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METODO DEDUCTIVO:
PROBLEMA………………HIPOTESIS (enunciados generales)
PRUEBA
FALLA: SE ELIMINA
NO FALLA: VERDAD PROVISORIA
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GINO GERMANI
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BERGER Y LUCKMAN
LENGUAJE: Son las reglas dadas para expresar hacia el exterior el mundo privado de
los individuos
TIPIFICACION: Me permite pensar algo acerca de los demás. Cuanto mas alejado se
encuentra de mi (temporal o espacialmente), mas difícil.
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GIDDENS
monitoreo de la acción
condiciones no (1)
consecuencias
intencionadas de
no
la acción
intencionadas
de la acción
racionalización de la
acción(2)
motivación de la acción
Las frases 1 y 2 se refieren al carácter intencional del comportamiento humano,
considerado como un proceso, como involucrado en la dureé de la vida cotidiana. Los
términos “motivo” y “razón” deben distinguirse, consagrando a la motivación como
referendo a las necesidades que impulsan la acción. Es importante diferenciar los dos
sentidos o niveles en los que los agentes son capaces de conocer el medio social que
constituyen en y a través de su acción: conciencia práctica y conciencia discursiva. La
noción de “capacidad de dar cuenta” es muy importante, esto significa que los relatos
que los actores son capaces de ofrecer de sus conductas recurren a los mismos stockes
de conocimiento que son requeridos en la misma producción y reducción de su acción.
El “dar cuenta” o “suministrar razones” para la acción que hace referencia a las
capacidades discursivas y a las inclinaciones de los actores de ningún modo agota las
conexiones entre “stockes de conocimiento” y acción. Lo que los actores son “capaces
de decir” sobre sus actividades no es en modo alguno todo lo que “saben” sobre ellas.
La conciencia práctica alude al conocimiento tácito que es empleado hábilmente en la
ejecución de cursos de conducta, pero que el actor no es capaz de formular
discursivamente (conocimiento de una regla).
La cognoscibilidad de los agentes humanos en circunstancias históricas dadas, está
siempre enmarcada por las condiciones no reconocidas de la acción y por las
consecuencias no intencionadas. Estas últimas son de importancia esencial para la teoría
social, especialmente en cuanto son incorporadas sistemáticamente dentro de los
procesos de la reproducción de las ideas: en tanto las consecuencias no intencionadas
están sistemáticamente involucradas en la reproducción social, se transforman en
condiciones de la acción.
Conceptos de estructura. Cuando uno enuncia una oración, o doy sentido a una
oración enunciada por alguien, recurro a un “corpus ausente” de reglas sintácticas y
semánticas. Las relaciones sintagmáticas entre las palabras enunciadas existen en un
contexto espacio-temporal, pero las propiedades estructurales del lenguaje, como
características de una comunidad de hablantes de un lenguaje, sólo tienen una existencia
virtual.
Estructura. Reglas y recursos organizados recursivamente. Solo existe como
propiedades estructurales (existencia virtual)
Sistema. Relaciones reproducidas entre actores o colectividades organizadas como
prácticas sociales regulares.
Estructuración. Condiciones que gobiernan la continuidad o transformación de
estructura y por tanto la reproducción de sistemas.
Los sistemas sociales no son estructuras, ellos exhiben propiedades estructurales.
Estructuras son propiedades de los sistemas o de las colectividades, no de las
actividades situadas de los sujetos. Los sistemas sociales solo existen en y a través de la
estructuración.
Las estructuras pueden entenderse como propiedades de los conjuntos o matrices,
reglas-recursos que gobiernan las transformaciones.
Un sistema social es una totalidad estructurada, consistiendo en las prácticas
reproducidas. Las propiedades estructurales existen en el tiempo y en el espacio sólo
como momentos de la constitución de los sistemas sociales. No obstante, podemos
analizar cómo las estructuras están profundamente enraizadas en términos de la
duración histórica de las prácticas aquellas recursivamente, y del alcance espacial de
esas prácticas más profundamente enraizadas en este sentido son instituciones.
La dualidad de la estructura. Se refiere al carácter esencialmente recursivo de la vida
social; las propiedades estructurales de los sistemas sociales tanto medio como resultado
de las prácticas que constituyen esos. La estructura está a la vez permitiendo y
constriñendo.
Las ideas no sólo trabajan “tras las espaldas” de los actores sociales las producen y
reproducen. Cada miembro competente de toda sociedad conoce (en el sentido de
conciencia práctica y discursiva) mucho acerca de las ideas de esa sociedad; tal
conocimiento no es incidental para la operación en la sociedad, sino que está
necesariamente involucrado en ella.
Las propiedades estructurales de los sistemas sociales pueden ser consideradas como
involucrando reglas y recursos. Al referirse a “recursos” Giddens insiste en la
centralidad del poder en la teoría social. El concepto de acción esa vinculado
lógicamente al poder, si este ultimo, interpretado en un sentido amplio como la
capacidad de lograr recursos.
Los recursos son los medios por los cuales el poder es empleado en el curso rutinario de
la acción social: pero son al mismo tiempo elementos estructurales de los sistemas
sociales, reconstituidos en la interacción.
Los sistemas sociales se constituyen como practicas regularizadas, reproducidas a través
del tiempo y del espacio; el poder en los sistemas sociales puede entonces entenderse
como involucrando relaciones reproducidas de “autonomía y dependencia” en la
interacción social.
