Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
El dolor de espalda es uno de los dolores más extendidos en el mundo, sino el que más, ya que todas las
personas lo han sufrido al menos una vez en su vida.
El hecho de que los seres humanos podamos mantener una postura erguida y andar sobre dos piernas,
obliga a tener la espalda recta, convirtiéndose ésta en una de las partes más importantes de nuestro
cuerpo.
Las causas del dolor de espalda pueden ser muy variadas y motivadas por muchas razones. Así, es
importante distinguir entre un dolor de espalda agudo y un dolor de espalda crónico.
Mientras que un dolor de espalda agudo dura poco tiempo (normalmente menos de 6 semanas) y
comienza de repente, un dolor crónico se extiende mucho más en el tiempo, siendo mucho más raro que
el dolor agudo.
En esta completa guía encontrarás todo lo necesario acerca del dolor de espalda: desde su concepto,
hasta los tipos, causas, síntomas, tratamiento, consejos y ejercicios.
o 5.2 Ejercicio
o 5.3 Medicamentos
o 5.4 Inyecciones
o 8.1 La edad
o 8.2 La genética
o 8.5 El embarazo
16 Conclusión
El dolor de espalda es aquel que comienza a generar el cuerpo cuando se encuentra bajo presión. Este
dolor se produce desde la médula espinal hasta el cerebro, donde este devuelve la señal transformada en
dolor.
Una de las primeras cosas que se debe aprender a diferenciar es qué tipo de dolor de espalda es.
Por ejemplo: si es dolor de espalda agudo o crónico, ya que el primero es un dolor intermitente que se
manifiesta en una zona más fuerte que en otra. El mismo es constante, pero varía su intensidad en
intervalos de tiempo.
En la mayoría de los casos, el dolor agudo es causado por un mal movimiento o por levantamiento de
peso sin precaución, pero suele desaparecer alrededor de unas 6 u 8 semanas, sin necesidad de ningún
medicamento.
Por otro lado, el dolor crónico -también conocido como dolor radicular– llega a causar incluso
entumecimiento, ardor y hasta hormigueo que llega hasta las piernas.
El dolor crónico de espalda se debe a una lesión mal curada, la cual es generada por un nervio atrofiado o,
en el peor de los casos, por artritis. En estos casos, es fundamental acudir a un médico para recibir un
tratamiento especializado.
Una de las diferencias más grandes es la duración entre ambos, ya que el dolor agudo tiende a
durar menos de unas seis semanas, mientras que el dolor crónico duras más de tres meses.
Por otro lado, podemos ver diferencias en las causas de cada uno:
El dolor agudo se produce por caídas, golpes, malas posturas o levantamiento de peso de una
manera abrupta;
El dolor de espalda crónico es un poco más grave, ya que proviene de complicaciones en órganos
internos, como por ejemplo: los pulmones o alguna atrofia muscular.
Dado que la espalda es una parte muy grande y básica en casi cualquier movimiento de los que realizamos
a diario hablar de dolores de espalda puede resultar un poco genérico e inexacto, por lo que vamos
a describir los distintos tipos de dolor de espalda según la zona en la que se encuentren.
Este dolor en la parte baja o lumbar de la espalda se manifiesta en los músculos, nervios o cualquier
estructura de esa zona.
El mismo se puede producir a causa de cualquier malestar interno, como lo es el caso de una hernia
inguinal, alguna infección en los riñones o en el caso de las mujeres, algún malestar en los ovarios.
Asimismo, realizar tareas de forma inadecuada, como también una mala postura, levantar demasiado
peso de una manera brusca y repentina, agacharse y levantarse rápido y mal son algunas de las causas
más comunes para producir un dolor de espalda baja.
El dolor de la espalda baja puede presentarse como una simple molestia en un momento puntual, pero
también puede ser de lo más incapacitante para aquellos que lo padezcan.
Dada la importancia de la zona en el movimiento del tronco superior (interviene al andar, agacharnos,
incorporarnos, etc.) el dolor en la espalda baja puede resultar realmente incapacitante.
Además de dolor, la persona afectada también puede sentir hormigueo o que se le duermen las piernas.
Se estima que hasta un 85% de las personas sienten dolor en la espalda baja en algún momento de su
vida , acrecentándose este número cuanto mayor sea la edad. Asimismo, el dolor en la espalda baja suele
ser una causa frecuente de baja laboral entre adultos jóvenes.
En el dolor de espalda baja intervienen varios elementos, tales como la columna vertebral, músculos
lumbares y de los glúteos o los nervios.
Puesto que la zona inferior de la espalda es la que mayor peso y presión soporta de toda la columna suele
ser dónde más comúnmente aparece el dolor.
Otra causa factible también puede ser un golpe, traumatismo o lesión en la zona que no se haya curado
de forma correcta.
La edad también es una causa de este tipo de dolor de espalda, y es que la degeneración de las vértebras
también influye de manera determinante en la aparición del dolor de espalda baja.
Si unimos esto a la pérdida del tono muscular, la aparición del dolor es casi obligatoria. Por lo tanto, como
podrás intuir, la falta de ejercicio físico o la obesidad afectarán negativamente a dicha zona favoreciendo
la aparición de molestias.
Otras causas del dolor de espalda baja menos frecuentes son infecciones, tumores o el tabaquismo.
Si se trabaja en la construcción, o en cualquier otro trabajo que requiera de un gran esfuerzo físico, de
levantar peso o de agacharse en repetidas veces (agricultura), es más fácil que aparezca el dolor de
espalda baja. Las mujeres embarazadas también suelen padecer este tipo de molestia debido al peso
extra.
