agente racional jamás escoge la estrategia
dominada.
3. El gallina. Se diferencia del dilema del prisionero por contar con dos equilibrios con
estrategias puras: (girar, centro) y (centro, girar). Sin embargo, ambos jugadores carecen
de una estrategia dominante.
Jill Los juegos de guerra y paz en el
girar centro mundo real no se juegan entre
agentes idealmente racionales. Jack
no girar 3;3 2;4 necesita saber si el juego es en
Jack verdad el del gallina, sólo necesita
centro 4;2 1;1 saber si Jill cree que lo es. No
obstante, hay un sentido en el cual el
juego no puede fallar en ser lo que
los jugadores creen que es: el juego
es suyo.

4. La batalla de los sexos. Jack y Jill han acordado pasar la tarde juntos asistiendo a un
espectáculo que puede ser o una corrida de toros o un concierto. Pero olvidarán ponerse
de acuerdo en el espectáculo al que irán, y ya es demasiado tarde para comunicarse. Los
dos prefieren asistir en compañía del otro, pero a Jack le gustan los toros y a Jill los
conciertos.
Jill Tanto (4;3) como (3;4)
toros concierto son equilibrios para un
juego de un-disparo no
toros 4;3 2:01 hay estrategia pura. Si
Jack acaso no apareciera una
concierto 4;2 3;4 convención (las mujeres
se someten a las
pretensiones de los
hombres) entonces un
super-juego podría ser un juego determinado, y así podría serlo también el juego de una
jugada en una: en la que la convención fuera de público conocimiento. Pues, tan pronto
Jack crea que Hill espera que él vaya a los toros, Jill lo sepa, la corrida de todos se
convierte en la elección racional para los dos. Esto encierra una elección sumamente
instructiva sobre la naturaleza del poder y sobre porque los “perdedores” son racionales
al respetar la distribución de poder que funciona en su contra, pues las estrategias fuera
de equilibrio les vendrían peor.
El contrato social. Jon Elster afirma que la unidad elemental de vida social es la acción
humana individual. ¿Qué hace plausible la pretensión de Elster de que “explicar las
ideas sociales y el cambio social es mostrar que surgen como resultado de la acción e
interacción entre individuos”?.
La pregunta de más alcance es por qué existen las sociedades, y una respuesta sencilla
sería decir que existen al ser asociaciones de individuos que encarnan un contrato social
al hallar racional el cooperar. Los juegos de coordinación ilustran esta respuesta y
ofrecen la plausible sugerencia de que las ideas primarias simplemente son la suerte de
convención y surgen como guía de juegos reiterados cuando se dan equilibrios
múltiples. En última instancia, las sociedades se mantienen sobre intereses egoístas, de
forma que es posible analizar su propia existencia como solución de un problema básico
de coordinación. Para reforzar esta idea, resulta plausible pensar en el lenguaje como un
código de convenciones que sirven intereses a un interés común en la coordinación. La
visión opuesta del contrato social hace del juego del dilema del prisionero el juego
crucial. Dicha visión suele remontarse al Leviatán de Hobbes. Toda la humanidad posee
“perpetuo deseo de poder tras poder y ese deseo solo cesa con la muerte”. He aquí una
aseveración clásica de la idea según la cual toda acción va encaminada a maximizar la
utilidad esperada por el agente.
Si dos hombres desean una misma cosa, la cual no pueden disfrutar juntos, ello los
convertirá en enemigos. En la naturaleza del hombre existen tres causas primordiales de
disputa: la competencia hace que los hombres se invadan unos a otros en pos de
conquista; el recelo les induce al ataque preventivo; la gloria/status les hace a los
hombres agresivos cuando se sienten menos preciados. Mientras dura el tiempo en que
los hombres viven sin un poder común que los mantenga sometidos, están en esa
condición que se llama guerra, y como esa guerra es de todos los hombres, es contra
todos los hombres.
Los hombres se inclinan a la paz por miedo a la muerte; por el deseo de esas cosas que
son necesarias para una vida cómoda, y por la esperanza de que las obtendrán con su
trabajo. Esas pasiones nos inclinan a la paz, pero no son suficientes para superar las
causas de las disputas, a menos que haya un poder común que mantenga a todos
sometidos. De otro modo, continuaremos invadiéndonos los unos a los otros, porque esa
sigue siendo la estrategia dominante.
El problema del gorrón: para todos es más conveniente la paz que la guerra, por lo que
cabría suponer que la paz surgiría espontáneamente. Pero incluso si así fuera, a todo
jugador le conviene más ser el gorrón que disfruta de los beneficios sin contribuir para
nada a ellos.