Dialéctica del control: en los sistemas sociales: la capacidad de los débiles, en las
relaciones regularizadas de autonomía y dependencia q constituyen los sistemas sociales
de volver su debilidad contra los poderosos. Un agente que no participa en ella, de un
modo mínimo deja de ser agente. Todas las relaciones de autonomía y dependencia son
recíprocas: aunque amplían la distribución asimétrica de recursos, todas las relaciones
de poder expresan autonomía y dependencia en ambas direcciones.
LATOUR
Principales ideas:
- Lo social debe ser explicado
- Los objetos (no humanos) deben ser estudiados por las ciencias sociales
- La asimetría entre “naturales” y “mundo social” debe ser abandonada
- Lo socialmente construido es real y toda construccion es solo parcialmente
previsible
- Las verdades mas “duras” y reconocidas como “objetivas” se encuentran
relacionadas con saberes menos consolidados, señalados como ideologicos,
dudosos o relativos.
Critica la “sociología de los social” y postula la TAR (Teoria Actor Red) para detectar y
rastrear las conexiones sociales: SOCIOLOGIA DE LAS ASOCIACIONES
SOCIOLOGIA DE LO SOCIAL:
- Hegemonica
- Los cientificos sociales pueden ser tan exitosos como los naturales, mediante la
objetividad por las herramientas cuantitativas
PROPUESTA:
Rastrear constantemente las asociaciones, Lo social se ha vuelto irrelevante porque la
TAR demuestra que estamos asociados (humanos y no humanos) en colectivos mas
amplios de los que se piensa tradicionalmente. Lo social: “Movimiento muy peculiar de
reasociaciones y reensamblado”
El sujeto y el poder
“La crítica no existe más que en relación con otra cosa distinta de ella misma”.
La cuestión de ¿cómo gobernar?, a la cual ha respondido la multiplicación de todas las
artes de gobernar y de todas las instituciones de gobierno, no puede ser disociada de la
cuestión de ¿cómo no ser gobernado? Actitud crítica: el arte de no ser de tal
modo gobernado.
Puntos de anclaje:
1) Crítica históricamente bíblica: cuál es el tipo de verdad que dice la Escritura.
2) Crítica es jurídica: oponer unos derechos universales e imprescriptibles a los
cuales todo el gobierno deberá someterse.
3) Crítica como problema de la certeza frente a la autoridad: no aceptar como
verdadero lo que una autoridad dice que es verdad, o no aceptarlo por el hecho de que
una autoridad os diga que lo es.
“Yo diría que la crítica es el movimiento por el cual es sujeto se atribuye el derecho de
interrogar a la verdad acerca de sus efectos de poder, y al poder acerca de sus discursos
de verdad”.
Ilustración (Kant): salida de la minoría de edad. Esta minoría de edad es la incapacidad
de servirse del propio entendimiento sin algo que sería la dirección del otro. Esta
incapacidad como una correlación entre el exceso de autoridad y una falta de decisión y
coraje.
Lo que Kant describe como Ilustración es lo que Foucault describe como crítica, como
actitud específica que aparece en Occidente a partir de la gubernamentalización de la
sociedad. La crítica dirá que nuestra libertad se juega menos con lo que emprendemos,
con o más coraje, que en la idea que nos hacemos de nuestro conocimiento y de sus
límites y que en lugar de dejar que otro nos diga “obedece”, cuando nos hayamos hecho
del propio conocimiento una idea justa, cuando podamos descubrir el principio de
autonomía, no tendremos que escuchar el “obedece” o, más bien, el “obedece” se
fundará sobre la autonomía misma.
- Saber: todos los procedimientos y efectos de conocimiento que son aceptables en un
momento dado y en un dominio definido.
- Poder: mecanismos particulares, definibles y definidos que parecen susceptibles de
inducir comportamientos o discursos.
- Saber-poder: mecanismo de poder que se despliega según procedimientos,
instrumentos, medios, objetivos, que puedan ser validados en un sistema de saber más o
menos coherentes
Dos tradiciones de la crítica:
- Analítica de la verdad (Habermas): crítica metódica, crítica de las ideologías. La
crítica consiste en construir un método a partir del cual se pueden establecer criterios
universales del juicio.
- Ontología del presente (Foucault): tradición genealógica (algo que intenta restituir las
condiciones de aparición de una singularidad a partir de múltiples elementos
determinantes, de los que no aparece como el producto sino el efecto). Crítica = actitud
= oponerse a ser gobernado de esa manera; mostrar cómo toda verdad es un efecto del
poder; herramienta que nos da la teoría para desarrollar tecnologías del yo que sean
estratégicas para seguir manteniendo relaciones del poder; fisura en los dispositivos
alrededor de los cuales se puede generar la subjetivación (responder a las tecnologías
del yo, no a las de otro); busca la autonomía (no ser gobernado por el gobierno de los
otros sino por las propias tecnologías, estrategias y prácticas). El problema no es la
validez, el problema es que provoque efectos.
Los análisis que me propongo hacer se disponen según dos conjuntos. Por una parte, el
conjunto “crítico” que utiliza el principio de trastocamiento: pretende cercar las formas
de exclusión, de delimitación, de apropiación, a las que aludía anteriormente; muestra
cómo se han formado, para responder a qué necesidades, como se han modificado y
desplazado, qué coacción han ejercido efectivamente, en qué medida se han alterado.