Si pretendes que el dolor de espalda en general y el de espalda baja en particular vuelvan a aparecer, es
muy recomendable que sigas alguno o todos los consejos que te expongo a continuación.
Es muy importante que al levantar objetos pesados se haga utilizando brazos y piernas, y manteniendo
siempre la espalda recta. Al doblar la espalda y hacer fuerza con los músculos de la misma los estaremos
usando de forma inadecuada.
De hecho, cualquier postura o ejercicio que afecte a la espalda es candidato a ser una de las causas que
provoque dolor de espalda, por lo que es importante vigilar posturas al trabajar o la cama sobre la que se
duerme.
Aplicando calor y masajeando suavemente la espalda conseguiremos reducir el dolor, siempre que se
trate de un dolor soportable y no se trate de un problema serio.
Ante dolores en la parte baja de la espalda es bueno dejar de practicar actividades deportivas, al menos
durante los 3-4 primeros días tras la aparición del dolor de espalda.
Generalmente lo recomendable es aplicar frío en la zona baja de la espalda dentro de las primeras 48
horas desde que el dolor aparece para después aplicar calor. La ingesta de ibuprofeno u otro analgésico
suele aliviar el dolor de espalda baja.
En ningún caso es recomendable seguir realizando actividad física intensa o levantamiento de pesos en el
trabajo con dolor de espalda baja, ya que además de no mejorar, la situación empeoraría de forma
considerable.
Es necesario visitar a un especialista médico para que efectúe un diagnóstico correcto de esta dolencia.
Para ello se basará en la edad, la salud, el historial médico, la intensidad del dolor, las posibles alergias a
medicamentos, etc.
Por los hechos antes mencionados, es importante que cuando se trate de un dolor intenso y no puntual,
se visite a un especialista para arreglar la situación e impedir que vaya a más.
Éste puede llegar a prolongarse hasta la espalda media, lo que provoca que los hombros se tornen rígidos
y, en algunos casos, limitan los movimientos.
El origen de este tipo de dolor no es muy preciso, debido a que en la mayoría de los casos es irritación
muscular que se manifiesta con calambres o por la disfunción de las articulaciones musculares.
De la misma manera en que se produce el dolor de espalda baja, se puede producir el de espalda alta, ya
que son muchos los factores que influyen: van desde lo más simple como una mala postura (la causa más
común) hasta una lesión aguda, que causa un dolor elevado.
A diferencia de la espalda baja (donde el dolor y la tensión se producen en la zona lumbar), en el dolor de
espalda alta el músculo afectado es el trapecio y se manifiesta con tensión en los hombros.
Los dolores de espalda pueden aparecer en cualquier persona, pero hay determinados factores que
pueden aumentar las posibilidades de padecer dolor de espalda.
Éstos serán determinantes para que algunas personas tengan mayor predisposición a padecer algún tipo
de dolor más que otro, según sea el caso.
A continuación vamos a comentar algunos de estos factores que provocan el dolor de columna:
Hacerse mayor: cuánto más envejecemos, más posibilidades tenemos de sufrir dolor de espalda.
A partir de los 30 ya podemos sentir el dolor, agravándose a medida que pasa el tiempo si no se
trata correctamente. Es natural que con el tiempo, el cuerpo (y en especial, la estructura de la
columna vertebral) se desgaste de una manera natural, lo que traerá como consecuencia
molestias en la espalda, en el cuello y dolores musculares. Es por ello que mientras las personas
vayan avanzando en edad, sean más propensas a padecer dolores de espalda. En personas de 30 a
60 años es más común de lo que se cree, bien sea por hernia discal o por o alguna enfermedad
degenerativa como la artrosis.
No cuidar el físico: las personas sedentarias tienen muchísimas más posibilidades de tener dolor
de espaldas que las que realizan deporte regularmente. Mejorar la condición física y mantener
activa la musculatura de la espalda ayudan a prevenir el dolor de espalda.
El sobrepeso: tener sobrepeso afecta a la movilidad del tronco y por tanto al esfuerzo que
tenemos que hacer para movernos. Esta sobrecarga causa dolores de espalda que pueden llegar a
convertirse en crónicos si no se tratan. Es uno de los factores más influyentes para que la
columna se vea afectada. La misma se ve expuesta cuando se encuentra por encima del peso
ideal, ya que se ejerce más presión sobre la columna, y ya no solo sobre esta última, sino sobre las
demás articulaciones del cuerpo.
La herencia genética: algunos dolores de espalda son causados por enfermedades serias que se
heredan de padres a hijos. La espondilitis anquilosante es un ejemplo de enfermedad hereditaria
que causa dolores de espalda. Está demostrado científicamente que varias afecciones de la
espalda están vinculadas con factores genéticos, ya que es probable que se manifiesten algunos
elementos hereditarios.
Trabajos pesados: algunos trabajos requieren de un fuerte esfuerzo físico. Determinadas posturas
son perjudiciales, y más cuando se levanta peso de forma incorrecta. Este maltrato acaba
derivando en dolores de espalda. Cualquier trabajo que requiere de cualquier esfuerzo físico
como levantar peso, agacharse, mantenerse en cuclillas, mantener una mala postura al estar
mucho tiempo sentado o parada, pueden causar molestias en la espalda.
Mala postura: las malas posturas son uno de esos factores que podemos calificar como infalibles
para padecer dolores de espala, ya que con el tiempo estos son su causa directa. Jorobarse
cuando se encuentre ante el ordenador, encorvarse cuando se está manejado o levantar un peso
inapropiado incrementan el riesgo de padecer dolor de espalda.