Hobbes afirma que acuerdos sin espadas no son más que palabras, y sin ninguna fuerza
para dar garantía de seguridad al hombre. Por lo tanto, alega que la única salida para los
hombres es crear un poder común que los mantenga sometidos, y armar a ese soberano
con la espada. La sociedad es un artificio que permite a los individuos racionales salir
del dilema del prisionero.
Normas y cooperación. Los modelos de consenso comienzan con la coordinación, y a
partir de ahí, tienen que dar cuenta de las reglas que no se limitan a se exclusivamente
autocoercitivas, los modelos de conflicto, en cambio, insisten en que nuestros intereses
básicos pueden solaparse, pero en ningún caso coincidir.
Las teorías de los juegos sólo clasifican como cooperativo un juego si los jugadores
pueden depender de algún acuerdo que se mantenga, y las convenciones que se
plantean, incluso en los juegos de cooperación, no tienen el fuerte carácter vinculante
que se imagina. Mientras que los juegos cooperativos presuponen una solución al
problema del surgimiento de las normas y del por qué de su pervivencia, los juegos de
coordinación parecen no necesitar asumir supuestos sobre las normas y, por
consiguiente las ideas son consideradas no cooperativas.
Normas como las de mantener promesas, decir la verdad y respetar las obligaciones
morales en general, sólo funcionan en la medida en que existen sanciones. Somos
buenos cuando beneficia ser bueno, y ello sólo beneficia cuando estamos seguros del
castigo de las malas acciones. Decir que una sociedad no puede funcionar sin confianza
es decir o bien que requiere promesas y respetar los acuerdos, normas que sigan
funcionando aún en aquellas ocasiones en las que sería posible quebrantarlas sin
penalización, o bien decir que esa sociedad necesita miembros que reconozcan y
respeten obligaciones morales para aquellas personas vinculadas por normas sociales o
principios morales, dar la palabra crea una razón de hecho para mantenerla. La
motivación del agente racional mira sólo al futuro. Todos los diagramas del juego
indican claramente que las acciones están exclusivamente motivadas por las
retribuciones que resultan de ellas.
¿Qué es lo que hace que un particular equilibrio destaque o llame la atención? El azar es
una respuesta. Pero el contemplar ejemplos plausibles del juego, uno se inclina más a
apuntar a la distribución del poder. La convención viene analizándose como un conjunto
de expectativas que se refuerzan entre sí para conseguir que un particular equilibrio
resulte descollante.
Conclusión. Las preferencias de los agentes idealmente racionales pueden ser perfecta y
consistentemente representadas por una clasificación de posibles resultados de
interacción, y es interacción es la suma de las consecuencias de acciones individuales
aisladas. Su información incluye el “conocimiento común” de que otros jugadores son
agentes racionales, y es tan completa que cualquier cosa sabida por cualquiera, es sabida
por todos los demás.
Los juegos de coordinación introducen la noción básica de la “elección estratégica”. La
elección racional de Jack depende de lo que escoja Jill y viceversa. En un juego repetido
es fácil conjeturar que el surgimiento de una convención podría guiarlos a un equilibrio
mutuamente beneficioso. Eso plantea una sugerencia interesante respecto de la clase de
normas que no necesita coacciones, y respecto al consenso como base para una teoría
del contrato social.
El dilema del prisionero aporta la idea de que individualmente las elecciones racionales
pueden agregarse en resultados colectivamente inferiores. La “mano invisible” suele
gastar bromas a todos. La clase de norma que prevendría que sucediera algo semejante
parece necesitar coacciones, porque de lo contrario está sujeta a la gonorrería.
El juego del gallina plantea establecer el problema de cuál es la estrategia racional en un
juego en el que no hay equilibrios puros (como en la vida cotidiana). Si Jack no está
seguro de su estrategia porque no está seguro de la de Jill, entonces la incertidumbre de
Jill aumenta al ver la de él. Esto hace que este juego se sumamente peligroso.
La batalla de los sexos se caracteriza porque ambos jugadores salen ganando de la
coordinación, aún si las maneras de lograrlo les benefician de diferente manera. El
individualismo, tal como lo presentan la teoría de la elección racional y la teoría de los
juegos, trata las normas sociales de dos manera. La primera manera consiste en mostrar
cómo la interacción repetida genera esas normas como soluciones a los problemas que
plantean los juegos. Pero aún si es vale para las normas realmente consensuadas aptas
para todos, no está claro que valga para las normas más vulnerables a la gonorrería. La
otra manera consiste en entrar en las preferencias de los agentes. Así, el buen samaritano
tenía preferencias altruistas que le llevaron a rescatar a un extraño, cuando otros, con
diferentes preferencias, pasaron de largo al otro lado de la calle.

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