Por otra parte, el conjunto “genealógico” que utiliza los otros tres principios: cómo se
han formado, por medio, a pesar o con el apoyo de esos sistemas de coacción, de las
series de los discursos; cuál ha sido la norma específica de cada una y cuáles sus
condiciones de aparición, de crecimiento, de variación. En cuanto al aspecto
genealógico, concierne la formación efectiva de los discursos bien en el interior de los
límites de control, bien en el exterior, bien, más frecuentemente, de una parte y otra de
la delimitación. La crítica analiza los procesos de enrarecimiento, pero también el
reagrupamiento y unificación de los discursos: la genealogía estudia su formación
dispersa, discontinua y regular a la vez. A decir verdad, estas dos tareas no son nunca
separables; no hay, por una parte, las formas de rechazo, de la exclusión, del
reagrupamiento o de la atribución; y después, por otra parte, a un nivel más profundo, el
brote espontáneo de los discursos que, inmediatamente antes o después de su
manifestación, se encuentran sometidos a la selección y al control. La formación natural
del discurso puede integrar en ciertas condiciones y basta cierto punto, los
procedimientos de control; e inversamente, las figuras de control pueden tomar cuerpo
en el interior de una formación discursiva: si bien toda tarea crítica, que ponga en duda
las instancias del control, debe analizar al mismo tiempo las regularidades discursivas a
través de las cuales se forman; toda descripción genealógica debe tener en cuenta los
límites que intervienen en las formaciones reales.
Entre la empresa crítica y la empresa genealógica la diferencia no es tanto de objeto o
de dominio como de punto de ataque, de perspectiva y de delimitación.
HABERMAS
*Teórico: la racionalidad instrumental es ideológica porque hace que una parte sea
entendida como el todo. En realidad, se relaciona con la racionalidad comunicativa
que permite la interacción. Estas racionalidades se relacionan con distintos tipos de
saberes.
Los juegos con agentes racionales están compuestos por individuos que aparecen
como agentes humanos con deseos y creencias y actúan de forma que den cuenta de lo
que sucede. La teoría económica de la elección racional los trata a modo de individuos
racionales y egoístas, cada uno de los cuales intenta maximizar su propia utilidad. La
teoría de los juegos que prosigue analizando dicha interacción descansa sobre esta teoría
de elección racional.
La teoría de elección racional parte de un individuo único e idealmente racional
y consta de tres componentes:
Preferencias totalmente ordenadas
Informacioó n completa
Perfecto ordenador interno
El actor actúa racionalmente en la medida en que escoge la acción que él mismo calcula
de un modo racional y que instrumentalmente es la mejor para satisfacer sus creencias.
Sin embargo, la realidad es que ninguno de nosotros cuenta con un conjunto de
preferencias tan completo y consistente respecto a la gama, incluso de los más
plausibles resultados. No contamos con nada que se le parezca a una información
completa y el patrón para funcionar con probabilidades subjetivas dentro del mundo de
incertidumbres es inequívocamente artificial. Tampoco tenemos perfectos ordenadores
internos. Es por ello que este actor racional es un tipo ideal que asume una simple y
potente noción de racionalidad.
Actuamos racionalmente cuando sabemos qué es lo que queremos, tenemos la
astuta idea de saber qué tan plausible es cada curso de acción para satisfacernos y a qué
coste y escogemos la acción que en consecuencia nos parece el medio más eficaz para
lograr nuestros fines. En el caso de la teoría de los juegos y la de la elección racional, se
habla de una racionalidad instrumental.
No existe otra cuestión sobre la racionalidad que la de sus fines. Los agentes
racionales pueden tener cualquier preferencia si y solo si sus elecciones maximizan
correspondientemente la utilidad esperada que acarician.
El agente que actúa por interés propio no debe ser concebido como una persona
con mucho amor propio o egoísta, o interesado en el sentido cotidiano del término, sino
en rigor del primer principio estándar que solo supone que los agente están guiados por
sus propias preferencias. De este modo, la teoría no brinda valoraciones de quién es
bueno y quién es malo. Los agentes solo buscan maximizar su utilidad esperada.
Este agente racional se encuentra en un medio independiente: no hay certeza de
las consecuencias de su acción. El medio establece los parámetros dentro de los cuales
debe hacerse la elección y esto es independiente de las decisiones del agente. Son
paramétricas las decisiones tomadas en un medio independiente. Sin embargo, cuando
entran otros agentes en escena, la elección racional del individuo dependerá de lo que
escoja el otro. Cada uno podría necesitar una estrategia que tome en cuenta la estrategia
del otro. Elecciones interdependientes que de ese modo son estratégicas. Es aquí donde
da comienzo la teoría de los juegos: esta analiza las estrategias de elecciones racionales
en un escenario de tipo ideal, en el cual cada agente racional sabe, además de otras
cosas, que los demás agentes son racionales en el sentido ya definido.
El escenario básico comprende dos jugadores (agentes racionales) con un
propósito y cuatro posibilidades distintas. Lo que suceda dependerá en parte de cómo
cada uno de los jugadores considere los cuatro resultados. Ambos han de tener en cuenta
la forma en la que el otro considere lo resultados y también lo que piense el otro.
HABERMAS/FOUCAULT
Ejes de comparación:
.1 - Críticas que un autor al otro
.2- Discurso
.3- Racionalidad
.4- La idea de crítica y el Rol del cientista Social.