Ser fumador: el tabaco provoca que a nuestro organismo le cueste más transportar los nutrientes
por todo el cuerpo. Si los discos vertebrales no reciben los suficientes nutrientes, puede aparecer
el dolor de espalda. Aunque no parezca, este hábito trae muchos perjuicios a la zona de la
espalda.
Embarazo: en esta etapa de las mujeres donde su cuerpo aumenta de una manera
desproporcional, ejerciendo la mayor parte del peso hacia adelante, llevan a tener presión en la
espalda, lo cual estira los ligamentos de la zona lumbar y la pelvis.
Síntomas comunes
El dolor se concentra en la espalda, bien sea parte alta, centro o lumbar y no se propaga a ninguna
otra parte, como por ejemplo: la pierna.
En la mayoría de los casos existe un antecedente, como por ejemplo: levantar algo de peso, pero
de una manera brusca y no apropiada, o por una caída.
El dolor común de espalda tiene sensibilidad al tacto, es decir, que tiende agudizarse si se estimula
con tocarlo o rozar la zona afectada.
Estos dolores tienden a reducirse con el descanso y, por ende, tienden a empeorarse con la
realización de actividades que requieran de un esfuerzo físico.
Síntomas que requieren atención médica urgente
Este dolor de espalda se propaga a otras partes del cuerpo, como lo son la pierna o pelvis.
Afectan a otras zonas del cuerpo, causando adormecimiento u hormigueo en los brazos o manos.
Por lo general, el dolor agudo no requiere de ningún tratamiento con medicamentos o terapias en
especial: en la mayoría de los casos, con un buen descanso y par de analgésicos es suficiente
Las compresas son ideales para aliviar este mal, por ejemplo: en el caso de las compresas de agua tibia
sirven para disminuir la rigidez, calmando de esta manera los espasmos musculares.
Por otro lado, las compresas de agua fría ayudan a bajar la hinchazón y los calambres, debido a que
adormecen el dolor, pero no corrigen la causa original.
Ejercicio
Este tratamiento debe hacerse con cuidado, ya que si no se eligen los correctos, puede llegar a empeorar
la situación.
Es por ello que el médico o fisioterapeuta deben elegir los más adecuados para corregir su afección.
Medicamentos
Los medicamentos para tratar el dolor de espalda más habituales son:
Analgésicos
Analgésicos tópicos
Relajantes musculares
Antinflamatorios.
Inyecciones
Otra de las cosas que se pueden realizar es cambiar de hábitos, como por ejemplo: adoptar una mejor
postura, con la espalda recta y los hombros ligeramente caídos hacia atrás, lo que reducirá la tensión.
Estiramientos de espalda.
El dolor de espalda es una de las dolencias más extendidas en todo el mundo y es que aproximadamente
el 80% de la población mundial ha padecido en algún momento de su vida dolor de espalda.
Puede ser causado por muchísimas razones y entre las más comunes están las malas posturas, los
esfuerzos excesivos o enfermedades de tipo muscular o esquelético.
Siempre que no se trate de una dolencia grave y si tenemos a alguien disponible que nos pueda ayudar y
tenga los conocimientos y maña necesarios, un masaje en la espalda puede ayudarnos a relajar la
musculatura y hacer desaparecer el dolor y/o pequeñas contracturas que pudiéramos tener en los
músculos de la espalda.
Es evidente que en dolores de espalda crónicos o de intensidad alta, un masaje puede no ser la opción
adecuada.
Si el dolor de espalda está producido por un mal movimiento el uso de frio está recomendado en un
primer momento para aliviar el dolor y bajar la inflamación que se pudiera haber producido.
En cambio, el calor debe usarse en aquellos casos en los que ya no exista inflamación (podría empeorarla),
para ayudar a que la sangre fluya mejor por la zona afectada disminuyendo de esta forma el dolor de
espalda.
Si la espalda no se encuentra en una posición cómoda y relajada cada noche es seguro que al final
repercutirá en nuestra salud de una forma u otra, siendo la más común los dolores de espalda. Un
remedio para el dolor de espalda que funciona muy bien es corregir la postura en la que dormimos.
Se recomienda dormir de lado o en posición fetal. Una de las posturas ideales consiste en dormir
apoyando la cabeza sobre una almohada no demasiado alta, de lado y con las rodillas flexionadas.
También se puede dormir boca arriba y en los casos de dolor de espalda crónico se puede colocar una
almohada bajo las rodillas y otra bajo la zona lumbar para mantener.
Comprar un buen colchón puede ser uno de los mejores remedios para el dolor de espalda, y es que
pasamos muchas horas de nuestra vida durmiendo, por lo que mejorar la cama sobre la que dormimos se
antoja clave para evitar que aparezcan los dolores de espalda.
Mejorar la postura
Además de cuidar la postura en la que dormimos, también es muy importante cuidar las distintas posturas
que adoptamos durante el día, siendo la más importante la que tenemos mientras trabajamos.
Si en el trabajo pasamos muchas horas sentados es importante hacerlo en una postura erguida y con la
espalda siempre apoyada en la silla. También es importante mantener los hombros alineados hacia
delante y tener la pantalla a la altura de los ojos.
Si en el trabajo se ha de levantar peso o se trata de un trabajo con una exigencia física elevada, es
recomendable el uso de refuerzos para la espalda y evitar levantar pesos ejercicio toda la presión sobre la
espalda. En su lugar, se deben flexionar las piernas y levantar los pesos con la espalda recta.
Combatir el estrés
El último remedio y no menos importante por ello es combatir el estrés. El estrés se ha convertido en un
problema tremendamente común en la sociedad actual, y es que la presión por ser eficientes crea
desequilibrios entre la vida privada y el trabajo.