De Foucault a Habermas:
2- EL DISCURSO
Para Habermas es un medio para alcanzar un consenso racional en el cual por medio de una
argumentación y contra argumentación sobrevivan las mejores ideas, y la idea del consenso
racional es alcanzar emancipación. El discurso es el momento de la comunicación en el cual se
cuestiona una pretensión de validez y se comienza un intercambio argumentativo para tratar de
fundamentar un nuevo entendimiento, por eso el discurso es una potencial posibilidad de toda
comunicación. Y lo que va a posibilitar el entendimiento en todo acto de habla es la acción
comunicativa que va a estar separada de las formas de poder y dominación, Para H el discurso
está separado del poder, cuando se busca imponer intereses particulares es una distorsión al
lenguaje. Por otro lado las pretensiones de validez se discuten en la acción comunicativa.
Cuando el discurso se desarrolla desde la acción comunicativa, es ahi cuando se pueden debatir
las pretensiones (ampliar)
Para Foucault no hay posibilidad de separar la idea de discurso de las relaciones de dominación,
estas no son distorciones al lenguaje que puedan ser dejadas de lado en la búsqueda de la
emancipación de la conciencia via la argumentación racional. sino que para Foucault, es el
mismo discurso el principa productor de relaciones de poder y dominación. Tampoco está
presente en este autor la voluntad de pensar una sociedad utópica sin relaciones de poder o
dominación.
El discurso para Foucault, es un régimen de significación (produce significados) a partir del cual
se puede establecer que una cosa es verdadera o falsa, que una cosa es visible y otra no visible,
que un tipo de sujeto es normal o anormal. T oda sociedad va a construir dispositivos para poder
controlar el discurso. El discurso es el resultado de un escenario de luchas y depende de los
acontecimientos específicos que se producen en relación con esas luchas. Funciona por rupturas
y recomposiciones de acuerdo a la situación estratégica de las luchas. El propósito central del
discurso es la normalización, es decir, el control permanente de los individuos en función de
ciertos criterios de normalidad. Para Foucault no es deseable una sociedad donde no haya
relaciones estratégicas de poder.
Para F el discurso tiene 3 propiedades fundamentales:
Discontinuidad: El discurso es el resultado de un escenario de luchas específico y depende de
los acontecimientos que se producen en relación con esas luchas. Por ende no existe un discurso
inmutable donde las relaciones de poder que se ejercen en el sean eternas sino que funciona por
rupturas y recomposiciones.
Singularidad: El discurso debe estudiarse en si mismo, según el régimen en el que esta sujeto y
según el cual funciona.
Materialidad: El discurso es PERFORMATIVO, produce estados de cosas, no ofrece acuerdos
posibles. Los efectos del discurso no se resisten a través del argumento, se resisten a través de
una acción que los disloque. De otro discurso que luche contra ese, produciendo un efecto
diferente.
En síntesis, para H el lenguaje tiene como fin el entendimiento. El poder o el control son
factores distorsivos externos al lenguaje, interrumpiendo la búsqueda del consenso racional
imponiendo un interés particular. Para H el lenguaje a través de la acción comunicativa es un
medio para la emancipación. Para F, no hay sociedad sin relaciones de dominación, la cual va a
intentar controlar el discurso como mecanismo de poder, y neutralizar el lugar del azar, el
discurso es esencial no como medio sino como material de construcción. Ver
Otras diferencias entre los autores en relación al discurso. Mientras para Habermas el discurso
es verbal, para Foucault no es únicamente verbal. Para H. la comunicación es
INTERSUBJETIVA: lo que hay es comunicación entre sujetos capaces de acción y de lenguaje,
para F. el discurso es TRANSUBJETIVO: es el mismo discurso el que produce sujetos con
determinadas características específicas de acuerdo a los diferentes dispositivos.
Para H. el discurso en la vida cotidiana debe ofrecer acuerdos que permitan coordinar acciones a
través del entendimiento. Para F. el discurso no ofrece acuerdos sino que produce estados de
cosas: implica una definición de verdad, una institucionalización de esa verdad y a través de ella
la creación de subjetividades. Produce sujetos.
3- RACIONALIDAD:
Habermas desideologiza el concepto de razón kantiano. ¿Qué quiere decir que ese concepto es
ideológico? La modernidad hizo pasar por universal un particular. La razón Instrumental
(mejores medios para conseguir determinado fin) colonizó el mundo de la vida. La racionalidad
instrumental es adecuada para las ciencias empírico-analíticas cuyo objetivo es ejercer control
sobre la naturaleza. Observar, controlar variables, predecir, etc. Pero no es la única racionalidad.
Si se la pasa al terreno de las ciencias sociales se cae en la idea positivista de que es el técnico el
único con capacidad para interferir en la vida social.
Es alejándose de esta concepción que Habermas plantea una idea de racionalidad ampliada. A
cada tipo de acción humana corresponde un determinado tipo de racionalidad (instrumental- de
acuerdo a valores- veracidad) y hay una racionalidad que engloba a todas las otras haciéndolas
posibles que es la Racionalidad Comunicativa. Esta última (transcultural y transhistórica) es la
que va a orientarse a la emancipación de la conciencia, a la auto reflexión tanto individual como
colectiva, esto se alcanza a partir de la argumentación discursiva, a partir de la cual el hombre
puede evolucionar a través de la auto reflexión.
Para Foucault la racionalidad es una construcción que va a organizarse de distintas maneras, en
distintas sociedades para controlar el discurso y ejercer el poder. Critica a la racionalidad como
idea totalizarte, o como idea de superación. No cree en una idea de racionalidad universal.
Foucault (al igual que Theodor Adorno) toma a la razón como un sistema de exclusión. La razón
separa (hombre/ mujer – hombre/naturaleza) Es a través de la razón que se construye la lógica
de la identidad que expulsa lo diferente.
Resumen de Ricoeur:
Capítulo 3: La acción considerada como un texto.
Paul Ricoeur (1913-2005) es un filósofo francés que ejerció una influencia renovadora en el campo de
la orientación hermenéutica de los estudios sociales.
En el siglo XX y a partir de la propuesta de Max Weber (1864-1920) de concebir a la comprensión
como el método fundamental de la sociología, numerosos autores trabajaron en el campo de la teoría
de la acción. Un seguidor de las ideas de Weber, Alfred Schütz (1899-1959), desarrolló la noción de lo
social como un ámbito pleno de significado, con lo cual se revalorizó el papel de la comprensión en
las ciencias sociales. Ahora bien, Schütz se preocupó por despejar las dudas en cuanto a la
comprensión, pues muchos filósofos neopositivistas (como Nagel y Hempel) habían sostenido que se
trataba de un método subjetivista (fundado en una interpretación meramente subjetiva de los motivos
por los que actuaban las personas), que impedía que las ciencias sociales se convirtieran en
disciplinas verdaderamente científicas. Schütz trató de elevar la comprensión a un método objetivo,
que no tenía nada que envidiarle a las ciencias naturales.
Ricoeur puede ser ubicado como parte de un grupo de autores que ampliaron la noción de
comprensión al incorporarle los avances de la hermenéutica en el plano de los estudios lingüísticos y
literarios. Ante todo, Ricoeur aclara que debe entenderse por hermenéutica la interpretación de los
documentos escritos de nuestra cultura (actividad también conocida como exégesis), es decir,
constituye una actividad cuyo objeto es restringido (los signos escritos), mientras que la comprensión
(la verstehen) abarca todas las formas de signos que puede emitir un individuo. Mediante esta
restricción, Ricoeur se pone a cubierto de las críticas que se le formularon al uso de la comprensión
en las ciencias sociales.
La hipótesis principal de Ricoeur es la siguiente: las ciencias humanas (prefiere esta denominación a
la de ciencias sociales) son hermenéuticas, a) porque su objeto revela algunos rasgos semejantes a
los de un texto; b) porque su metodología desarrolla procedimientos similares a los de la
interpretación de textos.
En este capítulo Ricoeur se dedica a justificar ambos puntos de su hipótesis.
¿Por qué puede aplicarse el paradigma del texto, desarrollado por la hermenéutica, al objeto de las
ciencias sociales? En otras palabras, ¿por qué pueden analizarse los fenómenos sociales como si se
tratara de un texto, aplicando las técnicas de la hermenéutica?
Para entender el argumento de Ricoeur es preciso entender a qué se refiere cuando habla de
discurso. Nuestro autor sostiene que el discurso es un acontecimiento, en el sentido de que es algo
que se da y que resulta diferente a lo existente. Si se trata de discurso hablado, el acontecimiento es
evanescente, desaparece casi al mismo tiempo de ser emitido, sin dejar rastros (cosa que hace muy
difícil su estudio). En cambio, cuando el discurso es fijado en la escritura, es decir, el registro escrito
de lo que se dice, se abre la posibilidad de emprender el análisis por medio de la hermenéutica.
Ahora bien, el pasaje del discurso hablado a la escritura genera una serie de cambios en el discurso,
a saber:
a) El discurso hablado sólo existe en presente, en el sentido de que es un acontecimiento fugaz. En
condiciones normales, lo que se dice desaparece rápidamente. Pero si el discurso es fijado en la
escritura, se ve reforzado, pues no está destinado a desaparecer. Ricoeur señala que en la escritura
no se fija el acontecimiento de hablar (el mero hecho de hablar, de decir algo), sino la exteriorización
del objetivo del discurso. En palabras más complejas, el Sagen (el decir) quiere convertirse en Aus-
sage (la enunciación, lo enunciado). Es justamente este enunciado el objeto de estudio de la
hermenéutica.
El problema fundamental que debe resolver la hermenéutica es qué se dice en el acto de hablar.
Ricoeur recurre a la teoría del acto del habla desarrollada por los filósofos analíticos John Austin
(1911-1960) y John Searle (n. 1932).
El acto de hablar está constituido por una jerarquía de actos subordinados, que se dividen en tres
niveles: 1) acto locucional, que es el acto de decir; b) acto ilocucional, que es aquello que hacemos en
el decir; c) acto perlocucional, que aquello que hacemos por medio del decir. Así, el profesor que dice
“¡Saquen una hoja!” está realizando a la vez un acto locucional, emitiendo la oración mencionada; un
acto ilocucional, está formulando una orden y no un ruego (está haciendo una orden); un acto
perlocucional, está consiguiendo que los estudiantes saquen efectivamente una hoja y se apresten
efectivamente a realizar el parcial.
A partir de lo anterior, Ricoeur está en condiciones de afirmar que el significado del acto del habla
depende no sólo del acto locucional, sino también del acto ilocucional y del perlocucional. La
significación es la suma de todos estos aspectos.
b) En el discurso hablado coinciden la intención del autor y el significado del texto, pues en el habla la
referencia al interlocutor de lo que se está diciendo es inmediata. De ahí que pueda decirse que el
discurso es autorreferencial. En cambio, al fijarse el texto lo que autor quiere decir se separa de lo
que el texto dice ahora, pues se pierde la referencia directa a un interlocutor (que existe, como
dijimos, en el habla). En este sentido, cabe afirmar que el texto se separa de la psicología del autor.