Todo este estrés hace que nos encontremos mucho más tensos por lo que todos los músculos del cuerpo
también se tensan, resintiéndose especialmente la espalda y el cuello.
Por ello, cualquier ejercicio o terapia que ayude a reducir el estrés se recomienda para tratar el dolor de
espalda.
Estos 5 remedios para la espalda funcionan en aquellos casos que no sean crónicos o en los que el dolor
de espalda no sea demasiado fuerte.
En estos casos, se recomienda visitar a un médico que pueda diagnosticar a qué se debe concretamente el
dolor de espalda y qué tratamiento se ha de seguir para eliminar el dolor.
De hecho, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el 80% de las personas han
sufrido dolor de espalda en algún momento de su vida.
Estos son algunos síntomas por los que debes visitar a un médico de manera urgente:
Adormecimiento: Dejar de sentir alguna zona de la espalda puede indicar que los nervios de la
zona se estén viendo implicados, por lo que podría tratarse de una dolencia seria. La visita al
médico en este caso es obligada.
Dolor de espalda con dificultad para orinar, fiebre o adormecimiento de las piernas. Este síntoma
puede estar escondiendo algo más que un dolor de espalda.
Dolor intenso tras una caída: Después de un traumatismo, la posibilidad de habernos roto un
hueso o habernos lesionado de alguna forma es muy grande, por lo que una visita al médico nos
dejará claro si solo es un golpe o se trata de algo más grave.
Si te reconoces en alguno de estos casos, te recomendamos que conciertes una visita con tu médico y
descartes dolencias más graves.
Aunque suele afectar a personas con edad avanzada, también puede aparecer en edades tempranas
aunque es algo más raro. Hay que destacar entre aquellos dolores que sólo se presentan en la propia
espalda y aquellos que se extienden hacia alguna extremidad.
Los primeros, normalmente, son dolores producidos por algún mal movimiento o lesión de algún tendón
o músculo de la espalda y suelen tener fácil solución mientras que aquellos dolores de espalda que se
extiendan hacia alguna articulación pueden ser más graves, ya que seguramente algún nervio esté siendo
oprimido o presionado presentándose de este forma el dolor en la articulación pertinente.
Los síntomas de los dolores de espalda, como la rigidez, el dolor o la incapacidad para hacer algún
movimiento, muchas veces desaparecen sin llevarse a cabo tratamiento alguno.
Pero en el 60% de los casos, o incluso más, los dolores de espalda regresan pudiendo convertirse en
dolores de espalda crónicos, que son aquellos que duran más de 3 meses y son mucho más incapacitantes
que los dolores de espalda puntuales.
Los síntomas de estos dolores de espalda no suelen ser específicos en la mayoría de casos, siendo algunos
de ellos rigidez matutina o debilidad en la zona afectada.
Factores de riesgo para padecer dolor de espalda
En este apartado vamos a ver cuáles son los factores de riesgo en el desarrollo de los distintos dolores de
espalda. También vamos a ver porque ciertas personas son más propensas a padecer dolores de espalda.
La edad
Uno de los principales factores de riesgo de padecer dolor de espalda es el paso del tiempo.
Cuanto más mayores somos, las estructuras óseas y musculares que componen la columna vertebral se
van desgastando con el paso del tiempo y por el uso.
Este desgaste del conjunto de la estructura de la columna vertebral provoca en los pacientes dolencias o
enfermedades que tienen como causa final el dolor en la espalda, (en cualquier parte) o en el cuello.
Evidentemente, con el deterioro propio de la edad causado por la edad, las personas mayores tienen
mayores probabilidades de padecer dolor de espalda respecto a los individuos jóvenes.
Estas dolencias que afectan a las personas mayores tienen que ver con el deterioro de las articulaciones
de la columna, como pueden ser la osteoartritis o la estenosis espinal.
Por otra parte, cuando una persona joven padece dolor de espalda suele deberse a enfermedades
concretas como puede ser la hernia discal.
La genética
Otro factor de riesgo a tener en cuenta en el desarrollo de dolores de espalda es la genética que
heredamos de nuestros padres.
Existen distintos estudios científicos que demuestran que algunas dolencias o enfermedades de la
columna vertebral tienen un componente genético importante. Una enfermedad que tiene claros
componentes genéticos es la enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales.
Otro factor a tener en cuenta es el trabajo diario de cada paciente. Como es evidente, aquellos trabajos
que resulten intensos y que requieran de un esfuerzo por parte de la espalda importante, son más
peligrosos para el paciente a la hora de desarrollar dolores de espalda.
Otro tipo de trabajos como los que requieren estar muchas horas de pie o trabajar sentado y adoptar una
mala postura. En general, cualquier trabajo en el que se esté forzando la musculatura de la espalda mucho
tiempo
El realizar poca actividad deportiva aumenta el riesgo de padecer dolores de espalda, como puede ser por
ejemplo la lumbalgia. También es importante tener en cuenta que la falta de actividad física pueden
favorecer las recaídas.
Además, el sobrepeso también está considerado como un factor de riesgo en el desarrollo de los dolores
de espalda, y puede aumentar el riesgo de padecer dolor en las rodillas.
El embarazo
Las mujeres embarazadas tienen una mayor probabilidad de padecer dolor de espalda debido en primer
lugar al aumento del peso corporal que descompensa el equilibrio del peso corporal. Además, este punto
puede relacionarse con el sedentarismo, debido a la dificultad que experimentan las mujeres, sobretodo
en los últimos meses del embarazo.