De ahí que surja un espacio amplio para la interpretación.
c) Así como en el punto anterior se planteó la separación entre la intención del autor y el significado
del texto en el discurso escrito, se verifica también una separación entre la referencia a una situación
común a los interlocutores, que se verifica en el habla (y que permite que todos los participantes en el
diálogo entiendan lo que se dice, aún cuando se de el caso de que hablen por “medias palabras”).
En cambio, en el discurso escrito se pierde esa referencia a una situación común, liberando al
discurso de los límites de referencia ostensible (es decir, las referencias directas que aparecen en el
diálogo hablado). Ricouer afirma que ésta es una virtud del discurso escrito, pues permite generar
referencias abiertas, que vayan más allá de lo que el texto dice. De este modo, el texto escrito abre
posibilidades, que van mucho más allá de lo que el texto mismo dice.
d) En el habla, los participantes están siempre inmersos en los límites de esa relación (no pueden
zafar de las referencias directas y de un mundo común). En el texto escrito, en cambio, no existe un
interlocutor definido. Un texto, en principio, está dirigido a todos (en un sentido extremadamente
general, todos en todos los tiempos y lugares). Ricoeur afirma, entonces, que un texto crea su propio
público. De manera que el discurso escrito se separa de todos los límites que condicionan la relación
cara a cara propia del diálogo hablado.
A continuación, Ricoeur aplica los cuatro puntos anteriores al análisis de la acción significativa (esto
es, el tipo de acción que estudian las ciencias sociales – la acción que posee un sentido -). Ricoeur
aclara desde el principio que la acción significativa sólo puede ser un objeto para la ciencia en la
medida en que presente un tipo de objetivación equivalente a la fijación de un discurso en la escritura.
Dicho de otro modo, para poder estudiar científicamente la acción significativa es preciso que la
misma persista de algún modo en el tiempo (cristalice en alguna manifestación), permitiendo así su
estudio. En esto es semejante a lo que ocurre con el pasaje del habla al discurso escrito.
a) La fijación de la acción.
¿Cómo es posible la objetivación de la acción significativa?
Ricoeur sostiene que esto es posible por algunos rasgos internos de la acción, que la asemejan a la
estructura del acto del habla que analizamos más arriba. De modo sintético, nuestro autor plantea que
la acción significativa posee contenido proposicional y fuerza ilocucional (ambos constituyen su
“contenido de sentido”). La acción deja de ser una mera interacción y se transforma en un objeto a
interpretar. Ello es posible porque la acción se parece a un acto de habla.
b) La autonomización de la acción.
Este punto es especialmente importante. Del mismo modo que un texto se independiza de su autor, la
acción va más allá de lo que espera su agente y da lugar a consecuencias que son propias de la
acción, pero que no son esperadas por el agente. Nuestros hechos se nos escapan y producen
efectos inesperados. Esto, que ya había sido desarrollado por otros autores que se ocuparon de la
teoría de la acción, hace que surja el problema de la adscripción de responsabilidad. En las acciones
simples, noema (significado) y noiesis (intención) de la acción, coinciden. En las acciones complejas,
esto es más complejo, pues hay más agentes que intervienen.
Ahora bien, Ricoeur postula que esta separación entre sentido e intención termina por generar la
transformación de los hechos humanos (en este caso, de las acciones) en instituciones, pues en ellas
el sentido no coincide con las intenciones lógicas de los actores. Este punto es fundamentar en la
teoría de Ricoeur, pues permite dar respuesta a los críticos que sostienen que la acción está motivada
por cuestiones psicológicas (internas al individuo, y por tanto imposibles de abordar objetivamente).
Las instituciones, como se originan de un proceso de separación entre sentido e intención, permiten
un abordaje objetivo del problema del significado de la acción, pues se encuentran separadas de las
intenciones individuales.
c) Pertinencia e importancia.
En este punto, Ricoeur vuelve a apoyarse en el análisis del discurso escrito. En el texto, el discurso
quiebra todas las referencias ostensibles (las referencias directas que se dan en el diálogo). En las
acciones, la importancia (su relevancia más allá de la acción en particular) se independiza de la
pertinencia (su relevancia en un contexto dado). Existen, por tanto, acciones muy importantes cuya
significación desborda ampliamente el contexto en que se desarrollan y pueden aplicarse a otros
contextos sociales.
d) La acción humana como una “obra abierta”
Como indicamos arriba, el discurso escrito se dirige a un número potencialmente infinito de lectores
(como consecuencia de la autonomización del texto respecto del escritor). Ricoeur apunta que algo
semejante ocurre en el caso de las accciones significativas.
La acción humana es una “obra abierta”, es decir, que su significación está sujeta siempre a nuevas
interpretaciones. Nunca queda cristalizada una interpretación. Ricoeur llega a decir que su
significación está abierta a todo el que quiera “leer” el sentido de la acción.
A partir de estas relaciones entre el texto y la acción significativa, pueden plantearse las implicaciones
metodológicas de la interpretación (del paradigma de la lectura).
Allí donde un resultado es superior para todos los jugadores, es natural suponer
que sea racional que cada jugador juegue la estrategia que contribuya a ello. Dicho
resultado se llama pareto-superior: un resultado es así en relación a otro si al menos a
uno de los jugadores le va mejor y a ninguno le va peor.
La clave de los juegos de coordinación se halla en que ambos jugadores comparten el
interés de coordinarse. Si los intereses no estuvieran en conflicto nunca, la sociedad
civil se analizaría a modo de un conjunto de juegos de coordinación.
2. El dilema del prisionero. Si uno confiesa y el otro no, el primero sale libre y el otro
será juzgado y ejecutado. Si ambos confiesan, ambos son condenados y reciben una
sentencia de diez años de cárcel. Si ninguno de los dos confiesa, cada uno recibirá dos
años de cárcel.
Jill Ambos clasifican (silencio, silencio)
silencio confesar por encima de (confesar; confesar),
pero están agudamente encontrados
silencio 3;3 1;4 respecto al resto. La teoría de los
Jack juegos obliga a Jack a reflexionar en
confesar 4;1 2;2 que si Jill confiesa, a él le irá mejor
confesando (2;2) y que, si Jill
permanece en silencio, también será
mejor para él confesar (4;1). Por
consiguiente, para él es mejor confesar “sea lo que fuere lo que ella haga”; y en paridad
de razonamiento, para ella también será lo mejor “sea lo que fuere que él haga”. Así que
los dos confesaran sin tener en cuenta al otro, y serán enviados diez años a la cárcel
(2;2).
Confesar es su estrategia dominante, dado que da una puntuación más alta que
“silencio” (estrategia dominada). Una agente racional jamás escoge la estrategia
dominada.
3. El gallina. Se diferencia del dilema del prisionero por contar con dos equilibrios con
estrategias puras: (girar, centro) y (centro, girar). Sin embargo, ambos jugadores carecen
de una estrategia dominante.
Jill Los juegos de guerra y paz en el
girar centro mundo real no se juegan entre
agentes idealmente racionales. Jack
no girar 3;3 2;4 necesita saber si el juego es en
Jack verdad el del gallina, sólo necesita
centro 4;2 1;1 saber si Jill cree que lo es. No
obstante, hay un sentido en el cual el
juego no puede fallar en ser lo que
los jugadores creen que es: el juego
es suyo.
4. La batalla de los sexos. Jack y Jill han acordado pasar la tarde juntos asistiendo a un
espectáculo que puede ser o una corrida de toros o un concierto. Pero olvidarán ponerse
de acuerdo en el espectáculo al que irán, y ya es demasiado tarde para comunicarse. Los
dos prefieren asistir en compañía del otro, pero a Jack le gustan los toros y a Jill los
conciertos.
Jill Tanto (4;3) como (3;4)
toros concierto son equilibrios para un
juego de un-disparo no
toros 4;3 2:01 hay estrategia pura. Si
Jack acaso no apareciera una
concierto 4;2 3;4 convención (las mujeres
se someten a las
pretensiones de los
hombres) entonces un
super-juego podría ser un juego determinado, y así podría serlo también el juego de una
jugada en una: en la que la convención fuera de público conocimiento. Pues, tan pronto
Jack crea que Hill espera que él vaya a los toros, Jill lo sepa, la corrida de todos se
convierte en la elección racional para los dos. Esto encierra una elección sumamente
instructiva sobre la naturaleza del poder y sobre porque los “perdedores” son racionales
al respetar la distribución de poder que funciona en su contra, pues las estrategias fuera
de equilibrio les vendrían peor.
El contrato social. Jon Elster afirma que la unidad elemental de vida social es la acción
humana individual. ¿Qué hace plausible la pretensión de Elster de que “explicar las
ideas sociales y el cambio social es mostrar que surgen como resultado de la acción e
interacción entre individuos”?.
La pregunta de más alcance es por qué existen las sociedades, y una respuesta sencilla
sería decir que existen al ser asociaciones de individuos que encarnan un contrato social
al hallar racional el cooperar. Los juegos de coordinación ilustran esta respuesta y
ofrecen la plausible sugerencia de que las ideas primarias simplemente son la suerte de
convención y surgen como guía de juegos reiterados cuando se dan equilibrios
múltiples. En última instancia, las sociedades se mantienen sobre intereses egoístas, de
forma que es posible analizar su propia existencia como solución de un problema básico
de coordinación. Para reforzar esta idea, resulta plausible pensar en el lenguaje como un
código de convenciones que sirven intereses a un interés común en la coordinación. La
visión opuesta del contrato social hace del juego del dilema del prisionero el juego
crucial. Dicha visión suele remontarse al Leviatán de Hobbes. Toda la humanidad posee
“perpetuo deseo de poder tras poder y ese deseo solo cesa con la muerte”. He aquí una
aseveración clásica de la idea según la cual toda acción va encaminada a maximizar la
utilidad esperada por el agente.
Si dos hombres desean una misma cosa, la cual no pueden disfrutar juntos, ello los
convertirá en enemigos. En la naturaleza del hombre existen tres causas primordiales de
disputa: la competencia hace que los hombres se invadan unos a otros en pos de
conquista; el recelo les induce al ataque preventivo; la gloria/status les hace a los
hombres agresivos cuando se sienten menos preciados. Mientras dura el tiempo en que
los hombres viven sin un poder común que los mantenga sometidos, están en esa
condición que se llama guerra, y como esa guerra es de todos los hombres, es contra
todos los hombres.