Pese a la creencia popular de que los dolores de espalda no están demasiado extendidos entre los niños y
que son más frecuentes en personas de edad avanzada, numerosos estudios durante los últimos años han
demostrado que el dolor de espalda en niños es más común de lo que se creía.
Dicho estudios arrojan algunos datos preocupantes como que el 50.9% de los niños y el 69.3% de las niñas
menores e 15 años han padecido dolor de espalda en alguna ocasión.
Debido a que los niños están en constante desarrollo y crecimiento, los posibles tratamientos del dolor
de espalda en niños se vuelven fundamentales y cobran una importancia vital.
Es por ello, que antes de empezar cualquier tratamiento en un niño, se consulte a un médico pediatra que
pueda diagnosticar correctamente la dolencia y presentar un tratamiento acorde a la misma.
Tanto en niños como en adultos, en muchos casos no se sabe la causa concreta del dolor de espalda, por
lo que se conoce a este dolor como dolor inespecífico. Se sabe que las niñas tienen mayor predisposición
a padecer dolor de espalda cuando se acercan a la adolescencia.
Además, el hecho de tener antecedentes familiares de dolor de espalda también es una causa reconocida.
Otras causas reconocidas del dolor de espalda en niños son las malas posturas. A estas edades, conforme
van creciendo, los niños pasan cada vez más horas sentados, por lo que vigilar la postura en el colegio es
vital para evitar dolores de espalda.
De igual forma es importante contar con un colchón adecuado que confiera todo el apoyo necesario para
la espalda del niño.
El sedentarismo y no practicar deporte de forma regular también son causas reales del dolor de espalda
en niños, así como el sobrepeso, una enfermedad cada vez más desarrollada en nuestro país.
Evitar el sedentarismo en niños es un gran primer paso hacia evitar el dolor de espalda y otras dolencias.
También en los últimos años se ha señalado que el peso que han de llevar los niños en la mochila puede
ser causa del dolor de espalda en los mismos.
Los estudios desvelan que no es recomendable llevar más peso en la mochila del correspondiente al 10%
del peso corporal del niño.
En Italia por ejemplo, el gobierno está valorando la posibilidad de implementar medidas para evitar que
los niños carguen con pesos superiores al 15% de su peso en las mochilas. Además del peso de la mochila
en sí misma, también es importante la colocación y el tipo de mochila de que se trate.
Pese a estos estudios, todavía no existe ningún estudio concluyente que relacione directamente el peso
que han de llevar los escolares en la mochila con el dolor de espalda (desde un punto de vista médico).
Prevenir el dolor de espalda en niños
Como hemos comentado anteriormente, hacer ejercicio es la mejor opción para evitar desarrollar
dolores de espalda en el futuro.
Asimismo también es importante evitar deportes de muy alto impacto, ya que podrían ser
contraproducentes.
Evitar el sobrepeso y el sedentarismo en los niños se está convirtiendo en una ardua tarea para los
padres.
La televisión, los videojuegos o los teléfonos móviles están cada vez más ocupando el lugar de las
prácticas deportivas tradicionales en niños, consiguiendo de esta forma que aumenten los casos de dolor
de espalda en niños.
Ya son varios los artículos en los que hemos comentado la influencia que tiene un buen estado físico en
el desarrollo de dolencias, dolores y enfermedades de la espalda.
Si en la actualidad estas sufriendo de dolor de espalda, tienes que saber que puedes conseguir disminuir o
incluso hacer desaparecer dicho dolor de espalda cambiando tu alimentación, con el objetivo de conseguir
una alimentación equilibrada.
De hecho, si controlas tu alimentación y tus hábitos alimenticios, es seguro que controlarás tu peso,
evitando sobrecargar demasiado tanto la espalda como otras articulaciones, como las de las rodillas. Si
combinamos una buena alimentación con una frecuente actividad física.
Una gran idea que seguro repercutirá positivamente tanto en tu dolor de espalda como en tu estado físico
en general es acudir a un especialista (dietista), que pueda proponerte un programa de adelgazamiento,
una dieta personalizada así como un plan de ejercicio que se adapte a tu nivel.
Llevar un equilibrio es imprescindible para que notes los resultados de tu dieta, ya que de no ingerir
suficientes nutrientes notarás su falta, pero si te excedes puede que no pierdas peso.
Ya que la mayoría de nosotros no tenemos los conocimientos suficientes para poder elaborar una dieta
elaborada y adecuada a nuestras necesidades energéticas, se antoja imprescindible acudir a un
especialista que pueda balancear correctamente nuestra dieta para que nos aporte todo lo necesario, ni
más, ni menos.
Ahora bien, puede que resulte más fácil decirlo que hacerlo, ya que debido a la vida que actualmente
llevamos, con todo el estrés, el ajetreo y la falta de tiempo en general, puede hacer que nos dejemos
llevar por los platos rápidos de cocinar o directamente precocinados, además de restarnos tiempo para la
actividad deportiva.
Lo más importante es vigilar la dieta bajo la supervisión de un profesional. No obstante, puedes empezar
vigilando el consumo de azúcar y de bollería industrial. De igual forma,controlar las frituras así como los
alimentos con alto contenido en grasa es un gran primer paso.
En el dolor de espalda también puede influir el consumo de alcohol y tabaco, ya que éstos contribuyen a
la deshidratación de los distintos tejidos del cuerpo, entre los que se encuentran los discos
intervertebrales.
La mayoría de las personas han experimentado dolor de espalda en algún momento de su vida, siendo
el porcentaje aproximado del 80% de la población. Si quieres saber porque te duele la espalda por la
mañana al levantarte tienes que hacer una primera clasificación:
El dolor de espalda va desapareciendo poco a poco a lo largo del día. En este caso, lo más
probable es que se deba a una mala postura mientras duermes, a un mal colchón o a una mala
almohada, o a la combinación de los tres.
El dolor de espalda es más intenso por las mañanas pero no desaparece a lo largo del día.
Seguramente tu dolor de espalda esconda alguna enfermedad grave, como podría ser una hernia
de disco o una lumbalgia.
Es importante que sepas que no hay un colchón con unas propiedades universales que se adapte
perfectamente a la espalda de todos los pacientes, por lo que deberás consultar a un quiropráctico o
especialista que pueda aconsejarte qué tipo de colchón se adapta más a tus necesidades, si uno de látex,
viscoelástico o uno de muelles.
A la hora de elegir una almohada que evite que tengamos dolor de espalda y cuello al levantarnos
debemos tener en cuenta nuestra postura al dormir. Si normalmente duermes boca arriba, deberás elegir
una almohada no demasiado gruesa, que sirva correctamente como soporte para el cuello y la cabeza.
Pero si duermes de lado, la almohada que elijas tendrá que ser más gruesa para evitar que el cuello se
apoye en el hombro. El objetivo de la almohada en este caso será que el cuello se mantenga alineado con
la espalda mientras dormimos, ni más alto ni más bajo, ya que de esta forma aparecería el dolor de
espalda.
Si duermes boca abajo deberías elegir una almohada blanda y fina y con un relleno de plumas o fibras, ya
que las personas que suelen dormir boca abajo normalmente abrazan la almohada al hacerlo. Si la
almohada tiene este relleno, se podrá adaptar a la forma que se le quiera dar.
Si tu dolor de espalda persiste, es muy importante que acudas a un fisioterapeuta, médico o quiropráctico
para que éste pueda tratarte y evitar que el dolor se convierta en un dolor de espalda crónico, que es
mucho más difícil de tratar y curar que un dolor de espalda puntual.
La práctica del ciclismo, ya sea esporádico o más serio, o incluso profesional, puede acarrear problemas y
dolores en la espalda, ya que la postura en la que pedaleamos obliga a la columna vertebral a trabajar en
una postura que puede crear tensión y estrés en la espalda, siendo éstas más importantes en la zona
lumbar.
Si al hecho de la postura en la que pedaleamos le añadimos una talla de la bicicleta inadecuada a nuestra
altura, la tensión y dolor de la espalda seguramente aumente. Además de la propia talla de la bicicleta,
otros factores también afectan a la postura en la que practicamos el ciclismo, tales como la posición del
sillín, la inclinación del mismo o la altura e inclinación del manillar.
Los problemas que el ciclismo puede generar en la espalda no suelen incluir dolencias como las hernias. Es
muy improbable que una hernia discal sea causada por la práctica del ciclismo. Normalmente, los
problemas de la espalda causados por el ciclismo afectan a los ligamentos de la espalda o a su
musculatura, siendo la parte más afectada la lumbar, ya que es la parte de la espalda que mayor presión y
peso soporta. Los ciclistas, ya seamos aficionados o profesionales, nos vemos más afectados por dolencias
de origen mecánico, es decir, debidas a la postura en la que se practica el ciclismo y no a otras causas
comunes en otros deportes de alto impacto.
Hay que tener en cuenta que la postura en la que se practica el ciclismo, sobretodo
en bicicleta de montaña y carretera (menos en bicicleta de paseo, ya que podemos mantenernos
erguidos), obliga a que prácticamente todas las vértebras de la columna vertebral alteren en mayor o
menor medida su posición natural. Por ello, los músculos que intervienen en el correcto funcionamiento
de la columna vertebral y los ligamentos asociados, cambian totalmente la forma en la que trabajan
respecto a la postura más común que es estar de pie sobre nuestras dos piernas (bipedestación).
Como he comentado anteriormente, la posición del manillar y del sillín pueden ser una de las principales
causas del dolor lumbar cuando montamos en bici. Si el manillar está demasiado bajo, después de un
tiempo prolongado de ruta en bici seguramente estaremos forzando nuestra espalda, ya que causará un
sobre-estiramiento de la musculatura de la espalda, apareciendo como consecuencia el dolor de espalda.
Para saber qué posición es la correcta, tienes que sentarte en la bicicleta con los codos flexionados en un
ángulo no mayor de 70 grados. Al pedalear, las rodillas deben quedar a una distancia adecuada respecto a
los codos.
Por su parte, la altura del sillín también debe ser tenida en cuenta, ya que un sillín demasiado alto o
demasiado bajo puede causar igualmente dolor lumbar en particular o dolor de espalda en general, ya que
afectará a la altura de los brazos y por lo tanto a la postura de la espalda.
En la espalda se encuentra uno de los músculos más grandes del cuerpo, además de ser una de las partes
del mismo que recibe las afecciones de otras áreas como lo es la parte frontal.
Por su parte, esta zona también está directamente ligada al sistema respiratorio.
Una de las causas que generan la dificultad respiratoria es cuando los músculos trapecios(ubicados en la
parte superior, a la altura de los hombros) se encuentran tensos, haciendo que la buena respiración se
vea afectada, porque no tiene los movimientos apropiados para su estimulación.
Los músculos de la espalda, los pulmones y el abdomen son zonas del cuerpo que se encuentran
estrechamente ligadas, ya que para el buen funcionamiento de los pulmones estas áreas se encuentran
involucradas.
Es por ello que cuando existen dificultades para respirar en relación con la espalda, se le acreditan dos
razones: lesiones musculares o enfermedades graves.
Una buena forma física puede ayudarnos a prevenir los dolores de espalda. Trabajar los músculos tanto
del tren inferior como los de la espalda nos ayudarán a mantener una postura correcta y a no cargar
excesivamente de trabajo a los discos vertebrales.