Los hombres se inclinan a la paz por miedo a la muerte; por el deseo de esas cosas que
son necesarias para una vida cómoda, y por la esperanza de que las obtendrán con su
trabajo. Esas pasiones nos inclinan a la paz, pero no son suficientes para superar las
causas de las disputas, a menos que haya un poder común que mantenga a todos
sometidos. De otro modo, continuaremos invadiéndonos los unos a los otros, porque esa
sigue siendo la estrategia dominante.
El problema del gorrón: para todos es más conveniente la paz que la guerra, por lo que
cabría suponer que la paz surgiría espontáneamente. Pero incluso si así fuera, a todo
jugador le conviene más ser el gorrón que disfruta de los beneficios sin contribuir para
nada a ellos.
Hobbes afirma que acuerdos sin espadas no son más que palabras, y sin ninguna fuerza
para dar garantía de seguridad al hombre. Por lo tanto, alega que la única salida para los
hombres es crear un poder común que los mantenga sometidos, y armar a ese soberano
con la espada. La sociedad es un artificio que permite a los individuos racionales salir
del dilema del prisionero.
Normas y cooperación. Los modelos de consenso comienzan con la coordinación, y a
partir de ahí, tienen que dar cuenta de las reglas que no se limitan a se exclusivamente
autocoercitivas, los modelos de conflicto, en cambio, insisten en que nuestros intereses
básicos pueden solaparse, pero en ningún caso coincidir.
Las teorías de los juegos sólo clasifican como cooperativo un juego si los jugadores
pueden depender de algún acuerdo que se mantenga, y las convenciones que se
plantean, incluso en los juegos de cooperación, no tienen el fuerte carácter vinculante
que se imagina. Mientras que los juegos cooperativos presuponen una solución al
problema del surgimiento de las normas y del por qué de su pervivencia, los juegos de
coordinación parecen no necesitar asumir supuestos sobre las normas y, por
consiguiente las ideas son consideradas no cooperativas.
Normas como las de mantener promesas, decir la verdad y respetar las obligaciones
morales en general, sólo funcionan en la medida en que existen sanciones. Somos
buenos cuando beneficia ser bueno, y ello sólo beneficia cuando estamos seguros del
castigo de las malas acciones. Decir que una sociedad no puede funcionar sin confianza
es decir o bien que requiere promesas y respetar los acuerdos, normas que sigan
funcionando aún en aquellas ocasiones en las que sería posible quebrantarlas sin
penalización, o bien decir que esa sociedad necesita miembros que reconozcan y
respeten obligaciones morales para aquellas personas vinculadas por normas sociales o
principios morales, dar la palabra crea una razón de hecho para mantenerla. La
motivación del agente racional mira sólo al futuro. Todos los diagramas del juego
indican claramente que las acciones están exclusivamente motivadas por las
retribuciones que resultan de ellas.
¿Qué es lo que hace que un particular equilibrio destaque o llame la atención? El azar es
una respuesta. Pero el contemplar ejemplos plausibles del juego, uno se inclina más a
apuntar a la distribución del poder. La convención viene analizándose como un conjunto
de expectativas que se refuerzan entre sí para conseguir que un particular equilibrio
resulte descollante.
Conclusión. Las preferencias de los agentes idealmente racionales pueden ser perfecta y
consistentemente representadas por una clasificación de posibles resultados de
interacción, y es interacción es la suma de las consecuencias de acciones individuales
aisladas. Su información incluye el “conocimiento común” de que otros jugadores son
agentes racionales, y es tan completa que cualquier cosa sabida por cualquiera, es sabida
por todos los demás.
Los juegos de coordinación introducen la noción básica de la “elección estratégica”. La
elección racional de Jack depende de lo que escoja Jill y viceversa. En un juego repetido
es fácil conjeturar que el surgimiento de una convención podría guiarlos a un equilibrio
mutuamente beneficioso. Eso plantea una sugerencia interesante respecto de la clase de
normas que no necesita coacciones, y respecto al consenso como base para una teoría
del contrato social.
El dilema del prisionero aporta la idea de que individualmente las elecciones racionales
pueden agregarse en resultados colectivamente inferiores. La “mano invisible” suele
gastar bromas a todos. La clase de norma que prevendría que sucediera algo semejante
parece necesitar coacciones, porque de lo contrario está sujeta a la gonorrería.
El juego del gallina plantea establecer el problema de cuál es la estrategia racional en un
juego en el que no hay equilibrios puros (como en la vida cotidiana). Si Jack no está
seguro de su estrategia porque no está seguro de la de Jill, entonces la incertidumbre de
Jill aumenta al ver la de él. Esto hace que este juego se sumamente peligroso.
La batalla de los sexos se caracteriza porque ambos jugadores salen ganando de la
coordinación, aún si las maneras de lograrlo les benefician de diferente manera. El
individualismo, tal como lo presentan la teoría de la elección racional y la teoría de los
juegos, trata las normas sociales de dos manera. La primera manera consiste en mostrar
cómo la interacción repetida genera esas normas como soluciones a los problemas que
plantean los juegos. Pero aún si es vale para las normas realmente consensuadas aptas
para todos, no está claro que valga para las normas más vulnerables a la gonorrería. La
otra manera consiste en entrar en las preferencias de los agentes. Así, el buen samaritano
tenía preferencias altruistas que le llevaron a rescatar a un extraño, cuando otros, con
diferentes preferencias, pasaron de largo al otro lado de la calle.