Deportes como la natación están especialmente indicados para prevenir el dolor de espalda, ya que sin
ser demasiado agresivos, trabajan muchos músculos al mismo tiempo.
Otra forma de prevenir el dolor de espalda es controlar nuestro peso. Engordar demasiado, como hemos
comentado anteriormente, afectará a nuestra salud en general, y a los dolores de espalda en particular.
También es importante mantener los huesos fuertes, por lo que tomar el calcio suficiente y vitamina D de
forma diaria está más que recomendado para prevenir los dolores de espalda.
Para prevenir los dolores de espalda también es importante cambiar los hábitos que nos causaron esos
mismos dolores de espalda. Me explico, aprender a levantar pesos correctamente y sin sobrecargar la
zona lumbar, puede marcar un antes y un después en nuestra calidad de vida.
Otros cambios de hábito como dejar de fumar, empezar a hacer deporte o vigilar la dieta, puede
ayudarnos a prevenir futuros dolores de espalda.
Si estas leyendo este artículo seguramente estés buscando qué medicamentos tendrán mejores
resultados para tu dolor de espalda.
Pero antes de decidir qué tomar para el dolor de espalda es importante que valores que muchos de éstos
medicamentos pueden tener efectos secundarios, por lo que es básico tomarlos bajo recomendación
médica siempre, ya que el único que puede conocer realmente la enfermedad que padecemos y
recomendarnos el mejor medicamento (si es que lo necesitamos) para la misma es nuestro médico.
Muchos de estos analgésicos pueden comprarse actualmente sin receta y normalmente ayudan a
mejorar del dolor de espalda. Dependiendo del tipo de dolor de espalda de que se trate, los efectos de
estos analgésicos serán más efectivos o menos y su durabilidad en el tiempo también variará.
Normalmente, el analgésico más recomendado para el dolor de espalda es el paracetamol debido a los
pocos efectos secundarios que presenta en comparación con otros analgésicos.
No es recomendable exceder la dosis de 3 gramos diarios de este medicamento, aunque esta cantidad
puede variar dependiendo de tu caso personal. Por ello, es importante consultar a un médico antes de
empezar a tomar cualquier medicamento. Si se toma demasiado paracetamol el hígado puede verse
afectado.
Si con el paracetamol el dolor no desaparece, el médico podría sugerir el uso de medicamentos
antinflamatorios no esteroides, como por ejemplo el ibuprofeno, que está especialmente recomendado
para disminuir la inflamación que causan algunas enfermedades de la espalda como por ejemplo, la
artritis.
Los efectos secundarios de algunos de estos medicamentos pueden ser serios, sobretodo si se toman
durante mucho tiempo y en dosis elevadas. Pueden causar úlceras y afectar seriamente al hígado o al
riñón. Por lo general, no es recomendable tomar analgésicos por periodos superiores a la semana.
En casos en los que sea necesario, el médico puede recetar la toma de relajantes musculares para el
dolor de espalda. No es recomendable tomar este tipo de medicamentos por iniciativa propia (necesitan
ser recetados), ya que pueden tener efectos secundarios sobre el organismo.
Los relajantes musculares para la espalda trabajan a través del cerebro y de la médula espinal.
Los relajantes musculares suelen recetarse junto con los analgésicos para mejorar el efecto de éstos y
aliviar los síntomas del dolor de espalda. Son especialmente recomendables cuando los músculos de la
espalda están tensos y son causa directa o indirecta de los dolores en la espalda.
Los efectos secundarios de los relajantes musculares (como por ejemplo del diazepam) como la
somnolencia, la confusión, las náuseas y vómitos además de presentar la problemática de que este tipo de
medicamentos pueden volverse adictivos si se toman sin control.
Además, el uso de relajantes musculares pueden interferir con otros medicamentos o incluso empeorar
otras dolencias que el paciente pueda estar experimentando. Por ello, nunca deben tomarse sin
supervisión médica ni abusar de los relajantes musculares.
Este tipo de analgésicos, también conocidos como analgésicos opiáceos solo se recetan para aliviar el
dolor muy intenso en la espalda y funcionan bien por periodos cortos de tiempo.
No se recomienda la utilización de los analgésicos narcóticos por periodos más allá de las 3 o 4 semanas.
Este tipo de medicamentos funcionan bloqueando la sensación de dolor que percibe el cerebro.
Pueden volverse adictivos por lo que deben usarse siempre bajo una intensa supervisión médica, ya que la
sobredosis de este tipo de medicamentos podrían causar incluso la muerte.
Las malas posturas son la principal causa de la aparición de dolor en la columna vertebral y la espalda.
Hay que tener en cuenta que pasamos muchas horas durmiendo, y que si lo hacemos sobre un colchón
inadecuado, podemos estar forzando a nuestra espalda a descansar de mala manera. De igual forma, la
postura en el trabajo también es muy importante para evitar la aparición de dolores de espalda y cuello.
De hecho, se estima que el 70% de los pacientes sabe que sus dolores de espalda están causados por estar
en una mala postura durante tiempos prolongados.
Este consejo es especialmente importante si tenemos un trabajo que requiera de esfuerzo físico o en
hechos tan normales como levantar las bolsas de la compra o coger a un niño en brazos. Es importante
saber que cuando levantamos un peso del suelo debemos hacerlo flexionando las rodillas y manteniendo
la espalda recta.
De lo contrario, si giramos la espalda para cargar cualquier peso estaremos haciendo todo el esfuerzo con
la musculatura de la espalda en lugar de con las piernas, aumentando así la posibilidad de sufrir de
dolores de espalda. Por ello, si nos encontramos ante un peso demasiado grande, será mejor pedir ayuda
que intentar levantarlo solos y arriesgarnos a padecer una lesión.
Mantenerse erguido
Encorvarse hacia delante es sumamente perjudicial para la salud de nuestra columna vertebral. Tanto las
rodillas como la espalda han de estar rectas, manteniendo el pecho hacia fuera en lugar de encorvarnos
hacia delante. El deporte puede ayudar a tener la musculatura de la espalda trabajada, resultándonos
más fácil así mantener una espalda y columna sanas.
1. Pie al pecho: acostado boca arriba, con los pies apoyados en el suelo y con las rodillas dobladas,
lleva una rodilla al pecho ayudándote con las manos. Mantener esa postura entre 30 segundos y
un minuto. Luego debemos cambiar de pierna y repetir esto al menos unas 10 veces.
2. De rodillas: hay que colocarse a cuatro patas y la zona lumbar junto con el abdomen inclinarlos
hacia el suelo, a la vez que se elevan la cara y los hombros. Repetir esto unas 8 veces como
mínimo.
3. Sentado sobre el taburete: intentar llevar los hombros hacia atrás, siempre manteniendo la
espala recta. Repetir esto mínimo unas 10 veces.
4. El yoga es una de esas disciplinas que funcionan perfectamente para aliviar los males de la
espalda, ya que algunas posturas ayudan a aliviar el dolor de espalda.
La vida a la que estamos acostumbrados en ocasiones puede provocar dolores de espalda debido a estar
mucho tiempo sentados o ser demasiado sedentarios.
El primer paso para aliviar el dolor de espalda es empezar a mantener actividad deportiva de forma
regular, ya que ayudaremos a nuestra musculatura a activarse y a desarrollarse, evitando de esta forma
que se atrofie y empiece a doler la espalda (entre otras partes del cuerpo.
Antes de empezar a ver varias prácticas recomendadas para aliviar el dolor de espalda, es importante
saber que la prevención es una de las claves más importantes para proteger la espalda y mantenerla
alejada de futuros dolores.
Si tu trabajo requiere levantar pesos de forma regular, hazlo siempre doblando las rodillas y no con las
piernas rectas y doblando la espalda, ya que seguramente nos la lesionemos de esta forma.
También es importante protegerla mediante el uso de fajas para mantener la postura correcta durante el
trabajo.
También es importante estirar los músculos de la espalda antes de hacer cualquier actividad física que
requiera de un desempeño especial por parte de los músculos de la espalda.
Si el ataque de espalda es muy intenso o se acaba de producir en primer lugar es importante acudir a un
especialista que pueda valorar si se trata de una enfermedad grave y que diagnostique correctamente la
dolencia. De esta forma podrá darnos un tratamiento adecuado a nuestra dolencia en concreto.
Si el dolor de espalda es intenso, tendremos que relajar el músculo de la espalda en cuestión, ya que de
esta forma (al dejar de usarlo) estaremos ayudándolo a relajarse además de pasar algunos días en reposo
(según los consejos del médico).
En un primer momento también se puede aplicar frío para desinflamar la zona afectada mediante hielo
envuelto en una toalla o algún paño.
No es conveniente aplicar calor en un primer momento, ya que al tener efecto vasodilatador, podría
inflamar aún más la zona. En cambio, una vez pasada la inflamación inicial, puede ser recomendable
utilizar calor para aliviar el dolor de espalda. Elegir uno u otro dependerá en gran parte de las
recomendaciones del médico.
El dolor crónico de espalda puede deberse a múltiples razones, por lo que será importante valorar una
visita al médico que pueda saber si se trata de una enfermedad seria y proponernos un tratamiento
adecuado a la misma.
No hay que olvidar que la espalda es el “eje” sobre el que el resto del cuerpo se mueve, por lo que toda
atención es poca.
Para mejorar del dolor de espalda podemos vigilar la postura en la que trabajamos, sobre todo si lo
hacemos sentados. Debemos sentarnos siempre con la espalda recta (sujeción lumbar) y con los pies
apoyados en el suelo.
A algunas personas también les ayuda el uso de un reposapiés, sobre todo si la silla es muy alta.
Otra postura importante que debemos vigilar es la que tenemos cuando dormimos. El colchón elegido ha
de ser firme de igual forma que la almohada, que ha de darnos un soporte a la cabeza de forma que toda
la columna vertebral esté alineada.
Conclusión
Como has visto, el dolor de espalda es una de las afecciones más comunes en las personas que llevan un
ritmo de vida agitado, debido a la tensión producida por el estrés de ciertas actividades.
El dolor de espalda es más común de lo que crees, ya que afecta a 8 de cada 10 personasal menos una vez
en su vida, y si queremos preservarnos lo mejor posible de cualquier padecimiento en esta área, lo mejor
es estar lo suficientemente informados acerca del mismo.
En síntesis, para los dolores de espalda no existe algún tratamiento en especial; éstos desaparecen con los
días y los analgésicos que están a la venta en cualquier farmacia y funcionan para cualquier tipo de dolor
suelen aliviarlos, pero no curarlos del todo.
Algunas personas creen que mantenerse en cama es la solución, pero esto, en la mayoría de los casos, lo
único que hace es empeorarlo.
En el caso de que el dolor dure más de tres días, se debe acudir a la ayuda de un profesional para una
evaluación especializada que lo trate y alivie.
De ello dependerá de las causas, por lo que el tratamiento pasaría desde compresas frías o calientes,
inyecciones y, en el peor de los casos, cirugía.